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Años salvajes

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  • Autor
  • Año de publicación 2016
  • Idioma Español
  • Publicado por Libros del asteroide
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
William Finnegan, "Años salvajes", -:Libros del asteroide, 2016. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3404223/), el día 2025-11-05.

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Imagen de apoyo de  Días sin ti

Días sin ti

Por: Elvira Sastre | Fecha: 10/02/1849

~ngota ~á{tabo -4 o be fentero be ~ 84D . Este periódico sale todos los sáhados; se vende en la tienda del Señm' J¡wn García, plaza de Bolivar. 'Etín1e~tte :s. ~únterO 57· rebrero. S e admiten remitidos que tengan por objeto la utilidad pública en cualquier 'ramo, con tal de que no contengan personalidades y estén escritos con decencia, deben dirijirse á los Editores libres de ¡m·te. 10 Sáb. Sto. Gutllenno conf. y Escolú'stica 1.'r. de Se:raje ima. Sa.n Va/erio obúpo. SIr¿. OZaya, vi?jen ?J márt'lr. 11 nomo Los avisos y Ot1'OS escritos de ~nteres personal, se inse1·tarán pagando la cuota en que el inte?'esado con­venga con el impresor, que en todo caso se1'á moderada. 12 13 14 Lún. JUá'rt, J,ltJ¿én. Stos. Marcelo papa rnr. y Catalina ti Ri:zis. San Valentin presbítero 1Jiárti'r. SUSCRICION. Por un año v~~nte reales PO?' t1·imesl1·e cinco nales. 15 JuéL'. CUfl/rto 1nenguanü1 á las 10 Y 64 minutos de la, nochc en Sajih"i ,. Stos Pohearpo obi 'po y Faustino y Cada núme?'o merl io nal. .1ovifa mártire:. EI1EII1~11. ~tDtlO:.O!b Es TRACTO de la memaria leida por don Eipólito Salas en la acadentía de Chile el 29 de octubre de 1848, sobre el servicio personal de los indijenas y su abolicion. (Continuacion). L~s discusiones á que dió lugar una disputa tan ruidosa versaban necesariamente sobre los derechos con que Ja naturaleza dotó al ser racional, y los impugnadores de las encomiendas los proclamaban concienzuda y enérjícamente. Las almas rectas, á quienes solo el imperio de la costumbre habia podido alucinar, no quedaron desapercibidas. Las preocupaciones fueron perdiendo su influjo, y comenzó á prepararse la opinion de los colonos para una gran mudanza en el órden político. Resalta á primera vista en nuestros anales el desarrollo de las ideas que operó esa contienda Semejante al viajero que rendido con el peso de un fatigoso camino, despues de haber recorrido secos arenale.s, ásperos y pedregosoS" montes, al descender al fértil valle cruzado de cristalinos arroyos que se deslizan murmurando de la cUGlbrc de las colinas, se detiene á tlisfrutar en grata contemplacion el verdor del prado, la frescura del ambiente y el suave aroma de las flores, el que examina los monumentos de nuestra historia, fastidiado con la relacion de ~lo.iios desa­bridos tributados ' á la fuerza bruta, con la monó­tona repeticion de homenajes prestados al título de señorío universal de los monarcas, cuando llega á la época á que aludo, observa que la sociedad presenta una nueva faz. Nuevo es el linaje de los contendientes que decienden á la lisa, nuevo es tambien el lenguaje de que usan. El espíritu sacude el sopor, y se recrea con los escritos lumi­nosos de los defensores del indijena. En ellos campea el juicioso razonamiento, la justa aprecia­cion de Jos derechos del hombre, y el profundo respeto á su libertad individual. La victoria obtenida contra los encomenderos no podia ménos que producir un cambio feliz 'en las disposiciones de la colonia. Se babia mandado respetar la inviolabilidad del territorio no conqui&­tallo y prohibido hacer la guerra ofensiva á sus habitantes, y el soldado debia hallarse mui dispuesto á obedecer estas medidas pacificas, desde que su ardor guerrero no tenia el incentivo de un rico botin, desde que el indio vencido no iba a engrosar sus baciendas. Suspendidas las hostilidades y anulada la esclavitud de los prisioneros, la conquista quedaba reducida a un hecho aislado sin otro antecedente que la fortuna de sus caudillos. Si era forzoso tratar a los araucanos como un pueblo independiente, respetar su nacionalidad y nivelar sus guerras segun los principios que sancirma el derecho de las naciones; ¿cuáles podian ser las .razones que justificasen la diversa conducta obser­vada con los demás habitantes del territorio chilen01 Puesto que la ignorancia y la barbarie no eran abonados títulos p~ra despojar á los indíjenas de su libertad é independencia, ¿la debilidad é inespe­riencia que los habia hecho sucumbir en el combate, podrian acaso dar derechos á sus invasores? El desengaño de los partidarios de la conquista era una consecuencia lójica de la abdicacion de la guerra .ofensiva y de las encomiendas. Por mas que se lnventaien pretest~, y se usase de paliativos en las concesiones de la corona, ellas inauguraban la época de una gran reacciono Las vícti mas de la conquista no aparecian ya como la espiacion de un delito cometido contra los honrados defensores del evanjelio y de la civilizacion. Es verdad que los copipinos, coquimbanos, mapochinos, promau­caes y otras tribus habian sido ménos felices que lps araucanos; pero no eran de peor condicion que estos. U na misma era la Causa de todos y la sangre 16 Viér. Sta JJlartina viljcn. que habia inundado sus aduares pedia Yenganza, y tarde ó temprano no faltaria quien osase demandarla al poder que la ha.bia hecho verter. Se halla tan marcada en uuestros anales la influencia que ejercieron las contiendas sobre las encomiendas, que no es necesario un grande esludio para conocerla. Se estrecharon 10B vínculos que debian unir á entrambas razas; id entificáronse sus intereses; borráronse las señales que regularmente marcan las diferencias de castas. U no fué el idioma y uno fueron los usos en todos los puntos donde la antor~ha de la civilizacion habia lIp gado á penetrar. Todo contribuyó á hacer de los chilenos un solo pueblo. Los es'critore3 mismos fu eron cambiando de tono. En nada se parece el lenguaje de Molina al yue usaban los primeros historiadores de la conquista. El Cabildo d Santiago, órgano de las opiniones del país, ánt s acérrimo def~ nsor del sistema opresivo,lIegó á ejerc<:r cierta influencia moderadora del poder, y al fin preparó y proclamó la emancipacion política del Estado. La filiacion de este granue acontecimiento llega hasta.1os pri­meros reclamos que se hicieron contra la e clavitud de los indíjenas. Ellos fueron los rayos de luz que alborearon la aurora de la liberlad. En Chile el movimiento popul, r de 1810 U0 tUYO la mas leve apariencia de una asonlJ.da. Léjos de exitar las masas irreflexivas á sublevarse contra la autoridad, los hombres pensadores é influyentes con prudente cautela fueron impulsados á la auto­riJad misma á que rompiese los lazos que la ataban á la metrópoli, y para mí, las causas de este f¡ nó­meno, que quizá ba contribuido en gran parte á cimentar tan pronto entre nosotros el órden y la tranquilidad, se encuentran en la controversia que suscitaron las encomiendas y el servicio personal. Las discusiones