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NUM. 21. Ilogota, lO de diciembre de 18vG SEMEST. l.o
NO SE ADMITE TERTULIA·
.. ... Sirmpro el pa so primero
CS .él trllbájos.o-SAAVEO!tA,
Abomino los textos en todo lo ue no es sermon.
~inembargo, no he querido lanzat· mi Útículo sino
detras de unati palabt·ns respeta).lles pat·a que los
intel1jentes tengan piedad i miseric01·dia de estas
pobt·es ljneas, i no las ·aprumen con el peso de su
· ~rítica. 1 he dicho los inteltjentes, porque en cuanto
,a los ignorantes no hai remedio; ni pot· este mundo
i el otro dejarim de denamm· su sóth·a sobre la
obra i ~1 autor, sin pe1·donar el mas leye defecto,
ántes bien, cat·gando sobre algunos que en realidad
agregan de su peculio. ·
Tal vez no habt·á aca~>rrdq de repartit·se EL ALBUAI,
cuando ' 'endrá a mi tienda uno de esos eternos
convet·sndores, azote del comercio, i con !.Hll'lóna
son.l'ls~ ~e preguntara si he leido el artículo
No se admite tertulia, i; ai de mi pobt·e produccion
entt·e sus gart'as ! Es ciet·to •que tengo formada.. la
recta intencion, tan fi1·me coijlo la de no n .e~ociar
con un chal'latan almidonado, de contestarle con
toda la cat·a de vinagre que Dios me d~ó, que peores
que el artículo son los que gástan su tiempo en ha ..
cer perder el ajeno. Pet·o, ;. de qué me valdra la
respuesta, cu~ndo los ~ales señpres suelen tene1· una
trema envidiable? 1 viene a col'l'oboraL· mi convencimiento
la historia de los esfuerzos que he hecho
para destet•t•at· la tertulia de mi mostrado1·.
Apéua$ tomé mi tienda, i cpaudo ann no tenia
j~neros en ella, solía it· allí algunos ratos a lee1· o
~s-~riblr, i adYertido ya del peligro, creí conju¡·a¡· la
tempesta<.l1·epitiendo a todos los ami(JOS que desde
el ¡wincipio oc~rrieron los deseos que tenia de ponrL'
en la pperta un lett'ei'O dicieudo que por entonces
admitía tertulia pa1·a que no me la trajeran despnes.~-
Magn!fico, contestaban todos, magnífico; eso
debe hace!' todo hombre, conYersar cuando no tien e
oficio.-! como ellos jamas lo tuvie1·on ni Jo piensan
tene1·, siguieron aplic¡¡.ndo la müxima con 1·igor
i exactitud tan admi~·ables que mi almacen no se
desocupaba jamas ,. ;, De qué me sin ió el magnífico
snrtido de m¡1ntas, lienzos, hilo de ovillos i pnúnclos
mbo de gallo, si los indios no tenían campo
pm•a entmr a compmrlos? ¿De qué la abundante
coleccion de cortes de chaleco i partos de todas clases,
si los sastres no c¡net·ian que los cachacos presenciasen
sus compt·as, pm·a que no les regateasen
despues? ¿ D~ qué las bellísimas j0~1 US falsas Si las
cachacas no quedan qne despues se las reconociesen
en el baile? ~De qué las sat·azas i jéneros de
saya s} las mamas no quel'ian set·vh· de pábulo a
la murmuraci.on? ¿De qué en fin los so¡nbret·os de
felpa i lps elegantes cañas de la Indi.a, si cada uno
de mis amigos se ant1Ó i no ha tenido esCI'Úp~llo de
paganne ep t~rtulia, que es la reoL' moneda qne co-nozco?
·
' Acertó a pasar poi' entónces un muchacho vendiendo
unos cartulones que en letras got·das decian:
«BO se admite tertulia," i oh placer! sobt·e la mucha
compt·é uno i volviéndome a mis amigos; ja:nas
be hecho mejor negooio, les dije, pues es~e medio
real gastado me Ya a ,·aleL' grandes ganonctas, desten
·ando a todos Jos desocupados.- Te engai'1as
miset·ablemente, contestó uno de ellos, recostandose
muellemente sobre una pieza de pailO que tenia e!)
el mostrador; te engañt:~s, pon¡nc esa jente es in -
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL ALBUM.
conejii.Jie. I en efecto, el modo de hacer la obse1'va-~ ol'ijen instintivo de todas las grandes afecciones
cion no admitía réplica. de su c01·azon, es .. ... la mujer.
