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DE
NUMERO 15 .
BOGOTA .
IMPRENTA DE OVALLES I COMP .•
1as a.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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Ultimas modas de l'aris.
Traje de paseo. Vestido de moaré antiguo, negro, con
quillas de ricos arabescos i de flores de terciopelo negro
tejidas en la tela. Cuerpo con quillas sin aldetas, abotonado
con bellotitas de azabache. Las mangas son largas,
anchas i puntiagudas, guarnecidas con un adorno de terciopelo
correspondientes a las quillas. CuelJo parisien de
muselina bordada. Capa a lo Luis XV, de cachemira,
color gris, con galones de Brandemburgo i botones, continuando
en galería por bajo de la capa. Esclavina cua·
drada, adornada por detras del hombro i viniendo a parar
adelante. Mangas chinescas. Guantes de Sajonia, brazaletes
de coral. Sombrero de terciopelo negro, bordado de
terciopelo cereza i con volantes de encaje guipiur. En lo
interior grupo de flores de terciopelo cereza Cintas para
atarlo negras con listitas de color de cereza.
Traje de baile. Falda moaré antiguo, blanco, mui ancha
i muí larga, sin ningun adorno, cubierta con una túnica
de seda, color de siempreviva i un cuerpo correspondiente.
La túnica de seda bordada, con dos abollados de blonda,
formando por delante caprichosas ondulaciones, levantadas
por un lado por un lazo de seda, i por el otro por un ramito
de flores de terciopelo i crespon, color de siempreviva.
Cuerpo escotado i punta arlornada de paños de seda i blon·
da. Sobre los hombros un lazo de cinta de seda. En medio
del cuerpo un lazo i dos ramitos. Peinado a lo Rafael,
con collares de perlas blancas; pulseras tnui ricas de diamantes
i rubíes en un brazo, miéntras en el otro solo se
llevan dos hileras de perlas finas, de las que pende un
medallon de diamantes. Pafiuelo de encaje. Zapatos de
moaré antiguo, blanco, con tacones i un rizado de cinta
de seda, color de naranja i blonda.
Bistorico.
Anoche en casa de Ines
Estaban cuatro n1uchachas,
Que, alegres i vivarachas,
Sentían cosquilla en Jos piés .
loes se puso a tocar,
Las otras cuatro salieron,
1 dos a otras dos si r\'ieron
De hombres para bailar.
José que presente estaba,
Comiendo pavo, paróse
•
I enojado dirij ióse
A Ines, que el piano tocaba.
-'' Hágame el favor, señora
De bailar conmigo. , "1 bien,"
Le contes tó ella, "mas i quién
Nos hace aJgun son ahora 1
Entónce el pobre José
Conoció su situacion,
1 dijo con r eflexi on :
''Me han convencido busté. "
Parábolas.
Todos para ?tno. Un pastor de ovejas, deseoso de que
su rebaño no saliera de los términos de un pequeño valle,
ató una de ellas en la mitad de la pradera. Las demas
trataban de corretear por las próximas colinas i alejarse,
mas al oir los balidos de la compailera, que no podía seguirlas,
tornaban al valle para hacerla compañía: hallaban
allí ménos yerba, pero la aprisionada oveja no jemía.
Entre a1nigos verda1eros la pena de uno de ellos es la
pena de todos ; i mas bi en que abandonar al que padece
prefieren privarse del solaz propio.
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Ingratitud.
Un hombre quiso recompensar jenerosamente los ser·
vicios que babia recibido de su criado durante algunos
años, a cuyo efecto le regaló una casita i un hu e rto que
producía lo necesario para que viviese con co1nodidad.
El antiguo patron enfermó gravemente, i como tuviese
verdadero afecto al criado favorecido, le hizo escribir ro·
gándole que viniera a asistirlo. Escusóse este pretestando
enfermedad, puesto que se hallaba sano i bueno, pero no
queria interrumpir su agradabl e reposo. En el acto l e fu é
enviado un médic o ~ quien halló al pretendido enfermo
sentado a la mesa festejándose ámpliamente con los frutos
del huerto.
Al saberlo el patron, dijo sin alterarse: "Habia mereci·
~'do Jo que le regalé con ánimo de hacer dichoso a un
'' amigo ; pero veo que tan solo he saldado la cuenta de
" un mercenario.,.
N o corresponder aun ben eficio es perder el derec ho de
recibir otros nuevos. El ingrato se degrada por añadidu·
ra, descendiendo desde la altura de amigo de su favorece·
dor a la clase de rnercenario pagado.
Contentémonos con lo esencial.
