Saltar navegación e ir al contenido principal
Biblioteca digital de Bogotá
Logo BibloRed
Saltar el buscador

Esta ingresando al contenido principal

Tibouchina grossa (L. f.) Cogn.

CONTENIDO DE LIBRE ACCESO

Este contenido es de libre acceso. Solo haz clic en el siguiente botón.

Ir a este contenido
  • Autor
  • Año de publicación 2017
Descripción

Contenidos relacionados

Imagen de apoyo de  El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 34

El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 34

Por: | Fecha: 26/12/1874

PERIODICO LITERARIO DEDICADO A LA JUYEJ\TUD. UIPOUTANTE. Snplicamos á los señores Agentes de este periódico se sirvan remitimos los fondos que hayan en su poder por suscriciones, los nú­meros sobrantes y la lista de los suscrito res que aún no hayan pagado las suyas. Tambien ad,·ertimos á los señores Agen· tes que no hayan aneglado sus cuentas al concluirse el Regundo año de este periódico, que les suspenderemos la remision, reempla zándolos con otros señores que sepan llenar este deber-y tengan un verdadero interés por el pt:ogreso intelectual y m~al del pais. Los E. E. MISION DE J,A l'tHJJER • . l'OR CO::I'SOU:NCl;J. PLUGO á Dios dar fin á la obra maravillo­~ a de sus manos creando á la humana fami· lia, y para (Jsto hizo primeramente al hom ­bre y di!lpuso en estos términos de su des­tino. "Que reine sobre los peces que habitan en el mar, sobre las aves que respiran en el au·o, sobre Jos brutos que pueblan las selva@, y, finalmente, que domine toda la tiena.n lié allí el primer hombre, emblema de la fuerza flsica y moral! Un rayo de la ma­jestad divina resplandece en su fi'ente noble y elevada¡ sus pupilas despiden fuego¡ el valor y la confianza agitan sn Yasto seno. J,a fuerza de sus músculos, el vuelo atreviJo de su espiritu, el hervor de su sangre¡ todo le dice que es capaz de luchar con las Jifi­cultades y los peligros de la vida, al mít>mo tiempo que su voluntad inflexible, el ardor de sus pasiones indomables y los alcances de su alta razon, le hacen comprender que rleza y la gloria debían henchir sn ánimo de una ambician altiva. Conocedor de su fuer­z~, cuanto se huuiere opuesto f1 la impetuo­stdad de sus dsseos hubiera sillo implacable­mente deshecho: Ahora: si cada uno de sus futuros hermanaR hahia de etalió iormacla de las manos de Dios: quedó la humanidad creada en toda su maravillosa plenitud. Si el hombre es mnnat~i(ll de toda fuerza, la mujer será manantial Je todo ·amor; sí él gobierna por sn vigor y su razon, ella reina· rá, consolará, esparcirá el contento por la gracia 11iento IHlP.vo y desc~m.ooi­do de uorda todo su 8ér. Ayer no más 1 su mirarla so detenía sin embargo con amable candor sobre los ro~tros extraños; hoy baja involuntariamente la vista al ir con su ma­dre á la iglesia. Advierte qnc la mimda de los mancebos hace I'Htbir á su frente los en­cendidos color<'s del pndor, y que Ul)nclla mirada la intimi1la y la trstorna La revolucion de un destino cercado de peligros la espanta¡ el temot· de que en las aspit aciones que le anastran no baya sino un insl.into terrestre y culpahle1 la hace 1 etroce­. der bono rizada y anhelante ...... '!'o do es va· no! Su destino le 'nelve á gritar: amarás 1 'l'ú amarás, Dios te ha creado para el amor 1 En efecto, á''pesa t de todos sus esfuerzos, su corazon reboza rle amor. N o re atreve todaYía f1 dejar penetrar en él una imágcn de hombre, sin embargo ella amará; e~ me· nester que ame! A quién ? ¿Acaso Berta conr-ertit·á hacia. DioR to· das las fuerzas de su alma? ¿Por ventura agotar{\ en la contemplacion ele su misericor· día y de su majeslad todos los tesoros do stt amor? I-l:ll'áse esposa qe Cristo? ¿ At•ro('J'Ícordioso; ella no conoce otra fuente de felicidad que