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Automóvil - 30/03/23

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  • Año de publicación 30/03/2023
  • Idioma Español
  • Publicado por MotorPress
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
"Automóvil - 30/03/23", -:MotorPress, 2023. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3610340/), el día 2025-05-22.

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Imagen de apoyo de  Reflexión anónima sobre las mujeres admiradas por dar visibilidad a otras mujeres que han sido víctimas de violencias.

Reflexión anónima sobre las mujeres admiradas por dar visibilidad a otras mujeres que han sido víctimas de violencias.

Por: Anónima | Fecha: 2020

Narración oral de una mujer que vive en la ciudad de Bogotá quien admira a las mujeres que desde su profesión o experiencia, trabajan por las que han sido invisibilizadas. Admira a las mujeres que han sido víctimas de algún tipo de violencia y transforman su dolor en fuerza para trabajar por sus comunidades, también admira a las mujeres que han tomado la voz de aquellas a las que han matado y trabajan por un mundo sin miedo. El testimonio fue recolectado en el marco del laboratorio de co-creación "Postales sonoras: mujeres escuchando mujeres" de la línea Cultura Digital e Innovación de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas de Bogotá - BibloRed.
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Reflexión anónima sobre las mujeres admiradas por dar visibilidad a otras mujeres que han sido víctimas de violencias.

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Imagen de apoyo de  El Hogar Católico - N. 32

El Hogar Católico - N. 32

Por: | Fecha: 01/11/1910

EL HOGAR CATOLICO . ae public~ bjo l~ dimción del Presidente de la Junb Central de la ~octrma Criltiul ---- ... .... ... -.., ....... , ................... . "Nada, ni un pensamiento, para la política. Todo, hasta el último aliento, para la Religión." tmpr•nta Elé ctrlc• !erie4: 1 Bogoota. (República. de CJlombia.J, Noviemb re l. 0 u r lO 1 Númaro3a La " Acción Católica " Repetidas veces, tanto en sus lumi­nosas pastorales, como en otros escri­tos, y d e palabra, ha llamado la aten­~ ión el Ilmo. y Revdmo. Sr. Arzobispo Primado hacia aquellas obras cuyo objeto se cifra en el ejercicio del celo ·santo que de manera ordenad a y -constante busca en todo el bién de la 'Iglesia, de la sociedad civil y de las · ·personas particulares, para que unidos 'formemos aquel cuerpo único que tie­ ·De á Cristo por Cabeza. Esta especie de apostolado-no ex­~ lusivo de estos tiempos, sino propio de todos los siglos de la Iglesia, en la ·forma adecuada á las necesidades de -cada época-es el que de algún tiem­po á esta parte ha venido llamándos. Accidn catdlica, tanto más necesaria hoy cuanto más rudo es el ataque que sufre la causa de Dios, y más pavoro· sos se presentan los peligros de ruina espiritual que amenazan á los indi­viduos, las familias, y por consiguien · t e á la sociedad. El campo de esta accidn es inmen­so, desde luego que no excluye cosa alguna de las que directa ó indirecta­mente pertenecen al divino ministerio de la Iglesia, según lo ha enseñado constantemente el Supremo Jer&rca de la Cristiandad. Por lo mismo, se impone el concur­so individual en esta magna obra, no sólo en lo que se refiere á la santifica­ción de nuestras almas, sino también en todo lo que pueda servir para ex­tender y dilatar el reino de Dios, así en los in di vid nos como en la s di ver­sas colectividades, y llegar de esta ma­nera á aquel estado social que ha sido el ideal de la Iglesia, de acuerdo co11 la altísima misión que r ec ibió de res­taurar toda$ las cosas en Cristo . Por esta razón siempre se ha vistO> que cuanto más en armonía ha.ido el Estado civil con la Iglesia, y se han guardado mejor los mandamientos divinos, tanto más se ha hec ho pateo­te el bienestar social, y han brillado en mayor número de individuos aque­llas egregias virtudes que más hao honrado y dignificado á la humani­dad; y al contrario, las lur.has de las: sectas y del poder público contra la Iglesia, y el desconocimiento de sus derechos, á la vez que han traído con­secuencias á cuál más funestas, han suscitado problemas sociales, insolu­bles fuéra del campo de acción def Catolicismo. Aunque hay muchos bienes del or­den natural á que no va ordenada de suyo la Ig lesia, con todo se deri\·an de su insllitución como consecuencia natural, ya porque la lu z de la Reve­lación esparce maravillosamente el ful­!! í·or de sus rayos en todas las -ciencias, ya también porque la virtud de los dogmas evangélicos hace que los pre­Ceptos de la ley natural arraiguen má hondamente en el espíritu, y de consi­guiente, aun el bienestar material de los in di vid u os , de la familia y de 1 sociedad halla en este soberano influ­jo un favor y sostén providenciales. Predicando la Iglesia á Cristo cra­cificado- escándalo y locura á los ojo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL HOGAR CA TOLICO del mundo-vino á ser el alma maler de la Civilización en su verdadero y má~ grandioso significado. Por todas partes derramó bienes infinitos, ilumi­nando las inteligencias con sus d ivi­nas e nseñanzas, y ordenando los ac t os de la vida al perfecr:ionamiento moral. Conservó é hizo provech osos los bue­nos e lementos que pudo hallar de las civilizaciones paganas, arrancó á la barbarie y adies tró para la vida civil los nuevos pueblos, é imprimió pro­gresivamente en la sociedad ese s~llo característico de dignidad que tánto la ha realzado, y que no puede ser sino fruto sazonado de la virtud sobrena­tural y divina, inherente á su sér; ra­zón por la cual es guardiana de hecho y de derecho de la civilización cristia­na, y la mejor protectora de todo lo · que tienda al hién de la sociedad. Desgraciadamente