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Unity (2013) #2

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  • Autor
  • Año de publicación 2021
  • Idioma Inglés
  • Publicado por Valiant Entertainment,
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
Doug. Braithwaite, "Unity (2013) #2", -:Valiant Entertainment,, 2021. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3270742/), el día 2025-07-07.

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Imagen de apoyo de  Las aventuras de Gato: La hermandad del Agua Clara

Las aventuras de Gato: La hermandad del Agua Clara

Por: Daniel Rabanal | Fecha: 27/07/1856

PERIÓDICO LITERARIO, CIENTIFICO 1 NOTICIOSO. NUM. 10. Bogota, 27 de iulio de 18n6 .. TRIM. l.o LAS COiliPRAS EH LA CALLE REAL· ¡quiera, que yo estoi a su tlisposicion. Estaba recien venido a Bogotá Don Ro-~ -Es decit· (fUe estás desocupado un rato que mi ti o, hombre de poco mas de 40 ¿eh? aiws, de sencillas costumbres i bastante -Sí señor. rico, pues tenia una buena hacieuda, aun·~ -L~ celebro sobrino que mui distante de la cnpi!al, i tan di~- -Pero es con tal qu~ no pase de una tante ademas de toda poblacwn que pod1a hora. ascgural'se que el pt·opietario no era ve-~ _Vea m o i' 0 • • • cino de ninguna soci dad humana Con . s, d J sacando el reló, son las todo, es tal el poder de la riqu;za ¡'la es- once de la mañana. La hora es oportuna: cla,·itud del rico que Don Roque no babia ~ a las doce estamos desocupados. tenido libertad para volverse un necio, l· · · · · : · · · .: · ·. · . · · · · · · · · · pues por una parte Jos negociantes i por 1 -:-,Cornente, diJ~ mi tw, que y~ est2ba otm los petm·di tas habian tomado a su pomcndose una le~? t.~ nuev~ de pano azt~J, cargo el no dejarlo embrutece•·· I ?n S?m.brero de J1PlJilp~ sm ahormar? sm Como Don Roque debía vol verse a su • cmta 1 sm fol'l'o. Llamo luego al ct·Iado hacienda mui pronto i e1·amos mui amirros ~ pam que nos siguiera, cerró Ja puerta i me ví en la necesidad uu vicl'llcs po~· 1~ ~ llenos de ~~·incipios econ6micos salimos i muiiana de ü· a hacerle mi última •i ita. 1 nos cncammamos a Ir. calle del co~ercio. -De eándotc estaba sobrino me dijo Yo procm·aba acclct·ar el paso, 1 al fa-con muestras de mucho' gozo, a ·'í que me ~or d~ esa celeridad llegamos ~ las once ,,¡ó en su cuarto. Tú que eres hombre de ~~ meuta a la calle del comerciO. Icdia buen gusto i que habitllndo en Bogotá ~1or~ nos quedaba para hacer nuestra dili­estás al corriente de las modas, vas a pt·eg.. Jencm, pel'o yo dtficultaba bastante crue tarme hoi un seJ'vicio. Desean a ptws un ~ nos alcanzase. l'ato qne Juego tenemos que salir juntos. ¡ En Ja primera calle babia entre los pl'i- -Mui. bitln, tío Roque, se1·á como U. meros un PI macen asistido po1· un frances guste: yo estoi siempre a sus órdenes i ya ~ tan meloso i obligante que era difícil sa­sabe que si puedo set· •irle tendré mucho i lir de allí sin haber comprado algum1 co'a· gusto. 1 pero al mismo tiempo era tan escrupulos~ --Sí: ya lo sé. 1 hoi me serYirás mu- en los precios, que era cansarse en vano eh o: Sí. ... ¿no te digo que estaba desean- . pedirle rebaja ni en un céntimo. Yo preo­dote? A hora te esplicaré ... aguarda, aguar- ·¡ cu pado aun con la doctrina de los pre­da acabo de amat·rar esta petaquiiJa que cios corrientes, i acordimdome de los guan­estoi atTeglando ya pat·a mi marcha. 1 tes de cabritiJla que era facil se nos olvi- -Por lo que a mí toca, mi quendo tio, dasen, elrjí esta tienda pa1·a buscarlos U. puede arreglarla tan despacio como seguro de que allí los babia. Entramos, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. l 80 EL ALBUNI. pues, i pregunté al fra~ces si tenia guan- ! -Aguarde lJ, decia el ft·ances desde el tes de cabritilla negros. ~ rincon; yo le voi a mostrar muchas cosas., -¡ Oh! señor mio contestó. Como yo ! i principalmente una cosa que le gustará celebro de verlo a U. aquí; que se ha ol- mucho. ¡Oh! aquí ~stá: este es un tambo­Yidado de comprarme tan buenas cosas < ril pa.-a el niño. El tiene el sonido mas como yo tengo ahora. 