ERIE III- TOMO I
Bogotá, Marzo 29 de
<1cnerol de Ingeniero•
Miembro do varias Sociedades Científicas
DECRETO UMERO 449 DE 1902
(MARZO 10)
por el cua 1 se bace una promoción
El Vicepresidente de la República, encargado del Poder Ejecutivo,
DECRETA
Artículo único. Promuévese al Dr. Antonio Hurtado d 1 puesto
de Médico del Ejército U1'1ido, comandado por el General Ramón
González Valencia, al de Médico del Ejército de Occidente de Cundinamarca,
al mando del eneral Tomás García, con la misma
asimilación de General para los efectos fiscales.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá á 1 o de 1arzo de 1902.
JO E M UEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARr TIDES FER.TÁNDRZ
DECRETO UM RO 456 DE 1902
(MARZO 14)
por el cual se hacen dos nombramientos
El Vicepresid~lle dt: la ReplÍblica, encargado del Poder .(i;Jeculi'vo,
DECRETA
Artículo único. ómbrase In pectores generale de los Ferrocarriles
del orte y la a ana á los res. Flavio Laverde é Ig-
Toxo 1-25
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Boletí n M i li tar de Colom b ia
\._ 386 --'
nacio A. Rodríguez, respecti amente, con la asignación de pri me-ros
jefes de Cuerpo. )
Comuníquese y pubHquese.
Dado en Bogot~, á 14 de Marzo de 1902.
JO E MA UEL MARROQUIN
E1 Ministro de Guerra, ARTSTIDES FERN.ÁNDR~
DECRETO NUMERO 457 DE 1902
(MARZO 1 4)
por el c ual se llama al servic io acti o á un Jefe y se le destina
El Vicepresldenle de la Rep1tbliCa, encargado del Poder Ii!feculi"v",
DECRETA.
Artículo único. Llámase al servicio activo al Coronel José Ramón
Argáez, y des tínasele al Ejército en operaciones sobre la Costa
Atlántica., al mando del General Juan B. Tobar.
Comuníquese y pu líquese .
Dado en Bogotá, á 14 de Marzo de 1902.
]OSE MANUEL MARROQUIM
El Mini tro de Guerra ARI TJDES FxR ·ÁNDRZ
· DECRETO NUMERO 458 DE 1902
(MARZO 14)
p or el e 1 se confi~ re un ascenso
.lf/ Viceprestilenlt de la Repzíblica encargado d4 Poder .F:fecuHvt~,
DECRETA
Artíc ulo únic o . Ascié ndes á neral de Brigada al Coronel
Mardoqueo B e ltrán, or u vale ro o comportamiento en el combate
de La lorida.
§. Dése cuenta de te a . e n o al Honorable enado en sus
próximas sesiones, ara los ef cto constitucionales.
Comuníquese y publíque
Dado en Bogotá, á 14 de Marzo de 1902.:
J ~ E MANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARI 'IJDF • FERNÁNDEZ
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Bol tín 1v1ilitar de olon1bia
'- 3 7 _J
DE( 'RETO UMERO 460 DE 1902
(MARZO 14)
por el cual se h11ce una. promoció n
Vi"ctprur'dtHie d1 la Repúblzca, encargado d~l Pod1r F/ecu//v•,
J.)ECRETA
. rtículo único. Promuévese al r. ilberto Baile teros del
sto de Habilitado del Cuart 1 General de la D1vÚ1.Ón Colombt(z
le Comisario Pagador de la misma, asimilado á primer Jefe de
erpo para los efectos fiscale .
omuníquese y publíquese.
Dddo en Bogotá, á 14 de Marzo de 1902.
JO E M.ANUEL MARROQUIN
El Ministro de Guerra, ARISTIDE FER ÁNDEZ
DECRETO NUMERO 463 DE 190.2
(l'CARZO 14)
por el cual se hace un nombramiento
Vicepresidmle de la Repríblzca, encargad() del Poder .E)'ecultvo,
DECRETA
Artículo único. 6mbrase Médico del Hospital de sangre de
chalá al Dr. Justino Martínez, asimilado á General de Divisi6n
ra los efectos fiscales.
Comunf ue e y pubHquese.
Dado en Bogotá, á 14 de Marzo de 1g02. •
JOSE MANUEL MAR
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 472 DE 1902
(ltARZO 14)
por el cual se llama al servicio acti o á un Jefe y se le destina
QUIN
El Vicepresidente de la Repríbbca, encargado del Poder E:;'eculzvo,
DECRETA
Artículo único. Llámase al servicio activo al r. General Juan
fmaco Arbeláez, y n6mbrasele Jefe de las fuerzas que por De-
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Boletín Militar de Colombia
'- 388 _.1
creto número 439 de 10 de Marzo se le autoriz6 para
en las plazas de Simijaca y Susa.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 14 de Marzo de 1902.
JOSE MANUEL MARROQU
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 473 DE 1902
(MARZO 14)
por el cual se confiere un ascenso
El Vicepresidente de la Repúblz"ca, encargado del Poder .F:Jeculivo,
DECRETA
Artículo único. Asciéndese á General de División al de lirig .
da Sr. Manuel D. Cañadas.
§. Dése cuenta de este ascenso al Honorable Senado en s
próximas sesiones, para los efectos constitucionales.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 14 de Marzo de rgo2.
]OSE MANUEL MARROQU
El Ministro de Guerra, ARISTIDES FERNÁNDEZ
DECRETO NUMERO 480 DE 1902
• (MARZO 17)
por el cual se hacen dos non bramientos
El Vicepresidente de la Repúblt'ca, encargado del Poder Ejecutivo
DECRETA
Artículo único. Nómbrase á los Dres. Luis G. Angulo y V :(
tor Julio Cote Ayudantes del Dr. Julio Escobar, Jefe de la Am
lancia del Ejército del ordeste, asimilados á Generales para
efectos fiscales.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 17 de Marzo de 1902.
JOSE MANUEL ~ARROQU
El Ministro de Guerra, ARlsTIDEs FER. ÁNDE%
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Boletín Militar de Colombia
\..._ 389 _,
DECRETO UMERO 493 DE 1902
(MARZO 19)
por el cual se honra la memoria del Excmo. Sr. Dr. D. Manuel Antonio
anclemente
El Vicepresidente de la RepúbHca, e1uargado del Poder Ejecutivo,
Por cuanto ha comunicado el telégrafo la infausta nueva de
muerte del Excmo. Sr. Dr. D. Manuel Antonio Sanclemente,
'residente titular de la República, y
CO~"SlDERA DO
Que el Excmo . Sr. Dr. Sanclemente ejerció la más alta Ma~
istratura de la ación;
Que desempeñó con celo y patriotismo ejemplares otros ele'
dos cargos públicos en los ramos Legislativo, Ejecutivo y Juicial
;
Que prestó notables servicios á la causa del orden y de la jusi
ta;
Que es un deber recomendar á los colombianos la memor ia
:le varones que, como el r. Dr. anclemente, han sido modelo de
1·obidad y virtudes cívicas ;
El Gobierno recomie11da á los colombianos la memoria del
!Excmo. r. Dr. D. Manuel Antonio anclemente, y para honrarla
DECRETA
Art. I .0 Comunique e por el telégrafo á los Gobernadores de
los Departamentos y á los Jefes del Ejército el fallecimiento del
Presidente titular de la República, para que se tributen á su rnemoria
los honores que le son debidos.
Art. 2 . 0 Las exequi del ilustre finado erán dispuestas por
el Gobierno y costeada con fondos de la Iación.
Art. 3. 0 El Ejército de la República hará los honores que
prescribe el Código Militar; llevará luto por diez días, y las Bandas
de Música de los batallones tocarán retretas fúnebre en las
noches de eso mismos días en la Plaza d e BoH var para lo cual
e dictarán por el finisterio de Guerra las disposiciones convenientes.
Art. 4.0 Los empleados civiles en toda la Repúblic llevarán
luto por diez días.
Art. 5. 0 El pabellón nacional será izado á media a ta en todos
los edificios públicos de la capital y de los Departamentos durante
un mes.