la cizaña que de tiempo atrás ha venido sembrando el hombre enemigo de que habla el Evangelio, á la vez que ha entorpeci­do el desarrollo de la vida de la Igle­sia en muchos casos, ha sido fecunda para multiplicar los males de la irre­ligión, lo cual ha hecho que grao nú­mero de los que se llamaron católicos, y no pocos de los que aún se tien en por tales, militen en contra de lo que ~nseña la santa Iglesia, y, pretendi en-· do ser hijos suyos, estén empeñados en su ruina. Es cierto que en este teme­rario empeño darán coces contra el aguijón, porque fundada sobre roca firmísima , cuenta con las promesas que le hizo el Divino Maestr ; pero sí :se acarrearán los desgraciados, con la ruina e terna de sus almas, la de aque­llos á quienes han logrado pervertir. Siendo tántos lo s medios de que disponen los enemigos para consumar f3u obra nefanda, les sale al encuentro .la Iglesia, y para contrarrestarlos se sirve de las múltiples obras con que la Acción Católica se presenta á manera d e ejército ordenado en batalla. Si tod os lo s fieles pres tan á ella la o e l pueblo. Los que hao s ido favorec idos por la Divina Provid enc ia con la a bu n da ncia de los bien es de fortuna, deben persuadirse de que no pueden hacer mej ur usu de &us riqu&­zas que con sagrando a lg·u na parte de ellas á la creación y sostenim iento de escuelas donde se inculque á los niños po bre;, á lo s j óvenes trabajaoores, el sa nto t emo r de Dios, la con­form idad con su d i vina vo lunlad, el amo r a l tr abajo , la obediencia á la s autoridaclc:; con ~t­tituídas, y, en fin, la caridad , q ue destierra los odios y e nemis tades, y ahuyenta los vicios que co nducen al hombre á la perdición Reproducimos á continuación el ex­tracto ~ue trae el Iris de Paz, de Ma..: drid, del célebre Decreto Qu am Sin­gulari de la S. Congregació n de Sa­cramentos del día 8 de Agos to del presente año, aprobado por Su Santi­dad, cuya parte disposi ti va publicá-' mos en el número anterior de este pe­riódico. LA PRIMERA COMUNION DE LOS NIÑOS "Las páginas del Evangelio demues­tran claramente con cuán singular amor Cristo ha amado á los niños. Con ellos se complacía en conversar ; á ellos acos­tumbraba, imponerles las manos; Jos abra­zaba y bendecía. Y cuando Jos discípulos los apartaban de El, lo llevaba á mal y los reprendía con estas graves palabras: Dtjad que los niños vengan á mí y no lo s es­torbéis, pues de tilos es el Rdno de los de/os ••• La Iglesia Católica, ya desde sus princi­pios , recordando estos ejemplos de Jesu­cristo, procuró llevar los párvul os á Cris­to por medio de la Comunión eucarística, la que acostumbró á administrar aun á. los niños de pecho. Así se encu entra es­tablecido en los rituales hasta el siglo XIII, y en algunas partes duró _más tiem· po esta costumbre, que aún hoy perseve­ra entre los. griegos y orientales. Más tarde en la Iglesia Lati na se abo lió esta costumbre, y no participaban de la sa­grada mesa los niños sino cuando empe­zaban á tener el use nl o nados Las obr-as con que podemos so correrlas son tr es: la primera y principal es el santo sacrificio de la misa ; la segunda, las oraciones particulares; y la tercera, tod as las obras penales con que se satisface á la divina ju.ticia, corno son la li mús na , ayu ­nos, penitencias, p e regrinaciones, ttc. Además de estos modos con que las per­sonas particulares socorren á lns almas del Purgátorio, el Sumo P ontffice conce­de indulgencias aplicables á ellas, no ¡.;or vía de absolución, sino por rnodo de su-1 fragio, y como dispensador del tesoro de­la Igltsia, que so n las obras y satisfac-­ciones de Cristo y de los Santos. Ganan­do por las benditas almas estas indulgen • . cias, y haciendo otros sufragios, ejerci­tamos con ellas las obras de misericor • . dia; porque damos <;le comer al ha m. brient.>, y de beber al se diento, alivia. mos con nuestra caridad el hambre y ·la sed que aquellas santas almas ti enen de Dios. Conso lamos al enfermt?, porque mu cho padecen las almas de l Purgato­rio en aque l lugar d e tormen 1os. Resca­tamos al cautivo, porque cautivas están en aquella cárcel de expiación, y las redi­mimos con indulgenc ias y limosnas. Ves­timo s al d es nu do, alcanzándole de la, bondéld de Dios la ve~tidu ra nu p cial y sin mancha, que han m ene~te. r para en'T trar en e l cielo. Hospedamos al peregri­no, rogando al Señor que por los méritos de Cristo les abra las puertas de su pa .. lacio divino ; y, en fin, ¿no es mayor ob­sequio el ll evar aque llas almas a l eterno descanso del para(so, qu e e l dar á sus cue r pos sepultura? Pero aun q ue nos de­bel] los compadecer de todos los que es­tá n e n e l Purgatori e>, e speci a lm ente he. mos d e socorrer á nuestros deudos y ami­gos, á los padres é hijos, á los maridos Y, 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL HOGAR CATOLICO mujeres, á los hermanos carnales y otras personas con quienes tuvimos algún lazo má-; estrecho de sangre 6 de amistad. Finalmente, mucho mayor cuidado debe­mr:> s poner en cumplir las obligaciones de i usticia que pertenecen á d los, e jecu­tnndo sus;. tes tamentos y mandas pfas, y todo lo que dis .J usieron para bién de sus almas. F. ox P. MoRRL, S. J. La heredad de Dios (DE LOr;GFELLnw) Cómo me agrada la expresión saj ona Que, Heredad del Señor, al cPm nteri o Llama 1 Es muy justa 1 Cons~grados se hallan Los sepulcros que abarcan sus linderos, Y sobre el polvo que entre el polvo duerme Llueven las bendiciones de los cielo s. ¡La lhredad del Señor! Nombre bendito Que hace dulce s las lágrimas de aquellos Que en la tumba sembrarou las semi llas Que ''ntrojadas guardaron en el pecho! Pan de la vida, pan que ya no es suyo .Y que á los oj os nos oculta el Tiempo. En sus surcos se remos arrojados Confiando en que otra vez renaceremos En aquel día de la gran cosecha En que el