~ SHRIR III-TOMO Il • Afio VI-NUMERO 11 ~
1 Boletin Militar de Colombia l . i
~~----- _ ~~G~~O~E:~I~IS_T~~~~~~~~~R~~DE~EJ~~GITO ____ ~~
r DIRECTOR, Francisco J. Vergara y Velasco A¡
j General du Jugcni.;rua ¡
: : ¡ Son colaboradores de este peri6uico los J. .. fes y Oficiales dd Ejército ¡
l. PtU:IU muv b:~d.if~~~~e:iaq~en~;e;;;: .:~·~~~or:i!~'~1r:::•d:f;;'/d~~,1~1:•~'::t~?':a: parar en lo Í,
EsltlQU& ::llk:SKIEwtcz : : ---¡----- ·--··· -- -------- --- ----- ------ ------ ---·- ------ ----- ·---- ···· ····- -- ----- -; ....
l -+ -e- -e- Bogotá, Septiemb t' e 20 de 1902 -v- + •
--= Oficial
DECRETO NU ',lERO r286 DE 1902
(AGOSI'O 23)
P' Jr ~1 cual se conil~re un ascenso
El Vicepres/denlt de la R tp!Íbhra, mcargado del Poder Ejtculzvo,
DECRETA
Artículo único. Asciéndc e ú. Subteniente al Sargento r. 0 Ramón
Ruiz, de la B ¡z/crf ,z Borro/J.
Comuníquese y publíque e.
Dado en B- go t.í, :l. 2 s 68 r de 12 de Marzo
de 1900, y 827 de 12 de Julio de 1901, serán capitalizados y pagados
de acuerdo con el Decreto legislativo número 412 de 5 de
Marzo de 1902.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 28 de Agosto de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Gobierno, FRANCisco MENDOZA P.-El Ministro
de Relaciones Exteriores, FELIPE F. PAÚL-El Ministro de Ha
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cienda, Joslf RAMÓN LAGo-El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEz-
El Ministro de Instrucción Pública, JosÉ JoAQUÍN CAsAs-El
Ministro del Tesoro, AGusTÍN URIBE.
DECRETO NUMERO 1297 DE 1902
(AGOSTO 28)
por el cual se hace un nombramiento
El Viceprw'dmle de la RepúlHca, encargado del Poder Ejecutivo,
DECRETA
Artículo único. Nómbrase al Sr. General Juan Manuel Ig-uarán
Comandante general del Ejército del Departamento del Magdalena.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 28 de Agosto de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁXDEZ
DECRETO NUMERO 1298 DE 1902
(AGOSTO 28)
por el cual se hace un nombramiento en interinidad
El Vicepresz'den/e de la Repúllica, encargado del Poder Ejeculzvo,
DECRETA
Artículo único. Nómbrase al Sr. D. Manuel José Guzmán 2.G
Subsecretario del ~vfinisterio de Guerra, p or el tiempo que dure la
licencia concedida al Sr. D. Joaquín Uribe B. para separarse de
este puesto.
Comuníqu se y publíquese.
Dado en Bogotá, á 28 de Agosto de 1902.
)OSE MANUEL MARROQUIN
El Mini~tro de Guerra, Aru TIDES FERNÁ 'DEZ
DECRETO NUMERO 1304 DE 1902
(AGOSTO 29)
que aumenta una asimilación
El Vt'cepr·esidenle de la Rept'tlb'ca, mcm-gado del Poder E:fecufz'vo,
DECRETA
Artículo único. Desde el 1. 0 del entrante Jos primeros Ede-
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canes del Vicepresidente de la República devengarán el sueldo
correspondiente á Comandantes en Jefe de Ejército.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 29 de Agosto de rgoz.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 1030 DE 1902
(AGOSTO 29)
por el cual se hace un nombramiento y se reforma un Decreto
El Vi'ctpresidenle de la R epiÍblz'ca, encargado del Poder Ejeculzvo,
DECRETA
Art. r .0 Nómbrase al Sr. G eneral Florentino Cubillos Ayudante
general del Ministerio de Guerra, asimilado á Ccmandante
general de División, y de~tínasele á prestar sus servicios en comisión
especial como Jefe superior de las fuerzas acantonadas en la
Provincia de Ubaté y en la región de: Muzo, estableciendo la vigilancia
en las minas de Muzo y Coscuez, y tendrá mando directo
sobre dichas fuerzas, las cuales puede organizar y aumentar convenientemente.
Art. 2. 0 Queda en estos términos reformado el Decreto número
1285 del presente año.
Comuníquese y pub1íquese.
Dado en Bogotá, á 29 de Agosto de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARisTIDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 1309 DE 1902
(AGOSTO 30)
por el cual se llama al servicio á dos Jefes y se les destina
El Vz'cepresl'denle de la Repúblt'ca, encargado del Poder Ejecuiz'vo,
DECRETA
Artículo único. Llámase al servicio actiYo á los Coroneles Leonardo
Munévar G. y Sergio Lemus F., y destínaseles á prestar sus
servicios como Ayudantes del Cuartel general de la 3: División,
comandada por el General Pioquinto Ampudia, y que pertenece
al tercer Ejército expedicionario sobre Panamá.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Agosto de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
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'- 326 _,
DECRETO NUMERO 1310 DE 1902
(AGOSTO 30)
por el cual se confiere un ascenso
El Vi'ctpruidenü de la Repltblzca, encargado del Poder Ejecutivo,
DECRETA
Artículo único. Asciéndese á General efectivo de Brigada al
Coronel Lamuel ]. Beltrán.
Comuníquese y publfquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Agosto de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARrSTIDES F.&RNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 131 1 DE 1902
(AGOSTO 30)
que aumenta una asimilación
El Vzeepresz'denle de la Repúbbca, encargado del Poder Ejeculív~,
DECRETA
Artículo único. El Dr. Pablo Camacho, nombrado por Decreto
número 12 7 1, de fecha 22 de los corrientes, Médico de la División
Casabianca, gozará. desde el día en que tome posesión de su
destino, de la asimilación de General de Brigada, en vez de la de
primer Jefe de Cuerpo que el Decreto en referencia le asigna.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 dntos para la Sección s.• del Ministerio
de Guerra
El Vú:epreszdmle de la Rep/tbl/ca, encargado del Poder Ejecutivo,
DECRETA
Artículo único. Por renuncia aceptada á los Sres. Ignacio
Amat y Angel María Torres, nómbrase 1.0 y 2.° Comandantes de
]a 1.• Escuadra de la Sección 5.• del Ministerio de Guerra, respectivamente,
á los Sres. Agustín D. Urbina y Liborio Guerra.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Agosto de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 1320 DE 1902
(SEPTIEMBRE 2)
que hace un nombramiento
El Vi'cepresz'dmle de la R ep/tblt'ca, encargado del Poder Ejecutzvo,
DECRETA
Artfculo único. N6mbrase al Sr. Dr. Manuel Barbosa M. Capellán
del Ejército del Atlántico, en el puesto que le designe el jefe
Civil y Militar del Departamento de Bolívar.
Comuníquese y publfquese.
Dado (..n Bogotá, á 2 de Septiembre de 1902.
]OSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 1321 DE 1902
( SEPTIE!IBRE 2)
por el cual se fija una asignación
El Vicepresidente de la Rep/tblú:a, encargado del Poder ~·emtz'vo,
DECRETA
Artículo único. Desde el 1.0 del presente el sueldo de que
disfrutará el Coronel Greg-orio Arteaga, Ayudante de este Ministerio,
será el de General de Brigada.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 2 de Septiembre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEz
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DECRETO NUMERO 1322 DE 1902
(SEPTIEMBRE 2)
por el cual se organiza un Cuerpo de Ejército
El Vicepresúlenlt de la Repttblú:a, encargado del Poder Ejecutzvo,
DECRETA
Art. r .0 Organíza:;e un Cuerpo de Ejército compuesto de dos
Divisiones de á 1 ,ooo hombres cada una, en las Provincias de Chocontá
y Guata vita.
Art. 2.0 Las fuerzas sueltas de esas Provincias servirán de
base para la organización proyectada, y además un Batallón que
se pondrá á las órdenes del Comandante en Jefe de la citada organización.
Art. 3. 0 Nómbrase Comandante en Jefe del Cuerpo de Ejército
mencionado al Sr. General Manuel María Castro U.; Jefe de
Estado Mayor, al General Daniel E. Pardo; Inspector, al General
Numa P. Noguera, y Comisario Pagador, al Coronel Carlos Sampedro.
