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  • Prensa

El Católico - N. 61

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  • Año de publicación 02/08/1864
  • Idioma Español
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
"El Mosaico - Año III N. 30", -:Bogotá: Imprenta El Mosaico, 1864. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2093123/), el día 2025-05-19.

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Por: Gerard. Way | Fecha: 09/08/1864

SEÑORES .AJENTES. P Esperamos se sirvan env1a1 nos a vu0lta de corr(;o todos los ejemplares de '·EL cATÓLICO'' que no bflyan podido colocar. I~unlmentf' se servirán remituno Jos fonilos :r eau1lados del trime8tre que terminó. 1 uevamen e r~,lve1 t1mos que todn suscri ion debo de ., garse adelantada. POR LA GRACIA DE DIOS 1 DE LA SANTA SEDE. .APOS· TÓUCA, ARZOBIS O DE SANTAFÉ DE :BOGOTÁ.. Al venerable Clero secu,lar ·i reg~tlat, i a todos los fieles aatólic08 de- nuestra Arquidiócesis: SALUD, P.AZ.I BENDICION EN N. S. J. · lmpediébar plúrimum venire d vos, et prohtb1tus sum usque. ádhuc-(Ao Ro.M. XV-22). · Grandes obstáculos nos han impedido llenar los deseos de • nuestro oorazon, de estar corpu4 ralmente con vosotros, aunque siempre Jo henJos estado con nuestro esplritu. . Bien notorio es., mui amados Coadjutores 1 carísimos hijos nuestros, que- por haber recha• zado co:n ia eneJ:jía. Apostólica que noe eumplin! los ecretos inícuos llamndos de ''Tuicion" el uno, i de " Desamortizacion de bienes de mano~ muertas" el otro, por los -cuales se sometia el ejercicio de la jurisdiccion espiritual al pode:r­temporal, i se despojó a la Iglesia de sus bienes i propiedades, se nos redujo aprisiOnen la casa üe le tra l1a bitacion el dia f> ntes costas del 1\.tlántico, en dond'e se nos ha tenido confina­dos i rod~ados de los sufrimientos consigu_ientea a tan penosa. situacion. No es nuestro ánimo el hablaros prolijamen­te de a~ucllos sufrimientos, ni seria esta la¡ ocasion de verificarlo. Queremos olvidar esos sufrimientos, que hemos sobrellevado con resig­nacion, con paciencia, i que al mismo tiempo nos han sido gloriosos, puesto que nos vinieron por haber cumplido con nues-tro deber, defen diendo la mas santa dt: las causa~; pero si alguna vez los recordáremos, no será con otro o 1jeto que con el de tributar rendidísimas gra­cias a nuestro buen Dios, por habernos prote-jiclo, i con el de ped-rle por nuestros pcrsegui­dor~ s. M·1s en medio de esos mismos sufrirnien­t s, much:!s VPce . nos decíamos con el gt'!lnde Apóstol de la. N nciones, i pensanrlo en vo o­tro~, caris mos hijos nncstros: '' .:;¡ m vencibles ob. tácu!os nos impiden llenar el deseo que te­nemos de e . tar corporalmente al frente de nuestra muí amt~da grei, ella. está presente a nue~tro espír1tu "-Si. si('mprc os hemos ben­decido desde cada uno de los lu~ares en donde hemos estádo: siempre hemos levantado nues­tro atribulado cornzon al C1elo pa1•a rogar por vosotros, i cuando, bañados en lágrtmas nues­tros ojos-, hemos tom-:.do en nuestras indignas manos el Cuerpo sacrosanto i la purísima San gre de nuestro Di vino Redcnt_or ; a. 'la vista de los males que pesan sobre vosotros i noso· tros . . . . ¡ ah! humillados entónces ante la majestuosa i real, aunque oculta- presencia, de nuestro Dios i Salvador, le hemos ·suplicado fervientemente que alivie vuestras. penas : que enjugue vuestras lágrimas: que leva u te ya el azote de su justicia, i sobre todo,~ que no per.! mita que os priven. de la Relíjion Catolica, Apc. t6lica, Romana, que profesais, i que con t <~nto empeño se trata d~ arrebataros o de adulterar. Tales han sido, tnles I':OD nuestros votos, por el interesante rebaño que la Divina Providencia ha puesto a nuestro cuida,lo. Después de cerca de tres años de destierro, ~ de dolorosa separacion de vosotros; relajarlas las cadenas que absolutamente nos impedi~n el estar en medio de nuestro amadísimo aprifr co, volvemos otra Vt'Z a él, lleno de gozo el co­razon, no porque creamos haber llegado a tér­mino nuestros personales sufrimientos, que contamos en nada, sino porque nuestro m.iseri­cordioso Dios nos otorga el consuelo de poderos abrazar; de veros ántes de morir ... Rendidas gracil'l s le damos por este bepeñcio. Dentro de tres días nos pondremos en ca m .ap, · i si nuestra. deterio.rada salud no opusiere obstáculos á nuestros deseos, en breve estwremos -p,ostraaos delante del altar de nu~stra Iglesia Metropoli­tana, para. orar por todos sin distincion. Hablamos especialmente ahora con nue~trÓ venerable Clero ; nos dirijimos a nuestros ama­dos cóoperarios,i at anunciarles nuestro regreso encargamqs, a los que tienen cura de almas, la residencia formal i material en sus parroquias • porque. si esta residencia es de tan estrech~ oblig~cion, i tan grande la responsabilidad que pesa sobre el Pastor que no cumple. con esa misma residencia, a un en los tiempos bonañcr­bles o de c:thna., i cuánto m<:lyor no deberá ser­lo en los tiempo~ tormentosos, en los dias de combate contra lá Iglesia.1 .