~g;otá., Jnnio ~:>de lS~S. Número 5V.
BOLETIN MILITAR
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ORG. ~O DEL MI TISTERlO DE GUERRA Y DEL EjÉRCI'I O ------·-- -
Director, ALEJANDRO POSADA.
Son colaboradares natos de este periódico, todr;s los ]efet
; Oficiales del Ejército de la Repúbli-ca . •
EL COMBA TE MODERNO
Durante algunos siglos el arn1a blanca. ha sido el ele-nento
principal de c01nbate, y, por consecuencia, la táctica,
que son lus n1ovin1ientos ordenados de las tropas para
alcanzar la YÍctoria, aunque ha tenido diversas forn1as,
aunque en el transcurso de los tien,pos ha sufrido diversas
tra.nsforn1aciones, todas han obed~cido y han estado sujetas.
fL un princi pío, al de con1batir en n1asas para vencer por
nledio del< choque. Pero Hega un dia en que las artnas de
fuego sufr n una transforn1ación radical, se perfeccionan d ...
tal rnanera .. que el con1bate al arnJa blanca es n1uy difícil~
casi in1posible; parar solver el problen1a hay absoluta nece::>
idad de tonutr otros da tos, variar aquel prínci pi o, sustitt
y'' t dolc por ~ste: el fuego es el el :n1ento prin<.:ipal.del
~on1bate n:todern< ,,
Para el combate al arn1a blanca. grande n1asas, e -
lumnas cerradas; para el de fuegos: táctica de dispersión,
pr ~sentz.r pocos blancos al encrnigo, re.:guardarse con Jos
accici.entt:s del terreno. l-Ié aau.í los fundan1entos del con1
bate n1oder.no. J.. •
1\ unq u e el fin prin1ordial de toda táctica es el de cornbatir,
cuando se reglan1enta · hay que atender á otras necesidades
inherentes á las tropas; tienen. éstas durante el mis-·
n1o con1bate sobre el can1po de batalla que trasladarse de
unos puntos á otros, en forn1ación unida con1pacta, á la
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vista y á la VO'l de sus Jefes, aunque adoptando Ias rr a5/
sencillas y que ofrezcan la mayor rapidez en sus movimientos;
hay tan1bién que atender á lo servicios de estas mismas
tropas en tiempo de paz; de donde se deduce ·qu€ aunque
la táctica moderna sea una n1isn1a, hay que dividida en dos
partes, en dos ramas, táctica de combate y táctica de ma-tliohra.
La primera es el orden disperso, pero no el que hasta
aquí se ha llamado abierto ó táctica de guerrilla, sino un
orden de con1bate mixto, fraccionado, que admite diferentes
formaciones; en una palabra, una di posición de con1bate
cuyo principio es presentar pocos blancos al fuego del
enem1go, Este fraccionamiento, que no tiene aquella regularidad
de la táctica antigua del orden cerrado, ni simetría
alguna en sus fotmacioncs, que no hay en él ni regulari·
daci ni nada acompasado, adn1ite, con1o henlO~ dicho1 diferentes
formaciones, !a guerrilla, ó sea cadena de tiradores,
en línea---llamada antes forn1ación en batél.lla--y en pequeñas
columnas de poco frente y escaso fondo, que ~s la colunlna
de Compañía.
Por la necesidad del fraccionamiento, se ha considerado
al batallón con o una masa de tropa demasiado pesada
p::tra ser emplead''~~ en el combate, n1uy vulnerablt= á los
proyectiles del enemigo, y difícil de ser ocultada por los
accidtntes del terreno; y aunque se la conserva con1o uní ...
dad táctica, se emplea ]a columna de Compañía de más
movilidad, más fácil de conducir y de ocultar, y que por
todos conceptos llenan mejor las exigencias del combate
n1oderno. 1'enicndo necesidad de dar un non bre á esta
nueva unidad se la ha llamado di.! combate.
El moder'1o, qu • tiende al fraccionamiento, da á tod0s
una libertad de acció•1 de que antes se carecía: no es yá la
táctiqt automática, en Ja que no sólo el sold1do sino hasta
el oficial, encerrado en las filas que formaban grandes n1a•
sas y profundas columnas, no tenía iniciativa alguna, su9
funciones estaban reducidas, hablando en tesis general, á
cuidar del buen orden de las tropas que estaban bajo su
n1ando, sin tener que atender ni á lo que pasaba fuera de
aquellas fila , ni á las diversas fa(;;c de combate que ,.egn-
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\lOl.E'I Í:-.' MlLIT AR .).35
rn ...
afli,is.
Sostenes: las dos seccione restantes.
Reser·vlu: hs Compañías 3." y 4·"
Los xplorado:·es empiez1.n el e mbatc con uego lentn
uando apercib n al enemigo; p"'ro cuando se generaliza, se
ep1iegan á la cadena de: iradores, ó é sta avanza hasta inco1·
porars~ con eil( s; s disminuye entonces un e calón en
·_ st prin1er m.om ~ n!o de combate, q te continúa en ct.atro
líneas hasta. gu . sus exigencias obliguen á que los refuerzos
e u na·1. á la cadena el~ tiradores, y suce3i vamentc los sosenes,
quedando el batallón forn1ad3 en do escalone,,
ada. uno de dos e mpañ1as ~ to b.vía una de las del segun-do
escalón pasa á reforzár al primero, y entonces, aunque
os escalones son tambi~n dos, el primero Jo forrnan tres
Compañías y t na ~.ola el ~egundn ó re en·a ~ e te e el mo ..
