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Fecha:
12/07/1864
TRIM. I. AÑO U. Bogota, 12 de julio de 1864, NUMERO 58,
ARQ.UIDiócEsis DE S.ANTAFE DE BoGOTA.PRESIDENCIA
DEL VENERABLE CAPÍTULO
METROPOLITANO.-BOGOTA, 9 DE .TULlO
DE 1864.
Al señor Secretario de la. Vicaría. jeneral.
El Venerable Capítulo Metropolitano, acordó
que se publicaran por la imprenta las actas
de las sesiones de 1.0 i 5 del corriente, en lo
que dicen rclacion con el señor ~resorero Dignidad,
doctor Ma.nuel Fernández Saavedra.
Para que sea cumplido lo resuelto por el Capítulo,
acompazío a U. en dos fojas útiles una
copia autorizada por el señor Secretario de la
Corporacion, a fin de que se le dé publicidad
en 11.El Católico.''
Soi de U. mui atento servidor,
MANUEL 1\1. SAIZ.
En ·la sesion del Capitulo Metropolitano del t. o
de julio de 1864, el señor Tesorei'O Dignidad doc-
1 tor Manuel Fernández Saaved1·a, como Presidente
del Capítulo indicó, que el objeto de la reunion
eran dos asuntos de poca entidad, i ot1·o de alguna
gravedad, e hizo luego ésta proposicion: "Se
rest:rbleee al señor :E!·aucisco Sánchez, en los destinos
de sacl'istan men01· de la santa iglesia catedral,
i portero del Capítulo. " Puesta a discusion
fué negada por todo el Capitulo con escepcion del
.
1
voto del señor Saavedra que fué afirmativo, i quien
es puso se espt·esase así en la acta, i que protestaba
1
contm la resolucicn del Capitulo, agregando :
'e Que una Corporacion, que procedia en contra
ele lo que propuso i de un modo indigno, no merecia
que un caballero estuviese en t:lla. ~~ Se reti-ró
de un modo inufbano, ofendiendo a la Corporacion
i sin pone1· término a la sesion. El Capítulo
continuó presidido por el señor doctor Saiz, i resol·
YiÓ unánimente: u Improbar del modo mas espre''
so la estraña e inegular conducta del señor
" Saavedra como Presidente i miemb1·o del Capí"
tulo, en haberse retirado de un modo indigno,
" con ofensa e injul'ia de la Cm·poracion i de cada
" uno de los miembros del Capítulo. Que se pase
" copia de la presente acta al Ilustrísimo señor
" Arzobispo para su conocimiento i demas fines. "
neunido el Capítulo el dia 5 del mismo julio se
resolvió lo siguiente: "Se 'Priva de la concuH
rrencia a las sesiones capitulat·es pot· el término
"de dos meses, al seño1· Tesorero Dignidad, doc"
tor l\fauuel Fernández Saavedra pm· las faHas
" cometidas en J::r ses ion del 1. o del corriente. Esta
" resolucion se halla eu consonancia con la dis"
posicion canónica, Capítulo i1·rejragabili 13
" de officia ordinari, que dice : " Exccssus
" Canonicorum cathedralis ecclesice qui consue'
( ve?·unt corrigi per Capit'ltlum." Comunfquese
" al señor Tesorem, i pásese el correspondiente
'' aviso al Prelado Metropolitano."
Teniendo el Capítulo vehementes sospechas
de que el seno¡· Tesot·ero Dignidad, doctot· Manuel
Fel'tlández Saavedt·a, jm·ó lisa i llanamente
In Jei de 23 de abl'il, seguu consta por el "Rejis-
1 tro Oficial, " numero 139, de 24 de noviembre del
mismo año ; i que ademas ha continuado funcionando
a pesar deJas ~ensuras fulminadas por Nuestro
Santísimo Padre Plo IX, en su Encíclica de 17
de setiemb1·e, i por el Ilustrísimo seño1· Arzobispo
Metropolitano en las resoiuciont:: de "2 i ao de
·oct'u'bre del mismo año, contra los Saeerdotes que
hayan prestado el jm·amento lisa i Jlanamente.
