t-nSTADO
SOBERANO DE BOYACA.
EL TORNlL10 •
TRIM. l.! Tunja" 28 de diciembre de 1861. ~NUM. 3.0
EL TORNILLO.
AGU!!'rALDO 1 NOCHEBUENA.
Al fin se leyantó la poblacion de Tunja del
sueño del indiferentismo; i se levantó mui temprano.
Durante las misas de aguinaldo han madrugado
mucho los fieles: ápénas serian las
tres de la mañana cuando, en cada uno de los
días de la novena, se comenzaban ya a oir los
gallitos de caña i los repiques en San Francisco.
Dicen que allí estuvieron las misas mui concurridas:
no sabemos la causa. Puede ser que
las criaturas, impacientes por dar culto a su
criador, quisieran que los primeros albores de
la mañana no las sorprendieran sino prosternadas
de r?'dillas en el templo, rogando por los
buenos 1 los malos; puede ser qqe hubiese
atraido a las jentes la especie de misterio que
a esa hora reina; pudo haber influido el sim-
111e deseo de madrJlgar, cuyas ventajas han sido
demostl~adas multitud de veces; i por último,
tul yez Iban porque a esa hora no habia misa .
en otra parte.
El hecho es que touos salian mui contentos,
despues de haber oido misa cantada con acom':'
11añamiento de tiple, pitos, muchachos chiquitos,
loros, marranos, burros i otros animales
destinados a aumentar la piedad i devocion.
1 cuentan que la paz no habia sido turbada
hasta el último dia, en que, no sabemos a quién
se le antojó ahorcar a un judio,i quitar la esca~
lera del coro. Este último acontecimiento parec~
que no molestó mucho a los qUB estaban
alTlba, pero sí a los que deseaban trepar.
N o nos sorprendió el rosario de la úl tima noche.
Nada mas frecuente que ver faroles por la
call e, i hasta de dia.
Lo que sí nos hirió vivamente fué el pesebre
d0n.de .nació J esus, i que estaba en la iglesia
111m bIen representado. N os Lizo retroceder
XIX siglos, para detenernos allá en el año de
5,199 de la c1'cacion del mundo, que fué cuando
tuvo lugar el nacimiento mas célebre de todos
los tiempos antiO"uos í modernos.
Esta hj~toria es ~lUi conocida: lo que no
pu?~e eSl~hcar~e es el contraste que forman los
rchJlonanos crIstianos de hoí con el fundador
de esa doctrina.
~ ace ~ esus en ~ c] e?, en un portal, porque
nadIe. q~llSO dar aloJuml nto a sus padres; i hoi
l?s cr.lstlanos hacen cuestion capital de la amortIzaClOn
de bienes.
. ~ ace J esus n medio de la paz de todo el
umverso,-.cn mc~io de aquella tan nombrada
paz octavlana; 1 hoi se azuzan las pasiones
para tratar de establecer la malquerencia por
lo ménos, ya que no se puede otra cosa. )
En aq nellos tiempos se gri taba: " Gloria a
Dios i Paz a los hombres." Ahora los mas católicos
solamente dicen: "Guerra a los hombres."
De donde se deduce que los que se llaman
cristianos no conocen tal relijion; no son sino
esplotadores de un nombre sin significacioll
para ellos, i con el 9ual pretenden engañar al
pueblo miéntras baja la cerviz i le colocan el
yugo; en lo que no tienen ni el mérito elel
arrojo, sino el de la falacia cobarde.
Por manera que lo que nosotros llamamos
noche b~¿ena, para nuestros enemigos es la noche
mas mala que pueda haber, porque es la
condenacion terminante de su hipocresía i de
su sistema engañador.
REVISTA.