Art. 6 .0 La familia d 1 ilu tre finado disfrutará del sueldo que
á é te correspondía como Presidente titular de la Repú lica, hasta
la terminación del período con tituciona l.
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Boletín Milit r de Colombia
'- 390 -rt.
7.° Copia del presente Decreto se enviará á lo
del r. Dr. ancJemente.
Dado en Bogotá á 19 de l\farzo de 190.2.
]O E MA UEL MARROQUI
El Ministr·o de Gobierno, FRA cr co ME~·mozA P.-El Ministro)
de Relaciones Exteriores ELlPE F. PA 1 L-EI u secretario de
Hacienda ncargado del De pacho, JosÉ RA.IÓ L Go-El Ministro
de Guerra ARI TIDE FERNÁ. DEz-El Mini tro de In trucci6n
Pública, Jo É joAQUÍ CASAs-El Mini tro del Tesoro, AGus ÍN Urua
R OLUCI NUMERO 25
que onlena el jutgamiento de los rebelde·
Despacho de Guerra-Bogotá, Marzo 20 de I902
CO SIDF.RA DO
Que los perturbadores de la paz no han querido acogerse á
las garantías ofrecidas por el Gobierno;
Que la clemencia con que ha venido tratándolos, no haciéndoles
efectiva· en todo su rigor la sanciones penales que gravitan
sobre ello , ha dado resultados adver o , por la recrudescencia de
la rebelión y las proporcione que cada día toman los crímene~
que cometen y
Que llegado el caso de que el Gobierno haga uso de todos
lo medios que le permiten la leyes, para reprimir tales delitos,
t.1·atando á los reb ldes con toda la se cridad que las circunstancia
demandan,
SE RESUELVE
Procéda e al inmediato juzgamiento, en Consejo de Guerra,
de los rebel es actualmente pre os y de los que e capturen en
adelante.
,. tando los rebeldes en 1 ca o del artículo 178 del Códig-o
enal por sus actos de ferocidad y barbarie, deben ser castigados
con el máximum de la penas ~eñaladas á t les delitos y al de reeli6n,
y juzgados como reos en cuadrilla de malhechores, conforme
á la misma di po i ión.
Hág se le efectiva á cada uno la re ponsabilidad solidaria de
los delitos comunes cometidos por los rebeldes durante el tiempo
que hubicr hecho parte de la r- beli6n, como lo dispone el Código
Penal dicho (artículo 1 79, 254 y otro ).
En cuanto á la p e na ténga~,. prc ente qu ad má de lo
ca os que s ñala el xpre a o Código, e castigarán:
o r. PE ·A e PIT.\L: J incendio voluntar·io n cualquier forma
y el uso de expJo i vos, no iendo en acción de guerra y en la
forma permitida por 1 Der ho de Gcnl ; 1 pionaje y la traición
militar en guerra cí il; lo empleados al servicio del obier-
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Boletín Militar de C Jombia
\..._ 39' _J
no que se hagan re ponsables e esto últimos delito (Decreto
Legislativo númer 48 de 20 de Octubr de 1899 artículos 7. 0 y
9·0
) · todo colombiano que forme parte fuerza compuestas de
e ·tranjer~s 6 de nacionale y e. tranjero y que lleguen á invadir
el terntono de Colom ta · los e .. ·tranjero que form<::n parte de
fuerzas inv soras del territorio colombiano xceptuando los casos
de guerra internacional ; los individuo as( nacionales como e tranjero~
que sirvan de comi ion do ó age nte de revolucionarios ante
Gobternos de otros paíse ó ante fuerza inva oras e la indicadas
para promover la inva i6n, f cilitarla ó uxiliarla · todo funcionario
público, tod agente del Gobierno 6 cualquiera persona
que encargada ó instituida oficialmente por razón de su estado,
del ecreto de una negociación 6 e.·p dición lo haya entregado á
lo agentes de una potencia xtranjera 6 del enemigo, con el obj
to de dañar el paí . (D cret núme ro 855 de 17 de Julio de 1gor,
artículo 1.0
, 2. 0 y 5. 0
•
Co .. LA PENA DE VEI. TE A.- OS DE PRESIDIO, EXPULSIÓ DEL TERRI-TORIO,
Á JUICIO DEL GoBI.E~NO : Cual uier responsable de maquinaciones
6 de inteligencias con lo G biernos extranjeros 6 sus agen ...
es para inducirlos á cometer hostilidades 6 á emprender la guerra
contra e 1ombia ó para procurarle los medios de hacerlo,
aunque dichas maquinaciones 6 inteligencias no hayan tdo eguidas
de ho tilidades ; y lo que hayan jecutado maniobras 6 mant
nido inteligencias con e l enemigo del Estado ó invasores para
f ci litarles la entrada n e l territorio y dependencia de Ja Repú ..
blica, ó entregarles ciudad\; fortaleza plazas, puerto , puestos,
· lmacenes, ar enale buques que pertenezcan á Colom ia 6 surninistren
á los enemigos ayuda en soldados, dinero víveres ó municiones,
6 secun en el progre o de su arma en las po e iones
r.olombianas, 6 contra las fuerzas del obierno 6 traten de querantar
la fideli ad al Gobierno, de los J f , Oficiale 6 oldados.
( ecreto n 'mero 855 citado, artículos 3.0 y 4.0
).
Co.· L PE¡ .. DE OCUO Á DOCE A -;OS DE PRESIDIO: los daños causados
en aparatos y líneas telegráfica y vías de comunicación. (Decreto
número 484 citado, artículo 8.0
).
Lo artículos 23 I á 234 del C6digo Penal son aplicables al delito
de rebelión. (Decreto número 484 ibídem, artículo I0.0
).
Los Jefes de guerr-illas ue han sostenido sus fuerzas con e~préstitos
y expropiacion es ó con cual uiera otra clase de ex ohacione
, erán considerados como autores de robo cometido en cuadrilla
de malhechores. Decreto Legislativo ele 14 de Ener de
Igor, artículo 2. 0
).
En cuanto al procedimiento obsérve e :
Que están baj la juri dicción ~ilitar, ~uera de los que le c~rresponden
privativamente los dehtos defin.tdos r:t el Título x,. LIbro
II del Códio- Penal : 1 a esinato, 1 1ncend1o de cualqUJera
; especie, el a all en cuadrilla de malhechores, el envenenamiento
comprendi o en la disposicione de los art~culos. 624, y .625 del
mi mo Código; los atenta os contra los func10nanos pu l1cos, de-
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Boletín Militar de Colombia
'- 392 _J
finidos en los artículos 256, 257, 259 y 262 del tantas veces citado
Código Penal ; el uso de explosivos fuera de las acciones de guerra
; y los daños que se causen en las Ifneas y aparatos telegráficos
y en las vías de comunicación. (Decreto número 484, ya dicho, artículo
6.0
) .
Que se deben juzgar en Consejo Verbal de Guerra, especialmente,
Jos siguientes delitos : el espionaje y la traición militar en
guerra civil (artículo 9.0
, Decreto número 484 ibídem); el incendio
de cualquiera especie; el asalto en cuadrilla de malhechores · el
homicidio, cualquiera que sea su naturaleza ó especie; el robo con
fuerza hecha á las personas 6 á las cosa ; J a castración ; las heridas
que causen la mutilación de algún miembro importante; las
heridas y maltratamientos de obra, de cualquiera clase que fueren
cometidos contra personas enfermas ó indefensas, ó· contra niños ó
personas del sexo femenino · los que se cometan en los templos
destinados al culto católico, 6 contra ~as personas de Jos Ministros
del mismo culto; los de falsificación de monedas; los de rapto,
fuerza y ·violencia contra las persona , violación de Jo nterramientos
y e tupro; los daños en propiedades ajenas ejecutados en
provecho propio del autor ó autores (artículo 1 . 0
, Decreto número
212 de 18 de Febrero de 1901); y los delitos de tra·ción á la patria,
de que trata 1 Decreto número 855 citado, así como los demás
de esta naturaleza definidos en el Código Penal.
