Por:
Gerard. Way
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Fecha:
09/08/1864
SEÑORES .AJENTES. P
Esperamos se sirvan env1a1 nos a vu0lta de
corr(;o todos los ejemplares de '·EL cATÓLICO''
que no bflyan podido colocar. I~unlmentf' se
servirán remituno Jos fonilos :r eau1lados del
trime8tre que terminó. 1 uevamen e r~,lve1 t1mos
que todn suscri ion debo de ., garse adelantada.
POR LA GRACIA DE DIOS 1 DE LA SANTA SEDE. .APOS·
TÓUCA, ARZOBIS O DE SANTAFÉ DE :BOGOTÁ..
Al venerable Clero secu,lar ·i reg~tlat, i a todos
los fieles aatólic08 de- nuestra Arquidiócesis:
SALUD, P.AZ.I BENDICION EN N. S. J.
· lmpediébar plúrimum venire
d vos, et prohtb1tus sum usque.
ádhuc-(Ao Ro.M. XV-22).
· Grandes obstáculos nos han
impedido llenar los deseos de
• nuestro oorazon, de estar corpu4
ralmente con vosotros, aunque
siempre Jo henJos estado con
nuestro esplritu. .
Bien notorio es., mui amados Coadjutores 1
carísimos hijos nuestros, que- por haber recha•
zado co:n ia eneJ:jía. Apostólica que noe eumplin!
los ecretos inícuos llamndos de ''Tuicion" el
uno, i de " Desamortizacion de bienes de mano~
muertas" el otro, por los -cuales se sometia el
ejercicio de la jurisdiccion espiritual al pode:rtemporal,
i se despojó a la Iglesia de sus bienes
i propiedades, se nos redujo aprisiOnen la casa
üe le tra l1a bitacion el dia f> ntes costas del
1\.tlántico, en dond'e se nos ha tenido confinados
i rod~ados de los sufrimientos consigu_ientea
a tan penosa. situacion.
No es nuestro ánimo el hablaros prolijamente
de a~ucllos sufrimientos, ni seria esta la¡
ocasion de verificarlo. Queremos olvidar esos
sufrimientos, que hemos sobrellevado con resignacion,
con paciencia, i que al mismo tiempo
nos han sido gloriosos, puesto que nos vinieron
por haber cumplido con nues-tro deber, defen
diendo la mas santa dt: las causa~; pero si
alguna vez los recordáremos, no será con otro
o 1jeto que con el de tributar rendidísimas gracias
a nuestro buen Dios, por habernos prote-jiclo,
i con el de ped-rle por nuestros pcrseguidor~
s. M·1s en medio de esos mismos sufrirnient
s, much:!s VPce . nos decíamos con el gt'!lnde
Apóstol de la. N nciones, i pensanrlo en vo otro~,
caris mos hijos nncstros: '' .:;¡ m vencibles
ob. tácu!os nos impiden llenar el deseo que tenemos
de e . tar corporalmente al frente de
nuestra muí amt~da grei, ella. está presente a
nue~tro espír1tu "-Si. si('mprc os hemos bendecido
desde cada uno de los lu~ares en donde
hemos estádo: siempre hemos levantado nuestro
atribulado cornzon al C1elo pa1•a rogar por
vosotros, i cuando, bañados en lágrtmas nuestros
ojos-, hemos tom-:.do en nuestras indignas
manos el Cuerpo sacrosanto i la purísima San
gre de nuestro Di vino Redcnt_or ; a. 'la vista
de los males que pesan sobre vosotros i noso·
tros . . . . ¡ ah! humillados entónces ante la
majestuosa i real, aunque oculta- presencia, de
nuestro Dios i Salvador, le hemos ·suplicado
fervientemente que alivie vuestras. penas : que
enjugue vuestras lágrimas: que leva u te ya el
azote de su justicia, i sobre todo,~ que no per.!
mita que os priven. de la Relíjion Catolica,
Apc. t6lica, Romana, que profesais, i que con
t <~nto empeño se trata d~ arrebataros o de
adulterar. Tales han sido, tnles I':OD nuestros
votos, por el interesante rebaño que la Divina
Providencia ha puesto a nuestro cuida,lo.
Después de cerca de tres años de destierro, ~
de dolorosa separacion de vosotros; relajarlas
las cadenas que absolutamente nos impedi~n
el estar en medio de nuestro amadísimo aprifr
co, volvemos otra Vt'Z a él, lleno de gozo el corazon,
no porque creamos haber llegado a término
nuestros personales sufrimientos, que
contamos en nada, sino porque nuestro m.isericordioso
Dios nos otorga el consuelo de poderos
abrazar; de veros ántes de morir ... Rendidas
gracil'l s le damos por este bepeñcio. Dentro de
tres días nos pondremos en ca m .ap, · i si nuestra.
deterio.rada salud no opusiere obstáculos á
nuestros deseos, en breve estwremos -p,ostraaos
delante del altar de nu~stra Iglesia Metropolitana,
para. orar por todos sin distincion.
Hablamos especialmente ahora con nue~trÓ
venerable Clero ; nos dirijimos a nuestros amados
cóoperarios,i at anunciarles nuestro regreso
encargamqs, a los que tienen cura de almas, la
residencia formal i material en sus parroquias •
porque. si esta residencia es de tan estrech~
oblig~cion, i tan grande la responsabilidad que
pesa sobre el Pastor que no cumple. con esa
misma residencia, a un en los tiempos bonañcrbles
o de c:thna., i cuánto m<:lyor no deberá serlo
en los tiempo~ tormentosos, en los dias de
combate contra lá Iglesia.1 .•. Vosotros sois 1
testigos de loé mo:rtales tiros q e se dirijen
contra el Catolicismo desde las tribunas políticas,
en los periódicos i en las mismas leyes.