á que dió lugar, di pusieron los espl'ritus y atemperaron los hábitos, preparando lentamente el terreno d~ la pat~'ia, para que despues arraigase como planta espontánea el :ll'bol de la liberiad. Por esto, cuando el cuerpo universitario en esta reunion solemne celebra el dia memorable en que Chile proclamó su independen cia, me ha parecido que no podia ofrecerle un trabajo mas análogo al objeto que lo ocupa, que la relucion de los heróicos é importantes esfuerzos de los primeros defen ores de la lihertad indíjena, dj esos fieles y ardorosos amigos de la hUl'l!anidad que afrontaron inminentes peligros y arrostmron los mas graves obstáculos, con su de. interes y aunegacion, acreedores al mayor elojio. No hablia querido empeñar la gloria 'lile ha reportado la Umversidad con las e timab1es pro­ducciones de los hábiles miembros que me ban precedido en igual tarea. Contrariado por difit:ul­tades de diver 'o jénero, para no abandonar la obra, ha sido neces~rio recordar mas de una vez la gratituu que debia por la honrra que, al encomC'n­dármela, se me habia dispensado: La crnprf'sa de popularizar nombres tan ilustres, y á quienes deben tanto la humanidad y la patria, requeria plumas dignas de ~lIa, y yo solo me he propuesto estimularlas con el trabajo que ahora apénas tosca­mente he bosquejado. CAPITULO l. o Oríjen de las encomiendas y del servicio pe1'Sonal de los indiJena,s en Chile. OTganizacinn legal de este sistema, Sus consecuenr:ias funestas. Sobre hacinados escombros de mutilados cadá­veres y en campos enrojecidos con la sangre de denodados campeones que impávidos combatieran por su libertad é inde pedencia, se saborearon en Chile los primeros frutos de la conquista. En 1536 el infortunado Almagro conoció, aunque tarde, que el jenio de las tribus chilenas no se prestaba de grado á la dominacion de los monarcas católicos, y en la heroica resistencia de los indios promaucaes, en 1537, vió caer destrozado el coloso de sus lisonjeras esperanzas. "El deseo de adquirir riquezas, dice Molina, fué el q e principalmente promovió esta pnmera especlicion, y la poca esperanza uc obtenerla, la hizo qUf'1 Rei la primE'ra colonia e pañol a cerca de las máljenes del Mapocho. La empresa era, sin duda, ardua, dificil y s mbraua por todas partes de escoll os. Un instinto natural y certero hizo presentir á los indios de esta comarca, que sus auvenedizos é intrusos habitadores, á una, con el despojo de sus terrenos, les privarian lambien de su libertad; y no se engaoaron. El tel'Jible­derecho de conrJuista importa una veruadera esclavitud. para el infortunado \'enciJo; y ese bárbaro derecho, ontra el cual de consuno protestan el coruzon y la Glo:;üfía, era el principio que el pendon castellano debía haccr triunfar aquí, como en todo el resto de la América. Basado el sistema de los conquistadores en este absurdo unte­cedente, natural euque aspirasen á la servidumbre de los indíjenas, fundados en el mislllo título con que se apropiaban el dominio de sus tierras; y así lo hicieron en realidad. Apénas D. Pedro Valdivia habia zanjado los cimientos de la naciente capital del Reino por (' \"l ui .,t,_.~¡ cuantlo h:-lO á S1..~S ~<.)1d, dos, uice Do Jerónimo de Quiroga, gra.ndes repartimientos de tielTa y vasallos, con que en poco tiempo se hallaron mui ricos; y como afirma Ercilla. Tan dominantes y ufanos se creían Que en mil kguas, diez hombres no cabian (2). "Despues, añade Molina, de mil contra tE'S y de indecibles fatigas, Valdivia, creyéndose ya bien esta­blecido en aquella parte de Chile que obedecia á los Pe1'uanos, disll'iLuy.ó todo el terreno entre sus soldados, asignando á cada uno bajo el título de encomienda una porcion considerable con los ha­bitantes; anexos, segun el perni(;ioso sistema feudal de Europa (3)." Fruto prematuro de este prjmer repartirniento de ti erra y vasallos fué el servjcio personal de los inu íos; ;' bien pronto para ma?/OT o}Jre5Íon de estos, como asegnra el citado Quiroga, se ensayaron sus fuerzas en la construccion de un fu !'te para ('us­todiar la rica mina descubierta en el valle de Quillota. Fiel Valdivia al principio dominante de colonizacion española, recorre con la rapidez del' rayo y el valor de un intrépido guerrero, costas, puerto, rios y caletas para afianzar el resultado de sus empre 'as. Llega por primera vez al cauclaloso Biobio; y entusia mado á la vista de la gran bahía. que descubriC'ra en el hermoso valle de P enco, l' sueh'e fundar allí la ciudad de Concep('ion. En 1550 realiza su pensamiento, y á e, ta obra, c¡ue tan aciaga debia serie un dia, une el repartimiento de los indio' de aquel distrito en encomiendas entl e los pobladores; "que luego, dice ('1 liada sospechoso Quiroga (4), los emplearon ccn teson en el laboreo de minas y busca de oro; por cuyo trabajo se abandonó el de la labranza; empezó el hambre; tomaron odio á los españoles; supieron que eran mortales, y con su casique Ainabillo determinaron sacudir el yugo." Propicia la fortuna á los planes del conquistador Valdivia le llevó en alas de la. fama y de prósperos sucesos hasta el distrito de la Imperial; donde, afirma Molina (5)," engolfado en la embriaguez que causa una inesperada fortuna, mostró toda aquella liberalidad que puede tener un hombre que se balla en estado de dar aquello que no le cu~sta nada. Congratulándose con sus oticiale::¡ de la felicidad con que pretendia caber domado la mas (1) Malina, Historia de Chile: Torno 2. ° libro 1.0 capitulo 5. o (2) llls. Jerónimo QuÍ1'oga: pajina 7. (3) lflolina, Hist. de Chile t01lLO 2.° libro 1.0 capitulo 7. ( 1) lJls. de Qu,Íroga: pájina 13. (5) Jlist. de CILile: tomo 2.°, libro 3.°, capitulo 1.° Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. -- valerosa nacion ue Chile, les asignó provisional­mente las vastas comarcas que lo circulan. Francisco Villagran, su Teniente jeneral, tuvo en donativo la belicosa provincia de Moquegua, que los Araucanos llaman 1a llave de su estado, con 30,000 habitantes que debí an contarse despues de la conquista. Los demás oficiales obtuvieron, cual ocho, y cual doce mil nacionales, con los terrenos correspondientes, él proporcion del favor que gozaban cerca del J eneral." Impusieron á los indios creciJ os tribu tos, que had an sacar de las minas, añade Quiroga, que habia en aquel distrito; " de cuyo trabajo exaspe­rados los natu ral es empezaron :i aborrecer á los españoles. Olvidauos estos de que era mej or dominar las voluntaues con amorosa afabi lidad, tIue los cuerpos con rigurosa violencia, iban dispo­niendo los ánimos de los tributarios para su propia ruina. Pensaban solo en a tesorar, por lo que todo Stt vecindario fué mui rico; y hubo encomendero, que daba anuales tres mil pesos para la manuten­c ion del obispo y su catedral." La colonia del mismo nombre del conquistador Valdivi a, ~ igu ió la propia suerte de Santiago, Concepcion y la Imperial; "y los cinco mil indios que entónces habitaban en sus alrededores quedaron repartidos en feudo, entre sus pobladores. (6)" De estos antecedentes se infiere, que el ser vicio personal de los