TÓMO I.~'f&IM. m. '. í NUMERO
EVISTA DE .ANTI QUI
EOITOR.E$-LlBORIO ECHAV RRl VE EZ y AL.EJIKDRO HERNANOEZ MONTOYA.
COLABORADORES: Ac~vedo Gracill~Qo, Alvi~r Jqsé 4~ J., Dr., A~ngo M4rco A" Bot~ro l. Rafael, Dr., otero U. Alejandro, Botero U. Balt¡¡sar, Botero He~me·
. egildo, Dr., Botero Juan José, Brav,o Ped'/'O A., Cano Fidel, Carvallo luciar,o, Cis.néros Francisco J., De H6yos Roman, Dr., De la Roche M. V., Dr., Echeverri Camilo A.,
Dr., Escovar Fabrlclano, Espinosa Jesus r.1arfa, Dr" Garera Abrahao, 'sa~a Emiliano, IsazCllsidorQL 's~za ~ujs María, Isa~~ 'J C. Pedro A., Jaramillo Tullo, López C. Ri·
cardo, llano Juan C., Dr., llano Teodomiro, Dr., Martfnez B. Ramon, Dr., Martfnez Juan de S., Martfnez P. José M., Dr., Martfnez Remigio, Dr., Mejía A. Luis M., Mejí
T. Jesus M.} MejfaJ. de O., Mendaza ~ntonio, Dr., Merchan Rafael M., Molina JuanJ., Moreno Abrahan, M uñoz F. de P., Navarro NepomuoenoJ., Navia Rafael, Pombo lucio A.,
Dr., Fosada A, Andres, Qr.¡ Quevedo Tomas J'J Dr., RestrepQ ~. Al ~ro, Restrepo E. Antonio M., Restrepo S. Benigno, Dr., R~strepo l. Guillermo, Restrepo A. Julio, Dr., Res-
E}pO 1. Luis ~., Dr., R~strepo J~ de la C" Res~ep'o Ricardo, Restrepo liSM,dr,o, T opon Juan C" Toro Z.Lázaro, TOfO Manuel S" Uribe Bénito, Uribe Fabricio, Dr., Uribe
M. Francisco A., Dr" Uribe A, Manuel, Dr., Vélez V. Baltas~r, Pbro'J Vélez Fernando, Dr" Vélez Marceliano, Dr-, VJana D.em.ekio, Villa Eduardo, Villa V. Slnforiano, Dr.,
Zulet~ José ~., pqro. Dr.
REVISTA DE ANTIOQUlA.
l)~mos oabida~ con ml,lCho gusto, 31 opo~~uno ~rticulo
que para su inseroion nos ¡-emitió, r.opiadQ con es~e
Qbjeto, la eñorita doña Concepcion U ribe ~~jí~
LA HERMANA DE LA CARIDAD.
1.
Dios tiene sobre la tierra men9ajeros de su providencia.
Esos meDsajaros on criaturad sublimes que el mundo
'admira, respe ta y b~Ddice : oriaturas- que form an la traD~
icion del rein\> de la materia á la patria feliz de los es-píritus.
. . ,
¿ Querei8 8aber el origen y prosapia de esas afortunadas
eriaturéiS?
Son hijas del ciclo.
Y, madres de los desvalidos.
y I HBRMANAS DE LA CARIDAD.
Viven en todos los paísos donde hay lágrimas qué enjugar
y m31es qué compartir. Y las lágrimas son rodo que
fecunda toda la tierra; y los males son herencia de que
participa toda la humanidad.
Por cso la santa vestidura de esos ángeles del amor nota
lo mismo en \h8 regiones del polo que en las abrasadas
llanuras del Ecuador: en el campo de batalla es la enseña
gl{}riosa de misericordia; en las poblacion~s ea el emblema
de la ternura y la. beneficencia.
Se han sucedido en el globo horribles cataclismos; ~e
han hl1ndiJo imperios, entre cuyas ruinas perecieron in~titucioncs
venerandas, Hace un siglo que el soplo dé la
revolucion tiene como envenenada la atmósfera en que se
agita la sociedad.
Pero sobre las ruínas que amontonaron los cataclismos,
.obre el torrente desbordado de las revoluciones, ha prevalecido
incólume eE!a raza de heroínas, m3goífico monumento
del catolioismo, prodigio perenne de la caridad·.
Solamente á la caridad cristiana era posible obrar tales
prodigIOS.
La filantropía que encarecen tanto los filósofos ama en
'el hombre al hombre; la caridad, y por lo tanto su;:: h~rmana8,
aman en el hombre á Jesucristo, y en la figura del
mendigo, del huérfano y del enfermo, ven con 108 ojos de
la virtud la sacrosanta figura del Salv~dor.
La. filantropía suele dar lo que sobra; la ~aridad suele
dar lo q'le no tiene' la caridad parece que renueva diar'Ía-
IPente el milagro 4P los panes y los peces. .
La filantropía compadeoe de las desdichas qu~ ve Ú
loye; 108 ojos y. 108 son sus meosajeros: la oaridad Be
compadece de las desdichas sin verlas ni oirlas; las aiente
eo el fondo del corazon.
La filantropía remedia 10& males y consuela las afliccio.
nes que le ea len al encuentro; 1$ caridad busoa los males
para remediarlos y las afliccionóB para consolarlas.
La fil ilDtropía stlele residir en 108 grandes. palacios; 1&
caridad vive en los hospitales y en los aailos. Allí viven
tambien SUB h~rman(J8.
Allí, junto al lecho del moribundo, 6 junto á la cuna
del recien nacido, bosquéjase la figura de una mujer, cuya
cxi8tencia está consagrada al bien de sus semejantes.
Su rostro apacible y sereno, como su corazon, muestra
las huellas del insomnio y de la austeridad.
Cuando en las horas lentas del padecer, apénas hay para.
el mtllero mortal un rayo de espera'nza, aparece á ¡US
ojvs la heróica hermana de la caridad, de cuyos labios brotan
pa labras de re ignaGiou y do consuelo.
Cuando la mano de una madre monstruo deja caer 80-
bre la cuna de la pública caridad el fl'uto de 8US entrañas,
la mano de otra mlldre; glás tiEtrn~ )0 reooge y lo aQaricia,
y c9ida d9 8U existencia, y le enseña mád tarde á perdo-nar)
á orar y á ser feliz. .
11.
La caridad no tiene patria.
Tam poco la tienen sus hermanas.
La caridad salva las distancias y atraviesa los IJldreS, si
en' remotas tierras ó en el otro lado de los mare$ h~y 190-
grima~ ql1e enjugar y penas que cumpartir.
y sus hermafias salvan asimismo las distanoias y atra,..
vi esan el Océano en busca de los pobres y de los afligidos.
Donde:¡uiera que el sol deja sentir su influencia; dondequiera
que alienten séres racionales, I\llí se llora i allí
está la caridad '; allí viven sus hermanas.
Prodigios de ternura y de amor santo, su paso por la
tierra semeja el de un astro que ilumin~ sin quemar, el de
una tá.faga que purifica sin destruir) el de un &Troya que
fecunda sin iDundar ..
N o h:~ y en la tierra premio para sus b~rieficios ni corona
para 8U heroismo.
Su premio y su corona están más altos.
Solamente en el cora~on de una mujer puade esconder.
se ta I tesoro de caridad y eentimiento.
Ella, (tue está organizada para compadecerse y para sentir,
es la nuica que puooe menospreciar las gt'andezas y 108
apiausos, los triunfos de la hermosura y los halagos de h.
opulencia, para ocultarse en el fondo sombrío de un hospital
como perla de valor inapreciable en el fondo de uaa
con (lh:\.
Ella, que ha nacido para amar, y para amar puramente}
,por más que el hombre Hene de asechaulas su camino !