Pues a vosotros, directores espirituales- de los
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106 EL C .ATÓ L 1 C O •
pueblos, es a quienes toca defenderlo, con
Jaa ·armas materiales, que por cierto no son las
de nuestro ministerio, sino con las de la. palabra
e-vanjélioa., proferida con santa libertad, i de
vuestra conducta en armonía con las sub!imes
doctrinas, de las cuales sois los anunciadores i
los maestros. Vosotros eQtais palpando los estragos
que ha hecho i continúa hacienrio en los
pueblos la relajacion que una guerra desol · do·
ra ha introducido en las costumbres. Pues a
vosotros es a quienes incumbe trabajar para el
restablecimiento de la moral, para l a r eforma
de Jas costumbres, ánculcando a vuestro~ feli greses
las santísimas i vivificantes máximas:
los sanos i eternos principios del Cristianismo,
predicando oportuna e importunamente contra
los vicios_, i recomendando la práctica de las
virtu ~ les,no solamente de v1va voz, sino tambien,
i sobre todo, con el ejemplo, que es la. verdadera
elocuencia del sacerdocio. i C6'llo no ha de
amarse una Relijion cuyos Ministros son los
primeros en sujetarse a sus celestiales pyeceptos
i consejos~ I i cómo no ha ue trmnfa.r
sobre los corazones una Relijion a la cual se
ama. ? ...• Nada de esto podreis hacer ni conseguir,
ausentes de vuestras parroquias, o aun
cuando esteis en ellas, si guardais aquel silencio
criminal de que habla el Profeta al escla-mar:
'' ¡ ai de mí porque callé!, •
Como no seria estraño que, por efecto de los
mismos trastornos de que ha stdo víctima el
país, haya habido algunas disidencias en el
Clero, es preciso, es indispensable que toda
division desaparezca de entre vosotros. No es
nuestro ánimo entrar en esta Pastoral en el
exámen de los hechos: lo que deseamos es que
reme una estrecha i cordial union en los eclesiásticos
todos entre sí, i en todos ellos con su
Pastor, que la tiene íntimamente 'con el Pastor
universal: sin esta union no puede haber verdadero
Catolicismo. Los que por desgracia
hayan .cuido en algun error, que lo detesten,
principalmente despucs de haber oído la. voz
del VJCario de Nuestro Señor Jesucristo, i que
se reconcilien con Nuestra Santa Madre la
Iglesia: ella está pronta a recibirlos, si se
arrepienten, si se retractan i reparan el escándalo
que hayan podido dar a las almas ; 1 qué
consuelo, qué satisfaccion para nosotros, si no
hfi i uno siquiera que permanezca obstinado i
contumaz!
Concluimos esta nues tra Pa.ro;tor a l exh or ta n do
a todos los fieles católicos de nuestra Arqudi6cesis
al cumplir .... iento de las obl1gacio
nes que tienen como tales católicos : a no dejarse
seducir por los apóstoles del mal, que con
tanta astucia engañan a los incautos i sencillos;
i a que con una conducta irreprensible, contesten
tas calumnias de que hacen uso los enemigos
neciente al ót'den temporal, como co11sta en
un impreso publicado en la ciudad de Cartajena i
se encuentra tambien en el ., Diario Oficial " numero
79. El mismo Ilustrísimo señot• fucultó en 5
de julio citado, al Vicat·io jeneral pat·a que pa·estm·a
el juramento de obediencia en los mismos términos,
puesto que Su Santidad aprobó la fórmula bajo la
cual se prestó el juramento espresado.
La fónnula dada pot· el Ilustrísimo señoa· Arzo ..
hispo, es esactamente la misma que el infa·ascrito
Vicario jeneral prescl'ibia al Clea·o, la cunl leyó al
venerable Capítulo metropolitan~ el dia 1 6 de
mayo de 186lj,cuaudo le consultó si debia prestarse
el juramento de la lei de 23 de al>ril del mis mo
año, fórmula que rechazó el Capitu\o p01·que juzgó
eutónces que debía prestat·se el jmamento jenera lmente
i de ninguna manera con restricciones. '
Bajo esta fórmula oft·eció la obedienciaa dicha
lei el dia que el señot• Gobemadot· del Distl'ito fedet
·al le exijió el jm·amento lisa i llanamente,
i fué declat·ado inadmisible poa· dicho Funcionnrio.
Comparada la fót·mula dada por Su Seiloda
Ilustdsima i aprobada pot· Su Santidad cuando
dió su nprobacion a las Pastorales de 14 de julio i
i 6 de noviembt'e de 1863, con la que el Vicario
JCneral pa·esentó al Capitulo, obsea·va con sntisfaccion
-que las restt·icciones contenidas en la fóa·mula
espresada han sido aceptadas por Nuestro Santísimo
.Padre, que poa· la Encíclica de 17 de setiembre
de 1863, 1·eprobando el juramento jeneral de la lei
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EL CATÓLICO. 107
1_ de 23 de abril, aprobó tambien la Cil·cular del Vi~
1 cario jenea·aJ, de 3 de junio del mismo año~ pt·ohir
biendo se prestat·a el juramento jeneralmente.