tnento de abordar la. 1 osición enemiga ' hacer uso de );t
bayoneta
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E:s principio fundamental que las unidades, ya sean
tácticas ó de .combate, se prolonguen no en línea sino en orden
escalonado en sentido de su profundidad con relación
al frente de combate, para evitar et lo posible, cuando
llega el mmnento del choque. la n1ez.cla de tropas de diferentes
batallones y regimientos7 ya que no sea posible evitar
la de diversas Compañías .. Tiene tambi~n el objeto de
no desplegar como prin1er escalón un batallón entero, forn1ando
otro distinto sus sostenes }' reservas; el que la mútua
protección de unos á otros sea más eficaz cuando , xiste
en las t~opas espíritu de cuerpo; y en Jos contratietnpos el
soldado que retrocede se dirija naturalmente á buscarla entre
sus amigos; y si esto no sucede, los oficiales pueden con
n1ayor facilidad detenerlos, llamándolos ha~ta por sus nombres,
rehacerlos, invocando el nombre y el honor del cuerpo
}' conducirlos nuevamente al combate.
Este orden Jlena, en lo posible, un defecto del nloderno,
que es la mezcla y confusión inevitable cuando se llega
á ctbordar ]a posiciót del enen1igo, y con mayor razón si se
llega al extremo deJ comhate al arma blanca, aunque será
raro si aqua ha sido q ebrantado por el fuego, y si ve
avanzar resueltamente protegida por el terreno á. Ja cadena
de tiradores y á sus reservas. En los estudios sobre la infantería,
h artillería y la caballería alemanas en el con1bate
durante las canlP.añas de I 8 70 y I 87 I, asegura su autor, el
Coronel ruso Sedler, "que en todn. la campaña se verificaron
choques ó ataques á la bayoneta, en terrenos despejados
ó en las trincheras, habiéndolo as g ,rado así todos los
oficiales, sólo tuvo lugar alguna ' 1 combate al arma
blanca en el ataqu~ de las poblaciones, teniendo siempre la
superioridad el fu~,;go sobre la bayoueta."
En el orden de con1bate disperso y escalona~o, no hay
reglas fijas y precismbate n1oderno, de movilidad casi ccntinua, que
·exige al soldado penosas n1archas y n1ovin1ientos á paso
violento, in1pide sobrecargarle. El Gt:neral ruso Skobelef,
dice en uno de sus partes, que las tropas habían tomado las
posiciones turcas con tal e ·ceso de fatiga, resultado de un
con1bate sangriento y porfiado, que muchos sold::1dos de los
que llevaban útiles los habían perdido, lo que 1~ había contrariado
en extremo, pues q u~ al atrincherar la posición
conquistada, hubo necesidad de remover. la tierra con la
punta de Ja bayoneta, y Ja operación .fue larga y dificil...
Aunque los ejércitos 1110 ernos están yá 'n1uy recargados
de impedimenta á causa de los parques n1óviles ó columnas
de n1unicion s precisas l ara el transporte d<.! las d
infantería y artillería la necesidad obliga á agregar á cada
cuerpo de ej~rcito un pequeño parte d útiles, para distribuir
á la infantería en n1omcnto oportuno; pero, aun co1i
~sta. precaución puede alguna vez suceder, y no será raro,
que no puedan serlo con la prontitud necesaria, en razón á
que aqu] s ha de encontrar á retaguardia y distante deJa
línea de con1batc, (> que el soldado, después de uno largo
y pet oso, se encuen~rc 'tan fatigado y falto de fuerzas, que
no pueda emprender d trabajo con Ja rapidez que muchas
veces es indispensable; y estos casos prácticos que suceden
"' n el transcurso de una batalla ó de unas operaciones, n1e-
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recen d tenido ex:tn1vn, pu~s qu .... ~u in1portancia es capital.
Tenemos la convicción de que ha de ser preciso agregar á
cada batallón d infantería una sección de cincuenta ó se- •
senta hon,bres, qu~ podrá 1lam rse de zapadores, que lleve
una ·dotación de n1uniciones, la nlÍtad y_ue Jos demás, que
no tome part .. en el combat~ en lo3 primeros escalones, sino
que permanezca en la reserva del batallón, y que cunq u1stada
que se;t unsici0n, en1piez.... los primeros trabajos
de atrincheramiento. Sus oficiales y clases deben adquirir
en _las escuelas prácticas de ing"nieros b. · .', -rucción necesana.
U na infantería instruída, que tenga conciencia y conocirniento
del fusil que n1aneja, nada tien~ que ten1er de·
Ja cab1llería; siempre Ja rechazará por 111-...dio Jel fuego. En
el con1bate n1oderno, cualg uiera g u ... sea la forn1ación en que
se encuentre la infantería, es ac ptable para rechazar á la caballería;
en batalla recibieron los alemanes á los escuadrones
francese;:, en Vohert, Mar;:,, la 'rour y Se:ián, y en los tres
fueron rechazados con grandes pérdidas. S51o en casos esp~
ciales se adopta Ja forn1ación del cuadro; el terreno es
aquí, con1o en to:ias las disposiciones para el combate,
quien lo decide. Hay que cuidar n1ucho de los flancos, si
no están bien cubiertos por Jos accidentes de terreno. Un
batallón en orden de con1bate no se: reúne para forn1ar el
cuadro; por regla general cada escalón adopta sobre el terreno
que ocupa Ja. disposición rnás conveniente para recibir
ft la caballería, y debe confiar n1f1s en la eficacia d~ Jos
fuegos que en el género d · formación. La segunda fila, si
se presentan jinetc::s á su retaguardia, da n1edia 'uelta; en
Jas guerras recientt:s ha sido adoi)tada esta disposición con
éxit favorable.