aquella que Dios de­positó en su seno: el amor. Paliaron para Berta cuantos placeres ofrece la vida. Bri­llnote artista en otro tiempo, poseía una ,·oz admirable, y su juycnil inteligencia gu~taba de los encantos de la poe ía y de la música¡ pero hoy deja flojas las cuerdas de su arpa y empolvados sua libro!! farolitos ; no sino por sus niños y para su niüos. Mirad¡ mirad eómo, durante el silencio de la noche¡ pasa horas enteras Yigilando una cuna. La mano del Señor la ha visitado: la en­fermedad acaba de postrar en el lecho del dolor fl uno de us uiiios. Pálida con los ojos enrrojecidos por las )flgrimaR, Berta halaga todavia con una mira ncia, sin conciencia de sus propios sen­timientos; nada de humano parece haberle quedado¡ su alma misma está extraviada¡ no sabe lo que dice ni lo que piensa : todo parece muerto en ella, todo excepto la llama santa y oculta del amor! :Mártit· infortunada de la miseria humana, que desde los impenetrables abismos de la locura, viene todavía á dar testimonio de la mision sublime de la mujer sobre la tierra: Amar! -·-TE ADORO. Te adoro porque ayer cuando de llanto inundaba mis ojos el dolor, calmaste mi cruelísimo quebranto con tu abnegado amor. Te adoro ~ - orqnc nunca de amargura has hecho pnlpitar mi corazon y porque en mí encendiste con tenmra la luz de la ilusiou. Te adoro porque el mar de la existencia no surcas con placer sino por mi y porque sé que siempre mi presencia fué vida para ti. Te adoro porque nobles sentimientos infundes en mi pecho sin cesat·; porque mi mento de altos pensamientos te gozas en poLlar. Y eternamente fiel, con la ardentía de insólita pasion to adoraré, y sólo en tu cariño ¡ prenda mía! la dicha bnsca:é. Fragantes flores con tu amor profundo no dejes eu mi senda de regar, que así seráR por siempre en este mundo mi arcánge! tutelar ! J. M. VELASCO CASTILLO Popayan, Diciembre 16 de 1874. CAR'fA DE UNA JI,\DRE Á SU HIJO. Querido hijo mio : Jamas me fué tan amarga tn separacion cerno al presente! Y o te he visto unas cuan· tas veces salir de nuestro pobrísimo hogar á los clímas mortíferos de nuestro suelo, en busca del trabajo y con el santo fin de pro· porcionar un pan á tu desventurada madt·e ¡ y aunque te veia á través de las ~ágrimas de la ausencia entre la muerte y la esperanza, mi corazon de madre no tembló de amargll­ra, porque ibas inspirado por el amor filial en pos del trabajo, y yo tenia fe en que .la díviua Providencia te amparaba. Te he v1s· · to otras cuantas ocasiones desasirte triste­mente de mis amantes brazos para vestirte la blusa del soldado y seguir trás las fatigas de las campañas y los peligros de los--eomba· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CAUCA. tes; y aonque á través de las lágrimas de la an~encia te veía eutre la muerte y la gloria, mi corazon de madre no se estremeció es· pantado, porque ibas á cumplir un sagrado deber, y me asistía la couiianza de que el Dios de los ejércitos extendería en mano so· bre tí y te Yolveria ileso á mis brazos. En uno de esos viajes, tu' corazon jóven, sensi· ble y vigoroso, sintió que ardía en el fuego del amot bajo la mirada de una mujer, eu quien viste el complemento de tu sér y el depositario cltJ tu felicidad; y ele esa :nujer hiciste tn esposa; pero Dios, cuyos desig· nios son impenetraules, hizo en breve de ('Scl esposa un ángel, y se lo llevó al ciclo. Tu alma entónces cruzó las tinieblas de la deso· lacion en busca de un santuario para tus iá· grimas de infortunio y lo halló en el eorazon ternísimo de tu madrr, cuyos ojos lloraban tu llnsencirt y tu soledad! Cuando volviste tle esos climas, dominios ue la muerte, mis entrañas se regocijaron y mis ojos mojaron con las lágrimas del gozo el pan qne me trajiste comprado con