f.\ERIE 1
. Directo re · : H. Arciniegas J .. J. Martínez
Hectactorc : J. llipólito Salgado.
'arios .J. i\lartfnez, I maAl Homero
BOHO'l'Á , ABUIL DE 1924
ACCION SOCIAL .
Actmini trarlor:
Anihal Nieto
JUMERO 9
A iniciar la obra que llevamos entre manos nos ha movido,
en primer lugar, el deseo irresistible de contribuir con
nuestro pequeño óbolo a la benéfica labor de redimir la profesión
más noble a que puede dedicarse el hombre, y en segundu
lugar, a exponer nuestro humilde pero sincero concepto
sobre las causas que, a nuestro sentir, han dado origen
en todos los tiempos y en t L>dos los pueblos a que la .
justicia se aleje inconsideradamente del campo en que se ejercitan
con más nobleza y provecho las activid?des humanas.
Todos los pueblos están acordes en cuanto a la alteza y
sublimidad de miras de la misión docente, pero también es
cierto que en todos ellos, cuando se trata de personificar la
pobreza resignada, sobre la cual descargan sus iras de injusticia
las sociedades y los Gobiernos, una idea aparece en la
mente y una frase se escapa sin sentirla: el maestro de escuela.
Levantar el concepto que hoy se tiene del maestro; colocarlo
en la escala social que le corresponde para hacer tc,lerable
y atractiva su profesión, es obra eminentemente civilizadora
y que la acción social católica sacará avante en
su lucha de regeneración.
En los jóvenes pueblos de la América Latina es más f~cil
destruir esta raigambre que en algunos pueblos de la vieja
Europa, donde parece que este error de civilización hace parte
de la naturaleza misma de sus hijos, transmitido de generación
en generación por medio de comedias, novelas de
costumbres e historietas referidas al calor dP la lumbre, a semejanza
de. cuentos mitológicos.
/
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262 LA ACCIÓN ESCOLAR
Toca a las dos grandes potestades que gobiernan la humanidad,
la eclesiástica y la civil, emprender esta reforma
social, si se quiere empezar por el principio el edificio de
una verdadera civilización cristiana que contemporice con la
actual evolución social y colme las aspiraciones y deseos de
las sociedades modernas. Es tiempo ya de que se reconozca,
de una manera evidente y práctica, que en las manos de
estos olvidados luchadores está el porvenir de los pueblos;
que unidos y resueltos a desarrollar un mismo programa
conseguirán la transformación de un país con la misma facilidad
que e·l escultor transforma el mármol nativo en la representación
fiel de su pensamiento artístico. Si esto es verdad,
como lo es, ya podéis tener presente que el maestro de
escuela no debe estar olvidado de la sociedad ni del Gobierno;
que es necesario se le mire con más atención y cuidado;
que no se busque solamente en el fragor de las luchas
políticas el medio de conservar las instituciones; la verdadera
clave está en la escuela; en esos viejos caserones que
tan despectivamente se miran, se elaboran las sociedades del
mafiana, se inician las transformaciones y se edifica la Patria;
lo demás son utopías, son las convulsiones postreras de
la generación que se va. Lo nuevo, lo estable, lo esencial
está en la escuela; en manos del maestro está la materia
prima en que se funden los sentimientos religiosos, el amor
a la libertad dentro del orden y de la justicia, la igualdad
como consecuencia de la unidad de nuestro origen, y la fraternidad
como emanación de la caridad cristiana.
A tratar de corregir esta injusticia tradicional e interesar
la atención del Gobierno para que se dignifique al maestro,
se le redima y se le coloque en el puesto que le corresponde
como factor principal en la obra de moralizar y encarrilar
las masas populares por el verdadero camino, tiende
nuestro pequefio esfuerzo; que los maestros no vean en él,
ni remotamente, el deseo de los honores o del lucro personal,
sino el contingente de los más humildes de sus colegas a
la obra regeneradora de la misión docente; conseguida ésta
seremos recompensados coo largueza, y nuestra conciencia de
católicos honrados y sinceros experimentará satisfacción suma.
(
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LA ACCIÓN ESCOLAR 263
DON PABLO BARRETO APONTE
Complacidos adornamos las columnas de LA ACCIÓN ESCOLAR
con una de las figuras más meritorias de la instrucción pública primaria.
como un acto de 2ratitud y de justicia al propio tiempo que una reparación
por la indiferencia con que, por desgracia en nuestro país, se mira
a estos beneméntos servidores.
Es don Pablo Barrero Aponte uno de los pocos sobrevivientes de aquel
2rupo de distinguidos institutores que se formaron en la Escuela Normal
de Tunja bajo la dirección del pedagogo alemán don Ernesto Hotschik
en el año de 1874. Desde entonces dedicó su vida al servicio del
ramo instruccionista, y ha tenido la satisfacción de haber modelado en
sus manos varias generaciones de niños que hoy son honrados trabajadores
y no pocos hombres de ciencia y de virtudes.
En su brillante hoja de servicios vemos que ha desempeñado en repetidas
ocasiones el puesto de Director de Escuela Normal y el de profesor
de Pedagogía práctica ramo éste en que da a conocer su vocación
de verdadero apóstol de la niñez.
Hoy, agotado por el trabajo y por la edad, espera tranquilo el fallo
de Dios y de los hombres,
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264 LA ACCIÓN. ESCOLAR
LECCIONES DE COSAS
Las bebidas.
Clase dictada a una Sección Media de Primer Ano.
En el Salón de la Escuela .-Varios vasos sobre la mesa con distinta~ bebida s
Maestro-¿Qué ven hoy de nuevo sobre la mesa?
Niño-Vemos unos vasos.
M ,-¿Contienen algo esos vasos?
N. -Sí señor.
M.-(Tomando un vaso con agua pura) ¿Qué hay en este vaso?
N.-Hay agua.
M.-(Derramándola por gotas) ¿Cómo se derrama el agua?
N.-El agua se derrama por gotas.
M .-¿Cómo ·e llaman los cuerpos que se desprenden por gotas?
N.-Se llaman líquidos.
M.-¿Podré derramar por gotas las sustancias de los otros vasos?
N.-Sí señor, porque son cuerpos líquidos.
M.-¿Para qué sirve el agua?
N.-El agua sirve para beber.
M.-¿Cuando el niño tiene sed qué hace?
.-rlebe agua.
M.- olarnente con el agua se quita la sed ?
N.-No señor, la sed se quita con cerveza, con chi ha, etc.
M.-Cómo se llaman estos líquidos que sirven para quitar la sed ?
N.- e llaman bebidas.
M.-Uien,veamo que clases de bebidas hay en los vasos. n ntño
viene a probar la que hay en este vaso.
N.- En ese vaso hay eh icha.
M.-Aiguno de los niños ha visto cómo se hace la hicha? (Casi to-dos
han visto hacer chicha que uno refier~ lo que haya \'ist~).
M.-¿ e han fijado en la chicha al día siguiente de ponerle la miel?
N .-Sí señor, está hirviendo.
M.-¿Le habrán puesto fuego por debajo?
N.-No señor.
M.-¿Entonces? (los niños no saben)
l\1.-El azúcar que contiene la miel, cuando se combina con la masa
del maíz sufre lo que se llama fermentación. Durante la fermentación
el azúcar se convierte en alcohol, (Repitan los niños en qué consiste
la fermentación y en qué se convierte el azúcar).
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LA ACCIÓN ESCOLAR
M.-¿Cómo se llamarán las bebidas que sufren fermentación?
N.-Bebida férmentadas.
M.-Otro niño viene a probar el contenido de este vaso.
N.-Esto es vino.
265
M.-El vino también es bebida fermentada. Denme ejemplos ahora
de otras bebidas fermentadas que ustedes conozcan.