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llOLETf:.. MILITAR
MINISTERIO DE GUERRA
DEL SEÑOR MINISTRO DE GUERRA AL SE90R GENERAL COMANDANTE EN' JEF'&
DEL E] ÉRCITO
República de C?lomhia. - A/finisterio de Guerra.-Sución 1.~ - Numero
I ,22 7 .- B1gotá, 20 de Junio de I 898.
Señor General Comandante en Jefe del Ejército.
Presente.
Tengo el honor de avisaros que este Despacho ha tenido á
bien dictar las siguientes disposiciones:
Los Jefes de Cuerpo, y no otra autoridad, son los que tienen
la facultad de designar los Oficiales que han de comandar las escoltas
de correos.
Se prohíbe á los Jefe::; de Cuerpo pedir la separación de Oficiales
de su respectivo Batallón, sin acompañar á dicha solicitud
alguna prueba levantada expresamente al efecto, para justificar los
cargos <> motivos que den lugar á la separación.
Serv10s publicar estas órdenes en la general del hjérciro, y
hacer que tengan estricto cumplimiento.
V utstro atento servidor,
IsAfAs LUJÁN.
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BOLETÍt'l MILITAR 3+3
LECfURAS DE HISTORIA PATRIA
PU •• T03 PRINCIPALf.S DE LA VIDA PÚBLICA DE BuLÍVAR
(CONTJNUACIÓ ·).
XII
Los que conceden absoluta preponderancia :í las ideas, sin tratar
de vigorizar la práctica de ellas, pretenden achacar al dominio
de Bolívar una inl1uencia nociva en la existencia de la República.
Para ellos Bolívar no ha sido hombre de gobierno, sino de
guerra; su amor al derecho prete ·to para arr.1igar e en el mando;
sus esfuerzos por implantar el gcibierno civil, frases ilusorias que
lanzaba al viento del favor pú b ico.
A Bolívar. e le atribuyen las miras ambiciosds de querer arrebatar
el gobierno a lo e pañoles para sujetarlo :í su voluntad. Si
se pudiesen aducir comprobantes uficientcs á demostrar la vulgaric.
lad de inte-nciones del Lii) ... rrador, quedaría anonadada la grandeza
ideal de esa gigantesca lucha de la Independencia.
Si no hubo intención de crear la patria, si la guerra no correspondió
á la legítima aspiración de otorgar á los pueblo la libertad,
habría que desconfiar del pasado y proclamar que fueron la
ambición, los instintos guerreros y la vida de aventuras lo que
movieron el ánimo de los cauc..lillos, y entonces la larga serie de sangrientos
hechos aparece como campo estéril á la indagación severa
del moralista. ·
Pero le jo de eso, Bolívar e mue tra en todos los actos de su
vida fielmente inspiratlo. Encontramos absoluta conformidad entre
sus hechos y pen ·amietttos de adole ccnte, de guerrero, de hombre
público y de o-obern. 11te, hasta cuando la majestad misma de su
gloria le sumi6 en el ocaso de la víJa.
· Rctir, do á Jamaica en d) 15, raigamo ;i la mem01 ia.los concepto
que emitía con tánta firmeza y sérenidad 1·n medio de las
agitaciones de la vacilante política de los países sudamericanos.
¡ Qué gran fondo de experiencia revelan, al propio tiempo
que nos permiten apreciar que empeiíada la comienda, ella no
nacio del convencimiento del pueblo: "
"Cuando el Estado es débil, afirma el Libertador, y cuando
las empresas son remotas, toJos los hombres vacilan: las opiniones
se dH•iden: ·Ja. pasiom:s se a;ritan, y los enemigos la animan para
triunfar por este fácil medio."
T'ambién en otro lug.obre la última por saber que la
prim--ra habí~ :udo en pvder de ! 1orilk. Penetrar á Venezuela
era arriesgada empresa, que parecÍa hasta temeraria, al tener en
CL'"'nta el fuerte!' di cip!inauo ej-.:rcito que la defendía. Difícil le
fue poner por obra su ptn . amiento, p>rque varios Jefes suscitaban
de conilanzas é increvábanle \arios dcsa tres de la. campañas. Ylontilla
y Bermúdez eran de .... stc.! número.
El Pre idente de la República de Haití, Pctión, se mostró
dispue to :í favorecer a Bolívar tan lu é e-o como le conoció, y al
frecuentar su t1~to y oírle de. currir con acierto y con persuasiva
convicción de los pianes Je guerra que m·1Juraba; ya la simpatra e
trocó en admiración. Por e to le . p: ';:>t) voluntariamente apoyo y
llego á cobrarle vivo afecto, lo cual e u na prueba inequívoca del
mérito de Bolírar, porque el genero o. magnánimo Petión no se
habría dejado ganar la voluntad de un milit:.lr vulgar y ambicioso.
Las almas nobles han sido hechas para comprenderse.
Don Felipe Larrazabal, -nutorizado narrador de la vida deBo]
í var~ dice:
"El espíritu de sacrificio ' el amor patrio fueron siempre las
relevantes virtudes del Libertador. u aL11a ·ensible, su imaginación
ardiente le arrastraban á aquella magna empt e'a d libertar á
Colombia, no embargante las re isrencia y c..lificultade de todo género
que :;e pre.;entaban para llevarla á cabo.