soplo inm ortal del Juez Su prcmo, Separará la arista de los granos Que estaban confundidos y revuelt os. En aquellos mag-níficos jardines Florecerán la s almas de los buenos ; C¡¡da flor mezc lará su grato aroma Al de las fl ores del ce'este huerto. Levánta el césped con tu rud o arado Muerte, y ahónda el polvoroso hueco Para seru brar el grano: éste es el sitio De las gr·a nd es cosechas del Etern o. RuPEI\TO S. G6MEZ EL MONTE OLIVETE La ce le bridad de este monte data de . antiguo, aunque con diver~os caracteres. Ya en tiempo de David se hacía en una de sus tres cimas Ó colinas, antes de la PasLua, la inmolación de la vaca roja, con cuyas cenizas se preparaba el agua .lustral, que tan señalado papel desempe­ña en alguna~ de las disposi ciones del Le­vítico y dt: los Números; y el mismo real profeta hubo de atravesar su subida, pe­ ·nitente y descalz:o, para seguir á Baha­món y de allí á Jericó, huyendo de Ab· salón, el hijo rebelde, que, con huestes rnumerosas, quería apoderarse de su pa­< lre paa a consumar su inicua usurpación. Esta consagración de la religión y del dolor de un rey santo.q11e tan hondas sim­patías habla inspirado á su pueblo, perse­guido ferozmente por un hijo de sobe­rana hermosura á quien amaba, sin em­bargo su padre, con afecto indecible, le dio al menci onado monte cierto carácter sagrado, desvirtuado triste,nente en los desgraciados días de la prevaricación de Salomón, por el culto nefando que una de sus mujeres c01nenzó á darle al infa· me Molok en otra de sus cimas, llama· da desde entonces, á causa de esto, del Escándalo, porque en r ealidad fue grande y de consecuencias tan perniciosas, qu e sirvieron de afrenta al reino de J udá, hasta que Joás lo abolió por completo. Por lo demás. el papel que juega en el Antiguo Testamento es de poca impor­tancia, si se exceptúa aquella celebrada feracidad que lo mantenía siempre cu­bierto de olivos, pinos, mirtos y palmeras, que talaron las legiones de Tito en el ase. dio de Jerusalén. No sucede lo mismo en el Nuevo Tes· tamento. El Salvador lo hiz:o repetidas ve­ces teatro de sus divinas en~eñanzas, de sus profecías y milag:os. En una de sus;. faldas ó costados estaba el huerto á don­de solía retirarse á orar las noches ente· ras; en otro, hacia la dirección de J ericó, la Aldea que le era tan querida, por vi­vir en ella de ordinario sus predilectos amigos Lázaro, Marta y María ; no dis· tante de ésta, en la parte más oriental del monte, se veía la de Bethfage, lugar donde montó en la pollina el domingo de su entrada triunfal en Jerusalén; y desde la cima central del masmo monte dirigió por última vez: la palabra á sus discípu­los cuando, radiante de gloria, subió á su Padre. Además de es•o, hacia su base, se hallaba el sepulcro de familia que por tres días guardó el cuerpo inmaculado de la Santísima Virgen, y fue ttsti¡:-o de su resurrección y Asunción. Los cristianos durante los;, iglos IV, V y VI y €les pué~, cuando tu vieron el do mi· nio de Jerusalén, multiplicaron los san­tuarios en todas las direcciones del sacro monte y levantaron muchos monasterios. Hoy mismo se han r econstruido. algunos y se ve toda la parte alta, antes desierta, y algunos de sus costados, formando un pueblo de musulmanes. Desde el torrente Cedrón, situado en el fondo del valle que lo separa de la ciu- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL HOGAR CA TOLICO &­de ahí por un camino muy pedregoso, á. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL HOGAR CA TOLICO Betfage, sitio doblemente memorable por el encuentro dél Salvador con Marta y María, cuando éstas fueron llorando á comunicarle la muerte de su hermano, y porque en la misma aldea se aprestó para su· entrada triunfal •en Jerusalén, como rey manso y pacífico, cabalgando en humilde jumentillo. Los Franciscanos guardan, en la bella capilla que han le­vantado, la Stela de Btlfage, bloque de pie­dra descubierto allí mismo en 1876, aca­so del siglo IV, y quP contiene preciosas pinturas, alusivas á los acontecimientos que se verificaron en la memorable al..- deéJ.. . . El venerable religioso árabe que cuida de e§te santuario nos recibió con extre­marla benevolencia y nos obsequió con una copa de vino generoso, el que nos llegó muy oportunamente, porque no era poco lo que habíamos tenido que andar ' pie en !os más de estos parajes, no he­chos para el servicio de Jos coches, y nos sentíamos fatigados. Cuando hubimos regresado de Beth­fage, encontrámos, al pie del Hu~rto y no lejos de la gruta de Getsemaní, el co­che que nos esperaba para volver á la ciudad. Nos sentíamos entonces abruma­dos por el cúmulo de recuerdos que se agolpaban á nuestra mente, á la vez que no acertábamos á darnos cuenta del fa­vor que el Cielo nos había dispensádo permitiéndonos ver lm mism os lugares en que el Salvador dio m u, stras tan gran­des de su amor á los hombre~, y orar en ellos. NOMBRES 1 1 DE AQUELLOS SANTOS A QUIENES LA PIEOAD O LA IGLESIA · HA DESIGNADO COMO .A!IOGADOS CONTRA DIFERENTES PADECIMIENTOS . Dios Nuestro Señor, por si no nos atrevié­semos á acercarnos á su trono, c~rgados de defectos como nos hallamos, en demand a de salud para nosotros ó para nuestr os deudos, quiso que los Santos que con EL r e inan en el cielo fu rsen nuestros abogados y médic~s ce­lestiales que nos alcancen con s u intercesión el remedto de nuestras dolencias así espiri­tuales como físirns. Hé aquí por orden alfabético dP- enferme­dades los Santos abogados contra las mis­mas .: Alferecla-San Alberto, 7 de Agosto. Apoplejía-San Andrés Avelino, xo de Noviembre. Asma : disnea-San Alfonso María de­Ligorio, 2 de Agosto. Cabeza (dolores de)-Santa Liduvina, 14. de \bril. · Caldas, golpes-San Venancio, 18 de Mayo. Calenturas -Santo Domingo de Guzmán. 