N.-La cerveza, la maizola, el guarapo, etc.
M.-Venga otro niño, separe los vasos que contienen bebidas fermen~
adas y diga qué hay en los siguientes.
N.-Este vaso tiene aguardiente, y este otro mistela.
M.- El aguardiente resulta de la destilación del guarapo (muchos
niños han visto sacar aguardiente, que expliquen a su modo, y di~an lo
que es el guarapo).
M -El aguardiente es, pues, un alcohol fuerte. ¿De qué resulta este
alcohol?
N. -Resulta de la destilación del guarapo.
M .-A este alcohol se le agrega anís; (luégo tomando el vaso que
contiene la mi tela) ¿A qué planta le sabe esa mi tela?
N.-A meJorana.
M.-Si al aguardiente le agregan esa hierba y azú ar, en qué se
convertirá ese azúcar?
N.-En alcohol.
M.-¿De modo que la mi tela contiene mayor cantidad de alcohol
que el aguardiente?
N.-Sí sefior, porque tiene azúcar.
M.-¿Cómo se llaman esas bebidas que se obtienen por destilación?
N.-Se Jlaman destiladas.
M.-M uy bien, se llaman destiladas o espirituosas. (Que repitan la
palabra espirituosas, escríbala el maestro en el tablero, y que los nifios
den ejemplos de estas bebidas, como el brandi, ron. etc.)
M .-¿Cuántas clases de bebidas tenemos?
N.-Tenemos dos clases de bebidas, fermentadas y espirituosas.
M .-¿Qué contienen estas bebida~?
N.-Estas bebidas contienen alcohol.
M.-¿Saben ustedes qué les sucede a las personas que usan diariamente
las bebidas alcohólicas?
N.-Sí señor, se alcoholizan.
M.-El alcoholismo es un envenenamiento por el alcohol. El alcohol
taca todos los órganos del hombre, como el hígado, los rifiones, el corazón,
el sistema nervioso, el aparato digestivo, embota las facultades y
'"'onduce al hombre a la locura. (Que enumeren los niños los órganos ata-
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266 LA ACCIÓN ESCOLAR
cados por el alcohol). Todos van a contestarme a esta pregunta ¿El alcohol
es alimento?
Niños-No señor, el alcohol no es alimento.
M.-¿Qué les sucede a un hombre que bebe mucha chicha o aguardiente?
N.-Se emborracha.
M.-Mejor dicho, se embriaga. ¿Qué hacen ustedes cuando encuentran
a un embriagado?
N.-Nos reímos y nos burlamos de él.
M.-No deben burlarse, pero sí pedir a Dios que cuando sean hom-bres
los libre de la embriaguez.
M.-¿A qué animal se les parece un embriagado?
N.-A un mico. porque hace muchos gestos,
M.-Bien dicho, a un mono en las monerías.
M.-¿Sabe el ebrio lo que dice?
N.-No señor.
M.-iConocen ustedes an1males que hablan?
N. -Sí, los loros.
M.-¿Elloro sabe lo que dice?
N.-El loro no sabe lo que dice.
M -¿En qué se parece un embriagado a un loro?
N.-En el modo de hablar.
M.-¿Qué le sucede a un ebrio cuando cae por tierra ?
N.-Que no puede le\'antarse y se revuelca por el suelo.
M.-¿Y si hay lodo?
N .-Se revuelca en el lodo.
M.-¿Qué animal han visto que le gusta revolcarse en el lodo?
N.-El cerdo.
M.-¿A cuántos animales se parece el hombre que se embriaga?
N.-A tres: al mono, al loro y al cerdo.
M.-Y yo les digo que no todos los ebrios se revuelcan en el barro,
porque no todos caen al suelo; pero todos se revuelcan en el lodo de sus
pasiones, y por eso se parecen más al cerdo.
M.-¿Quedan vasos sobre la mesa?
N.-Sí señor, con otras bebidas que no hemos probado.
M.-Pase otro niño, cierre los ojos, huela lo que hay en el vaso; ¿qué
bebida es?
N.-Café.
M.-¿Cómo sabe que es café?
N.-Porque hllele y sabe a café.
M.-¿Qué decimos de los cuerpos que huelen?
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,
LA ACCIÓN ESCOLAR 261
N. -Que son olorosos.
M.-(Poniéndole una rosa· debajo de la nariz y tapándole los ojos):
¿conoce ese cuerpo?
N.-Sí señor, es una rosa.
M.-(Cambiando la rosa por una rama de hierbabuena): ¿he coloca-do
otra rosa en su nariz?
N.-No es rosa sino hierbabuena.
M.-¿En qué ha distinguido esas dos plantas?
N.-En el perfume.
M.-No quiero que me diga perfume sino otra palabra equivalente.
N.-Puedo decir, el aroma de las flores.
M.-¿Solamente las flores tienen aroma?
N . -Las frutas también tienen aroma.
M. -¿Las bebidas tienen aroma?
N. -Sí señor.
M . -¿El aroma de la chicha es sabroso?
N.-No señor, la chicha huele a feo.
M. -¿El aroma del café e~ bueno o malo?
N.-Es bueno.
M,-¿Qué hay en el último vaso?
N . -En ese yaso hay agua con limón y azúcar.
M.- Bien, es limonada; ¿tiene aroma?
N . -Sí señor, tiene aroma.
/
M -¿Estas bebidas que tienen aroma sabroso cómo las llamaremos?
N.-Bebidas aromáticas.
M.-¿Cuál será la mejor bebida para el nifio?
N.-El agua.
M.-Bien dicho, pero el agua debe tener sus cualidades para que no
haga daño, cualidades que aprenderán ustedes en otra ocasión.
Esta lección puede dividirse en dos para no cansar a los niños.
FIN E
A nuestros suscriptorea.-Con el próximo número termina la
primera serie de nuestra Revista. Ella ha obrado el prodigio de
nuestra unión, ha levantado un tanto el abatido espíritu de los
maestros, htt conquistado simpatía y apoyo de altas personalidades
hacia nuestra obra, ella puede ser nuestra redención económica
y social, y es el clarín que pregona paz, concordia y unión
del magisterio colombiano.
Ante tan inmensos beneficios no podemos menos de ~olicitar
el concurso material de nue~tros colegas y amigos para la segunda
serie, encareciéndoles el oportuno envío del valor de la
suscripción.-Administración.
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268 LA ACCIÓN ESCOLAR
LA REFORMA INSTRUCCIONIST A
Se ha discutido por tirios y troyanos la conveniencia y aun la
utilidad de la reforma instruccionista. Todos hablan de métodos,
ele sistemas y planes de estudio, con vaguedad y mezcolanza tales,
que en ocasiones nos sentimos inclinados a pensar que son
muy pocos los que se dan cuenta cabal de las cosas y aun del
significado mismo de las palabras.
Estos aceptan la reforma; aquéllos la combaten con insistencia.
_ ¿Por qué empecinarse en negar la conveniencia y utilidad de
una mejora racional en el ramo instruccionisia? Es pueril nece- • dad sostener que no hay nada que reformar y que, al respecto,
estamos en el mejor de los mundos. Porque ello equivaldría a
defender la tesis insostenible de que, en mate~ia de instrucción
pública, hace por lo menos treinta años que se pronunció la última
palabra.
De entonces para acá mu chos son los progresos realizados en
la instrucción pública en Europa y en América; no pocos los nuevos
métodos puestos en práctica, según las necesidades de los
pueblos; a unos planes otr0s han sucedido, y todo ello ha resultado
benéfica transformación intelectual.
