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'Pbro. ~r. Ulaclislao 0(on.sále.s Q:.
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344± EL CORREO DEL VALLE
en el momento fatal é ine,·itable de la partida del Pre hítero
doctor Ulaclislao González C., nuestro querido Cura
párroco, y cuando yádese perábamos, llega á nuestras
manos el fotogTabaclo que con antelación encargámos á Bogotá, pues
que el retrato del doctor González no podía faltar en la galería de personalidades
que se ha propuesto formar El Correo del Valle.
ació el doctor González en Buga, el 16 de Abril de 188'"3, fruto del
,-irtuo o hogar de don Pantaleón González Q. y doña Carmen Concha P.
Hizo sus primero estudio en el Seminario lvienor de Popayán desde
1 73 hasta 1 76 y fue de pués alumno distinguido del Colegio de don
Alejandro Dorronsoro, en Bug-a, hasta el año ele 1878; de ahí pasó al, eminario
de losJesuítas, en Bogotá, hasta 1881 que regresó al Seminario
l\Iayor de Popayán, en donde recibió las, agradas Ordene , el 30 ele Junio
de 1 9.
Inmediatamente y en premio á sus relevantes méritos, fue designado
para desempeñar el curato de Cartago, que in·ió durante ocho años ;
dotó á dicha ciudad ele una buena casa cura!, y al retirarse para fundar
y hacerse cargo del curato de la Parroquia de la Trinidad en Palmira, dejó
casi concluído el cementerio.
En 1900, y para reemplazar al austero doctor , eyero González, por
muerte de éste, fue promovido á la curia parroquial de Santiago ele Cali,
puesto del cual se encargó el 22 ele Abril del mi mo año, y que ha de empeñado
hasta la fecha, con creciente beneplácito de toda nuestra ociedad,
que ha sabido apreciar en cuanto ,·aJen las múltiples cualidarle del doctor
González, y que á fuer de g-rata bien qui iera retenerlo para iempre
en su seno. Esto no lo desconoce el doctor González, y es público y unánime
el esfuerzo que e ha hecho por ver de conseguir de Su Señoría Ilustrisima
la revocatoria de la disposición en virtud ele la cual se le promueve
á la alta y merecida dignidad de Prebendado del Yenerable Capítulo
de Popayán.
o sabemo cuál ea el íntimo querer del doctor González en este , entido
; lo que í sabemos yá es que á Cali no le queda más recur o que resignarse
á la voluntad ele la Arc¡uiclióce i y el sear un sustituto capaz de
llenar el vacío inmenso que en el corazón ele . us hijos cleja ni eparnrse su
dignísm1o párroco.
Fuera ele lo beneficios que la inteligencia y el e píritu conciliadór del
doctor González han procluciclo, en lo moral, entre nosotros, le somos
deudores del esfuerzo que ha h cho por convertir nuestro arruinado cementerio
en uno que sea cligno de Cali, amén ele la construcción del coro
que ornamenta la iglesia pnrroquinl de San Pedro, y de la implantación
de los trabajos para la ensa cura] en el terreno adyacente á la misma
iglesia.
El doctor González, además ele las funciones ordinarias ele su ministerio,
ha sido también \'iecrrectot- de la Uniyersiclacl ele Popayún y ha rcg-
ent entonces la. einelaclcs ,.n homhrc-deeín:
"Dej~1d :í Jqs niiiosqnc \·cn¡~nn{tmí".
I'enníl :1111" IISil'cl el os p:d;~brns
Dl'lll :1 Sil j 'l'lll', \ llll' \'Cl\',
o,
Y el á me el jugnctc precioso
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EL CORREO DEL VALLE
Que noche lrns noche me has Yi to soñar!
Y dáme galletas y dulces tambií·n ! ....
Cuidado no oh·irles !m; pasas !-.\.mén.
I;L 1.""'0 Jh~(s
Dejad á los niíios c¡w.: vengan á mí,
Venid pequl'i'!uelos,
Que sois de los e ielos
Las mueslrds aquí.
Ilablád: ¿tú qué q uicre!:>, chic¡ uilla preciosa?
