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PERIODICO I:lOLI'I'IC.O y LI TERARIO.
BU Al. 11. } Vincit omnia V ritas. { 1'0.'1. 1 I
Este periódico snldra d hlZ los dias l. o JI !I 21 de cada mes. Tendrá
16 pajillas, y el precio de jubscripcion por 1 71Umi-rOS correspondie7lt
s ci un Seme tre, que se paKara adelalltado, será el de tres
pesos. Cada núme"o ue/lo valdrá real y medio, y se velldera en
la tienda del Sr. L.etamendz, en donde se recihirá" las subscripciov.
s, y ~e entregarán los núma09 dios su bscriptO'tes.
CONTINUACION DE LA RESPUESTA
Á LA CRITICA lAJADERA.
Bn el artículo 3 del Cen or de Santa Cruz, defendiendo
su revi 'ta políti a de Bolivia, hallo el cargo que hace e te
crítico á aquel Presidente de la república por la formacion de los
Códigos que llevan su n mbre. Dice que aquel era en un
todo plaji ta teatral de los grandes guerrero del viejo mundo,
y no podía echar en olvido que Federico II, rei de
P 'J'U ia y Napoleon habian dictado sus códiuos respectivos.
Feliz, ó de cómo se hacia
el monopolio de la ca carilla por Sant. Cruz, se atreve el impudente
escritor á decir: lrisarri confie a que él tambien fué
invitado para entrar en la asociacion. . En dónde habrá ballado
e te torpe escritor e ta confe ion? Es verdad que él no
entiende muí bien el ca tellano, y que lo e cribE} como cualquiera
de lQS camilucho de su tierra. Pero e admirable encontrar
un hombre que entienda la cosas del modo qu las
entiende este. Lo que yo dije en la revista fué 10 siguiente:
yo debía haber tenido parte en este orlado monopolio, en caso
que lo hubiera habido, y debieron tenerla tambien lo. señores
Villamil, Heros, Seoane, Zavala, Mas y todos los fran-
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' ¿. 'e:J ·é Ingle es que han e peculado en este Q1'LicuZoj p 7
no sé cO'1iw hubiera yo pe'! d¿do 1; iute mil l/e o 01 'mil
quintales de cascarilla que umití á liuropa, deL]Jue de te'
Ji~rlos allí mas de tre a 110 , y estando el Jeneral ~anta
Cruz intere ado en e te monopolio de nueva invencion. He
aqui como nuestro hábIl crítico sabe sacar una prueba de la
existencia del monopolio, y una confe ion de Ir'isarri de haber
sido invitado para entrar en la asociacion de los 'lnonopoli
tas, de la prueba mi ma que se dA de que no pudo
haber tal monopolio, cnando el mi. mo Ir¡sarri y otros infinitos
e pecularon en aquel artículo y tuvieron pérdidas. Este
crítico no sabe que el objeto de todo monopolio es el de
comprar barato, haciéndolo por pocas mmJOs, y vender caro
quitando la concurren ia de los vendedores, Nadie ha entendido
nunca por monopolio, sino un derecho exclu ivo concedido
á una, ó mas personas, para negociar en algun ramo de
comercio ó manufactura; pero cuando hai personas, que sin
tener e.e derecho exclusivo, compwn y venden la cosa qu
se supone monopolizada, como ha habido centenares de Ingle-es,
Franceses, y Norte-Americano que han cargado de cascarilla
muchos buques en Arica, con que han abarrotado los al
maccnes de Inglaterra y de Francia, se dá el nombre de monopolio
á la cosa qu menos le conviene. Las razones E;Xplle
tas contra el sl1pue to monopolio no pu den ser mas evi
-dente, ni las bachillerias que alega el revisor en apoyo de la
xi tcncia del monopolio han podido s r mas vagas ni mas ridícul
j ni las and ces cou que pret nde de vanecer el mismo
escritor la prueba que dí en mi Critica de la Revi ta
contra la exi tencia de tal monopolio, que me trajo l1na pérdt
da de veinte mil p sos, pueden er ma di na dp. un escri
tor, que par ce no ha trntado en n vida ~ino con la hez
de lo marineros y oldados, y que jamas se rozó con persa
nas de buena educacion. Á semejante escritores no se les d -
,be conte tar sino con el desprecio que e mere en.
o En cuanto á la compañia que supone el Revisor que tema
hecha Santa Cruz con el español Mas por vestuario de
los soldad s, yo no la creo por mucha razone; iendo la primera
de ellas, el no ha er vi to este cargo ha ta ahora, sino
~l!tre tod . lo derna que forman el catálogo de las calum
nJa re apIladas, Ó inventadas por este desgraciado esoritor. Júzguese
de los documentos en que se apoya esta del vestuario,
p r la siO'uiente oracion de nu stro crí ico: las contratas de
'Vestuario no se hacían recibiendo librerrumte la propue la
mas ventajosa, porque Santa Cruz ya tenia acordado 'Un
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contrato sin Urmt.Íno con su socio, que procluciria probable
mente ventajas considerables tí su persona. i PROD C1RlA PROBABLEMENTE
ventaja considerables á su persona! Esto es
mui convincente, mui determinado, mui seguro. Á lo n en09
nos dá la ma exacta idea de que el escritor no e pára en
niñerias, y que es capaz dc levantar un falso testimonio al lucero
de alba~
En cuanto á la prohibicion temporal de lanas, que dice el
articuli, ta que decretó Santa Cruz con el pretexto de fomentar
la fábrica de bayetas y bayetones del Cuzco, exc ptuando
á algunos e peculndorc de la Paz, 'racna y Arequipa, y
no sé otra cosa, sino que es falsa la excepcion que el crítico
nos asegura; y me basta para no creer en ella el encontrarla.
en el catálogo de las calumnia. En cualquiera otra parte en
que la hallase, no me mereceria el menor crédito, porque la omision
de los nombre de aquellas personas exceptuadas de la
prohibicion de extraer laua , me haria ver el carO'o como impro
bable, y para mí, tratándo e de hecho, ninguno me parece
cierto cuando se me pre enta improbable; mucho mas cuando
esto hechos son referidos por hombre arr trado~ por pa io
nes innobles y vergonzosas.