1 miéntras esto de-¡ fino que puede haber en un objeto así pe .. cia, se habia subido sobre el mostradot·, i qucño como este tamboril. J tomando habia ido bajando primem unos naipes, ~ Jas baqueticas empezó a golpearlo; i despues unas peinillas, luego unos compa- efectivamente sonaba como una campa­ses, i sucesivamente con una lijereza es- na. Mi tio que hasta entónccs, como se traot·dinaria i hablando por los codos, si-! ha dicho se entretenía en silencio miran­guió bajando anteojos, braseros, despabila- ~ do ya los anteojos, ya las pipas i demas deras, botones i otras mil cosas que pare- ( objetos que babia traído el frtmces al cian destinadas para hacer olvidar lo que ~ mostrador, dejándolo todo, le pidió el taro­se estaba buscando. ~ boril i tomandolo con una sonrisa pueril, -Sí señor, dije yo mirando el tendal~ empezó a darle 'ueltas entre las manos, de objetos que babia eo!ocado el comer- riéndose mas al ''et· las pintUI'itas que te­ciante sobre el mostrador; todo esto es nia en torno de la caja. ¡Qué cosa tan buenísimo, pero tenga la bondad de bajat· l curiosa, decía, qné cosa tan chiquita~ ante todas cosas los guantes de cabritilla. -Sí, repuso el fmnces dirijiéndose a -¡Oh señor! quégunntesde cabritilla! mi tio; U. no sab,e qué cosa tan curiosa Eso no es bueno: 'ea U. qué nuteojos es-~ es este ta1 boril. El tiene un resortito para tos tan finos; póngaselos U.: sí señor, ~ templario que es co a fiuísima. U. Ya a póngaselos i verá si no se queda sin unos.~llevur el tamborcito para el niilo, porque -Sí son mui buenos, dije yo pouién- es muí barato. dome los anteojos. --Qué te parece, sobrino, me dijo,¿ qué -Ahora Yea U. ésta ·cáclena ¡Ah! to- ~ te parece la calidad del tamborill dos van a creet' que es de oi'O, ya lo 'erú -¿Piensa pues comprado? tio. U. ~:sa que tiene U. en el re lo; ¡ Va ! Eso ~ -Preciso; si esto es pl'cciosísimo: voi no sit·ve; esta le sentará mucho mejor: a !le\ m· el o a llaquito. llévcla, U._: es baratísima. --Paquito, dijo el ft·anccs, será mui , -St nor; es una het·mosa cadena~ ~ero l contento del ta~boril. Esta e una co a sn·vas~ al:an~ar los. g~antS salié1·amos, Llegamos a otra tienda i pt·eguntamos porque el p1·ecio era exhoruitante. Mas ~los guantes. No había. En la otm taro­cuando ya iba en la puerta me llamó la poco i así sucesivamente en otras mil. señora diciéndome: ¿Qué es esto? decía mi tio: ¿si u o habrá -Pues para que vea que quiero tratar !' ~uantes de cabritilla negra en el mundo? con U. , voí a dat·selas a once. Pero eso no puede ser, pues que yo Jos be -Pe1·o, mi señora si no puedo pagarlas 1 tenido. Si estará prohibida su importa-mas que a cuatro. · cion? ¿Si sera pt·eciso encat·O'arlos es pe- -A once son regaladas: pregúntele U. cialmente a Eut·opa? Busquemos, sin em­a Don Fulano, a mi señora Zutana, a Don 1 bm·go, otro rato, a ve1· si pot· fin los en­Pet ·cnsejo i a todo el mundo si no es ver- contramos, i volvimos entónces pal'a arri­dad que las be dado a doce. Volvimos ba, basta la última tienda pero siempre a salirnos: nos volvió a llamar, i vol vi- ~ en vano. mos a regatear aunque ya en la escala de i os pammos en la esquina fatigados i diez, despues en Jade nueve, luego en la ~ sin sabet· qué hacernos. de ocho, hasta que de la escala de siete 1 -A que ya no se llama cabritilla la empezó a hacerme alto no de real en real, cabritilla, dccia mi tio: seguramente nos sino de cuat·tillo en cuartillo. ~ equivocamos, ¿qué entiendes tú, sobrino, 1 Cuando estábamos ya en los cinco i ~ por guante de calwitilla ? 1 cuat·tillo era la una del di a, el hambre me ~ -Yo que estaba poco listo a , emejante devoraba, me habia olvidado de Jas doc-¡ definicion, me contenté con invitarlo a trinas económicas de mi Ho, i no pensaba que volviéramos pal'a obajo prrguntando 1 sino en ir u comct donde mi ami1ro que otra vez por lo guantes de cabritilla. me estaria esperando quizá todavía. J>or ~ -No: d cabl'itílla no digas, sobrino; mane1·a que mi tio tuvo que pngéll' en cada i es mf.ljor jenemliza¡· un poco mas la peti­vara de muselina l'eal i cuartillo mas de ~ cion poL' i acaso nos hemos equivocado: lo que valia, pero yo quedé mni contento pregunta solo po1· guantf.l~ nPgros. de habet· avanzado un paso mas en las As1 lo hicimos sin mejot· resultado, de dilijencias. l tal modo que cuando llegamos a la esqui- Ya nos saliamos cuando mi ti o me re- na, ya mi ti o iba sosteniendo que los O'uan­cordó los guantes de cabritilla. Pregunta· tes no se llamaban guantes en el tecni­~~ os por el!os, i no habi~ndolos en esta 1 ci.smo del comercio, .pues no po?