Que tr:atándose de los delitos comune enumerados en el artículo
1. 0 del Decreto número 212, ya dicho, según el artículo 2 . 0 del
rnismo, ~' contra las sentencias que dicten los Consejos Verbales
de Gue rra, no ha rá lugar á recurso alguno, sino que se ejecutarán
inmediatamente; pero si la sentencia impusiere la pena capital,
se consultará con el Jefe Civil y Militar del Departamento,
quien decidirá la con ulta en e l perentorio término de cuarenta y
ocho horas. Dicho Jefe Civil y Militar podrá cambiar la última
pena por la inmediata inferior, en la e cala penal, ó podrá ordenar
la rcpo ici6n del proceso si e hubi re incurrido en nulidad; 'y
Que respecto de los delitos de traición n la patria, de que trata
1 D e cre to número 855 supracitado, según el artículo 6. 0 del
mi mo las entencias de los Consejos de Guerra Verbales pueden
ser reformadas por la má alta autoridad del lugar n que se celebre
el juicio, y se ejecutarán, in otra apelación ni consulta, dentr.
o de veinticuatro hora .
Todos los j e fe Civiles y Militare e tán en el deber de practicar
la diligencias de u alcance, conducente al esclar cimiento
de los delitos cometidos por los re J Jde , para informar de ellos á
las autoridades ncargada de u juzgamiento.
Encárgase á los Jef s Civile y Militare de Jos Departamentos
de promover lo conveniente á fin de que e a liquen á los rebelde
todas las sanciones penales legalmente establecidas contra
ellos.
El Ministro ARI TIDES FERNÁNDEZ
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Boletín Militar de Colombia
'- 393 _J
Doctrinal-
M NUAL PARA LA PRE AR CION
DE LA CO PA 1 AL COMBATE
POR EL GENER L DRAGO~UROFF
Continúa
89.- Se pueden sacar de todo lo que se ha dicho, para ejercitarse
en las maniobras de simple acción, las prácticas siguientes :
si el enemigo está á descubierto, se puede comenzar por hacerle
lgunas descargas como á 3CX> pasos (más bien menos que más), y
n seguida marchar directamente sobre él ; pero mientras más á
ubiecto es á el enemigo menos hay que emplear las descargas;
1 no, será mayor la pérdida nuéstra que 1 daño que le causemos.
Al movimiento de avance se Izará con rapi'tüz y siempre en línea recia de
rente; los tiradores cubrirán lo flancos t.
A 100 paso la carga, á 50 pasos á la ayoneta, á 20 6 30 e l
rito de }zurra. El paso para acometer de e s r nervioso, vivo y ligero;
la carr ra no debe empr nderse ino únicam nte á lo último,
pero con toda ligereza; la alineación e toma sobre el que ha
avanzéldo má .
1\.,..o ha_y qu d. tener nunca el ataque szito dnpu;s d~ l1aber rebasado
ttnos czizcru.nla paso el szlio detrás del cual se considera que el etumigo
está n posiclún. En el momento de la detención, todo el mundo se
estrecha so re aquellos qu urante la carrera han avanzado más.
u Nadre se atreva á retroceder nz· una pulgada." (Sou roroff). Hay
que dedicar la mayor atención al restablecimiento inmediato del
orden y e la cohesión despué del asalto.
90.-La cadena no se detiene, y persigue al enemigo en retirada,
picándole los talones.
os arece que se puede :1.dmitir después de las descargas el empleo del
aso ligero, ara acercarse de 300 á 150 pasos menos. <..n el tipo del ataque de
5ou oroff empleó el aso d carrera durante los inst ntcs en que se podsa t mer
que el fuego causase grandes pérdidas.
t Los lira.dorcs deben acompañar á la fracci n que da el asal~o hasta e_l fin,
y disparar ó hacer uso de la bayoneta al tratar d reb:l.s~r al enem1~0. ~ n v.rtud
de la ley d mutuo apoyo, ni un hombre debe qucd r a retaguardl cuando la
tropa n archa al asalto a la bayon ta, á menos que el jefe ordene que se detengan
ara ayudar al combate con el fue o. cmejante ord n ucde dars en el ataque
de la trinchera de las posicio c.:s cubiertas por un foso, por un barranco 6 u
arroyo (6 fo o 11 'no de agua). En e · to casos los tiradore que llegan á orillas
del obstáculo foso . barranco ó arroyo, pueden ser d tenidos para so ten~r~ mediante
el fuego, el aso de la rcser a, pero se unen :\ ella tan luego como esta ha
puesto pie en la otra onlla.
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Boletín Mil i tar de Colombia
'- 394 _¡
91.- i el terreno se presta á ello, se puede continuar la maniobra
también con la reserva, tomando como objet/vo la persecución
del enemigo en derrota.
92.-Toda formación es buena para el ataque cuando el jefe
no admite término medio entre la victoria ó la muerte, y i ha sabido
estimular el apoyo recíproco de sus tropa de manera que
ninguno piense en la propia defensa, sino que se preocupe por salvar
á us camaradas. Por esto, en la instrucción del tiempo de paz
conviene siempre no dar el asalto n la misma formación, sino en
orden desplegado ó en columna segú1 las circunstancia .
9 3 .-PREPARACIÓ DE LA COMP.~-\ÑrA Á L S SORPRESAS QUE PUEDE •
SURGIR DURA. TE EL ATAQUE. La circun tancia que puede crjudicar
más el é ito del asalto, es que 1 enemigo emprenda un contraataque
en una dirección inesperada. Para evitar con calma semejante
eventualidad, conviene, durante las maniobra , uponer un
ataque contra uno de us propios flancos ~indicando siempre la
posición supuesta del enemigo), y tomar la medidas necesarias
para oponerse á él. Estas medidas pueden con~istir : en un ataque
general á la bayoneta de toda la compañía sobre el sitio en donde
se supone aparee el contraata u e del enemigo, ó en un a taque
á la bayoneta, ejecutado solamente por una fracción de la compañía
designada al ef cto.
• El primer procedimiento, es decir, el cambio de dirección del
ataque de toda la compañía no puede verificarse sino durante el
período d los fuegos, y por esto hay que practicarlo en la instrucción,
antes de encontrar e á menos de 300 pa os del enemigo · el
segundo es decir, la designación de sólo una fracción de la compañía
para precaverse de un con raataque imprevisto, se ondrá
en prác ica cuando sea ya demasiado tarde para renunciar al objelivo
rimitivamente escogido; por tanto la aplicación de e ta medida
se demo trará en la zona que e extienda á menos de 300
pasos de la posición enemig~-. Es claro que hay que confiar e ta
misíón á la sección de retaguardia y no á la delantera.
94-En e e caso, el empleo del arma puede ser diferent ,
según las circunstancias: si nuestra aparic·ó es imprevista para
el enemigo, 6 si la aparición de éste no es esperada por no otros,
la bayoneta, precedida de una descarga ó do , si el tiempo lo permite
. Si, por 1 contrario, el contraaque se descubre á más de 200 ó
300 pasos, lo tiradores pueden di parar durante el tJempo que
sea pos1ble, y la reserva d pués de una descarga, e lanza al
arma blanca.
El fuego no sirve ino para pr arar el choque · pero como
respecto de medios de preparaczon el mejor de lodos es la sor-presa szempre
que sea posrble evzlar la del enenugl) sería enojoso, en semejan/e caso,
perder tiempo en disparar· porque la. mejor u 110 pe.r m·i'Hr que el (nunigo
se oriente.
gs.-VuEL'IA AL CUART. -La compañía e t·eúne y da frente
á retaguardia. e eñala una nue a posición, como antes para
los tiradores y la reserva del enemigo pero en la dirección que
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Boletín i titar e Colombia
'---- 395 -'
~eva al lugar ~ donde tá acuartelad ó campa a) la campanía
y todo e eJecuta como ant e ha dicho, salvo que la segund~
fila queda en la cabeza. Los e bos y argentos, claro, atraVle
an el fren e. Despué del a alto de la posición, se uelve al
cuartel en el orden de camino y e lica o e decir tomando medida
de se uridad.
g6.-La maniobra deben fectuar e n los contorno , sin rodeos
inútiles. Contando un kilómetro n contorno, de de 1 punto en
donde e comienza á ton1ar la formación d combate hasta la osi.
ció~ del enemigo, cada e ión no deb durar más de hora y medta
(rda y vuelta), dos hora como máximum.
