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REDACTORES: DI OJENES A. ARRIETA- JU:AN DE D. URIBE.
SERIE 1.• ~ · Bogotá, sábado 28 de marzo de 188.1. ~NÚMERO 11
LA POLITICA.
LA FUGA DEIJ PRESIDENTE.
lla conservadora segará batallones i ell: qu~ la
sanare liberal subirá como las aguas del diluviO ....
Despues ! . . . . despues ! . . . . los h_orribles pormenores,
el triunfo mismo son mas bien para una
Dícese por los amigos del señor N úñez que éste, amarga pavorosa vision apocalípticfl !
en cmmto terminen las sesiones del Congreso, Pero es lo cierto que miéntras 1a tempestad
seguirá nuevamente a la Costa, con el fin de esté azotando el suelo de la patria, i la vorájine
arreg1a.r varios asuntos relacionados con el ser- tragando sangre, vida i riquezas el señor Núñez
vicio público. estará en el estranjero disfrutantando de sus eco-un
síntoma de relajacion en los individuos, i en ningun
caso un fenómeno en qpe la moral entre de alguna manera
como componente. Pueden los -hombres afiliados
en diversos bandos confundirse, cree el sefior N úfiez, i
cree más: que esto debiera hacerse en Colombia "si no
fuera una obra que requiere mucho tiempo," i que, por
consiguiente, nos basta ahora resolver el problema de
simple intelijencia o acuerdo.
Es esto tan grave que no podemos ménos que nomías.
llamar la atencion püblica sobre la amenaza de Precisa, pues, que el Presidente no salga de
un nuevo paseo presidencial. Aún no sabe la na- la capital, cabalmente en los momentos en que
cion con toda certeza cuánto costó en dinero el el espectro revolucionario, evocado por él, caprimer
paseo, pues las Secretarías de Estado a mienza a dibujarse en el horizonte.
Está sobre la mesa, pues, un tratado con el partido
conservador. Espresémonos mejor, con algo que no es
una metáfora: está lo que ha quedado del Tesoro públi.
co i el sefior N úfiez i los conservadores, cada cual con
un bolsillo que llenar, con el oro del pue!Jlo. Dar sin re- 1
cibir, aceptar sin condiciones, es negocio que no puede
quienes corresponde se han negado a suministrar Es preciso que esté aqui, sujeto como todos a
a la Cámara de Representantes i al Senado las peligrosas continjenci¡ts, i que llegado el deslos
datos pedidos por mas de una vez. Lo único enlace final deponga ante la justicia o se goce
que hasta ahora sa.be la nacion es que el viaje del en escupir los cadáveres de los liberales arrasPresidente
a la Costa atlántica costó mucho di- trados al sacrificio por la traicion del Gobierno.
nero, que multiplicó, contra la lei, las Secretarías · Es indispensable que la opinio~ se manifieste
de Estado, pues teníamos un Ministro de Guérra en todas las formas posibles a efecto de den:mciar
en la Costa i otro en la capital, un Ministro de al país la fuo-a del Presidente, i de impedirla si
Relaciones Esteriores allá i otro aquí, nueve Se- se puede, aun ° a costa de inmensos sacrificios.
cretarios armados de atribuciones i facultades I si por fin alcanza a tomar la vía que ha de
presidenciales, de~ó!dene.s i. abuso~ en muchos llevarlo a seguro puerto; si no fueren .po~eros~s a
ramos de la AdmmistraclOn 1 todo Jénero de per- impedir la fuga los esfuerzas del patrwhsmo I la
judicial:s confusiones, al propio ti<.:lmpo que la cólera popular, conjuremos al Destino, Pro~i~enfiebre
diezmaba los batallones que escoltaban al~ cia 0 Lei natural que preside a los aeontecimienPresidente,
i ~ste urdía. la farsa de Costa-Rica.~ tos humanos en las grandes i solemnes r~para-
Sa;be tam?Ien la namon que en los anales. del ciones históricas para que deteng~ al Presidente
tal p~seo ha1, aparte de 1~ e.spres.ado, evoluczones en su marcha, siquiera sea desgaJando sobre su
relaciOnadas con fondos pubhcos 1 ~nvueltas to- cabeza las ramas de los árboles o lanzándole al
davía en completa oscuridad, pero que pronto rostro las piedras del ramino ....
ni aun proponerse, ménos, por supuesto, ha de poder admitirse.
La intelijencia o acum·do, con los conservado.
res tanto significa como entrega de dinero i e1'ltrt>ga de
poder: dinero que es del pueblo, poder que es del liberalismo.
i I por qué todo esto 1 Las esplicaciones ~e La Luz
son importautes, ya por la candorosa perfid1a 'de algu.
nl¡l.s, ya por lo contraproducente de otras.
"El país ha retrogradado hasta encontrarse casi en
condiciones primitivas. Sin haber llegado a la virilidad,
se encuentra próximo a esa especie de infancia
que se llama decrepitud. El actual desid'3raturrn polí.
tico es, por tanto, elemental: se trata preferentemente
del establecimiento delórden."
Si es otra cesa que t~¡na bufonada decir que el país
está en condiciones primitivas, parece que no debe ser
punto de la duda más lijera; i que el que a estos tiem.
pos le da esa denominacion, pueda pasar como un mentecato,
tampocu juzgamos sea mui desacertado. I si
nuestro estado fuera el de los tiempos primitivos ¡,cómo
babia de ser el desideratum elemental el establecimiento
del órden 1 i Es el órden, porque aspira el señor
Núñez, consecuencia precisa de condiciones primiti.
vas?... Pero creemos, mas bien, que quiso hacer un pá~
verán la luz. • rrafo confuso i lo salpimentó con primitivos, elementa-
Digase, pues, si debe o no causar, como en
efecto está causando, grande alarma la noticia del
nuevo proyectado paseo del Pr s"dente.
Por otra parte : i qué asunto del servicio público
motiva o puede motivar la repeticion de la t•ergonzosa
parranda?. ~ Dón~e está la necesid~d d.e
gobierno, clara, evidente, mcontestable que JUStifique
los enormes ~astos, los. s~crifi~ios de to.~!l'
clase i el desbaraJuste adm1mstrabvo que OriJlnará
este viaje ?
Lo que bai de cierto en el fondo de esto, i sépalo
el país, es q.ue está l~egando la .hora del ?astigo
i el PresJdente tiene necesidad de Irse
ace;cando a aquellos puntos en que la comuni~acion
con el esterior es fácil i rápida para ponerse
a cubierto de la justicia de la lei i de la cólera
del pueblo.
Esta es la verdad; i el Presidente sabe que
dentro de cierto tiempo su fuga de Bogotá estará
rodeada de dificultades no mui fáciles de superar.
Es natural consecuencia de este paseo el que
los millones del empréstito viajen con el Presidente.