ía pcr u a­tienda nos mformó .la Senora, que en un d1rse que en Bogotano se pud1em encon­alm~ cen que e~taba a dos cuadras de dis-¡ t1·ar un. pat· d~. guantes negros. E'tas tanc1a los habm mui buenos. dudas vmo a d1stpal'las un mercadet· que -Salimos, pues, a buscarlos i entónces nos dijo haberlos tenido mui buenos, pero observó mi ti o que sobre l,a puerta habia 1 que y~ se Je habían aca~ad.o: sin embargo, una tabla que decía: Aquz se venden las nos !uzo el favor de mdiCarnos ot••o al- 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL ALllU~I. 85 macen donde era probable los hubiese. f tenia Jos guantes, mas todos eran o ''eJ·- Salimos contentísimos con la noticia i ~ des, o colorados o blancos: el único color despues de habet· caminado una cuadra, l que faltaba era pt·ecisamente el negro. llegamos; preguntamos por los guantes, i -Señor saque U. Ja caja de Jos guantes nos dijeron que los había de superiot· ca- negros. lidad. ¡Gracias a Dios! d~cia mi tio, ~ -Eso sf no hai: no tengo mas que con que es cierto que pot· fin los cncon- ~ estos. tramos? Bien: vamos pues a ver esos l -Pero los que b.uscamos son negros. guantes? -¡Sí? no obstante; ¿por qué no lleva -Sí señor: le mostraré a U.... Cosa U. de estos que son lo mismo? mui buena .... i no los hai en nincruna l -Bien, dijo mi tío: busquemos los mas parte. Esto decía el met·cadet· parado en oscuros i contentémonos con ellos; que al el fondo de la tienda i mit·ando altema- fin, en asuntos de encargo no se usa mu­tivamente ya para anibn, ya pat·a abajo, l cha esactitud. Vamos: me llevo esto: ¿qué ya al frente, ya a la espalda. Luego daba valen? vueltns diciendo entre dientes: ¿dónde es-¡ -Se los daré n U. en cinco pesos: ya tán? ¿Dónde puse yo estos guantes?.... le digo que no los hai en ninguna parte. ¡Ah~ allí ya me acot·dé . Tomó entónces la -Aunque el precio e1·a exhorbitante, escalet·a, Ja arrimó a un estante i empezó l mi tio no pensó en eso, i trató solo de a subir. Cuando estuvo bien nrriba, co- probat· si le vendrian los guantes; pero al mePzÓ a vota1· al suelo panchos i percal as, ver el met·cader la tentativa de mi tio pam dat· con los guante que debían estar 1 par·a probat·selos, se opuso abiertnmente, debajo. ~las al cabo de un rato se bajó di- exijiéndole que si los comprnha, debía JJe­ciendo: ¿me ct·cen UU .que no están aquí? 1 vm·los sin intentar semejante prueba. ¿Qué - 10 señor: como no han de estat·, decia remedio? Mi ti o tuvo que cedet· i compt·ó mi tio, un poco caritriste. por cinco pesos i a ciegas los guantes que Pues no est<'m; seguramente están en ¡ cncoutmba por gran fortuna. ca a: vuelvan UU. maiwna; yo los haré Era ya mui taJ'de: mi tio i yo nos en-traer esta tarde. tl'amos pues, a un café con el fin de to- - .. ro, por Dios, decía mi tio: búsquelos l mar alguna cosa. Miéntras no ser ian que ahí drben estar. t1·ató de nuevo mi t!o de probarse los gua n- - Dice U. bien: aquí están: no me acor- ~ tes; mas cuando logró introducir la mano, dabn. ~ ya e. taban hechos pedazos por varia - put·- • ' e metió cntónce debajo del m o trador, ~ tes. llí nos acol' espaiiol crujiendo i desplomándose ¡ h)]co de Buenos Aires hacia porThalbe1·cr en bajo la elava d 1'apoleon: nos pintó las su último concie1·to, no se ha hecho l asta c·olonins dt'spt·endidas de la nwt1·ópoli, co-~ hoi por uingun atti ·ta, pues que ninw:uno mo naY"e' que, roto el cable que las man- tampoco ha enloqn{\cido a su audiltorio te m. en el puel'to, en meuio de una te m- como el di\ in o Tl albcrg. Vana prt"t\>n­pestad, se destacan nl oceano: nos pintó ¡ sion se1·ia entrar a pintar lo que es 1 'hal­en fin la desaparicion de tolos los gt·an- berg en el piano. El piano dclantte de d homhl'e· del siglo. sí una orquesta completa i todo. los 1-0 truPmos palabras para ponderar la l instrumentos conocido se dejan oit· bajo b(\Jlí ·ima romposicion clrl S(lilOl' Ortiz. 1~1 el ma~rn ;tiro podc1· de sus manos. Se p( \Snlíl pueblo colombiano qnr!))'anc o su cadena uno de admiracion, se abisma i no fllicnn­eu, yjecida contra 1~ fnz de su opre .. or, los ¡ za nadie a COffi:Pr<'nlh r eomo es capnz" fs~e 'nhentes desnparee1endo en el campo de homh1·e mara' 1llo ·o ele 'encet· tanta~ di· batalla, como las espi~as S del d1vmo La querida ilusion duró un momento artista. Unos pedían la Lucla, otros la I a1ios enteros durará el dolor. Lucrecia, otros la lVonna. Thalberg es-taba en conflictos. La voz de una seño- Otro busca sin treguas la riqueza, rita pidiéndole el El t.ár de amor, ino I suda i s ·. <.lt•sv:ela trabajando a saharlo· ::;e scnto al p;ano 1 sobre la I., u~a sed t~s~clable devorando • , .'. • • ; 1 • • • • ~ ~ Esta su codtcwso corazon, 11 senctllcl. bcucnrola ~el Ll~x_ir (ljecu~o l_a~ ~Mientras mas ah•sora mas anhela, ¡¡ mas SO!'PL'ende.ntes l bcllis~mas Yarwcio- ~ Su vida se convierte en un mal'tirio, li nes. J~n mediO de la amnedad con que l No bai afecto que aplaque n delir·io. 1! lo escuchábamos tuvimos la paciencia de No h:li en él sentimiento no hai razon. · contar once "ariacioncs tan di tintas unas de ot1·as como Jo blanco de lo negro.