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¿'\.NO l. Bogotá, 20 de 1narzo de 1858. NUM. 12.
De la novela. l~s reg·las de la prosodia i de los preceptos mas sen-fin
de no llacernos laraos cortamos nuestro cilios de la lengua .
artículo anterior sobre este tni rno tema 11 el punto I ace de aquí esa costumbr? contraida por e l
en que empezamos a l1ablar de la novela amcrica- pueblo de hallar faltos de medida los versos aju sna.
Haremos l1oi algunas observaciones sobre 1 tados a una cantidad exacta, esto es, que no tengan
particular. una o dos sílabas mas que las correspondientes i d e
Cuando nos referimos a la novela amm·icana. pro- no ent nd e rlos si los pensamientos no vienen ~om o
piam.ente. hablando no compr ndemo~ en stá de- de molde con los renglones, d e manera que haya
nommac10n. la novela no mui popular d e los un .concepto por cada verso ; de ah.í esa sprcsion,
Estados Untdos porque para nosotros no hai nada ya Jen e ral, de no rne gustan; con gue se califican la s
~e comun con la sangre inglesa qu~ puebla las re- composiciones heróicns donde e l autor se eleva ma s
]IOnes boreales de nue..,tro continente: nosotr os 110 allá el e las triyja}idades de la décima o de la facili~
uisimos ~ntónces, como a hora mismo no que r e mos: dad d e l romance, i que equivale mui bien a un
s1no refer1rnos a nuestras con1arcas latinas a lo que 1~o lo entiendo, o a un son d et estables.
sea español i nada 1na,... que español de 01~1jen. I si D é bese esto ~rincipalmente a que las prim e ra s
no entTc:unos aquí en la num racion particular ele obras que han ca1do en nuestra ... manos no han sido
cada una de las novelas nacionales que nos jlustran otras que Jas de los 1nalos lírico~ españoles, i qu e
dé bese cierta._-nente a q':le ellas son pocas: i ad e ma~ hasta ahora es que empezamos a comprender a Esde
P?cns
1
cas1. desc?noc1das por la comple ta inco- pro.nceda, Víc~or H~ go.i Caro. Para probarlo basmunlcacion
literaria en que nos encontratnos con tar1a~o~ so lo citar mll eJemplos, pero nos lilnitare ~
lUestras R~públicas hermanas. Respecto de Chile mo~ , umcamente a recor?~r.el escándalo que se hizo
1 Buenos Aires, donde el nJovimiento J iterarjo es aqnt cu~ndo al~t~ n per:o~1co de Ja Costa nos traj o
~as act!vo ~ mas sólido, 1~uede decirse que no r e ci- ~ ~ og ota la. poes.Ia ~el ult1mo de los poetas citado~,
btmos stno 11npresos político de mas 0 ménos tné- tntltu lada '·Centza 1 llama/' que es tal vez la tna s
rito, i una que otra compo '"' icio 11 poética de fácil vi g·orosa ele sus cotnposicione'"' ; pues no faltaron
11_1etro i cortísima estension que cuando mas servi- quienes dijeran que tales disparates no podian s e r
r1a para probar que, aunque nacidos a dos tnil del r e i de nuestros bardos.
leguas de la Península i atnamantados en otras En tnedio de tal desorganizacion de jdeas i sin
ideas. que laS ideas líricas de los compatriotas de que sean muchos los escrito res que entre nosotros
Zorr1lla, nuestra sangre es toda española ¡español merezcan semejante calificativo 1 no es estraño el
nuestro corazon, puesto que no quere1nos salir del desgreño literario en que viYimos, con1o no o.Jon esrotnance
ni abandonar esa supue ... ta mision de Iá- traños los triunfos que obtienen los coplistas sobre
grimas de los versificadores n1odernos. f_,iteratos los pocos i verdaderos hijos de las :\iusa .
conocemos noto.;otros'l i esto no solo en Nueva Gra- Pero volviendo a la novela, tcn1a esclusivo d e
nada, CU) a corona poetica no pasa de una veintena nuestro artículo i dónde está la voz de aplauso que
de composiciones, i que teniendo ya treinta 0 cua- se ha) a levantado en honor del malogrado Anjel,
renta años de edad se Ja pasan r tozando en los autor del DocTOR. TIIEi\II~? Dónde la !lUirnalda de
álbums de las señoritas, dando los di as en q1tintillas gloria que se haya ido a depo ~ itar ~obí· e las baldoo.
farfullando aTtículos de a pli go para Jos perió- sas de su sepulcro, si no como una a d ulac10n al
chcos; i esto no por falta do injenio sino por sobra l1on1bre vivo, sí con1o un homenaje aljen io n1u erto 'l
de pereza. :ro parece sino que no le bastó '"' antifi car u obra
La coleccion mi~ma de poesías del eminente 01 - con .1~ de~gracia de sn muerte t mprana, pu s la
medo no pasa de diez composiciones. inclusive los en vid m de los Ignorantes .la ha p er Sea uido ha ta
cantos a J uN IN i a lVIrRARTCA! ' allá; ha~ta llllá, donde debiera a c ab a r s~ to d o! i. Jo
que e-- toJa vía peor, el silencio la n1 a s dc .... r'"" per~ n-
1 te.s imposible que COl1 partes tan pequeñas se te de las g·ue rra ,ha envuelto SU obra C0 111 0 COllUl1
pueda levantar el soberbio edificio de nu stra lite- 111 anto de reprobacion i de sornbra '"'.
ratura naci?naJ 1 u estra 1na dre patrin 1nisma no .t h! es tan duro reconocer e J n1 é rito ajen o •.•.
ha sobresalido nunca mas que por sus líri cos; puesto e.specto de Jos ot ros ensa) os ..; ob re la novela
que hasta la mayor parte de sus dramas s?n roman- a1ner1cana,. tanto los poquísin1os qu e ve rs n ::s br t"
ces dialogados n que todos los personaJes hablan nuestros hechos históricos con1o Jo --- qu e s: e re fier et
por la boca del autor d f ' , ~ ' · a asuntos e uera del pats, no ... otn o8 nosotros lo::s
Nosotros ~ues que hemos con~cido te1nprano es - Jl~nnados a decir nada: la pequeñísitna p a rticip a~
os. defectos, 1 que tenemos J a rr1 JOres n1odclo- que ' c1on que hemos tenido en ello~ ctuitarin a nu estr a
1~1ta r, debemos apartarnos mas i tnas de. la senda pluma la ilnparcialidad que debe dist in g uirla .
