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  • Prensa

El Tornillo - N. 29

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  • Año de publicación 01/07/1865
  • Idioma Español
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
"El Mosaico - Año IV N. 24", -:Bogotá: Imprenta El Mosaico, 1865. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2093028/), el día 2025-06-26.

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Imagen de apoyo de  Podcast: "Rock al Parque: la música"

Podcast: "Rock al Parque: la música"

Por: Red Distrital de Bibliotecas Públicas. BibloRed (Bogotá. CO) | Fecha: 2019

Podcast que recopila testimonios del público asistente al ciclo de charlas "Libertad Sublime" realizadas en las Bibliotecas Públicas de BibloRed. Dan cuenta de la experiencia musical relacionada al Festival Rock al Parque. Los participantes relatan sus vivencias: donde compraban los discos, los primeros conciertos a los que asistieron, como se difundían los nuevos exponentes del rock colombiano en los medios públicos, la relación de los rockeros con seguidores de otros géneros musicales y la influencia que tuvo esa música en un momento en sus vidas.
  • Temas:
  • Rock (Música)
  • Música

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Podcast: "Rock al Parque: la música"

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Imagen de apoyo de  El Mosaico - Año IV N. 27

El Mosaico - Año IV N. 27

Por: | Fecha: 12/08/1865

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Núm. 27. Bogotá, sábado 12 de agosto de 1865. ~ P1:ecio : 10 centavos. Año IV. PERI6DICO DE INDUSTRIA, CIENCIAS, ARTES, LITEUATURA E INVENTOS. A CARGO DE UNA ASOCIACION' PROGRESISTA. C () N T E NI DO. "El Símbolo;" i este le hace un jesto de asco, n".nr-De Víctor IIugo-La hada Azul-Qué lo sucetle nI último i se lo echa. a "El Tiempo," 1-'0 que es quedarse mono ?-Encnsn del dentista-A Silvia-Espiritualismo. sin unos i sin otros! --........,. _. , Mas poniendo punto a lo del papa cristiano; llAZAR. pasemos a lo del papa político, El bazar de "El Mosaico" debia estar hoi " El Tiempo," que, desde algunos meses a esta cerrado, no porque sea dia de fiesta, sino por l08 parte, est:Í, asumiendo el carácter de monitor ( ca­fiestas que le han echado" El Símbolo" i "El ráoter en el cual se perfecciona a medida que avan­Tiempo," El primero de 'estos periódicos por el za la oandidatura l'rIosquera) nos ha hecho su equíYoco de P.io no-no, que por cierto ni orijinal pn'mel'a amonestacz'on, a efecto de que no digamos de él es, i el segundo porque le ha tocado la plata l' nada contra el gran jenera,l en las columnas de labrada llamando al jeneral nfosquera petit César nuestro periódico, tanto porque esto no hace ho­americano; pero no lo está porque siendo la indus- nor a nuestro patúotismo, cmwto porque el jQne­tria libre en el pais, cada uno atiende su jueO'o, i I ral Mosquera es ya el designado por la nacion a palabras necias oidos sordr¡s, "' , para rejir sus destinos en el próximo período, Lo de Pio no-no, en ycz de Pio nono, o Pio IX, En primer lugar, lo que "El Mosaico" dijo oPio 9,° es un simple juego de palabras, sin gra- en su número 25, mas era una burlilla que hacia­vedad mayor, i que por lo tanto no ha debido mas al seiior F. P, nuéstro compañ'ho de redac­merecer a "El Mosaico" los honores de una séria cion, que una injuria al señor jeneralMosquera; i censura, Es necesario tener un '¡Joco de mas mun- tan cierto es esto, que mas de 500 millones de do, i no dar importancia a lo que en realidad no hombres, incluyendo a los señol'es redactores ,de In. tiene, ' Infinidad de papas ha habido que, sin "El Tiempo " i, a todos sus colaboradores, i tam­ser Pios, han sido mui pios; i otros q.ue, aun sien- bien al que escnbe ~stas líDea~ ( porq~e es preciso do PiOIl, no lo han sido tanto, Esto lo sabe "El ser, francos) sc danan por bien servIdos de ser Símbolo" mejor quc nQsotros ,porque lo supone- unos pequeños Césal'es, Un pequeño C~sar ,es un mos mas yersado en la. historia eclesiástica, hombre de un segundo ra,ugo en la. histona del Roi por solo esas cuatro letras se nos dice que mnndo, por lo ménos ; i esto es mucho, El quejido incurrimos en "vulO'aridadcs de mui mal O'usto pues ha sido es temporáneo, La alarida de " El' que revelan un olvido lamentable de las I~glas Tiempo" h~bria sido disc~lpable.' si hubiéramo,s mas triyiales de la cortesía," Bien, si estO' es eier- llamado al Jeneral Mosquera petlt Neron o pet~t to ( i cierto será. cuando lo dice "El Símbolo") Mario, oPsenraremos: 1,0 que a una. vulgaridad de mal Ahora, lo que no hace honor al patriotismo de gusto no se da contestacioni i 2,° que el que un ciudadano es con\crtirse en áulico de un pode­se ohida de las reglas mas triviales de la cortesía, roso; pero criticar sus actos públicos euando los es un patan ; i a un patan no se le hace caso, cree dignos de censura, eso sí le hace, i mucho, Luego "El Símbolo" no ha debido atacar a honor, La cita del patriotismo es pues aquí con- 1< lijl Mosaico," traproducente, " Finalmente ¿ por qu6 no mostró" El Símbolo" Mas lo que hai en esto de graye, es lo siguiente: la misma indignacion i lo,s mismos ascos, ahora que se nos amonesta, esto es, que se nos rUEvIENE, ­meses cuanuo "El Mosaico" se permitió decir que que se nos ADVIERTE (i por lo mismo que se nOB los diputados al último eongl'éso que habian opi- amena:'i5a en caso de reincidencia) que no volvamos p.ado por la venta de las reservas del ferrocarril a atacar por la prensa, en lo sucesivo, al señor j e­de Panamá, se habi;].I), dejado toca-¡- t esto es com- neralMoscluera; i en dónde es que se nos hace pl'm') por Mr, Totten? Probablemente porque esas esta amonestacion? cn "El Tiempo," periódico no serian vulgaridades de mal gusto ni olvidos de que ha pocb sostenia que no debe prevalecer la la cortesía con que debió tratarse a los represen- constitucion de Rionegro sino la. fzterza,- no la lei tan tes de la soberanía nacional. sino el derecho del'CencedOl', Doctrina" tanto mas Qué bueno hubiera sido que Aristarco hubiera alarmante cuánto que, sabido es, que en su reciac-tenido las virtudes de Caton el censor 1 cion mete la. mano con bastante largueza un alto Pero, a mayor dolor, diee "El Símbolo" que juez i es decir, uno de 108 miembros del tribunal " El Mosaico " actual cs. una especie de alcance a austero guardian de esa misma oonstitucion! " El 'l'iempo," i "El Tiempo" que es un ape.ndice ¿ Por qué pues se ataca a "La Opinion" di­a "La Opinion " o sea a. " El Símbolo" puesto ciendo que la redacta el presidente de la repúbli­que, como ya lo' demostró cierto majist~ado fun- ca, i se quiere convertir en buen derecho la redac­dándose en que dos cosas iguales a una tercera cion de "El Tiempo" por un majistrado de la son iguales entre sí, ''.El Símbolo" i "La Opi- suprema oOl'te ? nion" son la misma cosa por ser iguales a " I~l ¿, Por qué se predica la doctrina de que no se Oonservador," debe atacar al jenera'! Mosquera porque va a 8ubú' Pobre" Mosaico"! cGmo lo tratan: " El Tiem- al poaer, i se escarnece semanalmente al doctor po" levanta la "ata del ma0,Stro i se ' lo echa a :VI urillo porque ya a bajar aol poder? Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 210 JjjL MOSAICO. .....--..h.' ..... '.f' •••. '~~ .......... ~.'.h .•..••.•. ,...,..f •• '.~ ••.• "lo, .................... , ••••••••••••••••••••••••••• , .... ••••••••••••••• , •• , •• , •• ,·~ •• ,.~' ••• nl".' •• '·'f·,.I,.' •. f •• tl.',.' .. ',O'·U·., .... Ahora, si la primera amonestacion hecha a " El 7.° ~ntierran a sus deudos segun ese rito tam~ Mosaico" es un regaño con amenaza ¿ pasarcmos bien? . del regaño a los azotes? Se no:; quiere conmi'nar Sí los cn·tierran. con un 13 de junio? Entendámonos, como dice 8.° Permiten que sus esposas se confi,esen, i va- " El Tiempo? " yan a cuarenta horas, i a sermon, i a misa, La e ~presion del pensamiento por medio de la i hasta que cntren a ejercicios espirituales? imprenta no tiene limitacion alguna. Así lo dice Sí lo permiten. el padgrafo 7.° del artículo 15 de la constítucion Entónces, obras son amores, i no buenas razo-del pais, firmada por algunos de los redactores de ncs. ¿De qué vale charlar contra el catolicismo, si " El Tiempo; " sí, í entre ellos; por el mismo re- el dia liGO hai que confirmar esa charla con hechos, dactor-colaborador que en Rionegro fué el apóstol i que ejecutar lID acto sério de relijion, no se con­de la libertad absoluta de la palabra. firma , i se ej ecutan esos hechos conforme al cere- ¿ Por qué pues prevenir i amonestar hoi a los monial católico, apostólico, romano? . que hacen uso de ese derecho sagrado? ¿ Por qué I Eso es, no solo pasar por las horcas caudillas, meterse la leí en el bolsillo i mostrar los dientes sino vivir debajo de ellas. afiliándose en el bando de Franklin, quien decia Los dichos no son los que caracterizan, son los que la libertad de la prensa suponia la libertad hechos. 1 aSÍ, como "el ser mal mason no destru­de garrote? ye el carácter de mason," tampoco el ser mal cató· Por otra parte ¿ qué derecho tiene" El Tiem- lico quita el carácter de católico, puesto que, como po" para interrogarnos en estilo judicial, sobrc si ha dicho "El Tiempo," la crisma imprime" carácter. 'Somos o no conservadores? E3 que no se puede 1 basta de respuesta, pues no queremos penden­Ber conservador sin su permiso? es que tampoco se cia, i mucho ménos entre comadres, ni nuestro pe­puede ser conservador? riódico es un periódico político, :lUnqu~ esta eues- ¿ Porqué nos pregunta si somos católicQs? Le tion sea mas social que otra cosa. va en ello algo? Tampoco se podrá ser católico Nuestros suscritores nos perdonarán esta res-sin su permiso? pucsta; i recuérdese t]ue "El Mosaico" es el ata- ¿ O es que somos católicos;'i somos conservado- cado, por "El Símbolo" como anticatólico, i por res porque no creemos en su candidato, como en "El Tiempo" como católico. el representante de todas las potestades sobre la tierra? '* -" LA flor de mi esperanza," tal es el título de Nos pregunta que de dónde sacamos los 160 la última composiciQn literaria que ha salido de millones de católicos, de que, por incidencia, habló nuestra preusa. Su autor es el señor Mariano G. "El Mosaico." Los saoamos de la estadística uni- Manrique, cuya trájic3. historia, de todos conocida, versal; la cual procede en estos casos (si es que ha hecho de él el poeta del dolor i de los dolores. "El Tiempo" supone ignorarlo) sumando los ha- Viudo desde el pié del altar, el cantor vivc por bitantes que hai en cada pais católico; sumando los decirlo así sentado al borde del sepulcro de su italianos, los españoles, los franceses, los por tu- Luisa querida, i su arpa, eco de su pensamiento, i gueses, los alemanes de los estados del sur, los prn· su pensamiento, eco de su afliccion, la una con los sianos no luteranos, los austriacos, casi la mitad sonidos, el otro con las lágrimas, no alientan sino de los suizos, los belgas, los americanos del sur &.a para la fada eterna de sus amores. Alianza de la Poco importa que entre estos haya algunos que, poesía i del alma herida, los versos del señor Man­como los redactores de "El Tiempo," digan que rique ruedan siempre sobre el mismo tema: el re­se burlan del catolicismo; esto no perjudica en nada cuerdo; pronuncian siempre el mismo nombre: el a la clasificacion jeneral. de la esposa muerta; arrancan siempre la misma Tambien se dice que talo cual pais está civili- lágrima: la del sentimiento jeneral. zado, aunque se encuentran en él tres, cuatro, cien roeta de otra cdad, el señol'l\Ianrique, amante bárbaros. fiel i trovador constante, aumentará en la posteri- Nos pregunta" El Tiempo," i nos exije que dad la escasa lista de los Petrarca i Tasso, así contestemos categóricamente, si" El Mosaico" se como su Luisa es ya la hermana de Leonor i de eonfiesa i comulga por lo ménos una vez al año . . Laura en la inmortal rcjion de las estrellas. Es Le contestaremos que "El Mosaico" no puede de ese modo que se forman las familias del espíri­hacer ninguna de estas cosas; i que, en cuanto a tu, i que la ternura del corazon une a los hombres sus redactores,no se creen estos en el deber de con- i con la misma estrechez quc el vigor del jenio. fesarse con legos, i por eso no cuenta su vida al " La flor de mi esperanza" es el cuarto libro primero que se antoja de averiguársela. que el señor Manrique consagra a la memoria de Pero ya que está de moda preguntar, pregunta- su esposa, i creemos que no será el último. Esos remos a los que tanto se hurlan en " El Tiempo" libros son las misivas de su alma a la que mora del catolicismo, burla que es para ellos ya una entre los ánjeles ! monomanía; pero que n'o pasa de las palabras: El señor J. M. Marroquin, escritor tan castizo 1.0 Están ustedes bautizados? como conocido, ha puesto un prólogo a la obra Sí lo están. del señor Manrique, la cual está dedicada a la se- 2,° Han renegado ustedes de ese bautismo? ñorita Hortensia Diaz. Granádos. Tales mecenas No han renegado. I asegJlran un suceso brillante al autor. 