¡ Aquel, tras de la gloria va corriendo ~~~~ Esta Yez el público inYentó aplausos pat·a I se tlanzabfuridoso ; 1 n la batalla. 11 Thcdhcro· ! ... Los conocidos no eran dirr- ·n 1·c nu es e po vora i metra a nos de it ! .. .. 0 1 Cree st,l diosa fantá 'tica mirar, li Thalbe1·g. como todos los al'tistas, tiene 1•110 \'C <~uc la sangre qu~ derrama ,.. 1 .. 1 ¡ H· ,,. l , 1 .. ] Esa glonn que busca. va menguando, sus .o' ljlníl Juac cs. UulatnOS e sup lCU( o ¡ I qu e el 6dio i la envidia rú. sembrando pu ·¡era ulo·un rccuenlo en el AIIJum de Para mil desengaüos cosechar. li una señorita arjentina, residente en Val-li parniso i cuyo libl'O ne encontraba ca ' Ual- 1 La mujer que se goza en su bcllc7.a, 1: mente en esta ciudad. ·El célebre artista Que vé arder a sus pies mil corazones, 11 accedió con gusto i em·iqueció el lbum S};mprc cselava entre tri tes ~rivaciouc con u propia carieatura i algunas pala- ~ V.c su amada be~leza ~onsurmr. hra bajo las cuales pISO u firma. ~ ~~ a co~~~ <.le ~ellg.ro. 1 dolores . El l'élebl'c artista esta dotéHlo de un ~l placer de ser ma~re. ha conquistado, 1 • , . ~ 1 eme todo por su hiJO 1dolatrado belhs1mo per.:onal. Es de un tamano re- 1 su vivir de wadre no es vivir guiar, i de un cuerpo mui bien formado. · 11 Su tez es bl

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El Álbum: periódico literario, científico i noticioso - N. 10

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El Álbum: periódico literario, científico i noticioso - N. 11

Por: | Fecha: 03/08/1856

PERIÓD'CO LITERARIO, CIENTIFICO 1 NOTICIOSO. NUM. 11. Bogota, 3 de agosto de 18t>6 ~ TRI}\J. l.o El BAILE. 1 que se h~ resuelto ~ desmembr~r su cn~i- . .. . . .. tal, afloJando por el, como qmeu no diCe Q?.1en d1,10 })al le en ~st~ tt~rra, ~lJO nada, las ganancias de las velas i del arroz regociJO en forma, placet· mfimto, d1cha 1 de leche elaborado en un mes entero solo inconmensu.rnble, al~gria sin lí~ites. Cuan- por t~ener el placer de estrenarlo en segJndas do se con.vida a ?miar, se ajlta el aJ~a 1 nupcias, previos los an·eglos pa·ecisos para co.n emocwne~. vwl~ntas, con cstremec1- acomodarlo a su cue1·po, i el convenien­mrentos fl'~n~tlCos 1 todo e~ fin se pone te Jabatorio que exijen las amarillentas en un movimiento convulstvo capaz ~e 1 manchas del corpiño. Al1in con mil t1·a· meter en calo~ a u.~ mora~or de. ~u a na- bajos, de cualquier modo se ha reunido c~s. Pero qme~ dtJO a bmlar, d.IJO tam- aquella suma que se cree suficiente para b1cn a gastai', 1 a trasnochnrse 1 a eoa-~los gastos de aquel baile. Se hace el pre­morar ·se 1 a todos los aca?ados en ar?e, supuesto con la debida anticipacion, el como emhol'l'acharse, afinoJm·se, esto reJO-~ que ha p1·oducido la sio-uient.e fac. tura: nfll'Se. I no se diga que hai baile, pot·que Bizcochos .............. ~ .••• 6 2 de a ocho de de el momento en que llega a los oídos decimos. e~ te mtljico .i encantador anuncio, ya cm-~ Orchata de ajonjolí, i agua ptezan a c11·cular esas alarmantes pre- de mora etc................. 1-21·s. gu~tas de ambos sexos.~¿ ·o s~bcs qué 3 Jimetas de rosolis para manann en la noche hm tc1·tulm donde¡ la sci1ora .................. 2-4. Doña Petronila? se prccruntan con ansia G id. Brandi para los hom-to<. los aquellos espfl·itus a quienes gusta ~ bt·es. .... .... .......... ....... 6-• mas . un baile, que un concierto, o una 1 fúsica ...................•..• 1 o-'• funcion en el teatro, o un rosario o una s velas de molde i dos es-disciplina de san erre, o un plato de cas- permas ............... ....... t-4. ph·oleta. Cuando han convenido en rcu-~ . nirse unos cuantos en casa de alguna de Suma ....... ~ 2 3.