4 de Agosto. . Cán' er-Santa Aldeg undis, 3o de Agosto. Ciática-San Felipe Neri, 26 de Mayo. Cólicos-Sao Serapio, 14·de Noviembre. Convulsiones-Santa Elena, 18 de Agosto. ' -Corazén-San Elstanislao de Koska, 13 de Noviembre. · Corea: s omnolencia"--San Vito, 15 de Ju-nio. ,.. Desfalleci miento-Sao J osé, 19 de Marzo. Disentería-San Be¡;:oardino de Sena, .:u~ de Mayo. Enfermedades abdominales-San Dro-gón, 16 de Abril. , Enfermedades cutáneas-San Antonio.,. abact, 17 de Enero. · Enfermeda des incurailes-San Andrés. Cors ioo, 4 de Febrero. Enfermedades venéreas-El Santo Job,. 10 de Mayo. Envenenamientos-San Benito, abad, 21 de Marzo. Escr.ifulas-San Lorenzo Justiniano, 8 d e Enrro. Espasmos, contracciones de nervios, his­terismo- San Maro, 26 de Enero. Esplenitis-San Palemón, abad~ 11 deo Enero. . Esterihdad-San Joaquín, Dominica, dea-puPs de la Asunción. Estómago-San B ernardo, 20 de Agosto~ Flujos-Santa Cnsilda, 9 de Abril. Ga rganta- San Bias, ~ úe Febr er ~.¡. Gota : .reama-San Gregorio, Pnpa, 1.2 de- M arzo. Hernia-San Segundo, 21 de Mayo. Hidrofobia-Santa Quiteria, 2:1 de Mayo. Hidropesla-San Millán, 18 de Noviem-bre. Hf.qado-Santa Engracia, 16 de Abril. Locura-San Juan de Dios, 8 de Fe-.· brero. Mal de p i edra-San Liborio, 23 de Julio. Muela s, d ientes-Santa Ap J loni a, 9 de- Febrero . · Ojos-S~nta Lucia, 13 de Diciembre. Operaciones quirúrgica s-Santos Cosme­y Damián, 27 d e Septiembre. Orina-San Enrique, 15 de Julio. Paquinenengztis-Después de cada acce­so que este pad ecimiento produce, se hac& · evidente la dis minución de la iote lréf e ncia. Parálisis-Sa n Sérvulo, 23 de DICiembre. Partos-San Ramón Nonato, 31 de Agosto~ Pechos-Santa Agueda, 5 de Febrero. Peste--San Roque, 16 de Agosto. Piernas (males de las)-San Pelegr.in La-ciori, 13 de Mayo. 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. r86 EL HOGAR CATOLICO Pies (males de)-San Servand o , .:~3 de Oc­' lubre. Pleuresla-Beato Andrés Hibernóo , 18 de Abril. Palmonla-Sao Paulino d e Nola, .:12 de Junio. Tercianas: cuartanas-San Cesáreo, 27 de Agosto. Tis ú-Sao Juan Bautista de Rosi, .:~3 de Mayo. Ulceras, qang rena y carbunco-San Pe­dro Regalado, '3 de Mayo. MARC&LINO GONZÁLEZ P resbítero. ALASKA 8N 1ti:IDIO DE LOS ESQUIMALES DEL MAR DE , , DEHRING Y DEL OCRANO A&TICO . (Traducido de Le moz's litteraire et pitto- 6'tsqae para EL H oG AR CATÓLICo, por Carlos . Suárez Morillo.) . Par~ ir á Alaska se toma e~ vapor que !lace la travesía del Havre á Nueva York en seis días. El ferrocarril lo lleva á úno de Nueva York á Seattle en otro' seis. Embárcase el viajero en Seattle sobre el ~acífico, para dirigirse á Alaska; atra­vrésase el archipiélago de las islas Aleutianas por el peligroso paso de Ou­nimak y se deja á la derecha un volcán en plena actividad. Entra el buque en .aguas del mar de Behring ; y después de doblar el cabo de Nomo se llega en seguí . da á la estación terminal de los vapores. hl sitio de desembarque se llama Nomo, pero no hay allí puerto : una chalupa conduce á tierra al misionero con su equipaje, y regresa acto continuo. El viaje ha concluido. Exi~te en Nomo un fuerte y un ho!pi. tal al cuidado de doce Hermanas : es el resto del mundo civilizado. Mi misión de Mary's lgloo ( 1 ), queda á ISO kilóme­tros al Norte de Nomo. Es la misión más próxima al Polo, del cual sólo dista unos 2,soo kilómetros. Una vez llegado ~llí, ya no existe el mundo; mi compa. nero, el P. La Fortune y yo nos vemos dos ·veces en el año para confesarnos. La Alaska es dos veces y media más grand~ que Francia, y aunque igual en exte.nsrón .á la séptima parte de huropa, no trene smo 100,000 habitantes. Mi cir­cunscripción · es tan extensa como Bél­gica. (1) lgloo en esquimal significa camarote. Clima-No conocemos más que dos estaciones : el verano, que dura de seis semanas á dos meses; y el invierno, todo el resto d el año. En invierno la tempera­tura media es de 3S á 40° centígrados bajo cero . En ocasiones baja á 6o 0 y más cerca del ·polo hasta 70°. Durante tres meses se vive casi en completa os­curidad. Las estrellas brillan entonces con mara vi lioso resplandor; la 1 una, como que quisiera suplir la luz del sol, sin con­seguirlo. Pero en compensación tenemos la ma­gia de las auroras boreales, que son co­mo una extensa sábana de luz suspendi­da durante la noche en contorno del ho­rizonte ó que pasa ibrando de uno al otro d; sus extremos. A cada vibración cambia el tono de la luz y se suceden los colores del pri~ma ; eli éste un espec­táculo magnífico. El invierno tiene otro¡¡ inconvenientes y otros peligros fuéra de la oscuridad. Las tormentas de nieve, los blz~zards, se desencadenan con furia, y alguna ha du­rado hasta veintinueve días. Cuando se ve úno acometido por una de estas tor­mentas, pierde casi por completo toda idea de orientación. Un minero quiso cierto día ir á acarrear leña á so metros de su cabaña; conocía el sitio, puesto que estaba tan cerca; sin embargo, no pudo reg-resar : anduvo varias horas errante á merced d e la tormenta y pere­ció de frío, sin haber logrado dar con su cabaña. En el mes de Enero la nieve alcanza un espesor de :;¡ m. so. A menudo des­aparecen los techos de las habitaciones ; el paisaje carece de variedad, porque la vegetación es casi nula : algunoli arbus­to~, eso es todo. Para salir es preciso abrir una senda en la nieve con la aza­da, y seme jante tarea se repite diaria­mente , so pena de quedar el individuo em · paredado vivo. En el verano la estación es menos cruda, pues el termómetro sube á 11° centfgrados sobre cero. No hay tiempo suficiente para que se produscan frutas y legumbres, y el que quiere comer ensala. da, tiene que sembrar las lechugas cerca de la chimenea. Hay que prescindir de ellas. Aun en el verano· nieva en ocasiones, y Jos bancos de hielo del mar de Beh­ring tienen todavía grande espesor el 21 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL HOGAR CATOLICO J8¡ de Junio. Naturalmente