Pensé entóuces en no usor el gastado e infruc- La lúgrima que ,·ierten nuest1·os tiemos ojos
tuoso letre¡·o: No se admite tertulia, i tuve la san-¡ al percibi1· el pl'ime1· destello de la vida, , .á a de-dez
de hace~• imprimir los renglones que trascribo: saparece1· en los cariñosos lái.Jios de una mojel'.
Las personas q~te no vengan a negocios son per-~ El talisman de la mas afectuosa temura que
judiciales. Po1' tanto espero que mis amigos NO me embalsama la aurora de nuestl·a existencia, queda
hagan tertulia, porque NO me trae cuenta. imp1·eso en el fondo del alma con Jos halagos ter-
No (to, NO ¡JJ·esto, NO admito tert~tlict. 1 nísimos, con las íntimas caricas de una !DUjer.
Qué ocurrencia! esclnmó el prime1·o de mis pa- Los sueños de felicidad que envuelven en dul-rroquianos
que vió mi nueva invencion. ¿Para qué ~ ces esperanzas el porvcnil· del hombre, están congastas
tu dinero en imprimir cosas que de nada te sagrados a la primera idea celestial que nos inssirven?
¿No te hemos dicho que Jos conversadores pira una muje1·.
son jente incorrej ible? 1 Preguntad a las infinitas jeneraciones que pasa-
A los dos dias ya una navaja había sustl·nido ron sobre la tiena, i si les fuera dado respondet·
todos Jos no, i dejo a la consideracion del piadoso desde la insondable eternidad, os dirían que el úllector
la necesidad en que me ,.í de rasgar mis mu- ~ timo dolot· del hombre, su último pensamiento al
tilados ¡·englones. ~ partit· del mundo, fué el de la etema sepmacion
Encontróme una vez en In calle cierto sujeto, ~ de la prenda de su amor, de una muje1'.
que, próximo a pnrtit· para Europa, me proponía le 1 Contemplad en el desierto lo mas bello i admidesempeñara
vat·ias comisiones que me dejaban una l rabie que tiene la natUI'aleza: ent1·egad tan sublime
renta respetable; i no siendo la calle sitio mui a 1 espectáculo a la meditacion de la filosofía, en aque-propósito
pa•·a negocim·, cometí la tot·peza de entt·at· llos momentos en que el alma en su espansion se
a la tienda pura continuat· nuestt·os convenios. Des- eleva a la rejion de Dios, i en todas partes, en
gt·aciaclo! mas me valiwt habc1· entrado a la cárcel! i todas las bellezas miljicas de esa naturaleza solitaA
los dos minutos la tienda estaba llena de amigos; ria, que rjercen un att·activo incomprensible en
el futfit•o viajero se de5pidió i a la tat·de el negocio el cor,azon del hombre pensndot', encontt·areis el
babia sido celcbt·ado con mi vecino. La ira que de l vacío de otm belleza, i nllí donde se fijen vuesmí
se apoderó no es fl'e,. el ~;n?ulso miste- dos. t~ la, vista de aquella relijtosa sol~muidad, solo
r1oso de sus pnswnes, el OI'IJ€n mstmttvo de todas
1
envtdiabamos la pluma de Chateanbn::md o la lira
las grandes afecciones de su corazon, es ..... la de Lamarti~e, para pintar toda la poesía del crismujel'.
tianismo i clevm· a esa Víl'jen castísima un himno
.EscuchaJ el cnnto melodioso de las aves en ~ de amo1· i gratitud.
medio de los bosques solitat·ios cuyos canjes ondn- -El jóven ANTO:XlO EscALLO]i, ha desaparecido
)antes i el gran mmmullo de los art·oyos nos re~ pt·ematmamente de entre nosott·os, dejando tiet·-
pt·esentau la creacion del pm·aiso: i entre Jos tri-~ nos recuet·dos i dolorosas memol'ias. Yíctima d~
nos dulces que t·epite el eco de los montes, pal·a un suceso trlo que se halla situad() en upa mina de sal, posee 1 E S· ~ ricas minas de cobre, una de csmer.alda~ i un IJaño
~ tibio, descubierto por el mismo viajero. No llevaba
Mis agldnaldos ~ mis aguinaldos! gl'itat·á desde
1
.ott·a cosa pat·a su distraccion sino un gt·a libt·o
hoi "El Album" a sus bellas lectot·as. No impor- viejo pet'D siempre admimble i sot·pt·endente, el de
ta que no los haya apostado; deben pagarsele pon¡ue la natmaleza.
