Por:
Elvira Sastre
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Fecha:
10/02/1849
~ngota ~á{tabo -4 o be fentero be ~ 84D .
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Lún.
JUá'rt,
J,ltJ¿én.
Stos. Marcelo papa rnr. y Catalina ti
Ri:zis.
San Valentin presbítero 1Jiárti'r.
SUSCRICION.
Por un año v~~nte reales PO?' t1·imesl1·e cinco nales. 15 JuéL'.
CUfl/rto 1nenguanü1 á las 10 Y 64
minutos de la, nochc en Sajih"i ,.
Stos Pohearpo obi 'po y Faustino y
Cada núme?'o merl io nal. .1ovifa mártire:.
EI1EII1~11.
~tDtlO:.O!b
Es TRACTO de la memaria leida por don Eipólito
Salas en la acadentía de Chile el 29 de octubre
de 1848, sobre el servicio personal de los indijenas
y su abolicion.
(Continuacion).
L~s discusiones á que dió lugar una disputa tan
ruidosa versaban necesariamente sobre los derechos
con que Ja naturaleza dotó al ser racional, y los
impugnadores de las encomiendas los proclamaban
concienzuda y enérjícamente. Las almas rectas, á
quienes solo el imperio de la costumbre habia
podido alucinar, no quedaron desapercibidas. Las
preocupaciones fueron perdiendo su influjo, y
comenzó á prepararse la opinion de los colonos
para una gran mudanza en el órden político. Resalta
á primera vista en nuestros anales el desarrollo de
las ideas que operó esa contienda
Semejante al viajero que rendido con el peso de
un fatigoso camino, despues de haber recorrido
secos arenale.s, ásperos y pedregosoS" montes, al
descender al fértil valle cruzado de cristalinos
arroyos que se deslizan murmurando de la cUGlbrc
de las colinas, se detiene á tlisfrutar en grata
contemplacion el verdor del prado, la frescura
del ambiente y el suave aroma de las flores,
el que examina los monumentos de nuestra
historia, fastidiado con la relacion de ~lo.iios desabridos
tributados ' á la fuerza bruta, con la monótona
repeticion de homenajes prestados al título
de señorío universal de los monarcas, cuando llega
á la época á que aludo, observa que la sociedad
presenta una nueva faz. Nuevo es el linaje de los
contendientes que decienden á la lisa, nuevo es
tambien el lenguaje de que usan. El espíritu
sacude el sopor, y se recrea con los escritos luminosos
de los defensores del indijena. En ellos
campea el juicioso razonamiento, la justa apreciacion
de Jos derechos del hombre, y el profundo
respeto á su libertad individual.
La victoria obtenida contra los encomenderos no
podia ménos que producir un cambio feliz 'en las
disposiciones de la colonia. Se babia mandado
respetar la inviolabilidad del territorio no conqui&tallo
y prohibido hacer la guerra ofensiva á sus
habitantes, y el soldado debia hallarse mui dispuesto
á obedecer estas medidas pacificas, desde que su
ardor guerrero no tenia el incentivo de un rico
botin, desde que el indio vencido no iba a engrosar
sus baciendas. Suspendidas las hostilidades y
anulada la esclavitud de los prisioneros, la conquista
quedaba reducida a un hecho aislado sin otro
antecedente que la fortuna de sus caudillos. Si era
forzoso tratar a los araucanos como un pueblo
independiente, respetar su nacionalidad y nivelar
sus guerras segun los principios que sancirma el
derecho de las naciones; ¿cuáles podian ser las
.razones que justificasen la diversa conducta observada
con los demás habitantes del territorio chilen01
Puesto que la ignorancia y la barbarie no eran
abonados títulos p~ra despojar á los indíjenas de
su libertad é independencia, ¿la debilidad é inesperiencia
que los habia hecho sucumbir en el combate,
podrian acaso dar derechos á sus invasores? El
desengaño de los partidarios de la conquista era una
consecuencia lójica de la abdicacion de la guerra
.ofensiva y de las encomiendas. Por mas que se
lnventaien pretest~, y se usase de paliativos en
las concesiones de la corona, ellas inauguraban la
época de una gran reacciono Las vícti mas de la
conquista no aparecian ya como la espiacion de
un delito cometido contra los honrados defensores
del evanjelio y de la civilizacion. Es verdad que
los copipinos, coquimbanos, mapochinos, promaucaes
y otras tribus habian sido ménos felices que
lps araucanos; pero no eran de peor condicion que
estos. U na misma era la Causa de todos y la sangre
16 Viér. Sta JJlartina viljcn.
que habia inundado sus aduares pedia Yenganza, y
tarde ó temprano no faltaria quien osase demandarla
al poder que la ha.bia hecho verter.
Se halla tan marcada en uuestros anales la
influencia que ejercieron las contiendas sobre las
encomiendas, que no es necesario un grande esludio
para conocerla. Se estrecharon 10B vínculos que
debian unir á entrambas razas; id entificáronse sus
intereses; borráronse las señales que regularmente
marcan las diferencias de castas. U no fué el
idioma y uno fueron los usos en todos los puntos
donde la antor~ha de la civilizacion habia lIp gado
á penetrar. Todo contribuyó á hacer de los chilenos
un solo pueblo. Los es'critore3 mismos fu eron
cambiando de tono. En nada se parece el lenguaje
de Molina al yue usaban los primeros historiadores
de la conquista. El Cabildo d Santiago, órgano
de las opiniones del país, ánt s acérrimo def~ nsor
del sistema opresivo,lIegó á ejerc<:r cierta influencia
moderadora del poder, y al fin preparó y proclamó
la emancipacion política del Estado. La filiacion
de este granue acontecimiento llega hasta.1os primeros
reclamos que se hicieron contra la e clavitud
de los indíjenas. Ellos fueron los rayos de luz
que alborearon la aurora de la liberlad.
En Chile el movimiento popul, r de 1810 U0 tUYO
la mas leve apariencia de una asonlJ.da. Léjos de
exitar las masas irreflexivas á sublevarse contra
la autoridad, los hombres pensadores é influyentes
con prudente cautela fueron impulsados á la autoriJad
misma á que rompiese los lazos que la ataban
á la metrópoli, y para mí, las causas de este f¡ nómeno,
que quizá ba contribuido en gran parte á
cimentar tan pronto entre nosotros el órden y la
tranquilidad, se encuentran en la controversia que
suscitaron las encomiendas y el servicio personal.
Las discusiones á que dió lugar, di pusieron los
espl'ritus y atemperaron los hábitos, preparando
lentamente el terreno d~ la pat~'ia, para que despues
arraigase como planta espontánea el :ll'bol de la
liberiad.