, 'epamos, chiquillo, qni· cosa
Te arranca suspiro:; á tJ.
r~ • J:\"o
i tienes gallitos que :sepan antar
El quiquiriquí,
~le puedes mandar,
.Jesús, uno ú mí.
u.·.\. .·IÑ.\
Y á mí una mui'ieta muy l111da" oro 1da
Que alnomfne res1Jonda
De .\licia ú :\Iimí,
Con una can11la
:\luv bien temliclila
Que hú noches en nei'ios yo \'Í.
l'X.\. lL\1'.\ZA
Y ú mí un e!-ipejito de límpida luna
Que diga de mí:
'·Jmnú~ niña alguna
Tan linda como esta se vi(, por aquí. "
l';\ H.\.P.\Z
Y á mí una cornela,
Clarín ú t.rompetn
O al meno:; dulzaina que :;uene re-mí,
La-sol-fú-do- í
1· . \ )OYE . .
; TnmhJcll ;, nosotra~ nos OYe!>, Jc~ús?
l'ues di k al gnlll Santo HL
,\guarda, hijo mío, que quiero
l'ec1irle en tu nombre . ¿ L11c dejas?
El, .J0\'1~ ..
LA l\1.\I>IU:
.. 'o dejes ¡Oh Cristo, mi I>ios Yertladcro,
Que nunca mis hijos se npnl'len EL CANO.
La Doctora, :21- tle DieiemlJrc de 1 !.HHi.
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34-! EL CORREO DEL VALLE
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NOCHE BUENA
" La 1oche Buena se Yiene,
La Noche Buena se ,·a,
\' nosotro nos ircmo
Y no ,-ol\•eremos más."
E:-;tol:l eran lo· versos que la abuela
de Alarcón cantó r>n una. 'oche
Buena, que el poeta pnsó al calor
de la lumbre, e!)tre lo· g·oces íntimo
del hogar. El narra en un magnifico
n rtícn lo. la profn nda mela ncolía
que oprimió l:in alma, cuando
oyó la voz cascada y monótona rle
la anciana, que en el oca. o ele la vida,
lanzaba aquellaH notas triste:-:
que traducían las palpitaciones fúnebres
de, u corazóu, y que. el vif'llto
ele Diciembre. ·e lleYal..nt allá lejos,
muy lejo ·. La escarcha de lo"
años 'e hal>ía amontonado en aquella
cabeza blanca y por e:-;o conmo''
ía el tono , entimental ('On qne repetía
: "Y 11osotros IIOH ir·emo.· .Y
no Y oh-eremos más."
E a es la ley del munclo: ngitar:-;e
de continuo, queriendo alcanzar lo
que uno llama su iclP ll; ludun int'e·
santemente por conl:legnit· :iqniern
un mendrugo d amor ó ele glori<-1,
y luf>go, cuando el espejismo ele la
felicidad ca.lma un tanto mwHtro
afán. cae1· Pll se profnnclo agujero
de la mnerte.
Yo no sf> qué efi cto mágico se
opera en mí cuando escnt'hocl gTito
ele la rnnltit u el q llf' an unC'ia la ~oche
de Xa.Yidad. ER esto para mi¡..;
recuercl OH e o m o 1 a t I'O m pa i¡;n, :,;u:,; m a ticp:;; su aH' .
Ni el torl>ellino su cerebro su rg·irá. ratlinnte
la creencia consoladora que
entre b.e,·o:::; ~- lágrimas apr enc1iera
del lnlno materno.
Para el que paRa la Xoche Buena
en playa¡.; extranjeras, es noche ele
tristeza; la Patria est{"l. presente en
su memoria, recuerda la YOz lenta
y c<~tlenCJol4a con que la mujer amada
traducía Jos proff'tit:os aeentos
clel arpa ele DaYid; con ·ern1 su OÍ·
do la impre. ·ión de aquellas vibraciones
dulce que alegraban t'l hogar,
~- entonce. las penas, a y es negras
que de. garran su corazún, forman
en ;;u derredor nna atmósfera
ele melant:olía c1ue le oprime y le sofoen.
conYirtienclo en intensos pesare¡,;
ele nostalgias, lm; got:es clult:ísimos
de los lares pa tríos.
Ocasión magnífit:a es esta para
1 os enamoratlo. · dichosos. .Jiien-tras
fnera, el Yiento murmurador
se llent el eco de los Yillancico~:; con
que el ferYor relig·ioso celebra laYeniela
cl el SalYador ellos, dentro, en
el n brigado salón, repiten sus deliCJ
uios amo ro. ·os, ,Y la jo.~ en que esen
el m sn declaración cree que e ta
Yez In promesa ele cariño eterno tieue
tonos más delicados, y que el
pacto de n.mor es más ~':lolemne,
porque lo acompaña el rumor inten
o, patente y uniYe1sal que se
desborda del corazón de la Humanidad
c>utern, que anuncia la llegada
del ~l e. ín. ·.
