REPUBL.ICA DE COL.OMBl A
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mrnQJttJmmmmmmmitntmnumtmmmlIitJ1UJtmntmnm "
' NUESTRA CR6~~A: I{~~~~~S' En El Empal.
me, Entre damas, Juegos Florllles-EL VAI.LE DEI.
CHII.LO, por D. Luciano IIertera-DE!>AR1'AMEN.
'1'0' DEL MAGDAU:NA : D. Luis J Darros. Santa.
\Ual ta y San Pedro 1I.Iejandrino-J)EPAR'1"UmNTO
~ DE TUNDAMA: Dr. Marco A. Torres, La Fie~ta
15 del progreso-M.\RMOLES NEGROS, por Manuel S.
Pichardo-UN DE'l' AL.I.F., por VOmbra-DEI. CA.
MINO, por Julio C. Arce-G'!'IA PARTIDA lJE CAZA,
por Eustaquio Bal1~steTos-EL DR. ARIAS, por A'r.
turo Manrique C.-LA ESP¡':C l!' SUPRli;M¡\, por ¡>.
Eduardo Arias ]iméoell.
Ilustraoiones : D. Francisco A \\. lesner. Gene·
neral Lúis Vélez R; Dr Julio Corredor, Dr Josué
G6mez, Vistas de El Elllpall/lt! (El Sr Ribón y sus
lE com;>añeros, Cuerpo Diplolll~tico.Chicos de la l'ren·
sa, Altos Empleados) ; Sra. Natalja Tanco de To.
I rres Elicecbea, Sl1ita. ina Reyes. Srjta Beat·riz
yes de IIolguín, D. Luciano ITerrera' ,vi.ta del CO' I
topaxi y Valle del Chillo, vista del Tungurnhua,
el Dr. Luis J. Darros, San Pedro Alejandrino yes. . I tatua del Libertadbr; Santamarta: Palaoio de la '
Gobernaci6n; Santamarta: Quinta de San fedro ' ¡,Alejandrino; Santamarta : Iglesia de San FranclS'¡
co y parte de la <;iodad¡ Santamar(a : detalle de la
I bahia, el Dr. Marco A. TorreS, EL PCE, TE REYES
¡ en Tundama ¡ el CIrculo df Caladores de Bngotá,
I vistas de la cacería; el Dr. Arias. ~,
~mmmwwmmmmmmmm~m~mmmmmmmmmmmmm~
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BOGOTA
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,mmIDIDIDIDmIDmmmm~mmmmmm~mmIDmmmmmmm~ ¡ CONDICIONEB §;
:~ i úmero suelto ................... .. $ .20
18 Suscripción á la serie de 5 números ... 100
~ A '·iso , pá¡rina. . . .. . . . . . • . . ... . • . .. 200 /El - -Ir ld..... . . . . . . .. . . . . . . . . . .. 100
, - '1- . id . ...••..•..••.. ,. ...... 50 ..
Palabra en small-pica.............. ' .. 60
Avisos ilustrados, precio convencional
No e admiten remitidos.
La correspondeIlcia debe dirigir e al Administrador
de BOGOTÁ Ir.USTRADO. Apartado de
correos número ) 59. Teléfono número 849'
Para todo lo relacionado con avisos entenderse
con el Sr. Pedro J. 11fendoza, ca(le 13,
nllmero 157, ó en la administración del
periód¡'co.
AO~lINJS'l'RACIÓN : Carlos Tamnyo, carrera 6.&,
número 348 E.
. '
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IMPRENTA 'ELÉtTRICA-I68, CALLE 10
19 0 7
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
I •
• BOGOTA ILUSTRADO
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~ B A.V A R l' A
~ ,
~ '. ', : e:::::::: ::::: :::::::::: ::,::: ::',:::':,:::: ,
~ PRODUCTOS Y PRECIOS DE VENTA
~ , ' , , Bogotá, Enero L o de 1907 )I!
.&. l Oerveza Pilsener, r,ager y Bock, docena de medias botellas"" '" . ; ....... $ 100 ~~
'% - - - docena de botellas dobles ________ " .. ___ e. 190
~ Doppel Stout, docena d~ medias ?otellas ___ ~ _' .. . ' -.. _ 130
~ C~lmbachel~ (marca TIGRE), docena de illtdJas botellas _______ .: ____ 130 ~
.&l Tr.e~/E~peladores, " ' ",, - - - - - - - - - - - - 200 ~
'% - Hlg1emca, "" 1 " • _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 180
~ - en barril, Pilsener, ' Lager y Bock, el litro. _. _____ _____ o o _ o o. __ ' , 10
~ Agua gaseosa pura, . . docena de medIas botellas ___ J _ • _ _ _ _ _ _ 6~ ¡
~ Agu~ ~aseosa CO? dIferentes J3rabes,,, "". ___ . _ 66
SparKlmg Bavana Rola, """ ___ . _ 80
Gingel' Ale, ' "" P ' '" ____ . _ _ _ _ _ 80
Bavaria Oider (cidra espumos.:t), " 1 " ". _ . _ _ _ _ _ _ _ _ _ 120 ¡
~ Extracto ,de Malta, " ' "'' ___________ 420
Hielo, por mayor, la libra ... ___________________ o___________________ _ 6
Oarbón :n:i~)eral y veget,al de Zipacón, \Tendemos á los precios corrientes y á do-
~ lUlC1ilO. _ . *
~ DESCUENTOS 58~o~~~oL~Sd~~~~~~~~~en~~BOTELLADOS ¡
10 por 100 en cien ó más docenas ~
PREOIOS; son los corrientes del día del despacho, aun en el caso de anticipacio- ~
nes de dinero. \ ~
~ BOTELLAf:): vendemos y alquilamos botellas cerveceras.
BARRILES: Para la venta de nuestra ccrveza en barril hay barriles d~sde cinco
litros.
OOROHOS y LUPULO: vendemos de muy buena calidad y á diferentes precios.
~ OEBADA: Compramos al contado y á los mejores precios de la plaza grandes
~ cantidades de cebada en grano,
~, Dautsch C01UmbianiSCha_1Bcr~r~anrt.ea,i G.' m. b. H.
~ oIj¡f g g LEO SIEGFRIED KOPP
~~~~~~~~ ~~
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Serie 1
Bog---o-----. 't~-á---.:...I. - .I_•. ._ l.... .u strado -< ___ ~
8JTGa't:¿o de 1901
@Úer;!()ieó., qf>~t!~ 8df/-atr/() 8óf'-út()ó-a d'11/tMJ, -<1feeÚChi, &,: &faiéMte¡ qpWUd-
J{ uestra ~r6ni ca
Líneas negl'as
Cada vez que la muerte, e:1 su diaria labor, rompe la
existencia de persona!> distingu Idas en nuestra sociedad
ó de seres cuyo nombre marque huella imperecedera
en la historia general del país, nos ocurre pensar
que es deber nuéstro darles la eterna dec:pedida y honrarlos
en su memoria hasta donde nuestros medios lo permitan,
ya anotando sencillamente su desaparición, ó ya publicando
retratos y bocetos que son siempre ejemplo para
los que atrás quedamos en el camino y justo tributo de
admiración á la virtud en las distintas fases de la lucha
por la existencia. De aquí que hayamos hecho todo esfuerzo
por conseguir los retratos que en esta página pu-
. blicamos, no sin lamentar que á la vez no aparezcan el del
General MIGUEL M. MONTOYA, mili tar valeroso y noble, que
por la misma época se hundió en las sombras de lo desconocido,
así como el Sr. FORTuNATo BERNAL, ciudadano meritísimo
que murió cargado de años y de buenas obras en
el afán que trae cada día; la ra. D. ~ MARÍA CASTELLO DE
K.OPPF.L, que en largos años de existencia fue siempre centro
de luz y de alegría para la sociedad que la contó en
su seno; la Sra. SOTERA GUTlÉRREZ DE PORTOCARRERO, que nos
abandona cuando aún lucía fresca la corona de su joven
hogar, y el Sr. D. JULIO ARANGO, muerto joven también y
cuando toda vía era de esperarse que fueran opimos y jugosos
jos frutos de su existencia.
Francisco . vViesner
FRANCISCO A. '.VIESNI1.R, de
cuya inesperada muerte dimm,
cuenta al correr de la pluma
en nueHro número anterior, fue
en su rápido paso sobre la tierra
un abnegado servidor del prog
reso nacional, admirable hé·
roe del trabajo, digno por todo
extremo de que honremos su
memoria, dejando aquí la imag-
en no b I e del !lue en vida
fue todo bondad y todo des.
interés.
Muy joven todavía murió en Cartllgena, su ciudan natal,
el Sr. General LUIS VÉLEZ R., después de recoger cosecha
abundante de glorias y merecimientos. Las sombras
de la tumba no empañarán el brillo de sus buenas ac'
ciones.
Por herencia, por educación y por temperamento, se
consagró desde niño al trabajo honrado que ennoblece;
y cuando la Patria reclamó su contingente de sacrificios,
no vaciló en ofrendarle su tranquilidad y su fortuna.
Hombre de carácter, cumplfa su deber sin vacilaciones,
sin que lo detuvieran ni las zarzas del camino ni las
.pa~iones lnezq uinas. Era de un natural afortunado : no flaqueaba
ante el peligro ni abu~aba de sus fuerzas; si bien
. ·e ra inflexible ante la idea del deber, á la vez era dulce,
~aril:a:tivo y benévolo; en todos sus a ctos se reflejaba la
IOgémta bondad de su espíritu; la armoní" de su a lma
e~a una gara.ntía de la rectitud de sus procedimientos; naCiÓ
noble y neo, la gratitud nacional lo llevó á ocupar
pu es~o elevado en la política, y siempre fue humilde en
~edlO de su posición, jamás la vanidad ni las preocupaciones
amenguaron las bellas condicionps de su carácter
privilegiado ; era amigo leal, tipo perfecto de caballero,
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General Lui - Yélez R.
patriota abnegado, valie nte sin ostentación, hombre de hogar;
y, como decía Plinio ele los Generales romanos, después
de la victoria, "hacía que la ti erra se regocijara bajo
una reja de arado coronarla de laureles, y guiada por un
labrador ilustre por sustriunfos."