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
21'8 'REVISTA DE ANTIOQUIA
ella, quo cuando esposa y cuando madre dulcifica las horas
de la vida en el bogar tranquilo de la familia, cuanI
do madre y hermana de todos los .que padeccm dulcifica y
atenúa los infortunios en el recinto de la gran familia, en
el seno de I~' sociedad.
Si la idea de madre de familia haoe inconcebible y absurdo
el ateismo, la idea de hermana de la caridad' hace
absurdo é inconcebible el escepticismo.
Toda la arroganoia de los e8píritus fuertes, se oorifu?de
ante el pobre sayal de UDa mujer que se sacrIfica herólcamente
en bien de la humanidad.
Los guerreros y los conquistadores producen el llanto
y llenan los hospitales,· y u·na .mujer . piadosa enjuga el
llanto y cura last,heridas.
. Esos .guerreros' tienen más fuerzas.;,· esa mujel' tiene más
corazon.
L08 .que denigran por sistema al sexo que llaman débil j
los ,que se' burlan ridículamente de todas las mujeres, dov.
olviendo quizá á todas la ofeosa que una l~s hizo, que se
aouerden de su propia madre; y si no han tenido la dicha
de conocerla, que se acuerden de esas criaturas sublimes
que son madres de todos los desgraciados y -hermanas de
la caridad . .
; Cuando en época muy reciente' la .guerra ensaogrenta.
ba los mares y las campiñas, ya lo hemos .dicho, el sallto
ropaje de esas mujeres ondeaba en todas partes como la
enseña del bien, oomo la bandera ,santa de la torIlura, y d~
la caridad cristiana .
. En lo'i dias del contagio y del conflicto, 'esas muj&res
infatigables se multiplican, y aparecen como á~geles .de
consuelo en m-edio de la humanidad afligida y desolada.
Por eso las bendice la humanidad.
' La humanidad esoribirá en su historia con caractéres de
. luz el nombre 'venerando de 'SAN VICENTE DE PAUL.
Severo Cata.lina.
,ME.DELLIN: ALERTA!
(CUARTO .A.RTÍCULO).
lELIAGUA y LOS ACUEDUCTOS.
l.
El agua -es! un elemento, dijeron los sabios antiguos; y
I el vulgo moderno repite esa frase, que ignoraba el antiguo,
oomo si ella fuera una verdad inconousa. 'Prueba
irrefragable de que los' oonocimientos humanos pasan oon
¡'Os añ08 ct>mo filtrando, poco á poco, 'dcsde la~'jerarquías
más elevadas' hasta las 'más inferiores de las clases sociales.
Los químicos mode~nos nos enséñan que el agua es una
-oombinacion, el aire una mezol" la' tierra 'un compuesto
heterogéneo y el" fuego un agente físico; que el agua está
oompuesta de oxígeno, gas quo da ' \'"id~ y oalor á-todos los
sé res; y de hidrógeno, que el:! el más ligero de los cuerpos y
oon cuyo auxilio el atrevido europeo navegaba eoJas.regiones
superiore~ de la atmósfera, 'y el industrioso hábitante
de los países 'Civilizados iluminará las ciudades del
porvenir.
Sesenta y cinoo S(ln los cuerpos á los cuales les dan los
modernos el nombre de elementos -·ó cuerpos simples, porque
ninguno de ellos puede descomponerse; pero dia lle.
gará en que esos ouerpos, tratlldos por métodos desoono.cidos,
vengan á reducirse, acercándoie á.la unida(que es ·la.
fórmula simbólica do la perfe'otibUitiad' científica.
No divaguemos.
, Convenimos con el vulgo, d.el que..hacemoa parte, en que
ai el agua no ea un ouerpo .simple, no por eso deja de ser
. lun elemento del organism.o, puesto que es un cuerpo indis·
pensable, y el que entra eu mayor cantidad, en todos los
séres animales y vegetales, y hasta en la. m.ayo~ parte· de
j 10$ cu~rpos illQ.rgállicos.
11.
Para que una agua sea potable no' se .neoesita que sea
completamente,pura .. Por el contrari?, .par4). ~ue se~ buena,
CQmo bebida, e-s preCIso que' tenga aIre en dll;¡olucI~n y de
dos á seis centígramos de materias minerales por lItro de
~gua . . Si contiene mayor cantidad so le llama agua p~sada .
Las principales sustancias que oontiene el agua -en más
-ó méoos cantidad'-Bon : carbonato, sulfat(} y fosfato de cal j
sulfato de so.da,y de magneblia; oloruros de so~io y de ~ag-
· nesio ,' sílice y silicatos alcalinos; yodo y materIas, orgámcals . / La mayor ,parte de estos cuerpos son necesarlOS para a
nutricion en general, y en particular para ~a de los hue
·soS . . Cree Boussiugault que el coto es deindo en ~lguna8
localidades al agua 'lue toman, la que, P?r prov~01r d.e la
· iD.m~diata liquidacion del hie.lo, n(}'tlcne aire ,en dlsoluclOn.
EI.doctor Chatin ,ha domostrado la-presencIa del yodo en
las aguas potables y sostiene .que el ~oto y el cr~ti n ism.o en
ciertos sitios son ~tlbid08 á la ausenCla.Ó á la débIl cantidad
de este elemento.
Dos opiuiones re~petables que muy bien pueden oonei.
liarse.
:IIl.
. ¿El agua que se consume hqy en Medellin reunirá. las
oondiciones apetecibles? . ..
'Suplicamos la 'respuesta,decisi-vl\ á esta pregunta, en, V'lSta
del análisis oua'litattYo y ouantitativo, á nuestro estImable
amigo y antiguo discípulo señor'Tulio espina,·hoy Pro ..
fesar do Química en la Universidad del Estado.
QUé ha.ga él uso en sus operaciones de las tinturas aloohólicas
de campeohe.y.de jabon, de. los .nitratos de, plata
J de barita, del cloruro de oro, oxala~o de a~oUlaco,
permangauato de potasa y de todos los de~as reac tl~oS qua
le sugiera.la Qüímica .. En nombre de la mudad suplIcamos
la publicacion de sus resultados, y IH)S sometemos d~sde
hoy. á BUS fallos, s . .1 ar ....ó.ad.v~IB08-Á lilo¡8 consldetaciones
q uo, vames. á exponer.
El agua de las fuentes públioas de la oiudad arrast~a
macho !od-o, arena .• y ,ma,terias orgtnicas, quo .pueden hacerse
precipitar: los dos primeros por medi,~ del reposo, .'1
las últimas colocando en el fondo de las vasIjas que la oontengan,
alambres de hierro. Para los usos domésticos basta
esto y decantarla para obtener '~glla potable de etXoelente
calidad, Bin necesidad .d6.Jilt¡:o~, los,que¡ pr.esentan alguDos
incon venien t.es,
, Estas operacione8 : deber¡~n h.acer-se en 19ran?e -esoala, !n
· las fuentes donde se reparte el agua, para eV/ltar el dano
de las cañerías con todos 6stOS sedimentos .
.. Ad vertimos q.ue la opinion emitida sobre bondad del
agúa nos · es ente.ramente pera,onal, que no está ~~s~da en
experimentlJs de laboratorio, 8100 en los hechos SigUientes.
Las aguas que no son potables no cuecen .bien 108 frutos
llamado~ legumbres, por1lue las sustan.cias·.calcáreas forman
en su 811perficie una costra dura y resistente. que no l ~ s deja
· s'rlIZonar; 'J ,no .disuelven.el jabon .. porque esas mismas
sustanciaslu descomponen formando un jabon de cal inso-
1 uble, por ouya razon aguas de e::;ta clase n~ sirven para
lavar porque oortan el jabon, 8egun la expreslOn dd vulgo.
