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  • Prensa

La Organización - N. 274

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  • Año de publicación 26/10/1908
  • Idioma Español
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
"La Mañana - N. 35", -:-, 1910. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3690450/), el día 2025-07-25.

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Imagen de apoyo de  ¡Líbranos de todo mal!

¡Líbranos de todo mal!

Por: | Fecha: 02/02/1911

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 • (Hepública rle Colombia) FEBRERO 2 DE rgrt Director, JlFr\8 8· SC•\RPET'f N u estros poetas en. el exterior El Dr. Antonio llaluíu de Cnquera-8ecretario Gt~ueral del Consejo de Estado de España, Academieo do J uritiprudunciay Legislación tl~ )1adriu, De la Sociedad de Legislación de París,¿· i\liembro de la TJni6u Ibero Americana, ba publicado e11 ~lauriu, nu libro sobr·e 1r Anurés Bello, su época y sus obras,¡¡ como un homenaje de La l'nióu IIJero Americana;'\. las Repúblicas Latino Americunas en el primer Centenario de su Iodepeu­dencia. De ese libro copiamos á coutinua~iéJn algunas fr~ses po1· referirse á tres de nuestros poetas \'<.tlle-caucauos, cuyo8 Dúlubres han resonado más allá del mar, bajo la armo::>uÍa caJf:!uciosa de sus estrofas. Frases que son corno una voz ue aplauso para. esos hijo¡; queridos Je uue:sLro terruño. . Las citas que b~:~ce el Dr. Bulbíu ue fTnquera ~'!obre [slilll"l Lópcz y Ricardo Nieto lat~ bu tomado del lil>ro 11Bajo el sul del YaJlen Jo .\.Jbcrto C~:~rvajal. Y Ylendo esto pensamos cou dolor que al1n ha,r muchos et~pí­ritus burgueses que creen que la poesía st>lo sirve para mata1· ó mitigAr un tanto los rato8 tedioso:s de la vida! Oh! ig·uorau ellos. t¡n~ el poeta, es un soldado tambieu que pone toda su alma en lu luehu iutl• t•etnal, por alcanzar un átomo de g·loria .Y honra, que es houru v t;loria pd.ra su ]Jl'o· pía tierra ......... Oh! ip;uoran ellos qtw 'Cervantes, l~sproncedu. Lope de Vega, Calderón, ZoHilla, Tirso de ~lolina (,sea FI'Uy Gabriel Téllez y muchos más, traen a nuestra mente el recuenlo de .E palia la Hrande .... .. Byron, Shukespeare, ponen a u te nosotros d cielo nebuloso de Inglaterra .. . Lamartine-Cha teaubrian n la Francia altauei'U ...... ¿ Y no rel'orre nuestra. alma el cielo azul de Ha.lia ante el estro so1wn> de Leopanli y de Car- ~ucci? Ellos son los soldados Yictorios(lc tltlt' con su pluma pusieron una /estrella fulgurante en f!l cielo de ~;u l'atl'Ül.. .... Hé aquí lar; fm,-,es del Dr. BuJIJin dP llnqncra: 1r Para conocet· lod elenwntos ele poesía que .\lll~riea nos brinda p¡;; necesario muchas Yeces entrar en el t·ampo de las eiudadt·~. dando at1u vive nuestro viejo espiritu, ~:·u utrat:! IHII'tl'tl borrado, y adetnús citar(\ juicio de los moJemos escriture!4de pro\Ínciu lltle no:; dan ideu uu uquel!u. época, más alejada de llOSOti'Oii por la <.liferetJeia U~ l'O~tumures 1]111' por el trascurso de los siglo¡,¡. 11 Al berta C;LI'\' ujal e u ¡;u u IJra B¡tjo el Su/ del T'nlle publicada e u Cn 11 eu el mismo af10 eu c¡nu e~:;cribimol'1, dtciJ: 'La u.nLigua caserunu. hu. desa. parecido con sus grandes ventana~ tle tPjiuo~ arcaicos, y á la vida !:len­cilla y cordial de esa época ha sucedido utra Yida, tle la que \·au apodc­randose las eomplicat:iom•s y I'Pfinamientos dPimodernu Yn·i•·. PPro para losso'1adores aún \'ag:au pur las 2StrPchaseallP.iuela~; ele burrio. duude to­davht no HeJ.!;a PI ruido asut·decepau ín ,Y gula IJlle ':!auíau morir por "'u Dios, pm· su Patria y porbudama.' (p<ígiua;ki.); yen otra pa.1·teuice: 'f~neH> Ff>licitamos sinc<'ramente ú Hicnrdo :\ieto, l..;nHtel L61wz ~' :\lbet·to Carvajal y probamr>s cou esto, que no es en 0l ítrido <'ampo rlP lu po· lít,ica, cloude se descnellan con mas vigor los homln·es c¡ue tlnn honor ;r gloria 11 la Patria ante la:-J i\ucioneR IC'jann:-;; y que eomo dijo },¡¡ vollt~t' en la l!Jstoria de los f.'mllr·r•....,l•s: "El pntJimoniu de unn :\ación no lo componen solam0nte las l'iucl;llll's rollqllist¡¡dns y el tenitorio Ul;lterial, CJU<' varía con las victorin!'-: ; lo l"lllllJlOilCil su ¡.!lori-~ qtl•·;dl'j:l eu todas lu"' ¡·om:nc ts dundr> hn t·jerc.:i­do ~u dominac.:ióu." .J· A. SA. 'CHE% GAI'CL\ • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 1 1 EL f'ORREO DEL VALLF. ---------- o~----- Ecos del eamino Los caminos clesierios, silenciosos, tienen cie1·to dolo1·, cie1·ta t·risteza que /wn tomado talvez de los que pasan y dejrtron partículas de penas eu las zro·zas que bordan sus o1·illas, en las cwiadas ó en la.<; hoja.~ secas. Y los caminos silenciosns hablan de cosas tristes y de cosos viejas .... A través de los llanos, de los monte.~. del desierto, los 1'Ctlles y las selms ellos tienden :;n 1·ed. -como .en: fuese~z las poderosas y ?'obusta.s venas en donde corre y se estremece y salta la sangre toda de la madre tierra- Son t'ristes po1·que vieron tántas cosas! . ... y saben de las garzas y cigüeños que meditan en pie; de los soldados que pasaron cantando hacia la guerra y no 11olvieron más; eh lor; viajeros que al m01·irse la ta1·de. en u na piedra se sientan á pensar; de los gitauos de/rente ardida y de múYtdn i11quirta que con el mico escuálido á la espalda, á la callada l11z de las rsirellas, pasnron ww noche y que sigu icron envueltos en hampas y r·n túz ieblas . ... Cuando todo se mue1·e, ellos existen; cuando todo se olvida, ellos 1·ecu.e1·dan; y en el silencio de las noches hablan de cosa.s tristes y de cosas m11crtas .... Este idó va? .... tulvez á las remotas ?Jlayas del ma;·; f(llvez cí las pruderas donde duermen los lar¡o:-; pem;atil•os canto los ojos pe11sah'vos de ella .... Ese de allá que sabe sob1·c el moHfc como 1111a S blanca y gigantesca, ú·á sin d1tcla 6 la tnmr¡11ila choza escondida en la paz ele la floresta. Aquel ot1·o?. . . no sé. . 11 i ya la m poco qu ieru sabe;·lo porque uz 11 na 11egm 11orhe o¡wcndf con el dolo¡· ele mi alma que a.l.ti11af de cada una de esa:-; ;-;enda.c; qllf' se cruzan tortuosas u callarlas se eorC~IIf1'(/1'Ú lo mi.'mlo, ltcnnana tierra! ... r 111rd {[n tll /a vida !/ 11/C Cllf I'ÍS(CZCO 11 el 1-wl uf oc11ltarse tras lu sierra deja un Jlult•o cf, o1'o n1 los caminos que en ese ins/(//tie con }iilgol' bcwqucun. A la lw< nnwrilla del orrrso lo8 cu 111 i11o.o.: pa rrN' qur? .'-le q11e}a11 ••.. 4967 mcARDO NIETO Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 4DG8 ET1 CORR.I!:O DEL VALLE EL AMOR J-\ LOS LIBROS Hace tiempo alguien escribió contra la pésima costumbre de muchos qnP. {L pesar de su afición á. la lectura ;y de sus medios, jamás compran nn libro. Las causas de esta costumbre, ó mejor dicho, de esta falta de costumbre de comprar, son muchas y muy complejas, en verdad. 