Es preciso hacer la crítica de la marcha que preceda á la
maniobra, ante de tomar la formación de combate · para la maniobra
de ida ante del asalto· para la maniobra de regre o, lo
mi mo; para la marcha de regreso al cuartel, al llegar á e te punto.
LAS G o B LL E
POR DICK DE LO .. GLA Y
(Continúa}
(Lz"gi!,Y-IÓ de Junio de I8I5)
Continúa
OLEO N
El 16 d Junio, al toque d diana, to o el mundo stá en pie;
pronto luce un sol magnífico; á medio día hará un calor tórrido.
F ompemos una tajada de pan y bebemo un bu n trag de nuesti
os calabazas lleno de aguardi nte.
Ya fila de jinetes a anzan por entr los trig le como ex loradares:
sol" los cazadores de Payol y Jo dragon s d Exelmans.
Ya los prusianos se despliegan enfrente de no otro , y aparee n á.
cada instant en ma or númer . La llanur arrugada .de Fleurus,
en la cual á li t·ar e una de las más terribles batalla del siglo,
presenta aspecto muy impon nte.
En medio de nosotro , detrás de un pe ueño promontorio, se
levanta la punta de un antiguo campanario · los piñones cu i rtos
de pizarras y los techos con paj de Jeurus · á nue tra derecha se
descubren también chozas, algun casas y otro campanario: es
Lambersart. Como á do kilóm tros al fr nte de nuestra líne de
batalla, el terr no forma colín , al pie de las cual corre el arroyo
de Ligny oco rofundo pero fango o con auces y al o álamo
n la orilla.
obre esta cot-ri nt eucu ntran do grande Ideas: aint-ma
nd á la iz ui rda y Ligny á 1 derecha. La casas d estos
lu re , ai la a un d otra , como gran número d la d~ las
aldea de Bélgica se 1 vantan en m dio de jard1nes y de erJeles
llamados paJtales, cubi rto p r mucho árbole frutales 6 de lto
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Boletín Militar de Colombia
'- 396 -'
oquedal. 6lo Jos dos campanarios y algunas casas aparecen á
la vista. Un poco más lejos se alcanza á ver á Sombref. Detrás
de estas tres aldeas el terreno e levanta; en la cima de este
declive se distingue el molino de Bry, y detrás del molino, en
un pliegue de terreno, la aldea de Bry, en donde los nemigos
tienen sus reservas ; de esta última aldea no se alcanza á ver sino
el campanario.
Los prusianos se encuentran en estas dos aldeas de SaintAmand
y de Ligny, amontonados en número considerable en las
casas, en los verjeles, en los campos y d trás de las cercas, que en
este país tienen comúnment de sei á siete pies de altura. Gran
número de cañones prusianos, que brillan por el sol, están colocados
en batería entre Ligny y . aint- Amand. Numerosa columnas
enemigas descienden de la planicie de Bry y se sumergen en aintAmand
y Ligny; las ca as son rápidamente almenada y rodeadas
de barricadas ; lo oficiales colocan sus oldados detrás de las paredes
y de las ban·acas y n lo jardines. La compacta fila de árboles
que se encuentra á orillas del arroyo de Lygny nos estorba
la vista: apenas podemo di tinguir, por ntre algunos claros las
masas del jército prusian acumuladas obre la planicie de Bry,
en número de noventa y dos mil hombre .
Nuestro jé rcito no tiene en este punto sino sesenta mil combatientes.
1 barranco con aint- mand y Ligny, en cada una de
sus extremidade e encu ntra ntre Jos dos. Vandamme debe atacar
la primera de estas dos aldeas y Gérard la segunda.
La sorpresa de apole6n ha ido e traordinaria cuando al
entrar á Fl urus, punto u nue tros soldados ocupan desde por la
mañana, se le ha dado a iso de la presencia de masas prusianas
ntr Bry y ombref, ma a cultas en arte por cercados mancha
e bosqu y cortijo . La po ición de los prusianos está á
cubierto, dicen los primeros oficiales á quienes interroga el Emperador,
y no s l es uede ver. · lnmediatamen e e traslada á la línea
de lo xploradores s guido por una escolta de lanceros de uniforme
v rde realzado con galones y param ntos de color amaranto.
En m dio de te llano d Fl uru , y un oco haci nuestra
derecha, le •anta un molino de viento construfdo de ado e encarnado
, que ar e una torre. Napol ón e encamina á él y es
r cibid por 1 m liner , qui n muy emocionado por encontrarse
en pr s n ia del Grande /J ombr , le hace s.ubir una scal d cuerda
ft ja ha ta 1 tech d u m lino, d de donde e puede e 'aminar
fácilm nte l cam o de atalla cogido por 1 nemigo.
e lo aho de st obs. r atorio apo1 6n d scu r claramente
los treinta mil hombr de Zi th n ~o t cado n primera Hn a en
Saint- mand y Ligny. 1 bajar del molino hace llamar á u lado
á andamm y iérar y señalándole como objet/vo los campanarios
de la do al a : " Ahora mi m o les die , y cuando e oiga
el fu o d cañón e y y á una s ñal mía os. tra ladaréis ~obre
ese punto de ata u y acaréi <.J llí á los prusianos á. viva fuerz
. har apoyar.' El. Emperador espera n fect , con im-
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'- 397 _J
paciencia, que el Mariscal haya ejecutado su maniobra de tomar
al enemigo por la espalda en Bry, para comenzar el combate.
Durante este tiem o el guapo érard va á reconocer el terreno
sobre el cual deberá atacar inmediatamente, pero este reconocimiento
puede co tarle la ida ó la libertad. El Comandante
del 4.° Cuerpo e tá acompañado del eneral de Saint-Remy, u
Jefe de E tado Mayor de vario Ayudantes y de algunos húsares
de la compañía escogida del 6.0 Regimiento.
El reconocimiento del General Gérard ha recorrido ya la
mayor parte de la l anura cuando repentinamente vemos que esta
pequeña tropa vttelve rida hacia nosotros y se nos acerca á todo
galope. Una parte pdncipal de la caballería prusiana acaba
de descubrirse detrás de un grupo de árboles y la acomete con
insistencia. En esta rápida carrera so re un terreno cortado por
fosos, y cubierto de tri
o viole nto de fusilería á quemarropa. on los seis batalJones de la
eser a de Steinmetz. Ante este fu e go asesino, nuestros jóvenes
oldados se detienen remolinean un instante y se baten en reti.
ada vol iendo á Saint- Amand aceleradamente.
Los prusianos nos persiguen, lanzando estrepitosos hurras.
:.~ero, negados á la aldea, nos detenemos de propio impulso, nos
r:netemos en las casas, tras de las paredes, en los vallados, tras de
roncos de árboles, y á nuestro turno recibimos con rápidos fuegos
á voluntad al enemigo, que se e obligado á replegarse sobre
su reservas, colocada en anfite atro sobre la pendiente que domirna
el molino de Br;.
Pronto masas espesas de infantería prusiana bajan de esta
Llanura á paso de carga, dejand oír gritos furiosos : se diría que
ra una nube inmensa de cue rvos. A la vista de estos atrevido
_J t·usianos, un estremecimiento de rabia y de odio nos sobrecoge.
usotros sabemos por los habitante del paí que se han vana.
loriado de habernos llevado el año último desde Dresde hasta
rís, haciéndonos correr eomo cabras y que dicen que en breve
w !verán á hacer lo mismo. Todas estas jactancias nos han sublea
o; no queremos ya sino darles muerte á todos.
Estos prusianos, preciso es confesarlo, muestran gran valor,
e ntrando en columna cerrada en aint-Amand, nos desalojan
( las pr·meras casas, en donde se fijan resueltamente. Atacados
o r nue tros soldados con una impetuosidad que llega hasta el fremesí
por la deserci< n del miserable Bourmont, los enemigos se detfienden
con furor.