Lo's .frísoles y el lavado .p.ueden serv.irnas de termómetro,
y creemos que .haya pOOIlS localidades en ,que los frísoles
se cuezan mejor que en .Medcllin,.y en las cuales se lave
mejor la ropa sin preparaciones de antemano.: de donde
sacamos la conseouencia, de que las aguas que se C005\1°
meo en esta ciudad son.do una calidad exquisita.
IV.
,.seria curioso levantar la costra ~upeifioia1 del suelo do
esta ciudad para · ver la · red inextricable de ~cue~ucto8
y zanj'ls que la cruzan, sin órdeoj en todas -dlrec.clOncs;
pero oomo. esto es casi imposible1 le ~Ilplicamos allectar
que nos acompañe con los ojos del alma-'para que vea lal
cosas que pasan en estas oañerías l5ubter,ráueas.
hEl ~gua de lasjlu.via~~y las aguas supias. p~sall¡ filtr4lldG
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
REVISTA. DE kNTIOQ1TIR 219'
y 8e introducen en estos ' acuedl1cto~ como dijimos hablan·
do de los drenajes.
, Si el agua enouentra algun obstáculo en 8u ,corriente,
trasuda y humedeoe la tierra. Si el obstáculo es, mayor,
rompe las paredes del caño y el agua 8e esparoe por todas
partes ó pasa á otra oañería cercana aumentando el.caudal
de agua de unas, con detrimento de las otraa. Puede RUceder,
y ha sucedido; que aguas de albañalos pasen en parte
á 10R acueductos de aguas potables; y que los dueños de
estos últimos se pongan contentísimos por el aumento re·
pentíno que acaban de tener'en sus '8urtidbres Ó poceta8.
V'.·
A <,sta ciudad'le-entran, por cañerilis, quinientas pajas
de agua potable, poco más ó ménos: trescientas cuarenta
y tres que hasta el añ'O de 1874( tenia vendidas el distri·
to, segun consta en la Crónica Mun2'cipal, y algunas más
que ha vendido despues. Esta agua es la· denominada con
el nombre de, agua del distrito ó· de Piedras Blancas. Algo
más de cien pajas que contiene el agua llamada de
La Ladera, y para completar el número redondo y aproximativo
de quiniectas, nos queda el agua que acabll de po.
nérsele al barrio de Villa ffueva, por cuenta de la Diócesis,
y por órden del Oapítulo, eclesiástico.-
Si cada paja de agua representara la pulgada de·agua 6
pulgada del fontanero, tendriamvs, para Medellin"por cada
paja en una hora ochocientos litros d'e agua, lo que daria
para las quinientas paja-s cerca d'e DIEZ MlLLONES DE,LITROS
cada veinticuatro horas.
Pero entre nosotros Ur madid'a usual' C'OID"O' que-es muy
arbitraria y no se ha fijado todavía lo que debe entenderse
por una paja d'e aguQ. Antiguamente era el agua que salia
por una abeFtura circular yue tuviera par diámetro doce
líneas, y las vendidos de algun ~iimpo , á cata pllrte tie·
nen sólo diez líneas de diám~tro.,
Establecida esta medida nada se ha fijado. Por una
abertura de éstas pued e pasar 1 cautidad de ag a que se
quiera, en la uni~ad d'e tiempo, segun la altura de su nivel
ó la presion que sufra ..
De aquí resulta que para que li901' una distribucion equitativa
se necesita nacer fuentes de compartimiento, que
se mantengan llenas 6 que valiéndose de medios apropiados
tengan un nivel fijo, y que los cÍl'curos de salid'a estén
todos á la misma altur&.
VI ..
Vamos á abrír aquí un paréntesis dedicad'o á rO! que
creen que para ser fontanero basta saber sumar y hacer
taladros de distintos diámetros, segun el agua que corres·
ponda á cada cual.
Si por una abertura d-e doce líneas de diámetro salen,
con una presion dada, ochocientos litros de agua, por esa
abertura con un diámetro' d6ble,. es decir,.con veintiouatro
líneas, sale una cantídad' enorme, que representa Ji{) el doble
del agua sino muchas veces ese volúmen. Al parecer
dos y dos no son cuatro y de aquí proviene el primer error.
Si á. una paja de agua se le aumenta una lfnea, el líquido
que sale de más no guarda la proporcion aparente
con el exceso que salga de una abertura de dos pajas, al
diámetro de la cual se le agregue tambicn una línea; y
esta es la segunda oausa de erre-r.
La profundidad á que está el circula ,or donde eale el
agua, la direcoion de eaa abertura, el espesor de 80S pare·
des, la inclin8cion de estas paredes, ya sean divergentes ó
convergelltes, el a.gregado do tubos de distintas formas en
las bocas de entrada ó de salida &.- ; todai estas circunstancias,
y otras más, son caUBas de error que no debe igno.
rar el fontanero, quien necesita, ademas de 8er honrado,
conocer muy bien las leyes de la Hidrorlinámica.
A cste escrito le hemos dado un caráéter demasiado serio
para que pueda admitir entre sus observaciones una
anécdota; y así, valid ~s del paréntesis abierto vamos á referirla,
pidiendo la vé ia respectiva á nuestros lectores.
En tiempos antiguos hubo en estll ciudad un hombre
hODrado que alcallzó una inmensa fortuna, haciendo bien
á los pobres, segun creia él y lo deoia de buena fe, y ,
quien nosotros le haoemos la jUtlticia de cree,rle tambien.
Su profesíon consistia en comprar tierras á los ricos para
venderlas á los pobres, por lotes yal mismo precio que le
oostaban. Y sucedia, segun se expresaba él mismo, que al
venderlas por partes; s-e ve,rificaba oon,ellas ovntiDuamen~e
el milagrv de los panes. Pur ejemplo: compraba una cuadra
por dosoientos pesos, y vendiendo cada\média cuadra
cuadrada, por ciento, le ha·cía cuatrooientos pesos, y mién ..
tras más la subdividía, má8 le producia !.
i Que no suceda lo mismo con la compra y venta delegaa!
VII:
Dicen ,los personeros del disbrito .que d-e las fuentes pú~
blicas sale para cada iudividuo, mayor cantidad de agua.
de la que le corresponde, porque las aberturas que se hi·
cieron al venderles (y algunas datan desde el año de 1800),
han quedado en el mismo punto, miéntr88 el nivel del
agua ha subido en dillhas, fuettes , por el agregado que se
ha heoho de nu.evas aguas.
A~eguran 108 propietarios del agua que "su easa no en·
tra sino una parte de la que tienen comprada~
Los unos y los otros tienen razon, La, mttad.; del agua
ó algo más se pierde en el· tl'ayeoto recorrida; ya por filtrllcion,
ya por rotura, y en ambos oasos con menoscabo del
agua y perjuicio de Jil salubridad páblica.,
Cómo pudiera evitarse esto?
Confltruyendo de lloy en adelante, al reformar ó haoer
nu(\vos aoueductos" oañerías, con arcaduoes, de hierro.
Segun los oálculos que tenemos á la vista, hech08 por
el señor JUBn Henrique White, 108 acueductos de esta clase
serian económicos hoy, áun haciendo venir e808 oaños
de hierro de Inglaterra: se aprovecharia el agua que se
pierde, resistiriatl al peso de los carros, serian, más perma·
nentes, má.s durables, y el ag r uJtaria un pooo fe-rrugi.
nosa, lo que convendría mucho á la poblacion. Si la Ferrería
se montarar como se piensa, estos tubos costarian la
sexta parte.
lAa Municipalidad" de acuerdo, con 10& propietarios, podia
hacer todas estas reformas de un modo económioo, siguiendo
para su realizacion un plan únioo. Esto va siendo
cada dia más necesario á medida que las cañerías aobuales
envejecen y qu'J la falta dIe agua y la insalubridad Tan
creoien-do .. ---
VIII.