Por esto, cuando el cuerpo universitario en esta
reunion solemne celebra el dia memorable en que
Chile proclamó su independen cia, me ha parecido
que no podia ofrecerle un trabajo mas análogo al
objeto que lo ocupa, que la relucion de los heróicos
é importantes esfuerzos de los primeros defen ores
de la lihertad indíjena, dj esos fieles y ardorosos
amigos de la hUl'l!anidad que afrontaron inminentes
peligros y arrostmron los mas graves obstáculos,
con su de. interes y aunegacion, acreedores al mayor
elojio. No hablia querido empeñar la gloria 'lile
ha reportado la Umversidad con las e timab1es producciones
de los hábiles miembros que me ban
precedido en igual tarea. Contrariado por difit:ultades
de diver 'o jénero, para no abandonar la obra,
ha sido neces~rio recordar mas de una vez la
gratituu que debia por la honrra que, al encomC'ndármela,
se me habia dispensado: La crnprf'sa
de popularizar nombres tan ilustres, y á quienes
deben tanto la humanidad y la patria, requeria
plumas dignas de ~lIa, y yo solo me he propuesto
estimularlas con el trabajo que ahora apénas toscamente
he bosquejado.
CAPITULO l. o
Oríjen de las encomiendas y del servicio pe1'Sonal de
los indiJena,s en Chile. OTganizacinn legal de este
sistema, Sus consecuenr:ias funestas.
Sobre hacinados escombros de mutilados cadáveres
y en campos enrojecidos con la sangre de
denodados campeones que impávidos combatieran
por su libertad é inde pedencia, se saborearon en
Chile los primeros frutos de la conquista. En
1536 el infortunado Almagro conoció, aunque
tarde, que el jenio de las tribus chilenas no se
prestaba de grado á la dominacion de los monarcas
católicos, y en la heroica resistencia de los indios
promaucaes, en 1537, vió caer destrozado el coloso
de sus lisonjeras esperanzas. "El deseo de adquirir
riquezas, dice Molina, fué el q e principalmente
promovió esta pnmera especlicion, y la poca
esperanza uc obtenerla, la hizo qUf'1 Rei la primE'ra colonia e pañol a
cerca de las máljenes del Mapocho. La empresa
era, sin duda, ardua, dificil y s mbraua por todas
partes de escoll os. Un instinto natural y certero
hizo presentir á los indios de esta comarca, que
sus auvenedizos é intrusos habitadores, á una, con
el despojo de sus terrenos, les privarian lambien
de su libertad; y no se engaoaron. El tel'Jiblederecho
de conrJuista importa una veruadera
esclavitud. para el infortunado \'enciJo; y ese
bárbaro derecho, ontra el cual de consuno protestan
el coruzon y la Glo:;üfía, era el principio que
el pendon castellano debía haccr triunfar aquí,
como en todo el resto de la América. Basado
el sistema de los conquistadores en este absurdo untecedente,
natural euque aspirasen á la servidumbre
de los indíjenas, fundados en el mislllo título
con que se apropiaban el dominio de sus tierras;
y así lo hicieron en realidad.
Apénas D. Pedro Valdivia habia zanjado los
cimientos de la naciente capital del Reino por
(' \"l ui .,t,_.~¡ cuantlo h:-lO á S1..~S ~<.)1d, dos, uice Do
Jerónimo de Quiroga, gra.ndes repartimientos de
tielTa y vasallos, con que en poco tiempo se hallaron
mui ricos; y como afirma Ercilla.
Tan dominantes y ufanos se creían
Que en mil kguas, diez hombres no cabian (2).
"Despues, añade Molina, de mil contra tE'S y de
indecibles fatigas, Valdivia, creyéndose ya bien establecido
en aquella parte de Chile que obedecia á los
Pe1'uanos, disll'iLuy.ó todo el terreno entre sus
soldados, asignando á cada uno bajo el título de
encomienda una porcion considerable con los habitantes;
anexos, segun el perni(;ioso sistema feudal
de Europa (3)."
Fruto prematuro de este prjmer repartirniento
de ti erra y vasallos fué el servjcio personal de los
inu íos; ;' bien pronto para ma?/OT o}Jre5Íon de estos,
como asegnra el citado Quiroga, se ensayaron sus
fuerzas en la construccion de un fu !'te para ('ustodiar
la rica mina descubierta en el valle de
Quillota. Fiel Valdivia al principio dominante de
colonizacion española, recorre con la rapidez del'
rayo y el valor de un intrépido guerrero, costas,
puerto, rios y caletas para afianzar el resultado de
sus empre 'as. Llega por primera vez al cauclaloso
Biobio; y entusia mado á la vista de la gran bahía.
que descubriC'ra en el hermoso valle de P enco,
l' sueh'e fundar allí la ciudad de Concep('ion. En
1550 realiza su pensamiento, y á e, ta obra, c¡ue tan
aciaga debia serie un dia, une el repartimiento de
los indio' de aquel distrito en encomiendas entl e
los pobladores; "que luego, dice ('1 liada sospechoso
Quiroga (4), los emplearon ccn teson en el laboreo
de minas y busca de oro; por cuyo trabajo se
abandonó el de la labranza; empezó el hambre;
tomaron odio á los españoles; supieron que eran
mortales, y con su casique Ainabillo determinaron
sacudir el yugo."
Propicia la fortuna á los planes del conquistador
Valdivia le llevó en alas de la. fama y de prósperos
sucesos hasta el distrito de la Imperial; donde,
afirma Molina (5)," engolfado en la embriaguez
que causa una inesperada fortuna, mostró toda
aquella liberalidad que puede tener un hombre que
se balla en estado de dar aquello que no le cu~sta
nada. Congratulándose con sus oticiale::¡ de la
felicidad con que pretendia caber domado la mas
(1) Malina, Historia de Chile: Torno 2. ° libro 1.0
capitulo 5. o
(2) llls. Jerónimo QuÍ1'oga: pajina 7.
(3) lflolina, Hist. de Chile t01lLO 2.° libro 1.0
capitulo 7.
( 1) lJls. de Qu,Íroga: pájina 13.
(5) Jlist. de CILile: tomo 2.°, libro 3.°, capitulo 1.°
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
--
valerosa nacion ue Chile, les asignó provisionalmente
las vastas comarcas que lo circulan. Francisco
Villagran, su Teniente jeneral, tuvo en donativo la
belicosa provincia de Moquegua, que los Araucanos
llaman 1a llave de su estado, con 30,000 habitantes
que debí an contarse despues de la conquista. Los
demás oficiales obtuvieron, cual ocho, y cual doce
mil nacionales, con los terrenos correspondientes,
él proporcion del favor que gozaban cerca del
J eneral." Impusieron á los indios creciJ os tribu tos,
que had an sacar de las minas, añade Quiroga, que
habia en aquel distrito; " de cuyo trabajo exasperados
los natu ral es empezaron :i aborrecer á los
españoles. Olvidauos estos de que era mej or
dominar las voluntaues con amorosa afabi lidad,
tIue los cuerpos con rigurosa violencia, iban disponiendo
los ánimos de los tributarios para su propia
ruina. Pensaban solo en a tesorar, por lo que todo
Stt vecindario fué mui rico; y hubo encomendero,
que daba anuales tres mil pesos para la manutenc
ion del obispo y su catedral." La colonia del
mismo nombre del conquistador Valdivi a, ~ igu ió la
propia suerte de Santiago, Concepcion y la Imperial;
"y los cinco mil indios que entónces habitaban en
sus alrededores quedaron repartidos en feudo, entre
sus pobladores. (6)"
De estos antecedentes se infiere, que el ser vicio
personal de los indios reducidos, data en Chile desde
el principio de la conquista. Y no cul pemos de
'este desacierto al desventurado Va ldivia; hombre,
á decir.J del historiador Molina, sin contradiccion,
dotado de ánimo incomparable y de grand es talentos
políticos y militares; célebre conqui3tador, dice M.