1 Las principales me parecen las siguientes: no se conRidera todavía la liúrería como un mueble necesario al decorado de la casa, ni el libro pasa como objeto de ornato; se ama la lecturñ, pero no se ama el libro. En efecto, de todos los muebles los que menos se venden son los ea­tantPs. Muchos no comprenden por qué deben guardarse los libros una vez leídos. Ati1 que frecuentando las librerías se oye á cada paso decir: -"De buena gana IPería este libro. -¿Por r¡ué no lo compra usted? -¿.Qne por qué no lo compro? ¿y qué voy yo hacer .:::on él de~>pues qt•e lo haya leído?" • "I:\'o siendo para éstos el libro más que verdadero e&torbo una vez leí­do. tienen razón al no querer gastar y embarazar la casa con papel ern­l> orronado. En la mayor parte de las casas se ven coleccion~;s de con­<.: has, de huevos, de peJruscos, de sellos extranjeros y hasta de cajas de ceríllfls; pero es difícil encontrar colecciones de libros. En ningnr.a falta alguna cosa que haga recordar que se come, se juPga, se duerme :y se toca; ¡wro no hay nada que recuerde que también Re lf:'e. Y es mucho si llegan á Yerse esparcidos por aquí y por allá, sobre lus mesns, uua veintena ele libro~, cuya tercera parte corresponden al ni­ño que \'H ii. la es<.:uela, y los otro~ cuatro ó cinco á alg-un gabinete de lec­tu m. Los poquísimos que queJan. única propieclad literaria de la casa, est6n sucios, descosidos .r cnn las primeras póginas llenas de cifras y mo­nigotes. Se sirven de ello::¡ pai'U upngar la luz, arrancan sus hojas para encender la lnmbre. ¿Por que destrozáis ese libro ?-¡Está bueno! ¡Pues por que no!-os rPspohderán-si tonos le hemos lt>ído y releído mil veces? T na casa sin librería es una casa· sin dio-nidad-se parece en cierto modo il una fonda-es como una riudad sin libreros, (i un pueblo t,;Ín es­cuela,.;, (>una curta sin ortogrnfía. ¡Qué hermosa es una librería! ¡Cuáutas cosas puede ver y cuánto gusto puede ~acar, aun el c¡ue lee sólo por puro pasatiempo, y si tiene un poco de Sl'U ti míen to y de imagiuaciún! Los IruLos mús adtuirables del ingenio humano están aquí recogidos en pequf:'ñísimo espado y ni alcance ele la mano. l''rutos de inspiracio­nes divinas, da tneclita<.:íoncs y de estudios que señalaron con precoces arrug·as lns fr<>ntcs míis nobles de la. hurnaniclncl; frutos de las más PS­plélldiclas inwginacioncs se hallan reducido~ {\,!u forma de pequefi.os pa­ralelipípedot-~, uprisionadoHlntre ocho al'Í'kls, diferentes por la época, paíseR. lengua, materia y dignidad. lltllllerados y puPstos en fila como un Pjército. Uu comparti111ient.o nw ofn'ce los ::-ig-los pnsados, otro me tran'3· porta il. pnísos IPjaiJOR, l>stu liJe tu1·a el cumzúu, el ele más allil excita la 1 riRa, lile hace Hoiinr un tei'CI 'I'<'. 1111 cuarto IIH' hnc<' lH'nRar, un quinto, sal. társemc las lftgTitn:tR ::;i11 .¡tH·n·J·. l'u!'d1J ek;2.·i¡· sc•gúu el humor; es una fa­milia morul, y hay IIIC's coquetas, que tiran á seducir la vista. Largas filas de pequeños volúmenes, uniformes y pobres, vienen luPgo formando la plebe menuda, mira.cas se g·oza con Yoluptuosidad, con los ojos cerrados; tan sólo olfateando un libro "f' conoce si es antiguo ó so­lamente viejo, reciente ó recientísimo. Les colores que obstent.an ciertald ediciones enamoran, y nuestro gusto se encariña po1· ciert.os lomos y cier­tas portadas, lo mismo que por uetenuinadas cubiertas, COLUO por cara;:, bomtas. Por los libros bonitos y coquetones se expe1·imenta un sentimiento de solicitud más generoso que por los libros g-rande!'; y cuando necesitamos mucho esfuerzo para levantar determinados librotes, sonríe uno, con una complacencia que no sabríamos definir, pero que difiere en un tollo de la que se siente allevautat· otros pesos. Bl que arua los libros goza muy ít mPuunar; ediciones que mal­baratar ·, nuevos libros que añaJir, despedir ¡Í lus que deben irHe, cuirlar· de aq nellos (J u e sufren, restaurar á los 11 u u 1m vejucen y hacer !1.1. corte iÍ los que sobresalen. Hay en suma. dentro de los anunrios un Jlf"quefil) es· tado que gobernar, con todos los placereR, rlesaliento~, envi·lias y glori-e. fica.ciones que sentiría el pequofio monarca que, no puuieudo entSanchar Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 4970 EL CURP.EO DET~ VALLE los rontinPs de su f'stnrlo f'tHI.nto qui~iPra. Rf" consuela y diviertP, reco­rriendo rontinu:tm.,utP lo poco (jlll~ [H>"'PP. E.s nu ert'or crPer f)He s0 nprPnd.• Jo llli"ln:o Pn lil,ros f)tltl son nuestros f1Ue en los quP tomamos prestarlos. ['n libro no da todo c>l pro\·echo que drbe dtlr si no es nuestro. Es preci.:;o po~eriP rozar, subrayar, ponerle ex­f'! o.mnr·ione~. plegar sn<'~ pñginas y hn.rt•r HPI1ales al mat·gen. El qne no hace lll;Ís flliP pasar por nuf'stTn. c•;HHl, no clr>ja rast.m protnndo. ¡Qué di­ferenC'ia! 'l't>nif5nrlolf> en ca~a. se leP .v rf'lPe riPn \'Pres, precisamente enan­Jo puede causarnos irnpresióa mús dvn y Jll:'t!:! ñtil, porf)ne lo CJUO nos hacía clesf•ar nq nelln IPctu rn preferen temen t.e á In. otru, es un a el isposi­ción pnrticular ele nne!':!tro 1ínimo que pasa pronto, quizás antes deflne el libro llPgnra ;Í nnestrns manos. ¡Qué inmeus:¡, PS la in1luencia educadora que unn. biblioteca tiene en los niltos! El dPstino de nnestros hombr0s ha dependido el~ que hubiera nna. biblioteca. f'n Rn casa. ¿Dónde hay na.Cla que avive m(L'3 ínLimanvmte y con más dulzura el corazón de un hijo, loA sentimiPntos ele familia, recordando á los pobres muertos, nuestra infancia y el cariño y los rnidados co11 que t'Odearon nuestra existencia? Los libro~. C)ll8 llevan rl nombro del paJre, que í-1 mismo pnso en nuestras manos, :v Robre el cnal hicimos conversación, recuert1an sns lf'ctn r:'lA precl i lectas, sus juicios, sus opiniones, mil matices delicados rle sn ca.r¡)ctPr. Par1'Cí' qnP AohrL' determinn.Jos tomos esta­roo:'! aún \'iendo inc·linarsc nr¡nellos anteojos relncientes y In. venerable bn rha blanca. Ot.ros volúmenes recuercln.n lu Llmilia st•ntalla en círcnlo y atonta á la lectura en común, con las nrt.itmlcs ele las personas C)lleriuás, las ex­clamaciones, In.s nlegres risotada.,, los sollozos mal soft>ca.tlo'l de los her­manos pecyueños, todo lo cual, :'i no sor por los libros, hubiera. huido ha­cía h1.rgo tiempo ele In. momo•·ia. El hijo del CJllO tm·o amor á los libros los amad. tnmbil'n, y St·g·nenment.o qne no API'Íl nunca un alma Yulgar si mnJ1t.iont' este cnl Lo. rrratelllO!'!, pues, de [0!'10:11' (\, Illll''ltro Jcv1o estr CÍl'CtllO de amigos 111ll· dob y fieles; fabriquemo<;¡ esta peq neiin. fortnlPza pnn poder u os recoger en su mterior los clíaq que no~ a~:~.! tan lo~ dolores mundano-;. Ilan de venir sin remisión." con é>lloq la llf><~•'f'!Ídnd ele! aislamiento,. tlt•l Rilencio. ¡Sen-á triste entonces no tener tlll rinl·t'>n de c.t.;;a, .; r confortftndose con lo'! muerto"! ED.\JU:>:no D'.