ESTADO SOBERAN O DE :áOYACa· --
TRIN!. UI. ~ Tunja, 17 de. junio de 1865. {NU~I. 27.
EL TORNILLO.
ELECCIONES.
En los paises republicanos siempre son de
ajitacion las épocas eleccionaria , i puede suce,
ler que el movimiento que en estas ocasiones
reciba la sociedad. sea de tal naturaleza, que
t cusione tambien una verdadera pertnrbacion
C'u su marcha regular i progresista, i comprometa
seriamente el porvenir.
Cuando la voluntad popular se contraría,
los conflictos no tardan en presentar e. No have
mucho tiempo que vimos conmoverse fuertemente
el cuerpo social, por los ataques que
llna leí envol vía contra el derecho de sllfrajio ;
i pasarán ::nuchos años sin que dejemos de sufrir
las consecuencias de aquella violacion del
dogma fundamental de la república!
Nos cobijó la guerra con su manto destructor!
huyó la riqueza, los hábitos de moralidad
fueron heridos, los principios humanitarios
casi olvidados, la relijion ! .... la santa relijion
fué convertida en medio de esterminio,la
autoridad, a fuerza de confundirse la lejitimiuad
con la usurpacion, desprestijiada; la venganza
puesta al órden del dia, i el buen gobierno
hecho casi imposible; llegando a tal
C'stren c> el desql1iciamento en las ideas, que
los autores de tantos males diariamente hacen
Te. ponsables de ellos a los que tau solo son sus
víctimas!
Esto, que parece una declamacion, por desgracia
es lo que todos ven; i esto que todos
ven, es el resultado de una mala, !ei eh-ctoral.
La pureza en las elecciones es la garantía de
conservacion de salud en la socicdad.
Los hombres de la época, los hombres ele las
circunstancias) que el pueblo conoce bien por
los servicios que le han prestado, serán llevados
adelante por el poderoso influjo de In. opinion
; i los que tales beneficios no pueden ofrccer,
naturalmente deben q ucdarse cediendo el
raso.
En igualdad de circlIDstancias, la al t emabilidad
va estableciendo In. jnsticia, dejando
nnos el puesto para, que suc6sivamente otros
lo yn,yan ocupando.
Esto sucedo casi siempre cuando es libre lo.
corriente cleccionu.ria; cuando se tiene la paciencia
suficiente pu.ra aguardar una eleccioo,
si ella debe venir, o el patriotismo necesario
p ro. resignarse a cumplir la voluntad de las
mayorias, si tal eleccion no debe llegar.
Bajo el supuesto del sufrajio libre no se verán
en los puestos públicos hombres sin honradez
í probidad, porque el pueblo n es tan
insensato C].uc busque q nienes vayan a traficar
I con los intereses de los asociauos. Bajo el su~
j puesto del sufi-ajio libre no se verá a la ignarancia
i al interes individual sustituyendo a
la intelijencia. i al interes público, porque los
electores, cuando obran espontáneamente, se
fijan en personas que en realidad hagan algo,
sati fagan alguna necesidad social.
Es tan natural en el pueblo hacer buenas
elecciones, como lo es en los individuos el tomar
los alimentos. Es que el buen servicio
púTJ -ico cons tituye una necesidad tan real i
positiva como la alimentacion. Los malos efec~
tos de empleados que no son competenteg,
afectan intereses de mucha trascendencia;
hieren al ciudadano en partes del todo sensiblcs;
i cualquiera que esperimenta una dolencia,
procura quitar la ca.usa. Por eso es que
el pueblo aleja su confianza de un mal ajente,
i la deposit.a en otro mejor; así como cuando
uno está fatigado por el sol busca la sombra.
Se dirá: ¿ cómo es entónces que toclas las
elecciones no son buenas, i al contrario, existen
muchas contra las cuales protestamos?
Todas las elecciones no son buenas, porque
no todas son hijas del sufrajio libre, que es e}
prineipio que sostenemos. Ouanclo se enturbia
esta fuente, la eleccion es un hecho, pero no el
resultado del ('jercicio de un derecho. En este
caso el elejido puede muí bien representar los
intereses de un bando, de una familia, o de su
misma persona, correspondiendo al objeto de
su designacion; i entónces surjen las luchas
entre esta clase .de personas i sus competidores
en aspiraciones, o los hombres honrados que
rechazan todo fraude, i que tienen verdaderas
nociones de moralidad i pc1triotismo.