Entonces se inicia una serie de combates iolentos, que tienen
a ferocidad de las guerras civiles, porque el oclio conocido de los
g:>rusianos contra nosotros ha excitado en nuestras filas una especie
de rabia, y no se les da cuartel, como ellos tampoco nos lo dan.
or varias horas los dos bandos ya vencedores, ya vencidos, nunca
ocansados, se disputan cuerpo á cuerpo, pie con pie cada una de
fla posicione que cubren la aldea y el barranco.
El denodado General Lefol, espada en mano, sin o m brero,
el vestido acribillado á balazos ostiene á sus oluntario inconovibles
bajo este fuego terrible de metralla, que destruye todo
;á su lado, oficiales y soldados.
La artillería, mezclando los disparos con sus granadas y con
sus bala de cañón á la mosquetería de la infantería, incendia ":'arias
uintas de la extremidad de aint- Amand. Las llamas son 1m potentes
á paralizar los esfuerzos de lo soldado que pelean en esos
edificios ; se les ve fusilarse, perseguirse á la bayoneta herirse
;á culatazos en medio de la habitaciones, de las granjas y de la
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'- 400 __,
pesebreras incendiadas. Parece como si cada uno de ellos hubiese
encontrado en su adversario un enemigo mortal y se regocijase al
hallar el momento de la venganza . Nadie pide merced de la vida ..
La aldea se pierde y se vuelve á tomar repetidas veces. Este com-bate
puede considerarse como uno de los más encarnizados de que~
la historia haga memoria . .
Al propio tiempo, hacia nuestra derecha resuena un terriblee
fuego de cañ6n. Poco más 6 menos una hora después de nuestroo
ataque, las tropas del Gen~ral Gérard se han abalanzado á su vez~
sobre Ligny, fuerte y grande aldea, de amplios cercados descu-biertos,
de espaciosas quintas, y atravesada por una larga calle
que permite á los combatientes entrechocarse por masas. El com- ·
bate está ahí, en ese momento, en toda su fuerza; de Saint-Amand
vemos levantarse grandes masas de humo blanco que remolinean
encima de la copa de los árboles que sobrepasan la flecha de laJ
iglesia de Ligny.
Concluye
EL G R AN E S TADO MAYOR
III
Cuando el General Linares presentó al Parlamento sus proyectos
de reforma, el relativo á la creación del Gra1t Estado Ma-yor
(Estado Mayor Central, lo llamaba), causó profunda sorpresél!
á muchas personas leídas y escribirlas. ¡ Qué extraño era esto, s:
hasta militares con cualidades reconocidas de publicista lo combatieron,
como invención, por lo visto pecamino a 1 Después de examinado,
aunque ligeramence, lo que ocurre en todas partes acere
de este particular, no puede negarse que la pasión conduce á lamentables
extra Y íos.
Ni el prop6sito del General Linares podía ser más plausible_,
ni la novedad lo era, er. orden á los princi píos hoy en boga, sin
para los apegados á que sigamos viviendo, en materia de organización
militar, en plena edad de piedra, á pesar de los constante
cambios de postura. La organización de nuestro Ministerio de 1·•
Guerra, y esto lo hemos dicho hace muchos años, y lo repetímo
en 1895 en un estudio consagrado á la materia *, adolece de u
defecto esenciaL Superabundantemente preparado para los alto!
fines de la liturgia administrativa, con su engorrosa tramitación "
la francesa, que de modo tan ésimo hemos traducido, nada ha '
allí-con carácter permanente y propio concepto, se entiende,
capaz de dar contenido y realidad á esas ideas que reclaman alg
más que buenos amanuenses para ser expuestas, y colorados balduques
para no desbordarse.
• Organiuuió11 delhfi,t".rterio de la Gru'l'ra. REVISTA Tic ·¡cA. Tomo :t: ,
primera época, números 6 y 7, Septiembre y Octubre de 1895.
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'- 401 _,
'Y no es, cribímos en la época antes citadá., que falten allí
la hteligencia ni el conocimient ni la aptitud, ni la volun d.
u ... falta el or ni mo adecuad . sí se e.·plica que el Mini tro
eno-a ·¡ue pen arlo to , y no 6Io pensarlo., ino prepararlo, diri
·irl :.>ot·dinarlo vigilarlo, y ca i ha ta ejecutarlo todo también .''
'' Di per os e la doce seccione d la casa cada uno de los
1 m ento que han de con ti uír el conJunto hasta para lo má in¡
nificante nece "ta el jifc: ir por í mi mo tt·as lo que há menester,
y hacer por sí mismo io--ualmente la advertencia que impi el
rror. Lo trabaj s e H ... rculcs son nada al lado de esta tarea de
cada momento emp:·en i a ade más con secciones ca i autónomas
ara 1 erfluo, y ca i estérile para lo útil y convenie nte en
cuanto han de moverse unas en función de otras .. ,
Desde que e ta línea se escribieron, al pres.!nte poco ha
ariado la situación de la co as en lo que e esencial á lo menos.
parte lo no escasos inconvente nte que en cuanto e propio
~ la admini tt·ación y gobierno del Ejército, ofrece la organiza ción
interna del Centro directivo en sus relaciones con <:;l conjunto
de la llamada Admini traci6n Central de Guerra y con el vasto
njambre de dependencias provinciales y unidades orgánicas de
t das armas, lo que origina anomalías ''erdaderamente ingulares;
fuera de eso . que ya es mucho para defecto, las cuestiones todas
ue afectan irectamentc á la preparación para. la guerra se enentran
poco meno que en estado embrionario y eso las que
an sido por incidencia preYi ta . De muchas otra no hay ni siJUÍera
noticia, á juzgar por lo que hemos oído á alguien que tiene
1noti vos ara saber estas cosa .
Y e natural que a { ocun·a. ada función exige su órgano
propiado y Jo primero que advierte quien desea profundizar en
el e tudio de aquella complicada y vetu ta maquinaria, es que asi
como el enlace tiene, por fuerza que ser allí resultado de un
acuerdo, p ro 6Io por convicción de los e mento diver~o porque
de ot1·a uerte cada uno aldrá por su r gistro, faltando como
f Ita el medio necesario ara im rimir con tantemente la unidad
de acción, así también lo que debe ser resultad de una labor
lenta y sostenida, e o tiene sólo por e fuerzo galvánico n in tantes
de exa1Lación intelectual d aquel que debía encontrar á. su
servicio todo di puesto.
Ya n su última etapa ministerial comprendió, por xperien cia
propia, 1 General Azcárraga, que no ra posible guir a í ·
que imponía la realidad un orden uperior de trabajo de conjunto,
tal serie de apremiantes y técnicas xi tencias, que lo verdaderamente
asombroso era cómo en 1 s difícile circunstancias en que
se había hallado pudieron tocarse allí infonías al compás de una
batuta ue no encontraba orquesta, in mú ico Jibre y de anto
aislado.
TOMO 1-26
e .PU llC
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or
cierto ord
3( letin 1 i 1 itar d C< lo m 1a
'- 402 _;
ecc e • ·Iinise
mestre u nos con
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H(, ctín r fili 'lr c1 C lomhia
'- 403 ~
e ha añadido qu
intere e de la admini
mento á con ideracion
las re ladones entre la d1 v r a
ma iada fr cu ncia los
;rvicio á exi'gt.ndas dd mo-
1 ' ind terminada . ' ¿ T ,. r ad que par e
~spañ ? Quien pa.,e reYi ta á la mayor pa;·t de los proy ctos que
hao ido á la Con 6 de lo decr t que han apa r e ido úbitam
e en la (.~acd,z, de cincuenta año acá proycc o ahog-ados al
nacer, en u casi totaliJa !, y decretos reformados de la cruz á la
fecha ante del medio año. tendrá que con ·enir en qt,e dejamo
tamañito á lo ingle e . Y léa 1 com ntario ue ' Jo ant<.:rior
pone la omi ión citada : • Lo que in antemente ha sido variado
reorganizado muchas vece in obed r á ningún principi e-erminado
ncce ariam nt carece de co ) mento de e tabilidad.'
i de molde.