indios reducidos, data en Chile desde el principio de la conquista. Y no cul pemos de 'este desacierto al desventurado Va ldivia; hombre, á decir.J del historiador Molina, sin contradiccion, dotado de ánimo incomparable y de grand es talentos políticos y militares; célebre conqui3tador, dice M. Gay, "que acaso ecli psara los nombres de los Cortezes y Pizarros, á ser el teatro de sus empresas á medida con sus talentos, con su actividad, con su carácter atrevido y laborioso." Valdivia cedió al espíritu romancesco de su siglo, y ciego entre el humo de su desmensurada ambicion de gloria, no vió los peligros que el sistema de conquista le t raj era. Crió en Chil e, cómo sus compañeros de armas en otras partes del continente americano, las encomiendas y el servicio personal de los indios. "Ricas eran las encomiendas que se apropiara, afirma el historiador citado, y crecido el número de indios que mantuyo en beneficio de las minas;" sin darles por ello, si damos crédito á Quiroga, salario ni recompensa alguna. DISCURSO pronunciado p01' ll'I. Monlalembert en la Asa'mblea N acional, tm la rliscucion del artículo de la cOllstitucion sobre las libertades. (Continuacion) . M. Manuel.-Esa no es culpa de la Universidad. M. de Montalembert-Lo ereis así! Pero yo no hablo ya de la Universidad,hablo del estado jeneral de las cosas en Francia. Digo que en una República como en una Monar­qnía y mas aun en la primera que en la segunda, aun cuando la lei no debiese durar sino un año, aunque el majistrado no debier:J. existir sino un dia, durante este dia y este afio es preciso que la lei y el majistraqo sean respetados y para esto es preciso que reine en los cor azones el sentimiento de la autoridad y él no reina ya. y no se me cite la autoridad que da el sufrajio universal. Un honorable miembro de esta Asamblea, que hace poco me interrumpia, y que ántes hizo parte del Gobierno provisorio, dijo el otro dia que habia conspirado toda su vida; pero que al presente mira­ba la conspiracion como el mayor de los crímines, porque hoi se ha prodamado el sufrajio universal. Bien. T engo el honor de hacerles obseryar á él, Y á los que como él estén inclinados á creer, á conse­cuencia de una ilusion que yo respeto sin .rarticipar 11e ella, que el sufrajio universal basta par'a dar á la autoridad moral la base que le falta entre noso­tr o~ ; di~o que tengo el honor de hacerles observar que la ví pera del di a en que se espresó con esa franquE'za, se veía estallar, precisamente contra los resultados del sufrajio universal, la insurreccion mas formidable que ha habido que combatir en Francia; insl.Hreccion hecha por hombres que habian usado del sufrajio universal, la víspera, y que ha­bian hecho tri unfar una parte de los candidat0s por quienes habian votado. Hé aquí lo que puede el sufrajio universal, que yo respeto y honro como el. ••. ; ¿y cómo no habia de respetarlo, debiendo á él el honor de sentarme aquí ? Hé aquí lo que puede el sufrajio uni versal para consolidar la autoridad social. M. F locon-Os engañais en la fe cha. (Escla. macion). P e rmitidme decir una sola palabra. (Violentos murmullos) . El Presidente- M. de i\lontalembert consiente en en escuchar la observacion que desea dirij irle M. }",locon. (Hablad ! Hablad! ) M. Flocon- No es para subir á la tribuna. (N ueva interrupcion ). M . de J.lfontalembert-Yo os supl ico que escucheis ( 6) Ms.uid Q, eroga pájina 13. EL NACIONAL. al honorable M. Flocon , y que me concedais un momento de reposo miéntras que él habla. :NI. Flocon-En la tribuna. Yo no tenia int.encion de subir á la tribuna, quería solamente correjir en lo que acaba de decirse p0r el orador que de derecho la ocupa, un error, y un error bastante grao de. E s un error de fecha. Lo que yo he tenido el honor de decir delantE' de la Asamblea, no fué la víspera de las jornadas á las que el orador hace alusion .. .. .. (Interrupcion.) fué despues. Ora, el sentido de inis palabras, en mi opinion, y las in ducciones que se quieren sacar de ellas, son completamente diferentes, si se quiere examinar ~n qué época las he pronunciado. En todo caso añado una sola palabra: El orador ha querido unir una esplicacion mui franca y legal de mi parte á acontecimientos fu nes­tos y que pesan aun sobre el país. E stén él y todos los que part icipan de sus opi­niones , convencidos de una cosa: es que los hombres que han obrado, pensado y trabajado por el bien de su opinion y de la Francia, de su patria y de la libertad, como yo lo he hecho, habrian creido con­ducir á las ma8 grandes ruinas y á las mayores catástrofes si alguna vez , delante de una Asamblea nac ional, se hubiesen permitido presentar el trabajo como un castigo. (Movimientos diversos.) NI de 1l'Iontalembert-Creo no tener necesidad de esplicar al honorable M. Flocon pue sirviéndome de la palabra castigo no he tenido, en ninguna manera, intencion de señalar el papel social 6 político del trabajo; me he servido de una espresion familiar á las personas que se ocupan de las cosas re lijiosas y que miran el trabajo impuesto al hombre en este mundo como una pena, como una espiacion que nos es comun á todos, cualquiera que sea nuestra posiciono . Voces nume1'osas-Si! sí! (Movimientos diversos.) J.1[. de Montalembert-Rechazo formalmente cual­quiera otra interpretaeion de mi pensamiento. (Muí bien ) . Vuelvo al pensamiento que espresaba hace poco, la debilidad de la autoridad en jeneral en Francia; y pregunto á todos los que han estado revestidos de ella en diversas épocas y que se encuentran hoi en este recinto, pregunto especialmente á los vence­dores de ayer, á los mas elocuentes y mas intré­pidos de entre ellos; si al dia siguiente de su victoria, despues de la embriaguez del combate, despues de haber plantado su bandera victoriosa sobre las ruinas de lo que les habia resistido y despues de haber pasado su primer mirada sobre esta sociedad que ellos estaban llamados á gobernar, á dirijir en adelante por las vías del pOl"ven ir; pregunto si no. quedaron inqu ietos, tristes,espantados ú la vista de la enfermedad moral del poder entre noso tros, á la vista de la espantosa dificultad que hai para gober­nar los hombres de nuestro tiempo y de nuestro país. (Rumores diversos). Esta pregunta la dirijo á los mas elocuentes y mas intré pidos, y estoi seguro que si quieren con­testarme no me desmentirán. Y esta misma adver­tencia la dirijo igualmente á los que p~dieran ser vencedores mañana .... (Ajitacion). A los utopistas, á los novadores que se figuran que ·se apoderarán un día de esta sociedad, les annncio de antemano que esperimentarán la misma debilidad, la misma ruiseria..... . M.. Grandin-Entónces no habrá sociedad. (Ruido y risas). M. Montalembe'l·t-Digo que esos vencedores de mañana esperimentarán esa debilidad en un grado mayor aun si es posible, que los vencedores de ayer, y que caerán de mas alto aun á la nada, esa nada que se abre tan rápida y profundamente para las reputaciones y potencias de nuestro siglo. Bien, hai ahora en el mundo un sistema, una enseñanza, una fuerza que opone una barrera