\:\Bl'!N .. ~ .. - El alma proteica Vl!l Amada, amada mía, te presieuw pero estás muy lejana, t:1n Iejnnn ele esta mi vida miser;~ble y vlorido que me sugiere anhelos tan extraños. lo sienlo htig:1do. envejecitlo. cual si hubiera vivido dos mil añOs Quiz;í antes de latir entre mi pecho con ambición de inc6nitos placeres y de perverso amor, insatisfecho. latió en t'l pecho de otros muchos seres. Seres que blas(.,maron, que sufrieron. que lloraron rle amor. que combatieron. y que supieron de dolor y oh·ido .... Si no es así: por qu~ arde en una llama ')11<' n"' prendí jam;is, v por qué ama ;\ mujeres que nunca he conPci•lo ( • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 EL CORI.l.EO DEL VALLE 4U71 X Ignoro si al dejarnos fuimos cuerdos .. Aquel amor sin dicha y sin fortuna al huir para siempre me dejó una estela de recuerdos y recuerdos .. Mis alegrías se me fueron todas de entre las mano;. y ea mi pena muda. soy como una nostálgica viuda que contempla el vestido de sus bodas. Mi largo viaje emprenderé de nuevo lejos de todo cuanto amé. 1\'o llevo en mis alforjas ni ilusión ni fe .... Tú llevas esperanzas. alegría. y puedes amar mucho todavía. amar y ser amada. Yo .... No sé. XI Tu recuerdo es un niño alborotado que coa modos joviales y traviesos viene á veces del fondo del pasado á hablarme de tu amor y de tus besos Juguetón y locuaz, mimoso y ledo. altera mis mutismos y mi Clfma, pero aunque me importuna, siento miedo de cerrarle las puertas de mi alma. Mas anhelo olvidar, y bien querría cuando me viene á recordar los goces de un tiempo venturoso que pasó, y á decirme con voces de alegría: --No me conoces ? Dí: no me conoces? Tener la fuerza de decirle: N6 1 EDUARDO CASTILLO Día de difuntos ( F~A Y CANDIL) Esta crónica va á ser nn poco triste y, si se quiere, trágica. Como que acabo de dar un paseo, á pesar de Ju lluYia, por algunos cementerios parisienses. ro voy á filosofar á lo Ilamlet. Esta dase de reflexiones está mandada enterrar. :\o he de preguntarme siquiera si to_do acaba con la muerte-lu cual es muy posible-ó si hay un mundo de teJaS arriLn.-de lo cual tampoco puedo responder, entre otras razones, vorque no me he muerto todayía. :\li charla ya ~er científica[{) seudo e:ientífica J y ar­tc inequÍ\·oca es la poclrcdumbn:, dicen los fisiúlogos. Cotl\'engamos en que las ~ociednclcs modernas e'Stán cnd;í n.•n:.o.; difuntos, como d\jo un poe- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 EL CORHEO DEL VALLE ta, con gran escándalo ele In crítica qne ignontbn que se puede ser cadá­ver no difunto, según vcrPmos m;ís ndeln ntc. La descompol Si el muerto no quiere )~romas, se quedará del color que tenía, es decir, color rfe muerto y maldito el caso que hará de la invección. _Ya lo sáhen los qne .estén en \'Ísperas de estirar la pata: orden~n qn; les myeden la substancta consabida (creo que se llama tlourescewa) ~ las pocas horas ele haber exlwlado el postrimer suspzro. Pur lo que á mí toca, va he onlcnado en mi testamento (lestamento ológ[afo, para que no mé pongan una clún~ula por ott-~) que me qu.e­me_ n, J?Orc¡ue es lo que yo digo ¿que hé de hacer yo mettdo en una caJa baJO tterra esperando ft que los gusanos me coman, que probablemente serán malos poetas cotwerlidos en insectos im·ertehrados? Si ft lo menos Yiniesen {t mi fosa otros mnertos íí charlar, manqnl' fuese en e>l silencio de la medrosa noche ...... Pero, no: muy solo, muy tieso co!ll~s manos juntas, mirando la tapa del S'trc6fago, como una momia egtpcm, sin poder rascarme si me pica algiln bicho sin pocler Yolvenne de la?o, sin poder callar á. los que vayan á molestarme pisdadera . Un haz de Juno, como uun. mnd~a de platn. daba de lleno en aá ro tro de virgen, nimbándole Jn seueiíH. . élorac1a cabecita de una e trafia. fantítstica anreola tlt> mi fn.ntttsía foriaba poderosamente, re alta: o soure todo el priru sn peinado, labrado como una mantilla de seda y e11cajP. 'fms una peqUPñl\ pausn, que pro ech6 pnra in,·e tigar tJ"O cuu us gl'ilpdes ojo , bu cando in uda lu.)lUella(] rill!lOI~eJlllf'e~fi~!J .. j c·onHmzr, ii pl't>A·untll.rme dulcemente, aquelJa, \"OICI!Jilflf\..:;~n · q_ue l'PJH'rrutíl) en mi alma. con hlí.du&ur d un u.llllQ u"'''""""''~ ..... - Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 1 , EL CORREO DEL VALLE 4975 -¡Lo que has t.ardado e~t rle querert.P, tontuela .... ? ¡Más caua día ...... ! -¿De ''a. más el ro¡o g"l' sn rara ii la mln, ~· mP hnhlú quetlamentc, ron esa yoz dl· ·\tpliea qne s(>lo las tnnj1•t'Ps saben emplear cunnuo quieren consPgnir nlgunn co!'la-.¡ T(¡ _y:1 no nH' c¡uier<'s, nú! Esta noche se hnn confir·nuHlo mis sospc-dlf\ A. ! (~né malo ere~- PR la Yerbena de In Pn.l~llllrl, (k tui ~nntn, de 111i \'ir¡rcneitn, como tÍI sal>es ...... ¡Ah! CotH]llC no lo .-;nbl'H ...... '? ¡y<\IIHl"' :\ diYertir·nos ..... ¿Yel'l.lnd que sí, rico mío ..... ~ Hil'u; pue!:l Y0.Y (. ai'l't'gJnrlll'' Pll (\OS ll!ÍillltOR, do~ IH\llll tn(ts, .\· l'(lgidt''-' tll'l llr:IZO ttoH \'amn•l, prittH•rn A t'r.tHI.l ft un cal'(·, ,\'. dr~pu\·s, t 0111<1 m os una Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 .... 4076 EL CORREO D~L VALLE "mnnneln'', y :lereehitos, cí In: ermita ;Í. reznrle ¡I,Ja Virgen ...... ¡Cálln, y déjn'me lnblat· ... ! ¡.JesÍl~, cln(• homhrPs -;-;los con sn liberalismo .. !¡ Pum~ sí; aunque tú no c¡nirr;1:::;l entraremoB á, la iglesia para reznrlemucbo ...... y dale con las tonterÍH':i, mucho, y pagarle de esta forma los faYores q ne le debemos~ Yo tenp:o con mi "Virgencita'' una deuda muy grande de gratitud. como i~tnnlmc•11te ti'1; y ju:::;to es que se la puguemos. Es decir, si no me quieres, uü ...... ¿(¿ue no la tienes .... ? ¿Te n.cuPrdas del aiJO IHt'3ndo por esta noche? yo uo la he olvitlado, ni podré oh·iJarla nunca, queri(•ndote como te quiero. Por hoy nos conocimos, acui'rdate bien: ~'!alía yo dt> la iglesia con mi ,·estido blanco, mi mantón de .