los ríos arras­tran bloques de hielo dislocados ; viajar en trineo es imposible, y para atravesar aquéllos hay que saltar . de bloque en bloque, procurando gu;¡_rdar el equili. brío sin dar un paso en falso, porque co­mo la corriente es muy rápida, una caí­da harfa peligrar la vida por el destrozo ·que efectuarla el choque de los bloques de hielo. Durante· el e~tfo los días son continuos, de manera que no se sabe á qué hora debe úno entregarse al sueño. Yo he sa­cado fotografías del sol á media noche. Las montañas situadas á una distancia de 20 kilómetros, aparecen sobre la placa con una claridad perfecta. Se ve enton­ces con mur:ha frecuencia el cielo de un ·color rojo sanguíneo, pero si se mira el paisaje desde alguna eminencia ó bajo cierto ángulo, se le ve coloreado de ver- . de ó de violeta. A pesar de la temperatura suave del estío, Jos esquimales no simpatizan con esta estación, porque en esas regiones .glaciales abundan !os mosquitos, Jos cua­les ponen sus huevos sobre el musgo á fines de Agosto, se conservan entre la nieve, y germinan del mes de Junio en adelante durante el deshielo. Estos mos­quitos son muy venenosos y feroces, y atacan especialmente á los perros para chuparles la sangre de los ojos. Como ha- 1 ían lo propio con los hombres, es indis­pensable llevar un velo cuando se viaja. La nieve no tiene entonces sino un espe­sor de 40 centímetros, los trineos son in­útiles, y cuando tiene úno que recorrer ·largas di&taocias con la cápilla á cuestas, bien comprenderéis que desea la nieve y una temperatura mas baja. Los zndfgenas-¿ Cuáles son los habi­tantes de semejante país? En la parte superior del Yukon, la Alas~a ' está aún ocupada por algun'as tribui de pieles-ro- 1 jas; pero al Norte, cerca del mar de Beh­ring, sólo hay esquinales Los e,quimales son de raza amarilla. Ellosdebieron venir de la Mongolia, en época en que era más benigno el clima de Alaska. Han conservado el tipo mon­gol muy acentuado: tienen igwalla nariz, así como los ojos, en formade almendra, pero difieren de los chinos en la fiso­nomía franca y risueña. El clima, sin embargo, los arruga desde temprana edad, y á los veinticinco años su aspecto es de viejos. Verdades que no saben exac­tamente su edad, la que cuentan aproxi­madamente por lunas. Dad seienta años á una mujer de treinta y no por ello se fruncirá. Los esquimales no vil·en en tribus; au única autoridad es la del jefe de familia. Los campamentos constan de 'tres, cuatro, diez familias á lo más. En ocasiones un jefe de familia más inteligente adquiere mayor influencia, y los demás le miran como una especie de jefe, pero sin que . haya nada de hereditario, nada parecido á los jefes de los pieles-rojas. En mi dis. trito, situado parte sobre el mar de Beh­ring, y parte sobre el océano Artico, tengo 1500 esquimales y 500 buscadores de oro. Esas buenas gentes son paganas, creen en un Dios único remunerador, en la in­mortalidad del alma y en el demonio ; no tienen culto ni hay entre ellas sacrificios; quedan algunos hechiceros ó méd1'cos, pe­ro ya en número muy reducido. La gen­te lleva consigo para preservarse de sor­tilegios, figuritas de animales, bajo cuya forma pretenden se les aparece el demo. nio. Los esquimales son gentes muy mo­rales, muy hospitalarias ; no existe entre ellos la poligamia, ni son dados á la. mentira, ni al robo. Oponen para su con­versión los menores obst:iculos positlles, y con instruírlos basta. Son de quienes lleguen primero, protestantes ' ó cató­licos. Habitaciones prz'milivas-Se vive allí en cabañas, en tiendas 6 bajo tierra. Las cabañas son hechas en parte con tablas y en .Parte con papel embreado ó pieles. En lo que sirve de ventanas, como los vidrios son muy raros, se ponen mem­branas que se sacan de los intestinos' de la foca. Del techo sale el tubo de la chi­menea, que es el ordinario refugio de los perros durante la noche, Cuando los ha­bitantes andan viajando, no dejan cerra­da la cabaña, para ·que pueda entrar el que quiera, y según los usos, coma lo que encuentre : únicamente tienen que limpiar la vajilla,-aunque los perros lo hacen á las mil maravillas,--;y renovar la provisión de leña para el viajero que pa­se luégo. Las cabañas de madera única­mente, cuestan muy caro, pues se pagan 250 francos por el transporte de una tone­lada de tablas en un trayecto de 5000 kilómetros. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. J88 EL HOGAR CA TOLICO Hay también habitaciones subterrá­neas, que son más ec un ó mic a s. U na t ro­nera c ubierta con pieles de va ca marin11, condu ce por una e> cala á un es tre cho subterráne o, en d o nd e se anda á gata s. Varias pu e rtas >u cesivas d efi e nde n la ha ­bitación del frlo, En fin, e xi st•? n r e c a. sa y e l calor casi nulo . En estos red uc tos se ha ce todo . Allí he dich o misa muc has veces, y muchls,mas he t e ni do q ue pri var. me de cel e brar : 55 vece~, rl e Enero á Ju­lio de 1909 Hada ¡,JI( d e masia do frí o y se hubiera helado la Preciosa Sangre . Aun que en esas reg-iones tenemos todas las dispensas posibles, no podía decir misa en el suelo. En la estación de verano, los esquima. les viven bajo tiendas de pieles. Trajes-¿ Qué vestimenta se usa en esas y~rtas region e s? ¿Hay algún ex pedi .; n te para protegerse contra tan terrib les fríos? El vestido se compone de un pantalón grueso de lana, subre el cual viene una · camisa de pieles, de reno generalmente, Jamada parku; las he visto de pieles de pato blanco 6 negro. Estas camisas no tienen ning-una abertura á los lados y lle­gan casi hasta las rodillas, excepto las de las mujeres, que llevan adornos de pieles en la extre midad infe rior y s on co­mo una casulla. La cabeza se protege con un capuchón orlado de pi eles e special es, que se lla­man wolven'ms, y tienen la preci osa cuali ­dad de no adhe rirse al