Varios escla\' OS de un rico musulman obtuvieron la
libertad cuando ménos la esperaban, i se preparaban a regresar
a su patria. Uno de ellos, deseoso de hacer el viaje
con comodidad, se acordó de que su antiguo arno le habia
tratado con cari!ic3, i determinó vol ver a la casa para pe·
dirle algun dinero. Encontróse con un derviche a quien
comunicó su propósito: el derviche, por toda respuesta,
dijo:
"Guardaba cierto dragan a un jóven como prisionero
"en su ca\'erna. Durmióse el dragon un dia, i el jóven,
''aprovechando la coyuntura, se escapó; mas estando ya
., léjos se acordó de que babia olvidado su turbante i rle·
'' 8eoso de viajar con comodidad volvió a la caverna por
"él. Llegó: halló despierto al dragon, i pereció.,
El esclavo reflexionó un momento, i corrió a reunirse
con sus compañeros.
l'or qué cambian las modas.
-El pueblo anda bien afeitado desde que las navajas
están baratas : conviene distinguirse de é l llevando la
barba larga.
Así dijo un rico, que pretendia distinguirse de los que,
por menosprecio, llamaba pueblo. Cuando los del pueblo
notaron que los ricos no se afeitaban dijeron :
-Parece que es de buen tono el llevar la barba larga :
no nos afei ternos.
En el acto los otros comenzaron a afeitarse diariamente.
He aquí por qué cambian las modas: los ricos quieren
diferenciarse de los pobres por vanidad; i los pobres, por
vanidad, quieren parecerse a los ricos.
Vanas apariencias.
Tres hermanos, ya mancebos, jugaban cerca de un estanque,
i uno de ellos cayó al agua. Los otros, aunque
sabian nadar, prorrumpieron en gritos i en llanto al ver
que se ahogaba su hermano, pero no se arrojaron a salvar·
lo. Presentáronse a su padre i, llorosos, 1e anunciaron la
catástrofe.
-t Cómo podré creer que es sincero vuestro dolor, dijo
el viejo, si, aunque vuestros ojos están húmedos, vuestros
vestidos están secos 1
Las lágrimas i los jemidos no son prueba suficiente de
verdadera compasion: la caridad se demuestra con ac·
• c1ones.
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Induljencia importuna.
Un aficionado rico se entretenia en pintar cuadros me·
diocres, que se empeñaba en exhibir codicioso de los e) o.
jios de! público i muí sensible a la crítica, por lo cual no cesaba
de pedir induljencia.
-No soi artista, decia, sino humilde aficionado, que
pinta por entretenimiento. . .
-Por eso, le contestó un oyente, es que el púbhco t1ene
derecho a ser severo. Nadie debe implorar induljencia si
no lo escusa la necesidad.
Huevos frescos.
Para conocerlos, basta aplicar la le~ gua por .uno o d~s
segundos a cualquiera de sus estrem1dades: s1 se esperi·
menta frio en una punta i calor en la otra, el huevo está
vivo i es bueno, por débil que sea la diferencia entre el
calor i el frio. Cuando Ja temperatura es igual en sus estremos
el huevo está muerto i no vale nada.
Este procedimiento es magnífico para los efectos de 1a
incubacion.
Iaenguas.
Para con1ponerlas, se ton1a una libra de sal, dos onzas
de nitro i media libra de azúcar morena; mezclado todo
esto se frotan bien las lenguas i se dejan en la mezcla por
ocho o diez dias, teniendo cuidado de frotarlas de nuevo
todos los dias. Pasado este tiempo se cocinan i cuelgan
al humo.
l.a coquetería.
Decir que la coquetería no traspasa los límitr.s del deseo
de agradar, es dar una idea falsa de ella, porque el
deseo de agradar es un sentimiento natural que nace de
la necesidad de vivir en sociedad i que inspira induljencia,
consideraciones i todas las demns virtudes que anhelan los
hombres hallar en sus semejantes. La coquetería no participa
de este sentimiento, puesto que no hace a la mujer
digna del aprecio jeneral, ni perfecciona el carácter.
La coquetería, comprendemos nosotros, que es el deseo
de inspirar amor sin tenerlo ; tal es la definicion que le
damos.
Examinaremos la coquetería solamente con relacion a
la mitad del jénero humano, i le daremos por única base
Ja vanidad, así como la carencia de juicio, Ja insensibilidad,
consecuencia que marcha en pos de la vanidad.
Una mujer comienza primero por de!ear que todo el
mundo Ja encuentre bella, i poco despues quiere que se lo
digan, i seguidamente aspira nada ménos que a una esclu·
si va deferencia; viene luego la indiferencia ácia los homenajes,
cuyas demostraciones son las que necesita escitar,
para el logro de lo cual no emplea rnucho trabajo: los
celos, ]a envidia contra las personas de un sexo, la ponen
en poder del otro, i entónces comprende lo que es la coquetería;
hasta aquí la había confundido con la lijereza,
con la inclinacion a Jos placeres del mundo, con la debilidad
natural de su sexo. Hablaba de amor i ya habla
de amantes, i el primero no ha sido mas que el multi-plicador.
