EL HDG !R CATDLICO
~---.--....--~- ······· ··-··-·-··----
"Nada, ni un pensann'm!o, para !a polítti:a. Todo, hast..z el último alz"en l o,
pm·a la R rHg1fm' '
Serie 1~ 1 :S ogootá. (Ral~ú. t lio?. d.~ Colo:m."oia. l, A brill5 á.e l90S 1 Número 10
L a serie d e 10 números tl e EL IfoGAR CATc•Ll co
vale$ 40 papel cuando se ¡n·g~ oportunamcn
te; si se at rasa $ 50. Nú nero >tdto, $ 5 papel
hasta un me' d espu(s de pnblicado ; pasado e;·
te tie:npo, $ ro.
~ ~~~~-
Al E L HOG -\':,; ,·:l\ T UUC O"
El número 11 de este peridclt'co en galanará
sus columnas con el docto
estudio de( eminente escritor D. ltfigu ol
Antom·o Caro, titulado VALOR DEMOSTRATIVO
DE LA SANTIDAD, leido en la
vel~-.""-'r;z' del 2 5 de Marzo, que se ce lebrd
e.t honor del Venerable Don Sosco.
En los números úguientes se publicarán
las composiáones de los dtstingudos
caba lleros D. Antonio Gdmez
Restrepo y el Dr. H ernando Jlolguin
y Coro. Con ese número co mien z a
la segunda serie. Pueden los señores
sus crip tores ver las advertencias que
se han publicado en los números 6
y 9 ·
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SEMANA SANTA
Nos encontramos d e ll eno en la
Gra n Se man a, en la S emana 1l fayor,
ll arm da por el pueblo cris tia no Semann
Santa, porque en eilu 1\)rlo es solemn(',
mis terioso y santo: ln1- h echos
que r ec uerda, las ce r em oni;,s co n que
los conmemora y los sentim1entos que
in s pira.
Üe:-;pués de la Leila ceremonia d e
las palmas, el lunes y el m ar!.::ssa ntos
n os pta la lle va y
la oc ulta detrá s de l alta r. R e pr esen ta
a l Salvador, la luz del m undo, q ue se
ecl ips a po r algunos instantes detr ás d e
las sc m bra s de la tumba .
1 O h ! ¡ En la m Eno r cue monia d e
nue> tro cu lto no ha y nada sin una le c .
ción, nada sin un r ecu e r do. D espués de l
M isenre que se canta, del Paler y la oraci
ón q ue dice el q ue p r e~ i de , ~e ca lla n
tcdos y reina en la iglesia un prof und o
s ilenci o, como el que reinó e n e l sepul.
ero de J osé de Arimate a, despu és de _
colccado e n él el cue r po de Je~·ús. De
repente suena un gran r uido que recuer ·
da la conmoción que sacudió la tierra
cuan do Cristo entregó el alma y se r a s ·
gó el veio del templo de alto á ba jo .
Cuánta riqueza poética e n los oficios de
estos d ías. Se encuentra en e llos c o mo
un delirio de dolor , delirio 5iempre e lo·
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cuente y sublime, porque es el dolor de
los profetas.
Vé aquí lo que ha dicho el Señor:
"Id á la hija de Sion y decidle: el Sal
vador viene y viene trayendo cons igo la
redención y la recompe nsa."
"El sale de Idumea y se levanta de
_ Bosra 1 Se le vanta bello y majestuoso
con su vPstidura teñi:la d e sangre 1 Su
fuerza se revela en su marcha ... "
Escuchadlo : " Sny yo quien anuncia
la justicia y quien puedo salvar el mu ndo.''
"¿Por qué vuestros vestidos están así
enrojecidos? Semejan á los de los hom .
bres que pisan la vendimia."
"En mi desgracia h e mirado en de-
rred0r á ver si alguno habla para dar .
me ayuda y nadie hubo . que me socorriera
. ... "
-x-
La oración del Huerto
(TRADUCC IÓ N DE - LOS HIMNOS DEL BREVIARIO,
POR D . FRANCISCO JOSÉ VE RGARA. PBRO.)
Adspice, etc.
De tal c lemencia á impulsos, y encendido
En ese amor flagrante,
Mirad cómo b~jó de las alturas
El Verbo, Hijo del Padre;
A curar las h r ridas de l a culpa
D el h um a no linaje!
A com pasión m ovi éndole
Del mundo l a r uin a lam entable,
Y r epara r queriendo del pec do
Los infinitos mn l es,
Ora, y el alma frente del MAest r o
Por el perdón abátcse.
T an acerbos rlo lores revolv iendo
Parece vaci la nte;
Con in stanc i ~s supli ca : "Si es posib le
Pase de mí es te cá li z;
Ma s no mi voluntud, o h Padre mío,
Sino la tuya h ágase.''
Como e l trisle pavor á las más íntimas
Entrañ as a lcanzase,
Desfa ll ece e l Señor, y de su s miembros
Br Jta sudo r de snngre,
Con cuya dulce savia se enr·iquece
L a tierre, al empapa rse.
l\la s, rápido bn.J an do
D e las altas moradas cr !Pstiales,
A J e~ús aba ti lo
Forlnl éce le un áng-e l,
Y nueva fuerza el cuerpo r ec ibiendo,
Vedle con nuevo a liento levantarse.
C rm el Hijo, á quien d ado fuera, V:n Q<>mbre
Sobre tod os los nombres, g-loria al Pa'dré,
Y al Divino Paráclito
Alaban za en los siglos in cesantO!! .
Ve n ite coe!o, etc .
Vino ya el Redentor vaticinado
Desde r e motas épocaa :
Dej ad, oh hijas de Sión, e l llanto,
Basta ya de t ri steza.
Amba
Dio muerte al mundo el h ue rto primitivo
De do la culpa original vin iera;
H é a quí la v1da que nos t raj o el nuevo,
Donde J esús en a ltas h oras r uega.
La cólera d el Pad re vengadora
Calma, y r epri m e coa p0ten te diestra
Los r ayos inminen[(is .•. _
E l Redentor ¡ o h víctima espontarteá!
A exp ia r nuestra culpa se presenta.
Del A verno as í dej a quebrantadas
Las pr'siones horrendas,
Y las p~,;er tas ce rradas l a rg-o tien;¡.po
En buen h ora franquea,
A su rein o invitándonos
De alegrías eternas.
Al Pad re, co n el Hijo, á quien fue d ad o
Un nombre sobr <) todos, gloria sea
Con el Padre y e l Hij o, a l Paracleto
Alabanzas perpetuas .
-x-
MARIA EN EL CALVARIO
L as pal mas que los hijos de loro hebreo
s h abían arrojado ba j o los pasos
de J e~ucri s to , cu brían tod~>vl a con sus
ve r des hojas el áspero cz mino de Betanía
; el e co de l va lle de los cedros repe.
tía aún los le j anos sonidos de los gritos
d e triunfo y de j úhilo con que la hija de
S1 on había saludado al R ey Pobre, cuan.
do Jerusalén f ue profundamente conmovi da
por un nuevo suceso de una grande y
triste importanc ia
Log príncipes de lo3 sace rd otes, los se.
nadores y los fariseos acababan de apoderarse
á precio de oro, y merced :í
una t r aición doméstica, ele un gran Culpa.
ble que ponía, s egún c:ecía n, en peligro
el Culto y el Estado. Preciso era que
ese hombre fuese efe-ctiva mente muy
peligroso, porque esos venerables p ersona
jes se habían impues to un ayuno ex-
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traordinario para apode rarse de él ; y
Jos fariseos, después d e h abe r h ech -> :i
són de trom p eta a lguna:; p ompo sa s li
mosnas por la ciudad, hab{¡m id o á d ar
g racias de tan imp or tant~ c a .tura á
1\Q.UEL que ha dicho en términos fur ma
les' "Yo i' bo r rezco al im p!o que d err a
tna la sang1 ~ inocente."