tr1llada en que no dese u bren l os ojo nada absolu- 1 To hace tnuchos djas que un pe r ió dico de '"'la
tament~ bu~no c~ue halague el corazon, i donde to- capital manife ... taba su estañeza al r e"' p ec to de qu e
do es tnst.e 1 dest ... rto cotno e n la soledad. Cierto nada ... e hubiese dicho de la no,· e la , orijinal tHl . ..
que, reJatJva~ ente. habJando, e l número ele nu es tros tra, i d e nominada los PIZARROS. Deb e tno~ con f -
poetas es ~rec1do SI ~o compar~n1os con 1 de nucs- sar aquí que no ... otro" vitnos esa parte d e l p e rió d i('o
tra poblac1o~; peroc1erto tamb1en que los que entre referido, i nos sonrein1os; porque 6 cómo e ra J o .. JJos
sur-ame.r¡canos se llatnnn 7;oetas, no s~n n1.as que ble que se c~ije ... e nada teni e nd o el pecad o n1 o t ta I
JTleros versificadores, la tnnyor pnrte olvidadizos de de ser de qu1en es1 Eso hubiera sido tan t o co rn
¡
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94 BIBLIOTECA DE SE ORIT AS.
faltar a las reglas establecidas de no conceder a l éjos -¿qué l1abr ia hecho él? -¿ habria dicho el 1·ei
ciertas personas ni Ja ra cionalidad . 1-Iu ayna, en v ez del inca I-lua yna 1 el jeneral
Pero es lo cierto que nosotros u o vamos a formar Quizquiz, en vez del apusquipai Quizquiz 1 e ) fi·
uerella por eso, i sea cual fuere e l m é rito de nu es- ) lósofo en vez de l antauta 1 Ja corona e n vez del llautra
última novela dada a la prensa, es tilnam os en ta? &. &. Sin duda que no, pues esto hubiera sido
1nas el silencio de parte de los que hu bierau podi- decir una cosa por ot r a ; i l o hubiera sido, porque
d_o ser nuestros jueces, que las adulaciones de unjui- entre los ~ntiguos p~ruanos no ~abia reye~, ni je-
ClO favorab le de nuestros falsos amigos. nera]es, n1 nobles, 111 filósofos, n1 coronas, ni tronos.
Aún no hace tr es años (cuando publicamos a !'Con efecto, dice el autor de los Co:MENTAitro,
I-I u AYNA CAPAC) que un lüerato de campanillas, R EALEs, pájina 172 de su tomo 1. 0
: "El inca se
redactor a la sazon de un periódico político, lJevó sentaba de ordinario en un a siento de oro macizo ,
su caridad para con nosotros l1asta e l punto de decir que llaman tiana. Era de una tercia en alto, sin
en la crónica de su in1preso, que !Labia e1npezado la ~ braceras ni espaldar i con un cóncavo para el asien¡
Jublicacion de nuestra novela~ pero q ue no !Labia en · ) to. P on íanlo sob re un gra n ta blon cund rado de
tendido la 1n ayo1 · pa'r t e de ella por esta?· escrita en , o ro." -¿Tiene esto algo de com.un co~ e l trono, sino
una lengua salvaje que ltasta entónces no le llabia < es el u so para que estaba destina do 1 lo que r epr e·
venido el negTo ltu1nor de a11render. La respu e sta nos sen taba entre los ant!guos peruanos 1
saltó entónces a los labios, pero lle vamos nuestra '·Prescott, páj ina 11 de la CoNQUISTA DEL PER ü,
llutnildad h asta guardar un silencio profundo. dice: " ....•••... un turbante de mu chos colores
Hoi las circunstancias no son ias mi~1nas; hoi llamado llauta, i una venda con borlas como lasque
l1e 1no s seguido adela nte nuestra tarea, o mejor di- usaba el príncipe, pero de color I ojo, con dos plucho
nuestro pensatniento de dar a conocer los inci- mas de un pájaro c uri oso i raro llamado coraquenque
dentes notabl es de nuestra l1i sto ria ántes i despues que salían de ella; era n las insignias pertenecientes
de la conquista , bajo la for m a deslu1nbran te i po- a l a dignidad soberana." i Tiene esto algo de copular
de la noY e l a, i hoi necesita1nos 1nas que nun- mun con la corona, sino es el uso para que estaba
ca dejar bien puesto nuestro c r edito de romancistas, destinado, i lo que representaba e ntre los antiguos
aunque sea a despecho de los que quieren juzgar peruanos~
una obra de meses enteros de trabajo i estudio con ''Por otra parte~ noble e ntre los antiguos peruanos
u na c/¿ulada maligna, o un arranque de envidia o no significaba lo que en las lenguas modernas
mal disfrazada bondad. princi paln1ente en e l centro i en e l occidente de ]a
He aquí lo que entónces pudimos pero no quisi- Euro pa ; pues entre Jos peruanos la nobleza apénas
1nos contestar a nuestro "'\ ' ill ergas, i que no hacemos formaba una jerarquía ig·ual e indivisible, i no Yamas
que copiar de nuestros borradores antiguos en rias como en .el con tinente citado. Mejor dicho, Jos
l a parte que no han p er dido su inte r es jeneral: nobles (ñu snc una) eran un a sola familia: la del
I-JU A r-- r A CAP AC. in•ca- voz jenérica ~on que se distingt~ian los de la
. . . . .. , parentela real, semeJante a la de venectano, c on que
. . ''El cah.ficau v~ 8alvaJe, apli cado hJe~amet~te al se distinguian así misrno e n \ 7 enecia Jos dese e n·
1d1o~a q u1chua, de l?robar aJgo, pro baria ]a 1 g~o- dtentes de las diez i sei E familias que fundaron el
ran Ia de nu.estro cntico? pu.:s el tal no era un or mi 1 partes
Resuena el ca1·acol .. i de sus casas ••.. ,
porque el señor 1aclrid sábia lo que estaba haciendo,
de Jo contrario hubiera dicho:
Por mil pa1 tes '>
Re u e na la t?·o 'Jnpeta • •.•
como gusta11 de que se diga Jos que no quiere n
aprender las lenaua~ salvajes, no o~stante que los
aztecas no conocieron In trompeta s1no en manos
de los españoles, i que nunca pudieron tocarla durante
la conquista puesto que la tetnia11 tanto co:n?
el arcabuz o el caballo, elevados al rango de dlvlnidades
infernales por su in1aj1nacion a~alorada.