Sólo hay una cosa que no cambia ni cambiar podda: el dogma,
la verdad revelada, los eternos principios de moral y de jus ticia,
que son la base de la vida de los pueblos y sin cuya estabilidad
y consistencia el hombre quedaría asimilado a los brutos
, más aún, confundido con ellos.
¿Hay deficiencias en nuestros sistemas de enseñémza? Nadie lo
niega, porque los hechos lo están pregonando a voces. Luego
deben corregirse: h~ allí una reforma que se impone.
Nuestros planes de estudio, nuestros métodos no son ni pueden
ser la última palabra; luego pueden mejorarse. Hé allí otra reforma
útil, conveniente y necesaria.
Ahora bien: ¿Qué se entiende por plan de estudios? Parece
que todos lo comprenden, y, sin embargo, preguntados, no aciertan
a definirlo. Entendemos por plan de estudios «la acertada distribución
de materias por lo que se refiere al orden en que deben
ser estudiadas, simultaneidad o sucesión de ellas, intensidad
o sea el número de horas que les corresponda, o, como algunos
se expresan, la organización de la enseñanza».
Como se ve, el plan puede agrupar más o menos materias,
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LA ACCIÓN ESCOLAR 269
puede distribuirlas de este o de aquel modo. Su bondad dependerá
por lo tanto de dos cosas: del número y calidad de las materías
que abarque en orden a determinado fin, y de la disposición
de las mismas dentro de él, o sea de la aptitud que tenga
para la realización del fin propuesto.
¿Poseen los planes de estudio de la generalinad de los colegios
esta doble modalidad en grado de perfección relativa? No
lo creemos; y vamos a demostrarlo en términos generales, para
que no se piense que tratamos de aludir a tal o cuál establecimiento
con propósitos hostiles, pues todos nos merecen profundo
re:>peto.
Entre las necesidades primordiales del joven, figura hoy la im~
prescindible de los conocimientos sociológicos y económicos,
exigidos por las actuales corrientes del mundo. Si queremos conjurar
de manera práctica la revoludón social que se avt!cina por
sus pasos contados, si queremos encauzarla y aprovechar esa
gran fuerza para cimentar la sociedad y reconstruir lo que de
ella amenace ruina, es indispensable que cada uno de nuestros
educandos, sea cual fuere la carrera que haya de seguir, al concluír
su formación literaria lleve sólida base de conocimientos so·
ciales. Esta asignatura falta en todos los pénsumes y planes de
todos los colegios, no por culpa de éstos es verdad, pero falta.
Las ciencias naturales no se estudian en muchos establecimientos
sino por mera fórmula, y por lo que hace a la mineralogía,
materia importante, si las hay, para el progreso del país, ni siquiera
se la saluda en gran número de planteles de instrucción
secundaria.
¿Y qué decir del latín, disciplina tan importante en la formación
literaria, tan necesaria hasta para aprender a discurrir? Hay
colegios que la tienen en el plan y en el horario para que no se
diga que allí no se estudia latín. Pero de hecho no se le estudia.
El pénsum oficial exige por lo tanto oportuna y eficaz reforma.
Y si de aquí pasamos a la distribución de las materias, a hacer
un análisis del orden, intensidad, etc., en que se estudian,
hallaremos errores y defectos enormes, que es preciso corregir
so pena de presenciar, sabe Dios por cuántos más años, este
fracaso innegable de la instrucción secundaria a que venimos asistiendo
hace ya varios lustros. La gran mayoría de nuestros ~bachilleres
tiene una formación deficiente. Encubrir este mal sería
hacerlo incurable.
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270 LA ACCIÓN ESCOLAR
Comenzando por el estudio de las lenguas vivas, la experiencia
ha demostrado que el tiempo asignado en los planes antiguos,
llamados erróneamente clásicos, para el conocimiento de
ellas es de todo punto insuficiente. Pretender que con dos años
de idiomas, aun a razón de una hora diaria, tenga el alumno lo
bastante para traducir cualquier autor, entender y hacerse en tender
pasablemente, es pedirle peras al olmo. Y si a esto se agrega
el método de enseñanza, que consiste en hacer aprender al
alumno gramática y más gramática y unos cuántos ejemplos que
confirmen las reglas, el absurdo llega a su más fllta medida.
Así se explica que nuestros flamantes bachilleres no sean capaces
de zurcir en inglés o en francés de mala muerte una simple
frase de saludo, a no ser que se trate del ejemplo que aprendieron
en su librito: y que, por lo que a traducción y lectura atañe,
no puedan salir, sin perderse irremediablemente, de los trozos de su
Antología.
Otro error no menos deplorable de algunos planes consiste en
dar principio al estudio de dos lenguas extranjeras en un mismo
año. El resultado que se obtiene es una t.;Onfusión babilónica en
la mente del niño, el cual, por no teuer bien grabadas las nociones
de una lengua, confunde todos los términos y nunca sabe
si está expresándose en francés, en inglés 0 en castellano.
El estudio de la aritmética en dos años tampoco es suficiente.
Más científicamente quedaría distribuido en tres cursos, a razón
de tres o cuatro horas semanales. A condición, por supuesto, de
que su estudio sea eminentemente prácticú. ~n esta asignatura el
profesor debe ser el texto .
No cabe en cabeza de hombre cuerdo hacer estudiar a los niños
la física, sin haber empezado siquiera el curso de álgebra ni el
de geometría. Hablamos del curso serio de esta ciencia y no de
la física recreativa que se enseña en las escuelas.
Las inconsecuencia .. a que nos referimos no son meras hipótesis
por nosotros forjadas; son hechos tomados de la vida real de
nuestros establecimientos de educación.
(Continuará)
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LA ACCIÓN ESCOLAR 271
NOCIONES SOBRE LA CIENCIA DE LA
EDUCACION
Para que un maestro pueda educar al niño (tomando esta palabra
en su extenso significado) es necesario que lo conozca científicamente;
que haya estudiado una a una las facultades humanas
y el orden de sus fines; que analice su esencia y naturaleza para
que pueda proporcionarle el material que necesita para su desarrollo
y perfeccionamiento. Y no basta que el maestro comprenda
los fenómenos de su evolución, ni cuáles son peculiares a cada
una de ellas, sino también el tiempo en que éstas van apareci~ndo
para empezar la educación donde se debe y suministrar el alimento
proporcionado a su desenvolvimiento.
Es ~atural que para hablar de las facultades humanas y de la
manera de encarrilarlas al fin a que están llamadas, debemos tener
en cuenta el sistema filosófico y educativo que se adopte, porque
es obvio que para aquellos filósofos que miran al hombre como
un simple animal susceptible de perfección, en la cual está el exponente
que lo distingue de los dt!más animales, o para aquellos
que ponen su fin último en la vida presente, ya sea para conseguir
la mayor suma de placeres o el utlitarismo solo, o ya para
los que creen en la reencarnación humana, como para tos que
afirman la posibilidad del progreso indefinido; o aquellos otros
para quienes el Panteísmo es la verdadera doctrina, para ellos,
digo, el fin de las facultades humanas y los sistemas educacionistas
no pueden ser los mismos que para los que consideramos
al hombre como un sér compuesto de alma y cuerpo, que nace
inclinado al mal por naturaleza, pero susceptible de educación e
instrucción suficientes para conocer y distinguir el bién y el mál
y poderlos practicar con la libertad de que Dios mismo lo dotó;
para los que afirmamos que el hombre fue hecho a imagen y semejanza
de Dios, con un alma inteligente e inmortal capaz de
conocerlo y admirarlo, que en la vida de ultratumba recibirá el
premio o el castigo proporcionado a sus buenas o malas acciones
en la presente, para nosotros, repito, las facultades humanas tienen
fines más altos: la verdad y el bién.