hielo. Esto es importante, porque el vaho de la respira­ción forma una costra de hi e lo en la s meji . llas, y si aqué llas se pegasen allí, se ria un verdadero sul plici o. Por id én ti ca ra zo n,s ea dicho de pa so, no usamos barba, e n d o n­de se fur m ilrf'l una mezc la de ni e ve y ca­rámbanos de hie lo. La úni ca cosa que d is­tingue al sa cerdot e es · e l cu ell o r o ma no, que no nos qui tamos sino para do rmir. T e ­nemos q ue c uiciarlo mu cho, porq ue para conseguir otro, habrfa qu e co mpra rl o á 5,000 kil ómetros de di sta nc ia . Pe ro volva­mos al e apuch ó n. Echil do so bre los hom­bros, forma co mo un co llar cuyos la rgos pelos de color gris blanq uecino ll egan hasta la mitad del r ostro. Cuand o me lo echo en la cabeza, m e ve o rod eado d e una auréola que tiene rayos de veinte centfme-tras de longitud . En fin, en Jos grandes­fri as J.lU e d o ba j;ulo más, y a nudá nd o melo baj o la bar ba , no de jarme d escubiertos si­no Jo b ojos y la nariz. ( Co n clu z'r á). Un Congreso católico indio En las ll anuras d t> Dakota 1 Au1é r ica de l No1·te ¡ ~e h a u reuoid.J 111ás de cu11tro ru il de­Jr¡¡ ad os i od i o ~ , en rl' prrbentacióo de 1-{ra o oú­hter o de tr i bus de aquella J'PgHio, par a da r tes timo oto de ·. us crec o ci ~s católicas y ofre­cer <> 1 lt oweo aj" de su adhC's ióo á 1 ~ Sa e ta Se de eu la pe rsona de l L egar~<. Apostólico Mo nseño r F;d coc i•J, el m ismo qu e con igual c.~ r ác te r a.<> i~ ttó ul séptimo Co ng r eso de la c o ~elíanza, d · q ue ya hemos d~do cu· o la. Los i n di o~ ncautpado,, u1ás parecí:10 l os sol dado -; de un ejército que Jo~ miem Lr os de uoa Asamb lea, y o o ob ~ tante, ~e tr~taba d e u o ve rdar! ec·o Cooi{I e su ce lebrado Cúo todas la s ce remonias de r úb r ica y con ~u pro~ra ma y di scurs JS c orno cu¡¡J q uicra r, tr u CP lebrado en las c iud "d es más ci vi li za d ns, s ic t•l r a di­Jereo cia qu e la rn ;~yot· sewil lez dr Jos orad o­res iudígcnn s, c uyas in gen ua s Iras<' dejaban ver el e u tusias mu de que se ball"bao po seí­do s . oo de- ello:s , an cian o cente nario cuy a eda d exa<; ta descon ocen sus cr m pa triotas, e ex­presó e n lo s siguien tes términos . dir igiéndo­se al Legad o Apostólico: " He co n cc id o á vuestros "buelos cuando todavía e ran jó ve ne~ y n uestJ a oactón bárba­ra. D es d e entonces hemos cam b radn mucho, y esos ca mbi os Jos debem os á las 'sotanas n egras .' e, n m i ma n o derecha empuño la c~ u z, y c oo 1.~ izqu ierda el li r ado, y 111i co ra­zon se r egoc iJa a l veros entre nos otros, y muy rs pec ia lmentc al ver á n uest ro sAcerdote de \ Vas bio q t on , que sabemo es nues tro amiao." Otro de los o•·ador •·s di,io: " Tenemos en n uestra tri b u u n acerdote cuyos pies tocan la t tet-ra y su cabeza el c ie­lo, pu.- s nos eleva constantewente á l as re­g ion es ce le tial es.'' Ül i'a de l a~ particularidad<>s de tan sing-u­la r y cd ifinmte Cnogre~o ha s ido la de que por vrz primera h a a~ i t ido u n r!'presrn ta n­te d e la Santa S<>de á una reu n ión de indios, y es m uy de notm· la vrn E>ración con que ha s ido rec i bid o y el a cierto que ba presidido en la elec ,· ióo de l · obr ruomLre que le ha u _ ado s egún la usanza india . ' " R oca permanente" le ha n l lamado, y con di ficu ltad pudiera hallArse en lAbio ci­vi liza dos un npe lat ivo que mej or desi~na¡,e al repre,en tao te de l Vicar io de J esucr ist o en la t ierr a. Se v e por todo lo e'x puesto cu á n g r an des so n los prog t·esos que el ca toli i mo hace en la Am érica de l No rte, lo m is mo en las r eg- io­nes más ci v iliza das que e n los bosques y !la- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL HOGAR CATOLICO nuras, cuyos habitantes se hallan, por así de­cirlo, en la infancia intelectual. Dios sea lo a do por todo. (La· L ectu ra Dominical) Un pintor en el Purgatorio Refieren varios autores que estando un religioso Carmelita descalzo e n oración, se_Ie apareció un difunto con semblante muy tns­te y todo el cuerpo rodeado de llamas .. -¿Quién eres tú?¿ Qué es Jo que quieres? preguntó el religioso. -Soy, respondió, el pintor que murió días pasados, y dejé cuanto h~bía ganado para obras piadosas. -¿Y cómo padeces tánto, habiendo lleva­do una vida tan ejemplar? volvió á decirle el religioso. -Ay 1 contestó el difunto. En el tribunal del Supremo Juez se levantaron contra mí muchas almas unas que padecían terribles penas en el P~I gatorio, y otras que ardían en el infierno, á causa de una pintura obsce­na que hice á instancias de un caballero. P"or fortuna mía se presentaron también muchos Santos cuyas imágenes pinté, y dijeron para ilefenderme que había hecho aquella pintura inmodesta en la juventud, qu~ después me había arrepentido y cooperado á la salvac'ión de muchas almas pintando imágenes de San­tos; y por último, que había empleado lo que había ganado á fuerza de muchos sudores en limosnas y obras de piedad. Oyendo el Juez Soberano estas disculpas, y viendo que los ·Santos interponían sus méritos, me perdonó las penas del hHierno, pero me condenó á es­tar en el Purgatorio mientras dure aqúella pintura. Aví&ll , pues, al caballero N. N. que· la eche al .fuego, y ¡ ay de él si no lo hace ! y en prueb t ra :l ic iones de mi p r o-v incia y de s u leng u a po pular." " LA un o ARBITR AL ENTRE EL B R ~< SI L Y KL P E­RÚ- Tan to el Go bier no de l Bra si l como el del P er ú han arog ido co n la mayor s atisfacc ión el l a u do arbitra l, y hao enviado t elegramas d e a~ rad ec imi e nto á Su Santid ad por su inter ven­ctóo ea este pleito, c uyo feliz término atr ibu­yen á la r ectttud d e l Nun c io P ontificio. L os periódicos h acen observar la importan­cia de es tos arb i traj es para la pac ifi cación de los pueb los, y el buen a cierto q ue t uv ie r ón las dos R epúb li cas su da me ri cana al e nco m en d ar el arreglo de sus d iferencias á quien repre­senta el m as alt o pod er mora l en la tierra y es Vicar io de l Dios de la P az y la Justicia. Lo QUE DEBE SABE R EL NIÑO - Ta l es e l U­lulo de una obra c uyo autor es Si lvano Stall. Semejan te a l anterior es d títu lo de otra, pu­blicada por María \ V ood- A !len : L o r¡ ue debe saber la n iña. De estos dos lib ros, d ice un Em ~o .. Cardenal de la Santa Ig lesia Romana, l o SigUiente : " La s ~g rada Congregación del In dice e ha servido comunicarme, e o nombre • d ~ l Padre Santo, que de n_i nguna manera con­v tene que se eduque y forme la niñez a l tenor de las reglas consignadas en lo referidos li­b ros, los cuales c.Jebcn ser retirados de manos de lo fieles." De modo que, &i bien es verdad que la primer a de las me n.