•. Vosotros sois 1 testigos de loé mo:rtales tiros q e se dirijen contra el Catolicismo desde las tribunas políti­cas, en los periódicos i en las mismas leyes. Pues a vosotros, directores espirituales- de los Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 106 EL C .ATÓ L 1 C O • pueblos, es a quienes toca defenderlo, con Jaa ·armas materiales, que por cierto no son las de nuestro ministerio, sino con las de la. palabra e-vanjélioa., proferida con santa libertad, i de vuestra conducta en armonía con las sub!imes doctrinas, de las cuales sois los anunciadores i los maestros. Vosotros eQtais palpando los es­tragos que ha hecho i continúa hacienrio en los pueblos la relajacion que una guerra desol · do· ra ha introducido en las costumbres. Pues a vosotros es a quienes incumbe trabajar para el restablecimiento de la moral, para l a r eforma de Jas costumbres, ánculcando a vuestro~ feli ­greses las santísimas i vivificantes máximas: los sanos i eternos principios del Cristianismo, predicando oportuna e importunamente contra los vicios_, i recomendando la práctica de las virtu ~ les,no solamente de v1va voz, sino tambien, i sobre todo, con el ejemplo, que es la. verdadera elocuencia del sacerdocio. i C6'llo no ha de amarse una Relijion cuyos Ministros son los primeros en sujetarse a sus celestiales pyecep­tos i consejos~ I i cómo no ha ue trmnfa.r sobre los corazones una Relijion a la cual se ama. ? ...• Nada de esto podreis hacer ni con­seguir, ausentes de vuestras parroquias, o aun cuando esteis en ellas, si guardais aquel silen­cio criminal de que habla el Profeta al escla-mar: '' ¡ ai de mí porque callé!, • Como no seria estraño que, por efecto de los mismos trastornos de que ha stdo víctima el país, haya habido algunas disidencias en el Clero, es preciso, es indispensable que toda division desaparezca de entre vosotros. No es nuestro ánimo entrar en esta Pastoral en el exámen de los hechos: lo que deseamos es que reme una estrecha i cordial union en los ecle­siásticos todos entre sí, i en todos ellos con su Pastor, que la tiene íntimamente 'con el Pastor universal: sin esta union no puede haber ver­dadero Catolicismo. Los que por desgracia hayan .cuido en algun error, que lo detesten, principalmente despucs de haber oído la. voz del VJCario de Nuestro Señor Jesucristo, i que se reconcilien con Nuestra Santa Madre la Iglesia: ella está pronta a recibirlos, si se arrepienten, si se retractan i reparan el escán­dalo que hayan podido dar a las almas ; 1 qué consuelo, qué satisfaccion para nosotros, si no hfi i uno siquiera que permanezca obstinado i contumaz! Concluimos esta nues tra Pa.ro;tor a l exh or ta n ­do a todos los fieles católicos de nuestra Ar­qudi6cesis al cumplir .... iento de las obl1gacio nes que tienen como tales católicos : a no de­jarse seducir por los apóstoles del mal, que con tanta astucia engañan a los incautos i sencillos; i a que con una conducta irreprensible, contes­ten tas calumnias de que hacen uso los enemi­gos neciente al ót'den temporal, como co11sta en un impreso publicado en la ciudad de Cartajena i se encuentra tambien en el ., Diario Oficial " nu­mero 79. El mismo Ilustrísimo señot• fucultó en 5 de julio citado, al Vicat·io jeneral pat·a que pa·estm·a el juramento de obediencia en los mismos términos, puesto que Su Santidad aprobó la fórmula bajo la cual se prestó el juramento espresado. La fónnula dada pot· el Ilustrísimo señoa· Arzo .. hispo, es esactamente la misma que el infa·ascrito Vicario jeneral prescl'ibia al Clea·o, la cunl leyó al venerable Capítulo metropolitan~ el dia 1 6 de mayo de 186lj,cuaudo le consultó si debia prestar­se el juramento de la lei de 23 de al>ril del mis mo año, fórmula que rechazó el Capitu\o p01·que juzgó eutónces que debía prestat·se el jmamento jenera l­mente i de ninguna manera con restricciones. ' Bajo esta fórmula oft·eció la obedienciaa dicha lei el dia que el señot• Gobemadot· del Distl'ito fe­det ·al le exijió el jm·amento lisa i llanamente, i fué declat·ado inadmisible poa· dicho Funcionnrio. Comparada la fót·mula dada por Su Seiloda Ilustdsima i aprobada pot· Su Santidad cuando dió su nprobacion a las Pastorales de 14 de julio i i 6 de noviembt'e de 1863, con la que el Vicario JCneral pa·esentó al Capitulo, obsea·va con sntisfac­cion -que las restt·icciones contenidas en la fóa·mula espresada han sido aceptadas por Nuestro Santísi­mo .Padre, que poa· la Encíclica de 17 de setiembre de 1863, 1·eprobando el juramento jeneral de la lei Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. EL CATÓLICO. 