á esa doble tendencia que acabo de señalar y que reasumo en estas dos palabras: g ozar y desp reciar. y cual es esa fuerza? ¿Hai una fil osofía que pueda levautar en el corazon del pue blo esa barrera? ¿ Hai una lejislacion que ~aste para mantener esa barrera, para levantarl~ en el fondo del eorazon? N o señores, todos vosot ros 10 sintis, ni la filosofía ni la leji!;;lac ion llenarán esta falta. Quien la llenará pues? Voi á decíroslo: es la doctrina cris­tiana, es la iglesia cristiana. (Movimiento en sen­tiuos diversos.) Digo que la enseuanza de la ~ gl e sia, que se trata de devolver al pueblo por la hbertad, opone pre­cisamente un dob le remedio á ese doble peligro, y que á los males gozar y despreciar, la iglesia opone una doctrina que puede reasumirse en estas otras dos palabras: abstenerse y respetar. Y yo añado que esas dos palabras reasumeD. su accion social y política,y digo aun otra vez, que no miro la cuestion sino bajo el punto de vista social y politico. Abstenerse desde luego! Sí, ella lo ha enseñado en todo tiempo al rico como al pobre,. ha dicho al pobre: "N o qui tarás el bien de otro, y no solamente no 10 quitarás, sino que no 10 codiciarás;" es decir: No escucharás esas enseñanzas pérfidas que soplan sin cesar en vuestras almas el fuego (le la codicia y de la envidia. (Ruido.) Resignaos á la pobreza labor iosa y sereis recompensados é indemnizados enteramente. Hé aqu ¡ lo que ella ha. dicho hace mil años á los pobres, y ellos lo han creido h asta el dia en que se ha arrancado la fé de su corazon, y un momento despues ha entrado en él, el horror del estado l)oci al. Pero inmed iatamente despues, esta iglesia que no ti ene dos morales, dos fees, dos freno s, uno para el rico y otro para el pobre;, esta iglesia se ha vuelto hácia el rico, y despues de haber dicho al pobre: "Abstente del bien de otro," ha di cho al rico: "Abstente de tu propio bien," Es decir: sabe que eres responsable del empleo de tu último sueldo, no uelante de la lei ni delante de la sociedad, sino dela nte de Dios; qne le darás cuenta ,del empleo de la última partícula de tu for tuna, y que si has sacado a lguna cosa para goces superfluos y cul­pables ,serás castig ado. Hé aquí lo que dijo al rico, y el rico la ha escuchado durante mil años. (Inter­rupcion. ) Sí, ella ha enseñado á los ricos que debian hacerse perdonar sus riquezas por la caridad; ella les ha dicho: "Despojaos de aquello de que podais disponer en favor de vuestros hermanos, y ellos 10 han hecho, y durante mil años, han cubierto la Europa de fundaciones de limosna, de hospicios, de obras de caridad de todas clases, que durante mil años han sido la inagotable caja de ahorros del pueblo, el patrimonio perpétuo de los pobres) la verdadera lista civil de los indijentes, y que solo una lejislacion fatal, á mi entender, ¿la ha im­pedido renacer. He aqui lo que la Iglesia ha hecho durante mil años para reprimir el deseo escesivo de los goces· entre los pobres' y el abuso de ellos entre los ricos. (Nuevas interrupciones.) Muchos miembros-No se oye nada! El P 1'esidenle-Es evidente que no se puede oír en medio de semejante ruido. Quere!s hacer silencio? M. de Montalembert. Ahora, que es lo que ha hecho la doctrina cristiana en favor del respeto y de la autoridad 1 Oh! Aquí, Se ñnl'es, no debo temer las interrup­ciones; porq ue ell a se ha ídéntificado con el respeto; ella ha creado para la auton dad, cualquiera que sea, el derecho di vino •••. no solo como se ha locamente creido y dicho-, en favor dela monarquía y del poder hered itario, sino que ha creado este derecho en favor de toda especie de poderes. (Rumores.) t,Quien podrá negar esto 1 Es elemental (Ruido prolongarlo. ) Muchas voces-Pedid la suspension hasta mañana. M. de lI!Iontalembert-En efecto, sup/jco á la Asam­blca que se sirva diferir la discusion hasta mañana. El Presidente-El orador está muí fatigado y pide que se difiera la di scusion para mañana. (Si! Si.) SESION DEL 20 DE SBTIEMRE. M. de llfontalembert-Seño)'e~, sentiria haber dicho ántes de ayer alguna cosa que pudiera interpretarse como un ataque directo contra las instituciones que ha dado la Francia despues de 1879 .•••••••••• ........................................... Usaré del mismo lenguaje que usé en la monarquía, con la misma consagracion y desinteres, en la monar­quía que estaba enferma del mi:.mo mal que vosotros y que al fin se la llevó. (Movimientos.) , Permitid plJeS que yo os recuerde que teneis ¿ vues­tro lado y á vuestra disposicion la fuerza social, la verdad social que ha servido de base á la sociedad antigua y que debe y. puede servir de- base á la ~o­ciedad moderna. Esto no quiere decir que e!la se haya identificado con ning una de las sociedades anti auas' ella las ha hecho .,.ivir y les ha sobrevivido; á su turn~ os hará vivir tambien sin identi ficarse con vosotros, porque e lla no se identifica con ningun réjimen, ni mas con la democracia que con la monarquía, ó la aris tocracia. Pero sÍn identificarse con ningun réjimen hace vivir á los que no la rechazan; los ~ostiene les da la mano y los penetra de una vida superior y durable. Examinando delante de vosotros donde reside y como debe propagarse esa fuerza social de la verdad cristiana, he manifestado q uo ella no podia difundirse sino por medjo de la ed ucacion, y que p.sa educacion no podia ni debía darse al país sino en virtud de la libertad. Entónce3 he sido conducido naturalmente á exami­nar si la educacion pública, tal como se halla orga­nizada actualmente en F rancia, basta para dar al pa ís la fuerza moral, porque si ella bastase, es seguro que yo no vendria á pediros reformas, tan solo por el placer de establecer derechos y libertades teóricas. P ero me he visto forzado á dedu cir que no bastaba para satisfacer ni las necesidades morales ni las inte~ lectuales del país. Con este objeto emití aserciones que os han parecido contestables y me admiré de ello porque yo las creia fuera de toda discucion. ~omo entónces no te nia á la vista las piezas nece­sanas para confirmas lo que me tomé la libertad de deci r, volveré á aquellas aserciones. Hai eutre ellas, una que eseitó tantos clamores en €ste recinto que os pido permiso para repetirla y probarla. Digo que segun las autoridades mas competentes, tanto la instruccion superior como la secundaria, ofrecen ménos recursos que en sa. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. COLABORADORES. SIN ORDEN NO HAI LIBE TAD. Dividida se halla la República en partidos políticos; pero estos partidos todos convienen en un principio fundamental, cual es, el principio democrático; porque si bien 10 vemos, no hai quien prete llla cambiar las instituciones republicanas por otras diversas, por mas que se haya querido hacer creer en soñados planes monárquicos en la Nueva Gra­nada. Los mismos que han hecho valer tales especies, si quieren ser de buena fÁ, nos concederán que cuando así se espresaban no estaban convencidos de ello. No disienten nuestros partidos sino en puntos secundarios de administracion, y esto no es estraño sino mui natural, puesto que no todos los hombres pueden pensar de la misma manera ni sus partic ulares intereses son semejantes. Tellemos pues, un principio comun y un principio que es el fundamento de todos los demás; por consiguiente no puede haber un motivo fundado para temer tras­lornos, si es que se procede de buena fé. Tenemos tambien una necesidad comUll; y nece­sidad en que están envueltas y de la cual dependen todas las demás. Esta necesidad es el órden y la paz pública. Triunfe el partido que triunfase en las elecciones, su primera necesidad es el órden, es la paz. Tanto los intereses públicos como los particulares padecen y retrogradan inmensamente cuando se altera el órden legal; porque no se crea que pueda un partido componer las cosas apelando á las vias .de hecho, pues que no durará muchos mese& sin ir abajo por medio de otro trastorno. Para que no sucediera esto, seria necesario que el un partido esterminara al otro, es decir, que la mitad de la República asesinara á la otra mitad, 10 que no ee: muí fácil de hacer. Cuando no se disputa por un principio fundamental sino por principios secundarios que todos emanan de otro en que todos convienen, y se apela á las vias ,de hecho, el resul­tado es la anarquía jeneral y los pueblos en e'ste estado, aburridos con el desórden y la inseguridad, apelan al primero que les ofrezca garantías de órden sin pensar en otra cosa, y hé aquí establecido el despotismo, cuando se pensaba establecer la libertad. En ningun paí~ hai mas riesgo de que esto suceda como en la Nueva Granada, si llega á introducirse el abuso de querer componer cada uno las cosas á su modo por medio de revoluciones, porque los hombres que se ocupan en la política de una ma­nera positiva son pocos con respecto á la gran mayoría de hombres trabajadores y pacíficos, que miran con una especie de indiferencia las cuestiones públicas miéntras se les deja g(lzar de paz y órden, mande quien mandare; pero en tocándose en estos puntos, en viendo el país trastornado, sus intereses espuestos y aun sus vidas, sUs especulaci<.'nes paralizadas ó perdidas &.c. entónces no piensan ni piden otra cosa que órden y venga como viniere, y á tal punto podrian venir las cosas si se llegase á dar entrada á los desórdenes que, el resultado fuese la total pérdida de las instituciones liberales, porque á ellas se culpan siempre de los males que producen sus abusos. Nosotros, como ya 10 hemos manifestado en otro número, estamos dispuestos, á recibir con gust.o y á sostener al majistrado que el Congreso elija, y quisieramos que todos pensasen lo mismo, porque este es el único principio que puede salvarnos; pero parece que no todos piensan así; parece que hai individuos que solo quieren mirar como lejítimo majistrado á su candidato y nada mas; como si el Presidente de la República, que debe ser como una propiedad de todos, lo hubiera de dar un partido con preferencia á otro que, con los mismos títulos pretenderia tener el mismo derecho. Esto no solo está fuera de los principios republicanos que tanto se proclaman sino que es contrario al sentido comUD. Ya se está poniendo en juego la especie de la in constitucionalidad de la eleccion del Dr. Cuervo, como se hizo con el Dr. Márquez para la revolu .. cion del año de 40; pero si entónces la Constitucion presentaba alguna duda en el caso, la actual nQ la presenta absolutamente, porque hablando de las causas de falta en el Vicepresidente, despues de asignar las de muerte, renuncia ó destitucion agrega, ó cualquiera dtra, comprendiendo así la ce eleccion para la presidencia . En la anterior Constitucion no habia esta frase y bien se pudo cuestionar sobre el punto; pero al presente, querer decir que la eleccion que pueda hacerse de presidente en el vicepresidente es inconstitucional, es querer sumi­nistrar pretestos para trastornos; pero pretestos enteramente temerarios y groseros, que únicamente pueden obrar en el ánimo de los mas ignorantes, mas no en el de los representantes del pueblo que conocen la Constitucion. No por esto se crea que nosotros nos proponemos defender ~hora la candidatura del Dr. Cuervo con esclusion de la del Dr. Gori. No; nosotros estamos en todo caso por cualquiera de los dos miéntras no se haga la eleccion, porque en haciéndose no estaremos por otro que, por el que haya resultado EL NAC ONALQ ( electo; sin 'ponernos él pensar en si en las votaciones se trabajó de este ó el otro modo para obtener votos, porque tanto hic ieron los unos como los otros para ganar .en la campaña e1eccionaria; esto ha sido público á todo el mundo, y sobre todo, á los rejistro legalizados en que no al!larecen nuliJades, es á lo qu debe atenerse el Congreso, y á 10 que nos debemos atener todos y no á lo que cualquiera. diga, porque esto seria sostituir el parecer de cada uno á la lei, de cuya comparacion con los actos es que se debe juzgar de su validez ó nulidad. Todo lo que de aquí salga es proclamar principios anárquicos, es sancionar la demagojia, es caminar al estado salvaje. Tenemos la satisfaccion de estar persuadidos de que', en todas las provincias de la República hai una gran mayoría sensata que mira con horror todo lo que t iende al de~órden, y de consiguiente que se opondrá de todos modos y en todas direcciones á c ualesquiera tentativas que el espíritu demag6jico quiera realizar. Nosotros dirijimos nuestra voz á esa gran ma­yoria de hombres pacíficos, juiciosos, emprende­dores, que buscan la subsistencia ó el aumento de su fortuna por medio de su trabajo sin aspirar á destinos ni mucho ménos á medrar á favor de la anarquía; nos dirijimos á todos ellos, encareciéndoles, mas que nunca en esta época de vértigo universal, la necesidad tan imperiosa en que es1a.mos de conservar el órden y la paz á todo trance; porque si nos deslizamos un paso siquiera, el abismo que nos aguarda no tiene fondo. Rodaremos de reyo­lucíon en revolucion hasta aniquilarnos; la anarquía nos devorará, y por último resultado, el país retro­cederá á la barbarie y acabaremos por ser presa del despotismo. Preferimos siempre una .ma]~ presidencia por cuatro años, á una revolucion que ocasiona males incurables, males eternos. Sea esta nuestra máxima, si queremos existencia social, y si queremos dar una leccion de cordura a la delirante Europa. • ee,. BELLAS ARTES Con el objeto de fomentar en la N lleva Granada el gusto por las bellas artes, y en especial de la pintura, escultura y arquitectura, nos hemos pro­puesto destinar una parte de las columnas de El Nacional, para hacer publicaciones interesantes y curiosas, dando noticias sobre las vidas de los mas célebres artistas y de algunas de sus obras inmortales. Estas noticias que ofrecemos á nuestros com­patriotas, las tomamos pt'incipalmente de una célebre obra recientemente publi,cada en Barcelona con el título de "Museo universal de pintura y de escultura, y galería europea de las a7 tes '!I de la historia. Con estas publicaciones creemos hacer algun bipn al país, tanto porque ellas deben llenar el objet:> que hemos indicado, como porque además distraerán un poco los