-2 rs. esas matronas que cuando rayan en Jos cuarenta, se les alborota el carapaclw, l Se han omitido los barquillos, po1·que i cntónces constantemente están pt·omo- estos son solo para funciones de mayor viendo bailecitos de contribucion, i a ve- cuantía, i ademas la contribucion o la ces llega a tal punto el fm·or de distrae-~ venta de Ja m01·tuoria, no han producido ciones, que para proporcionárselas, sesa- ni un cuartillo mas. Entre tanto la dueña crifica una de aquellas fincas raíces, es 1 éte la casa, cabeza providencial de la cMr­decir, algun traje que a fuerza éte andar riadera. ha enviado ya la criada a donde entt·c un canasto, calle art'iba i calle abajo, las mas adictas amigas, invitándolas para ha conseguido por fin deslumbrar los ojos ~ que vengan por la noche, i mandándoles de algunas de esas carnales románticas ~ prestar de ribete unas cuantas copitas, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 88 ELALBU~L charoles i ftascos. A ¡!)O ser que algunos ! qne se ponen insufribles i aun con pcligeo de los pt·omovedores de 1 baile sea el que de cuartearse al menor golpe. . haga cabeza principal }-lOt' baber recojido 1 Jllire sumercé que se le ínfria, dice a la cohtt'ibucion, ptles 'e otónccs él se ha la puerta de tal retrete la voz gangoza de encargado de todo, i ha pn lclamado la lista 1 una criada que hace rato habia sel'vido el de contribuyentes en la que no figura él íngrimo chocolute.-Echálo pacá, res pon­sino de una manera secuv.daria i ha lí- · de la anobadora niña poniéndos con quidado el presupu~st? de gastos, aga-~ mucho ~uid~do el .c~mison i preguntando ehandose por consJo·u¡ent.e, con algun con ansta s1 ya v1meron por elln, si su sobrante con que tiene pa1·a los guantes, mama ya rezó el rosario, si le queda el el patchulí i ha ta pat·a los botines de la 1 traje luna neo o si se le ven las ennguas fabt·ica del maestro Vega. UJt1mamente o si te sienta bien una plurha rosada que todo esta preparado; las tremas huríes se ha encasquetado contra la voluntad de se han lastimado los deditos con la aguja 1 Dios i que le está berreando amarga men­a fin de aderezat· los trajes; han pue5 to te. Un sorbo en fin de chocolate fHo, i ya en ·batalla todos los camisones set·v.i-¡ una mirada triangular al fr~ccionar·io es- 1 bies e inservibles, para elejir aquel qUt~ pcjo son los últimos movimientos de la les parece mejor, i al que le hacen unas dichosa madama. Se le ha avisad<,) que cuantas refacciones para disfrazarlo, pot·que ¡ 1 os señores N. i N. están espel'imdola_junto es el mismo que gozó de ott·a pasada fran- ~ con su mamá para col)ducirlas al DJiena­cachela, i no seria tolerable el usarlo se- ~ ventut·adD soirée. gunoa vez. Algunos han Jogn1elo ablan-~ ¿Tiene U. pat·e,ia para el primer vals? dar el coré\zon de la mamá, i han con- le pregunta uno de Jos acomedidos mas seguido sacar de la calle real con un l aforl:nnado, brind~indolc el brazo a la per­mes de plazo, ya el cortesito de lanilla o fumada niila.-Si set'w1·, hasta par·a la de muselina, ya las once varas de araza. se ta pieza, le responde enc;:tjándolle un Los hautes i costureros se han vuelto 1 apretonsito de mano. Esta calle e~s in­una vorájine, a causa de sacarse de sus fernal, dice la infeliz madre que tam1bien entt·aims él encajito pa1·a e-l corpiño, los tiene esperanza de lucit· el pañolom dE'. retazos para una arandela, las cintas i aba-¡ seda morado.l esta muchacha que no atlum­lorios para el adorno ca¡)l'i hoso del moüo. bra ~ .•.... ¡Cómo me duelen los C'ntllos! El sol vá declinando hácia su ocaso, l Pero ya llegamos, le responde el comduc­Ja hora se ncerca,Ia noche invade, aqnella tor; alla se vé el farol. 1 en efeetco, yn noche tan suspil'ada ·n la que se hnn de <"l chi-cbi-pun-pun, ha llegado hastta 1 ponel' en su fuct·za í 'igot' el p(lrsonal i ~último rincon del alma: aquella dmlc s matel'ial de ambos sexos. A la cinco i prendas han abordado al lugar del n·cgo~ media de la tarde es la hora en que por cijo.-(Continuará.) lo rerr~lat· empieza~ las nii\~s a peimu· i f PArnocv.o. aderezar sus blonaos cahcltos. El agua ~ de bijuacá o de lina1.a bie cspesn, el medio tan·ito de pomada mercachíflica, 1 el polígono de un espejo, los ganchos i una media de hilo grueso impregnada de ~ jabon de Cipaqnirá, constituyen por lo ¡ comun el nece saire mujeril; amen de un ramillete de divinas flores que cual ~ otro caballo de Troya, encierra unas cuan~ J tas hojas de papelil-lo que junto con la l cascarilla por fuerza ,han ·de ag1·egar a aquellos divinos rostros, -brazos i pecho hechiceras pel'fecciones; algunas bai que l cargan tanto la m~mo a estos menjntjes, LA ACADEMIA DE LOS BRUTOS .. Dicen que el lean i el águila fund 1 · d b'd 1 . . a es a eme a , es preciso Ir cammando or os prcmws e 1 os a a ctentra, 1 , , l b . . ~ QuHer-a consl'guir honro. o puesto, P? 1 en ti e e . osque tup1do que eme las l\ia viéndole situado en las alturas, riberas del no, despues de 1:\abel' andado Dice como la zo1-ra: s un cual'to de hora poco mas o ménos~ "No las quiero comer: no están maduras. u ¡ por una senrla ~ 1e en pat·tes está totai- Ról\1ULO. mente cerraua, 1 se