En cambio tratando del alto mando en Alemania decía en
1897 un estudio publicado en la Rnl ut. miblaire de r Elrangtr , que
el ran Estado .. Ia yor, á u doble pa n la j nstrucción y preparación
ara la guerra, junta a la 'en aja de ue emanaba
d 1 J fe de E tad rviayor 1 uni acl de doctrina ha ta 1 punto
que la homog nei ad d J E tado .fa) or al mán era tan a b oluta,
ue ermitía llega1· á un ~cuerdo complet sin preYia comunica-ción
de id as, ante una ituación militar da la. " e ultado recioo
que introduce la má perfe ta unidad en la dil-ección de un
jército, estableciendo la constancia de Jo método y 1 aci rto
n Ja J c .... ión d las medida apropian á las diver a ircuns-tancias
e la guerra. uando se recu rda que aquf, Juégo d do
ó tr s años d ampaña, h mos visto reunir juntas xtraordinadas
el General baje la Pr · idcncia del fini tro, para aco ·dar
un plan, como ocurdó por ""jem lo, en Ja segunda contra los carlistas,
basta este dato pa1·a tormar juicio de la diferencia qu hay
entre tener 6 no tener ran E tado Mayor .
• *
Y ahora preo-únt todavía si es necesaria la cr ación de ese
Centro técni o. Los que desconozcan que la in titucióñ milita1- es
quizá la que má xig-e per ·i tencia y unidad d criterio n sus
fundamentos esenciales, podrán dudarlo. eguram nte que no les
seguirán or e e camin cuantos medit n ac rca d - Jos pelig-ros
que h de acarreat· la continuación del pasado con u o-ra ndes
errores y us consecuencias horribles.
J. To obstante que creemos haberlo dicho ya con ntera laridad,
habremos de repetir sin mbarcro, que á nue tro par. :e:,
siendo meramente técnica la misión del General ll mado á dtngtr
el r.an E tado Mayor puede muy ien dado sobre todo nuc tro
régimen olítico, que no ermite hoy otra solución, armonizar
a uel deb r con la dependencia en que ha de quedar por lo que
hace á r Iacione con 1 Mini tr re ponsabl .
• Armle Allemande: Le Haul CtJmman denun.f.-REVlSTA citada, número
835, Junio, 1897.
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'-- 404 _J
tra cosa ería ir d recho al fracaso. ¿Cómo habían de ob-e
r ultados beneficiosos con un procedimiento que significadualidad
difícil de contener en lo límite respectivo ?
6nde mpiezan y dónde acaban la administración y el ~obierno
de un Ejército? ¿ D6nde la dirección y la admini tración del mismo?
¿,Qué h y fu e ra de e o c-¡ue ólo ea peculiar al man o é instr
·ucción de la tropa ·? ¿.Qué l ue ca d ntro sin rebasar 1 s
Hnea clivi orias de los otro cometiclos '? ¿ Cu..cles debieran cr las
atribuciones y las respon abilida e d l 'Iini tro, Consejero de la
Corona y re pon able 01- sto e todo cuanto al orden militar
afecta y cuál las el J e fe de E~tado 1ayor del Ejército no ujeto
á má infracciones u a uella en que pudiera incurrir al no
ajustar su acto á las órdene ue directamente le diera quien
constitucionalmente se halla e r nto de toda responsabilidad?
¿ Habda el 1v1inistro d aceptar r pon abilidade por actos en
ue no tomaba participación y d .... lo cuales ni aun conocimiento
podrí tener, en la mayor- parte d los casos ha ta luégo de realizado
? ¿ erá po ible conceder facultad s mini terial s ó análo()"'
as á quien en el régimen constitucional no es lógico e.·io-ir las
respon abilidades á ellas anexa ?
un alvado te escollo, ue es mucho sah·ar porque estas
cosas son bue n s para dicha retóricamente, pero difíciles de resol
ver, · no ocurrirían diariam nte choques nacido de lo borroso
de la mi ma línea di isoria? orque á la Jefatura de Estado Mayor
el "jército tal como la quieren Jos que la ueñan independiente,
le ertenecerfa de derecho cuanto se refiere á la organización
no ya el conjunto, no ya integral sino de los elementos
to o . ería un mando supremo, ejercido, no so re lo exi tente
ólo ino para modificar lo exi tente, lo cual implica una erie de
cuestiones, i relacionadas con el mando de armas exclu ivas y
pl'·opia del Mini tro responsable. ¿ e pre cindía de ést ? Pues no
vemos la manera de realizar, por lo medio hoy conocidos en
n~e tro régimen político, lo que se pretende. ¿Tomaba participaCiÓn
? ¿ qué entonce la nece idad d 1 otro elemento con entera
independ ncia, si había de prescindirse de e lla en el momento
mismo · n que sus funciones se encontraban en el caso de ser
ejercidas?
FEDERICO DE MADARIAGA
IN ~ ORME SOBR L JÉRCITO AL N
(Continúa)
La oficina post al milil ar
Por e.spacio de mucho tiempo venían quejándose en Berlín y
en otra Ciudades, del gran m.hnero de hombres inútilmente distraídos
cada día de l es ejercicios de instrucción para llevar pliegos
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oletín 1 ilitar de C olon1bia
\.._ 405 ~
militares. El Príncipe uo-u to d urtemberg, Comandante general
del Cuerpo de la Gu rdia decidió resol\ er e ta cuestión de
una manera definitiv·a y reducir 1 e tricto mínimo 1 número de lo
old~dos sí ocupados. u solicitud . y conforme al proy cto qu
él m1 m el. I;>oraró, se esta Jeció en Berlín lo que e llama ficin
Po tal 1thtar (~I/h'tali--Post- 'latt'on), y la solución imaginada
era de tal modo práctica, que o tu v la apr baci6n general, proP?~
iéndose hoy instala1· oficinas s _m jantes en otras gr nd guarniCIOnes.
La ficina Po tal Iilitar tiene or objeto, por una parte recibir
y por otra disponer el eví á su destino de toda la correspondencia
de lo Cuer os de tro as y stablecimientos que tienen
relación con ellos . cepta igualmente lo paquete , con tal que
sean de una forma y pe o tales que un solo ordenanza pueda fácilmente
He ·arios.
La oficina hace 1 a arta o de todos Jo liegos, cartas, &c.
que e le remiten los clasifica con arreglo á us direccione , y los
e ·pide por los ordenanza corre ondi ntcs de los regimiento que
les en ·ían á la oficina con este o jeto.
Al instituir la ficina Po tal lilitar e tu ·o ólo en cuenta
l as gran s ciu acle , or ue .n las pe ueñas guarnici nes sería
completamente inútil. Para ~u in talación se rocuró elegir un punto
tal, qu en cuan o fue o ibl e tu iese en 1 centro de la capital
y próximamente á igual di tancia de lo iferentes cuartel s
y esta lecimientos militar · y ci ·it s con los cual s so tienen los
cuerpos correspondencia. Por sa i facer e tas con iciones es por
lo que se ha e ta lecido la ficina Postal Militar de erlín en 1
cuartel de artillería cerca de I~upf'rgrab~. Jz.
'in la or anización d ta oficina se ha afirmado, como en
todo lo demá , el principio cuidadosamente obs rYado .1 manía,
de la sencillez y ce momía n \ irtud d lo cual n s xtge :I-e
todo edificio ino ue s a apr piado á su objeto. na sol peq_uena
sala con do ventanas en la lanta baj d 1 cuartel con utu e
todo el local. Un tabú¡ue 1 di \'ide n dos piezas : una sir\ e de
vestíbulo donde reúnen los ord n nza q · ' n á 11 ' r ó r -
coger pliego , y la otra con tituy la oficina propiam nt dicha .
