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; ORG!NO DBL MINISTERIO DE GUERRA Y DEL EJÉRCITO i
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G11neral de In,enieroa . ¡
Son colaboradores de este peri6dico los Jefes y Oficiales del Ejército ¡
PtUtiW Dltllfbim ••eeder quenue•tro retpeto d todnrla• con~>tcrtoner, eenga 4parar 111 liJ
irufif•r•nfttl 11 ftOI tkj• •in en•rgía• para defenderla• ntúttra•
.EIIIllQUE SlltliKIEWlCS
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; + + • Bogotá., Enero 17 de 1903 .... + + ¡
r-------------------- --------------------~
· =-== Oficial ~-
DECRETO NUMERO 1819 DE I90l
(DICIEMBRE I S)
por el cual se concede una licencia y se hace un nombramiento en interinidad
EJ Vicepresidmle áe la Repúblt'ca, m cargado dd Poátr EjecuHDtJ,
DECRETA
Artículo único. Concédese la licencia que solicita el Sr. Ernesto
Hoyos P. para separarse del puesto que desempeña por el
término de sesenta días, y nómbrase en su reemplazo en interinidad
al Sr. José Antonio Murcia.
Comuníquese y publíquesc.
Dado en Bogotá, á I 5 de Diciembre de 1902.
JOSE MANUEL MAR~OQUIN
El Ministro de Instrucción Pública, encargado del Despacho
de Guerra, JosÉ JoAQUÍN CASAS.
DECRETO NUMERO 1822 DE I90l
( DICIKMBRR 1 5)
por el cual se reconoce un grac:to
D Vicepresidente de la RepúbHca, encargado áel Poder Ejtculi••,
DRCRRTA
Artículo único. Recon6cesé al Capitárt Roberto Ospi11a Pradilla
el grado de Sargento Mayor efe"ctiYO á que fue ascendido por
SERIE IV-TOllO 1-3
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Boletín Militar de Colombta
'-- 34 __,
el General Jesús García, en su carácter de Comandante general de
la División Manuel Briceño, con la antigüedad de r8 de Septiembre
de 1901.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 15 de Diciembre de I9Ql.
JOSE MANUEL MARROQUDI
El Ministro de Instrucción Pública, encargado del Despacho
4e Guerra, josx JoAQUÍN CAsAs.
DECRETO NUMERO 1832 DE I90:i
( DICiltHBRlt 2 2)
por el cual se hace un nombramiento
IJ Vit~p,-,itlmll tle la República, encargado del Podtt' E.feculiw,
DXCilXTA
Artículo único. Nómbrase al Dr. Marco A. Iriarte Médico de
la División Tequendama, asimilado á General de Bri2"ada para
los efectos fiscales.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, 4 22 de Diciembre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Instrucción Pública, encargado del Despacho
de Guerra, JosR joAQu{N CASAS.
DECRETO NUMERO I83l DE 190•
( DICIEitBRK 22)
por el cual ae hace una promoci<\a
I:J Vf'tlj,uiiltl/4 tl1 la República, encar¡aá1 del Poder E.J~tull'rM,
DECRETA
Artículo único. Promuévese al Sr. Carlos Villafañe del pue'to
de Oficial Supernumerario del Ministerio de Guerra, al Ejércitode
BoHYar, en el destino que le señale el Comandante en Jefe de
aquel Ejército.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bo¡ot,, 4 ~~ de Diciembre de 1902.
JOSE MANUEL UARROQUIN
t
El Ministro de Instrucción Pública, encarg-ado del Despache>
ü Guerra, Josa JoAQUÍN Cu"'- . .
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Boletín Militar de Colombia
\._ 35 _J
DECRETO NUMERO 1834 DE 190:1
(DICIEMBRE 22)
por el cu~l se llama al servicio activo á un Jefe y se le destina
El Vteepraidmle de la Repríblzca, encargad(} del Poder EjuultÍJ'J
DECRETA
Artículo único. Ll~ma5e al servicio activo al Coronel PrcSspero
Calvo, y destínasele al Ejército de Antioquia, en el puesto que le
designe el Comandante en Jefe de él.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 22 dt:: Diciembre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Instrucción Pública, encargado del Despache
de Guerra, JosÉ JoAQUÍN CAsAs.
DECRETO NUMERO 1849 DE 1902
(DICilXBU 26)
por d cual se coafiue un ascenso
D Yittjrlll"dt,ll ¡, la República, mcargado itl p,¡,r Ej1cult'N,
DJ:CIXTA
Artículo único. Asciéndese á General de Brigada al Coronel
Francisco Palacio P.
§. Dése cuenta al Honorable Senado en sus próximas sesiones,
para los efectos constitucionales .
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bo~ot~, ~ 26 de Diciembre de 1902.
jOSE :MANUEL YARROQUIN
El Ministro de Instrucción Pública, encarc-ado del Despacho
«le Guerra, Jos:K JoAQUÍN CAS.AS,
DECRETO NUMERO 1858 DE 190~ •
(DICIEMBRE 30)
por el cual se hace un nombramiento
El Yie~pr1sidenle de la República, mcargado del Poder ~·,,~,.,,
DJtCil.J:TA
Artículo único. Nómbrase al General Eduardo Briceño CGmandante
en Jefe del Ejército de Panamá.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bo¡otá, á 30 de Diciembre de 1902.