Hechas las anteriores consideraciones, daremos una rápida ojeada
sobre el orden en que van apareciendo las facultades del hombre
y los métodos generales que debe emplear el maestro para su
desarrollo y educación.
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272 LA ACCIÓN ESCOLAR
F acuitad vegetativa
En cuanto a la educación de esta faGultad, que tient' por fin la
reproducción, conservación y desarrollo de la especie, es a la
madre, en el hogar, a quien corresponde atender a su desarrollo
proporcionando al niño los alimentos adecuados a su tierna edad,
sobre todo a la conserva 1ón del calor, tan indispensable en te
primer periodo de la vida en que el organismo es tan sensible por
el cambio de ambiente que ha experimentado al ver por primera
vez la luz. Cuando el niño es puesto bajo el cuidado del maestro,
empieza para éste el deber de atender a su ed~cación flsica
por medio de distracciones, juegos frecuentes y proporcionados
a la edad, evitando la inmovilidad completa y prolongada; frecuentar
los baños de acuerdo con la temperatura del lugar y complicar
los ejercicios, a medida que avanza el desarrollo, con juegos
de pelota, saltos, carreras, excursiones campestres, etc. Estos
ejercicios, dirigidos con inteligencia y constancia, fortifican y embellecen
el organismo infantil y lo ponen en capacidad de recibir
una verdadera y completa educación física.
F acuitad cognoscitiva
Esta facultad tan importante, como que es la puerta por donde
penetran al entendimiento los materiales que son objeto de sus
funciones y desarrollo, requiere especial cuidado de parte del
maestro, porque de la perfección que adquieran sus órganos (vista,
ofdo, gusto, olfato y tacto) dependen los actos de las facultades
superiores: entendimiento y voluntad. De manera que el trabajo
del maestro, en la educación de esta facultad, debe concretarse
al desarrollo de los sentidos exteriores: la vista, acostumbrándola
a distinguir los detalles de los objetos a diferentes distancias,
a conocer los colores, sus combinaciones, su intens,idad,
aplicando las reglas que prescribe la Higiene de los sentidos externos
que ningún maestro debe ignorar; el oído, hasta acostumbrarlo
a percibir los sonidos más tenues y clasificarlos según su
tonalidad; el gusto, hasta ponerlo ~n capacidad de clasificar las
sustancias por su sabor; el olfato, hasta hacerlo apto para percibir
los olores a largas distancias por ligeros y suaves que sean,
y el tacto hasta que el niño sea capaz de distinguir las menores
diferencias de temperatura, forma, suavidad, peso y naturaleza de
los cuerpos. Cuando estos sentidos hayan adquirido un desarrollo
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LA ACCIÓN ESCOLAR 273
proporcionado ·al de la facultad vegetativa, debe procederse a la
educación de los sentidos internos, de los cuales, la fantasía, que
es el principal, se ejercitará haciendo que los niños reproduzcan
y describan imágenes de objetos y parajes conocidos con anterioridad,
o sus semejantes, ya inventando cosas que la imaginación
misma perfecciona y embellece.
Entendimiento
Esta facultad, que tánto ennoble al hombre, pertenece a la clase
de las inorgánicas porque para su funcionamiento no nece~ita
de órgano especial, aunque sí exige para su perfeccionamiento
el de las facultades inferiores por las mutuas influencias que existen
entre el espíritu y la materia, entre la mente y el cuerpo. C"'Omo
esta facultad percibe las relaciones de las cosas, su esencia y
leyes las rigen, el trabajo del educador debe encaminarse a que
los niños observen con detenimiento ~os objetos que los rodean, sus
diferencias, su analogía y constitución, por medio del análisis y
de la sfntesis, teniendo en cuenta la edad y desarrollo intelectual
de los alumnos.
Afectiva
De la educación que reciba la facultad cognoscitiva depende el
buen funcionamiento de la afectiva, que tiene su asiento en la
voluntad, y no podrá apetecer, querer o aborrecer sino de acuerdo
con las impresiones que reciba de los sentidos externos, después
de ~er juzgadas por e entendimiento como verdaderas o falsas.
El fin que debe perseguir el maestro en la educación de esta facultad
es el desarrollo de las pasiones tan necesarias al hombre,
como el calor a la vida, que sin ellas no se diferenciaría de los
inanimados, ni sería capaz de acción alguna generosa y grande.
Pero no se debe perder de vista que las pasiones, fuerza dinámica
de Ja evolución de los pueblos, deben ir refrenadas por una
inteligencia ilustrada y una voluntad templada en el crisol de la
moral católica.
Voluntad
Después que el entendimiento compara y juzga las impresiones
recibidas por los sentidos, viene la voluntad a ejeFéer su acto, que
es apetecer o rechazar los juicios que el entendimiento ha formado.
La educación de esta facultad, la superior por su fin, debe
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274 LA ACCIÓN ESCOLAR
ser de especial cuidado para el mi\ estro, porque de ella dependen:
la rectitud de nuestros actos, el cumplimiento de nuestros deberes,
la . bondad de nuestros sentimientos, el sometimiento de las pasiones,
en una palabra, la educación moral del individuo. Debe
el maestro esforzarse por infundir en los niños el amor, respeto
y obediencia para con sus padres y st•periores; cariño a sus semejantes,
caridad con los desgraciados, veneración por todo lo
bueno, lo noble, lo bello; infundirá en ellos el sentimiento de la
digni~ad personal, de la delicadeza, el amor a la ver~ad, cumplimiento
de la palabra empeñada; el valor civil y moral, tan necesario
en todos los actos de la vida, e indispensable elemento
para que un hombre pueda gozar del precioso dón de la libertad,
cualidades éstas que constituyen el verdadero carácter.
No obstante lo dicho, no bnsta que el maestro conozca científicamente
al sér sobre que va a obrar; sus esfuerzos serán nulos
y seguro el fracaso si 110 cuenta con el apoyo del medio social
en que va a ejercitar su actividad. Cuando el niño respira el ambiente
suave de una sociedad culta y honrada, el trabajo del maestro
se simplifica extraordinariamente; por el contrario, si el niño
vive en un ambiente de maiRanas costumbres, el maestro, como
médico del corazón, no podrá evitar que lo invadan los miasmas
de un organismo en descomposición. De este interesante tópico
nos ocuparemos más adelante.
Caja de Ahorros de la Asociación.- Ponemos en conocimiento
de nuestros colegas que la Caja de Ahorros de la Asociación
de Maestros tendrá por base y como •consignación mfnima
el 50°/0 de sus cuotas mensuales, es decir, $ 0,25; pero
esta consignación podrá aumentarse a voluntad de cada suscriptor,
pudiendo retirar sus consigna.ciones, en total o en parte,
cuando a bien tenga, de acuerdo con los recibos del Cajero y
de los abonos de sus respectivas libretas, las cuales se repartirán
a cada uno de los miembros inscritos.
Para seguridad de los fondos hacemos constar · que el CajeroTe:
sorero ha prestado la fianza hipotecaria que exige la ley, y
que dichos fondos se colocan en un Banco respetable de la ciudad.
Para mayor informe pueden dirigirse por escrito a la Administración
de la Revista, carrera 4.•, número 201.
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LA ACCIÓN ESCOLAR 275
CONSTRUCCIONES ESCOLARES
Con gusto damos principio a la publicación del
importante trabajo del senor doctor Manuel María
Berna/, sobre • Construcciones Escolares-., ya que el
H. Consejo Municipal está interesado en llevarlas
a cabo lo más pronto posible.
Guia reglamentaria de las construcciones esco..lares
de Cundinamarca, aprobadas por el Con..sejo
Departamental de Instrucción Pública
Sefíores Consejeros :
En cumplimiento de la comisión que se me ha conferido,
tengo el honor de rendiros el siguiente informe «Sobre construcciones
escolares ~> .