El mueblaje onsiste esencial m nt n al 0 uno grandes tantes
stableci lo~ á. lo largo d la I ar des con una tiquet o r
cada apartad , indicad ra de un regimi nto E~tado Iviayor establecimiento
·c. ~ 1 todo stá di u sto sistemáticamente Y n
un or n t..:rfec"o . on to, alg-unas m sas y los acce orios indispensabl
es n un oficina . in el u un ello pecial, del cual lo qu ·
sigue es una muestra,
e decir :
Milit ir-Po t- tation
- -2- arw 1877 -
os me -es se design:1n si 1 pre n Alcman1'a por u n
c omo l a fecha se escriben · • 1enuclo con ci rns arabes. Así,
de Diciembre, ~e.
ero de ordt:n ue
2J/12 igni 1ca 2 1
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'- 406 -~
veces al ía, para Ja recepción y distribud
tete á ocho y tres cuarto de la mañana, de
á d e y d cuatro y media á siete de la tarde.
urante l se me tre de in i r-no ( el r .0 de Octubre al 3 1 de
Mar¿o) l primera di tribución s retarda una hora.
ta hora de de pacho del correo son bien conocida de
todo y ca cuerp ó e tablecimiento envía u ordenanza una
vez al día, en el mom nto que má 1 convenga. E te lleva lascartas
qu e ea expe ir u regimiento y retira á la ez la que e le
dirio-cn y que lleYa á u regre o. to se re uce todo el transporte
'le corre ondencia.
ficin Po tal Militar está bajo la dirección del E tado
May r d l uerpo la Guar ia el cual confía 5u vigilancia á uno
de u yu ante . El ervicio e hace por os gifr zles, destacados
cada uno por tres me e por una las di vi ion e de infantería de
la Gur ia. "' re e m plaz e hace sin formalidades d ninguna especi
al cuidado d los E tado Iayores divi ionario , pero alternando
iempre de manera ue el gifrúte nuevamente nombrado
por una Dh isión esté durante me y medio adjunto al que le pre-
, cedió f cilita por otra Di visión. El antio-uo pued de este modo
poner á u compañero al co1·riente del ervicio .
I ada or tra p rtl: má encillo. En el muro exterior de la
oficina e encuentra un buzón r guarda o por un p queño tejadillo.
Por llí cada ordenanza depo ita u saco de de pachos y su libro
de di tribución, luégo se dirige á la primera pieza de la oficina
don e poco tiempo despué por otro ventanillo practicado
en 1 labu)lte e 1 ntre a de nuevo su libro y aco con los despacho
dirio-idos á su regimiento, que ) a no ti ne ino que lle ar.
L d gifreiles trabajan siempre juntos. Uno recibe los plie-go
y 1 cla ifica inme iatamente n los dif r ntes apartados
e la tantería · y 1 otro se a gura de que 1 número de la
rta e ti bien conform con e l que va sentado en el libro que el
or nanza e siem re presentar al llegar á la estafeta, aun
cu n o no lle\'e papel alguno. Cu ndo e l número de envíos concuerda
con la in cripción d 1 li ro, 1 gerreile one el timbre en la
columna correspondí nte. i hay iferencia, marca ésta con lá-iz
rojo y 1 libro no e sella. Por último si el ordenanza viene
vacío, in ica sto con un igno convenido.
u1ante este tiempo 1 otro gifr 1/e toma de 1 apartados
lo en 10 de tinado al cuerpo d 1 ordenanza ue está presente,
los timbra coloca n u aco, y de pués de haber anotado 1 número
en 1 libro de distribuci6n, lo ntrega todo al ordenanza por
el ventanillo del labiq11.e. Ad emás de la correspondencia militar la
estafeta recibe igu lment las carta privadas que puedan ser llevadas
por lo ordenanza ó por lo expedidor n persona pero
á condición de ue tén fran uea a con sello de correos.
i 11 gan á 1 tafeta despacho dirigidos á un cuerpo cuyo
ordenanza haya pal-Lido, qu dan en el apartado hasta que se presenta
de nuevo.
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Boletín Iílit r d
'-- 407 _j
1on l ta
Del mi mo mo o ~-e y cierra infle · iblemente
á la hor r:>re crit ; u e e retard . tán obli-g-
ado á ·ol ver á la di lribuci6n iguient .
La carta ficial e arttculare dirig-ida á e tabl cimien-to
qu~ no enYían ordenanza , inmediat ment despué de cen·arse
la ofic1na, e remit n á la ofi<.:ina d corr o má próxima. Uno de
o gifreil~s se ncarga e pecialm nte de e te cuidado.
P ra com pru r la regulari a e la 1 eracione e i te en
oficina un li ro le r o-istro e p e cia1, en el cu l e en cada día
los uifrezlu pon r el en y firmarl . p r la n che, antes de dejar
puesto, e t, n obliga s á desmontar el ti m re adaptarle la fecha
del día iguiente y aplicar un ello de pru ba sobr una hoja
destin da ·f ctu. llave d e la oficina e r mite todo los
días al Estado •Iayor del u rpo de la guardia.
e Vt=, pue que 1 ficina Postal Iv!ilitar e ventaja p ra
1 Ejército por todo conceptos. El nt'imero de ord nanza por~ore
d de pacho se ncuentra reducido á la más mínima e -
presión y al propi f mp la expedición y recepci· n de todos los
nvíos e tá.n .... v ramE"nte regi tra a . ...... o jetará quizá , que un
regimiento no pu de cont ntar con recibir y e pedir los paque-te
d corr spond ncia una ol vez al día pero un vez má e
preci o r cordar qu r;~z Alem ni la correspondiJICl·a mil/lar esiá 1nt9f
limilada; e re uce á lo papeles de ab oluta necesidad, y presenta
en el mo o com se conduce. e carácter de perfecta calma que se
encuentra n to o en la institucione militares alemanas. í ues,
los regimiento de Berlfn no experimentan jamás la necesidad de
enviar diariamente e a multitud de ordenanzas y de despachos á
lo cuatro punto cardinal s. En suma ería de de ear que institución
tan útil como Ja Oficina Postal Militar fuese introducida
igualmente n lo grandes centro militare de Ru ia
Los esfuerzos de todos, de Je el sargen o hasta el jefe upr~mo
del Ejército se dirigen con~tantemente á un mi mo objeto: dzslraer
de la z'nslrucci/m. el menor número de hombres poSible/ y siendo así,
no es extraño que e té á punt d alcanzar todo cuanto pueda
pedirse en la condiciones actuales. Las comisiones fuera de filas
subsi tentes deben set· aceptada como un mal necesario. Reducidas
á e te límite las bajas en el efectivo ce ande ser un abus Y
no representan ya sino el s cri.ficio indi pensable de algunos hombres
para la necesi acles de la organización y para el bien general
d 1 servicio.
egún cxpTe a Mr. L~ 1arcb nd, l h n sido y en ·ari s ciu des, entre
otras. Vilna y M cu.-(N. tid T.).
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. • .
1
Bol etí n Militar de C o l ombia
'- 408 _J
EL COMB T
POR MA~UE~ IORE OC U RUC
(Continúa)
El fuego se ejecuta normalmente or ieza n cada atería,
y xcepcionalmente por descargas, cuando con\ i · ne arrojar obre
un punto dado una llu ia de royectiles · ma n todo ca o te e
un recur o d 1 que no e de e a usar rol ngándolo dema iado
tiem o.
Toda aterfa que gota us muniCiones )era in mo\' rse
de la posición á que se 1 ro ea de nueYo, u s su retirada produciría
n las d más tropas un de aliento perjudicial cuyas consecuencias
podrían ser mayores que las re ultantes del daño que
l a atería puede recibir mi nt1·a tá indefen a. Tampoco e retiran
d 1 fuego la at rf s que han ufrido grande érdida aun
cuando haya facilidad de releYadas.
Cuando una atería se ve preci ada á ab ndonar al nemigo
una parte de su material, de e inutilizarlo, y mojar 6 incer.diar las
municiones. si h y medio para ello.
ARTILLF.R{A E." L OlF..,.SI -En 1 combate of n ivo la rti-
11 ría de la vanguardia ntra en po ici6n tan Ju go e m e . eñala
la r senda del adversario y rompe el fuego ara forzarle á descubrir
u fuerza , prot ger los camino pot· donde a Yanza á des-legar
1 cuerpo princi a1 y a egurar la o i6n de Jos punto
fav rabi á la conc ntración pr #paratoria de las columna .
Aunque sin dejar de ofendet· á la tro a nemiga que lcanza
á di tinguir n ma a com actas ~u objetzi•o r.inci al e la artillería
contraria, que erá la rim ra n mo trars on la que
mpeña una lucha metódica, dirigida á apart r su fueo-o de las
fuerzas que stán de pie ando y atraerlo sobre í.
