EL HOGAR CATDLICD
Se publica baJO la direcc1ón del Presbítero Celso Forero Nieto, Prebendado .
de la Santa Catedral-Basílica
"Nada, ni un pensamzimlo, para la política. Todo, hasfa el último aliento,
para la Religión." /
Serie 5." 1 :Bogotá. (República. de ~ Colombia.J. Octubre e de 1911 1 Número44
LA COLONIZACION
y evangelización del Caquetá
y Putumayo
"Por ley de la naturaleza, dice el
inmortal León X III en su Encíclica
Sapientce Cristiance, estamos obligados
á amar especialme.nte y defender
la sociedad en que hemos nacido, de
tal manera que todo buen ciudadano
debe estar pronto á arrostrar hasta la
muerte misma por su patria," porque
"el amor sobrenatural de la Iglesia
y el que naturalmente se debe á la
patria son dos amores que proceden
del mismo eterno principio, puesto
que de entn~mbos es causa y autor
el mismo Dios ; de donde se sigue que
no puede haber oposición entre ellos."
Esta doctrina, inculcada siempre
por la Iglesia católica, ha hecho que
en todos los siglos Jos mejores ciudadanos
en cada paíl'l hay,an sido los
más fieles observantes de la ley evangélica,
porque al dar á Dios lo que es
de Dios y al César lo que es del César,
han sabido dar también á la patria
lo que le corresponde, d efendiendo
en toda ocasión sus derechos y aun
sacrificándose por ella.
Si entre nosotros se hubiera oído
siempre, por gobernantes .Y gebernados,
la voz de los Pastores de la Iglesia,
muy otra hubiera sido la suerte
de nuestro país: se habrían evitado
las guerras sangrientas que todo lo
han cubierto de desolación, en los diversos
gremios sociales se habría conservado
aquella alta moralidad que
lánto los distinguió en otro tiempo,
y el imperio de la , justicia habría
sentado sus reales en todas partes, engrandeciendo
la Nación.
Sin ir muy lejos y ciñéndonos sólo á
á la Arquidiócesis Primada, nos bastaría
revisar, aunque fuera de paso, lo
que es másconocido entre los múltiples
actos del Ilmo. y Revdmo. Sr. Herrera,
relacionados con la paz pública y
el bien es tar· material y social de Colombia,
para apreciar su patriótica á
la vez que evangélica labor.
En los momentos actuales ha acogido
y patrocinado con grande entusiasmo
una obra que, SI llega á reali- .
zarse, no serán de difícil solución los
conflictos que de tiempo atrás han
venido lastimando en sus fibras más
delicadas el sentimiento patrio, por
los atropellos, exacciones, etc., con
que el Perú ha querido arrebatarnos
lo que de derecho nos pertenece.
La Conferencia Episcopal, que se
reunió ahora tres años en esta ciudad,
se ocupó especialmente en la¡ catequización
ó evangelización de las tribus
bárbaras que vagan aún por nuestras selvas,
y el Excmo. Sr. Delegado
Apostólico, con aquel interés por
nuestra patria que tánto lo distingue,
no ha cesado de prestar brazo fuerte
á esta obra. Aprobado por la Santa
Sede, con elogio, primero, el Acuerdo
de la Conferencia sobre Misiones, y
posteriormente todos los trabajos de
esa ilustre Asamblea, el Ilustrísimo· y
Revdmo. Sr. Arzobispo creó en Marz()
último la ÜBRA DE LAS MISIONES EN
CoLOMBIA, y en seguida constituyó la
Junta Arquidiocesan1a Nacional que
debe darle vida, para lo cual se ha
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CA TOLICO
puesto ya en comunicación con todos
los Prelados del país. .
La ciudad entera ha visto el interés
con que el mismo Ilmo. Prelado invitó
para la famosa Conferencia del
mércoles último en la Catedral, promovida
por él mismo para el desarrollo
dt>l plan de colonización y evangelización
de las extensas . regiones del
Caquetá y Putumayo, por ser este el
medio más eficaz de ase~urarlas para
Colombia.
Quiera el Cielo que esta obra grandiosa,
en la que vibran con ecos unísooos
así el amor á la Religión como á
]a Patria, sea acogida por todos con el
entusiasmo que merece, para lo cual
creemos contribuirá no pow la exposición
del R. P. Fr. Fidel de Montclar
que reproducimos á continuación, y la
hermosa C(mferencia del insigne orador
sagrado, Canónigo Dr. D. F. J.
Zaldúa.
Bogotá, I I de Septiembre de I9I I
Muy ilustre señor doctor don Francisco Javier
Zaldúa, Canónigo de la Santa Iglesia Cate·
dral de Bogotá, Presidente de la Junta Ar.
quidiocesana Nacional de las Misiones de
Colombia-E. S. C.
En toda empresa n oble y gloriosa ha ocupado
la Ig· Iesia siempre un puesto de honor.
Hoy que el se ntimie nto patrio, cual chispa
eléctrica, ha cruzado de uno á otro confín e l
ámbito d e la R e pública, encendiendo en el
corazón de t odos los col ombianos el fu ego sagrado
d e la patria, m e permito dirigirme á
esa honorable Junta, y por su acreditado conducto
al Ilmo. y R cvdmo. Sr. Arzobispo Primado
de CÓ!ombia, para inter esarte en un
proyectq de a l tí s ima si~nifica ción y suma
trasce nde ncia en lo s críticos a ctuales momentos
.
Co lomb ia no podt'á defender el rico territ ori
o del Caquetá y Putumayo , si no Jo co loniza,
puebla y civi li za. ConvPncid os los mis ioneros
d e esta importantís ima verd ad, h ace
tres años trab <1jácu os incansables e n la aper tura
d e un camino que com unique ar¡ue ll a
dilll tadís irna región con el res to del pa ís .
Co mo complemento de esta obra t rascend entat
e xpuse a l Excmo . Sr. Delegado Apostóli c
o r¡uc d esea ba presentar al Gobierno un proyecLO
ele Coloni z ac ión. Su Ex-:el encia uo sól o
a probó mi pl a n, ~ io n que me indicó ta mb ién
ser muy conforme con las ideas que en diferentes
ocas io cJes habí' em iti do s obre e l mismo
asu nto. Como verá, pues, se trata p or de
pron t o de fundar con rami lia s nac io nales u n a
eoloni« en el Putun.ayo, en un punto dond e
el río es nnvegable, y ha sta donde debe proloog
·arse el camino que estamos con s truy
en do.
E l proy ecto ha m e recido benévola acogida
d e parte d e l Gobieru o, y abr igo fundadas esper
anzas que se le prestará a tención prefer
e nte desde el mom e nto que lo patrocina el
E xc mo. Sr. Delegado Apos tólico. La col onia
se co nv ertirá muy pronto en una ciudad que
será la base d e las o peracio nes de Colombia
e n a qurl h ermoso territori o y ba lua rte contra
llls agrci s oo cs de v e c inos ambici osos, y además,
un medio muy p oderoso pa ra la cateqCJiz
ar·ióo de táotos infieles como v agan p or
·aquell as selvr. s.
El clf\ r o co lombiano, tao entus ia sta siempre
p .r las g lorias y hon or de la patria, dará
una oot H ele intenso patriotismo e ncabezando
una suscr i pc ión pnra tan nobl e objeto. La
Ig·lf\, ia, que· ti e mpo h á , por medi o de las misione-;,
h a s ido la m ás acér ri ma defensora de
los d " rechos de Colombia en aquella región,
acrr dita rá una v ez más que no es ind iferente
á Jos info,'luni os de la p:1tria si loma la inicia
ti va en un proyecto de tan ca pital importanc
ia .
La Iglesia podría i nteresa r á todas las cla-
. ses d e Ja soc iedad, n ombrar J uot¡¡s y eslablec(\
r c r n t r os en tod as las ciudades y pueblos.
de la R e púLiica para reco lectar fo ndos y hacer
sur g- ir , como p or e nsa lmo, un n ciudad
en las riber as del Pulumayo.
H oy es ya un hecho la apertur a del camino
al Putumayo, que comenzamos y pr oseg-
u imos los mi s ioneros capuchi n os, com o tambié
n del qu e d irig e el Ge neral Mantos, de Guadal
u pe á Fl oc·e nc ia y Caquetá ; pues el Gobi
erno manifiesta d ecidido interés p or aquell
as importantísimas vías, y no es de pres
umir fa ltr n !Js recurso s n ecesarios para
ll eva rlos á feliz término. Secundar la o bra
de l Gobierno eu la patriótica labor de civilizar
e l Caquetá y Putumay o, y asegurnr por
este n•edi o la soberanía de l a República en
aquella r egión, ha de ser el mayor timbre de·
g lo ria par n la Ig lesi a e n Co lombia.
¡ Quiera Dios que mis humildes conce ptos
encuPnti'C n bené vola acogida en los miembros
de esa honorable Ju nta, que Usía tan dignamente
p r esid e, y mueva e l ánimo de nuestro
amacl ís imo Primado, que tántas pruebas h a
dado de amor á las almas é i nterés por e l hono
r· y eng-ra ndec i m ien to d e la p a tria!
Di o ~ gua r·de á Usía muchos años .
Fn. F mEL nE MoNTCLAI\
P refecto Apostóli co
UN GRAN NOVELISTA CATOLICO
Para qui e n sig ue con inte rés el movimiento
de la literatura francesa con te m·
porán ea , es vis ible que, no ya sólo en la
crítica, con Brunetiere, Faguet, Doumic~
Giraud y otros, sino también en la novela,
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EL HOGAR CA TOLICO 373
se ace ntú a una tendencia muy m a r cada y
saludable, por vía de r eacción contra el
monstruoso naturalism o, que allí hi zo verdadero
estrago. A eje m p lo de fi o ur get,
sobre todo en sus admirables obras d ,~ los
últimos quince años, se h a formad ' una
pléyade d e nove li stas que, volvie ndu ¡.¡o r
los fu e r os sociales no menos qu e p J r los
de la literatura, h a n ennoblecido el que
el mismo Bourget califi ca de arte e l más
rico, :el m ás noble, el m ás c om f.J ie tu de
todos, con prod uc ciones de vivo inte rés y
de expresión litera ria i rre p r ochable, al
par que de grande e levació n m oral.
