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El Católico - N. 77

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  • Año de publicación 22/11/1864
  • Idioma Español
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
"El Católico - N. 85", -:-, 1865. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687983/), el día 2025-09-10.

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Por: Isaac Asimov | Fecha: 18/10/1864

• AÑO II. Bogota, 18 de octubre de 1864• NUMER072. ~ llJ Jit®llt [JJ ~ il ii!B » ~ [JJ ~- Con el presente número concluye el segundo trimestre del segundo año de este periódico. Suplicarnf)S a UU. que a vuelta de correo se sirvan enviarnos los fondos que hayan recau­dado i las colecciones sobrantes. Los qne no lo 1 hicieren así, no esttañen que so les suspenda h remision. Arquidiócesis dé Santafé de Bogotá, 29 ile se­tiembre de 1864-Secretarta. clel Gobierno ecle­siástico- Número 669. Al señor doctor Vicente Ferrer Berna l. El IlustrfsimoseilOt·Arzobispo ha resuelto res­' tituir a U,a la capellanía de Monserrate,quedando U. autorizado para ejercer libremente su Minis­terio. Lo comunico a U. para suconocimiento i demas fines. Dios guat•de a U. IGNACIO BUENAVENTURA.. REDACTOR, VENANCIO ORTIZ. RENAN. IIacía cuatro mil años que existía el mundo, i las frecuentes revoluciones que durante ellos ' aflijieron a la. humanidad, dejaban por aquella época de hacer derramar lágrimas. El mar tempetuoso de las pasiones se mostraba en ca\ma despues que el trueno ensordeció los espacios i que los huracanes habian escrespa­do las olas haciéndolas subir como mon tafias i bt'ljnr hasta los abismos. El mundo sojuzgado por las armas romanas, doblegaba paciente lá cerviz uajo el yugo que le habia impuesto un pueblo, i la voz de César Octavio Augusto era obedecida en todas las rejiones conocidas. Un pueblo solo, fiado en sus tradiciones que formaban un cnrso completo de verdadera filo­sofía) levaba a duras pénas aquel pesado yugo. Sabia que cuando el cetro de sus Reyes hubie­ra pasado a manos de estranjeros, vendría el Libertador de los hombres, i esperaba con ansia a ese Libertador. Varias veces, impulsa­do por esa esperanza, se habia sacudido, i J ose­fo refiere los heróicos esfuerzo-s que hizo inu­tilmente para romper sus cadenas. Pero no era solo el pueblo judío que poseía esas tradiciones, el que estaba persuadido de que iba a aparecer un Hombre estraordinario, que cambiaría la faz del mundo: todo el mun­do tenia esa persuacion. Tásito habla de ella como de un fenómeno inesplicable, indicando con claridad que ese Hombre nacería en Judea. , Sustonio dice: que " todo el Oriente repetia la antigua i constante opinion de que los desti­nos habían decretado que en aquella época la Judea diera Soberanos al Universo. " La es- 1 pect~tiva, pues, era universal; i no como quie­ra, smo que segun el sábio ingles Mr. Mnurise, se esperaba un l\iediador que restableciera las relaciones entre el cielo i la tierra, entre Dios i la humanidad, porque toJos los pueblos reco­nocian, segun rlatcn, que "la naturaleza i las facultades del hombre se mudaron i corrompie­ron en su jefe, desde el principio." Voltaite confesó que " la espiacion fué la mira de to­das las relijiones. " I todas ellas contenían la creencia de que ef3e ~fediador debía nacer de una Vírjen. W. Jones, en el suplemento a sus obras, tomo 2.o pájinn. 5 t!8, refiere que los libros sagrados de los bramas declaraban que una Vírjen daría a luz a un Dios. Los ejipcios profesaban la creen­cia de que Isis seria madre sin dejar de ser vírjen. Los siamitas seglln Plutarco, creían que el Hombre esperado, nacería de una Vír­jen. En la India se han hallado pinturas, se­gun refiere Rose.lly de Largues, en que se re­presenta a un N1ño en los brazos de una Mujer cuya cabeza es~á .. ra.deada con una aureola que representa la V1r,pn1dad. En el J a pon, -en Chi­na í en el Tibet, hai, segun Barrow. la misma creencia. Mm·atori refiere que en ~arias Na­ciones de este Continente, se halló poi' los conquistadores españoles i portugueses, la tra.­dicion de la Vírjcn que babia tenido un HiJo que tlespues tlo haber obrado prodijios, se alzó en los aires a vista de muchos de sus discípulos. Las vestales eran vírjenes que se consagra ban al servicio de los dioses, i las había en Roma en Aténas, en la India, en el Perú, en .r:Iéjico' en China, etc, i en todas part~s se las honra~ ba ya porque se creía que de ellas nacería nn Dios, ya porque Dios hn.bia nacido de una de ellas. Por eso el Profeta Isaías no dijo : '' una vírjen, '' sino " la Vírjen concebirá. " El mundo sabia que así iba a suceder; i así suce­dió, porque pn.ra el Sér infinito que de la nada sacó el universo, no hai cosa imposible. " Há­gase la luz, '' dijo, i la luz fué hecha. Llegado el tiempo, el orgullo del hombre ".llas poderoso sirvió· de instrumento a Dios. Augusto quiso saber el número de sus siervos i ordenó con tal objeto un empadronamiento jc­neral. La Yírjell: que habia concebido, segun la espectaCion uniVersal, o patraña universal segun el gólgota Boulanger, fué de N azaret a Belen con su esposo a empadronarse conforme al decreto del César publicado por Cirino, Go~ bernador de Judea. N o hallando lugar entre los hombres, como estn,ba predicho que debía suceder, se refujió esta santa familia a una cueva que servía de establo, en las afueras de la ciudad, i allí nació el Gran reparador EL Dros DESCONOClDO a quien los ateniense~ ha­bian erijido un n,ltar, el Dios a quien habia cantado Virjilio. La "Biblioteca oriental" en el artículo Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 186 "ZEUD.ASCHT," ow3tñ<" que este 1-It stro de 1 ele In Rclijion Católica tralJajnn por estrélvinr los los magos había advertido que una estrella ! ánimos haciendo amable el crímen i udiosa In seria la señal anunciadora del nacimiento del justicia, nos complacemos en rep¡·oduci¡· el anúli .. :M esías, a quien l'ecomendaba llevaran presen- sis que de di~ha obra hace el_ señor .Obispo de Or.., te· i en "Las investiaaciones asiáticas" to- leans en un hb1'o que ha publicado, 1 de que estrac­m~ X, se lee que un E~perador' de la India, ta, un trozo tEraducido :'El Co¡·reo do Antioquia," 1 conmovido por algunos oráculos, encargó a sus nu;~H'ro 5. .· s com~ s1gu~: ., . emisarios que mataran a ese Niño. Jos Schmitt Un espíl!t~I fue~ te estravJ,tdo, q_ue ~omo otlos 1 en el " OríJ'en de los mitos " refiere que ha- muchos ha disipa~o en locas. prodJgallclades, los ; O . ' . dones mas maravillosos del C1elo, ha lanzado t·e· b.endo llegado .a h~na e~~s rum~res ' culndo cientemente al mundo un libi'O titulado" Los l\II- 1 el S~ be rano Mmg-ti. en~IO ~mbaJadores a de_s- SERABLES." El ruido de este Jibro ha fijado mi c~1br1r el SAN'l'O, hacia 6.> anos que EL habla atcncion : médico de las almas, un Obispo tiene el 1 diCho sobre la Cruz, ·~o no ESTA CO!XSUMAJ?O· deber de vela¡· de ce1·ca i de léjos sobre todo lo que El profe~or de 1.\;lumch, Mr. ~ch?-berr, h1zo interesa o compromete la salud de las a\ mas; i un una multitud d~ calculas ast:onom1cos p_or los buen o mal libro demas, es siempre pa1·a las almas quo ha descubierto que, preCisamente a tiempo un nuevo principio de corrupcion o de virtud. 1 en que nació Jesucristo, se verificó en el Cielo Nosotros debemos poner el oído aun al ruido de los una revolucion particular, pues U rano, el mas sucesos lite¡·aa·ios, como a las seilales del tiempo. elevado i lejano de los planetas, cumplió en Pero, lo confieso, é.lntes del estraño suceso el título aquellos días su quincuajésima crrera, volvien- n~e babia atraido,- LOS 1\IISERABLES 1 Yo rne habia do entónces todos los astros a principiar su dicho: esto nos atañe quizá, porque nosotros somos curso. " Aquella época añade el sál>io bába- los socOI'redores. Cuando se oye en el mundo una ro coincidió con el fin de la semana del año Yoz gritar: 'e¿ quién se interesa pot' los misera· sabático de los judíos en el cual segun un an- bies?" debe haber al ménos un cristiano que se tiguo vaticinio Dios debía asegu~·ar su alianza. levante i respond.a: "Yo:'' e 1 s s ~' "No he quendo refenrme para conocer este 1 0~, 08 J uyo · . . libl'O al infot·mc que de él hnn dado diversos es- A51' p~es, todas las tuedas 1 tod~s los re: critores bien intencionados, i lo diré sin rodeos: sortes partiCulare.s de a.qu_e~ gran reloJ _del um- yo hallo que los católicos se avienen fácilmente v_erso, cuyo. dest_mo 1.;r1mit1vo. e~?' scnalar el con estos gmncleg libros, que son con relacion a t1empo, hab1an si~o colocados 1 ct1spuestos de las almas, grandes acontecimientos. A veces unn tn.l modo por el m1smo Cren.dor, que corres pon· chocarrel'Ía quizú dos o tl·cs insultos un tono mas dian tod?s a la g~ande hor~ en que Dios debía desdefloso que cscandaliznclo, i ya 'creen que el 1 hacer bnllar el dm determmado desdo toda la libro es muerto. Se dice que el ridículo mata; no : eternidad, i celebrar el gru.ndt) ai'ío do rcnova- él hiere. Emple:.