Art. 4. 0 Autorízase al Comandante en Jefe para hacer todos
los demás nombramientos de Jefes y Oficiales que necesite el Ejército,
sometiéndolos á la aprobación del Ministerio de Guerra.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 2 de Septiembre de 1902.
]OSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARrsnDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 1339 DE 1902
(SEPTIEMBRE 4)
que da ciertas atribuciones á un Jefe
El Vzápresidenle de la Repúblz'ca, encargado dd Poder EjecuHvt~,
DECRETA
Artículo único. Encárgase al Sr. General Daniel Umaña,
Ayudante General del General Nicolás Perdomo, de la inspección
y fiscalización de las fuerzas que obran en la región de El Colegio
y Viotá.
Comuníquese y publfquese.
Dado en Bogotá, á 4 de Septiembre de rgo2.
]OSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
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'- 330 _)
DECRETO NUMERO 1340 DE 1902
(SEPTIEMBRE 4)
que hace un nombramiento
El Vicepresidente de la Rept'tblica, encargado del Poder .Ejeculzvo,
DECRETA
Artículo único. Nómbrase al Sr. Julio González Ayudante de
la Dirección del Boletín Mdilar, en reemplazo del Comandante
José Ascensión Rivera, á quien se promovió al Estado Mayor General
del Ejército Permanente.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 4 de Septiembre de 1902.
JOSE :l\IANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 1341 DE 190~
( SEPTIEl\IBRE 4)
por el cual se confieren dos ascensos
El Vtcepresz'denle de la R epública, encargado del Poder Ejecutivo,
DECRETA
Artículo único. Asciéndese al Sargento Mayor Aníbal Angel
á Teniente Coronel efectivo, y á Capitán al Teniente Antonio Vanegas.
§. Del primero de esto ascensos dése cuenta al Honorable
Senado en sus próximas sesiones, para los efectos constitucionales.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 4 de Septiembre de 1902.
JOSE MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
INFORME
DEL INTENDENTE GE~ERAL DEL EJÉRCITO
(Continúa) ,
RELACION DE LOS RECIBOS EXPEDIDOS POR ESTA OFICINA DEL PARQUE
GENERAL DURANTE EL MES DE FEBRERO DE I gü2
Febrero 1. 0 -2,015. Recibido del Sr. Guillevaldo Barriga 1,000
frazadas, así: 924 cocuyanas, 7ó comunes, inclusive muestras.
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Proveeduría, 57 5. (Se anula este recibo, que queda reemplazado
por el del número 2,036).
Febrero 3-2,016. Recibido de la Srita. Enriqueta González B. 20
toldos de campaña, de á 6 metros 40 centímetros por 4 metros
8o centímetros, confeccionados con telas de la Intendencia.
Proveeduría, 595·
Febrero 3-2,::>17. Recibido del Sr. Hip61ito Mora Páez una caja
de guerra refeccionada. Proveeduría, 576.
Febrero 4-2,018. Recibido del Sr. D. Alejandro Koppel 213 metros
30 centímetros de paño rojo de lana, prensado. Proveeduría,
6o4.
Febrero 5-2,019. Recibido del Reverendo Padre E. Rabagliati
1 1 morrales. Proveeduría, 610.
Febrero 5-2,020. Recibido del Sr. Manuel Latorre 50 correajes
completos, con morral y sin vaina. Proveeduría, 6og.
Febrero 5-2,02 r. Recibido de la Srita. Enriqueta González B. 20
toldos de campaña, confeccionados con tela del Parque, de 6
metros 40 centímetros por 4 metros 8o centímetros. Proveeduría,
599·
Febrero 5-I ,52 r. Recibido del Sr. Administrador de los Talleres
de San Vicente 650 correajes, sin morral y sin vaina. Proveeduría,
5ó9.
Febrero 5-1,022. Recibido del Sr. Te6filo Moneada 20 pares de
estribos de aro. Proveeduría, 6o8.
Febrero 5-2,024. Recibido del Sr. Roberto Rodríguez r galápago
usado y 2 sillas aperadas, con frenos montados, jáquimas
con pisador, cinchas, aciones, estribos de zapato el galápago,
baticola y alfombras. Prov eeduría, 615.
Febrero 5-2,025. Recibido del Sr. Administrador de los Talleres
de San Vicente 500 correajes, sin morral ni vaina. Proveeduría,
616.
Febrero 5-2,026 . Recibido del Sr. Pedro Garz6n 198 docenas y
! de docena de alpargatas, inclusiv e las muestras. Proveeduría,
6r2. (Anulado por el número 2,031).
Febrero 5-2,027. Recibido del Sr. Domingo Olea 3 sillas usadas
con aperos (1 con estribos de zapato de cobre) y 7 sillas nuevas
sin aperos.
Febrero 5-2,028. Recibido del Sr. Luis María Segura r 50 correajes,
compuestos de cartucheras, cinturones, portarrifles y
portatahalíes. Proveeduría, 614.
Febrero 5-2,029. Recibido de la Srita. Enriqueta González B. 20
toldos de campaña, confeccionados con tela de la Intendencia,
y de 6 metros 40 centímetros por 4 metros 8o centímetros de
ancho, de lienzo diagonal. Proveeduría, 613.
Febrero 5--2,030. Recibido del Sr. Domingo Rodríguez 35 sillas
chocontanas, nuevas, sin aperos. Proveeduría, 618.
Febrero 5-2,031. Recibido del Sr. Pedro Garz6n 200 docenas de
alpargatas. Proveeduría, 612.
Febrero 6-2,032. Recibido del Sr. Bernabé Arbeláez 5,900 fra-
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zadas extranjeras, de acuerdo con las muestras. Proveeduría,
607.
Febrero 6-2,033. Recibido del Sr. Lucio Gori roo correajes completos,
con morral y sin tahalíes, y 200 correajes sin morral ni
tahalí. Proveeduría, 2,033.
Febrero 6-2,034. Recibido del Sr. Aurelio Cuervo 300 docenas
de alpargatas sjm. Proveduría, 622.
Febrero 6-2,035. Recibido del Sr. Domingo Olea 29 sillas chocontanas,
nuevas, sin aperos. Proveeduría, 6or.
Febrero 6-2,036. Recibido del Sr. Guillevaldo Barriga r,ooo frazadas
cocuyanas. Prove eduría, 575·
Febrero 6-2,037. Recibido de la Sra. Domitila Matéus de Madero
300 corroscas enterizas, d e las llamadas guaguas. Proveeduría,
624.
Febrero 6-2,038. Recihido del Sr. Aníbal Castro roo correajes
refeccionados, compu estos de morral, cartuchera, cinturón,
portarrifle y portatahalí. Proveeduría, 620.
Febrero 6-2,039. Recibido del Sr. Hip6lito Bolívar r IO correajes
completos con morral y sin vaina. Proveeduría, 623.
Febrero 7-2,040. Recibido del Sr. Lucio G o ri I galápago usado
y aperado y 1 silla usada aperada. Proveeduría, 626.
Febrero 8-2,04 I. Recibido del Sr. José La verde 43 alfombras.
Proveeduría, 628.
Febrero 8 - 2,042. Recibido del Sr. Francisco Parra r silla aperada,
usada, sin alfombra. Proveeduría, 629.
Febrero 8-2,043. Recibido del Sr. Teodoro Pineda I silla usada
aperada, con freno montado, 1 cincha para galápago, grupera
y alfombra. Prove eduría, 630.
Febrero 8-2,044. R e cibido d e l Sr. Juan de J. Castañeda I galápago
usado, aperado, con freno montado, jáquima, cincha,
grupera, aciones, estribos pueden tomar en cuenta por
el pronto.
Mr. O'Conncll condujo la obra que se le asig-nó como Jefe de
la Sección 2.", con buen criterio y gran en~rgía. Hizo las veces de
topógrafo y de Ingeniero, servicio doble, que en justicia no se le
podía exigir, y que por lo mismo debo anotar aquí.
Encontramos un impedimento no sospechado para seguir estudiando
la línea del medio.
Lo que á la distancia parecía terreno limpio y libre de obstáculos,
resultó cubierto por una extensa y espesa capa de helechos
y enredaderas espinosas, que á veces nos daban á los hombros; los
helechos medio Yerdes, ó secos y tiesos, duros como planchas de
cobre batido, resultan mucho peor que los bosquecillos de laurel
más espesos de nuestros campos, y para afrontarlos donde no es
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posible rehuírles el cuerpo, se necesita tener la piel de paquidermo.