llega al primer salto, l que Pl guia que nos condujo dijo llamarse del Cat~onero. Una roca encol'\'ada que par('ce ,.a a desplomaJ·se, coronada de ¡ platanos de diYersas especies forma como LOS SAL TOS DE l1 NI FA 1 DEL CARBOBERO· ~ u~w cámara sombt'ia i lóbrega a donde Creemos qne pocns pe1·sonas de esta. ¡ v1enen a est¡·cllarse las aguas dando un cnpit< l t1enen rnzou de las eascadas de s~lto de cerca de cuarenta va1·as. Su­que vamos a hablar, i que sin duda son b1mos por entl'c la maleza hasta Jogt·m· 1 1 hajo de grandes l de in catm·ata de Tt>nn moldes de gteda: en col'l'obora­ra?. on de estas cascadas en miniatura qui-~ cion de ello citamos las mismas pala·· sieramos tener un pincel para describil', i bras del 8r. Cuervo que ha sorprendido una lira para cantar estas rústicas i en- cumplidamente el scrt·eto de Jos indios. cantadot·as obras de la natUl·aleza, i solo ~ «Eacian, dice, ' 'a rias figu1·ns de cet·a, ponemos este aviso para que ott·os vayan, ~ qne cubrian ele bano fino i luego calen .. las visiten, i nos den de ella una completa $ taudo todo el núcleo de bntTo salia por descripcion. ~ un r scrnicio la cem derretida. Entre J. •. O. ~ este molde derramaban el oro fundido i -- ~ pot· consi ¡.!llieete al 1 omper 1 bnrro apa- OrnA cunTOSTDAD mui digna de admi- ~ t·ecia en el oro la impresion he<'ha primiA rar e i por de gt·acin muí poco \'isitada es ~~ ti\· amente ('ll cera.» Posee tambitln el Sr·. el museo del intelij nte i laborioso ecle- Cu no dos o tt·es momias de indio , una sinstico Sr. Romualdo Cucn o, de que de las cnall'S fné encontrada en una cueva hablamos en uno de nuestros númet·os 1 e'1vuelta rn una manta de fino i fuertí­antet ·iot·es. El que allí vaya ncontrara simo algod'ln un cu ro de venado i una mil objetos dignos de atencion i de estu- mochiln, 'm·i"dad de reptiles muí bien dio como que en cada uno de ellos se en-¡ con5n ·a des, de cuadntpedos disecados i cierran recuet·dos venerables de una raza de pit'nc l tenemos tambien que llomde como a un 1 a significar e cuela i tl'ae su oríjen de la ami~o rscelente. institucion formada con este nombt·e por 1 El dia 30 del pn ndo Julio mudó en el filósofo Ari stóteles en las inmedia­l!) s br~zosde su espo .a el Sr. JAnEn I En-~ ciones de Atenas.-AcAoiniJAS :E·tas ins- 1 RAN sujeto estimabilisimo i miembro de tituciones han tomndo sn nombre del , una familia respetable. A la una de lama- Ateniense Academo que regaló un jarclin iHma se sintió acom etido de una indispo . i- S. a su Pnt ·¡a i en el cual daba lecciones el ·- don que pat·etio lijera, vct·o que a e tro ~ di\ino PJaton. Las letms pt·óximas a u momento lo tenia postrado de mnct·te. ! total decadencia en los primeL'OS siglos Acompaiwmos en el dol01· a su aprerié ble ~ de la et·n cl'istiana tu\'icron un finneapoyo familia tan justamente de olada, i desea- $ en varias A caclemias de ltalia i otras par- ·¡ mos pam su alma el eterno descanso. ls tes de Eul'opa, a cuyo ejemplo se fundó LA cmn AY .. DA ha hecho su d~ci ma en Francia bajo el reinado de Luis XIV¡' sesta aparicion. ¡ Siemp1·e radiantes de la Academa de inscripciones i Bellas Let1·as. beldad i llenas de fragancia las flores que 1 Richelieu fundó tambien en aqueJla Na-¡ van formando ese ramillete galantemente cion la Academia francesa que ha conta- , Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ·- - 92 EL ALBU~I. do en su seno a los sábios fr·anceses mas ~ cansar de las fatigas def dia i a reposar prominente . Las naciones de Europa i i en el seno de sus familias. Nada turbaba muchas de América como 1\lt'jico, ei Perú ~ el silencio de la noche: el viento estaba i Chile han tenido sus Liceos o Academias, ~ en calma: la ciudad entera parecía en­¡ los progresos hechos a su impulso son ~~ tregada al mas apacible ~ueilo; únicamente . jeneralmeute reconocidos. 5e oía el murmullo que formaba el agua Ju:::oos FLORA.LEs.-Ciemencia Isaura de los arToyos que riegan la ciudad, o el de la ca a de los condes de Tolosa con-~ silbido de Jos serenos que, de rato en vocó en 1324 a todos los trovr¡,dores d'e la rato, sP. 1·epetia del uno al otro cstremo comarca i premió la mejot· cumposicion de de las calles principales. las que estos presentaron con una violeta ~ Embozado en mi capa, con el som­de oro. Hasta los tiempos pt·esentes se f bre1·o calado i con un andat· lento, me ha couse1·vauo esta fiesta anual protejida 1 dirijia a mi casa, cuando de repente, oí por las autoL·idades en la ciudad de Tolosa a lo léjos los ecos de una voz: acerquéme, ¡ i va1·ios poetas han sido premiados segun i quedé estasiado oyencto los acentos que 1 el mérito i la clase de compo icion que J producía una Yoz que sin duda salia de un 1 han presentado.. BARDO. pecho ,,ii·jinal, i que acompaiwda de los -- . dulces acordes del piano, Yenia a produ- 1 P. AI,AnnAs PUO t uxciADAS al monr pOt'l ci1· tu~a melodía arrebatudora.