Cumplicndo,pues,el infrasel'ito con lo prevenido
en la comunicacion del Jllmo. señor Arzobispo,
des de julio, continúa en el ejea·cicio de las funciones
de Vicario jenea·al. Ha pt·estado el jura-mento
de obediencia al Gobiea·no en todo lo que
se.a de su incumbencia, es decit· : en todo lo que
no se oponga a la lei de Dios, al dogma, libea·tad,
disciplina e independencia de la Iglesia, dentro
de los límites que Je señaló Nuesta·o Señor Jesucristo,
su Divino Fundador; i lo comunica al ve-nemble
Clero, manifestándole que se conformó
en todo a la fórmula presct·ita pot· el Illmo. señor
Aa·zobispo~ pea·suadido que respetando la voz del
P1·elado, ha respetado a la Iglesia i seguido su
• santa doctrina.
Con sentimientos de respeto se suscribe de UU.
mui atento servidor. -
El Vical'io jenPral, BoNIFACIO A. ToscANO.
Es auténtica, el Secretario-Miguel Arias.
REDACTOR, VENANCIO ORTIZ ..
CULTO.
Oomo ya hemos visto que la mayor parte de
los hombres que hoi figuran, combaten la Relijion
en tollas sus manifestaciones ; como hemos
oído llamar mojigangas idolátricas a las
prácticas del cu\to católico; i como observamos
que ni aun saben distinguir lo que es culto
interno de lo que es culto esterno,volvemos hoi
a tratar esta cuestion para probar que el culto
es necesario, út1l í conv-eniente.
Llámase culto interno el sentimiento moral
que nos hace temer a Dios; amarlo, bendecido,
honrarlo i esperar en su bondad, su justicia i
su miseriCordia ; i culto esterno la manifestacion
que por signos sensibles hacemos de esos
mismos ~entimientos. Así es que el culto si m·
plemente esterno no tiene significacion ni objeto,
i ni aun puede comprenderse, porque el que
se arrodilla ante el al tal' donde no cree que está
Dios: no ejecuta un acto de culto sino de hipo-
' cresía.
El culto es tan antiguo como el mundo, porque
el hombre siempre ha creido en Dios i lo
--ha temido; i como no somos esclusivamente
materiales ni esclusivamente espirituales, nunca
se ha contentado nadie con tribl!ltarle el
cul:to interno;i el esterno,que como hemos ·licho,
no es mas que la man\festacion sensible de
aquel, constituyo una necesidad de nues_tro sér.
i Quién es el que al sentirse herido de espanto,
de dolor, de pena., etc. no vuelve al Cielo los
ojos i pronuncia el nombre del Sér cuyo poder
puede aliviarlo ?_
El cmlto interno s-in el esterno no podFia
subsistir, sino a intervalos ; cuando alguna
ca usa. de las que hemos indicado nos h -iciera
1
acordar de que hai un Dios;. i como lo que no
hiere nuestr._os sentidos no nos- impreswna, ese
espiritualismo que tanto anhelan nuestros re!
formadores, viene a parar-al indiferentismo re·
lijioso que trae como consecuencia. la corrup-cion
del corazon. Al estar el pueblo tocio saturado
d~ ese indiferentismo, desaparecería la.
moral1 con ella todo elemento de bienestar social.
El desaparecimiento del culto esterno,
seria, pues, para nosotros el mal mas funesto de
todos los males. El pueblo, como hemos dicho
en otra ocasion, no vé sino con los ojos de su
cuerpo material,i olvidaria hasta las mas lijeras
nociones de ]a Relijion, el dia g)l!UlO viera las
ceremonias de la Iglesia. Ellas constituyen
una verdadera en~eñanza en el sentido mas
completo de esta palabra, i a esas MO.TIGANGAS
IDOLATRICAs deben los hombre~:~ que así las
llaman, la posesion de sus fortunas, las virtudes
do sus esposas i la fé en el porvenir de sus
hijos.
El hombre rudo do nnest't'OS campo~ri aun el
de nuestras cíu,lades. s · n la enseñanza rlel culto
<>sterno, olvidarla la Relijion. sin esta no Re
r1a un sér social porque ella es su único elE•men·
to de socialJ1li'l c1 ,se convertiría en un b11 ndido,
i SIE'ndo est!t especie de homhres la mas numerosa,
es ciaro que todo:'~ efltuiamos a merced de
esos enem1gos tenaces de cuanto pudiera hacer
la vida apetecible. En Esparta, esa era la condicwn
de los escl " vos, pero como el los no eran
la porcion mayor de lu. sociedad, i a mas de eP-o,
est :r han invijtlados por sus amos, no podian ha·
cer lo que aquí harían hombrea libres como las
fieras de los bosques 1 que convertirían en bosques
tQdas nuestras poblaciones abandonadas
por los que quisieran conservar a.lgo yéndose
del país.
El pafs presentaría en preve el aspecto ménos
r1sueño i hasta su nomhre desapareceria de
la lista de las Nacione:!l. Hordas de salvajes
llenar1an sus estensas i fértiles llanuras, sus
monte~ elevados, las riberas fecundas de sus
rios; i las riquezas con que la Providencia dotó
este suelo, se perderian para la humanidad. N o
es este un sueño, n6. La historia nos está diciendo
que es una realidad terrible. Por lo
pronto recordamos que fué lo que sucedió al
bajo Imperio donde el cilnna destruyó la Rclij
ion i con ella todo.