ha madt·ugado a cobrarlos. Eran las once de la mai\ana: caminaba distrai-
Sinembargo, po1· si se le alegan i se le vuelven ! do a un punto que se llama la «Casa de teja,, cuancuestionaLles,
quiere hoi ''hacerles un obsequio en ~ do de repente dirijiendo la vista al rio de MoniYía
de aguinqldo·s, ofreciéndoles «La tt·initaria" quirá que corre de Sut~ a Norte, observó en un
cancion del señor Benjamín Pet·eit·a con música del ~ pequeilo cerrito cerca del rio, como varios grupos
senor Ramon Rueda. Esta flor cuyo significado, de agua que se deslizaban pot· sobr~ un punto negro;
es bien conocido, probm·a a D,uestt·as suscritoms fijó la atencion i coQoció que vet·dadet•amente era
que siempre tenemos en ellas fijo nuest1·o pensa-~ agua, i dit·ijiriéndose a aquel sitio que distaba
miento pl'incipalmente en estos días de dulces pla- como t1na milla, encontt·ó lo siguiente:
cet·es e inocentes regocijos. La quebmda que baja del pueblb de Guateque ,
-El 8 del p1·esente, en que se celebró Ja fiesta de 1 dirije su curso al Nordeste i allí entra al i\Ioniql1ila
hmACULADA CoNCEPqON DE l\IAmA, fué un dia rá, pero ante~ forma una hermosa cascada. Como
clásico de gala para la Iglesia i para la capital. 4 o varas antes de lanzarse al fon~o Ya cayendo
Desde la ,·íspera, una espléndida iluminaeion, so-¡ suave!Tiente en descensos po\· sobre la negm pizarra,
noros repiques de campanas, i cohetes i desea•·- teniendo de ancho como 12 varas: luego que llega
gas continuados anunciaron la proximidad del gran
1
al último esc~lon se l~nza con ruido a un depósito
dia, del anive.1·sario de la declat'!\cion de un que la recibe que set•a de 20 varas de diámett·o, i
nuevo dogma. 60 de alto. El observadot· po1· desgracia no lle-
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GO EL ALBUM. ·
' 'aba sus cuerdas i no pudo medirla a punto fijo., II.
La ' ' ista del pié es Jindísíma; pat·ece que el agua En mecHo de las necesidades de todo jénero a
de vez en cuando se divide en t1·ozos, cayendo en 1 que está sujeta la humana naturaleza, muchas puevisto.
sos raudales, haciendo en su caida ~evantar den ser las ocasiones en que un hijo baya de pre~-
un d1afano vapot· que embellece aquel senCillo 1 an- tat· auxilios a sus pad1·es, endulzar sus penas, i aun
tes desconocido paisaje. 1 hacer sacrificios a su bienestar i a su dicha; pero
jamás podrá · llegar a recompensarles todo lo que
'
les debe, jamás podrá hacer nada que le descar~ue
· · . JEOGRAFIA IHDUSTRIAl. de la inmensa deuda de gratítud que para con etlos
tiene contraída.
La Inglaterm es una inmensa fabrica, un vasto 1 '
labot·atorio, \}11 escl'itorio univet·sal; la Ft·ancía es III.
un.a rica haciend.a, que~ tiende a conv.ettirse en fa· Los cuidados tútelare~ de un padre i de una 1
bnca; la Alemama, un campo mal culttvado, po1·qne 1 madre son de un órden tan elevado i tan sublime
Jo tt:a~ajan filósofos en vez . de labri.egos; la Ital~a son ta¿ ·cordiáles, tan desinteresados, tan constan:
mendwt~al una het·mosa q~m.ta atTmn~?a; la Ita ha tes, que en nada se asemejan a los dcmas actos dO'
septentnonal un prado m't¡fict~l;. la ~éiJICa una ~··a: ! amor i benevolencia que nos ofrece· el corazun del
gua;. la Holanda un canal de IITlgact~n; la Suecta 1 hombre, í solo podemos verlos como una emanaJa
. Dmamarca. son canteras; la Pol?ma un campo
1
cion de aquellos con que la provid-encia cubre i pro-enal;
1~ Husm una n~vera; la Smza una que.set·a; teje a todos los mortales.