Gay, "que acaso ecli psara los nombres de los
Cortezes y Pizarros, á ser el teatro de sus empresas
á medida con sus talentos, con su actividad, con
su carácter atrevido y laborioso." Valdivia cedió
al espíritu romancesco de su siglo, y ciego entre el
humo de su desmensurada ambicion de gloria, no
vió los peligros que el sistema de conquista le
t raj era. Crió en Chil e, cómo sus compañeros de
armas en otras partes del continente americano, las
encomiendas y el servicio personal de los indios.
"Ricas eran las encomiendas que se apropiara,
afirma el historiador citado, y crecido el número de
indios que mantuyo en beneficio de las minas;" sin
darles por ello, si damos crédito á Quiroga, salario
ni recompensa alguna.
DISCURSO
pronunciado p01' ll'I. Monlalembert en la Asa'mblea
N acional, tm la rliscucion del artículo de la cOllstitucion
sobre las libertades.
(Continuacion) .
M. Manuel.-Esa no es culpa de la Universidad.
M. de Montalembert-Lo ereis así! Pero yo no
hablo ya de la Universidad,hablo del estado jeneral
de las cosas en Francia.
Digo que en una República como en una Monarqnía
y mas aun en la primera que en la segunda,
aun cuando la lei no debiese durar sino un año,
aunque el majistrado no debier:J. existir sino un dia,
durante este dia y este afio es preciso que la lei y
el majistraqo sean respetados y para esto es preciso
que reine en los cor azones el sentimiento de la
autoridad y él no reina ya.
y no se me cite la autoridad que da el sufrajio
universal.
Un honorable miembro de esta Asamblea, que
hace poco me interrumpia, y que ántes hizo parte
del Gobierno provisorio, dijo el otro dia que habia
conspirado toda su vida; pero que al presente miraba
la conspiracion como el mayor de los crímines,
porque hoi se ha prodamado el sufrajio universal.
Bien. T engo el honor de hacerles obseryar á él, Y á
los que como él estén inclinados á creer, á consecuencia
de una ilusion que yo respeto sin .rarticipar
11e ella, que el sufrajio universal basta par'a dar á
la autoridad moral la base que le falta entre nosotr
o~ ; di~o que tengo el honor de hacerles observar
que la ví pera del di a en que se espresó con esa
franquE'za, se veía estallar, precisamente contra los
resultados del sufrajio universal, la insurreccion
mas formidable que ha habido que combatir en
Francia; insl.Hreccion hecha por hombres que habian
usado del sufrajio universal, la víspera, y que habian
hecho tri unfar una parte de los candidat0s por
quienes habian votado.
Hé aquí lo que puede el sufrajio universal, que yo
respeto y honro como el. ••. ; ¿y cómo no habia de
respetarlo, debiendo á él el honor de sentarme aquí ?
Hé aquí lo que puede el sufrajio uni versal para
consolidar la autoridad social.
M. F locon-Os engañais en la fe cha. (Escla.
macion).
P e rmitidme decir una sola palabra. (Violentos
murmullos) .
El Presidente- M. de i\lontalembert consiente en
en escuchar la observacion que desea dirij irle M.
}",locon. (Hablad ! Hablad! )
M. Flocon- No es para subir á la tribuna. (N ueva
interrupcion ).
M . de J.lfontalembert-Yo os supl ico que escucheis
( 6) Ms.uid Q, eroga pájina 13.
EL NACIONAL.
al honorable M. Flocon , y que me concedais un
momento de reposo miéntras que él habla.
:NI. Flocon-En la tribuna. Yo no tenia int.encion
de subir á la tribuna, quería solamente correjir en
lo que acaba de decirse p0r el orador que de derecho
la ocupa, un error, y un error bastante grao de. E s
un error de fecha. Lo que yo he tenido el honor
de decir delantE' de la Asamblea, no fué la víspera
de las jornadas á las que el orador hace alusion .. .. ..
(Interrupcion.) fué despues.
Ora, el sentido de inis palabras, en mi opinion, y
las in ducciones que se quieren sacar de ellas, son
completamente diferentes, si se quiere examinar ~n
qué época las he pronunciado.
En todo caso añado una sola palabra:
El orador ha querido unir una esplicacion mui
franca y legal de mi parte á acontecimientos fu nestos
y que pesan aun sobre el país.
E stén él y todos los que part icipan de sus opiniones
, convencidos de una cosa: es que los hombres
que han obrado, pensado y trabajado por el bien
de su opinion y de la Francia, de su patria y de la
libertad, como yo lo he hecho, habrian creido conducir
á las ma8 grandes ruinas y á las mayores
catástrofes si alguna vez , delante de una Asamblea
nac ional, se hubiesen permitido presentar el trabajo
como un castigo. (Movimientos diversos.)
NI de 1l'Iontalembert-Creo no tener necesidad de
esplicar al honorable M. Flocon pue sirviéndome de
la palabra castigo no he tenido, en ninguna manera,
intencion de señalar el papel social 6 político del
trabajo; me he servido de una espresion familiar á
las personas que se ocupan de las cosas re lijiosas
y que miran el trabajo impuesto al hombre en este
mundo como una pena, como una espiacion que
nos es comun á todos, cualquiera que sea nuestra
posiciono
. Voces nume1'osas-Si! sí! (Movimientos diversos.)
J.1[. de Montalembert-Rechazo formalmente cualquiera
otra interpretaeion de mi pensamiento. (Muí
bien ) .
Vuelvo al pensamiento que espresaba hace poco,
la debilidad de la autoridad en jeneral en Francia;
y pregunto á todos los que han estado revestidos de
ella en diversas épocas y que se encuentran hoi en
este recinto, pregunto especialmente á los vencedores
de ayer, á los mas elocuentes y mas intrépidos
de entre ellos; si al dia siguiente de su victoria,
despues de la embriaguez del combate, despues de
haber plantado su bandera victoriosa sobre las
ruinas de lo que les habia resistido y despues de
haber pasado su primer mirada sobre esta sociedad
que ellos estaban llamados á gobernar, á dirijir en
adelante por las vías del pOl"ven ir; pregunto si no.
quedaron inqu ietos, tristes,espantados ú la vista de la
enfermedad moral del poder entre noso tros, á la
vista de la espantosa dificultad que hai para gobernar
los hombres de nuestro tiempo y de nuestro
país. (Rumores diversos).
Esta pregunta la dirijo á los mas elocuentes y
mas intré pidos, y estoi seguro que si quieren contestarme
no me desmentirán. Y esta misma advertencia
la dirijo igualmente á los que p~dieran ser
vencedores mañana .... (Ajitacion). A los utopistas,
á los novadores que se figuran que ·se apoderarán
un día de esta sociedad, les annncio de antemano
que esperimentarán la misma debilidad, la misma
ruiseria..... .