-La semana ha presentado alicientes para todo fiel
cristiano, i aun para los que no lo son, pues segun lo
publica "La Re:\ccion" c~da semana, Tunja como
Popayan está plagada de herejes i de mazones. 1
cuando "La R eaccion" lo dice, CIERTO DEBE DE SER ,
porque esa respetable señora no acostumbra inventar
cuentos ni desperJiciar pólvora en gallinazos.
Pero dejá:ndonos de cosas i etitrnviándonos un poco
de nuestro objeto (cosa no mui estraña en estos tiempos
de estravíos) se nos antoja creer que los anÍculos
que acoje, prohija i adopta aquella señora de que venimos
hablando, son de la misma clase del bejuco que
tcnia en w museo el cura de Pucho; aquel cura cuyo
nombre es conocido de todoS' los amantes de la ciencia
desde que escribió EL PACHO EN LA MANO, i su dic·
cionario un iversal, en que definia la alfalfa diciendo:
"Yer?a que nace en los solares en que se siembra, i
que Slrve para mantener a las bestias: se Id comen los
ingleses. "
Ahora diremos que es eso del bejuco.
El cu ra a quien tributamos este justo recuerdo, era
un hombre no solo aficionado a los derechos de estola
i a los diezmos i primicia~, sino tambien a la literat ura
(corno se ha vÍsto por la~ obras citadas) a la historia
natural, &:1. Tenia una especie de mus~o formado
con lo~ objetos mas curiosos .i raros que habia encontrado,
1 entre estos figuraba un bejuco mui semejante
a una iguana, colocado cuidadosamente sobre un.l
tabla suspendida de la .pared.
. El Presidente de la R epública quiso en cierta ocuslun
conocer la ferrería i vino con su familia a Pacho.
Pre~entóse al dia siguiente de visita en casa del cura,
i este lo llevó al museo para mostrarle sus curiosida.
des. Al percibir el Presidente el objeto que estaba
sobre la tabb,
-Esa es una iguana ¿ no, doctor? le preguntó.
El Cura,-con la misma seriedad que habria empleado
Linneo para hacer a sus dicípulos una diserta·
cion sobre las familias' en que están divididas las pol
ipélalfls,-Ie contestó:
.-No señor; es un bejuco para engañar a los alm
ar t aga~ .
He aquí porqué nos han parecido los discursos u"e
,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
10 EL TORNILLO.
"La ReacclOn" de la misma -familia del bejuco del . , e u ra de Pacho.
Pero vol viendo a la semana, ella ha sido fecunda
para todos. Los devotos ¡{mantes de ruido han tenido
rni~a a las cuatro de la mañana, con pandereta, chu·
chas &. en San Francisco j los devotos ascéticos, las
han tenido mas sérias en Santiago el mayor j los de·
socupados ( que somos muchos) hemos visto cuando
rnénos quemar en la plaza unos cuántos tercios de le·
ñn, a guisa d@candeladas j los aficionados, apostaT.o}l
auu inaldos -con las señoras de sus desvelos, i se los de·
j:ron ganar para tener derecho a pagarlos j los hom.
bres echamos glóbos, i las mujeres los vieron cchar, cO.
mo siempre sucede, pero sin tomar parte en e.llos ¡ en
fin, )a ocu pacion ha sido jeneral.: ca (~a u no saco su Jue·
go: hasta El TornillO'trat6 de dIvertIrse, como en paso
cuas, i no le fué tan de )0 peor.
-El domingo por la noche tuvo lugar en casa del
doctor C. González un baile,al cual no asi stió El Tor·
nillo por el pequeño inconvenien.te de que no fué invi.
~&.do ( no sabemos si porque habia ba stantesr o porque
110 debia haber ninguno en aquel ba ile). S e n05 ha
jnformado de que estubo mui bueno, que la:. señoritas
estaban bien vestidas, que no hubo disgusto alguno, i
que los bizcochos i fas vinos alcanzaron hasta para re·
gar en la sala. Bienaventurados los que gozan •••••
CULABORADORES.
Al sefior Jesus Temístocles Tejada.