Por otra parte sabido es que el cnrncol 1 no otra ) .
cosa era la tron1pa guerrera de los n1ner1canos.
"Otra observacion. i será la últitna. •
;'Ta?nbo es una voz quichua, qu e represe nta un
objeto que conocen todos e11 ue \·a. Granad~, a
lo ménos los que l1nn viajado por las tierras cabentes.
Bien i hubiera sido racional siq ui rra llatnar
a los tambos ltoteles o mesones en I-IuAY "A CAPAc?"
Eso i alO'o mas hubiéramos nosotros podido responder
al literato que se dignó volver 1.o~ ojos a
nuestra torpe i l1umilde plu1na. para cr1t1car ~u.s
producciones; per? ya .hemos d1cl~o. que no qutslmos
hacerlo. Si ho1 variamos de op1n1on, es porque
ya nos fastidian las críticas sobre. lo mis1no ~echas
por varios de nuestros '!nejo'res 1 mas a1ttortzarlos .
criticastros.
Empero, sea de ello lo que fuere, es lo cierto que
nosotros 110 nos apartaremos nunca de la senda pro·
pia del no' elista l1i ... tórico, aquella que ]o conduce
a hacer conocer los puebJos, las familias i los perso·
najes de que ... e ocupa, sus trajes, uso_ , .c?stu.m bres,
idiorna preocupaciones, estado de c1 v1ltzac1on, &. ' . &. r=>uede que nos equtyoquel!los en e: to, pero en
tal caso será nuestra equi'\Iocac1on la m1s1na en que
han incurrido Scott, D.utnas, Sué, Scrib~ i Hugo ..
Por lo demas, terminaremos est~ art1culo, fastidioso
·ya, con el dicho aquel que el autor. de la GRANADA
pone en su prólogo en boca de c1erto t?rero
famoso :-"l dice bien IJedro Romero : la. lecciones
de torear se deben dar a la cabeza del toro.,
Que nu estros literatos de oficio o nada mas que
de labios no echen en olvido esta leccion i escriban
una o do~ novelas para que nos sirvan de mod lo.
E pístol a.
LAS PASIONES LITERARIAS.
i Epístolas, Santiago? Ni por pienso!
o tan alto ensayé mi tosca lira.
i mi tosco pincel en vasto lienzo . . , . .
Jamas se eJercito; s1 es que aun aspn·a
A llamarse pincel mi brocl1a gorda,
Que al aire tajos i re ve ses tira.
l\ lli torpe l\11 usa, bal buciente i sorda,
Iunca al Parnaso se remonta osada,
Ti al ... acro tcrnplo temeraria aborda.
I-Iumilde acaso, tímida o cansada,
Mucho será si brota con trabajo
De su esca o raudal una balada
En monótono son i estilo bajo;
n cpígranHl flojo, un villancico,
n eloj1o al violin o al contrabajo,
Gastado epitalamio a un novio rico,
Jacri1nosa endecha o elej ía
A la muerte de Juana o de Perico;
taJ v z de Petrona el fausto dja,
En que pisa el umbral de los cuarenta
~ e Jebra en rudas cóplas a porfía.
I de mi númen pára aquí la cuenta,
ue mas allá la inspiracion no alcanza ,
I si qui e ro estirarla, se revienta.
.1 ias no pi e rdo, Santiago, la esperanza
e s e r todo un poeta i literato ;
u e s tanto ¡vive Dios! lo que hoi s e al c anza
u e en un año, en un 1nes i hasta en un ra to,
Se l ace crítico un dómine cualquiera,
I scritor de alta fama un mentecato.
a lo has visto! No es sueño, no e~ quün e ra
I.Ja ciencia intuitiva (vulgo infusa)
ue fecunda en una hora la mollera.
F~o1je cien dramas tu ambician ilu sa,
, si el épico instinto a mas te lla1na,
l con la gloria inflámase tu iusa:
Canta Jos héroes que la Patria aclama,
Sus ínclitas hazaña~, sus laureles,
I sus claras 'irtudes i su fatna.
Estudia sin cesar, busca papeles,
ReYuelve libros i consulta autores
De aq u e lJ os que desdeñan los peleles .
Pide a ByTon sus 1nájico colores,
Al Tasso sus pasiones borrascosas,
Al blando Lamartine sus primores,
Despues de haber bebido en abundosa .~
Fuentes puras de clásicos injenios
Que en edades brillantes ma~ dichosas,
I que el modelo fueron de altos j enio ... ,
De Ercilla, lVIilton, Dante, riosto, Pope .
O si buscas dramático~ perjenios
Devora a Calderon, a lfieri, a I-Aop e~
Racin, Molier, Rubí, Breton i tantos
Que llenan tus estantes hasta el tope.
Olvídate de D1os i de sus santo'"":
Largas noches consagra a tus tareas,
Poemas mil ensaya, escenas, cantos ;
Tus vijilias prolonga hasta que vea '"'
Que tu salud caduca i alterada
'l'e prol1ibe que estudies i que lea~.
· Jc\.h ! nada te valdrá, Santiago; nada !
i la vena robusta del poeta,
1 i un alma gTande, tierna, apasionada,
ri estudio, ni saber, ni cuanto peta
A la noble an1bicion de honrado vate:
ue e11 su propio país nadie s pro~eta.
t Sabio tú porque sabes~ u~ ch . Jate t
Ya verás cual castig·a tu demencia
Cuando 1nénos Jo p1enses tn: orate. . .
Si confiado en tu ntunen 1 en tu c1enc1a
caso te creíste un Garcila o,
O de clásico tienes la apariencia,
t Faltará por ahí aJgun Pegaso,
Que mordizcos i cozes repartiendo.