En primer lugar porque este tendrá que
hacer frente a los injentes gastos que demande el
servicio público en los graves asuntos que se van
a ventilar en la Costa. En segundo lugar porque
la guerra no se hace sin dinero ni soldados, i
para el evento de una perturbacion del órden,
allí deben estar los soldados i el dinero donde
esté el Presidente. I finalmente porque la oposicion,
cuyo ·carácter i tendencias son comumstas
segun lo ha dicho el señor N úñez en La Luz, puede,
en su ausencia., apoderarse de las arcas públicas
....
Lo demas corresponde, no ya a las previsiones
de los hombres que alcanzan a ver de léjos en la
política, sino a la simple malicia vulgar. Llegada
la hora de la terrible liquidacion, el señor Núñez
se pondrá en salvo, t~mando el camino d.el estranjero
despues de abnr los p~rq?es na.Cionales _al
partido conservador, como lo msmúa sm ambaJes
el periódico ministerial, en un escrito en que se
ven las ideas, las palabras habituales, las frases,
el lenguaje, el estilo i hasta la flaca, fria i pérfida
mano del Presidente ...••
Despues .••• qué vendrá? El ánimo sobrecojido
escucha ya el sordo espantoso rumor de es.a
lucha reñida, encarnizada, feroz, en que la cuch1-
les, virilidad, dec1·epitud, ót·den,- todo medio equiva-
" NECESIDAD DE CONCIERTO." lente- · a fuerz~de si.utáx.i~; lQgió 1 _ u~gpia.~ ; ..de
.._........,.. _· --=·)·ó•>-t:'r"a" manera, ni en La Luz, 01 en ninguna otra parte,
La Lu z, en su número 9,o presenta el espectáculo se podría entender ese maremagnum.
mas completo que ~ueden formar aunados el pr?sente "Hai paz por el momento; pero una paz histérica
i el pasado del nufi1~~o. Como que al ~n el Preside?-t~ por así decirlo, que está apuntalada por unos 3,500
de la República ab~Io u~o de los, postigos de pa~aci? 1 soldados que consumen improductivamente al parecer,
quiso ver hácia el mtenor del pais, porque el edltonal una parte mui importante del presupuesto de rentas.
titulado Necesidad de concie?·to es un documento en Ade1,11as de ese pié de fuerza nacional, tenemos mas de
que se turnan todas las manifestaciones de la debilidad mil hombres en armas por cuenta de los gobiernos seohumana:
las voces de socorro, los arrepentimientos, cionales." Esto lo afirma La Luz ! I bien, i porqué si
las promesas, el disimulo, la finjida fuerza, la oscurid~d, se conoce el. r.nal no se procura el remedio 1 i no son
hasta la pn:Iidez, si puede reconocerse un rostro lívido los mism·os amigos del sefior Núfiez quiénes han negatras
de unas cuartillas de papel. · do en las Cámaras todo cuanto tiene relacion con el
Es est.e un formal proceso de los medios i de los fines; rebajamiento del pié de fuerza? i no es el mismo se.
<.le los hombres i de la colectividad, de lo que en con- ñor N Jfiez quien ba dicho que "una lejion de cinco
clusion se llama el nufiismo. mil hombres es apénas un núcleo o escuela práctica, Pien~a el Presidente que si el partido conservador f · d ·' · bl 1, para la ~portuna ormacwn .e ~n eJerCito res~et~ e.
se decide por b. abstencion, "dará prueba patente de i Porque, pues, Iio se ha ahviado a la Republwa de
poco tacto político, sinembargo de tener en su seno esta paz histérica, de este puntal ruinoso de 3,500
hombres de la más clara vision." Siempre hemos creído soldados 1 i será que no es posible en Colombia 1
trabajoso responder a esta pregunta: iestá hecho el se. La Luz contesta: "Durante algunos afios el eJercifior
Núfiez para los conservadores, o los conservadores t.o permanente de la República rara vez pasaba de mil
para el sefior N úfiez 1. Tanto así se ~onfunden en nues. plazas. En 1855 i 1856 apénas babia unos quinientos
tro ánimo las tendenCias de ámbos 1 su modo de proce- hombres, i jamas ha gozado el país de mejor sociego."
der en la actualidad, que muchas veces nos es bien \lifí- Lo que se presta perfectamente para deducir, sin vio.
cil separar las ideas de conservatismo ~ ~~e nuñismo; ~ lentar ninguna regla 16jica, que si hoi el pié de fuerza
apénas logramos, si mucho, darte antiguedad al uno 1 no se rebaja es porque el nufiismo quiere que la paz
pequefiez al otro, como .únicos caractér,e~ distintivos. histérica continúe, i que continúe para lograr fines per.
Constantemente ha cretdo el sefior Nunez que es un sonales que harían avergonzar a cualquiera colectivi.
mal mui grande, "una prueba patente de poco tacto dad honra<.la.
político," la absten~ion ~e lo~ conserv~dores no solo. en . Otra cosa es una ficcion. A las evasivas ya sabemos
las cuestiones eleccwnanas smo tamb1en en el Gobier-
no, i para corroborar sus .d 1 ll ' 1 d qué forma puede dárseles en una política de asalto al 1 eas, os evo una .v~z a. e: mismo tiempo que de miedo.
bate de candidaturas con su carta a El T?·ad~cwntsta 1 d
otra a las eminencias del mando, con su política ini. Léase: "La paz natural ha esa parecido ..... .i pocas
ciada el 8 de abril. Así como tambien creyó,- i guarda poblaciones importantes escaparían de los trastornos si
· .q se las d'ejara desguarnecidas. Esta verdad se vuelve agu ..
aún su conviccion para una circunstancia ana oga,- que da desde que se acerca la época de las elecciones, que
la prescindencia del nufiismo en la guerra de 1876 i
1
l d d"d T d I
1877 . era " una prueba patente de poco tacto político" es tambien, desde uego, a e can 1 aturas. o o e
i no tuvo inconveniente en prometer una traicion a la mundo sabe lo que esto signifiea."
causa liberal que no cumplió sino en parte, tal vez. por En países federales los gobiernos que tienen que sos.
sobra de bue~a vista, porque él se cree, como cree a los tenerse con fuerza estra-fia, qu~ no resisten a la opinion,
conservadores "hombre de la más clara vision." no deben existir, jeneralmenio3, porque eso contradice
Pueden, di~e La Luz, "confundirse al cabo hom- su misma esencia. La paz natural (si la hai) debe ser
bres afiliados en diferentes bandos; pero esa es una la armonía entre gobernantes i gob,ernados manifesta.
obra que requiere mucho tiempo.. . . Por ahora el pro. da en estos últimos por medio del sufrajio i en los pri-'
blema es de simple intelijencia o acuerdo." Observa. meros, por el acatamiento de los derechos. Más de un
ciones que el sefior N úfiez ha hecho en sí mismo, en los Gobierno de los que obedecen ahora al sefior N úñez,
hombres de su servidumbre, o en personajes hoi del tiene esa estabilidad artificial, que reconocemos comn.
partido conservador, mui bien pueden haberle sujerido reconoce La Luz, i que puede dar la medida del valor
estas líneas; pero dé más amplitud ~ su percepcion, real de su continjente al nufiismo.
aléjese de lo informe de círculos escepcwnales,- co~o es No podrá impedir el Presidente que la verdad, -de
el suyo - i diga si eso que él reconoce como pos1ble, una reivindicacion,- se vuelva aguda ahora "que se
cuando' se efectúa en el partido liberal, no es tan solo acerca la época de las elecciones, que es tambion,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
....