Bien venido seas ~iño-Dio~, fl.Ue
\'llelYes mi pen amiento al cielo
azul de la infancia, y que, como la
Yarita mágica de Mois~s, arrn.ncas
de In roen ele mi infortunio el ao·ua
crü:tnlina de la E'~peranza . o
~ÜL>.'ADOR CALDERÓN.
N0eHE BUEN1\
Non hija y mnclre, y lni-i dos,
t:c!n fl'Ío, con hambre y pena,
p1clen en la X o che-B nena
una limosna por Dios.
-Hoy los ángclPs querránIn
mache á sn · hij~l dcda,
que comamos. hija mía.
por ser Xoclw-Btiena, pm1.
Y al anuneío l pcclnzo
ele sus PntrañaR neuPHlrt.
Al pie ele un fm·ol Rentn In madre extn iada .....
ma;; In niiin quedó echada
como un pájaro en su nielo.
¡Llama .... \ llanw ... ! ... ¡DeRnnío!
wula hay yíl que In ele. piedc:
clnct·nw; Pstá hPinmlo "la muprte
¡ :-:<'>lo PH un ;;ueño c·on tl ·ío !
La toen. Al verln tn n Yerta
:;e alza: hnc·in In lnz In ti trae.
He e. punta, ntcila ... y ene
(\ plomo la niña muertn.
D<:l :-;u el o, clP ¡¡ ugu:::;tin lll'nn,
la madn' ú :::;u hija, Jeyanta ...
"Pll tnnto un clit:ho o eanla:
~¡ EHtn noc·he es ~oche-Btwna! ..
H. DE CAJ\lPOAl\1011.
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3450. SL CORREO DEL VALLE
LA VIEJA HILANDERA
1
Hay una extraña Yiejecita que hila
sentada al borde del camino.
Sus ojos tristes, de un azul ombrío,
fosforecen como un temlbor de
luna en el fondo de un pozo. Sn rueca
es de madera de sicomoro, y. on
grises los vellones que se de trenzan
lentamente desde el huso. Canta
una balada de estribillo harto Habido
que parece nuevo cuando lo entona
su voz antigua. y ibilina. Es
un ritornello penetrante ~- coufuso
como un rumor de olas que van y
,-ienen. Es siempre el mismo y siempre
diferente, y su manos proff.ticas
y misteriosas, us manos cloc tas
de sortílega, iguen tejiendo, ü>-
jiendo ... .. .
Y las estrellas y las flores , la voz
de las fuentes y el rumor del viento
cantan y se funden en la gama de
una misma armonía. De la alta torre
caen las horas, las horas ... Y caen
temblando como lág..-imas en'ei vacío
de la noche.
-Viejecita que hila. sentada al
borde del cammo : ¿Has visto á la
esperada de mi corazón ? Hns ojos
celestes y cá,ndidos . on radiante
como una gloria mística ; ::;u voz es
dulce como una música lejana. y . n
nombre es tan g-eJwroso que perftlma
mi labio al ;)ronunciarlo
Las hm·aH hu~·en, huycnpn melancólica
cabalgata. La ,-ipjecita no
re poude y us manoti pálidaR y
mortales, donde las finaR venas étzuladas
trazan una flora de enr-meiJO,
sus manos de dedos largos y esctHt·
!idos como lentas arañaf-1 melancúlicas,
van tejiendo la tela.
II
La luna mira á su. poures locos
con sus (·rucles ojos Yt'nle1-1 y muestra
una maligmt sont·isn funamlllllesca
como m1 em·i116n de CanHwal.
En las calleR azules de luna, las fip:u ras
totlo negms t n•nzan una Pxtraña
y absurda. zu rabu.nda., en la que
cada giro y cada tiempo parece tener
un oculto y solemne sentido de
rara liturgia. Pasan riendo y desaparecen
en seguida, y pasan otras
sombras iguale que tampoco vuel·
ven. Sus risas son una Yibrante algazara
de panderetas de plata. y
sobre todas triunfa una risa deángel
y diablesa encantada por una
boca femenina, maligna y banal, como
flo•· de cinismo. Nieztsche hubiera
dicho que era la perra ensualidad.