A la Patria y á su familia presentamos nuestra sentida
expresión de condolencia por la pérdida de éste distinguido
hijo de la República.
EL DR. J LIO CORREDOR
hizo en los años de su existencia la fruct uosa tarea de un
verdadero hombre de bien; en su vivir íntimo en los difíciles
dominios de la amistad auténtica, fue siempre el amigo
de amplio corazón cariñoso, donde, como en huerto excepcionalmente
cultivado, no ahondaban raíces sino los sentimientos
de generosidad, de amor y de fraternidad. La
vida pública de Corredor empezó -muy temprano: en el
año 60 y cuando apenas pisaba en lo umbrales de la juventud,
tomó armas para la guerra poHtica de entonces, y
allí, como Ayudante del muy glorioso General Santos Gutiérrez,
mostró el excepcional vig-or de que estaba dotado
su espíritu adolescente. Pasada la contienda, Corredor
volvió á la vida privada para continuar sus interrumpidos
estudios de medicina. Terrninadil-s con éxito sus labores
universitaria!', marchó á Europa éh donde, tras de acrecer
en los mejores planteles sus conocimientos, reg resó á Bogotá.
Merced á sus méritos políticos y á sus singul:lres ca·
pacidades, fue llamado luégo por diferentes Gobiernos á
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70 BOGOTA ILUtiTRADO
ocupar puestos de tan alta importancia como los de Secretario
del Consejo General de Delegatarios, Ministro del
Dr. Julio orredoJ'
Tesoro, Ministro de
Gobierno y C6nsul en
Francia. En todos estos
puestos prob6 Corredor,
de lujosa manera,
su honradez absoluta,
la rectitud de
u esplritu, su inmaculado
a mor á la Patria.
Feliz de toda felicidad
quien, como CoRREDOR,
I I e g a á la
muerte in dejar en la
enda rce rrida ni una
hu II a dolorosa, y
quien, c mo él, pasa
las puertas de la Eternidad
exornado fastu
('~ amente con s u s
méritos y entre elllanto
de los que lo amaron
y él am6.
El Dr. Jo uÉ Góm;z, médico y cirujano di tinguido,
fue uno de aquello hombre verdaderamente excepcionale
, en cu ' o e píritu, como por un arte milagro-o,
se hallaban reunida la "irtude d ma r brillo
y lo ntimienlo de má alta limpidez: corazón que
hubiera querido ali iar todos lo dolore ~jenos, ertía
pródio-ament u con uelo para todo el que 0-
portaba una pena ó lloraba un ufrimiento. Hizo el
bien, como I bien debe hacer e, encilla y calladamente;
cumplió la divina palabra: 'que no epa tu
mano inie Ira lo que la die tra ha dado." E e el mé-rito
más cuiminante de GÓ~IEZ á nue:>lrus ojos, ésa la
virtud de más valía que brilló en aquel espíritu.
Dr. Josué Gómez
Cuando los hombre caen en la ombra in fondo
de la muerte, todo el camino que ello recorrieron se
re ela ante lo ojo de quiene quedamo en lo dominios
de la vida. Y hay, cuando e trata de un él' íntimamente
querido, alero como una grata ati facción,
como un dulce con nelo, al ver que en e e camino no
quedó ni una mancha ni una ombra. Tal si miramo la
vida de Jo uÉ GÓ~IEZ. En e La tumba, ohre las que
caen lágrima tan incera deo-raLitud y de amor, debe
dormir e má . ua emente el ueño de la Eternidad.
En El Elnpahn
La Prensa toda de la ciuda 1 ha dado cuenta, con minuciosos
detalle, d I spléndido paseo rArecido por el r.
D. Tomás G. Rib6n al r. Dr. F. de P. Manotas, Minis'
tro de Obras Públi ca y Fomento, con oca. i61l de recorrer
la carretera llamada de Cambao, desde Facatativá ha ta
El Empalme, mode ta casa en donde tiene hoy el r. Rib6n
su centro de operaciones j nosotros, que ya llegamos
tarde para hacer aquí un n'JeVO relato de tan bella fiesta,
nos limitamos á publicar "Igunos de los grupos de concurrentes,
que bondadosamente nos ha facilitado el r. General
Pedro A. Pedraza, Comandante General d~ la Gendarmería,
quien con su máquina de aficionado trabaj6
como fot6grafo consumado, al igual que lo hicieron el r.
D. Julio D. Portocarrero, ecretario General de la Gobernaci6n
del Distrito Capital, y el r. D. Jorge Reinales,
de la Secretaría General de la Presidencia y uno de los
Directores de nuestro eSlimado colega La Rev/sta de la Paz.
Esle grupo que aquí vi, oh amables lectoras, muestra
á Rib6n con todo sus filz'steos, según el gráfico decir de
Gabriel Roldán, y de izquierEla á derecha tenemos: eneral
Daniel Aldana (1), iniciador de la carretera de Cambao,
muchos años há, y á quien le cupo el honor de poner
la primera piedra en la obra del Ferrocarril de la Sabana j
Mr. Le Febre (2), Ingeniero Jefe de ecci6n en la prolongaci6n
del Ferrocarril de La Dorada, á cargo también del
Sr. Rib6n ; Sr. ussán Canáls (3), Inspector ficial de la
carretera; r. A. Balemán (4), . ecretario privado d l mpresario
j r. 1:'. . Ribón (5), d quien hicimo li ro boceto
n número anl rior, y u por sobr sus muchos méritos
de lodos admirado, hemos de saludarlo como I contratista
más punlual y más el ganl de cuantos n olombia
trabajan; Mr. lIekkins (6), Ing niero Ayudante; MI'.
l'\owelJ (7), Ingeniero Administrador d la carr tera d
Cambao j fr. \V G. Bo hell, ' uptrintenuentc de la Empresa,
y el r. Alberto de la Torre, Ingeniero-Ayudante
en la carretera . Con estos fib'steos nombre que tomamos
en la acepci6n bíb'ic y n') en la qUe le d'\n lo estudian-l
'
El 1'. 1 ibón y u ·ompañcl'o.
tes aleman ,bi n pu d el r . Rib6n d .sruajar nuestro
montes lI narl d vía d comunica i6n, a que no es
l caso d arrancar la olumna d I t mplo. p ro ni aun
siquiera d cargar'e con léI pu na de nineruna ciudad,
que ahora ya no la u ano
)
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B GOTA 1L,tISTRAD 7 1
En e te egundo grupo tenem o :-\ alguno de lo
miembro ' ~cl Cuerpo Diplomáli o que h o nraron con
~u pre encla la alegl' fic la del r. }{ibón : el Sr. far-
Cuerpo DiplomiÍlico
-tins.(l)! .l\linisl.ro del Br:t . il, (' ullO c<'lhallero.Y muy
bábtl (hplomállco , con qUIen nos ha enviado cariño a
prueba d~ ami tad la Reptibli ca iu . ilana de Suramér~
ca; el r. ouhart (2), 1ini lro fran~é, tan simpáltco
para no olro como lodo lo que atañe á la noble
tierra franee a; e l Sr. von chwar entfe ld (3) amable
fini tro a lem án, á quien los de la Pren a' reclamaban
para su O'rupo, por con id erarlo hombre de p! ~ma, a por su i.n teligencia, va ta il ustración .y facIlIdad
para maneJar la de oro en tres ó cuatro idioma
, ya por la de ave, que lUCÍa en su sombrero de
-cazador; el Sr. RiMn (4); el r. Plá (5), Encaro-ado de
la ~egación de E pañ~·. e l r. gno li (6), Ministro de
Itaha, que une á exqUl Ilo dón de gentes, altos mérito
de diplómatico inteligente y avi ado; 10nseñor
Corte i. (7), Secretario de la Delegación Apostólica y
muy digno colaborador de I onseñor Ragone i en su
Jabor de paz y de concordia entre lo co lombianos, y
el r. Soare de Souza (8), e timable ecretario de la
Legación del Bra iI. El r. General \.ndrade, Mini -
tro del Ecuador, de eguro e di trajo con la amena
charla del r. Halber tadt, Jefe del Ceremonial Diplomático,
de aquí que ni uno niotro aparezcan en e te
.grupo, tal como de fijo les sucedió á los Sre . da Silva,
Dioni io Jiménez, Pompilio Guliérrez, Jorge éle~,
ranu ~ l Jo é ~uzm~n, Lino de Pombo, Joaquín de
IIer, Enrl~u~ Luo-emo maña, Eparquio . lfredo
González, Gutllerm ::> argas, Luis oto L., J. B. Fearon,.
Mone ,T, 1al'lín Restrepo M~jía, Rafael 1 iebles,
Capllán Perez y lberto Valenzuela, quienes también
e tuvieron en El Empalme y tampoco apare en en
la fotog'fafía.
En iguiente grupo, tercero de lo publicado
hoy, tenemos,junto con alguno allos emp leados na-
cionales, á lo sig~ientes chic~s de la Prensa, que e.
gu~amente de chlcos nada tienen y que, antes bien
entIenden comQ ~os .más grandes y los má viejos, e to
achaql1:es ?e peflodlsmo: Pérez Sarmiento (núm ro
2), peflo~lsta por temperamento, si puede decirse a í,
que en dIver a época, elecclOnanuo siempre compañero.
s de valía, ha espigado en los trig'os de la Prensa;
Rlvas Frade, e l poeta hondamente sentido el
periodista ve~erano, .quien, en esa tarde y en tre el
.apla~ o unámme, reclt? .el soneto que insertamos en
segUIda, y el cual escrIbIó momentos antes, en asocio
1 d' la Caléndala,
á Ca.rlo Núiíez,. el de la Primavera, cí abnel
amarO'{J)' ntonio Jo é Caro.