42 LA OLITICA.
desde luego, la de candidaturas;" i no podrá impedir.
lo, porque él la ha provocado con la proclamacion de
una candidatura oficial imposible, que el país rechaza
i que de ninguna manera podrá consentir; casualmen.
te, porque" todo el mundo sabe lo que esto sigrüfica,"
"La guerra civil es nu~stra espada de Damócles; i
ella representa la suspension de todo derecho, suspen.
sion que no afecta ya a determinado círculo, _sino a todos
los hombres que algo tienen que pérder, en jene.
ral. S'Probablezrente esa guerra tomaría hoi el ca·
rácter especial de comunismo, p'orque la tendencia que
en muchas partes asoma, no es a cambiar de modo de
ser político, sino a traslacior. de fortunas.".,9 i Con
qué autoridad, con qué clas~ de pruebas se atreve el
señor N úñez, desde un peri6dico que ha de circular ec
el país i fuera del país, a hacerle a la oposicion el ~ar.
go de comunista f Es un 'medio ruin de producir el
alarma, o de preparar la fuga. Los que alcancen toda
la trascendencia de esas frases pueden valuar la. per.
version del Presidente. ¡Comunismo! i Dónde lo ha
oido en Colombia, el señor N Úfiez, como acento de un
partido,_ dónde lo ha ,columbrado, aquí, siquiera como
pen sa~Iento de algun ciudadano ~ue valga algo? I sepa
el ~residente que esas palabras, SI de otra parte vinieran,
serian devueltas con suprema cólera por todo el
país, que a todo el país ofende esa cruel suposicion.
Pero él es él... es el señor Núñez ......
Nún- ez no t"1 ene a1u toridad nr; ara dar,l e leeciones. Con · d" · famos que rechaza ro este dérrotero que
111 1gnac10n asegu . d .1 p "d I t. l ,
1 1 t ston e . test ente. no esta e pa1s
e marca a pre e - fi . ,
·e ra de" de ver que esas a rmac10nes son apenas
ct ero pa Jar . · d á d
opi~ con que se e qmere a o~mecer ¡ no e.st s~r o
para dejar de oir @Sas voces de Ctrse con que se le qmere
llevar a la playa peligrosa. Es h~sta valadí ~ar la voz
de alerta: a cubitlrto de la fa lacta del Presidente ·nos
pone el buen sentido.
Otros amigos tambien de él (del
Jeneral Wilches), que reconocemos
todos sus ti tu los i merecimien·
tos i lo vemos en el Cll,mino del
Capitolio, creemos que aun uo ba
llegado el dia en qu~ deba ceñhse
la banda presidencial. a cau~a de
las circuDf¡tancias políticas que en
la actualidad eocisten.
Otros amigos del sellor Wilchea
creemos que aun no ha llegado el
din, en el calendario 'l!uñista, de
ceñirse la banda presidencial, a
causa de que el Presidente, amo i
señor de pueblos, no ha resuelto
señalarlo a la opinion de los siervoa
oficiales.
Despües de calumnia tan inaudita quedó el P~esidente
énajenado, sin sentido, i se dió a divacrar como
para recuperar las fuerzas perdidas en la en~me fati.
ga: "El desmoronamiento de los viejos partidos es evi.
dente. Ilusiones patrióticas i los hábitos hacen creer otra
cosa; pero el observador atento i desap~tsionado se en.
cuentra, a cada paso, con síntomas palpitantes que le
revelan la verdadera situacion.
'
1 Sqlo por accidente se unen hoi las voluntades en
el propósito de realizar algun peusamiento distinto del
interes m~zquino. Pocos. se preocup~n de principios ni
de porvemr c?mun. Ha1 en la at~osfera una especie
de sálvese quMn pueda·que paráhza la accion admi.
nistrativa eu la jeneralidad de los casos o que la neu.
traliza por lo ménos." '
iPuede darse un retrato más completo del Presiden.
te_.,.de la República, que los párrafos que preceden 1
MI:radlo : solo por una ilusion pat?"Íótica cree que no
exxste ~~ d~smoronamiento, de l?s viejos partidos ; o
no, la Iluswn es de otros, el ,no tiene ilusiones, porque
es 'qbservador atento; n6, no, otros son los observado.
reS''a~entos, él solo encuentra a cada. paso, síntomas
pa'b¡ntantes qtw le ?'evelan la verdadera situaoion ... ..
i A-h! estuviera en boga el romanticismo i se habría
hallado el modelo más precioso para una estatua de 1a
vac:iZacion; ... bien que podria reclamar la primacía algun
escultor de la perfidia!
Wla parálisis administra.
tiva, i de ahí la neutralizacion gubernamental.
Ea Luz señala en lo que· sigue lo que llamaremos el
cenit de la impotencia del nufíismo: "Si el equilibrio
de la paz natural se interrumpe, la calamidad será uni.
versal porque una prolongada anarquía será la conse·
cue:ncia inmediata. El Gobierno triunfará por el mo.
mento, sin duda j pero su triunfo SERÁ COMO LOS DE
PIRRO. Al dia siguiente de ese triunfo LOS LAURELES
QUEDARIAN CONVERTIDOS EN CORON.A DE ESPINAS ... "
¡ P_~ra que mas! Es el Presidente el que se juzga, él
qUien mentalmente da una batalla i ¡hasta mentalmeñte
J se decl~ra vencido! . La obra' de la orosic~on
no sera, pues, smo secunda na para obtene_r la v10tona:
la conviccion de la debilidad será la. cárcel misma del
nuñismo. Eso es un miserere mas elejiaco, nías deses.
perante que el canto tristísimo de la iglesia ....