-ionadas obrllS cu­r re publ icnda con aprobación t cl~siústica dada, sin duda, por in advert encia, lo cie~to e~ qu e a mbos lihros son ma los co m o lo son a i­mi smo otros li bros que los ' nombrados auto­res han escrito pa ra los jóvenes . (L a f{fle s ia'. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL HOGAR CATOLICO VARIA Carta de Roma al Presbítero Celso Forero Nieto H BIBLIOTECA APOSTÓL'ICA VA TI CA N A Roma, 8 de Julio de 1910 Ilmo. señor : Pon g o en conocimiento de V. S. que han llegado á es ta Biblioteca las publicaciones que ha tenido á bien enviarle . Rrstrepo J. M. , H i storia de la Revolución de Colombia. Restrepo V., Los Chibchas. Groot, Historia de Nueva Gra nada. Acosta, Desc ubrimiento d e Nueva Gra - nada. Acos ta de Samper, Lecciones Je Historia de Colombia . Samper, Dere cho Publico Interno de Co­lombia. EL H oGAR CATÓLICO, números 1-20. Nues tros más sinceros agradec imientos por este precioso y utilís imo reg alo, que s erá la primera piedra para una sección intitulada Colombia en nuestra biblioteca de consulta. Serán particularmente útiles para nosotros todos los textos y documentos antiguos. · Al darle las debidas ~racias por e1ta cortés donación le presento m1s respetos. · F . EHRLE, S . J. Prefecto de la Biblioteca Vaticana" En el número 21 de este periódico dimos éuenta del generoso obsequio que hicieron tres distinguidas mat ronas d e est a c iudad para esta Bibliot~ca. Nuevamente les damos las gracias. AQ ORACIÓN REPARADORA-Se celebraron muy solemnes Cuarenta Horas en la ig lesia de San Francisco y en la Capilla de Nuestra Señora del Pilar, de las religi os as de La En­señanza. El 12 del pres ente comenzarán la s segundas de la igles ia d e Sa n Diego. Qué bueno sería que al fin pudieran establece rse sucesivas, en toda la Arquidiócesis, para que no faltaran un solo día e n el añc , y la repara­ción eucarística á la Soberana Majestad fuera perpetua. "PoR LA IGLEsu."-Hemos recibido' la im­portante obra que Gon este título ha publica­do el R. P. Fr. Mateo Colón, acogida eon en­tusiasmo por' el público. Contiene a rtícu los políticos y r eligiosos sobre a suntos de actua­lidad y un pról ogo de D. Antonio Góm ez Res­trepo, todo· muy bien esc rito. Agradecemos debidamente esta atención. Fu!IERAL DE LA C oF RA DÍA DE ANmAs DE LA PARROQUIA DE LA CA TEDRAL (SAN PEDno )­Se celebrará e n la Capilla del Sagrario con la solemnidad acostumbrada, m añana 2 del pre­sente. Desde antes de las 6 habrá misas has­la después de las 12 . A las 9 la Soc iedad de Cantores de Bo gotá ejecutará con selec to pe r­sonal el fam oso oficio e n R e menor del Maes­tro D. Julio Queved o y en s eguida predicara el sermón e l Sr. Presbítero D. Teodoro Rosaa. Castro. MoNSEÑOR FniPE CoRTE SI-Des pués de Ufr año de ausencia ha regresado de Roma el dis-, ting uido y cul to Secretario Oficial de la Dele-' g ación Apostólica de Col om bia. Al p res entar!& respetuoso sa ludo de bienven id a, nos compla­cemos en desea rle grata permanencia en nuestro pa ís. Bien sa be cuánto lo aprecia el clero y la sociedad de Bogotá. -AGRADECEMOS ALTAMENTE al dis tinguido. director de El Campesino, de Tabio, D. Ra­fael M. García , los honrosos conceptos con que se ha servido favor ece r e l número ex tra­ordinario de EL H oGAR C4T ÓL rco, d ed icado a l Cent1en a~ i o d e la Patria, tanto por lo qu e· dice en el suelto del número 92 de .s u simpá­tico y s ie mpre interesante periódico, que re­producim os á continuación, como por las fe­licitaci ones que tan bondadosamente se dign G hace rn os en su amable carta del 9 del mes·. pasa do. El Sr. García es uno de los más de­cididos amigos de la instrucción y dirige con n otabilísimo acierto un colegio en Tabio des­d~ h ace muchos añ os. Dice así El Campe-. SlnO: "El Hogar Católico publica su número 2. 0 de la edición ilustrada en gran fdrmato. de veinte páginas y numerosos grabados y­fot ograbados para rendir tributo de gratitud á los Padres de la P atria en el primer Cen­tenario de la Independencia. Su contenido lite­rario es muy esc ogido y oportuno. Verdade­ramente es aquel un obsequi o de lujo para quie­nes tánto lo merecen. El Sr. Dr. D. Celso Forero Nieto, su di­rector, ha levantado imperecedero 1 valioso monumento al Centen ario de la Patna. Nues-. tras sinceras y entusiastas felicitaciones jun­to con la expresiór;¡ de nuestra gratit ud po r-su fina atenc ión.'' · ORDE NES SAGRADÁs-El 28 del mes pasado. el' Ilm o. y Revdmo. Sr. Arzobispo confirió, en la Santa Ca tedral-Basílica, la· sagrada Or­den del Presbiterado á los señores diácon os : Acosta Gabriel, González Ricardo, Hernán­dez Hée t or, Rodríg uez Siervo y Sabogal Elí­seo; la del Diacon ado, á los subdiáconos seño­res : Brigard Em ilio, Chala Rogelio, González Roberto, Díaz J orge y Plata Luis Jesús ; la de l Subdiaconado, á los clérigos de Menores, señores : Carvaja l Manuel, Co lorado Herrera Ignac io, Fern~ndez Isaac, Gutiérrez Agustín y Pardo José Ignacio. R ecibieron las Ordenes Menores Jos señores Acosta Efrén, Luque­Luis Francisco, Perea José Agustín y Peña Simón; y la primera Tonsura, siete seminaris­tas del curso de metafísica. El mism o día de­bió recibir el Presbiterado, en Roma, el Sr. Diácono D. Hernando Arboleda. A los nue­vos ministros del Santuario enviamos cordial s aludo de felicitación y h:Í cemos votos porqu Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL HOGAR CATOLICO ~~Señor haga fecundo su ministerio en obras -de santificación. EL SI\. PnESBÍT.EI\O D. Luc.