el Sil· dor <.lo tn üeotc. ¡Cuánta alegría, cuánta tranquilidad, cuánta delicia cupieron en mi COI'!lZon al partir contigo ese bendecido pan ! Cuando de~pues de las campaüas y de los combates volviste á mis brazo¡¡ !!ano v salvo y victorioso, mi corazoo se estremeciÓ rego­cija( lo al verte libre Je tantos pchgros; pero cnlóncet> mi alegría no fué tranquila, mi de­licia no fué' incfaule, porque el pan que me trajiste y los l:>uroles (¡ne ndomabau tu cal>e­za h:1bian teui,io por precio .la sangre y la vida do tantos de uuestros semejantes y tal \Cz ...... Ay! ...... sin duda las lngrimas ele t:lHtas madres iau amautet! y más infortuna­das que la tuya ! Uuaurlo pronunciada la última palabra del eterno adios sobre la sepultlll'a de tu espo.a, volviste h espalda entristecido á la tierra eu <]Ue sofiaste la J'eliuiJrtcl, .un ::;olo corazon te eRperaba anhelante, sólo unos ojos te guar­daban lágrimas de amor, sólo unos brazos iban á estrecharte cou frenesí. Eran el corn. z.,m, los ojos y los brazos de tu madre! En tónces me trajiste eu vez de pan tu pobreza, en lugar de alegrí:l, la desolacion do tn al· ma, en vez de laureles, la corona del infor­tunio; p r l darte el al:iTazo , e la desgra­cia, el eonsuelo de mi corazon fué indefini­ule. y P\lro, y el que mis ojos denamaron en el tuyo, me pareció ser extraorn la t'enH fortuna, cer y auatirse ante la moral, ante b vlrtud, la subsistencia de la madre, de la esposa, de ante la honrosa laboriosirlad: no ante tLt pro· los hijos, sn nombro y muchas ocasiones haf· pía conciencia, porque ella. formarla por mis ta su vida ...... Si gana, goza; pct·o ¡ qné pla­desvclos segun la ley de Dios. te ha reprQba· cer será ese que se funda en la desgracia aje­do, estoy cierta, todas las veces que h:1s ex· na!..: y si pierde ah ! entónces la miseria, b puesto al capricho rle la s\10rto una moneda de esperacion ctuhre, 4 8 SO e~. por 1~ suscricione~ del trimestre de 1!.'1 C:nuca en ol :l. 0 ailo. SEÑon DON MIGUEL E. Yomm.-Cali.-Con su esti· mable carta de fecha 13 del ptlsado noviembre reClbimod 4 S 20 cs., 'í'alor de suscriciones á El Catwa en su trimes· tre 3. o ; y tambien la. encomienda del señor Sca.rpotta.. SKÑOR DON 'l'uLIO SA.r.oEoo.-Palmira.-Rccibimoe de m11nos dt>lseñor Jos6 Marra. Eticovar, juntamente con su carta de fecha 4 del presente los 4. S valor do sUBcricio· nos al trimestre 2. 0 del año en curso. A 'VISOS. ¡AL PUEBLO 'illSPANO-A.MERICAKO 1 OUIDADO. Tengo el honor de anunciar el hecho do que ll!ljl P!ldO<­ras y el Uuguento I-Iolloway no se elaboran ni nndea. en ninguna parto de los Estados Unidos. Las cajas y los botes de diohM medicinas llevan invo.• riablcmente el sollo clel gobierno britúnico, en el que aparecen grabadas las ¡1alo.bras: ••Holloway't Pills and Ointment, Loudon." Ha lle,ado á ser necesario el dar publicidad á estos hechos, p~rque la "Compo.iifa Qufl~lica de :t\u~v.a York," que jamllS pagaba. sus Jeuda.s, h:¡.b1endo a.dq umdo malo. reputacion, giro hoy bajo la razon social de "Holloway y Cal; ¡¡ero á un llSí nadie quiere compmrles directamente sus preparaciones, de suerte que estos sugetos verifican todas sus venta!! actuales por conducto de los señores Hcmy y C.nl, de Nueva York." . Veudo mis Pfldoras y Ungüento cuando el 1mporte del pedido asciend:¡. tt .t:~O, á razon de Ss. 6d., 22a. y 34s la. docena de cajas y botes: debiendo remitírsemo a.ntici· pa.da.mente el valor de m~ factura. .. Publicaré al p16 de 1ms auunc10s los nombres de los bptica ios y demllS endcdores de mis verdaderos reme· dios, con 'tal que o.quelJos me l'lpresen 1 Ueeeo d quo a.sílo haga. TOMAS HOLLOWU. 7 de nbril, tlo lSH. 533, Oxford Strect, LóndrGs, W. C. Ull'lU:NTA DEL ESTADO. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