En e ta oca ión, para l()s Jueg-o!' Flol'a le del
domin O'o de CUl-l imodo, lo Mantenedore de io-nad
por el Jockey Clab, que ti n á u carO'o la o~o-anizaci
n de la fie la, ,011 Jo re. Baldomero amn ano,.
a9 iel Aria r áez D!e 'o ribe, 1 mael Enriqu
Arcinie.o-a )' Rafa I E plO a uzmiln, que actuarán
como Jueces del c rtamen, Edmundo Cervante , que
llevará la oz delll1anten edor_ Emi~io uervo l\~árquez
fáximo Lor nzana, ecretano' del Consls(o ....
rio de'l Gay aber, fl\H~ ya e tá f?ncion~nd~ " ha f9r<
~enzado por fijas l límite que la drcun
tan ia , la ncce id ades imp nen, la felbri a liene
corno e tablecimi nlo a ce.o rio un hil en tall er de
carpint ría, otro de herrería una r e~' lIl ar fuodici n
en la que e han hecho trabajo de mucho mérito.
mitimo la de 'cripción pormen ori zada de lodo
el E tabl ecimiento de lienzo , tanto por carecer de co.
nocimiento t cnico en la mec,lnica, como por juzgarlo
un a unto e.· tral1o á e tas bre es ob ervaciDne .
l'.'llrdinos que allí se prudUCCII SOIl It' /IIuy hu 'na cali
dad y rl,' muy e 'Lenso consumo. De ellos se visten
ordinariamente t·1 ejércll o y las cla es meno acomodadas.
TI erno indicado al obiel'llo col mbian!) la conv'niencia
d' emplear e. ta tela para la fuerza pública.
De. pué de tre ' rlías dimos por terminada nuetra
rr.un ra CXCllrSI611. nuestro rcgre () fuimos 01'pI'
:ndl lo ' por una dl~ I'sas vi()lentas l >mre, lad s que
allJ e dese n cad~nan. Parecíano que estáGarno en
Popayéln pre 'enClando un a de esa t~ rmentas que azotan
la ' orilla del ,au él, que á vece Calls n v¿r,Ja ..
clero pavor en e o lO omt' ntos,
ICn r¡Uf> ¡'f>zan rí solas los o{f>{) ....
.. -.... _-- _. --.:::::; ::::::"::':::'::'::':: ~ ~ .. ::::-..:".',',', .. ~ ~~ ~ '.~:.. ~.~
Ecuador : vista del Tungurahua y parle del va lle del mi mo nombre
Entre la demás po esione dig nas de mencionarse
y que conocimos en Ilue tl'a primpra e 'cursión,
está la del Dr. D.Man uel Gij ón Larrea. La ca a e una
suntuosa morada en la que ha . ha ta refinamiento en
la comodidades de que "'oza n us dueños. E ' ten os y
bien arreglado parque y jardines circuyen la habitacione
, que tien e a pecto oriental por us miradores
y azoteas, y por la enhies tas palmera que sombrean
sus amplio pa tio con fuentes y urtidore. Llama la
atención un exten o bo que artificial, plantado dos
generaciones ante, en donde hay dos lago artificiale
también, en lo que se holn hecho muy felices eo-ayo
de piscicultura.
Vi itámos entre la dependencia de la ca a una
regular Biblioteca, formada e p cia lmentP de obra
antig ua.
Cerca de la casa e tán la fábrica d bayeta y
pa ños, muy bien montada. Lo pafio burdo
De pué de g uarecerno prudentemente en \lila ca-ita
de onocoto, enlprendimo la marcha. La tempe
tad había hinchado la, corrientes, dt'jad.o gran
cantidad de blallquí 'imo "'ranizo en lo decltve de
la co lina. j Hermo ' e pectáculn! E l 01 de la tarde
había vuelto á iluminar 1'1 Vall e, y mo traba la no
distante erranía cruzada por li tone de bruliida
plata en que morían a lo. último r plandore del
crepú cul o.
JI
La margen izquierda del río an P edro e, in
duda, la má hermo a. plana .Y fértil. El río cruea los
campo lamiendo la ll anura. de viva e meralda) de-jando
aquí allá encantadore ribazo. qUé dan al.
pai aje la má caprIcho. a belleza.
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BOGOTA ILUSTRADO
Era en una mañana de Diciembre c uando en una de
mi nueva excur ione á Chilló me iba por e o campo
en ía para la pequeiía población de Amaguaña,
-de pué de hab r pa ado la noche en an An tonio,
del e timable aballero notable a,!ric ul tor r. D,
lode. to Ponce.
El ciclo me pare ía un inmen. o pa lio azul ornado
con fimbria de O'a a ten ue, el 01, en el primer tercio
de u arrera, hacía como una fie ,ta de luz en
lodo 1 horizonte. i Oué lonta nanza ! Divi~o de de
aquí hacia el occidente lo volcan s ne ados del
Piclunclta, el Ataca~o, el Cora~dn, el 11lini.za; hacia
el oriente el Anlúana, el incltolagua, y I gran
CotopaXi', allá má di tante el imponente Cayambe,
cu a blanca cima parecen reverberar con toda la
ofu cadora irradiacione de un 01 ecuatorial.
El camino e taba concurrido por numero o grupo
de indio, con u vi lo o trajes de fie la, que iban
á la cabecera de u parroquia.
En do día oí mi a n la iO'le ia de maO'uaña.
La última, el ocho d Diciembre, encontré enO'alanado
lo altare por el' el día d la Inmaculada ladre
de io, CU) a tatua e veja n lo allo con us blanca
ve lidura como la nie e que corona lo yoleane ...
La V¡'cloria un fundo del r. D. Roberto Pon ce,
cab~l!ero re petable padrede una numero a digna
famlba,. á cuy~ ca a había ido in it~ d o, y. me di rigí
con vano, amIgo .' corupañero. FUl acoO'ldo con la
corte Ía y benevolencia que e peraba. E l r. Ponce,
ha educado á su familia bajo la má e m rada in piracione.
cn Llana ' ha uidado del cu ltivo de la
facultade. t licas el u hija.
~a Victoria lá ituada en una . uave eohna que
domma ran parte del a ll on u bella po e ione .
Vi. itamo lambi n Bellavisla, del r. r. amilo
Ponce, antiO"uo Jefe del partido con , er ador cua toriano
hombr rio é ilu trado. u a"'radabl e
tralo d nllneia á primera ista una bien . azonada inteli'"
ncia, lar o e tudio y ollocimienlo, de la poli.
tica ecualoriana de la cI~ lo otro paí e de méflca.
Retirado a l prc. ente de t da inrrerencia n los
negocio público, por la caída de 'u partido, e ha
con a rad por entero á la aO'l'icoltul'a 'n la que ha
cierno trado grande ' aptitud un lab rí ídad po o
común, con 1 que ha n anchad on iderablemenL
su fortuna. Al hablar, aunqu cI pa ,de la política
colombiana, el r. Ponee manífe t lo onveniente que
r[a para a enta la paz y el prorrre o n olombia
que .el ~n ral R '. ,candi~lato á la azón para la
Pre. ldencla (r), ub! ra al o}¡ uanto ant . e pu
de alguna hora 1 jámo le e pa io aman íón d I
r. Pone.
La pobla ión el 1
te mil habitante, qu
indfg na,
hilló no baja d in-n
ralidad de la c1a-
. orprende que ha mu ho indí idu
que no ha an i iLado e t trozo d Paraí O qu
llama hilló, all d dlll ( im
ahundo a y fr eas, d
pai aj s ea i ilado . ....
Pa arfam alJ[ ran pan d mi vida
al amor, al tudi al trahajo.
LlJCrA:"IO ITERRER
Ouito, J89G.
( . ) Estu SlH'.cI}[n en .BoG, El Dr'. Pon('e (rnin tnl oto del bue!
lO y g'1'nflJlrcvlIl lón, Los 11c('ho I han IH'obndo con l' pec (o nI
('lwdiuulO e cnlon('cs y Presidente de hoy,
~epartamerl.t() de ..Jytagdalena
DR. LUIS J, BARROS
Gobernador del IaO'dalena
nun-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
HOGOTA ILUSTRADO 79
~ANT MARTA Y AN Pf q II o ten ta la vegc tac
ión de lo. alrededurc de San tamarta
en ellra 'eClo q ue recllJ're el Ferrocarri l.
e me ficr ura que onzalo de Que ada,
c uando Jl eo'ó á a nt amClrla, hubo de entir,
en m ,ho ele aq uel paraje poético, apacible
y tranq uilo, mistrrio. a vlbracione';
)0 p intore co el el pai. aje, 1 azu l inm n o
d el mar, la qui tud de la hahía, la egreg
ia montaiiai', la bri a a lina, de pertaron
lo . uciio. de O' loria del intrépido
conq u i laelor que "i no á la regione andina
' con movió con u pre encia el reinado
qUlzá fllliz de lo Chibcha . .
La bahía el' antamarLa admira-ble.