-Em en algunos grandes hombres: efecto una J'ó en que desp· ues de haber 1\.•. 1 Q , ' . ? ' ' 1~e son.-¿ uc mus1~a .e,s ~sta. cumplido con sus obligaciones domé ticas :r\apoleon.-Cnbez~ 1 f'JCrctto. 1 durnnte el dia, se dedicaba, en aquellos Robrt'to Peel.- Besa me. instantes de solaz al e, tu dio de la mú .. Lord Ry ·on.-Tumba de cieno. l sica.-?at·éme en la pnerta de una tienda ' .>ltairc-.-l:l viaje es corto. que quedaba fr 'nte al balcon po1· don le se ~u llon~-:\ft .au¡·ot·~· e ' halaba aquella 'oz dulcísima, i < esde }) ai ltP.-' cmd a rm. l donde poclia oír perfectamente hnsta la. n1as Cena u trs.- ¿Esto es In muet·te? débil nota de aquel canto celestial. Alrjandro (de IllacedoniaJ.-Los ioses ta ht,rmosura de la noche, la bellczn llesciendrn. l de la luna que se ostentaba cnt6nc s en Cé -: ar·.-Cuhl,~~dn~e. todo su e. plend01·, la luz de las ltim1 ara Uousse·tn.-Sr '.'(.lne. l que, pasando pot· tltül'e las "idrirm - del Cond oreet.-Qt11ta esa lnz. balcon, VC'J ia a dehilita1·sc entemrr ente ~Jirah ·au.-Dt>jadme donnir. poi' la clnl'idad de la luna, me teuian :liTe· l\loli<'re. - AI otro cmuto. ~ balado i ah sol'to; el eco ele esa \'OZ de - ':irgilio. -C!CITm~ las nubes. conocida, pero robu!,ta i llena de dulzura I~ <· nelon. - - i\ o qu~<·ro mns. , i . Lta\ idad, venia a herir las ma: de lil'a-llo: suet.-Es tarde para ir con él. ~ das fibras de mi cornzon, i produria en ~¡1rlos Qnint~.-Dadle mis cm~srjos. ~mí seu aciones que seria impo ibl) dcs- CaldcJ·on .-bntrP otl'os ... Se ne. l CI'ihil·: mi imnjinarion rodaL a en lo ~ nl'lamento. 1 unen a e te mondo, i haberse elr ·ado a (JJel Corroo de Ultramar.) esa mnnsion encantadora que nos pinta la I.JA l\u' SICA..-Eran las nueve de la 1 rclijion! ....... ¡Oh~ dccia yo, qu6 in ~lnjo noche: la luna bañaba con sus plateados tan podel'Oso el que ejerce la mú ·ica s'obre rayos las calles, casi solitarias a esa hora, . el corazon humano! .Ella dulcifica las de la bulliciosa Bogotá: sus habitantes 1 costumhl'es, llena de encantos ]a 'idn, se babian retit·ado ) a, casi todos, a des- hace que el hombre se eleve a la conttem- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL ALBU~1. 93 placion i adquiera gusto por lo grande i ! bido, i probablemente se hubieran esten­lo helio ! Ella habla al corélzon con un ~ dido m 1cho mas, si el sonido monótono lenguaje dul 'e, melodioso i sublime; i ~ de una campana no hubiet·a venido a sa­mncbo mas, cuando es producida por el ~ cat·me de la especie de arrobamiento en pecho de una vírjen candorosa! ... ... La ~ que me encontraba: era el' reloj de la Ca-música inspira al poeta i hace que su ima-1 tedral que acababa de dal' Jns diez. Al jinacion se remonte mas allá de Jas re- mismo tiempo ''Í, al tra' es de las vidl'ie· jiones eterens: ella es la que hace que el 1 rns del balcon, la sombt·a de una jóven, intrépido soldado desprecie los peligros, de talle hermoso i delicadas formas, que comunicándole vigor e inspirándole un con el pelo suelto, flotando graciosa­fet ·viente amot· pot· la gloria; ella es en l mente sobre sus espaldas, se acercaba fin la que ·viene a dat· vida i anünacion a él, con el objeto de cerríli'IG: er·a la jóven a la sociedad, la que realza nuestros pJa-~ que, dm·ante una hora entel'a, me babia cet·es i la que mitiga nuestt·as penas.- tenido pendiente de sus lábius, l que ha­¡ Con cuanto empello, pues, debemos con- hiendo concluido su estudio, lba ya a re­tl'ibnit · a estlm 1Im· de nlguna manera, a b ~ tiral'me a descansa.