JOSE MANUEL MARR()(JUDI
El Ministro de Instrucción Pública, encarrado del Deepacho
de ~uerra, Jos& joAQul• CAsAs.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Boletín Militar de Colombia
'- 36 _ J
DECRETO NUMERO 1859 DE rgo:.~
(DICI.i:HBRE 30)
por ~1 cual se reconoce un grado
D Vtúprnidtnle de la República, encargado del Poder Ejtt~,
DECRETA
Artículo único. Reconócese al Sr. General Eduardo Briceño
el grado de General efectivo de División con el cual ha venido
prestando sus servicios, con la antigüedad de 26 de Mayo de 1900.
§. Dése cuenta al Honorable Senado en sus próximas sesiolles,
para los efectos constitucionales.
Comuníquese y publfquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Diciembre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Instrucción Ptíblica, encargado del Despacho
de Guerra, JosÉ JoAQUÍN CAsAs.
DECRETO NUMERO r86o DE 1902
(DICIE~HlRE 30)
por el cval se haca una promoción
1!:1 Vicepresidente de la República, mcargarlo del Poder EjecuHvo,
D.ECRETA
Artículo único. Promuévese al Dr. Griseldino Carvajal del
Cuerpo de Ingenieros Cartóg-rafos del Ministerio de Guerra al de
lngl niero Director de los trabajos que s ej e u ten en el Quindío
por cuenta d 1 Gobierno, a. imitado á Comandante general de Bri~
atia y dependiente del Cuartel general de la Bngada Am1odlegui,
para los efectos fbcales.
Comuníquese y publíquesc.
Dado en Bogotá, á 30 de Diciembre de Igü2.
.. JOSE MANUEL MARROQUI!ll
El Ministro de Instrucción Pública, encargado del Despacho
de Guerra, JosÉ JoAQUÍN CAsAs.
DECRETO NUMERO 186r DE 1902
( DICiniBRE 30)
por el cual se hace una promoción
El Vicepresz"denle de la República, mcargado del Poder: Ejecu/J"vo,
DECRETA
A '1:ículo único. Promuévese al Dr. Francisco La mus O. del
Cuartel general del Ejército al puesto de Médico de la Guarnición
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Boletín Militar de Colombia
'-- 37 __)
de lbagué, asimilado á Comandante general di visionario, para los
efectos fiscales.
Comuníquese y pubHquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Diciembre de 190.2.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Instrucci6n Pública, encargado del Despacho
de Guerra, JosÉ JoAQUÍN CAsAs.
DECRETO NUMERO 1862 DE rgo~
(DICIEMBRE 30)
por el cual se confiere un ascenso
EJ Vicepresidenlt dt la RepzíbHca, encargado del Poder Ejeculiv1,
DECRETA
Artículo único. Ascitndese á Subteniente al Sargento 1.0 Emi:-
lio Marroquín. · · · ·'
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Diciembre de tgo~.
JOSE MANUEL MARROQUIM
El Ministro de Instrucci6n Pública, encargado del Despacho
de Guerra, JosÉ JoAQUÍN CAsAs.
DECRETO NUMERO 1863 DE lgc>l
(DICIEMBRE JO)
por el cual se confiere un asceneo y ae hace una deetinaci6n
EJ Viáprw'denle de la República, encargado del Potler Ejeculi'tJI,
DECRETA
Artículo único. Asciéndese á Teniente al Subteniente Mal't\Mft
A. Montúfar, y destínasele á prestar sus servicios en este grado,
con el carácter de primario, en la 2.• Mesa del Estado Mayor general
del Ejército, en reemplazo del Teniente Francisco Camacho,
quien fue promovido á otro puesto.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Diciembre de 1g02.
JOSE MANUEL MARROQUIM
El Ministro de Instrucci6n Pública, encargado del Despacho
de Guerra, Josí JoAQUÍN CAsAs. . . . .
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Boletín Mi titar de Colom b a
'- 38 _J
DECRETO NUMERO 1864 DE 1902
(DICIEHBJitK JO)
por el cual ¡e reconoce un grado
Z/ Vicept·maenle de la República, encargado del Poder Ejeculiw-,
DECRETA
Artículo único. Recoaócese al Sr. General Gumersindo Rozo
P. el grado de General de División con que ha prestado sus aervi ..
clos en la actual guerra.
§. Dése cuenta al honorable Senado en sus próxim• sesione»,
para los efectos constitucionales.
Comuníquese y pubHquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Diciembre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIM
El Ministro de Instrucción Pública, encargatfo del Despacho
de Guerra, Josí joAQulN CAsAs.