Lo croni tal', hisloriadore., g óO'rafo
' viajero lo han dicho. E l Padre Antonio
J ulián, n u obra de crip liva La
Perla de América, refiriéndo e á la bahía
profunda)' azu l, con ignaba e ta frase:
(( E un mar de leche, como olemo decir,
dul ce, pacífico, que nunca e alborota,
nincrún viento perturba, ni da incomodidad
á lo harco que en él dan fondo. De
ancho tiene má de media lecrua; pue
de de la pla. a en que e tá fundada la ciudad
ha. ta El 10rro, que e tá enfrente)' le
sirve de n'paro, e O'a tan por lo menos
tres cuartos de hora en navegación regular
de Levante á Poniente."
uando algún velero ó vapor da fondo
en e te pnerto eleO'ante y cómodo, el
viajero experimenta un le e s ntimiento
de tri teza. Hav algo en el ambiente de
aquella ve tu ta é hi tórica ciudad, que
trae recuerdos de la época colonial y de la vida lnquieta
de los primero tiempos.
anLamarLa: Palacio de la Gobernación
an Pedro Alejandrino: e tatua del LIlJerladol'
La apacibilic.lad melancó lica, difundiJa en aquella
almÓ. fera tibia, pen etra hondamente en 1 alma. 1 i
la 10comoLor¡:¡. , ni lti. vnpol'e , ni pI tráfico
de la exporlación ¿ ILJJpOi'la ión de
ahora, hap podido e fumar el elJo tradicional
de ci urlad silenciosa)' tri le. ¿ ería
a í en lo tiempo de pro peridad, ó
será que la huella del dolor mOl'al de
las íntima pe adumbre de Bolf al' flotan
toda ía en la pálida t'erla de la América?
o lejo de ella, asombrada por los
árboles, metida entre flore ta y arbu -
to ,en un itio agre te y olemne, e halla
la quinta de an Pedro l jandrino, en
donde el Libertador, co"n tI mano tembloro
a )' ya ca i e ránime, firmó el te tam
n to político que no legó la independencia,
conqui tada por u O'enio.
Eternizada en mármol e alza en
aquel itio, donde e diría que lo año al
e Linguir e rieO'an ceniza de olvido y de
tristeza, la figura del Héroe mil vece admirable,
que parec , entre e a paz 'e'e
ilencio impl'ofanado., . oñar u gran \leño
de inmortalidad.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
o BüGOTA ILUSTRNDO
San Pedro Alej andrino es el punto má
sagrado de Colombia, porqu e fue te ti O'o mudo
de la a·ronia del h o mbr~ más o-rande de la
mérica e pañola, porque allí r ecibió la más
respetu o a acoO'ida el alma noble ( O'ranue del
Liber tador, de fa ll ecida a nte lo de en O'año
é in fauri ,
Manuela de . .\ \ ' 1' /1 d cl/io ' Ma nu ela de AndI'
is, que componen la .Junta illi c i ad~J rél
se co n ie rt an en un trillnfo definiti vo r
nn honor para Co lomlJl u.
'rEono. lO GOg Ah '
Bo(.or.\ J¡,( ST/\,\ f) () Se' cnmp)¡lCl' I'Il
hace r COl1htar <)1 11' la ro ns t¡'ucri('lfl d(' la ))e'JI(
ima Casa de (¡o lu rno de ,'a nlamar .1 ,
segur'UOlcn t e' la mejo" de S tI (' las!', el m-
1¡('lle imipnlo d(' la OUInla clt- Sall Pedro
)ejandr,no, -' la er!'('r ión d., 1" e. la tu a,
e/1 márm ol hlallco, dc'l LlbcrLad o!', se dehen,
(' 11 )'ran pa rt ', al inlcli r nlc e, fu crz
dp] Sr. D/'. Hamón (jo naga d\lra ntc el
-------~--
'il lI lamar la : Quin ta el '¡jn P~elro Alejandrino
ti err:p () 'n que el e empeñó, de mod() lan
pl 1 puente cediera á tan enorme
pe o j pero lo inO'eniero. que e taban pre ente pudieron
ob ervar que la Qe.·ión no a lcanzaba á do. milímetro.
n ViVil al InO'eniero con tructor dIO á ent
nd r que la obra había iclo ·oronada. é te ia-uió
un brindi entu ia la del 1'. Gobernador por 1
Excmo. r. Pre idcnte por el Ino'cuiero con tructor
Dr. Caicedo, al que ollle ' ló é te por el r. Gobernador
y p l' el l'epre enlante del :"fini. terio de
Obra Pública.
A la cloc m. un OTan núm ro de oches de -
cubierto, en lo que e yeían h rroo a y ele O'allte
dama, (Iue de Tunja, antafl'O a y Duitama, e habían
reunido en e ta üJ Lima población, precedido por el carruaj
del r. Gobernarlor, , e dirio'ieron hacia el puente
por debajo ele elegant arco. Al lI e"'ar al puente,
venían también por entre otra fila de 'arco, lo carruajes
que conducían á la má bella y elegantes
dama de la ociedad de oO'amo P.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOGOTA ILUSTRADO
E ntre las señora. y señorita que concurrieron
á tan hermosa fi.c. ta r ecordamos .á las ig uien tes :
Enriqueta de Torres, Julia de R ye ,Dolore de Gonzá
lez, María Antonia de F ernández, María A ntonia
de L obo Guerrer o, Gabriela de Corté, Domin cra de
Ca icedo, P aulina de- Galvi , María E lena de rchila,
R ebeca de Caicedo, El vira de Niño y Her. ilia de Gómezo
eñori tas: Ur sula R e)'c. , Bla nca 1a ri ño, Lucía
Gómez T orres, Magdal na R e e. , R afaela J aim e, CeJina
R e e, Luc ila T orre. maña, Carmen J aime,
María A urora T orre. , Gr acie-Ia Rico, r.J ¡.¡ ría d el Carmen
Muñoz, 1argari la EJicech a, oledad Pi iíe ro ,
Julieta Jendoza, licia r chil a, laría el I Carmen
T orre, María Cald róo, na Jo efa V a rga, Hortens
ia L obo uerrer o, irg inia rchil a, ngela Rico,
Conch a Prie to, T er e l la Castro y María Dolores Prieto.
Los caba llero co nd ujeron á la dama á la ribera
oriental del río, en do nde, bajo toldo, e habían
adornado elegante a lone p ara pre. enCla r la bendición
d el puente. P a .. ada é ta, el In creniero D r . Caicedo
tomó la p a la bra)' p rn nu nci6 U11 bellísimo d isc uT' o,
que le fue r-onte lado por el Dr. E rnesto González, en>
representa,ción d el Gobi erno d el Departamento.
E n seg uida fueron cond ucidas las d amas á un·
h ermo o bo qu ecillo, en fo rma de emicírc ulo, en
d onde debía servirse el lunch. All í, e n medio de los
a cordes de la música en el colmo del entu. iasmo,
todos se lanzar on. en el abrazo embriagador del bai le.
" Oh . perfume de fl ores a biertas,
Oh ! bUI bujas del ruhio cham paña,
Oh. cad encias del vaLe que mueve
T orbell inos de tules y O'asas."
P o r la tarde, lo. conCllrren Le. á lan civili zadora
fie tao nos r etirámos e ntll ias tas y contentos, llevando
tr (:a bado en el a lma el íntimo" co nvencimi ento de
que la r edenció n de e. ta tierra ioiciada por el Gobierno
del Ex mo. r. Gener a l R eve y u inmedi ato
gente en e te Departamento, el Dr~ 1ar co ntonio
T orre, e. un hecho pa lpa ble, como lo demue tra la
in au cr uració n d el Puente Reyes.
GONZ.\ LO '\ AR G S.
~
~I
O
O
O
O
O
'~
~
Tundama- Puente Reye
DE "M RM LE E R
T DO BREVE ....
ollozaba la lluvia .
Acompañé al corteio, indif rente,
yen tanto al muerto daba epultura,
la negra caravana
con el semblante hip6crita de angu tia,
los monumentos recorrí ... M alraj
n fana l puesto n una brev tumba,
p6stumo lecho de una corta vida .
Sobre la blanca losa, n letra obscura,
Vi la in cripci6n; decía: " I A mi Angelito! "
Y nada más ... Había flore mustia
emperladas de gOlas
y por el llanto 6 por el agua húmidas.
E l fana l ra un símbolo
doliente de ternura :
cubría lo jug-uetes
que u ó la niña de la breve tumba,
el angelito de la corta ida .
Con ella de cansaban en la urna ...
Retornaba el cortejo
con el semblante hipócrita de anO'ustia.
Me incorporé apenado,
lo ojos vuelto á la bre ve tumba.
El fanal parecía ya di tante,
una ágrimú turbia.
En I ci lo cuajában e otras lágrimas .. .
ollozaba la ll uvia.
lilA ' UEL S. PICHARDO
Diciembre de 190 .
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOGOTA ILUSTRADO
---'---
Un detaUe
é detalles de su juventud que marcan grandes paréntesis
en su vida: un h ~r m a vida coronada por e l arte
esa maravillosa lu z, esa singular ¡:redestinaci6n concedid~
á tan pocos seres.
Ella es una g ran artista : quien la ve, siquiera sea
de paso, comprende que en sus ojos hay much luz de ensueño.
La conocí cuando era feliz; cuando todo para ella era
alegre y risueño.
Una como divina floraci6n de arte eran su ideas;
misterioso ruido de perlas, caídas de lo alto, en un1. copa
de plata eran su palabras; sencilla en su elegancia; elegante
en su grandeza, era como una es¡:>léndida flor de milagro.
Pasábamos una \'elada en su estancia. Estábamos en
un saloncit circundado de poesía. Los artísticos cuadros
-:-creaci6n de su genio, -los libros predilectos, el deliCIOSO
perfume ce las flores, y la luz de sus pupilas, todo,
todo ese conjunto de belle-~a uprema, me impresion6.
Yo empezaba á vivir: empezaba á viajar por la ruta
agresiva. penas mi planta se posaba en el dintel de la
vida, tronchando lo primeros retoños de mi jardín, cu·
bierto de flores en bot6n, y aún no me había punzado la
primera espina. Ella iba adelante: tal vez Sll amor había
tenido que luchar en medio de las hostilidades de la suerte;
quizá sus plantas habían sido heridas por los guijarros
y por los abrojos del pesar ...
