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Vicente González Arnao: La compleja biografía de un afrancesado

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  • Autor
  • Año de publicación 2019
  • Idioma Español
  • Publicado por Prensas Universitarias de Zaragoza
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
José Ramón Urquijo Goitia, "Vicente González Arnao: La compleja biografía de un afrancesado", -:Prensas Universitarias de Zaragoza, 2019. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3399087/), el día 2025-11-05.

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Imagen de apoyo de  El caballero de El Dorado

El caballero de El Dorado

Por: Germán Arciniegas | Fecha: 2022

Es indudable que Cervantes se inspiró en la vida del licenciado don Gonzalo Jiménez de Quesada para escribir su Don Quijote», esta es la tesis expuesta en este libro, o sea, la delicada cuestión del quijotismo americano y la lectura poética de la historia que supone. El caballero de El Dorado pretende glorificar a la vez la gente común y la indoamericanidad. Arciniegas confesó que su aspiración era incitar a sus contemporáneos a escribir la «historia natural» de los americanos y no su «historia política».
  • Temas:
  • Historia
  • Biografía
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El caballero de El Dorado

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Imagen de apoyo de  Blanco y Azul - Serie I N. 17

Blanco y Azul - Serie I N. 17

Por: | Fecha: 16/07/1904

República de Colombia SERIE 1 } .- CONDICION ES S\1scripción de 50 números ..... , ..... $ 100 .. Número suelto....... ..... ....... 3 ... atrasado.... ........... ........ 4 .. . Anuncios, palabra (tipo común)...... o 20 Gaceti !las. ................................. o 40 Los anuncios en tipos especiales pa­garán á razón de $ 4 por centímetro lineal. Remitidos, columna ............... , ...... 200 Verá la luz pública dos veces por semana. DIRECCI6N por telégrafo: "Propatria." Oficina, calle 9.", numero 2I5 Blanco y Azul Gran telegrama El Sr. General Ramón Gon­zález Valencia dirigió de P~m­pIona, con fecha 9 de los cornen­tes, al Sr. General Reyes, un expresi va teleg~ama en que lo felicita con motIvo de]a decla­ratoria del Gran Consejo Elec­toral, y en que, o~e.de~iendo al principio de la legitImIdad, con sus atributos esenciales, que asegura ha~er si.do y continuar siendo su mvarlable norma de conducta, le ofrece su patriótica cooperación en la obra de la paz y el engrandecimiento elel país. El Sr. General Reyes, en te­legrama del 10, contesta al pres­tigioso Jefe santandereano que agradece su felicitación y que acepta la valiosa oferta que le hace para secundarlo en la ar­dua " difícil empresa que ~e cur llevar á cabo en su cah­da. .c ciudadano electo p~ra la' p' r .era Magistratura de la Re­púLlica. Aplaude ca.lurosamen­te el proceder del hldalgn cau­dillo que de ese modo sab~ sa­crificar á la sagrada causa de la Patria conveniencias y gimpatías personales, confía en que él y los conRervadores de Santander harán lo que los patrióticos y prácticos conservadore.s de An­tioquia, que se han u~l1do para servir mejor á la NaCIón, mora­lizando así el Partido y dándole gran vigor, y termina manifes­tando que en la s~tua?ión de miseria y desorgamzaclón, ra­yana en anarquía, que aflige hoy á Colombia, se ha impuesto el imprescindible deber, que es­pera saber cumplir, de no tre­pidar un momento en la labor de reconstruÍr y encauzar el país por los senderos del traba­jo, del orden y de la moralidad, secundado por los hombres de buena voluntad, y ahogando