107 1_ de 23 de abril, aprobó tambien la Cil·cular del Vi~ 1 cario jenea·aJ, de 3 de junio del mismo año~ pt·ohi­r biendo se prestat·a el juramento jeneralmente. Cumplicndo,pues,el infrasel'ito con lo prevenido en la comunicacion del Jllmo. señor Arzobispo, des de julio, continúa en el ejea·cicio de las fun­ciones de Vicario jenea·al. Ha pt·estado el jura-mento de obediencia al Gobiea·no en todo lo que se.a de su incumbencia, es decit· : en todo lo que no se oponga a la lei de Dios, al dogma, libea·tad, disciplina e independencia de la Iglesia, dentro de los límites que Je señaló Nuesta·o Señor Jesu­cristo, su Divino Fundador; i lo comunica al ve-nemble Clero, manifestándole que se conformó en todo a la fórmula presct·ita pot· el Illmo. señor Aa·zobispo~ pea·suadido que respetando la voz del P1·elado, ha respetado a la Iglesia i seguido su • santa doctrina. Con sentimientos de respeto se suscribe de UU. mui atento servidor. - El Vical'io jenPral, BoNIFACIO A. ToscANO. Es auténtica, el Secretario-Miguel Arias. REDACTOR, VENANCIO ORTIZ .. CULTO. Oomo ya hemos visto que la mayor parte de los hombres que hoi figuran, combaten la Reli­jion en tollas sus manifestaciones ; como he­mos oído llamar mojigangas idolátricas a las prácticas del cu\to católico; i como observa­mos que ni aun saben distinguir lo que es culto interno de lo que es culto esterno,volvemos hoi a tratar esta cuestion para probar que el culto es necesario, út1l í conv-eniente. Llámase culto interno el sentimiento moral que nos hace temer a Dios; amarlo, bendecido, honrarlo i esperar en su bondad, su justicia i su miseriCordia ; i culto esterno la manifesta­cion que por signos sensibles hacemos de esos mismos ~entimientos. Así es que el culto si m· plemente esterno no tiene significacion ni obje­to, i ni aun puede comprenderse, porque el que se arrodilla ante el al tal' donde no cree que está Dios: no ejecuta un acto de culto sino de hipo- ' cresía. El culto es tan antiguo como el mundo, por­que el hombre siempre ha creido en Dios i lo --ha temido; i como no somos esclusivamente materiales ni esclusivamente espirituales, nun­ca se ha contentado nadie con tribl!ltarle el cul:to interno;i el esterno,que como hemos ·licho, no es mas que la man\festacion sensible de aquel, constituyo una necesidad de nues_tro sér. i Quién es el que al sentirse herido de espanto, de dolor, de pena., etc. no vuelve al Cielo los ojos i pronuncia el nombre del Sér cuyo poder puede aliviarlo ?_ El cmlto interno s-in el esterno no podFia subsistir, sino a intervalos ; cuando alguna ca usa. de las que hemos indicado nos h -iciera 1 acordar de que hai un Dios;. i como lo que no hiere nuestr._os sentidos no nos- impreswna, ese espiritualismo que tanto anhelan nuestros re­! formadores, viene a parar-al indiferentismo re· lijioso que trae como consecuencia. la corrup-cion del corazon. Al estar el pueblo tocio satu­rado d~ ese indiferentismo, desaparecería la. moral1 con ella todo elemento de bienestar so­cial. El desaparecimiento del culto esterno, seria, pues, para nosotros el mal mas funesto de todos los males. El pueblo, como hemos dicho en otra ocasion, no vé sino con los ojos de su cuerpo material,i olvidaria hasta las mas lijeras nociones de ]a Relijion, el dia g)l!UlO viera las ceremonias de la Iglesia. Ellas constituyen una verdadera en~eñanza en el sentido mas completo de esta palabra, i a esas MO.TIGANGAS IDOLATRICAs deben los hombre~:~ que así las llaman, la posesion de sus fortunas, las virtu­des do sus esposas i la fé en el porvenir de sus hijos. El hombre rudo do nnest't'OS campo~ri aun el de nuestras cíu,lades. s · n la enseñanza rlel cul­to <>sterno, olvidarla la Relijion. sin esta no Re r1a un sér social porque ella es su único elE•men· to de socialJ1li'l c1 ,se convertiría en un b11 ndido, i SIE'ndo est!t especie de homhres la mas nume­rosa, es ciaro que todo:'~ efltuiamos a merced de esos enem1gos tenaces de cuanto pudiera hacer la vida apetecible. En Esparta, esa era la con­dicwn de los escl " vos, pero como el los no eran la porcion mayor de lu. sociedad, i a mas de eP-o, est :r han invijtlados por sus amos, no podian ha· cer lo que aquí harían hombrea libres como las fieras de los bosques 1 que convertirían en bos­ques tQdas nuestras poblaciones abandonadas por los que quisieran conservar a.lgo yéndose del país. El pafs presentaría en preve el aspecto mé­nos r1sueño i hasta su nomhre desapareceria de la lista de las Nacione:!l. Hordas de salvajes llenar1an sus estensas i fértiles llanuras, sus monte~ elevados, las riberas fecundas de sus rios; i las riquezas con que la Providencia dotó este suelo, se perderian para la humanidad. N o es este un sueño, n6. La historia nos está di­ciendo que es una realidad terrible. Por lo pronto recordamos que fué lo que sucedió al bajo Imperio donde el cilnna destruyó la Rcli­j ion i con ella todo. Ese es el mal de que estamos amenazados. Mal que no ven nuestros refo-rmadores p<>rque ni comprenden la Relijion que