Los ba.ilariueA han dejado, al pasar,
una estela de perfumada frivolidad,
un rastro de beso y canciones.
Pero en los rostros borracho
de j 6 hilo había hue11a. de un hondo.
implacable y trágico dolor como si
·fuesen protagonistas de un sainete
sangriento.
-¡ Madre. Locum ! Prf.stame tu
escandalosa caperuzade cascabeles.
Míra lo triste de mi soledad, lo amargo
de mi cordura esperando á
esa amada incógnita que ha de venir,
que ha de venir ..... !y por la que
Ríento un amor profundo, misterioso
y magnífico como la muerte.
¡Madre Luna ! BPsame con tu rayo
verde y fatal, embriá.ga me de ese
ajenjo visionario que hace delit·lu á
los p;atoR, qtH hace soñar y rPít· á
los tristes bailarines del mundo.
La luna muda, con su gTan risa
estática, pnn•cp el ro tro amortajado
<10 un clown.
Ila.r una extraña \" Í<~eeitahilantlo
al borde del camino. Los grises \ 'E'·
llones de -cicndeu lentos desde el hn-
1-'0 que gint eternamente, y la · manos,
de dedos escuálidos y nuufileños,
como leutas arañas van tejiendo
la tela.
111
Las hon1s forman un eÍI·culo en
torno mío, y ginlll, pmutn, huyen
con un ritmo cspanLosamenteig·unl.
Sns ro;;iros son idl>ntil'os, sus vesiPs
y sus cantos unáninws, y al deslizurse
alzan un rumor hondo y melancólil
·o t·omo un g·ran río eaminnndo
hnc·in el mar.
-Deeidme, hermanas tristt•s y g:e-
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ÉL CORREO bEL VALLE 3451
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mela · : ¿ habéis Yisto á la esperada
de mi corazón ? Su cuerpo es blanco
y perfumado como la flor de la
acacia, y sus ojos radiantes como
un apoteosis.
A lo lejo : el camino hollado eR
una monótona cinta polvorienta,
in flores y sin fnentes, abrasada
por un sol implacable, extenuador
como una inmensa fiebre.
¡El can anciQ ... el hastío .. .la miseria!
El corazón ha llamado á toda
la puertas, ha preguntado á los a -
tros y á los lirios por ese gran inaccesible
que nunca llega, estrella por
lo que tiene ele ideal y lejana, diYina
mentira por lo que tiene de felicidad,
y mi alma, como un surtidor
todo música, ha cantado su nombre
por el mundo.
Ha;r una extraña Yiejecita tejiendo
al borde del camino ; canta una
balada milenaria y monótona como
un rumor de olas que van y vienen.
-¿ Qué tejes, inquietante Yiejecita,
~:;entada al borde del camino ?
Tu rostro parece de marfil antig·uo
v el ruido de tu rueca es sombrío
éomo una alegría.
Alzó la cabeza. Las cuencas hórridas
fosforecían como un temblor
de luna en el fondo de un pozo. y
me mostró una gTan tela gris, doloro
amente gris, implacablemente
gris, que era mi vida.
EMILIO CAHRERA.
En pos d.el ensuenc
De la tarde la luz, irisada
Nos e onvida á s urcar el espacio,
Del poniente en el mar de topacio,
De una nube en la barca rosada.
A esa barca saltemos apri a!
A ese copo de espuma, que vuela,
E l anhelo nos prcsla s u \'ela,
Y su remo in \'isihle la brisa.
~lirm·e m os la tumba clel Dia
Desde un n1a1· s in escollos ni o leaje,
Contemplando el rosado paisaje,
De un a vaga, sut il leja nia.
Llegaremos a ll á, donde encierra
La Verdad, el a•-cano profundo,
Do no lleguen los ecos del mundo,
Y sea un astro lejano la Tiena.
Al Dolor, le diremos que aguard e,
Y una tregua obtendremos de calma,
i\lientras va consagrauclo nuestra a lma,
La solemne quietud de la larde ......
Ya la harca tenemos al frente ,
( 'icrra un punto los ojos, y nllllO~.
Que es preciso que junto~ tendamos,
De los ojos cerrados el puente!
Oh ! ya estamos aniha, los remos
Sin recuerdos ni llauto ni pcuas.