M.. Grandin-Entónces no habrá sociedad.
(Ruido y risas).
M. Montalembe'l·t-Digo que esos vencedores de
mañana esperimentarán esa debilidad en un grado
mayor aun si es posible, que los vencedores de
ayer, y que caerán de mas alto aun á la nada, esa
nada que se abre tan rápida y profundamente para
las reputaciones y potencias de nuestro siglo.
Bien, hai ahora en el mundo un sistema, una
enseñanza, una fuerza que opone una barrera á
esa doble tendencia que acabo de señalar y que
reasumo en estas dos palabras: g ozar y desp reciar.
y cual es esa fuerza? ¿Hai una fil osofía que pueda
levautar en el corazon del pue blo esa barrera? ¿ Hai
una lejislacion que ~aste para mantener esa barrera,
para levantarl~ en el fondo del eorazon?
N o señores, todos vosot ros 10 sintis, ni la filosofía
ni la leji!;;lac ion llenarán esta falta. Quien la
llenará pues? Voi á decíroslo: es la doctrina cristiana,
es la iglesia cristiana. (Movimiento en sentiuos
diversos.)
Digo que la enseuanza de la ~ gl e sia, que se trata
de devolver al pueblo por la hbertad, opone precisamente
un dob le remedio á ese doble peligro,
y que á los males gozar y despreciar, la iglesia opone
una doctrina que puede reasumirse en estas otras
dos palabras: abstenerse y respetar. Y yo añado que
esas dos palabras reasumeD. su accion social y
política,y digo aun otra vez, que no miro la cuestion
sino bajo el punto de vista social y politico.
Abstenerse desde luego!
Sí, ella lo ha enseñado en todo tiempo al rico
como al pobre,. ha dicho al pobre: "N o qui tarás
el bien de otro, y no solamente no 10 quitarás, sino
que no 10 codiciarás;" es decir: No escucharás
esas enseñanzas pérfidas que soplan sin cesar en
vuestras almas el fuego (le la codicia y de la envidia.
(Ruido.) Resignaos á la pobreza labor iosa y sereis
recompensados é indemnizados enteramente.
Hé aqu ¡ lo que ella ha. dicho hace mil años á
los pobres, y ellos lo han creido h asta el dia en que
se ha arrancado la fé de su corazon, y un momento
despues ha entrado en él, el horror del estado
l)oci al.
Pero inmed iatamente despues, esta iglesia que
no ti ene dos morales, dos fees, dos freno s, uno
para el rico y otro para el pobre;, esta iglesia se ha
vuelto hácia el rico, y despues de haber dicho al
pobre: "Abstente del bien de otro," ha di cho al
rico: "Abstente de tu propio bien," Es decir: sabe
que eres responsable del empleo de tu último sueldo,
no uelante de la lei ni delante de la sociedad, sino
dela nte de Dios; qne le darás cuenta ,del empleo
de la última partícula de tu for tuna, y que si has
sacado a lguna cosa para goces superfluos y culpables
,serás castig ado. Hé aquí lo que dijo al rico, y
el rico la ha escuchado durante mil años. (Interrupcion.
)
Sí, ella ha enseñado á los ricos que debian
hacerse perdonar sus riquezas por la caridad; ella
les ha dicho: "Despojaos de aquello de que podais
disponer en favor de vuestros hermanos, y ellos 10
han hecho, y durante mil años, han cubierto la
Europa de fundaciones de limosna, de hospicios,
de obras de caridad de todas clases, que durante
mil años han sido la inagotable caja de ahorros
del pueblo, el patrimonio perpétuo de los pobres)
la verdadera lista civil de los indijentes, y que
solo una lejislacion fatal, á mi entender, ¿la ha impedido
renacer.
He aqui lo que la Iglesia ha hecho durante mil
años para reprimir el deseo escesivo de los goces·
entre los pobres' y el abuso de ellos entre los ricos.
(Nuevas interrupciones.)
Muchos miembros-No se oye nada!
El P 1'esidenle-Es evidente que no se puede oír
en medio de semejante ruido.
Quere!s hacer silencio?
M. de Montalembert. Ahora, que es lo que ha hecho
la doctrina cristiana en favor del respeto y de la
autoridad 1
Oh! Aquí, Se ñnl'es, no debo temer las interrupciones;
porq ue ell a se ha ídéntificado con el respeto;
ella ha creado para la auton dad, cualquiera que sea,
el derecho di vino •••. no solo como se ha locamente
creido y dicho-, en favor dela monarquía y del poder
hered itario, sino que ha creado este derecho en favor
de toda especie de poderes. (Rumores.)
t,Quien podrá negar esto 1 Es elemental (Ruido
prolongarlo. )
Muchas voces-Pedid la suspension hasta mañana.
M. de lI!Iontalembert-En efecto, sup/jco á la Asamblca
que se sirva diferir la discusion hasta mañana.
El Presidente-El orador está muí fatigado y pide
que se difiera la di scusion para mañana. (Si! Si.)
SESION DEL 20 DE SBTIEMRE.
M. de llfontalembert-Seño)'e~, sentiria haber dicho
ántes de ayer alguna cosa que pudiera interpretarse
como un ataque directo contra las instituciones que
ha dado la Francia despues de 1879 .•••••••••• ...........................................
Usaré del mismo lenguaje que usé en la monarquía,
con la misma consagracion y desinteres, en la monarquía
que estaba enferma del mi:.mo mal que vosotros
y que al fin se la llevó. (Movimientos.) ,
Permitid plJeS que yo os recuerde que teneis ¿ vuestro
lado y á vuestra disposicion la fuerza social, la
verdad social que ha servido de base á la sociedad
antigua y que debe y. puede servir de- base á la ~ociedad
moderna. Esto no quiere decir que e!la se haya
identificado con ning una de las sociedades anti auas'
ella las ha hecho .,.ivir y les ha sobrevivido; á su turn~
os hará vivir tambien sin identi ficarse con vosotros,
porque e lla no se identifica con ningun réjimen, ni
mas con la democracia que con la monarquía, ó la
aris tocracia. Pero sÍn identificarse con ningun réjimen
hace vivir á los que no la rechazan; los ~ostiene les
da la mano y los penetra de una vida superior y
durable.
Examinando delante de vosotros donde reside y
como debe propagarse esa fuerza social de la verdad
cristiana, he manifestado q uo ella no podia difundirse
sino por medjo de la ed ucacion, y que p.sa educacion
no podia ni debía darse al país sino en virtud de la
libertad.
Entónce3 he sido conducido naturalmente á examinar
si la educacion pública, tal como se halla organizada
actualmente en F rancia, basta para dar al
pa ís la fuerza moral, porque si ella bastase, es seguro
que yo no vendria á pediros reformas, tan solo por el
placer de establecer derechos y libertades teóricas.
P ero me he visto forzado á dedu cir que no bastaba
para satisfacer ni las necesidades morales ni las inte~
lectuales del país. Con este objeto emití aserciones
que os han parecido contestables y me admiré de ello
porque yo las creia fuera de toda discucion.