P a ra li br a ¡· más presto al país de ese
g ran Culpa ble, habían violado con a u da .
c1a las leyP.s y las costumbres de I srael,
Se habían C'l tl Sti tu( do ellos mi-smos Jos
ZlCusadore1;, 1 )~ ex aminadore s y los j u e ces
del supuesto reo, y hasta se hubieran
hecho su s verdugos, si no hubiese n
prefer ido hacerle sufrir un suplicio in ·
fame, nuevamente introducido entte ellos
y reservado á Jos mayores delincuentes,
á fin de imprimir á su memoria una
Olanc-ha de lodo y quitarle al mismo
tiempo el honor y la vida.
G r acias á sus instigaciones, nunca
hijo de hombre fue tratado con una
crueldad más ingeniosa y con más fría
barbarie; el insulto y la violencia no
pueden ir m~s allá de lo que se hizo su .
frir á ese reo, que se parecía á una víctima
preparada para el sacrificio y que
no opon[a más que el silencio á todas
e&as vilezas.
;:: Et:. habla querido hacer de los hom .
bres un pueblo de hermanos y !!amarlos
á todos á una gloria inmortal; había im puesto
grandes virtudes dé que EL mis mo
diera ejemplo, y hab1a llen a do la
Judea de sus beneficios. Ese acusado,
contra el cual tántas pasion es perversas
s·e habían desencadenado, era el d esee n .
c)lente de David y de Salomón, e l triun~
ador de la vigili 31 Jesús, el gran profeta
galileo, que había atravesado la o·mción
P.Opulat· para subir al Gólgotd.
Cuando los pontlfices y los faris eos hu.
bieron degradado bastante á J es ú s á los
qjos del pu eblo para destruir la i:iea de
su divinidad, viendo que les apremiaba
la cercanía del sábado, tom ar on su víc .
tima que el p re tor 1 o mano les e nt regó
con repugnancia ; y d espu é~ de habe r
cargado con e l peso e no r me de la cruz
sus e spaldas chorreantes y despedazadas,
~presu raron con el a sta de sus lanzas la
marcha d ::> lor sa y tardía ha c ia el Cal.
va rio á do nd e iL•a n á crucifica r !e .
Ol e a das de especta dores ll enaba n las
calles y ob trufan las plazas públ icas;
un os ma nif e staba n altamen te una a legría
fe roz, y clamaba r. an a te ma co ntra el
Rijv rie D ios; ol os se compadecía n de
la su e rte del joven prof e ta que no había
h e ch o sino bién á los h ombres, y que los
h Gmbres h abían a b:lndonado y vendido.
P e ro e sas mu estras de es téri l sim patía
de spunt aban ape n.:1 s ; lo" bue :10s lloraban
ocultamente ; aquéll os q ue E L había
alimentado con cinco panel> en el desier~
to ; los que había curado; los que h a bía
amad o, estaban all í confundidos entre la
multitud, y ninguna voz se alzaba protes.
tando contra su suplicio. Aquel de sus
Ap5stole5 qu e más le amaba, le habla
r e negado cobarde me nt e , los d e más, á
excepción de uno solo, habían huído _
La madre de J e sús no los vio; pero
cuando un grupo de la m:a s con la punta
dirigida contra su pecho, se inte rpuso
entre Ella y su Hijo, salió de sus ojos
fijos y d e sencajados un relámpag<> que
reve ló la sangre d e David, y su cabeza
h erm os a é inspirada to mó una tal expre~
sión de grandeza dolorosa, que los soldados
vencí ::los bajaron le ntamente sus
a rmas delante de la h e roi ca y santa muje
r . Por fe ro ce s que les hubiese h e cho
la vida d e los campa mentos, se acordaron
de sus madres.
María di rigi ó sus trémulos pasos hacia
e l Salvador; fijó s us miradas llenas
d e angustia sobre esa forma humillada
que. se arrastraba sangrienta y casi desnuda
ba jo una pesada carga, sobre ese
rostro im pone n te, mi ser icordioso y dulce
qu e antes h ubi e ra t m lido manchu rozándolo
con sus castos la bi os, y que ahora
hinchado, amoratado, cubierto de in mundicia
s y de sangre casi nada reten{a
d e la imagen de l Creador .
M arí a pasó trist emente su mano sobre
su frente como para asegurarse de que
no era el jugue te de un alucinamiento
h o rrible: ningún gemido ali vió su coraz6n
o primido, nin gún g esto de desesperación
inició i los espectadores en los
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mis te rivs de su agonía ; se creyó so la me
nte q ue iba á mor ir, y en efec.to h u .
hiera muerto mil ve ces dura nte esta so .
lemne y destrc-zad01·a pa usa, si A QUEL
que mzae d viento á la lana de la ovej a no la
hubiese sosten ido con el poder de la di .
vinidad. Jesús obse rvó bien pronto, á al
gunos pasos, esa figu ra muda é inmóv il;
incl inan do delante de e l!a su frente en
corvada bajo e! peso de la cruz, pronun
ció el nombre de 1 Madre! A es ta pala
bra, que resonaba como una cam pana
fún ebre á los oídos de la sa nta Virgen,
un dolor agudo le traspas.í el co1·azón ... 1
Un j oven g al ileo, con rostro sombrío y
a batido, u na joven muj e r , a negada en
lágrimas, se abri e ron paso hasta Marfa.
Sin duda Juan y Mag dnlena, q ne la
a:r.ahan y vt' ne raban como á su Madre ,
p u ~ iér o n lo todo en obra para a rranca r la
á la esce 1a de sa ngre y de mu erte que
se prepara ba sobre e l G.í lg ota ; pero sus
instancias fue ron i nú ti l e~ , y, leva ntándose
con e' fue rzo, Ma ría se puso á trepar
ba jo un sol ardi ente !a f endiente más
esca rpada de l Cal va rio ... .
Habían lleg ado a l término doloroso de
esa triste pe regrinaci<Ín, y pisaban e l
suelo f¿¡ ta l y sagrado en q~e e l Corde ro
de Dios iba á sa tisfacer á la jus ticia del
cielo irr itarlo, colocándose en luga r de
todas las vfc timas y cargando con todas
n u e ~tr a s mise rias Al!( iba á ofrece rse
el g ra n sacri fic io , cuya eficac ia se re .
monta por una parte hasta la c ul pa ori .
gina l, y se extiende, por otra, en la no.
che de las cosas fu '.ura s hasta la con
sumación de los siglos . Esa pequeña
explanada peñascoiempre
e l decre to de mue rte y de perd ición,
que nos e ntregaba al nace r á los ánge.
les del a bismo. ·
María extendió sus inquietas mirada>
sobre la montaña descarnada; vio a l
pueblo en expe cta ción , las cru c e ~ coloca .
das en e l sue lo .. .. y á Jesús, e l amado
de su alma , á qui en los ve rdugos a r ra s .
raban con ignominia para expone r lo á
¡a burla del pueblo 1
En segui Ja el Justa se tendió sobre .lj¡
r.r uz, ese le cho de honor, q ue !e ofrecía
por precio de su amor inmenso la gra~
tud de los hombres 1 Era éste un espee"táculo
demasiado atroz á la vista de ro-,
que le amaban ; lleváronse á ·Marfa á a\..
g unos pa sos de alll, en una especie de
cueva n.J tu ra l en que permaneci6 de píe,
blanca y fría como el mármol. Percibíase
á la parte de afuera un murm ullo' sa.
meja nte al de las abejas de E ngaddi
cuando el pastor de Israel las a rrojaba
tlel hueco de sus encina s ; á veces e l e v~base
de re pente en medio de ese sordo
ru ido ur.a tempestad de rechiflas, de gritos,
de burlas y de espa ntosos esta llidos
de risa : e l populacho de todas las naciones
In te nido siempre instintos feroces;
pero e l dil los hebreos se excedió en esta
oca si ón.
En un inte rva lo de profu ndo si lencio,
causado, sin d uda , por alguna nueva
barbarie que ca utivaba la atención de la.
multi tud, oyó,e un golpe de ma r tillo, un
golpe so rdo como que caía so bre la ma.
der a y las carnes despedazadas. Mag déi"'
lena es tremecida a pretó su pecho contra
el de María , y e l discípulo amado áe.