Compartir este contenido

El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 34

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

Imagen de apoyo de  El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 35

El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 35

Por: | Fecha: 02/01/1875

PERIODICO LITERARIO DEDICADO A LA JUVEKTUD. AXO I~I vwvv(~~·-- •~~-~~~~MMNUME~O~as~~~~~~ -~~~ ~---·~·M·~· ·M ·~-~~~~~~>~~~~--~~.:::~:~: .. :::.~w~~~!.?..~~.!.~~;;••••• •~•··~~-~-- ~L:r~~:.~~~~ ltAM1REZ Y;RIVBHA, ¡;n¡rouEs. J ch¿s teso1'os, como .decía la voz pública, en IJN VEHT!I.DO. nELACIOX DE t'X IIECllO CiERTO. u manera ponJerntmt. Pero era cierto qne ' nno trai:l st!periot· á los ele! ?ro y plata que se le upoat:w, y era una mtt.JCr buena hon· rada, modesta y caritati\'a, bien hallad~ entre las pacíficas y alegres cuatro paredes de sn Caridad qniere decit· amor. Ihy tres cla· casa, feliz y contenta en su tranquilo inte-rior ses de amor incluidos en esta Jenominacion: doméstico. el amor á Dios, qlle es la adoracion; el amor 1 En breve echó de ver el marido el clcscn· á nuestt·os iguales: que es la bene\·olencia, y frenntlo lujo qnc ostentaLau en su ye~tir las el amor á los pobres y á los qne padecen, seiioras de su nuera residencia, con el qnc qne con~erra el nomure de este amor teolo· ¡' contrastaba la moJ.esta senc~llcz que en el gal, curtclacl. suyo gastaba , n muJer·-Y as1 fué que le di· Si por desgracia, en nuestra acerba y des· jo nn dia en que juntos iban á salir: cr?ida éra, están tibio!! ~ amiuoraum •. los dos . -I,uisa, preciso es que te compres un ves· pnmoros, no lo cstfl por suerte el últtmo, que ttdo nomo ol que veo gastar á otras señoras. permanece en el siglo como una cruz en la -Felipe, contestó sn mujer, eso!! vestidos, cúspide do un edificio que van iuvauiendo, al quo Yes en otras, cnestan cn"tro mil realc!l ¡ méuos al exteriot·, las frias aguas del itHlifc· el año qne viene no se usarán ya, y son cua· rentismo. tro mil reales tirados, h que es un despiltQ· .:Miéntras más cnm1a la miseria mcJ·ced á no, y hasta nna impropiedatl en quien 110 cansas que no es del caso ni de nucsLra in· tiene ni la poRiüion ni el caudal de unos prín· cumbencia examinar, pero entre las cualeH, cipcs. no obstante, citarémos el lujo, que semejante --Sientlo mñs pudiente qne otras que los á un despreciable afeite, pero siendo en rea- llevan, deseo que no ficas tu méuo~, lo que lidad una mortífera lepra, se va extendiendo nos espoudria á la cl'itica ó á la burla, res· sobre toda la socicuau, v la carestia de los ponLlió el mal'itlo. artículos de primera necesidad que oprime y Luisa se sonrió y calló; pero en lo que ahoga á las clases mcnestero~as como un do· ménos pensó fué t:n comprarse el vestido. gal; miént1 as más cunda, decíamos, la mi· Cada vez que juntos salían, le preguntaba seria, más ostensiblemente corre á sn auxilio Don Felipe: la caritlad. Centuplica la caridad sus recur- ·-Luisa ¿no te has comp1·ado todavía el sos, y despucs que las ¡:eüoras, imitando el vestido? ejemplo de las santas, le han dedicado los Y ella, con el fin de no contrariar lo, bus. pl'imorcs de sus agujas, los hombres, á su caba disculpas de no haberlo hecho. vez, las imitan dedicando al mismo fin los -Luisa, observaba entónces su mariuo, se trahajos de sus plumas. N o elogiarémos es- sabe que tengo posibles; y como nadie po· te buen propósito; las buenas obras, sinceras drá creer, si una señora no lleva cual le co· y puras, tienen su pudor que rechaza el elo· nespondc nn vestiJo rico, que sea por tYttsto gio como una recompensa; puesto que la J[l. propio, creerán que es mi aynricb y n°o tu diva que outiene premio no es tan dádiva co· voluntad la causa de qnc no lo tengas. mo la que n.ada recibe, y é$ta es la razoo Un dia que les acompañaba á la mesa un por la que tántas almas piadosas ocultan el amigo íutimo de Don Felipe, le refirió ésto bien que hacen, mortificauas que son por la muy sentid;, lo que .llamaba manía él e su alahauza que excita. mujer, ele no querer comprarse el vestido, y Establecióse eu la populosa ciudad dc . .An· levántandose, traj_o cuatro mil reales en oro chlucía un cabal!cro que babia estado mn· . que entregó á Lmsa, con la exprefla condicion thos años en ..:~!ll~ricn , y traia de ella lllll· ~ de t¡uc habian Je ~ cr iurcrtidos en la com. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ELCt\UCA. pra del vestido. pues de ilejar el socorro del alma, entró el Salieron en seguida loR amigo~ á pas<:nr, y de la vicla, que eu person:1 fné á llevarle J,uisa entró en su ::rnhinctc, y se sentó en Lni~a. una silla baja eu su cierro ele CJ ie;tal á hacer Dcs1le entónccs venia 1liariamente la m u-labor. jc-r del enferrno ft recibir el caltlo y otros au- Aguarclaba allí uoa de las mnchas pcrso- xilios de aqu0lla casa, c~rno lo ha<.:ian otros nas nece8ita, sin ruiJo y tiÍO os­pletn miseria, gracias á Luisa que la habia tenlacion, como riega una sua\'e nnbc de pri· provisto de las pietas de restir necesarias manra la geuienta tiena, porque prefería para ello. los ~oces del corazon á los de la vaniriad. El marido de esa tlesgracia!la habia ejerci- -~S,·iiora, exclaulo Lni~a al notat· que la do toda su vida tm empleo subalterno i pero pobre mujer, r¡ne era la tlrl rcferitlo cesante, hacia algun tiempo que, sinlcansa ni pretexto, lloraba amargamente, ¿ qu~ lit>ue nst.ocl ?­lJnbia ~ido privado de su cargo para fayore- ¿,No se halla¡;;'\ aliviaLlo su marido de us• ce¡· á otro con él. ted ? Anciano yn, sin relaciones, fnerr.as ni pro· -Sí, seíiora, eontestó sollozanclo la inte· porcion de bu~car otro modo de mantener á nogada i pero, el hijo ele mi alma, que no an familia: la angu~tia, el desconsnt'lo y la pnetle con el trnbajo qne hace, ¡ ayor cayó irritacion que se apoderaron de sn únimo le 1 po:t:·arlo, y cstr1 ech:mdo sangre por la hoca 1 postraron cu cama. ' Hubo nn rato tk :<~eneio, pues el Jolot· en En bre\'e fnó "'~ncli!lo su molle!'to :~ju~r y la nua y la comprvion n la otm eran talesl cnaut.o poseian, p:11·a aten'ler al suí'tento de que no hallaban palolbras que los exrrcsascn. la familia y á la asistcnuia ele! enfermo. Despue rle un rato prosiguió la madre: Entónccs su hijo, jóvcn ú quien había da- -Te1H'rnos un primo en la Habana que do su p:-ult~ una hncna edncacion, y c¡uc pot· nos}¡;¡ e:-.cr;to qne, en vi,ta to claramente el declo ele Salvo lit vida ú este bnen jóven, pensó! Dios señalar á la caridarl el lugar y oca ion en quizá h:tga su suerte y la ele todas~ familia, que debo ejercer Stl santa mi ·ion?-Y arlÍ lo todo con privarme de un vestido de lujo ...... hizo ahora, porque una noche oyó Luisa el y titubeó ...... dulce, y triste, y argentino sún tle la campa- Tome ustc1l, seilora, rlijo poniendo el oro nilla, que anuncia á los fieles que viene Dios en la mano de la tlesconsolada matlre: que ó la cus del ijo q e no pu líen lo ir · laJ> - p11r a ipmcdiatameute su hpo de uRted, y ya, implora su presencia. que lo haga descuitl!ldo.pues miéntr·as nos es· Luisa iluminó su halcon y se anorlilló.aclo- criba su llegada, no faltará á ustetles el pan rando al Dios que (11\ qonsudo y fortaleza en de cada clia esta vida pasajera, y la biena\'cnturanza en la J,a explosion de jítbilo y de gr:~titulo y bien de la hnmanidacl. á su marido que hnbi~t dispuesto del dinero, "Graeias ú El y al inespcrntlo socorro que y tmtaba de salir u el paso con evasi rns. nos prestó,-qne fné tal, que ,Jcuió costar! e Unas veces le decia qne no le gustaban los algun k:J.C'rificio, por lo que a,mw.tta su valor que de rent~ .e hallabau, y qne le hnbian di· y m(·nto,-emu:li'es r¡nc ,¡¡ el im!Jortc del re~tiueltlo Jc los ,]os meses das y duras en boca de sn marido, se turbó y que no he gasta(:o con el oh,ieto de enviñr· afligió, y dijo pnrr~ calmarlos: do~, hauiéntlomo tenido (!1 tio en su ca!ia -ERtá comprado, etc." -¿Por uu! albricias, repn~>o satiDfccho Cuando Don Felipe hnbo acabado la lec· Don Felipe, dónde está? tura de la