con firmeza iJlquebrantable todo conato subversivo y cualquier movimiento revolucionario. Los telegramas que dejamos extractados rehabilitan y con­fortan el patriotismo, tan que-brantad, o á consecuencia de la5i recriminaciones odiosas de las diarias injurias y de las graves calumnias que la Prensa de par­tido puso en juego durante el candente debate electoral que acaba de terminar. Es por eso elemental deber de ·los conser­vadores inspirarse en las levan­tadas miras <¡ue rebosan en esos documentos, oír) atender. c(.n el interés que lasolemnidad del mo­mt> nto im pone, la voz autorizada de los J efes que, procediendo de consuno, desean salvar á Colom­bia de la ruina y Jisolución que' la amenazan de muerte; que llaman á la conoi.1iación con la sinceridad que corresponde .... m­plear á los hombres serios y po­sith'ament. e meritorios, y que, estamos seguros, no eludirán ningún esfuerzo, ningún género de sacrificios por llegar al buen éxito apetecido en los impor- . tan tes fines que se buscan, con los cuales, hoy por hoy, sólo debe aspirarse al cum plimien­to de la natural ley de. la propia conservación, pero que no muy tarde, cuando acabe­inos de reedificar lo que la gue­rra demolió, deben buscar al­go mús sólido, trascendental y duradero: ú la reorganización fiscal de la República, á su tranquilidad interior, al arreglo de su deuda extranjera y á su consiguiente progreso y engran­decimiento. El telegrama del Sr. General González Valencia y los demás de su especie que el General Reyes ha recibido de distintas poblaciones de los Departamen­tos, unidos á la muy loable ac­titud de 01 vido, reconciliación y . concordia asumidas por el can­didato presidencial vencido en el escrutinio de 4 de Julio, ac­titud que honra y engrande­ce al hombre tanto como to­dos los merecimientos que pu­d. iera haber contraído en su lar­ga vida pública, nos reve~an bien á las claras que el Partido Conservador no está dispuesto á suicidarse, que aún existen fe, abneg-ación y cordura en los caudillos que lo dirigen, y que pronto irá á dar princi pio una nueva éra fecunda en beneficios de toda especie, en que esa co­munidad política se exhibirá to­talmente regenerada de su mala vida anterior, curada en firme de los funestos males que han minado y corroídb su organis .. mo, y resuelta á recuperar el glorioso puesto que le corres­ponde en nuestra historia, y el terreno que tan lastimosamente le hR n hecho perder sus faltas en el aprecio público y en la conciencia naciona1. Las ambiciones individuales van á tener una tregua de seis años, y es forzoso que Re calmen y acallen en sus manifestacio­nes, pues de lo contrario iremos á parar en Un abismo tan pro­fundo, que no habrá poder en lo humano que de él sea cf:l.paz de sacarnos y de volvernos siquiera á la incipiente é irregular vida de nacionalidad que hoy tene­mos. En el fondo de todo corazón colombiano debe hoy jurarse odio implacable á la política de oficio, á.la que nos corrompe y divide, á ese hábito nefando que nos ha hecho perder la fe en los principios, la esperanza en un porvenir mejor; á esa mo­nomanía aguda y contagiosa qut' nos ha hecho olvidar los hAbitas de trabajo, que ha con­vertido en inútil, cuando no da­ñosa á'los intereses generales, la- labor de nuestros Cuerpos legislativos, y que no ha per­mitido á ninguno de nuestros gobernantes desempeñar con calma y provecho sus funciones constitücionales y legales. De 1886 á esta parte hemos tenido que sufrir el flagelo de­moledor de dos de nuestras más desastrosas guerras civiles: en ellas uno.s por ambición y otros por odios y venganzas, unos