espíritus de las agrias cues­tiones políticas de que esclusivamente se ocupa hoi la prensa periódica de esta capital, para enconar los ánimos provocándolos á un choque. Un pueblo amante de las artes debe ser pacífico, porque ellas no prosp eran sino á la sombra de la paz. En la Nueva Granada hai mucha predispo­sicion para ellas, y especialmente para la pintura. Fomentemos, pues, el espíritu artístico; formemos el gusto, suministremos pábulo á esta noble aficion, y lograremos distraer una ,g¡-un parte de los ánim~s que se ocupan de la pohtica como por entretem­miento. Por este medio la ilustracion tomará nuevo vuelo; tomará un jiro mas seguro, porque nece­sariamente , las personas que se aficionan y dedican á estas artes, tienen que tomar conocimientos varios en otras ciencias, que son sus ausiliares. La ilustrasjon de un pueblo no consiste en qlle todos hablen de política, porqu~ para hablar de política poco se necesita,y la prueba la encontramos á cada paso que demos en la calle del comercio, donde encontraremos por donde quiera corrillos de hombres ignorantísimos hablando de política. 1 .. a ilusiracion de un pueblo debe graduarse por la difu sion que haya en sus masas Jo los conoci­mi entos científicos y artísticos. Entre nosotros todos disputan y todos deciden sobre cuestiones pollticas, pero si se necesita un injeniero ó un buen artista, tenemos que traerlo de Europa Ó de los Esta­dos Unidos. E sto junto con los Alacran~s, da mui mala idea de nuestra ilustracion. Tratemos pues, de fomentar en el pals los cono­cimientos útiles, y no DOS hagamos la guerra como bárbaros, por discutir en puntos secundarios de política, ni tampoco la hagamos á los estranjeros que vengan á traernos los conocimientos que nos faltan, aunque sean turcos; porque Voltaire decia que 10 bueno debia recibirse aunque viniera de mano de un turco. En la série de artistas de cuyas vidas y obras vamos á dar razon, no s eguiremos rigurosamente el árden cl'onolójico, y así daremos principio por la noticia historica de Leonardo de Vinci, la cual presentamos en un lijero compendio lo mismo que las subsiguientes. En la época del renacimiento del buen gusto en las bellas artes, los florentinos fueron los que mas sobresalieron, y entre los hombres de jenjo 3 mas notaLle que de entre ellos descollaron, debe hacerse mension honorifica de Leonardo de Vinci, reputado como jefe de la escuela florentina. Nació en el castillo de Vinci en el año de 1452, y por esta circunstancia recibi6 su apellido. La naturaleza le habia dotado con los mas preciosos dones y de todos supo sacar partido. Así fué que cultivú con éxito, no solo las tres artes que t.ienen relacion con el diseño, sino tambien las matemáticas, la mecánica, hidrostática, la poesia y la música, Todos los ejercicios del cuerpo le eran igualmente familiares, y hermanaba con estas raras cualidades una fisonomía noble i ~raciosa y una fuerza corpo­ral estraordinaria. En esta parte el caballero Bayardo hubiera tenido que admirar en él. Luis XII favoreció en todas épocas durante su reinauo á Leonardo; pero á pesar de esto, volvióse el artista á Florencia deseoso mas de sobresalir en el ejercicio de las bellas artes, que de obtener los favores de los príncipes. Entre las varias obras que ejecutó entónces, despues del cuadro grande del bautismo de Jesucristo, debe hacerse mencion de la célebre cena admirada jeneralmente. En Florencia pintó la batalla en que fué derrotado Nicolas Piccino, uno de los mas hábiles jenerales del Duque de Milan. Este cuadro no llegó á concluirse; pero ha quedado de él un carton que representa varios caballeros disputándose una insignia. En esta obra admirable, la cólera y la zaña de los caballos está espresada con tanta per­feccíon, como la de los hombres. Leonatdo era tambien un escelente mecánico. Alabóse de él sobre todo, una máquina teatral construida con moiivo de las bodas de Juan Galeas, y en la cual los planetas iban rodando por su órbita y uno en pos de otro venian á entonar el himno epitalámico. Inventó tambien una lira de plata de una forma particular de la cual sacaba los mas armoniosos sonidos: fabricó un leon aulómata que despues de haver dado algunos pasos delante del rei Luis XII se detuvo y se levantó sobre sus pies traseros; entónces se abrió su pecho y dejó ver las armas de Francia. Inventó además muchos instrumentos y por último, como injeniero é hidráulico supo vencer dificultades insul>erables uniendo el canal de Mar­tezana con el de Tesino. En el año de 1515 des· contento Leonardo, á causa de las rivalidades que cada dia atajaban sus pasos en Italia, aceptó la propuesta que le hizo Francisco I. nuevo rei de Francia, y pasó á Fontaine Bleau donde aquel monarca le recibió con muestras del mas tierno afecto. Habiéndose enfermado gravemente, cierto' día que el rei entró á visitarlo, quiso incorporarse entre la cama por respeto; le hablaba de sus padecimientos y espresábale al monarca el senti­miento de no haber podido levantar su arte á un mas alto grado de esplendor. Dióle entónces un para ismo, preludio de la muerte.; el rei se acercó á él para socorrerle y Leonardo murió en sus brazos á la edad de 75 años en mayo de 1519.- Los cuadros de L eonardo de Vinci son bastante raros, y por lo mismo se venden á precios exhorbi­tantes, aquellos cuya orijinalidad no es posible poner en duda. Es de advertir que muchas vecés se le han atribuido cuadros hechos por Luini, uno de sus discípulos; pero los conocedores en el arte no se engañan fácilmente. LA CENA DE LEONARDO DE VINCI. E ta es la obra que acaso ha hecho mas henor á Vinci: he aquí el cuadro mas popular que acaso se ha conocido. Con efecto ¿ quién no conoce la cena de Leo­nardo de Vinci?, ¿ quién no ha oído alabar este cuadro, ó no le ha alabado él mismo con exaltacion, con entusiasmo verdaderamente artíst,ico J ¿ Quién no ha visto ó no posee algun grabado que repre­sente mas ó ménos esacta y felizmente esta pintura admirada de tantos por mas de cuatro siglos? Al representar la cena de Jesucristo con sus ap>óstoles, ha escojido Leonardo el momento en que el Salvador dice á sus discípulos, que uno de ellos le venderá. Todos manifiestan su sbrpresa, y Judas parece que res ponde precipitadamente acu. sado de su mala conciencia: "Soi yo por ventura, maestro ?" No es posible en verdad, encontrar un conj'unto mas sencillo, mas noble ni mas hermoso, bien sea en la reunion de los grupos, ó bien en el conjunto de la composicion. La vivacidad, la verdad y la ~lObleza de las espresiones, todo da muestras de un profundo estudio del corazon humano. Además de esto, la grande variedad de los caractéres de cabezas, es una prueba de que se han copiado del natural. En una palabra, el cuadro es sublime, y los pintores pueden sacar de él escelentes lecciones; la fuerza está aquí hermanada con la verdad y la la nobleza. Es preciso sin ceguedad, y tiene una. finura de pormenores que en nada daña al efecto jeneral. En esta pintura apuró el artista tanto los primores del arte, que todos á una voz confiesan que nada puede aventajarle, ni en dibujo ni en espresion,ni en dilijencia,ni en colorido. En especial, están pintadas eon tanta belleza las cahezas de los dos Jacobos, que al llegar' á la de Jesucristo ya no pudo Vinci encontrar mayor belleza, y enfadado h\. dejó en b-osquejo. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. En la vida de Vinci escrita por Don Fresne se refiere, al hablar de este cuadro que , pareciéruiole al prior del convento, para donde se pintaba,. que la obra duraba mucho, se quejó varias veces de ello al pintor y aun al mismo Duque, quien hablando con L eonardo sobre esto, supo que solo faltaban por acabar la cabeza de Cristo y la de Judas. "Me cuesta mucho trabajo, dijo el artista, formar idea completa de la belleza que debo dar á la fisonomía del Hijo de Dios; que en cuanto á la que corresponde á la del hij o de infierno, ya la tengo en el pensamiento, y no deja de suministrarme idea para ella el jesto de este fraile que tan groseramente nos importuna" Este cuadro está pintado al o li o en la pared del refectorio de los dominicos de .!Hilan, y fué ejecutado por órden de Ludovico Sforcia, lIamaJo el Moro,gran favorecedor de los hombre s de t alento, quien hizo ir á Vinci á Milan á dirijir una academia de arquitetura, señalándole quinientos escudos de pension anual. Aseguran que Luis XII quiso trasladar esta pintura á Francia cuando poseia el ducauo de Milan; mas como era necesario llevarse tambien la pared, la dificultad de la operacion fué causa de que se abandonase la empresa. La humedad ha deteriorado bastante esta pintura. El emperador Napoleon mandó sacar de ella una copia en mosaico. ~En 1815, no estaba concluida aun, y despues CUil.. ~o lo fué, se llevó á Viena. Existen de este cua",ro varios gravados y litogra­fías; entre los primeros uno mui antiguo, hecho por Soutman en vista de un diseño de Rubens. Tiene de ancho el orijinal 18 pies y de alto 8. REFORMAS CONSTITUCIONALES. En pocos meses han publicado varios periódi cos de esta ciudad; sus proyectos de Constitucion y parece al ver el empeño que se toma en esto, que todos los males que padece ó puede padecer la R epública , dependen de que nuestra Constitucion no es buena. Nos parece que en este punto está la gran diferencia entre el partido liberal y el conservador. El primero cree que todos los males del país dependen de la Constitucion y que esos males cesarán en el momento que aquella se reforme segun sus ideas. El segundo está'; léjos de creer que nuestra ConstituclOn s a una obra perfecta y no se opone á que se reforme; pero persuadido como lo está de que por buena que sea la Constitucion nada se ad ~lan ta sino es observada; de que no bastan las leyes por sí solas para h acer que ellas mismas y la Const ;tucion sean cu mplidasj pues que no 10 serán miéntr'as que caua individuo no tenga voluntad de cumplirlas cemo ciudadano, y de hacerlas cumplir si es majistrado, cree que lo que mas interesa no es reformur la Constitucion, sino procurar reformar los individuos, crear en el mayor número la voluntad de cumplir Jo que ordenen la Constitucion y las leyes, hacer enfin , reformas mo­rales, porque de otro modo las C~ustituciones son libros '!I las leyes papeles, como diJO un grande hombre. Sean cua les fu eren las penas impuestas por las leyes contra 108 que contra vengan á ellas, si esas penas no se aplican, es claro que son como s i no exis' tieran. Se nos dirá que cuando el encargado de hacer cumplir las leyes, no lo h aga, estas mismas dan los medios de exijir la respon 'abilidad al majistrado que no haya cumplido con 8U deber, y nosotros decimos que si á su vez ese majist rado que debe exiji rla, no tiene tampoco la voluntad de hacerlo, iremos á parar al mismo punto; es decir qu e miéntras el juramento que prestan los majistrados sea de mera fórmu la, las leyes son del todo impotentes, por si solas, para hacer que ese juramento sea cumplido. D e todo esto dedu­cimos nosotros que la r eforma mas n ecesar ia es la r eforma moral de los individuos, sin la CUfl J no hui so:iedad posible, cuando la corrupcion ha llegado á cierto punto. Ambos partidos quieren pues,que se hagan reformas, pero el uno cree que la primera de estas debe ser á la Constitucion, y el otro, que deben prímero re­formarse las partes y despu es el todo. De nuestras ideas ántes espresadas se infiere, que todo individuo que desee sinceramente el bienestar de su patria y quiera por tanto contribuir á él, debe empezar por reformarse á sí mismo, d~ manera que cumpliendo cada uno, no solamente con sus deberes de ciudadano, sino tambien aquellos á que esta obli­gado en todas las circunstancias de la vida , co ntribuya por su parte á la reforma. de la sociedad entera . En esto deberia cada uno tomar el mayor empeño, porque el cuidado de hacerse cada dia mejor, es una parte de la educacion en que se piensa poco, á pesar de que es de alta importancia p ara cada miembro de la sociedad y para el cuerpo entero. La educacion no debe a.cabar el tiia en que se sale del colejio, ella debe continuar hasta el fin de la vida' pero la educacion del hombre ya formado deb~ ser continuada por el mismo. i Por qué, en este siglo en que tanto se piensa en el progreso material é intelectual del individuo? ¿ Si se hacen tantos esfuerzos por llegar al último grado dé per­feccion en las ciencias y en las artes, por qué se piensa tan poco en pe:feccionar el ser moral del individuo? Se deSCUIda tanto su parte moral? ¿Será por ventura, ménos interesante la moralidad que el saber? No lo creemos así, por el contrario, EL NACIOI'AL. pensamos que vale mas la primera que el segundo, ó mas bien, que el segundo sin la primera es per­judicial; creemos que si el hombre es malo, vale mas, para él mismo y para la sociedad, que sea ig norante,porqne el saber es como el cuchillo, bueno ó malo segun el uso que se haga de él. Lo mismo que decimos del saber puede decirse de las garantías individ uales en los paises libres. La garantía que tiene el ~iudadano de que no sea allanada su casa, es muí buena, mui justa; mas ¿ Cuantas veces esta garantía favorece al monedero fal so, al ladron &c1 Y el precioso derecho de la li bertad de imprenta. ¿No e3 un veneno corrosivo c ua ndo h acen uso de é l hombres que no pi ensan s ino en sat isfacer sus pasiones, porque creen que 3U único objeto sobre la ti erra es g ozar? ¿ Y qué diriamos si como algunos pretenden se impusiera. como deber á t odo ci uJauano el de de'rribar á las auto ridades que se diga hacen uso de facultades que no les estén presc ritas lJor las leyes? ¿Dónde iria á parar la sociedad si tales disposiciones llegaran á pone rse en práctica? A la barbárie, sin duda; sin embargo, con los principios que empiezan á estar en boga en nuestro siglo no es dificil llegar á a4uel estado, y llegaremos mal que nos pese, si continúan pro­gresando como hasta aquí, las ideas volterianas. Aunque creemos que la reforma individual de que ántcs hablamos seria el verdadero medio de h3.cer cesar el malestar que se ha apoderado de ·todas las sociedades modernas, no nos alucinamos con la creencia de que tal reforma