DECRETO NUMERO 1865 DE 1902
(DICIEMBRE JO)
por el cual se hace un nombramiento
.1.1 Vt'úprm'denle de la República, encargado del Podtr EjtrulirJI,
DECRETA
Artículo único. Nómbrase al Dr. Justino Garavito Ingeniero
Cartógrafo de la Oficina de Longitude5, en reemplazo del Dr. Gri ..
aeldino Carvajal, quien fue promovido ~ otro empleo.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Diciembre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIM
El Ministro de Instrucción Pública, encargado del De&pacho
de Guerra, Josí joAQu{K CAsAs.
DECRETO NUMERO r 866 DE tgo:a
( DICIEKBRX 30)
por el cual se hace un nombramiento
.61 YiúprtSidt1111 d1 la RepúbHca, mcargado dtl Poder EjecuiÍfJ#,
l.JECRETA
Artículo único. Nómbrase al Dr. Jenaro Pay'n Médico Ins.
~tor de los Hospitales militares de Panamá, asimilado á Coronel
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Boletín Militar de Colombia
'- 39 ..J
pri111er jefe de Cuerpo y dependiente del Cuartel General del Cuer.
po de Ejército de dicho Departamento, para los asuntos fiscales.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á JO de Diciembre de 19(>l.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Instrucción Pública, encar~ado del Despacho
~.
JOSE MANUEL MARRQOUIN
El Ministro de Instrucción Pública, encargado del De5pacho
de Guerra, Josí joAQulH CASAS.
DECRETO NUMERO 1868 DE 1p
( DIClKMBU 30)
pOr el cual te hace un nombramiento
Zl Yit~prtniimll it 1• Rtpúhlica, mcor¡ad1 t/11 P1tl1r E¡'t~IÍfll, .
D&~I.&'I'A.
Artículo único. N6mbrase Inspector de la s.• Divisi6n del
Ejército del Tolima al Sr. General Juan de J. Rengifo.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Diciembre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIR
El Ministro de lnstruccij~han á. los arbustos, y é tos
al suelo; recibiendo a·{ cada planta su ración, ni más. ni menos como
sucede en todas la obras de la naturaleza. Cada cual ocupaba casa
aparte, y como sucede con las muj ~re , no aceptaban ninguna intrusión.
Vimos muchas palmas de rfpollo, diseminadas en un plano
inclinado, con raíces derecha::., semejant s á aquellas con que se
sostienen lús altos drbolu de la 1/ber/ad, que se apuntalan para que
no caigan; el círculo e.·terior de los puntales m .día de seis á ocho
pies de diámetro, y formaba no un solo haz sino una serie, de
ellos, uno entre otro, hasta tres 6 cuatro, de suerte que cada uno
formaba una armazón cónica, la mayor de 9 á 12 píes de altura,
y el todo semejaba el si~tema de varillas de un paraguas japo.
nés. Aquellas raíces parecían como puestas por un carpintero al
rededor del tron o. No habfa gradual depresión de la superficie
de la raíz al unirse al tronco, ni aparente conexión viva, sino más
bien una inmersión bien definida, como la del palo que se sumerge
en el agua. Era fácil cortar las raíces con el machete. El árbol
mismo ten fa una corteza dura y, (uerte .y el corazón fibroso. En el
tope presentaba un segmento verde en forma de huso, singularmente
bien definido y erecto, de tres á. cuatro pies_ de alto, con ott as
tantas pulgadas, por término medio, de diámetro; el cual contiene
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Boletín Militar de Colombia
\_ 46-'
un meollo comestible. De esta corona parten las ramas. El meollo
6 medula puede servir de alimento en tiempo de hambre. Se desmorona
al manosearlo, y no tiene sabor.
Otras palmas de saúcos, llamadas guágara, del género Altaka,
estaban tan llenas de grandes espinas inclinadas hacia abajo,
que no era posible verles el tronco. Segdn el Sr. Pittier, la sflaba
gua significa árbol, como en Guapz'nasle y Guapz'nol.
En el bosque llano, al Este de Chiriquí Viejo, vimos por primera
vez el mono tití, y co~mos uno, animal pequeño y fiero, de
cola aprensara, larga pero no con la extremidad en forma de palma
como en otras especies ; de color amarillo gris, con cabeza y
ojos negros, y la cara blanca ; tiene cierto tinte oscuro al rededor
de la boca, como la barba de tres días de afeitada. El profesor
Pittier dijo que e~ta especie es la C},rysolhn:X H1ffmanni, peculiar
de esta sección del Istmo. Parece reemplazar la especie llamada
armia roja, que nos acompañó más al Oeste. Esta especie es de
tamaño grande y panzuda. Son los titíes asombrosamente robustos
y a'Ctivos. Una tropa de ellos amedrentada y en fuga causaría envidia
al volatín de circo. Un tiro de fusil los espanta, y huyen tan
ligero que parece fueran ellos mismos el proyectil. Al dispersarse,
forman una especie de ola como la que el viento produce en la
yerba. En verdad es una ola, pues cada mono pasa de una rama
á otra, describiendo curvas al columpiarse con rapidez para saltar.
Centenares de animales en este afán forman con sus movimientos
las únicas olas posibles en estos desiertos, y á la verdad presentan
un hermoso ejemplo de lo que es la vida enérgica y activa.