Hasta cuando no nos daban sino á la rodilla era tan difícil y laborioso
cruzarlos, como si se tratara de una capa de nieve de la mi~ma
profundidad. Este tropiezo nos retardó bastante.
Debiera haber anotado desde antes que al entrar á la región
de los altos magueyes, nuestra vara de estadía ha logrado la
mejora de hacer innecesarias las banderolas. El palo redondo, desnudo,
que tiene tres y media pulgadas en la base y una media en
la punta, donde va izada la banderola de franela encarnada, mide
18 pies de largo y está pintado de rojo y de blanco en el quinto,
décimo y décimoquinto pié, divididos cada uno de éstos en partes
por el contraste de los colores,-ese es ahora su estado normal.
Llegamos aquí á Cali, ayer, después de siete días de marcha á partir
de Cajibío, habiéndonos atrasado algo el mal tiempo y el paso
de los ríos Cauca y Ovejas. Tendremos que demorarnos una semana
más, por la necesidad de reorganizamos. Los trabajadores apenas
se contratan por cortas distancias, y no siempre cumplen con
lo convenido; nunca les faltan pretextos, tales como la enfermedad
de la madre, la locura del hermano, la mujer en cama, la pérdida
de la vaca. Perdemos tiempo en buscar nuevos peones y en
adiestrarlos para que nos sirvan en nuestros trabajos. Tenemos
que valernos de los Alcaldes y Prefectos, cuyas medidas han sido
últimamente lentas, sin que logremos que se den más prisa que
el desarrollo de una gestación ó la precesión de los equinoccios.
No se pueden cambiar viejas costumbres, anteriores, cuando menos,
á la época de Cervantes. Desde que salimJs de San Pablo hemos
echado menos las atenciones que nos dispensaban las autoridades
del Sur. Hasta hemos tenido ayuda con el signo nn1ms
en dos ó tres casos recientes; d~ manera que la adición algebraica
de los cumplidos hospitalarios verbales se convierte en sustracción,
es decir, en estorbo. Esto lo anotamos sin pasión, como la
temperatura, ó la presión barométrica.
Después de una breve interrupción, mientras estábamos cerca
de Cajibío, continuó la estación de las lluvias que nos acompañó
basta Cali. Nos dijo adiós con tremendas descargas eléctricas y
vientos tormentosos que convertfan ]a lluvia en especie de trombas
ambulantes, acompañadas de relámpagos y truenos ensordecedores,
seguidos de caídas de rocas y de ecos retumbantes que
en todo el valle repetían sin cesar las ondulaciones acústicas del
terreno. Parece que ya terminó el invierno, y nos prometemos en
lo sucesivo un promedio mensual de 200 millas ó más de trazo, en
nuestro a vanee hacia el norte.
El cambio de temperatura en estas regiones bajas de 3,350
pies ( I ,021 metros) sobre el mar, y la penosa aflicción que causan
tantos insectos, ha agotado nuestras fuerzas. V u estro corresponsal
ha estado casi sin dormir por 72 horas, á causa del incesante
martirio de la plaga. A los camaradas de trabajo ha sucedido otro
tanto. Fuera de estos inconvenien1es, contamos todos con buena
salud.
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, El trazo de la línea en el papel representa ya 491 millas
(790.17 kilómetros), que es la distancia de Quito á Cali, de donde
un avance mensual de 70 millas (1 12 kilómetros), por término
medio.
Calculamos el costo de nivelación, albañilería y puentes para·
este ferrocarril de una sola vía y de 491 millas de largo, á $ 32,186
por milla, ósea$ 20,000 por kilómetro. La línea no costará moís
si se amolda bien al terreno, lo que es indispensable, caso que durante
la presente generación se construye la vía férrea, pues no
creemos haya por lo pronto negocio suficiente que autorice gastos
mayores, y acaso ni los calculados. Por esto será conveniente adoptar
economías en la construcción por medio de rampas y fuertes
curvas, dentro de racionales límites, y las gradientes deberán amoldarse
á tales contingencias. El presupuesto mencionado sería suficiente
en los Estados Unidos para una carrilera de ferrocarril por
terrenos difíciles. Las proporciones admisibles de pendientes y
curvas que se necesitan aquí, pueden contribuir en gran manera
al allanamiento de los obstáculos que presenta el terreno. Los desagües
deben considerarse como asunto preferente. Además se
pueden ejecutar cortes profundos en estas regiones, donde no hay
hielos invernales, á juzgar no sólo por el material que constituye
el suelo, sino por lo que se ve en los caminos, hecho ya por la intemperie,
ya por la mano del hombre. Por regla general cuando
se hacen buenas zanjas en tierra firme, mientras mayor es el dé ..
clive, mejor se conservan, observación aplicable aun á la Nueva
Inglaterra, á pesar de sus inviernos fríos.
El costo total de nivelación, albañilería y puentes de 491 millas
(790.17 ks.), entre Quito y Cali, según el avalúo mencionado,
sería de$ 15.803,400.
Con respecto á estadística local, debemos advertir que no sólo
nos absorbe íntegramente lo relativo á nuestro oficio, sino que apenas
vemos una tira del país, y que todos los esfuerzos hechos para
completar nuestras limitadas observaciones, con los documentos
oficiales han sido tan estériles, que parece indispensable que la
comisión central tome de su cuenta el asunto. Los archivos del
Departamento de Estado, y las memorias especiales respectivas,
tomadas de los informes diplomáticos y consulares, suministrarán
mucho mejor material que el que pudiéramos recoger nosotros
aquí. Estarnos tan adelantados en nuestro trabajo, que si las otras
comisiones han te.nido igual fortuna, ya puede afirmarse 6 negarse
la practicabilidad de la obra, con un gasto razonable.
La cuestión realmente vital y decisiva, parece .;er la de que
una vez construída la vía con el mejor criterio, habilidad, economía
y honradez, y justificado el gasto, cuál será su producto, y si
éste es deficiente, cuál será el déficit que deberían suplir los respectivos
Gobiernos, interesados en ella por motivos de alta política.
De aquí la importancia de los informes que se pueda recoger en el
particular y de su discusión por personas competentes, obra á la
cual nosotros no podríamos prestar sino una insignificante contribu-
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ción. Y mucho menos podríamos dar á nuestros conceptos una forma
adecuada, para servir de base de razonamiento seguro, en una
cuestión tan grave, en la que haría mucho daño y extraviarían el
criterio cualesquiera datos imperfectos.
Con la presente nota va una carta de la región entre Popayán,
sobre el Cauca, y La Plata, sobre las aguas del Magdalena, en la
cual está señalada, por conjeturas, la línea probable de un ferrocarril
que enlace dichas poblaciones.
Esta carta se compone de tres porciones diversas, y debemos
anotar que cuando las tres secciones se colocaron una al lado de
otra para observar si se correspondían bien, resultó un laberinto
de líneas semejante al que se ve en los retratos del viejo Shakespeare,
cuyas arrugas antes sólo podían compararse con" el moderno
Mapamundi, ya con el aumento de la~ Indias." Se conciliaron las
discrepa 1cias lo mejor que se pudo, en nuestro criterio é imaginación,
subordinando dos de ellas á la tercera, resultante de la mensura
barométrica practicada por una expedición francesa que nos
prestó un antiguo empleado de Quito. No supimos si aquella fue
e'11presa pública ó privada. En dondequiera que cruzámos ó seguímos
la línea seguida por dicha expedición, la altitud que señalaba
estaba conforme con la nué tra. Creemos que la carta que se
acompaña merece fe en cuanto á las distancias y las alturas *.
No pudimos explorar e te terreno por lo malo de lo carninos,
entonces impasables. Hasta el hábil jinete General Martínez,
natural de allí y autoridad en la materia, nos aconsejó que no lo
intentásemos. Nuestros informes respecto á la sierra de Guanacas,
en cuanto á altura sobre las fuentes del Palacé, varían entre 1 ,ooo
y 1,300 pies (300 á 400 metros), lo que pr~supone un tún 1 de una
milla á una y cuarto ( r .6 á 2 kilómetros) de largo, si nuestro supuesto
es correcto, el cual túnel tendría su boca á una elevación
de 1 I,ooo pies (3,353 metros) sobre el mar. La cota francesa de
la laguna de Guanacas es de 1 r ,590 pies (3,533 metros). Hemos
inferido que esa laguna tiene como 500 pies ( r 50 metros) sobre la
corriente á la cual fluye. Podríamos, pues, ascender hasta la boca
del supuesto túnel, con la pendi nte usual, de manera que sobn.ra
espacio para localizar bien aquella entrada conforme queda dicho.