3.0 Están ustedes confirmados? " La flor de mi esperanza" se vende en la im- Sí lo están. I prenta de " ~l Mosaico" a 30 cen.t~vos el ejem: 4.0 Han renegado ustedes de esa confirmacion? pIar. Ocurl'lr pronto porque la edlClOn no es mUl No han renegado. abundante. , 5.0 Se han casado ustedes segun el rito católico? -SE nos ha asegurado' como cosa Cierta, que Sí se han casado. algun travieso se ocupa en redactar una obra de 6.0 Han bautizado sus hijos segun ese mismo polít~'ca práctica e'.l que se r~jistr~n, entre otros, rito? los SigUientes afOrismos elecClOnanos. !;¡·f loa ha.n bautizado. 1 Candidaturas amansan jenios. /' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL MOSAICO. 211 No elije el que vota sino el que escruta. Los verdaderos candidatos no son los .que figu­ran en las listas. En ma.t.eria de elecciones el presente se come at ausente . • En toda lista debe haber candidatos de lujo para engañar a los tontos, i saca l' tras de ellos a los suplentes. El candidato que no disponga de un pueblo o de uno o mas rej istros, es moro al agua. En materia de elecciones la mejor política es la inglesa: estar con el vencedor. . - " QUEJAS de unos empleados." Con este título se anuncia. tambien un trabajo burocrá.tico de in­contestable mérito, i en que unos infelices de esos que las buenas jentes llaman pitanccros, se quejan amargamente de que los soliútantes en cortes no los dejan ni un momento tranquilos, pues los persi. guen, .como dice el padre Astete, al levantarse de la cama, al salir dc casa, al cutral' a la iglesia, al comer i al dormir; i en que prueban, como dos i dos son cuatro (no que este mundo es un teatt-o, los hombres cómicos todos) sino que la calle no es ¡ji, oficina, ni su casa tampoco, i que no está.n obli- , gados a dar audiencia al dcscampado a todo bijo de vecino, con las piernas flojas de hambrc, léjos del espediente i r esolviendo en una esquina lo que -es asun to de estudio de papeles i de meditacion; que hai horas fijadas para el despacho, i que el • que, teniendo algun negocio con el gobierno, no ocurre en tiempo deberá quejarse al mono de la pila (plazuela de San Cárlos, sin número) i DO convertirse en el Cabrion de los encargados de los destinos de la patria; i lUuch!? ménos eD el Cabrion armado como diz que ha sucedido mas de una vez. Se eree que esta obra será mui popular entre los del gremio victimado, pero que no aprovechará nada a los del gremio victimador. Hai jentes qne son un solo callo! -ABRASE el ojo, pues el gobierno frances' ha acuñado una gran cantidad de piezas de plata que parecen reales i que no lo son, i como acá nos vie­ne todo lo malo, es probable que pronto DOS ha­llemos llenos de estos reales ñon.qos, los eual.es tienen por un lado el busto de Napoleon 1Il , cefiida la. frente con los laureles del 2 de diciembre, i por el otro la corona imperial que forjú su gran tio, con este letrero al pié: "50 centavos." -EL jeneral José Félix Blanco, \"enezolano que escribe en una \"asta escala la vida delliber'ta­dor Simon Bolívar, suplica" al interes patriótico de los deudos, amigos i justos admiradores de los hombres que figuraron en la magna empresa de la independenCÍ'a, que lo ayuden en su labor con las biografías de estos o con simples apuntamientos i retratos." DirijirRc, franco de porte, al sefior Ra.­mon Azpurcín, CanÍ,eas. -El sefior Fernando Ponce ha sido nombrado gobernador suplente del departamento de Bogotá, por renuncia aceptada al sefior Cenon Padilla. -El gobierno de Cundinamarca ha dispuesto que se reciban como din ero sonante los billetes al portador del banco de Lóndres, Méjico i Sur-Amé­rica, en el pago de los dos contados restantes del impuesto directo. Como estos billetes est:í.n a la par, siempre se tendrá la ~ntaja de no andt\r con mochilas ni reales eh/moos. -EL señor A. Galindo ha propuesto al gobier­no de Cundinamaroa las bases de un contrato para la construceion de un camino que propiamente . pueda llamarse de herradura, desde los Robles a Guád~alJ, ¡la repal"llcion del que existe de Rogoti a los Manzanos. Pide cuatro años de plazo, i se com­promete a refaecionar, en el primer año, el camino de la sabana; en el segundo, el de los Robles a Chimbe; en el tercero, el de Chimbe a Cune; i en el cuarto, el de Cune a Guáduas, sin perjuicio do mantener transitable toda la via desde el 1.0 de julio de 1866 hasta la entrega total de la obra. 'í odo esto por la suma de $ 72,000, pagaderos por cuatrimestres anticipados, o sean $ 18,000 en cada año, que es lo que se cree produce por término medio la renta de peajes. • El señor Octaviano Guzman hace tan\bien propuesta para la composicion del camino de Guá.­duas a Villeta. Rai fond os, hai contratistas ¿ habrá tambien camino? Esta no es mas que una pregunta suel­ta; cuidado con ponerse bravos. -SEGUN las sentencias pronunciadas por la. corte suprema hasta el 31 de julio último, el tesoro nacional ha sido condenado a pagar la suma de $ 679,273-54,} por empréstitos, suministros i es­propiaciones en la pasada guerra. Nada hai mas pingüe que una re',' olucion; no hai pues que cerrar los estudios. -EJ. 30 de junio último i con el capital social de :$ 450,OOO.se instaló en San J osé de Cúeuta 11. compañía del camino carretero de San Buenaven­t ura, la cual tiene por objeto la_ construccion de un camino de ruedas de Cúeuta a lVIaracaibo. Pa­rece que al fin los colombianos están r esueltos a hacer algo de pl'ovecl¡fJ, como decia " El Siglo.". -l~ l armamento i municiones que los estados introduzcan para su seguridad propia, están libres de derechos segun el artículo 98 del código de aduanas, in ciRo 15; D;las ojalá que, en vez de pól­\" ora, balas i fusiles, se piense en traer máquinas de agricultura, aunque haya que pagar los dere­chos correspondientes. Todo fusil es una amenaza; toda máquina una fuent{l de riqueza. La diferencia y.ale la. pena! lTN é ASO DWXO DE SALOMON o SANCHO PANZA. Un solteron fué demandado por su criada. Pre­sentadas las partes ante el juez, la criada dijo : -El señor me debe seis meses cumplidos de sa­lario, i no quiere pagarme ni un cuartillo. -Es cierto, observó el solteron. -I por qué no quiere usted pagarle? preguntó el juez. -Para responder a usted, permítame que haga a mi criada algunas preguntas. -Hágalas usted. -Qué haces tú en casa? -Bl almuerzo, la comida i la cena. -Quién de los dos da todos los días para la plaza? . -Usted, mi amo. -Quiénes se comen ese almuerzo, esa comida, i esa cena? -Los dos, mi amo. -Bien; entónces por qué me cobras? yo lo com-pro, tú lo haces, los dos DOS lo comemos. Hai equidad igual ? • -Sí, mi amo; pero .... -Hai·tas yeces te 'he dicho que cambiemos de papeles, pero tú DO has querido. Qué mas puedo yo hacer que mantenerte ? Bl juez estaba pensatiyo, la criada dudosa, el solteron triunf~ntc. Pasó un momento .... el juez tosió i condenó al solteron a pagar los seis meSfS de salario. Oh tieml)os' oh eostumb\'es ! Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 212 EL MOSAICO. DE VICTOR RUGO. r Una flor a una bella mariposa Decia: no huyas mas' Triste e[l mi suerte, i es tu su'erte hermosa; Me quedo, i tú te vas' , Nos amamos, no obstantej i si del hombre No escuchamos la 'Voz, Sabemos que él nos llama con el nombro De flores a las dos. 'fú eres hija dcl aire, yo del suelo; Te vas, suerte cruel' i Quién pudiera seguirte en todo vuelo, Vel·tiendo aroma en él ' Mas' te vas, te vas léjos, i una alfombra De flores doquier ves; Miéntras veo no mas mi propia sombra Dar vueltas a mis piés , Ora te vas, ora te vuelves; ora Luces aquí, o allí; 1 donde mismo, en cada nueva aurora,­Me hallas llorosa a mí. O fiel ,amor' por qué. no nos Igualas? Tú sabes que, feliz Será ella i seré yo, si me das a las, O a ella le das raiz' II ~1adJ!0sas i flqrI"s, en la huesa Os habeis de juntar; Para .cumplir de uniros l:vpromesa, Buenq es todo lugar! rodo l~gar : el ai¡:e, si vaguea • Libre tu v1.lelo I>D ¡31j ' El verjel, si cl.lallJama centellea Tu t.inte en él verjel. Lo mismo es todo s,itio, hasta el desierto' Sé aroma o sé color: Sé mar'iposa, sé boton abierto, Ave, céfiro o flor' Lo que importa es que el uno 'al otro juntó , 1!)sl.eis: jüntos estad; ," :¡Dn la tierra, en el cielo .. __ ese es asunto pe !a car.;jlaliqad t oC_l' . LA HADA. AZUL. Un dia la hada azul descendió a la tierra con la ~mable intencion de distribuir a sus hDas, las J6venes de todo el mundo, el tesoro de favores que lleva ella consigo. Su enano Amaranto snena su trompa, i en el instante nna beUcza de cada p.ais se prssénta de­lante del trono de la hada, ac:¡bando· p or formar l)na concurrencia numel'psa. , " La buena hada se pone de pié,. i despues de saludar al. concursC! con bondad, le di,cc: ~e vemdo con voluntad de hacer -qn obsequio a cada: una de vosotras; mas ninguna de vosotr;t!3 se queje del don que reciba, porque no es,tá. en mi poder dar a todas las Plismas cosa. P or otra par­te, la\ uniforrnidad en niis larguezas cai!éceríá de ~ilio. ' ' , . Como el tiempo es precioso a las hada1s i estas l,J.ablán poco por lo jeneral, la: graciosa Aztillimi tó a esto su discurso, i' empezó en él, aeto h~ distl'ibu­' CÍon de sus presentes, pues no se hizo objecion a su dictámep. ".' ..t\- la española dió nno~ , cabel1ds 14n largos i 'tan negros; que podhin mi:li bien ~'eemplazar su caprichosa mantilla. " " ' A la italiana !lilOS ojos "ivos i , brillant~s c~mo las erupciones de UD volcan'. A la inglesa un rayo de la aurora boreal para velarse el r ostro. / ' A la alemana unos dientes de perla fina como no los tenia la hada misma. A la rusa el simbrear de l:J. palma i la dignidad de la roina. A la americana la vÍljinidad e.n las formas i en el alma. A la francesa el desenfado i la gracia. Entrando destroes en detalles internaeionalel!, ' derramó la sal en los labios de la napolitana, el espírit1,l en el cerebro de la irlandesa i el buen sentido en el corazon de la flamenca; i cuando _ya no le quedaba mas qué dar se levantó para alzar su vuelo. -r a mí? dijo la bogot:1na r cteniendo a la ba­da por las bandas flotantes dc su traje. -Cómo' esclamó 1,. hada sorprendida, os be olvidado? -Completamente, respondió la bogotana son­riendo ruborizada. -Sin duda estabais mui cerca de mí, i no os he visto. Mas, qué podré hacer por yos cuando he ' dado todo cuan to tenía? ' Empero, en vez de continuar su viaje se detuvo un momento pensu.tiva, i llamando lucgo a sus encantadoras favorecidas, las dijo: -V osotras debeis ser buenas puesto que sois lindas; a vosotr as.pues toca reparar el error, dema- I siado grave, que yo acabo de cometer. Yo he olvi­dado a yuestra hermana la bogotana; que cada una pues se desprenda de uria porcion del presente que ba r ecibido para dotar a la hija del Funza __ . vosotras perdereis poco i r eparareis demasiado. Con repugnancia o sin ella, fue preciso obedecer a la hada Azul j por lo que, con la gracia con que bacen todo las jentes felices, todas las jóvenes be­llezas rodeal:on a la bogotana, i le dieron al pasar, l:¡, una parte de sus cabellos negros, la otra la luz de sus ojos, la otra la rosa de sus.mejillas, la otra sus dientes de perla, la otra la: esbeltez de su talle, la otra su gracia, la' otra la pureza de sus movi­mientos i el pudor de su corazon. . He ahí cómo la bogotana se encontró en un momento poseedora de todos los encantos imaji­nables. Sinembargo, su belleza tiene un pequeño defecto, i es que l es falta a algunas el título de suscritO!:as a" El Mosaico." --~--~------ QUÉ I,E SUCEDE A.L ULTIDW !!lONO r Para gozar de plácidos inst.ant es Tuvo Juana un amante, dos amantes, Tres amantes i qué digo? casqui,ana, Muchísimos amantes tLIVOI Juana. Pama cobró, por singular veleta, De coqueta, ¡ aun mas que ele coqueta; Mas ella prosiguió con tal denuedo , Que todos la tildaban con el dedo. Todo el mundo decia: "Esa muchacha, Por mas que tenga seductora facha, No puede ya en la vida hallar un l}ombre liJue darla quier-a con su amor su nombre." . 1 todo lel m'undo se engañó, no obstante, pUIilS despues de u.u amante i otro amante, 1 otros cien que de Juana el:! detrimento publicaban mil cosas que no <¡uento, Llegó a PeJ,Je su turnoj el emir, ansioso De merecer el título de esposo, Halló a Juana tan pÚdi<;:p. j tan bella, Que aleto oénti'l1l10' so casó' o1>n ená' . 1 bien, caro lector, este rellllto '1 I Nó prueba que- sea Pepe un mentecato l Solo nrqepa-el re(val} que boí está en boga, '''f' Q ,lIQ es el últi¡n,Q ¡nono el que se ahoga. . ,J. :M. YTl, T.E \l.(:A~. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .EL MOSAICO. 213 EN éASA DJIL m~~T!STA . -A lo quc parcce los dolorcs de usted son in- - Tres largos cuartos de hora hace que la tal tolerables, le dice 1\1. Duchemin. • señora entró al gabinete, dice una mujer larga i - No me hable de eso, scñor : ocho dias llevo flaouchenta quc no tiene relleno en toda su per- sin pegar los ojos ,! ' sona sino una mejilla notablemente hinchada; i -Pcro ha debido venir desde ántes. nunca se ha visto uoa tardanza igual. No es -No ha sido, no, por miedo. 'Es que, ya sabrá verdad) M. Duchemin ? usted, uno tiene su capricho por sus huesos. 