Jesús se a rrimó i n~t i nt i vame nte á las pa-redes
de la cue va . Un segundo g olpe
m ~ s sordo , más sofocado y más siniestra
aún se vol vió á oír, y fue seguido de
otros dos ó tres que caían á intervalos
ig uales, y todo quedó concluído ! Mirad
cómo le cla van en la cr uz, hiw obsel""
var á sus camaradas un soldado romano.
Juan y Magdalena lanzá ronse mutua ..
ment;; una r. irada de desolación, expe•
rimentando una impresión semejante á
la que en medio de una tempestad noo•
turn ' !;i<:nte e l s litario de la costa, cuando
los gritos de los náufragos, á quienes
es impo> ible socorre r, llegan sol.lre las
olas y se apagan ur.o tras otro en el
fondo de las agu-s; y Mar a 1 •• Ella.
también aca baba de ser crucificaJ .. i; ja más
con fesor extendido en el pc tro, ni
már tir ú iguno en medio de las llamas sl.t.
f rió en ~1 • lma y en e l cue rpo lo que
hubo de experimentar la a fligid-1 madre !
Bien pronto se percibió e l roza miellto
agudo de la s cuerdas sob¡·e la s poleas ;
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1,!1 cruz se levantaba en los aires, y el Hijo
d.el Hombre, con el ro stro vuelto . hacia
las region es de Occide nte, que aguardaban
la hz desde hacía ta nto tiempo,
fue enar bo lado como un estandarte ¡¡ la
vista de las nac io -c es infiel es ; así estaba
escrito. Entonces el pueblo r éprobo alz6
un renco y dila t ado rugido de alegría:
" ¡Salud al Rey de los j ud íos! si Dios
le.ama, que le li bre! S i tú r-res Hijo d e
D10s, Nazareno, bája de la cruz l " y e l
ladrón ·crucificado á su izq uie rda le mal .
decía tamLién e n tre los resuello s de la
a~onfa . J esús, so stenie n do con una dig.
mdad calmo sa y subli me su gran carácter
de profeta y de Di os sa lv ador se ·
liaba silenciosamente con su sangr ~ las
altas doctrin a s de la nueva ley. N ingu ·
n a queja, ni ngún r ep roche se le escapa ·
ba e n medio del suplicio infame q uepadecía
á la vista de un pueblo en t e ro ;
EL lanzaba sobre e se pueblo a lu : ina ·
d o miradas de mi ser ic ordia, pr ocurando
aplacar la justicia di vi na en favor de los
que le crucificaban : ¡ Oh, Padre mio, d e.
cía, perdónales, no sabm lo que hacen :
" Han transcurrido diez y nu ev e ~ ¡ ·
glos, y ello s, e l pue bh de icida, arrast ra
su suplicio por toda la tierra. ''
La Virgen ha b ía d ejado el asilo mo
men~áneo en que se hal->ía refugiado, y
cammaba con la cabeza baja hacia el
lugar del su pli cio. A · algunos pasos del
árbol de infamia unos groseros soldados
echaban su e rtes sobre la túnica inconsú .
til que ella había hilado y tejido con sus
ma~os; y se repartía n con algazara las
veshduras sagradas d e l que había oh:a
d? ~ántas maravillas. U n ligero e· tremeCtmtento
alteró el semblante de Marí a.
se acordó del tiem po en qu e, rica s ola~
me~te ~el amor de Jesú s , pero exe nta
de tnqutetudes cercanas, trabaja ba po r
l~s _noches á su lado en la textura de esa
tumca de fie ~ ta, y ese pensamient fue
para Ella co rno el puñal que se revuelve
lentamente en la herida ; porque el re.
!ámpago, que le ofrecía e n lo pasado la
Jmagen de sus días d e felicidad, no hi zo
rná~ que engrosar las tini ebla s de su mi .
sena; entonces levantó los ojos al cie lo
para buscar a!lf , como siempre, la fuer~
za de padecer, y su !!lirada se cruz6 con
la del Dios crucifi cado: ' á esa vista de
sangre sus pies lánguidos se fijaron en
e l sue lo, qu e dó muda y Cf)mo pe trificada
de un do lor ta n grande, qu e todo lo que
había sufrido hasta entonces no le parec
ió más q ue un su eño tri s t e, co m parado
con lo que tenía delante en la cruz.
Jesús, d eja ndo cae r sobre la Virg.:n
San ta una mirada dulce y misteriosa,
pareci6 de cirle como en la vigilia á sus
Apóstoles: ¡Oh Madre , la hora ha . llegado
1
¿Qué hora ?
La hora má s memorable y fecunda
en acontecimientos ex traordinarios que
hubie se prese nci ado e l sol desde la crea·
cíón d e l mundo; la hora en que e l Hijo
de Dios iba á triunfar del mundo, de la
muerte, del infi e rno y de la misma justicia
divi na; la h ora del cump limi ento de
los oráculo s, y de la aboli ción de los sa·
crificios, de la rehabi litación ile la mujer,
de la li be rtad del e scla vo y de nuestra
redenci ón ete rna . Y la V irge n creyó
que veía pasar delante de sus ojos á los
Patriarcas, los R eyes j us~os, los Profe tas
inspirados de Dios, que se inclinaban
delante d e l Cristo como las haces de los
hij os de J acob d e lante de la h az mara.
villosa de José. E!la crey6 ver á Moisés
y á Aarón p oniendo al pie del nuevo
árbol de viíla el Arca de la aliam~a , el
Efod , e l Raci Lnal, la pl a ncha de oro y
el ramo de almendro, símbolo del sacer.
doc io h e breo cuya ffi'i>ión iba á conclufr ·
en seguiJa ¿David, pon iendo tambi é~
su arpa pr o fética a l lado de la espada
de Fine e ~ , del c uc h illo sagrado de Abra.
ham y la serpi tr. te de bronce. Los
sacerdotes y las víctimas, !os ritos y la s
ordenac iones, los tipos y les símbolos
agrupados al rede dor de ia cruz e speraban
allí su consumación, y el libro de
los si ete ~ellos d~ bronc e se había abier·
to á los pies del gran Pont ífice según el
orden de Melquis e dec, que reemplaza ba
á los Aaronitas. El mundó antiguo, retidndose
como las olas que se repliegan
J¿ntamente sobre sí mismas, cedió e l lu~
gar á otras imágenes. María creyó ver
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entonces á todas las nacion es d e la tie.
rra aguardando al pie de la c ru z para
recibir el Evangelio. La Etiopía y las
islas exte ndían la s manos h1ci a el Me sía
s ; e l desierto, que co ne nzaba á re
gocij ars e ,ftorecía como la roso; el co no·
cimi e nto de Dios ll e na La la tie rra, c omo
las grande s aguas cubren el le cho d e
arena del O céano, y mil voc e s ¡.¡are c h n
re petir e n mil idio mas b :\ rba ros : ¡ El
Crist o h :t v encido, bmdzto sea!
L:t nobl e y g e ne rosa Muj e r, da ndo
tregua á los agud os dolore s qu ~ la des
troza ba n, uni r'1se simpáticam e nt e a i tr iun
fo de la le y de gracia y á la g··an de r e .
generación social ; pe ro la visión de glo.
ria no t a rdó e n desv anecerse , y el dolo r
penetró de nuevo todo su sér; á la par rl e
Raqu e l, María lloraba sobre su unigénito,
y desechaba todo consuelo.