El agua es para las poblaciones 10 millmo que para 1011
animales y 108 vegetales :. un elemento de primera necesi4
dad. Pero es preciso distribuirla de un modo equitativo entre
los individuos" las familias y los barrios" respetando siem·
pre los c't>ntratos celebrados hast,a el dia.
Miéntra& que los ind'ividuos en el centro tienen UDa can ..
tidad exce8iva de agua que les es inátil y hasta perjudicial,
los del Oamellon del Llano, t1ue es nuestro tipo en es ..
tos estudios, están sufriendo el suplicio de Tántalo: oon
las aguas de mllla calidad hasta el cuello y sin una gota.
de agua potable para calmar su sed. ~eoaen tambien so ..
bre las sociedades colectivamente las obligaciones indivi·
duales ~
" Dar de, beber al sediento. "
F. A. Uribe M(\jía.
•
MATILDE.
[Leyenda. histórica por Jua.n C. Tobon].
V.
Es el amanecer de un bello dia:
El 801 desde su carro de colores
Fantásticos y límpidos fulgores
Sobre la tierra en vía;
I
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Mil e008 déliciosos
Rom pen de las montañas el eilancÍo :.
~on 1a8 aves que en trioos Qrm.oniosos,
Salúdan la 1l1borad;a ~
Al beso ae la luz las flore! abren\ .'
Su perfumado b-roch~t
Óstentandó, la gracia y I'a hermosu'f$
Que entre BUS alas env.olvió. la noche.,
Tod.o era luz" perfu:mes y. armonía:
Que sol, flores y, av~s
Formaban en la aurora d-e tal día.
Todo inm~nso y'grandtos se o6ten\¡~ba"
El valle dulcemente sonr~ia)
Miéntr;t& en él un alma_ agonizaba
y un copawn m.orill •.
Era l\tatilde, la precIOsa vfrgenr
1a aromática f1~r delliódo valle,
¿Por qué sus negroS ojos cubre un vel'O,
ue intercepbu la· luz dIe su mirada?
¿Por qué 6U blanca, frente está surcada
YOi' las Dubes de amargo d'esconsuelo?'
Desd6 e1 wstante mismo,
En qoe sus l>tllloslabiós pronunciaron.
El juumentfJ horrible:
SQtj ojos en la sombra columbrAron
El espeotro glacial del impoSible.
Ojos q\1Q tan temprano d.erramaron,
La savia del dólor 80bre las flores,
De la pasion primera ~
Invierno que cortó la primavera,.
Antes que ésta prestara sus colores.
A la selva,. al jardin, ~ la pradera.
En la alborada de tah bello aía
Se levantó la j6,ven de su lech.o
Más temprano q 6 nunca, .
Lleno de ángutJoia y de dolor eh peclm~.
Laa e as el' .
En todo su semblante,.
. Cual la lumbre de uo astro agonizante,
TÍlrbida. luz sus oj:os de~pedian ..
Al abrir de su cuarto lad ventanaS
U'na carta encontró sóbre una de el1I18;'
Leyó su nombre all~ leyé. el de Cárlotl"
y sus ojos brillaron oomo e8tre llas.
Sintió un dól~r m-e~lado de a.legría,
Cruzó un santo reouerdo por su frente, .
Olvidó la amargura del presente
y la carta le~ó-, que asÍ" ~ecia: .
(( Ya qhe la negra estrella de mi vidá,
Miro elevarse en mi hóriiotité os(}uro;,
Ya qne ti~nde UDa mano m~ldecidá
Entre Iíli amor y mi esperanza un muro;,
Ya que el rigor de un bá.rbaro destino,
Me empuja del dolor por el sendero,
Regando con abrojos el camino
Que debo recorrer, triste vi3j~ro !
Ya que la luz de la esperanza mía
.Cual nyo moribundo de una estrella,.
Se apaga entlle la noche mud~ y fria
Del infortunio que mi fronti sella,
Quiero folver mis última~. tbiradl18
.A:1 -muertu-resplalIdor de aquel lucero
Que bañó en luz las h.oras perfumadas"
Dulces y costas ae iñi amo:- primero.
Sueños d.e ayer, visiones- Iumlnos.as,.
." Que~atra~esaron mi cerebro ardien~e;
Duradas y viajPras mari.posas
Por el cielo ain nube~ de mi mente,
¿Por qué vjDistei~ á dorar el oie~o .
(hcuro y silencinso de mi v.ida,.
Si era para de~pues tender un velo
])lás ne&ro aún sobre su lu~" qu~ridá?~
¿-'pUl" 'qUé h lig steis in! Alma enamp ,a
Prometiéndole un. cielo de ventura"
Si 'era Párá d~ipue8,. á rqwlidá,
Al'rojai'lá. n u~ limb,o de htmargura?'
Angel .! .... Bendita seas._!. ..
Perdóname que estoy desesperado.
Yo ruego á. Dios que encuentres otra alma
QUd te ame tanto· cu·al te am@ la mia:
Esta es la l:Iola, apetecida palma
Que el mártir del amor, ávido ansía."
Al terminar Matild'e 111 lijotu¡r
Que interrumpió mil veces.
Para. dar libre riendll á. su. amárgura,.
P~do medir el horroroso 'ibisnio
En el cual se encontraba sumergidri
Su alma primaveral,. llena dó sueños,.
En el alha pl'irnera de la vid«.
Comprendi0' lo que puede el égoismo.
De un padre despiadádo;
~ecordó Su terrible juranJ(~nto,.
y vol vierrdo sl1s oJos .al pasadó
DiJO con triste y tlíobbundó aC'ento ::
" Dios de piedad y padre generoso,
\1onsuelo de qui'etl llor.,
Genitor de los mundos:
Oye la triste y fuueral ,legtiria
ue se d . li
De mi allll~ solitárili.
Tú que el'M COmpliTherb
De todo~ 108 que estan desampllradoíl.
Del valle del dolor en el sendero,
Manda un rayo de luz de tu mi1'4da
Que ilumine mi vidá,
y se verá. de soles Mfon:,da
Ekta cárcel oscura y enlutadd -
Donde está prisionera mÍ1 alma herida ..
Dame valor para seguir la senda,
Dolorosa y somo ía,
Que debo reoorrer. catgándo el peso
De la. horrorosa cruz de mi agoní..1.
y tú, madre de mi alma,.YB que al Cielo.
Plugo arrancarte de la tierra impía'
Ya que cambiaste la mllnsiou del d~elo
Por la region de paz y de alegría,
Ruégale á. Dios por mi: pídele aiempre,
Por esta pobre hué·rfáUJ1 olvidlIdli
y mándame en la Iu-z de las estrellas
Tu maternal miraua,
Cuando en las noches !írnpida~ y be'llas,
Esté orando en tu tumba arrodillada."
Dijo, y bajando sus hermosos. ojos
Anigados eú olas..de quebranto,.
Se quedó pensativa y abismada
Como la estatua del dolor clanda
Entre un mundb dc luz y otr@ de llanto.,
Que las penaa sí caben
En corazones, vírgenes y buenos;
El amor y el pesar tan8{)l~ aJenos
Son á las. almas que ~atil' DO saben. .........
. NOTA.-En el canto rntf'!rior'de este poema, página 212, lfnea,
~9, de la 2 ... · columna, lice: "Las, ?iUestral ih¡síoll~a del plSlldo.~I '
l)e.b~ leerse :. "LSlS, tn'/.4cfta$. ~,.,Il . '
\
\
ALGÓ ACERCA. DE LAS LohÁs DE ·CANeAN.
it.
Allá muy léjos; aoercándose casi ' al Magdalena,. por loi·
lados del uaciUliento de San. Bartolomé, hay una. rica parto
de estas lomas que lleva el humilde nombre de "El Pantano".