~o.s D& LA HoJV­' rÚA. - Tras larga y ¡mnosísim11 enfermedad, llevada COn adlliÍl'Hble resignaciÓn cristiana, entregó su alma á Dios este distinguido sa­ ·cerdofe, que siempre se hizo notar. por su clara inteligencia, vasto saber y acrrsoladas virtudes. A sus abnegadas hermanas enviam os n ues­tro sentido pésame. MAGNÍFrCA OBI\A DE CJ..R roAo-Tal es la que ha acometido el Sr. Presbítero D. Emilio Va­lenzuela con el eficacísimo concurso de la So­ciedad de San Vicente y otras persona~ pia ­dosas, para proporcionarles d ormitorio s, re­fresco y desayuno á los mucllachos qur, e n gran número, carecen de hogar y pasan la no­- c he de la manera más infeliz. A esta infancia, totalmente desamparada, es justo prestarle mucha ntenr ión pava formar de ell a hombres útiles á la soc iedad, por lo cual merece aplau­so, y más que esto, apoyo, la obra del Dr. Ya­lenzuela, ligada al Instituto que hao fundado las señoritas Rodríguez para emboladores y voceadores de periódicos, y á la fa mosa Escue­la que ya tiene establecida el insigne amigo, y aun apóstol de los niños de<;amparados, R. P. Campoamor, S. J. Muchas felicitaciones. BuENos AMIGOs oE "EL Hoo1.n C.~o.TóLico"­Damos las gracias al Ilmo. Sr. Obis¡1o de ·Garzón , al Ilmo. Sr. Obispo de Au gustonó­polis, á los respetables sacerdotes Dr . Sierra¡ de Funza, Dr. Blanco, Vicario Genera l de Iba· gué, y Dr. Víctor Félix Silva, de Garzón, por la manera generosa com o han favore c idQ nues­tra publicación, y les acusamos recibo del va­lor de las sus<; ripciones que hao enviado á los señores sacP.rdotes Dres. Aristides 1\!orl', Luis Francisco Díaz, Fr. Antonio Caballero, Julio Sabo~jai,Juan Nepomuceno Duque yCenón To­rres ; á los señores Policarpo Zapata, Rnf~ el Jiménez, Manuel J . Alvarez, y á las señori­tas Herminda Ramírez C. , Lucrecia Galeano y Carmen Cortés Vergara, todos de distintos lugares de la República. -LA EscuELA DE CRISTO ha perdido do s de sus más asiduos miembros con el fallec imien­to de los respetables caballeros Dr. D. Cristó­bal Ortega y D. Elías Osorio. Los ~ermanos deben hacer las comuniones y demás oracio­nes re~lamentarias en sufragio por las almas de los lam e ntados socios. LABOI\IOSIDAD LOABLE-Tal es la de l señor Cura de Funza, quien venciendo irupo«ibiE's, Heva muy adelantada la construcción de la n ueva i~lesi a de su pa r roquia. Lo mismo es­tán hac1endo muchos otr s párrocos, como el de Viotá, que ya ha dotado á ese pueblo con buena iglesia; el de Guacbetá, que sigue ade­lante con la obra; el de Villapinzóo, que con­tinúa con entusiasmo la famosa obra acome­tida por el Dr. Simón Berna! ; el d.: La Mes , que asombra con su celo, etc, • • • RECETAS : PAnA UMlDONAI\ ROPA PINA-Se le mezclará al almidón un poquito de sal de bórax 6 borato de soda y una bolita de esper­ma cuando el almidón e.stá caliente, para que derrita bien. P.1o.n1. LOS cusrEI\Tos-Cuando los cuchillos no están en uso y se quiere evitar se enmohez­can, 11e les unta un poquito de aceite de co­mer y se envuelven por separ&do en papel de seda. Los cubiertos que no e stán ea uso y que sean de plata ó plateados, deben conservarse envueltos en franela y papel de seda, y para conservar brillantes los que se u~sn diaria­mente, se lavarán de cuándo ea cuándo con agua caliente y soda. PARA LlMPIAI\ ESPEI08-:-T6mes . ..1 trapo suave empapado ea agu.a meze:lada ";¡ r.•.n alaco, y pi'úlelo. Esto mrsmo. s1rve p<~ra l1m~ piar las puertas y barandas pmtadas :~.1 blanco. MANCHAS DE TINT4-Casi todas se quita n con le che, y si persisten aú n , puede untárse­les lim ón. 1\fANCIIAB DE PINTURA--COn aguarrás 6 trementina. Manchas de fruta, s umergiéndo­las en agua hirviendo. Consti'tuciones de la Escuela de Cristo Art. 20. El objeto del celador es ejercer la vigilancia para que dentro de la i glesia no haya mujer alguna cuando se hace la me­ditación y para que se guarde la compostura y respeto debido. Antes de la meditación en­cenderá la linterna sorda, apa?ará las luces, y, provisto de :~quélla, recorrer a el recinto con paso lento y silen cioso. Al sonar la campani­lla encenderá de nuevo las bujías. A rt. 21. El sacristán tendrá bajo su cuidado y res pon abilidad todos lo s enseres y libros del s_ervicio diario, y por lo tanto tiene el de­ber de llegar antes de la hora para encender las luces y sacar t'l libro de lectur~, la cam­panilla etc. T erminado el ejercicio, recogerá todo lo d..! servicio y lo guardará bajo llave. Art. 22. El deber d el parlero es asistir an­tes que los demáa hermanos y colocarse en la puerta pata anunciar la ll egada de aquéllos con el B endito y alabado etc. No permitirá que ningun a mujer éntre ni se asome, y antes de apagar la s luce para la medilación, ce­rrará la puerta de la iglesia para evitar que repercuta el ruido de la ca lle. Al salir los con­gregantes, repetirá con ellos: B endito y ala­bado , etc. Art. 23. Cuando no asista el capellán, pre~ sidirá el ejercicio el corre pondiente secreta­rio, y en defecto de éste uno de los miembros del Consejo. Cuando no haya ninguno de los anteriores, el hermano más antiguo ó el más asiduo. (Co ntinúa). ' IMPRENTA ELKCTRICA Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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El Hogar Católico - N. 32

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Automóvil - 30/03/23

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