por intolerancia y otros por liberti­naje y maldad, todos hemos contraído alguna responsabili­dad, á todos nos corresp(.nde alguna culpa j pero el juego yi­tuperable de nuestra política, sus artimañas inmorales. sus ruindades y pequeñeces, han desempeñado el principal papel en aquellos deplorables conflic­tos, y si no los han directamen­te producido, sí los han crimi­nosamente fomentado, por ac­ciones ú omisiones ajenas al patriotismo y lesivas casi siem­pre de nuestras más preciosas garantías. Es imposible, en consecuen­cia, seguir creyendo en la impe­nitencia final del Partido Con­senador, mientrasen sus filas mi­liten hombres como Rafael Re­yes, Ramón González Valencia, Marceliano V élez, Pedro N el Os­pina y tantos otros, que á pesar de ajenas desvergüenzas polí­ticas más ó menos profundas, dejan oír francas y espontáneas manifestaciones de orden y con­cordia al rededor del futuro Jefe del Poder Ejecutivo, á quien ofrecen rodear y secun­dar en la delicada labor que la mayoría de los sufr~gios de sus Bogotd, .1ulio 16 de 1904 tOt:: ... ~__ ~ ...... __ { NUMERO 17 conciudadanos ha tenido á bien confiarle. Oiga y obedezca el país aque­llas manifestaciones, óigalasy obedézcalas la levantisca Prensa de la capital, tan hondamente invadida por el microbio de esa política de que 110S quejamos; persistan los hombres del con­servatismo en sus saludables propósitos, que deben consti.' tuÍr como )a consigna evangé­lica del momento presente; tra­duzcan en actos provechosos á la administración en el próximo Congreso a.quellos brotes gene­rosos de la. inspiración patrióti­ca, y Colom bia podrá abrigar así la seguridad de salvarse, te­niéndo por expe'rto piloto al Gineral Reyes, á ese noble hijo á quien tanto han desvelado las calamidades de la Patria, y que para remediarlas ha convenido en echarse encima el enorme peso de un gobierno que desde su origen tendrá que entrar lu­chando con dificultades casi in­superables, y haciendo frente tÍ la solución de problemas que ya son de vida ó muerte para la Administración ptí.blica. Cesen, en consecuencia, los oposicionistli;s ele ayer en su ta­rea ingrata. El vencedor los llama á formar con él, á ayudar á la Nación que agoniza, á com­pactar resueltamente las fraccio­nadas filas, y á levantar del sue­lo la abatida bandera. El es el Jefe y el amigo, y debemos se­guirlo; pero tampoco olvide­mos que es el mandatario re­suelto, valiente y enérgico, que en cualquier evento, por grave que sea, sabrá cumplir con su deber con aquellos que, sordos á todo patriotismo é indiferen­tes á todo ruego generoso, quie­ran continuar y continúen sien­do sus gratuitos é irreconcilia-bles e-n-em-i-g-os,._ . ... _-~- POR LA HONRA Con especial complacencia re­producimos á continuación la va­liente carta dirigida por el Sr. Dr. D.Enrique RestrJpo García al Sr. Director de El Nuevo T-iempo, publicada el día 13 de los co­n'lentes. BL .... NCO y AZUL se honra al prohijar, como lo hace, la digní­sima defensa del Sr. Dr. Restre­po García. Bogotá, Julio 9 de I904- Sr. Di:ecfor de El NU(1JO Titmpo S. M. SeñOr y amigo de t,oda mi consi­deración : De acuerch, con su galante ofreci­miento verbal, en respuesta á una petición mía. dirijo á usted la pre- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Blanco 1/ Azul sente cart.a~ que puede ser la prime­ra de una serie, ó que será única, según lo que marquen los tiempos y aconsejen las circunstancias Extrai'iarán quizá algunos que per­teneciendo yo á lo quese llamó aquí Part~cio Conservador, me TaIga de -Un periodico liberal para. 