U na elevac-ion de terreno,. notable por sd mucha al·
tura y por el espléndid(\ horizont~ que abarcá la vista del
que sube á ella, se enc51eutl'a comprendida en esta parte de
la! lomas. Loe jeógrllfos hacen mencion de esta altura y,.
'como para reunir todo lo repugnante en la nomenclatura
de esta parte, la apellidan oon el nomhre grosero de "La
Tetoná".
No es uno. 8010, son ,oos los horizontes inmensos. que
aparecen al que sube a·llí: e·l horizonte físico 'al deidoblarse
mundos y mundos, atrae las miradas sin cAsar,.sin tregua,
sin descanso,. y por decirl@ así, separa al hombre de su.
mismo puesto para llevarlo allá muy léjos, ~r confin. Al
alma, digo yo, se le abre tambien un horizonte extenso
en a(luella altura~ El hombre, como sintiéndose eh ella tnás
vecino de Dios, se siente tambien más grande, siente bullir
sus potencias interiore~ con más fuerza. En eu inteligencia.
se deshacen pliegu.es y más pliegues. y él se pOlle al instante
á apacentarse, cual hambriento ciervo, con los millares
de ideas qu.e el esp.ect!i.culo que ae presenta á su. vista des •.
pierta en iU alma,. quizá virgen hasta entónces de semejan ..
tes impresiooe8.
La Tetoná es un cerro de poca elevacion ab&oluta, pero
su altura,. en las regiones que ella ocupa, l:n haoe dominar
bO.O ventaja un territorio bien extenso. Ella f38 en esta parte
la reina de las alturas~ El hombre, de pié en BU cúspide,
siente y medita, e%amina y reflexiona; pisa el suelo, lo
golpea con el talon y se satisfaoe al hallárse á tal altura;
mira el horizonte y. se siente chico t mira al cielo,. aspira .,
se prostero&. Es cu·riOBO ver cómo caml:ria el a.precio íntimo
del s~r del hombre al vaiven de las sensaciones produciddk
por los diverso!! esp~ctá ülos del mu.ndO' t1lral: lo chico
á nuestros piés hace que Nos cODtetnpl~mo&. grand B j Id
grande cerca de nosotros hace que nos sintamos pequefioS.
El observad01~, de pié en la cima de Ld Tetoná, domina
un mundo eutero coa la \lista ~ gran. parte del Estado de
Aotioquia aparece á 8US ojos asombrados. Allá- al Orienté,
despues de las 10D1ás, mas a.llá de selvas y montañas tamo
bien, el ~ey de nllestros ·rios, el turbio Magdalena, la e·
peranza, el recurso basba ho, de tlueotro comercio,. se deja
ver con tn·ajestad en varios puntos. MáS allá. el horizonte
se extiende aún y la vista descubre el levantamiento del
terrp.Do, el empinamiento que comienza á formar la oordi·
llera oriental. Las sierras que á eSa parte aparecen n08
traen á la memoria rouenos notablea hechos de nuestros.
conquistadores. Ante la imag·inacion asombrada del. que
mira á esa parte, se presentan aquellos hombres llenoe de
valor, de audacia, de obstinacion) d'e firmeza y hasta de
brutalidad, emprendieudo h.echos cuyo cumplimiento, hoy
mismo, n08 espanta .. La vista dirigida al ~cidente y sal·
tando de cerro en cerro, dé colina en colina, llega hasta
las aberturas endonde está situada la rica poblacion de
Yarumal, y se p-ierde más allá, en el azul de las cordilleras,
y más allá. todavía en el azul del cielo. El hombre,.situado
en La Tetoná y mirando hácia el Oriente y h~cia el Ocoi·
dente, domina ". pues" con la vistn"como quien no dice nada, .
la granJe extension d~ la rama central de la gran cordi·
llera de los Andes de Colombia. La vista hácia el Norte
es no ménos ex:.tensa. La mirada entretenida, jugueteando,
recorriendo fi.los, siguiendo siemplle montañas, porqae el
artista tuvo genio especial aquÍl H(\ga casi ha~ta los con·
fines del Estado,. á las cordiHeras de Gnamocó, á detenerse
por esa parte tambien allá. en el azul del cielo y de los
montes. Y este poderos().aentido con el cual, aunque .ituados
~n un mismo punto,. recorremos sin einbar~o tantos
mundos, goza tambidn de tod!\ su libertad hácia el Sur: las
inmediaciones de Nare, las montañas i.omediatas á San Cárlos,
el c.an.o d.e 1/& Vieja', gran ~arte de la hOy'a del For.o~
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
&~a OC.a 'si descubren por aquel lado. Cuántas maravillas en '
una Hola, cuánto 'lujo siDarítico natural! '
Son muchas y muy variadas las condiciones que se necesitan
para examinar, para compronder, para observar
bien el cúmulo de b:echo!r', de verdades, de bellezas' r til,tnbien
de imágenesj,de ensueños, de ilu8iones que asaltan las~
potencias de la ihteligencia en eltte punto. lla cal ma in;
diferente del ' estoico,' la fria medltacion del filósofo, la
útil y mesurada cu·rios·idad del' naturalista, la looa imagi~
nacion del poeta, la fantástica inventiva del iluso, la' aten;
ta observacion de la' ciencia, ' la frívola curiosidad de la
mujer, la extremada desconi-llnza del positi vista, la fe ciega
del ascético, ,la grande impresionabilidad de la sensiti va,!
las dulces armonías de la música, los gratos encantos ' de la
poesía, 'el mayor n(finero de pasiones, el mayor número do
virtudes, la calma, 'el entusiasmo,- la loeura; el mayor, el
más grande, el má8 inmensO' número' de sensacioncs, y más '
y más se necesita para pouer' sentir y comprender aquello.
Oh! si los ci-elos estuvieran' siempre más cerca de nosotros,
su vecindad nos haria mejores y más grandes !
Al rededor de esta altura,·que es como si se dijera utla'
loma más alta, ee desenvuelven ot'ras lomas que' se extienden
y ondulan' á lo léjos y ouya vista colma de encantos
y conmueve con indeoible agrado"el oorazon.
Es tan bello, tan natural, tan espontáneament1e conmn:
vedor, tan lleno de encantos aquel paisaje, que el observa.
dor mira á todas partes y no a~ sacia; ' escucha atento por·
que le parece que allí deben oirse cosas extraordinarias;
aplica los sentidos al estudio de todi> cuanto le oircunda,
y luégo se repliega y se concentra eobre si mismo como
para meditar, como para observar, como para asimilarse
cuanto hay de externo en ellle mundo. Y quién no se
enC!ntB, y quién no se embelesa, quién permanece impasible,
J quién no ee ~ntusiasma en presencia de aquel
irimenso horizonte y á la vista de aquel pasmaso hervor
de colinas y montañas! De tal manera,' en efecto, ondulan
estas lomas, que una imag,inaoicn' ex:altada ve en ell as
los 8 e s ui ,en eh -
llicion, óel remedo de un cuantioso cúmulo d-e las quietas
olas de un mar cuajado.
Pastos fértiles, casi siempre abundantes y verdes, cubren
porciones extensísimas de aquel terreno. Con su forma especial,
cubiertos así de una tupida, lujosa y rioa alfom bra
verd e, esos terrenos engendran pensamicntos hasta extraños,
pensamientos y deseos infantiles: el enamorado observador
quisiera arrancar y robar témpanos de a1lueJ terreno
pa-ra llevarles siempre consigo, para colocarlos en la mesa
de estudio, al alcance siempre de la mano, en presencia'
siempre de la vista. ¡ Bendita sea aquella pintoresca altu'ra
de cuya oúspide se domina'n tantas y tan bellas cosa-s!