Resuelve : '' El Capítulo no se reunirá con el espl
·esado seiwr Saavedra para ninguno de los actos
relijiosos i económicos de la catedral hasta tanto se
vindique o se retracte, a no ser que disponga otra 1
cosa el Prelado, a quien se dan\ cuenta. Sin que
por ésto se entienda que el eapítuJo l'eD'I.HlCia el
derecho que tenga de examinat· a su tiempo, otros
graves cargos que resultan contra el espt·esado
señor Saavedra.,
SAIZ-PLATA-ANAYA-CALVO-TOSCANO.
Es copia-Toscano, .Secr·etario.
El domingo 3 del corriente se reunió la Sociedad
de San Vicente de Paul en la sala capitular
del Convento de la Candelaria, i elijió
para su Presidente al señor José Joaquin Ortiz,
para Designados a los señores Venancio
Ortiz i José Caicedo Rójas; para Tesorero al
señor Ricardo Carrasqulila, i para Secretario
al señor Graciliano Acevedo.
El señor Estévan Cuenca, como Tesorero en
el semestre anterior, presentó la cuenta com·
probada de los fondos recaudados i de la inver·
sion que han recibido7 i se pasó al señor J oaquin
Ujueta, para su exámen i fenecimiento.
Allí se vi6 por cuarenta i nueve socios qne
concurrieron, todo el bien que esa Sociedad ha
hecho, todas las lágrimas que ha enjugado en
los últimos seis meses, i despues de leer la
espresiva e interesante memoria que con relacion
a ellos presentó el Presidente saliente,
el jóven Juan Buenaventura Ortiz T. pronunció
el discurso que adoptamos como artículo
editorial, porque es mui digno de ocupar tal
lugar en las columnas de " El Uatólico. "
Dice así:
Señores:
Por quince veces ya, el sol del meridiano ha
encontrado a los hijos de San Vicente reunidos en
sesion capitula¡·, ¡Bendita s~a la Providencia 1
Mae de siete años hace que se fundó nuestra So- 1
ciedad, i de entónces acá, ¿ cuánto bien se ha
hecho? Nosotros no lo sabemos; pero nuestros
nadamiento del yo, Ja inmolacion completa del
que todas las cosas finitas est<\n igualmente distan- J
1 amor p-t'opio en el alta•· de Dios i de fa beneficencia,
tes del infinito, siempre habt·á en la sabiduría El orgullo es egoista,buf'lon, maldiciente, m a lévoincreada
arcanos .que no estú~1 al alcan~e deniugu- ¡Jo, desdeñoso; i la cal'idad o conoce el egojsmo,
na razon creada, 1 que creen 1 adot·an sm compren- ni Ja burla, ni la maledicencia, ni el desden. El
derlos, aun los espíritus que están mas cerca del orgullo exlje sacl'ificios, la caridad los hace, i ha
trono de Dios. Yo no sé la línea que separada el conquistado el mundo abrazada con la humildad i 1
campo de la razon i el de la fé pnt·a Adan inocente cubierta con el cilicio de la mortificacion.