No a sí en el t ea tro, en e l cual, salvo algunas
e xcepcion es, parece d omina r lo que
muy bien ha llamado René D o umi c, e n un
reciente artículo de la R evue des Deux
Mondes ," El Teatro b r utal. " En él, como
lo hace notar el ilu stre acad é mic o, los ar.
gum entos, los lu gares, los personajes, los
sentimi entos, la a c ción dramática y e l diá.
logo, todo ti e ne un a misma ma rca, la de
cierta irritante brutalidad, de que no escapan
ni aun las piezas consid e radas como
inocente s y destinadas á las familias. Esta
"crisis de la inmoralidad" en el t ea tro,
consiste en presentar todas las cosas bajo
un falso aspecto, en tomar como héroes
los más abominables ejemplares de la especie
humana, en exaltar como otras tántas
virtudes las más funestas pasiones.
Aun cue.ndo la humanidad degradada presenta
tipos reales de perversión increíble,
y á pesar de que la vida del hombre es
una con t inua lucha entre los buenos y los
malos instintos, hay también numerosas
individualidades que, por la nobleza de su
alma, por la pureza de sus sentimientos,
por su inalterable rec;;titud, por su poder
para el sacrificio y la abnegación, realza n
la naturaleza humana y prue ban la existencia
d e l Bién, viviéndolo, y la de la Virtud,
practicándola.
Este hermoso aspecto de la vida, que
conforta y eleva, es el que se h an propuesto
poner de r eli e ve el grupo de distinguidos
nove listas á que atrás hemos
aludido. E ntre ellos, e ntre lo que en Francia
llaman " la joven escuela tradicional,"
descuella M. Henry Bordeaux, joven abogado
(r), no sólo de ·profundos conocimientos
e n su noble profesión, sino de cultura
literaria y filosófica muy intensa,
como lo revela su sólida, fecunda y varia-
( 1) Nac ió en 1870.
da producción artística, ya en la no vela,
ya en libros sobre viajes, en el drama ~ en
la crítica y sobre dise rtaciones históricas.
Distíngue se el eminente noveli sta por
un profundo amor á su provincia, á su país
natal, como titula una d e su s primeras
obras. Las descripciones d e la natum leza
y de las costumbres locales, aparece n en
todas sus pá gi nas con int e n ~o colorido. El
autor, á fuerza de sentir aqu ella vida, se
identifica con ella, p e r so nifi cá ndola y ha.
ci é~do la grandemente simpática y ama.
ble.
Como la de todos los escritores que tra.
bajan en lo que se ha d en o minad o " la literatura
de ideas, " la obra de M. Bord
e aux se propone d espe rtar y arrai g ar los
sentimientos de la fa milia c ristiana, como
base fundamental d e la soci edad civil. Sobre
este tema versan e n el fondo las admirables
novelas la Peur de vivre, les Yeu.x
qui s' ouv renl, les R oqu evz'llard y otras más,
publicadas en los últimos a ños.
El lema del autor puede compendiarse
en estas frases, de su ruidosa é interes an.
te novela les R oq uevillard: "N hay destino
individual hermoso; la grandeza no
es posible sino en la servidumbre . Cada
cual debe servir á su familia, á s u patriá,
á la ciencia, á un ideal, á Dios." Del conjunto
de toda la obra de M . Bordeaux,
que se desarrolla co n admirable esp{ritu
de unidad, se d estaca aquel pensamiento
dominante y capital. Por eso su lectura,
no sólo es amena sino extrao rdinariame nte
sugestiva, de hondas y consoladoras enseñanzas.
La índole del simpático per iÓdic o en que
aparecen estas lín eas, no p e rmite e x tensas
di sertacion e s sobr e esta clase de asuntos.
Forzoso nos es, por tanto, limitarnos
á los breves conceptos que preceden sobre
obra tan v a st a com9 la del gran escritor
á quie n aludimos. ·
Ellos e ran necesarios, sin embargo, para
ll amar la ate n ción á las sigui e ntes hermosas
páginas insertadas p o r M . Bordeaux,
con otras varias nove la s cortas, e n el precioso
volumen Carne/ d'un Stagia1're , qu e se
publicó en el mes de Juni o último . lJel
bello relato El camz'no de R oslandz'a, r1ue
hoy traducimos para" EL HoG •.R CATÓ Lr co,
" M. Bordeaux ha sacé\do su conmove-dor
drama El médz'co de al dea. .
'El camzno de Roslandz'a es u n epis'odio
hondamente sentido, qu1e to ca las fibras
más sensibles del corazón . y reconforta
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"' 374 EL HOGAR CA TOLICO
grandemente, mostrando qué especie de
augusta serenidad embarga el alma cuando,
resignados, aceptamos aquellos miste.
riosos golpes que la Providencia nos envía,
para ha : ernos avanzar rápidamente en
los caminos de la perfección y del amor
infinitos ....
ANTONIO ]osi URIBE
Bogotá, S e ptiembre 10 de 1911
EL CAMINO DE ROSLANDIA
( T rad u cción de A. J. U.)
1
En el di ntel de la puerta, el doctor
Brunoy, qu e despedía á sus dos colegas,
les preguntó por última vez, con voz su.
plicante:
-Luego .. ¿no tiene remedio?
Los dos médicos se miraron como para
ponerse recíprocamente por testigos de
la inutilida d de semejante pregunta, y el
de más edad respondió con paciencia :
-Hemos practicado dos inyecciones
de suero, sin resultado. Nada podemos
hacer ya, amigo mío.
-Nada más... ¿Creéis que el niño
viva much o ti~mpo aún?
-¿ Mucho tiempo ? · repitió el más jo-ven
con sorpresa, casi con ironía.
-Quiero decir, algunas horas.
-Algunas horas, sí, quizá.
-Esto jamás se sabe, agregó el pri ·
mero, á quien la experiencia había hecho
más circunspecto. En todo caso, ami go
mío, no sufrirá nada.
-Gracias, señores, por haber venido
desde tan lejos, murmuró el doctor Brunoy,
mientras que sus dos colegas se instalaban,
bajo calientes cobertores, en -el
trineo que les aguardaba.
Uno de ellos sacó el reloj para calcular
la hora en que lleg-arían á la ciudad,
pues era la víspera de Navidad, fiesta fa.
miliar que exige la presencia de todos
en el hogar. Las mulas, sintiendo las
bridas, se animaron y se pusieron en
marcha al galope . Desde el 'dintel, el
doctor Brunoy, inmóvil, helado, oyó por
algunos instantes el ruido regular de los
cascabeles; sobre aquel camino de nieve
el trineo desaparecía, llevándose su última
esperanza.
Entró en su cuarto de trabajo sin ver
á su mujer, que velaba cerca del niño moribundo.
AlU hojeó apresuradamente va·
rios libros, los arrojó luégo y trató de re- .
cogerse para arrancar á su ciencia una ,
idea, un secrero. El día declinaba ya. Por
una de las ventanas el doctor veía de un
lado la vieja aldea de Beaufort, con sus
casas de torrecillas, sus estrechas calle·
juelas, el puente sobre el Doron; y de
otro lado, el paisaje severo, una colina de
abetos cubierta de escarcha. ¿Qué habla
venido á hacér él en aquel oculto cantón
de Saboya, estrecho valle ahogado por las
montañas? En breves instantes, como
sucede en las circunstancias trágicas en
que la vida afluye al cerebro, resumió sus
últimos años. La necesidad había dominado
su vida. ¿No es ella la que domina
la mayor parte de los vida s humanas?
Habi éndose casado mu y joven y sin fortuna,
despu és de sólidos estudios d e me·
dicina, no había podido aguardar, en una
gran ciudad, la clientela, que no se adquiere
sino lentamente. H acía diez años
que el cantón de Beaufort estaba abandonado
por los médicos, pues ninguno
quería ir á sepultar su juve ntud en un rineón
de clima rudo, en donde los prolongados
inviernos no eran compensados por
la belleza de efímeros estíos, habitado
por gentes labori.osas y honradas pero
hurañas é incultas. En vano la Municipalida.:
l había ofrecido subvencione s con el
objeto de poner coto á la mortalidad infantil.
Esta subvención, la falta de concurrentes
y las comodidades de la existencia
material, habían determinado al
doctor Brunoy á instalarse allí. Se le acogió
como á un verdadero salvador; y un
año más tarde é l amaba aquel país como
á su tierra natal. Adriana, su mujer, que
no gustaba del mundo, se entusiasmaba
allí y cantaba todo el día. Habían tenido
un niñ o, un hermoso y robusto chi cuel o.
El doctor apreciabá. los resultados rápidos
de su obra: no había una ald ea ni
una cabaña en donde no hubiese conjurado
alguna desgracia. En aquel lugar
abundan los niños, pero mueren muy frecuentemente,
por falta de higiene, de cuidados,
por ignorancia de preservativos,
de Jos medios que constituyen el ·triunfo
de las madres. El doctor se dedicó á difundir
esta instrucción maternal, á salvar
de la muerte aquellas tiernas víctimas,
tan fáciles de atacar y tan poco resis·
ten tes.
¡ Cuán mal le recompensaba la suerte
aquella- abnegación de cuatro años 1 Su
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EL HOGAR CA TOLICO 375
-------------------------~------------------_:
propio hijo, Juanito, había sido también
at¡lcado de difteria. Así como había curado
muchos otros niños, con el suero
Roux y por medio de la traqueotomía,
esperaba curar tambiéfl el suyo. Empero,
el croup se había declarado, en una ausencia
profesional del doctor, con la rapidez
del rayo : la voz enronquecida se
había apagado poco á poco; ' la tos no
tardó en extinguirse; la respiración se
convirtió en un silbido, y los accesos de
sofocación se multiplicaron. ¡Qué ,regreso
el suyo 1 Viniendo de lejos, cubierto
de nieve, se había detenido en una tienda
de la aldea á comprar juguetes de
Navidad para Juan; adquirió un caballito
de madera y una corneta ; reía solo
pensando en su hogar, en la luz clara, la
sopa caliente, en el reposo de la noche.