¡ $ublime eSCUEla en la cual so enseña á los ojo~ á mirar I
\ Fuente nutritiva del espíritu y del s..entimiento!
Entre el terreno perteneciente al Estado de Antioquia'
que se descubre con la vista desde el alto de La Tetoná,
hay pedazos de sorprendente beBeza y de extremada feracidad.
La hoya de la cruz, la d'ell'i<> San Andres, la del San
Bart.olomé &.a encienden en el a-Ima las mayores ilusiones
y mlintienen las más gratas esp'eranzaff. Sus terrenos planos
y fértiles, sus bosques seculares tan llenos de maderas
preciosas, BUS abundantes aguas, sus ricos minerales los
predisponen, á lo que parece, para desempeñar gran-des
destin os en el porven ir de nuestro suelo, con las generaciones
venideras. N \lestro prinoipiado ferrocnrril no está. léjos
de ellos y llegará un dia en q'ue en esos mismos bosques
seculares y espesos en 108 cuales se encuentra hoy á oada
paso el tigre hambriento que devora y el reptil inmundO'
que muerde y enTenana; en esos mismos bosques de cuyas
oiénagas y escondrijos se levanta el miasma pestilente qu-e'
acaba en minutos con la vida, y en cuyas rocallosas conca·
vidades se repercute cou estruendo el bramido estridente'
del fayo que fulmina; en esos mismos bosques; digo, se
alzarán numerosas y elegantes poblaciones que con fre-lleD~
ia lanzarán la voz de sus oampanlAs hasta el oielo, en
señal de alegríá por la inauguraoion de alguna nueva rama
telegráfica ó , de alguna ramificaoion del carril de hierro
que las enlace y las estréone más y más.
Si nuestro mundo av'anza, el obserTador que trepe á La
Tetoná dentro de tres Ó' cuatrocientos años, dominará, 8in '
duda, un paisaj,e espléndido"variado y rico, pero tan diferente
del actual como 'lo es la naturaleza del arte, s, organizada por 01 señor'
Lino R. Ospina, prepara dos comedias y un drama franoes
del repertol'ilJ español moderno, qu'e se ejecutarán en las
noches del 20, 22 Y 23 del corrient'e mes.
Esta ciudad, que progresa en diferentes sentidos y que
aspira á figurar en segundo término c'omo culta, nellcsita ur·
gentemente de un solaz que á la par que drvierta, instruya.
El tpatro es sin disputa el llamad'o á proporcionar tales'
ventajas.
La monotonía proverbial de nuestra v'ida, el encoghniento
en nuestras relaciones sociales, y el escaso' cambio de
ideas que hoy tenemos, se combaten irremisiblemente OOl!
e!!pectáculoB de ese' género que mora!izan y abren amplios
. horizonten1 esplritu. I .
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
.t
'REVISTA DE ANTIOQUIA
Pretenderaeguir viviendo como hasta aquí, taimados, hos· I
.cos é inurbanos, será bastante cómodo si se quiere; pero
.'lllUY poco digno de hijos de una ciudad rioa que va muy
,aprisa en el oamino del pr.ogreso material.
H ay otro motivo que debe entusiasmar.nos ~Qbre mallora,
: y es el aniversario de nuestra emancipacíon política .que
.trat" de oelebrar el señor .. Oopina. El sentimiento de gl'a-
t-itud á los fundadores de la Repúblioa deBe ser gr'a.nde y
espontáneo en esta ooasion, y por lo taoto no dudamos de
.gua el 100301 del teatro se verá Ueno de una namerosa y
escogi da concurrencia.
El t3eñor Ospina posee un repertorio selecto de las últimas
piezas que se han representado oon notable aplauso en
"España, Escrita~ con singular maestría, exornadas oon una
pulcritud de estilo ioimitable, en versos armo.niosos,y s o·
·noros, ellas son tambien el refiyjo de las oostumbres D.u c.s·
tras, y á una moralidad sin tacha se une el iuteres más
grande que pueda darse. A ese género pertenecen las piezas
cómicas intituladas: " 'Las Riendas del Gobierno ~',
"j Viva la libertad J " y "Mi honra .por su vida", de los ;da·
mados eacritores don Henrique Zumel y don Ventura .de.la
Vega.
El teatro español siempre ha .figurado en primera líne~ ;
los Lope de V ~ga y Oalderon de la Barca han abundado
'en la tierra clásica do la hidalguía castellana. En estos últimos
tiHmpos Bl'eton de los H erreros, Luis Mariano de
,Larra, Tamayo y Bau~J Rubí, Zumel y mil ingenios más,
han rivalizado á los antiguos olásioos, y arrancado graudos
4lplausos en las naoiones cultus. ,R~p€tando el lengu~ e ,
copiando escenas de oostumbres, deprimiendo el vicio y eusa1zando
la virtud, esos talentos se han .heQho simpátioos
.y po pularf's en todo el mundo.
La. obras que se repl'esentaFán en las nOQhcs en.uncia,da~1
á la par que morales en .grado eminent~, son de manifiesta
actualidad en los, tiempos que alcanzamos. No solamente
lOE particulare y las faUl ' ias, siu tambien los pueblos
enteros hallarán en ellas útiles y proveQhosas enseñanzas.
. Ojalá que el s~ñor Ospina logre el objeto que se propone;
y que esta 8Clciedad recowpense d~bidameute los esfuerzos
de los jóvenes aficionados qUti trabajan por di·
v~rtir y moralizar Duea.tro .. pueb1o • . Tal.es,son. pu~strQS . vo-
, tos.
o Julio 8 - 1876.
~ntop.io M.a Restr.epQ.
•
"LO ~UE DICE DOÑA ANSEtMA.
(ARTÍCULO DBDICADO EXPRESJtHENTE AL BELLO SEXO).
"Está visto: la CI' Ui: del matrituonio . es nada, .si se compara
c.on la cruz negra; sí, s~ñor, con la cruz n~gra. Nada sign¡fi c~n
nuestras eufel'medades, ni las de los ~ijos, esposo &,& &,&, Y si digo
bieu, la mUt'rte de ninguno de ellos causa tanto h0rl'Or COllO la
cruz negra, con la cual tenemos que cargar por doquiera que vamos,
y que irá á ser indudablemente nuestt'a propia coad~nacion."
Palabras tomadas de mi vecina doña Anselma, 'y que en noches
pasadas profería, paseándose en el corredor de,su casa,' al tiempo
que acertaba á entrar yo con el objeto de hacerle una visita,
Esta mi vecina es una señorona que (".stá rayando en los cincuenta
añus, mujer de genio ak-gre y travieso, maneras cultas y de muo
cho chiste para colgar un pn'ljimo, corno ella dice, Cuando prt>para
bien su tijera, no se le,queda títere coo cabeza. Recibe fre0uentes
visitas de todoa sus amigos, quienes no desperdician Q-Casioode hacerla
compañía, por,oir ~us :felices.. .ocU\:re.n~ias"Es vjuda d~ r UD 00-
ronf'l cuyo nombre no viene al C/lSQ.y q,ue.wu.rió por allá 'en el año
de 1860; tiene únicamente dos hijos, uno que trabaja en este lug,ar
para subvenir á los gastos de su madre, y otro que se fué á reC8-
rrer es.os mundos de Dios sin mas equipaj~ que BU linda cara y un
bay~ton á la espalda. -
Decia, puesJ que mi vecina estaba de pólvora en noches pasa.
das, al tiempo que yo entl'ab& de risita, y que echaba tajos y reveles
contra la cruz negra,
. Yo, que habia oido toda la fiesta desde el porton, vacilé
I..mucho al entrar) porque ,mejm giné atria a~gulla ~8puta . domés-tica
de aquellas que á nadie le gusta sepan los extraños' más
como I'epentinamente cesó la tormenta sin que nadie cont;stara
me dije; "Hoy está buena doña Anselma; entreIDos~ que de segur;
nos pasamos un bu~n rato"; y di tres golpes á la/pJlerta,
-Prosiga, conte~tó una voz femenina.