\Iantln, y un puñado ue rlav·eles re\·entones en el pecho, que, ¿verdad que estaba. muy bonita ..... ? ¿Te puedes estar quieto con las manos, tonto ..... ? Al salir uos cruzamos en el atrio, y tu me echaste una flor que no se me ol\'itlnrá nunca. ¿A que tú no la recuerdas yá? SPgni.nos andando, y, al adelantarte para examinarme mejor a la luz de un farol. mit; amigas. que no SP. habían fijado hasta que repetiste las flores, ó "piropos", creyéndose que eran para cada una de ellas, co­meuzaron :'t disputárselas, alPgando, la que menos, para desarmar á las otrnR, que llevabas ya un afio galantes:lndola sio A-treverte áderirle nada. Yo callaba y sonreía, segura de mi triunfo, porque es muy difícil que una mujer se equivoque en eatos casos, cuando hallándose entre otras un hombre la prefiere á lns demás, aunque sólo sea en una rápida mirada de investigación. Y así sucedió al dirigirme directamente nuevos piropos; todos los elogios que habían hecho de ti se convirtieron en censuras mordaces y Lurlas, aconsejúntlome, porgue "me querían bien", que no te hiciera caso, que erns un perdido .......... . p,..ro se engañaban; y nad::t consi~uieroll, porque tú me llabías hecho "tilín'', ¿no se dice a í. .... ? mucho tilín. Y, Riu hacer caso más que á mi corazón, que me decía que !ieríarnos el uno par;L el otro, ,·old la cabeza. para mirarte muchas ,·eccs v animarte á que continuaras siguiéndome y que no me dierac:; "esqninazo", porque entonces se buriaríande mí des­piad ttlameute. Pero nu fu(. así: cuando llegiimos ~la puerta de mi casa, todas al mismo tiempo voh·lmos la. cabeza; y, viPnclote" plantado'' en la. Psquina y que me "comías" con los ojos, una alegría salvaje se apo­deró 'de mí con tM ímpetu de risa, que, si rerur.rdns bien, yá oirías aque­lla c.:nrcnj:.trla eRtrepitosa y burlona que solt,t' nl entrar en el portal, que­ja pn,ra ellas fuf. un esputo ele dbora, y para ti, nu beso mu.v grande tle gmLiLtirl, f)!Jl'!JIH! f'll estos cao;;os vuPstro mayor triunfo está eu sulvar el orgullo cí anwr¡¡ropiotlc una rnujr>r. INspuf.R, yit lo viste, Pneendí la luz; aunqllf' no era neresnrio, para que sttpif't'as c~n quí: cual'to vi\·ía; salí al bulc·ón ú beber Hguu. {¡regar las ma­eetns, ií sacndir la fnlcla, r¡ne sie111pre he Rnc·tHlido al día siguiente, y, por lÍltimo, ft c:c~rrnr laR maderaR, sé>lo porqn"! me YÍet·as ). verte, no ha­cieurlo caso de las vor.r>A dPmi madrr, rpw me llamaba "loca". :\IP pe¡·rutiCindo en mi alma!.. l'uaudo n manr>ció, IIH' armjí' dt'l lerho, el irigi(>nclome al balcón, ere· yPnclo r¡ue añn P.staríns en la esquina. ¡(!ut~ loenraR, hijito, se le ocurren ú una cnnnclo HP- cnnlnOJ'a dr. Vflt'aR! ..... . ¡Y cnitJ!Iiu y <.:tl<Ínto le rrré yo nquel clín. ¡Í la Yirgen, piuiéndole, bnjo pron,c•sa,; cJ,. lo<.:tll'll, r¡nc \'olviet'UH aquella tanlP, qnc mo quisiera!'!, ;v c11H~ meconeecliern. tn cariüo ...... ! • Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 EL CORREO DEL VALLE 4977 Y míru. tii. cómo Ella fué buena. y escuchó mis súplicas, haciéndome la mujer más dichosa y feliz, de este mundo ...... Sí; la más feliz, no te rías: porque díme, feo, ¿qué cosa hay en la vida mejor que el cariiio ...... ? Nada, nada, y nada ... ¡Querer y ser querida ...... ! ¡La gloria.hijito ...... ! !Qué! ¿Tenía ó no razón para decirte que estoy en deuda con mi "\?ir­gencica", y para pedirte que me llews á rezarle mucho? Y, !iÍ eso 110 fuera bastante para convencerte, yo te diría. una cosa que ...... N6;no te la digo: me da vergüenza ...... ;Quíta, dejame ...... no te la digo ..... me da Yergüenza ...... cálla ...... cá ...... si ...... sí ...... ¡« Eson ...... ! Y, al pronunciar casi inarticuladamente esta última palabra-sue­ño supremo por mí tan deseado -hundió su cara, encenJida como un crepúsculo, entre mi hombro y mi cuello, rehuyendo la caricia de mi8 labios, que, trémulos de alegría, buscaban los suyos, hasta que al fin, Yencida por mi retlistencia, cerró sus ojos, y nuestrns bocas fe encontraron en un beso grande, que repercutió en la estancia como un himno triunfal á la vida. · Hubo un :nomeoto de augusto y soberano s:lencio, granel t.ono de mi voz.-¡, Pero tJuto 1 empeño tienes en ir esta nocheá la. vet·'Jena'? -¡Oh, sí, mucho empeño; y{¡, te io .1e el icho! ¡Parece mentir·a que me lo preguntes ...... ¡Verás: me poodri' el ,·estido blanco que llevaba cuan-do me conociste y que á tí te gusta tánto; eltn11utón de ~lnuiln. que me regalaste cnando nos casamos, y flores, mtwhnR ilores en el pecho, que te juro que voy á estar muy boni ta, pNo que muy (trequetebo-nita>>. Conque ...... ¿me visto ..... ? -¡Sí, mi ,-ida ......... ¡'l'odo fue una broma por oírte; yá sabes que mi voluntad es la tuya, y que ::;iempt·e e"to,Y dil'pnesto á .cnmpln.certe en todo lo que quieras. Anda, nrT¡;gJate pronto, y vúrnouos (l, ln Yer­bena. -¡Olé, mi vida ...... ! ¡Viva la Virgen ...... ! Yin:t la \'Nbena, Yivan los hombre~ gitanos ...... ! Y, batiendo p tlinas, en aJocacln.s pit·uetas, fué á refugiar~e eu la inti­midad de su camaríu, retornando al poco rato, con grande extrniiezn. mía, burbujeando la sonl'isa en Ans labios, jn~netenndo Rll>l pil'Secitu8 ttlenudos y peqn0ños, qne S<' per~egnían eomu dos gqJOJtdrinas en ce­lo, bajo el espumaute batín de la seda y etwuje Jo la fn.IJa y eua- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 4978 EL COREBO DEL VALLE guas, y pendiente de Jos hombros el rico pañolón chino, que 80 cerua á su cuPrpo ele pmxitélica. cincf>laciún, con la pompa y maje!;;tad de un mnnto regio. Cogidos del bt·azo, abandonamos la. e.stanr-ia, ell:1 sn t isfetha y con­teutn, y yo más et:amora.do que uuoca. La Yiua triunfaba en aquella. venturosa noche de Estío, bonaeha de perfume~ y ele luz. Huuimos ú una <n ,·oz Lnjn: ¡Oye, escucha egt.o, que no quiero que me oiga el eoclwl'O! Y, <.~1 inc:linar mi cnueza, dejó sobre mis labios uu beso dulcP, calla­do, y mu,Y lru·g·o, fijando su mirada Pll Jo iofinito. En aqtwlmomento, bujoel intenso azul df'>la noc!Je, ct·nz(¡ uua estre­lla su fugaz carrera ele luz. JosÉ L. BARBERA:-< -:B~:~ La emparedada Reclinada sobre tapices, pálida y triste, entre humareda::! de p"'belcros que la cr.vueln.·u en nubes de exóticos inciensos y \'Ío)entos sahumerios orientales, lé.l Zarina tiembla, pues Ya tí regresar su esposo, su terrible esposo, de la p:uerra 6 de In caza; y, cuanuo regrese, sufrirá 1n Zto. 'ln Yista me es :.tmar~é.l como el absintio. Oditl tu' ojos azuladoH y tus lúgrimaf'l infantih:'s, que uo ad<"rtas ú c~coudct·. Odio la rof'la que te adorna, y la fragancia que dcspidcu tus labios. Odio ttk' manos ele marfil, semejantes ú los de la icoun, y tn pi\.'. bien form,¡'dos, que he \'isto nvenida á los aprecia-bles caballeros doctores Juan de la Rosa Barrios y José Ig­nacio Ospina. Hacemos Yotos porque su eo;tadía en esta capi· tal sea duradera. Muy buenas películas se han exhibido en las funciones de Ci­nematógrafo en las noches del sábado y domingo últimos; espe­cialmente llamaron nuestra aten ción las de la guerra Ruso-J a­ponesa y los dos huerfanos.· Para esta tarde está anuncia­da una corrida de toros, cuyos diestros son hijos de Colombia. El próximo domingo es el día señalado por la ley para la elección de Diputados á la Asamblea Departamental. Oja­lá que Cali. en ese día de una prueba más de su exquisita cultura social. Ha~ regresado para Bogotá, con el fin de continuar sus es­tudios, el estimable joven don Vicente Escobar M. Le de­seamos un feliz viaje. Saludamos á nuestro ami­go don Luciano U maña, quien ha llegado de Tumaco. Damos sentido pésame al Sr. D. Miguel Gómez, por el fallecimiento de su estimable hijo FERNANDO, acaecido el martes en la noche::. •

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El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 414