índolo, se estimula a los advet·­cion i de perdon. Todo el universo anunciaba, sarios, pero no se les desarma. O yo nada sé, o pues, en las grandiosas proporciones de su San Agustín ha dicho: Tuba insu.ltationis infruc~ arreglo i de sus disposiciones interiore~, como tuousum facit bellU?n. el libro de la revelacion, ~quel por quien i pa- "Yo, pues, me he hecho dar un~ cuenta n_1Ui ra quien, se hizo el Cielo estrellado." profunda de esta ,l.~rga ?bra: _yo m1smo h~ lmdo Las ciencias i ]a. historia vienen: pues, a sus numerosas pnJmas, 1 meditado .las mas nnpo1·- 1 formar en escuadren cerrado para atestiguar tantes de ellas. Yo puedo despre_cwt· al que hace • la esactitud de la relacion evanjélica. Tantos el _mal; pero 11 ~ puedo. desprecJat' a aquellos a '1 prodijios vaticinados i cumplidos a tiempo que q~Henes s~ hase; I, a dectr verdad, yo no de~~re- 1 ·, J ~ b' d 1 c1o a nadJe. Encurnt¡·o, por otra parte, en todos 1 n_aciO esus, es!an pro an o. pa.ra e que no los libros de nuestra época, lo mismo que en las ~ Clerre voluntanat?ente los OJOS a la luz d~ 1~ almas, signos que me iluminan, homenajes iodi­razon, que J esucnsto es verdaderan~ente J?ws, rectos por los cuales bendigo a Dios, confesiones tanto mas cuanto que, esa espectac10n umver- involuntal'ias que me tocan fnarimas dolot·osas sal que tanto IJ?Olestaba al e~céptico Bou]an- que solo la fé puede calmar, dese~ secretos, esplo­ge:, desapareciÓ con la vemda del Ho~bre a siones repentinas, lágrimas mnl disfrazadas, i yo qmen nosotros adoramos como a HIJO del quiem investigar estas t1·azas del Cl'istianismo Eterno. escondidas bajo montones de eJTOJ'es, como un Es, pues, mui orijinal que Ernesto Renan: viajero saluda las ruinas invadidas po1· las yerbas, contradiciendo todos estos irrecusables datos, i los escombros de un templo en que Dios habita por sí i ante sí, sin mas apoyo que su capri- i se revela aún. eh o, diga, como si estuviera refiriendo hechos "¿Qué se pretende enseñamos sobre los mise- ' de que él fué testigo: "J esus no nació en Be- rabies? Escuchemos, si de allí puede resultnr al- , len sino en N azaret: J esus no es mas que un gun bien. hombre: el Evanjelio es una leyenda. '' Pero "La obra, segun me parece, corresponde medio­mas sorprendente es aún que haya quien, por- cremente a su título: ella nos dice ~obre los mise· que dice audazmente esos disparates, lo llamo rabies lo que vnldl'ia siempr·e mejor {>3Sal' ensilen­sábio. eio; pero no nos dice lo que a todos convendría LOS MISERABLES. saber·. Estos diez volumenesencierran un romance, un panfleto, una tésis. El romance me impo1·ta poco; él parece, ademas, la parte débil, esceptuan~ do algunos destellos a los cuales la pasion por esta suerte de literatura puede no ser insensible ; pero Como esta novela de Víctot· Hugo se ha hecho que es preciso ir a buscat· como un zambullidor vá tan de moda, i se le tributan elojios tan pomposos a pescar pe das en el fondo de un golfo borrascoso. como a todas las producciones en que los enemigos "No callaré, sinembargo, que aun en un roman- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ce, hai algo mas que una falta literaria, hai un 1 dolorosa, que se compone de dus tér·minos, uno espantoso trastorno moral,. cuando' el bien i el mal, 1 que los denuncia a la policía, i otm que les garan­el vicio i la virtud, la inocencia, el her·oismo, el tiza las reservas de la piedad ; pulnbm mitad ju­honor, el martirio están como aquí siempre en diciaria, mitad cristiana. falso. Yo no he encontrado a1If un sentimiento del ) El cristiano, al contral'io le dice íll ód10; 1 este punto no habeis sabido tocado; por~ oído al rico: ) Despues se coloca entre Ios dos, i no el quo nosotros hemos conocido) es bueno has­grita a unos i a otros en voz alta: << Hai un tala tontel'Ía; vuest1·o ajcntc de policía tiene una Dios que os contempla!)) ~sp~~ie de honradez, pero so~da i ciega ; vuest ros « ¿ I cómo i pot' qué el cl'istiano querria olvidar mdJJen~c~ se tom~n en. ~acm,o.sos. Sel'ia enojoso que hai miserables? Sí, hai hombres que han ~nco?,t 1 ar se .~ón 'uestt ~s her oes en un ,bosque. robado porque careciau de educacion, de relijion ¡ 6 Qmen sablla, pues,. fiJar este punto cleh.cado de de pan, que han estado en la prision porque han ? 011 ?~ dependen el ó.t de1!, ~a pa2, la s,egul'ldad, la 1 rollado, que han sido deshonrados en Ja -prision, ¡ J~Stlcw? ¿~ué ~oder· mstJ~nll·.á, reglara e.ntr·~ noso­despues, desapiadadamente rechazados por la so- tt os est~s 1,elacwnes .. c.qUJtatlvas, que IffiPl.d~n a ciedacl. Sí, hai mujeres que la miseria ha hecho uno socieda~ convel tn se. en una casa de pnswn o sucumbir, i que el vicio infame ha hundido en el en una taberna de rnatas~etes ? mal, Sí, hai pob1·es niúos mas desg¡·aciaclos que <re sin comprenderla. Sin Jesucristo, 1851 soi el ver~adero Cura propio de la parroquia 1 vos IlOS rechazais,i e11 ~L nosott·os os perdonamos, de Plato, en la Diócesis de Santamarta,me veo en nosotros os amamos siempre, aunque no fuesé sino el debe1· de desmentida; no tanto por mí, a quien pot· causa de estos acen,tos inesperados, que nos ningun mal viene de la mentira fraguada por el \ 1ienen algunas veces aun de vos mismo, como de mentido Cura de Plato, cuanto por mis feligreses, una alma hecha en otro tiempo por Dios para me- a quienes a juzgar por el supuesto procedimiento jores destinos. Sí, solo Jesucristo nos hace perdo·· del Alcalde i del hombre que se negarn n p1·estnr nat· i amar a estos miserables que vos babeis a su Pát·roco tan sencillo favor,·-como el de ensi· pintado ; ¿pero sal>eis cuál es el gmn repl'Oche llat un caballo, se les puede tene1· como un pueblo qne dirijo yo a la ~ociedad? ¡ Ah ! lo que es es- seduo-católico, cómplices en la eruela guena que pnntoso, lo que no perdono a mi época, es que un en nombre de h libertad i de la civi\izacion se ha espíritu como el vuestro, lo mismo que otros mu- declaraáo en nu~stros tiempos a la augusta Reli- · chos, hayan causado tales nauft·ajios eu la tem- jion del Crucifirado: a esa Re.lijion divina bajada pestad de su siglo 1 Vos al ménos, aun es tiempo, del Cielo pat·a incendiat· a la tierra con el fuego podeis encontrar la luz perdida i yuestra prime1·a sagrado de la caridad; i pat·a -prodiga~· a las Na­llamn, i a vuestra última hora, dando en fin al ciones los ópimo.s i sasonados frutos de la paz i ) 1 1 • , . Es un hecho cierto, que el Jefe Superior del Es· «. ¡ ~h Jesus_ · V o~ solo esta1s, _pac~, nlh. _PUia tado del Magdalena enviara a mi curato de Plato ' , dec1rnoslo ~od?, esphcarnos el .m1ste 1: 10• facihtar- un piquete de jente armada para captmarme, cual ~ nos el sacrificw, revelarnos lo Imposible. De Vos un criminal sin tene\' otro delito que el de haber- ' vien,e para todo, el consuelo, la luz, la reparacion, me negado ~né1·jicamente a obedecet· los decretos 1 el balsamo. Con Vos tod? se _co~prencle, to~o se de «Tuicion i Desamortizaciou,» i haber trabajado resuelve, se reanuda, se Ilumma 1 se perfecciOna. con igual enerjía, en mi calidad de Vicario forá­Lo que los hombr~s ll~man un suplemento de luz, neo, para que los Curas de mi dependencia hicie · es vuestt·~ revelacton, I el suple~ento de fuer~a ran igual 11egativa. Lo es igualmente que en 21 q.ue ?llos. mvocan, ~s vuestra gracia· Vos ~labets de julio de 1862 ,salí de Plato en calidad de pt·eso, s1do E~vmdo ~o~· Dw~ p~m trasformar ~~a tlet·ra : para la capital del Estado : que allí estu\'e hasta i V: os S?IS su Mm~s~ro mdtspensable, su Et.erna sa- el 27 de setiemb1·e en que partí para esta, a donde b1duna hech~. VISible en su o.bra, su lV!edmdor, su fuí confinado; i en donde he permanecido hasta otro Yo, su HIJO, su yet·~o, Dws con EL, nuestr·o hoi de Secretario del señor Provisor Vicario jeneral Salvad?t'. Vos lo SOis, I yo os ~dot·o 1 de la Diócesis de Santama1'ta, docto¡· José Rome- (( No, .no ~e comprenderá JUmas la cruz ~e ro; i dispuesto siempre a arrostrar el destierro con nuestra v1?a sm la c!uz el; vuest1:a J?Uerte. .sm todas sus penalidades, i hasta la misma muerte en Ves no ha1. pot· do9mera smo casttgo 1 ~orrupct~n. d~fensa de los sagt·ados derechos deJa Iglesia i de La humamdad qmere ott·a cosa. No hm redencwn su divina libertad · mas si alauna cosa me ha ni perfeccion sino en Vos. hecho llevadero mi ~onfin;mieut~ no ha sido otra ce Adorén:os, pues, .delante de este _mundo, que que el gt·ato recuerdo de las fina~ demostraciones es corrupcwn, al :J?!,os que es candad! DEus de verdadero afecto que recibiera de misfeligt·eses, <::HARITAS EST! F ELIX, ÜBISPO DE ÜRLEANS.» en los momentos de mi separacion. Esta fué acom- Por el último correo venido de la Costa, hemos recibido una hoja impresa en Cartajena, que con­tiene lo siguiente : « UN 1\I.