' ~ La hora que pasa ~o es, por lo mismo, de pormeno.
res. Esos pormenores moportunos perdieron a Bizan.
cio :: ." Los pormenores que el Presidente escusa son
e~plicnciones que el país exije: son pormenores sqbre
dm ro, sobre honra, sobre doctrina sobre hombres ·
quiere Colombia que se le rindan cue'ntas · la doctrin~
liberal pide detalles; Jós hombres de hon'or reclaman
su honra, i el señor N úñe~ contesta a la unánime
exijencia : "La hora que pasa no es, por lo mismo de
pormenores. " S1' , no es d e porrnellores: "Esos por'm eu
res perdieron a Bizancio"; i podría concluir: i esos
pormenores me perderían .... :.
Aquí ya era de precision el antiguo estribillo i cómo
lo h11.bia de olvidar el Presidente:" Fundemos el reina.
do del órden, aunque tengamos para ello que hacer sacrificios
de amor propio i aun de opiniones secundarias."
Esto no tiene otro sentid e;> que éste : "acéptese
el nuñismo; acéptesenos como estamos; nos seria acrra.
dab~e ir más allá, pera pbr 1irpora hacembs el sactifi.
cío d.e conformarnos con ser ' Presidentes ...... para otra
ocasion l.as opiniones secundarias." ¡Vaya que es mo.
destia ! ¡Hurra por el desprendimiento!
".Y a una reunion de radicales se ha ocupado de los
peligros de la situacion, i se propone, si no estamos mal
informados, hacer seria propaganda de paz." Esto es
falso. La tal reunion de radicales de que babia el Pre.
sidente es quimérica. El partido radical mal podría
reunirse a predicar la paz, cuando no ha dicho una pa.
labra de guerra. Él sabe cuál es su pue¡,to i 'el señor
Esto merece amenazas i guerra ?
Perdonables serian esas palabras, porque ántes que
todo son uh refujio, especie de puerta que &bre el espí.
ntu de conservacion, si no se encadenaran pérfidamente
con estas otras : " EL GOBIERNO DA EL EJEMPLO DE NO
.ALEJAR SISTEMÁTICAMENTE A N.ADIE "! Así, fria i deliberadatuente
lanza La Luz la mentira mas tlesvergon.
zada que darse pueda.
Se acah6 el derecho de opinar libremente?
Sí 1 Esto merece amenazas i gue·
rrn, hechas por los quo no han resuelto
gastar el tacon del Presi-dente
a fuerza de besarlo ..... .
Se acabó el derecho de opinar
libremente en las rej iones ministeriales;
i se acabó no solo para los
electores que no han podido evitar
la candidatura Zaldúa, sino
tambieu para el doctor Zaldúa que
no ha podido sustraerse a h coaccion
de la candidatura oficial. Se
acabó, pue~, el derecho de pensar
libremente, ménos para. la oposicion
i el Presidente de la República.
i Quiénes gobiernan 1
Léjos de Pala..:io están los que son lustre del libera.
1ismo; apénas por incidente hai una que otra indivi.
dualidad pasable en las alturas del Gobierno. Los que
cranaron coronas en las luchas del pensamiento i en los
~ampos de batallll.; los que algo fundaron o algo consi.
guieron; los que midieron el peligro i los que lo arros.
traron, a los bu nos, en una palabra, a esos les está
vedada la presencia en el mando i la presencia en los
consejos de San Oárlos.
Las mediauía~, la turbamulta, lo inconciente, eso
que se compra i se vende, lo q\1~ tiene alzas i bajas, i
puede regatean;e, eso es lo que rodea al sefior Núñez
i pasa en desordenada procesion de vacantes, como la
basura que levanta el huracall, por donde quiera que hai
arcas con dinero Jel pueblo; i azota como torbellino
ins6lito toda frente limpia i toda conciencia pur:l..
El Jeneral Wilcl1es se indignará,
no lo dudamo , contra estos inevitables
abusos de la libertad de Í!fprenta
i llamsrá a sus amigos al
órden.
Una guerra hoi es imposible por
distintas circunstancia!\ que no se
escapan a la penetraciou de nrJ.die.
Primero. por la moralid!ld, disciplina
i número de la guardia colombiana.
El Jeneral Wilchesse indignará,
no lo dudamos, contra los abusos
del señor Núñez, que manda, i
contra el' esceso de docilidad en los
que le obedecen, i llamará al órden
al uno i a los otros.
Una guerra hoi es posible i ne·
c~saria, es indispensable, por distintas
circunstancias que no se escapan
a la penetracion de nadie.
Pl'imero, pur la obediedcia i di!lciplina
con que ·a las órdenes oficiales
responde la prens11 ministerial
i la mayoría del CongreEO,
i En dónde están 1... ; pero a qué nombres propios si
el país sabe que el señor Núñez ha huido de los hom.
bres distinguidos del liberalismo como de remordimien.
tos i que apénas evoca las glorias de la República para
profanarlas en orjías. de pensamientos innobles.
El Congreso de Delegados conse rvadores sabia, tenia
que saber, que se aproximaba la hora de 1~ traicion;
sabia que lleO'aba el momento de la endosmosis i de
la exosmosis,
0
que era preciso abrir cause a las corrien.
tes del nufíisíno i fijar el propio alvéolo, i dijo: "El
partido conservador no considera que incux:ran en falta
contra sus principios aquellos miembros suyos que, por
evitar mayores males i cuando el partido no interviene
como tal en las elecciones, favorecen con sus votos a
candidatos del partido opuesto que profesen opiniones
moderadas." Bien; el señor Núñez, en su periódico,
exhibe con colores que deben ser los verdaderos para el
conservatismo, como ,que son de idéntica paleta, los ma.
les del país, reclama ayuda, grita la necesidad del con·
cierto i marca la hora de la llegada del enemigo. Al
partido conservador se dirije en el supremo trance. Lo
que La Luz ha dicho es para él~ especialmente para él :
" Esta súplica patriótica, la cual e.s tamb1en :1\>ifio, la di.
rijimos especialmente al partido conservador" son sus
palabras.
La traicion ha llegado, pues. i Se tolerará la entrega 1
Un renegado, i un grupo de bufones, piensan borrar la
obra fecunda del liberalismo en Colombia. Las pala.
bras de La Luz no dejarían duda, si áotes no se tuviera
certeza de que el pensamiento ha existido siempre en
la mente del sefíor Núfíez. Pero confiamos en que ~ l
país no permitirá este abrazo maldito que asfixiaría la
República.
PORQUE SI, O PORQUE NO? ·
L.A. p .A z.
Nada es mas comun que oír decir
hoi que la Diputaciou de Santander
costea los periódicos de oposicion,
contrata oficiales para enviar a
Santander, recibe fondos del Tesoro
de aquel Estado &,• &.• i por
último, trama un movimiento de
acuerdo con ei Jenernl Wilche$.