Soatá.
] esus, estoi sancochado! ••••
El Redactor del Tornillo
Que tiene cara de pillo
( Por no decir de malvado}
Para escribir me ha citado
En su papel, i heme aquí .
Que tengo que hablart'e a tí
Para salir del barrial:
O me sacas,-bien o mal,O
me atornillan a mí.
Estás, amigo, en el casa
De no dejarme metido;
No agregues al aflijido
A fliccion, con un rechazo.
Ya que estoi en tal atraso
1 que eres buen ciudadano
Ayúdame del pantano
.,A sal ir en calzas prietas ~
Escríbeme unas cuartetas
O quedo "colPO UD •••• pagano(*)
En otros tiempos hermosos
La musa tuya solía
Ser amable, i recibia
Mi humanidad lindos trozos
De versos agri-saorosos • •••
( Discúlpame este vocablo:
Hace algun tiempo que no hablo
1 el español 01 vidé ;
Así es que si ahora peq ué
Perdóname, por san Pablo.) •
Pues,-como té iba diciendo
Cuando solté el disparate,La
linda fama de vate
Que venias adquiriendo
Mas aprisa vas perdiendo
Que pasa el tiempo, Tejado,
1 la causa malhadada
(*) De esos que gruñen i que comen gráno."~J. P. Posada. I
Es tu silencio profu do;
,Hubla, pues: mira que el mundo
No con s'ilencio se agrada.
En otra época la jente,Segun
estoi informado,Con
el que vivia callad'a
Era ménos exijente ;
No sucede así actualmen te,
Pues para ser atendido
Por todos, i enaltecido,
Es fuerza hablar como diez;
Déjate de cosas, pues,
1 habla; si n6, estás perdidq.
Dale asueto por un rato
A tu rr.usa juguetona:
Toma la lira, i entona
U nas décimas al Chato,
O a tu caballo, o al gato
De la hermosa ll. quien adoras,
O bien a las bullidoras
Fuectes de tu patrio suelo,
O a las e sttellas del cielo
O al albor de las auroras.
O cúentame de tu vida
Los lances alternativos-
1 los desdenes altivos
O amor de tu prometid-a;
Refiéreme la acoj'ida
Que a tu vuelta te ofrecró,
Dí cuántas horas duró
La primera conferencia,
O si durante tu ausencia
Su amor desapareció.
-Pero de paso te advierto
Que no creo a las mujeres
De va,riables pareceres:
Antes me cayem muerto.
Al contrario, sé de cierto
Que aunque se acabaro el munoo
No amarian mas de un segundo
A nadie, ni por cap1'Ícho:
Ellas mismas me lo han dicho,
1 es en esto que me fundo.
La mujer, amigo mio"
Como el aura, como el viento,
Diez veces en un momen-to
Pasa del calor al frio :
Esta es la opinion de un tio
Que tengo, i que me ha contad~
Cosas que me han demostrado
Que es un ánjella mujer:
Si no lo quieres creer
Obsérvala con cuidado.-
Pero volviendo al negocio
Que me ha obUgado a escribirte, _,
Me es preciso repetirte
Mi ruego: en un rato de ociQ
De Clodomiro en asocio
Debes sacarme de cuitas,
Pues te düé que malditas
Las ganas que tenga yo
De que el que a hablar me invitó
Me saque las menuditas.
Otra peticion te haré,
Aunque temo que te asombre,
1 es que no digas mi nombre
~l contestarme, porque
No quiero quedarme a pié
'Pam seguir mi carrera;
n
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,
EL TORNILLO. 11
Consérvalo en la mollera
1 Blas llámame o Simon,
Que el nombre la estimacion
Qu ~ te profeso no altera.
Con esto por terminadas
Demos estas rogativas:
Espero que diez misivas
Me enviarás 11 las voladas;
Recuerda que los Tejadas
No han dado hasta hoi acasion
De que su reputacion
A dudas reduzca alguno.Soi
tal vez algo importuno
Mas tuyo de corazon.