Al E~te de Chiriquí reapareció de nuevo la luciérnaga ó cocuyo,
descrito ya en mi anterior informe; como también una grande
abundancia de garrapatas de todas especies, y además las
abejas silvestres, que forman sus colmenas de color gris oscuro de
pulpa de madera, en los troncos de los árboles, con panales horizontales,
con una y media 6 dos pulgadas de separación.
Entre los ríos Jacú y Cariche hallamos gran número de sepulcrvs,
los más en lo espeso de la floresta, todos excavados durante
los últimos disturbios de Chiriquí. La llanura entre Dfvala y
David parece haber estado bien poblada en tiempos antiguos. La
civilización indígena se ha extinguido, pero no la raza, que aunque
con la sangre mezclada, ha alcanzado á los modernos. El suelo no
es naturalmente muy fértil. La superficie está cubierta de frag.
111entos de roca volcánica, generalmente pequeños y redondeados
por el tiempo. En donde la floresta primitiva avanza en cintas hacia
las sabanas, al Oeste de David, abundan los árboles de caoba.
Semejan majestuosas encinas en cuanto á troncos y ramas. Las
hojas son como las del castaño, tanto en la posición como en la
forma, pero más brillantes y de u• verde m4s intenso. La corteza,
estriada verticalmente por bellas hendiduras transversales, era de
un blanco gris, con manchas parduscas causadas por líquenes
aterciopelados.
Nos hemos detenido aquf una semana -para reor¡anizarnos.
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Boletín Militar de Colombia
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Encontt amos hogares modelos, y en verdad que no e~ con
planes de política, ni con hábiles proyectos de reformas sociales,
sino con la multiplicación de hogares perfectos, c:>mo podría realizarse
la sociedad ideal de la comunidad, del Estado y de la Nación.
De la coalición de las buenas familias de los homb res ha de
resultar la verdadera familia del hombre.
CAPITULO XIV
DE DAVID Á YAVISA
Panamá, Marzo 17 de IS9J
Reasumimos el trabajo de campo en David el sábado 21 de
Enero de 1893, avanzando por el camino público, regularmente
frecuentado, y tocamos en San Lorenzo, San Félix, Tolé, La Mesa,
Santiago, Aguadulce, San Carlos, Chamé, Capira y Chorrera.
Llegamos á la estación del ferrocarril de Panamá el jueves 16 de
Febrero, siendo la distancia del punto de partida á éste la de 292
millas (470 kilómetros).
La rapidez de nuestra labor se debe en parte al buen tiempo
y á las favorables condiciones del terreno, y en parte al empleo
alternativo de los dos métodos en el campo, es decir, el de estadía
y al acústico, y especialmente al enérgico brío de Garrison 1
O'Connell.
La vereda, por lo general, es razonablemente directa en su
mayor parte; pero á veces tortuosa y desplazada en sus elementos,
buscande los caseríos en las sabanas, y los pasos de las crestas
en las sierras, ó entre éstas y las florestas. Sin embargo, e¡.
hacedero un ferrocarril con un gasto moderado, sin separarse
mucho de la línea de nuestros estudios, y sin alterar ni modificar
sensiblemente la distancia de la mensura, entre Da vid y Chorrera.
Por la mala dirección del camino nos inclinamos innecesariamente
hacia el interior entre Chorrera y Panamá.
El Istmo, del lado del Pacífico, de Da vid á Panamá, puede
decirse que es serranía, llanura inclinada y playa rasa. La serranía
se levantó primero. La llanura fue ante todo dependencia de
ella, y se formó bajo el agua. La playa de la misma manera es
derivado de la llanura, después de que ésta emergió, y se formó por
incrementos sucesivos en los bajos de la costa y sobre el nivel de
la marea.
Esta formación uniforme apenas se encuentra interrumpida.
por estribaciones de la cordillera en Talé y La Mesa, y algo menos
cerca de Capira. La llanura también ha sido desfigurada por
la erosión constante, y está cubierta hasta cierta distancia por altas
colinas y lomas, fragmentos de la masa de la montaña, esparcidos
aquí y allá, pero revelando siempre al ojo inTestigador la
tendencia á caer hacia el mar, justamente como el género humano
que cumple la voluntad de Dio~ cualquiera que sea la terquedad
de los indiTiduos.
. ....
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Boletín Militar de Colombia
\_ 48 _J
Amplias ondulaciones de la pradera elevada, que de trecho
en trecho se truecan en mesetas, altiplam'ci'es, y terrenos de tope
llano, al modo como se destaca el hielo de las playas al rededor
de los promontorios, y otras señales, revelan su estado original.
Hasta la superficie complexa y pantanosa de los valles mayores
indica la subsistencia de un nivel antiguo más alto, expuesto á lluvias
disolventes. El suelo se compone de arcilla veteada, roja y rojiza,
amarilla en la superficie y gris debajo, tendida sobre una
capa de pizarra que se ennegrece al aire.
El país está regado por numerosos arroyos, casi sin excepción
claros, t:audos, con lechos de piedra y márgenes sólidas y firmes.
Abunda la madera para la construcción de ferrocarriles. Lo mismo
puede decirse de la piedra de cantería, si se cuenta el asperón. El
material para paredes secas es escaso.