C n respecto al otro cargo pre entado por nuestro crítico
contra. Santa Cruz, por las neO'ociacione de azo0'ue, debo decir
que la oracion sol , con que empieza á tratar de est materi'
el e~critor, prueba el ningun fundamento que tiene para hacerlo.
Dice a i: Nada diriamos 're pecto al artículo azo![ue ,obre
el cual la especulaciones de D. Andres Santa Cruz han
podido e "cudar e con el sello de una necesidad imperio a,
pero alO'o se ha traslltcido, y no de lJeqneña 0'7~avedad. i lrisarri
no lo sabe, pregúntelo á su Mecenas_ Yo n sé lo que dirá
Mecena"i p ~ ro lo que yo dü;o es, que ese alp'o que se ha tra -
lucido, no puede ser cosa de gravedad, porqu yo no conozco
cargo tra incido que sean grave carO'o. Todos Jos calumniadores
tra~lllcen sus cal umnia del mejor modo oue pueden
tra lucirla, y mientra ma impudente es el calumniador, tanto
ménos necesita de motivos para tra lucir. P r lo demas,
yo no veo en que pnede encontrar un motivo nuestro crítico
p ra decir ne Santl Crnz e mi M0.cenas, cuando ll [\die puede
ver otra co ( en mi conducta con re pecto á él , sino que por
ahor- yo oi n patron y él es mi clierft; yo soi quien de
fiendn y él e. el d tendido.
En Clllnto á la hi, tOl'ia de la natural za del banco de r s
cates d B >Iivi", COl que ha C¡ll 'rido regalar nue. tro crítico
á us lectore de Chile, puede er muí in, trnctiva pal'a
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.lquellos qu no ~epan lo que son los bClncos nacionales de rr
ate y habilitncion de mille ria. Peru 1-o.1'a el qtle sepa qu s~
to bancu acun u PI vrchos de la habilitacion que ~e hace
á los mineros en lo~ o..i<'ntos de minas, proveyéndoles con
el valor nntlcIpado del azogue, y pagándose con el de las pastas
de oro y plata, las Ilociones que se pued n so. af del artícu
lo de lllle tro crítico on ~ umam nte impcrfecta~, y d nada
pueden ervir para conte,tar á lo que se dijo contra el upue
to monopolio de azogues n las pájinas 19 y 20 de la Critica,
hecha por D. Antonio José de Irisarri, de la Revista Polftica
de Bolivia. E te escritor tiene la gracia de repetir las mi mas
cosas, sin darles siquiera el aire de Jo. nov~dad, y de escribir
mucho para no decir nada.
La conclusion del articulo sobre azogues, la termina nuestro
crítico con la siguiente oracion, dirijida al l)e(ensor de
Santa Cruz'-' Ofrezca al Ecuador que se encargará de con ..
" tratarle un empré~tito en Lóndres. Ofrezca á Nueva ,Grana-
'd<: el de:semp ño oe una mision diplomática; y verím mui
" luego los gobiernos de ambos paises, si aceptan H1S sel:vicios)
"que su habilidad sabe sacar rccur os de la nada, y que como
"negociador de tratados, sabe cumplir con las in trucciones
" que se le uan, y llenar los deseos de su comitente. "-¡ Mi-erable
crítico de Jujui! ¡ Vejiga de ponzoña! i, QUé tiene que
yer el Ecuador, ni el empréstito de (hile con lo que estamos
tratando? i Qué tiene que ver la Nuova Granada, ni el tratado
de Paucarpata con la conducta del Jenernl Santa Cruz en
u presidencia de Bolivia '/ i Y qu'é tienes tú que hacer con
empréstitos ni con tratndo; tú, que eres un tonto de capirote?
i, T parcee á ti, que las complicada.'\ opernciones de la conomia
y de la aritmética política, y las de la dificil diplomacia
están al alcance de toda clase de zopencos, para que pu das
tú .tener voto en la materin? El negocindor del empréstito de
Chtle en Lóndres ti ne la satisfaccion de hab r vi to ~loJiada
u operacion por plumas mas bien cortadas que la tuya: lien
el orgullo de no haber encontrado entre ~ us enemiO'os nno
que se haya atrevido á di putarle la gloria de haber hecho
él para In ma" pobre de la nuevas R públicas, que habia n
aq el tiempo, un empré tito mucho mas ventajoso que lo que
con i ui r n )( s otra R púhlIcas, y las ma podero élS y tic¿¡
Monarquias. Si los in pt s obiernos, que e ucedi ron unos
A otros en aquella pobre República, no se supi ron ~prov chllr
de .)os neficios de e te mpréstito, esta no fué c\llra del negOCIador.