Ese es el mal de que estamos amenazados.
Mal que no ven nuestros refo-rmadores p<>rque
ni comprenden la Relijion que quieren destruir,
ni pueden valuar la influencia que ella ejerce
sobre la sociedad en jcneral. Creen que la Relijion
es un mal i no ven que es el único bien
que tenemos ; al que debemos nuestra existencia
nacional i la l1jera tintura de civilizacion 1 que nos adorn-a.
Los :frailes i las monjas, como Corporaciones
relijio~as, son, pues, eminentemente civilü:ado·
res,i ha sido un acto de salvajismo el que se ha
ejecutado al suprimir esas Corporaciones, i mas
aun de la manera que se ha ejecutado aquí.
Eso ya marca con un sello. no mui honroso a
nu~stno partido llamado impropiamente liberal.
Tratar de reemplazar nuestra Relijion con
el culto al oro, es la idea mas absurda e irracional
que puede concebir-se, i sinembargo, es
la tendencia que manifiestan nuestros reforma·
dores. Si todos pudieramos enriquecernos igual-
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108 EL CATOLICO.
mente i cuál seria la suerte de los ambiciosos ?
I no pudiendo eso suceder porque es humanamente
imposible ¿cuál seria la suerte de los
que lo consiguieran, viviendo en ua pueblo sin
relijion? I decimos sin rel ijiou porque desterrado
de aquí el Catolicismo no quedaría ninguna.
, I como es esencial al Catolicismo, que puedan
los fieles oír la voz de su Jefe espiritual, i
: esto e~tá prohibido por l.t llamada leí de 17 rle
mayo. de este .año, que ordena que ninguna dis-postcwn
ponttficta se cumpla :-in el permis o del
Poner Ejecut1vo; i como la misma llamada lei
prohibe que se a-imita en el país algun Ajente
de ese Jefe espiritual de los católicos, PS claro
que se quiere destruir el Cato1icismo, SI pudiera
quedar eluda rlcspues que lo hemos oí1lo en
los discursos parL .menta rios 1 lo hemos lei,lo
en l os periódicos que redactan los homl1res del
Gobierno. •
Como no puede haber una cntástrofe m a s
aterra,lora para los quH amamos Aste suelo dtg no
de mejor suerte, que la consecucion de ese
objeto de la revulucron, el señor Arzobispo, tlcseando
que el culto se conserve i que con él se
conserve la creencia que nos salva, se resolvió
a prestar el jurame nto mawlarlo exijtr por la
mismc.t monstruosa disposicion que ataca de un
modo decid~tlo la Relijion nac1onal. 81 no ha t c-mdo
otra m1ra al prestarlo,i ahora falta que sea
inútil haberlo prestado, pues no creemos qne
pueda someter al PASE de los enemigos declarados
de la fé, las bulas, rescr1ptos, etc. que le
vengan de Roma, o levantar las censuras impuestas
canónicamente, por ejemplo, a los re
matadores de las fincas de la Iglesia. Su S eño
ría Ilustrísima, dijo al jurar que no haria esto,
i creemos que no lo hará aunque se lo ex1jan ;
pero este es el pr1mer mconveniente con que
tropezamos, a ménos qu~ el señor Murlllo S('C\, i direis a la luz de una evidencia inveneible:
tenido una U ea que no solo ningun hombre tuvo "Esta idea hl'otó de una intelijencia divina, o de un 1
jamas, sino <.JL!e ningun hombt·e pudo tene1·. cerebro enfe1·mo: ella es el signo de una l'evelaeion
I dt>sde Juego, lo que en la idea de Cl'isto refot·- de Dios, o la ate.:'tncion de un delit·io del hombre: j
macljislacfo- dad, su divina orijiualidad.
t·es {'élebrPs babi;~ n d ('jado vcstijios de su prnsa- Ln arnbieion de todo hombre que pl'<'tende c1·ea1•
· miento i rastros de su jénio en monumentos que alp:una cosa, es consegui1·la gloria de tenrt· una idea
1 uo Célreeiet·ou de nombre ui de gloria ; pero Jc- suya que salga ente•a i esclusivamente de él. Se
SUl'l'isto no es un imitado1· ni un contiuuado1· de compn•ude que la gl'andeza intelPctual está toda en
estos ga-andes hombres. Su conr.epcion no sola- la propiedad de la idea i en la ol'ijinalidad de la conrernte
Cé\I' '.? Ce de o1·eredentes en lA historia i de cepcion. De aquf la p1·rtensiou de lo~ pensad01·es,
1 raiees natuntles e1~ la intelijencia humnna, sino de los fundadores i de Jos reformnd01·es a la idea
que se n monta desde su p•·imer rasgo a una esfe1·a propia, a la ~oncepeion personal. Pero notad que
· supel'iOI' a la re.1ion en que s-e mueve natu1·almente el esto .no es, de ordinal'io, mns que una pretensiou,
spiritu humano. ¿ I pot· qué es así, señot·es '! po1·que aunque hai hombres mas OJ'ijinales que
1 ¿Por qué la coneepcion de Jesucl'isto se muestra ot1 ·os, esa orijinalidad no es en el fondo sino una
desde el p1·in<'ipio mat·cada con et signo de Jo imitacion supel'io•·, que como un jénio Jevauta la
divino? Porque la idea de Cristo reformado!' es cabeza entt·e la multitud servil de los imitadores, i
fundat·, en el S" ntido l'iguroso de esta palab1·a, muestm un bl'illo que arranca la admiracion, como
; e) reino, o si quet·eis mas bien, ra república de una faz aun desconocida de aquella brlleza siemp1~e
las atntas : reino desconocido sobre la tierra i que antigua i siempre nueva que es la bellezn del infinito
tiene pot· límites natmalcs las mismas fronteras mismo. La glol'ia de una orijinalidad completa,
de la conciencia; República sin igual, cuyo Go- nunca se asienta sobre la ft·ente del hombre i ni aun
biemo todo esttt organizado en el espíritu i para el sobre lu del jénio; i en un sentido mui verdadet·o,
espíritu, i en que los poderes que forman o cons- no hai hombre que lleve en su pensamiento ideas
tituycn de ordinal'io las sociedades humanas, no absolutamente suyas.