Entretanto la natura leza e nte ra estaba
sufri endo y parecía participar de l luto
de M'lría. El dfa se apagaba po r gra.
dos, y su luz decreciente colorea b a con
tinta lúgubre e se grande y estér il pa isa .
je, tan bi en apropiado al crimen de que
era te a tro . A cada momento espesában
se las tini e blas; caía el rocío po r la re .
pentina inte rrupción de l c a lor ; las águ{
la s a rroja ndo a gudos gri tos vo lví a n á
sus as il os nocturnos ; los chacales auPa
ban á las orill as de l C e drón, y e l Cal va ·
rio, ta n t r iste ya po r sí mismo, to ma b a
el a specto d e un gra n catafa lco de ne ·
gro ll'ármol ; el puebl o fu e rt e m ~ nte i:npre
si onado por es te extraord in a ri ') suc_e ·
so e mpez a ba á guard ar e l sil e n (; io d e l
mi edo, y solam ente al g un as voce s a isla
das y alta neras, las voc e s de los fari ·
seos y de los j t fe s d e la Si nagoga , con .
tinu aban e n mal de cir á J e su c ri >to.
Bi e n pronto, a l tr avés de los o pa c os
cel a je s que encubrían la faz del fi rma .
men to, p arecie r o n la s estreilas co mo an .
torch as fun era ies que arden a l reded or
de un fé retro, de rramando sobre el te a .
tro del d e ic i u io una cla ridad e spa nto sa y
verdu sca que d a ba á las masas de e s ·
pectadores , curiosame nte agrupados e n
las vertientes de la montaña e l a s pecto
de una asamblea d e demonios y es pec tros.
Ellos se miraron y palidecieron ;
r,t 1,..
e n va no los e:.c r ibas y los fariseos, harto
av a nz ad o; O, ni hij o ... mmc orbo r palre,
vúitt or spo ns o, de solor prole, omnz·a p erdo,
EL la legó sole mn eme n te á se~ d is cíp ul o
q ·J e rid o , c o mo a rras d e lo s bie ne s ce ies ti
a le s que l e r eserva b a en e l rein o de su
Pa dre. Sabien lo h asta q ué pu nto era
a mado de esa s d os a lm as ~ a nt a s, EL
previó con su b ondad a do rable el a i s l a~
m ien to h Mroro so é n que s u mu ~ rte i ba
á d e jarl o·, y quiso brtific¡¡r esas d os
h ie.iras sin a po yo , enlaza n d o sus r a ..
mos ~ epa r ados .
Por es t a d is po s ici ón que añad ía un
nu e vo y a p r eciab le i n te rés á su vida, de.
b ió c::>mp re nd e r la Virg e n qu e no le es.
tabJ. c o nc e dido e l seguir á su Hijo á la
tumba y qu e no había llegado al término
de su peregrinación sobre la tierra.
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Ella se resignó á los decretos divinos
por amor hacia nosotros, á qui e n€ s a d op ·
taba en la p e rsona d e l S a nto A póstol.
El sacrific io de Marla igu a ló ra ~ i e nton
ces, humanamente hablando, a l de Jesu ·
cristo: EL consentía v o l 1 mtariam ~ n te en
morir por nosotros, Ella en vi v ir! e r an
dos corazon es fu e rtes, abrasado s d e am o r
á los h o mbr e s, y que solos se co m p r e n
dían bien; porque sus ideas no e r a n las
nuéstras , y el oro de su s virtud e s era s i n
mezcla alguna ,
El modo c on q ue J e sús le gó á Maria
al joven pescador de B etsaída f ue d igno
y sencillo, como tod o s leo s actos de >u
vida m o rta l : "Muj e r (rli jo) , hé a h í~. t u
hijo''; y al d iscfpn lo ;;ma do , '' hé aqn i á
tu madre ."
Si E r. no e m pleó , habla nd o á María ,
una lo cu c ión más ti erna, es porq•J e c o .
nocí a e l p od e r d e l no m b r e que ju zg ó
conve ni e nt e o m iti r, y no quería abri r
de nu evo y r e ve ntar un a s l lagas tan v i
vas ya y t a n pr ofu nd as .
"Desput~ S de es t o J esús, j u? g c. nd o q1,e
todas las c o~as estaban c u mp li da>, y {,
fin d e que se cumpliese t.am bié n una ¡.¡a.
labr a de la Esc rit ura, dijo: ¡Sed tengo 1
Y c omo hubie se all í un vaso ll eno de
vinagre, Jos sold<~dos empaparo n un a es
ponj a y rodeánd ola de hisopo s e la t •f 1·e
cieron á la b oca ."
¡ I nfames h asta e l fin !
J esús, h ab ie ndo g u stado el vi n<~gre,
dij o : T odo está cump!zdo ~· y en seguida,
quer iend;) probar a! m u:1 do qu e m o rí a .
no por el podt: r de ia mu er te , ~ino pcr
un acto f ormal ele su volunt<.d, t>.dti':l Ó
u n g ra nde grito, bajÓ la cabeza y cx.·i
r ó ... ,
En e s te mome nto lo s ídol os del ¡•agn.
ni smo vacilaron sobre su s pedestnl e~ Je
m ármol ; la estrella d e Moi sés r¡ .e no
h abía bri llado ~ino e n un punto d e l glo
· ho y q u e no debía brilla r m b que e n un
cierto espacio de ti emp o , descen d ió a l
ho,rizonte de Jo s va:Ies, y e! sol d e l Ev a!!
gelio d estinado á iluminar al mundo d es
de u n po:o a l otr o y á dura r tan to com o
el uni verso, amanec ió r ~ di nr.t e p or la
parte de la auro ra, Pero Dio; e ; ll d e u dor
d e algunos prod igi os á la d i gnidad
desp r ec iad ;¡ de s~ Hijo, y las s eñales
d e la ir a dEl ci e lo no se hici e ron espe.
rar . A la s t ini e blas sc brenatural e s que
t:' mpe:.r.ahan á d is iparse sucedi e r on Jos
sacudi mie nt os e~¡Ja nt osu s de un t e rremoto
que d c; rr il.J ó ve in t e ciudad e s de Asia :
al' mi ! m J ti e m po r a >gós e e l velo d e l t e m.
p l o , r artiérOI1 50, la s pefías, y muchos
tue r po s de S an tos q u e Jo r mí an e l s ue ño
d e la mu e rte r esucita r o n y aparecieron
e n l a santa ci uda d, ca usa ndo un nue vo
e spü nl o e n la ¡·obla ció n cc n ste rn a da.
Ento nces f ue c uand o se obró u na reac.
ció n po rte ntosa t. n fav o r d e Jesús: e l C en .
t u ri ón y s us ~el dados , q u e h a b ía n pr e sidido
l a e j ecuc ió n, excla maro n to do s á una voz,
que e l Pro f e t a nazare no era ci e rta mente
m ás fl Ue u n h om bre ; y aqu eli a turba in.
m~ n sa d el put bl o que h a b ía pro digado
á J e su crist v agoni zan te las injurias, las
b ur ia s y 'os sa r c¡¡s m os , ba jó d e la mon.
t a ña g oipd n·Lse lo s p'ec h o s, y repitien.
do ate rror iza da : ¡ E ste er a ver dade ramente
d Hijo de Dzos! ¡ Ver e Fzlz'us Dei eral
iste ! En ,,,e dio de los g ri tos de e s panto
de l puet.IG que h :,fa sin Sd be r á d ó nde , y
mi e ntr as que e l Gó lgo t a abría con furor
s u s cost'idos de r •Jcas y tem b laba sobre
sus a!'ltiguos c i mi e nt o s , vio s e á :a pálida
y m o ri bunda !u z que alu m b r a ba esta
es cena de h o rro r , una m uj e r de pi e y
cornp!e t úmente inmóv i l e n rr-.ed io d e la s
convul s iones y ruin as de Ja n a tun.l e z a .
E sa muj er ai,lada parec!a in a c cesible
a l espanto genera l ; con 13s manos unidas
e n la act i tu J de l ruego, estaba a b .
~or t a en la c ~· nte mp lac ión dolor os a d el
Prd e ta cruc ificado
Y 1 ,; mu j eres de Je ru, alén se pusie.
ron n ue vam e nte á ve rte r e l m ~ s a cerbo
lla n to, clamando .: o n e l ac e nto d e la m a y
o r co m pa~ ión : ¡Pobre Afadre !
{ ÜI use á r tcorrer la iglesia .