Nosotros no damos crédito a tales
díceres; mas sí advertimos a qnie
nes los cre(!.n que el Jeneral Wilches
está muí Jéjos de pensar como
los miembros exaltados de esa Diputacion
i mucho ménos en tm trastorno
del órden público. Hemos
leido cartas de dicho Jeneral en
que rebosa el patriotismo i se acentúa
e1 deseo de que terminen todas
estas disidencias que h8n promoví·
do loa que han tom!ldo, contra su
voluntad, su ¡;ombre por bandera
i su espada por amenaza.
En el Norte está el castigo! gritan
algunos i creen que todos nos
quedamos temblando de miedo .....
LA GUERR.A.
N ti da es mas comun que oír decir
hoi que el Presidente de la República
costea,los periódicos miuiste·
riale~, contrnta i pone a su eervicio
todo elemento hostil a Santander
valiéndose del Tllsoro federal&.&. •
i po1· último, tram~ una pró1·oga de
acuerdo cou In mayorin del Congreso.
Nosotros no damos crédito
a tules díceres; mas sí advertimos
a qu¡enes Jos crean que el Jeneral
Wilc4es está mui léjos de dejarse
cojer co¡no raton en tramp:!. i que
si es prudente en la puz es pode·
roso en la guerra. H~mos leido
cartas 1.\e dicho J enerq! en que re·
bosa el plltriotismo i se ac~ntúa en
el deseo de q ne terminen todas PS·
tas disidetlcias que han promovido
Jos qne han tom ~ do, contra ru vo·
Juntad, su nombre como burla i su
espada como artículo adjudicable
al mejor postor.
En el r.orte está el castigo! han
dicho algunos, i creen, i con sobra
de razon, que hai muchos qué sí ¡¡e
quedan nemblÜndo de miedo.
Segundo, ¡;ror el grande anhelo
de paz que se nota en toda la par·
te la borios~ de la sociedad, el can·
s~ncio de tantas luchas armadas, i
el entusiasmo que despiertan las
mejoras rriateri,.les emprendidas en
todos los Estados.
I tercero, porque no hai bandera
hcmrosa que levantar si no se
llama así la aspiracion de uno o
mas candidatos a la Presidencia.
El Gobierno actual no ha. robado,
no ha fusilado, DO ha conculcado
ningun derecho, no ha apri·
siooado perlodisLas, no ha derrocado
gobiernos secciona\ e~, en fin, DO
ba cometido neto alguno que merezca
t•evolucion, i si no conpruébese.
Cuál puede ser la bandera?
Se acabó la próroga, se resta.
bleció la sobemnía de los Estados,
se disminuye el Presupuesto de
ga:tos& • &.• Es decir, se guitó todo
pretcsto a lá oposicion; i si o embargo
sigue la gritería i seguirá ....
(De El Debate númew 3.")
Segundo, por el grande anhelo
que se nota, aun en las clases mlls
laboriosas i más enemigas de luchas
armadas, en el sentido de desarrollar
los grandes elementos de
riqueza nacional a la sombra de un
gobierno que piense en respetar la
Constitucion ántes que en conspirar,
en su pr·opio personal provecho
contra las libertades públicas.
I tercero, porque siempre hai
bandera honrosa que levantar
contra los que maquinan tlSurpaciones
en los países republicanosi
aunque esa bandera no fuora otra
que llamar a la Presidencia a ciudadanos
diRtinguidos qne tienen
más títulos a la considerncion pública
que el Presidente Núñez, i a
quienes él proscribe del poder.
El Gobierno actual sí ha ..... .
evol1tcio1tado con los fondos públi·
C«<~, i pronto saldrán a luz pública
pruebas concluyentes; no ha fusilado
porque no ha podido; ha conculeado
todos los derechos i ejecutado
una serie escand'llosa de
actos contra la lei i contra la causa
fibe ral, de los cuales debe pedirle
cuenta. la revolucion.
Esa es In bandera.
No se ha acabado la pr6t"O!Ja,
pero se acabará, porque el país
(testo es yacuestiou de tiempo),
romperá los planes que pueden aseglll'arlé
el triunfo; Jp Eobctnnía de
Jos Estados se ha restablecido a pe
ssr de la voluntad del Presidente;
i la oposic;on sigue i seguirá hasta
que su triunfo ~ea completo.
CONGRESO.
INF6RME de la Co\Dision inopectora de actos lejislativos de los E~tados
sobre la nulidad de la lei 87 fiscal, del Estado $Oberano de San·
' tander, de 26 de noviembt·e de 1880.
Ciudadanos Senndores Plenipotenciarios.
Varios ciudadanos do Bucaramanga, Estado soberano
de Santander, han solicitado de la Corte Suprema, dir<'ctamente,
i por medio .de sus apoderados en esta capital,
los doctores Narciso Cadena i Emigdio Paláu, que E>uspenda,
en uso de sus facultades, la t>jecucion de la leí 8'7
fi s<;al e~peclida por la Asamblea lejislativa de dicho Estado,
en sus $esiones estraordidarias ele 1880, que coni:!ideran
contraria a la Constitucion de la República.
El P1•ocuradot· jeneral apoyó la solicitud de los ciudadanos
de B¡¡carama.nga a que aludimos; pero no fné uniforme
la opinion de los miembros de la Corte Suprema en
la materia, i fal~6 la unanimidad qne requiere la Constitucion
para que ¡meda suspenderse, por contraria a ella,
la ejecdcion de la lei de un Estado. Los Majistrados, doctore¡;¡
R¡6j~s Garrido i Calderon juzgan incopstitucional
la lei de Santander denunciada ; los tt•es 1·estantes, doctores
Berbeo, Espriella i Largacha, opinan ele una mane-ra
distinta. ·
Correspqnde ahora al Senado pronunciar sobre el asunto
su fallo definitivo.
J,!\ lei fiscal de Santander, que se ha reputado inconstitucional,
contiene las disposiciOJlCI rsiguientes :
1' Artículo l. 0 Desde la pramulgacion de la presente leí
se cobtlará. en el Estado, i a favor de su 'Jlesaro, en com·
pensacion del servicio que los caminos centrales, comunales
i seccionale¡;¡ prestan al tráfico, un derecho de peaje
sobre los objetos que se espresarán, en la forma eiguiente:
Difícil es a la verdad la situacion
en que sa pone a un honrado ciudadano,
cuarido alguuos descou-.
tentos lo tornan como símbolo de
division i de venganza, sin que él
quiera dividir ni tenga po1 qué
vengarse.
' 1. 0 ·Por cada ca1'ga de 25 kilogramos de quina que se
Diffcil es a la verdad la situaci?n conauzóa desde el sitio, put>rto, lugar o territorio del
en ~ue s~ pone a uu honrado. cm- · Estadp donde tenga lugar la esplotacion o desde don·de
dpar edsaiddoe 1c uual nEdsotr Ja.ldgou n~onsy, oe ngtorbe¡ eelrlnoos se pr.e p'a re o se e1r ect ú e ¡ a e·! !pO.t . . · ' 1 · . t~
acompaña en su dolor el sentimiento de sus amjgos.