er.tran para uuda, absolutamente para nada ni Alguno se estima orijinal en ef mas lato sentido
como fuerzas creado1·as, ni como fuerzas constitu- de esta palabra, i os dice tocando con el dedo su
tiras. En uua palabra : la tepública de las con- ancha frente: tengo mi idea; pe1·o lo que llama su
-ciencias i el 1einado de las almas. Hé aquí la idea, estaba en jérmen en el pasado, i tal vez en
idea de Jesucristo; idea de tal manet·a fuem del vía en el presente. Él lo ha aspirado sin pensar,
alcance del pensamiento humano, que era impo- como un átomo que vuela en la atmósfera, i el
1~ 1 sible que un hombre pudic1·a concebida. ¡Ah 1 calor de su alma lo ha fecundado en silrncio en el
, Que Jesucristo, no siendo mas que hombre hu- pi'Ofundo misterio de su vida. Un dia él ha sentido
1 biera podido pensar en reforma1· las sociedades este íntimo est1·emecimicnto que precede a los par~
políticas i las instituciones sociales que entónces tos del espíritu, i lo ha dado a luz en una obra en-
: rcinabnn en el mundo, se comprende sobre todo eantad01·a de que se admi1·a él mismo abrazándola
si se tiene e\ buen sentido de no hace1· de EL lo como un producto de su pers<:)nalídad,como un hique
h:1 hecho la ci'Ítica modema: un homb1·e ·igno- jo glorias~· de su jénio. Pel'o se engaña, porque no
1·m.te en primem línea. Pero que Cl'isto, no siendo era sino un pi'Oducto del pasado, i sobre todo, un ,
sino un hombre, f,·ente a frente de la historia i de hijo del siglo. Tal es In verdadet·a OI'ijinalidad de
su siglo, haya podido pensar sériamente en la fun- Jos grandes hombres. Ella consiste ménos en tener
dacion de un reino esclushnmente apoyado sobre ideas propias que en comunicarles alguna cosa de
lo espil·itua1, lo invisible, lo sob1·enatural, es lo que su propia vida. Una idea se estiende sob1·e una
el conocimiento mas vulga1· de la humanidad no sociedad, está en el ai1·e, pasa en la t·espiJ·acion del
pe¡·mite a nadie supone1·; es lo que mi razon re- siglo i es del dominio comun de las intelijeucias ;
chaza absolutamente. pet·o de repente un jéuio vigoroso la encuentl·a i la
I lo que debe mostraros aun mejor una g1·andeza aspira; aspirándola, se la a~imila, i asimilándosela,
sob1·ehumana en esta idea del mundo de las almas, le dá su propia savia, i bien pronto esta idea que no
es el caráctet· de universalidad que C1·i sto meditó dat· pet'tenecia a nadie porque pertenE:'cia a todos, esta
a su ct·eacion. El quiso hacer universal, católica en idea que pasaba sobre las almas sin ser apercibida
el .sentido mas riguroso de esta palabra, esta repúbli- como un polvo perdido en la atmósfera, esta idea
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~- uo· EL CATO L I C O.
encarnruh en un hombre, sale en su palabra, viva
con su vida, ardiente con su ardm·, i COI're electriZftndo
los espíritus i llevando a los corazones estt·emecimientos
desconocidos.
Asf, señores, para bablat• rigm·osamente, la propiedad
de la idea no existe en la humanidad ; i si
he insistido sobt·e este punto, no. ha sido por el
pfacer de satisfacer una curiosidad de vuestra inte-ijcncia,
sino para lmcm·os comprendm· mejor el
pmdijio, verdaderamente divino, de la concepcion
de Jesucristo ref01·mador. El tiene, en eferto, la
propiedad esclusiva i la ol'ijinalidad absoluta de su
idea. La ci'Ítica intea· es ada en contra decil· est a ol'ijinalidad
completa del Divino reformad01·,se esfuerza
en ct·eet·, i pt·etende hacernos creer con ella, que
ta concepcion de Jesus estaba en el aire que :ÉJ¡·espiraba,
que pasaba sobre la Judea i la Galilea como
sobre el mundo entero; i que Jesus, jóven aún,
pudo desde t>l fondo de su oscuridad veda b•·illar
en los horizontes encantadores de Naza•·et. Al oít·los,
nada mas simple ¡ruNle coucebit·se que In manet
·a como se desnnolló en el espíritu dE> .Tesas •·efOJ•
madot·, i tomó po('O a poro posesion definitiva
de él, la ga·anrl~ idPa de la •·ejeneraciou univea·sal i
del reino de las almas. La crítica~ pt·estémdo así a
la poesfa sus pinr.el~s i sus colores, <'I'ea a Jesus de
Nazaret una vida ideal que no b:.t existiciJ jamas
sino en su imnjinacion.