Acaso los que se aprovechen de nuestro trabajo quedarían
mejor servidos con un estudio más especificado en el particular.
De Da vid á río Chorcha la línea casi toda cru:ta la pradera
bien poblada por indios del lugar; floresta solamente hay en los
pasos de los arroyos; pero la5 praderas mismas, de anchuras varias,
y con ligeras ondulaciones longitudinales, son lagos de yerba
circundados por orillas irregulares de bosque, de manera que los
paisajes aparecían rodeados de florestas en la vía que recorrimos.
Entre Chorcha y la Boca de Monte, la vereda sigue la cresta
de una sierra muy escarpada, cubierta por una selva virgen, con
palmas y platanitos, hasta salir en la boca del monte á una pradera
que se extiende desde allí, ensanchándose y descend1endo, hasta
confundirse en el nivel del llano de San Lorenzo. El trazo del
ferrocarril debería aprovecharse de una silla, en la sierra baja, al
Este del río Chorcha, y de aW, ~i el piso impide la tangente, buscar
el camino á lo largo de las colinas de la base de la cordillera, hasta
San Lorenzo.
Entre los ríos Fonseca y Tupi la topografía es irregular, de
alturas ramificadas, lo que exige curvas de desvío en la línea,
pero no obras fuertes, á lo que pudimos juzgar. Hay una pradera
de 2 millas (3 kilómetro ), que se aproxima al río San Juan, y por
5 ó 6 millas (8 ó IO kilómetro ), también á Río Viejo. Pareció prudente,
al fijar el trazo, cruzar el Fonseca arriba del San Lorenzo,
para dar la vuelta por el flanco sur del cerro Juan Bellaco, y de
allí seguir en derechura, al través del llano, por terreno firme
hasta Las Lajas.
De las inmediaciones de Remedios á las de Tolé existe otro
relieve dentellado, entre la floresta, en la lfnea de la vereda, el
cual termina en un ascenso rápido, que el ferrocarril evadiría con
d~r la vuelta al Sur por la base de la tierra alta, desarrollándolo
. arriba del valle de los Brazo , hasta la cumbre, cerca de la aldea
de Bladero Callejón, dos millas (3 kilómetros) al este de Tolé y á
800 pies (240 metros) sobre el ~r. Esta cumbre es una meseta
abierta y ancha que corona un estribo de la cordillera principal, y
parece ser el punto 'dominante de cualquiera línea que se proponga
atravesar la faja de establecimientos existentes en esta región.
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•
Boletín Militar de Colombia
\.,_ 49 .J
Entre la cumbre Callejón y el río Cobre el país es comparativamente
quebrado é inhabitado.
Nuestras observaciones indican que el trazo debe bajar la la
·dera Norte de los valles de Aguabuena y Tabasará, hasta llegar
al Viquf, y luégo ascender este río hasta la divisoria que se halla
en las cabeceras del afluente derecho del río Cobre, al Norte de
la vereda, á los 1,250 pies (380 metros) sobre el mar. Desde este
punto la topogratía es más su a ve y la línea de la vereda puede
acortarse como 15 millas (24 ks.).
Aproximándose al río San Pablo, el trazu debiera torcer á la
derecha y ascender por el flanco Sur del valle del río á la montaña.
Las capas de roca de este punto tienen de cinco á ocho grados de
inclinación al Norte. Aparece, por lo tanto, que el flanco Sur de
aquel valle admite una línea, con un declive notablemente uniforme,
mientras que el flanco Norte es de terreno escabroso. Así
pues, la línea deberá llegar á La Mesa á 700 pies (212 metros)
sobre la marea media.
Esta región de la cumbre del Callejón á La Mesa, aunque
comparativamente áspera, no es realmente un terreno difícil para
los rieles. H•i menester curvas y gradiente , pero ambas dentro
de los límites señalados. Hay en verdad ba tantes obstáculos que
vencer ó evitar, y estudios detallados que ejecutar, para que la resolución
del problema de trazar la línea dcfiniti va, redunde en honra
del que la fije.
ConHmía
1 SORPRESAS DE LA CABALLERIA
,
CONTRA LA INF ANTERIA
Y MEDIOS DE QUE DISPO . ' F. ÉSTA PARA PRESERVARSE DE ELLAS
(De la Rroista dd Boletfn Mdllar de lluenos:tires)
I
GENERALIDADES
Es sabido que después de la guerra francoalemana de 1870
y 71, la existencia de la caballería fue puesta en discusión.
Se pretendió que la adopción de las armas de tiro rápido le
había quitado para siempre el acceso al campo de batalla.
Esta opinión se acreditó tanto en Alemania como en Francia.
En Alemania, los escritores propusieron su supresión :
" La caballería ha cesado de ser un arma, déda uno de elfos·;.·
~n los ejércitos del porvenir, el mejor preparado será el que haya.
.sabido desembarazarse de esta impedimenta."