Yo no quiero ~ab e rlo. Pero comprendo que para cruzar
la hermosa senda del arte y contemplar un instante el
luminoso horizonte de la gloria, el alma tiene que dejar
muchos jirones en el camino.
Estábamos esa tarde en su estancia : voluptuosamente
se desmayaban los ramilletes de las flores, y allí en
una mesita, en un florero azul temblaba, desmayándose,
una hermosa rosa thé.
Ella mir6 con ternura de niño la flor, y me dijo :
-Esa es mi predilecta: siempre tengo una rosa de estas
en ese florero azul; amo profundamente esas flores ....
Tal vez ella mostr6 la rosa sin pensar que yo adivinaría
su ensueño, sin pensar que sus palabras llegaban á
mi alma como una Santa Eucaristía de belleza.
Pasaron muchos días-días gloriosos para ella.- ¿ Y
quién no la vio en las fiestas de la caridad men:ligand o,
con su talento y su arte, una limosna para los desgraciados
.. :? Ella con sus misericordias acalló muchos o-ritos de
dolor, enjug6 muchas lágrimas, cur6 muchas bheridas,
y alivió muchas miserias.
y para ella también l1eg6 un día de dolor. Yo fui á
visitarla: supe que sufría, y el dolor tiene raras atracciones.
Llegué á su estancia, aquel saloncito todo oloroso á
'/ioletas.
Entré: la misma estancia perfumada, los libros predilectos,
los bellos cuadros artísticos y en el florero azul~
una rosa thé moribunda, marchita, desmayada. Allí estaba
ella, llena de tristeza, pero sonreída; el1a rodeada de
dolor pero llena de grandeza.
y en dolorosas palabras me cont6 sus pesares: se
moría la felicidad en su hogar. E lla comprendía que todo
iba á. concluir: anhelos de gloria, ideales, todo, todo se fugaba
despiadadamente para no volver.
Y mostrándome la rosa thé moribunda y entreabriendo
cuidadosamente sus pétalos me dijo:
-Míra esta flor: se muere porque tiene nostalgia de
rosal. Así será mi vida mañana.
Yo miraba la rosa: ;tpenas en el centro tenía unos toques
color de oro. Y pensé en aquella otra rosa, fragante
y hermosa, que años atrás temblaba en ese mismo
florero azul.
~ Mi espíritu lloraba en silencio, y me alejé sin decir
nada alusivo á las flores.
¡jt*¡¡¡
Ayer volví á visitarla. Fui á cumplir un deber dol
so y sagrado. Entré con respeto al saloncito aquel-~i7;
de tantos ~ecuerdos,-Ios pinceles milagrosos y la paleta
dormían ~Ivldados. Las memorias lloraron en mi corazón.
El salonclto estaba lleno de s0mbra. S'" diría que la t
lo había invadido todo. w muer e
Y alH estaba ella rodeada de dolor, pero llena de
gran~eza. lIí estaba ella enlutada, entristecida, agobiada
de tristeza, con:o una flor lue azotara el invierno.
. .sus . queJa~ angustiosas respondía yo con esas frases
rutll1anas, InsufiCientes, que resbalan sobre el dolor s'
solarIo. 111 con-
Una cinta negra, marcada en oro con e l nombre del
au~ente, caía sobre un mueblecito antiguo-primorosamen_
te lOcru~tado de marfil,-Ios bellos cuadros estaban cubiertos
de gasas negra~, los libros amontonados en desorden.
y allf, en una mel'ita solitaria, el florero az~l, el hermos~
florero ?- zul llorando abandono. Lo miré con tristeza y
con canllO, y pe~sé en las dos fl res aquellas: la rosa thé
llena de ~ragan c la, y d~ fres cura y de vida; y aquella otra
rosa !D0nbunda, marchita, desmayada, sin vida y sin fragancia.
Allí estaba el florero-el mismo florero azul. Pero
allí ya no estaba la flor ...
DEL CAMINO
El camino se alarga como una
cinta, bordado de ~ilvestres flores;
El sueño de la tarde se importuna
con el canto jovial de los pastores ...
-Surge Venus magnífica y radiante
sobre la muda placidex del cielo,
y brilla cual un fúlgido diamante
sobre un manto de fino terciopelo ...
- olloza por el valle solitario
una fuente sus cánticas extrañas,
y fingen á lo lejos las montañas
el lomo de un enorme dromedario ...
-El sol se aleja entre su pompa de oro
una triste campana clamorea
el Angelus sonoro,
desde la torre de cercana aldea.
Mientras que en franco y bullicioso coro
como turba de alegres golondrinas,
coronadas de mirtos y de flores
desfilan las ingenuas campesinas
cantando la canci6n de sus amores.
L'OMBRA
JULIO cÉSAR ARCE
19°7·
Una partida de casa
Los cazadores europeos tienen por patrono á an
Huberto, el renombrado obispo de Lie/a, de donde resulta
que desde tiempo inmemorial e ta ciudad ha tenido que
ser famosa por sus armas, y que el telegrama de marras
no hizo sino repetir cosa sa bida; pero en España, naci6n
que en punto á santorales no tiene necesidad de acudir á
los ajenos, los cazadores rinden culto á San Eustaquio;
de suerte que entre estos dos santo arrebataron el cetro
de la caza á la Diana del Olimpo griego, 10 cual hubiera
podido tacharse de poco galante, tratándose de una dama,
si los dos santos no tuvieran para alegar en descargo suyo
que destronaron á una deidad pagana, iracunda y cruel, que
lIeg6 á convertir á sus mismos adoradores en míseros
ciervos, haciéndolos despedazar luégo por la propia jauría
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOGOT
que empleaban para tributarle culto á la diosa. Y si no,
que lo atestigüe el pobre cteón
También hay que abonarles el 'haber establecido, en
fa vor de los detestados cazadores, que las aficiones cinegéticas
no andan reñidas con la práctica de las virtuJes
cristianas, y que si antaño logró emrod hallar gracia
delante del eñor, con su arco y con su aljaba, nada tiene
de e 'traño que puedan hallarla hogaño los moderno cazadores,
con sus escopetas hammerless y su pólvora sin humo.
1 o sabemos qué patrono ga ten lo cazadores bogotanos,
por lo cual es de temer e que se les haya ido el santo
al cielo; pero lo cierto es que con patrono ó sin él, el
número de aficionados á tirar del gatillo que, sin encomendarse
á Dios ni al diablo, salen de la capital de la moderna
Colombi;¡. la víspera de los domingos y días de fiesta, para
desparramarse por los campos vecinos, es tan grande, que
podría contrabalancear el número de los e tulto , á pesar
de ser é te infinito, según rezan las agradas Escrituras.
y para persuadirse de que no exageramo , basta ha-b
er estado uno de esos días en cualquiera de las estaciones I
DE
ILUSTRADO
puesto, Y gracias que á esto se reduzcan nue5lras relaciones
con las tales fementidas a rmas, á las cuales profesamos
grande ojeriza, como que suelen guarJar sorpresas nada
gratas aun para sus mismos dueños, como lo probará un
suce,so que me viene á la memoria en este instante, y que
aqur tengo de contar.
alió en bu~ca de aventuras un flamante cazador. provisto
de a rmas y rertrechos, y entre aquéllas se conta ba
una estupenda escopeta de retrocarga, de un solo cañón,
comprada rahalmente la ví pera en uno de los almacenes
de la ciuddd. Fuera ya de los suburbios y después de colocar
en la r f>cámara un cart'Jcho cargado con todas las regIas
y mecli IlIs. ofre ' iósele como priméra víctima un candoroso
rl1/rloll2·,.lo que, ajeno a I peligro que corría, desgranaba
su la. timera,; nota!', sacudía las alas y batía la cola
enfrente d ... u gratuito y fer0z enemigo. Apúntale éste con
todo eSlJéHi() y preci Ión, y cuált s no serían su asombro y
consternar;ión al contemplar que, con el disparo, el cañón de
la escopeta, construído con un alambre de hierro mal soldado,
se npsf>nrosrllha:l m1np ra n~ disforme boa en cli rec-
DE UOG TA
Jo é Manuel Roja - Jo é icen le zcuéna .... a- Ji"'üel badía léndez- .fo,é laria áenz- laou 1 1. ladero .-Enrique .
Escobar-Ruffillo Agooli- eme io Camacho- Ipiaoo . de alenzuela-Daoiel HolO'uín-Ernesto \Vill -Enrique Chave
L.- Juan avir ia E.- Dorelheu 1 racke¡' von chwarzeofeld -Eorique mnña - Rafael Arcini .... a - Bern'3rdo E cobar y
Rafa 1 zcuénaga
de los ferrocarriles momentos ilntes de partir el tren, y
contemplar el arribo de las bandadas de escopeteros que
llegan á tomar los vagones por asalto, jadeantes, udorosos
y angustiados por el temor de que, fru _trándosele I
viaje, dejen de satisfacer su tiránica afición. Y so que
pasamos por alto y suprimimos de la cuenta lo que, esa
misma tarde ó al día siguiente muy temprano, salen con
la escopeta al hombro y el perro á los talones, por encaminarse
á lugares que se ncuentran fuera del radio de acción
de los trenes.
Pero volviendo á los que aprovechan sta última clase
de vehículos, es de observar cómo olvidan de que el
que es primero en el tiempo es también primero n el de.
recho, y, menospreciando las prcmáf1'cas de los pa ajeros ya
instalados, con grave riesgo para nuestras espinillas empiezan
á acomodar en los rincone y debajo de los a ientos,
los enormes y pesados guarnieles, r pleto de cartuchos,
las maletas y butujos que guardan las ropas de la cama
y el matalotaje, yaun á veces no acomodan junto al hombro
la escopeta, la cual se nos recuc ta cariñosa, tan
arraigada así la pobrecilla tiene la costumbre del mam-ción
al pájaro, e cual, si bien salió indemne de los perdigones,
estuvo ai canto de quedar ensartado en la punta del
alambre, y literalmente broclié y á punto para ser asado.