La verdad es que la idea t•eformadora que Ct·isto
reveló en su palabra, es una idea absolutamente
suya. La concepcion de Jesucristo reformado•·, no
ha recibido nada, ni aun en jérmen, ni del pasado,
ni del presente. La razon es bien simple : .lesus,
ántes de apat·ecet· sobre el teatro en que se desplegó
su vida pública, no habia puesto su intelijencia
en contacto, ni con el pasado po1· e) estudio de los
filósofos i de los t·eformadores de ta antigüedad, ni
con el presente por su p:uticipacion en el movimiento
del siglo. Pot· confesion de la misma cl'ltica
anticl'istiana, "ningun elemepto de la cultut·a lleu
lénica hubin llegado hasta EL,directa ni indir-ec"
tu mente; i los ensayos de filosof(l\ relijiosa ten,"
tados por la escuela judía de Alejandría, le et·aa
ce desconocidos." A la verdad : Jesus, en la humilde
man'iiion de Nazaret, c1·eció oscut·o, solitario,,
ausilim· obediente de José el carpintero i distante de
todo estudio filosófico, social o relijioso, capaz. de
suministrarle su g•>.ande idea reformadom. Ni Ja
Judea, ni la Galilea, et·an un centt·o ele actividad
. intelectual,ni ~L pa•·ticipó siquiet·a del ruido i ajitacion
que pudiera habet• en una o en ota·a. Pero
aunque hubiera puesto su intelijencia en, contacto
con el pasado pot· el estudio de las ob1·as maestt·as
del espfritu humano, i con el presente poa· su pat·ticipacion
en el movimiento contemporáneo, nada
ltabria podido reeojer para su idea, pm·que nada
análogo a ella se babia oído en el-pasado ni respi·
rado en el presente.
Rabia¡ es cierto, alguna cosa como una vaga
idea de rejeneracion, como una aspit·acion confusa
de novedad que at1·avesaba entónces el mundo;
pero en este estado m01·al e intelectual del siglo
contemporáneo de Jes"Qcl'isto, nada habia, absolu·
tamente nada que se pa•·eciese a la idea del Divino
reformador. La idea del Mesías, concebida pot·
el mismo Israel, no se elevó ni con mucho, a esta
sublime concepcion; i los Profetas que anunciaron
el reinado del futuro Mesfas-. fueron entendidos
por el mundo en un sentido carnal i material.
Entónces, es cierto, se levantaban monat·quías
'---·
1:,
nuevas, nuevas repúblicas, pet·o la idea del reino 1
de las almas i de la república de los espíl'itus, no· :
se ocura·ió a nadie. Entónces se pensaba en fundar \.
escuelas, en crem~ academias ; pero en crear el 1
gobiemo de las concit>ncias, en fundar sobt•e la 1 ·
sola creencia una sociedad grande como el espacio, ¡·:
grande como los siglos, grande como la humanidad
misma, i en este ch·culo indefinidamente estensible,
coneebi t· la idea de gobemar todas las
conciencias i mantenerlas bajo el impea·io pea·petuamente
incontt·overtido de su palabt·a; no, en ver•
dad, nada semejante corria entónces en e) aire n
se movia en las almas. E\ C\·isto ha\\6 toda ente¡
·a esta idea en el fondo de su propia vida, i esta
o•·ijinalidad absoluta de una idea, no solamente
desconocida, sino imposible entónces de concebit•,
lleva el signo de lo divino, i desafía a nuestra
razon a que se diga así Rlisma : " Jesucristo no
es mas que un hombt'P, ''
En fin, señores, hai en la idea de J.esuct·isto
reformadllr, un ter!'er rarácter en que brilla aun
<'On mas cl:uichd el signo de lo divino: es su ,
milag•·osa plenitud~ su plenitud repentina., ins-.
tantáuea. Entiendo po1· esto que la idea no sola-:-· 1
mente ha salido de Jpsucl'isto, i de ltL solo en su-.
ol'ijinalidad absoluta, sino que brotó de un solo
golpe tan completa como es posible ... Desde su
primem mirada Jesus descub4'ió todo el horizonte·
de sn pensamiento i todo el campo de su accion
•·eformado1·a. Supo hasta dónde iría, lo sup~
inmediatamente i lo dijo sin vacilar. Esto cons- 1
tituye no solamente un privilejio reset·vado, un
hecho único, sino un pt·ivilejio sobrehumano,_ un
hecho divino.
Las mas g•·andes concepciones homanas no
b1·otau de un solo golpe. Los autores pueden hacerse
sobre este punto ilusiones lisonjet·as, porque
es mui duJce decía· que se ha tocado desde la pl'imet
·a mit·ada la mas pa·ufunda t•aiz i la mas alta
cima de las cosas,. pea·o el ve1·dadero jénio es mas
modesto po•·que se conoce mejo•·. Al ponerse a la
obra él mismo ign.ora hasta dónde se estendel'á.