"¡Por fin !-habla exclamado su mujer,
muy pálida, al verle.-¿ Qué hay? V én
pronto : se trata de Juan." Inmediatamente
comprendió la gravedad del mal é intentó
una medicación enérgica. Al día siguiente,
en vista del ningún éxito, envió
á Alberville, la ciudad más próxima, un
vecino para llamar do s de sus colegas á
quienes deseaba consultar. Como de Alberville
á Beaufort se gastan cuatro horas,
los médicos no habían podido llegar
sino al medio día, y ello para manifestar
su impotencia. No había más que espe.
rar ... ¿esperar qué ... ?
El doctor volvió al cuarto de! e nfermo.
Adriana acariciaba la mano de su hijo,
se inclinaba hacia él, le miraba y le hablaba
de cuándo en cuándo. Sobre el Jecho
permanecían la corneta y el caballito
de palo, desdeñados. Se le habÍa
anticipado la Navidad, pero el enfermo no
se daba cue:1ta de ello. Al sentir su marido,
Adriana tornó á mirarle, y, adivi.
nándolo todo, preguntóle : ·
-¿Qué han dicho? To :lo ha concluí·
do, ¿no es cierto ? ·
El repitió las palabras del viejo doctor :
-Esto no se sabe jamás.
-¿Qué debemos hacer?
-Nada .. Aguardar.
Se sentó enfrente de ella, d e l lado
opuesto del lecho. Juanito, muy fa tigado,
casi sin fiebre, se extinguía suave mente, ·
como si todas las funciones se d ebilitase n.
A veces . levantaba lentamente los párpados,
miraba sin ver con sus ojos inocentes,
ignorantes, que no denunciaban
ningún temor. Parecía una cosita tan pe-queña,
de tan poca importancia, que era
inexplicable por qué la muerte le cogía
para sí. Los accesos de sofocación,, más
y más frecuentes, le despedazaban el pecho.
Después de cada uno de ellos, el padre
y la madre expiaban con ansiedad el
aliento ligero, apenas perceptible, que
anunciaba la frágil continuación de la
vida. Allí permanecerían hasta el último
instante, inertes, mudos, en agonía.
Pronto anocheció, com o sucede en
aquella brumosa época del año.
Adriana se levantó co:-~ grande esfuerzo,
-¿A dónde vas? le p r·· guntó su marido.
· -A encender la lámpara.
-¿Para qué?
-Para verlo vivir, mi entras viva ...
Y á la luz de la lámpara, á la cual le bajaron
la pantalla, recobraron sus puestos.
II
A las seis, Marieta, la sirvi enta, abrió
la puerta con precaucion, y dijo á su
amo :
-Es un hombre de R osl.'! ndia qu e desea
hablar al señor.
Roslandia es una a ld :a di ;, tante diez
kilómetros de Beaufort, d>:! l lado opuesto
de una floresta de pino :. que atraviesan
el Doron y el camino.
-No quiero ver á na.ii >:! , Marieta . Despídele.
Mome ntos después r tc g : esó la criada.
-Rehusa partir. DH.: <~ que! necesita
precisamente hablar co :1 e l señor.
El do:tor 'Brunoy se decidió á despedir
él mismo al importuno. Era un aldeano
que, tenaz, se cal e ntaba en la cocina.
La nieve que cubría su b lusa se derretía
y le caía en tajeas po r las espaldas.
Miró á su huésped, mostrando tJna figura
de aspecto enfiaqu ~c ido, co n una gran
barba gris y ojos de animal espantado.
-Eres tú, Rivaz, ¿qué qu ie res 'f
-Mi chico se ah oga.
-Ah ! dijo el doctor, iré ma ñana muy
temprano.
El hombre sacudió la r. ,1beza.
-Sin ti, no pasará. la noch e .
-PP. ro mi hi jito se h alla t ambién mo-ribundo.
Esta n oche no puedo ir.
Los dos hombre s s e miraro n, cada
cua l e ncerrándose en su d esgr acia.
-Esto es, replicó al fin R ivaz. Tú curarás
el tuyo, el mío no.
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EL HOGAR CATOLJCO·
-=-¡ Oh 1 el mío ... e l mío .. .
D e nuevo r e inó co mpleto silenciú, y
nuevamente lo ro m l-' ió el aldeano, di.
ciendo :
..:.__El mío no está perdido aún . Le tuve
siendo ya viejo : no te ndré más .
_:_Mañana, muy te mprano, iré, te lo
pro me to.
.:... Demasiado tarde.
-Déjame cerrar. los ojos de mi hijito.
A media noche quizá.
-Si nada puedes hacer aquf... se
atrevió á insinuar el aldeano.
Al oír estas palabras, se irritó el doetor~
-Si nada puedo hacer aquí... ¿Qué
sabes tú de eso? El niño vive todavía .
Y mientras vin, no me iré, óyelo bien .
El hombre dobló su fieltro con ambas
manos, vaciló, y Juégo se dirigió á la
puerta.
-De esto resultarán dos muertos, murmuró
para sí, pero sin cólera, como quien
acepta lo inevitable.
-Aguárdate, dijo M.· Brunoy. ¿Tose
sin descanso ó á intervalos? Con ronquidos,
¿ no es cierto ?
-Mucho al principio, después menos.
¿ Es buen síntoma ! .
-No .. . No puedo dejar á mi hij o , sab
es? . .. ¿ Cómo respira ?
-Con silbido, y de repente le ataca
la garga'nta, se ahoga.
-Como Juan a y er tarde .. .. Es imposi-ble,
no me e x ijas que vaya .... ¿Se ahoga
frecuentemente ?
-Casi.
- ¡ Ah! Pobre amigo, te compade zco!
-¡ Está perdido ! Mucho me lo temía.
-No precisamente. Es cuestión de
horas .... y de suerte. Aún se pueden e n .
s ayar las inyecciones de suero, y en caso
de asfix ia , la traqueotomía y los. tubos.
El aldeano resumió con una sola frase
este debate :
-Nada puedes por el tuyo. Algo pued
es hacer por el mfo.
- E l Dr. Brunoy le miró con ojos de
espanto, y luégo le dijo con firmeza :
- Aguárdame, Me voy contigo .
Entró al cuarto: el niño r e spiraba apenas
; esta b a tan pálido, que parecía que
no tuviese una g ota de sangre.
-Escúcha, Adriana. Es necesario ha-cerle
respirar este pomo, de cuándo en
cuándo. Es lo único que hay que hacerle .
-¿Por qué me dices eso!
-Porque me voy.
-¿Tú, y ·esta n o ch e?
-El 'chico Ri va z está muriénd.,se en
Roslandia. Quizá ll e gu e yo á tiempo .
- -¿ Y el nu és tro ?
-La vida del nu és tro no está ya en
manos d e Jos hombres. Tú pued es cuidarlo
tan bi e n como yo .
-No nos abandones .
-Debo hace rlo.
Ella se incorporó al bord e del lecho,
como una loba q ue defi ende su prol e :
-Tú no quie res á tu hijo; no quieres
á tu mujer. Véte .
-Amiga mía, replicó él c o n dolor, y
as!, sin ser comprendido, se inclinó sobre
el niño, sintió su mejilla tibia t oda vía, á
pesar del tinte d e cera, y rápidamente,
sin mirar atrás, por temor de perder la
voluntad,. huyó del cuarto.
III
En el trine o no cambiaron una sola palabra.
Riva z sacudía las r ie ndas de su
mula fatigada, cuyas h e rraduras se hun.
dfan en la ni e ve fresca. El doctor, con su
estuche en la mano izquierda, recogía
sobre las piernas, con un movimi e nto maquinal
de la mano derecha, e l c obertor
que se deslizaba. El cam in o a t raviesa
una garganta obstruida e n parte por pinos
centenarios. En e l fon do se oye el
Doran. Las linternas apenas sí iluminaban
las orillas del camino: á rboles, rocas,
y á veces el torrente .
El trineo se detuvo delante de una casa:
aislada . Sin duda se hablan oído Jos
cascabeles, porque la pu e r t a se abrió, y
una mujer que t enia cuidado same nte una
lámpara, apareció en e l di nte l.
-¿Vie n e ahí el docto r ? Preguntó.
-S f.
Ella dio un grito de sal vación y precedió
á los dos hombr es en e l cuarto en
donde el n iño roncaba.
Tres cuarto s de hora d es pués, e l doctor
guardaba su s in s trum entos y s e pre paraba
á partir.
- ¿Se ha salvad o, n o e s cierto? . .dijo
la muj e r .
-Creo q ue sí. Volve ré mañan a .
-¿ Y q ui e res r egresar esta noche!
preguntó Ri vai.
-Inmediatamente.
-Es que la mula ~stá fatigada.
Una vez tranquilizado respecto del niño,
el hombre pensaba naturalmente en su
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Et HOGAR CATOUCO' 377 ---------------- ---;------------'--------~-
.animal. Muy conmovido, !.in t-mbarg-o •
buscó una moneda de oru qu l" );(" unda.ba
-en reserva, y quiso ·larla a l mé li •: o Con
.gran admiración suya, é>t e re hu , ú :
· -No, amigo mio. 1\adie J!> Od l ia f-•a g a r
me mi viaje de e~ta noch , subyu ga d a. f·Je á apoyarse en
él, con la intuici ón d é que allí encontrad~
la fu e r za que le f;, ltaba. e l valo r para vivir
y q uizá para amar aún' la vida ...
H é aq uí lo que e l docto r Brunóy encontró
e n e l camino de R ~s de la decadencia de España. Tál
se afirmó no h á mucho en esta ciudad,
ante respetable concurrencia y á la faz
de un pueblo católico por tradición y por
convencimiento. Trataremos este asunto
e n próxima ocasión.
E. A. B.
ODA A ITALIA
CO>lO CUN A. DEL FU:-IDAD OI\ SALESI.I.NO .
" . ... V eé!.~ l~ mura e g li archi
E l e colonne e i simulllcri e l'erme
Torrí d eg li a vi voliltri."