1 M .. Dnchemin es un viejecito seco, radicalmente luego cree que de un momento a otro va a ccsar el calvo, qU0 usa peluca cnsortijada i algo don en las dolor. Ah! Qué diantres! Mire usted, ,el miér­orejas, i que exhi.be con frecuencia en casa del coles en la noche rompí todo lo demi cuarto. dentista su último diente, especie de perla falsa -ne véras ? de quc él está enamorado como dc una joya úni.ca, -I cl juéves lc pegué a mi mujer. o de viejo caduco que lleva luto por sus treinta i -Hombrc'! un hermanos difuntos. -Esto último me alil'i6 un poco" R oi quise -Creo, r esponde él, que se trata de una hilera echarme por el balcon. completa que ajusta¡·. -Qué imprudencia! I ¿ quién le iinpidió hacer La palabra completa es pronunciada por él con esa calaverada? . algo de biu'la, da a entender que, gracias a Dios, -Mi mujer. él no ha¡ llegado a ese estremo. -Con que eUa se opuso? . -La coquetería deberia ceder el puesto al do- -No, me estimuló; i eso mE! hizo volver en mí. 101', r eplica la de,la fluxion. Díjcle~ con que te lisonj earía el verme ir a buscar al -Mamá, a mí no me dl,lelen los dientes; yo me dentista por la via mas cor ta? no ? Pues no iré. , quiero ir, dice gruñendo un muchacho como de Pero ¡qué ' diablo de dolor tan condenado! I le seis años. añadí: No era nada que por cualquier cosa fue­- Vamos, Gustavo bien sabes ' que hai que sa- ra yo a que me rompieran la quijada! A mí no se carte .ese maldito colmillo que se te ha cargado. me da nada del dolor. R e visto cortar brazos, pier- -I eso me aprovechará, mamá? ' nas, i no hecho ca~o. Mas con mil de a caballo 1 -Al contrario, amiguito. ' no acabará por fin este señor Ducrocq ? -Séa como fuere; yo quiero irme. Prefiero Un grito desgarrador sale del gabinete. Sensa-quedarme con mi colmillo doble, oion en la sala. Bélard palidece. -Es que a ratos la abundanoia de bienes per- -I eso qué es? le pregunta a Duohemin con judica" dice agradablemente M, Duohemin. voz temblorosa. -I usted a qué viene aquí, señor? le pregunta -Mucho estrañaria que hubiera sido una oarca-el pilluelo; supongo que a usted no le queda nada jada, le contesta el hombre del diente único. que hacerse sacar. -Con que duele mucho? Yo no sé; ya se ve, -Cómo no, responde el viejecito mordiéndose hoi vengo por la primera vez. Usted sí habrá Te­mañosamente los labios; todavía me queda muoho nido unas treinta ooasiones, no es verdad? en el fondo. Duchemin, pioado por esta suposioion, resuelve -Dientes oargados como a mí ? ir preparando su venganza. -No tanto. -Señ'or, le responde, es poco mas o ménos el -A ver 1 le dice entónces el terrible muchacho. suplioio mas espantoso que peleda sufrir el hombre. -Felizmente para M. Duchemin, a quien tal Apénas se comprende cómo haya quien lo soporte. interpclaoion va a bacer quedar mal, en este punto -Di1).blos! Pero no dura mucho ¿no? la puerta s,e abre con estrépito,i un sujeto llamado -Algo. En muohas ocasiones hai que repetir. Bélard, penetra en la sala oomo un tigre en la I cuando el nel'vio dental se' r evienta, cuando el arena. alvéolo se rompe, cuando la quijada se quiebra, El nuevo personaje pareoe heoho en el molde de que es lo que mas frecuentemente sucede, la sen­Goliat. Esta brutal sensitiva se encoje al primer saoion 'es idéntica a la que oausaria un hierro can· contacto del dolor, i el mas humilde borrego po- dente que le.metieran a uno por .... dria ganarle a enerjía. . -Demonios! ... . Si habláramos de otra cosa. -El célebre dentista 1 el seuor Ducrooq 1 dice Yo me rio del dolor; pero ya comprende usted .... rujiendo al entrar. Ahora i cosa rara 1 me siento mejor; ya no me -Está en el gabinete con una Señora, se apre- duele. • sura, a responderle M. Duohemin. -Mui a mcnudo sucede éso al llegar a casa del -Con mil demonios! I yo no puedo ya aguan- dentista. Es de atribuirse al miedo que sobrecoJe tar! Pero véamos, él debe tener ulgun practicante . al paciente, el cual miedo obra sobre el sis~ema que lo reemplace. ' nervioso i paraliza por un instante el dolor. Pero -No, señor; él tl:aoaja solo. . 11a reaccion, caballcro, la r eaooion, es espantosa.1 La puerta del ~ablnete se abre. El dentIsta aso- -Con todo me atengo a ello .... Oon que adlOs, ma la cabeza ~onr¡éndose; ~se es su modo de pre- señor. guntar a los que aguanhn, a cuáll\) tooa el turno. -Ya volverlís, ya volverás! murn~ura el ame- El jigante Bélarcl. q¡niere ádelantarse; pero la se- drenta!1.or. . ñora de la fluxion le detien~. . Los dientes son despachados unos tras otros. En -Perdon, caballero, a mí ple toca. el momento de pasar; DUGhemin alcanza a ver a -Oh! pero oOlpi;J.igo es a~unto J d? un i~stante. Bélard que vuelve. El)igante, eJ;ltra echando los , -No le hace; a mí me toca; yo VIDe prImero. bofes. . í .J Bélard furioso int~u~ela .al lientista : -No hai r<:)medio, no h ~i remcdio! e~clanla -Vamos pues deme usted 'una herramienta Rai que hacerlo. No aguardo a que llegq.ra a oasa cualquiera! A ~í .nÓ Dl.Ó '14sus,tP: c1\10lo,r, yo mismo para .eD1p'ézar 4e ntlevo, i p~or. lYLi mujer se me quíero romperme ¡a cii~p,a! 1\ IJ~ :" rió en 1a~ ~aJ'ioes; , ~ntéinc.es qí.tise sacudirle, ' oO,mo -Es mucho mejor' que ,a.,gu:¡,rd,e el <;aballcro, le el jué,'es ( últi~q, unq. vez que eso me habia aliv~a-responde el dentista. do ; peto ella SEjme escapó'; no la pude alcanzar, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 214 EL MOSAICO. ..... ~ ••••• , •••••••••••• '" _."., 'o"~ ,,0.' 'o , •• •• , ••. ,._ o.' ' • • 1 •• _ .••• , •• f'. ,', o',,'. 1°'.".' •. lo o ••• ,." ••••• , •••• o,' •• o,, " ••••• ""':" •••••• 'o 10." •••• ' •• ' ,.' o,' ........ 10" 10.0 •• , •••••• ' •••••••••••• o •• o •• Así es que me he resuelto a acabar de una vez I involuntario. Con tal aparato uno queda asegu­con esto. . . rado en un instante; i eso es con mucho preferi­-:- lVIal hecho quc la señora su esposa no'.haya ble a la intel'vencion estraña. comprendido que era su deber prestarse al :tlivio -En cuanto a mí, renuncio a su nuevo .aparato, de usted, contesta socarronamente lVI. Duchemin. -Es decir que desiste? -Oh! 1:'ero si >las mujeres son tu,n eg01stas! , . . -Pues mire usted, a mí me queda un recurso Mas ya le llegó su turno a usted, i creo que no tar- para aliviarme, recurso que ya me ha producido darin mucho con usted, sus dientes no deben ha- buen resultado ___ _ voi a ver si ya mi mujer ha cer gran resistencia. _vuelto.