A las t res el e la la r eir. ;o s latinos
cantaro n el ofic io d.; T inie b las. E 5t a s lú gubres
y ~anta s a rmonías, qu e e n Jt¡, dos
últ imos días rc sonarc' n e n mis oíd ;... s con
tanto e ncanto, se perdían hoy a l tra vé'>
de la s ola s del pu e b lo y en m ed io u e un
inme nso ruido . M á s de c ua r e nt a r~1 il pe .
regrino.; de todas naci o n es ~ e rJ re c i p ita .
r on á la iglesia del Sa n t o Sep u lcro pc.ra
a sistir á la ceremonia d e l V ie rnes S a nto.
Es ésta la m :t s imponente q ue y o vi e n
J erusalén.
Todo el r t.. cmto d e la ig le,ia e;, t ;-,iJa
11-:!no: ni un ri n cón, ni un p il a r, ni una
r eja se veía q u.~ no es t uv ie se¡¡ oc•w a dos
y era así, por des g r a c ia , la c or; fu , i ó ~
extreme.
L a ceremo n ia co m e n zó á las 5Í e t : d e
la noche : voy á d e scr ibir i.:t . Yo m urch a .
ba al lado d ~ l ce 'e b rante, y pude obso:o r .
v a r io todo.
E l padre vica ri o '1Ue c e lebra b a y s us
oficiales, seguid o s d e todos lo s re 1 igioso s
del Convento cé S a n Sal vador, se re un í _
r o n e n la capilla de la V ir gen, cu ; as
pu e rt11s cerr aro n . S e b a uían apagad o
allí todas 1.:\s lu ce s, y e n m ed io de la os curid
a d más profund a un ¡;ad r t j o ve n de
Italia ¡;ronunci ó u11 disc urso ~obre los
s ufri m ie ntos y mue rt e del Salvador. No
fue e! te d i~cu n o m á s que un r á pido
abre vi ado de la Pa 5i í n d e Cr is to acomp
a ñil.do d e p iadosas r d le x io n e s. N i hab
í;;. n c c e:, idad d e re t<Ír ica , cer ca d e estos
pobres r e li g ioso s , ;; q uie ne s la simple re.
!ación d e los dolo r es del Hijo del nomb
r e desha cía en h grimas.
Después de est e di sc urso las puertas
d e la capilla ~e abr i ero n y o ímos e l vasto
ru ido le la m ul titud, se m e jante al
b ram ido d e ! mar Nuestros cenob itas,
preCf~d i J os de un g-ra n c ru c i fi jo, se colocaron
d e Jos en dos co n un cirio e n la
m a no, y no s l .. us im os en cam ino e n la
ig le:. ia al travé s de la inn um erable mu chc:
du m b re qu e s o:: ba mbole aba, compue s.
t , d e hv mb re ~ , mu j err: s, ni ñils, m uc hach•
lS y <: nc ianos de todas las nac iones d el
Or iente .
C o rne nzóse el Jltlz'serere en un tono de
los m ás larne ntab1es q ue oír se p u die ran.
L O& j ó ve ne s án,be s educ ados en el Conven
t o de San Salv· d o r i b a n los prim e .
ro ; c on 1.-.. cruz y ca ntahan e l Slabal M a/
er con ba s t r. nti! armonía.
L ~ pro cesió n avan z a bs de J e r usalén
l! e vat•an e s te a :, ir: n to dc:t r ás del celt b r ante
dura nte ia p ocesión. Y o n o h e visto
nada m ás h eiiG q u e hs o r na:n er;to s de
t e r cio pel o n t' g ro h<>r d a dos d truklo e n
el mi smo lugar e n que el S al va dor ex p i.
ró, y e l sacerdote e spañol que ha b íamos
oído e n las ante ri or e s e~ t a cion e s, se
arro dilló ante él y p r o ; igui ó su di scurso
con los oj o s llenos de ! ~ gr im as; mas
cua!1do ll e gó á la última h ora d e l Salva .
dor prorrum pió e n so llozos
Por mí , lo diré, me h a ll é so bre co .
gido d e un santo horror cua ndo vi a l
cenobita con su e stola de te r ciope lo bo r .
dada de o ro sobr e su ve stidura de lana
parda y le o í refe rirnos la muerte igno .
miniosa de Jesús e n e l mismo lugar e n
que fu e inmola do . ... ¡ P o rque yo estaba
allí 5oh re el mismo Gólgota en donde se
plantó la c r uz, y pi saba e l monte que
había e mb e b ido la sangre sagrada de
Cri sto 1
1 Qué tr i; teza 1 ¡Qué d e pe ns ami e n .
tos 1 1 Un Dios q ue se h ac·e h ombre para
morir, y para mo r ir i no ce nte ! ¿No h ay
en este mi ste ri o un e je mplo pate nte y
un co nsu elo s ub lime [J ara la hum a nid a d ?
Tenía e l m undo necesidad de ver morir
un D ios par a que la imagen de la mu e r te
fu e se menos h orrible , y q ue pud iese
entra r e l hom bre sin tanto dolor e n e l
sept.:l cro al cual el mi~mo Dios ha b ía ya
entrado.
¡ D esgraciados hu manos , á q ui e ne s ha
heri do e l h ach a de la injust ic ia, mir·¡ d
la c r uz en r¡ue e xpi ró e! S an t o entre los
S antos! 1 V osotros mo rta les, d isti nguidos
por sin ig ual ingenio, y que descon0c idos
de vu e st ros conte mpo , á neos, no recog éis
sin o humil laciones ó desd e ñosa ind 1fe .
r e ncia; nobles hij os de-"la tierrd, mar ad
os e n la fre nte con e l sell o d e la in mortal
idad, c uy os d ía s se con su me n e n
ard ie nte s pensamie ntos , le van ta d lo5 ojos
hacia e l P a d re de l E va ngelio , e l R eg e .
ne rador y e l Salv ado r d e l mundo, sus .
pe nd ido en un ma de ro infame 1 Ese es
su tro no y su alta r. ¿Y su corona? miradia
: ¡ Una corona de espinas !
En las prisiones, en el destierro y sobre
los cadalsos, cuánta s víctimas inocentes
h e~ brán e xclama do: ¡Oh, Dios
m ío , Dios mío ! ¿ por qué me has des.
am para d o? ¡ Ed, ELÍ, LAM:Il:A SA BACTHAN
I (
El e va r' o e l c r ucifij o de la pro ce~ión
e n e l mi smo pa raj e e n q ue estu vo la
cruz del Salvador, d e spués d e un la rgo
discur: o soh re la Pa;. ión , un r e ligioso
anudó devotam e nte u n paño b lanco por
de b a j o d e los brnzos del Cri sto y le quitó
la co ro na de espin a s y lo s clav o s de
los p ies y ma nos, a sí como se le q uita.
r o n al Sal vado r , co n un m a r till o y unas
tenazas.
Q uit ados los c lavos y la cor ona, que
e l sa c erdote besó r e spe tuo sa m e nt e , los
mostró á la a d o ra ci ón de los fi e le s, y los
puso lu égo sobre un plato d e p lata. A
medida que se pl egaban lo s brazos del
Cristo, caían ésto s de sí mismo como los
de un cuerpo m uerto.
Bajóse lu égo e l Cristo de la cruz de la
misma mane ra qu e se hi zo co n el Salvador
cuando hubo expirad o . ¡Este e spect
áculo me conrn ovfa , por q ue pr esE' nci aba
con el vi vo r ec ue rdo la sol em ne y te rrib
le e sce na q ue e n sa ngre ntó e l Ca lvario
h á die cinu e ve s iglos !
L a im pacien t e cur iosidad d e la m ulti .
tud no po día m e nos q ue c re c er ; y e n medio
de l inm e nso mu rmullo se d istin g uían
lo s g ritos de los ni ños y los gemid os de
la s m uj e r e s y de la s jóve n es , á q ui enes
casi so fvcaba e l tu mu lto .