~omo entónces no te nia á la vista las piezas necesanas
para confirmas lo que me tomé la libertad de
deci r, volveré á aquellas aserciones. Hai eutre ellas,
una que eseitó tantos clamores en €ste recinto que os
pido permiso para repetirla y probarla.
Digo que segun las autoridades mas competentes,
tanto la instruccion superior como la secundaria,
ofrecen ménos recursos que en sa.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
COLABORADORES.
SIN ORDEN NO HAI LIBE TAD.
Dividida se halla la República en partidos políticos;
pero estos partidos todos convienen en un principio
fundamental, cual es, el principio democrático;
porque si bien 10 vemos, no hai quien prete llla
cambiar las instituciones republicanas por otras
diversas, por mas que se haya querido hacer creer
en soñados planes monárquicos en la Nueva Granada.
Los mismos que han hecho valer tales
especies, si quieren ser de buena fÁ, nos concederán
que cuando así se espresaban no estaban convencidos
de ello. No disienten nuestros partidos sino en
puntos secundarios de administracion, y esto no es
estraño sino mui natural, puesto que no todos los
hombres pueden pensar de la misma manera ni sus
partic ulares intereses son semejantes. Tellemos
pues, un principio comun y un principio que es el
fundamento de todos los demás; por consiguiente no
puede haber un motivo fundado para temer traslornos,
si es que se procede de buena fé.
Tenemos tambien una necesidad comUll; y necesidad
en que están envueltas y de la cual dependen
todas las demás. Esta necesidad es el órden y la
paz pública. Triunfe el partido que triunfase en las
elecciones, su primera necesidad es el órden, es
la paz. Tanto los intereses públicos como los
particulares padecen y retrogradan inmensamente
cuando se altera el órden legal; porque no se crea
que pueda un partido componer las cosas apelando
á las vias .de hecho, pues que no durará muchos
mese& sin ir abajo por medio de otro trastorno. Para
que no sucediera esto, seria necesario que el un
partido esterminara al otro, es decir, que la mitad
de la República asesinara á la otra mitad, 10 que
no ee: muí fácil de hacer. Cuando no se disputa
por un principio fundamental sino por principios
secundarios que todos emanan de otro en que todos
convienen, y se apela á las vias ,de hecho, el resultado
es la anarquía jeneral y los pueblos en e'ste
estado, aburridos con el desórden y la inseguridad,
apelan al primero que les ofrezca garantías de
órden sin pensar en otra cosa, y hé aquí establecido
el despotismo, cuando se pensaba establecer la
libertad.
En ningun paí~ hai mas riesgo de que esto suceda
como en la Nueva Granada, si llega á introducirse
el abuso de querer componer cada uno las cosas
á su modo por medio de revoluciones, porque los
hombres que se ocupan en la política de una manera
positiva son pocos con respecto á la gran
mayoría de hombres trabajadores y pacíficos, que
miran con una especie de indiferencia las cuestiones
públicas miéntras se les deja g(lzar de paz y órden,
mande quien mandare; pero en tocándose en estos
puntos, en viendo el país trastornado, sus intereses
espuestos y aun sus vidas, sUs especulaci<.'nes
paralizadas ó perdidas &.c. entónces no piensan ni
piden otra cosa que órden y venga como viniere,
y á tal punto podrian venir las cosas si se llegase
á dar entrada á los desórdenes que, el resultado
fuese la total pérdida de las instituciones liberales,
porque á ellas se culpan siempre de los males que
producen sus abusos.
Nosotros, como ya 10 hemos manifestado en otro
número, estamos dispuestos, á recibir con gust.o y á
sostener al majistrado que el Congreso elija, y
quisieramos que todos pensasen lo mismo, porque
este es el único principio que puede salvarnos;
pero parece que no todos piensan así; parece que
hai individuos que solo quieren mirar como lejítimo
majistrado á su candidato y nada mas; como si el
Presidente de la República, que debe ser como una
propiedad de todos, lo hubiera de dar un partido
con preferencia á otro que, con los mismos títulos
pretenderia tener el mismo derecho. Esto no solo
está fuera de los principios republicanos que tanto
se proclaman sino que es contrario al sentido
comUD.
Ya se está poniendo en juego la especie de la
in constitucionalidad de la eleccion del Dr. Cuervo,
como se hizo con el Dr. Márquez para la revolu ..
cion del año de 40; pero si entónces la Constitucion
presentaba alguna duda en el caso, la actual nQ la
presenta absolutamente, porque hablando de las
causas de falta en el Vicepresidente, despues de
asignar las de muerte, renuncia ó destitucion agrega,
ó cualquiera dtra, comprendiendo así la ce eleccion
para la presidencia . En la anterior Constitucion
no habia esta frase y bien se pudo cuestionar sobre
el punto; pero al presente, querer decir que la
eleccion que pueda hacerse de presidente en el
vicepresidente es inconstitucional, es querer suministrar
pretestos para trastornos; pero pretestos
enteramente temerarios y groseros, que únicamente
pueden obrar en el ánimo de los mas ignorantes,
mas no en el de los representantes del pueblo que
conocen la Constitucion.
No por esto se crea que nosotros nos proponemos
defender ~hora la candidatura del Dr. Cuervo con
esclusion de la del Dr. Gori. No; nosotros estamos
en todo caso por cualquiera de los dos miéntras
no se haga la eleccion, porque en haciéndose no
estaremos por otro que, por el que haya resultado
EL NAC ONALQ
( electo; sin 'ponernos él pensar en si en las votaciones
se trabajó de este ó el otro modo para obtener
votos, porque tanto hic ieron los unos como los otros
para ganar .en la campaña e1eccionaria; esto ha
sido público á todo el mundo, y sobre todo, á los
rejistro legalizados en que no al!larecen nuliJades,
es á lo qu debe atenerse el Congreso, y á 10 que
nos debemos atener todos y no á lo que cualquiera.
diga, porque esto seria sostituir el parecer de cada
uno á la lei, de cuya comparacion con los actos
es que se debe juzgar de su validez ó nulidad.
Todo lo que de aquí salga es proclamar principios
anárquicos, es sancionar la demagojia, es caminar
al estado salvaje.
Tenemos la satisfaccion de estar persuadidos de
que', en todas las provincias de la República hai
una gran mayoría sensata que mira con horror todo
lo que t iende al de~órden, y de consiguiente que
se opondrá de todos modos y en todas direcciones á
c ualesquiera tentativas que el espíritu demag6jico
quiera realizar.
Nosotros dirijimos nuestra voz á esa gran mayoria
de hombres pacíficos, juiciosos, emprendedores,
que buscan la subsistencia ó el aumento de
su fortuna por medio de su trabajo sin aspirar á
destinos ni mucho ménos á medrar á favor de la
anarquía; nos dirijimos á todos ellos, encareciéndoles,
mas que nunca en esta época de vértigo universal,
la necesidad tan imperiosa en que es1a.mos de
conservar el órden y la paz á todo trance; porque
si nos deslizamos un paso siquiera, el abismo que
nos aguarda no tiene fondo. Rodaremos de reyolucíon
en revolucion hasta aniquilarnos; la anarquía
nos devorará, y por último resultado, el país retrocederá
á la barbarie y acabaremos por ser presa del
despotismo.