--------__a m=~'~m... - --------
Señor * '"
S elva-negra.
Ví la cilrta que me es.:riLJes
1 te contesto al momento,
P orque causa sentimiento
E~a ignorancia en que vives.
Con todo mi corazan
Te instruyera en el flsunto,
Pero es por desgracia un punto
Que me ofuzca la razono
1 a decirte la verdad,
En damas no he reparado
Por que hice el año pasado
U n voto de castidad.
El que no ha hecho voto alguno
1 pudiera sin afan
Hablarte sobre seguro
E3 Anjel María Galan.
Sabe como un Saloman,
1 si tú lo comprometes
Te esplicará los copetes
Con la mayor perfecciono
Es segu ro se haga cargo
De hacernos. esta reseña,
Si en el asunto se empeña,
El mismo Serjio Camargo.
Te suplico me perdones
Quiera zafarme de enmedio i
1 mándame algun remedio
Para el dolor de riñones.
Tunja, 26 de diciembre.
M. G.
V ARIED ADADES.
llJJm. Vi&j~ tb. tlthiqpmin~"@.ill"&e
En uno de nuestros nÚrberos ante riores (qne si no fué en el •
l°. seria en el 2°., porque no han salido mas) ofrecimos ocuparnos
en trabajos sumamente serios, i vamos a desempeñar
nu~str~ tmlabraj, porque, en realidad, no hai peor cosa que ~sos
periódicos soponferos, en los cuales se lee i se lee i se lee i no
se encuentra sino la misma cantinela de marras, salpicada con
tal cual denuesto o acriminacion, hechos con el esclusivo objeto
de que cada individuo vea un enemigo en su semejaute, i lo
persiga i le conserve rencor en el fondo de su corazon.
. Preciso es que nos ocupemos en cosas de mayor importancm
i cosas que nos proporcionen progreiSo en el interior i buen
nombre.en el esterior. 1 ¿qué cosa puede haber de mayor importancIa
que un viaje a Chiquinquim? Claro está que ningaUII.
1I{1Icllos creen que el bienestar social considte en procurar
el descrédito do uu gobierno i en intlucir a rebelarse contra él.
Pues bien, preguntad a cualqniel;a hijo de vecino: ¿ qué apet~
co U. mas, conspirar coutra el gobierno, o ir a Chiquinquira?
••• Tenemos evidencia de que la rel:lpuesta es; il' a qM-quira.
Luego se le di mas importancia a este viaje-que a las
sublevaciones. 1 ¡cómo no l si un viaje a Chiquinquirá es de
las cosas mas alegres l Miéntras que las revoluciones ... huelen
a difunto.
¡ Qué esperanzas para los revoltosos 1
Demostrado como está que un viaje a nuest1'a slJ'iiora (hablando
como campesinos) es de lo mas importante, mui bi en merece
la atencion de El Tornillo, sin que por prestársela infrinja
en lo mas mínimo ningun artículo del importante programa
que está llamado a desarrollar.
Vamos al asunto.
El mártes q ne contábamos 20, no sabemos si fné para nosotros
un dia fausto o infausto, triste o alegro, apacible o colérico.
Para no equivocarnos diremos que tuvo de todo.
La enunciada fecha fué la que los tornillos, con sns consortes
(qu ~ tambien son,fJmillos) señalaron para el bend~cido i
maldecido viaje. Desde que el gallo cantó la segunda vez, o
mejor dicho, cuando cantó el gallo (que no sabemos si seria la
primera, segunda o tercera vez, porque estábamos dormidos)
pusimos mano a los fósforos, i tratamos de encender uUO. ,Acaso
pudimos? .. . todos se descabezaban. Qné será esto l' esclamamos.