'l'e drranque de tu gloria alo·un pedazo~
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9 6 BIBLIOTECA DE SE~ORIT AS.
-¿Faltarán noveleros que siguiendo
Las doctrinas espúreas de estranjera
Escue la, o en rencor villano ardiendo,
Tus obras, no con crítica severa,
l\ias con perfidia atroz pise i destruya,
Si su poder a tanto se estendiera ~
Para h~nor de la Patria i mengua tuya
Conozco hteratos ¡ voto a sanes !
Que, como los compadres de cabuya,
De un tiron, sin trabajo, sin afanes,
A la altura subieron de Aristarco
Desde oscuros i m1seros desvanes.
tVes a Fermin? Es hotnbre en todo parco:
Gn cuaderno escribió de Apunta1nientos
I aspira a ser ya Tácito o Plutarco.
Los Robértson i Préscott son jumentos
Comparados con él, i ante su Historia
Son los demas Historias solo cuentos.
El pedante Simon hace memoria
De l1aber visto o leido cuatro dramas,
Que estima ante los suyos vil escoria ;
I no se anda el nene por las ramas,
Cuando en t ono dogmát1co i severo,
Juzga asuntos, personas, versos, trarnas,
I celoso i feroz como un cerbero •
Los autores i escuelas ataraza
Con diente viperino i carnicero,
Cual faméhca jáuria que en la caza
Tra~ el ciervo inocente corre ansiosa
I le sigue, i Je ahulla, i le amenaza.
l\Ias consuelete, Rlnjgo, cierta cosa
Que alguno dijo en términos formales,
1 en buena, clara i elegante prosa:
e: Quien no cuenta enetnigos: ni rivales
En esfera mui baja se lnantiene,
Sin talentos ni prendas personales."
~olo el mérito cierto én1ulos tiene,
Más injustos e innobles si es modesto,
O si de ]lustre alcurnia no proviene.
i\ias si tú, caro amigo, ten1iendo esto,
Desfalleces en tímida ag·onía, ·
I al arte celestial pones el jesto,
Creyendo que es inútil tu porfía,
Re~uerda aquellos versos que un sesudo
Escritor talentoso dijo un día
En bella locucion i estilo agudo :
e: El que no osa aspirar a la alta gloria
Alcanzar la victoria nunca pudo."
Vuelve la vista atras, mira tus huellas
Do quier sembradas de fragantes flores,
¿Habrán de ser, Santiago, ménos bellas
Si las pisa la envidia en sus furores~
YARILPA
Una consulta literaria.
l.
Yo no soi sino un pobre escritor adocenado,
que, cuando mas. habré escrito unas diez revistas
de teatro i uno que otro artículo crítico ; sinembargo
no parece sino que mi fama hubiese pene·
trado por todo el universo mundo, i con su gran·
deza i solemnidad lo tuviera paralizado todo de
espanto. En la calle me saludan mal o no me saludan
mis a1nables con1pañeros de oficio, diciéndom
e mas que claramente con eljesto i con la mirada:
-Ai ! i el mentecato, pues no las echa de escritor!
Por Jo que respecta a aquellas personas que no
son del oficio, creo que acertaré a dividirlas bien si
a u nas las clasifico de ind~fetentes j i a otras de tentera1
·ias. En las prime ras deben contarse a los co·
merciantes, revendedores, usureros, mercachifles,
ajiotistas, tenderos i domas lobeznos de la tribu
uñada, de quien es, sea dicho de paso, nada bueno
ni malo tengo que decir por lo que respecta al ramo
literario; pero ah! no me sucede lo mismo con los
segundos, que bien lo dice su no exajerado nombre
de t e1ne rarios, tan propiamente puesto i tan digna·
mente llevado como el del rei aquel de no sé que
parte de Europa. Tal es, sin duda, lo enorme
de su audacia!
Los temerarios, pues, me buscan en las cuadras
de la ciudad, me acechan en las esquinas, me si·
guen a los parajes solitarios, me dan siempre el
lado, me saludan primero i me coln1an ¡pobre de
mí! de atenciones i deferencias .
Ai 1 i cómo se lo perdonara yo cordialmente si
< despues no se siguiese lo que se sigue ! aquel
< -I i va U. n1 u i ocupado, s~ñor don \' íctor?
S Por lo que es hoi sí, amigo mio; estoi falt o
de dinero, i ando a caza de cierto sujeto que me
debe algunos realejos.
-Oh! i cómo ciento ser poeta, que de no haria
a U. un préstamo oportuno!
-Gracias, pero desgraciadamente U. lo es.
-Oh t sí, cargo con esa cruz sagrada.
-Pues no deja de serlo.
-Qu e quiere U, la mision .••••
-(Oh! si, pensé yo, la de fregar al prójimo).
-I mucho ha escrito U. señor don Víctor en ,
estos dias 1
-Sí~ señor¡ he escrito algunas cartas.
- .... -o! no digo eso: preguntaba a U. si ha es-crito
algo para Jos p e riódicos 1
-Por lo que es eso no, señor. Qué quiere U.
que escriba 1 • ••• a tní no n1e gusta eso que aquí
se llama la política, i como no se publican otros
¿ periódicos .•••
- 1 ie habian dicho que U. era el redactor de la
BIBLIOTECA ••••
- ... 4.. lo que parece la BrnLTOTECA tiene tantos re·
dactores cotno dias el año. i\'le han hablado de seis
l o siete, i algunos 1ne han abierto su pecho a ese
l particular.
-Oh! por lo que es eso el secreto de la redaccion
de los periódicos se parece mucho a los secretos de
la corte: todo el mundo se lo comunica a su vecino
bajo el sijilo de la confidencia, empezando por el
mismo redactor.
- ..t\sí era hasta hace pocos años, cuando la prensa
no era libre; pero ahora sucede de mui diferente
tnanera: hoi se estila anunciar la redaccion de
los periódicos con letras Yisibles en la parte mas
notable de su encabezamiento.
-Por lo que es eso, estoi en un todo conforme
con esa práctica paladina: al César debe darse lo
que es del César.