quieren destruir, ni pueden valuar la influencia que ella ejerce sobre la sociedad en jcneral. Creen que la Re­lijion es un mal i no ven que es el único bien que tenemos ; al que debemos nuestra existen­cia nacional i la l1jera tintura de civilizacion 1 que nos adorn-a. Los :frailes i las monjas, como Corporaciones relijio~as, son, pues, eminentemente civilü:ado· res,i ha sido un acto de salvajismo el que se ha ejecutado al suprimir esas Corporaciones, i mas aun de la manera que se ha ejecutado aquí. Eso ya marca con un sello. no mui honroso a nu~stno partido llamado impropiamente liberal. Tratar de reemplazar nuestra Relijion con el culto al oro, es la idea mas absurda e irra­cional que puede concebir-se, i sinembargo, es la tendencia que manifiestan nuestros reforma· dores. Si todos pudieramos enriquecernos igual- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 108 EL CATOLICO. mente i cuál seria la suerte de los ambiciosos ? I no pudiendo eso suceder porque es humana­mente imposible ¿cuál seria la suerte de los que lo consiguieran, viviendo en ua pueblo sin relijion? I decimos sin rel ijiou porque deste­rrado de aquí el Catolicismo no quedaría nin­guna. , I como es esencial al Catolicismo, que pue­dan los fieles oír la voz de su Jefe espiritual, i : esto e~tá prohibido por l.t llamada leí de 17 rle mayo. de este .año, que ordena que ninguna dis-postcwn ponttficta se cumpla :-in el permis o del Poner Ejecut1vo; i como la misma llamada lei prohibe que se a-imita en el país algun Ajente de ese Jefe espiritual de los católicos, PS claro que se quiere destruir el Cato1icismo, SI pudie­ra quedar eluda rlcspues que lo hemos oí1lo en los discursos parL .menta rios 1 lo hemos lei,lo en l os periódicos que redactan los homl1res del Gobierno. • Como no puede haber una cntástrofe m a s aterra,lora para los quH amamos Aste suelo dtg ­no de mejor suerte, que la consecucion de ese objeto de la revulucron, el señor Arzobispo, tlc­seando que el culto se conserve i que con él se conserve la creencia que nos salva, se resolvió a prestar el jurame nto mawlarlo exijtr por la mismc.t monstruosa disposicion que ataca de un modo decid~tlo la Relijion nac1onal. 81 no ha t c-mdo otra m1ra al prestarlo,i ahora falta que sea inútil haberlo prestado, pues no creemos qne pueda someter al PASE de los enemigos decla­rados de la fé, las bulas, rescr1ptos, etc. que le vengan de Roma, o levantar las censuras im­puestas canónicamente, por ejemplo, a los re matadores de las fincas de la Iglesia. Su S eño ría Ilustrísima, dijo al jurar que no haria esto, i creemos que no lo hará aunque se lo ex1jan ; pero este es el pr1mer mconveniente con que tropezamos, a ménos qu~ el señor Murlllo S('C\, i direis a la luz de una evidencia inveneible: tenido una U ea que no solo ningun hombre tuvo "Esta idea hl'otó de una intelijencia divina, o de un 1 jamas, sino <.JL!e ningun hombt·e pudo tene1·. cerebro enfe1·mo: ella es el signo de una l'evelaeion I dt>sde Juego, lo que en la idea de Cl'isto refot·- de Dios, o la ate.:'tncion de un delit·io del hombre: j macljislacfo- dad, su divina orijiualidad. t·es {'élebrPs babi;~ n d ('jado vcstijios de su prnsa- Ln arnbieion de todo hombre que pl'<'tende c1·ea1• · miento i rastros de su jénio en monumentos que alp:una cosa, es consegui1·la gloria de tenrt· una idea 1 uo Célreeiet·ou de nombre ui de gloria ; pero Jc- suya que salga ente•a i esclusivamente de él. Se SUl'l'isto no es un imitado1· ni un contiuuado1· de compn•ude que la gl'andeza intelPctual está toda en estos ga-andes hombres. Su conr.epcion no sola- la propiedad de la idea i en la ol'ijinalidad de la con­rernte Cé\I' '.? Ce de o1·eredentes en lA historia i de cepcion. De aquf la p1·rtensiou de lo~ pensad01·es, 1 raiees natuntles e1~ la intelijencia humnna, sino de los fundadores i de Jos reformnd01·es a la idea que se n monta desde su p•·imer rasgo a una esfe1·a propia, a la ~oncepeion personal. Pero notad que · supel'iOI' a la re.1ion en que s-e mueve natu1·almente el esto .no es, de ordinal'io, mns que una pretensiou, spiritu humano. ¿ I pot· qué es así, señot·es '! po1·que aunque hai hombres mas OJ'ijinales que 1 ¿Por qué la coneepcion de Jesucl'isto se muestra ot1 ·os, esa orijinalidad no es en el fondo sino una desde el p1·in<'ipio mat·cada con et signo de Jo imitacion supel'io•·, que como un jénio Jevauta la divino? Porque la idea de Cristo reformado!' es cabeza entt·e la multitud servil de los imitadores, i fundat·, en el S" ntido l'iguroso de esta palab1·a, muestm un bl'illo que arranca la admiracion, como ; e) reino, o si quet·eis mas bien, ra república de una faz aun desconocida de aquella brlleza siemp1~e las atntas : reino desconocido sobre la tierra i que antigua i siempre nueva que es la bellezn del infinito tiene pot· límites natmalcs las mismas fronteras mismo. La glol'ia de una orijinalidad