En medio de mil ajitaeio-nes i disgustos, lamentando
Emilio Castelar las tristes consecuencias políticas que a
la República sobrevendrían con la conducta de los radicales
i la imposicion absoluta del criterio federal, en ciertos
momentos intransijente, llegó junio, cuyo primer día
era el dc'stinado para la apertura de las Cortes Constituyentes.
I así como la Asamble;¡. Nacional suspendió sus
sesiones al 'grito de "¡ Viva la República ! ", aquellas
ina11gurarou las suyas con el clamor unánime i entusiasta
de " ¡Viva ]a República federal !" N o satisfechas con
esto, en cuanto se constituyeron, formularon i aprobaron
la declaracion de que ]:¡; .república federal era la for-ma
de gobier~o de la. nacion española. ,
En r1gor de verdad esta declarncion efecto fué de un
e~tusia~m? irreflecc~vo, c!ego, una falta de sentido polítiCO
practico. ¿ Sabtase fiJamente qué concepto de federacion
tenia la mayoría de los diputados? Cuestiun tan
ardua, ¿no babia sido ya motivo serio de lamentables divisiones
i profundas escisiones, de las cuales hablaremos
oportunamente, en las filas republicanas? La inesperiencia
parlam_entaria quizá dis~nlpa de tal.lijereza a los que
'por vez pnmera tomaban asiento en los escaños ilel Congreso.
~Por qué 110 la previeron i evitaron aquellos que
llevaban largos años de sentarse en los Parlamentos ?
Apé11as constituidas las Córtes Constituyentes, i como
efecto natural i conveniente, no artificial i funesto se
dividieron en mayoría i minoría. Formaban ésta los que
p_edian la in,m~~iata api:o~acio~ de ~uan~as refor~as polf_
t~cn~, conom10a~! ~dmmJstrativas 1 soc;ales pab1an constJtmdo
en la oposicwu el credo democratico republicano
federal1 Componian la mayoría los que deseaban la inmediata
discusion de ~n proyecto de Constitucion, para que
despu~s de vot_ado I promulgado como nuevo código de
la nacwn espanola, se acomodasen a su espíritu en forma
de leyé·s esas mismas reformasi otras que el recto sentido
de las Córt~s est~tna o;;en eomQ buenas en la organizacion
del país. Mas, prac.t;ca la mayoría o derecha de las Córtes
i dirijida ]1ábilmente por Castelar en todas las cues~
iones parl_amentarias que afe_ytaban algnna gravedad e
I~portanCJa., lo~ró e.n poco .ti~mpo las simpatías del país,
mamt11as que la Izqmerda o mmorfa, con sus exajerados
ataques a lo& ministerios todos de la República, consiguió
~spantar a todo el mundo si algun dia triunfaban sus
Ideales._Pro':odaron ellos con tal copducta el ap·fazamiento
de la dJSCJlSIOn del .proyecto constitucional, i si'n tener
en cuenta la necesidad ·primera i más esencial de acudir
al aliY!ío de las desgracias de la patria, tlm perturbada
por_dos gue11r¡¡.s civil€s i los desórdenes detnagójicos, sos·
tuvieron constantemente un fatal período de oposicio9
que fué causwi no pequeña de complicaciones posterióre11'
En vano un)dia i otro4a elocuentísima palabra de Caa~
1
1
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
,
44 LA POLITICA
telar se levantaba demandando el apoyo de 11quellos di·
putados intransijentes i mal llamados reformistas en ciertas
cuestiones de interes jeneral, en bien del pais i de la
misma República; en vano les exhortaba para que hicie·
sen alto en sus injustas e inconvenientes censuras a los
planes de aquellos gobiernos,, que formados era~ casi
siempre por los hombres qu~ mas _confianza mere~1an a
BU partido ; en vano les ped1a sent1do parlamentano para
no provoc.ar a todas horas críais ministeriales por aolo
codicia del poder; en vano todo: porque la minoría tomaba
por pretesto las medidas militares del gobierno
contra los carlistas como encaminadas a imposiciones
dictatoriales, las advertencias de las autoridades contra
los alborotadores i perturbaciones de oficio como llÍnto·
mas de tiranizar al pueblo, la palabra de Castelar como
6rgano de la reaccion, el sosten de aquellos gobiernos
como condenacion eterna de sus aspiraciones ministeria·
les, el órden parlamentario como causa permanente de IIU
impotencia política.
libertad, de la democra~ia i ~e la República,_ a_quell~.s
perturbados ¡ perturbado. es gob1~rnos que pres~d1an pn:
mero don Estanislao F gueras 1 luego el . senor Pí 1
Margall ; ineficaz tambie la aocion gubernativa del RU;
cesor de éste don Nicola8 Salmaron, para la paz del país 1
la seguridad 'de la República, la derecha ~ mayoría de las
Córtes constituyentes elevó al pueRto de Jefe del Estado
al señor Castelar, quien a 1~ sazon des~m~eñaba el cargo
no ménos honroso de Pt '!l1dente de las C6rtes, desde el
cual defendió a todos los ministerios republicanos con un
desinteres i una abnegacion que sus enemigos de hoi,
ayer amigos, no han agradecido, ni agradecen, ni. agra:
decerán jamas. Hacerse CasteJa¡· cargo del Gob1eruo 1
notarse en toda la nacion el 11entimiento más _puro de satil!
faccion i confianza, fué todo uno. Al poder unieron las
Cót·tes la dictadura.
I sucedió lo que no podía ménos de suceder : que sobrevinieron
pronto luc!:tas de fraccion a ft·accion, de gt•u·
po a grupo, hasta de individuo a individuo, i se dió el
caso estraordinario,. jamas visto. en las grandes crisis de
ningun pueblo, que un jefe del Estado o Presidente del
Poder Ejecutivo desapareciera de la noche a la mañana
de un centro oficial, de su casa, de la corte, de su mismo
país, sin decir una palabra ni dar un aviso a nadie, ni a
BUS compañeros, entregando el poder que unas Córtes le
confiaran al azar de las circunstancias, i causando con
tal fuga misteriosa profundísimo golpe que heria de
muet·te a las nuevas instituciones.