La distancia de Popayán al túnel es corno de 40 millas (64
ks.), y de allí á La Plata de 6o millas (96 ks.). El costo de nivelación,
albañilería y puentes de Popayán á La Plata, incluso el túnel
de 1.25 millas (2 ks.) de largo en el Guanacas, no excedería de
$ 40,000 por milla, ósea$ 25,000 el kilómetro, lo que creemos sea
un avalúo liberal. A partir de La Plata, el descenso hacia el mar
se lograría con pendientes muy moderadas.
Sin duda debe haber otros pasos de este valle al del Magdalena,
y merecerán el examen de los que vengan más tarde á estu-
• El trabajo á que aquí se hace referencia no es francés; se trata de la
exploración cicutafica de los a~ emanes ~eiss y. Stübel, en parte pub.licado en
Quito en 1870, y que es de una 1mportanc1a cap1~al para la Geograf¡a de Colom
bia.-N. dd D.
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\._ 337 .J
diar el punto. El tiempo no nos permite L>u carlos. E~te puerto y el
del Quindío son Jos únicos que figuran en nuestras imtrucciones.
Vista desde el Sur la supuesta llanura de r¡ue hemos tratado,
se presenta como un suelo quebrado y sin árboles; pues como ya
se anotó, está como estriada por las aguas. Se encuentran maderas
para los durmientes á tres millas (4.8 ks.) de la línea, en las
cejas del Norte y grupas al lado de los río . La irrigación no e~tá
en práctica. Las papas, yuca, plátanos, piñas y naranjas, se producen
bien; pero tan solo una pequeña parte del país está en culti\ o.
Aun las crías de animales se encuentran á di~tancias y en establecimientos
in5ignificantes.
La elevación general del suelo es él prc,ximadarnc:1tc <.le 5,500
pies (1,676 metros) sobre el mar, y se compone de Yarias cs¡JLtit·s
de arcilla de colores: morada, amarilla, n.jn, rojiza y púrpura. En
donde se ha derrumbado este material, toma un decli\'e de uno y
medio de base por uno de altura; pero en dunde se ha cortado, se
mantiene con poca 6 ninguna inclinación. Hay lumas de 70 grados
de inclinación cubiertas de yerba. Avan;rando hacia el Nurte, el
p::ds se toma estéril, y en v ·z de las rica y verdes pracleras del Sur,
aparecen colinas estériles con chaparrus ce1 ca de Bur,nos Aires.
Algunas de las di\'isorias s o n d e lumo achatado y pantanoso;
los arroyos color tafé, y Jy.¡ \all s d {; profu1;didacl ca~i igual á la
anchura. La perspccti va á dt' r~cha é i%quicrda hace de~a parecer
las altura:, y ce re a de La Bc1l a se pres ' nta una e et·na d t:! picus
tristes, sierra v hondonstidú por una floresta tupida, y
que hace horiz<•ntc con tl mismo nivel. E~ un conjunto de jirunes
ruiniform ~ sen todos estados, cksde Popny:in, que rematan sobre
una como ci catr iz ~~ n forma d e m dialuna, una masa a!> vntada de
una milla c.k ancho, con aiguna que otra ruina c·n su . e no. El conglomerad,)
arcillo~ c ' y )o::, fmgrnentus dP roca, redonde ados 6 angulare
s y partidvs v rticalrr, e n ~ expli1 .an, an - JJL:cial tLlpograCa.
hl Cauca 111 La l3alsa es turbio, tiene 400 pies ( 121 m e tros)
de ancho , 8 :i 10 (2.5 á 3 m e tro~) de prufundidad, y una velocidacJ
de 3.5 millas (5.6 k .) f•t•r hora. La guaciua, la caña brava y
varias clases de palmeras da1. hsono1nía tropical á su~ bordes. El
ferrocarril, de pués de atravesar una faja angosta de pantanos,
deberá dar la vuc:lla por el pie de la~: c nlinas de la Cotdillera Occidental,
cerca de Jamunrlí, de dondt· se extiende hasta Cali una
llanura ondulante con bastantes aguas y población.
El valle e abre n 1 paso de L· B&ba, pocas millas al N.
de Buenos Aires: es tod ) l!.1: 1n v !ilJr•.' de obstáculos el ahí hasta
Cali. '
Las gallinazas, palomas, pavos y aYes de la especie de los
Oriales, de difercntts colores, abundan n el trayecto. Abunda
también en el terreno llano, riberC'ño del Cauca, cierta especie de
pluviosas (plovers) con ala de la forma de las del cucno, semejantes
á las palomas del Cabo de Buenatsperanza en el vuelo y
color. Los insecto5 se multiplican. Uno de ellos, nueYo para nos-
TOMO rt-22
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L 338 --'
otros, es semejante á la abeja, pero mucho más pequeño. No pica
si no se le provoca ; pero desgraciadamente se le provoca á menudo,
porque como no se le teme, no lo espantamos previamente. Las
patas son venenosas, y dejan por donde pasan un rastro irritado en
las manos ó en el cuello.
Aquí entramos en la región de las grandes haciendas. La gente
es de color de canela, mezcla de negro y blanco. No les resulta
favorable una comparación con los indios propietarios del Sur, que
son diligentes, sencillos é industriosos.
Gmtz'núa
- --- ~lb -----
EL SERVICIO OBLIGATORIO EN LA ARGENTINA
LEY NUMERO 4031
El Smado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunz'doJ
en Congreso, &c.,
SANCIONAN CON FUERZA DE LEY
(Continúa)
TITULO XIV
TASA MILITAR
Art. 1 19. Todo ciudadano, desde la edad de veinte años cumplidos
hasta los cuarenta y cinco años, igualmente cumplidos, legalmente
exceptuado del servicio militar, está obligado al pago
anual de un impuesto especial que se llama lasa 1m"lilar, en la forma
siguiente :
1.0 Toda excepción del servicio militar otorgada á un ciudadano
de la clase de veinte años, deberá ser extendida en papel sellado,
con timbre especial del Ministerio de Guerra, de un valor de
veinticinco pesos moneda nacioual ;
2. 0 Toda excepción del servicio militar otorgada á un ciudadano
de la edad de veintiún años á veintiocho años cumplidos, deberá
ser extendida en papel sellado, con timbre especial del Ministerio
de Guerra, de un valor de doce pesos moneda nacional;
3.0 Toda excepción del servicio militar otorgada á un ciudadano
de la edad de veintiocho á cuarenta años cumplidos, deberá
extenderse en papel sellado, con timbre especial del Ministerio de
Guerra, de un valor de seis pesos moneda nacional;
4. 0 Toda excepción del servicio militar otorgada á un ciudadano
de cuarenta á cuarenta y cinco años cumplidos, deberá ser
extendida en papel sellado, con timbre especial del Ministerio de
Guerra, de un valor de dos pesos moneda nacional.
Art. 120. La tasa militar deberá ser abonada al otorgarse la
excepción, y anualmente al ser renovada, pues ésta sólo es válida
por un año.
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\._ 339 _)
Art. 12 1. Las personas indicadas en los parágrafos /) y g)
del artículo 100, Título XI, quedan eximidas del pago de la tasa
mi1itar mientras estén comprendidas en dichos parágrafos.
Art. 122. Todos los individuos que hayan cumplido su servicio
en las unidades permanentes del Ejército de Línea, ó los que
se hayan inutilizado en el mismo, en virtud de un servicio, quedan
exceptuado5 del pago de la tasa militar que, con arreglo á la presente
Ley, les correspondería abonar.
Art. 123. Los padres ó tutores serán solidarios del pago de la
tasa militar correspondiente á los exceptuados, durante la menor
edad de éstos.
Art. 124. El pago de la tasa militar se hará á la junta de excepciones
en el momento mismo en que la excepción se otorgue.