De sc e ndímos después de l sa nto m onte
pa ra trasla da rnos á la pzedra de la tmcz"ón,
e n donde el H ij o de M aría f ue e mbalsa mado.
E l Cristo f ue e nvu e lto en u n a sá bani'
, y c ua t ro rel ig ioso > r evestidos co n
una t stola negra lo ll e v aron piadosa .
m e n te co mo se ll e vara u n cadá ve r .
U n ve lo bla nco cu b ría la piedra de la
unción . Cto lugar, que e ra su o rgullo,
y e l lu g a r de su ali ;111za co n Je h ova h .
Cu a ndo niño f.i sac erdote vi slu mbraba
com o la mis ión má s grandiosa d e su mi .
ni sterio, la hora e n qu e h abía de fra nque
ar las g radas de l S1ntuario, y ésa
ha bía ll egado. ¿ Por q ué se nt(a e l alma
lle na de congoja ?
A m a ñ a n :~ y tarde un s ,: c e rd ote nuevo
ofrecía el int. ie nso, é in J ud able me nt e
ni nguno expet imen tab'l semejante e st npor.
i T e mbl a r ía de igual suerte e l PontL
fi ce, qu e solo y una ve z por año pene.
traba en e l Santo de los S11ntos? Sin
duda que no, y si o emba rgo sin ningún
acompañante franque aba el velo que le
separab.'l dP.l s tti (J e n que se encontraba·
la sombra riel A!tísimo.
Los <:jos de Abd(as ¡.; ermane c ian claVi\
dos en e se velo esplénd id o de color·
azu i, b!anco, esca rlata y pú rpura, que·
eran Jos co!ores del t m plo. Los bordados
qu e lo adornaba n e ra n de tal espeso
r , qu e lo> rabb is en su pomposo len.
g ua je d esafiaba 1 la fuerza d e cie n hombres
parn le van ta rle Las ll a m a s de~
candelero de ~ i e tf'! brazos a l refl e jarse
so bre los arabescos, d ·: <:tacaba n un conju
nto d e lu cc:s y de so mbras Abdías so.
Ja m e nt '~ veh ar;ue!los ojo s -ojos de mirar
i ns<•nrl able - ·q ue se abrían y se cerraban
en las agonías de la muerte
D¿ pronto la llama de la lámpara coloc.
a da a l lo do orc idental vaciló y se apa.
gó. Un e :; ! r e:n:~c imi e nto de t e rror sacudió
el c uerp .> d ,. J sacerdote . ¿ Qué iría á,
sucede r? ¿Invadirían las tini eblas ese
luga r 't
No se atr evfa á retroceder para averiguar
qu~ estaba acae ciendo en el cerra
do san tuarill. A lgo pn rec ía es tremece
rse en la som bría pe num bra.
1 Dios sa nto 1 cuán prol on gada le pareda
se mejante expectativa. El ya no podía
h d lar fu erzas para arrostrar la prese
n cia d e l S ér invisible, y por ve z primera
la duda h o, cía vac il a r ~ u habitual
confia nza en :.í mis mo. N o se sentía su .
fi c ientem a de alto á baj o. J eh -:JV ah rompía
el pac to, desertaba d e su sa ntuario; y e l
sa cerdote d e rramando los car bones y
botando e l inciens o, salió huyenrlo ll eno
d e espa nto en medio de las sombras de
Ja noche.
El pue blo le vio pasar, con semblante
de se ncajado, tartamudeando palabras
terroríficas.
La inc reíbl e nu eva e ) rrió de boca e n
boc a.
¡ El velo cel te m plo desgarrado !
Rot"' la alianza del Señor con Israel !
Sólo se oy t> un grito de e~ tupefacci ó n ...
¿Sería esto ci e rto ? ¿Sería ~o> ib le? B.o .
dearon a l sace r dote y lo acosaron á pregunt<~
s ¿Qué h abía vi sto y oído? El frío
d e la n och e s-= j untaba á la confusión y
al desorden reinantes. A.bdías pe rm :1 r.e ·
cía lívid o t n medi o de los gru pos, o yen ·
do la s pregunta s qu e de to~ a s partes le
e ricordia;
los sacerdote s y los fariseos ya no afectaban
una im po si ble seguridad. E l pueblo
clamaba dici endo :
' ' ¡ Hemos pecado! ¡ Hem os derrat'nado
sangre ir.ocente 1"
''¡Jesús l 1 Jes ús de Na za r eth 1"
Só io este nom bre salía de t 0 dos los
labios, y era ta mb ién repetido po r los
que iban llegand o de l Gólgota, y se
ago lpaba n bajo los pórti cos del t e mplo
c orno e n un lugar de refugi o.
Abriíils hizo es fuer zo s por sahr de
en tre la muchedumbre y seguir ~u carni.
no , cun el espanto impreso e n su mira.
da. Iba r e piti en d o como un insensato :
"1 Es preciso que vu e lv a á ve rle 1
1 Siento la nec esidad de dec ir! P. 1 ...
Luégo detu vo á ur.o que bajaba del
monte golpeá nd o se e l pec h o y lo int errog-
ó di ci endole :
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CA TOLICO
"¿Llegaré á tiempo? ¿Alcanzar é á
verle?"
El hombre respondí ~ :
" Ha muerto ya."
-x-
( Se Continúa )
La m\llerte de Cristo
Enluta el ci elo su azulado maoto;
los muert 1s dejan de la tumba el hielo ;
detiene el astro su p erenne vuelo ,
y en s u rj e tiembla el orbe con espanto ;
Retumba el trueno p avoros o; el ll a nto
riega fecundo el conmovido suelo;
gimen los montes; se desg arra el velo
que ocultaba á Jeho vá en el templo s an to.
P á lid a y mustia l a g entil Natura ,
sue ltos los riZOS d el cabello de oro,
marc hito el la uro de s u fr ente pura ,
d e qu erubes unida al tris te co r o ;
- ¡Por ti - le di ce al hombre- ·alláen la altura
del Calv a rio ha expirado el Dios que adoro!
IHCTOR H. HER NÁNDEZ
ORONIC A ESPECIAL
J uN TA CEN TRA L DE LA DocT ntNA CnrSTIANA-
A las sesiones corre• pondientes á los
prim er os lun es de 1\'fa r zo y de Abril asis t ieron
los p árrocos d e Las Aguas y Sa n P ed r o.
Aunqu e t an li mi ta do el per so n a l que concurrió
no ha n si do es téril es es tas ses iones.
D nc TR INA CRI STIA NA-La Sri t a. Sec r etari a
de l a Co n fratern id ad de la Doc t ri na Cristia n a
d e la Parrt' qu ia de La s Ni eves ha env iado u n
luj oso informe, en e l ·cua l d a cue n ta de l dP. sarro
ll o d e la e nse ña nza cateq uís tica en esa
importan tí5im a p a rror1u in. E l Consrjo D irect
ivo lo fnr m a un g r upo di st. i n~u í d o de da mas,
b aj o l a Pres iden c ia de la Sr i ta . An a L ag o.
L as catequ istas, en n úmP r o d e 28, son mu y
a bnegarlas y constan les en la e n se ña n za ; el
Sr. Cura y el R. P . Manue l Gómez, S. J ., co n
el celo que los caracter iza, d ir· igr n y da n la
enseñahza á los niños, <~yud · dos de los sem in
ari stas con mucho fcuto. L a Tesorera, S ra .
I nés Cnjiao de P lata, ha sabido a ll egar r ecursos
para les premios, y todo march a perfcc taru
en~e.
La scc~ión del Cementeri o, 6. la q ue h an
concurrido 6o niños, tnmbién ha estado muy
bi en dirigida ¡:ior ]a<; Sri tas. Mendozns .
-El Sr. Vrcario y Cura de Ch i paque i n for ma
que en esa parroquia y en la d e Une, está
erigida CHnónicamcnte la Asociación, y q ne
en las de Caqucza, Fosca, QuPtame y Gutiérrez
~ e eri¡;-irá en la cuaresma . En Chipaq ue
h ay quince catec'smos en la poblac i ón y Jos
campos, ~oncurridos p or 1 ,700 n iños. F el ic i tam
os al diligen t e pá rroco.