i feliz, pero sí sé que u u estro prime1· pad1·e, se- Pat·ece que la P•·ovidencia se complace en burlar
1 ducido pot· el mal espfritn, quiso sah·ar esa Jtnea, los cálculos egoístas de la codicia i el orgullo, ha-
1 i que al rasgar con mano atl'evida el velo que Je cJendo surjir las mas grandes obras de las manos
ocultaba los misterios de Dios, en ,·ez de In brillan· mas débiles i de Jos mas humildes principios. Si
te luz que su engaüadot· le pt·ometiera, se encontró tuvieramos fé como un g•·ano de aren'l podl'iamos
entre las mas densas tinieblas con In mas espantosa bacet· cambiar de sitio a Jos montes: si tuvieramos
desventura. Si Dios pudie1·a S<'Utit· dolo1· lo habl'ia caddad como un grano de arena, podríamos consentido
entónces ; pet·o puede compadecer; i al vertir las piedt·as en pan pqra alimentat· a los povet
· a la mas qum·üla de sus cri~tnr:ls hecha esclava bres, porque la caridad repite todos )QS di as ese
i JUguete del infierno, una lágrima bt·otó de sus milagro. Muchas de las fundaciones que hacen la
ojos divinos, cayó en lo3 mas hondo d ~ l comzon gloria i el o1·gullo de la Europa cl'istiana fueron
del hombr·e i allf se fijó pal'a siempre. Yo la siento conce-btdas i llevadas a cabo por pobres, i pobres
allá adentro midiendo los JaUdos de mi pecho, sin mns pl'estijio que el se lH n hecho 'SUS señores, i
cultivan la índiferenéia donde no pueden scmb1·ar
, la impiedad. Si el bien que nosotros hagamos no
pesa algo en la balanza de lajusticia divina, ¿cuál
será nuestra suet·te ?
La miseria señor€s, la espantosa miseria recorre
triunfalmente ciudades i campos, nos pe1·sigue,
nos cerca, nos acosa por todas partes i a todas horas
con sus harapos i sus lamentos. Aquí encontramos
una familia de huel'fanitos desnudos, páli-
, dos de hambre i ateridos de fa·io ; mas allá un
pobre labriego mutilado t¡n los combates; adelante
una viuda que pide pa1·a desayunar a sus hijos ; i
ya no hai casa de refujio para esos pobres, no hai
hospital pat·a los enfe1·mos, i los que ántes aliviaban
mas misel'ias hoi tienén que implorar la caridad
ajena. Pero si los pobres que piden limosna
en las calles nos espantan por su numero, fos que
ocultan su miseria, los que no se ata·even a arrostrar
las humillaciones del mendigo son muchos,
machos 1 Dios solo sabe cuántas familias que án-
' tes tenian para sí i para los pobres, aguat·dan a
éstas horas que llegue la noche para que el sueño
les haga olvida¡· el hambt·e; cuántas madres oirán
1 llora1· de fl'io i de hamba·e a sus hijos sin poder
dat·les mas que cal'icias i lágrimas ! !
Pero hai otras miserias que han llamado sobt·e
sí toda la atencion de la cal'idad modema, las miserias
del alma: la igno1·ancia i la inmoralidad.
En otro tiempo los siervo~ de Dios se armaban de
la espada para defendel' a los pueblos amenazados
con la espada ; hoi necesitamos no ménos valor
para defender las almas amenazadas por las malas
doctrinas. Demos la luz que tengamos a los
que cm·ecen de ella; ese tesot·o divino pet·ece en
pode1· dQl avaro pero se aumenta entt·e las manos
del que lo pt·odiga. Que el Señor uo pueda acusar-
, nos de baba1· sido rebeldes a su gracia. Hagamos
el bien sin ahoa·rat· sacrificios. Si no podemos contener
el torrente de males i perecemos en su desborde>
al ménos en el dia tet·rible en que el Cmcificado
de Jemsalen venclt'á a pedir cuenta a la
humanidad del pt·ecio de su sangre, tendremos el
consuelo de oü· de su boca divina: " Venid benditos
de mi Padre al reino que os tenia preparado,
r pol'que tuve hambt•e i me disteis de comer, tnve
sed i me disteis de beber, estuve desnudo i me
cubristds. '' Dios i los pobt·es nos están mirando,
¿,quién de vosott·os quel'l'ia burlar sus espet·anzas?
HECHOS CURIOSOS.
TOMADOS DE VARIOS PERIÓDICOS DE ULTRA.MA.R.