De sde niño venero
La itálica región, tierra fecunda
Que d e asombro ha ll e nado al mundo entero
Y cual so l v e rdadero
De su m ági ca luz todo lo inunda.
Cuánto es allí subli me!
El mártir, el filósofo y el sabio
Y el Capitán que á Libe1·tad r e~im e
Del yugo que la opn_m e,
A quien é pico loo r tributa el labto.
Es itali ano Dante
Y León el Magno que subyuga ~ Atila ;
Pedro el Lombardo, del sabe1· g1gante,
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EL HOGAR CA TOLICO 379
Con pluma de diamante
Las sentencias católicas compila ( 1 ).
Con siempre egregia fama
El gran Doctor de Aquino ilustra al mundo.
Brilló en su siglo cual celeste llama
Y hoy la ciencia le aclama
Filósofo y maestro sin segundo.
Y eres también del Lacio
Tú, Juan Fidanza, que, en amor divino
Siempre abrasado, al celestial palacio,
Por no soñado espacio
Enseñas á los hombres el camino (2).
Aquel suelo festeja
La prodigiosa cuna de Francisco,
Que fiel conduce la pe.r dida oveja ,
Con amor y sin queja,
Del Eterno P astor al grande aprisc.u.
En Albero ia sagr ado,
Do le so nrieron vívidas auroras,
En éxtasis sublime arrebatad o,
Un serafín alado
Imprimióle las llagas redentoras.
En la Marca de A ncona
Que el Adri át ico mar risueño halaga,
Un querido santuario alto pregona
Que-con áurea corona
La firme fe de un pueblo el cielo paga.
Allí es tá el hogar s anto
De Nazareth llevado por el viento ( 3);
El alma siente en él célico encanto,
Y ante prodigio tánto
De la fe se avi gora el sentimiento.
En el campo del arte
Tienes, Italia, incomparab le nombre,
Y Miguel Angel lleva el estandarte
P ara siempre ensalzarle
Y que el murtal de tu poder se asombre.
Si fuera mi deseo
De otras glorias del Lacio ha ~er pintura,
Hablara de Hildebrando y Galileo,
A quien ruin clamoreo
Sometido declara á cru e l tortura.
Recordara de R oma
Que á los Césares alza arcos triunfal!'ls,
Y cómo su poder ínclito doma
· P or doquiera que asoma
El fulgor de sus armas imperiales.
(1) La obra de este sabio Libri smlmtiarum IV,
es un excelente rep ertorio de las máximas de loa
Padres sobre los puntos más importantes· de la
ciencia cristiana. Fue el li bro clasico de la Edad
Media y el más leído y comentado en tonces, fuéra
de la Santa Escritura.
(2) El Seráfico Doctor San Buenaventura es el
autor de la celebrada ob ra llirurarium mNtlis ad
Dttfm, cuyo objeto exclusivo consiste en explicar
la ascensi ón del alma hacia su Creador.
(3) Alúdese á la Santa Casa de María, trans·
portada por los ángeles de Nazareth á Dalmacia
en 1291 y de alli á Italia en 1294, donde hace
seis siglos que es venerada en Loreto.
Cuántas sabias lecciones
Guardas, Italia, en tus despojos mismns !
E!los dan a l poeta insp iraciones,
Y á muchos corazon es
De d olor y de llanto han sido abismos ( 1)
Mas grave error sería
De l Romano Pontífice el olvido. ·
U surpólc su trono saña impía,
Y no ha brillad o día
Sin que el orbe á sus pies no esté rendido,
Con qué p otente mano
El Maestro a ctual de la Verdad eterna
Hace pedazos de este siglo vano
El error soberano ,
Que el sello lleva de h erejía nooderna !
De tierra tal oriundo,
Pa ra brillar entre grandeza tánta,
Debías, oh Bosco, crear en este mund()
Un idea l fecundo,
Que á los hombres d e lo ínfimo levanta.
Al niño sin consuelo
Acoge r en tus brazos amoroso
Fue de tu vida el inspirado anhelo,
Y en premio de tu celo
Concedióte el Señor s u inmortal gozo.
Nada a l genio resiste,
Pues la lumbre de lo Alto e n él fulgura.
P or eso todo obstáculo venciste
Y en toda parte exis te
La estupenda labor d e tu ternura.
GABRIEL ROSAS
Los milagros eucarísticos
deLourdes
por e lllmo . Sr. Obispo de Tarbes, en el
Congreso Eu carístico de Madrid
EN LA MISA Y COMUNIÓN-Cu r aciones SOn
esas, obradas en pl'eno día y ante millares de
testigos, "ó más bien, según la acertada expre·
sión del Dr. Boissarie, es el milag ro tal y como
lo reclaman l os incrédulos, á ho1 as fijadas
de antemano sobre paci entes eleg idos al
efecto, y en circuns tancias de terminadas también.
P e ro desde hace varios años, no es ya sólo
durante la prec es ión cuan do Jesús Sacramentado
m anifies ta su pr¡:sencia; es ta mbién durllnte
la misa, en la comunión, dondequiera
que l os enfermos se hallan en c ontacto con
EL ó b ajo su mirnda.
1. ¿No os parece ente t:n ecedora la historia
de la pobrecita clarisa Sor María Gabriela de
Santa Germana, que padec ía de h e mo rra gias
y supuraciones internas , y sanó en 6 ~e .Mayo
de 1905 ? Se l a había y a bañado tres v eces en
la piscina sin éxito a~ o, y mientras asiste
á misa, en e l mismo mstaute silencioso y re~
( 1) Baste citar en prueba de este concepto la
magnífica oda A las ruittas de Itálica, compuesta.
por el célebre poeta español D. Rodrigo Caro.
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380 1 EL HOGAR CATOLICO
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·cogido de la elevaci ón, ; e s iente de improviso
"llana.
2. 0 La se ñorita !\lada Bcr11i ¡;au, de Autun,
se arrast1·a des de lw< ~e do ce ~ños sobre mu letas,
atncada d e escleros is y de una alteración
gravísima de la medula <·spinal. E s una
devota práctica d e la coruuuión c otidiana, de
que reporta su único r.onsue lu y la fuerza de
llevar sus c ruel e~ p<~ d rocimi e nt os ; ¡•ues bien,
cabalmente a l r ecibir la sa nt::t comuni ó n en
la Gruta, el 29 de Jul1 o de •oo8, es cuando se
ve libre p or· s iempre de su n.al.
3.0 Y má s conmoved or aún que todc,s es e l
· caso de la señorita L eo nia Léveque, la feliz
favorecid a de l a 111i sa ju bil a r de las Apnricio•
nes. La señorita L éveque, at ~'cada de pcrios
·titis doble f1· onta l, había sufr id o s iete opera
·ciones en e l término de s iete /Jleses, sin éx ito,
y su médico, e l doctor C h evali er, d eclaraba
en un certifica d o, que el es tado de la enferma
imposibilitaba ya cualquier intervenc ión.
Llega á Lourdes el 15 de Julio de q:¡o8, y
·al día siguiente, 16 del mismo, mientras el
Ilmo. Sr. Grase lli, por un favor especia l de
Pío X, celebraba misa p on tifical á las sei s de
la tarde, delante ele ()O,ooo peregrinos, la señorita
Léveque, que n o bahía podido ir á la
·Gruta, y después de mandar á su compañera
ó. misa, había quedado so la en el jilrdín de s u
hotel, experimenta p or lo pronto un r ecrude cimiento
de atroces dolor·e s. Lnégo siente una
calma, un bienestar indefinible que va apoderándose
de toda e ll a; s úbitamente e l dolor
ha desnparecido. Pero n o se atreve todavía á
•creer en su dicha; mas á la mañana si g-u ie nte,
fuerza es rendirse á la evidencia. El tubito
de goma que atraves aba la ll aga, un tubito
de 10 centímetros , ha ca ído, e l pus ba
·cesado y la frente ap:1rece e nteramen te cicatrizada.
4. 0 Al a d o de es a curación, ¡,cómo drja r de
citar la no menos extraordinari a de una piadosa
señor¡¡. de Vendée, la señora Birée, absoluta,
incut·ablem ente ciega de res ultas de g ravísima
enfermedad? S egún certificad os de tres
oculistas, había en ella des trucción tot a l de
las fibras nerviosa s, último tórmino de la
.atrofia del nervio óptico. El fi de Ag osto de
1908 se h alla en la Gruta, cua ndo el sa cerdote
'<)Ue llevaba e l copón á la iglesia d el R osario
pasa á sn !~d o. Ins tantáneam ente sus oj os se
obren, perctbe la estatua de l a Virgen, ha re,
cobrado la vi s ta.
5. 0 Mi e ntras el Excmo. Sr. Mor g anti, Arzobispo
de Rávena, c c. nduciendo e l copón de
la Gruta a l Ros ario, pa~ a aliado de Ernestina
Guilloteau, una tís 'ca lle ~ada al último
período y que os tenta palid e z cadavérica, se
'levanta d e r epente y 5ig· ue l a Sagrada F orma.
Al ver cáminar ese sque let o , la muchedumbre
no puede contener un grito de estupor.
Hoy Ernes tina Guill ot e au, como Henriqueta
Hauton, ll eva pa t en te en su mi s ma
cara, fr esca y sonrosa da , un ce rtificado de
"Vida y de sa lud.
Pnoo!OIOS nr:CI EN'fEs-A e s ta s curaciones
r elativamente l ejana ~ , sé. S. Ilma. l'e
deLuvo del ante de e lla para bendecirla con
la Custodia, la señor ita Marti A sto! se s intió
repent in amente libre de todos sus sufr imientos.
Desde Pntonces c ome y duerme, la diarrea
ha cesad o y t od o males tar ha desaparecid
o.
Esa curación obtenida por una española
y que no r emonta sino algunas semanas, ¿no
os parece co mo un r a millete delicado enviado
por Nues tra S eñ ora de Lourdes al Congreso
Eucarístico de Madrid ?