Estas desavenencias llevan un principio de
muerte para la sociedad; son pequeñas chispas
que pueuen llegar a incenuiarlo todo. 1 si
los ciuuadanos están divididos en partidos políticos,
como sucede en Colombia, es doble la
fuerza destructora que lleya una mala, eleccion.
El un parLido, por uesacreditar tos i tienen a bien insertar en sus colum·
nas esas vistas fiscales, ya que han in sertado otras.
De las que hablamos est án en" El Semanario Ofi.
ci al" número 184.
TA])IB IEN A LOS cON SEnVADoRES. - " E l Consel· .
vador " número 83, hablando del alien to que too
man lo::; crimi nales en Boyacá, da cuenta del ha·
micidio perpetrado por Fernando Corredor en tu
persona de Raimundo Méndez. La autoridad apre·
hcr,dió al delincuente, lo sometió a juicio i el j u ra·
do lo absolvió.
. Sobre eBto, o(gase al ajente fiscal de Turmeq u6
(otro ajente (iscal.)
¡¡ •• • •• • • 1 pretende saberse qué jurado fué el qlle tall
impú dicamente dictó ese fallo escandaloso? Oígase: fué un
;" w'ado compue.sto en su mayoría de conservador~ .... . . ... "
Véase" La Situacion " número 50.
" EL CONs~RvADoR . "-EI último número de este
periódico 1l0S ha sujerido reflex iones filosó ficas mu i
sérias. Ha venido con muchísimos l istones negros:
parece un porton de cementerio. E ste luto lo trae
por ,la muerte del coronel Cristancho. Que en
paz descanse! Con él no nos metemos : murió!
Prro s1 hemos pensado en esto: la latitud de las
1 istas negras i está en relacion con el mérito de la
per!:e tentrio.
nal q~ed6 rendido al vi ejo ejército del Potomac. Dié·
ron.se ,órdenes luego para fJue se red ac tasen i estendiesen
los documentos del caso, i entre ta n'to ( una
hora i veinte minutos) hicieron los dos jenerales re ·
miniscencia de sucesos que habian tenido lu gar mucho
ántes de la guerra, sin ql,lC ninguno de los dos
aludiese a la actuali,dad de ellos, a sus causas, sus
efectos o su pOl'\'enil'.
" Los ARTíCULOS DE LA RENDICION. Como a las tres
imedia de lu tarde quedaron estos estendidos i fue.
ron firmados; i observó el j eneral Lee: 'M uchos
individuos de mi caballería son dueños de los caballos
que montan, i los incluyen las palabras efectos
personales?' El jeneral Grant respondió: 'Pienso
que deben ser entregados a los Estados Unidos; , [e; .
plicando el jeneral .L ee: : Soi de la misma opinion)
puesto que se han usado en el ejército.' 'Pero yo
d!lré órden,' repuso el jeneral Grant, 'a los oficiales
designados para hacer cumplir la capitulacion,
de q.ue pe.rmitalJ a los que sean dueños de ca b,allos
que vuel van a sus casas con ellos; les servirán para
tos ar,1dos de prirnavem.' Sorprendido Lee, al parecer,
pOI' esla liberalidad de Grant, dijo con. profun da
emocion : 'Permitidme qne os dé las gracias por
un acto tal de c.onsideracion i jener,osidad de vue ~ t ru
parte. Pienso que él no puede ménos de productt'
buen efecto.' '
"Solicitó en seguida el jeneral Lee que se proveyese
a cada lino de los individuos de su ejército de
los papeles del caso, a fin de impedir que se les pudiese
forzar a servi,P de nuevo en la conferleracion,
por oficiales encargados de la reclu ta, hasta no ser
debidamente canjeados! 1 el jeneral Grant repuso;
'Yo haré que se espidan a cada individuo las certificaciones
del caso, tan luego como se hayan ano
glado los preliminares.'
"Lee dijo entónces que no tenia la mas Iijera idea
del esacto número de hombres que compusiese su
ejército, porque no habia recibido cuadro alguno do
situacion desdo que habian comenzado los combates
en fIatcher's Run, i desde entónces las bajas habiRIl
sido muchas.
"En seguida el estado mayor del jeneral Grant
fué invitudo a entrar n la sala, í fué presentado al
jenel'al Lee; pero despues de unas pocas observaciones
sobre asuntos cstl'años a la ocasion, se despidieron
tudos i separaron para p!1sar la noche.
"En el acto se puso en movimiento la impren~a
del ejército para imprimir las promesas bajo palabra
de honor que debian firmar los individuos del
ej6roito de Lee ¡. i el jeneral Grant dió órden de lUO
se enviasen inmediatamente 25,000 raciones n las
hambrientas tropas que representaban la rebelion.