-Ciertamente, pero es que muchas veces no es
del César lo que parece del César, i esa costumbre
tien e algo de cierto pueblo vecino, donde los literatos
lo firman todo, hasta las portadas de los libros,
i primero falta el articulo que la firma. Pero adios,
mi señor amigo ; como dije a U. hace poco tengo
algo que hacer.
-U. me perdona, pero no puedo dejarlo ir hasta
que arreglemos un asuntillo.
-El qué~
-Pue-.;, señor, para no nndar con rodeos, metá-
•
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3IBLIOTEC DE SE ORIT S. 97
foras ni ambajes le diré franca i 11anumente, que ~ randa o riendo ; pero Jos siete dias de la sen1nna no
he e~crito un drama! se pa ... an a s í no mas, i mucho m é nos cuando se ti ene
Doi a U. los parabienes. un~ cara mitad que padece de histérico, i tres par ..
- o se trata de ~o, sino de que U. tenga la bulitos largos i es piritados como lombrices ¡ nlborobonda
l de concederme unos instantes para leerse lo, tadores como cotorras. 1 todo esto por qué? Porque
a ve t' qué Je parece ; i despu s que me pre~,.. te su el te1ne~·ario tne habia entrenido lo bastante para
apo) o para con el director del teatro a ver si lo po· que m1 deudo~· se escapase real o finjidamente.
nerno:-o. en escena. Etnpero, D1o s , que no abandona a sus criaturas,
-Pone'lnos dice U 1 (el plural ra aterrador.) envióme un p e nsamiento consolador, i fué el de
-Puts .•.. como e ... pero que U. se digne corre- ocurrir a cierto periodista, que tambien solia oc u-j
írn1elo. • • • . rri r a mí la ví. p e ra de sali r su periódico por la
-Ya) ya ; está b1en hablaretno'"' luego de C'"'o. ~ bicoca de un editorial, i a quien babia sacado yo
·-Pero es ue yo no puedo es1)erar. de 1nas de un apuro o enredo.
·-P ro •••• i ) o ménos; csta1nos en vísperas de Presentémele con el aire sombrío, propio del
'iérne~.
i debia sentarse a l a n1esa.
- G r ac ias, m e dijo; dándon1 e una pnlmadita falnili
a r e n e l h o 1nbro'l es ya tie mp o d e qu e rompa sus
eadenas: Yu e l Ya U. nl s e no d e su e p o sa i de sus
hijos; pues por lo qu e hace a m 1, h e t e nido una
conferencia mu i l a r g a c on e l ministro d e la Gobernacion~
i vengo r e ndido de ap e tito. Adios, seño r
don Víctor, i no dej e d e volverse mañana por acá,
pue s te n emos qu e hab lar larg o sobre c ierto artíc ulo
e n fnvor del Go bie rno qu e ha d e vale r al p e riódico
1ni 1 ' UScriciones mas ; l1abia o lvidado d e cir a U.
que tiene dos 1n i 1 !
Fuese el per io di s ta a co m e r , i yo m e r e tiré a
casa da11do gracias a D ios p or to do l o q ue 1n e pasaba,
pues ademns d e t e n e rl o tnui m e r e cido, e ra
necesario que l1 u h i e r a ::he r ej ias para la fe solidar. "
Al llegar eran las s e is i ape nas tuve tiempo de <
prevenir a Petron a qu e t e ndriatn o s un literato a ~
ref'resca7 .. Senteine e n Sef;· uida en 1ni silJon, crucé
Jos brazo'"", i esc] amé corno dice n que J csus Jo hizo
en el l1ue r to: "Si e s p o s i bl e ~ S e ñor, apartad este
caliz de 1ní P' l\fas seg urame nt e no fu é posible ,
porque a l l legar a l 1ní s o nó la campanilla de la
puerta ele l a calle i se pre s e ntó e l t e1i ze'r a?·i o.
ÜRION.
A mi hija.
J.
i Qu ién co mo tú divina,
S i e n e l r egazo d e tu jóven ma d r e
V u el ves a D io s los ojos, de las ~ien e s
Los n1 i l caireles por g·arganta i p e cl1o
E n on d a s d e o ro desatando suaves~
i u ié n co tn o tú divina,
i no hai cl ave l ni púrpura d e Tiro
ue ig ual e a l rojo de tus rojos labios ;
I de }a au rora la sonrisa npén as
l:l n ede i gua l a r a tu sonrisa de ánj e l 1
eva d o e J c u e llo, bre ve la cintura:
La fr e nte ig· u al , r e donda, ·
TurjcntP. e l p echo, do tnl v e z s e anide
.1\i ! e J atnor de Safo,
O d e Lu c recia, la irritada espos a,
D e s a n g riento pudor la nobl e 1Jan1 a !
'J,al t e hizo Dios, i tal nl conte tnplarte
f e hnce s fe liz; ele pobre, oscuro i triste,
Tornándo1ne en altivo sobe rano ! ..... .
II.
r o naci s t e en la cámara de oro
Do viene al mundo el hijo de los grandes;
l i -.; uspendió el destino en tu cabeza
De los m ó nstruos del Volga o del Danubio
La corona imperial Naciste ~ola,
[ fué tu cuna de algodon i flores
I Je ye junco ; en la mitad del cielo
El m e ridiano ~ol su disco entraba,
1 e n los móvibles sriuces i en las rosas
La fr e sca brisa, su urrando leve,
Llevó hasta tí la pluma de sus alas.
1 i qu é me importa a 1ni no darte un trono,
I 1 i alcázares, ni joyns, ni bajele s,
Si naciste cristiana, libre i buena 1
Si es tu patria la m é rica, i Granada,
D e Dios dile cta, i g rande, i val e rosa,
Tu morada d e r e L tu r esidencia ~ ,
D e mimbre e l arc o i la vi st o sa pluma
D e blanca g arza, ins ignias miste riosas
D e l iuisca lid iador, son a mis ojos
lVIas preciado blason, mas rica pre nda,
Que el c e tro h e lado i fu e rte
Que empuña e l hijo bárbaro d e l Norte,
1 cuya punta e n rayo conve rtida,
Cambia la luz e n .... ombra !. .....
Tu c e tro e s la virtud; su oro i sus piedras
No son de polvo, no: guárdalo, mi hija.
III.