Noticias religiosas
Mo orFrCACroN ES AL MoTu PROPRIO DE 2 DB
JULIO , SOB RE FIESTAS SUPRIMIDAS-COn fecha
24 de Juli o de l c or riente año, la Sagrada
Congregación de Ritos dio un decreto con
r efer encia al Mota Proprio de Nuestro Santo
P ad re Pío X sobre los días de fiesta, en el
el cual se hacen las siguientes m odificac iones :
l. El día 19 de Marzo se celebrará la fiesta
de San José , pero s in que sea de guarda, con
rito doble de primera clas e, per o s in octa va,
y con el título d e " Conmemorac i ón solemne
de Sa n J osé, esposo de Nuest ra Señora,
confesor."
ll . La fi esta del Patrocinio d e San José se
celebrará la tercera Domínica des pués de
Pascua, con rito doble d e primera clase y
octava, con c alidad d e fies ta primaria y con
el título de" Solemnidad de San José, esposo
de Nuestra Señora , confesor, Patrono
de la Iglesia universal."
111. L os días de la Octava de San J osé se
rezará e l oficio c¡u e está en el Apéndice al
Octavario R omano.
IV. En adelante la fi es ta de la Santísima
Trinidad, Domínica primera des pués de Pentecostés,
se celebra rá con el rito de doble de
primera clase.
V. La fiesta del Santísimo Cue rpo de Nuestro
Señor Jesucristo se¡elebrará, sin que sea
de gua rda, con el rit de d oble de primera
clase y co n octava privileg-iada, de la misma
manera que la octava de la Epifanía, el jueves
sig uiente á la Domínica de la Santísima
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EL ' HOGAR CA TOLY:CO
Trinidad, b ajo e l título d e" Co nmtlmoración
sol~mne del 8_antísimo Cllerpo de Nuestro
Sen.;r Jesacrtsto."
VI. La Domínica fJUP. queda dentro de la
octava de esta fés t.i viuad, e n la s Ig lesias Catedrales
y Coleg•a Las, una V l' .: recitado el
oficio d el uía, y dicha la misa c orre,pondien-e,
se podrá cantar una misa so lemne del
Santísimo Cuerpo d e Nues tro Señor c 0 n Gloria,
unll; so la oración, Sequencia. r:redo y
Ev~nge_l,w de Sa.n Juan :d fin. Donde no haya
obhgacwn d~ .mtsa conventual, a!.l'ré<:·uese la
conmemoracwn de la Domíni ra con e l Evangelio
de la mi~ma al fin. En esta Domínica
debe hacerse la Solemne Proces ión con el
Santísimo Sacramento, prescr ita e n el Cere.
monial de los Obispos, lil.Jro 11 capítulo
XXXIII. '
VIL El viern es siguiente á la octava s e celebrará,
como de costumbre, la fiesta del Corazón
Sacratísimo de Jesú s.
Ha r eco brado, pues, San José s u '9 de
Marzo y e l Corpus su jueves tradional, salvo
que la gran Procesión será el domingo dentro
de la Octava.
SAGRADA CoNGREGAciÓN DE R1ros-Sobre
el ó·rgano y el canto-El día '' de Mayo de
I9II fueron propuestas y resueltas las dudas
siguientes;
1 ~ ¿ Puede permitirse el uso de acompañar
el. órgano al canto gregoriano ?-R. Afirm'a twa.
menle, exceptuando aquellas partes del
Oficw y de la Mtsa que, según las leyes litúrgicas
que a hora rigen, deb en cantarse ab
·solutamente sin órgano.
2.• ¿Supuesta la contestación afirmativa
á la pregunta anterior, se desea s aber si también
en. aquellos oficios y misas en que se
se prohtbe e l órgano, s e podrá éste usar para
sostener y acompañar el canto tan sólo callando
el órgano cuando cese el canto ?'-R.
Afirmativamente, en caso necesario.
3." Cuando se concede á los sacerdotes la
~acuitad de bendecir al pueblo con el CrucifiJO
al fi.n de los sermones, con indulgencia
plenarta para los fieles, si se añade jaxta ritum
etformalam praescriplam, se preo-unta
: ¿cuál es este rito y fórmula ?-R. Se debe
hacer una vez la ·señal de la cruz con el Crucifijo,
dici~ndo nl_mismo tiempo: Benedicúo
Dez Umntpotenlts Patr-is et F i lii et Spiritus
Sancti descendat super vos et maneat
semper.-R. Amén.
-EL EMMO. SR. CARDENAL ARZOBISPO DE
TOLEDO ha recibido de Su Santidad una ex .
presiva carta, en que le comunica que aunque
no t~nía duda alguna de que el Co~greso
Eucarístico tendría feliz éxito, confiesa que
su esplendor y brillantez han s uperado en
mucho sus es peranzas, par,c ien do que la
E:"paña católic;_¡ se propuso de m ostrar, teniendo
por testtgos á preclaros varones pro·
cedent~s de todo el mundo, que en el amor á
Jesucristo y en el culto de su religión, que
toda se ordena á la Eucaris tía, á nadie cede
el primer lugar; lo cual se vio plenamente
demostrado por el gran número de •personas
de todas condiciones que, siguiendo el ejem•
plo del Rey cat01ico, die r on públicamente
tan clar'as muestras de su piedad :
El Sumo Pontífice felicita al mismo tiem-"
P? á Su Eminencia por haber desempeñado
dtgnamente el carg o de Legado · suyo en el
Congreso Eucarístico, y termina' su carta
bendiciendo á toda España.
RECOMENDACIÓN PONTIFIC!A.-A los Prelados
?.e Francia, reunidos por segunda vez,
remtttO el Sumo Pontífice una carta, fech_
a I5 de Marzo de 19I1, en la cual recomtenda
calurosamente la obra de las misiones
diocesanas y la formación de mis ioneros que
las d ese mp~ñen. "A vuestro infatigable celo
past oral, dtce, queremos sobremanera reéomendar
que cada di ócesis tenga establecida
C?nvenientemente la obra saludable y apetectda
de la formación de misioneros diocesanos ·
con tod os _l os requisitos de piedad y d oc trina
que se extgen ___ . N o se os oculta que éste
es un medio de tánta utilidad para cultivar
la piedad en las almas, que se ha de fomen.
tar más que otras obras piadosas."
LABOR DE PAz-Al Delegado Apostólico en
los Estados U nidos d e América, escribió Su
Santidad el II de Junio de I9II sobre la paz
de las naciones, en lo s siguientes términos ;
"Hemos sabido de Vos mismo con placer,
9ue por inspiración ~ e autorizados personaJES
de los Estados U mdos, se trabaja en asegurar
á los pueblos los beneficios de la paz ..
Verdaderamente, promover la concordia, refre'?-
ar las inclinaciones belicosas, alejar los
peligros de la guerra, y aun aminorar los
cuidados de lo que se acos tumbra á llamar la
paz armada, es un designio nobilísimo, y
todo lo _que. á es~ fin se endereza, ya que no
se c o nsiga mmed tata y perfectamente lo que
se pretende, constittJye, sin embargo, ungenero~
o esfuerzo que redunda en bi é n de quien
lo e.¡ecuta y provecho d el pú blico; y esto
mu.y principa lmente en nuestra época, en que
la tmportancia numé rica de los ejércitos, la
p erfección de los a rmttmentos y la ciencia
militar que h a realizado semejantes progTesos,
hacen que debe inspirar vivo temor aun
á los príncipes poderosos, el vislumbrar l aposibilidad
de una g·uerra. Por eso Nos alegramos
con toda el alma de una empresa que si á
todos ha de parece r excelente, más que á tod.
os, á Nós, que, eleva dos al Supremo Pontificado,
somos el lugarteniente del que es el
Príncipe y Dt'os de la Par. De buen grado
Nos adherimos y concedemos el _ concurso
de nuestra autoridad á los que sabiamente
coo peran á esos fines.
REGRESO oE LA MisiÓN PoNTIFICIA. ENVIADA.
Á lNGL.UERRA-En la tarde del 5 de Julio
llegaron de vuelta á Roma los enviados pontiliicios
que asistieron á las fie stas del coronamiento
del Rey J orge V y María de Inglate-
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EL HOGAR CATOLICO
rra. El 8 Jos recibió en audi encia S. S . El
Papa quedó altamente sa tisfech o al oír c onfirmar
verbalmente á su r e pres en tante especial,
Mons. Ganito Pignatelli di Belmonte ,
que la Misión Pontificia fue rec ibid a de los
reyes con particulares atencion es, no sólo p or
el puesto s ingularm ente h on orífico que se
asignó al enviado del Pontífice, sino ta mbién
por la extraordinaria benevolencia con que
Sua M ajestades repe tidas v eces, e n diver s as
reunion es, le dirigieron la palabra. Cordiales
manifestaciones d e r es peto y simpatía recibió
también Mons. Ganito de varios príncipes
reales in¡.deses y ex tranj e ros , en cua ntas
ocasiones las fies tas de la cor onación obligaban
á reunirse á los huéspe des de la Corte
inglesa. Estos hechos, que trascendier on al
publico, han producid o grande alegría en los
aúbditos católicos del Imperio Británico, que,
en vis ta de tántas muestras de consideración
y benevolencia á s u religión y augusto Pontífice
, han sentido crecer su acatamiento y
fidelidad á sus soberanos t~ mporales.
PROPAGANDA POR MEDIO DEL ANUNC IO-El
Círculo Pío X, de la juventvd católica de la
ciudad de Nantes, h a tenido una feliz iniciativa,
creando una sociedad anunciad ora · de
propag·and a . Los j óvenes emplead os y obreros
de la As oci aci ón , armados d el tarro d e l
engrudo y d e la brocha, r ecorren las calles
sin temo r á las burlas ni á las injurias d e Jos
transeúntes, y va n pegando los anuncios redactados
é impresos p or .los so cios d el Cjrculo,
y en l os cua les se trata de una mánera
concisa y clara cuestion es socialPs de gran
trascendencia, s iendo la d el descanso dominical
la que se abordaba en el último anuncio
publicado.
-LA SociEDA o H 1srón ICA del Estado de N ueva
York se ha dirigid o al Gob i er n o para que
se erija un mo numento al P adre jesuita Jouges
, que formó parte de la primera Mis i ón
que evangelizó á los indios en los territo rios
de aqurl Estado.