. Uno de nuestros compañeros, verdadero tm'nillo,
de esos que siempre contestan pero que jamas atinan, o que
salen con alguua perogrullada j eso es, nos dijo, que no prlJ'nden.
La respuesta no podia ser mas esacta j sinembargo,
al oirla dimos contra el suelo a los fósforos con caja i todo.
1 continuaron lps .J;rn.bajos: nos levantamos siu una media
i mui mal casados (lo que no es raro) los botones con los
ojales de la camisa. Salimos a la sala i tropezamos 'con la
mesa en donde estaba la botella del aguardiente: al sacudimiento
de la mesa cayó la botella, que era una negra de lo
I"Q.as lindo! con boquilla de plata ... Mejor será no acordarnos.
Nos asomamos a la puerta del patio, i la luna esl.aba bien
alta j de modo es que tal vez sí seria al scgundo canto del
gallo que nos despertamos.
La criada,con pasos conservadores de los trastos que habi~
en la sala, salió para la co(~ina a encender la vela: nosotros
nos encaminamos al cuarto del arriero, con el objeto de bacerio
ir a traer las bcstias: se lo idicamos i nos volvimos .
. Marta, que así se llama nuestra buena criada, v1no con la
vela, pero traia una cara de empleado sin destino ... .
-¿ Qué es? Marta.
--Que . . .. ¡ quién sabe si se han perdido las gallinas del
fiambre! -
-j Cómo l ¿ perderse en un momento las ilusiones formadas
en tantos dias? .. .. Con razon el partido vencido está.
siempre en pugna con el vencedor I
--1 ¡ bien I ¿ por qué dices que se han perdido?
-Porque las dejé en la olla i no parecen, i la .••• (no
mentamos aquí el nombre por ser el de un periódico, i pudiera
llevarse a mal. Para seguir la historia cremos suficiente
decir que la . . . . a que se refiere la criada, es una pe¡'
rita) está al pié del fogon comiéndose unos huesos que como
que son de gallina.
--Acabáramos ! dijo largamente nuestro compañero; eso
fué que se las comió la perra. .
--En fin, le dijimos a la criada, arregla la carne de res i
los chorizos, de modo que no vayan a sufrir asalto. ¡ Cuidado!
1 dale masamorra a esa perra del diablo, p3ra ver si se
le quita el hambre. •
Cecilio, nuestro ar~iero, no parecia con las bestias.
--¡ Qué será!
--Pues que nq ha ido por ellas.
En esto, c9mo en todo, tenia mucha razon nuestro amigo
Juan Crisóstomo: 00 eu valc1e lleva el nombre de todo un
padre de la iglesia.
Fuimos a ver a Cecilio, i en realiil.ad todavia estaba acostado.
-Por Dios 1 alma de cántaro! No te despertamos ~ha ce
una hora?
Como Cecilio no podia negar esta ,erdad, calló, i se fué
para el potrero.
Nosotros seguimos echaY;ldo en el almofrej la cama, los zapatos,
los zapatones, media docena de cajoncitos de diversos
tamaños i con val"Ías cosas, docena i media de talegos,· un
poco de toronjil, algo de yerba buena, tal cual mata de malv:l,
una jeringa, una guitarra, un platon, un tarro con unas veinte
velas, un taquretillo, el Año cristiano i la parte que' hemos
visto de la Alocucion del señor obispo Vásquez, la que
llenó completamente el almofrej.