La Iglesia de Enrique VIII i de Isabel vá espel'imentando
la necesidad de reformat·se de nuevo,
mejor dicho, de rejen.era¡·se. Es verdad que
ha poseído hace algunos años un símbolo en treinta
i nueve artículos ; ¿, pero cuál es el anglicano,
laico u obispo, que cree en ellos'? En una discusion
en la cámat·a de los I01·es, uno de los nobles
Pares propuso no ha mucho un bill mandando revisar
el tal símbolo. Los obispos apoya¡·on enét·-
1 jicamente la proposicion, cuya necesidad era mui
clara, segun decian; pero los Pares laicos la rechaza-
1
1 ron por una inmensa mayoría, i pl'opusieron que
1
quienquiera que aspire u incorporm·se en la alta
ir
jeraJ'E¡ufa, debe fit·mar una declm·acion de que c1·ee
en los tt·einta i nueve artículos, i que arreglat·á a 1
ellos su enseiwnza.
A principios del año de 1863 el Times, ese formidable
i vigol'Oso campeon de la iglesia 'reformada,
tocaba alarma pot· otro motivo no ménos
chistoso. Nosfttl·os, los católicos, romanos, opapista$,
como nos llaman, calificativo que aceptamos
llenos de orgullo, veneramos nuestra Iglesia
porque Dios mismo es el que la ha establt>cido.
Desde el morpento en que un Sacerdote recibe la
sagt·ada o1·denacion, sea que pertenezca a una familia
real i de la nobreza, como el Cardenal de
Lorena o el humilde San Francisco de Bo :-ja, s ea
que haya salido de la mas baja esfera, que haya
sido porquero, como Sisto V, o pastor como el
Cat'denal de Ossat o San Vicente de Paul; no vemos
ya en el hombt·e, sino el ca1·ácter sagmdo de
que está revestido, tiene derecho a nuestro rPspeto,
i aunque por faltas personales se haga indigno
de él, nadie piensa en negarle sus conside1·aciones
como ministro de Dios. Esto es tan cierto i tan
sabido, aun por los enemígos mas encarnizados
del Catolicismo, que cuando uno de nuestros SaceJ
·dotes tiene la desgracia de caer, hacen nn ruido
i un caso grave que nos atolondra, sin conocer que
sus mismos clamores están probando, cuán raros
son éstos hechos deplorables, i por consiguiente
cuánto se eleva, en jene•·al, sob1·e el resto de los 1
hombres el cuerpo entero de la jerat·quía de nuestra
santa Iglesia.
Pues bien, volvamos al Times. En la jerarquía
de la Iglesia anglicana no · sucede lo mismo, i
aquel periódico es el que, sin caer en cuenta, hace
la mas fnjénua confesion de ello en el artículo de
que hablamos ántes. Segun él, la Iglesia r efot·mada
está entrando en una verdadera crísi s . Año .
por año se vé disminuir sensiblemente el núrnel'O
de las personas que, ocupando una elevada posicion
social, i habiendo recibido una educacion
distinguida, se presentan a recibir lo que él llama
las órdenes sagradas, aunque en realidad no haya
consagracion alguna, ni cosa que se le parezca.
Casi no se presentan, dice, sino jentes de una
clase inferior i que no han frecuentado las universidades,
hasta el punto de temerse que bien
pt·onto los hombres universitarios, sean una escepcion
en el Clei'O. Nada es mas aflictivo, aüade,
para el po1·venil· de fa Iglesia anglicana que Yel'
~esapa¡·ecel' de ella Jos caballeros ( gentlemen ).
EsTA IGLESIA, MAS QUE CUALQUIERA OTRO ESTADLEClMIENTO
RELIJIOSO, DEPENDE DE LA POSICION
SOCIAL DE SU CLERO, POR LA. INFLUENCIA QUE ÉSTE
EJERCE; I SINO SE HA DE RECLUTAR YA SINO EN•
TRE LOS LETRADOS DE LAS CLASES INFERIORES DE LA
SOCIEDAD, I JE NTE DE ~lÉNOS VA.LER, ES IMPOSIBLE
CALCULAR LOS RESULTADOS DE UN CAMlHO SEYEJ.