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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Notas marginal El Cabito [Novela Venezolana contemporánea por Plo OU] La impresión que deja la lectura de la novela de Pio Gil-bl'i'lJMi t~U:·as-~ ... critor venezolano que oculb su nombre tras es~ presión dolorosa y amarga. Porque pensar que la ci6n que iniciara un Miranda, que acometiera Bolfv'ar' Sucre solO' servirla despu~s de un siglo para qu' ocupase tria de Andrés Bello, -un soldado audaz y pervertido, - ea el espíritu más optimista y para llenar de amárgura el piada. Observa Alfieri en su libro De la Tiranf..a que el principio de esta es unieamente el miedot Y la aserción del ilustre horada á eada instante por los nechos. Llega un día en de una nación se apodera el miedo: las colectivid~es son l!ol>arl!les Le Bon. Poco importa que haya entre ellos uno ó dos hombres ~ .... &~.,..., ' mente honrados que se irgan: ~ aplastados por la fuerza la opinión que es la frase favorita de los aduladores de las mtutl.&U(lre& tonces la obra del tirano está ya hecha. Y como éste no ignora ~lJien~t.:~~~~~ je con que se deslumbra á los pueblos y conoce la idiosinc~ ·a bien pronto se verá sostenido por mil brazos que se d utan el paseárlo eu triunfo. oLas esfinges del Nilo parecen en ciertas epc)CWti han crecido sobre sus pedestales; pero no es qu~ las elevado, es que el nivel de las aguas ha descendido.» Es 1 mundo: ¿por qué debían exceptuarse de ella nuestras turbulentas cracias viciadas en su origen y corrompidas en su fuente? Pero hay algo que distingue las tiranías del y· jo las han surgido ~n las hogueras de los campamentoS' tarios en._aJ¡¡run.aar!P.B nuestras repúblicas. Ha habido en algunas de aqu cierta deza, cierto espfritu seilorial que inspira respeto, al pas qUt las ducen repugnancia. •Lagrandeza, de los hombres pt1blic:os, dice que hablamos, al igual que por la trascendencia de los hechos, la talla de sus cortesanos: eran reyes los áulicos de ............. ~ eran héroes los áulicos de Bolívar, "Libertador; eran m<:ISO:~os Washington, F9ndador.- Cuando los bufones extlulsan tas, y los ret6ri~os arrojan del foro á los oradores, y los chl~iiiti.tiiW / la cátedra de J9s filósofos, y los ri~les expulsan de lo risconsultos, ~porque los aug6stulos irq_ponen el .. .,. ...... ".,...ll!"~"' dad á un pueblo en decadencia • Venezuela sintié dUI'f.nte ete la OPJ!'PltllQn .~_..,ll"" "'l'l res de opera bufa, -y el libro e Pio · I&.DflP""-fll~.'tl' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 8141 algunos h~chos del Restaurador y el# á c~lla. Yaá. ~-r,:~~~ servido también de la novela como & Ulia ):Jlcota ~ e:: do y ante la historia al•tigre de las pampas•. El Cahito era ~1 nombre familiar eon que. se desi~ba 6 • Venezuela por sus aduladores. bien sabido es que-~a_~ no h~:urt..ar•JIII xico ordinario y rivalizan entre si para cr9íU" nuevas palabras qj¡e~7ii!{; tren toda su abyección ó en apelar á diminutivos que digan El Dictador de Venezuela gustaba de oirse llamar con aquel Acaso á Napoleón el Grande no se llamaba de la misma manera? La novela de que hablamos es la historia d•nudl. d~ una 6~. que pudiera condensarse en estás líneas de ~uélla: •En Vene· zuela se sudaba frío y se hablaba á señas». Déspués de numeroSBS contiendas, -de anarquía y de desorden, un hombre llegó á tietnpopara.re­coger una triste cosecha de envilecimiento. Aquel homlire hablaba reeio y eso siempre impone respeto á la muchedumbre; adulaba á los caciques de las provincias y partía con ellos sus rapifías, -y tenia trae de si un séquito de esbirros y mentores, desde Gumersindo Rivas, -el director eJe El Ctnwtitu­cional,- abyecto y bajo como un eunuco,-hasta Jorge Bello, el car~lerq del Castillo de San Carlos. Era el dueñ.o de un predio. Era el Restaurador, éra el Invicto. Y de uno á otro conftn de la Re~ública sólo se ofa un coro de alában al Jefe indiscutible. La prensa agotaba el vocabulario de la adulaeión hista el ri· dlculo, -pues ese •cuarto poder» como se le ha llamado con raZón en ~ naciones civilizadas,-es un retrato del carácter nacional en .ocasiol:\88 en nuétras epúblicas: acre, apasionada éinsultante contra el Magistrado" que r~peta. Ley, se torna sumisa como un perro cuando un hombre leensela iát;igo ae los domadores .... El Restauradór tiranizaba á nombre de la libertad. Esa amargá iroJ$, tan frecuente en el Cotltinente enfermo, como lo llamó Zuleta, seña M'f& hacer asomar la sonrisa á los labios si no hubiese peligro en dejar aparecer al rostro en ciertas épocas esa florescencia del espirito. Fué el mismo siste· ma de Rosas en la Argentina, de Sapta·Ana en Méjico, de Simón en Haj· tí y de tantos otros. Ya ni siquiera queda el consuelo de decir las palabras d~ Madame Roland al ser ajusticiada, porque no son crímenes los q1,1e se cometen sino inmundicias los que se ejecutan á nombre de la augusta diosa. Ya un distinguido scritor nuestro al tratar de otra novela venezolana, -El hombre de hierro, e Blanco Fombona, hizo notar las dh-ergenciq.s de la vida politica entre la hermana y vecina república y Colombia. A de nuestr~ contiendas y luchas armadas, nuestro pueblo es esEme~a~IIlel civilista: de ahf el que no hayan existido partidos personalistas y que yor parte de las guerras hayan tenido su origen en la lucha de Después de todo,-quizás sea preferible armar la bronca por~ la palabra) que verter la sangre por caudillos, cas· siempre ignorante gue no llevan otro fin que el de enriquecerse. Como natural consecaencia ele fia puede afirmarse que en Colombia no ha existido una verdadera tiran mo las ha habido en otros países tropicales,-y si exi&ti6 una. ver era Dictadura en los 1iltimos tiempos, -ella. e hizo sentir, no por s o· res sanguinarios, sino por su sórdida av.rieia y su innoble pec do; Baa­tó un gesto del pueblo para echarla por "e,rra: el alma naeiolial ~ ba ador.!Jlecida pero no muerta. Todo lo contrario ha sucedido en V: azuela. Desde tiempo el caudillaje ha sentado sus reales en e a, -y cuando estQ OCtlRI:t cesita una lenta evol cion de id'eas y un eambio completo de_eQlUQltl eional para desarrai ar el mal del organismo. Dejemos ha ar­El Cahito: Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 EL CORRF10 pEL VALLE «La cumbre del poder y la cumbre del delito, el solio y la horca, se han com­penetrado en una sola, para hacer pedestal á nuestros héroes justiciable~. en cuyos rostros se alternan la ferocidad y el miedo, con la movilidad risible y medrosa de un gorila enfurecido. Cada camarilla triunfante asalta el poder con maybres apetitos de lucro y de mando que la predecesora: el despotismo estúpido de Crespo hace recordar con cariño el despotismo oropelesco de Guzmán Blanco; el gobierno vacilante de Andrade, justifica el despotismo de Crespo; la tiranía sanguinaria de Castro, exhibe como una épo­ca arcádica la administración