la G1·ec.a un tet'l'eno sm desmonta•·; la Tut·qum un IV ·
barbecho; el Asia uu sotillo; la Amél'ica septen-~ • ·
tl'ional es tma caja l'epleta; la América meridional En el momento m1smü en que nacemos, nues-una
botica; las Antillas fabt·icas de plll'ificar azu- tros padres nos salt.fflan con el ó en lo de b'endicion,
car; la India es una mina de o1·o; el Ejipto un ta ·¡ nos prodigan sus caricias, pro tejen nuestra debilidad·
llet· . de ap~·endice~s; el Afr~ca un, homo; Al'f:~el un i nuestra ~nocencia; 1 allí comi.enza:. esa . sé~·ie de
semJIIet·o, 1 Espaua una ca.1~ vaeta:-(Copiaclo) . ~ contemplaciOnes, condescen ,dencras, r sacrtfiCIOs gu.e·
EL ucEo GnANADil\'O.-El Dommgo 30 del pa- triunfan de todos los obstaculos, de todas las vtct ...
sado tltvo lugm•la tercem sesion solemne de esta situcles i aun de la mi ma ingratitud, i que no tercnrporacion
i tuvimos el gusto de oit· a los seño- ~ minan sino con la muerte.
res Becel'l'a, Gaitan, Halan Zamarra, Rivas, Pinzon, ~ V ·
Quijano, l\Iant·ique Galindo, Valenzuela, .0l'tiz (Ve- ~ . . _ • . ,
nanc¿o) Posada¡ Pérez. ¡ Nu·est:os prt.mero~ anos ~o.nan a nuestros padte~
¡; uet·a de quz no somos jueces pa1·n apreciar el 1 totla- s~t tFanqt!lhclad, 1 los P!nan a. cada paso tle lo:.
mrl'ito literario de las composiciones, tenemos el goc~s 1 comodtdades ~e la ytda soctal. Durante aquel
conYencimiento de que nunca juzga tambien el es- pet110<.1o de nuC! tr~ mrancta, en que la na.tural~za
})ecto.dor como el lecto1·: ¡ como la mayo 1• put·te de ~ no mep;a la capacula~~ de ate~der por nosott os .I!IIScll
as no han visto aun la luz pública, nuestm opi- 111;0~ a nu~stra .nece~Hlade , 1 en, que, dema::.ta.do
nion por fuer7.:\ tendría que resentirse de las im- . ~~~htle · e .1mprcs10Mbles 11t!e~trosorganos , cualqUier
presiones que en nuest•·o ánimo debieran dejat· las 1 ~tJero acCH.Iente pu~~{e ocas1~narnos una .enfermedad
dotes ot·atorias de los autot·es. 1 mm la muerte tm~ma, ~~:-r afcctt.JO~os 1 con .tantes
A ¡)l' opó.;ito de estas notnrém1s que en jene 1·al cuidatlos ~nplen nuestra tmpotencta 1 nos deflendeB
no lns manifestaron escasas los iudi vid u os . que por 1 de los pel1gros que por todo::; pal'Lcs nos rodean.
pl'imera vez ocuparon la tribuna el 30 del pasado, VI.
i que los cr.ue lo habi.an hecho en sesiones antet·io- ~ Apénas dcscuhrl'n en nosotros un destello de
res, nos cheron tamb1~n muestt:as de p1·og•·eso en ! razon, ellos se aprcsul'an a dar principio a nuestra
el arte de la d~clamac•.on cspecwlmeute en la c?n- ~ educaeion moral e mtelcctnal; i son ellos ros que
fianza en. el decn' q~te s1 lle~ada has.~ la os~entac10n 1 impt·imen en nuestra alma las primeras ióeas·,. las
es un ~~a ve defecto, es smemba1 r.>o sobt emanern cual es nos ~in en de base para todos los conoctmtennecesal'la.
. . . . tos ulteriores, i de norte para emprcmlcr el e~pi-
. ¿ l\os sel"a pet·mtttd? suphcat• a unos 01·adores 1 noso camido de la vida.
que esfue1·cen un poqu1to la voz, a oti'OS que la T
bajen lijeramente para no att·ona~· el salon, a ott·os, ~ \ II.
m fin, qt~ moderen un tanto la velocidad de la ¡ su primer cuidado es hacernos conocer a Dios.
palabra? ~ ¡Qué sublime, qné augusta, qné .sagrada aparece
-a- f entónccs la mision de un padre 1 de una madre ! ! El corazon rebosa- de gratitud í de te~·~ura, al con-
URP .~NIDAIJ. ~ sirlerat· que fuero~ ell~3 los que nos lncLCron forma~
CAPITULO II. irtca de ese sér mOmtamente grande, poderoso 1
bueno ante el cual se pros terna el universo entero,
DE LOS DEBERES PARA Cú:'\ LA SOCIEDAD, ¡ j flOS enseñaron a amarle, a adorarle i a pronunciar
sus alabanzas ! ,
l. VIII. .