Art. 125. Los pobres de solemnidad están exceptuado<5 del
pago de la tasa militar. Este estado de pobreza deberá ser comprobado
con la declaración escrita y firmada ante la junta de excep·
dones por dos testigos-de reconocida responsabilidad,-quienes
están sujetos á la pena de los encubridores, si la declaración de
pobreza extrema es infundada. La junta de excepciones apreciará
los fundamentos de excepción del pago de la tasa militar.
Art. 126. El personal de la junta de excepciones que otorgare
indebidamente la excepción del pago de la tasa militar en el
caso determinado en el artículo 125, queda obligado al pago de
la suma que importe la excepción indebidamente acordada.
Art. 127. Los fondos procedentes del pago de la tasa militar
por excepciones, serán depositados por la junta en el Banco de la
Nación Argentina, ó sucursal de éste más próxima de la región en
que la junta funcionare, á la orden del Ministerio de Guerra, para
gastos exclusivos del Ejército, en la forma que determina el artículo
siguiente.
Art. 128. El cuarenta por ciento de los fondos provenientes
del pago de la tasa militar, será destinado á construcciones militares
y adquisición de campos de maniobras y su instalación; el otro
cuarenta por ciento, á robustecer las partidas del Presupuesto de
Guerra destinadas á maniobras del Ejército de Línea y Guardia
Nacional; y el veinte por ciento restante al Montepío Militar para
contribuír al pago de los retiros creados por la presente Ley, para
Suboficiales, Sargentos y Cabos.
Conlz'núa
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'- 340 _J
MANUAL PARA LA PREPARACION
DE LAS TROPAS AL COMBATE*
POR EL GENERAL DRAGOMIROFF
SEGUNDA PARTE- PREPARACION DEL BATALLON
(Traducido para el Bo!d!n Militar}
(Continúa)
47· Al hacer ejecutar toda la serie de esta instrucciSn, el jefe
de batall6n d be, en la práctica de cada problema, rectificar las
faltas en que incurran las compañías. Tiene inmediata obligación
de colocar á los jefes de compañía de modo que cumplan sus 6rdenes,
á una palabra 6 señal: s6lo entonces será cuando el bata-
116n constituye un todo único, por ex ten o que sea el radio de acci6n
en que le toque obrar.
Mmu'obras de Compm1ía co1z ifact/vos de guena
46. Todos saben que el efectivo de la infantería en p~z es muy
inferior al de guerra, lo mismo que hay gran diferencia en mandar
una Compañía de á 24 6 de á 8o hombres. 1"'-..sto pasa también respecto
de las ubdi\'isiones de la Compañía; por esto, para mejorar
la preparaci6n del bata116n al combate, el Jefe debe hacerlas maniobrar
con un efectivo lo má aproximado al de guerra. Esta clase
de ejercicios sine para acostumbrar á soldados y oficiales á que no
olviden lo que tienen que hacer sobrf' El campo d batalla.
Advertencia: sta instrucci6n in-e para uniformar los movimientos
del bata!lñn, pue lo que hacie ndo prim ramente el jercicio
por compañías eparadas, la conformidad del Gen ral no puede ser
ig-ual. Reunidas, las difacn sias se pueden corregit con facilidad.
Hay que cuidar de la atención y d e ·treza en Jos morimientos de las
clase., con el prop6sito de íJ.Ue puedan llenar la ,.a ante inmediata.
48. Tambit:n es bueno acostumbrar á los Oficiales subalternos
á que manden la compañía en jercicio en el cuartel. (Todo
esto en su oportunidad y mediantt' 1 grado de instrucción adquirida
por los soldados).
lvlam'obras Tácft'cas
49· Los ejercicios de que se ha haulado son á modo de gimnástica
del bata116n, y tienen por objeto principal cambiar la formaci6n,
en cualquier mom nto dado, para atender á un lance imprevisto.
Cuando se trata d..! maniobras con fin táctico, entonces
se trata principalmente de poner á pru · ba la agilidad ó destreza
adquirida, gracias á los ejercicios, para hallar la soluci6n de
• Véase Boletln Militar número 6.0 , del 16 de Agosto de 1902.
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'- 341 .-;
cualquier problema militar, respecto de ataque ó de defensa de
una posición.
l. Mam'obras de acá!m sencz'lla
Es claro que las reglas dadas para una compañía son las mismas
para un batallón ó para varios batallones. Conviene poner
mucho cuidado en recorrer el trayecto para trasladarse á un punto
con igual prontitud y explorar al propio tiempo el terreno hasta
6oo ú 8oo pasos de cada lado. Recuérdese lo que se ha dicho en
las Obse7'7)acúmes generales, respecto de las maniobras en la zona de
los fuegos, del paso en la formación de combate, del dispositivo
inicial de la cadena y de las reservas, y de la marcha de la cadena
y de la Reserva. Sobre este último punto no hay que añadir sino
el consejo siguiente: no hay que avanzar con direcciones falsas y en
zigzag, sino de posición en posición, juzgando á la vista hasta qué
punto hay conveniencia en avanzar, y escogiendo naturalmente para
esto un punto que sea favorable á la certeza del tiro de la cadena,
ó si se trata de la reserva, que presente abrigos contra el fuego
del enemigo. Para esto, desde que el Jefe de batallón que forma
parte de la cadena ha recibido orden de a van zar, indica la
nueva posición; la parte que ha recibido la orden se traslada allí,
á paso ligero, sin detenerse á disparar, y no rompe el fuego sino
cuando ha llegado á la posición señalada ; las demás secciones
se le reúnen sucesi\'amente y se instalan. El a\·ance ele las fracciones
deberá efectuarse según las facilidades para el tiro, y al contrario,
las últimas fracciones que abandonen la antigua posición,
serán de preferencia aquellas que ocupan lo puntos más favorables
para el tiro. En cuanto á la reserva del batallón, debe permanecer
en formación ; el Jefe de batallón la conduce personalmente
; pero si se trata d~ compañías, entonces el comandante
indica sólo el cambio y en seguida da la voz de marcha: "Compañía,
avance."
La compañía que avanza primero, se detiene cuando llega al
sitio indicado, y las otras se colocan en relación á ella, conforme
conviene para cubrirse unas á otras, y al orden de combate en el
cual el batallón se encuentra formado. Por lo demás, la marcha de
las reservas debe ser independiente de la cadena en tanto que
ningún peligro amenace á esta última; de este modo la cadena
puede cambiar de posición, sin que las reservas abandonen la suya,
y estas últimas pueden atrave~ar de un golpe y con presteza una
distancia de trescientos ó cuatrocientos pasos. A cada nueva ocupación
de una posición intermediaria, el Jefe de batallón se cerciora
si la formación adoptada por cada una de las compañías corresponde
bien al terreno en el cual se verifica, y por otra parte,
si no hay en la vecindad un sitio más ventajoso y del cual se haya
prescindido. El Jefe de batallón señala á la compañía la dirección
del punto de ataque donde debe dirigirse; las demás compañías
conforman sus movimientos á los de ésta.
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\...._ 342 _j
No hay que temer acercarse demasiado á la cadena, si hqy
detrás de ella buenos abrigos. Ya hemos tenido ocasión de hacer
notar que no es por colocarse algunas veces muy cerca de la cadena
por lo que una tropa sufre pérdidas, sino por marchar con lentitud,
exponiéndose como blanco á los fuegos del enemigo.
Las compañías de la reserva del batallón tampoco deben temer
adelantar, por un momento, bajo la línea de las compañías en
primera fila, si éstas cuentan con posiciones ventajosas, Hay que
tratar de marchar por tandas longitudinales, si el terreno se presta
á ello. Estos son caminos buenos, cubiertos, si los fuegos del
enemigo no Jos toman de flanco. Si se marcha por un terreno completamente
descubierto, no hay que olvidar el orden desplegado,
á filas abiertas. so. Es indispensable verificar las maniobras en terreno muy
cubierto, para que las compañías no adquieran la costumbre de
amontonarse ni desbandarse. S:Slo una costumbre permite evitar
estos tropiezos : guardar un paralelismo riguroso en el frente
de las compañías, sin Jo cual, las compañías al caminar por bosques
poco elevados, se dispersarán ó se amontonarán. En el primer
caso, una compañía puede algunas veces perderse completamente
; y en el segundo, varias partes de la cadena quedarán
privadas de su apoyo. Para aprender á conservar el paralelismo
del frente en parajes cubiertos, hay que practicarlo de un modo
real. No será maniobra muy difícil, y se sacará de ella una ventaja
positiya.