La Pro·•l'idencia lo defiende contt·a el orgullo·velán·
do.le con una nube la altu1·a a donde ha de llegar,
i cuando suena· la ho•·a labol'iosa i casi siempre
fatigosa de la ejecucion, él mismo, instruido por
sus desfallecimientos, añade o quita a su plan
p•·imitivo. Las obras en que mas resplandece por
su acabamiento la magnificencia de la unidad, no
escapan a esta leí que domina a la humanidad
enfet·ma. ¿ Quereis una prueba clara? Mirad esta
magnifica i real Basílica: al contemplada, su
belleza g1·ande i simple os pa•·ece el pa·oducto
bt"illante de un pensamiento. armonioso, i ct·eis
que ella ha debido salir de un golpe eotet•a del
cet·ebro que la concibió con esta 1·iqu3za de detalles
i este esplendor de unidad que hoi se ostentan
a vuestras mil'adas •. Pero os engañais ...
Yo no he· leido seguramente toda la histoa·ia de
esta bella creacion que brilla al Sl)\ hace largos
siglos; no he leido Ja histot·ia de su tbrmacion invisible,
tal como tuyo lugar en el: pensamiento
íutimo del jenio que la creó ;·pero sé de antemano,
sin haberlo leido, que ella ha sufrido en su creacion
la lei que rije a todas las creaciones humanas. Nadie
mas que Dios puede contemplar de una vez de
un estremo a otro toda la estension de su obt·a :
Attingit a fine 'ltsque acl finen. Solo su pensamiento
toca a la vez· la base; el centro i la cúspide
de todo ; de una sola. mh·ada descttbre i con una
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
~·
EL CATÓ L 1 C o. 1J1
sola palab1·a hace en las cosas el órden, la armonía,
1 la fue1·za i la belleza. El pensamiento del homb1·e
1 no marcha de esta mane1·a divina. Sus visiones,
aun las mas luminosas, no descub1·en a la vez sino
1 una faz de las cosas, así como en sus marchas
1 mas rápidas solo puede da1· un paso t•·as otro. Si l ve el conjunto, se le escapan los detalles, porque
ve siempre o desde mui alto o drsde mni Jéjos; i
, 1 cuando ve lobs deta11
1
es, o. esttá mui abajo o mui
cerca para a r·azm· e CODJUn o.
Esta impotencia para abrazar de u.na mir~da
1 igualmente luminosa el conjunto i los detalles> el
j todo i las partes ; esta impo~ibi\idad humana de
1 tener a la vez, aun en sus p1·opias ob1·as la idea
1
adecuada i completa, os esplicm poa· qué en el arte
como en la ciencia, en las refoa·mas como en las
l
. constituciones, en las restaua·aciones como en las
revoluciones, nadie ha podido decir: "Iré hasta ·¡ allí i no iré mas léjos. He aquí mi idea, mi designio,
mi ·plan de rejene1·acion, de a·eforma o de
r·evolucion: concluido, no quitaré ni añadil'é nada,
ni aquí ni allí.'' No, el hombre no puede decía·
esto, porque no solamente ignoa·a la frontera del
acontecimiento que medita, sino que ignora el límite
de su pi'Opio pensamiento cuando medita el
acontecimiento. Es eso, para decil'lo de paso, lo
que hace las empresas de refoa·mas sociales i ¡·eli·
jiosas tan formidables para los pueblos, i lo que
hace levanta1· ante el pensamiento de los mismos
l'ef01·madores, mil fantasmas alaa·mantes. Ellos no
osan decir donde se detendran, po1·que lo ignoran.
Saben que hai un torrente de cosas mas fuertes
~e la voluntad de los hombres, i que no se detiene
una vez precipitado. Los mas at•·evidos refoa
·madores, no han tenido Ja pc·e i Ion de toda su
oba·a de reforma.
I bien, señoa·es, cuando ninguQ l'eformador ha
podido tenea· la plena vision de su obt·a, Jesuel'isto
la tuvo. Su idea llegó de un solo g<>lpe basta la
estremidad de ta l'efoa·ma que meditaba: salió de
su pensamiento de uua vez llena, acabada, completa.
Jamas se le añ: dirá ni se le quitaa·á nada;
i los que p•·etenden que su pensamiento Jtegó len·
tamente, 1, por decirle así, paso a paso, al término
1 de str coucepcion, son hombres de since•·idad equí-
1 voca l de vista l-imitada, que prestan a Jesücristo,
pm·a most•·al'fo mas homb•·e, fa indijencia de su
pensamiento i sus carnales visiones ...
1
Asi, lo que ningun hombre ha osado decir jamas,
.Jesucristo lo .dijo, lo dijo bajo diversas fórmulas
que se1·ia superfluo repeti1·os~ Sí, ~L diJo a los
suyos: " He aquí mi docta·ina, he aquí mi pen-samiento;
id, llevadla al mundo tal como yo la
el. i en mi palabt·a; id, enseñad todo lo que yo os
he confiado.: Omnia qurecumqae 1nandavi v ovis.
Desgt·aciado el que intente cambiat· ni una jota.
Si alguno la añade anatema; si alguno la quita,
anatema. Si nlguno no recibe mi doctl'ina, toda
mi doctrin:., si uo quiea·e ejecutat• mi designio,
toda mi designio, anatema. El mundo cambia1·á,
per() mi doctl'ina no. La filosofía humana abdic;
u·á todos sus dogmas pal'a crea1·se ot1·os nuevos;
mi doctl'ina no val'iat·a jamas. Aquí abajo los
homb•·es deberán modificarlo todo, pulir todo,
rehacer i refoa·mat· todo en sus ideas, en sus doctrinas,
en sus planes; mi doctrina jamas se alterará.