Preferimos siempre una .ma]~ presidencia por
cuatro años, á una revolucion que ocasiona males
incurables, males eternos. Sea esta nuestra máxima,
si queremos existencia social, y si queremos dar
una leccion de cordura a la delirante Europa.
• ee,.
BELLAS ARTES
Con el objeto de fomentar en la N lleva Granada
el gusto por las bellas artes, y en especial de la
pintura, escultura y arquitectura, nos hemos propuesto
destinar una parte de las columnas de El
Nacional, para hacer publicaciones interesantes y
curiosas, dando noticias sobre las vidas de los mas
célebres artistas y de algunas de sus obras inmortales.
Estas noticias que ofrecemos á nuestros compatriotas,
las tomamos pt'incipalmente de una célebre
obra recientemente publi,cada en Barcelona con el
título de "Museo universal de pintura y de escultura,
y galería europea de las a7 tes '!I de la historia.
Con estas publicaciones creemos hacer algun
bipn al país, tanto porque ellas deben llenar el
objet:> que hemos indicado, como porque además
distraerán un poco los espíritus de las agrias cuestiones
políticas de que esclusivamente se ocupa
hoi la prensa periódica de esta capital, para enconar
los ánimos provocándolos á un choque.
Un pueblo amante de las artes debe ser pacífico,
porque ellas no prosp eran sino á la sombra de la
paz. En la Nueva Granada hai mucha predisposicion
para ellas, y especialmente para la pintura.
Fomentemos, pues, el espíritu artístico; formemos
el gusto, suministremos pábulo á esta noble aficion,
y lograremos distraer una ,g¡-un parte de los ánim~s
que se ocupan de la pohtica como por entretemmiento.
Por este medio la ilustracion tomará nuevo
vuelo; tomará un jiro mas seguro, porque necesariamente
, las personas que se aficionan y dedican
á estas artes, tienen que tomar conocimientos varios
en otras ciencias, que son sus ausiliares.
La ilustrasjon de un pueblo no consiste en qlle
todos hablen de política, porqu~ para hablar de
política poco se necesita,y la prueba la encontramos
á cada paso que demos en la calle del comercio,
donde encontraremos por donde quiera corrillos de
hombres ignorantísimos hablando de política. 1 .. a
ilusiracion de un pueblo debe graduarse por la
difu sion que haya en sus masas Jo los conocimi
entos científicos y artísticos. Entre nosotros
todos disputan y todos deciden sobre cuestiones
pollticas, pero si se necesita un injeniero ó un buen
artista, tenemos que traerlo de Europa Ó de los Estados
Unidos. E sto junto con los Alacran~s, da mui
mala idea de nuestra ilustracion.
Tratemos pues, de fomentar en el pals los conocimientos
útiles, y no DOS hagamos la guerra como
bárbaros, por discutir en puntos secundarios de
política, ni tampoco la hagamos á los estranjeros
que vengan á traernos los conocimientos que nos
faltan, aunque sean turcos; porque Voltaire decia
que 10 bueno debia recibirse aunque viniera de
mano de un turco.
En la série de artistas de cuyas vidas y obras
vamos á dar razon, no s eguiremos rigurosamente
el árden cl'onolójico, y así daremos principio por
la noticia historica de Leonardo de Vinci, la cual
presentamos en un lijero compendio lo mismo que
las subsiguientes.
En la época del renacimiento del buen gusto
en las bellas artes, los florentinos fueron los que
mas sobresalieron, y entre los hombres de jenjo
3
mas notaLle que de entre ellos descollaron, debe
hacerse mension honorifica de Leonardo de Vinci,
reputado como jefe de la escuela florentina. Nació
en el castillo de Vinci en el año de 1452, y por
esta circunstancia recibi6 su apellido. La naturaleza
le habia dotado con los mas preciosos dones y de
todos supo sacar partido. Así fué que cultivú con
éxito, no solo las tres artes que t.ienen relacion
con el diseño, sino tambien las matemáticas, la
mecánica, hidrostática, la poesia y la música,
Todos los ejercicios del cuerpo le eran igualmente
familiares, y hermanaba con estas raras cualidades
una fisonomía noble i ~raciosa y una fuerza corporal
estraordinaria. En esta parte el caballero
Bayardo hubiera tenido que admirar en él. Luis
XII favoreció en todas épocas durante su reinauo
á Leonardo; pero á pesar de esto, volvióse el
artista á Florencia deseoso mas de sobresalir en el
ejercicio de las bellas artes, que de obtener los
favores de los príncipes. Entre las varias obras
que ejecutó entónces, despues del cuadro grande
del bautismo de Jesucristo, debe hacerse mencion
de la célebre cena admirada jeneralmente. En
Florencia pintó la batalla en que fué derrotado
Nicolas Piccino, uno de los mas hábiles jenerales
del Duque de Milan. Este cuadro no llegó á
concluirse; pero ha quedado de él un carton que
representa varios caballeros disputándose una
insignia. En esta obra admirable, la cólera y la
zaña de los caballos está espresada con tanta perfeccíon,
como la de los hombres. Leonatdo era
tambien un escelente mecánico. Alabóse de él
sobre todo, una máquina teatral construida con
moiivo de las bodas de Juan Galeas, y en la cual
los planetas iban rodando por su órbita y uno en
pos de otro venian á entonar el himno epitalámico.
Inventó tambien una lira de plata de una forma
particular de la cual sacaba los mas armoniosos
sonidos: fabricó un leon aulómata que despues de
haver dado algunos pasos delante del rei Luis XII
se detuvo y se levantó sobre sus pies traseros;
entónces se abrió su pecho y dejó ver las armas de
Francia. Inventó además muchos instrumentos y
por último, como injeniero é hidráulico supo vencer
dificultades insul>erables uniendo el canal de Martezana
con el de Tesino. En el año de 1515 des·
contento Leonardo, á causa de las rivalidades que
cada dia atajaban sus pasos en Italia, aceptó la
propuesta que le hizo Francisco I. nuevo rei de
Francia, y pasó á Fontaine Bleau donde aquel
monarca le recibió con muestras del mas tierno
afecto. Habiéndose enfermado gravemente, cierto'
día que el rei entró á visitarlo, quiso incorporarse
entre la cama por respeto; le hablaba de sus
padecimientos y espresábale al monarca el sentimiento
de no haber podido levantar su arte á un
mas alto grado de esplendor. Dióle entónces un
para ismo, preludio de la muerte.; el rei se acercó
á él para socorrerle y Leonardo murió en sus brazos
á la edad de 75 años en mayo de 1519.-
Los cuadros de L eonardo de Vinci son bastante
raros, y por lo mismo se venden á precios exhorbitantes,
aquellos cuya orijinalidad no es posible
poner en duda. Es de advertir que muchas vecés
se le han atribuido cuadros hechos por Luini, uno
de sus discípulos; pero los conocedores en el arte
no se engañan fácilmente.
LA CENA DE LEONARDO DE VINCI.
E ta es la obra que acaso ha hecho mas henor
á Vinci: he aquí el cuadro mas popular que acaso
se ha conocido.