¡ A liar pues l En esto se presentó una de las tornillitos
gritando: "Aguárdense I aguárdense l que se me quedó nfuera
esta petaquita donde van los ramitos l "
Nada l ... . ,A liar l .... Despues de haberle cocido el vientre
al almofrej (que así les cocieran la boca a muchos) i dádole
a la cintura las correspondientes vueltas como quien aprieta
coi·6e't.,.Jo motimos el lazo por las orejas i comenzarnos a
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12 EL TORNILLO.
f!
halar. Iriamos en la mitad de la operacion, o en las dos ter- .
ceras partes, cuando se reventó la oreja, i nosotros salimos
depara atras .... cvn tal precipitacion, que a ese paso habriamos
llegado a Chiquinquirá en dos horas. Pero esto de aotlar
así 1 es mui peligroso I porque no se ve, como ~ice Juan
Oris6stomo. Diez metros habriamos rotrogradado, 1 esto fué
8uficiente para quedar primero asentados en un baul, i de
cabeza luego en el suelo, despnes de haber jirado sobre nuesiras
espaldas, en cuya evolucion total eorrimos grandísimo
riesgo de desnucarnos.
Seguimos componiendo las petacas . . . . luego los baules,
que por cierto estos nos dieron mucho que hacer. No cerraban
ni por cosas: el uno tenia razon, porque sobre los gosnes
estaba nuestra media perdida; el otro tambien la tenia,
porque le habian hechado mas enaguas i camisones que los
que buenamente podia contener. Por último sacanclo muchisimas
cosas i apretando algo lo cerramos.
- Saquen las cargas.
-No parece Cecmo.
-Son las nueve J
- 1 dentro de una hora las diez I
- Vamos a almorzar miéntras parece ... . _ .. .
- Pero ¿ quién puede almorzar el dia de viaJe? ... _
- Sinembargo, hai que tomar algo aunque sea por la fu er-l!:
a ..... unas cucharaditas de caldo.
- Almuerza, Crisóstomo, porque el viajc es largo_
-1 si uno no come, uespues le dá l1ambre.
- Soledad, almuerce I
-Ya l1e dicho que no tengo hambre: no me moleste mas,
porque tengo un dolo?'on de cabeza ..... .
- Que ensillcn I
- o, no, no I
-Por qué?
-Porque no han tniido lás bestias, i se cometeria uua ver-dadera
imprudencia ensillado ántes de traerlas. Yo siempre
he oido decir que no se debe ensillar antes de traer las bestias
l. - Eres un sabio, Crisósiomo.
-Las oncel ..... .
Se han pasado sesenta minutos I
-Deben ser las doce completas.
-Ya están ahí las bestias I ya están ahíl ya estan ahí I
-Cecilia I por el amor de Dios J qué ha sido?
-plJ,$ qué ha de haber sido sino que el ?'osao se salió del
potrero i lo llevaron al coso, pórque es que se comió un pite
de sebada. Ja I a cuantos veo yo que se comen mucho mas
i nada les hacen ., ... 1 ma,s a mas que ñor Juan no tenia lista
la mula del al1rwfTes.
-1 eso ¿ qué seria?
- Quesque por ,no salirse de la regla de los fletadores de
bestias, que han hecbo juramento de no cumplir jamas.
- Bueno, a enjalmar i a ensillar.
~Quie re usted, Solita, que le ensillen el negro?
- N9, no, no: el negro no. -
- El rucio?
- El rucio es espantador.
- El rosado?
- Ese es una petaca.
- Que le ensillen entónces el castaño, porque no tenemos
azules, verdes, ni morados.
-Bueno: el castaño sí. Ese sí tiene bonita figura, buen
1)rio i está gordo.
-Pópgase una monterita, niña, porque se le urJe la cara.
-Yo no quiero parecer amortajada.
-Qué sombrero lleva?
- El gari baldi.
.-Niña, cómo va a llevar puesto el gariba1di, para' ir a re-cibir
esos soles de Sute. Lleve el de amazona. -
-El de amazona no, el garibaldi, el garibaldi I
De repenLe oímos en el patio un ruido como ele cueros que
arrastraban. Nos asomamos i encontramos que la mula de
ñ01' Juan, resabiada por principios, habia puesto en tierra las
petacas i salia ya para la calle con ellas pr'3ndidas a la punta
de la sobrecarga.
_ -Tal vez es que esa m'11a está enseñada a tirar algun carro.