Verificóse todo esto a mediados de junio de 1873, i
desde entóoces dieron formal comienzo las crisis ministeriales,
los alborotos parlamentarios, las sublevaciones demagójipas,
i como natural efecto de tan triste estado,
adquirió mayor gravedad la guerra carlista i alcanzó el
grado mád esuandaloso la indisciplina de nuestro ejérci·
to. Era de ver entre tanto la gran prueba de patriotismo
· i de amor a la República que dió Castelar. Tenia previsto
desde el famoso 11 de febrero que sin la union i concordia
de los elementos más liberales de la revolucion de setiembre
no se afirmaría la República ; por consecuencia,
declaró a todos su disgusto cuando los radicales de un
lado i Jos federales de otro rompieron la conciliacion en
la Asamblea nacional, i lloró la pórdid~~o de la libertad'
desde el funesto 23 de abril, dia en que las intransijencias
de aquellos i éstos provocaron un gran conflicto en
Madrid, que no tuvo consecuencias funestísimas por la
actividad i sensatez del Gobierno, por el patriotismo i
nobleza de Castelar especialmente.
El ilustre orador, cuyo nombre en el ministerio servía,
como hemos ya dicho, de garantía al respeto i consideracion
de los gobiernos estranjeros, manifestó repetidísimas
veces su formal empeño de quedar como siempre
diputado, dejando una cartera qne le hacia responsable
de los mil despropósitos de aquel Gobierno, para otro
que con mejores títulos -al cariño de los intransijentes i
perturLadores del país ayudase de véras al desarrollo de
la política federalista. Sus compañeros indicaron primero,
i decidieron luego, retirarse del poder en el mismo instante
que Castelar abandonase el ministerio ; i aunque
muc-has -veC"es formuló aquél su dim1sion, cuantas lo e:idjian
sobre todo las funestas debilidades del Presidente i
las grandes contemplaciones del ministro de la 'Gobernacion,
hubo de retirarla en fuerza del interes de la patria
i de la República, que de consuno así lo reclamaban. Tan
solo cuando llegó julio, i en éste se hizo notable el desprecio
a la sobe1·anía de las Córtes por la criminal insurreccion
de los cantonales de Murcia, Emilio Castelar se
apartó enteramente de toda responsabilidad ministerial,
dedicando desde entónces su influencia parlamentaria a
evitar el triunfo de los intransijentes de la izquierda, i su
gran prestijio político a combatir la causa que con infames
medios se levantaba vigorosa i terrible sobre los
mm·os de Cartajena.
I desde el principio Castelar supo emplearla con nota·
ble enerjía, firme decision i ardiente patriotismo, sobre
todos los que conspiraban i se levantaban en armas contra
la República, llamáranse como 9-uisieran, cantonal~s
o carlistas sin hacer caso de sangnentas amenazas, sm
temor a p¿¡·der popularidades de cierto jénero ; áun para
no estorbar sus planes de gobierno i aplicaciones de su
dictadura, las Córtes suspendieron sus sesiones_, aprove
chando los diputados el interregno parlamentano en estu·
diar perfectamente por sí mism?s e~ p~n:s~miento de sus
comitentes acerca de la federacwn 1 dJvJston de. Estados.
¡ Tan profunda i lamentable confusion había entónces
ent1·e los republicanos todos ! ¿Qué mucho quedase el
proyecto de Constitucion sin pasar a la categoría de Código
fundamental de la nacion española?
** * T~a inconstancia de nuestra política contemporánea, en
todo momento imponiéndose a partidos i gobiernos, hace
que en el estranjero hablen de no~o~ros los. españoles
como jente ingobernabl_e. :Esta opm1?~ era Jeneral por
Europa i América al sub1r al poder Em1ho Castelar. Loe
numerosos partidarios del absolutis~o moná:quico en la
ridícula persona de Cárlos VI~ hab1a11 crec1d_o e~tra?r·
dinariamente en fuerza i audaCia frente a un <'Jérmto ID·
disciplinado i dispuesto a desobedecer las órdenes de sus
jefes · lo"B cantonales dueños de los mejores buques de
nuestra escuadra aco;.azada, de la plaza más fuerte, del
más rico ars~nal, i ausiliados por tropa insunecta, bombardeaban
nuestras costas, apresaban buques mercantes,
caían como horrible plaga sobre pueblos indefensos ; _ l~s
federales aguardando el jiro de los suce~os para dec1d1.r
la cuestion de paz o guerra con el Gob1erno; los parti dos
de oposicion radical i constitucional i _los amigos fie les
a la dinastia derrocada en 1868, conspu·ando para el
triunfo de sus respectivas solucione~>, 'unas veces aisladamente,
otras coligados ; la administracion ?esorder~da;
la Hacienda perdida ; Cuba en constante wsurreccwn;
conflictos por todas partes; temor de todos los lados;
amenazas de abajo ; indiferencia arriba .... ¡ Qué período
aquél de setiembre en 1873, cuando el señor Castelar
tomó sobre si la mision de dirijir i gobernar la Repú·
blica! ·
Por entónces la comision nombrada para redactar el
proyecto constitucional pensó, equivocadamente a nuestro
juicio, que con acelerar la presentacion de éste a las
Córtes1 se quiLaria todo pretesto a la insurreccion cantonal,
i encargó a Castelar su rápida formacion. En el breve
plazo de veinticuatro horas cumplió éste dignamente
la mision que sus compañeros le confiaron1 i a los pocos
días de aprobado en el seno de aquella, se leyó en las
Córtes, quedando señalado el dia para su discusion. Castelar
redactando el proyecto i la comision aceptándolo,
no cabe duda que se inspiraron en un amor profundo a la
patria i un respeto plausible a las t1·adiciones de su partido,
hasta el punto de sacrificar opiniones i convicciones
intimas, con tal de salir pronto del período anárquico
que entónces dominaba. El proyecto, no negarémos que
adolecía de grandes inconvenientes, de no pocos errores i
defectos ; pero las circunstancias no permitían más por
el mumento que salvar a todo trance 1¡¡. unidad nacional,
eostener la Repóblica democrática, fijar el sentido federativo
en una justa i recíproca 1·elacion de las partes- in·
dividuo, familia, municipio, provincia, Estado-entre sí i
con el todo-nacion : la mayor va1·iedad bajo la más alta
unidad. I esto, no otra cosa representó en aquel momento
histórico el proy-ecto de Constitucion federal de la
República española. Los cambios ocurridos de ent6nces
acá en las instituciones, i las modificaciones que tarobien
desde aquella fecha han sufrido las ideas de muchos
demócratas i republicanos, de Castelar principalmente,
no quitan a éste la, honra ni disminuyen su gloria como
autor del mencionado proyecto. Prueba elocuentísima de
esto es haber llevado su consecuencia política al limite
de lo posible ; por consiguiente, a Qtl"Os, no a él, hai que
pedir estrecha cuenta de tal mudanza en los principios
antiguos, ya que les encaminaron a su descrédito i ruina
por bárbaras exajeraciones, absurdas interpretaciones i
criminales defensas.