"La lucha de Bolívar no fue , ólo con la España; fue también,
al principio, on la iHdifcrencia de.Jas ma. as, y luego y siempre
con el orgullo de los caudillos, on la anarquía, on los interc
es fraccionario~, con la di ·cordia, con los e lcrnentos, con la e -
casez de recursos, con el egoísmo ...... "
Y el misrro escritor citado, qu con t:ínta prolijidad como
severidad históric-1, e · rudi<) v c o ment<) b viJa del Libertador afirma
atcg<)ricamente un cÓncepto juicioso y muy exacto, cual
es el de que Bolí\ar fue <]uien "ere<) en Colombia la opinión que
no existta, y él quien supo inspirar á las masa el deseo de ser
libres."
Por e to la proclamas de Bolívar son un modelo de e lo uencia.
Su imao-inaci<)n ene ntraba en toda ocasión frases nerviosa
'llena de \'ehemenci;, impresion. bies. Intimamente per uadido de
1a alteza de su re olución revelaba en sus arranq ue .. el má noble
convencimiento en b bondad y exito de su obra. · .
Cuando en I 8 I 8 los esp:li~ ole;, derrotad0s corrieron á encerrarse
en los muros de la fort.:lle7.a de Puerto Cabello, Bolívar Jio una
proclama en el pueblo del 'ombrero en la que dcc1.1:
" E en vano que se encierren, porque de allí serán arrojados
á los mares. Un cjérci to de ho,m bres Ji bres, valerosog y vence-
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D0LETÍ.. 1J!..1TAR 345
dorf>S no puede encontrar resistencia. La victo.ria marcha Jelante
de no otros y Vene,:ucla verá rendirse ó perecer á sus crueles conquistadores.
"Ll11n~ros! Vosotro; sois invencibles; vuestr-os caballo , vuestra
lanzas, y e tos desiertos, os ,libran de b tiranía. Sen!is independiente
:í desp..!cho del i , perio e·pañol.,1
"Para cumplir la altJ. empre. a de libertar t América, Bolíva1·
debtJ. poseer, dice don Juaquín Orti1., dotes extraordinarias, y las
poseyó en efc:cto; amor á 5u s· elo nativo, libre de vulgan·s ambiciones;
amor á la libertad, llevado h:l'ta 'el delirio, hasta el fanatismo;
gran corazón :í prueba de lo~; mayore reveses é infortu
nios, y aquel rayo del fuego del cielo que ,e llama genio en el len-guaje
de los hombres ..... .
"Si 6 la 1 t; tud del pens1micnto ha de corresponder la dicción,
la de Dolh•ar debía ser notable por u grancleza. El miraba todo
e. cclso; y lo eran en ~fecto las empr.esas que acometía: eran nada
menos que la lib~:rtad de mdio mundo; la refundición en un solo
cuerpo político de la Capit~nía general de \' cnezuela, el N Ue\'O Reino
de Granada y la Pre.,idencia de ~,¿uico, con el nombre y bajo el estan ·
darte de Colombia; era la reunión del Congreso de .Angostura en un
rincón de las soledades de América, "en donde nada brillaba sino su
genio, nada había de grande ino él mi mo, :i tiempo que el resto del
país ardía en las llamas de la guerra ó estaba dominado por los espaí1oles;
era la reunión del de Panam:í, especie de Liga anfictiónica que
debía servir 'de consejo en los gr;t 1dcs confiictc, de punto de contacte
· en los peligros comunes, de fiel intt!rpretc en los tratado5 público,, y de
conciliador, en fin, lle nuestras diferencias;' era la extinción ele la exclavitud
de la raza ncgn; y todo c::.to concebido r.in probabilidades de
realizac"ón, y lle\'aclo ;Í cabo finalmente á fucrzos casi sobrehumanos
en lucha tenaz de \'eintc aiio ."
-- ~
(Conthm1rá).
FOR:. ES
del ln niero Director de Julio representó
casi en tot tlidad pura pérdida para la obra, ora por la marcha
su esiva de ]c:;s Compañía :t Buga con obje o d' cambiar el armamcnto7
ora por los ejer~icios dctico::. qué se prepararon para celebrar aquf la
fiesta nacional; en Septiembre y Octubre e consagraron también los
viernes de cada semana á)a instrucción militar y durante o'h-:> días se.
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SOLE rf~ MlLll'AR
destinó una. Complñia {1 la apertura de trochas en la núe a ía de Sal
Miguel (véase el informe número 3 1), in contar el entorpecimiento qu~
o :asionó en los trab:tjos el ri ¿pr d:!l im·icr.lO; y e:1 Di :: ie.nbre, ap1rte de
dos emanas que s:: dedicaron á trochas e n expresctda vereda, se trans~
curricron quince días lo menos en e l - •iaje de clos Companías ~
Buga, á no hablar de interrupcioae 111 : ~ d . por causas d~ otra clase.
Finalmente, como en Enero y Febr m .charon c u1tro Compañías {¡
hacer la guarnición ele Bug.t, los ttab.1 j os q · ¡ ~ 1aron virtualmente suo;pen~
didos, excepto por la 4·" Compañía, p" ·, _ ¡u en Tuluá y lnégo en este
1 ugar. De otro lado, no obstante la s buenas condiciones sanitarias dé
este poblado, interesa recordar el movimiento de hospitalidades, debido
tanto á los hábitos de imprudencia como á la acción que ejerce el clima
del Valle en tropa procedente de comarcas frías ó templadas que traba·
jan á pleno sol y se aloj:1n en locales inadecuad os. En síntesis: las obra9
ejecutadas en la carretera y en el acueducto rcprc>entan cuando más y
mucho el trabajo de :150 1:apadorcs en sei s meses.