Á.RTIR. Con este mote he leido en la parte etlitot·ial d.el número GO de " E\ Católico '' de Bogotá) corres­pondiente al 26 de julio último, un artículo en que se anuncia la defnncion del Presbítero Joaquín I,abarcéz, Cura de "El Plato," en la Diócesis de 1 Santamarta ; lo que tuvo lugar el 15 del mismo pañada del sentimiento i lágrimas de aquellos, que en su mayor parte abrigan los mas sanos pt·inci­pios relijiosos, morales i políticos ; i sin el menor ultt·aje de parte de la autoridad local, que po1· el contrario .sentia profundamente tener que cumplir las ó1·denes que se le habían dado para mi captura i rcmision. Al tributar este homenaje a la verdad, siento el mas vivo placer en recordar como una prueba de ella, los dos memoriales dirijidos por los vecinos de Plato al Congreso de la Union, reclamando el _, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. t--~~~w~~~~"~~~~~~~~'-~~~~ f cumplimiento de1a garantía otorgada por el inciso 1 d!as destihado~ al efecto con nuestra~ familia~, ·1 16, artículo 1ó de la Constitucion nacional, es de- 1 Cll'Cunspectos 1respetuosos,con un contmente reh~ ·¡ cil·, la libm·t&d de profesm· i pr.actiraL' su Relijion, ji_oso i gmve: contraidos esclusivament~ ~los ofi­sin la menor restriccion por pm·te del Gol>iemo, ctos que en él se celeb1·aban por el Mmtstro de en quien por su parte ningun poder han delegado nuestro respectivo culto. para ello. Hoi ciudadano Presidente, este mismo lugar, a Sirva lo espuesto parn que los señores Redacto- que nosotros tributamos un respeto profundo, ha res ele «El Católico» desdio·an, en obsequio de sido invadido por la mas inmot·al de las profana­la veracidad de S\1 periódic~, la impostura que ciones : hoi entran a él 1os sil·vientes del señot· ~ envuelve el nrtículo de que me he ocupado, i de Eliseo C01·tez, ajente de" bienes desamortizados," r, satisfaccion a los vecinos ele Plato por quienes a guardat· el pasto de los caballos, con el mismo únicamente he dado este mentís. desacato i atrevimiento que a una caballeriza cual- JOSE ANTONIO ACOSTÁ. )) quiera; í avisados por su señor, del error lastimo­Cartajeua, 30 de agosto de 1864. El individuo que murió en el Hospital de San Vicente.de Paul, haciéndose llamar el Pt•esbítet·o Joaqmn Labarcéz, refil'ió lo que relatamos en nuestro número 60. Su relato estaba tan en ar­monía con lo que ahora se ha visto en la Repúbli­ca, i el hombre tenia tal aire de injenuidad, que no era dable creEldo un embustero ; i mucho mé­nos habiendo sostenido como sostuvo su papel hasta en sus últimos momentos, no obstante que. en ellos recibia los ausilios ele una Relijion severa con la mentira, i manifestaba sabet· bien que iba a ser JUzgado pot· el mismo Dios ante quien no son ~ ~ posibles el disimulo ni la ficcion. _ ¡1 Damos las gracias al Presbitera señor José An­~ tonio Acosta,pot· la aclaracion que contiene su es- 1: crito, i manitestamos ni insertarlo en nuestt·o pe­, l'iódico, el deseo que nos anima de sel' siempre vera-ces en nuestras producciones. --En carta fecha 16 de 5etiembre último, escri- ' ben de Cali_, que al Jenera\ Mosquera le ha queda­do la mnnía de predicat·. Anunció que iba a ha­cerlo el domingo 11 en una de las iglesias de San Fmncisco o San Pedro ; i como fueran algmws lj Sacerdotes a rogarle que no diera tal escándalo, los trató de un modo indigno, insistiendo en que quería mostmr que sabia mas en materias re~ijio­sas que todo el sacerdocio católico. Un JÓven Presbítel'O, coadjutor de ámbas iglesias, dijo al sabel'io, que si el Jeneral iba a cumplh· tal capricho, lo trataría como a un profanador i le cenada las puertas. El Jenet·al temió acaso el cumplimiento de esta amenaza, i desistió de su idea q.ue tenia alarmado al pueblo. -La sei10ra Eujenia Mouthon ha pi'Ocedido con lijereza al asegurat· en el numero 70 de "El Ca­' tóliro " que se babia incorporado su nombre en la 1 lista d' e rematadores publicada en e l mt.s mo pe- \ riódico. Acaso dicha señora ha sido una de las personas a quienes en H La Opinion," se ha que-l. ' ¡:ido manchar -con el estigma que señala la f1·ente de los que han usm·pado los bienes de la Iglesia, i en tal caso es contra aquel periodico que debe , protestar. MIGUEL AmAs. ~ .. ·~--- so, de que allí debe entrarse con sombret·o puesto i del mismo modo que a cualquier luga1· comun. Anexa a este templo hai una casa que eu otro tiempo fué convento de frailes, i últimamente, por muchos años, estuvo destinada a casa de habita­cion del eclesiástico que allí funcionaba. Estos edificios que nada pueden producir al Go­biet'no i .que tan notable falta nos hacen, parecen sábiamente comprendidos en la escepcion del pa­rágrafo J.o del artículo 2. 0 -de la lei ultima sobre " bienes desamortizados." Por tales razones, ciudadano Pl'esidentc, nos atrevemos a invocar vuesti'O ausilio, a efecto de que In Junta Sup1·ema Dil·ectiva del Crédito públi­co, en virtud de lo estatuido por el artículo 11 de la lei ántes citada resuelva, que la ocupacion de tales edificios por cuenta del Gobiemo no es legal, i por tanto debe dejársenos en posesion de ellos pam el objeto que fueron instituidos por nuestros antecesores. Así es de justicia que es lo que pt·etende~os, oft·eciendo,de los hechos, la prueba correspondien­te si necesario fuere. Ciudadano Presidel}te. Belen ele Nobza, 6 de setiembre de 1864.-José D.iartin EspzUa, José Ezequiel Suárez, a ruego de José Agustín Acevedo, Teodoro Espitia,Agus­tin Banera, Eduardo Diaz, Manuel Zalam,an­ca, Pedro José Acevedo, Ped1·o N. Acevedo, To­mas Diaz, JJ-lat·iano Tórres, J~tan Clímaco Ba­llesteros, TeodoTo Espitia, Florentino Barrera, a ruego de Cecilio Acevedo, Réyes Abril, por ruego de Juan Abril i por mí, Joaqut.n Balleste­ros, a ruego de Jesus Ballesteros i por mi, Benja­mín Ballesteros, a ruego de Juan de la Cruz Ba­llesteros, Teodoro Espitia, a ruego de Alejo Ri­caurte i Jos~ María Guarin, Clímaco Ballesteros~ Luis Usoáteg~ti, Juan Castro, Rarnon Tórres, a ruego de Francisco Ambrosio Herrera, Clímaco Balleste1·os, Antonio JJ.1.m·tínez, a ruego de José Barrera, Epífanio Barrera, José Pattocinio Ro­clríguez, José Mw·tin Espitia, a ruego de Barto­lomé Ballesteros, Ismael Ballesteros, a ruego de Salvador i Félix Rincon, Clímaco Ballesteros, a ruego de Juan Francisco Rincon e Ignacio Rincon, Anjel !r1aría Rt'ncon, Dímas Granádos, José Gregario Cadena, Ramon JimAnez, JJ1amtel Rinc(m, a ruego de Custodio Diaz, Clímaco Ba­llesteros. FUNCION. RELIJIOSA Ciudadano Presidente de los Estados Unidos de 'DE cuARENTA ~ORAS EN SANJIL. Colombia. Seño1· Redactor de ce El Católico.>> Los suscl'itos residentes en el territorio de la Siendo el pel'iodico que U. dignamente redacta Hacienda ·de e< Belen de Nobza,» ante vos atenta- el órgono de la causa católica en el país, pensamos mente representamos para esponer: que U. recibirá con gusto e insertará en las colum­Existe en esta Hacienda un templo que ántes del nas de su puhlicacion todo lo que tienda al desa- 9 de setiemb1·e de 1861, estaba destinado a la rrollo del sentimiento relijioso~ haciendo patent~ oracion i .recojimiento: donde aparecíamos, en los ~ que aun permanece viva en nuestros pueblos la fe Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 190 .