Vimos entónces a este español ilustre cómo desarrolla
ba poderosamente los planes políticos con la medida ajusta·
da siempre a la conveniencia pública, cómo en su pecho la
tia el corazon más entusiasta por la felicidad de su querida
patria, cómo su mano imponía activida~ i fuerza a los .elementos
indispensables para la conservacwn delór~en, como
su palabra infundía respeto a todo i_ a_todos, deCimos mal!
ménos a los absecados, a los envidiOsos, a los torpes 1
malvados, que, no debemos ocultarlo, menudeaban más
por sus antiguos correlijionarios, que entre sus eternos
adversarios ; así logró en ménos de tres meses. cuant_o a
sus antecesores fué imposible realizar. Reorgamzó el eJército
; restableció la disciplina ; reconstituyó el c~erpo
de ArtillerÍa ; formalizó la campaña contra los _ca1·hstas,
i dispuso todo lo conveniente para sofocar la msnneccion
separatista de Ultramar ; afianzó el órden por las
provincias levantiscas ; acudió cuanto le fué posible a
cubrir las atenciones del Tesoro público ¡ moralizó la
administracion ; preparó el reconocimiento oficial de la
República por las potencias estranjeras ; dirijió ~odos
sus esfuerzos a que aquella fuese una forma de gob1erno
para España, i no para uso particular i provecho escl?·
sivo de los partidos políticos españoles; salvó al~ patna
de una gravísima cuet~tion internacional con motivo del
apresamiento _del Virjinius; restableció d~nt~o el prin.
cipio de autondad, fuera el concepto de d1gmdad ; pro·
curó el apoyo de todos Jos hombres honrados, liberales i
patriotas para salvar definitivamente, no a él i su g?·
bierno, sino a la República ; movilizó los mozos adscn~
tos a la reserva ; impuso una contribucion de guerra a
los no presentados ; arbitró recursos hasta cantidades
de gran consideracion, i aplicó en todo su vigor las Ordenanzas
jenerales del Ejército. Tales medidas, i ~tra~
de carácter esclusivamente político, como la suspenswn 1
renovacion de Ayuntamientos i Diputaciones provincia·
les cuyos actos tendían a favorecer las demagojias roja i
blanca, como la disolucion de los batallones de voluntarios
que no ajustasen su organizacion al reglamento de
1822, reformado en 2 de setiembre de 1873, como la sus"
pension de las garantías consignadas en los artículos 2,0
5. 0 i 6. 0 i pánafos 1, 0 2. 0 i 3. 0 del artículo 17 de la Cons·
titucion del año 1869, como el restablecimiento de la lei
de órden público de 23 de abril de 18'70, la obligacion de
la cédula personal, la caducidad de todas las licencias
de uso de armas, las disposiciones oportunísimas sobre la
prensa periódica, las circulares enérjicas a los gobernadores
para castigar duramente a toda clase de perturbadores,
la organizacion del cuerpo de policía gubernativa
i judicial, i otras más que no mencionamos por ser de un
órden secundario relativamente a las anteriores, constituyeron
las medidas dictatoriales· del señor Castelar, las
cuales, sobre si fueron o no provechosas a 1~ patria i al
órden social, apelamos al juicio manifestado ya po~ los
hombres independientes i honrados de todos los part1dos
i de todas las clases de la sociedad.-( Continuará)
Impotentes, por causas que en otro tiempo i lugar verémos,
para la salvacion del 6rden social i político, de la
nAS DOS PUREZAS,
Cierta mañana decia
A otras flores la azucena :
" Y o crezco pura i serena
Ante las luces del día ;
Mi hermoso cáliz se ensancha
Siempre que el viento lo ajita;
Ni el huracan lo marchita,
Ni el rayo del sol lo mancha."
I una tierna sensitiva
Dijo temblando despues:
"Tambien mi corola es
Hermosa, pura i altiva:
Pero los rayos del sol
Secando mi aroma están,
I el beso del huracan
Mancha mi casto arrebol."
I Dios, que allá en lo profundo
Este coloquio escuchaba,
Miéntras el cuadro pintaba
De los jardines .del mundo,
Mandó a las flores preciadas
Que de su cáliz las puertas
'l'enga la azucena. abiertas,
La sensitiva. cerradas.
JosÉ MARTÍNEZ MoN:aoi.
LA PEREJILERA.
Al salir el sol dorado
esta mañana te vi
cojiendo, niña, en el huerto
matitas de perejil.
Para verte mas de cerca
en el huerto me metí,
i sabrás que eché de ménos
mi c01·azon al salir. '
-Tu debiste encontrarle,
que en el huerto lo perdí.
" Dámelo, perejilera,
Que te lo vengo a pedir."
ANTONIO DE TRUEBA.
ANUNCIOS.
"LA P O L Í T I C A."
Este periódico se publica, por ahora,
los miércoles i sábados. Sé darán números
estraordinario~ siempre que sea necesario .
Valor de una sel'ie de 12 números, se-senta
centavos .......................... 0-60
Id. del mímero suelto ................ 0-05
Remitidos, previo exámen, tres pe-sos
por columna ........................ 3-00
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otro periódico.
La administracion del periódico, así como su
distribucion en Bogotá, está. esclusi vam~~!~ a.
cargo de los infrascritos, a qmenes d!'lbe dmJirse
tqdo reclamo que no tenga relacion con asuntos
de pura redaccion. . . .
Se avisa a los suscntoros que es ya tiempo de
cubrir el valor de la primera sene, la cual terminará
con el número 12.
.A.jencia jeneral,
QUINTANA 1 CoMP ARÍA.
POESIAS
DE DIOJENES A. ARRIETA.
Están de venta en las ajencias que en seguida se es.
presan:
{
V árgas, García Rico i o:·
Quintana i e:
En Bogotá .... ·· Ricardo F. Caballero.
Alejandro Tórres Amaya.
. Neiva ............. : Alejandro R6jas,
Tunja.............. Ricardo V árgas V e la.
Socorro ... . . . . . . .. . Agustín García.
La Mesa........... Braulío Jiménez.
Cipaquirá......... Teodoro L. de Guevara. .
El ejemplar, a la rústica, vale un peso de le1.
SE OONSPIRAI-VEASE
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A 13 REALES EL EJEMPLAR-BAJÍSIMO PRECIO !
Sé vende en la librería del señor RAFAEL OHÁVEZ R. 1? restante
aquí de la tercera edicion de MARÍA. So~ ya unos p~os .eJemplares,
i el autor se ve obligado a: hacer ~n& ~ér~1da_ e!lla reah~s.c10n de ~llOll.
Si se le toman por junto, el prec1o dlBmlDUlra. en un d1ez por Ciento
i no se hará otra edicion en el término de TRKS AROS.
-Jo8EM A RíAs O LA N 0
AHOGADO
con diploma de la Universidad nacional ejersa su profesio11 en Chiquillquirá.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"La Política - N. 11", -:-, 1881. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3690826/), el día 2025-05-20.