O!ici!Jrl de i11grnicr:a. -Co!l la dirección general, mensura )' de~
marcación de las direr:Hs obras, las operaciones técnicas abarcan el tra-
7.ado de 6,8oo metros en la vía nac'onal y 3,980 metros en el acueduc~
to, sin incluír las porciones donde ha habido necesidad de repetir el
trazo. Debo advertir, rJalivamente á esta última empresa, que durante
los do meses que me acompañó como Ayudante el señor Santiago
Evans, prestó allí impor·antes scn·icios al progreso del Canea. Además,
reposa yá en esa Superioridad el perfil número 1.0 de dicha fábrica,
que abarca I,z26n',;o del desarrollo total, y c:.t:l en preparación el pc rJ
fil número 2.0 El movimiento de la Oli c ir1'l arroja 39 oficios y 10,. telegramas.
Los di\'Cr ' o:; contr3to. gue he llc \·arJo ;Í cabo, con aprobación ·
Je Vuestra Señoría, para impulsar debidamente los trabajos públicos.
montan á la suma de .~ z,oos. Entre lo s in s trumt.:nto s, pertenece al Gobierno
un nivel Jc anteojo "Y," Cl)ll su re specci,•a mira parlante.
r'ehículos y lurrrmtit!l!tu. --Los vehículos y enseres de que se dis~
pone en la actualidad con destino á las obras citadas son: + bueye\ L
carro con su . arnc:sc : , 1 c.urct:i y JO carrc::til!as, y la hctramienta es la
lJUC e ·presa el . iguicnte cuadro: '
ENTRADAS
t 1-----·.
i 1 89¡.-Mayo 2 3.-Proced á Manizalcs por cuenta
del Municipio, constituirán seguramente U!'l refuerzo de im?ortancia.
Pongo respetuosamente en conoci:nic!uo de Vu::stra Seiioría que hace
ulgunos meses no hay suma destinada para pastajes de los bueyes ni
composición de carros, carretillas ni herramientas. Ahora, con la mira de
mejorar la organización d~ los trabajos~ ratifico las indicaciones contenidas
en el Infotme númer.:> 1. 0 (BoLETÍN MrLrTAR número 14.-189¡) relativamente
á vehículos y útiles de herrería }'carpintería, permitiéndome
insistir en la conveniencia de q uc se pidieran por ese Despacho al~
gunos carros de mano á la fábrica de Kilbourne, forma C?lumbus Dump
Cart, así corno un núm~ro suficiente de carretillas con ruedas "Seguridad,"
de la clase que .fabrica en Tatamy (Filadelfia) la ca a de Hobson
& Compailía. Finalmente, para la construcción tic puentee; sería bien
conseguir so,ooo ladrillos, 30 cargas de: cal, 12 palustres, 1 z cucharas,
2 plomadas, 4 ni\·::Ics, 1 tamiz y dcmá-; útiles de albañilería.
Obstr'i..'IIO.IJJIN jillfllt!i.-·rcng'J la cspcranz:t de someter r ' ·o nto á la
consideración de Vue!itra S~iloría un modesto cn!layo sobre ~.:! plan general
que, á mi juicio, es mcne3tcr adoptar para lds obras m .ttcriales
que e ejecuten por cuenta del G Jbierno 1 :1cion:tl en el Departamento
del Cauca, inclusive las reglas técnico-legales á que debiaa sujetarse la.
construccióp d<' las vías públicas. Por hor me limito á la ~ siguieutes ob ...
scn·acioncs, dictadas por el m;is patriórico interés:
I. C'3 En sentir mío, lo~ Cuerpos de :t.apadores deben ser sólo zapa·
dores durante el tiempr) que se de tinen ;Í prc tar tal sen•icio. Pienso,
pues, que no poca~ guardias y comisione constituyen traba imítilcs
que pueden fácilmente evirar~c ;
2. cc ' L:1 tropa debe prestar su continge.He para la's obras ptíblicas bajo
el mando de Ingenieros militares cicntílicamcntc prácti..:os. Tal uma de
utori hd facilitaría ante todo la unid<~d de acción, permitiendo ;Í. la Ye7.
e ·igir al mismo empleado la re ponsabili al técnica y la adminis~
trat~ \ ' él ; y
3· ~ Con esto quedaría el Director de los trabajos en toda libertad
p<~ra organizarlos;{ su entera s,tti . facción é intervenir directamente en el
f!l~.d11r oprrandi d tale· obras. Entre otra \Cntajas, o:e acabaría con la
inj usdcia de Conrundir - -e: o m:> uccde en estas comarr., s- ei cargo de
Ingeniero con el oficio de sobrc!ltante, atribuyendo <Í e te empleado fa!~
ta g u e él no tu\ o el podtr de c\'Ítar.
Me SU$Criho de VLJcstta S 'ii.oda {¡ quien Dio· gu:~.rde obediente
~rvidor.
GRI$5LDJNO CAilV:\j,\L.
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BOLE 1 Íi\ ;\llLITAit
LITERA~URA
E L A LA D·E L C U E R V O
(Adoptado para el Bou:TÍ. · MILITAR) .
- :V1i General!
·--- Pase usted Coronel.