Hela aquí : llevadla al mundo i que el mundo
no la toque porque ella es la verdad, toda la verdad.
Hé aquí mi idea, inmutable, completa i en
que el cielo i la tie1·ra no cambiat·áu nnda, porque
el cielo i la tierra pasat·án, pero las palabras que
espresan mi pensamiento, no pasarán. Ve1'ba
autem mea non prmteribu.nt.
Clea·tamente, señores, vosota·os convend1-eis ·en
que el que ha podido tenca· tal idea i ha osado decida,
si no ha demost1·ad<> srr Dios, ha demostrado
ser la demenda misma.
1 sinembargó, hai en el Cristo reformadot• alguna
cusa que es aun mas milag1·osa que su concepcion,
i es su •·esolu<'ion. El p1·odijio de su idea
no ha sido sobrepasado sino por €JI milagro de su
voluntad. (Continuará).
~-~ ........................... "'~,....,. ,_..
-El dia 19 de julio último, murió en Simijaca
despues de una c01·ta enferm~dad,el señor ENRIQUE 1
PAms,· sujeto conocido como su pad1·e, el señor
José Ignacio Pal'is, pot· su c01·azon caritativo i por
su e:,ptl'itu de empresa en que sabia hermanar
siempre sus intea·e~es personales con los de su país.
Él había traído del e:;tranjero muchas especies
utiles que procua·ó aclimatar, i máquinas para los
t1·abajos agrícolas que no se conocían aquí; i
en sus labores tenia empleados mas de doscientos
individuos cuyas familias vivían de ellas. En
solo alimentar a tanta jente gastaba PAnts una
eno•·me suma mensual. La mue1'te de este sujeto 1
ha dejado sin pan a todas esas familias, hoi que
la subsistencia es tan difícil ..
En sus últimos momentos se presentó un cuadl'O
capaz de conmove1· el coa·azon mas duro. Su hermnna
que acababa de llegar i lo halló en la agonía
fiual, se a•·rodilló aliado del lecho mm-turio para
ot'ftr lf()rando,fal mismo tfe pose oían los lamentos
de los numerosos pobres cuyas necesidades
socon·ia.
Los individuos a quienes tenia empleados i que
veían desaparecer con él sus medios de subsistencia,
se retorcian de angustia. Solo el moribundo
mostraba la calma propia del cristiano que muere
en el abt·azo de Dios, porque ha t•ecibido todos los
ausilios de esta Relijion llena de consuelos.
La muerte del señoa· PAnts, constituye una pél·dida
real para la patl'ia, porque no era solo un
buen pada·e ·ue familia i un buen ciudadano ; era 1
algo mas, era un ¡·ico sin egoismo cuyas via·tudes
hab1·á premiado ya el Padre de las misericm·clias.
LAs FIESTAs.-Habl'iamos guard:ado silencio
sobre este punto ; i ¿qué podia decia· u EL CATÓLICO,,
relativamente a fiestas? ¡, Jemia· sobre la
suerte de un pueblo de moralizado i empobrecido
a quien se bl'inda con una semana de otjia? ¿ •>.ecorda•
· a Jos cristianos que muehos de nuestros
hea·manns, que jimen en la misea'iél, reclaman en
nombre de Jesucristu nuest ros ahonos , i que si
ántes era una falta, hoi es un críme n gasta•· en el
lujo i los vi('ios lt> que debemos a 1<> pobres 'l
¿hacerles observar que si la c:Hidad nos m:mda
amaa· i sea·vir a todos los que, como nosotl·os, fue¡
·on redimidos con la sangre de Cristo, el •·espeto
que nos debemos a uosota·os mismos, no nos permite
toma•· parte en las olegdas de los ~nemigos
de nuestm fe? Otl'Os habla•·on en este sentido i
nosotros prefe1·imos calla a·. Como no concunimos
a las fiestas no podemos hablar de ellas con d~tencion
: paa·a los desocupados que esperaban divertirse
i los especuladort>s <¡ue se prometían ganaa
·, estuvie1·ou malas; poa·que la misel'ia i e! disgusto
que atormentan a nursta·a sociedad se deJ~ron
ver i pudieron medh·se. Segun lo que pud1mos
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
112 ~ Jj e T o. L 1 e o .
• observa•·, mui peJe s familias decentes, nun libet·ales,
tomaren pat·tc en elb , i el cnnsaneio i In pobreza,
<.les pues de haberles dado ciet·to cat·áctet· de
it termitencia que no estaba pt·evisto en el progt·a·ma,
les diet·on fin.
P~t·a nosott·os las fiestas siempt·e son malas.
De todos los que, durante esos días} frecue 1tan el
gal'ito i la tabe ·nC~, mue'hos los siguen frecuentando
despues; i es imposible que ocho días de crá-pula
no hagan mella en la mol'alidad de un pueblo
que, pot• ott·a parte~ vgó :
La dulzura del Dios humanado
Qu en su barca escuchó al Pescador,
Sola impu o stiE>ncio a las andas
Que azotaba furioso nquilon.
El, despues que sus dulces consuelos
A mis padres alla prodigó,
Con mi llanto mezeló aqul su llanto
I agregó a su dolor mi dolor :
1 a él mi Patria coo mano de hierl'O
De su seno at1·evida lanzó !
I a él rehusan las indias palmeras.
Guarecet· de los rayos del S