Corleu ya la corriente serena,
Y a l Pais de los sueños boguemos!
.~l Jo' <~¡t ,Pojn. que lucha,
-Es la queja del mundo que llora !
Al dolor le dijimos que aguarde,
Y una tregua obtu,·imos de calma.
Dí, ¿no sient~s que ha ungido tu alma,
La solemne quietud de la tarde ?
Si me llora tu amor cuando muera,
Y te fijas en estos ponien~es,
La canción de las almas ausentes,
YtH~h·e a oír, séca el llanto y espera.
Ya el sol se hunde, la tarde se muere,
Y la sombras la Yan sepultando,
Y hay un eco que pasa cantando
Y que dice al pasar, .\liserere !
\' á la par que la e pesa negrura,
Del ol bona los 6ltimns rastros,
Nuestros sueño se truecan en astros,
De la noche en la cántara oscura !
DIEGO uRIRE. -------- ---- LUZ DE VER1\N0
Hoy el día. ha sido claro y enYuelto
todo él en una luz de Yerauo.
Sol ele oro y sombra azul. Por la ·
calles han pasado como risas de
boudacl trajes blancos y bocas roja
. Lo · árboles tienen ya su pleno
Yerdor, y la · silla y los veladores
ele los café<~ ~e ha11 ctesborclaclo sobre
las aceras.
erano ha llegado como un símbolo
de ideal que se hizo lujuria de
beso amante.
Y ahora que e no:!he, una noche
plácida, con bruma ue calor ,Y cielo
lumiposo, he pensado en tierra del
Sur y he pensado en tL ¡n·oyinciana.
Tendrá una frente aneha v azulina-
opulencia de oro ó \' iucle7.. de
ébano;-tus ojos, que tal Yez sean
azules por amor de mar, que quizás
sean negros por milagro ele carne
morena, sabrán de min:¡das larga
·, de éxtasis y crispamientos alegres.
Tendrás labios pan~ la ri"a.
para la canción y pal·a el ue o.
Serás alta., ondulante, y ahora en
estos días en que el sol gu:;ta como
nunca de la tierra, Ye ·tirás unos
trajes blanCO!' y entre los encajes SP
asomará la promesa rosa de tu piel.
1 'rus manos las sueño pulidas y con
hoyuelos, con uña cun-adas que
rasper. sin ruido las teclas del pia-no
en los \'alses g·alantes, y ·u blancura
ha de hacer bien en la roja ene u a
dernación ele un libro de \·erso~. en
la negrura del deYocionario y en la
policramía de un ramo ele flores.
Aca o tengas noYio, y acaso f-1
sea empleado y te llame loca en tus
. ·ilencio.·, en alg·uno de tus llantos
inesperarlos y sin moti,·o, ó en una
ri ·a inmotiYacla y sorprendente para
ocultar un rubor ó agradeeer un
gozo.
\'ivirás en una casa blanca de poca
altunt, con azotea florecida r1e
tiestos, y desde la cuu.l se \'erá el
mar y lo.· incendios del cielo en In~
horas bendita del cr púsculo.
l"na tcnclf'-Pll'ol encobrece Pn rojo
las torres de las igle::;ias; ponf' 1111
temblor de oro en las últimas nlmas
de los árboles, empuq.mra las
pnnt.as ele la \'ela latinas y sepa·
ralos aznle del cielo y del mnr '011
nn ra. gón íg·neo y nngriento-tc
llega la Yisita de nne, tra reYista.
(La costura níeYa sobre los tPstos.
Tu madre se ha tendido en la
mecedora y con los brazos enarcado::;
hacia el respaldo, piensa en do.
mésticos desYelos. Tu hprma na menor
se ha asomadc al balcón v recostada
de pecho:,; :,;obre el G,l.rundal
de hierro, charla y ríe t:on una
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EL CORREO DEL VALLE 3-!53
Yec-inn. l'nn~ npun~ vnntan canc-iotws
ingenua~ y antig:uas. Acaso
una ;.;ÍJPII1
Kio;.;eo. Oinh; misa clP doce siemJ>
l'E' en In misma i¡.¡:l<•,;ia, cnga íia ndo
tu impacieneiu de salir por entre la
clohle filn ele muchnchos conocidos.
'lus padres se abonarán al teatro
cuando la feria. Y <.>n la baranda de
la platea npoyaÍ·á. tu· brazo eng
·uautado~. y jugará~ con el abani('()
y lo~ g·enwlos de COJ1(·ha.