llegue á realizarse, y por lo mismo creemos que el mal de la jeneracion presente no cesará para ella misma, es decir, que e l bien debe procurarse para la jeneracion que viene y el medio de procurar este bien debe ser la educacion; pero no la educacion dirijida únicamente al entel1llimiento sino la que vii directamente al corazon; esa que dá fa relijion cristiana y que solo ella puede dar. Miéntras no impere el cri tianismo en las socie­dades que en su principio fueron fund adas sobre é l, , tales sociedades marcharán a su ruina, y no habrá poder humano capaz dG salvarlas. Las costumbres , las leyes , los usos; los intrresE's mas caros al hombre, la familia y la p ropiedad; sus mas santos é imprescriptibles derechos, la libertad y la seguridad, todo en las sociedades que civilizó el cristianismo está basado en los preceptos de esa relijion augusta que con su inmensa caridad con­vierte en bien del hombre, las mismas penas con­siguientes á la vida; todo en estas sociedades está, si puede usarse la espresion, impregnado de su esp íritu vivificante; el cristianismo es, pues, ]a firme roca sobre la cual está asentado el eimiento del euific io social, y si pretendeis quitar la roca sin q ue caiga el edificio, pretendereis un absurdo g rosero. Sin embargo, hai por desgracia del jénero humano, ut.opistas que pretenden sostener la socie­dad y aun hacerla ade lantar destruyendo el imperio del cristianismo. No lo conseg uirán es cierto; pero mié ntras la esperiencia les hace conocer su f r ror, cuántos males no tiene que sufrir el mundo! P retenclerá n los novadores auquirir un grado mas alto de libertad que el cxi 'tente hoi en Jos paises mas democráticos y, sin remedio alguno irán á. parar al despotism o, despues de sufrir todos los horrores de la a narqu ía. E se azote será un justo castigo de su lo co org ullo , y los que pretenden perfeccionar la obra de Dios contraviniendo á sus preceptos sufrirán el condigno ca. ilgo e n las consecuencias de sus princi pios antÍsocial es. El orgullo impelió á Adan á querer ig ualar en poder al mismo Dios, para ser mas libre de lo que Dios lo hiciera; su castigo fué quedar esclavo rde sus pasiones y la ju 'licia omni­potente condenó a.d emás á su descendencia. En nuestros dias se r epite la historia; el hombre quiere ser libre hasta el punto de no obedecer ni los pre­ceptos de Dios; quiere, como dic en los comunistas en Francia, el par a iso sobre la tierra. Pues bien, no queriendo obedecer á Dios, ménos ha de querer obedecer á leyes que hacen los hombres, ni á majis­h'ados que son hombres como él; no queriendo nadie o bedecer, la sociedad quedará di ueIta de hecho, habrá anarquía, y como bien claro lo dice la hi storia, tr?s la anarquía vendrá el despotismo, porque la anarquía no puede ser sino transitoria. La anarquía y el despotismo serán pues, el infi erno q ue han de conseguil' los que buscan el paraíso sobre la tierra. Si hubiere quien suponga que ]0 dicho á ntes no es mas que un sueño, lea la historia de F rancia de febrt~ ro á hoi, y alli encontrará p rlleoas en fa vor de nuestra opinion . Se nos dirá acaso que las doctrinas mas alar­mantes en Francia, ta1ea como el comunismo, &a, no pueden tener cabida entre nosotros, porque afortunadamente, el pauper ismo no ha llegado en nuestra patria al grado en que se halla en aquella y otras naciones europeas. A esto contest?remos que no se necesita que haya positiva miseria para que el comunismo ('unda en un país, porque esta teoría antisocial, no es precisamente efecto de la miseria, sino consecuencia lÓJica y precisa del volterianismo, y en prueba de ello, puede citarse el ejemplo de Inglaterra, país en que, como todo el mundo sabe, la miseria ha llegado á un grado mas alto que en Francia, y á pesar de esto y de estar á un paso del foco del comunismo, tal doctrina no ha pasado el estrecho ¿ y esto por qué 1 Porque la incredulidad no ha cundido allí como en Francia. El comu­nismo es el fruto del Volterianismo, nadie puede negar qlie tenemos ya el árbol; luego naturalmente debemos temer el fruto. Además, por desgracia, nosotros somos como un espejo en que vienen á reflejarse todas las teorías francesas, sobre todo las malas y aunque no sea sino por espíritu de imitacion, no faltarán apóstoles que prediquen esas doctrinas. Por otra parte, si el que no tiene abso­lutamente nada, tiene el derecho de quitar al que tiene algo, i Por qué el que tiene algo no ha de tenerlo para quitar al que tenga mas? Puesto que como es sabido, contra el 'torrente de las ideas no puede oponerse sino ideas; que las ideas producidas por la incredulidad, son la causa dd mal­estar de la sociedad y que contra esas ideas nada pueden las constituciones ni las leves mas sábins, justo y natural es que pensemos úrúe todo en p~'o­pagar las cloctrinas católicas que son las contral'lHS á las que amenazan la societlud. Aunqtle sea cierto como algunos creen, que no es posible que cunda el comunismo entre nos

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El Nacional - N. 37

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Deja que ocurra (Todo lo que nunca fuimos + Todo lo que somos juntos) (pack)

Por: Alice Kellen | Fecha: 2019

Esta joven promesa de las letras españolas sorprendió con Todo lo que nunca fuimos, la primera novela de la bilogía Deja que ocurra, en la que volvía a conectar con los temas que más gustan entre su público: amor, futuro profesional, viajes, familia... Con la segunda parte de la bilogía, Todo lo que somos juntos, Alice Kellen confirmó su calidad literaria y se consolidó como una de las jóvenes escritoras con más proyección de la narrativa romántica actual. Todo lo que nunca fuimos: Leah está rota. Leah ya no pinta. Leah es un espejismo desde el accidente que se llevó a sus padres. Axel es el mejor amigo de su hermano mayor y, cuando accede a acogerla en su casa durante unos meses, quiere ayudarla a encontrar y unir los pedazos de la chica llena de color que un día fue. Pero no sabe que ella siempre ha estado enamorada de él, a pesar de que sean casi familia, ni de que toda su vida está a punto de cambiar. Porque ella está prohibida, pero le despierta la piel. Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles. Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.   Todo lo que somos juntos: Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, Leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería. Y, pese al pasado, Axel necesita formar parte de un momento como ese. Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Leah tiene que tomar decisiones que pueden cambiarlo todo, porque, a pesar de lo que ocurrió, los recuerdos de toda su vida siguen ahí; intactos, bonitos, únicos. Colándose en cada grieta que aún no ha cerrado.  Porque él sigue siendo el chico que aún no ha olvidado. Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles. Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.
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  • Autores españoles
  • Literatura
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