'publicár algo tie lo mucho que podría decir. A ello me han impulsado 'ÓO¡; cCHlsi-den\ cio"~s : ante todo, la actitud se­rena, rli¡;creta , y .digna _ en qu~ usted ha sabido mantener su Diario, en 'me'ilib 'gel desenfreno escarllialoso cen que el periodismo hQgC!ltan6, en Jo-general, hos ha estado asfix,1anoo 'durante ' vários meslts; 1 en seguidll, "porque ' no habi~ndo sído yo ' re.yista liario, eran más salientes las arri't'.úl­zas y los denuestos que la misfua lectura sugería, que los conceptos eientificamenteaprovechahles. No pasarán de seis, si es que á -ese nú­mero llegan, los escritos serenos en que se ~iera espíritu patriótico y que' se planteara en el terr.eno de lo an¡.l ­tracto. El pa~s-ha sido testigo de la tarea, tan persi¡,t~;nte como infecunda, oe insulta!', en la forma -más procaz, á cuantos pudieran oponerse, en cual­quier sentido,á.l,ps in,tereses del es­critor; á c:uantos no oTeran por evi­dente )0 sostenido é'n cada uno d'e esos pactos de ingenios fehricitan- '. ni veü~ta, no quiero hacer úso hoy . 9'e periódicos que se hayan caracte­' Í'izada en ninglino oe los dos senti­t? dbs. ,En mí no ha de Ter usted, ni ~ n8die. áun 'Político que sedesfo-ga, , sial> ,á uiú colomhiano que razl;)T1a ,I?~ j ' tes; y no ha faltado quien gastesll tiempo"su dinero y tal vez hasta su rel)utación de hombre r.uerrlo, en in­sultar, deprimir, deaacreditar yani­quilar, si posihlethuhiera sirlo, á. los inocentes candida.tos, sohre todo al Ceneral Reyes. Esa tarea ' hahda te­nido explicación antes d'el' 2 de Fe· blicamente en uso ,de un derecho .. q.u~ aquí no ,~e Ie,s tjisputa niá los 'Rue yo, pudiera y debiera llal)1ar los f()r..a]idos' de la prensa. , ', y me -Talgo de esa expresión, que 1fco'tisrdero benigna, pOl"que, verdade­ramente, lo ,'que en Colombia suee-· de, á 'este respepto, es por demás 'pe~egrino y tal vez único' en la re­dondez del planeta. El qlle tiene, una , -plu~a én la mano, ya sea aquélla de , oro, así sea oe ganso, se considera 'in'vestido oel augusto 'carácter de '. ~acerdote d'e la prensa; dotado 'de . l!oilá clase de conocimientos; ' inhibi­donde toda especie de responsabili­, ~htles; desliga'd'o de toda noción ,da '. 'J'les'peto; ' 11 utorizado ' par.a ' acol)1eter ' tol\a clase de aV~llturas, hom'bre .ex­eepciomd, 'en qQien se encar,llan la ;Y ri h? ra~ez, el patriotism~, todas las vntuiies y toCias las - sabIdurías; .en- . tiado, en uQa palabra, dbl cielo, para que, ' sÍn ma,ncharsus blancas alas, r~dima y 'Ievan'te álús que estamos sumergidos en el cieno. Actitud más 'que odiosa" cómica, Sr. Director. duando uno está, como lo estamos aquí todos, en los secretos qué tra­tan de ocultarse tras de los bastioo- • res del periodismo. Hace ya cinco meses que yo y éinco companeros fuimos colocados . por crueldades de la ley en un ver­c'dadero potro de tormento. El Gran Consejo Electoral, que en épocas pasadas' p~día seda cueva de los s-ie-te durmientes, vino á ser, en la pre­~ ente. el pararrayo en que habrían de estallar todas las tormentas, y el blanco á donde habrían de converger toous los furores y en donde habríaQ de desatarse todas la~r ir,trigl\s. Pnes-t, as en situación tan d ificil y a~an}sa, 'mis compañeros y yo esper.