ANTE! ! ! (El Times de 9 de junio de 1863 ). ·
Así, segun Ja opinion del órgano mas acreditado
i conspícuo, po1· el cual puede decit·se que subsiste
i goza de alguna consideracion la Iglesia anglicana,
es necesario que Jos miembros de su Clero pe1·te~
nezcau a esas clases supel'iores de la sociedad, a
esa escala privilejiada de sujetos que por su nacimiento
i la educacion que reciben en las univea·sidades,
está el pueblo acostumbrado a respetar;
i un hombt·e de clase inf~rior que pol' su escasa
fortuna i menguada posician social no ha podido
recibh· la al'istocrática i dispendiosa instmccion
de las universidades, por mui entendido que sea,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CATOLICO. 77
no puede ni debe set· admitido en las filas de su usted, hija mia! ¿ rues no me había p:·ometiclo
Clero; i su pl'esencia en ellas no solo set·ia un varias veces evitat· esta falta?
borron sino que, ( i ésta es la conclusion necesaria --No padre, dijo la penitente, esta es la primera
de todo el al'tículo ), echaria una mancha aun so- vez que cometo este pecado.
bre·sus mismas ct·eencias, haciéndolas perder su -Nó, bija, estoi seguro de que lJ. Jo l1abia
p1·estijio. cometido antes.
Alabamos la injenuidad i sencillez de ésta con- -Nueva denegacion de parte de la sei'tora alal'-
fesion. ¿Qué seda un establecimiento relljioso mada. En fin, despues de un momento de tii~cuquc
no pudiese subsistit· sino a condicion de re- sion viva : Ah! sí, esclamó el Ministi'O, sí, U.
' cintar esclusivamente en las altas ¡·ejiones de la tiene razon ~ Yo estaba equivocado : no es U. s:no
sociedad a sus miembt·os? Evidentemente éste so- su he1·mana la que ,se ha acusado varias yeces de
lo hecho bastaria para poder afit·mat· a boca llena ese pecado! . . . Esta palabt·a basta pam probar
' que la Yet·dad no _está allí. Nó t la verdad no pue- que la gracia de Dios no estaba allí, ni puede ebtflt'
de estar allí! en ese pretendido tl'ibunal ~ · · · :
h ;)U t..; ~lC't h:., ui lo h~ '"nr>orlitln j!1n1~Ú· ósto a un Sa- Hai otro hecho digno de atencion i que mue os
de nuestros lectores 1.10 conocen tal vez, i es que cerdote católico ? ¿ Habl'á sact·amento en esa con-existe
una secta moderna llamada de los puseistas fesion de los anglicanos? f Iuchos son los ejemplos,
especialmente durante la revolucion francesa, de del nombre de su J"efe el doctor Pusey, que profe-
1 sacerdotes impíos i sacdlegos ; numerosísimos sa el principio, o sea la máxima, de que e culto
necesita de ciet'ta sole.mnidad, i trata de imitar al los casos de Sacerdotes que han pe¡·dido e] juicio;
Catolicismo en sus ceremonias i pompas. Ésto i, sinemhargo, ni uno solo de ellos ha cometido
jamas una falta de ésta especie, ni en la confesion puede tener uno de dos objetos, o ámbos : ani-mar
un tanto ese culto frío, desabrido i pálido que ni fuera de ella, porque Dios mismo vela sobre
b sus Ministros, les dá su gracia~ i no permite, ni
no mueve el alma, ni habla al corazon, 0 ien ha permitido NUNCA, que el secreto de la confesion
alucinar a Jos incautos. haeiénuoles creer que el sea violado.