Mira lo que e te dijo en el folleto que cribió so-re
1 materia en la misma capital de ('hile, el año de 1833-
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, El' emp'réstito proporcionaba los medios de beneficiar a~ país
"del mejor modo que se quisiese; pero despues de no haber
"se aprovechado de él, es la última injusticia echarle la culpa
:, de no haber producido los bienes que estaba pronto á pro"
ducir. No quiero tampoco hacer á nadie cargos por esto. Yo
"no soi ti cal de la operaciones ajenas, y sé muí bien, y
" mui á co ta mia, que las revoluciones que se suceden con
"frecuencia son el may0r obstáculo que puede presentarse pa"
ra el bien de las uaClOnes; que todo lo embarazan, y nadn
"mas producen que la cOllfu ion en los negocios mas sencillos.
"Los hombres, mléntras están ocupados exclusivamente de los
" intereses de su partido, que quieren mirar como si fuese el in"
terés público, no pueden dedicarse á ningun otro objeto, ni...
" tienen el tiempo, ni la calma necesaria para calcular sobre co"
sas que exijen una contraccion particular. "
En cuanto á si se cumplió, ó no, COIl las in trucciones en los
tratados de Paucarpata, sobre si se llenaron, ó no, los deseos de
los comitentes, ya se ha escrito bastante por el negociador en
jefe, para que puedan instruirse en la materia todos aquellos parlanchines
de política que se entretienen en hablar de lo qne no
entienden. El primero de estos escritos, bastó, no solo para qu
se absolviese al Jeneral Blanco, sino para que e aprobase su conducta
en la negociacion, declarando la Suprema Corte de ju ticia
de Chile, que no re ultaba ningun cargo por la negociacion de
la paz; y despues de esto, yo no tenao que decir á los desaprobadores
del tratado otra cosal sino: necios, id á expulg ar
un galgo.
e cou,tinuara. )
EL PERUANO.
Ell el número 6 del tomo tercero de este periódico ministet'Íal
de lo Re'taurad res del P rú, hallamos el artículo editorial
enteram.-nte ocupado en probar la exactitud con que yo
dije en 11. IN raOOUCCION á e' te tomo segll ndo de la Verdad
De~nurJa , " '\' Jan l> de lo e' crit re de la Restauraci n: "Esta
per ona rleben rabiar, deben hechar pestes contra mí, y.
yo no debo hacer ca o de su rabia ni de u pe te , .o/c. o/~. "
Casi toda la ell' rta p' ¡illa de ar¡Llel p'\p ~ lote no contiene SInO
peste contra. el editor d In. Verdad Desnuda. Pero i 9.~ é
peste ! ..•• 'fvla, por llpuesto, que valiera la pena . de escnbuse;
pero í, to () lo que el heraldo de la RestauraclOn encontró
onv nie llt ~ para desahoaar su mal humo!'; y como est
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escritor hipocóndri~co no gusta de los chistes ni de la festiva
sátira, con que ridiculiza el editor de la Verdad Desnuda las
locuras de los Restauradores, SB contenta con lanzar torpes groserias
y evidentes mentiras á su adversario. Con todo, yo no
sé si deba dar á mi crítico las gracias por el cumplimiento
que me hace, diciendo en dos distintos lugares de su largo
artículo, que mi lenguaje acostumbrado es correcto y puro: malo
e que me alabe qUlen no es voto en la materia. E te escritor
es incorrectisimoj y en cuanto á su pureza, solo podemos
decir que iempre emplea las palabras en aquella acepcion
que menos les conviene. Por ejemplo, cuando dice: Cualquiera,
al oir desplega1' tan imperturbable confianza en sus pro-
.pia fuerzas, tanta uperioridad de alma, se imajina o/c. o/c.
comete dos graves faltas, porque no conoce el significado de
la~ v ces. iAquellas propias fuerzas, de quién son 1 tAqUél
su , á quién se refiere? Solo puede referirse á aquel cualquiel'a
que oye}' pero e to no es 10 que quiso decir el escritor.
Por otra parte la accion del verbo desplega'l' no se percibe
por el oido, sino por la vi tao El que oye desplegm' alguna
cosa, es capaz de oler la música y de ver el ruido de
tos truenos. Este es el lenguaje figurado, dIrá nuestro Peruano;
pero estas, digo yo, no son figuras, ino figurones ó mamarrachos.
i Por qué no dijo: cualquiera, al ve?' de plegar, o/c:1
Porque él no sabe cuál es el oficio de cada uno de los sentidos
corporales.