El Gobierno ha c ontestado á esa p e ti ci ón
suscribiéndos e con I o,ooo d ól a res p ara los
gastos d el monumento.
Uri L ITA-Rl~Mo DIS CENTE-El Tilnes d e Nueva
York co~Bcs a, en el número d e 7 de Mayo,
que la e n señ a n za de los Estad'os Un idos
es "lamenta blem e nte inadecuad a" P a ra aquellos
que buscan, como fin de s u formación,
el háb ito anaig·ado d e es tudiar y pensa r , e n
que la educación consiste r ea lmen te. Como
causa de es t o, asigna el prurito de especiali zar
antes de obte ner una sólid a cultura educativa,
y d e encaminar desde luego á las vocaciones
profesi on a les á los que t odavía n o
han alc:• nzado una previa educación intelectu¡
il y m oral. La J'HÍz está en la p a sión d e l
dinero, que ll eva á una g y¡n parte de la juventud
americana á lo s negocios, an tes d e
haber obten ido l a coDJpetente madurez; y á
· ea~e des enfren a d o pruáto d el público, ajus-tan
sus planes con excesiva complacencia las
Instituciones d ocentes . Sin embargo, á la larga
es de temer que los h ombres más sólidamente
preparados e n otros países (v. gr., en
Alemania), harán en definitLva m ejores negocios
que esa juventud demasiadamente uti-litaria.
·
SuAVIDAD EVA NGÉLICA-El fallecimientQo
de Tomá s J. Whall ( Mayo t4) h a sido causa
de recordarse , que un incidente de su niñe z
fue ocasión para el nacimiento del espléndido
sistema de escuelas parroquiales d ~ las Arquidiócesis
de Nueva York.
Tenía Whall poco menos de di ez años, y
asistía á la escu e la de gramática Eliot, en
North Bennet stt·ect¡ c uando el lunes 14 de
Marzo de 1859 el sul>maestro Me. Laurin F.
Cr ook le mandó leer u n trozo de la versión
protes tante de la Biblia.
El valeroso niño se neg-ó, alegando que
era católico, por lo c ual se le administró una
tanda de palmetas en ambas man os durante
treinta y cinco minutos. Semejante Larbarie
de los evangélicos fue oca sión de que el vec
inda rio de la parroqui a d e Santa María, á
que p erten ecía el niño \ Vhall , abriera la prime
r a escu e la parroquial en Nueva Ing laterra,
l a cual, dos años después. se i ns taló d efinitivamente
en En d ico t street, junto á Sr.
Mary's Church.
EL "Moru PIIO PR IO" s osnE LO S oÍAS FESTIvos
KN AL EM ANI A-La dis ;n i nución d e los días
festivos decretada por Su Santidad, ha pro ducido
en Alemania una satis facción un ánime,
y la lllÍ sma prensa lib er~ l-y de ello ~a
testimonio el Bertiner Tag eblall, al aplaudtr
la d eterminación d el P~pa-declara que ésta
puede influir fav orablem e ntP para que se a tenúen
los dis e nti m ien los confe sionales, al par
que favorece á la industria y a l c om e rcio católicos,
obligados has ta nquí al d escanso e n
ciertos días de pl en a acti' idad p r otestante.
El JJerli'ner T agebla tt invit a además á los
protes tantes á que res pon dan á es ta iniciativa
suprimien;lo, po r su parte, c iertas solem nid ade•
que están en desacu erdo con e l calendario
católico.
UNA EXPEDICION AL CAQUET&
Bogotá, Uctubre 3 de 19ll
A Su Señoría el D1· . D. Celso Fore ro N ieto,
Director de EL H oGA R C A-róuco - E. S . C .
Muy respetado doctor: .
D e~pu é s d e agr;dece r ,¡ Su Señoría la de-li-cada
oferta qu e tan b enévol~ 111en le nos hizo
de dar cabida en s u interesHntc y t a n b enéfica
r e vista á al g una relación de mi ultimo viaje
al Vaup és, g·u s toso· me nprcsuro á e nviarle
estas cu rtas lín e a ~ , c oofiado en I]Ue e l público
sabrá apreciar lo difícil de nuestra misión
con los indios, así como los esfuerzos que hemos
hecho en favor de ellos.
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EL HOGAR CATOLICO
A nhelarnos por establecernos definitiva-
. mente en aquellas region es, hasta hoy poco
eonocidas. En diferentes épocas empezámos
fundaciones, y unos años después, l as tuvimos
que abandonar por faltarnos los recursos
necesarios, y desde entonces nuestra o bra
evangelizadora, fuera d e las poblaciones civi·
] izadas, se ha ido limita ndo á visitas anua les.
Ese método, en sí más económico, no deja
de ser muy penoso, y sin duda no wrte l os
halagüenos re sultados que ambiciona nuestro
corazón de sacerdote. Pues si la S~ g-rada E scritura
n os dice que Dios de nada l o hi zo t od o,
nosotros desgraciadamente de nada no podemos
hace r nada. l-I é ahí la expl icación de
tántos ensayos que no logr aron perfeccionamiento
por no t ener el apoyo suficiente, ya
que las obras de Dios necesitan p a ra su d es envolvimiento
el auxilio del hombre.
Después de tan larga digres ión, imp orta
llegar al qrano, y dar á Su Señoría :~unque
sea un impel'fe cto bos qurjo d el viaje á que
aludí al empezar:
En los primeros días de Noviembre de IQIO
s~lí de Villavicencio con dos compañeros, no
sin haberme pro visto de víveres, ya que en
otra ocasión es tuve á punto de no poder emprender
más viajes, creyendo con demasiada
sencillez que en todas partes puede el hombre
encontrar s iquiera con qué alimentarse.
Siguiendo el camino que pasa por S an Martín,
Ariari, Guaviare, dimos con el río Vaupés,
estando á un día de distancia del Apopor
is, y si éste hubiera sido nuestro itinerario,
bien pronto, bnjando este último río, habríamos
ll egado á La Pedrera, lo que siempre
pensaba r ealizar después d e visitar todo el
Vaupés, s i hubiera alcanzado e l dinero.
La región alta del Vaupés es rica en caucho
negro, explotado hoy día por las empresas
Carrillo, Benjumea y Cano. Unos p ocos
días más abajo, encuéntrase e l caucho amar illo
ó seringa. Sólo los indios lo sacan por
cuenta de las empresas Villamil y Montaña.
Después de seguir doce días aguas abajo, dimos
con los raudales, que son en número de
sosenta, hasta la d e sem bocadura rlel Vaupés
en el Rionegro; a llí, por ser tan pobre la
tierra, n o crece el caucho. Es en esta región,
habitada por los indios, donde se puede caleuJ:
ar un número de s,ooo, poco más ó menos .
Se encuentran éstos diseminados á las orillas
del Vaupés y de sus numerosos afluentes; no
viven sino de p escado y mañoco. La frontera
dista siete días del Rionegro, y lo hajámos
en vapor has ta Manaos. Continuando nuestro
viaje por el Amazonas y el Atlántico, tuvimos
la fortuna de llegar á Barranquilla y, en fin,
á Bogotá, en e l mes de Julio.
Quizás alguien exclamará : muy largo les
salió el viaje; ¿ y por qué irse á matar inútilmente?
A nosotros nos parece que tántos
peligros y fatigas sufridos, las fiebres, etc., no
han sido inútiles, ya que Dios todo lo ha visto
y CGntado, pues con su ayuda se han rege-nerado
en las aguas bautismales 8oo alma s,
después de iluminar su entendimiento con algunos
conocimientos d e nuestra Santa Religión.
Sin duda la remuneración no es proporcionada
á los esfuerzos ; pero recordando
las inmortales p al a bras de Tertuliano :
"Sa nq uis martyrum, semen christiano·
ru m u os sentimos animados á todo sacrificio.
Al: rig·am os la esperanza de que nues·
tros lraLajos no quedarán vanos si un día se
nos da el apetrcido h on or de cultivar mejor
esta vid del S e ñor, apenas regada con los sudore'>
de unos cortos meses .
Nos causa verdad era tristeza el pensar que
n o podemos h acer más por ahora, cuando nos
corresponde e l inmens o territorio comprendido
entre el Meta, Venezuela, Brasil y Perú,
h asta el tercer meridiano de Bogotá.
De buen grado h aríamos nuéstros los pro·
yectos soñados p or e l hombre del Evangelio.
Si tuviéramos dinero, iríamos al Caquetá, llevaríamos
familias, l evantaríamos pueblos y
ciudades, civilizaríamos á los indios; n o hay
maravilla que n o hiciéramos, pe ro esos milagros
no los haremos, porque nos falta h ma·
teria primera.
Contand o con la providencia de Di os, tengo
resuelto un viaje hasta -La P edrera, en compañía
del General Mariano Ospina Chaparro,
In tendente del Meta. Me atrevo á e sperar
que la Junta Arquidiocesana N acional de la
Obra de las misiones en Colo mbia, no me dejará
volver, ¡¡ntcs me permitirá establecerme
allá y rea li zar el plan que tengo formado en
bién de aquella i mportante región.
Tengo el honor de suscribirme de Su Señoría
atento y respetuoso servidor,
P EDRO BARÓN
Mision e ro d el Vicariato
de San Martín
Aspiración
¿Cuándo será, Seño r, que el alma mía
tle abra á tu luz y viva de tu amor,
Cual se abre al beso de la luz del día
Y del amor del sol vive la fhn?
¿Hasta cuándo arrostra r e l duro ero bate
De estas luchas· ~ muerte que hay en mí P
¿Hasta cuándo este trágico comba te
:En que puedo ¡oh mi Dios! morir sin Ti P
Pereg rino en un valle de amargura,
No dejes que mi fe rinda el dolor;
Alzame, como á Elías, á la. altura,
O baja á mí, J esús libertador.
Tú que sa,bes la angustia de la_ vida,
'fú que hallaste, Señor, hasta en la Cruz
La amarga mirra del dolor, unida
Con la hid de la humana ingratitud;
Dáme, ¡oh Jesús! la fe qne logra verta,
Sostén m1s esperanzas hauta el fin ;
Dáme ese amor que t>-itmfa. de la muerte
Y es la vida que vive el serafín.