Después de reflexión, se admitió, sin embargo, que la caballería
era todavía capaz de prestar servicios en campaña, y que,
SERIE IV-TOllO 1-4
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Boletfn Militar de Colombia
'-- so _J
si bien no podía cargar más, podría, por lo menos, modificando su
educación, brillar todavía, explorando; y como era preciso que las
nuevas ideas fuesen formuladas claramente, se declaró que el poder
del conltiCIO había reemplazado al poder del choque.
Semejantes doctrinas no emanaban de todos los oficiales, y
no eran ciertamente del agrado de los oficiales de caballería, que
no aceptaron la decadencia de su arma. Teniendo fe en su eterna
vitalidad, creían, y Jo declararon, que su tarea, por el contrario, se
había agrandado con las dificultades, y que la caballería desempeñaría
todavía un papel considerable en campaña.
Así es que-, inmediatamente, se pusieron á trabajar.
hllos fueron los que hicieron que la caballería fuese cada vez
más movible y más rápida.
Ase~uraron su movilidad por la simplificación de las evoluciones,
y su rapidez por el estudio profundo del galope preparatorio
de la carga.
Formularon la acción de la caballería en el combate, y dieron
un gran desarrollo á su papel en las marcha<;.
La caballería francesa fue la que primero sufrió la influencia
de los reformadores alemanes: von Schmidt, Verdy du Vernois y
otros; y un día comprendió que debía libertarse de estos maestros
para volver á las sanas tradiciones que habían hecho su
fuerza.
Así pues, ya no desdeña más el combate á pie, y emplea según
las circunstancia el poder de los fuegos, el del choque ó su
acción combinada.
Cuando no opera directamente sobre el campo de batalla de
concierto con la otras armas, no permanece inactiva. Colocada i
distancia sobre los flancos del enemigo, observa sus movimientos
y despliegues. En el instante propicio se precipita y carga á fondo,
ó bien, abriendo el fuego de sus cañones y el de sus carabinas
sobre el adversario, lo obliga á detenerse, á desplegarse y á responder
con los suyos.
Si no quiere empeñarse á fondo, se sustrae al combate, dejando
al enemigo en la incertidumbre del punto sobre el cual va
á renovar sus ataques.
En todas partes es siempre dueña de sus movimientos; no se
comprenden sus designios; es siempre amenazadora.
Aproximándose á los flancos de las columnas, las hostiga de
día y de noche, en los caminos, en los vivaques y en los acantonamientos;
fatiga al enemigo, Jo enerva, le inflige pérdidas, y si no
puede impedirle que haga pie en el campo de batalla, por lo
menos lo obliga á lle¡ar á él cansado y quizás privado de una
parte de sus municiones.
La realización de este papel puede obli¡-arta i romper las re&
istencias de la caballería enemi¡-a ; entonces debe atacar ' esta
dltima con el mayor Tiror, li fin de infli¡-irle un fracase que la
•
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Boletín Militar de Colombi~
ponga, por Jo menos, en tal estado de inferioridad, que no piense
más en intentar una vuelta ofensiva, ni en rolver para observar la
operación que va á llevarse á cabo.
Para obtener este result~do, no es suficiente que la caballería
tenga fuertes efectivos, armas poderosas y tome hábiles disposi- •
dones; es necesario que se lance á la lucha con todo corazón, con
vehementes deseos de batirse.
Es preciso que el jefe de la menor subdivisión tenga la caber•
fria y el corazón ca/z'enle,· lo contrario es la negación del mando.
Es preciso que el jefe posea en su cerebro la calma que conviene
para examinar claramente una situación y tomar pronto un
partido.
Es preciso que encuentre en el fondo de su corazón la palabra
que entusiasme á la tropa en el momento decisiTo.
En posesión de estas cualidades, este jefe será dueño de su
tropa, que sabrá contener ó que lanzará al combate á medida de
sus deseos; será dueño de la situación, porque, no conociendo la
vacilación, sabrá. también sacar partido instantáneamente del terreno
y de la posición del enemigo, para infligir á este último el
máximo de pérdidas, experimentando él el mínimo.
En fin, será particularmente apto para ejecutar sorpresas, y,
por ellas, inspirar primero al adversario temor y en seguida terror.
II
J.A SORPRESA-GENERALlDAD.IS
otprtsa dt una tropa m marcha, en ulaci!m; sorp1 ·esa so6rt ti campo
de batalla
La sorpresa es la acción de guerra que inflige al enemigo
más pérdidas en el tiempo más corto, dentro de sus efectivos y de
su moral; por cuanto permite á una tropa relativamente débit
hacer un gran número de prisioneros •.
La caballería es eminentemente apta para las sorpresas:
1.0 Por causa de su movilidad, que le permite escoger el
punto de partija y el campo de su acción y modificarlos rápidamente,
si las circunstancias lo exigen;
2.0 A causa de la instantaneidad é impetuosidad de sus ataques,
que llevan consigo el pánico á ]as filas del adversario, sin dejarle
tiempo necesario para que tome sus disposiciones de defensa.