anodina de Andrade; la Regeneración parece un paraíso contemplada desde la Restauración. No marchamos hacia arri­ba, sino que descendemos; el hundimiento de hoy será visto como una cum­bre desde el hundimiento más profundo de mañana. . . La antítesis cons­tituye la decoración denuesta comedia social y de nuestro sainete político; la opulencia y la miseria, el ministerio y el calabozo, las aclamaciones rui­dosas y las proscripciones implacables, los vítores y los mueras al Ilustre Americano, los vítores y los mueras al Héroe del Deber, los vítores y los mueras á Andrade, cuyo fugaz gobierno no les dió tiempo á Jos industria­les de la adulación de darle el título correspondiente, sucédense unos á otros como la algarabía de una borrachera de pretorianos insumisos ó de la· cayos en huelga. A cada tramutación política sigue un cataclismo social y económico; de las prisiones salen unos presos que ponen grillos á los anti­guos carceleros; fortunas que se desmoronan, fortunas que se improvisan. basuras que estaban en el fondo y que suben arriba, cortesanos que se hunden, cortesanos que flotan, cortesanos que surgen, familias que se pier­den, mujerzuelas que se aristocratizan, ruinas súbitas, millones improvisa­dos; la emigración de éstos que van á asegurar en el extranjero la diges tión del interrumpido festín; el retorno de aquéllos que vienen á buscar en las Arcas Nacionales cómo satisfacer las abstinencias y las deudas del exilio; y todo ésto sucediéndose con una rapidez febril, que no es el tranquilo cam­bio orgánico, la renovación fisiológica de las sociedades sanas, sino la rá­pida descomposición cadavérica de las nacionalidades que se disuelven". No pretendemos hacer en estas líneas un análisis del libro de Pio Gil y esto nos releva, por tanto, de entrar en ciertos detalles acerca del mis­mo. Campea en la novela un realismo que á muchos pudiera parecer exa­ge, rado, pero que la misma índole de aquélla hacía preciso. El autor ha hecho obra de arte y obra de patriotismo. Ha fabricado en acero primoro­samente tallado un im·i y, después, con mano segura, lo ha estampado1 en las carnes de los áulicos del Restuarador. 'rodos los personajes que andan en la novela [casi todos ellos con su~ verdaderos nombres] son de una realidad asombrosa. Hay momentos en que se cierra el libro para abominar tánta bajeza y protestar, á nombre de la justicia, contra tántaignominia. Y en medio del cuadro, -repugnante y odiosa, se destaca entre la sombras una más intensa que las otras. Es la del Caudillo. A su rede­dor giran los aduladores como gusanos sobre una carroña. Pero vosotros no sabeis qué es un caudillo ni cómo se incuba. El autol' os lo va á decir en las lineas que cerrarán las nuéstras para que la última impresión no les sea desfavorable: ••• o •••• o •••• o •••••••••••••••••••• o •••••••••••••••• o •••••••••••••••••• ((Aquel mozo perverso conoció en los demá::; el miedo, y como siempr~ ha sucedido, el miedo ajeno y la perversidad propia, generaron en él la noción vaga del dominio despótico. No lloraba nunca ni suplicaba: de un encie· rro lo sacaron á los dos días, casi exánime, resuelto á mo~·in>e de hambre, in tes que darle satisfacción á un compañero á quien habla abofeteado; era valiente y también traidor: cuando no podía atacar por la espalda agredía Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 8143 EI" CORREO DEL VALLE de frente. Tenía todas las cualidades de la vida ancestral y le faltaban las de la vida civilizada; estaba hecho para la selva y no para la ciudad, era un regresivo producto troglodítico. Aquel hombre, organizado para lu­char con las fieras, nació por equivocación en un medio donde lucharía con los hombres; hecho para jefe de horda, sería jefe de Partido en un país semi-bárbaro, donde triunfa y obtiene prerrogativas una cualidad bárba­ra: la valentía feroz.>> > «El valiente jamás sobrepujará el coraje ni la resistencia de un gallo de riña: este animal representa el límite del valiente; el sabio puede acercar- _ se á los dioses: la divinidad es el límite del sabio>>. ((A medida que la civilización avanza se va encontrando inmerecida la gloria que se ofrece á los héroes é injustamente mezquina la admiración que se tributa á los apóstoles y á los sabios. Alejandro y Tamerlán, sa­crificadores de hombres, van pareciendo menos grandes que Jenner y Pasteur, salvadores de hombres, y menos aún que Moisés y Confusio, apa­centadores de hombres. ¿Los que inmolan pueblos á su ambición, se­rán más dignos de alabanzas que Yersin, que le hace á la humanidad el sacrificio de su vida?)) ((Empieza á maldecirse á los hérce3 y á bendecirse á los sabios. , «Día llegará en que los conquistadores y los déspotas serán considera· dos como insignes bandidos, cuya gloria se debe al sentimiento que im­pulsa á la Humanidad á arrodillarse ante los grandes delincuentes á los cuales no pue::e ahorcar. No se trata aquí de los altos caracteres que han puesto su energía al servicio de un alto sentimiento de libertad y de jus­ticia; la guapeza de éstos está ennoblecida con el altruismo de sus propó sitos; la dosis de animalidad y de músculos que hay en· todo valor, está en ellos excusada con la dosis de corazón y desinterés que hay en todo ideal: sino de los que utilizaron su talento y su voluntad en beneficio de su pro­pio engrandecimiento; no van estas líneas en baldón de loii Libertadores, sino de los Usurpadores.>> > y el asunto era el siguiente: «Una encantadora muchacha de quince años admitió las ,~Jroposiciones amorosas de un joven. El padre de la chica opuso resistencia á estos amores por los malos antecedentes del galán. Interrumpidas al parecer las relaciones, recibió el padre de la cando­rosa doncella una carta tan lacónica como sustancial; decía asi: Señor su oposición á mi matrimonio con su bf.llla hija, ha sido inútil, Hoy le ofrez­co la honra, á cambio de aquél, y de una dote de quinientos mil francos. Es­pero su respuesta en Londres; diríjase á la lista de correos.-Fulano de tab>. Los primeros impulsos del viejo fueron matar á la desventurada mu­ch'lcha, pero re1.ccionó pronto. pensando un castigo más práctico. Al efecto contestó en estos términos: ((En la venta de Sain Eugénie del camino viejo de Co'rbeil espero á usted el día treinta y uno del presente, con el fin de for­mali2ar el contrato que me propone, y adquirir alhaja para mi tao pre­Ciach.. Parí" tres de Enero de mil ochocientos ochenta.>> Los periódicos franceses se ocuparon duran te el mas de Febrero de aquel año, de un crimen cometido en el camino de Corbeil, donde apareció un hombre muerto, sin que se hubiera luego podido identificar, sin que el autor del hecho deja~e la menor huella». Al llegar á esta parte el semblante de Doliman reflejaba viva sa­tisfacción. «Lástim'l fue que el culpable no alcanzara el castigo que también le preparó el burlaco padre, pues el asesino pagado por este para ejecutar el hecho, dió muerte á un inocente que, con malas artes, mandó el seductor á la venta de Saút Eugénie en previsión de los tristes sucesos que ocu­rrieron.