culto pt·otestante es tan bueno i tan hermoso como Añadamos para felicitamos mas de la existenel
católico, como ha sucedido ya, segun ve¡·emos cia de ésta secta i de sus innovaciones, que todo lo
~~~e~~~~~;~· Jf~n~u~~q~~~~~d~:se1 ~0 ~ 0~i!~t~o:!~ mas distinguido entre sus ministros, t:l1'de o tero-espíritu,
que no puede ménos de ceder en favor p•·ano, i casi inf~liblemmtte, viene a dar al seno de
del Catolicismo. Sinembargo, el segundo de éstos la verdadera Iglesia Católica . Un diario ingles
l , asegura que en el año pasado de 1863, e] Ueino
fines tiene algunos inconvenientes, a o menos Unido contaba 887 ('onv&>rc;,_.,.. q ---;-~"'~'v'" .... uaLO-para
los estranle.ros ~o\·qu.e al v~>l' Mini ... tt•o" l'on )lCl:sauu em.r~ ellas las de 213 eclesiástiCOS ( clersotana
i o Icianuo con s orname tos de los [!y m en' ¡ la mayor parte de éstos, znt.seistas.
católicos romanos, en capillas suntuosamente
nnl'\r1"1!l< rlt' i •, n ¡·· r l uic- · l --~l':~¡:.Q
todo lo que a él pueda conducirla. Obst'rvese una «La Opinion l) núme1·o 64, eu sus maléficos ar·
cosa: que ent1·e los obispos anglicanos hai uno tículos: «Sobre la ¡·efot·ma del ca1·áctet· humano,>)
que por su ciencia no cede a ningun docto1·, i que examinando la parte que se dice se cree inmaterial
1 con razon pasa por el p1·imer Ol'adot· i uno de los en el homb 1·e ¡ IJamándola tipo rnoraJ, confirma
1
primeros escritores de toda la Inglatel'l'a, por lo sus vagas rclaeiotles asrg~ran •.•.•
1 posicion .en la lglesiaanglica.na i abjurado soiem,ne- Los pueblos lamcolan que tan det~stabl.es como
mente, 1ba a reCilm· ~as ocdenes sag,·adas. Esta funestos errores, pasen desapercilmlos 1 es }?Or
1 é1·dida fué larnentable pam los católicos. Los ésto ¡ por Ja voz de mi conciencia, que llamo a
otros dos h.e~:~nnos s_on hoi catóJi?os. ámbo~,. i uno mi pesa 1• la atencion de la aut)
éste momento, i de una manel'a la mas evidente~ U. vé que ésto es decil·, sin probar lo que se
~ una mano pt·opicia i amorosa? ¿Todos los esfucr- dice. ¿Pero cómo conducjrse de .otro modo hom~
Ir zos que ha hecho para tmtar de recojet· algun;-ls b1·es que con un acto de desprecio suponen a~la:
~ creencias, nó la empujan ''isiblemeute, con una nado todo obstáculo, como Jo hucen con el ~m-fuel'za
irresistible,ácia el Catolicismo? Las innova- pugnado!' de Vijit? Para mf es nuevo que el senor
, cionf's del doctor Pusey, cuya mi ion pa1'eée haber Arzobispo l\Iosquera hubie1·a ocurrid~ con su pa~sido
la de abrir a sus discípulos las avenidas del toml sobre estudios Canónicos al senot· Gregon.o
Catolicismo,han hecho que la mitad de Jos eclcsiás- XVI. Tampoco puedo comprender como las Jnst1- ·
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL CATÓLICO. 79
tuciones Canónicas de Cavalm··o pudieran sea·vh· 1 vittud i gt·acia del Espíritu Santo encal'lló en las
pat·a el estudio del Derecho publico Ecle iástico. j entr~üas de una. Vírjen, ~ c:ebt">, com?. lo .dicen los
Ni que éste i Lákis sean peot·es que Vijil tan solo hereJeS que se tttulun catoltcos, su ~t'I.Jen 1 el poder
porque opinen en favor de la cuestion Galicana, omnipotente con que confit·m? su mtsiO~ d~ verdaque
para quien bien la entiende, es baladi, poL' de1·o Salvador, . a las. creaciOnes fantasttca~ del
ser únicamente el Pontífice quien puede autol'izat·lo cereb1·o de su pwdosísuna Mach·e? ¡ ¡ ¡ Qne ab-
1 i disponerlo todo, como que es EL PASTOR DE LOS surdos! ! !