e:ll'tn, Jijó los ojo1:1 en HU mujer, -J.o Licnc la rnouista, respondió su mujer cou una mirada qne expresaba toda la admi­cada vez más turbada, como todo nq11el a- racion, to.!o el cariiío, todo el entemeci­quien falta energía pnm seguit· con paso fir· miento de que rcLosaLa su cm·azon, y sólo me la buena senda. pudo decirle: En este momento avisó un criado á m~dia -Percona, Luisa. '\'OZ á Luisa, que estaba alli una tle la8 pobres La suave y modeota mujer le contestó: á quienes favoreekl,quc pedia hablarle eou ur- -PerJona tú, pues te engañaba. genc,ia. -Mi culpa es, pues, que no snpe inspimrte Luisa se levantó. confianza, rcpul'o el maric1o; si me lo hnbie- -Dónde vas, mujer? preguntó Don Feli· ra!'> dicho, se hubiera hecho la buena obra sin pe; 1 á qué es una pobre! dile qno vuelva á que para c·o tuvieses que privarte de un otra hora. · buen vestido: ahora me enca1·go yo de pro- -Es la modista, contestó luiRa. poreiomu telo, y por cierto quo no hab1·{\ sa- -Entónees, vé, no te rlctengas, y haz traer 1ido el o la fauri.:a de Lyou otro mejor que el el ve.tido para que le veamos. que recibas. N' o habian pasado cinco minutos cuanuo N o, no, Felipe; no, exclamv J.tüsa; si acn· .entró Luisa apresuradameutc. Sns ojos ne- so lo qne he hecho es una uueua accion, y gros brillaban, retlejámloso en ello8 una es- me la rccotnpcnsáras, no seria yo: sino tú, el pl~ndida alegría, como brilla nn puro cristal r¡uo de ella tendria el mérito y la ~tatidac· - UBL\C~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 276 ELCAUCA. cion, y no te lo cedo. Aclemát~, el bien que se hace sin qne nos cueste un sacrificio ó una privacion, pequeña 6 grande·, no deja del to­do sat.isfecho el cornzon, ni completamente alegre la conciencia. .. _ - F ERS AN-CA I3.\.LJ,ERO. (De El Ferrocarril del ,l[agda/ena .) El, CIELO. Dijo Dioq : "la gloria santa Que en mi rededor se agita, Quiere una alfombra infinita Donde reposar su planta.'' Y :lijo al mundo: "ambiciono Qne, colgado en el espacio Tonga nn techo mi palacio, Y tenga un doce! mi trono., Los Angeles ésto oyeron, Y al pié de su excelso coro Uon sus cabellos do ot·o Inmensa gasa togicron. Y llenfltldola de rojos· Y tle blnncos ¡·esplandorcs, Pusieron en ~>US colores 'l'otlo el azul de sus oJos. Y 1u égo con ricas galas Allí las 1tubes bordaron, Y en las nubes derramaron Todo el nácar de sus a)as. Y en la bóveda aznlatla Pusieron sns leves hnellas, Y en la lnz de las estrellas Los rayos de su mirada. La gaza flotó al azm·, Y el sol y la luna fueron J,os florones que pusieron Su ondulacion altlotar. Y en fin, con el ancho velo, Que en la extension !le perdia, ho ; 1gcle aqqe dja DeJaron formado el ciclo. Y lo extencliet·on en pos Por los ámbitos profundos, Para dosel de los mundos Y para alfombra de Dios. J. l\1ARTI.NEZ l\10SROY. J,O!i lf:\LO§ LIBROS CORRO:llFEN EL ALMA. Torlos comicnen en el peligro que ofrecen las malas compaiiíns i / todos comprenden cuánto se c:x¡..one un jóYcn cnnnclo el decoro 6 la lH'ce¡;idad le imp~ne· tener relaciones con perf.onas que, por medio de coJJfideJlcins contagioFns, de¡;cubn·n la cont1pcion de ¡:u corazon y comunican el Ycncno que éHe con­tiene. P ncs l>icn, fitcil es d<· mo~trar, por mnchns razone~, que el efecto de los molos lib1'os es torl:wía mucho más peligroso. El comercio qnc hny entre los hombres por medio de la palal.Jra, sólo nos une con las personas de nuestro tiempo; pero por medio de la lectura hablamos y nos enti'E:te nemos con las personas de tollas l::~s edades. T,o autores obscenos que corrompieron el si· glo de Augnsto, echaron aún á perder el nuestro, pnes In habilidad con qne prepara­ron sn veneno les va•ó nna reputacion qne se fné trasmitiendo de siglo en siglo basta nosotros. Generalmente sólo hablamos en nuestra lengua, pero en los lil>ros se ha ido recogien­do totlo lo malo que so dice eo todas las len­guas, y las tra1luccioncs lo han propagado por todas partes. N o sucede con los libros como con los a­migo¡¡, pues •generalmente