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EL1 HOGAR CA~OLICO
¿ Dónqe h a llar, sino en Ti, paz y dulzura,
Y r efu gio y consuelo en el dolor ?
¿ Dónde h allar en otra alma m lis ternura
Y otro amor, buen Jesús, como tu amor P
No me dejes, mi Di os ; que t ras la muer te
Sólo Íos que te amaron t e a ma rán ;
Y si al morir mis ojos no han ele verte,
.Nunca á verte mis ojos volver án .
Luz de la luz que sin cesar a nsío,
Vida de vida que me ll ama IÍ sí,
t_Oh Amor de todo amor en quien confío !
.No me abandones, no ; dáme, Dios mío,
Que viva. y muera en Ti.
P . 1-t. DEL VALLE Rmz
Agustino
Interesante carta
Roma, 29 de Julio de 19II
Excmo. Sr. P r esidente:
Con el más vivo r econocimiento doy á v.
S. las g raci as por la preciosísima y muy e.fi~
az cooperación en favor de la unificac ión de
las Confer encias de San Vicente de P a ú) en
Colombia. T odos s::¡-bemos cuánto ha contribuido
al feliz r esollado la obra del dig nísimo
Presidente de la Scciedad Central de Bogotá .
El Padre Santo, á quien me apresuré á comunicarle
la noticia, fue el primero en alegrarse
extrHordinHriam ente. Del Consejo General
de París r ecibo cartas que expresan asimismo
profunda satisfacci ón. No dudo que de esta
unión provendrán los frutos más saludables.
¡Quiera Dios bendecir siempre más en esa
nación la Obra vicentina, confortar en el bién
á los socios y á sus famili as, y r obustecer más
y más en las familias de los pobres visitados
el espíritu de fe y de piedad relig iosa l
Con sabio acuerdo, pues, el Excelentísimo
Señor Presidente ha h echo coincidir esta unión
con la publicación del Boletin mensual, el
cual, sin duda, servirá muchísimo para mant
ener siempre vivo en los buenos católicos el
espíritu de la caridad cristiana. HJ'l .r ecibido
l os pr imeros cuatro números de dicha publicación,
y por ello manifiest o á V. S. mis agradecimien
tos.
Y de modo especial debo estar más oblig-ado
á V. S. p or la bella y m uy edificante Memoria
H istórica de la Sociedad de San Vicente
de Paúl de Bogotá , escr ita con ocasión
del cincuentena r io de la misma.
En el número ex traordinar io (de EL HoGAR
CA.TÓLico), publicado con motivo de las Bodas
de Oro sacerdotales de Nues tro Bea tís imo Padre,
he admirado el mag nífico artículo sobre
la Supremacía Moral del Pontificado, escri to
por V. S., con señalado acierto y competencia.
Permítame que lo felici te de corazón por sus
t rabaj os, y más aún por los nobles y e'! evados
sentimientos de ver dadero catól ico que en
ell os, manifies ta.
Para terminar , doy á V. S. la g r ata not icia
de q ue, jusbamen te en la a ud iencia del rg de
Julio, fiesta de nuestro Celestial Patrono, el
Padre Santo me confió el e nc:~rgo especial de
transmitir al meritísimo PrPsiden le de Bog otá,
á los demás socios , ' á sus fami lias y á los
pobres visitados, una Paternal Apostólica Bé'n..:
dición.
Al cumpli r esta g r a tísima comis ió n, 'me·
complazco en ma nifestarme, con senti mien tos
de la más afec tuosa es ti m:~, '
De V. S ., Excmo. Señor P res idente, •'
Devotís imo en Cristo,
+ V ICENTE, C ARO. V A NN UT ELLI
Excelentísimo Señor An ton io José Uribe, Presidente
de la Sociedad de San Vicente' de
Paúl de Bog otá.
"EN LA CATEDRAL P nrMADA- EI 7 de Ago'sto
último fueron depos itadas en el monumento
que ha de g uardarla s defini t ivamente, las .cenizas
del General Antonio Nariño. E l mon umento,
en conjunto, es poco llamativo, cor t¡¡.do
como es tá por el patrón externo de los sar cófag
os de arrimar al muro ; lo salvan, no obstante,
las b ue nas c u a li da d e ~ ai· tíst icas del busto
que lo corona y la noble piedra en q ue está mode
lado. Con es te monumento, que h?rá sentir
h onda emoción á c uantos lo contemplen, si es
cs. q ue están e n ~ob l ec i dos por e! amo; á la pat.
rut-se ha rea h z ~ d? un acto de JUStiCia, y se
ha hecho menos vrs1ble el est 1g ma de ingratos
que marcó á las g eneraciones q ue sigu ier on á
la muer te del grande hombre.
Bajo el g obierno del Ilmo. S r. Herr era~
n uestra Basíl ica ha ido conv irtiéndose e:n
suntuoso templo. Así como J ulio II y León X
pr esidieron la glor iosa época del renacimiento
en Italia, al il.ustre Arzobispo que hoy g obierna
el Arzobispado pe Bog otá, le ha tocado
realizar el g r an prog re~ o artís tico que presenciamos.
Tanto en la gra ndiosa ob ra emp_
rendida po: él, como en las much<>s que su
eJ emplo ha Impulsa do, lo pintore·s, dibuj antes,
ar q ui tec tos hao encontra do amplio campo
en c¡ué lucir sus habi lidades, y tras és los , han
ven1do los artesan os y ob reros que han o-anado
el pan por el t.rab:•jo que la re Ji o- ión l es
·ha ofrecido.
0
Actualmente ocupa la a tención del Pr elado,
la decoración de la her mosa sacri stía de la Basílica.
La colección de r etra tos de los arzobispos
de Bogotá, ha si do n u ev ~n1en Ce ins talada
después de haber r estaur<1 do con el mayor esmero
lodos los cuadr os que la componen. Los
muebles ele mal estilo van d P~ D pa reciendo para
ceder su puesto á otros eje · u ;;~ d o s sobr e· planos
que consultan, adc n1<\s de la utilidad, las
cualidades artísticas que exig e la suntuosidad
del lugar en que van á ser colcaados.
Concéda le el Gielo al gra nde Arzobis po,
larg os años de vida para que, ya que la Providencia
le ha otorgado la gracia de hacer
surgir milagrosamente templos, asi los, escuelas,
etc., en lo;; escasos momentos de ?escanso
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EL HOGAR CA TOLICO
que le .~ e j a la di aria ta r ea d~ tra baj a r por la
salvac wn d e las a lm as y e l b1en de la pa t ria ,
nos sea d ado ver lo d emás que proyecta.'' A
todo lo cual agreg·amos la for t una de h aber
hallad o el Ilmo. S r. Herre ra un a r t is t a d e las
condiciones d e l in signe A ce v e d o Be rna !, qu ien
en todo este movimie nto d e res t auració n h a
sido factor importantís im o. A é l se d e be n l os
m ej or es fr~scos de l a Catedral y su s acri s tía,
y la ma g mfi ca r e novaci ó n de todos lo s r etr a t
os de los Arzo b ispos, c u ya co lección co m pletó.
11 r :: n'• ispado de Bog otá -Jun ta Arq uidio ce.
an a Na c ion a l d e la Obra de la s misi ones
en Colomb i a -Bogotá , Septie mbre de
T!)Il.
Señor Cura de .. . .
El Il mo. y R evdmo. S r . A r zob is po P rima do,
co n fecha I O de Marzo úl t im o, creó la
Obra d e l a s mision es en Co lo m bia , co n e l fin
expreso de a ll eg a r r ecurs os para el s ostenimien
t o y des ar ro ll o de las mis i one s d est i n ad
a s á l a e vangeliza c ión de las tribus n o c iv iliz
ad as q ue existen tod aví<.> en e l territ orio d e
la R epública, en virtud d el Ac uerd o de la
Confe renc i a E pi scopal d e C olombia, s obre m isio
nes, a prob a do p or l a San ta S ede.
Co n f ec ha 2 2, co n s tituyó el mismo Ilus trís imo
Prela d o l a Ju nta Arq uid i oce saoa Nacional
de la misma obra, que deb e en tenderse
con los señor es P ár r ocos y otras e ntida des é
individuos para el desarro ll o d e l Decr eto número
21, s egún el c ual d ebe encargarse de r ecog
er y centralizar los fondos que p or d o n ación,
s usc rip c ión ó p or cualqui er a otra r azón
se destine n a l s oste nimi e nto ex clusiv o de l a s
mision es e n Colombia.
Como e l func i on ami e nto regular de t od d esto
e x ige la fo :~ ac.ió o de juntas pa rroquia les e n
la Arqmdw ces1s, r ogamos á uste d se sirva
cuanto aot ~s establecer en la s u ya la Jun ta
corres pondien t e, e n la 'form a que h a ll e m á s
adecuada, para que, c onstit uye ndo dec ur ias y
centurias de contr ibuye nte s con u n a cuo ta m Ínima
d e un c e ntavo or o por se m ana, se pued a
allegar la su ma co n que á s u s feli greses l es
s ea dado co ad yuv a r á una de la s obr as m ás
gratas á J?i os_, y _c¡ue 1? Santa Sede r ecomienda
con m as vtvo mteres.
A usted n o se le oc ulta que esta obra, d e
s uyo g r andiosa, en l os mom eo tos ac tu a les r eviste
en nues t r o p a ís u na i mportancia exce pcion
al, en r e lació n con la i ntegridad de l t e rr it
or io pa t r io, desde Ju eg·o q ue l as r ed ucc iones
de indígenas y los pueblos q ue fun den los mision
eros se r án el m ej or m edio de h acer va ler
-- nu e ~ tros d erechos e n la s vastas reg i on es qu e
se le ha n que rido a rre batar á Co lombi a , s ir v
ien do esos p u eblos, ade más, en t odo tiem p o
de ba luarte segu r o á l a integrida d nacion a l.
E sp er a m os que us t ed s e dig n ará acog·er con
entusias m o, á la vez r eli g ioso y patrió tico , lo
indicad o en l a pres e nte Ci r cular ; y que cuan-to
.antes se servirá comu n i car nos t i res u ltado
q ue se h aya ob tepido e n s u pa r r oquia.