No podemos menos de aconsejar á los Oficiales de toda clase
que se provean de brújulas: les servirán de mucho en terrenos
muy cubiertos y doblados. El empleo de la brújula es muy sencillo;
antes de entrar á un bosque, se observa el ángulo que hace frente
á la compañía, con la dirección de la aguja. Si este ángulo no varía
de una manera notable durante la marcha por el bosque, entonces
la dirección es buena. Sólo me diante la brújula se puede
conservar algunas veces la dirección. El sol también es un buen
auxiliar, pero no siempre está visible.
5 r. Son iguales los procedimientos para maniobrar con la
artillería, agregando lo que sigue:
Siempre que una batería se coloca en posición en el extremo
del flanco de la po ición que ocupe el batallón, la compañía de reserva
más inmediata debe cubrir el flanco exterior de la batería, sin
esperar orden para hacerlo.
El apoyo de una batería de ningún modo consiste en sostenerse
en la línea fronteriza, ó en una posición análoga, para rechazar
cualquier ataque de infantería 6 de caballería que pretenda romper
el frente de la batería. El jefe encargado de a¡::>oyar este movimiento
debe llegar siempre á tiempo en auxilio de la batería,
formándose en escalones un poco adelante, ó atrás.
Tampoco hay que imaginar que si uno avanza y la batería
permaue':e en posición, haya indispen ablemente que darle un apoyo
especial; esto es del todo inútil, puesto que al avanzar, se la
cubre de modo más eficazque permaneciendo á uno de sus flancos.
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'- 343 _)
52. Cuando la artillería adelanta, no se preocupa ni de la ca-
dena ni de las reservas, es decir, que pasa de posición á posición,
sin ir siempre en línea recta, ni fijándose en otra cosa que en encontrar
la posición más ventajosa; por esto, toca á las compañías
que están inmediatas, conf01·mar sus movimientos á los de ella, sin
alineación, algunas veces á paso de carga. En cuanto á la cadena,
nunca debe dejarse adelantar por una batería.
53. En una marcha de retirada, si algo estorba los movimientos
de la batería (si las piezas e tán enlodadas ó desmontadas), la
infantería ayuda á los artilleros á remediar el mal, y no se pone
en marcha en tanto que la artilleda no pueda moverse.
BATALLAS DEL SEGUNDO IMPERIO
POR DIC!{ DE LONLAY
Traducción del francés p:ua el .Bo 1dí11 Militar
(Soifeniw, continúa)
Asistimos como simples espectadores á toda esta primera parte
de la batalla. Guardando como reserva la División Bazaine, el
Mariscal Baraguey d'Hilliers hace avanzar las Divisiones Ladmirault
y Forey, la primera por la izquierda, la ~egunda por la derecha
de las alturas de Solferino. El General Forey se apodera
rápidamente de una altura almenada llamada Monte Fenil, que
inmediatamente cubre con artillería para contrarrestar el fuego de
las piezas austriacas. La brigada Dieu baja al punto de esta altura
y se traslada en dirección á Solferino, y desaloja al enemigo de
altura en altura. Pero el número de austriacos se aumenta sin cesar,
y muy pronto esta brigada se ve obligada á detenerse; no
puede sostenerse ino á costa d,, grandes sacrificios. El General
Dieu mismo es mortalmente herido.
A la izquierda, el General Ladmirault se ha. comprometido á
la cabeza de las brigad:¡s D.:mai y Négricr; pero el enemigo descubre
nuevos batallones cuyo fuego es de los más mortíferos. Pronto
el General Ladmirault recibe una herida en la espalda; apenas
-emplea el tiempo necesario para que le hagan la primera curación,
y vuelve á colocarse al pie de sus tropas. Una segunda bala
le hiere entonces en la ingle y queda en el muslo.-No es nada,
exclama levantándose y tratando de permanecer en el sitio; pero
el dolor lo obliga muy pronto á entregar el mando al General
Négrier.
Cuando Baraguey d'Hilliers ve las fuerzas considerables que
se oponen al paso de nuestras tropas, se decide á enviar la División
Bazaine. Las brigadas enemigas ocupan con mucha firmeza la torre,
la colina de los Cipreses y el cementerio de Solferino. Los
austriacos, sosteniéndose en posiciones formidables, oponen á las
tropas de Bazaine una resistencia de las más tenaces. El I. 0 de
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Boletín Militar ele Colombia
'- 344 ~
Zuavos, ya tan diezmado en Melegnano, en donde perdió su Coronel,
30 Oficiales y 623 soldados, ve otra vez caer á s11 Coronel,
24 Oficiales y 501 soldados muertos ó heridos, acometien-:Io seis.
veces, mas en vano, la fortaleza del cementeno de Solfenno.
El Emperador ha ll e gado al monte Fenil; desde allí domina
toda la extensión del campo de batalla. Napoleón m ve que colocados
los Cuerpos 3.0 y 4. 0 á la derecha, no pueden triunfar de los
obstáculos que se oponen á su paso, y se le informa de que por la
izquierda una parte del Ejército piamontés, abrumado por el Cuerpo
de Bénédeck, se bate en retirada. En esta situación, el Emperador
ccmprende que es preciso apoderarse de las alturas sobre
las cuales P.l enemigo St! apoya en el centro de Solferino, y en seguida
de Caoriana, para obligar á las alas á que se retiren.
Ordena á las Divisiones del primer Cuerpo hagan un esfuerzo
supremo. Forey, Bazaine y Négrier, en persona, se ponen á la
cabeza de los soldados que avanzan con empuje soure la torre de
Solferino; pero el enemigo, que por dondequiera los domina, dirige
sobre ellos terrible fuego de metralla. Tomados á un tiempo
de frente y de flanco, las columnas que marchan á la cabeza sufr n
en pocos instantes pérdidas sensibles que deti nen su paso.
Los héroes de Montebelo y de Melegnano comienzan á ceder
y á echar paso atrás, cuando precipitadamente se presenta un Oficial
de órdenes, en un caballo blanco cubierto de espuma, y exclama:
¡"Un último e~fuerzo; ya llega la guardia 1"
Con efecto, acaba de dar orden á la División Camou que acuda
en auxilio del primer Cuerpo. La brigada Pic'lrd se dirige sobre
las alturas de la i7quierda, y la brigada Maneque es enviada en
a¡~yo de la División Forey y cierra el paso á las Columnas austriacas
f1Ue bajan de Casa dd Monte.
"Morrales á tierra," manda entonces 1 General Mancque,
y nuestra brigada deja á paso de carga la colina en que se so~tiene
desde por la mañana, y avanza en orden de parada, el Batallón
de Cazadores á 1~ cabeza, apoyando su derecha en el camino de
Castiglione.
Desfilamos con el más brillante empuje delante del Emperador,
que con el dedo nos señala la torre de Solferino, y exclama~
''Ahora, hijos míos, á la bayoneta, y arrollarlo todo ! "
En este im,tante dos baterías de artillería de la guardia, llegan
al galope, al mando del General Le Boeuf, é inundan de granadas
la aldea.
Nuestros seis batallones de Voltfjeros y nuestros Cazadores
de á pie, formando cada uno columna separada, acometen al enemigo
á paso de carga, con irresistible empuje, y lo obligan á retrocPnf'r.
Nuestro batallón de Cazadores, que toma una parte activa en
es ~a lucha, flanquea la aldea de Solferino. Nuestro Comandante
C inchanb, en su caballo alazán, rompe la marcha con inaudito
Talor.
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'- 345 -'
La lucha se traba. Nuestra compañía ve caer por tierra á su
Capitán, Chauvet, y conducida por el Teniente Moneglia, se mete
por el pie de la torre, por un camino estrecho que rodea la aldea
por la izquierda, y cae de improviso sobre las primeras casas.
Dos cañones tapan el camino y nos acogen con una descarga de
metralla.
El denodado Moneglia nos estimula y nos conduce á apoderarnos
de esta barrera de fuego. Los austriacos retrcceden espantados.
Se toman los cañones, pero, ostigados por los austriacos que
acuden en gran número, nos vemos obligados á abandonar este
trofeo, y á emboscarnos en los solares y casas de Solferino, esperando
refuerzo.
Por otra parte, el Capitán Ludovic, al acometer al enemigo,
penetra con él en la aldea, en donde sesenta austriacos que han
quedado en las casas, son tomados prisioneros. Por último, corona.
mos las alturas.
Los austriacos comienzan á ceder.