Vemos, pues, que nuestro escritor Peruano no pu de ser
voto en punto á correccion ni á pureza, porque su lenO'uaje
es precisamente el que usaria cualquiera de los otros escrito
res de la re tallracion, que no son ciertamente los de la re tauracion
de las letras, sillo los de la restauracion de Jos di pn~
rate. Así, su críticas no merecen que se haga mucho ca o
de ellas, porque está ya bien manifie ta la ignorancia del orador
en la propiedad del 1l~0 de las palabras. Pero e to no es
10 peor que se descubre en el editor d 1 Peruano, sino la mala
t~ y la impudencia con que falta á la verdad en cuanto tiene
relacion con la Verdad De nuda. I dice que: el o~jeto
de e ta e maldecú' de lo Restauradores, y en 1l'mbl'ar ha -
la el quinto cielo al Protector y á la Confederacion. En
cuanto á lo primero, tiene razon el Peruano; porque, in duda
alO'una, en la Verdad De nuda no se halla nada favorable á
los R stauradore, ni ptwde hallar e en e te papel co a tan
contraria á la verdad. Pero es una m ntira de las mas torpes
que pueden escribirse, la encumbracion hasta el quinto
°elo del Protector y de la Confederacion que se me acha-
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ca Cien vece he dICho, que nunca fni amigo de la Con
federuciol1, y en el número criticado por el Perua,no e J
que si la Confederacion es mala, la Restawraciorn es pé ima,
y la mas fatal de las pe les que podian haber venido
sobre aquellus pueblos que la sufren. i Se ellc unlbm, por
ventura, la Confederacion hasta el qUinto cielo, di 'J lldo que
era mala l 'J Se encumbra ha ta el qumto cielo, dlcjend que
si ella era nece aria para impe di1' que domina en el Perú
los que le dominan hoi, era anta, anlísima, iUlJ11ejorable,
pueslo que era 1 remedio de tanto mal, de tanttO absurdo,
de tanta tiranía, de tanta barbaridad y de tanto escandalu J
_ 'o; no e encumbro. hasta el quinto cielo, ni hasl el Cltarto,
ni hasta el tercero, ni hasta el egundo, ni hasta 1 primero:
no se encumbra sino sobre el abismo de la Re tan acion. i e
encumbra al jenernl Santa Cruz ha ta el quinto cielo, diciendo
que puede haber cometido errores en al mod de llt.var
á efecto sus planesj que puede habe1' e cuchado dema iado
imprudentemente la voz de su ambician de glo7"ia ? i S hace
tambien un gran elojio del Jeneral Santa Cruz, d ci ndo que
yo no pienso que él solo se'tia calJaz de remediar los males
actuales del Perú, y que veo entre los mismo coutraríos
de este jeneral alguno qtte tienen di po ic 'ones naturales
para gobernar con mucho mas acierto que lo que se
han hecho los árbitros del pai ? Tan lejos de ellcumbrar á
Santa Cruz ha ta el quinto ci lo, no he hecho mfl que ponerle
al nivel de algunos de lo Restauradores. A i e como
á fuerza de mentira y de fal a supo ¡ciones pIet nd€n los
escritores pagados por Gm arra y Lafllente contrur 'tn1' á la
Verdad De nuda; pero i cómo e habia de contra r tar á la
Verdad sino con la menti ra ?
Cuando yo dije que en la CO'l1federacion al '1nénos el
hombre era con iderado como hom,bre, que la. o dS e veian
como on, pero que en la Re tauracion lo ILOmbr e e miran
como be tia , los principios como objeto de b'lJrla, y la
cosas mas graves como digna de de pre io, dije lo que todo
el mu do e tá can. ado de ver; y lo qu e tá prob .do por los
hechos publicados y no contradichos, sino con las ti v rgüenzas
Jeni le de los escritores de este partido in rnal. i Se
azotab á los ancianos rpspetabl s en tiem o de 1 O deracion
? i Se robaban los bienes á los d l pnrtido contrario en
tiempo de Santa ruz, como se roban ahora á lo que sirvieron
á la 'onfederacion'l i Se ultrajaba la moral pCtblica,
como se ultraja ahora, en cuanta leí, cuanto decr to y cm nta
disposicion gubernativ-a se toma? i Se asesinaron los prisi~
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1 O
r0S de anacocha y de Socabaya, como se han asesmado el
Yunguy á los Jcnerales Armuza y Quiros J No; los que s
ajusticiaron desplles de Socabaya fueron aquellos á quienes el
erecho de la guerra autorizaba á quitar la vida, porque hacían
la guerra contra el derecho de jentes, porque hacian la guerra
SIN CUARTEL, P rque hacian la guerra de ASESINOS, por
que hacian la guerra de RE TAURAOORESj es decir BANDIDOS;
y los que se ajusticiaron en Arequipa, y que nos cita el Peruano,
no se sofocaron en medio de las tinieblas, como se hizo
COH Armaza y con Quiros, por solo haber caido prisioneros,
sino porque eran unos insignes malhechores, unos monstras
sedientos de sangre humana, enemigos de su especie, uutare
de la GUERRA M ERTE; porque fueron los ASESINOS de
muchos hombres, eutre ellos, del jeneral 'allerriestra y del
coronel Delgado. Estos monstruos, que hicieron temblar la
humanidad, fueron juzgados, sentenciados y ejecutados en medio
de la plaza de Arequipa, conforme á las leyes. No fueron
a esinado" como A E 'lNAN los Restauradores, Cuando yo
dije que la Confederacion 'll¿antuvo en paz á los pueblo
cuya vecindad fué siempre un motivo de amagos de guerra,
y que la Restauracion volvi6 á poner á aquellos en
el antiguo estado ele cOJtstante incertidumúre, dije tambi t1
una verdad patente á todo el mundo, i Qué se ha hecho en
el P rú y en Bolivia desde que triunfaron los Re tallradore~
en y llugai, sino mantener los pueblos de ambas repúblicas en
aquel e tado de constante incertidumbre y de perpetuo amago?
D~, de entonces i.s há hablado de otra cosa que de O'LHH'-
1:, ? Ahora mi,mo i se trn a de otra cara? Cuando dije que el
Perü y Bolivia procrresaban bajo la adn¡,inistl'acion de anta
Cruz, haúiendo él terminado la· ince ante gue1'ra civil
que aniquilaba esto pai. e , dije tambieu lo que tod el mundo
sabe, y lo que todo el mundo vé, aunqüe no quieran confo
arlo aquel Los torpe escritore que se han propup,sto negar
la luz del dia, l~ inalm llt . clfando dij . que lwi el Perú rI
Bolivia e tán '1m~i lejo de ofrecer el prospecto de ningun
'enero de proD're, os, y que !tan vuelto á entrar en la ca1're7'a
de la . guerra civile" dij0 lo que nadie es capaz de disputar
con razone, ni con la manife tacion de los hecho ,
i rn, les on lo. llogr O" que han hecho Bolivia y 1 Perú
~esde la re tanracioll ? BI haherse enriquecido los restaurado,
res á co ta d la mi eria de los pueblo,; el que no haya ahora
con CJue pagar lo sueldos de los emplead que se pngahUt.