Una de las cosas en que más se exterioriza la cultura y
adelanto de un pueblo, es en el cuidado y esmero que tenga
en proporcionar a sus escuelas locales que respondan a
las exigencias de la higiene física, lo mismo que a otras inherentes
a toda educación que aspire a serlo en verdad, p.orque
donde no haya espacio para que los niños puedan satisfacer
la~ debidas condiciones de actividad física, lugares
de aseo, sitios de verdadera recreación, donde sólo se cuente,
en fin, con las salas de clase, la cultura que reciban los
alumnos no pasará de ser mero formulismo. Por este motivo
los reglamentos de Instrucción Pública, aun de los países
menos adelantados, exigen que los locales para escuela deben
tener, por lo menos, estas dependencias : salas de clase,
salón de actos y exámenes, roperos, un tinglado o cobertizo
para recreaciones y gimnasia, patio para recreaciones
al aire libre, campo para el jardín que han de cultivar los
nifíos, cocina para los restaurantes escolares, lavabos, baños
y W. C. con su correspondiente servicio de agua.
ÁREAS
Al tratarse de una «Construcción escolar• lo primero que
estudian los técnicos en esta materia es la extensión y condiciones
que ha de tener el área que ha de ocupar.
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276 LA ACCIÓN ESCOLAR
Nu~stro cornpatriota el doctor Diego Mendoza, quien hizo
estudio especial de este tópico en Europa y América, en su
importante libro Apuntes sobre Instrucción Pública nos hace
un recuento de lo que disponen los reglamentos de Suiza,
Bélgica, Francia, Alemania y otras naciones, sobre construcciones
escolares, y en ellos se detallan las dimensiones que
deben tener las áreas que ocupan tales construcciones. Los
principios que sobre esta materia sienta el doctor Mendoza
en su obra citada, están de acuerdo con los consignados por
Jos higienistas P. de Alcántara García y el doctor L. Dufestel,
médico de las escuelas de París, en sus obras sobre
Higiene Escolar. Estos principios también están acordes con
los sintetizados en los planos para edificios escolares que
acaba de traer de los Estados Unidos de América el profesor
señor don José Miguel Rosales, quien bondadosamente
me los ha facilitado.
Be estas obras aparece que los reglamentos franceses exigen
que los edificios escolares tengan, por lo menos, una
área de diez metros cuadradÓs por cada alumno, y que los
suizos, belgas y alemanes exigen una mayor, hasta de diez
y seis metros cuadrados por cada alumno.
Es tánta la importancia que tiene ~a escogencia del área,
que solucionado satisfactoriamente este asunto, todos los demás
problemas relacionados con las «Construcciones escolares~
quedan resueltos de una manera conveniente; a este
respecto trae muy acertadamente los siguientes conceptos una
de las obras de Higiene Escolar citadas: «Para tener una
buena escuela lo único importante es contar con la mayor
extensión posible de terreno salubre. Los inconvenientes de
orientación, emplazamiento, etc., desaparecen tan luego como
se logre esta primordial condición•.
El error más grande que se ha cometido en las construcciones
escolares llevadas a cabo en el Departamento, ya por
esta entidad, ya por los Municipios, ha , consistido precisamente
en no haber tenido para nada en cuenta la extensión
y condiciones de las áreas en que se han levantado tales
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LA ACCIÓN ESCOLAR 277
edificios, error que revela un desconocimiento completo de
los principios científicos que informan estas materias.
A corregir este estado de cosas ha venido la Ordenanza
94 de 1920, que e~ su artículo 34 determina qu las áreas
para las construcciones escolares deben tener una capacidad
mínima de diez metros cuadrados por alumno, siguiendo en
esto los reglamentos franceses; y el artículo 37 ibídem que
estimula a los Municipios que hag mayores esfuerzos para
la construcción de sus locales olares, suministrando, entre
otras cosas, la mejor área, con ser preferidos en la distribución
de los auxilios que para tales construcciones vote
el Departamento. Ahora, conforme al artículo 35 de la misma
Ordenanza, los Municipios deben suministrar, para cada
una de sus escuelas rurales, un campo adyacente, a más de
la área ya indicada, con el fin de que sea cultivado y beneficiado
por los niños. Esto es de la mayor importancia,
porque por este medio no sólo se educa al niño infundiéndole
hábitos de trabajo, sino que se da ocasión para enseñarle
prácticamente los principios científicos de los cultivos,
alejando así el empirismo tradicional de nuestros agricultores.
Por otra parte, como el beneficio que se obtenga de estos
cultivos debe ir a aumentar los fondos de las «Cajas de
Ahorro de los Escolares», con esto se fomentará también el
sentimiento del ahorro.
EMPLAZAMIENTO DEL EDIFICIO
Determinada como queda la extensión de los terrenos que
se destinen para escuela, entramos a considerar su situación
y la manera de emplazar el edificio. Estas cuestiones entrañan
problemas de verdadera importancia.
«Si la experiencia y los conocimientos científicos demuestran
que una casa situada en lugar bajo y mal ventilado y
levantada en terreno húmedo es perjudicial para la salud, Ja
razón natural indica que las escuelas en que concurran las
mismas circunstancias nada tendrán de sanas, máxime si se
tiene en cuenta que los niños son mucho más impresionables
qu~ Jos adultos a la acción de los agentes exteriores;
\
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278 LA ACCIÓN ESCOLAR
y la escuela se presta más que la habitación ordinaria a la
producción de miasmas nocivos, por razón del número de
personas que en ellas se aglomeran. A estas recomendaciones
que hace la «Higiene» hay que añadir las que recomienda
la «Pedagogía», para la cual no es indiferente de modo
alguno que la escuela se halle más o menos próxima a los
lugares céntricos, ni que se encuentre o no sometida a la
influencia del ruido ext rior, sobre todo cuando éste sea muy
grande, o quede demasiad distante del lugar donde viven
los nifios que han de concurrir a ella».
Pélra determinar el emplazamiento de una escuela, precisa
tener en cuenta, además de la naturaleza del terreno, la influencia
que sobre la salud y la moralidad de los niños puedan
ejercer los alrededores de la misma escuela. Entre los
lugares cuya cercanía es provechosa a las escuelas, están las
plazas, parques, jardines y otros sitios espaciosos en que el
aire se renueva fácilmente y se mantiene puro; y debe huirse
o alejarse todo lo posible de los sitios malsanos, como
cementerios, muladares, pantanos, fábricas, cuarteles, expendio
de bebidas embriagantes, etc.
ORIENTACIÓN
En cuanto a la orientación y exposición del edificio, punto
importantfsimo del emplazamiento, es un problema que se
debe resolver teniendo en cuenta estos tres puntos de vista:
1. 0 La necesidad que tienen los niños de recibir la luz
solar;
2. 0 La influencia que esta luz ejerce sobre la vista; y
3. o La necesidad que todo el edificio tiene de los rayos del
sol para ser salubre. Por tanto, una escuela bien expuesta
debe recibir los rayos solares en sus muros, para que estén
bien secos, en sus ventanas, para que las clases y demás
dependencias se hallen bien iluminadas y saneadas, y en el
patio y jardín, para que Jos nifios se hallen bañados durante
sus recreaciones por la luz del sol, .el que al colorear sus
rostros les fortifique todo su organismo. Por al~o dice el
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/
LA ACCIÓN ESCOLAR 279
proverbio antiguo: «Allí donde no entra el sol, entra el médico
».
MATERIALES
Otra de las cosas de mayor importancia en las «Construcciones
escolares» es la elección de los materiales, respecto
de los cuales debe darse preferencia, siempre que se pueda,
a los más duros y resistentes sobre los flojos, empleando en
la construcción de los muros piedra y ladrillo, proscribiendo
los tapiales y adobes; si el piso es húmedo debe prevenirse
la humedad con cimientos de piedra y cal hidráulica o cemento.