.
Algunos poetas han aconsejado la coquetería, i varios
filósofos la han reprobado, pero acompañando esta palabra
con un comentario que incluye la coquetería en el número
de casi todas las inclinaciones del hombre, cuyo bien
i cuyo mal pueden igualmente sobresalir ; por eso la pru·
dencia provendrá del terror o de la desconfianza, la eco-
•
no~ía de la av.aricia, ~a. dulzura de la debi~idad~ la jene rosJdad
de la ImprevisJon o de Ja ostentac1on. No hai
vicios ni virtudes que no sean susceptihles de producir su
contraposicion inmediata.
Si se con5idera la coquetería, no como inclinacion na-·
tural, sino con1o un arte, el objeto que se proponga i los
medios que emplee, contribuirán a que la juzguemos lo
misn1o inocente que culpable. t Quién condenará la astucia
que ponga en juego una mujer para cautivar a un
marido? t Quién se opondrá a Ja perseverancia i a las
atenciones encaminadas a ganar los corazones por medio
de la gratitud, a Ja igualdad de humor, al talento o a la
amabiJ idad en el trato social ~
En vano se dirá que una coqueta nada mas que contenta
de querer ser pose ida no se entrega a nadie, porque
su pudor en inocencia vendrá a colocarse en el terreno de
la duda, pues el pensamiento del mal, es suficiente para
alarmar el uno i la otra. Por ventura, Ja esperiencia t nos
ha demostrado que las coquetas son castas~ i no nos dicen
Jo contrario todos los di as 1 Singular prueba de continencia
la que consiste en dar a los hombres el deseo de parar
se en eJla, i que les hace sospechar que se falta a sí misma!
La imaj inacion He na de amor, el o ido atento a sus
palabras, las miradas, el aspecto estudiado para suspirar,
vendrian a ser preservativos contra las faltas que obhga a
cometer 1 provocarle en otras. Seria un medio de defenderse
de sus errores? Esto seria orijinal i por lo mismo
no es.
Las coquetas ponen mas conato en negar 1a existencia
del juicio que artificio en persuadir que le profesan.
El prianero que comparó a la coqueta al conquistador
fué un hombre de buen sentido: ámbas cosas marchan
en armonía; ámbas se regocijan con el desórden de Jos
ntales de otro; no examinan la naturaleza de los obstáculos
que se oponen, ni ]a naturaleza del éxito que procuran
obtener.
Sinembargo, en el conquistador hai mas sensatez: i
promete descansar un dia, i siéndoJe conocida la estension
del globo terrestre, limita sus trabajos segun las proporciones
de la tierra; calcula sobre la posicion del todo .. i
comunmente perece ántes de haber devastado una octava
parte. La coqueta no se limita a nada : renovándose las
jeneraciones, las invade su imajinacion, i si dependiese de
ella, la trompeta que ha de reunirnos en el valle de Josafat,
tocaria un paso de ataque contra los resucitados que en
tien1pos anteriores al suyo hubiesen estado léjos del alcance
de sus tiros.
La coqueta no se detiene ni delante del llanto de una
madre, ni en presencia de la cólera de un esposo, ni ante
la vergüenza de un hijo, ni frente a la indignacion i el
desprecio del mundo. Lo que se llama jeneralmente ver·
güenza i deshonor aparece a sus ojos como un trofeo; se
fastidia de la vida sedentaria, del trabajo de las manos,
del silencio, de la economía, del descanso de los campos,
de los cuidados de Ja familia ; huye de la presencia de las
enfermedades i de la vejez; para ella son cosas familiares
la calumnia i la mentira, i reune la indiscrecion, la astucia
i la perfidia, presentando a los ojos de la relijion, de
Ja moral i de Ja humanidad, el ser mas monstruoso i deplorable
a la vez, pues no puede confundirse con la mujer
a quien habiendo turbado la razon una enfermedad ha
irritado Jos sentidos, ni con aqueiJa a quien consume una
•
pHSlOO ••••
La coqueta no tiene sentido ni pasiones, i se cree de un
encanto inapreciable. El envilecimiento i )a miseria acompañan
por Jo regular sus últimos instantes, i raramente
muere resignada.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
'
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garantía que se ofrezca.
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• TEATRO.
Para la noche del domingo 11 del corriente la comedia
en cuatro actos de don Antonio Jil de Zárate, que se había
anunciado para la noche del último mRrtes, denominada:
DON TRIFON O TODO POR EL DINERO.