regularmente en tiemp de la ('onfederacionj el que se
re n los destinos ocupado por lo hombres mas ineptos, in
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1-, l
moral ,y dc mas ontiguo u 'er -¡dito' d quc 110 haya UlJ e .
critor que sepa escribir Cll ca tellan , á peal' dc qnc un bu na
. parte de ellos on extranjero '; el que ~e h~lya regalad la marina
p ruana al enemigo. H aquí los progr o de la R s
tunraeion.
loes pues extrnño que parezca tan mal la T'erdad De -
nflda al editor del Peruano que gana \l ciento y C1l1CU llta
pesos mensmle en defender la batallOla re laurada: 11 Id cilIo
que no hubiera ganado en la Confederacion, porque enl n es
se buscaba para e critores á aquello que abian e cdbir, y que
podian hacerlo sin pre tal' materia á la sátira del editor d la
Verdad De3nuda, quP. sabe encontrar el ridículo en done!
quiera que este esté. Pero 10 qne in duda jncomodó mas á
nuestro escritor, rué el haber visto e\l el nümero 1.<> del t -
mo n. de este periódico las opinione ele lo period i ~ta. d >
Venezuela y de la Aueva Grauada sobre el e lado actual
del Perú. Alli vi ~ que aquellos periodi ta~, mui uperiore á
lo de la Restuuracion, tienen de esta la misma opillion que el
editor de la Verdad Desnuda, y la mi ma que tienen todos
los hombres sens tos de la tierra. El Liberal de 'cuacas, xaminando
los suce os del Perú, dijo: nacen todo estos h citos de
que en el Perú lo. homóre lJrominelltes e uponen todo, y
á la nacion la con ideran nada. e pn s prol1UnCinll l que-
110s editor s un fallo fun to contra el P rú 01' el ... 010 hecho
de ver á Gamarra, el hombre mas de ncreditado d toda In.
América, á la eabeza de e ta infeliz nacion. El Ob. rvador
dc Bogotá, con el mi mo convencim' nt que cl Lió ral d
Caracas, aUO'lHÓ n ui mal de la sucrt d l Perú, 010 p rque
continuan mandando en eifte pai un Garna1'ra, 'lt71 Lafuente
ú otros hornb're de la mi 'ma e cuela. ¿ Qué lwbl'(lll
dicho e tos escritore:, y lo dema del mUl1do cíVJlizodo, '\Hm -
'do hayan vi to la baj za y la vil '\dnlacion on que 1 r baño
de Huancayo d ificó á su héroe dc uc O'racinda y fun('
tí ¡mn memoria? Pero de~ pues d Cllr. ntrar n la hi toril
que Calignla hizo on. ul á n calltlllo, ¿ ql1 extrañ n\ ver
qu l ongre o de Huaneayo ha hecho un hombre gr.:mde
de Gamarra? Podemo, siR embargo, dudar algo ql1 alJO"ula
d sprecia e tanto á lo Romano, qn quísi. e darle un on-ul
cuadrúpedo; ero lo que no pn de dudar mi lltrn
con. erve el d creto de ]4 de [)ovi m r de J 3 , e q] ItI.
LLAMA. de Huuncayo decretaron lo supremos hon res á un
gato monté de la tierre..
ue tro escritor del partido de las LLAMA y de]o O"nto
monteses del Cuzco quiere combatir la proposicion de la rerdad
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1 'i ~
De.ll11da, de que la 'ol1fedcracion mantuvo eu pe ___ a 10.\
pueblo ' y dice con e te objeto, que la l:J;palicion de 11'eyrc,
V lo '", tete años de int~'igas y maquillaci01les 01 ~,s que 'I7'lan
tuvieron al Perú en perlJctua comb'll ·tion son s pr'U,(;óa
irrecusable de la paz que daba ~fallta (l'llZ a s pueblo
Está ya d ma iado probado que en la exp dlClOll de }<'leyr
no tuvo "anta. Cruz ma parte que en la xpedlCion de Ejipto,
que hiz Bonaparte, y que él hizo a de lo que debió
hacer para sátisfacer al Gobierno de hile, y para evitar la
inju ta allerra. que se llevó al Perú. En cuanto á las intrigns
y maqllinacione orda~, que mantuvieron al P rú en perpetua.
omb • tion, la. culpa no fué de Snnta fUZ, IlJO de aquellos
intrigantes y maquinudnre' ordos y ciegos, á cuyo partido pertenece
el editor d I J eruano; pelO esta combu tion era ciertamente
mui insigOlficante, por la mi Ola ordera con que la
califica el elocuente critor. i Vaya por sordns combustiones!