En cuanto los tejados, parece lo más recomendable
los de barro cocido en su color natural o sean las tejas comunes;
pues los negros y especialmente los de pizarra absorben
demasiado el calor solar, y los de metal ofrecen además
de ésta, la desventaja de las dilataciones y contracciones
que experimentan. Los muros deben enlucirse con panetes
finos de cementos y cal y deben pintarse al óleo o al
temple.
CONDICIONES DE LOS EDIFICIOS
Es una exigencia en la construcción de las escuelas que
los muros no presenten aristas, sino que las esquinas que
tengan estén redondea.das, lo mismo que los ángulos o _rincones
de las diversas piezas, tendrán igual disposición, particularmente
las salas de clase, por motivo de limpieza y ra- /
zones de acústica.
«El edificio para escuela, en vez de ser ostentoso debe ser
sencillo y modesto, y en Jugar de pesado y severo, ligero y
risueno. Las condiciones indicadas no excluyen en m 1nera
alguna la de la elegancia debida a la armonía de las líneas,
las proporciones y los colores bien combinados; así, mientras
más ligera y esbelta sea la construcción ; mientras más
y mejores superficies de iluminación ofrezca, más agradable
y atractiva será la escuela para los nií1os. La escuela que presenta
el aspecto duro de una fortaleza o la rígida severidad
de una catedral, está muy lejos de responder a su fin, aparte
de resultar muy costosa. Todo lo que haya de gastarse de 1
más por virtud de decoraciones y otros adornos costosos, de-
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280 LA ACCIÓN ESCOLAR
be emplearse en dotar a la escuela de terreno suficiente para
inundarla de luz y rodearla de árboles, de flores y de agua,
de todo lo que revele que se trata de la morada de la inocencia
y de la alegría», dice con mucho acierto P. de Alcántara
O.
De acuerdo con estas ideas dispuso el artículo 8. 0 de la
Ordenanza 28 de 1919 que los edificios escolares carezcan
de fachadas de piedra tallada y de toda ornamentación costosa.
CLASES
La clase es el lugar de la escuela donde los niños pasan
la mayor parte de las seis horas diarias que permanecen en
ella, y por esto es la dependencia que requiere mayor estudio
en su construcción. Ante todo, si se quiere disponer la
clase de modo que responda a las exigencias de una buena
higiene, es menester determinar previamente el número de
alumnos que haya de contener, para así darle la superficie
y aun la forma más conveniente en relación con la población
escolar y las necesidades orgánicas. De estas condiciones
depeNden las acústicas, exigidas por la higiene y la pedagogía
a la vez. De la altura d e la clase depende la cubicación
total de ella, que determina la masa de aire respirable,
y de la disposición de las puertas y ventanas depende
la ventilación e iluminación de la misma. Por último, de . las
condiciones que reúnan las paredes, el techo y el pavimento,
dependen otras que se relacionan con la higiene de la
vista, etc. Estudiaré separadamente cada una de estas con-diciones,
por ser todas de grande importancia.
(Continuará)
P~tición.-Con todo respeto solicitamos del señor Director de
Instrucción Pública se insinúe a la Inspección Escolar de la ciudad
para que dé cumplimiento a la disposición VI del artículo
43 de la Ordenanza número 25 de 1913. Es lo más natural, y
así lo reconocieron los legisladores al ordenarlo, que la Inspección
de las Escuelas más importantes del Departamento ponga
al personal docente primario al corriente de los últimos adelantos
que sobre las ciencias pedagógicas hayan alcanzado los paises
más civilizados, y marque el rumbo que debe seguir la instrucción
primaria en la ciudad en esta nueva éra de evolución y de
reformas.
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LA ACCIÓN ESCOLAR 281
ARMONIAS DE LA NA:TURALEZA
FRANCISCO M. RENJIFO
En el breve punto que ocupa el hombre en el seno del universo,
hállase circundado de cosas y agentes que obran sobre él
a la continua: el aire, el agua, los tres reinos naturales despliegan
constantemente ante sus ojos un cúmulo de espectáculos a
• cual más portentosos e interesantes. Pero, ocupados en su generalidad
los hombres en los afanes cuotidianos de la vida y acostumbrados
por el hábito a no impresionarse con tales fenómenos,
suelen dejar pasar inadvertido todo lo que ellos tienen de instructivo,
de bello y de provechoso. Muy conveniente sera, pues,
elevarnos de vez en cuando por encima de las vulgaridades de
la existencia para dirigir una mirada inteligente sobre la naturaleza.
Se ha dicho que ella es un libro siempre abierto; tratemos
at menos de sorprender el sentido de algunas de sus líneas, de
las que nos sean más familiares.
¿Quién no se ha detenido alguna vez a contemplar la bóveda
azul que se extiende sobre nuestras cabezas? ¿Quién no ha oído
susurrar el viento? ¿Quién no se ha mirado en el terso espejo del
agua o no ha escuchado el murmullo de una fuente cristalina?
¿Quién no ha sido testigo del fenómeno de la lluvia? ¿A quién
son extraños los seres del reino mineral, del vegetal o del animal?
* * *
¿Qué es esa bóveda azul que por donde quiera nos arropa? Es
la atmósfera, una mezcla de dos gases: oxígeno y ázoe, en la proporción
aproximada de una parte del primero por cuatro del se- .
gundo, amén de algunas cantidades variables de ácido carbónico
y de vapor de agua. ¡Cuán importantes oficios desempeña la atmósfera
l
a) Envolviendo ella la tierrra con un ropaje transparente de diez
y seis leguas de espesor, impide el espantoso enfriamento que
sobrevendría por la irradiación del calor terrestre hacia el espacio.
«Desterrar por sola una noche el vapor de agua contenido
en el aire que circuye nuestro país, decía el químico inglés Tyndall,
sería echar a perder todas las plantas que podrían ser asoladas
por la escarcha. El calor de nuestros campos y jardines se derramarla
sin remedio por el espacio, y al asomar el sol por la mañana
se hallaría nuestra isla presa de un frío cruel•.
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282 LA ACCIÓN ESCOLAR
b) La atmósfera proporciona a los pulmones de los animales el
oxígeno, elemento indispensable a la vida animal, oxfgeno exhalado
por las plantas, y distribuye a éstas el ácido carbónico que los
animales desechan, estableciendo entre estos dos reinos una constante
y recíproca correspondencia. Sin la atmósfera, la vida se
ex~inguirfa sobre nuestro planeta.
e) Ella, reflejando mil y mil veces los rayos del sol, especialmente
los rayog azules, los dispersa en todas direcciones; sin lo
cual, no trasmitiéndose la· luz sino en línea recta, el astro del dfa
no alumbraría más que los lugares directamente expuestos a sus
rayos, quedando a oscuras los demás parajes y, ·particularmente,
el interior de nuestras habitaciones. Tal es el origen de la luz
difusa, y la causa del hermoso color azul de los cielos.
d) La atmósfera, en fin, desviando mediante la refracción los
rayos solares, produce los hermosos fenómenos de la aurora y el
crepúsculo, que tan frecuentemente podemos admirar y que vienen
a ser como una anticipación y una prórroga, en extremo ventajosas,
de las espléndidas claridades del dfa. De est~ manera, la
transición de la luz diurna a las sombras de la noche y al contrario
se hace gradualmente, sin daño para los seres que tienen
el sentido de la vista.