- El Sr. Cur.J. d e Arbeláez igualmente informa
que lns 19 catecismos de su parroquia
ma~chan satisfactoria m en te porque concurren
más de soo niños; hicieron comunión general
el I9 del pasado, y las catequistas no sól'o
enseñan con amor la doctrina, sino que ·son
generosas con los niños, dándoles premios y
magnífico d esayun o en l as c omuniones generales.
- El S r. Cura de Te na y San Antonio informa
que en la prim era de es ta s parroquias
te rminó el r e tiro de los niñ os de la Doctrina
el 2I del p a s~do co n una comunión muy hermosa,
en la q u e muchos hicieron su primeracomunión;
qu e les di e ron á todos desayuno
en la pl aza, donde fueron retratados
por grupos, y que la dis tribuc ió n de premios
estuvo muy lu c ida. T od o fue amenizado con
los cantos q u e ya entona agra dablemente la
grey infa ntil En San Antonio igualmente
tuvieron su rctir·o y una lucidísima comunión.
El conc ur·so de niños fu e inmenso, y
los m ás pobres fue ro n ob seq •liados con ropa,
qu e gener osa mente di,. ron l as señoras del
pueblo. T a mbi én el Consejo d e la Asociación
les dio rlesayuno á tod o s.
-El Sr. Cura d e Gu aduas también inform
a que es tá perfec ta m ente organizada en su
panoquia la en s eñ an za d e la doc trina y que
concurren 6oo niños.
- En esta c iud ad los ca tecismos están muy
con curridos ; los Sres. C ap ~ ll a n cs d e Paiba
y d el Orfelinato de Sa<1 Antonio, lo s han
fu n da d o ya y prometen much o·. Al de Las
Ag- u as con curren más de 6o o niños, d ebidam
e nte c la s ificado s, conforme á los Esta tu t os .
- SEMANA SANTA-Se celeb ra en t od as las
igl es ias y cap i llas de la c iuda d c nn mucha
so lemn id ad . En L a '": atedi·a l- Bas íl ica, el Ilmo.
y Re vdmo . Sr. Ar zo bis po Pri mado y e l venera
b ' e C a pítu lo acos tum b ran da r á tod os los
ofici os u na m agn i fi ce nc ia ig ual á la de las
más r egi as ca tedra les. A l a con sagrac ión d e
Jos santos cr i ~ m a y ó leos, el Juev es San to,
asi sten el Excmo. Sr. D. legado A pos tó li co y
s u Secr·etar io, casi lodo el Clero de l a ciuda d,
el Excmo. Sr. Presidente de l a R ep ú bli ca con
to d o~ los Ministros de l Despacho, e l Cuer po
Di p lomático, l C)s demás a ltos d igna ta r ios de
Jos d iversos Poderes Públi cos y gra n número
de señoras y caballe ros. L os ofic ios del Vier_
nes 3an to, y so b re t odo la Ador ación de al
Cr uz, concurridos po r el m ismo person al ,
r ?visten un carácter de impon ente s olemn idad
que llena de cons relo , !0 mismo ·que el
Oficio de T inieblas el Miércoles, Jueves y
V iernes ~antos por la noc h e.
-En la Capilla del Sag·rario 1 :~ J unta Di rc
· t iva de la Parroquia de San Ped ro, y Jo s
f>l ig-re ses se esmPran ig-unlmentc en que l as
fun ci ones de su iglesia se hagan con la mayor
solemnidad. El Jueves Santo concu r re la
Ador ación Reparadora á la 1 .• de la t a r de á
hacer s u med i a hora de adoració n en el Mo -
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL HOGAR CATOLICO 159
~:~umento, y el Virrnea un grupo de cabal'erps
hace la gran velación á la Soledad de
Nuestra SPñora, que dura toda la noche. Antes
y después del sermón que se predica á las
nueve, canta ei coro, compues to de per sonal
selecto, el Stabat, Mater.
-En la iglesia de San Ignacio, entre los
diversos act os solemneq de estos días, descuella
el ,::ermón de Les Siete Palabras el Vier nes
Santo, durante las tres horas de la agonía
del Salvador.
-No faltan en esta gran semana las procesionM,
tan necesarias para avivar la fe y devoción
de Jos fieles. La de hoy sale de San
Agustín á las tres de la tarde y recorre largo
trayecto, atravesando la Parro(¡uia de San
Pedro y par te de la de San Pablo. El in sig ne
y piadoso piotor D. Ricardo Acebedo Bern a!
ha renovado las imágenes y arreglad .J artísticamente
los pasos. Entre éstos el hermoso
Crucifijo de la r<: s·:uela de Cristo será llevado
por los herm anos, que en corpr ración, acompañarán
la procesión.
-FERIAs- En las más de las iglesias las
hubo todos los domingos de cuaresma y varios
días de entre semana, con notable C' n curso
de fiel es. Las que predicó en la CatedralBasílica
el Sr. Canónigo Dr. Carrasquilla, ll amaron
mucho la atención del numeroso auditorio,
que colmó las espaciosas naves del
suntuoso templo.
- R En nns Y MISIONEs- Los Sres. Párrocos,
los RR. PP. J esuítas, Dominica nos, Agustinos,
etc., y varios sacerd otes secul ares hicieron
en sus ig les ias diversas series de estos
ejercicios para señor as, C3balleros, sirvientas,
etc., como medi o adecu ado para que los concurre
ntes se preparar an para la coufesión y
comunión pascual, e n éx ito satisfactorio.
-SOCIFDAD DE Ülll\EROS DE SAI'TA ÜROSIA
- Fundada por el Párroco de Eg ipto, se pro-pone
esta interesante So,·iedad t ... cil ita i' á la
apreciable clase obrera el cumplim iento de
sus deberes religiosos. uniéndolos en el e~ pír
itu de la verdadera fraterniJad cr i-tiann.
El Domingo de P"sión recibieron más de
500 socios 'a comunión de mHnr.s ele] Ilmo.
::;r. Ar-zc¡ bi~po en La C::ttedr a l-Ba ~í l ica. En
uon de la,; primeras juntas que tuvo, acordó
la sig·uiente propos icion : "Sabiendo el amor
paternal del f'adre Santo por las clases obreras,
esta Soci edad se OI'¡;an izará en su nombre,
para tributar h o'Tlennj ~ á su s~grad:J persona,
con mnt ivn de su año jubilar; y se propone,
como hija fi el de la I¡¡;lesw, &,eguir en todo 'as
enseñanzas del augusto Paslor.'' La ('omisión
Diocesana aet·ge gustosa este oficcimicnto y
lo in corpora en el programa rc;;pec tivo . para
presPnlnrl ' al Su•uo Pontífice Felici1arnos al
laboríos l P:\rroco y á los dignt•s cbrerc• s,
tanto por el noble fi n á r¡ue !.tt nde su Socied
ad, como por la mnnif'estación que le han
hecho ni J efe de la Iglesia.
-En la Parroquia de Las Aguas también
el Sr. Cura rundó desde hace más de cinco
años la Congregación de San Antonio para
la clase obrera, coa el fin principal de focilitar
auxilios espirituales y materiales á los
socios y á las familias pobres. ·
-ACCIÓN DE GRACIAS-Entre ]as numerosas
obras piadosas acometid.as por el diligente
Párroco de Sao Vict.orino, dcu pa lugar prefe rente
esta Asociación, que va tomando un des
arrollo extraordinario, distinguiéndose tanto
por el buen espíritu que predomina en ella,
como por la organización que exhibe. Le
agradecemos al respetable Párroco la propaganda
que le ha hecho á este periódico y á la
Adoración Reparadora.