ÉL .... ,.... _ _,..._~- que heh~damos de nuestr·os pad1·es; esa fé i esa 1 nuestt·l\s poblaciones se estraVimi o se entibian en Relijion tan combntidas por el ·espíl'itu reformista 1 la c¡·eencia, depende mas de pet·ezn, de la cobat-día de la época; ess en calabosos inmundos, jimen en las minas heladas de 1 la Siberia; otros mas íelices, han sucumbido en los campos de batalla i han recibido la corona del marti­rio, sellando eon su sangre el amor a la patria i a la fé. .~ ¡Oh, si alguno dudase de lo inmenso de nuestros máles, -~ bastaría para procurarse el mas profundo convenci- 1 miento, el que consultase los hechos que acaban de cumplirse en presencia de la Europa civilizada. Bajo los reinados de Catalina JI, Nicolas 1 i Alejan­dl'o II, la Rusia ha r.onvertido por medio de la fuerza al cisma griego, mas de 10 millones de católicos ro­manos i griegos-unidos, aprisionando a los sacerdotes, desterrando a los monjes, eJerciendo en 1842 una ho- • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~-~=~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~- ~~~~ ;¡ /' -- - -- -- ~· -~~~ ~ ~ -- ~~~~~~~~--~.__o"'· ~~.-...rv~-..r-....r~....r-.ro~~~ 19t 1 ~ rrible persecucion contra los relijiosos i las relijiosas 1 todo lo ha sacrificado por la patria comun i porque ¡~ de Snn :Basilio, de modo q~e la Europa toda ~e ha 1 junto con él, muere con la cruz en la ma!lo por Ja di: 1 conmO\'Ido de horror a la v1sta de esas persecuCiones cha de sus hermanos. Su voz, pues, sera respetada 1 J de cuya evidencia es imposible dudar. I los mismos la Relijion del Cristo, esa Relijion de amor i de verdad Ir tratamientos nos han bido reservados boí, i nuestl·as no será profanada. La Polonia independiente hoi, lo glesias son profanadas o convertidas en templos ds- mismo que en tiempo de su grandeza, léjos de perse· .l máticos, otras cambiadas en prisioues, nuestros con- -guir lós otros cultt•s, guardaría la preciosa herencia rentos convertidos en cuarteles, en los que -se abriga i que le fué trasmitida por sus padres: la santa fé se solaza una innoble sol<:l.adesca. El cumplimiento de católica. lo s deberes relijiosos es considerado como un crimen, El Clero que conoce desde hace ·mucho tiempo las asl como eu los tiempos de Ne1·on i Dioclesiano; que- nobles aspiraciones del pueblo, asi CORlO las de los que ' reis un ejemplo? Los sacerdotes son asesinados por con~ervan las riendas del Gobierno, unirá sus esfuer-í los caminos públicos en los momentos mismos en que zos 1 labores a los de la Nacion, sin que le fu11·a posible J llevan el Viático a IGs agonizantes. En muchas dióce- o~rar de otra manera sin atraer sobre su cal5eza la ver- ' sis es prohibida toda comunicacion entre los ·Pastores guenza ·i el desprecio. Todo polaco i con mayor razon, i sus Obispos La audncia de \os Popes moscovitas, no todo sacerdote polaco, sabe bien que el czurismo co­-¡ t eniendo ya freno, nrrebatan a los niños recien-naci- rrup~or e inmoral, es un enemigo mortal t an to de la fé .t d os i los b nutizan conforme al rito cismatico; · otros catdo~IC~ como de la Nacion polaca i de sus mas caras emi sarios r ecorren el país i atacan por su base al culto tra Iccwnes. En nuestra calidad de sacerdotes po- ~ eatólico, ex citando al puebiQ con sus palabras i escritos Jaco~, siempre hemos marchado de acuerdo con la ·¡ contra los sacerdotes, i dan así lo:; primeros golpes ·al Nacwn. ~ poder espiritual, a los derechos canónicos i a la perso- Despues de esta compendiada esposicion, bien pue­~ na sa g t·ada del Santo Padt·e. Tan excecrable trama se de oomprender el venerable Clero catolico del Univer­~ nos r e pre senta como el desencadenamiento de las po- so, hasta qué punto han al-canzado las desgracias de l. tencias infernales contl'a nuestn nacionalidad, anti- la Polonia, i cuan pesada es la cadeua que la oprime. f sno i venerable antemural de la Iglesia, al Oriente de Oh! A _la verdad que Dios no ha podido jamas ser tan ~ la Euro pa. desprecwdo, ni la humanidad tan vilipeiJ.diada con lí . E n pr esencia de semejante dfspreeio por todas ·las mas r.mdacia e ignominia. leyes divinas i humanas, ¿será posible que el mundo i yenerables padres de la fé, Obispos de es1a santa cristiano mire sin conmoverse cómo se derrama la san- Iglesw, por cuya defensa sufrimos todo cuanto una ¡¡ gre inocente? No hnbrá para nosotros otra cosa que Nacion puede sufrir, i vosotros, Sacerdotes hermanos palabras de compasion? ... En otro tiempo la Nacion ~ues~ro? por el sacerdocio, a ejem-plo del Levita del ¡ p olaca, al llamamiento de la Iglesia i de la cristiau- EvanJeho, no paseis por ·delante de un pueblo tan in· d ad, des varata las hordas tártaras que invadían la ci- f01·tunado sin dispensarle vuestro socorro. rilizacion i preserva a la l~uropa de las desgracias que Tres cosas necesitamos: el socorro de vuestrasofren-la a mennzaban, i hoi esa misma N acion deberá ser d~s, el apoyo. de vuestras oraciones i las espllc.itas ma­abandonada por la Europa i la civilizacion, i dejada mfestaciones de vuestras-simpatías. Al apelar a vues­como presa a la ferocidad de \os Procónsules moscovi · tros nobles corazones, a vuestros sentimientos de tas, m as cr ueles todavla que los jefes de las hordas ~elijion i humanidad, nosotros os conjuramos a que f! asiáticas? Olgttm et.forman, ·cum qua zps'ius cató­~ con enerjía la barbara tiranía de nuestros opreF " res. cm ?'eligíoms cunjuctan et secúrztas-Paris, 29 de ~ Ya en 186l babia Su Santidad públicamente aprobado j-unio de l864, el dia de San Pedro i San Pablo. la ~aoble conducta del Arzobispo de Varsovia, de in- Cárlos M ikoszeuski, Canónigo honorario, Cura de ' mortal memoria, Antonio Fialkowski, así como fué Zalazna en la arquidiócesis de Varsovia. 1 grande su dolor, como padre de la Cristiandad, al te- Ví ctor Lisicki, director i profesor del Seminario en ner noticia del arresto audaz del administrador del ar- Pultusl\, en la diócesis de PJocl\. ¡ zouispado, Antonio Bialohrzersld, a quien designó VIcente Szumowski primer Vical'io de la Catedral con el nombre de ru·wn constantem. Desde entónces de Plock. , i en muchas otras ocasiones, ha espresado el Santo Casimiro Zulinslü, Vicario de la Iglesia de San Ale· Padre sus sentimientos i su dolor en las alocuciones jandro en Varso,ria. papales , en que nos ha recomendado a las oraciones Alejandro Balczevvski, administrador de una parro- . públicas de los católicos de Roma. Finalmente, apo- quin en Litrania. ' yimdose en hechos i documentos ~uténticos en su me- En nombre del Gobierno nacional polaco, Nos, Co· morab\e alocuciou de 24 de abril de 1864, nos ha he· misario P~enipotenciario de dicho Gobierno. acredita­, cho plena justicia, i desde lo alto de su autoridad sin do en Fran cia i en Inglaterra, certificamos por la pre­igual, ha lanzado anatema contra ese potentado del seute que los infrllscritos Sacerdotes polacos proceden Norte, ese perseguidor de mujeres i de niños, que des- en virtud de un mandato que l'es ha sido conferido tierra .¡ destituye a nuestros Obispos, que ahorca i fu. por el Clero de Polonia-París, H) de julio de 1864. sila a nuestros sacerdotes, queriendo sostituir a nues- Adam Pn)ncipe zapteha. tra santa fé católica el cisma sacr1lego, del cual es él el promotor i pontífice. 1 Des pues que su voz augusta se ha hecho oír en favor de la Polonia, es tiempo ya que nuestros reales enemi- 1 gos o hien aquellos que han sido inducidos al error por el engaño, se ~allen i dejen de ultrajar al pueblo ' mártit·, no viendo en nuestra lucha mas que un peligro para la santa Iglesia i para el órden de la Europa. No .! Nuestra patria, libertada del yugo de sus opreso- 1 res, no ser-á teatro de siniestras conmociones sociales i relijiosas, porque entre nosotros, el Sacerdote está íntimamente ligado con el pueblo, junto con el cual, SEÑOR DOCTOR :MANUEL ;JOSÉ ANAYA, PROTONO· TARlO APOSTÓLICO 1 CANÓNIGO DE LA CATEDRAL J.