Con1o la espresada pieza no exije cambios de decoracion,
los intermedios pueden sor mui corto~, i por lo mis·
tno la Compañía se halla en capacidad de complacer a
las personas que desean Ja repeticion del drama en dos
actos, de don Ventura de la Vega, ti tu lado:
. AMOB. Dll MADB.E,
•
que mereció los aplausos del público en la noche del domingo;
bien entendido que la funcion comenzará por el
espresado drama, i que despues de él se ejecutará la
comedia .
Si los seis actos de las dos piezas anunciadas terminaren,
como se espera, antes de Jas doce de Ja noche, se represen·
tará la petipieza titulada:
LA SESENTONA I LA COLEJIALA.
Si nó, se diferirá dicha petipieza para otra funcion.
Grande ha sido el disgusto que ha producido a la Com ..
pañía el escandaloso co1nportamiento de los que van al
teatro a embriagarse, i a faltar al respeto debido al público,
i especialmente a las señoras; i ha sido mayor su disgusto
al observar que, en un país civilizado como este, no solo
se carezca de la sancion moral, de desprecio i represion con
que deben contenerse tales escándalos, sino que haya
personas que forman auditorio i que aplaudan e instiguen
a los ébrios.
I como la repeticion de hechos de esta especie, haría
fracasar cuantas piezas dramáticas se exhibiesen, i retraería
de concurrir al teatro a los padres de fan1ilia i a las
personas bien educadas, ha sido indispensable adopta?· pre ..
causiones pa1·a lo fv,turo a fin de asegurar en el teatro el
órden i la moralidad. A ello tienen el Empresario i la
Coro pañía perfecto derecho.
La funcion anunciada comenzará a ]as ocho en punto,
i se ruega a las señoras que concurran temprano. Las
personas que solicitaren palcos hallarán al Director en el
coliseo todos los dias desde las diez de la mañana hasta
las dos de la tarde; i al ajente, en su oficina, el sábado i
el domingo a las horas de costumbre.
Si lloviere el domingo de modo de presaj iar una mala
noche, se diferirá la funcion. Al efecto se quitará la bandera.
Bogotá, 8 de abril de 1858.
•
.Ambalema • • . • . . . Clemente Nieto.
.Antioquia..... . • . Antonio Correa.
Ban anqu,illa . . . . . Arístides Voigt.
Bucaramanga . . . . J acobo D. Gómez.
Buga . . . . . . . . . . . . Anselmo B. Delgado.
Calt . . . . . . . . . . . . . Ce non F. Lémus.
Cartajena.... . . . • Jo a quin F. V élez.
Cúcuta . . . . . . . . . . Ramon Serrano.
Guáduas.... . . . . . J anuario Trian a.
H()'(lda........... . Francisco M urillo.
Ibagué . . . . . . . . . . . Manuel J .. Rodríguez.
S Trujillo,Restrepo i C. td
MtdeUin • • • • · · • ~ Luis lVI. Correa.
Jllloniqturá ••... •• . Policarpo Ola rte .
Mo!eno •... ....•• Ignacio Várgas.
N ezva .... . . . . . . . . Salvador M .• Alvarez.
Ocaña .....•..... J o~é de J. Hoyos ..
Palrna.. . . . . . . . . . R uperto ~nzola.
Parnplona •... •... Felipe Zapata.
Panamá . . . . . . . . • Cárlos 1. Arosemena.
Pwdecuesta •... ... Leonidas OrbPgozo.
Popoyan.... . .. . . . Julio C. Velazco.
PurificacÍO'it •...•• 1\Iarcelo Bárrios.
Riohacha.... . . • . . Moisf s Sálas.
Rio?legr_o • . • • . • . . • Prudencio Cárdenas.
RoldaniUo •... •••• Fermin Beltran.
San;il . . o •••••• o ••
So'lttander . ...... .
S.Rosa de Vtterbo.
Soatá •... •••.•...
Socorro ••••.•... ••
Soga m oso •...•..•
Son son .....•.....
Tun¡a •....•.....
Uba té . ........•..
r,r élez • :. . • . . ...•
Vtllavie;a ••.••.••
Zapa toca .•••• ••.•
Zi'Vaauirá •.•• o •••
Lino R amírez.
!vianuel A. TeJJo.
Timoteo Fonseca.
J aviet Corredor.
A rango i Compañía
Fídolo González.
José l. Bernal.
Cárlos Torres
Ramon Clavija.
Aquilino Parra.
Fructuoso TruJ1llo.
G 6mez, Márques i C.•
- Ambrosio González.
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Biblioteca de Señoritas - Año I Suplememto N. 15", -:-, 1858. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2094959/), el día 2025-05-31.