PAsrorms. Lo que sí puedo declarar con juramen- l Esta es la paz que nos brindan los que, apode-
' to es, que el Illmo. seño1· Mosquea·a jamas fué rudos cu~l lobos del a·ebafw de :lesucl'isto, V~l'ndo
jansenista i que quien tal diga es impostor: que a las oveJaS espantnclas, les rep1ten con blanaul'a:
la cuestion ocmrida eou el Cardennl de Luca se ¡ Paz, paz! ..•
halla sin t·esolucion final. Lo que es indudable- 1 He manifestado mi modo de pensat·, con fmn-
J; mente cie1to es', que en el restablcdm\ento que el 1 queza i diciendo la verdad, porque creo que és.tc es
IJ
Illmo. señor At'zobispo Mosquera hizo en 1840 1 un debet· premioso en un Sacel'dote de Jest~cn~to,
del Seminario Conciliar de la At•quidióc.esis, ob- ¡ ahom que se ataca ~o s~lo el honot• de los 1nchtos
tuve por oposicion la Cátedra de Dea·echo Ecle- Pr~lados ,de la Iglesia, smo que se pretende ?es-
1 siástico universal, i fuí nombmdo poa· el mismo tru11· la fe que todos profesamos, que es la fe de
Prelado para la de Instituciones Canónicas i De·¡la Naoion
rccho público Eclesiástico: que el mismo Pa·elado Soi r, segun di~e, bajo 1
n~ve que las lleva, i qne allá en estranjeras playas, e~ PU?to.de ~ista mas ve~~aJoso,; él tiene una hija de
1
do la caridad cristiana les prodigue el sustento, el dtez 1 se~::. ~nos, cuyo eloJ•O. e~ta en todas la~ bocas, i
reposo i In tranquilidad que sus compatl'iotas les que harac1ertamente la fehc1dad de s.u mar1do como
han robado cubran con su manto de pm·eza el ha l~echo la. de su l?adre .. Yo no te oculto que nowtros
etet•n b 1d' ·á . . . habt~mos. VISto. en esta umon proyectada un agradable
o .a on que .cae.¡ e sob1 e sus pe1 segmdores. med10 de remurnos para el resto de nuestros di as; ca-
CartaJena, 2 de JUniO de 1864. da uno de nosotros estaba bien decidido a no abando-y
ARIOS CATÓLicos.-( Hoja suelta ) . nar a su hijo único. Era una vida de eleccion que nos ·
habíamos preparado en nuestra loca confianza · tan
cierto es que uno se engaña en todas las edades '¡ que
¡\
LA NOVENA DE LA CA. 'DELARIA.
1.
( Continuac!on.)
-¿Desde la Candelaria última, padre mio ... r
-Desde la Candelaria, replicó él manifestando un
poco de sorpresa i mirandome fijamente. Es el tiempo
en queJas ideas de matrimonio comienzan a ferment~
r, . con la estacion en el corazon de los jóvenes,
I vte~en a despertar la solicitud de los padres,
, porque hat entre unos i otros secretas armouías de
mstinto i de_l?revision; pero ahora recuerdo que ésta
fecl~a ha pod1do traerte a la memoria la loca preocupacwn
de nuestra pobre Clara. Lo que hai de cierto
es qu.~ yo he c.once~ido el J?ÍSmo proyecto con respec'.