- ¿Me permite usted cuatro palabra ~)
- Aunque fueran ocho. Tome usted asiento y si gusta abrir
boca, allí tiene sobre mi velador una Noriega· cspt:cial, refinado que
no le pide favor al mejor España . .
-'Gracias, por tanta bondad, mi General.
-- De nada, hombre. Pero vamos, ¿que es lo que ocurre? 1'ra
u:,ted un aspecto muy grave.
- En efectO, mi General, y no es para menos. Pasan ciertas
cosas en ei cuartel demasiado extraordinarias.
- H<>Ia!
- -El caso es tan raro, tan singular, tan extraño, que n se
cómo explicarlo.
- - Canario! lVle pone us ted en a scuas.
-Pro. igo: en la cuarta Comp:tñía hay un soldado que ·icrrt-pre
e ha distinguido por su buena conducta, re"pcto y sumision á
sus jefes y fiel acatamiento á la ordenanza militar.
-Y bien: '
- He ido informado que de poco tiempo ú esta parte, el re-ferido
oldado presenta un aire misteri oso, su mirada es torva, d
ademán inquieto, la col6r pali a .....
- Vaya un cambio!
- Pero pá me e u sted mto
y en que forma pueda amenazamos.
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BOLETÍN MILITAR
¡Habla usted seri4mcnte?
- Seriamente.
- Y ha visto usted los cuervos á que se refiere?
- No mi General; pero los ha visto el 2. 0 Jefe.
-- Hágame usted venir al 2.11 Jefe.
- En el acto mi General.
340
-Cuántos cuervos ha vomitado hasta ahora el soldado Z de
la 4: Compañía?
- Dos, mi General.
- Cómo dos, si me acaba de decir el Coronel que usted le ha
dicho que son varios!
-·No, mi General; no son más que dos, según me lo ha referido
el tercer Jefe.
- ¿Luér.o usted no los ha visto?
- No, mi General; cuando quise verlos yá habían echado á
volar·.
- Que venga el tercer Jefe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . ...... ;,
- Presenté, mi General.
-- ¿Qué sabe usted del soldádo Z?
· - Oue ha vomitado un cuervo, mi General.
· -- tJno sólo! ¿Y el otro qué se hizo?
- -No ha habido más que uno.
--¿Y no le ha dicho usted al segundo Jefe: que eran dos?
- No, mi General; uno solo.
- Pero bien, basta con uno solo para constatar el hecho. ¿ Us--
ted l o ha visto?
- No mi General; soy re~ rente al Capitán de la Compañ í a~
El es quien lo ha visto.
·-Pues que venga el Capitán ~
- Presente, mi General.
- ¿Qué me cuenca usted, Capitán, del famoso cuervo arroja-
Jo or el soldado Z? .
- N o era un cuervo, mi General.
- ¿Y qué era?
- Eran dos alas d~ cuervo, nada más.
--¿Dos alas?
- Sí, mi General.
- Caracoles, ¡cómo se ha reducido la e::.pecie ! Estoy creyen -
do que al fin me van á dejar sin una pluma. ¿Dónde están esa~
~la ?
- No sé, tni (Jener.:d; el que debe saber es el Sargente 1.0 de
la Com añfa 1 or ser el que rne contó lo que acabo de referir á mi
Gen eral.
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350 ROLETÍ N MILITAR.
--Retírese usted y mándeme en el acto al argento L(J
-Con su permiso.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .......... ) .............................. ' .......... .
-- Pre~ente, mí General.
--Qué ha hecho usted de las dos alas de cuervo que arrojó
el soldado Z, según la noticia que le ha dado á su Capitán.
-Con perdón mi General, yo no le he dicho que eran do~o
alas.
-¿Y cuántas eran?
-U na solamente.
-¿Y dónde están?'
- No lo sé, mi General.
-¿Quién Jo vio?
-El Ca':>o I.0 me cuenta que pre$enció asombrado el hecf1CJ
y que la tuvo en su mano.
-¿Qué cosa?
-El ala, mi General.
Pues hágame usted venir ai Cabo 1.0
Presente, mi General.
- Tráigame usted el ala de cuervo que vomitó el solda ..
do Z.
- Y o no la he visto ni la tengo, mi General.
-Entonces qué es lo que usted le na contado al ... argen-to
1.0 ?
· -Le conté mi General,. lo que me refirió el soldado Z; per"
nada me consta personalmente.
-Acab~ramos! Que venga el soldado Z.
--Presente, mi General.
--Diga usted, hombre, ¿que es lo que se dice de usted? ¿Qué
alas, ó que cuervos, ó qué demonios ha vomitado usted, que se lo
:ha d!cho al Cabo, y el Cabo al Sargento, y el Sargento al Capi án,.
y éste al tercer Jefe, y éste al segundo, y éste al Coronery el Coronel
á mí?
- Lo que he dicho, mí General, es que hab}a vonfitado negro .
como el ala del cuervo.
El General, al oír esto, estalló en una estrepitosa carca ...
jada. .
En este momento entró el Coronel haciendo uso de la invitación
de su superior, para pedir una repetici9n del famoso Noriega.
--Y á lo ve usted, Coronel, exclamó el General sin dejar de
1eírse; yá ve usted en lo que han ven-idG> ~ p~rar )Qs cuervos de lz
historia!
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BOLETÍN MUlTAR 35 1
- Pero, mi General, cómo iba yo á dudar de tántos y tan autorizados
testimonios!
-Pues para que usted lo vea! En adelante no se deje. usted
llevar de chísmes. Hemos estado á punto de perder un buen soldado
por una ab-surda patraña.