Con efecto ¿ quién no conoce la cena de Leonardo
de Vinci?, ¿ quién no ha oído alabar este
cuadro, ó no le ha alabado él mismo con exaltacion,
con entusiasmo verdaderamente artíst,ico J ¿ Quién
no ha visto ó no posee algun grabado que represente
mas ó ménos esacta y felizmente esta pintura
admirada de tantos por mas de cuatro siglos?
Al representar la cena de Jesucristo con sus
ap>óstoles, ha escojido Leonardo el momento en que
el Salvador dice á sus discípulos, que uno de ellos
le venderá. Todos manifiestan su sbrpresa, y
Judas parece que res ponde precipitadamente acu.
sado de su mala conciencia: "Soi yo por ventura,
maestro ?"
No es posible en verdad, encontrar un conj'unto
mas sencillo, mas noble ni mas hermoso, bien sea
en la reunion de los grupos, ó bien en el conjunto
de la composicion. La vivacidad, la verdad y la
~lObleza de las espresiones, todo da muestras de un
profundo estudio del corazon humano. Además
de esto, la grande variedad de los caractéres de
cabezas, es una prueba de que se han copiado del
natural. En una palabra, el cuadro es sublime, y
los pintores pueden sacar de él escelentes lecciones;
la fuerza está aquí hermanada con la verdad y la
la nobleza. Es preciso sin ceguedad, y tiene una.
finura de pormenores que en nada daña al efecto
jeneral. En esta pintura apuró el artista tanto los
primores del arte, que todos á una voz confiesan
que nada puede aventajarle, ni en dibujo ni en
espresion,ni en dilijencia,ni en colorido. En especial,
están pintadas eon tanta belleza las cahezas de los
dos Jacobos, que al llegar' á la de Jesucristo ya no
pudo Vinci encontrar mayor belleza, y enfadado
h\. dejó en b-osquejo.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
En la vida de Vinci escrita por Don Fresne
se refiere, al hablar de este cuadro que , pareciéruiole
al prior del convento, para donde se pintaba,. que
la obra duraba mucho, se quejó varias veces de
ello al pintor y aun al mismo Duque, quien
hablando con L eonardo sobre esto, supo que solo
faltaban por acabar la cabeza de Cristo y la de
Judas. "Me cuesta mucho trabajo, dijo el artista,
formar idea completa de la belleza que debo dar
á la fisonomía del Hijo de Dios; que en cuanto
á la que corresponde á la del hij o de infierno,
ya la tengo en el pensamiento, y no deja de
suministrarme idea para ella el jesto de este fraile
que tan groseramente nos importuna"
Este cuadro está pintado al o li o en la pared
del refectorio de los dominicos de .!Hilan, y fué
ejecutado por órden de Ludovico Sforcia, lIamaJo
el Moro,gran favorecedor de los hombre s de t alento,
quien hizo ir á Vinci á Milan á dirijir una academia
de arquitetura, señalándole quinientos escudos de
pension anual.
Aseguran que Luis XII quiso trasladar esta
pintura á Francia cuando poseia el ducauo de
Milan; mas como era necesario llevarse tambien
la pared, la dificultad de la operacion fué causa
de que se abandonase la empresa. La humedad
ha deteriorado bastante esta pintura.
El emperador Napoleon mandó sacar de ella
una copia en mosaico. ~En 1815, no estaba concluida
aun, y despues CUil.. ~o lo fué, se llevó á Viena.
Existen de este cua",ro varios gravados y litografías;
entre los primeros uno mui antiguo, hecho
por Soutman en vista de un diseño de Rubens.
Tiene de ancho el orijinal 18 pies y de alto 8.
REFORMAS CONSTITUCIONALES.
En pocos meses han publicado varios periódi cos
de esta ciudad; sus proyectos de Constitucion y parece
al ver el empeño que se toma en esto, que todos los
males que padece ó puede padecer la R epública ,
dependen de que nuestra Constitucion no es buena.
Nos parece que en este punto está la gran diferencia
entre el partido liberal y el conservador. El primero
cree que todos los males del país dependen de la
Constitucion y que esos males cesarán en el momento
que aquella se reforme segun sus ideas. El segundo
está'; léjos de creer que nuestra ConstituclOn s a una
obra perfecta y no se opone á que se reforme; pero
persuadido como lo está de que por buena que sea
la Constitucion nada se ad ~lan ta sino es observada;
de que no bastan las leyes por sí solas para h acer
que ellas mismas y la Const ;tucion sean cu mplidasj
pues que no 10 serán miéntr'as que caua individuo
no tenga voluntad de cumplirlas cemo ciudadano, y
de hacerlas cumplir si es majistrado, cree que lo que
mas interesa no es reformur la Constitucion, sino
procurar reformar los individuos, crear en el mayor
número la voluntad de cumplir Jo que ordenen la
Constitucion y las leyes, hacer enfin , reformas morales,
porque de otro modo las C~ustituciones son libros
'!I las leyes papeles, como diJO un grande hombre.
Sean cua les fu eren las penas impuestas por las
leyes contra 108 que contra vengan á ellas, si esas
penas no se aplican, es claro que son como s i no exis'
tieran. Se nos dirá que cuando el encargado de hacer
cumplir las leyes, no lo h aga, estas mismas dan los
medios de exijir la respon 'abilidad al majistrado que
no haya cumplido con 8U deber, y nosotros decimos
que si á su vez ese majist rado que debe exiji rla, no
tiene tampoco la voluntad de hacerlo, iremos á parar
al mismo punto; es decir qu e miéntras el juramento
que prestan los majistrados sea de mera fórmu la, las
leyes son del todo impotentes, por si solas, para hacer
que ese juramento sea cumplido. D e todo esto deducimos
nosotros que la r eforma mas n ecesar ia es la
r eforma moral de los individuos, sin la CUfl J no hui
so:iedad posible, cuando la corrupcion ha llegado á
cierto punto.
Ambos partidos quieren pues,que se hagan reformas,
pero el uno cree que la primera de estas debe ser
á la Constitucion, y el otro, que deben prímero reformarse
las partes y despu es el todo.
De nuestras ideas ántes espresadas se infiere, que
todo individuo que desee sinceramente el bienestar
de su patria y quiera por tanto contribuir á él, debe
empezar por reformarse á sí mismo, d~ manera que
cumpliendo cada uno, no solamente con sus deberes
de ciudadano, sino tambien aquellos á que esta obligado
en todas las circunstancias de la vida , co ntribuya
por su parte á la reforma. de la sociedad entera .
En esto deberia cada uno tomar el mayor empeño,
porque el cuidado de hacerse cada dia mejor, es
una parte de la educacion en que se piensa poco,
á pesar de que es de alta importancia p ara cada
miembro de la sociedad y para el cuerpo entero.
La educacion no debe a.cabar el tiia en que se sale
del colejio, ella debe continuar hasta el fin de la
vida' pero la educacion del hombre ya formado
deb~ ser continuada por el mismo. i Por qué, en
este siglo en que tanto se piensa en el progreso
material é intelectual del individuo? ¿ Si se hacen
tantos esfuerzos por llegar al último grado dé perfeccion
en las ciencias y en las artes, por qué se
piensa tan poco en pe:feccionar el ser moral del
individuo? Se deSCUIda tanto su parte moral?