-toa. t~en la m~sm~ ~poca,, t.segun toda apariencia sin
noticia de la Santrs11na VlrJen. Si he descuidndo hablarte
de eso, tu conoces las razones. Entónces comenzaba
para ti ese largo período de enfermedad de
que apénas has salido, i que me ha hecho temer por
tu vida. Si el amor no entrD para nada en tus sufrimientos,
ho_i es tiempo todavla de habtar de mis miras;
pero ~m que de ellas se pueda sacar la menor
1 con~ecuenr.w, en caso que teng~n la des~racia de con'
tranar .las .tuyas, P?rque qmm·o espresamente que
tu elecc10n 1 establecumeuto queden libres i no me
1 olvidar~\.~1S de ésta promesa. '
-~ f\~ ;lntP>: de reCOJ?OCimie~to i de alegria, e~c~
ame seutandom~ en m1 Jecho, 1 arreglando mis vesbdos,
porque seutra que se restablecían mis fuerzas
con la esperanza de volver a encontrar i de obtener a
' Cecilia. Aguardo de vuestra ternura que no me impondreis
un compromiso al qu!""no pueda suscribir ¡
qu~ no pod~ia c~ntt·ner sin _violar las mas santas obiigac~
ones . Yo os JUt'O por 1111 parte, mi unico i prrfecto
a1mgo, .que no tendre Jamas secreto para vuestro corazou,
1 qu~no haré entr~r en mi vida, en vuestra
casa, una hi.[a q~e no hay.ms a.doptado de antemano.
-.como tu qmeras, diJO mt padre; i sinembargo,
esta 1dea, a la que me es preciso renunciar era el
mas dulce de los ensuefios de mi vej ez . DéJame al
la vejez madurada por la esperiencia de las cos~s no l
se deja arrastrar ménos a sus ilusiones que la ad~les-
1
;
ceucia misma. Esta perspectiva era deliciosa ¡ i es
preciso renunciar a ella !
-¡ Perdon, padre mio, mil veces perdon ! ¿Por que :!
me habrá condenado el cielo a reconocer tan ma
vuestra ternura ?' l
-Tranquilízate, me dijo él, olvidaré facilmcnte
cualquiera alegría que me hubiera prometido a 1 ver '
mis esperanzas realizadas, para no pensar sino en las
tuyas. 1 deveras es lástima, porque Cecilia Saveruier ,
pasa por la muchacha mas bonita en un país en que
es bien difícil distinguirse.
--¡Cecilia Savernier, esclamé yo lanzándome del
lecho ! ¡Cecilia Savernier ! ¡ Oh }ladre mio! ¿ os he '
oldo bien .... ?
-;-1\lui bien, re~pondió ~1, Cecilia Savernier, hija de
Gmlberto Savermer, ant1guo Coronel de artillería
que vive en Montbeliard, departamento del 1\lont-~
Terriqle Es de ella que yo te hablaba.
Yo cat a los piés de mi padre en un estado de ajitac!
on imposible de desct•ibir ; J'Oe ap-oderé de sus manos,
las cubrí de besos i de lágrimas, i permaneci largo
tiempo sin volver a encontrar la palabra ni la voz.
l\Ii padre, inquieto, me levantó, me estrechó cont¡·a su
corazon, me interrogó diez veces ántes que yo tuviese
fuerza para hacerme olr ..
-¡ Cecilia Savernier, es ella, es ella, padre mio!
grité al fin con una voz ahogada ¡ es ella la que os pedía
de rodiJias !
·-En verdad, replicó él. Entónces tus votos serán
facilmente escuchados, puesto que el negocio esta casi
hecho ;, pero,¿ te cree~ seguro de esta, resolueion? ¿En l
qué.e~ta Iunqada? ¿ Donde puedes tu haber visto a ,
Cec1ha? ¿Donde puede ella haberte conocido ? l\Iont- f
beliard es la única ciudad de Fi·ancia donde se la ha 1
v!sto despues de su vuelta del estranjero, i, cuando /
tuatravesabas aquel país, hace dos años, estoi positi·
vamente r.ierto de que no estaba allí todavía.
( Contínuará).
IMPRE ' TA CONSTITUCIONAL.-POR N. POI.\TON. '
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.