Oh! yo t e qui e ro, niña, cuando vu e lv e s
A m í tus ojos c á n cl idos , s e r e n os,
1las que a tu mad r e e n la o c asi o n prim e r a
Que o s é 1ni labio tímido, t e mblando,
Lle var al suyo de carmin •••• Por eso
Siempre e s mi cielo azul, i son mis dia
Puro s, brillantes, sin b o rrasca o so1n bra !
Ahora soi jó\·en; jóven, qu e no cuento
Ni cinco lustros, no, i tú eres niña,
.... "'iña como Jos ánj e Je s que en torno
D e In R e ina d e l Ci e l o pintor sue le n ;
P e ro mañana. blanca mi cabe za ,
Por la mano de l ti e mpo, e ntre las tuyas
Irá a posarse al divisar la lumbre
D e mi últi mo crepúsculo ; tú entónces
... o s e rás ya la que hoi ... Oh l quiera el ciel o
Bajo su n1anto de turquí guardarte ! ..... .
lVIas si quisiere la contraria suerte
'I'emprana tumba abrirm i.\ ' nunca olvides
Que': el mundo es un engaño: una mentira ;,
1 que sus co pas d e ámbar, guardan solo
Lágrin1as j dolor; que los place res
P e nas ocultas son, ensueños. nada ;
Nada el trono i la púrpura insolentes,
Nada la pompa mi1itar, ni el lauro
Sacro que ciñe la cabeza augusta
Del hotnbre trovador. Oro i talentos,
Hermosura i encantos, todo mu e re !
Solo es eterno Dios, i el que la senda
Sigue de la virtud ; tú pues, la sigue.
1 mi metnoria plácida i amante
Conserva fiel en la memoria tuya,
1 con el vi e nto de la noche; frio,
O con el ave torpe de los muertos
l\1ándalne tu suspiro, que yo en cambio
Te doi mi corazon, te dejo el alma!
I de mi tumba en torno, mis estrellas
1\'lis jardines i cielos, potnpa i oro,
Mis auroras i soles sean tus lágrimas! !
'Tiértelas, sí, en el cáliz de la muerte,
Que es de plomo i de acíbar, mas confia
En un 1nundo mejor, que ha de juntarnos!
IV.
Mas si el destino me conserva, entónces
Cruzaremos el valle de la vida,
Tú siguiendo 1ni huella, yo en tus ojo~
Amor i luz bebiendo, i en Jos mio ~
•
'
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BIBLIOTEC DE SE ORIT AS. 99
Virtud i fe, cariño i esperanza
R eflejando a tu puso ; cual dos fuentes,
L a una secada ya, la otra crecida,
E pumosa i sonante, que a ocultarse
Van n el mar inmen .. o de la muerte !
S erá en t6nc~·s igual, sí io-ual, rn·i hija
uestra suerte en Ja tierra; i en el cielo
Igual tnmbien , pues que en la fe del C r isto
, ln bos nacitnos mor ire1nos ámbos!
F. PÉREZ.
El Caballero Bla11.Co,
Leyenda Irlandesa
POR LAURA PRUS.
•
El soldado soltó la capa i se acomodó para dormir.
Llegaron a Ja puerta ele Ja salida.
- ... h ora, querida lVIina, le dijo 1\llorice, pasa p ri ..
mero, los centin elas no se opondrán; ve pronto al
lu o·ar con venido.
La jóven obedeció sin detenerse un momento.
Alo-unas n1urmuraciones sobre su saJida a semejante
hora eran los únicos inconvenientls que· tenia que
arrostrar. Cuando hubo pasa Jo el tiempo sufic iente
para la evasion ele 1ina, i\1 o rice se quitó la ca pa,
levantó las manos ácia el cielo para pedir su proteccion
i ~~ · lanzó por en medio del bosque.
El a'"'otnbro de Jos centinelas los t uvo un momento
en su\.;pen o pero di eron pronto la señal de alnr~
ma disparando en la direccion q u e el fujitivo hab ia
to1nado; las balas silvaron e11 los oidos de l\1orice
( CnncllCJSion). .1 bl 1 El · J · que reuo ó su ijereza. podia on· as 1mpreca-uedó
... ola JVIina i llevando las manos a su frente ciones de los soldados despiertos de improvi ... o 1 en
p~reció recojer su razon pronta a a~andonarla. encontra1 do sus armas in util isadas. Bien pronto
Pern1aneció algu nos minutos en la actitud de uno apercibió a travcs de los árboles el vestido blanco
que e~cucha, j cuando sintió cerrar ... e _detras de é~ de su fu tura; Mina lo ag uardaba. Morice ]a estre·
la puerta del cuarto a do1?de lo co~duJero~, ~ru zo chó en sus brazos i ambos pasaron el rio que los
las n1anos sobre su pecho 1 se desh1zo en lag rimas. separaba de Ja gru ta ele Fitzguald, a la que llega·
E s bien estraño qu e ~ entre mujeres, e~f.a se~al ron pocos momentos despues.
de debil idad preceda .. iem pre a una reso~uc1on ener- A unq ue felices al verse libres de este primer
jica a un g rande acto de firn1eza .. - i tna contu ~ro pe l ig~ro, su posi cion no era segura, por que no podjan
su lJanto al considerar quE" ... olo ~e1s horas de e.xis- aven turarse a salir de Ja caverna; sabian que su
tencia quedaban a su novio ; calc~1ó frian1ente l:Is retiro seria descu bier to : pero esperaban ganar tiemprobabilidades
de salvarlo, los tned~( · de con?eg·utr- po l1asta la vuelta del jefe i de sus soldados .. E n
lo i los puso por obra con una ad1n1rable rap1dez de efecto, al amanecer los ingleses llegaron delante de
ejecucion. la g r uta pero no conocian s us revueltas, i sospechan-
R abian dejado solo a l\i orice para prepara.rse a do algun lazo, se detuvjeron dela nte de la abertura·
su próximo fin; estaba en u na completa oscur1da~l. a ll í celebraron consejo sobre lo q ue habian de haC
onocia que iba a 1·epresentar u n, n?bJe p~pel s1!1 cer . Pocos momentos despu es los fuj itivos oyeron
precedentes e n los .anales J ~ su pa1s, 1 q uer1a morn~ el r uido de piedras q ue an1on tonaban en la boca de
1ná1ti r de su h eró1ca fideltdad ; pero. i. ser arra11- su r efujio. No pudiendo formar conjetura alguna
cado del a ltar para marchar a l su pb~1o! cu~ndo ? sobr e el proyecto de sus enemi gos~ aguardaban con
te nia delante de si un largo _por ,·entr d_e dicha ansiedad mor tal. D e r e pente un r esplandor penetró
u n iéndose a i\llina, era un motivo de horrtbl~s pe- en la cavaña. i\1 ira: qu erida 1 iina: el sol sale i
.... ares. Oprimido por la violencia de sus ~m?~Iones. podemos esperar la pronta vuelta de n u estro amo.