• Ea 1757, antes ele librarse la batalla de Roabach, el General Seidlitz,
con 1,500 hombl'es de caballerh, sorprendió en Gotha al ejérci te combinado que
mandaba Soubise; al efecto, 4capleg6 en una sola y extensa fila á sus dragones,
para 'acer creer al enemigo q•e era todo el ejército del ¡ran Federico, y marchlt
sobre la ciudo1d, Lo• aliados, que en eso1 momentos se 1eataban á la mesa, aai
q•e conocieron eata nondad, JtnlitrtHI la eQ6tta y ordenaron la retirada de miltt
de hombrea que ya habían vencido en Hastenbeck al mando del Mariscal d'EI·
tnea; J fue tal el desorden c:on ~ue !luyeron, que Seidlit& les tomó miles de pri·
sioaero1 J bapjet hasta con _peñumes, &c. (Viase TraiJI tlu pa,tfu '/;NtiMl
ailittlir11, tomo 1, P'rioa lf8, por el General Joaini, 13.• edición.-N. itl T.
}. Ul.A
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Holetín Militar ae Colombia
'-- 52 _;
Pero la sorpresa es siempre una operación delicada, pues exige
de parte del Jefe mucha sagacidad y sangre fría, y de la de los
jinetes la más estricta obediencia, agilidad, cohesión, confianza, vigor
y empuje.
La preparación de la sorpresa es cuestión de observación y
de paciencia; la ejecución dL: ella es un golpe de audacia.
La prepara,ión puede durar varias horas; la ejecución es
siempre instantánea.
La sorpresa se ejer.uta sobre las columnas (tropas ó convoyes)
en marcha, en desca nso, que vivaquea~ 6 están acatHonadas, de
día ó de n 1che ; la más efi~at es la que se practica de día sobre
las columnas en marcha, que descansan ó vi vaquean; de noche sobre
las tropas batidas y desmoralizadas que vi\·aquean ó están en
acantonamientos.
El campo de batalla se presta también á las sorpresas. Un
momento muy fa vurable es aquel en. ¡ue las masas enemigas, arrojadas
contra la posición ad\·ersa, están á punto de abordarla á la
bayoneta. En este momento supremo, si el terreno es propicio, si
los grupos de cabal] ría han podido aprvxirnarse al abrigo, la sorpresa
es fácil é irre istible.
En efecto, los homl.Jrcs lanzados al asalto escapan á la acción
de sus Oficiales, se hallan fatigado. , y todas sus fuerzas morales
están dirigidas hacia el fin que ellos desean alcanzar cuanto antes,
para quedar expuestos el me nor tiempo posible á los efectos mortíferos
del fuego rápido.
En este estudio no trataremos más de este género ce sorpresas,
de las cuales toda la preparación con iste en observar atentamente
las peripecias de la lucha y en intervenir con la rapidez
del rayo en tiempo oportuno.
E" necesario añadir que las maniobras no ¡tueden dar una idea
exacta ele los efectos ele este ataque. En maniobras, la tropa que
marcha al asalto nda ó del camino, habrá
que reconocer con el mayor cuidado el terreno de Jos contornos.
Sin embargo, los ciclistas podrán dejar de hacer andar á su5
máquinas y llevarlas á cuestas en cierta extensión del camino qt~e
recorran, particularmente en los parajes en que baya que cambiar
de dirección.
Pero si estos indicios son conseguidos, será difícil á los ciclistas
prettarar las emboscadas, y, por el contrario, será relativamente
fácil á los contraciclistas noticiados el alcanzarlos ó cercarlos.
Por consiguiente, la lucha entre Jos ciclistas y una caballería
emprendedora y bien cubierta por sus exploradores, será desigual,
y todas las ventajas para la segunda. As{ pues, no conmueve á la
caballería la creación de esa especialidad, la que jamás podrá ser
constituida sino en pequeños grupos de efectivo bastante reducido
No obstante, los destacamentos de ciclistas bien colocados
podrán causar sorpresas desagradables á las gruesas columnas
que transiten por los caminos, cuando estas últimas no tengan sus
flancos suficientemente protegidos.
En fin, estos destacamentos de ciclistas parecen ser designados
para oper~r de concierto con la caballería, más que para hostigarla.
IV
EJECUCIÓN DE LA SORPRESA
RtcMot:imtenlo del memigo - Esludio dellerrmo con arreglo ci la carla.
Elección del campo de acción
La ejecución de una sorpresa comprende varias fases :
1.• El reconocimiento del enemigo y el del terreno;
. • No estamos completamente de acuerdo con eu aaeYeración: en naeatro
pa1s hay terrenoi que no permiten á la caballería transitar por ellos ni con ~ar.
tla.-'!'o"lu, como loa que usaron con éxito las milicias de Güemes, y que aún se
uhluan en algunas de nuestras Provincia¡. Bien es cierto que si no patan jine.
tes, menos pasarán ciclistas -N. del T.
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'- 55 _J
l.• La preparación;
J.• El ataque.
El reconocimiento del enemigo se hace por los medios ordinarios,
es decir, con la ayuda de patrullas y de destacamentos
.mandados por Oficiales ó por sargentos inteligentei y bien al corriente
de sus deberes.
Una sorpresa no será decidida hasta recibirse los informes de
los reconocimientos enviados con este fin.