ábamos Con ansiedad la luminosa colabora-ción y la eficaz ayuda de nuestros compatriotas. En esta tierra de po­líticos, de doctores ! de sabios, la luz debería llegarnos á torrentes, y los consejos opurtunos y discretos no¡J ayudarían á salir airosos en nues-tro cOlnetido. Bien pronto perdimos tOda esp,eranza ,á estos respectos, y nos convencimos de que ,al llevarnos al Gran Consejo, nos hahían arroja. do á la cueva de los leones. No se ha ejercido, es cierto, sobre noso'tros, la coacción del puñal y del ~artote, que es la 'úhical que para' m'tlchos pa- - rece ser presión indebida. Pero el orero. antes oe que en las Asárnhleas Electorales se ' eligiese á Id~ cn'ncli'dli. tós; pero tiesflUés, cuahrlo ya 'no !;e trataoa sino de escrutarlos por una Córporación que no tenía para qué consiclerar las con,ticiolles personales oe los ~andidát()s. sino el número de votos oon que h,ubieran sido favore· Ci008, las filípicas contra ellos eran t?n incontiucentes como los panegí­rICos. Ahora he visto con ({'olorosa !lor­presa que á nosotros se nos colocó en ' púesto tan difícil porque ,oi~ ,que éramos ' honradds ,é indorfuptiole~; pero resulta que esa honradez . 'era conoicional, estaba .sujeta á los resul­tados final~s, y deberla depender de la manera como I'e diera gusto á lás canden.tes pasionp.s 'de pa rtido.' Hasta meoiado.s de Julio, más ' ó menOi!, éramo:; I~s seis miemhros ~iel G~an Consejo los hombres más honora­blefl, más íntegros, más ilustraelos, mis culminantes ent.re nuestros con­ciueladanos. Por suspicacia de la pa­sión y del odio, coménzó á palidecer el brillo ele nuestra estrella á fines del mencionado mes. A principios del ' corriente, ya algunos de no!\otros hemos quenado oespojados de tonas las hellas condiciones. que se nos die­ron p1'Qviswnalmente abora cinco me. ses, y hemos quedado clasificados entre los perjuros, 108 corrompioos y los traidores. A tal extremo ha llega· du esto, Sr. Direct~r, que me he vis­to en la necesidad oe acusar allte el Juez 1.0 superior del Distrito Jurii­cial de Cundinamarca á los Sres. Je­rónimo Atgáez y Juan B. Pérez y Soto, por calumniadores. y que lo que estos señores me han atribuído . es una calumnia, lo juro por lo más sagrado que haya en el cielo y en la tÍerra; y si dijere men· tira en lo que afirmo, picio que la sangre de Cri'sto caiga vengadora 'so· bre mis hijos y sohre mí. Puede su­ceder que lús dos mencionados ca­lumniadores queden impunes en la tierra, pero yo los emplazo para ante el Tribunal de Dios. En la hora de . su ffillerte verán que no es cosa bala_ dí arrebatarle la honra á un hombre de bitm, y que es preferihle ser la­drón de dineros, que, en rigor, pue· den restituirse, que ladrón de ht>nms, 'pues éstas quedan perdurablemente marchitas. Yo bien.se, y .11. nadie se le oculta, que si el resulta.io en el Gran Conse­jo huoier,a sido diferente. hoy se me tributarían elogios hiperbóUcos. que yo habría guardado en mi rhemoria > ti erl1 pos d~ i n'r4IJli-z ttecór\iac1ón: Ü que e.'IC1'uta elige, lPue¡¡ eso. ' y ~ !larla menos que esn, era' lo que se ,}neten­' día que hicieran' esa¡¡ seis emimencias que com ponían el Gran Consejo; no se trataha, al par.ecer, oe hac~r un escrutinio, que era la obligaeiólI qt1e . nos imponía la ley, sino tie hacer una elección, que era 1'1 tarea que n"s im­p(, nían las pasiones clesenfrenaclas y 1011 intereses en ham hrecidos. A IIIOS­otro¡; f'e nos designó porque liíz· que r~spe~,aríamt)s la ley y nuestras con­CIencias; pero ¡¡e nos arrastra por 10s suelos, porque no interpr etárn\)s la Ip.y con el criterio de ; los oomha­tielltef, y porque no sujetárnos la vOz de , nuestrail cunqiellcias á io que (nos 'gritah31!, clm . rle¡¡temp'lados rugidos, las cOllciencias óe los empeñados en la lucha. No creo que , haya habido colorn- , hiano¡¡, nique In¡¡ haya ~n lo porve· nir, c%('aoos en situación tan oífícil é inext.ricable como la que no¡¡¡ tocó en suerte por las ' ti raníag de la ley. Hahiéndose divirlitio" los vlJtos en dos guaris-f'nos casi iguales. las es: ,eranzas tuvieron