-Pero ____ con todo el infierno! si parece Una vez soloo Bélard se pasea con ajitacion, re- que cstuviera ~ acien do gárgaras de plomo derre­flexionando, a su pesar, en las alarmantes .esplica- tiJo! N o hai r emedio ; llJe resigno! me r esigno! ciones de Duehemin. Bélard se deja caer jadeante sobre el si11on, i -Ha dicho, pensaba Bélard, ba dicho que es al oir al dentista preparar sus instrumentos, casi, como si le metieran a uno un hierro candente casi pierde el conocimiento. Aproveehandose Du­por, , , . I no acerté a preguntarle por dónde. Tal crocq de su situacion, interna su fierro en el golfo ve.z lo mejor era irme. P ero ¿ i si me hace burla dental del pacien te. __ . Un grito supremo se oye mi mujer? Eso no importa; yo la obligaré a que entónces!. __ • Todo está acabado. La muela se calle. Sí: se me va a reventar el nervio ; se me atrancada es arrancada; pero Bélard está comple-va a quebrar la quijada. No hai r emedio!.... tamente desmayado. . ' lp.e voi ! j Lo que somos hablando, i lo que somos obrando! En el moment.o en que Bélard se díspor~e a sa- L. L. lin,e caminando de puntillas, la puerta del gllbinete ----<--- se abre i aparece el semblante risueño del dentista. [ A SILVIA, -Caballero, sí usted gusta. . . . SEÑ"ORITA CIIILENA QUE REGRESABA A su PAIS. -Ya no, señor. Usted me atormentad J1lU- Ave que busca su nido cho ¿ no ? Tendida el ala dorada -Lo ménos posible, caballer o. • Por cima la onda salada -A mí no se me da nada del dolor, solo que Que revuelve el huracan; me fa.stidia. Ah! con mil diablos! AUa voi ! V uela, sí, vuela a tus bosques Bélard se sienta sin resignacio~ en el banquillo. De perfumes i de flores, Ducrocq procede a sondar las devastaciones de 111. Do es el césped de colores ciries. I las aguas de cristal. -Seño'r, dice el paciente, debo avisar a usted Vuela, i en la noche eleva que su mucla está atrancada, Con tu canto tu plegaria, -I eso qué quiere decir ? Sobre la urna cineraria -Que tiene cruzadas las. r aices de modo que no De los séres de tu. amor. se la puede 'arrancar sin romper el arco alveolar. Esos que, en mejores dias, -P!iro, con mil condenados! por qué está Ave huérfana i doliente, atrancada? Posaron sobre tu frente -Ese es un capricho de la JiatUl:alcza. Sus ósculos de pasion. -Maldito capri cho!' Esos que en el alto cielo -Usted es hombre! í me ha dicho que no se le Gozan ya de eterna gloria, da nada del dolor ; procedamos pues a la eXM·é8i8. I que son de tu memoria -A qué? . El ensueño anjelieal. -A la evulsion del -raigon , si usted lo prefiere. Esos por cuya existencia -Señor Ducrocq, váyase usted con tiento por Dieras tú vida i encanto, Dios! I 1 cuanto hai de noble i santo -N o te;nga usted cuidado, aunque el alvéolo En tu seno virjinal. deberá saltar en gran parte. Lo que ha de hacer Vuela, sí, vuela a tu nido, usted en elll~omento en que yo dé el tiron, ¡-os tiro- Ave estranjera i hermosa, nes,porque me, parece que serán necesarios muchos; Como el aura misteriosa lo que ha de hacer usted, digo, es agarrarse. con Vuela en busca del verjel. fuerza a los brazos del sillon, sin lo cual me seria Allá está en tu hogar querido, Í.Juposible of?'ecel'le su IDl].ela. Allá entre los altos montes; ' ':'''Conque será necesario que me agarre. I los patrios horizontes -Sí, a lo ménos que usted preiiera que lo ama- Son los cielos del eden! n emos, Vuela, i er" céfiro aman te -CáscRms! No es nada todo lo qu~ usted me Empuje tu ala afanosa; está diciendo. P ero dígame ¿no seria mejor que Vuela i su ljlmbre radiosa usted me hi'ciera aspirar el cloroformo? Te prestG el sol al yolar! -¿, Con quién se figura usted que está hablan- I en la noche oscura i fria do? le dice con indignacion el dentista; s,epa T~ sendcro de fortuna, usted que yo jamas apelo a ese medio deplorable. Alumbre dulce la luna --I eso por qué? . En su dulce rIelar! -Pues porque él des?nQ?'aliza el dolor. Doquiera el canto sonoro - -Pero yo me rio de esa desmoralizacion. De los ba,rdos a tu oído -I luego las eonsequencias de la anertheria son Llegue en son desconocido muchas 'veces de la m,a'yor grávedad. De esp~ranzas i de fe; . -No le hace, señor. Doquiera brote el follaje . -Vamos! Habrá~que :tmarrarlo a usted! Ahí ) Flores a tu vista, el cielo tengo un lindo aparato de dorreas, del gue soi Borde en púrpuras su "elo, iri,entor, et.~,ual bace 5m'positilc tódo Rl'o\'imiento 1 pise rOsas tti"pié:' j ( / Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL MOSAICO. 215 .A •• • ........ • .. ,aJI • • '·.'·I'-I'·U·\.·'.'I.'·.'· •. ·,.·, .. ' •• ~ .'".' .• '.I" •• ·'.·1' ••• 1 •• "., •• ' •• ' .••••••••• '.1 ••••••.•• ',.'., •••• ' .• ' •• ,.' •• ~ .-., •• ,IU •••••• ,'.,'., •••.••. ' •. ".'.',.' •. 'o., .. , ... ' ••••.••.• 4.t'" 1 tras la dicha en la tierra, De la patria en el r egazo Gozada, i en santo lazo, Vuelve al cielo, ánjel de amol'; 1 cn oriente perdurable, D e arcánj eles en el coro Alza tu acento s'Onoro En alabanza de Dios! F. PÉREZ. .ESPIRITUALISMO I ESPIRITISMO. ~ ( CONTINUAOlON DEJ~ NU1I1Imo 24.) IJI. ,: Aplícase el cnlificativo de tonto, a (alta de otro t6rmino mcjqr, al hombre que, por sus opiniones, se hulla solo en medio ue su !lacion i de su siglo; i si encuentra partidarios, ora sean r ~ales o aparentes, en tanto que el ¡\úm<..Ioo. ro de estos sea pequeño, p;Hoticipan con él del propio títnlo i de igl1al oprobio." lVinet's Vital Cbl'istianity, pújina 64,) Se dijo en el artículo que ha motivado esta répli­ca, que si la teoría de la elevacion de las mesas, por la causa q ue se le asigna, fuese cierta, "el mundo se desplomaría;" que los Espíritus en sus dictados HO revelan ni,ílicen nada nuevo; que es mui poco poé­tico el medio de que se valen para comunica rse con los hombres, cual es "el de meterse entre una mesa o tras de .una puerta;" que se consideran "todos esos prodijios de que hablan 'os evocadores de espí­ritus, como las vivezas de mano de Compte i de Ho­berta Houdin;" i que no se puede'ménos de "estra­ñar que haya personas sensatas capaces de creer en la intervencion de los espíritus de una manera tan prosaica e infructuosa." Todas estas jeneralidades se han repetido ya, cen­tenares de veces, i abundando en mas o ménos chiste i sarcasmo, por los adversarios ~ratúitos del espiri­tismo. En el curso de este trabajO irán apareciendo, naturalmente, las respuestas a cada una de - las es­presadas objeciones; i me limi taré, por ahora, tan solo a insertar la siguiente esposicion hecha por Allan Kardec en su introduccion al "Libro de los Espíi'itus," duodécima edici on de 1864. En esta pie­za séria, sencilla i luminosa, la mas adecuada para ilustrar el asunto que nos ocupa i preparar el campo para los ulteriores desarrollos consiguientes, se ven\ si el espiritismo consiste en el fuego de las mesas o en la evocacion de los Espíritus de la manera narra­da por el señor articulista. " La doctrina espírita., como toda <;osa. nueva, tie­ne sus adeptos i sus contradictores. Vamos a trata.r de responder a a lgunas de las objeciones de estos últimos, examinando el valor de los motivos sobre los cuales se apoyan, sin tener, no obstante, la pre­tension de convencer a todo el mundo, porque Lai jentes que creen que la luz se ha hecho esclusiva­mente par:t ellas. Nos dirijimús a las personas de ·buena fe i sll1ceramente deseosas de instruirse, sin ideas preconcebidas o irrevocablemente aceptadas, i les demostraremos que la mayor parte de las obje­ ·ciones que se hacen a la doctrina, provienen de nna observacion incompleta de los hechos i de un juicio formado con demasiada precipitacion i lijereza. "Recordemos primero, en p'ocas palabras, la serie prqgresiva de los fenómenos que han dado nacimien­to a esta doctrina. • El articulo publicado sobre esta materia, el1 el número 24, llpesar de que fué cuidadosamente correjidC"l en la 1Jrneba" por dl~trnccion del cajista salió plagado de faltas tipográficas 1 de errores, sicndQ Jos mas st1st3n~iaJt!s ~stos: en la pá.!lna 189, pá­rrnfo 4 o dice: , ,Beroso, Sanchomaton 1 ¡rosefo &,11 debIendo leerse: Deroso' Sanchoniaton i Heródoto &.1\ En la pájina 191, })cnú ltimo pArraf~. dice: .. " J. Pero hasta. dónde llega. la observacion &,3,_ debiendo leerse: ¿ Pero hasta dónde llega In abe rracion &,:1. Pu­sose tambien: AUnr Kal'd ec, Richenbach, en vez de ABan Kardec. :Reícbenuach; jéuie, nbjetiYo, en lugar de génie, adjetivo &.11 Quise, uden;lus. sin que }Jubi ern podido consc!!u,irlo, c(,~nservar siempre escrita con mayuscula la palabra Esp,/r1,t!