>> Monsieur Doliman no pudo seguir. Atónito quedó al leer los últimos renglones. iNecesito saber cual es el autor de este trabajo!-murmuraba con atento cólerico. ' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 , EL CORREO DEL VALLB 814~ --- ·------------------- Sin embargo, era imposible. Para abrir los sobres que encerraban los nombres y sefias de estos; ua requü;ito preciso que sus cuentos fueran premiados. Por otra parte obraban en poder del Secret->rio del Tribunal y había que enterar á Monsieu,r Carnbrure y á Claude G b ,zet. -¡No importa!--excla.mó descompuesto Víctor.-iNecesito sa"Qer su nombre, y á toda costa lo he e' e averiguar! Por la influencia decis1 va d~ V1ctor Do liman fue premiado el cuento que ostent9-ba el lema de <mhre. fria, en que el cierzo las tumbas desmorona ? Que bajPs de la bóveda vacía y pongas esá sideral corona sobre el sepulcro de la m«dre mía 1 JULIO FLÓHEZ PABLO CASES Un Consejo Cnanclo llegue á tn hogar algún viajero Con la lU7. del placer en la rurtla. ~i no salles quién es, con voz tranc¡uila, Antes de entr.lr, pregúutale primero. l'regt1ntale c¡nién es, al c¡ue altanero Al toc~r á tu puert.~ no ,-acila; Al c¡ne en ~u trato. en aplrit•ncia estila 1~ 1 proceder de un rico caballero. ll'<'ro al que débil tu fa,·or reclama, Y antc- tu ho¡:ar. jadeante. se detiene, Al que triste bUS lágrimas derrama, Al c¡ue te pide un pan, pues hambre tiene 1 ~o preguntt•s j.tnrís ccímo se llama, Cuál es su patria 111 l C:~stillo · En aquel viejo caserón aldeano te ví por vez primera, flor humilde, y no sé si tu nombre era un arcano, Carmen, Lucelia, Salomé ó Matilcle. Mi amor se ha acrecentado á la distancia, el paisaje nativo se ilumina con el sol provincial, y la fragancia conservo de la huerta campesina. Al despedirme del dolor opreso en mis brazos te di el último beso, el beso acostumbrado en las maiianas nupciales, y al decirte adios de hinojos, arrasados en llanto eran tus ojos como dos fiorec:illas franciscanas. EDMUNDO VELASqUEZ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 EL CORREO DEL V.\ L. LE R150 La importancia del ideal (DE MADAME ANNIE BESANT) •El hombre es la creación de su pensamiento. J) Esta máxima se lee en una de las Escrituras Sagradas de la India. Además: ((Se llega á ser lo que se piensa•. Y aún: ((El hombre se forma con sus convicciones: dime cómo piensa y te diré cómo es')· Estas palabras están absolutamente de acuerdo con la ciencia psicoló­gica de nuestros días, la cual reconoce en las ideas la base firme de las acciones. En la triplicidad humana la voluntad mueve; el pensamiento di­rige, la actividad cumple, y la acción no es sino la manifestación de la idea. El destino de un hombre ó de una nación depende de las ideas que domi­nen en la mentalidad del individuo ó en la mentalidad colectiva del pue­blo. El artista, llena el alma de una visión de belleza, toma el pincel y hace una obra maestra; la Francia, ebria con idea de la libertad, se lanzó sobre la Europa para romper sus cadenas. Siempre la idea precede á la acción. Pero entre las ideas hay bastantes diferencias. Las ideas vagas, flotan­tes, indecisas, frívolas, no dejan sino una huella pasajera sobre el carác­ter: las ideas fijas lo dominan. La idea fija, según los psicólogos, es una idea que domina la mente, que se queda allí á despecho de todos los razona­míen tos, de todas las tentaciones, de todas las fuerzas á las cuales la huma­nidad sucumbe ordinariamente. Si esta idea es verdadera, bella, en acuer­do con las leyes de la naturaleza, conduce al hombre á quien ella domina, á la cima de las virtudes más espléndidas; si ea falsa, arroja al desgracia­do en el fango del fanatismo ó de la locura. El ideal para el hombre es una idea fija, moral, capaz de formar el ca­rácter é inspirar el corazón. Quien no tiene ideal flota sobre el océano de la vida, cayendo aquí y allá, llevado por las corrientes de las circunstancias, de las atracciones y de las repulsiones, sin fin determinado sin orientación deliberada. Quien tiene su ideal fijo marcha derecho hacia adelante, no retrocede sino cpara saltar mejor'), hace inclinarse las circunstancias ante su voluntad firme: es un buque que obedece al timón. En la educación de los jóvenes, la cosa más importante es poner ante sus ojos un ideal vibrante y elevado, encarnado si es posible, en los gran­des hombres de la patria, ejemplo de virtudes cívicas, creadores por su in­teligencia y por su trabajo de la prosperidad nacional. La imaginación ardiente de la juventud vivificará esos retratos, y el niño sacará de ellos los rasgos con que arreglará una personalidad conforme á sus aspiracio­nes y á sus esperanzas. Que él espere llegar á ser hombre de estado, sa­cerdote, industrial, negociante, soldado, artista ó simplemente buen ciuda­no, siempre hallará en el ideal que se le ofrece los materiales que respon­dan á su aspiración y formará su ideal propio, ideal que vendrá á ser su ángel guardián que lo protegerá de todas las bajezas de la vida. Cuando se ha escogido el ideal se debe pensar en él con amor unos mo­mentos cada mafiana. Esta oración matinal hará germinar insensiblemen­te en el carácter las cualidades del modelo, pues el pensamiento es fecun­co y forma al hombre. Es preciso anotar que los pensamientos falsos, bajos y malos, desa­rrollan defectos del propio género. Cuando se siembran en un pais ideas malsanas, ellas germinarán en los caracteres de los ciudadanos y produci­fSJ rán su cosecha de vicios y de crímenes. Los libros, los periódicos, los dra- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 8131 EL COUllEO DEL V A LL E mas etc. siembran las ideas que producirán buenos ó malos ciudadanos. Un ideal noble eleva al hombre, un pensamiento bajo lo envilece. La juven­tud, sobre todo, es la más la expuesta á la influencia del pensamiento. Presentar al público ideas nobles, rectas, fraternales, vibrantes de amor y de justicia, es ayudar á constituír una nación grande, pacífica y feliz. Presentarle ideas groseras, de odio, frívqlas, es propender á reb~­jar la patria, pues el pensamiento es la fuéza creadora del universo, crea las buenas ó las malas acciones. Los que envenenan la fuente de la activid~d humana son los enemigos del género humano. 1 1 ·.·+;.._,.