asidp-yo y crecieron desme. dioa.mente. Por ,amoas partes com­pr. enri,ió¡:e que df\ unos pocos votos depi'lIldería la fin~11 victoria; y el ím­petiu Of\ ItH\ cornnatientes tuvo como pri !lcí pul ohjetivo echar ahajo,oe cualquier 'manera,los poco~ votos :que se necesitaran' pura on'tener el ' triuo. . fo. Contentarlolo' a f;odos era imposi­ole; la ley imponíru perentorial~ente ,la o'blógaoión de dar ,una soll,leión al prohlt)ma' propuesto; era, pu,es, i nde f-ecLihle el desagr~do de aJguna oe las d08 fmccionf's. Pero nunca creímds que eSe desagrario, por otra parte muy natural, degenerara en la rahio-f sa inquina en que ha o~generacio, ni mucho m.enos pensamus que nuestras petsonilfl, puestas como !queoa meho, en situación t,an dificultosa, fueran if1respetadas hasta el punto en que lo han sido. ' Mucho se haol6 tamhién del aca­tamiento que oeberían merecer las decisiones del Gran Consejo y de lo inape/ahle de 8US fallos; pero ahora se ha visto que esas man i testaciones no eran tampoco ,sinceras y (Iue se hacían para el caso de que Jos resulta­dos favorecieran al que tal clij-era, y si no, (JO; no faltarían luégo pretex­tos para ¡¡acarles el cUP,rpo á prome­sas tan solemnes. Fácil e¡¡ hahlar, en la tranquilidad of un hufete ocioso, de la inmundi­cia de Padilla; para ello , no se nece­sita sino una pluma audaz, ligera y llena oe prejuicios; otra cosa es oe­cidir, cOl1torrn,e á derecho y confor­me á conciencia, un intrincado puno to legal y un oeoatido punto de he. cho, tenienoo sobre sí el peso de toda una nación en agitaci6n extraor­rdiflaria. El Gobierno ha ciictaflo un Decre­to en [ue prohíbe discutir por medio ele 'la t'rensa, en són de ataque y des­conocilnierlto, el fallo rlel Gran Con. sejo. Pero en ese Decreto entiendo yo que no t5e ' cierran las puertas que llevan al Porler Judicial. Si hay quien juzgue que ~omos criminales por la decisión tomada, acúsenús y vénza­nos en juicio; pa ra ' ello, repito, todo el mt.lOoo tiene las ' manos libres. • Suspendo por hoy, Sr. Director, para no ahusar de su hospitalidad y de la paciencia de los lectores. Puede que otro día vuel'Va J á ¡rt1ponerme la penosa tarea de bah lar de estos .asun­tos, que han venioo á ser para mí in- ' I ' país entero ha visto rlurante cinco meses, no sé si con inrleferencia ó con estppor, porq'.le ignoro hasta dónde llega llU corrupcción, que so­bre nosotros se ha ejercido, de una manera cons.ante y despiadada. una cOlcción moral sin precedentes. que yo recuerde. Estuoios se hicieron, es cierto, d'el asunto, bastante superfi­ciales en su mayor parte, dicho sea en honQr de la verdad; pero en esos r '¿"ldil , d~ o.rigen parcial y atrabi-en la misma célula en que guardo los improperio~, y esa célula es la misma en que se arrinconan las cosas inúti­les .y aquellas en que no se cree. . deciblemente .()di()~os. Mucho se ha, hablado aquí, y con sobra de justicia, contra aquella fór­mula inmoral, tan practicada en otros I Soy oeI ISr.' Director atento servi dor y agradecido amigo q. b.s, m. ENRIQUE RESTREPO GARCIA. 'Telegr.amas Pamplona, 6 de Julio de 1904 Dr. Esteban Jaramillo, Minis.tro de G.