cedia a la necesidad del sueñ o, cuando Sintlo sobre Si esta claridad fuese la deJ sol, l\1orice, no
u fren te la presion lij era de una tnano; se_clesper- podriamos ver la; es una claridad fatal ••.• la Juz
tó asustado i vió en pié delante de s{ a l\ l1na que de la roca Negra.
tenia en la mano una pequeña lámpara. . . Fatal; pero no para nosotros, Mina; en este
- ¡Sile ncio l Ma rice, le dijo en voz ~aJa. iQu1e- momento ella alumbra a nuestros enemigos.
res hacer uu esfu erzo pa ra. obtener tu l!bertad1 Ambos se persig naron devotamen te sin co mun ~-
J\_101·ice tembloroso l,a mnaba c_on s~~·presa.. C on carse sus terrores, porque despues d_e_ alg unos miun
Jesto ella le mostro la puerta 1 le dJJO a l o.Ido: n utos u n espeso hun1o se e~parc1o e n Ja cueva.
Los soldados est~n ahí, los he hech~ beber 1 due.;- ~ ¡D ios de mi ericordi_a ! g ritó e l j óven , van a ~ho:
m en en la osc~riClad ~orq.ue ~pague su luz. No garnos. Entonces q U_JSO . arrastrar fuera a l\1Jna 1
temas sus fusiles, estan s1n p1edras. D os soJd~dos 1 ofrecerse solo en sacr1fic1o •••• pero un vapor arson
los \inicos que dan que temer ; o.;o.n Jos centin e- ~ djente los hizo retroceder precipitadamente. Relas
de afuera; en cuanto a e ... tos h~u q ue colorar sicrn é tnonos, a mio·o mio, le djjo lVlina tomándole
11uestra esperanza en la , r roteccion del cielo. No ~ Ja
0
mano; all_á co~o aquí la muerte es_ ine \·itable.
perdamos un 1nomento, s1gueme. . ? Tú n o q uerr1as, s1n duda, r escatar tu v1da por una
-Pero ¿a dónde p ie nsas hu ir, M1na ~ < cobardía, descubrien do tu disfraz; cumplamos nues-
- A la cueva dru ídica en do_nde lord F itzg uald < tro destino que permite al ménos que no nos e ..
se ocultó despues de la desgra cia de los suyos. paremos. . , . . .
l\1ina apagó su luz i ambos a travesaron con pre- P ero q t~ltandole Ja . falta de _a_1re la resp1ra~1on
caucion estre n1a el cuarto en que dormian lo.s sol~a- temblaba. 1 una .especie ~e del1~1o se apodero ~e
dos: cuando se aproximaron a la puerta, Mina p1só . ella. M1na! l\rl1na querida t gritaba el desg rac1a·
un ~bjeto que estalló con su peso. Los fracn1entos do Marice, recobr~ tu vaJor, pon tu cara ~ontra la
del espej o, pensó ella; pobre tia, teniais raz~n. Con ~ ti elT~? en el)~ ~a1 a~n u~ poco de fresco P ero
e ... te ruido se despertó un soldado que, COJlendo el ) perdto el s~nt1rn1ento 1 cayo postrada en los brazos
faldon de la capa de Morice : Quien va ahí? / de su nov1o. . . _ ,
grnó. quien es 1 En ese momento un v1vo t1roteo se e m peno afue-
_ "Dejadme, señ or, 1e respondió con v~z baja la ra _; el combate dur~ poco, Ja puerta de la caverna
muchacha· vcncro a buscar luz en las cenizas de la fu~ desembarazada, 1 el caballero Blanco a la cabecocina.
, za de sus cotnpañeros se precipitó a la gruta ; sa·
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100 BIBLIOTECA DE SEÑORITAS.
c aro n los c u e rpos medio asfixiados de Mina i de puede tener un esceso de memoria sino a costa d e l
lorice, los espusieron al aire libre, i los mas solí- juicio. Esta preciosa cualidad es la que mas le
c itos c uidados los volvieron a la vida. faltaba, como puede verse n sus obras que han sido
El caba llero Blanco recompe nsó su h e róico sa- impresas en 13olonia n 1495, j reirnpresas en Bac
rificio uniéndolos e l mismo, i asegurándoles una ; silea en dos volúmenes en foJio, en 1573. Combae
.. istencia cómoda . Su afec to por sus fieles servido- tia la a strolojía en un sen tido~ i la estudiaba e n
r e s s e manifestaba en toda ocasion; se e ncaro-á del otro, i se ocupaba tatnbi en en las ciencias ocultas,
} J Orv e n~ r de su hjjos, pero en cuanto a la feftcidad lo qu e ha hecho que algunos escritores le hay·a n
i nterior no podia añadir nada, ••. porque esa feli- colocado entre los mao-o~, i le hayan su puesto que
c idad era completa. t e nia un demonio fa1niliar, necedad absurda, pues
Tres años d espues, Mina ensayaba Jos pasos de que vivió siempre cual fiel cristiano, i murió con
s u prirn e r h ijo sobre el prado que se estendia entre ; adn1irables sentimientos de pie dad. La mu e rte de
su casa j l os á rbo les del bosqu e . Un pereo-rino do- ~ Pic o d e la IVlirándola se verificó e n Florenc ia en
b lado por la edad i las fatigas se avanzó I e~t amcnte >e l misn1o dia e n que, el rei Cárlos VII[ d e Fran·
, c ía e lla, e impl o ró su caridad. l\1Ina se dió prisa > cia, hizo s u e ntrada victoriosa e n aque lla ciudad.