\.lETll.OPOI..ITANA DE BOGOTA. Cartajena, setiembre 1'3 d e 18 64 . l\Jui respetado se-ñor mio :-Con el objeto de ver si es posible reunir una suma, aunque hubiese de ser mui pequeña P"Nazon de las particulares circunstan­cias en que se etícuentra e1 país, para socorrer con ella la miseria de que es víctima el pueblo polaco, es­pecialmente sus sacerdotes, por Ja ferocidad inaudita Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. C ATOLICO. ¡· de los Rusos, se ha formado en esta ciudad una junta, 1 ]a que me ha hecho el honor de eleJirme para que la 1 presida en sus trabíljos, i ha ele.iido tambien para Te­sorero al señor doctor l\Iárcos l\1. Merlano l\Ie dirijo a US. para poner en su conocimiento la existencia de la espresada junta, la que me ha encar­gado particularmente rec~omiende a US. que promue­va una suscricion con el fin de obtener nlgun socorro ·l destinado al alivio de los sacerdotes polacos. En la excitncion que se espera haga US. para la con­secucion de un fin tan laudable, debe hacerse enten­der a los que quieran contribuir, que no debe retraer­los la consideracion de que fuese pequeña la cuantía con lJUe quisiesen suscribirse; pot·gue cualquiera que esta sea, no hai duda que será bien recibida por aque­llos infelices saeerdotes desterrados que imploran la ; caridad de sus hermanos los católicos. Nosotros que somos un pueblo pobre, no podemos ofl'ecer sino una pequeñez. Pero de la pequeñez de la dadiva prescin­den las almas jenercsas i cristianas, para fijarse en la intencion que la estimula a saber el ejercicio de la ca­ridad, virtud nobilísima que en el caso presente la ejercitamos en consideracion de los grandes infortu­nios de nuestros hermanos en la fé. Acompaño a US. 16 ejemplares de la publiracion que ha hecho en Paris el Clero polaco i que ha dado ocasiona la formacion de la junta que presido. En nombre de esta reitero a US. el encargo de que pro­mueva la referida su&cricion, i se sirva participarme en su <>portunidad el resultado de ella. Con sentimientos de distinguida consideracion rne suscribo de US. su hermano i capellan-JosÉ Rol\IEJ,W. Al sr. dr. José Romero, provisor Vicario jeneral 1 da la diócesz's da Santamarta en Cartajena. ,¡ 1 Bogotá, 12 de octubre de 1864. 1\Iui grato me ha sido el en cargo que US. pone bajo t·l, mi cuidado para que yo promueva eu esta capita-l una ~ 1 suscricion con el objeto de reunir fondos para ausiliar con ellos aL Clero católico de la esgracinda Polonia, que desde el centro del antiguo JUupdo han enviado a estas rejiones la historia de los iunnditos padecimien­tos que les ha inferido la autocracia rusa. La historia de sus padecimientos, me ha conmovido en Jo mas vivo de mi alma, i no dude)" q 10 igual o ma­yor emocion causará tanto en el digno Prelado de la Arquidiócesis, como en su virtuoso i jeneroso Clero. Con el propósito de levantar la suscl'icion que US. me ha recomendado, me dirijo hoi al Ilustrísimo seí1or Arzobispo i demas individuos del Clero, para hacerles presente el gr·¡mde infortunio de nuestros herman{)s los Sacerdotes,polacos, i el encargo que US . me ha confe- 1 rido. A la vista de estos documentos no vacilo en asegurar n US. que obtendré el socorro que debo pro­meterme de parte de un Clet·o que en todas ocasio­nes se ha distinguido por sus elevados sentimientos i en especial por el ejercicio de la caridad. Oportunamente avisaré a US. del resultado que haya tenido la comisíon con que US. me ha favorecido. 1 Tengo el honor de suscribirme de US. mui atento i seguro servidor. MANUEL JosÉ ANAYA, Protonotario apostólico i Canónigo. Bogotá, 12 de octubre de 1864. Al señor Presbítero doctor Por los documentos preinsertos verá U. las inaudi­tas crueldades con que el Gobierno de la R usía ha pretendido llevar a cabo el esterminio de la Relijion católica, en la infeliz ·Polonia, empleando todo jénero de crueldades con el Clero valeroso que ha lidiado sin tregua en defensa de su fe i de su patria. El se- o· Vicario jeneral de la Diocesis de Santa mar­ta, me hu recomendado que proml\irVa entre el Clero 1 de esta Arquidiócesis una suscricid!l, para atender a las necesidades a que está espuesto el Clero polaco, que se ha visto forzado a dejar su patria. ~ Para contribuir en cuanto esté de nuestra parte al ~ alivio de nuestros hermanos que tanta compasion 1 os 1 causa, tengo el honor de dirijirme a U. para rogarle ~ se sirva contribuir con lo que le permitan sus fuet·zas j en obsequio de aquellos sacerdotes polacos, cuyas des- i venturas es seguro (jUe habrán-enternecido su bondn- : l doso corazon. ~ Me atrevo a esperar de la bonuad de U. que la ran·· ¡ · tidad cualquiera que sea, con la que U. ¡meda suscri- ~ birse, se sel'Virá ponerla a mi disposiciou para dejar 1 1 cumpliuos los deseos del señor Vicario jene1·al de Suu­tamarta. Tengo el honor de suscribirme de U. mui atento ~ i seguro servidor. 1 1\IANUEL JosÉ ANAYA, ij Protonotario apostólico i Canónigo. ~ ======== J DENTADURAS EN CAUCHO. ULTDIA INVENCION. El cirujano, dentista de París, doctor Augusto Pis­sot, establecido rerientemente en esta capital, en la r.Rsa que hace esquina en la ralle 2. ~ de la cnt'rera del Norte, i primera de la carl'era de Bogota, coloea las maravillosas dentaduras montadas en caucho, cuyo ulterior descubrimiento es el mejor que se conoce hasta ahora, ocupando el primer lugar entre los demas sistemas adoptados por la ciencia. Estas dentaduras se ponen sin gnnchos, resortes ni otros aparatos, que­dando tnn fiJas que sola se pueden sacar cuando así Jo quiera la persona que hace uso de ellas, volviéndo­se a colocar con la misma facilidad. Dichas dentaduras ofrecen pol' otra parte las ventajas de ser iucort·upti­bles, i tan raciles de llevar por su imperceptible peso, que~ quien las adopta no las siente ni el primer di a. Tambien ejecuta todas las operaciones, aun las mas complicadas i dolorosas, de la boca, por el sisterna electro- cloro- magnético (última invencion ). Calz:1 dientes i muelas con porcelana, oro i caducium. Horas de dE:spacho de las 10 de Ja mañana n lns 4 de la tarde. 6--1 FARMACIA I DROGUERÍA DEL DOCTOR BERNARDINO 1\lEDINA. .. (Calle (Ü Florian). En este acreditado establecimiento se vende por ma­yor i pol' menor toda clase de medicinas de primera calidad i a los precios mas módicos. En el dcspad10 de l~s recetas se ofrece toda la garantía necesaria de honradez i etfuidad. 26-l o ~ [f.~·¡ UN HOMBRE DE BIEN!!! ~ Agapito Suarez, de una honradez a toda pruebn, l ofrece sus servicios a la persona que quiera ocuparlo 1 c_orno dependiente (en Bogotá o en el campo), }Jrome- 1 t1endo acreditarse con personas de alta posicion i cate- l gorla, que pueden dar informes satisfactorios d, su l honradez. En esta imprenta se dará razon de su ha- j hitacion o residencia. 12-! t m m .tJ. ~ w . ~. ~ Se encuentra en el a\maceu del señor Ricardo Bor-da, primera calle del comercio, numero 54. 8-5 HOMEOPATIA~ ACABA de llegar un surtido magnífico de medica­mentosfresc ;mente preparados i mui variados para , el tl'atamiento de las enfermedades por el sistema del ilustre Hahneman. Hállanse en la casa numero 59, carrera ele Popayan, habitacion del seüor Andres l\Ion­toya. Dicho señor ha recibido igualmente botiqui­nes para el mismo objeto, i despachara cualesquie­ra recetas de los profesores de homeopatía que se le dirijan al efecto. Los medicamentos están en glóbu· los, tínturas i en trituraciones : i hai aclemas un surtido de frascos, glóbulos inertes i azúcar de leche perfectamente pulverizada. 10-10 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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El Católico - N. 72

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Por: Isaac Asimov | Fecha: 08/11/1864

- 1 TRIM. ni. AÑO II. Bogota., 8 de no"'Tiembre de 1864, NUMER0'15 REDACTOR, VENANCIO ORTIZ. Hemos Yisto el númm·o 1. 0 del periódico que COn e) título: LA VOZ DEL CATOUClSl.\10 7 Se puulica a espensas de\ sef1m· Arzobispo; i notamos que no hnya en el unn palnbra parn nosotros que abrimos aquí la senda a Jos pel'iodi tas católicos en esta época, i que pusimos gratuitamente nuestras co. 1 lumnas a disposicion de la autoridad eclesiástica, pa1·a que publica1·a como ha estado publicando en ellas todo lo que ha creido que dcbia ver la luz con carácter oficial. Sentimos la ingratitud i la descortesía con que se r:os trata, pero como soldados de la causa cató­lica, saludamos con respeto al nuevo periódico ofidal ele la Curia. - ---<;:99+ -<~- · ... ·---- INSTRUCCION POPULAR. SOBUE LAS FIESTAS CATÓLICAS, En los dos primeros clias del mes de novieml.n·e, , l:l Iglesia co· memo1·a la glo1·ia de sus santos i rue- 1 ga por los fieles difuntos. Para podet· comp1·endet· lo que es un santo, es preciso snbcr comp,·eudet· lo que es un héroe. El mundo cM este tftulo a muchos ilrest?