TEATRO-Sorprende que en Bogotá--ciudad
que se precia de eminentemente católica- sin
teoer en cuent'l lo que las costumbres cristianas,
siguiendo el espíritu de la Iglesia, tienen
establecido, se den espectáculos, no sólo
in adecuados p;~ra el tiempo de cuaresma y
pasión, sino que se recomienden y repreFenten
dramas tan perniciosos como Juan José
y Tierra Baja, que han ' sido tan mal recibidos
por la gente sensata de España y prohibidos
por varios Obispos. Entre lo que dicen
los críticcs de ci erta escuela, que entienden
el dogma y la moral á su modo, y lo que enseñan
los Prelados de la Iglesia, puestos por
el Espíritu Santo para gobernarla, el católico
sabe á qué debe a tenerse. No porque en re vis
tas de periódicos se desbarajuste la moral
diciendo que el fin jus tifi ca Jos medios, y que
Dicenta entieo de mejor el CI' is tianismo que
los teólogos ca tólicos, etc.., ya estos dtslates
son cosa corrien te. Ojalá las se ñoras de Bog otá
se fijaran en Jo que acordar on las damas cr istianas
de la buena sociedad de Madrid, para
cuando se den r epresentaciones que SPan de
teud eucias irrelig iosas ó in mora les. (Véase el
númei'O 8 de este pe riód ico, á la pág-ina 124).
- Nos informan de Zipaqui1·á que en días
pasados se dieron algunas representaciones
de c in emntógr~f.J , en1re las cua les se exhibió
una pelícu la que ex ponía de maoer-a ridícu la
é irrevPrente In Sag-rada Pasión de Nuestro
Señor Jesucristo Esta comp"ñía t ieóe el propósito
de continuar .su correría hacia el Norte.
Convendría que Ioseatól icos se abstuvieran
de asistir.
DEL EXTERIOR
CAnTA DE PALEST!NA-" Escribo la pre1=ente
de r e~res o del Calvario y d¡ 1 Santo Sepulcro,
doode he dado rienda suelta á mis fervores
de peregrino .
A 1 Indo de mis compatriotas figuran belgas,
holandeses, ing·leses, 31emat. f's, americanos
del Su r y del Norta, austra lianos y un
g-rupo verdaderamen te encantador de portugueses,
que se distinguen por su cúmpostura
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1 60 E L HOGAR. CATO LI CO
y s u fervor re li!:¡ ioso. E x •: n sado m e p are~e
añadir que entr e los pere gTinos rein a la s anta
fr a te rn i d~ d que s rempre e x iste en c uan tas
empre sa ~ r eali zan lo s qu e a m an ú J es ucristo
y á su Igles ia.
En c u a n to á la li ber ta d pa ra las lll a ni fes taeion
es r elig i os as, ya quis ié ra mos dis fmtar
en Fran cia de la que se goza e n Tu rquía.
N u estra s a n ta religión es, po r olr a pa rL e,
respeta dí s ima, y so ldad os turcos protegen las
~recesi on es y l os d emás ~ eto s d el cul to ca t ólico.
Acerca de este p un t o co n sig naré un d etalle
s ign ifi ca ti vo . Sa bido es que el Via cruc is ·
empi ez a e n un c•Hr tel otoma n o ; pues bien,
dura nte el ti empo q ue los p eregr i nos tard ámos
en desfi la r, C' tu v ier on p resentá ndonos
l a s a rm os Jos so ld ad os que montaban l a
guard ia. L a m c.J ch ed •Jmb rc qu e se agolpa b a á
nues tr o p a s o no3 ofr ecía inequí vocas señ ales
de v e neración y d e ,. fecto.
H e m os deb ido tam bi é n m u ch a s con s id e raci
on es á los r e prese n ta ntes de Fran c ia, y especialmen
te al Có ns u l g mera l M. Outri e que,
después d e t.cogern os con a m a bi li dad exqu isita,
s e ha die-n ado asis tir á muc h as de nuestr
as c- er emom as r el i g ios~s .
Los có nsul es fra ncese s procur an con J qu il er es d esd e
J8 f)o , é poca ~ n qu e se a p od erar on de dic h o
edifici o.
La de·; nmor tiz ac ió n n o ;H r a i!ra m ien t ras
qu eja e n los pod e res públicos t~n {. t om • c'e
conci ~ n c i a y de j Ds li cia.
- UN CANÓN IGO DE T unh hn olJt ,·n ;d o en
la Ex pos ición de l3 ruse lás m e d H ll a d e or o p<•r
un nparaVl de s u invenc ión d es in at!o {l for m
a r el va cío n eu mát ico.
- LO S CA.T ÓL ICOS INGLESES h a o in augu r·nd o
rec ien tem e n t e e n M,. ochester . diócel-i s rl e Liv
erpot• l , una ig· les in d e irn pon e ute nn!u itectura
; oma na, l:u ' o n om bre h a d e ser ·• Ba s íl ica
vo liva d•· R ei¡ n. r ac i ón." La P!eccr ón de es t ~
nu evo sa n t uar io es ob r a de Jo, P r.' nH>n s tra tenses,
rs pc •·ia lm ente :> ni m nd ns p or Pí o X .
L a d ióccs;s de Livr:·pooJ, es(' og id a p: r ·• cstr
t em p lo, com p r en d e el g ran centr o indu st rial
de LHncas hire, y es, d es rués de Ir la nd a, la
porc ión más cató li ca del R eino Un ido, donde
t ien en lo s ca ló li os fl ., r ec ientes escu elas , en ·
t re l as cunle:; d es" ue ll a l 1 célebre in dus t rial
de M an clr esle r , que ha pr. v is t o á la nueva
b :1 s ílica el e p arte de s u o r n amen t ac ión
INTEnESA NTE DE,cu s nJM!ENTO-U na sociedad
de o¡·i r n talis tas a lem a nes aca ba d e descubrir
ce rca del lag o co noc id o con e l nom bre
de m a r rl e T iberíades, la hi s t óri ca c iudad de
Capharn a ú m , c iudad predil ec ta de Nu estro
Señor J esuc1·isto, y do nd e obró singula r es
prodi g·ios . L a p ro fecía d el Di vio o Sa l vado r :
" Y tú , C opbaro a úm , que ha s ta lo3 c ielos
fu iste en salzada , lwsta los i n fi erno s ser ás hum
i ll ad a ,'' h ase vi sto fi el m e n te cumpl id a , pues
por cerca de ve in te sigl os h a qu eda do baj o
l a s colin as de T ell H u m, <.loo :fe acaba de ser
d e scubier ta en ¡·uin as.
R EÍNA , RI LAD OnA Y Esc nn·o nA-L a Rei n a
E li zabeth de Rum :wi a, co noc iua en todo el
mundo co n e l nombre d e " Ca r men S il va ," se
ocupa actu a lme nte en fo mentar la i nd u ;tria
de h ilado s , hOJ ·da ·1o s y dem ás labores fe menin
as, qu e e n o tr o ti empo fu ero n ta n celebrados
en s u rei no S ig uient.l o e l ej e m plo d e las
dem á s per son as d e alto r ango, q ue fr ecuent
e mente hacen público, p erte
necían >i .. C lll lli Cn S il 1 " · " q uie n r·ec ibi ó p·J r
el lo s un:r m ny l>i e o mer·e ·i la II Ie la l!a de o r o
- x -
DE CRE TO LEG ISLA TIVO N. 0 !¡7 DE 1go6.
( l 2 DE SE PTIEM BRE)
so b re Pre n sa
T ITULO III
D e los periodz'sl as
Art . 23 . La parte d e l e scrito que deba
p u blicar se á costa del c o mu nicante se
iose rt :1 rá ínt eg·ra ó á razón d e una c o .
lumn¡¡ po r lo me nos e n ca da uno d e los
r.ú me ros subsiguientes á aqr¡ e l e n que
vea la lu z la par te que de ba acogerse
g r i:!tui ta me nt e.
A rt. 24. La contravención á lo d isi
·u e !- tc e n e l artícu lo a nterior se rá castig-
a da con un a multa de d ie z á ve inte
< .. 'J os e n or o (Con tinuará)
IMPRENTA ELÉCTRI CA
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El Hogar Católico - N. 10", -:-, 1908. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686831/), el día 2025-07-01.