En lo tiempos tranquilo y 'eutados no pueden levantars
los hnmbres vulgar s, que llece itéln, lo mIsmo que los líqtlido
, de una fermentacion que baga subir la heces á la superficie,
levuutándola' d "d , el ti ndo del tonel.
ollcluirémo In reVl .. ta de la críticn del Perua1lo baciel
do notar tr s cosas que son verdaderan. lltc mui notable. La
primera e , que supone el ,¡ditol' del P flwno que alguna ve?
ha de mentido las faZ edades '!J CalU'1I111iasj que ¡lO ,'ectifica
do lo hechos ulJ'l.lc.to, ó de naturalizado, las doctrina.'
adulterada y lo l)7'illcipio vi 'iados d la V RD TI DE~ NU
DA. ¿ no noche de pe adllla. ñó llH. tro e rritor que hélbÍl.
hecll todas aqn Ila coso.? Yo 110 11 vi to nunca nn s 1
artículo de ~I, ni de llingllllo de "tl e frade, en que ~e ha
yan proplle to cntrar n materia .obr hecho., ni . o re d cu
m nt s, ui .obre ul'gntn lItO" ni brc I'ílzon s, tU sobre principio,
ino, 010 bÚI bura torpf'za . crita n nmi mal en tellnno y
con nmi tllltl an tn, E~ debia.- raí, porqu ni :¡marra, ni
Ln-Fu n te, ni 1'orrico, ni nrnguno de 1 herpe de In rednura
cion p()dian hallar . ritor. qll e en arO'él .. en de su de! n ·l.
sino t tI' aquello qne tl1diaf0n la 1 t -rica, la elocuencin, •
la p ti i a n ll\ o1'.lía.. P ro ta ha ido la 'uerte de la '1 erdad
Ve '?luda: .lam:1 Ir.. batido con tra el "e de e erifor Sj
.. i mpr n tellldo por controfl . á lo hombres d ning na
edu e on y de nmgm (l' prill ip s. La s gnndo. f'Mtl notahl
es, q 1 omienzo. el editor de ñando {1 la' erdad Desnuda,
y dici ndo que cste papel no m rece que e oeup n de él;
pcro r pesar d e to, nOl1 llena n i una p'~jma de u folio ma-
1/01'. PI t ndiendo e mbatir á e ta VF.RD D, de que nadie ha,·
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t.!~ ca o. La tercera cosa es, que el escntor huye cUldado"ú.
mente de entrar en cuestion sobre los hechos de que se ocupo
la Vel'dad, y solo trata de desacreditar á la persona que la
dice. i Pero cómo la desacredita? 011 torpes imposturas y COI
versiones falsas de sucesos bien conocido::;. impleza fuera hacer
el menor ca"o de estos desahogos de la injusticia conflln
dida, cuando en la desaprobacion de e tos e c1'itores e tá p1' ci
amente la prueba de que las co a merecen elojio, y cuando
la mayor de gracia del hombre seria verse aplaudido por
. aquellos. i Quién querria verse elojiado por los panejirista. de
los Gamarra, de lo Lafuentes, de lo. Torrico, de Jos Snlaberris,
y dema m nstruos de esta horrible especie 'J • ••• Ninguno
que se estimase á sí mismo. Por el contrario, las acusaciones
de estos apó toles del vicio, de e tos defensores de la corrupcion
m s di gllstante, son los elü:iios á que deben a pirar todos
los hombres sen atos. Escritores como el editor de un papel pagado
por G.lmarra, no pueden acu ' ar, sino con cal umnlas, desnudas
ha ta de la apariencia de verdad. Los que no se avergüenzan
de pertenecer al partido ma ruin y degradante, al
partido dete tado en todo el mundo á donde ha llegado la no·
ticia ~e su natn raleza, al part~uo encnf8zado por los mas ?c
sacredltados revoltoso, al partido que· deshonra á la ITaclOu
CIue dominR, i de qué cn a podrán. avergollzar e? qué caluI1
nia dejllrán de invpntar ~l qué atentado dejarán do cometer? qn'
villania dejarán de defender y de antificur con SllS plumas venales?
Digan lo que quieran contra el editor de la T'crclad D
n1¿da, pues si e cierto que e~ te papel no puede hacer creer ¡
los Peruanos, ni á los Boliviano que on UIIO malos 110mbr "
SllS dominadores, i. por qué tanto empeño en impedir la circnlacíon
de la Verdad Desnuda 7 i por qué no . e permite l erin
mas que á aquellos ~ue están pagado, no para que conte t<' ll
á los documentos, nt á los hechos que se manifiestan en e t
periódico, ino para que digan disparate . sohre la persona .del
editor? Ah! no s n tontos, aunque ean Ignorante., . to" tlf(
nos del P~rú y d Bolivia; y bien ahel lue la. circulacion de
la Verdad De. 'nuda no les hiciera buen prov cho, porqu ella
manife. taria que no . e escribe, como dicen los R taurador ,
para defender á In Confederacion, sino para d fetld r á los infe
ice pupblos qne on In. pre a de los loho famél ico, de lo
tigre, y de las df>ma fieras qlle se ceban n la carne, y en la
sangre de . us víctima, cubriéndolas al mi ~o. tiemJ?o d 1 ma·
yor opr blO. ~o'í pueblos del Perú y de B hv:m vena~. que yo
1 () lAS aconsejo que vuelvan. á confederar e. Ul que elIjan po~
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' - l~ jefe á anta Cruz, aunque valga mas que todos los Restau.
radores de la cuadrúpeda alianza: sino que solo manifie ... to la iniquidad
de estos, para que aquellos Americanos como yo, sacudan
su degradante yugo, y se den unos gobiernos dignos de naciones
ivilizadas. Jamas he pensado en que Santa Cruz vuelva
á mandar, ni en el Perú, ni en Bolivia. Si le he defendido
de injustas acusaciones, lo he hecho como lo haria despues
que él hubiese muerto, como he defendido á O' Higgins, cuando
le han atacado sus enemigos, como he defendido á Orbegoso,
como he defendido y defenderé á Lamar, á Sucre 'i á
Bolivar, que han ilustrado tanto los fastos de la historia americaua,
cuanto los han infamado los mon truos contra quienes
aun uo es mi pluma bastante enéljíca para pintarlos como
son. El Peruano pudo haber copiado, si hubiese sido un escritor
de buena fé, aquella conclusion del número 1.0 del tomo
2.0 que quiso .criticar, para que viesen los peruanos cuales
eran mi verdadera idea.. Yo concluyo el artículo de
que sacó sus extractos el editor del Peruñno, del modo ~lguiente:
.Aro se crea por esto que yo pienso que solo el Jeneral
Santa Cruz seda capaz de 'remediar los males actuale
del Perú. Esto seria suponerlo sin re'lnedio. Yo
veo entre l() misnw contrarios de e te jeneral algunos qUf!