·es asesinos, como dice el poeta Maitin, a muchos que han inundado en lágrimas i sungre el suelo que ha servido de teatro a sus hazañas, i que han dejado en pos de sí una huella de horrores inolvidables, por defende1· algun capricho qne halagara las pa­siones de cierto círculo, sin proclucil· ningun bien positivo para la humanidad. Los santos no son héroes de esa especie. Ellos no han sacl'ificado sino las tendencias dai'linas de su propio cm·azon, su bienestal', sns comodidades, sns apetitos, su yo, al bienestar, a la comodidad, a la segurillad, al alivio ue los demas hombt·es a quienes han tratado •·ealmente como a hermanos. Los héroes del sig)o vencen el temor de un peligro mome11táneo, pot• la vanidad de Jo que llnman glol'ia. Los héroes de la Iglesia luchan toda su viJa por vencer los peligt•os ue su alma i conquistat· el cielo. Aquellos tienen orgullo, estos humildad, que es la virtud mas rara i mas difícil, como dice el Pndre Félix. Aquellos vencen los peligt·os, estos los dcspt·ec.ian, i muchas veces los buscan. Aque­llos quieren el ruido, estos el silencio. Los héroes mundanos ansian que se sepan sus hechos~ los san­tos procUI'an ocultarlos, po•·que Cristo les dijo: Es preciso que tu mano izquie1·da no sepa Jo que hace tu mano derecha,pot·que el que goza con la alaban· za de sus acciones, ya está recompensado. Por eso los héroes cristianos se sacrifican en silencio, en la oscul'idad al bien de sus he1·manos: la fé, la 1 esperanza i la caridad son sus guias. Por In fé ct·een que hacen bien en imitar a Cl'isto i son ab­negados; por la esperanza en el cielo, desp1·ecian i sacrifican los bienes de la ti_erra ; pot· la caridad aman a sus hermanos hasta mol'it· por ellos en medio de un desierto donde nndie los vé, donde no hai una mano que cierre sus ojos i eche un pu­ñado de tiena sobre sns restos. En los santos tiene 1 los pob1·es sus mejo•·cs ami­gos ; Jos ·hombres todos, verdaderos hermanos: sufren el mal con paciencia, i nunca hacen mnl v 1 ninguno : son los guat·dianes dél honor ajeno i entt·egan el suyo a clisct·ecion confiados eu que DiOs Jos vé, i les hará justicia: ni atacan ni se defiell­den sino con la orncion: no tienen nada suyo, } todo es de sus hem1anos; para ellos han fundado casas de asilo, hospicios, hospitales, escuelas, co· lejios, talleres. Donde se dct'l'ama una lágdmu de ¡ ~lol01·, un santo está pa1·a enjugada con el consue .. lo. Sob1·e las nieves de Jos A 1 pes como sobre los , ro desde el .ha estado velado, i que Jos mado po1' un Dios, lllfi ~.:.:~· m(!} a@ ·:'1":! ~~~ CONFEUENCI.\S DEL PADHE FÉLIX . .. SESTA CONFERENCIA. El Cristo de la critica moderna, delante de la Historia i del progre so. Señores :-La cdtica anticl'istinna ensaya va­namente destruit· .con los milagros del Evanjelio una de las mas firmes ·oases de la demostracion cristi:llla. El milagro evanjélico permanece como la mas populm· i la mas brillunte manifestacion de la divinidad de Jesucl'isto. Entre la ci'Ítica que­niega los mflagros de Jesucristo i esos milagros twgados por la cl'Ítica, lllli tres testimonios de que la verdadera cien~ia hará brillat· cada vez mas Ja evitlencin. Estos testimonios son: el de la Iglesia que afirma ; el del Evnnjelio que refiere ; i el de Jesucristo que ol)l'a. Estos tres testimonios que se conft ·man i se apoya!1 mútuamente, son de tal rnaneru el sello de la -verdad, que la crítica no j pueuc emprender negat• los milngt·os, sin afi•·mat~ }· lo incomprensible i sin ernbrollars,e en contradic­i cio lCS incxtricnbles; pórque neganclolos, afirma 1, que el hecho in;nenso de la fé de los cristianos no puede ·e-xistir; que el Evnnjelio que reune todas • las condiciones ele C'e1·tidurnbre, no es mas que un ~ tejido ele fábulas e impostoras; i que Jesucristo, -proclamado súbio i virtuoso por excelencia, no es mas que un bellaco, un titiritero o un monoma­ni: lno. La crítica puede continunt' sm ataques, ttue ~ ellós mismos la irán haciendo PLJ 1 ve rizar pasando l tlc una coott·ndiccion a otra contradiccion, i el mi!t\g:o quedanl. siempre intacto i proclamando la divinidad de nuest1·o Cristo TaumatUI·go. ~ 1 Así, señores, pnr·a reasumí!' diremos: Jesucl'isto npGrece en Jn histori[( con estos tres tftulos que lo demuest1·nn 1)ios: Posecdm· de los siglos; Refot·­rnndor de In humanidad, i SefiOI' de la naturaleza. Rei, Refo¡•madot· i Taumntlll·go, llevando como tal, sobre su frente coronada de' estas tres aureo­las, el triple signo de su -divinidad. Pero la cdtica negativa se obstina en no ver estos signos brillantes de lo divino en Jesucl'isto; r míéntras qne ÉL resplande-ce a la simple vista con f una claridad popul~u·, la crítica no consiente en vedo sino al traves de la nube de la preocupacion \ antict'istianu. Pam ella, es preciso absolutamcute l que Cristo sen un hombt•e i nada mas que un • hombre: este errOl' es el centro de toda la crítica t anticl'istianr., es el punto de partida del anticds-tianismo. Delnnte del siglo que In escucha i la mira, c\\n despoja al Cristo de su manto divino, de su coron:l diviun, i pt·esentándolo a la multitud igno- 1 ante esc\ama: bé aquí el homb1·e.. el hombre il'lcomparable; he aquí el Cl'isto verdadero, el Cristo del pt·ogreso. Tal e , en efecto, la (loblé pretension de la crí­tica : volvet· al Cl'isto sa vet·dudera fisonomía i i poco falta para que ella tambien lo adore. 1 bien,. léjos de proclamar que su t•einndo ha concluido, decl::tra qne Jesucl'isto no Sérá escedido,_ pot·que es la mas alta de las columnas que muestran al hom­bre a dónde debe dirijirsc. En dos palabras ; la cl'itica nos dá a ese Cdsto restam·ado i 1·ehecho pot· ella~ como el Cristo vet·dadero, como el Cristo 1 del progreso. Vamos a demostnu· que nada es ménos fundado que estas dos p1·etensfones; varnos l a ver que tu crítica anticristiana quitando al Cristo 1 su carácter divino, deshonra s 1 u carácteL·IlDlU.mano; :l qne si Jesucl'isto no es aceptac o como e ws que . el Cristianismo adom, nada en su incomparable firrma s·e comprende ni se sostiene ya. Añadiremos j q~e ese Cristo humano que la crítica p1·etende ba..; ' ce1• murchat· a la cabeza de la humanidad, léJOS de 1 podet• ser aceptado como el Cl'isto del pt·ogreso ¡ no puede set· pat·a la humanidad retrógrada sino 1 el Cristo de la decadencia. 1 Es para el que habla una rat·a fortuna ocupat·sc ¡. de lo que 11 en a su c01·azun ; si, porque en, esta vez l voi a hablar de Jesucristo mismo ; de EL i nada '¡ · mas qtle de itL. Pueda su diviria imájen reflejarse bastante en mi palaura para llegar derecha hasta l vuestras almas, imprimirse en ellas i quedat· allí ¡ pat·a si€mpre como la luz, el encanto i la fuerza ~~- de vuestra vida. j I ~~ Una de las pretensiones mas curiosas de la críti- ~ a~·~ ca anticristi3.na delante ele los hombres i de las cosas del pasado, es querer dades con relacion al arte i a la estética, una fisonomía nueva. A nada ~ ménos aspjra que a refundit• los elementos de la J histoda, a arrojarlos confundidos en el molde ! donde su jénio los funde para bact>r salir de ellos caractéres ine~perados i :Qguras que la humanidad ¡ no conocía. Esta idea pt·econcebida, los testos, los documentos, los libros~ los discursos, las ac- ji ~iones trasmitidas por· Ja historia a la cudosidacl 1 de las jenet·aciones, no tienen sino un valot• secun- ;. dario ; lo que prevalece sobre los elementos histó- ~~ l'icos, lo que vale mas que todas las relaciones tt·a- , dicionales, es el gusto, la estética, el sentimiento, el arte en fin ; i la ci'ltica procura hacet· sn1ir de 1 todos estos elementos depurados, ref'ot·mados i ~ ajustados a su capl'icho artístico, lo que se ha con~ ~] venido en llamar fl.gm·as vivas, para presentadas J a la postel'idad en toda su belleza t·ejuvenecida. ¡1 Esta teoría de la mzon de arte aplicada a la ~ historia i a la person& de Jesucristo, tiene algo de ~ tan sacrfleóamente audaz_, que ha 11enndo de sor- 1 ~ presa, de admiracion, de verdadero estupo1· u la · ~ humanidad cristiana. La fisonomía de nuestt·o a Cl'isto resplandece en los si!:.dos como el ·so( en la ¡j '-' 11 .naturaleza; es un cuadro que tiene:tpot· marco el \:~~· infinito, i para realzar .su luz,ese fonCio inmenso de. las oscuridaaes humanas sobre el cual se destaca su figura con un relieve que ba fijado todas las mira­das, con una belleza que ba cautivado todos los ~ corazones. Jamas se ha mostrado en fos bol'izon- ' ~ tes de la historia, jamas se ha gravado en la me- : 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 212 EL CATO L 1 C O. 1 mol'ia de los hombres una figUI'a m.