........ 4\1uy buenas lloches, vecina.
-Felices, dQn Dami~n. Qué milagro es verlo! ¡,Qué tal está
usted~
-Regularmente, 'doña Anselma j y .usted se conserva bien?
-Tal cual, v"cino. Tenga la bondad de sentarse.
.---:.Mil .gracias .
~y i,qué ha ocurrido dE' nuevo, don Damian1
-Parece que no hay nada notablE', doña Anselma; todas las cosas
sigllp.n cQmo de ordinario, Y á ustE'd i4ué le ha ocurrido que
tne está pareciendo como abunida ó e,~lfe.rrna?
-9lJé ll.a de ser si no que me tiene 10<;a la cruz negraJ don Dap;
lian.
-Efectivamente, vecina; oí al entrar al zaguan que usted andaba
por el corrpdo\' echando mucho en coutra de la cruz nagra ;
pero me quedé á la luna de Valencia, por no sabet' de cu ál cruz
hablaba usted, y &upuse ,que ~al vez se referia ti la CI'UZ de Bara-coa
'!"
-No, señor, de la ,crqz del sacri.ficio; de la ·cruz de todas
nUE'stras cGlpas y pecados.; del .retr.ato del mismo ;Luc fer : en
una, sola palabra, de las negras qpe sirven en la coc~na.
-.AcabáralUos! Puco e.¡;lti~ndo y.o de est' asunto; mas como mi
s('.ñora es ta(l.lbien enemiga acérrima de éstas, segun lo que le he
oido decir, y busca un remedio, á cualquier precio, para no ocuparlas,
tne volveré todo oídos para escuchar lo que va usted á decir,
,pups tal v~.z ,pueda convenirme,
-:Siéllte 'e uste.d aquí, don Da~ian, t>ara que , conversemos detenirlamente,
-~il gracias, veQina.
.D (~ña Au elroa me encendió .un cigarro, y .arrellanándose en
su .sillqn, Ple dijq:
Na tural mente, á u:¡te,d .no le gusta rá naqa el tema de esta
conversacion, porque él es prQpio ,únicamente de mujeres' pero
cO plo es de cOQfianza, nada. itllporta que sufra usted a.lgo; , al fin
ya conoce mi genio,
-Al contnuiu, vpcina ; el hombre se hastfa con e~ a vida de neo
gocios y papeles que tanto le dan en qué pensar, y busca con ft'ecueucia
la sociedad de personas como usted, en cuya .conversa·
cion ~ ncue nt\'a . un placer pOl!it~vo. Al méOOB por ml me atrevo á
ju~gar á los demas hombres.
-Sabe usted, vecino, me.dijo doña Anselma, que el año tiene
doce /Deses?
.-SI, señora; doce meses cabales .
-y i,calcula usted cuántas cocineras he tenido en el ~ño que
aca ba de pa ar1 I
-No es mu], fá~il ad,ivinarlo, s~ñ9ra.
-Pues he tenido treinta y ' seis.
.--:Treinta y seis?
.,..-Sí, s~ñur, tl'einta.,Y . seis. No. vaya & reir:se de mis cosas, don
~amian .i, Yo he llevado tQ.das estas cuentas sólo ·por curiosidad,
.."..Pues es bien cl'ecida la qifl'a, doña Anselma.
.- U lla~ tnt> han dUl'ado un mes, otras quince dias, otras ocho &. &
&.&j pero he llevado la cuenta exacta y han entrado á casa treinta
y eis co. .c i~eras en el año.
--Parece que .usted fuera .Pluy partidaria del adagio aquel de
que" en la va.1'iacion está fll placer." .
-No consiste en e:iO, don ,Damian ; consiste en que la mejor no
sirve ,para hacerle.un presente á J údas.
-'Ajuhgar por lo que estoy oyendo, usted como que profesa
poco 'ariño á esa clase de gente.
-,Eso ('s mliy cierto, vecino; no puedo verlas ni pintadas. Voy
á hacer a usted uua pintura de lo que ellas SOD , para que en sel~
guida me diga con todl\ franqueza, si tengo ra,zon 6 nó al tratarlas
como la ,hago, POI' supuesto que muchas cosas no le sorprenderán
á usted, pOl'q ue COloO es casado, ya deba tener algunas noticias,
aunque vagus, de lo que son en realidad j pero no importa.
,,-Expl~411e~e ust fi, doña .Anselma,
.,.-La.!llejol' de todas es l~dI:QDa, Hoy,entra al servicio de usted.
y de~de el instante en que se le ofrece como cocinera lo primero
. que,hace.es de.cirle que ha es~a(!o sirviendo en casa de don Fll lano,
en casa de don Zutano &,8., buscando siempre los nombl'es de
las .personas más acomodadas del lugar, en CUyliS casas habrá ~s tado
un dia cuando .más, llenando alguna vacante.
~Y ll.ué sabe. usted h~cer, Maríá1
-PUf'S, wi señora yo sé hacer esto, sé hacer estotro, y esto·
tro/ .l!-esulta que saben hacer hasta pajarit.:>s de oro. .
.-A cómo se alquila usted?
-Yo ~iempre he servido á cuatro pesos.
Al pronunciar esta palabra deshilachan el fleco del p,,~~lon ,
escarban con el pié en la juntura de dos ladrillos, ó rayan c&n .la
uña del deuo pulgar de la mano derecha 1& pared á la cual se h~n
recostado .
-Pero eso será en lal casas de los ricos, dondi haya muc~a.
. ente. donde tengan, que moler .el chocQlate.y., bacer lQ.uq}los ,pj)~
t,ajes en la comida.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
-y cuánto~ son los de aqun
-Aquí no somos sino do, y COlDO estamos pobres, las co-midas
son comunes; por manE'ra qlu"l\ las trE'S de la t~rd(" ya puede
usted irse para su cas~ completamente deSOCl.lpadll.
Convi8nE'D al fin en alquilar&e A razon de veinte real~s III mes
y se comprometen á volver al siguiellte dia j p~ro no CUmplE'll, don
Damian, no se le!:! vuelve á ver la cara, y dE'jan Á una con un palmo
dE' narices esperándolas, y perdie:ndo mucbas veces la ocasion
de consei'uir otra rn~nos mala, de la cual hay siquiera informes,
6610 pór no quedar mal con ellas.
-Pero eso ~ inicuo!
-Si, st"ñor, así como se lo digo es. Otras sí vuelven, pero Á és-
'tas hay nec'bsidad de entablarlas, ~Ye f!'s lo más penoso del
mundo.
-i y qu' es lo que ustf'd llama entablarlas, doña ~ns.lml~
-Ponerlas al corriente de 1a3 costumbres de la cas", de lA
manera dt> hacernos las comidas, 11\ hora que tRneroos señahtda
para E'sto &,- &.a EstA es, don Damian, 11n:1 tarea de aquellas que
hacen nacer en una el de~eo d6 no tener cocinp.ra.
-Pues, y lu~go que et\tltn enladnlladu3 6 entaólndal, como usted
dice, ya no d~sCRU un por fOsa parte?
-Cá)]e~e esa boca, don Dr-mian ; I!li eso bastara, la cosa seria
distinta; es qUE' ",un desput>s de entabladas, siempre tiene uno
que l)agarlt"s y hacflrles la comida tambien.
-Eso no puede ser, d(,ña Anselrna.
-sr, señor: como ella~ ven que al principio una 1f'1!' 3Juda,
miénlras se ponen al corriente, resulta que mÁs tard~ ya no
pueden hacer nada, sin estar el ama presente, y una tiene que hacerlo
todo.