Y quizás en un clía inoiYi<.lable. ,-iHitando
1111 cañonero que Yeníaóiha
de ó á tierras preFenti'THEI'll (;Ó~IEZ
--------~----~-------- EL VALS AZUL
¡Con <¡uÍ' indecible ati facción
tomaban poco ú puco el café, oh ic)¡
ínclosc de la fiesta, como i, de
mutuo acuerdo, hubieran preferido
el placer de la soledad !
Luis y Julia habían bu ... cado el si
lencio ele aquel saloncito.
l n biombo chino, cli cretnmenle
dispue to, lospre Prvaha dcinoportuna
miradas, un enorme ramo de
violetas perfumaba el amh1ent y
entre tanto, en el a!(Jn, continuaba
el baile, hullicioso, dcshonlantc ele
alegrías y llega han hasta ellos las
notas dulcemente melodiosas del
\'al Azul. .....
*
Luis amaba úJulia, y la amaba
con delirio, con ese nmor sublime,
capaz ele todo sanificio, que e pl·i\'
Íiegio ele muy pocas almas. . .
\'pensando en su amor, se fOIJ e:::e amor, el único que
podría !le,·ar ese nombre en aquella
alma, sería para él solo.
Pero veía por otra parte un porYenir
espléndido para ella, que él no
podría darle. Enrique era realmente
un ca ballcro, la haría feliz y abría
rodearla de comodiía !'llfriado
en lasta itas niponas, _, en
el salún se ext.ingnía11 las úll:inws
notas clukcmentc melodiosa tlcl
Vals Azul .........
CnESCENClO ÜAL\'ÁN Y GoNZ.~LEZ.
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EL CORREO DEL VALLE 13455
SUELT0S
o.;n lud n m u_r rz lentnmente tí s 11s eoJn/;
ornrlores .'' amigos y le. desea
¡Jrospcridnclcs en el
UEVO AÑO
Nos complacemos en pre~
cnUu· nt:cstra cordial bienvenida
n 1 scño r Gcncml E mesto Horrero,
Sec retario de In strucción
Pú hlica el el Ikpa da m nto, á sn
apreciH hk cspo. a cloña Filomena
y á sn encantac!ot·a hija
Clem 'ncia.
Alcalde Municipal.- Ha
sido aceptada la renuncia que
ele dicho puesto presentó el punclonoroso
caballero clon Ezcc¡
n icl Gamboa. Sensible que la
sociedacl de Cali, se prive de nn
empknclo ele lns aptitudes del
scilor (;amhoa ií quien debe
queclarlc ln íntima sa li. facción
de lwhlt cu mpliclo ho nradamente
Caíns Iercaclo
f2., don José Angel Capnrro,
don Arcesio (;om~:í lc z v don Libot
·io II n rtaclo ; ele Cisne ro.,
c~on Lisandro A. Jiménez y de
PopayÍin, clon l\[iguel Angel
Lazada, Sce¡·ei.ario General de
la Gobernación.
Para Bogotá, ha partido el
señor General Joaquín Caieedo
Albán.
Ascensos.-E 1 Ilustrísimo
señor Arzobispo de Popayán
ha hecho los siguientes:
Tesorero Dignidad, Presbíte
ro Adolfo Perea, Vicario General.
Doctrinal, Presbítero Manuel
M. 1\ialo.
Primer Porcionero, Presbítero
Jesús M. Cadavid.
Prebendados, Presbíteros
Uladi lao González C., Cesáreo
Caicedo y Alcides Falla.
En el próximo número de
El Correo del Yalle, pn hlicaremos
el retrato de una señorita
caleña.
De nuestro estimable colega
e! Correo del Cauca, reproducimos
las siguientes Hneas por
estar identificados nosotros en
las misma. ideas:
"El E'·ang-elio clice CJUe nadie es
profetn en su patria ni en sn casa.
Por nue tros c·anjes de Popayán
hemos sabido que las señorita Córdohas
que dirigían en e a ciudad la
Escuela ormal de Institutoras,
han sido llamadas por el Gobierno
cu1:1toriano para encargarlas deuu
Colegio en Quito, lo que demuestra
la iclonei
Citación recomendada (normas APA)
"El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 315", -:-, 1908. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686382/), el día 2025-08-17.