completa, de la conciencia; República sin igual, cuyo Go- nunca se asienta sobre la ft·ente del hombre i ni aun biemo todo esttt organizado en el espíritu i para el sobre lu del jénio; i en un sentido mui verdadet·o, espíritu, i en que los poderes que forman o cons- no hai hombre que lleve en su pensamiento ideas tituycn de ordinal'io las sociedades humanas, no absolutamente suyas. er.tran para uuda, absolutamente para nada ni Alguno se estima orijinal en ef mas lato sentido como fuerzas creado1·as, ni como fuerzas constitu- de esta palabra, i os dice tocando con el dedo su tiras. En uua palabra : la tepública de las con- ancha frente: tengo mi idea; pe1·o lo que llama su -ciencias i el 1einado de las almas. Hé aquí la idea, estaba en jérmen en el pasado, i tal vez en idea de Jesucristo; idea de tal manet·a fuem del vía en el presente. Él lo ha aspirado sin pensar, alcance del pensamiento humano, que era impo- como un átomo que vuela en la atmósfera, i el 1~ 1 sible que un hombre pudic1·a concebida. ¡Ah 1 calor de su alma lo ha fecundado en silrncio en el , Que Jesucristo, no siendo mas que hombre hu- pi'Ofundo misterio de su vida. Un dia él ha sentido 1 biera podido pensar en reforma1· las sociedades este íntimo est1·emecimicnto que precede a los par~ políticas i las instituciones sociales que entónces tos del espíritu, i lo ha dado a luz en una obra en- : rcinabnn en el mundo, se comprende sobre todo eantad01·a de que se admi1·a él mismo abrazándola si se tiene e\ buen sentido de no hace1· de EL lo como un producto de su pers<:)nalídad,como un hi­que h:1 hecho la ci'Ítica modema: un homb1·e ·igno- jo glorias~· de su jénio. Pel'o se engaña, porque no 1·m.te en primem línea. Pero que Cl'isto, no siendo era sino un pi'Oducto del pasado, i sobre todo, un , sino un hombre, f,·ente a frente de la historia i de hijo del siglo. Tal es In verdadet·a OI'ijinalidad de su siglo, haya podido pensar sériamente en la fun- Jos grandes hombres. Ella consiste ménos en tener dacion de un reino esclushnmente apoyado sobre ideas propias que en comunicarles alguna cosa de lo espil·itua1, lo invisible, lo sob1·enatural, es lo que su propia vida. Una idea se estiende sob1·e una el conocimiento mas vulga1· de la humanidad no sociedad, está en el ai1·e, pasa en la t·espiJ·acion del pe¡·mite a nadie supone1·; es lo que mi razon re- siglo i es del dominio comun de las intelijeucias ; chaza absolutamente. pet·o de repente un jéuio vigoroso la encuentl·a i la I lo que debe mostraros aun mejor una g1·andeza aspira; aspirándola, se la a~imila, i asimilándosela, sob1·ehumana en esta idea del mundo de las almas, le dá su propia savia, i bien pronto esta idea que no es el caráctet· de universalidad que C1·i sto meditó dat· pet'tenecia a nadie porque pertenE:'cia a todos, esta a su ct·eacion. El quiso hacer universal, católica en idea que pasaba sobre las almas sin ser apercibida el .sentido mas riguroso de esta palabra, esta repúbli- como un polvo perdido en la atmósfera, esta idea Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~- uo· EL CATO L I C O. encarnruh en un hombre, sale en su palabra, viva con su vida, ardiente con su ardm·, i COI're electri­Zftndo los espíritus i llevando a los corazones estt·e­mecimientos desconocidos. Asf, señores, para bablat• rigm·osamente, la pro­piedad de la idea no existe en la humanidad ; i si he insistido sobt·e este punto, no. ha sido por el pfacer de satisfacer una curiosidad de vuestra inte-ijcncia, sino para lmcm·os comprendm· mejor el pmdijio, verdaderamente divino, de la concepcion de Jesucristo ref01·mador. El tiene, en eferto, la propiedad esclusiva i la ol'ijinalidad absoluta de su idea. La ci'Ítica intea· es ada en contra decil· est a ol'i­jinalidad completa del Divino reformad01·,se esfuer­za en ct·eet·, i pt·etende hacernos creer con ella, que ta concepcion de Jesus estaba en el aire que :ÉJ¡·espi­raba, que pasaba sobre la Judea i la Galilea como sobre el mundo entero; i que Jesus, jóven aún, pudo desde t>l fondo de su oscuridad veda b•·illar en los horizontes encantadores de Naza•·et. Al oít·­los, nada mas simple ¡ruNle coucebit·se que In ma­net ·a como se desnnolló en el espíritu dE> .Tesas •·e­fOJ• madot·, i tomó po('O a poro posesion definitiva de él, la ga·anrl~ idPa de la •·ejeneraciou univea·sal i del reino de las almas. La crítica~ pt·estémdo así a la poesfa sus pinr.el~s i sus colores, <'I'ea a Jesus de Nazaret una vida ideal que no b:.t existiciJ jamas sino en su imnjinacion. La verdad es que la idea t•eformadora que Ct·isto reveló en su palabra, es una idea absolutamente suya. La concepcion de Jesucristo reformado•·, no ha recibido nada, ni aun en jérmen, ni del pasado, ni del presente. La razon es bien simple : .lesus, ántes de apat·ecet· sobre el teatro en que se desple­gó su vida pública, no habia puesto su intelijencia en