E as son las que 'se qu~dan ~n la casa. Hay otras qUE' vif'nen á
servir un día cuando mAs. Estas no tienen otro oficio que andar
aVeriguando qué es 1.0 que se usa en esta casa y qué en la otra/
par" hacer enredos dondequít>ra que se E'nCuelltren.
Todas entran al ser,icio muy' humildE's al principio, se tl!lmeran
Jos cuatro primeros dias en hacer buenas comidas, y cURndo f'st:in
abulTidas, que es al m~s á l~ sumo) buscan modo de disgustarse
con la señora para desocupar el pue:sto, ~orque no quieren
nnnca dejar á una ~n sana paz de Dios.
Otras hay , y éstas l!on las peores, que si no tiE'oen padre& vivos,
hijos Ó t"sposo, no IE's falta alglma comadre ó al~un art'inquit¡ Á
quién mantE'ner ¡ y toJos ios dias por la tardt'l salt'n de la casa con
su tapao debajo del pafiolan,
, , ue cocinera \lE' duerma en la casa?
-Porque e as son peorts, aon arnJa · . A esas hay que cuic1arlas
corno 1\ niñas bonitas, porque aunque se se-pa de una manera
pública qne se les ba ~egl1ido cat;sa de vagancia por ~. u vida relajada,
nunca falta hlglln deudo suyo que vaya á donde una i\ suplicarle
encarecidamE'nte no se las dE"jeo salir á la calle á mat¡dadol
y mucho m'éno solita~. Esas mantienen tertulia fin la puerta de la
calle todas las noches, y el cuarto eudonde babit~n lo ponen asqueroso.
Yo prefiero clialq uier plaga en casal á sufrir cocinera que
duerma en ella,
Antf'riormente habia criados 6 sirvientes muy ~umisos y humildes,
sf'gun 10 que me c(,nlaba mi madre, de los cuales ~ la más insignificante
senal se era inmediatamente obedecido. Hoy con el CUE"nto
de que la ónseñanza es obligatoria (>n el Estado, y que t.odo títere
con cabeza ha de ir t\ las t"scuelas, nos han puesto en un predicamento
fatal: por supuesto que eso será muy but"no, no digo
que nó; pero nos han matado, don Damian; yft no hay negra en
e ta tiel'l'a que no sepa frances, inglé y hasta gimnasia. Hoy si
llamamos R alguna cocinera para qUE" nos sirva) no crea usted que
DOS aluda como anteriorDlente: "Cómo está su merced, mi señora?"
SiDO que su saludo de ordrnanza es el "Bonjour, Madame.',
-Esa t's mucha exngeracion, dona An~E'lma !
-No exagero nada, don Damian, todo lo que usted está oyen-do
e el santo evangelio.
Hay algunas á q,,¡,.nes no les falta nE'ne al lado, y que mUf!hu
veces por ese grande inconvenientp. dejan de alquilarse; pero éstas
al tiempo de entrar á servir en una casa, p/men de manifiesto esa
circun tancia, con la expresa advE"rtf'ncia de que no I~ consentirán
que alga do la cocíAa. Á éstas las d~testo más que 1\ todas, ya
porque se cuidan poco de hacer las cosas con el debido aseo, ya
porque nada les importll que el nt>ne de sus entl'añas est"; metiendo
sus manecitas bi(>n sucias en cuanto trasto se enc'uentra en la
casa.
Agregue usted que casi todas ti(>nen por co~tumbre dejar
en las tiendas, cualldo Sf' las manda á comprar alguna cosa,
piquitol de cuarta ó trueque de que se aprovethan más tarde.
Es una cosa bien sabida) don Damian, que todas ellas son muy
malas, y que 'e cuidan muy l'0co del aseo E'D lo qnt hacen y en
su propia per ona. Si cierra ustE:'d un ojo le secan un cu bi~ltO 6 un
plato en la aya; si u 'ted c&pa.b'ila le muelE'n las arepas fumando
tabaco y d~jando capr sobre 111. masa cierto hilo sem~jante & una
hebra. Se descuida ullted un instant~, y cuent~ po.r s~guro que se ,
engullen lo DlE'jol' qUE' hay E'n la cocina y que no le lIe'f'an Á la me- :
sa sino los sobrados. Esa es la canalla m~s df"testabJ'e qu~ hay,'
don DamiaIJ. Si yo fuera legisladora, trabajaria incllnsab,lemen
porque se expidie-ra una ley que dispusiera 'que. todas en gene-ral
la9 ~nvi~ra~ ~ Patiburrú, un año, conel obj~to de hacerl3¡~ uriar
de costumbres.
Pero" qué vamos ~ nRCE'r! Hasta por ahf somo~ de!lgraciadas ncs~
Qtras. Los hombres bacen sus leye á su amaño, y, qué leyes
aquellas! Leyes de embudo, coo las que buscan para ellos lo a.ncho,
y para nOSf)tras lo angosto!
-No diga tal, doña Anselmll ~ si A usted la oyeran, de fijo qu~
seria la primera que marcharia á Patib'tlrrtí.
-Nada importaria: me lIevarian (Jorque habia dicho la \"erdad~
Hoy qu~ esto) d~, buen humor) y que be encontr~do qui'én me e~~\\
che con ~ ~ncion, quien desnhog~rme ~ mi~ a,ncbas.
-,~A lín hay algo más q'.!é decir de ~Sll pobre ~eote?
- Pues si tlma. ,. , ' ,
-Encienda este otro t~baquito, y pré&teme tin poquito de
atf'ncion.
Bueno serÁ quP entiendan mis lectorE'~, que cuando doña Anse-l.
roa torna la palabra no bay quién 3e la quite; y que para
slt1iTar que sea, poue por delante una ruano, 'de temor de algu-
11\ interrupcion. ,
-Abunido lo tpndr~ y& ton tsta eonversacioD taq pesada, ~no
es verd~d, don Damian?
-Al contrario, doña Ans~lrila, iDe distr~igo mucho con es\a!
cosas.
-Iba diciébdole qUt hay llna~ 'c'ociot'ras m~s malas que otra ~
pero que todC\& en general ot;l (Jéslmas, por cuyo motilO la& llamamos
la eruz fJegra. Yo quisiera que tuviéramos tiempo suficiente
para hact>r1e una pintura mas 'á lo vivo de lo que son en realidad;
pero como noto que hstad St' está fastidiando, serÁ bueno que
~u,speDdamQs la conversacioll sobt-tt este asunto para continllarla
dt'spl1es,
-Como guste usted, ~ofil\ AnseliD/),. Vo me distraigo 4n yo cuando usted entraba, qué va
op¡n~nd01
-Por lo que he oido " usted y. por lo que he visto en cas¡l¡ creo,
y tengo firme convencimiento, de que lo que ueted dice es el
tvaogelio efS t,·¡unf.!
-OjalÁ que usted supiera otrae C08J\S t
-Bien, pue&, vecina, dije levant:indome j que paee usted muy
bu o ---
-Por qué tan pront01
-Es tardf' ya, y conviene dormir algo para poder trabajar
mañana.
-Plles no olvide el camino, don Damian. Recuerdos á Heliodora.
-Buenas nocl:!t>s, ncina.
Despues qup aH ~ la calle dije pnr~ mi coleto: 11 Esta mi vecina
es un demonio; no hay qué jugarlt' J) !
DaUlian.
AVISOS.
JUAN DEDIOSURIBE G.,
DOCTOR EN MEDICINA Y CIRUGIA
De l,a :Caculta
Citación recomendada (normas APA)
"Revista de Antioquia: periódico literario, noticioso y de variedades - N. 28", -:-, 1876. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3682224/), el día 2025-05-04.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.