-. Entónces no pude rué­juventud de ambos se, os, i mui pat·ticu- nos que esclama1·, aunque con tma YOZ que lm·mente a las señol'itas, entre las que se yo mismo apénas podia percibi-r. «Seguid, encuentl'an jénio privilcjiados i disposi-,.fóven estimable, continuad con ardo¡· vues­ciones brillantes, para que se dediquen a tt·o estudio i haced que vuestro jénio ud­cultivar este l'amo de las bellas artes, en ~ quiera tódo el vuelo de que es capaz: i, el que pueden di tinguirse i llegat· a in- ~ aunque oh idada ahom del mundo, dia mortalizar su nombre dündo al mismo ~ Yeudrá en que vuestr·o mérito a cono­tiempo, lu~, tr) i celebl'id, d a su patt·ia! .... ~ cid o l premiados vuest ·os desvelos; estos La ·ue\a Gt·anada tan prhilejiada por la ¡ son por lo ménos, los votos de este vues­naturaleza en su pat·te fLica, no lo es $ tro admirador desconocido.» m nos eu su parte intectual: ella posee ¡ 1 acabando de pronunciar estas pala­hijos que, casi en u mayor parte, e tán bras, me dirijí a mi casa, con el pecho dotados de bella disposiciones para dedi- ~s rebozando de placer, al contemplat• las carsc con fruto, no solamente a las cien- lisonjeras e peranzas que promete a mi 1 cias i bellas letms, sino tambien a Jas patria, la juventud que hoi se levanta, i 1 bellas artes. La 1 ucva Granada abriga l deseando que se estimule de alguna roa­en su seno jénios extraordinal'ios que po- net·a a esa misma jn n~ntud, para que drian haccl'la fis en<'antados De sílfides i Ondinas Con fuentes cristalinas De dulce murmurar. l 1 1 l La tierra pareciame 1 Un concavo profundo Solo era bello el mundo Pasaron mis ilusiones Mis cielos tambien ñnjiidos, Donde mis ecos perdidos Ya no se sienten rodar. :Miraba en mis en ueños U na arpa suspendida Donde habitaba yo: 1 Allí mi dicha estaba, Formaban mi horizonte Las flores de mis jardines Al crecer se marchitaron, Los jcnios que me arrullaron Se despidieron de mí. Del cielo de mi vida Como olvidada flor Entónces era niño, Soñaba ron la gloria Los árboles del monte 1 Cuyo eco me arrulló. Mas hoi triste canto inerme Mecido entre el desconsuelo, f No tengo un hermoso cielo ~ Donde mis ayes mandar ~ 1\Jo tengo dulces ensueños No tengo sueños de gloria, Solo conservo la historia De los objetos que vL Lo mismo que el armiño Con su silvestre amor ¡ Ai infeliz del'párvulo inocente 1 Que al ver la luz ya pierde su embeleso! ... Infeliz! de su madre un solo beso Ni una caricia anjelical gozó. 1 No asi yo que te miro aquí a mí lado I oígo tu voz ¡oh madre idolatrada! 1 aun reclino mi sien acalorada ~ Sobre lu pecho que el amor formó. ~ No asi yo que delirio con tu imajcn, Que eres la hermosa de mis sueños de oro; La maga encantadora cuyo lloro Apaga de mi mal el frenesí. Tu sabes lo que soi, madre querida Un triste i melancólico poeta, Una flor solitaria que vejeta En un yermo veijel, solo por tí. I yo sé que en el valle de la vida Eres la luz que alumbras mi camino; La que borras la historia que el destino Con su palma sangrienta me escribió: Eres la estrella de mi oscura noche, El pue1'to de mi Océano sin bonanza La antorcha que me muestra la e peranza, Unico bien que el cielo m dejó. Eres mi Dios visible sobre el mundo, Con cuya imájen sacra yo d 'liro, En.s mi Madre, i en tu frente miro na aur .ola de lúcido esplendor. o creas, :Madre no, que desatienda Tus gratas i dulcísimas caricias, Ni que cambie tus pálcidas delicias Ni posponga tu amor por otro amor. Infortunios, miseria, polvo, nada .... 1 ~ ~ l l 1 1 1 He visto ya rodar sobre mi frente Entre amargos dolores i aycs tiernos La nieve, sí. de veinte i siete inviernos Que marchitó el verjel del corazon ..... Que ha conj elado mi alma i agostado De mis placeres la encanta u a fuente ... Ni rueda ya .... ni murmurar se siente De mi infortunio en el fatal pcñon .... Esos vanos placeres que nos mienten Al ver la luz de la primera aurora; Esa vision de amor deslumbradora, Son amarguras, mas placeres no: No hai realidad en el placer del mundo Porque <'S un tri te, indefinible abismo Que jamas comprender lo podré yo. Nombres i gloria conquistar no quiero Al levantar mi voz entre los hombres, Que la gloria es quimeras, i los nombres Son humo i polvo como toJo aquí: Solo quiero que vivas para verte Para cantarte siempre, Madre amada, Para que siempre te halles enlazada Con el que solo alienta para ti. Quiero que vivas, si; porque tu vida Es la vida de mi alma, i al perderte E e espectro de horror que llaman muerte Me secará por siempre el corazon. Vive i alivia mis eternos mal s Consuela mi existencia entristecida: Tu sabes que el camino de mi vida Es camino de muerte i tnaldicion. EPIGRAMA. Esto, Madre, es el mundo, sus lquimeras Que son como las sombras pasajeras, No dejan mas que el jérmcn del pesar. Yo ví la luz i el llanto de mis ojos ¡ Un jóven pobre i virtuoso ¡ De Juana se enamoró; Bañó mi pecho, templo del marti rio; D sdc ent6nces me voi con mi delilio A otros mundos mis dichas a soñar. 1 1 Juana le dijo: no. Oh ! que jóven tan dichoso ! ---IMPRENTA DE FRANCISCO TÓRRES AMAYA. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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