se atiene uno y trata de conservar los antiguos, cnando se ve qnc son los más fieles; pero e! entreteni· miento con los libros se multipHca al infinito porque cada clia salen ii luz obras nuevas, y el atractivo 6 la curiokidacl os un cebo que compromete. Un amigo peligroso no se ha­lla siempre con uosotros; pero el libro obs­ceno le teaernos {l la vista, y sin hablar se nos insinúa, nos comp1·omete y nos corrom· pe casi sin sentirlo. Un amigo corrompido no nos lo parece así siempre, pues snele ha· ccr tregua cierto tiempo con el vicio, mién­tras qne un libro malo nos habla siempre el mismo lenguaje, bosqueja las mismas ideas y cnsi deja laR mismns impresiones. En fin, t:l Yida desordenada de un amigo corrompido suele se1· tan grosera. que llega á alarmar el Ru~lor y l,Jastª á oJepde~;. la misma u ·banid::~d; pero en los libros se pintan as pasiones con delicadeza, y se enseña el vicio desnudúndo­le de las apariencias odiosas para insinuarse mejo1·. Desgraciadamente en el dia. ya no son do moda las novelas graves y sérias, pues el que no piensa más que en la depravacion, necesi- 1 ia otro pasto, y por eso no se suelen leer : más que las novebs ligeras, en las que abun Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ELCAUCA. !77 da la incre<1uliclad, la ~pología del crímt'n y la apotéosis del vicio. Por más que el alma fie escude, el veneno es t:m sutil que siempre wlla un tubo por donde é nsinu:usc; e,I mal no tarda en ser sensible, y lo peor de todo es que no es Hwil ha Par un e contravC'neno que ])Ueda atlmini~trarse con buen éxito. N un ca fle ha prepamdo el veneno con hiel ni con el jHgo (le plantas amn.rgas, ántcs por el con-rnrio se suele mezclar con los alimentos más tl?lccB y mejor condimcnta(los para qne ins­pu ·e ménos desconfianza; por consiguiente aún se debe temer ménos el peligro qne nos :unenaza qne el placet· que nos promete en ciertas pnginas. El vicio cubierto así con SO~E'i'O. Ibas, yo bien lo sé, triste y llorosa á lamentar mi an~encia en la morada que un tiempo me abrigó, y abandonada dejé, tornánrlome {\ mi patria hermosa. Ibas, yo bten lo sé, tu faz de rosa do la tnrba bul'!ona recatada; ibas ...... más hoy solemne y anuinada mi antigua estancia tétrica reposa. Y en la tarde qne ayer lució l:ierena huellas busqué do tu mentido daño del viejo muro en la esparciua arena; pet·o nada encontré, y el desegaño m~ enseñó allí, para anrnent:lt' mi pena, cuantos sucesos caben en un aüo 1 l'opayan, Diciembre de _187.!. LOS POLl.OS Dl: LA. t:OXDESA.. n velo hipócritn es aún más peligroso; pues nRtituye :í. la licencia un arte m:ís pérfido ím, y tanto más dificil de conocer cuanto ne tiene el exterior seductor de l:l inocen­i:\. In~en~iblemente un jóven 6 una jóvcn e deja seclncir por el cebo engañoso de una cnó~ICA DEr •. \.. ~POCA DEL vrm:r co~DE DE aAion qne sólo se aclvierte t~ver. ounndo el ClllXClloX. al ha hecho ya pt·og:esos irreparables. !;os l. a(!t-es no saben cntóncss cómo explicat·:¡e En nnn t::mlc ae Ju_nio de l~Jl, las campa-se t'lsti,rtc lo que e-: alma siente quiero y no pueclo con , ngrarte un canto, y sólo escribo, que frliz, tranquila cum plal:! tus aüos. Quién ae la \'Ílla en el inmenso océano bogara siempre en bcnclecitb nao! quién en la mar do el corawn fluctúa !:iiemprc ¡lel l¡ieu en el bajel ~a(l'rado doquier hallara en la in~egum ~·ia manos amigas cua! tu noble mano! pqro cu el mundo clonde el mul auunda son los :tmigos para el bien tan raros, que tal p:trecc que el Sciior los tiene para loR hijos de su amor guardados. ~Iús ay! aruign 1 que en tu claro dia, en tu <'lltnple aiios, para exprC'sarLe lo que el alma Riente quiero y no pucclo consagmtc un canto y sólo escribo, qnc feliz, tranquila cumplas tus aiios . • \1 ciclo clichas para tí piclieutlo mi alrna ele pronto sorpreutlíó á mi labio . ¿Para r¡né 1lichns para Lí pcclirle !:.Í él es tan j1tsto, poderoso y Rnnto, si f1 la virtud, como la tuya, tiene ricos tesnro!