énos descono­cida, una fisonomía mas popular, un caracter mas público. Pero hé aq~lÍ lo que s~cede ; desyues de casi dos mil años, viene un art1sta, cambm todas ' las proporciones esenciales i todas Jas gmndes lí­neas de esa fio·um incrustada en el mármol de una incorruptible 0 historia, i nos dice : mirad; aquí teneis el verdadero Cristo; estaba perdido, i yo le he cneoutr~do ; estaba borrado por la mano ele los hombres i la injut·ia de los siglos, i yo le hé restaurndo ; héle aquí, héle aquí en su '' ~rdadera fom1a tal como le hé t•econoeido sob1·e los hod­zontes' de N awret i de la Galilea: este es el Cristo orijinal, i la 1·a::;on de arte está satisfecha. . En verdad, seflorrs, esto es de tal modo prodi­jioso, que aun despue::; de consumado el hecbo, aun despues de la celebrid ~;td del escándalo, se r pregunta uno todavía si tal id.ea ha po~ido cabet· 1 ,: en una inteli¡encia humana, st tal audacta ha po­dido subil' hasta el comzon de un hombre. Nó, no se lo crecl'ia si no se supiese que la apostasía hace f¡ posible todo crímcn contra Jesucristo; testigo la 1 traiC'ion, modelo i profecía de tantas otras. Sea lo que fuere, como esta empresa tan incom­prensible ha venido a ser un hecho estruendoso, 1 es preciso al ménos que la crítica, suprimiendo lo il divino nos ofrezca un Cristo hombre que la hu­l m~mid~d pueda reconocer i respetar. Pero, seiio- 1 res, hé aquí la gran contrudiccion de la crítica soi dissant restaumdora de la :fisonJmía de Jesucristo: 1 ella nos present::l un Cristo que no so1am~nte no es el Cl'isto Dios que nosotros adoramos, smo que 1 ni aun es el mismo Cristo hombre que ella preten­de venerar ; es un Cristo falso, un pseudo-Cristo, el único que poclia espesarse de la cdtica pseudo­cristiana. Si yo hubiera de dclineat· los rasgos mas nota­bles de la fisonomía de Jesucristo, pod1·ia repre­sentarlo pl'incipalmente con t1·es caractéres que le constituyen una figura enteramente especial, dán­dole un relieve i una belleza incomparables : la kwnzldad, la caTidad i la sinceridall. :Es impo- , sible pintarlo en su propio pensamient~. sin com­binar at111oniosamente estas tres cosas que cons­tituyen su grande orijinalidad. Pero si el rayo de la divinidad deja de brillar en e1 rostro de Jesu­cristo, estos tres rasgos se debilitan, i no queda mas que unn. figura sin carácter; digo mal, una figura mnrrada con vergonzosos caractéres. D~ los tres rasgos indicados, el esencial, el que put!de reputarse como su línea fundamental, si puedo cspresarme así, es la humildad. «Aprended de rní que soi manso i humilde de corazon.--Sí, aprended, porque sin este l'asgo característico, no poclreis entender nada ni en el misterio íntimo d e mi vida, ni én los reflejos que brillan en mi sem­blante; si no me conoceis humilde, no me cono­ceis. >) Esto es lo que dá a Jesus, sobre todas las figuras qne brillan en la histol'ia, un signo inimi­table i absolutamente único. Nadie; que yo sepa, se ha complacido jamas en estasiarse aute la hu­mildad de Aristóteles, de Platon, de Mahomet, de Zoroastro o de Confucio. Tomar en sério la hu­mildad de estos grandes hombres, no tendria otro resultado que escita1· en nosotl'Os lo que siempre es triste : la risa en un asunto grave. Cuando se trata de Jesucristo, por el contrario: se sabe tan bien que la humildad es su signo, que ensayar re­presentado de otra manem que con esta dulce aureola, es siempt·e condenarse a desfigurado. 1 -· P:ro- ~ ~ué es la humildad? ¡ Ah ! La hu mil~ l dad es lo que hai de mas raro i de mas difícil,pero 1 ¡ al mismo tiempo os lo que puede haber de mas J simple i de mas divino en el hombre. La humil­dad es la verdad, pero la verdad aplicélda n sí mismo ; es la vista clara i desinteresada de lo que 1 uno es i de ' lo que vale en sí i por sí. La bumil- 1 dad de Jesucristo está, pues, subordinada n ecesa­riamente a la vista de sí mismo i a Ie snber; es EL el que ordena todo lo que se debe hacer ; es EL el , qu3 juzga, ,el que· castiga, el que pel'dona; es EL el que dira a los el~jidos: ): el que dirá a los r~probos: « Uetiraos; Yo no os conozco. >) Hé nquí lo que Jesus ha dicho i pensnqo. de sí mismo; i el menor honol' que puede hacm·sele, es seguramente suponer que hablaba lo que pensa­ba i comprendía lo que hablaba, aunque decir lo que se piensa i cofnprender lo que se dice, es una gloria· que no se rehusa al mas vulgar intérprete de una sauiduria humana. Pero entónces, siendo ineontestal.Jlemente histórico que Cristo ha dicho esns cosns, i pue.sto que ha dicho lo que pensaba~ comprendido lo que decía, yo pregunto: ¿que Yiene a ser la aureola de su modestia i la gloria de su humildad? Si la humildad en un hombre ha podido hablar de esta suerte, ¿cómo podt·á hablar el orgullo? Así aunque yo haya querido re.tener sobt·c su frente esta corona tau bella en la frente del Dios de Belem i de Nazaa·et, elta se ha desva­necido al soplo de vuestra impiedad. Ah! Si _Jcsus no es .Dios, no me hableis, os ruego, del mtlagro de su humildad. Aunque cien veces me diga i me repita: Aprended de m,i. que soi manso i humilde de corazon, me ' 'eré forzado a respondel'le: no, lo que ap1·endo de vos no es la humildad; lo que yo aprendo de vos a cada pájinu i casi a cada pa­labra caida de vue~tt·os labios, es que os atribuís, vos hombre, uo valor, una importancia, un papel, uua funcion, un poder que ninguno de los hom­bres conocidos habriu podido atl'ibuirse sin da1· la prueba o de la vanidad mas atrevida o del orgullo mas jigautesco. Así, señores, ya lo veis; suprimiendo la divini- 1 dad de Cristo, se destruye de hecho el rasgo emi­nentemente distintivo de su figura histórica ; se rompe el pedestal de st1 estátua, la humildad, para levantado ante la humanidad como el tipo del orgullo. Hui en la fisonomía de Cristo otro rasgo funda­mental sin el cual me es imposible repJ·csentát·­melo: es el amo1·, el amOl' pUl'o i desinteresado, la adhesion., el sacrificio, la abnegacion, lo que hai, en una palabra, de mas radicalmente contra­dictol'io a esta cosa vil i vea·gonzosa que se llama egoismo. Es porque la dulce figura .de Cristo ha brillado sobre el mundo como el astro del mas pua·o amor, que ha ejm·cido por todas partes i siem­pre, sobre el corazon de nuestra humanidad, este 1 incomparable imperio. Es de tr,, es de su ense­i1anza i de su ejemplo que nació en la humanicl:ld la grand-e era de la ft-atemidad. Los mismos que 1 niegan o recusan sus otros beneficios, afirman, aceptan i procl.aman este. Jesucristo reveló la idea, díó el ejemplo i fundó sobre la tierra el rei­nado del amo1· i de la fraternidad. I si creemos a ciertos apóstoles del Cristianismo puro, la funda­cion de la repub!ica ft·aternal resume toda su obra, la pa·áctica del amo1· fraternal abriga todas sus virtudes; i esta palabra: "vosotros sois herma­nos," condensa toda su doctrina. Evidentemente, los que limitan a esto 1as reve­laciones dogmáticas i las influencias morales i so­ciales de Jesucristo, se engañan ; toman el atTO­yo po1· el río, la luz por el fuego, un elemento destacado por el total de la cosa, i un ft·acm<'nto de la estatua por la estatua entera: Pero este 1 mismo eri'Ol', viniendo de nuestros adversarios , es 1 un testimonio precioso. El atestn qt'le aun los que no adol'!Hl al Cristo que nosotros adoramos, saludan .en EL con nosotros i como nosotros, la mas grande figura, el mas sublime modelo de amot·, el ideal mismo de la fratemidad. Ellos confiesan, por consecuencia, que un Cristo mar­cado en la frente ) Ah! si EL es parte el ideal de Ir. sinceridad total, i si el Ct·isto Dios sí, yo compt•eudo ese mistel'io del amor que de mi Evanjtlio ha podido menti1· una vez siquie­se da i se inmola por mí: quiet·o a bmzarle, quie 1·o m, una voz íntima gdta en el fondo de mí mis· besat· sus llagas libertadol'as, quiero l101·ar sobre m o: i No, ese no es ·EL, yo rechazo ese ideal, re­sus piés ensang.t·entados, llo 1·a 1• de amor, de dicha nuncio a tal Cdsto, abjuro tal Evanjelio ! i ele alegria 1 Pero si no es mas que ün hombre, I, notadlo bien, cuando se trata de Jesucristo, ¿qué quereis que yo entienda de ese misterio de la cuestion de su divinidad es la de su siuceddncl. nmo1·, de ese misterio de sacrificio? Cuton, Só- Si Jesus no es el Cl'isto Hombre Dios, no es un crates i tantos oti·os han muerto tambien, segun hombre sincero.¿ l po1· qué? Porque si no es Dios, dic~n, por la lihm·tad de los hombres. ¿Acaso el no ha podido sin mentit· proclamarse Dios. 1 si 1 reconocimiento i el amo·¡· me pt·osternan delante hai alguna cosa manifiesta a cada pl.