Entre ta nto n os es grato s uscribirnos de
usted a te ntos ' eg u ros srr vidores,
F n.&. NC ISCO JA VIER Z ALDÚ.A.
!-' r e side nte de la Junta
Celso F arero N ie t o , Secr eta rio
- EN LA PLAY A DE BEN ICASIM ha p erec ido
ahogado el Pá rroco de la lo calidad, a l inte n t
ar s a l va r de la muerte á un n i ño d e do ce
años q u e se ab ogaba . E l n iñ o s e a¡;-a rró co n
ta l d eses peració n ~ 1 sac erd ote, qu e le impi dió
tod o m ov imiento, si e n do ca u sa d e l a mue rte
de s u sa l va do r. Ahoga J o el sacerd ote , un j ove
o del pueblo c on s ig ui ó t odavía salvar al
niño.
-EN CoNST ANZA h a m u erto casi ol v idado el
a ba te Jua n Mari ín Schl ezc r , que inve n t ó' el
vol o pule. L a lengua de Sch leze r, i nventa da
en 1 ~79, tuvo un g r a n éx ito d ura n te c inco ó
s eis años. E s tuvo en su mayor a u g e h acia
188g. Po r ent once s ha bía 23 pe riódicos redactad
os en vola p ulc y cerca de 3oo Vola p u k
Clu bs. D es pués fu e com ple t amente de r r ota da
po r el esp era n to.
- P ARA TOD O lo rela ci onado con EL H oGA R
CATÓLICO debe d i rigirse á l a casa del Direct
or, n ú mero r 6 r de la ca rrer a 6.•, ó á la agencia
jlfortuoria d el Sr. Lu cio F orer o N ieto,
calle r o , n ú mero 2IJ, en los bajos de S a n
Bartol om é. '
-EL LU NE S 2 del p r esente se cel e braron en
la Ca pilla del C o le g io del R osario s ol em nes ·
h onras fúnebres por e l a lm a d e l S r . D . Rufino
J osé Cuervo, y p or la n oc he se r e unió e n
el Salón de Gr ad os la A cademia Co l ombian a
d e la L eng u a p a r a h o nra r la memoria del
egregi o f undador de l a ilustre C o rpo ración •.
Todo estuvo di gno de l in s igne var ó n , cuya
m e mor ia es orgull o d e nuestra patr ia .
PA LA BRA S RECIE NT ES DE S. S. Pío X-" Es
necesa r io q ue cad a u no d e v oso tros se conv
e n za d e q ue c i e r t os diarios, cuya ha bitua l
ten d en cia s e e nca mina á per s u adir á los católic
os d e q u e d e ben call ar an t e las vejac io n es
h echas á la R eligión po r l os que , trasto r nan do
e l o rden pú blico , han arruin ado la propied
ad y oprim ido la l i be rtad d e la Ig· les i a ;
de qu e n o d eben pr eoc u pa r se de l a s co nd iciones
i n icuas i mpuesta s á la S ede A pos tóli9a,
n i de las co nd icion es todavía m á ; i nju s tas
qu e a c t u alm ente le p repa ran sus e nemigos;
d e q ue no d e b e n te ner otro cu idado que el de
al abar e l es p íri tu y l a ortodoxia de ta les a ut
or es, cuyos escri t os , si de. cer c a se exn min a o ,
son semi ll e ro d e las inexactit ud es y d e los
er rores más fu nestos, y q ue con el resp et a ble
n ombr e d e ca t ólico s pue d e n pe ne t r~ 1· en todos
los h og·ares, pasar po r todas las manos , siendo
le ido por t od os> a u n por los mismos eclesiásticos
; es n ece sar io, r epetimos, q ue t odos
vosotr os o s co n v e nzáis de que e sto ~ p er i ód i-
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EL HOGAR CA TOLICO
-c:os producen en los cató licos una pervcrswn
d el c:r itcrio y de la di sc iplina , que no lleg arían
á producir ni aun las publicnciones que
abiertamente se decl aran enem.igas de la
Iglesia.
"En lo que se refiere á l as asoc iaciones católicas,
que nosotros deseamos ver multiplicarse
y prosperar e n todas vuestras Diócesis;
amporta t a m bi én vig ila r con l a mayor aten
·eión á fin de que observen con tod a fidelidad
la disciplina, y de que todos sus miembros
profesen y defiendan s u fe, a s í e n públi co
como en privado." Cuá ntos periódicos habrá
entre nosotros como los que r epru e ba el Papa?
'Y cuántos cató licos distinguidos como hom'
bres públicos, que, contam inados con es e perverso
es píritu, im pid e n q¡,¡e ('U las Cáma ras
legis lativas se p onga r em edio al d e,e nfreno
de la pre nsa y s e corr ij an otros males que en
legislaturas anteriores causaron los mismos
desorientados cató li c os, unidos á l os e nemi gos
de la Iglesia ?
EL GENERAL I s AÍAS G AM ROA-Il:n medio del
'entusiasmo de l a juv~ntud, y de una res petable
muchedumbre, ll eg-ó e l lu nes pa s ad o e l a bnegado
y valeroso j oven que en La Pedre ra
s üpo d efender los fueros patrio~ hasta caer
exánime por l a insolac ión· que le arr ebató la
victori a, q ue ya ten ía casi asegurada. Reriba
el egregio cam peón nues tro más cordial sa ludo
de bienvenida.
L A CAPI LLA DEL S EMIN AR IO-En la grata
función del 30 de Agosto último , además de
las estatuas y la cus tod i a · d e que hablamos
en e l número anterior, fueron bendecidos dos
hermosos cuadr os, debid os a l ins pirado pinc
el del Maestro Aceved o Berna!, se ña lándose
e l de la muerte d e San José, por la id ealidad
y unción que revi ste. El Síndico de l Seminario,
d octor R amír ez, ha hecho esfuerzos ext
raordinarios para transformar, b ajo la acertada
dirección del m ismo ins igne a r tis ta, la
s impática Capilla, h aciendo de e ll a un l uga r,
'á la vez que h ermoso, adecuado pnra la oración
y el recogimiento. Lo felic itam os c or:lia lmeute.
LA PfiiM ERA COMU NIÓN DE LOS NIÑOS-Casi
n o hay -Parroqui a en l a Arquid i ócesis, ni aun
Ig lesia , d onde no se vean frec u entemente her·
mosas fiestas de primera co munión de niños.
L a que tuvo lugar e l 8 del pasado en Madrid
(Serrezuela), ha llamado Ja a tención p or el
nue v o c eremoni a l e n,1ple ado p o r e l señor
'Cura; é l mismo sali ó con capa pluvia l , y precedido
de la Cruz A lta y los cirial es á condu ocir
á cos a de 8o n iñas, que debidamente prel)
aradas, iban á h ac er su primera comunió n.
Durante el trayec to fueron canta nd o salmos,
y una vez en la iglesia, se dirigieron a l Bautisterio,
donde, después de ex p resivos diál ogos,
hicieron la renovación de las promesas
del bautismo. E n l a mis ma forma s igu ió l o
restante del ce r emonial , dispuesto especialmente
para dejar en e l á'nimo de los niños] el
más grato é indeleble recuerdo del día más
feliz de su vida.
" L A CR ISIS PE NDIENTE."-T aJ es cJ t Ítulo
de un libro de más de s oo páginas, publicado
el año pasado en Barranquilla, por el Sr. Antonio
J. l\iárquez, y que ha tenido la fineza
de e n viarn os. Lo agradecemos deb idamente.
UNA FUENTE
¡Qué deliciosa es una fu e nte e n medio de
un b osque !
Los á rboles que la r od ean, tem er osos de
que el soll a desc ubra y se la robe, la ocultan
bajo la es pesa s ombra que proyectan sus g ig
antesca s c o pas; fina c a pa d e césped tapiza
l os bo rdes d e s u es trech o cauce como si quis
iera protegerla del roce de l os espinosos troncos
de las za rzas y m ajuelos que crecen en
su s orill as ; sus aguas, a l de s li zarse suavemente
sobrP. s u lecho de pulida roca ó de peque
ñas y m a tizad a s c hinas, parecen invitar
con s u dulce murmullo á las li g eras av es que
e n el bosq ue a nida n á que vayan á refrescar
e n sus ondas cris ta li nas.
Es muy b ell a un a fuen t e en medi o de un
bosque. pero su be ll ez a no puede a preciarse
yendo á merendar junto á e lla e n compañía
de varios am i g os; únic amente e l que en sus
paseos solitarios tro pieza en s u camino con
una de esas fuentes , es e l que puede hacerse
c a rgu de t oda la belleza, d e t oda l a poesía que
en e lla se e ncierra.
Sigamos el curso de ésta. V ed :~que! her ·
moso grupo de li r ios cuyas azules c oro las se
reflejan en sus aguas.
¿ No percibís un olor suave y embriagador
á la vez? ·
Proviene de esas fl or es, de u n b la nco a m arillento
y r osado á la par, que asoman por en-cima
de e sos espinos . ·
¡, L as con océis?
Son las de la madreselva de los b osques,
tan ce lebra das de todos por su s i n igual fragancia.
De las raíces de e ste arbus t o se extrae un
color azu l celeste que se 'emplea en tintorería,
l o mis mo que s us ramas.
L as vacas y las ovej as son muy amantes de
l as hoj as de madreselva.
Al pi e de n quellas z arzas asoman a lg unas
campa nilla s bl a ncas con un li g ero matiz rosado.
Son las fl ores de un a pequeña enredadera
l la ma da campani ll a que crece en todas p artes,
lo mi s mo en la monta ña que en la ll anura,
lo mismo e n e l bosque que en el campo.
¡Ah! a llí te nemos un arbui;ilo preciosis imo.
¿Veis aquell a planta g rand e , acha parrada,
cuyas r a mas están c ubier tas de una infinidad
de grandes flores b lan cas? Es la ale:~ parra.
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Citación recomendada (normas APA)
"El Hogar Católico - N. 44", -:-, 1911. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686862/), el día 2025-06-21.