Por fortuna para ella, el a e de amarillo buche anduvo
lista y logró esquivar el bulto á tiempo. Y para remate
cumplido de aventura, nuestro protagonista, al volver á la
ciudad, tuvo el dolor de verse arrestar por un guarda del
telégrafo, que le inculpó de andar arrancándole los alambres
cuya vigilancia le estaba encomendada, pues por tal
tomó el que iba arrastrando, prendido á la culata de la
ex-e copeta. ¡ h manes de Marconi I debió de exclamar
el pobre preso, á pesar de que Marconi no se ha muerto,
aunque sí se halla gravemente nfermo y en vísperas de
tener manes.
No obstante mi poca ó ninguna inclinación al ejercicio
de la COlza, como fácilmente lo habrá colegido el lector que
me haya acompañad ha!>ta aquí, mi curiosid~d oficial de
r vistero d periódicos y de fisgón universal Vivía enconada
y deseosa d char iquiera un istazo al interior de ese
mundo del deport cinegético, verdadera arca cerrada para
quien no lo practica; p ro mi de eos versaban no sobre
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOGOTA ILUSTRA DO 8S
la cacería de los fe/ecuas (1), que es la que hasta aquí he
venido esbozando, sino la cacería de alta escuela, que me
diera asidero para una revista ; y nada más indicado que
deslizarme en una partida del Circulo de Cazadores de La
Herrera, uno de los varios círculos de caza, organizado de
tiempo atrás, y de cuya existencia me llegaban perl>istentes
rumores por un amigo íntimo mío que á dicho Círculo pertenece.
Forjé mi plan, tracé mis paralela s, eché mis intrigas,
y como resultado final obtuve que llegara á mi!. manos una
espo111áma invitaci6n que galantemente me enviaba el Círculo,
por conducto de su diligente Sf'cretario T esorero, Sr.
D. Manuel María Madero. Un cuadrilátero de cart6n brístal,
impre o con tinta roja-como para anunciarme que la
sangre había de llegar al río ... Bojacá- me participaba
que el Ch'culo de Cazadores de Bogotá me invitaba á una partida
de caza que se verificaría en la lag una de La .Herrera,
el día tántos de tántos, me señalaba e l tren que debía tomar
y me ofrecía los vehículos que el Círculo ponía á mi disposici6n
para que recorri era la última etapa, antes de llegar
al lugar de la cita.
al{ á toda prisa á proveerme de los avías de caza
como Dios me dio á e ntend er, que fue pidiéndoselos en
préstamo á un amigo, jubilado ya y r etirado del oficio á
causa de los reumatismos contraídos en él ; y e l sábado siguiente,
un poco antes de las cuatro ae la tarde, á fin de no
pasar afanes, me arrellané c6modamente en el asien to de
un vag6n de primera clase, al lado del socio del Círculo
que había alcanzado para mí la boleta de convite, mi caballeroso
amigo Rafael Azcuénaga, á quien doy aquí público
testimonio de agradeci miento, según la fórmula usada
por los pacientes para con sus médicos y cirujanos, en
la secci6n de R emüidos de los peri6dicos.
A poco de hallarme sentado, atraj.o mi atenci6n un
grupo de alemanes, de lo más distinguido con que cuenta
la colonia tudesca en Bogotá, que de pie sobre e l andén rodeaba
con muestras de señalada deferencia á un joven alto,
rubio, de ojos azules y blanca tez, todo lo cual me denunci6
á tiro de ballesta-po:- no decir á tiro de.fetecua-su procedencia
anglosajona. A las claras se veía q ue el caballero
así agasajado por sus amigos debía de ser persona de elevada
ca tegoría, suposici6n corroborada por los informes de
mi amigo Azcuénaga, qui en me dijo que efectivamente era
aquél el Encargado de Negocios del Imperio Alemán, mi
coinvitado á la partida de caza, como me lo hacía ver e l
traje que vestía: cubría su cabeza el clásico sombrerillo
tirolés, galeonado de verde, con ancha cincha y enroscada
pluma del mismo color, con que S. M. e l Emperador Guillermo
II aparece tocado siempre al lado de sus amigos el
emperador Francisco José de Austria, t I zar de Rusia y
demás testas coronadas de Europa, en las partidas de caza,
cuandb después de IlIna espléndida batina, los enfoca el ojo
de un fot6grafo para mostrarlos, rodeados de:sus monteros,
con el crecido número de víctimas hechas y de piezas recogidas.
Mas lo restante del vestido de caza desaparecía
en el distinguido diplomático bajo un amplio bqyetón colombiano
de faz azulada y reverso encarnado, y que exhibía,
á pesar de lo caluroso de la hora, como un home-
( 1) Este es un apellido indígena de cazarlo re furtivos, nacidos
y criados á orillas de la laO'una de La Herrera, que han llegado
á constituír una verdadera dinastía que de padres á hijos se
transmiten el encargo de cazar Jos patos salvajes; pero á escondidas
y en sitios vedados, tendiéndoles a echanzas previas, 'on
alevosía, á traición y sobreseguro, sorprendiendo á las aves entre
el aO'ua, de prevenidas, indefensas y ha ta dormidas, tirándoles
con mampuesto, etc.; es decir, con todas la circunstancias que
según el Código Penal le dan á una muerte violenta el carácter de
asesinato, aun tratándose de bípedos implume . Los fetecuas agravan
su delito con la saña que gastan, después de perpetrado el ,hecho,
con los cadáveres de sus víclima , llevándolas á vender á la
paza de mercado; y además, con la crueldad con que persi uen
y destruyen la prole de las mi mas, :.in que le valg'a para u defen
a estar encerrada todavía en la cáscara oval.
Por extensión se da el nombre defelecua á todo cazador que,
sin tener el apellido de la familia, emplea, sin embargo, los mismos
procedimiento de é tao
( ata saministrada por un cazador normal, atropellado en
sus derechos por un FETECUA l.
naje tributado á esa comodísima pieza de nuestra indumen_
taria nacional. tan c6moda cuanto socorrida para cazadores
y viajeros de las pampas y de los páramos, cllyo imperio
se dilata desde los confines de México hasta las comarcas
patag6nicas, con el nombre de poncho y otros provinrialis_
mos, y que ha tenido el honor de figurar en los vagones de
la frfgida Albi6n al lado de las mantas zamoranas y de los
pla.í ds escoceses, conducido allá por un santafereño raizal ,
qUIen, con no poco asombro de los súbditos deS. M. la rei-na
Victoria q ue viajaban con él en e l mismo vagón, sac6
de su maleta de viaje un amplfsimo y vistosu bayet6n y
abrig6 c6modamente su persona por delante y por detrás,
desde el cuello hasta más abajo de las rodillas. Y lo mejor
de este cuento, verídico de punta á cabo, fue que no falt6
un inglés que, después de atento examen y pe rsuad ido como
hombre práctico de la comodidad c!e aquel abrigo americano,
echara mano al cortaplumas y abriera á su rico plazd
escosés un boquete central para poder hacerle pmdal/I al
colombiano bayet6n, enderezando á nuestro conterráneo
una benévola sonrisa en pago de la patente de invenci6n.
Pero, interrumpiendo súbitamente nuestras obse rvaciones,
arranc6 la locomotora después de los pitazos y campanadas
de ordenanza, en medio de un ruido ensordecedor
de ruedas, frenos, enganches y rieles, acrecentado con las
vociferaciones que los viajeros de nuestro tren y los del
ferrocarril del Sur-que partía en ese mismo instante por
carrilera paralela á la que nosotros lIevábamos-~e lanzaban
unos á otros para deno tarse, 6 dirigían , para anim<.
rlos, á los respectivos maquini tas y fogont:ros, que e mpeñados
en un certamen de velocidad y porfiando por ganar
la delantera, habían puesto sus máquinas á tod" vapor,
imprimiendo á los trenes trepidaciones que semeja han sacudidas
de monstruo rabioso. Obtuvo la ventaja el tren de
la Sabana, y el del Sur, como despechado por su derrota,
y no queriendo sostener la competencia po. más tiempo,
torci6 bruscamente hacia la izquierda y echó á huír bufar:do
por entre las dehesas de Chamicera, dejando apenas una
estela de sucio humo como la que dejábamos nosotros, q ue
es lo que dejan siempre las contiendas y emulaciones de
los hombres ... Y una hora después desembarcábamos en
la estaci6n de Mosq ue ra .
Allí, entre los cazadores del Círculo de La Herrera,
que se quedaban, y los de l club de EL Granero y el de San
1 (1]
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOGOTA ILUSTRADO 87
-diplomático alemán sé decir que al tratarlo tuve la clave
de por qué sus amigos y paisanos salfan cariñosos, complacidos,
á darle la despedida en el andén, cual si se tratara
de cruzar el charco grande, cuando sólo había entre manos
una breve excursión cinegética .• o le iba en zaga el
diplomático italiano, si bien en su físico, maneras y esprit,
revelaba los caracteres de las razas meridionales. Señoreando
mejor que sus dos compañeros de ultramar la len.
gua de Cervantes, quiso echar su cuarto á espadas en el
torneo de chascarrillos de sobremesa, y trajo á cuento el
siguiente, aprendido en nuestra metrópoli, y que reputaba
él como genuina muestra del género epigramático bogotano.