• • •
Cuando el aire se calienta en un lugar, se vuelve menos denso
que el restante, es decir, que en volumen igual pesa menos. Entonces,
en virtud del principio descubierto por Arquímedes, se eleva
tratando de dejar tras sf un vacfo que inmediatamente vuela a llenar
el aire frfo del los lugares vecinos. Nace así el viento.
De los vientos hay unos que son constantes y otros variables.
a) Como la zona ecuatorial es más calentada por el sol que las
polares, el aire de esa zona se aligera y se eleva, y viene a ser
reemplazado por el de las zonas polares. Resultan así en cada
hemisferio dos grandes corrientes: una de aire frío, que viene de
los polos al ecuador por las capas inferiores a causa de su mayor
densidad, y otra, de aire caliente, dirigida del ecuador a los
polos por las altas regiones de la atmósfera. Las corrientes aéreas
que vienen de los polos, donde el movimiento de rotación terrestre
es nulo, a medida que avanzan hacia el ecuador, donde el movimiento
es máximo, se tuercen cada vez más al occidente; en
tanto que las corrientes que parten del ecuador se desvían por la
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LA ACCIÓN ESCOLAR 283
misma causa hacia el este. Estos vientos regulares 'son los llamados
alisios y contri!- alisios. El alisio del hemisft¡ io boreal impulsó
las naves de Colón hacia las playas del Nuevo Mundo. Manteniendo
estos vientos una circulación completa en cada hemisferio,
tienen el importantísimo efecto de moderar los excesos de
calor y de frío en las extremas regiones del globo.
b) Asimismo y por idéntica causa, en las riberas del mar y de
los lagos, lo mismo que al pie de las cadenas de montañas, se
establece un intercambio de aires: del mar a la tierra o de la montaña
a la llanura, durante el dfa; de la tierra al mar o de la llanura
a la montaña, durante la noche. Hé ahí la historia de la
brisa, esa hada cariñosa que pasa acariciando los valles y las
costas.
• • •
Tales son, a grandes rasgos, los más notorios oficios del aire;
vengamos ahora a ese otro elemento también tan extendido, el
agua. No nos detengamos a considerar su composición qufmica,
estudiemos ·no más algunas de sus funciones en el globo.
Lancémonos al océano, agitado de incesantes movimientos. Prescindiendo
por de pronto de las mareas, obra de causas astronómicas,
uno de dichos movimientos son las corrientes oceánicas.
Estas, en lo general, son el resultado de la grande evaporación
que tiene lugar en la superficie de los vastos mares tropicales.
La inmensa cantidad de agua sustraída allí por la evaporación,
tiende a hacer bajar el nivel de aquellos mares y, entonces, en
obedecimiento a las leyes de equilibrio de los líquidos, se determina
en cada hemisferio una perpetua corriente desde las regiones
polares.
A proporción de que esas corrientes van viajando hacia el ecuador,
son desviadas hacia el occidente por el movimiento de rotación
de la tierra. Llegan a los trópicos sin haber adquirido la velocidad
de rotación de las aguas tropicales; son, pues, dejadas atrás, y
de aquí que la superficie entera del océano, por más de 500 leguas
-a un lado y otro del ecuador, corra del este al oeste (sentido
contrario a la rotadón) en un raudal gigantesco llamado corriente
ecuatorial.
Los continentes modifican esta dirección. Trasladémonos al Atlántico
intertropical. La América del Sur adelanta hacia el este ttna
especie de codo: es el cabo San Roque, en el Brasil. Este cabo,
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284 LA ACCIÓN ESCOLAR
contra el cual se estrella la corriente ecuatorial del Atlántico, la
divide en dos ramales, de los cuales el más caudaloso se dirige
hacia el norte. Resbalando a lo largo de las costas de Sur-Amé~
rica y después de dar un rodeo por el golfo de México, sale al
Atlántico norte por el canal situado entre Florida y Cuba. En este
paso toma el aspecto de un poderoso rfo que tiene cerca de 11
leguas de anchura y más de 2.000 pies de profundidad (610 metros).
Sus ormas y su lecho son de a~ua fria, en tanto que su
caudal es de agua caliente (de 22 a 27 grados centígrados). Tienen
sus aguas un color azul intenso y corren con tan marcada
separación por entre sus orillas lfquidas, que a veces un navío
puede ser visto, mitad en las ondas tibias, azules y fosforescentes
cie la corriente, y mitad en las aguas heladas, verdosas y oscuras
del contorno. Es allf donde los marinos le han dado el nombre
de Gulf-Siream, Corriente del Golfo, la más majestuosa corriente
de agua del mundo, más rápida q11e el Amazonas y que PI Misisipf
~4 mi11as por hora), tiene un volumen mil veces mayor.
Ese río cálido, lanzado a través de las frias ondas del océano,
ofrece una disposición di~na de admiración, observa el marino
Maury, teniente de la armada norteamericana, que fue quien primero
estudió la Corriente del Golfo. En efecto, siendo el agua
frfa mala conductora del calor, le conserva por largo trecho su
alta temperatura a la corriente, con lo cual ésta va a modificar
de manera tan maravillosa como benéfica el clima de toda la Europa
occidental. Además, todo viento que sopla del oeste, al
cruzar la gran corriente, que a medida que avanza gana en anchura
lo que pierde en profundidad, le roba parte de su calor y
lo lleva consigo para templar los glaciales vientos del septentrión.
Es la influencia de aquella corriente, dice Maury, lo que
hace de Erfn la isla esmeralda y lo que viste las costas de Albión
de una verdura perpetua.
Hay en el mar océano, bien asl como en la atmósfera, una circulación
completa de corrientes que mantienen un comercio de
calor y de frfo entre el ecuador y los polos. Las corrientes ecuatoriales
llevan calor, y por consiguiente vida, a las zonas templadas;
las corrientes potares traen islotes de hielo que nadan
hasta las bajas latitudes, donde paulatinamente se funden, y refrescan
la temperatura. Entre unas y otras se espacian extensos remansos
eliptiformes sembrados de plantas marinas, verdaderas
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LA ACCIÓN ESCOLAR 285
praderas fiotantes a que los marinos españoles dieron el nombre
Ele mares de sarga,' en rlonde abundan en gran manera los peces.
• * *
Otro servicio del agua es la lluvia. Detengámonos a considerar
este frecuente fenómeno.
Para el sustento de los seres que en la tierra viven fue necesario
que fuese regada. Debe, pues, el agua subir en lo alto,
condensarse allí y caer luégo con suavidad. No siendo posible
que el agua en estado líquido subiese en el aire ppr ser más
densa que él, ese mismo sol, que caldea la tierra y agosta las
plantas, se encarga de aligerar el agua, evaporándola, con lo cual
asciende y se condensa en nubes, las cuales ¡cuántas vect. no
tien1en un velo ante la faz del sol y protegen de sus ardores a
hombres, animales y plantas 1
Pero, a fin de que el agua no se quedase estérilmente suspendida
en las regiones superi res de Ja atmósfera, hállase ésta de
tal modo dispuesta que su enrarecimiento y frialdad son cada
vez más considerables mientras mayor es la altura. Allá se de·
tienen las nubes y el agua e liquida y, haciéndose así más pesada
que el aire, se desgaja sobre la tierra. Mas no se desploma
toda junta de un golpe, con que podrfa ocasiortar grnnctes
daños, sino que va liquidándose lentam~nte, encargándose por
otra parte el aire, por su resistencia, de desmenuzarla en pequeñas
gotas. ¿Habrá artificio más sencillo y al mismo tiempo más
ingeniase?
Y como no fuese bastante para la vida vegetal y animal que
el agua toda bajase de las nubes en forma de lluvia, sino que
hubiese además raudales perennes que se derramasen por doquier,
proveyó a esto la amorosa naturaleza por medio de altas cadenas
de montes en cuyos álgidos picos se amontonase el agua
que en el estado sólido cae de las nubes: Andes, Himalayas,
Cáucasos, Alpes irguieron al cielo sus milenarias cimeras de plata.