tienen d ¡ 'po iciones nat urale-s para gobe1"11Iar con mucho mas
acierto que los que e /tan hecho lo áV'óitros del pai. A1l9t
entre lo que vinieron con los Chilenos no falta algun Peruano
de talento, de buena educacion, de conocimientos, que
golJernari(l, con i1~Ii1tit() mas acierto que todos e os hombre ..
que solo <'¿enen dis]Jo iciones parra hacer el mal, y para
con limar la ruina de aquellos pueblos.
Dirá el Peruano, como ha dicho el Vijia d.e Tumbe, y
ba repetido el Tribuno 1, que q ui'én me ha dl1do á mí vela
en e te entierro? En e te entierr del Perú me dan vela los
qne le mataron, y debian dárr ela, tal'lto por ser yo Americano,
como por ser hombre, y obre todo, por haber yo tenido una
parte mas noble en la libertad del Perú, que todo aquell{)s
restauradores que peleabün en füvor de los E pañoles, cuando
yo trabajaba por dar una patria á los Peruano~ . i Bajo qué
banderas se hallaban lo turbadores de la tranquilidad del Perú,
los señores prE'sentes de ese pUls, ahora 22 año, cuando
yo fu í á arreglar con el gobierno de Buenos Aires las bases
sobre las cuales debia hacer e la expedicion que condujo San
Martin? Pero yo no pensé jamas q le mis trahajos ltnbi"m de
ervir solo para que se coloca en en los primeros de tinos de
la República aquellos hombre que debieron siempre- quedar
confundidos entre la escoria de los pueblos. He aqui la razo
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17r:
por que estoi autorizado á t Dlilr vela en el entIerro e la lí·
bel'tad y de la dignidad peruana. El PeTú me debe s~rvi?ios ,
que yo no quiero que me r conozca, porq e los hice 111 mteres
alguno: me debe la parte que tomé n su ind pendencia,
y la que he tomado siempre en su libertad, y en ximirle de
los males de la guerra: me debe el interes jeneroso con que
he combatido desde el año 30 al déspota de ese paí; á e e
Gamarra, que en todos tiempos ha sido el verdugo de SU5'
compatriotas. Debo, pues, por mil razones, tomar vela en el
entrerro del Perú, y la tomaré, mal que les pe e á aquellos q u(>
le han muerto.
ECUADOR.
ESPIRITU DE LA PRENSA DE GUA VAQUIL.
La "Balanza." periódico del Gobierno de Guayaquil, en 105
diez números que hemos visto, desvanece con solidéz y tino todos
los argumentos que contra extranjeros le ha hecho la " Opinion"
y otros papeles de oposicion."
La "Verdad De nuda" en el número 2. o tomo 2. o dic,e:
"Si eUoS no saben, (hablando de los lejisladores de Hnancayo)
que los delitos, y no las personas, son las que merecen las penas,
segun todos los principios de lejislacion, ambien igno 'an
que desde el tiempo de Moisés mandó Dios á los ju ces que
juzgasen sin hacer ninguna diferencia entre judlo y extranjero."
En la de{ensa que hace Orbegoso contra el decr to dado
en Huancayo el 21 de setiembre d::l nño pasado, se encuentra
lo siguiente: ""En tres años y ocho meses que he mandado
en el Perú, y de ellos los tres nños con absoluta utorizacion,
y eis meses en medio de los horrores que trajo la uer··
ra á muerte, declarada por S,laveny, .010 cuatro mdividuos
han ~ido ejecutados por mi órden, y es notable que de estos
solo uno se cree que naci6 en el Perú."
En el mismo número de la "Verdad Desnuda" se en~
cuentra: "Vemos tambien en la lei que analizamos, que no
podrán volver al 'país los extranjeros que hayan sido periodistas.
o erá infructuoso examinar la razon que e hayA
tenido para dar esta disposicion . ¿ Qué hicieron estos periodi
ta 1 ¿ E algnn delito escribir periódicos?" n la citada
defen a de OrbeO'oso se lee: (¡ unndo Sa]averry declnró 1(\ guer-á
muerte contra los que d fendinn la causa del óroen y
de las leyes, el Jeneral Santa ruz, á ]a cabeza del eOétcito
unido, manifestó que no admitia esa bárbar.a declaratoria, sin~
olamente respecto de coroneles adelan e, y gac teros." ~ o h81
da ,q ue los de nuestra profesion, en aquel tiempo, 11· Ci .