mmEnEs P.\R.\. coN NuEsTRos PADREs . ¡ En el laudable i jeneroso empeño cte enrique-cer
nuestro corazon de virtude~, i nuestro entenui-
1. . 1 miento de ideas útiles a nosotres mismos i a nues-
Los .autores de nuestros di:J.s, lo!\ que recojie- tros semejantes, ellos no 2miten csfuerz~ algtmG
ron i enJugaron nuestras primeras lagrimas, Jos que
1
por proporcionarno~ la enscnan.za. Por mm esca~a
~obrellevaron las incómodidades de mtestra infancia, que sea su fortuna, 1 ann sometténdos~ a. duras pnIo.
que con, agran todo sus uesvclos a la difícil vaciones. siempre hacen los gasto~ .mdispensables
t~rea de nucst~·a. ~~1ncaci_on, son para nosotros Jos 1 para presentarnos en l.os es~ablecJmJentos de edn.
eres mas prlVllCJtatlos 1 venerables que existen cacwn, proveernos de libros 1 pagar nuestros maes-
~obrc la tierra. tros.
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EL ALBUM.
IX. 1
Terminada nuestra educacion, i formartos ya
nosotros a costa de tantos llcsvelos i sacrificios, no ~
por eso nuestros padres nos abandonan a nuestras ~
propias fuerzás.~u sombra pi'Otectora i benéftca nos I
cubre toda la vida, i sus cuid3dos, como ya hemos ~
dicho, no se acaban sino con la muerte.
1 X.
Nuestros pa·dres son al mismo tiempo nuestros
rimeros i mas sinceros amigos, num;t¡·os naturales Í
consultores, nuestros leales confidentes. El egoísmo, ~
la envidia, la hipocresía, i todas las demas pa io- ~
nes tributarias del interes personal, est:ín escluidas ~
de sus relaciones con nosotms; así es que nos ofre- ~
cen los frutos de ::u esperiencia i de sus luces sin 1
reser\'al'llos nada, i sin que podamos jamás recelarnos
de que sus consejos puedan tener otro fin que ~
nuestro bien i nuestra felicidad.
XI.
Cuando los vemos aun én edad avanzada traba- {
jar con actividad i con ahinco en la conservacion i ~ adelanto
de sus propiedades, i. ácil es com~rende1' ~~
que nada los mueve ménos que su utilidad personal:
sus hijos ..... ! . í, el porveuir de sw queridos
hijos, lle aquí el estímulo que les dá fuerzas en la 1
mbma ancianidad.
XII.
Sí, pnes, son tantos los beneficios que recibí- ~
mos de nuestros padres, si su mision es tan su- ~
blime i su amor tan grande,¿ cuál será ta estension ! de nuesti'Os deberes para con ellos? ¡ Desgt·aciado
de aquel que al llegar al desarrollo de. u razon, no
la haya medido ya con la noble i .cgura e cala de 1
la gratitud! Porque a la Yerdarl, el que no ha poelido
comprender para entónce todo lo que debe
a sus pad!'es, tampoco habrá comprendido lo que 1
a
Populm· supcrsticion,
Que aquellas ' 'iejas leyendas
No inspiran el mismo horror
En medio de dulce calma
Que oyendo la ronca yoz
De los tl'llenos i el silbido
Del huracan i al fulgot·
Del rayo que a las ruinas
Da aspecto de panteon.
Así el ' 'iajero calmado
Otra vez se levantó,
1 con planta ya resuelta
Penetró en la babitacion;
Dejó su ropa empapada,
Sobre la otL'a se acostó,
Habiéndose encomendado
Como buen cristiano a Dios.
A veces le presentaba
Su ardiente imajinacion
De nuevo att·oces fantasmas
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
G4 EL ALDUM.
Danzando a su ah·ededor;
Mas siempre los apat·taba,
Que en el combate interiot·
El primet· triunfo es costoso 1
Pero los siguientes no. '
El sueño, aunque tarde, vino
Sus parpados a cerrar,
1 nuevo horrot· asaltóle,
Tanto mas c¡·uel, en verdad,
Cuauto que no lo podia
Con la razon dominar.
Vió cntrat· primet·o tt·es sombt·as,
1 otl'
Citación recomendada (normas APA)
"El Álbum: periódico literario, científico i noticioso - N. 21", -:-, 1856. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687796/), el día 2025-08-04.