¿, deSIgnando las entidades inmateriales del mundo invisible, n reserva de usa.rla con minúscula en sus otras varias aplicaciones. Scgnir.6 pues ese sistema en ~o sucesivo. para evitar confnsion, suplicando so me ~'gI>ellse eota pe'lu ~~a falta gra,!,ntical.-l!:. O. " El primer hecho observado ha sido el de los di­versos objetos puestos en movimiento, designado vul­garmente con los nombres de mesas júato?·Üt.~ o ba'Íle de las rnesas. Este fenómeno, qu~ parece haber sido observado primeramente en América, o mas bien, que se ha renovado en aquel pals, porque la historia prue­ba que remonta a la mas alta antigüedad, se ha pro­ducido acompÍtñado de circunstancias estl'añas, tales como ruid os insólitos i golpes efeotuados sin ninguna causa ostensible conocid a.. De allí se propagó rápi­damente en Europa i en las demas partes del Inundo: fué mirado con mucha incredulidad al principio, pero la multiplicidad de las esperiencias que se hi­cieron, prQnto no permitió ya el dud:tr de s u realidad. "Si este fenómeno se hubiera limitado al movi­miento de los objetos materiales, podria esplicarse por una causa puramente física. Estamos l~jos de conoce¡' t odos los ajentes ocultos de la naturaleza, . todas las propiedades de los que conoccJ:l1OS. La elec­tricidad, por otra parte, multiplica cada dia" hasta lo infinito, los recursos que procura al hombre, pare­ciendo destinada a n.lumbJ'ar la ciencia con una luz del todo nueva. No habia pues nada de imposible en que la electricidad, modificada por ciertas cir­cunstancias, o cua lquier otro ajente desconocido, fuese la causa de tal movimiento. La reunion de mn­chas personas, aumentando el poder de la accion, parecia apoya r esta teoría, porque podia cQnsiderar­se su conjunto como una pila múltiple, cuyo podel esluviese en r elacion con el número de los elementos. "El movimiento circular no tenia nada de estraor­dinario, porque está en la natural eza : todos los as­tros se mueven circularmente, i así pues, podriamos t ener en pequeño un reflejo del movimiento j enera l del universo, o mpjor dicho, una causa des4onocida hasta entónces, podia producir, accidentahnente, par[t los objetos pequeños, i en circunstancias dadas, una corriente análoga a la que arrastra los mundos. " Pero el movimiento no era siempre circular: en ocas iones era brusco i desordenado; el objeto vio­lentamente sacudido, derribado, impelido en una dil'eccion cualquiera; i, contrariándose todas las leyes de la estática, era a veces le"antado del suelo i mantenido en el espacio. N:tdli hai, s incmbargo, en estos hechos que no pueda~espl i ca rse por el poder de un ajente físico invisible. ¡,No Yen1'Os que la electri­cidad derriba los edificios, desarraiga los árbo les, lanza a lo léjos los cuerpos mas pesados, los atrae o los rechaza? "Los ruidos ins61itos i los golpes dados, suponien­do que no fuesen efectos ordil?arios de la dilatacion de la madera o de cualquiera otra causa acci dental , podian tambiell ser producidos por ht acumulacion del fluido' oculto ¡, la electricidad no produce los rui dos mas violentos? "Hasta aquÍ, como se ha visto, todo podia entrar en el dominio de los hechos puramente fis icos i fisio­lójicos. Sin salir de este círculo de ideas, habia en ellos matel'1a para estudios serios i dignos de fijar la atencion de los sab ios. ¡, Por qué no ha sucedido así? P enoso es decirl o, mas eso depende de causas que prueban, entre mil hechos semejantes, la lijereza del espíritu humano. Desde lu ego, quizá no Ila dejado de influir en esto 101 vulgaridad del objeto principal que ha servido de ba&e a las primeras e~per i enc ias. Qué influencia no ha tenido muchas veccs una pala­bra sobre las cosas mas grayes! Sin considerar que el movimiento podia imprimirse a un objeto cual­quiera, h idea de las mesas ha preva.lecido, sin duda porque era eJ.,objeto mas cómodo, i porque nos colo­camos mas naturalmente al r ededor de una mesa que alIado de cualquiera otro mueble. Así, los hom­bres superio¡'es son a yeces tan pueriles, que no es, de estrañarse que ciel'to~ espí ritus escojidos hayan creido indigno ~l ocuparE e de lo que se habia conve­nido en llamar el baile de las mesas. 1 probable e~, igualmente, que si el fenómeno observado por Gal­vani lo hubiel,sido por hombres vulgares i hubiera quedado designado con un nombre burlesco, estaria relegado aún al lado de la varita adivinadora. ¿ Qué sabio, en efecto, no hubicra creido menguarsc, ocu- I p¡índose del baIle rle las l'rf1las '? Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 216 EL MOSAICO. "Algunos, sinembargo, bastante mouestQs para ~onvenir en que la naturaleza puede tener algo que enseñarles aún, han querido ver, para tranquili7.ar su conciencia; pero ha sucedido que no siempre ha correspondido el fenómeno a su espectati,-a. I de que no se haya producido constantemente a. su '1'0- lunta·d i segun su manera de esperimentar, han con­cluido por la négativa. Mas, a pesar de su decision, las mesas, pues que mesas hai, continuan jirando, ¡ bien podemos decir con Galileo: iS'inc'rnba1'go, ellas se .1nneven! Diremos mas: es que los hechos se han multiplicado de tal manera que hoi están ya comple­tamente admitidos,' i solo se trata ,de encontrarles una esplicacion racional. ¿ Puede c1educirsealgo con­t. ra la realidad del fenómcno de que no se produzca de una manera siempre idéntica, segun la voluntad 1 las exijenci'ls del observador'l ¿ Lo enómenos de eTectricidacl i de química no estan 'subordinados a ciertas cond'iciones, i deben negarse porque nO s'e produzcan cuando faltan estas? ¿ Es de sorprender pues qüe el fenómeno del movimiento de los objetos por el fluido humano, tenga tambien sus condiciones de ser, i cese de efectuarse cuando el observador, examin{tndolo bajo su esp,!cial punto