~·· - La rt• sa Rasgó el Oriente su crespón sombrío bañóse el cielo con su luz primera y se vistió la alegre primavera su túnica de gotas de rocío. Lanzó de sí con pertinaz desvío sus legiones, de sombra la ladera, cruzó cantando el aura pasajera, templó su lira de cristal el río. Rodó en su carro el alba seductora, sus ejes de oro reprimió indecisa, y alzó la alondra su canción sonora. El sol subió como en ligera brisa, y al rojo beso que le dió la aurora, batió las alas y nació la risa SALYADOR RUEDA Medioevat Mi novia es tan hlanca como una azucena .... No sé si fue acaso en u:1a maüana que llegó á mi huerto amorosa y buena con sus caridades de virgen cristiana. Tal vez fue una noche ... . - oh! noche lejana­cuando desgreñada la turbia melena, dejó los festejos de la caravana y vino á mi vida sonriente y serena. A sus pies cayeron pesares y cuitas; entoné á sus ojos la primer balada; revivieron todas mis flores marchitas. Y cual caballero de la edad pasada voy hoy por sus fueros á todas las cita:;;: la cruz en el pecho, la mano en la espada. JULIO GALAN Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 .., EL CORREO DEL VALLE Rlií2 Ondas secretas Siempre que pued'l buscaré tu arrimo, pues de tus frases lánguidas emana una infinita sensación de m1mo y una ternura mística de hermana. Y porque cuaódo el alma se entristece, por lo que guarda el porvenir de incierto, 6 por Al/a ... . ó por nada ... 6 pOFedo. A sus deudos acompañamos en su pc:1a. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CORREO DEL VALLE EL CALOR Y LA . SALUD. Es sorprendente. y sin embargo cierto, ele acuerdo con todas IR.s in­vestig< l ciones científicas modernas, que la vitalidad del organi~mo sufr·e ruás y es más combatida. por el r:a­lot · continuarlo por largo tiempo, que por rgual período de frío, y quE' el cuE:'rpo huuano requiere casi el mismo tratamiento en touos los climas para conservar su robustez y poder resistir los embates de la enfPrmedad. EsasimismociE'rtoqne la ciencia no ha descubierto un re­medio mejor para robustecer E'l or­ganismo en cualquier clima, quE> el aceite de hígado de bacalao. Esta aceite es diferente á todos los demás y á todas las medicinas, porque for­man parte de su composición las substancias que el cuerpo necesita, y cuando se hace uso ce él con regu­laridad no deja nunca de dar robus­tf'z a.! organ'ismc. Debido á este elemento de vida q uf' sólo se encuen­tra f'n el aceite de híQ'IHlo de baca­lao, se han hecho ntno'3 mtento'3 para f'ncootrarle substitutos. pero el hecho es c¡ne no hay sui>stitutos para el aceite de hí¡rado de bacalao. La forma mRs apwpiada para ud­mini. trar, con la mayor purPZa, el Hceite ' rle hígndo de IJucalao, es la EmnL i6n rle Scot.t., empleadaell to­dos los países del muudo, y torlas las pPnlonas que E'St!'in debilitadas por cua lCJ n ier cauRn ~eben ternaria torloA los clíns. Nos complacemos dP. poder informar á nuestros )peto­res r¡ue f'Rte rernerlio m·HaYilloso !'e halla actualmente al alcancP de ri­cos y pobres. La Emulsión ele Rcott puede !'Oitlprarse ahora i\ un prPcio muy módico, pues los faol'icalltt's la t>nvaRan en fra. cos de nue\'O ta­maiio qne Re adnptan ti. las uec¡.osi­dacles de todos. No se haga caso de / las preparaciOnes anunciada~ como sul>RtitutoA, porque no pueden ha­cer bien. Cómprese el paCJuete que IIE'va la. etiqueta repreAent.ando al hom bt·e con el gru.o Llaca la o á cues­tM. • UNA IDEA AÑEJA Y TONTA. Se creí.!!. antiguamente, que una medicina era benéfica en propor­cion á lo repugnan te de su sabor y olor; pero ye. sabemos que tal idea era un disparate. N o hay ninguna razón por la cual la medicina deba ofender á los sep.tidos más que los alim~m~o::~, y por lo mismo, uno de los triunfos más grandes que ha alcanzado la química en los últimos afios, consiste en lo que se puede llamar la redención del aceite do hígado de bacalao. Todo el mundo sabe cuan asqueroso os el sabor y olor de esta droga en su estado natural, y no es de extrafi'lrse que la mayoría de J.t~. gente declare que prefiere sufrü· la enfermedad {¡, tomar el aceite de hígado de baca­lao puro."' Ahora bien, es una ele las leyes de la naturaleza, que un remedio que es repugnante al olfato y al paladar, y que tambien revuelve el estómago, no puede producir buenos resultado~, pues el organis­mo se rebela en su contra y á gritos pide deshacerse de él. El mila­gro apetecido se encuentra en la PREPARACION DE WAMPOLE en la cual tenemos la parte valiosa del aceite, sin los demás elementos. Este moderno y eficaz remedio es tan sabroso como la miel y contiene todos los principios nutritivos y curativos del Aceite do Hígado de Bacalao Puro, que extraemos direc. tamente de los hígados frescos d~-' bacalao, combinados con J ara.bet· Hipofosfitos Compuesto, Rr~.cu.étoil de :Malta y Cerezo Sl.','O'd'{,re. To­mado ántes de los alimentos, evita y cura la Dispepsia Nerviosa, Escró­fula, Clorósis, Resfriados, Afec­ciones de los Pulmones y todas las enfermedades que se originan por las impurezas de la sangre. "El Sr. Dr. Ignacio J>lasenciu. de la llabana, dice: Ile usado su magní­fica. Preparación de W ampolo y es inmejorable como t0nioo reconsti­tuyente, lo cual ha. sido compro­bado on mi práctica." Do ven· ta en las Droguerías ! - boLicao¡ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 1 EL CORREO DEL VALLE 8154 El pninkiller, es el 1\)Pjor, mas ino­cente y eguro rPmeclio para críli­cu, calambres ,, diarrea. Parn hP­rirlas y contuciotH's no tieJH! ri,·nl. Rehuse substituto. ?\o hay mns c¡ue un ¡winlo/lc:r el de ¡wrrj' rln­~ ·is . rientos dP .1/érlico rrc·ptan Pnm­nln para el fl;tlllr1ismo con los me­jotes rtJsultados. Pam-n.ln. ataca Y combatc> el f'n­ludis11Jo cxpulsnndo los pari't<:itos de la sangre. No contiene quinina. Es inoféns iva. PAIII-AL.\ es un agradable elixir que le librará de P.\LVDISMo. No contiene Quinina ni nin!!tlna otra droga perniciosa b DONDE Ql'IEru c¡ue Rc usa PAM­AL.\ sP le alaba como lo mejor pnra ul PALUJJIS.\10. Li.b 1·e rle 'quinina ' ar~í·nico ó cualquwra otra droga.' daüina. P.\.\1-.\LA limpia el sistema de PA­L! DIS.\ICJ. Por qué tirita con esca­lofríos cunndo e8tos se curan to­mánclola ? = Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 8155 EL CORREO DEL VALLE Pi/doras ''J rotonic" (PIIdoras Ferrotónlcas) PARA Hombrea, Mujerea y niñoa. Uaadu con mara villoao buen éxito en tod .. laa enfermedadea cauaadaa por po· breza alobular de la ·-are, tal .. como ANEMIA, CLOROSIS, PÉRDIDA. DEL APETITO, PALIDEZ El mejor tonico J el gran reparador de la sangre. Para hacer un perfecto ll'ah.,Jo mental Ó m.terial a e requieren un buen cerebro 7 norvi.,. oa.ludablea y robuoto-. Laa PILDORAS IROTONIC LE PROPORCIONARÁII ESTO De Venta en Todas Las Boticas. DAVIS • LAWRENCil CO., • JIEW YOJIK El fallo má1 justiciero ea este 1-que el PAINKILLER (Matadolor) DE PER.RY DAVIS Cl el más Gtil y mejor remedio casero para ca­lambres, cólicoa, diarreaa y enlermedadeo aimi­larea de los intestinoa. Nada hay igual. Alivia con prontitud. 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El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 444

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