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j lcados entre la clase alta de In milicia, pero se hubieran dado
por tnas bien servidos si se hubiera tenido preseilte C( gue
110 es ingun delito escribir periódicos." [Corner-cio n.O 204. }
La..s acotacjone~ que hacen los editótes del Comercio de
10 que dice la Verdad con lo que dijo el Jeneral Orbegoso
en su efensa, ciutamente no se habrén puesto para combatir
á J Verdad, porque los principios de esta son independientes
de las opitliones del jeneral Ol'begoso. En cuanto á
la prim ra. acotación, yo no hallo ninguna contradiccibn entre
lo que dijo la Verdad en el número 2 del tomo 11, y Jo que
expuso el jeneral O. begoso en su deti n .. a, porque bien podía
no ha erse ejecutado durante la guerra. á muerte, declarada
por Salaverry, tIlas que cuatro individuos, por órden de Orbegoso,
siendo de los cuatro uno 010 nacido en el Penl, sin
que por esto los tres extranjeros dejasen de merecer ]a muerte,
la mismo qlle el Peruano. La "erdad jamas ha sentado
1 principio de que ]os extranjeros «eben gozar de impunidad
.por los delitos que cometan fnera de su pai::::. Lo único que
ha dicho es, que Dios mandó á los Jueces que juzgasen in
hacer ninguna diferencia entre judio y extranjero: cosa que no
han ob ervado los diputados de Huancayo, á pesar de que habia
entre ellos muchos hombres de C01'ona, que debían haber
leido la Biblia.
En cuanto á la segunda acotacion sobre lo que dijo la
Verdad con respect-o á la expatriación perpetua de los extranjeros
que fueron periodistas durante la onfederacion, con lo
que e lee en la citada defensa de Orbegoso, sohre qbe 1 Jeneral
Santa Cruz no admitió la guerra á muerte, declarada
por al erry, sino solamente con respecto á Jos coroneJe y
Q'aceteros, tampoco hallo un contraste bien palpable, p rqu ,
~ i Santa Cruz quiso con iderar á los gaceteros como jefes d 1
ejércit , concedió esto honores militares á todos los gaceteros
der artido contrario, ~in hacer la menor distmclOn entre naturale
é hijos del pais. Por lo ménos debemos á Santa Cruz
una consideracioh qtle vale alguna cosa, ptles cualquier periHan
de los q e e cri'bieron bajo el reinadó del terror de a
lavetry, ti ne ya derech) nI tratamiento de V· . que e dá
á lo coroneles, y no solo tiene derecho á é te tratamiento,
sino al d que se le pr enten las arma , como á los soberano
, y que e le apunte, y <'tue e les haga fuego (dro'tt au
CfEUt) como á Ney y Murat, que no eran gaceteros. i Pero por
qué el Cong-reso de Huan ayo es ménos equitativo que Santa
Cruz, haCIendo una· difer neia toln not..'\ble entre los trafican~
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tes de notiéias, c?mo se llama~ en ~ngle los cracétero (new ~
mongers) concedIendo mayor lmpul1ldad á unos 'que á otros 'J
¿ E~ est? conforme con la ley de Di03? i Es esto conforme
con aquello de no hacer diferencia entre el judio y el extran.
jero? Sí, dirán los clerizontes asistente al Concilio de Huancayo:
esto es no hacer diferencia entre judio y extranje-ro)
porque nosotros tratamos á todos los extranjeros como ju- . ,
diosj es decir, como á enemigos de Dios. Pero aqw:dlos santos .
varone no han advertido que cuando Dios mandó que se tra,
tas al extranjero como al judio, era el judío el pueblo ama
do de Dios, y qne si hablase hoi Dio al Moises del Perú sobre
las montañ'lS del Cuzco, le diria: Mandad á los juece'
de Huancayo que juzguen sin hacer ninguna diferencia entre
la raza de Manco-Capac y las de los otros descend ¿en-te
de Adan, porque á todos los he sacado yo del barro
del Paraiso y de la costilla del primer hombre.
Ciertam .... nte Santa Cruz hubiera sido m s amable} si no
hubiera elevado á los cracetero á la clase de coroneles, y hubiera
hecho mejor en degradar á todos los oficiales del ejército
enemigo, cO!1siderándoles como tambores y pitos; evitando de,
e~te modo el fusilar á nadie. E ~ te es el con ejo que yo le hubiera
dado; pero por las leyes de la guerra, que no son en
todas sus partes las de la filosofiJ, ltai un caso, como dice
Vattel en el libro tercero, capítulo ViII, §. 141, en que se pue-de
negar la vida a un enemigo que se rinde, como tambien
toda capitulacion á una plaza que se halla en el último apuro;
y este ca;so e cuando el enemigo ha cometido algun atentado
en?rme contra el derecho de jentes, y particularn¡,ente
cuando ha violad, ,) III leya de la guerra. La denecra.cion
que se hrtce de la vida á e ~te enemigo, dice el mismo pnbli-ci
ta, no e,~ una con ecuencia natural de la ¡;uerl'a, sino un
castigo de aquel crimen, que el ofendido tiene derecho á imponerle;
y luego dice en seguida, que cuando se hace la guerra
sin ob ervar nin!f'una re,a-las y in dar cuartel, e puede ca -
tia-ar á lo culpables. El desgraci do alaverry declaró la guer-ra
sin cnartel, autorizando esta dec1aracion e 'pantosa, m s que
nunca en el tiempo en que vivimos, el snncruinario Ferreir ;
y n1 es extr ño que teniend tanto influjo e, te petit Marat en
su Convencion de HU'lnvayo, hicie e declarar un crrande hombre
al ffil.yor m m~tl'U que h· conocido la América. i Pobre~
pu !bl ., d .'! P-! rú, á q uienl"!s se pre entan por m0de)os dignos
de im' ta,ei 11 Ú lo, S llnverrys, á los Gamarras, á los Lafuente,
y q ¡t :1 dlrijid .:; por el influjo de los políticos del en.
libre de Ferreiro !
nta de M. 1, l\lurill
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Citación recomendada (normas APA)
"La Verdad Desnuda: periódico político y literario - Tomo 2 N. 11", -:-, 1840. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3682005/), el día 2025-05-03.
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