Había en la vetusta Santafé un nigromante que,
entre otras cosas curiosas que forjaba, forjaba calendarios;
mas no en el sentido figurado de la frase, sino en el real y
-verdadero, que para lo primero era persona muy ladina y
aVisada, práctica en el manejo de la aguja de marear, la
cual le mostraba siempre el polo norte del condumio, alcanzado
luégo por él aun cuando fuera serpenteando. En.
tre las curiosidades del almanaque se contaba la predico
·ción de todos los fenómenos atmosféricos que debían ocurrir
dentro del año, con sus correspondientes chubascos y
pedriscos. La cándida consorte del rerillán, única creyente
á pie juntillas en las trapacerías de éste, cuando sentada
junto al escritorio del pontífice para hacerle compañía durante
la velada, leyend0 ó tejiendo, le veía enristrar la pluma
y empezar á marcar los aguaceros y lloviznas, se le
acercaba entre orgullosa y asustada y con mimo zalamero
1e décía : "Mirá, hijito; mi negrito querido: no vayas á
poner aguaceros los viernes, porque nos embromás; la
plaza se pone ques decir; hecha una porquería, y cualquier
patojo pide un sentido por traer mercao á casa."
Del barón de Leyssac admirámos sus cultas y correctísimas
maneras, expresadas con ademanes más que con
palabras, pues en éstas se mostró muy parco; y nos asombr6
so vigorosa constituci6n y su entusiasmo por los deportes,
que en los años que cuenta, los cuales deben ser algunos
si no mienten su plateada cabeza y su nívea y abundosa
barba de patriarca bíblico, le permiten competir ventajosamente
con los jóvenes en las fatigas de la equitaci6n y
de la caza.
Ya para levantarnos de la mesa, y en medio de los
últimos taponazos que parecían preludio 6 simulacro de
los disparos del siguiente día, alzámos nuestras copas á la
-salud de los socios ausentes, recordados por sus compañeros
con cariño fraterna 1, y Alfredo Rubiano y John M.
Vaughan, allende los mares, y Enrique Umaña S., Ernesto
Wills y Jorge Pardo U., aquí en Colombia, debieron
sentir un suave cosquilleo en los oídos.
Poco después las sombras y el silencio invadieron el
modesto albergue hasta la llegada en espera del siguiente
dfa, que se ofreci6 tan espléndido como hubiera podido desearse.
Desde las cuatro de la mañana empez6 á hormiguear
y hervir aquel mar de cazadores, dando 6rdenes,
voces de mando á los barqueros y ayudantes, en medio
de una agitaci6n propia para marear á quien no estuviera
habituado á tales bretes; y tras un sustancioso desayuno,
tomado á toda prisa, apenas alumbrados por las franjas
luminosas que del lado de Monserrate y Guadalupe empezaban
á mostrarse, nos encaminámos á la vecina orilla
de la laguna. Allí, bajo las órdenes del presidente del
Círculo, que de pie en la ribera de un canal que comunica
la laguna con el depósito de botes, iba señalando el orden
de marcha de los cazddores de acuerdo con el número
de la ficha sacada en el sorteo de la noche precedente,
cada cazador ocupaba su barqueta, y seguido de su recogedor
se engolfaba laguna a:lentro, presentando con el desfile
un hermoso espectáculo, cuya descripción bien quisiera
hacer, pero los estrechos límites de esta revista y l:i
paciencia del lector, de la cual estoy abusando hace un
buen rato, no lo consienten. A más de eso, me encontraba
muy nervioso con la novedad del espectáculo, con los disparos
sueltos que hacía rato resonaban en las lagunas adyacentes
á La Herrera, y me faltaba tiempo para acomodarme
en el asiento, armar la escopeta, abrir y cerrarla
para cerciorarme de que funcionaba bien, probar los cartuchos,
cuidar de que éstos quedaran cómodamente á mi
alcance : tal parecía yo un novel cirujano palpando con
delectaCión morosa los bisturls, sierra, pinzas y cuchillos
con que me preparara á destrozar la humanidad doliente
. Bien pr0nto asomaron las bandadas de patos que cuai
cartilla espesa cerraban el horizonte, y que dispersados.
luégo por los tiros de los cazadores, una vez dada la señal
de romper el fllego, cruzaban ante mis ojos cual raudo
bólido, rasgando ruidosamente el éter y lanzando graznidos
guturales ó silbiditos d::! asombro y de pavor. Durante
ci~co horas fu.e "lquello un verdadero Palonegro, en qu~ el
rUido de los disparos ensordecía los ámbitos de la laguna
repetido y agigantado por los ecos de los cerros adyacen:
tes. De momento en momento crecía el número de víctimas
que detenidas súbitamente por el mortffero plomo en mi~
tad de su rápido vuelo, descendían en lentas y majestuosas
, espirales, 6 rompían el aire en línea oblicua, luchand::> en
vano con las ansias de la muerte, para ir á rebotar pesadamente
contra el agua. Y ay I de los que apenas heridos intentaban
escapar á la sevicia del cazador; bien pronto
salía éste del escondite en que se hallaba, y su bote, cual
moderno acorazado de guerra. les lanzaba espesas anda.
nadas por estribor y por babor, hasta arrancarles la vida á
menos que tuvieran la fortuna de caer á orillas de un j~ncal
que les prestara cercano é inviolable asilo.
No se daba allf cuartel, y despertados los instintos del
hombre primitivo, no pensaba yo sino en matar á ejemplo
de todos mis compañeros, cuyos gritos, vociferaciones y
denuestos venían á mis oídos desde remota lejanía, pero
aCercados por la refracción de las sonidos sobre la tersa
superficie de las aguas, como himno de triunfo y de vic-toria.
.
Llegada la hora fijad~ para cesar el fuego, volvió el
desfile de botes en orden iñverso al de la entrada, y empezó
el desembarco de los cazadores con los rostros quemados
por el aire y la reverberaci6n de la luz solar en la
laguna, los ojos encarnizados, y algunos con la mandíbula
ó el carrillo hinchados por el golpetear de las culatas;
pero todos con la alegría en el semblante, mayor ó menor
según el buen éxito alcanzado; locuaces, decídores, ansiosos
de referir su buena suerte 6 de narrar sus contratiem_
pos, que les habían privado de hacer mayor estrago y de
cobrar las piezas de más ap:ecio y más valía : los jetones,
rabo de gallos, pico de oro, y qUién sabe cuán tos más cuyos
nombres se escapan actualmente á mi memoria.
El almuerzo vino á reparar nuestras fuerzas, pero
aunque animado y bullicioso, no lo fue tanto como la comida
de la víspera, cosa natural por la fatiga de la ruda
faena, y por aquel dejo de melancolía que inspiran los
placeres realizados ; que el prisma nebuloso del pasado es
siempre menos hermoso y diáfano que el prisma sonrosado
del futuro. Y al volver á Mosquera, desde el puente de
Balsillas lancé á La Herrera, con el sombrero en alto, un
triste aunque efusivo adi6s: dejaba sumido en sus tranquilas
ondas, arrullado por el susurro del viento entre sus
juncos, cobijado por la anchurosa bóveda celeste, uno de
los instantes más hermosos y placenteros de mi vida. sí
va el hombre sepultando á la vera del camino sus más
caras ilusiones, sus más nobles ideas y pensamientos, los
fugaces relámpagos de dicha, hasta llegar á la fosa con
una caparazón vacfa, armadura de combate sin guerrero,
buena s610 para adornar un catafalco.
Y poniendo espuelas á mi cabalgadura, levantando
remolinos de polvo de la carretera, seguí desalado en alcance
del grupo de mis amables y regocijados anfitriones.
EUSTAQUIO BALLESTEROS PERDIGÓN
Allá va: es el mismo siempre, con su lentes acordonadas;
su chistera de huevo frito metida hasta las orejas;
su gabán descuadrado, con los bolsillos hartos de papeles,
y el terciopelo del cuello pelado como el lomo de una mula
de caro-a· su alto pantal6n deja al descubierto los lutrosas
br;ches de unos zapatos fuertes que piden al cielo
misericordia por lo mucho que tienen que castigar á los
pavimentos : zapatos arqueados, cuero tostado al sol, que
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
88 BOGOTA IL'USTRADO
va tomando la forma de media luna. Bajo el brazo lleva
sus libros: siempre los volúmenes de carátulas opacas que
se hallaban polvorientos y dormidos, quizás vírgenes, en
la biblioteca de algún refinado lector, que tuvo muchos
volúmenes y nunca supo qué decfan, dejándolos luégo para
vender en pública subasta.
El Dr. Arias viene hacia mí y me alarga con mano
nerviosa un libro. En sus ojillos picarescos cabrillea el
deseo de un buen tra too
-Tome usted esto por veinte duros; es la rn ejor edición
que conozco. Es E,ljapón desconocido de Ya.mico. En
este libro podrá estudiar usted lo que es la sonrisa de los
japoneses, esos dichosos graves, raza de industriales y de
fuertes, que poseen el gran d6n de no querer nada que
no sea adquirido con el trabajo honrado y ennoblecedor.
¿ Quiere usted tomarlo?
-Siento bastante, mas
no llevo ahora dinero.
Pero el Doctor parece
no escuchar, y me igue.
La casualidad ha ce
que entremos juntos á la
Rosa Blanca, el buen metedero
de quienes quieren
matar la debilidad con un
plato caliente. Jllntos ~os
instalamos en una meSita,
y Pacho, qtulaprovocaciones
por boca de gansC', nos trae
el pedido.
- Acúmpáñeme, Doc
tor, y tomemos algo.
"Aquí tenéis á Eduardo
Arias, hijo 'de quien
en vida fue Bruno Arias,
que hoy se halla disfrutando
de los placeres de
acofunta, en el seno de
Teotlet, más allá de la
muerte." Esta es su frase.
I .
I !
El noble poeta, el poeta ¡
mago-que dice Aco ta-engulle
como Heliogibalo ..... - _._-=-- _.
la chuleta que humea en
el plato de filete dorado.
Dos j6venes que tornan
El Doctor AI·ja
dulce en la mesa cercana indagan al comensal por qué
tiene pita en los anteojos y corbata de nudo antiguo.
Fragancia penetrante de narciso se desprende de los
jarrones que aprietan esas flores baratas y comunes, pero
exquisitas. El sol acarici~ las ~anos huesosas d~1 Doctor,
que juegan sobre un cubierto limpiO, que en su ligero trabajo
retrata montones de soles.