Sin embargo, acaba de llegar un refuerzo al Subteniente Moneglia:
Voltíjeros del segundo de la guardia, al mando del Subteniente
Puechy, se nos unen.
Nos arrojamos otra vez sobre los dos cañones de que el enemigo
ha vuelto á apoderarse, por su movimiento ofensivo, y en
esta ocasión los tomamos del todo.
Es una lucha desesperada, horrible, espantosa .... Pero confiamos
en que Dios nos dará la victoria sobre estos enemigos que
tantas desgracias han causado á nuestra raza.
-== Historia====-
PRECEPTOS ECONOMICOS DE ANTAÑO
CONVENIENTES DE RECORDAR
Sz'món Bolívar, Lz'bertador Preszdenle de la Rep/tbhca de Colombia, &c.
CONSIDERANDO
Que es de absoluta necesidad asegurar por todos los medios
posibles la recaudación de los impuestos establecidos por las leyes,
frustrando los esf~e~zos que hacen Jos contribuyentes para eludir
su pago con disminución de sus rendimientos, especialmente los de
las Aduanas, con perjuicio del Tesoro nacional y gravamen de
los ciudadanos; oído el Consejo de Estado,
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\._ 346 .J
DECRETA
Art. I.0 Desde la publicación del presente, en todas las Aduanas
de la República, al tiempo de cobrar los derechos de importación,
se cobrará un 6 por roo sobre el valor que se dé á las mercancía~
importadas con el título de extracción presunta, siendo de
cargo de los importadores pagar de contatlo la suma á que monte
el 6 por 100, ó asegurar su pago con fiadores de responsabilidad
á satisfacción de la Aduana, antes de extraer de los almacenes de
ésta las mercancías importadas.
Art. 2. 0 Ningún importador de mercancía se eximirá de pagar
el 6 por 100 de extracción presunta vencido el término en que
deba hacer la paga, ni tendrá derecho á reembolso ó abono, ni á
la cancelación de las fianzas, si no exportase un valor igual al importado
en frutos, efectos, productos, ó moneda de oro y plata,
pagando los derechos establecidos por las leyes y decretos con las
formalidades prescritas.
Art. 3. 0 Si el importador que pagó ó aseguró la extracción
presunta, exportase, con conoGimiento de la respectiva Aduana,
igual c;uma que la importada, en oro y plata amonedada, ó en frutos,
efectos y producciones del país, si hubiese pagado de contado
la extracción presunta, se le abonará la cantidad pagada en cuenta
de Jo que debe satisfacer por la extracción efectiva que haga, y
se le cobrará el·resto si lo quedase debiendo, ó se le devolverá el
exceso si resultare alguno; pero si sólo hubiese asegurado su responsabilidad,
se le cancelarán las obligaciones y fianzas luégo que
haya satisfecho los legítimos derechos de exportación.
Art. 4. 0 Las Aduanas serán muy escrupulosas en la observancia
de este Decreto y en la vigilancia contra los fraudes que
se trata de precaver.
Art. 5. 0 El :tvlinistro Secretario de Estado del Despacho de
Hacienda queda encargado de la ejecución de este Decreto.
Dado en Bogotá, á 23 de Diciembre de r828.
Por S. E. el Presidente de la República,
El Ministro Secretario de Hacienda,
SIMON BOLIV AR
NICOLÁS M. T ANCO
-==Variedades = :._____
PEREGRINACION DE ALPHA
,
POR :MANUEL ANCIZAR
(Continúa)
Traspuesta la cumbre, sigue una bajada rápida por la cual se
andan dos leguas para llegar á la cabecera del cantón. Situada en
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.\.,_ 347 _)
la confluencia de tres estribos que se desprenden de la _serranía principal,
la villa del Cocuy ocupa un valle reducido é inclinado, y recibe
de lleno los vientos destemplados Uertas, de lo
cual casi nos alegrábamos, porque el desaseo interior era imponderable,
y de antemano quitaba el apetito y el sueño. Sin embargo,
forzosamente habíamos de detenernos allí para recoger datos y
hacer observaciones, y en consecuencia resolvimos hacer uso de
una carta de recomendación que en Soatá nos dio el bondadoso Dr.
Calderón para el Sr. Ruiz, quien nos recibió con tal franqueza y
cordialidad, que ol vid á m os al punto Jos desagrados anteriores. Este
honrado sujeto es jefe de una familia numerosa y trabajadora, que
mantiene la casa no sólo con aseo, sino con cierto primor, adornando
la sala un estante de libros y varias mesas cargadas de curiosidades,
flores y frutas fragantes. Además del trato amistoso que
le merecimos, nos favoreció con noticias y diligencias que facilitaron
la ejecución de los trabajos que llevábamos entre manos, y él
supo apreciar infinitamente mejor que las autoridades de la ProTincia,
de quienes, si recibímos algún auxilio rogado, era dado con
tibieza que rayaba en mala gana, y arrancaba á mi filósofo compañero
la ~recuente exclamación: "Perdónalos, Señor, que no saben
lo que hacen."
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'- 349 _¡
Dejando el grueso del equipaje en el Cocuy, marchámos el
-6 de Julio en demanda de Chiscas, pueblo que demora 5 leguas al
N. N. O. del primero, situado al pie de la majestuosa cadena de
cerros, cuyas cumbres principales brilla! con nieves perpetuas. El
camino pasa por Panqueba y Espino, cabezas de distrito, con tal
desigualdad del terreno, que mediando entre el Cocuy y Panqueb:
t la distancia de una legua, hay 500 metros de diferencia en altura,
y cerca de 3° centígrados en temperatura. Espino, que está
J! leguas más adelante. se halla 763 metros menos alto que la cabecera
del cantón, marcando el termómetro 7° más de temperatura
media. Concíbese cuánto favorecerán estos desniveles la variedad
de producciones agrícolas, en un suelo fertilísimo y bien regado
como aquel; pero al mismo tiempo la disposición de los terrenos,
todos en laderas y cumbr s, mantiene diseminada la población
agrícola, é influye, por tanto, en la pequeñez de los pueblos. Las
cercanías de Chiscas ofrecen á la vi~ta pai ajes muy bellos, en una
sucesión de ladera pendientes, cubiertas de l>osquecillos que de
trecho en trecho interrumpen con sus grupos de verde oscuro y
flores, lo cuadros matizado de la diferentes sementeras extendidas
del pie á la cumbre, á veces tan descolgadas sobre el lecho
del río, que admira c6mo pueden mantenerse allí, sin rodar, los
que labran la tierra. El reducido caserío de Chiscas se levar:ta al
extremo N. de una xplanada pequeña y al gre, cortaua en trozos
longitudinalc por IJarrancas profundas y entap zada de ricos pastos,
los cua]t;!S se continúan sobre la próxima sierra, tan suculentos,
que á Jos do::. meses de residencia da una res 4 anobas de cbo, y
las mulas enfl rman de gordura. El terreno de la e. ·planada es
de acarreo asentado por capa , las más veces brechiformes, en cuyos
fran·mt:ntos calizvs y ar n,keüs e ven numero~ns impresiones
de conchas IJi valvas, y trows de síle.· en figuras de peras, que son
tal vez iphonias petrificadas, puesto que las conchas impre~as son
marinas. Pur tanto, la serranía inmediata, que suministró estos
despojos, pertenece i la formación secundaria, y lo confirma la
presencia de csqui~tos embutido de riñones de hierro carbonatado
litoideo, que se tncuentran en lo bajo de las grandes grietas,
abiertas en la falda de la serranía, inuicando la existencia del terreno
carbonífero.