contacto, ni con el pasado po1· e) estudio de los filósofos i de los t·eformadores de ta antigüedad, ni con el presente por su p:uticipacion en el movi­miento del siglo. Pot· confesion de la misma cl'ltica anticl'istiana, "ningun elemepto de la cultut·a lle­u lénica hubin llegado hasta EL,directa ni indir-ec­" tu mente; i los ensayos de filosof(l\ relijiosa ten,­" tados por la escuela judía de Alejandría, le et·aa ce desconocidos." A la verdad : Jesus, en la hu­milde man'iiion de Nazaret, c1·eció oscut·o, solitario,, ausilim· obediente de José el carpintero i distante de todo estudio filosófico, social o relijioso, capaz. de suministrarle su g•>.ande idea reformadom. Ni Ja Judea, ni la Galilea, et·an un centt·o ele actividad . intelectual,ni ~L pa•·ticipó siquiet·a del ruido i aji­tacion que pudiera habet• en una o en ota·a. Pero aunque hubiera puesto su intelijencia en, contacto con el pasado pot· el estudio de las ob1·as maestt·as del espfritu humano, i con el presente poa· su pat·­ticipacion en el movimiento contemporáneo, nada ltabria podido reeojer para su idea, pm·que nada análogo a ella se babia oído en el-pasado ni respi· rado en el presente. Rabia¡ es cierto, alguna cosa como una vaga idea de rejeneracion, como una aspit·acion confusa de novedad que at1·avesaba entónces el mundo; pero en este estado m01·al e intelectual del siglo contemporáneo de Jes"Qcl'isto, nada habia, absolu· tamente nada que se pa•·eciese a la idea del Divino reformador. La idea del Mesías, concebida pot· el mismo Israel, no se elevó ni con mucho, a esta sublime concepcion; i los Profetas que anunciaron el reinado del futuro Mesfas-. fueron entendidos por el mundo en un sentido carnal i material. Entónces, es cierto, se levantaban monat·quías '---· 1:, nuevas, nuevas repúblicas, pet·o la idea del reino 1 de las almas i de la república de los espíl'itus, no· : se ocura·ió a nadie. Entónces se pensaba en fundar \. escuelas, en crem~ academias ; pero en crear el 1 gobiemo de las concit>ncias, en fundar sobt•e la 1 · sola creencia una sociedad grande como el espacio, ¡·: grande como los siglos, grande como la humani­dad misma, i en este ch·culo indefinidamente es­tensible, coneebi t· la idea de gobemar todas las conciencias i mantenerlas bajo el impea·io pea·petua­mente incontt·overtido de su palabt·a; no, en ver• dad, nada semejante corria entónces en e) aire n se movia en las almas. E\ C\·isto ha\\6 toda ente­¡ ·a esta idea en el fondo de su propia vida, i esta o•·ijinalidad absoluta de una idea, no solamente desconocida, sino imposible entónces de concebit•, lleva el signo de lo divino, i desafía a nuestra razon a que se diga así Rlisma : " Jesucristo no es mas que un hombt'P, '' En fin, señores, hai en la idea de J.esuct·isto reformadllr, un ter!'er rarácter en que brilla aun <'On mas cl:uichd el signo de lo divino: es su , milag•·osa plenitud~ su plenitud repentina., ins-. tantáuea. Entiendo po1· esto que la idea no sola-:-· 1 mente ha salido de Jpsucl'isto, i de ltL solo en su-. ol'ijinalidad absoluta, sino que brotó de un solo golpe tan completa como es posible ... Desde su primem mirada Jesus descub4'ió todo el horizonte· de sn pensamiento i todo el campo de su accion •·eformado1·a. Supo hasta dónde iría, lo sup~ inmediatamente i lo dijo sin vacilar. Esto cons- 1 tituye no solamente un privilejio reset·vado, un hecho único, sino un pt·ivilejio sobrehumano,_ un hecho divino. Las mas g•·andes concepciones homanas no b1·otau de un solo golpe. Los autores pueden ha­cerse sobre este punto ilusiones lisonjet·as, porque es mui duJce decía· que se ha tocado desde la pl'i­met ·a mit·ada la mas pa·ufunda t•aiz i la mas alta cima de las cosas,. pea·o el ve1·dadero jénio es mas modesto po•·que se conoce mejo•·. Al ponerse a la obra él mismo ign.ora hasta dónde se estendel'á. La Pro·•l'idencia lo defiende contt·a el orgullo·velán· do.le con una nube la altu1·a a donde ha de llegar, i cuando suena· la ho•·a labol'iosa i casi siempre fatigosa de la ejecucion, él mismo, instruido por sus desfallecimientos, añade o quita a su plan p•·imitivo. Las obras en que mas resplandece por su acabamiento la magnificencia de la unidad, no escapan a esta leí que domina a la humanidad enfet·ma. ¿ Quereis una prueba clara? Mirad esta magnifica i real Basílica: al contemplada, su belleza g1·ande i simple os pa•·ece el pa·oducto bt"illante de un pensamiento. armonioso, i ct·eis que ella ha debido salir de un golpe eotet•a del cet·ebro que la concibió con esta 1·iqu3za de de­talles i este esplendor de unidad que hoi se osten­tan a vuestras mil'adas •. Pero os engañais ... Yo no he· leido seguramente toda la histoa·ia de esta bella creacion que brilla al Sl)\ hace largos siglos; no he leido Ja histot·ia de su tbrmacion in­visible, tal como tuyo lugar en el: pensamiento íutimo del jenio que la creó ;·pero sé de antemano, sin