\jinn del de ellos? ¿Acaso espel'imente )a necesidad de Evanjelio, es que Jesucl'isto no solamente se ha conmoverme con su recuerdo ni de llorar al pié dejado ct·eet· Dios, sino que él mismo se ha dado de sus cstátuas? ¿ I qué mas me importa la muer.. por Dios. No se ha co tentarlo con darse todos los 1 te de Jesus, si Jesus es solo un hombre? Su muet·- títulos de que hemos hablado, i que un sét· que se te 110 tiene delante de la humanidad ni el vulgat· c1·eyera solo homi.H·e no se atrevería a atribuit·se l onot· de tlll sacrificio voluntario, porque esa sin un inmenso ol'gullo o sin una estrai"la locura ; muerte lo ha tomado apesa t· suyo, i -é l se ha estre- ha hecho mas, se ha atribuido la dignitlad que en­mecido de terrol' bajo su mano h€1ada. I si quereis cietTa i domina todas lns demas, la dignidad di vi­sostener contra toda evidencia que esa muel'te fué na. El que no l ..... n esto en el Evanjelio, prut>ba que una voluntaria inmolacion, hai una cosa mas evi- lo ha leido con los ojos vendados. dente que todas las demas, i es, que si fué volun­taria, no fué desinteresada. Dió su Yida para ilustt'at· su muerte, vertió su sangt·e para cosecha!' gloria, i lo consiguió; el buen éxito fué su fot·tu­ua, i su gloria su recompensa: yo no le debo .nada, nada sino lo que met·ecen el ol'gullo i el egois· mo : el desprecio r El de pt·ecio 1 1 Ah, señot·es! ese Cristo falso, si existiese, le merecería tanto mas, cuanto que sobre estas dos señales vergonzosas del orgullo i clel egoismo, llevada una tet·cem todavía mas vergonzosa, la del disimulo i la hipocresía. Ya hemos dicho sobre esto algo, a propósito de su pa· pel de ta.umatm·go, pet·o es preci-so volver a esta cuestion que es aquí, en el sentido mas riguroso, el rasgo decisivo. En efecto, lo que nos átL·ne a todos ácia esta figura, la mas dul ce i fue¡·temeníe att·activa de Yo sé que la cdtiea no tiene vet·gúenza de decir que Jesucristo no ha Yertido jamas, "una palabra de donde pueda conc1uil'se que se ha creido Dios·" ¡Dónde estamos gnm Sér de los Sétes! ¡ A horu, cuando todos tene:nos dial'iamente el Evanjclio en la mano, se nos viene a anunciat· semejante descu­brimiento 1 ¡Cómo! ¿ni una palabt·a, decis? ¡Cuán ciegos estais! El ha dicho, diez, ciento, mil palabras a este respecto. Eso está escrito de tal mane1·a en todo el Evanjelio, brilla tan clara­mente al tmvez de todo el tejido de las palabras i de las accioo.es de .Jesucristo, que sola esta afirma­cion: Yo soi Dios, puede dm· sentido al Evanjelio. No tengo necesidad de hacel' citas pues todos po­deis leerlo, sinembargo, esc.uchad solamente algu~ nas de esas palubms. "Quién dicen que soí? pt·e­guntó Cl'isto a sus dtcíputos.-Vos soi's el Cl'isto, et Hijo de Dios Vivo.-tOh! Sirnon Pedro, sois bien- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1( t EL CATÓLICO. 215 1 -~ ~:nt=-a~:~,:qu:~;i l::•~ne-~-;1: sangre os ~~ ;,: .;,:::ida~·e:;.~;·a ·;::;:,:::;::;;, q ~. han revelado esto."-"Es cierto,como se te acusa, que hai rnuchas medidas en la since?'idad. Así lo ~ que tú te dices Hijo de Dios! -Sí, vos lo babeis ~ han dicho en efecto nuestros mentirosos contem-dicho: Yo lo .soi. )~ Así responde al Pontífice que j poránros, de manera que, al creerlos, habria a f· le intetTogn. ((Nosotros tenemos una lei, gl'ita el lo ménos dos sinceridades; la que no miente ja- 1 [ pueblo, i segun e·!la. el debe mo•·it·, po¡·que. no j mas i la que miente algunas veces; In que dice lo f siendo sino un hombre., se ha dicho H7)o de verdadero i la que dice lo falso; la que marcha a [ Dios.>)- ) (quonian homo cumsis facis teipsum 1 si lo que oye, es realmente el e~o de una"?.,. ln~- 1 '. Deum) >) , Así, los mismos enemicros no se enga- mana. i Qt1e! ¡ 1Uztcltas medtdas en la smcen­ñaban entónces."- "Si es el Hij~ de D'os que 1 dad, i el Hijo de Dios no teniendo para sí sino la descienda de la Cruz ¡ que Dios le libre; porque medida mas pequeña, la medida en que la sincel'i- 1 f EL ha dicho· Yo sol el Hijo de Dios. 1 ~acl miente.! 4' ~né ÍI'0 7 nía ele l?s ho.m})l'es. i q.t~e ,J ! quÍ teneis, pues, paJa:.H·as de Jesncl'isto i he· 1 msulto a Dws. 1 .:.Uuc,!las 'tnedzdas en. la sznce1z- · f eh os evanjélicos. ¿ Cómo ha beis podiclo a egurar cl.ad ! ¡ ?I: sofist~.; s1, ~ara vos~t1 o~, 1 para v~1cs~ f que Jesus no dijo una !~Ola palabra de domle pn- t1 os maest1 os en '.11 tu~l 1 en sal)}clUIJa, tnl ·Hz . j diese deducirse que se creÍa Dios? ¿Por quó este ! Para nuestro ~nsto 1 p~ra sus adoradores, nó, 1 ~ rnl tel'io de igno1·ancia 0 de olviélo? ¿ Es cálculo, ,l(lllla 1 ~.te Cnsto n~'tn ~~·oso no s~rá nunca el de distraccion,o nlgun oti'O misterio que yo no pu.edo la hum.atn<.lad que lo a~OJ.a, per? m aun ~1 ~le ~~ peuetrc.\1'? ¿Qué importa por¡ demas el moth'o humamdad.~~e lo.h_on: a 1 esp::andose a "I m1sma. de vuestra negarion? l .. a nfit'maciou de Cl'isto ~sí, la Cllttca m t1sttca, s?L' ~todos '?i:) punt?s. queda, queda ea su perpetua evidencia, en su 1 baJO todos as.pecto.s se-l Gran Doctor de la huma- son altamente pet·judiciales a la causa de In. Iglesia; nidad, del Gran Reveladot· de la humanidad ; i que no pueden redundar en honor para ninguno qué viene a set· su sinceridad '? ¡ Qué 1 ¿ 1~~. diJO de los rontendot·es. Dos hombres que se ai'I'Ojan q~1e era Dios i sabia qne no lo era'? ¡ Oh! EL sa- \ lodo, al fin de la contienda no pueden resultar bm que lo era ; sí, yo no me att·evo~ pot· respeto limpios; i si esto es deplorable t1·atándose de sim­a Jesucristo i pot· respeto tambieu úcia ,~osotros, 1 pies pat'ticulat·es, siendo eclesiásticos, i eclesiásti­uo me atrevo a detenerme en la idea insolente que 1 cos de notable posieion los adalides, el hecho toma supondl'ia en Jesus una fé real en su Divinidad ¡ proporciones tan grandes como malamente sig- 1. ,:1 imaJinaria; es dccia·, la mas ridícula de tc.das las nificatívas. locnras en el que se supone el mas sábio de todos Deseamos que el Ilustdsimo señot· Arzobispo, los hombt·es. Esta últ!ma hipótesis es tan estupi- empleando su alta dignidad i su cal'ácter benévolo, damente sacrflega, que casi es demasiado mencio- concilie esas desavene leías ajenas del sacerdocio 1 nal'la. Es preciso, pues, volver a esta ot1·a: Jesus \ i tan perJudiciales a In edificacion de la sociedad. no se creía Dios, i, sinembm·go, en sus palabt·as i No es posible que el público se fot·me una buena ' en sus acciones, afit'mó que lo era. 1.;_:s decir, que idea del Glet·o, si este se despedaza con sus propias 1 sob1·e la cosa mas grave, decisiva i sagradn que se 1 manos; romo j3mas se la ha fo1·mado favot·able de pueda concebit·, afirmó lo falso, lo absolutamente una familia, que si tiene un pat'iente difícil o cen- ' falso ; de donde resulta con las condiciones del suruble publica sus defectos en vez de ocultarlos 1 ' mas solemne i del mas impío de todos los engaña- : para evitar su pt'op-io despt·est1jió. Rn estas pala­dores. ¡ Ah ! Si fué así, velad me su se!l1blante, bras no nos dil'ijimDs a las personas sino a los ·: porque lo que yo quiero contempla!' en EL, es la 1 principios úe verdadero órden • . 1 ?sonomía de la sinccl'idad, i vuestm crítica tan El inteJ.·cs ·.con que vernos cuanto atañe al decot•o 1 msensnta como sacdlcga, no me deja vet· sino la ele la Iglesia i a la dignic acl de sus Ministros, nos ' faz repugnante del disimulo, de la hipocresía i del 1 dicta estas líneas del todo imparciales. J 1 engaño. Me muestra no sé qué cat·a maquiavélica, Es sensible que Jos homlHes no vcarnos a veces con sonrisa menttmsn i mirada equívoca, en vez todo el alcanoe que tienen nuestms acciones; pues de esa figma radiante i pura que se presenta a la no pocas ocasiones, pot· herit· a otro, nos herimos, J humanidad con la coronn de una sinceridad abso- i q.uizá mas pt•ofund&mente, a nosotros mismos. , luta i de un candor divino. 1 En este caso, las palabt·as del Divino .Maestro 1 para asegm·arme sobre el carácter del Cl'isto 1 merecen bien traet'se aquí ahot'a: - qué me dejais, para calmar e~ grito de la coneien.. · "' Todo reino dividido- perecera:' ., rd --- --- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. F.L CATOLICO. -------- --------- -'81 n~mero 71 de Los Ande$, p:cri

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El Católico - N. 75

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