- ¿ Siente usted placer comiendo?, le digo por hablar
algo. Y esto basta para que el Doctor, entre bocado y
bocado, abriendo y cerrando á compás ojos y boca, hable
largo: .
-La buena comida es mi aliciente. Por ser delicado
de paladar me resigno á comerci~r con el talento legajado
y empastado en volúmenes diversos. Vea u ted : he
dado á María por un bee(steack y d pu é~ .he cant~do á
Isaacs, pidiéndole perd6n. uando c6mo bIen, me lento
bien y pruebo al mundo que soy el más .cuer?o d.e los
hombres. Siento placer en trabajar, n admIrar a qUienes
trabajan yen predicar la humildad y el amor á la humanidad.
Ha de saber que sé clasificar los sere y las cosas
y conozco toda la caravana. ada me impresiona tanto
como escuchar que me lIa~ en l~co, porque quien p:onuncia
esa palabra no ha s ntldo mI .alma. Yo soy el úntCO ~ér
superior artista y psic6.l~go que lOdaga r ha comprendido
más intensamente la sutl\Jdad de los espíritus. Y me de espera
ver desfilar á la humanidad, toda al ~ivel del agua, in
que ninguno pueda indagar hasta el precIso fondo. Tengo
por resolver el gran problema del "espíritu hecho materia."
Hasta hoy tan s6lo lo han fotografiado, pero yo lo
haré bloque que se palpe y se sienta con todas sus líneas,
con todos sus espasmos, con todos sus millonp.s de variaciones
por segundo. i Yo he de hacerlo I
y seguía hablando, gesticulando, acentuando de una
tan elevada manera que, ahora, después de pasada esa
conferencia loca, no puedo atreverme á dar acerca de ella
un voto.
-¿ Quiere usted repetir? le interrumpí.
-¿ La chuleta?
-Sí. Que lo demá, lo repetirá la futura intensidad
del talento.
-Gracias, amigo. Ahora s610 me basta que acepte
usted EL japón.
y me alargó el libro de Yamico. o quise aceptarlo;
bien pude haberle dado los veinte pesos, pero estaba seguro
de que se desprendería de ellos allí mismo, repitiendo
un platv. Y con el libro, seguiría caminando y salu dandó,
y un cliente mejor que yo, por la tarde, á la hora
en que ese trotacalle~ del talento necesitara comer de
nuevo, podía lla marlo y darle buenos platos. y luégo ... es
claro que ese amigo haría lo mismo que yo, y Eljapón
podía sostenerlo tres días en una mesa suculpnta.
Cuando salimos del restaurante una llovizna menuda
caía refrescándolo todo, y el loco poeta, con las manos metidas
en el abrigo, asegurando con el brazo derecho El
japón y con el Izquierdo el alma de Verlez'n," baldón de
la fama," vagabundo artista metido en un tomo de carátula
amarilla, se perdió entre la masa de gente que invadía
la calle 12, con motivo de la fiesta de la Concepción.
El Doctor Arias desapareció entre el lino blanco, las
cintas azules y las columnillas de incienso.
ARTURO MA RIQUE
fa espeCI e suprema
i Darwin dijo que la especie humana
Era la especie simia ya vestida,
Afirmo yo, con peculiar audacia,
Que los ángeles serán especie linda,
ietos del mono y de espaldilla alada;
Que de especie en especie sucesiva
Una querub, del cielo entre la ~a~a,
erá nieta del hombre y será simia
De belleza ulterior, mucho más amplia,
Por el amor con el querub rendida.
La selecci6n es fuego de artificio,
Es aparato que se quema en feria,
Que de luces un triángulo sencillo
Ostenta en grande como faz primera;
Esta figura simboliza el simio,
En pensl\r y sentir primer destreza;
Presenta luégo el vívido castillo
Las sucesivas formas del incendio,
y última forma, el círculo divino,
En pensar y sentir, el gran perfecto.
Esos seres, final de la belleza,
Oro tendrán por armaz6n de hueso;
En lindos ojos, nitidez perfecta
Y los visajes de diamante intensos;
En las alas tendrán plum6n de seda;
De platino serán sus tenues nervios ;
Y por diente topacios 6 tur~uesas,
Zafiros, esmeraldas, en concierto ;
Por licor matinal, el agua regia,
traguitos libada, con sosiego.
1907 EDl.!ARDO RIA ]IMENEZ
Imprenta Eléctrica-¡{j, al/e ro
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BOGOTA ILUSTRAOÓ . ----_...-_ --""-- -- - ,
Se anunoia para la temporada de Pascua el b e-neficio
de la primera dama) Sra. de Ortega, 13ien por
Agl'adecemos la Empresa que procura el medio de compensar sus
al poeta S ... Manuel Pichardo, Direotor de.E1 Fígaro, esfuerzos eficaces á esta acLnt, cuyos éxitos repelidos
de la Habana, el envío especial que para BOGOT,( hacen augural' con ceneza, que, desarrollado pJe-c:
J aria
ILU, TIUPO nos Ita hecho de algunas de sus bellas namente los singulares talentos que para el t eatro
poe ías inédita, de las cuales seleoci9narnos la que posee, y {\ la vuelta ~Ie, no muy largo tiempo, ocupará
apareoe en este número. puesto mu'y alto, qUlzas el más alto, entre las actri-
, De \.dnrlnistración c~~, ~acionales que hoy luchan y se desv~lnr. en esas
Con el prcs.ente nú(nero termina nlle tra primera dl[¡ctles tareas el el teatró.
serie. A los agentes y su crIptoll CS de fuera de la capi-tal
y del Exterior, ,uplicarnos la pronta cancelaciqn La Sociedad TipogI'áfica
de su cuen~a. dicló acerLamente, en una de sus últimas sesiones la
No E SERVIRÁN MÁS SUSCRIPCIONES DE, TRO DE L~ re olución qu~ en seguida copiamos, omitiendo, por:
CAPITAL QUE AQUEI.,LA. CUYO "ALOR Sl!J CO 'SlGNE EN LA . ' falta de espaclO, los 'considerandos que la anteceden:
OFJC. INA DEL PERIÓDlCO. ANTE DE LA APAI\XqÓN DEL
, "RESUELVE
PRÓXIlIlO NÚ~!ERO.
Heluos recibido, "Enviar al Excmo. Sr. General I\afael Reyes
~r aorroso de lo que fue y ya no existe."
Pero en cambio, el eximio trovador de la montaña, el
poeta de vuelo fácil y el prosador á quien Martínez .Sierra:
lee y admira, ha encontrado, al volver á la altiplanicie, el
. mismo calor lleno de cariño y el misrpo entusiasmo que por
él perdura en los que somos sus adictos y sus amigos.
Que tenga días amenos en Bo~otá el can tor de I-a
, LUc!la, y qu e al tornar ~ sus predios famili~re , en donde
le aguarda e l amor de los suyos, pueda echar en su a lforja
muchas flores fragantes, hiimedas de gratos recuerdos.
C. V .
Mil reconoeilnientos
á los r"s . Dr. José Vicente Concha y Dr. l\fi'g uel A badra
Méndez, que nos permitieron tomar de fotogra fía de su propiedad
el f0tograbado del Dr. Gómez, y a l infa tigable
Manrique, que nos hizo á la minu/e, qu e dice él, los fotograbados
de damas COI'l lbS cual es ado rnamos nuestra hoja.
" Bogotá Ilustrad "
C0n el próximo n úmero pri ncipiamO!' nueiitr,l seg'unda
sene.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
,
\.
BOGOTA ILUSTRADO ... ,
" Trofeos" ,DECRETO LEGISLATIVO Nl5MERO 47 DE 1906
REVISTA DE LITERATURA COLOMBIANA Y IlXT¡RANJIlRA
(12 DE SEPTIEMBRE) Directores: Víctor M. LoncJ.oño, Ismael L6pez-Esta
Revista ha publicado .en los seis primeros números t'scri.
tos inéditos de D. Rufino J. Cuervo, D. Miguel A. Caro,
B. Sanln Cal'\o, Antonio Gómez Restrepo, Guillermo Valencia,
Carlos Arturo Torres, Eduardo Posada, Ma.x Gri.
110, Diego Uribe, Javier Aco ta, Pacho Valencia, etc. etc.
sobre prensa
( Con Un lÍO)
2.° Cuarndo aquéllos hayan incurrido en ,una ó más
reincidencias, siempre que los fallos condenatorios se ha-El
valor de la suscripción á la nueva serie ya.n publicé),dó en algún periódico oficial. .
de 12 números, que principia en el 7. °, se ha
rebajad~ de $180, que valía antes, á: 120.
El numero suelto, de $ 15, á. 10.
Art. 42. El autor de la prQducc.;ión.v el propietario y
director del peri6dico son responsables conjuntam Es Dte de
los delitos enumerado.s en el artículo 32 de este Decr too
. ,Art. 43. Aunque en un mismo individu.o se reúnan
varias de. l'as calidades i'Delicadas en los artfculos anteriores,
no se le impondra. sino una soja de ·las penas esjJecificaQa
en t"I articulo 36, ~alYo el caso del articulo
37.
Se despacha~ suscripcione y números sue lto á cualquier
lugar de la República donde haya estafeta, siempre
que la solicitud venga acompañada del va lor respectivo' l
. La correspondencia debe dirígirse as!,' Trofeos, par.
tado. 334. Por telégrafo: Tí·o/cOs. . (CoJltinuará) . ,
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cumplimiento. 'a.rrel a 6 ~ , uúmero 282
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Ocurra ~sted á la peluquería ele García, (~
Citación recomendada (normas APA)
"Bogotá Ilustrado - Serie I N. 5", -:-, 1907. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2095135/), el día 2025-06-16.