-!vH General, severa es la lección y trataré de aprovecharla.
-Ojalá que la aprovecharan todos.
Pasto, Mayo 19 de 1898 . •
JoAQUÍN EscANDÓN.
VARIEDADES
GRANADAS DE MET'RALLA
~SHRAPNEL)
Con el nombre de granada de metralla, se designan los proyectiles
huecos que en su interior llevan un. cierto número de bala
y la materia explosiva. necesaria para producir su rottJra, mediante
una espoleta de tiempo, cerca del blanco que se trata de batir y
á una altura determinada.
En el siglo ~VII fueron. empleados estos proyectiles por la.
artill ría espaiiola Y' alemana en el sitio de Gamep (164-r), de. apareciendo
más tarde, hasta que nuevamente los introdujo, á principios
de este siglo, d Coronel inglés Shrapncl, con cuyo nombre
son conocidos, pero los poco resultados que con ellos . e:: obtuvieron
fueron causa de que e d.e echaran por algún tiempo.
I:.a necesidad de batir las largas líneas de tiradores que con -
tituyen d combate moderno, hizo comP.render la conveniencia de
ocuparse en su perfeccionamiento, habiendo los a !emanes llevado.
y á en sus batería en r87o- 7 r, y aunque con motivo de lo poco
familiarizados que estaban en su empleo, y por este motivo 110
consiguieron los resultados que esperaban, no por esto dejaron de
conocer su excelencia, como lo vrueba. el hecho de haberlos adopta-
IANCO DE LA RE PU !UC
T "
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3 ~2
' ) BOLETÍ ' MILITAR
do definitivamente al terminar la campaíia, ejemplo que imitar n
los rusos, habiendo logrado un gran éxito en la última guerra con
1urquía.
Las granadas de metralla, que en el día han llegado á ser \os
proye.:tiles de má-s importancia para la artillería de campaña y de
montaíia, las podemos clasificar por la disposición d~ su carga explosiva,
á los cuatro tipos siguientes: I . 0 granadas cuya carga explo
iva e tá mezclada con las balas; 2.0 granadas de carga central;
3.0 granadas de carga posterior; y 4. 0 granadas de carga anterior.
Las granadas cuya pólvora est"á mezclada con las balas fueron
las predilectas hasta hace poco de los artilleros rusos. Su fabricación
es de las más sencillas y puede contener mayor número de
balas ; pero su falta de sujeci<')n entre la pól'iora, con frecuencia la
pulverizaba en los uansportes, y por este motivo disminuían mucho
en su fuerza.
Por otra parte, ]a acción de los gases en el disparo producía
alguna vez la inflamación de la pólvora, por el choque de unas
balas con otras y con la espoleta, destrozando el ánima de las piezas
y deformándose de tal manera las balas, que se convertían en
cuerpos angulosas, haciéndose nulos los efectos que con estas granadas
se conseguían.
Para evitar estos inconvenientes, después de un ligero estudio,
el Teniente Coronel Siemens propuso en I 847 sujetar las balas
con azufre fundido, dejando un espacio para la carga explosiva,
que se colocó en un tubo central, ó en una cámara itua'da en el
culore 6 en la ojiva de la granada.
En Alemania y en Espaiia han adoptado también granadas
de carga central, de fabricación sencilla, pero han tropezado con t:l
incon\enientc de que si bien pueden llevar un gran número de
balas y si bien la carga t'S grande, el haz de las balas que se forma
en el momento de la explosión, resulta muy desprovisto en el centro,
por ser muy abierta el ángulo de d:spersión.
En las gr<~nadas de carga p'>stcrior y adoptadas por la anillería
de Suiza, Hol:.tnd~, Italia, Austria, Bélgica, I ng !aterra y R usía,
la bala van separada de la carga explo iva por medio de un
diaíragrPa de metal y van sujetas con azufre fundido, transmitiendo
el fuego de la espoleta por un tubo de metal que va colocado entre
}ag balas, en dirección del eje del proyectil. Si bien el número de
hal;¡s que puede lle"ar es más reducido que el de las grC:Jnadas de
Jos anteriore y su fabricación más complicada; pero en cambio
con la ventaja que presenta, merced á esta disposición de la carga
e. plosiva, se aumenta la velocidad de las balas.
Para facilitar la explosión, Ja rotura del~ ojiva, van debilita<
las gus paredes ó al construír e se separ~n de la granada uniendola
(t ésta por medio de una rosca.
El Coronel inglés Boxer, con el misn,1o fin,, construyó las.
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BOI.ETÍ:>: MILITAR 353
ojivas de sus Shrapnels de madera de olmo reve3tida de acero, que
van asegurados al cuerpo de la granada á remache. Actuando en
esta clase de proyectiles la c::trga interior, como si el cuerpo del
Shrapnel fuese un cañón, constituyendo las balas de su proyectil,
resulta el haz de cascos algo retrasado del de las balas y es necesario
que la materia que se emplee en la construcción dé las granadas
-ea susceptible de gran resistencia.
Las granadas de carga anterior (sistema francés), llevan una
carga ba~tante grande, á fin de que se pueda {raccionar hasta el culote,
lo que disminuye el espacio reservado para las balas, presentanca
el inconveniente de que éstas, por la especial disposición de la
carga, pierda parte de su velocidad.
De los cuatro tipos de granadas que quedan descritos, las de
carga mezcladas con lrs balas satisfarían por completo, si fuese
facil encontrar una sustancia explosiva capaz de fijar por sí misma
la metralla ; y como las de carga anterior no pueden aceptarse, por
los motivos antes expue tos, habiéndose limitado en las experiencias
solamente á la comparación de las de carga central y carga posterior.