"Antes de separarse el jeneral Lee, fué provisto
de pasaportes para 61 i su es lado mayor, a fin de que
pudiesen ir a donde quisieran i cuando quisietan.
"Tanto Lee como Grant estuiveJ'on mui gruves, i
parecia que estul?an bien apercibidos del impo r~ar:~'C
papel que estaban representando en .Ia gran traJ eúl'l
cuyo acto final posaba con tanta rapldez.
"REVt'\ICN DE TIEE CON ::us OFICIAL~S. Cua¡;,do vol.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
,
112 BL TORNILLO.
Fase ."
vió Lee a su campamento el sabado por la nochf', I
halló que lo estaban esperando la mayor parte de
sus principales oficiales, i al informarlos .del resultado
i de las condiciones, se quedaron at6mtos de estas,
i manifestaron grande alegrí,a_ Uno por uno fuer
on estrechándole ra mano i manifestándole su gra t
itud por los muchos actos uenévolos de que le eran
de udores, i su pesadumbre por la desgracia sufrida
j por tener que separarse de él; mucllos se conmovieron
tunto que perramaron lágrimas. Rn seguida
se anunció la re'ndicion al ejército rebelde, i al presentarse
el jeneral Lee, fué{uidosamente aclamado.
A pareció mui pálido i mortifi cado, pero no tan agovi~
do por el pesar como era de esperarse; ántes bien
manifastaba que él tenia ya previ"to este fin.
REMITIDOS.
Los avisos. de Estevan SandovaL
"El que imprime el símbolo de la verdad
a la mentira, es un fHlsificador que abusa de
la fé pública, i bajo este concepto Jent'ral el
embustero es Ull hombre infame."
}'íARMONl'EL.
En el número 22 de "El Tornillo" corres.pond
iente al 10 de este mes, se ericuentran dos avisos
firmados por el nombre honorable que encabeza esta
contestadon . En el prímero de ellos, se notifica a
los que cO:l1pren te rrenos en Soatá, no vayan anego.
ciar los que posee el señor Sinforoso Mancera su cuñado,
porque dizque ha incurrido en una multa de
14,000 $ por no haberle entregado unos documentos
para probar segun dice, la propiedad del agua de
¡¡, Mochancuta," que nace en mis tenenos i que sÜ'.
ve para rega rlos desde tiempo .inmemorial. 1 continúa
diciendo, que el que e5to escribe, de acuerdo
con la señora Encarnacion Rin.con, esposa del señor
Mancera, pretende quitarle dicha agu~.
Docto?, S a náo val, U. falta a. la verdad cuando se
alreve a h ac er semejante asercion. Seguramonte
que U' prete nde alucinar con mentiras a los que no
~ conocen a la seuora Rincon de ~f ancera , a U. i a
mí. Será que a falta de tltulos para próbul'lo que su
moderada amb:c 'on lé ha suj erido, quiere U. ampararse
i parapetars e con el engaño 1 Este proceder no
es nuevo en U. 1 si no que lo digan los hombres de
t odos los partidos políticos del departamento del No;te,
i en especialidad los de este lugar, en donde tI.
dejó tan gratos recuerdos i tan p,-oj'undas si1npntias.
Si U. se cree con tanto derecho a la propiedad de
n_ 41
Será que todo es una farsa, como lo son sus a visos
i todo lo que hace U. No vaya a suceder señ'Or doc'lor,
que U. quiera fraguarle a su hermano pol íti cO',
la que le hizo U. el año d'e 1859 al señor Francisco
Pérez.
El segund'J de los a'9'isos, tiene pnr obj eto poner
en conocimiento del público, de la manera mas cán did'a
i sencilla, que a su hij'o Estev'an le hurtaron en
, este lugar la mula en qu'e vino a reclamar el regadío
do sus terrenos, qu'e fa señ'Ora Encarnacion Rincon
i el que suscribe pretenden quitarle, segun lo
asevera U. Si no ha dicho la verdad en el primero,
en este, fuera d'e la malicia que le sob¡'a i de un cinismo
inaudito (pues sin un fin maligno no fué el
áoctor a estampar sin necesidud; el nombre de la estimable
i honradísima señora En'carnaci'on Rincon i
el del que esto escribe) ~e ha mentido de la manera
m
Citación recomendada (normas APA)
"El Tornillo - N. 27", -:-, 1865. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3681920/), el día 2025-08-09.
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