ue vista, pre­tende que se produzcn, scgun su capricho, o quiere sujetarlo a las leyes de los fenómenos conocidos, sin tener en cuenta. quc para hechos nuevos puede i debe haber leyes nuevas '1 Esto supuesto, para conocer esas leyes es preciso estudiar las circunstancias en que se producen los hecbos, i este estudio no puede ~el' sino el fruto de una observacion sostenida, atenta i a veces mui larga. " Pero se objeta por ciert:1S personas, que en esto hai en ocasiones superchería evidente. Les pregun­taremos en primer lugar, si están bien persuadidas de que !ia.ya superchería, i si no han tomado por tal algunos efectos que no podian es'plicarse; poco .mas o ménos, 10 mismo que el campesino que, al ver a un sabio profesor de física haciendo esperiencJas, lo to­mase por un diestro cubiletero. Aun suponiendo que tal cosa lIaya tenido lugar algunas veces ¿seria esto una razon para negar el becho? ¿ Deberá negarse la física porque hai prestiJ.ijitadores que se condeco­ran con el título de ñsicos '1 Por otra parte, es pre­. ciso tener en cuenta el carácter de las personas i el Íuteres que podrian tener en cngañar. i Lo harian pues por via de chanza? Se comprende que uno pueda divertirse por un rato, pero una chanza inde­finidamente prolongada, seria tan fastidiosa para el misti ficador como para el mistiftcado. Habria, ' por lo demas, en una mistificacion que se propaga de un estrelno a otro del mundo, entre las pcrsonas mas grav0s, honorables e ilustradas, algo tan estraordi­nario al ménos como el fenómeno mismo. " Si los fenómenos que nos ocupan se hubiernn li­mitado aJ movimiento de los objetos, húbl'iall que­dado siendo, como ya lo bemos dicho, del dominio. de las cienCIaS ñsicas ; pero no sucedió así, pues de­bi: 1I1 ponernos en el camino de hechos de un órden estraño. Descubrióse, en efecto, no sabemos por qué iniciatiyn" que el impulso dado a los objetos no era producido por una . fu erza mecúnica ciega sino que en ese movimiento habia la inten-encion de una cau­sa intel ijente. U na V0Z abierta esta vi:);, 8e presen­taba un campo de observacion enteramente nuevo ¿Haí en efecto un poder intelijente? Tal es la Gues­tion. Si este poder existe ¿ cuál es, cuál su natura-O leza, cuál su oríjel1? i Es superior a la humanidad '1 Estas son las otras cuestiones que se desprenden de la prime¡¡a. "Las primeras manifestaciones inte"lijentes tuvie­ron lugar por medio de mesas que, levantándose i dando' con uno de sus piés un número determina­do de golpes, previamente convenido, respondian de esa manera, por si o no a las preguntas hechas. Hasta aquí no habia en realidad nada convincente para. los escépticos, porque podian creer que el efec­to era casual. En seguida se obtuvieron respuestas mas desarrolladas, con las letras del alfabeto: daba el objeto móvil el número de golpés que correspon­dia a cada letra, llegándose a formar así palabras i frases en respuesta a las preguntas. La esactitud de las respuesta.s i su correlacion con las preguntaS produjeron el asombro. Interr.ogado sobl'CSU natura­le za el ser que de tal manera respondia, declaró que em Espí1'it'l¿ ojenio, designóse con un nombre i dió respecto de él diversas noticias. Esta es una cir­cunstallci: 1. mui importante que debe notal'se. Nadie ba imajinado pues a los Espíi'¡'t~t8 como medio de esplicar el fenómeno: 'el fenómeno ~nismo es quien revela la p:tlabra .. Con 'frecuencia se bacen bipótesis en las ciencias esactaR, para tener una base de ra­ciocinio, pero no ba sido así en el asunto de que ha­blamos. "Ese medio de correspondencia, a la ,ez r¡ue lar­go, era incómodo. Otro fué indicado por el Espíritu, i esta es tambien una circunstancia digna de obser­varse. Uno dc esos sércs invisibles fué quien aconse­jó el adaptar un hipiz a una canastilla, o a cualquier otro objcto. Colocada sobre el papel la canastilla, se pone. en m.ovimientó por el mismo poder oculto que hace mover las mesas; pero, en vez de un simple movimiento regular, el lápiz traza por sí mismo ca­ractéres que forman palabras, frases i discursos en­teroR, de muchas pájinas, tratando las mas elevadas cuestiones de filosofía, moral, metafísica, sicolojía &.' con tanta rapidez como si se escribiese con In. mano. "Diose este consejo simultáneamente en Améri­ca, en Francia i en otros diversos pai se". He - aqní los térmmos en que fué dado en Paris, ellO dejunio de 1853, a uno de los mas fervorosos adeptos de la. doctrina que, desde 1849, se ocupaba de la evocacion de los Espíritus: 'Ye a tomar la canastilla en el cuarto' contiguo; adúptale un lúpiz; colócala sobre el papel, i pon lo~ dedos sohre el borde.' Algunos instantes despues la canastilla se puso en movimien­to, i el lápiz escribió, mui lejiblemente, esta frase: 'Os prohibo espresame'nte que esto lo digais a n a­die: la primera ,ez que escriba, escribiré mejor.' " No siendo sino un instrumento el objeto al cual se adapta el lápiz, su naturaleza i su forma. son del todo indiferentes. Se ba buscado la. disposicioIL mas cómoda, i así es que muchas personas hacen uso de una tablilla. "La canasta o la tabliJla no puede ponerse en movimiento sino baja la influencia de ciertas' perso.­nas, dotadas a este respccto de un poder especia l, que se designan con el nombre de 1nedin1ns, es decir: medios o intermeuiarios entre los Espí\'itus i los hombres. Las condiciones que da!l este poder depen­dep de causas ñsicas i morales a la vez, porque se encuentmn mediums de cuaIcsquiera edad i sexo, i en todos los grados de defiarroll0 intelectual. Por lo demas, esta facultad se desarrolla con el ejercicio." (Continuará .. )-E. ORJ¡;ELA. .&. VISOS , SIL V A & VALEN ZUELA. ACABAN de recibi¡O el mui fin? i acredi~~­do Ch:l.mp:l.ua "Comte de Vlllefat, ples Rheims," en medias botellas ele cuello dorado. Lo venden por mayor i por menor, a precios equitati-vos, en su almaccn, carrera de Vene­zuela, callc 2." número 65. 3-1 FIDEL DE POMBO OFRECU; sus servicios corno Injeniera civU i químico. sea para trabajos .de agrimensura, o para ensayos, análisis u olms nplieacion~s industriales de la química. Se encarga tam.bien de dar lecciones en estos dos ramos, i en los idio­mas inglés ¡ frances. Carrera del sur, núm~ro 13. 'HA NfCOLAS PEREIR! GAMB! establecido la otieina de su AJENCIA . en Sil casa de habitacion, esquina de San Juan ele Dios, números 74 i 76 de la C:l.lTem de Bogotá. E l despacho estará abierto desde las 12 del dia basta las 6 de la tarde. D[PRE:\l'A DE "EL MOSALCO."

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El Mosaico - Año IV N. 27

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CHATHAM, R.: Pythagorean Dream (Chatham)

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