-Tal vez es que ño1' Juan es una bostia, que alquila mulas
r esabiadas, sin. pararse en los perjuicios que puede ocasiollQr
.. . . 1 Miren como salen tiestos l .... Allá cayeron los cllo,
rizos .. _ . Mas acá están están las sebollas .. ... Allá, en el .
roto de la petaca, veo asomar una morcilla.
, -Lo que siento es la ollita de la manteca I clan Cris6sLomo.
-Esa, si ha sufrido un golpe recio, se ha quebrado.
1fiéntras se reo paró este fracaso i a~abaron de cargar serian
fas dos de la tarde. A esa hora montamos.-(Concluirá.)
UN CONSUELO'
I Fuego! ¡Fuego! ¡nadie acudej
Mudas e~lán las campanas,
i FUf'go ! i la j ~ nt e se rie,
¡Fuego ! i ri éndose pa sa.
Mientras los ojos de Inés
T an ardientes chispas lanzan,
Que a voces están dici endo,
"Este cbrazon se abrasa. ", ...
i Lad ron eos! -Duerme, el sereno, 1
L os veci nos i la guardia ,
i L:.droncs i nadie acude,
i L:turonos ! ... nadie se alarma.
Mientras a la pobre Inés
D entro de su mi sma casa
I en presencia de su madre
L e han robado toda el alma.
Anoche, In és , me contaron ~
'l.'u lrislesa i tu desgracia,
1 por si búscas consu elo
Oye estas- cuatro palauras.
Dice un libro mui antiguo
'1 ¡tul ado "Dich'l humarla,"
Ql\e las tristezas se curan
Mirando correr 01 agua.
1 pues tú ti enes dos ojos
1 el llanto en ellos no f"lta ;
n iete, In és, de tus penas
Min\ndo correr tus lágrimas-- JOSE S ELC1 AS.
Al señor P. l\lart ínez.-Turmeqllé -Hemos reci C'ibido
d vll lor de las 6 suscriciones: mil gracias.
Hoga mos a U. se sin'u continuar con nuestra ajencia,
i de la misma manera.
AVISOS.
FERRERÍA DE SAMAGÁ. _~/;4
l OS empresarios hall creado dos acciones "mas por el
valor de $ 3,600 pesos cada una. El valor de estas
se empleará en la continuacíon i conclusion de la obra;
i los nuevos accion i,las tendrán los mismos derechos
que los primitivos.
Las personas que qnieran tomar mas datos sobre el
particula r, pueden dirijirse al D irec tor, señor Mart~n
P eny, o al señor Máximo V alero M.
Samacá, 23 de diciembre ne 1864. 3-v.-l
EL UEJOR ALMANAQUE.
EL MAS L\1PORTAN'l'E para los agricult(lre~,
porque señala los dias de lluvia j el mas curioso,
el mas esacto, porq ue contiene i está basado en los cál culos
aslronómicos del afamado astrónomo \'e nezolano,
tan conocido ya en nuestro pais.
Está en prensa, i dentro de dos días, de venta en
la imprenta de
T6RRES HERMANOS 1 C,OMP AÑÍA,
a 10 centavos el ejemplar j i por docenas a 9 reales.
Tunja, 29 de diembre de 1864.
OIDO A LA CAJA
"Los SEÑORES a quienes se mande EL TOR l LLO
i no lo devuelvan dentro de segundo di:l a la
ajencia jeneral, serán considerados como suscrito.
r es, i tienen 1.1 obligileio:1 ( moral i civil) de pao-ar
incontinenti los consabidos 60 centavos ." 1:>
Esto dijimos en nuestro número primero, i ahora
lo repetimos porque se puede olvidar.
IMPRENTA DE TORRES IlfRW.NQS I CO n p "ÑI~.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Tornillo - N. 3", -:-, 1864. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3681915/), el día 2025-08-10.
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