El Coronel Toscano. soldado de la Independencia, nos recibió
en su casa con la franqueza de un viejo militar. Rodeábalo
una familia lucida y amable, cuyo esmero en las cosas domésticas
lo revelaban el jardín de flores que alegraba el patio, y la cuidadosa
limpieza de la casa; y en ratos de conversación agradable
nos suministró los informes necesarios sobre ganadería y agricultura,
los cuales constituyf'n su ocupación preferente, bien que la
ingrata y enojosa política interior suele calentarle en horas la cabeza,
más de lo que á su tranquilidad conviniera; aunque siempre
me ha parecido que el ardimiento en las opiniones sienta bien á
los hombres de la Guerra Magna, quienes para mí tienen cierto
privilegio que les afianza la tolerancia de sus sucesores en el ma-
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nejo de los negocios públicos. El antiguo pueblo, reducido á un
corto vecindario de agricultores y trajineros, queda cerca del moderno,
y se compone de algunas casitas y ranchos de vara en tierra,
habitados por indios ladz'nos y por Tunebos semi-civilizados,
sin más traje que largas ruanas. El nuevo, erigido en Parroquia el
año de 1772, no ha progresado cuanto debieron esperar sus fundadores,
pues conservan toda vía en la iglesia imágenes monstruosas
con brazos de orangután y manos más grandes que las cabezas,
sobresaliente entre todas un santo de aspecto jaquetón, vestido
con camisa blanca, por debajo de la cual se salen unas botas
que tal vez le prestó el Cura, y en la cabeza un sombrero cuba,.
rayado en líneas espirales y puesto al desgaire sobre la oreja izquierda;
señales de abandono y atraso, que si bien deponen inmediatamente
contra el Cura que las mantiene en su templo, hablan
también contra el pueblo que las tolera como cosas del Cielo.
Regresámos al Cocuy, con el objeto de visitar á Güicán y explorar
la sierra nevada, que demora 4 leguas al N. N. E., distancia
directa de la villa, y 6í por el camino del mencionado pueblo.
Las anteriores correrías, transitando lugares fragosos, habían fatigado
sobremanera nuestras bestias, de modo que nos vimos obligados
á solicitar otras de alquiler para la excursión á la sierra, y
además un guía. Consiguiéronse por el máximo de precio acostumbrado
en el país, y de calidad tal, que prometían un viaje canonical.
Cuando nos pusimos en marcha, siguiendo la calle principal
de la villa, y notámos la figura que hacíamos, nos saludámos recíprocamente
con una cordial descarga de risa, en que nos acompañaron
algunas hijas de Eva, que asomaban por las ventanas. Enhorquetaba
yo una mula venerable, tan ancha como larga, que había
relegado toda su antigua viveza al rabo, con el cual me azotaba
cada vez que le arrimaba los talones para sacarla de su andar pacienzudo,
en tanto que llf:vaba la cabeza junto al suelo, como si
pretendiera examinar la naturaleza de las piedras que lo sembraban.
Mi compañero se hallaba entronizado sobre un caballo rucio,
largo y enjuto, rígido de cuerpo, las orejas tiesas y hacia atrás,
los ojos medio cerrados, y la cabeza tan erguida cuanto podía;
andaba despacio, adelantando majestuosamente las patas, cual si
estuviera profundamente penetrado de la honra que se le hacía
poniéndole silla y freno. En vano se le apuraba: á cada golpe de
espuela correspondía con una mueca dasdeñosa, levantando el labio
superior, y continuaba impasible su marcha triunfal. Cansados
de luchar contra la adversidad, abdicámos la voluntad en las bestias,
y nos dejámos llevar según su antojo. El guía nos contemplaba
de cuándo en cuándo, con aire paternal, y trataba de consolarnos,
repitiendo siempre la misma frase: "En saliendo allá arriba,
verán sus mercedes cómo caminan mejor; "allá arrz'ba, enigmático
que nunca lo alcanzámos. Era hombre de cincuenta años, alto,
vigoroso, de fisonomía honrada y abierta; vestía pantalón de manta
rayada, camisa de lienzo, alpargatas y ancho sombrero de ramo;
la ruana plegada y á la espalda; el andar pausado y constante,
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aun por los recuestos más escarpados ; gran baquiano y disertador,
de nombre Luis Reyes, antiguo correo y grave persona, un tanto
sordo á ratos, y con todo esto buen compañero de viaje, y liberal
consejero hasta en las cosas científicas.
En esta disposición, y con una velocidad de dos horas por legua,
pasámos el Alto de La Vega, y caímos á las márgenes del
río de la Cueva, donde hay una fuente termal ferruginosa, 24°
sobre la temperatura del aire ambiente, y junto al camino, al
opuesto lado del vallecito, otra fuente sulfurosa fría, que nacía á
la raíz de un cerro pedregoso. Desde este punto comienza la subida
de Güicán, por medio de grandes cerros destrozados, cuyos
fragmentos yacen esparcidos por las laderas sembradas de peñascos
agigantados, y coronadas por estratos calizos en que se ven la
perforación de numerosas cavernas y la estampa de conchas bivalvas,
que es difícil caracterizar, por no hallarse la impresión de
las charnelas. El pueblo queda situado en una meseta elevada,
2,goo metros sobre el mar, con la temperatura media de 1 1° centígrados
: su población, en parte indígena y en parte blanca, de
bellas formas y colores hermosos, notablemente en las mujeres.
Tiene una iglesia bonita y adornada con sencillez, escuela ptíblica
y varias casas de buena construcción, muy aseadas.* Dionos alojamiento
en la suya el Sr. Juan Quintero, joven de modales caballerosos
é inteligencia despejada, y jefe de una bella y simpática
familia. Por tercer .1 vez debíamos á la benevolencia de los particulares
el hospedaje que las autoridades locales no quisieron procurar,
ó no se curaron de ello, sin embargo de presentárseles altas
recomendaciones oficiales, cuyas palabras na hacían mella en su
ánimo ; efecto de la ignorancia, que siendo entre nosotros pecado
involuntario, merece absolución pl e na en sí mismo y en sus rudos
efectos.
XIX
El río de la Nieve baja precipitado d esde la cumbre de la
Sierra, y antes de confundirse con el de la Cueva, una legua al
Oriente de Güicán, rodea la base de un peñón d esmesurado que
por esa parte se levanta casi 390 metros verticalmente, al paso
que por la opuesta se confund e con las colinas y faldas de la serranía
principal, mediante una espaciosa rambla, que ascendiendo
suavemente, concluye de pronto en el murado abismo, tan limpio
de árboles, que desde la cornisa se ven claras la distante vega y la
cinta espumosa del riachuelo, y tan alto que no se percibe el ruido
de las aguas que pasan veloces rompiéndose contra las rocas. Lleva
este peñón por nombre Gloria de los Tu mbo s, y la tradición
local lo explica, diciendo que una vez sojuzgados los indios, más
por el terror que les infundieron los caballos y barbas de los espa-
* "El pueblo de los indios está abajo del Cocuy, poco distante, con una
buena igiesia ornamentada. Tenía agregados unos indios, catequizados unos, otros
bautizados. Llámanles Tunebos, y el pueblo donde asisten, Guicaní: salen allí
muchos gentiles, y son muy dóciles.''-OVIEDO-Pm.>'nmitttlos y NotiCias.
~e o
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ñoles, que por fuerza de armas, comenzaron á experimentar el
peso de los tributos y el intolerable despotismo de los encomende ...
ros con tal rigor, que, desesperados y no pudiendo recuperar Ja
usada libertad de las selvas, ~e juramentaron á morir, y concurriendo
por grupos de familias á la rambla ya descrita, echaban á
correr hacip. la cornisa y se despeñaban con sus mujeres y niños.
En comprobación de este relato muestran al pie del peñón gran
número de huesos humanos esparcidos á todo viento, carcomidos
por el tiempo y siempre rotos como por violento choque, señales
de no haber pertenecido á cuerpos tranquilamente depositados en·
sepulcros; y como los indios, sin excepción de tribus, se han distinguido
por el religioso esmero en sepultar los muertos dentro de
cavernas ó en lugares apartados del tráfico, el estado de aquellas
osamentas parece corroborar lo qt.e la tradición refiere, teniendo
el apoyo de hechos semejantes mencionados por los cronistas de
la conquista: á tal punto de desesperación redujeron los conquistadores
á los indios indefensos, oprimiéndoles con vejámenes y exorbitantes
tributos, que no les dejaban más refugio que la muerte,
como se vio en Jos Agataes y Coco mes de V élez, los cuales de un
día para otro se suicidaron todos.
Por la explanada de este peñón pasámos en vfa para la Sierra
Nevada, guiándonos el ir.teligente y bondadoso Sr. Quintero.
El camino se compone de una multitud de veredas transitadas por
los indios Tunebos, al través de paisajes tan variados como agrestes.
Los cerros vecinos llevan en sus cumbres rotas y rodadas las
señales de haber sufrido sacudimientos poderosGs, que tal vez los
rebajaron á la mitad de su elevación primitiva; la vegetación se
modifica, haciéndose ca i uniforme y perdiendo gradualmente en
allura, á medida que se entra en la región
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo II N. 12", -:-, 1902. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3691189/), el día 2025-11-05.