< de placer guardado~, si haceR b tlicha de tn hogar he1·moso y Ron el gozo y el amrr hermano~. y si C'n tu ft·ente la bontlad Ac pinta como la luna en el tranquilo lago? lilas sí lo alabo porqne yo en mi senth tu amista1l noble por mi bien he hallado .. , pero no quiero c¡ne tu dich~ anuble mi triste adios qne se interpc,nc al cabo y así, señora, yc en tu claro flin, en tu cumpleaños, para ex-presmte lo qne el alma ~icnte corno no puedo con. agr:trle un canto, tan sólo escriuo, que icliz, tranquila cumplas tus años. A. GRILo Cali, Setiembre ~4. t1e 1Si4. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. !80 EL C 1 U C·.L Tt:S (;,\BELLO~. Estos son los cabel o qne atrcriJo Yo corté de tu blontb cabellera, Cuando tú misma no quisiste dármelo~, Porque áun cstab:ts de mi amor incierta; Y que en todos los camuios Je mi ,.¡Ja, En mi fortuna próspera ó aJvcrsa, Ellos, ó han aumentado mi~:~ placeres O han minorado mis amargas penae. Mas si hoy te los devuelvo, vírgen mia, Rs con In firme conuicion expresa, De que hoy que no dudas de quo te amo Con ardor. con lealtall y con puraza ¡ 1\le los entregue tu divina mano, Para que cntónces meritorio sea Que como un lazo misterioso entre ámuos Yo para :siempre en mi po!ler los tenga. ruu:STLEY •. ropayan. 18i4. ---···---- EPWIU:tl.\. -Es tan grautle, Sinforoso, la inocenda de mi hijn , que hay quien dudé h11ya nacido en un tiempo en que l:t!s uiuas ...... -Aunque es cierto lo que dice, callo llf>tetl, m:Hlre 'JllCri,la, que adem~s tic que estas cosas no se cuentan, al oil'!as estremézcomo y se cubrrn do vergüenza mil:! m<·jilla~ . J . .JI. YEL.I.::il:O C.bl'lLLO. A~i:CDO' '.i.~l. "Gn conde truia una esposa fila que muaua con delirio. Al aüo (le su Lo!la cayó cufcr­ma y murió. Yivia el conde cu una alquería. y el cementerio e~taba en una colina próxi­ma. Al conducir el f6reLro tropezó uno uu los ¡;epultureroc;, cnyó el ::taud, y un grito que salió de él hizo huir de ·pa\'oridos á los entc­rratlores. La condesa rrcuperó la vi1l:\ \le resultados del golpe, y la fdiciuad volrió al hogar tri~· te y ei1lutado. PaRó ei t1empo, doce ailos Jcspucs la Je­sucitana volrió á morir. El viudo estaba atligillo, aunque no tanto como la primera \'Cl. Al i1· á vcrificar~e el entierro, dijo yordomo: -¿ Ttcue ~. E. al_:o 'Jt:é manll.:r :' 1 -Sí, contestó¡ qniC'ro que los vayan con ticnLo al subir la colina no se les caiga el atnud. AVISOS • • Piltlorus "·rln;t~o~~'~' ~~~~j¡,~:::~:~~ toli••s IIL~ Jl:lrteH del n~'! c:omo el mejor Ellas cumn tOilR!!jas afe•é9illllill de·! e41.,-ol!Qf. del est.:ma:,:o, de lts ,.;,;,.,,.I!;~·.'IPda.lnAb."..M·i""' \"Cn la ncrimouia, la fla ~~r:;;~rfQj~:ci~~~:~:a~ ~ando de la ~augre toch\ in tümeuto el ~istemn nmi·ioso y u&g,-llla t:ouo la or¡¡an izaciou !(cncral. t:n~lkNtto lloUown~ ·. -Esto ·maravilloso .nnu b!!lla iuLtlibl~mcnto las herida" untlgua.~,·J:\s y los males do pierna~ y de pecho. Por mt!dio do ~~> ducHt'Íillu. •ílccrfll! \Írnlcnt~~< lom:m runr pronto un llUCW cou\"lllccit•utc y dcsa1m ·cccn. Jam:t~ drja este ¡;•lento rcJrigcnu!tc de pru•ludr una cun pcrfcch afeccione> •lo la piel, los costip'ldos, las toses r el tismo, 1íun cunndo se ha u¡•cl.tdo en YilUo ,¡ todoa los mas n:rnedios. La' mc•liciua ~ cloben rmpl nrse útioarios ~~~!. ,Jo, y por~~~ l'ro¡nd:mo, ell rorcsor Hollowny, iJ),l, furd Slrcct, Lúndn:d, W. C. NOYÍ2D10 DE Y OCIO X .SHIO, esmeradamente empa5tado y en edicion lujo. Se rcuuo en la a

Compartir este contenido

El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 35

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

¡Disfruta más de la BDB!

Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.

Afíliate

Selecciona las Colecciones en las que vas a añadir el contenido

Para consultar los contenidos añadidos busca la opción Tus colecciones en el menú principal o en Mi perfil.

Mis colecciones

Cargando colecciones

Compartir este contenido

El Cauca: periódico literario dedicado a la juventud - N. 36

Copia el enlace o compártelo en redes sociales

¿Eliminar esta reseña?