Los resultados qu~ obtuvo Suiza en sus experiencias en los.
aiíos de r 88o-8 I, demostraron la conveniencia de la adopción de
los Shrapnel de carga posterior, por presentar mayor re~istencia
al choque inicial de los gase de la pólvora y ser más profundo el
haz de las bala., si bien es más estrecho que formado por las de
carga central.
En las experiencia de Italia presentaron superioridad los
Shrapnels de carga po terior, no sólo por ser menos sensibles á las
\'ariaciones accidentales n el intervalo de e plosión, sino tam bit.!n
porque: á igualdad de intervalo con los de carga centr~l, e obtiene
menos dispcr i6n natural y que con intervalos grandes son mayon:
s lo efectos, obre todo cuando soq excesivos, puea entonces
los producidos por esto· últimos llegan á anularse.
·No crían, pues, t. n grandes lu inconveniente que presen an
los Shrapnel de carga central, si la nube de humo producida al estallar
fuera 3uficicnte para verificar la corrección del tiro, peru esto
e ·t~ t9qa ·ía en problema y falta por rc!.ol\'crse.
Pasemos á tratar hoy, aunque sea á la ligera, de la P.spoleta
quo, como f:Ktor principal repre enta, podcmo~ decir, el al na de
los Shrapnels.
Las primeras que se adoptaron fueron las de tiempos, pero su
imperfi cta con trucción no daba la seguridad en el tiro, sustituyálldose
más tarde por las de percusión que, si bien es cierto pre-:.
sentan la ventaja de poderse tirar con ellas las granadas de metralla
á la misma distancia que las ordinarias, presentan, por otra par~
e, los inconvenientes siguientes:
1. v Cuando estallan lo. proyectiles en el terreno. co.n moti YQ
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35+ BuLETIN Mll.ITAR
de su choque con él, las balas que llevan en su interior pierden
parte de la velocidad adquirida;
2.0 El espacio mueno que resulta delante del punto de caída
e$ muy grande, á causa de la dirección ascendente del eje del cono
de explo:sión; tnientras que con las espoletas de tiempos siempre se
puede arreglar el ::iro, de manera que la granada verifique su explosión
en la rama descendente á altura:, pequeñas, por cuyo motivo
resultan los e$pacios muertos muy cortos;
3. 0 Es muy difícil dar reglas fijas para. el tiro de las granadas
de metralla con espoleta de percusión, por ·variar el espacio muerto
con la di:>tancia y la clase de terreno.
No admitida por las artillerías de las principales naciones de
Europa la espoleta de percusion para granadas de metralla, por las
razones antes dicha5, se volvió á usar las de tiempos, procurando
clestruír las imperfecciones que presentaban las usadas antiguament~.
Las espoletas adoptadas en algunas naciones permiten llevar
el tiro de la granada de metralla á una distancia de 2,500 metros, .v
en Alemania últimamente ~e ha adoptado una nueva espoleta de
tiempos, en que la dmación de combustión del mixto, corresponde
á una distancia de 3,900 metros de un tronco de corona; sobre su
pahe inter-ior está colocada una ranura cir~ular, en la cual está colocado
el mixto ó tuetano; en la parte superior de este disco lleva
una graduación en b cual cada división corresponde á un alcance
de 100 metros; esta graduación que va de o á +,O corresponde á un
alcance total de 4 kilómetros. El to.MiUo de presión sirve para
mantener fuertemente el disco g¡radu~cio sobre el cuerpo de la espoleta,
cuando esté arreglada ó la g¡¡aduación se haya efectuado;
una faja de met2l se halla interpuesta sobre el tornillo de presión y
el disco graduado á fin de disminuír la adherencia entre estas dos
piezas • .En fin, el cuerpo dfl esp0leta tiene un canal cilíndrico que
contiene pólvora comprimida, que es la qu.e comunica la llama á la
carga explosi.va de la granada ..
El aparato de percusión se compone de un cilindro hueco llamado
musslotte; de un resort~ de cuatro. namas análogo al sistema
descrito, pero colocando el fondo en alto, y de un percutor colocado
en un ~ilindro> yendo provi~to de un fuerte batiente.
Esta e · paleta que hemos descrito, es la que ha dado mejore
resultados, porque se puede emplear ya como de tiempos ó como
de percu ión; pero na por eso deja de tener sus defectos.
En fin, toda las espoletas adoptadas en la actualidad en todas
las naciones son de fácil manejo y su graduación para las diversas
distancias de tiro se hace con sencillez y prontitud; pero la duración
de la combustión del mixto sufre variaciones más ó menos
sensibles, según las circunstancias á que se halle someti.do, pues
esta duración aumenta, como es sabido, en :/:o por cada disminu-
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BOLETÍN MILITAR 355
ción de o'.:ns metros en el e3tado barométrico, ah:!rándose también
con los cambios atmosférico~ la abertura, para dar salida á la
llama y tiemp~ q~e · ha estado almacenado.
Para termmar eite estudio, hecho no con la ciencia que merece,
sino á gr ~' nde ra;
n Núií.ez número 9, asimilado á Capitán para los efectos fiscales.
Concedió al Sargento Mayor Simeón Gómez R., 1? lincencia
indefinida que solicitó para separarse del puesto de 2. 0 Ayudante
General del Estado Mayor de la 2.• División,
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Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año II N. 57", -:-, 1898. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3690974/), el día 2025-06-16.