e n darle algunas m o n e das i le invitó a ac e ptar un T e nia nada n1as que tr e inta i dos años. Esa es Ja
asi lo porque l a n oc h e se apro xirnaba. D e r e p e nte s u e rte de los niños pre coces : desa rrollarse pre matub
r ill ó la luz de la r oca N egra i alurnbró la faz d e l ramcnte, envejecer proto, i morir j ó v enes. Por otra
per eg rino. ÜIYidando la jó\·en que se esponia al parte, semejante fnerza de imajinacion solo se de·
1ni s mo p e bgro tomóle el b razo para obligarlo a sarrolla a costa d e l verdadero tale nto, i no es aJ
e ntrar precjpitadamente en la cabaña • •• • pero el jenio prematuro i universal al que mas ben efic ios
a n c iano p r o nunció estas palabrM: Quedaos Mina! deba la causa de la hun1anidad.
j no temais ya esta luz, e l espíritu que la manda
es tá suj e to a la voluntad del Altísimo. Su poder va L t b
a cesar; i Dioc:: pern1ite que en faYor de vues tras a rom a. (
b u e nas acc iones, esta funesta luz d esaparezca para < La trotnba e s un meteoro estraordinario que apa-sie
lnpre. S r ece en e l mar en los ti e mpos cálidos i espone Jos
El ancinno estendió las n1anos ácia Ja roca, la > navíos al 1nayor peligro. Es una densa nube ele la
luz s e debi litó poco a poco al1nismo tiempo que la cual una parte se halla en un 1novimie nto rápido i
fo rn1a de l viejo s e hacia ménos dústinta, i cuando circular cotno alrededor de un eje; causado por
la luz hnbo desaparecido con1pletamente, no quedó dos vi en t o s que soplan dire ctame nte uno c ontra otro,
'isible ni sig ui ra Jn l1u ell a del peregrino. ~ i su e le caer por su propio peso e n forn1a de colum-
D e de aquel dia la luz de la roca ~ eg ra no se na, ya cónica ya cilíndrica: su base s tá siempre
n eend ió n1as. e n e l aire i su punta descansa sobre l a superficie
< del agua. Las tronlbas son va c ías por dentro por-
• • , ? qu e la fu e rza c e ntrífuga arroja d e l centro todas las
PICO de la M1randola. ~ partes internas. Las partes acuosas que se separan
Ju a n Pico de la lVIirandola l1a quedado entre los de la circunferencia fo rman la lluvia que cae aln
j ñ o s precoces como el n1as célebr e , i como el que S rede dor d e l t orbellino. Cuando e l viento jnferior es
e l - ~ulrro cita con mas frecu e ncia. ~ el mas fuerte, entónces la tromba se halla elevada
rrodo e l mundo sabe que de~de la infancia era e n e l aire. se O}.,. e un ruido sordo, i algunos siJbidos
un prodijio de n1 e moria. Cuéntase que despues de > a g udos. Por donde cae este turbion cau~a muchos
habe r l e ido tres veces dos pájina"'" de un libro, Jas estragos, por Ja cantidad de agua, i algunas veces
Te p e tía 5in cquivocarBe. DICLSe ta1nbien que a los de granizo que d e rrama. Suelen ser bastante fretl
i z i ocho años sabia veinte idos idioma ; lo que cuentes en aJgunas costas dell\1 e diterrán e o cuando
parece dudoso, a mPnos que no supiese de estas e l cie lo está nublado i soplan algunos Yientos conYe
inte idos l enguas n1as 'l Lle los prirn e ros el e m entos . • trarios u opuestos. Desde al g una distancia parec e
En fin, se lee en todos los autores conte mporá- < que se componen del agua del mar que s e eleva e n
neo --- que a la edad de Yeinte i c natro años sostuvo 5 alto. Si por desgracia &e precipitase lnopinadamenpública
m e nte tésis sol e n1n es sobre todos los objetos te sobre un naY Ío le baria sume1jirse e n un mod
elas cie ncias, sob re todos los conocimientos l1uma- rn ento.
no--- ltoínni 1·e sci bili (de todo l o que es posible ~aber.) En el m es de julio de 1755, durante una temPero
es sabido , dice un bibliógTafo, que esta espe· pestad qne los calores exesivos produj e ron en Bac
ie de conclusiones no era mas que una como para- Yiera, un trueno terrible abatió una nube entera
d a o ala r d de qne se salia bien con una tintura que se ele YÓ perpendicularn1ente e n forn1a de troinbastante
lijera de lns cie ncias, un poco de firmeza ba tnarina . Este torbellino paso sobre un cstanq u :
i facilidad e n el hablar. absorvió e l agua i la hizo Je\·antar a una altura
.. detna ... , aquellas conclusiones de o1nnc re s cibili prod ij iosa ; despues la esparció con tu n ta fuerza,
e llan1aba a mil cuatroci e n tas cuestiones que l1a < que parecia humo densisiino. La nube derribó vahecl1o
itnprirni r aJa cabeza de sus obras, tales como rias casaa..:, i desarraigó muchos árboles, que fueron
se habian puesto por las esquinas de Roma, csccpto hallados mui léjos. En 5 de agosto d e 1750, apaque
corrijió trece proposiciones que el papa lt ocen- reció cerca deltnar Báltico una colutnna de agua
cio VIII habia censurado, porque era sumiso cris- pegada a una nube, que el vi ento dirijia a la tierra ;
ti ano ~ ~ i atraia ácia sí todo cuanto encontraba, n1atas, abro-
Lo qu e en ~ida l e clió un brillo cu~yo reflejo con- jos; ramas ele árboles, l1aces. Los elevaba a la alserva
todavia ~u nombre , es: prin1ero, que era de tura de tre inta piés, los r e torcia, i despu es los dejaba
una iJnstre familia, qu e era principe, i que ademas caer h ec hos pedazos. Se dice que se rompen i disistaba
r ea ltnente dotado de cierto mérito. Pero 5 pan estas trombas, tirando contra ellas algunos
justificó Jo que frecuentetnente se dice, que no se < cañonazo~.
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Citación recomendada (normas APA)
"Biblioteca de Señoritas - Año I N. 12", -:-, 1858. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2094954/), el día 2025-06-10.