El Jefe de la tropa que tiene la misión de sorprender, 6 el
que, previamente destacado, ha concebido el designio de ejecutar
una sorpresa, debe noticiarse minuciosamente sobre el enemigo,
conocer su fuer.ta, la composición de su columna, el itinerario que
sigue, el orden en que marcha, la distancia que separa el grueso
de la vanguardia y de la retaguardi 1, la hora y el punto en que
se ha divisado su cabeza de columna; debe saber también cómo
cubre sus flancos, la distancia aproximada á que marchan sus
flanqueadores, su fuerza y su grado de vigilancia, cómo exploran
estos destacamentos; y si tiene caballería, la fuerza de ésta, su
repartición aproximada, su marcha y su vigilancia., &c.
Con frecuencia el jefe de destacamento no obtendrá de sus
reconocimientos sino una parte de estos indicios, los que deberá
controlar de TJz'su, estudiando al mismo tiempo el terreno.
Comenzará por señalar en su carta la posición de la columna
·que le ha sido señalada ; apreciará y marcará aproximadamenle Jos
puntos en donde ella tenga que pasar dentro de una ó dentro de
dos horas ; y consultará su reloj.
En seguida estudiará, siempre sobre la carta, el terreno en
una extensión suficiente, su configuración general, las facilidades
y las dificultades que se encuentren, los obstáculos, los abri¡{OS, los
-desfiladeros peligrosos para su tropa, los peligrosos para el enemigo,
&c.
Este estudio sumario, prontamente hecho, permitirá al jefe
de destacamento elegir su campo de acción.
Después deberá trasladane con su tropa bastante lejos para
encontrarse fuera de la vista de las menores fracciones que cubran
y alumbren, por así decir, el camino de la columna enemiga.
Esta elección puede ser provisional. .
(A,¡,., ..
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- === Historia=---==-
HISTORIA l)EL NUEVO REINO DE GRANADA
POR JUAN DE CASTELLANOS ( 1590?)
~Continúa)
CANTO CUARTO
Trátase en él cómo los indios Bogotaes encaminaron al Capitán Juan de Césp-e-,
des y á los que con él iban, á la Pr•wincÍ;\ de los Panches, gente belicostsima,
debajo de cautela, y lo d emás que le sucedi0 en el viaje.
No tiene poca fuerza la malicia en est6magos llenos de torpeza,
y á veces quien parece más sincero ti e ne más de doblado que
sencillo, según se conoció destos salvajes, qu e por exteriores apariencias
daban de sencillez alguna muestra sin uso de los tratos
fraudulentos; y como les pidiesen para guías y para cargas indios
que llevasen, el Juan de Cés~ed e s y sus soldados, entraron en consulta
y acordaron guiallos á los Panch es, nación fiera, implacable,
feroz y temeraria en el acometer á cualquier gente, por ser Céirnes
humanas su sustento; y tan ~in pe sadumbre se metían entre contrarias
armas en la guerra, como perros en tímidos Yenados. Plaga
cuotidiana de los Moscas que, con se r e n poder superiores, y los
Caribes Panches, en respeto de tanta multitud, angosta co'}:>ia, temblaban
dellos porque los tenían por fi eras indomables, y sepulcros
sus impías entrañas de las suyas. Y ansí, para seguro de su tierra,
que con la desta gente confinaba, tenía Bogota sus guarniciones en
Tibaquí y en Ciénaga y en Fosca, de ciertos indios que llamaban
Guechas, hombres valientes y determinados, de gran disposición,
sueltos y diestros, y en lo que convenía vigilantes. Estos andaban
siempre trasquilados, horadados los labios y narices, y á la redonda
todas las orejas, y canutillos de oro fino puestos atravesados por
los agujeros, y de labios y orejas eran tantos cuantos habían muerto
de los Panches cualquiera de los Guechas en la guerra.
Los Moscas, pues, tiraron á dos hitos en los encaminar por
esta vía, diciendo si vencieren los cristianos, los Panches quedarán
de tal manera que sin dificultad en los restantes vengaremos agraYio~
recibidos; y si quedaren muertos estos pocos, con más facilidad
de los que quedan podemos triunfar y compelelles á que nos
dejen libre nuestra tierra.
Con este presupuesto caminaron vía de Tibaquí, Señor Slljet-:>
al rey de Bogotá, donde el Cacique los recibió con ledas apariencias,
y proveyó las cosas necesarias á ellos y á los Moscas que venían
en servicio de nuestros españoles. Y un guecha principal, maravillado
de ver la nueva gente y el intento de se meter tan poco5
en los pueblos de la generación dura y horrenda, habló con Juan
de Céspedes aparte, mediante lengua que le declaraba, y dijo:
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Boletín Mr.Jitar de ColombÍdando hacia
las cabeceras, hasta formarse un nuevo cauce rápido y muy
inferior al antiguo. Así lo demuestran los restos del lecho primitivo
que se ven á muchos metros sobre el nuevo, los grandes derrubios
que cercenaron los cerros ribereños, y los extraños peñascos
sembrados á lo largo y dentro de dichos ríos.-Continúa
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Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VII Serie IV Tomo I N. 2", -:-, 1903. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3691204/), el día 2025-06-12.