­bierno Con retardo de cinco días me fue honrpso :ecibir ~I telegI:a~a ~en que Su Señona se dIgna darme cuenta de .que he _ sido elegido Vicepresi­dente de la Repáblica, y en que ex­presa sus patrióticos votbs 'por mi norma de 'conducta en el delicado puesto á que he sido exaltado sin merecimientos ningunos. Confío ,en que el Supremo Dispensador tle' to­d. o bien, c~alesquiera que sean las CIrcunstancIas en ql:le pueda encon­trarme, habrá de, mantenerme firme en la línea del deber. ' Mis ,más ren­didas gracias por la ,,{elic,itación de Su Señoría y por su atento saludo, á que correspondo cordialmente. Servidor afectísimo.. . ' R. GONZÁÚZ \ VALENCIA RepúbNca de Colombz'a-Mint"steri'o de ' Guetra - (j1!gentíSt'mo-Te!e_ gra';ta número 822-Bogotá, 1- de Julto de'9 0 1-. General Ramon González Valencia Pamplona Con yiva cómplacencia apresúrome á 'comunicarJe que ,el I Gran Cen¡;~o Electoral, en esta fe.cha, haroeclarado á usted electo Vicepre¡¡idente oe la Repú,olic~ par~ el pr6xi fl'\O pe'rfudo ()on~t,ltuClonal, Junto con el Sr. Gene­ral ~afael Reyes, quien:fue, elegido PreSIdente ... Hónrorne corno el pri­mero en fellettarlo por el altísimo y merecido hOllor que le ha hecho la Nación, y felicito tambiéo 'á ésta 'por el acierto en elegirlo, para su bien en lo foturo, . 'Amig-o . m.oy adicto, A. V ÁSQu~z GOBO Pamplona, 11 de Julio de ' 1904 General Alfredo V ás<¡ uez Cobo, Ministro de Guerta 'A 'mi regreso á esta ciudad, tuve á mucho honor ' im ponerme en el' atento telegrama fle Su Señoría,' fe­cha 4, en que se sirve comunicarme la elección de Preside.nte y Vicepre­sidente de la República, r" -larada en persona del Sr. Gener~ '1' ~s y del suscrito, respectivame. 'i,Las finas expresiones de Su Sei :/', en cuanto á mí se refieren, son ,Hl lC­tremo abrumadoras y aumel4J '~n la deuda oe gratitud que me COi ·plaz< , co en reconocer. Afectísimo amigo y cOmp.1 tri6ta, R. GONZÁLEZ VALENCIA Panamá Ex.; 'fRATADo ANTE EL SENAO, Reproclucimo~ á continuaci6n, por creerlo de suma importancia en 'mo­! nent.os en que se va á tratar el asun­to en oocumentos oficiales. el con­cepto de un liberal connotado, sobre la conoucta del último ' Congreso en el asunto del Canal oe Panamá: " Al tratar err eJ' Senlldú él ultima­tum de los Estados Unidos, conteni­do en la nota ' elel R~presentalltle de esa Nación, ne fecha 8 de Agosto de 1903, se conforml:. la mayoría con la idea ilusoria de que esa gran Poten­cia obraría con justicia y equidad, y creyeron con car:dor infar,ltil que na­da tenía que témer Colombia en cuanto á. su integridad ~ soheranÍa. En esta ilusión se adormecieron, ne­gándose ha~ta á oír al Ministro de RelaCiones Exteriores, quien,al fin de la' última sesión que , se. dedicó á este neg~eiado, solicitó encarecida­mente se aplazara la rliscusión para el di,a siguitmte. El' Senado con-vÍno Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ... Reotiftoaoi6n ' RepúUI(a de ColoTjlóia-Minúltrio de G'ooierllo Dirmión Gmeral de Correos'y Tel;grafos­Se~ ción de " Telégrafos-Número 3,246- 8 de Julio. Sr. Director de El C(JrrtD Nacitl1,al-L. C. En "-;ista del escrito que contiene el pe­riódico de usted de ayer, con el título de Seguridad Telegráfica, el Sr. Director Gene­ral de Correos y Telégrafos dirigió inme­diatamente telegrama al Sr. Telegrafista de Honda averiguando lo ocurrido, q~¡en há'dado la respuesta que á usted transcnbo: : Ofin'al-Honda, 7 de Julio de I904 r ¡rector general, &c. Refiriéndome á su telegrama de la fecha, tengo honor informarle: telegrama de esta fecha 27 de Junio dirigido para Dr. Vélez, firmado Botero,' fue devuelto á su introduc­tor con el porte consignado, dQscientos 'no­venta y un pesos ($ 291), porque 'como era ofensivo para Asamblea Departamental Mágdalena y otras autoridades, no podía . darle curso 6 transmitirlo sin contrariar lo dispuesto e~ artículo 5.° Sanatz, Luis Zea L ... ' a, Lús Felipe Torres y Rafl\cl tkr < • En el . Servici0 de ,a,l·idact ,e María Auxiliadora, l'HllpUe ·to de un departamento p 1'2. 'h(J'fn­bres y

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