La nieve, empujada por repetidas heladas, resbala por las laderas,
fúndese luégo y da nacimiento a infinitos torrentes que
juntándose forman los ríos, esas arterias de la tierra. No es otra
la cuna misteriosa de los Amazonas, los Platas, los Ganges, los
Danubios, los Misisipfs, los Nitos, que pasean el verdor y la
abundancia por sus encantadas riberas.
Y es- de notarse aquí otra circulación prodigiosa. El agua, que
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286 LA ACCIÓN ESCOLAR ---------------------
en el estadq de vapor se levanta de los mares y de las llanuras
húmedas, tórnase en nubes, las cuales, conducidas por los vientos,
se distribuy.en por diversas comarcas; enfriada luégo, da
consigo en el suelo, y rodando por la cuenca de los rfos vuelve
al mar, de donde habfa salido, para repetir mil veces el mismo
camino. Es la sangre que va nutriendo el cuerpo de la tierra.
(Concluirá)
SOR MARIA
Antes de que cerraran el ataúd, Sor María había besado la blanca
frente del muertecito, la había cubierto de flores, y en los dedos hela-dos
había colocado su Cristo de plata. ·
Después con una mirada le había dado el adiós último!
Clavaron el ataud; la Hermana no pudo ontenér los sollozos. i Cuánro
había querido a ese niño!
Cuando estaba consumido por la fiebre y ella lo cuidaba, él la miraba
con sus ojos azules llenos de agradecí miento.
Ahora, ya muerto, qué hermoso estaba! Tenía la serena blancura de
ultratumba y paralizada en los labios una sonrisa celestial.
Pobrecito! Ya no volvería a jugar en el jardín con los demás niños,
él, que era el más alegre y el que más reía! ....
Y las lágrimas corrían por el rostro de la Hermana.
Dos hom.bres levantaron el ataúd; or María los siguió hasta el ce-menterio;
las gentes se descubrían al paso del pequeño féretro. /
Cuando lo enterraron .... la Hermana ya no pudo orar; tenía el alma
traspasada de amargura, y juntando las manos pensaba: «No volverte
a ver más, oh! pobre niño mío! Yo quiero morir, quiero quedarme
aquí contigo». . . . . . pero reflexionó 1 uégo sobrecogida de horror : ¿qué
estaba diciendo; quedarse allí? ¿ o tenía acaso el deber sagrado de hacer
las veces de madre on los huerfanitos del Asilo? Dejaría solo a su
querido muerto; era preciso. Se le antó decidida; avanzó por la callejuela
de cipreses y volvió a mirar; allí estaba la cruz señalando la tumba
que acababa de cerrar.e.
La Hermana dio un suspiro.
Ya llega frente al portalón del Asilo ; allí se detiene, escucha: se
oyen las risas argentinas de los niños.
Sor María piensa: qué alegres están los pobres huerfanitos; voy a turbar
su dicha con mis lágrimas! Imposible, sería un crimen ....
Hace un esfuerzo por sonreír y tira el cordón de la campanilla; se abre
el portalón, Sor María entra. Los niños, dejando sus juegos, corren a saludarla;
ella acaricia las rubias cabecitas, y aquella tarde la noble hermana
rio más que nunca!
Y ejercía así la caridad, repartiendo sonrisas entre los pequeñitos a
pesar de las angustias de su corazón.
Ecco NELI
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LA ACCIÓN eSCOLAR 287
DE NUESTRA CORRESPONDENCIA
Dirección de Instrucción Pública-BogotaJ febrero de 1924.
Señores miembros de la «Asociación de Maestros».-L. C .
«El Gobierno de Cundinamarca y especialmente esta Dirección,
aplauden toda iniciativa que redunde en bien para la Instrucción
Pública del Departamento. La importancia de las excursiones escolares
para la prosperidad de todo establecimient0 de educación
salta a la vista; de manera que el suscrito oirá con el mayor gusto
las opiniones de los señores maestros de esa Asociación, con
el fin de ver si se llega a algún resultado práctico. Para tal fin
es indispensable disponer de fondos con qué auxiliar tan henéfica
Institución, y esos fondo hay que solicitarlos de la H. Asamblea,
próxima a reunirse ...... .. - Soy de ustedes atento servidor, Vicente
Casas Castañeda-..
NOTA.- Gracias al interés cte la Dirección de Instrucción Pú blica,
cursaba en la A amblea un proyecto de Ordenanza ~obre
excursiones escolares, pero que, debido a la clausura intempestiva
de la Asamblea, este Proyecto no llegó a er Orrlenanza. Cnnfiados
en el interés del Gobierno Departamental y en el de todos
los maestros, creemo que se solucione este problema lo má l"
pronto po .sible, ya que en v arios Departamentos del país están
, establecidas las excursiones escotare, con tan buen éxito.
Guataquí, febrero.- « cció n Escolar»-Bogotá
cCon rositiva atisfacción me he he impuesto del contenido del .
número 6. 0 de su simpática Revista. Todos los conceptos emitidos
por ustedes son muy de mi agrado. Hablando de la Misión
Pedagógica me parece tan puesto en razón lo qu ustedes dicen
y tan patriótico, que no puedo ahstenerme de significarles que
siempre he opinado del mismo modo; que son nuestros jóvenes
de ambos sexos lo que deben ir en busca de ciencia a los países
más civilizados para importarla, y no pensar en traer maes tros,
los cuales al celebrar un contrato para venir, no hacen sino
un negocio como otro cualquiera, pensando sólo en las ventajas
que pueden derivar de él, y esto es muy natural; en sus pecho
no palpita el corazón patriota del colombiano, y esto no más debe
bastarte al Gobierno para no pon r la juventud en m;mos extran-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
288 LA ACCIÓN ESCOLAR
jeras .... ¿La experiencia no nos ha demostrado que la mayor parte
de los jóvenes colombianos han sido alumnos distinguidos en las
Universidades y Colegios del Exterior? ¿Oividtlmos al nunca bien
sentido doctor Juan Evangelista Manrique, laureado en París? ¿No
vemos al joven doctor Casas Manrique desempeñando las más
honoríficas cátedras en España? Lumbreras de e a talla deben inspirarnos
una buena dosis de fe e impulsar a los gobernantes por
el camino patrióticamente indicado por los que tánto hemos laborado
por la instrucción pública, anhelando para las· generaciones
venideras completo éxito .... - Dolores M. de Chacón-..
«Guatavita, febrero. -•Acción Escoblr•-Bogotá.
Muy señores nuéstros:
Al iniciar nuestras labores escolares en el present · año, ha sido
nuestro primer intento secundar con todo el ' ahinco que pueden
inspirar la comunidad de miras y la defensa de los mismos derechos,
el movimiento de unión iniciado por lJs que dirigen LA AcCIÓN
ESCOLAR, y por eso no vaciltlmos en pertenecer al número
de suscriptores. Presentamos, pues, nuestras felicitaciones al selecto
grupo de colegas capitalinos por la feliz iniciativa de fundar
un órgano que, a la vez que fomenta la unión entre 1 s maestros,
labora eficazmente en defensa de nuestros comunes intereses y
contribuye al mejoramiento de la educación y al engrandecimiento
de la Patria .... -Somos atento , seguros servidores y colegas, Eugenio
Cortés Ruiz, Teófilo Rcunirez Beltrán-..
«PuH, abril.-
Citación recomendada (normas APA)
"Lineamientos de política para la mujer en el sector rural", -:Imprenta Nacional de Colombia, 2019. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3715267/), el día 2025-05-01.
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