haberlo leido, que ella ha sufrido en su creacion la lei que rije a todas las creaciones humanas. Na­die mas que Dios puede contemplar de una vez de un estremo a otro toda la estension de su obt·a : Attingit a fine 'ltsque acl finen. Solo su pensa­miento toca a la vez· la base; el centro i la cúspide de todo ; de una sola. mh·ada descttbre i con una Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ~· EL CATÓ L 1 C o. 1J1 sola palab1·a hace en las cosas el órden, la armonía, 1 la fue1·za i la belleza. El pensamiento del homb1·e 1 no marcha de esta mane1·a divina. Sus visiones, aun las mas luminosas, no descub1·en a la vez sino 1 una faz de las cosas, así como en sus marchas 1 mas rápidas solo puede da1· un paso t•·as otro. Si l ve el conjunto, se le escapan los detalles, porque ve siempre o desde mui alto o drsde mni Jéjos; i , 1 cuando ve lobs deta11 1 es, o. esttá mui abajo o mui cerca para a r·azm· e CODJUn o. Esta impotencia para abrazar de u.na mir~da 1 igualmente luminosa el conjunto i los detalles> el j todo i las partes ; esta impo~ibi\idad humana de 1 tener a la vez, aun en sus p1·opias ob1·as la idea 1 adecuada i completa, os esplicm poa· qué en el arte como en la ciencia, en las refoa·mas como en las l . constituciones, en las restaua·aciones como en las revoluciones, nadie ha podido decir: "Iré hasta ·¡ allí i no iré mas léjos. He aquí mi idea, mi de­signio, mi ·plan de rejene1·acion, de a·eforma o de r·evolucion: concluido, no quitaré ni añadil'é nada, ni aquí ni allí.'' No, el hombre no puede decía· esto, porque no solamente ignoa·a la frontera del acontecimiento que medita, sino que ignora el lí­mite de su pi'Opio pensamiento cuando medita el acontecimiento. Es eso, para decil'lo de paso, lo que hace las empresas de refoa·mas sociales i ¡·eli· jiosas tan formidables para los pueblos, i lo que hace levanta1· ante el pensamiento de los mismos l'ef01·madores, mil fantasmas alaa·mantes. Ellos no osan decir donde se detendran, po1·que lo ignoran. Saben que hai un torrente de cosas mas fuertes ~e la voluntad de los hombres, i que no se de­tiene una vez precipitado. Los mas at•·evidos re­foa ·madores, no han tenido Ja pc·e i Ion de toda su oba·a de reforma. I bien, señoa·es, cuando ninguQ l'eformador ha podido tenea· la plena vision de su obt·a, Jesuel'isto la tuvo. Su idea llegó de un solo g<>lpe basta la estremidad de ta l'efoa·ma que meditaba: salió de su pensamiento de uua vez llena, acabada, com­pleta. Jamas se le añ: dirá ni se le quitaa·á nada; i los que p•·etenden que su pensamiento Jtegó len· tamente, 1, por decirle así, paso a paso, al término 1 de str coucepcion, son hombres de since•·idad equí- 1 voca l de vista l-imitada, que prestan a Jesücristo, pm·a most•·al'fo mas homb•·e, fa indijencia de su pensamiento i sus carnales visiones ... 1 Asi, lo que ningun hombre ha osado decir jamas, .Jesucristo lo .dijo, lo dijo bajo diversas fórmulas que se1·ia superfluo repeti1·os~ Sí, ~L diJo a los suyos: " He aquí mi docta·ina, he aquí mi pen-samiento; id, llevadla al mundo tal como yo la el. i en mi palabt·a; id, enseñad todo lo que yo os he confiado.: Omnia qurecumqae 1nandavi v ovis. Desgt·aciado el que intente cambiat· ni una jota. Si alguno la añade anatema; si alguno la quita, anatema. Si nlguno no recibe mi doctl'ina, toda mi doctrin:., si uo quiea·e ejecutat• mi designio, toda mi designio, anatema. El mundo cambia1·á, per() mi doctl'ina no. La filosofía humana abdi­c; u·á todos sus dogmas pal'a crea1·se ot1·os nuevos; mi doctl'ina no val'iat·a jamas. Aquí abajo los homb•·es deberán modificarlo todo, pulir todo, rehacer i refoa·mat· todo en sus ideas, en sus doc­trinas, en sus planes; mi doctrina jamas se alte­rará. Hela aquí : llevadla al mundo i que el mundo no la toque porque ella es la verdad, toda la ver­dad. Hé aquí mi idea, inmutable, completa i en que el cielo i la tie1·ra no cambiat·áu nnda, porque el cielo i la tierra pasat·án, pero las palabras que espresan mi pensamiento, no pasarán. Ve1'ba autem mea non prmteribu.nt. Clea·tamente, señores, vosota·os convend1-eis ·en que el que ha podido tenca· tal idea i ha osado de­cida, si no ha demost1·ad<> srr Dios, ha demos­trado ser la demenda misma. 