¿Será por ventura, ménos interesante la moralidad
que el saber? No lo creemos así, por el contrario,
EL NACIOI'AL.
pensamos que vale mas la primera que el segundo,
ó mas bien, que el segundo sin la primera es perjudicial;
creemos que si el hombre es malo, vale
mas, para él mismo y para la sociedad, que sea
ig norante,porqne el saber es como el cuchillo, bueno
ó malo segun el uso que se haga de él.
Lo mismo que decimos del saber puede decirse
de las garantías individ uales en los paises libres.
La garantía que tiene el ~iudadano de que no sea
allanada su casa, es muí buena, mui justa; mas
¿ Cuantas veces esta garantía favorece al monedero
fal so, al ladron &c1 Y el precioso derecho de la
li bertad de imprenta. ¿No e3 un veneno corrosivo
c ua ndo h acen uso de é l hombres que no pi ensan
s ino en sat isfacer sus pasiones, porque creen que
3U único objeto sobre la ti erra es g ozar? ¿ Y qué
diriamos si como algunos pretenden se impusiera.
como deber á t odo ci uJauano el de de'rribar á las
auto ridades que se diga hacen uso de facultades que no les
estén presc ritas lJor las leyes? ¿Dónde iria á parar
la sociedad si tales disposiciones llegaran á pone rse
en práctica? A la barbárie, sin duda; sin embargo,
con los principios que empiezan á estar en boga
en nuestro siglo no es dificil llegar á a4uel estado,
y llegaremos mal que nos pese, si continúan progresando
como hasta aquí, las ideas volterianas.
Aunque creemos que la reforma individual de
que ántcs hablamos seria el verdadero medio de
h3.cer cesar el malestar que se ha apoderado de
·todas las sociedades modernas, no nos alucinamos
con la creencia de que tal reforma llegue á realizarse,
y por lo mismo creemos que el mal de la jeneracion
presente no cesará para ella misma, es decir, que
e l bien debe procurarse para la jeneracion que
viene y el medio de procurar este bien debe ser la
educacion; pero no la educacion dirijida únicamente
al entel1llimiento sino la que vii directamente al
corazon; esa que dá fa relijion cristiana y que solo
ella puede dar.
Miéntras no impere el cri tianismo en las sociedades
que en su principio fueron fund adas sobre é l,
, tales sociedades marcharán a su ruina, y no habrá
poder humano capaz dG salvarlas.
Las costumbres , las leyes , los usos; los intrresE's
mas caros al hombre, la familia y la p ropiedad; sus
mas santos é imprescriptibles derechos, la libertad
y la seguridad, todo en las sociedades que civilizó
el cristianismo está basado en los preceptos de esa
relijion augusta que con su inmensa caridad convierte
en bien del hombre, las mismas penas consiguientes
á la vida; todo en estas sociedades está,
si puede usarse la espresion, impregnado de su
esp íritu vivificante; el cristianismo es, pues, ]a
firme roca sobre la cual está asentado el eimiento
del euific io social, y si pretendeis quitar la roca
sin q ue caiga el edificio, pretendereis un absurdo
g rosero. Sin embargo, hai por desgracia del jénero
humano, ut.opistas que pretenden sostener la sociedad
y aun hacerla ade lantar destruyendo el imperio
del cristianismo. No lo conseg uirán es cierto;
pero mié ntras la esperiencia les hace conocer su
f r ror, cuántos males no tiene que sufrir el mundo!
P retenclerá n los novadores auquirir un grado mas
alto de libertad que el cxi 'tente hoi en Jos paises
mas democráticos y, sin remedio alguno irán á. parar
al despotism o, despues de sufrir todos los horrores
de la a narqu ía. E se azote será un justo castigo de
su lo co org ullo , y los que pretenden perfeccionar la
obra de Dios contraviniendo á sus preceptos sufrirán
el condigno ca. ilgo e n las consecuencias de sus
princi pios antÍsocial es. El orgullo impelió á Adan
á querer ig ualar en poder al mismo Dios, para ser
mas libre de lo que Dios lo hiciera; su castigo fué
quedar esclavo rde sus pasiones y la ju 'licia omnipotente
condenó a.d emás á su descendencia. En
nuestros dias se r epite la historia; el hombre quiere
ser libre hasta el punto de no obedecer ni los preceptos
de Dios; quiere, como dic en los comunistas
en Francia, el par a iso sobre la tierra. Pues bien, no
queriendo obedecer á Dios, ménos ha de querer
obedecer á leyes que hacen los hombres, ni á majish'ados
que son hombres como él; no queriendo
nadie o bedecer, la sociedad quedará di ueIta de
hecho, habrá anarquía, y como bien claro lo dice
la hi storia, tr?s la anarquía vendrá el despotismo,
porque la anarquía no puede ser sino transitoria.
La anarquía y el despotismo serán pues, el infi erno
q ue han de conseguil' los que buscan el paraíso
sobre la tierra.
Si hubiere quien suponga que ]0 dicho á ntes no
es mas que un sueño, lea la historia de F rancia de
febrt~ ro á hoi, y alli encontrará p rlleoas en fa vor de
nuestra opinion .
Se nos dirá acaso que las doctrinas mas alarmantes
en Francia, ta1ea como el comunismo, &a,
no pueden tener cabida entre nosotros, porque
afortunadamente, el pauper ismo no ha llegado en
nuestra patria al grado en que se halla en aquella y
otras naciones europeas. A esto contest?remos que
no se necesita que haya positiva miseria para que
el comunismo ('unda en un país, porque esta teoría
antisocial, no es precisamente efecto de la miseria,
sino consecuencia lÓJica y precisa del volterianismo,
y en prueba de ello, puede citarse el ejemplo de
Inglaterra, país en que, como todo el mundo sabe,
la miseria ha llegado á un grado mas alto que en
Francia, y á pesar de esto y de estar á un paso del
foco del comunismo, tal doctrina no ha pasado el
estrecho ¿ y esto por qué 1 Porque la incredulidad
no ha cundido allí como en Francia. El comunismo
es el fruto del Volterianismo, nadie puede
negar qlie tenemos ya el árbol; luego naturalmente
debemos temer el fruto. Además, por desgracia,
nosotros somos como un espejo en que vienen á
reflejarse todas las teorías francesas, sobre todo
las malas y aunque no sea sino por espíritu de
imitacion, no faltarán apóstoles que prediquen esas
doctrinas. Por otra parte, si el que no tiene absolutamente
nada, tiene el derecho de quitar al que
tiene algo, i Por qué el que tiene algo no ha de
tenerlo para quitar al que tenga mas?
Puesto que como es sabido, contra el 'torrente de
las ideas no puede oponerse sino ideas; que las ideas
producidas por la incredulidad, son la causa dd malestar
de la sociedad y que contra esas ideas nada
pueden las constituciones ni las leves mas sábins,
justo y natural es que pensemos úrúe todo en p~'opagar
las cloctrinas católicas que son las contral'lHS
á las que amenazan la societlud. Aunqtle sea cierto
como algunos creen, que no es posible que cunda el
comunismo entre nos