1 sinembargó, hai en el Cristo reformadot• al­guna cusa que es aun mas milag1·osa que su con­cepcion, i es su •·esolu<'ion. El p1·odijio de su idea no ha sido sobrepasado sino por €JI milagro de su voluntad. (Continuará). ~-~ ........................... "'~,....,. ,_.. -El dia 19 de julio último, murió en Simijaca despues de una c01·ta enferm~dad,el señor ENRIQUE 1 PAms,· sujeto conocido como su pad1·e, el señor José Ignacio Pal'is, pot· su c01·azon caritativo i por su e:,ptl'itu de empresa en que sabia hermanar siempre sus intea·e~es personales con los de su país. Él había traído del e:;tranjero muchas especies utiles que procua·ó aclimatar, i máquinas para los t1·abajos agrícolas que no se conocían aquí; i en sus labores tenia empleados mas de doscientos individuos cuyas familias vivían de ellas. En solo alimentar a tanta jente gastaba PAnts una eno•·me suma mensual. La mue1'te de este sujeto 1 ha dejado sin pan a todas esas familias, hoi que la subsistencia es tan difícil .. En sus últimos momentos se presentó un cuadl'O capaz de conmove1· el coa·azon mas duro. Su her­mnna que acababa de llegar i lo halló en la agonía fiual, se a•·rodilló aliado del lecho mm-turio para ot'ftr lf()rando,fal mismo tfe pose oían los lamen­tos de los numerosos pobres cuyas necesidades socon·ia. Los individuos a quienes tenia empleados i que veían desaparecer con él sus medios de subsisten­cia, se retorcian de angustia. Solo el moribundo mostraba la calma propia del cristiano que muere en el abt·azo de Dios, porque ha t•ecibido todos los ausilios de esta Relijion llena de consuelos. La muerte del señoa· PAnts, constituye una pél·­dida real para la patl'ia, porque no era solo un buen pada·e ·ue familia i un buen ciudadano ; era 1 algo mas, era un ¡·ico sin egoismo cuyas via·tudes hab1·á premiado ya el Padre de las misericm·clias. LAs FIESTAs.-Habl'iamos guard:ado silencio sobre este punto ; i ¿qué podia decia· u EL CATÓ­LICO,, relativamente a fiestas? ¡, Jemia· sobre la suerte de un pueblo de moralizado i empobrecido a quien se bl'inda con una semana de otjia? ¿ •>.e­corda• · a Jos cristianos que muehos de nuestros hea·manns, que jimen en la misea'iél, reclaman en nombre de Jesucristu nuest ros ahonos , i que si ántes era una falta, hoi es un críme n gasta•· en el lujo i los vi('ios lt> que debemos a 1<> pobres 'l ¿hacerles observar que si la c:Hidad nos m:mda amaa· i sea·vir a todos los que, como nosotl·os, fue­¡ ·on redimidos con la sangre de Cristo, el •·espeto que nos debemos a uosota·os mismos, no nos per­mite toma•· parte en las olegdas de los ~nemigos de nuestm fe? Otl'Os habla•·on en este sentido i nosotros prefe1·imos calla a·. Como no concunimos a las fiestas no podemos hablar de ellas con d~­tencion : paa·a los desocupados que esperaban di­vertirse i los especuladort>s <¡ue se prometían ga­naa ·, estuvie1·ou malas; poa·que la misel'ia i e! dis­gusto que atormentan a nursta·a sociedad se deJ~ron ver i pudieron medh·se. Segun lo que pud1mos Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 112 ~ Jj e T o. L 1 e o . • observa•·, mui peJe s familias decentes, nun libet·a­les, tomaren pat·tc en elb , i el cnnsaneio i In po­breza, <.les pues de haberles dado ciet·to cat·áctet· de it termitencia que no estaba pt·evisto en el progt·a·­ma, les diet·on fin. P~t·a nosott·os las fiestas siempt·e son malas. De todos los que, durante esos días} frecue 1tan el gal'ito i la tabe ·nC~, mue'hos los siguen frecuentan­do despues; i es imposible que ocho días de crá-pula no hagan mella en la mol'alidad de un pueblo que, pot• ott·a parte~ vgó : La dulzura del Dios humanado Qu en su barca escuchó al Pescador, Sola impu o stiE>ncio a las andas Que azotaba furioso nquilon. El, despues que sus dulces consuelos A mis padres alla prodigó, Con mi llanto mezeló aqul su llanto I agregó a su dolor mi dolor : 1 a él mi Patria coo mano de hierl'O De su seno at1·evida lanzó ! I a él rehusan las indias palmeras. Guarecet· de los rayos del S

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El Católico - N. 62

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Imagen de apoyo de  Umbrella Academy Volume 2: Dallas

Umbrella Academy Volume 2: Dallas

Por: Gerard. Way | Fecha: 2016

The team is despondent following the near apocalypse created by one of their own and the death of their beloved mentor Pogo. So it's a great time for another catastrophic event to rouse the team into action. Trouble is--each member of the team is distracted by some very real problems of their own. The White Violin is bedridden due to an unfortunate blow to the head. Rumor has lost her voice--the source of her power. Spaceboy has eaten himself into a near-catatonic state, while Number Five dives into some shady dealings at the dog track and the Kraken starts looking at his littlest brother as the key to unraveling a mysterious series of massacres...all leading to a blood-drenched face-off with maniacal assassins, and a plot to kill JFK! * Chosen as BookExpo America's 2009 Hot Graphic Novel for Libraries and Teens! * The first volume of The Umbrella Academy has sold over 45,000 copies! * "It's the X-Men for cool people."--Grant Morrison (All-Star Superman) * 2009 Eisner Award nominations (The Umbrella Academy: Apocalypse Suite): Gerard Way and Gabriel Ba: Best Graphic Album Gabriel Ba: Best Cover Artist, Best Penciller/Inker James Jean: Best Cover Artist Dave Stewart: Best Coloring * A New York Times bestseller!
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