El r to de la artill ría dh·i ionaria e adelanta con la tropas
de rimera línea gana á toda ri a osiciones que en lo o ible
cojan de flanco á la atería nemiga y rompe 1 fuego obre
ellas. E ~ reo-la general que toda la ter a di ponibl ntr n
de de lu go n acción, pero puede er alguna YCZ con ·eniente
dej r una art á re agua1~dia á la e pcctativa ha_ta que ien
det rrninada 1- dir cci6n del ataqu pueda reci ar la mejor.
situación para u cm leo.
La rtillcrfa de uerpo entr qu. toma el com-ate
todo u e rácter d ·ci ivo u como 1 pnm r agr ión
ha rá dado á conocer 1 ituación é importancia de la resi tcncias
enemig permitiendo coger 1 objdivo d -1 ataqu ríncip 1 y
lo m io de r alizar é te import poner en juego oda la di onible
y · mplearla en apagar pronto 1 fuegos el - la fensa destrufr
los ob táculo ue la fortalecen y preparar á la infantería una
cci6n fácil y con oca pérdidas.
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Las baterías reunidas por grupos, ocupando las crestas desde ? nde puedan concentrar su fuego contra las de la defensa, aten
tncesantemente sus osiciones y e esfuerzan en reducirlas al silencio,
6 á lo meno dominarla de modo u sólo contesten débiln1ente.
Con eo-uido esto, dirigen sus tiros contra los parapetos y
trinch era de la infantería, qu inundan de ro) ectiles ha ta hacer
in1posible la permanencia en ello 6 arra arios y contra los reductos
artillados y at ría que lo flanquear. recurando desmonlat
· sus piezas y de truír sus o ras principale . Los pueblos fortificadus
y dificios aislado , que formando puntos de apoyo, dominan
l acceso á la posición así como los que sir en de dcfen a á
hs fuerzas aYanzada obre la avenida , on también objeto de
un fuego enérgico y convergent , que no ce a hasta destruírlos ó
incendiarlo , i no ofrecen utilidad ulterior para 1 ataque.
Preparad é te conveni ntemente, la artillería di isionaria
avanza con la tropa encarga as de lle' arl ' f cto, trasladán-lose
succsi v m en á otr po icione~ de Yan uardia, n donde
sin ponerse toda vía al alcanc del fusil, la apoye ficazmente y
las protega i on r · c.hazada . La artillería de cuerpo secunda
esde sus posidon<.. stos prim ro movimi nto , dirigiendo una
part de u fu e:o contra la l. a teda contrarias que aún re i ten,
la otra contra las tropas que s oponen al ata ue, con prefereni
sobre las resen·a de rim ra línea y la fuerza de segunda
uc se adelantan á ref rzarla ; pero luégo que la anillerí di i ionaria
ha roto el fuego de de la nuevas po i ione , avanza también,
ad lant n o las ala~ ara que el suyo re ulte convergente.
,esde esta nue a itua ión bat de nfilada la tropa defensoras
que toman la ofcn iva para lo que abandona mom ntáneamente
_l objetivo de su di paros y lo recobra cuando ha contribuído á
rechazarla .
El fuego de la artillería de cuerpo continúa aumentando gradualmente
en intensidad, hasta que el cuerpo de ataqu llega á
300 m tro d, la posición nemiga, si ante no ha debido suspen.
derse por 1 ries ·o d ofenderlo pues importa mucho para asegurar
1 éx1to, q.1- su apoyo no cese i s posible hasta el momento
decisivo.
Las posicione que suces1 varnente conquista la infantería, las
segura la artillt:ría divisionaria que revio un rápido r conocimiento
de los mejores acceso y emplazamiento qu ofrecen, e
tt·aslada á ella., ocupando las cr tas que ermiten batir 1 s nuevas
¡·csi tcncia del adv rsario y facilitan la d efensa inversa, desde
la cual - per igue á las fuerza d rrotada que la a~a~donan,
ubr su flancos en 1 r i ión de un con raataqu , y ntmua a o-yand
lo progre d las tro as saltan
A cada avance de las a ería divisionada., i u en el movimiento
las d cuerpo, por escalone allet·n tlu .Y rocUl·anc¿.o _flanquear
siempre los salí nte que, á con ecu nc1a d 1 mov1m1 nto
general de la línea resulten n algún punto de , 1la.
1 acerca1·se la d cisión, la artillería reem laza su pérdidas
en horr. res y ganado, renueva las municione y rompe el fueg-o
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rápido. La divisionaria, que hasta entonces habt·á procurado man.
tenerse fuera del alcance eficaz del de la infantería enemiga, avan-za
resueltamente contra ésta, contando con que el e tado de debili-dad
en que debe hallarse, la hará poco temible, completa su des-trucción,
batiéndola .. si es posible, de flanco, y apoya el avance d
la del ataque mientras tiene libre el campo de tiro 6 puede disparar
por encima de ella sin riesgo de dañarla.
En lo que las circunstancias permitan, e d be procurar uee
la crisis se produzca siendo aún día claro para asegurar los efectosdel
tiro, pues si e retrasa hasta el anocher la falta d .... luz y la
natural confu i6n de los últim.o momentos, pueden desvirtuarlo con
perjuicio del éxito.
De pués de la victoria, la artillería persigue al enemigo con
un fuego intenso, que no cesa mientras lo tiene á buen alcance,
destruyendo las últimas defensas que intenta organizar, barriendo
los aminos por donde se retira, y cubrí ndo de proyectiles el
acceso y entrada de lo de filadero por donde se precipitan los
fugitivos hasta consumar su derrota. La baterías á caballo a vanzan
con la caballería y ecundan la persecuci6n, desde po iciones
SYcesivas que batan de flanco á las tropas derrotadas.
ARTILLERÍt. EN LA DEFENSIVA-En esta actitud el papel de la
artillería difiere del que juega en la ofen i va, en que re vi te un
carácter esencialmente protector urante casi todo el curso del
comba .
Donde menos e señala esta diferencia es en las avanzadas,
cuyo objeto es siempre ganar tiempo; por Jo que la artillería que
forma parte de ellas, se limita á mantener á raya la primeras
tropas contrarias y barrer los caminos por donde e adelanta el
grueso, para que se vea precisado á desplegar prematuramente y
descubrir sus efectivos, disposiciones é intentos.
Durante este tanteo, el resto de la artillería va ocupando las
posiciones que, estudiadas de antemano, ofrecen no s6lo ventajas
defensivas, sino también fácil tra lado á otra de vanguardia para
cuando se tome la ofensi a, y seguro retroce o á las de retaguardia,
que mejor pueden proteger la retirada, si llega el ca o de
tener que emprenderla.
Establecidas las baterías, conviene utilizarlas inmediatamente
en detener las columnas enemigas y estorbar Ja entrada en Hnea
de ~u artillería. Si se conocen bien las distancias, pueden romper
el fuego algunas de ellas á los 3,000 metros, contra los puntos por
donde aparecen las mayores fuerzas del enemigo y contra las posiciones
ue pretende ocupar u artillería, sin dejar de ofender
tam ién á las que intentan arrollar los puestos avanzados. En apoyo
de éstos tienen casi siempre o ortuna aplicación las bat das á
caballo agregadas á la caballería, que quedando libres al replegarse
esta arma, se establecen á vanguardia en terrenos francos donde
pueda efectuarse in ries2'o la retirada y desde los cuales protegen
y robustecen la resistencia de los más importantes. Contando con
este a oyo, y teniendo presente que los pue tos avanzados deben
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'- 11 __.)
ti~ars~ en cuanto terminan u papel preliminar, se le a igna
dmanamente poca artillería, con o j to de evitar los inconveen.
tes material e . y moral e que en esta arma re enta todo monuento
retrógrado.- cmtti1úa
Historia
QUI CE DI S l)E CAMP EN I870
POR L. ARMAGI AC
(Traducido )' abreviado el fr ncé para el J3q/ellll Mil1la.1'}
(Continúo.)
El Mariscal, al ver que su situación e hace critica, da á la
ivisión Bonnemain , compuesta d cuatro regimientos de corace-o
, orden de cargar, 'por la alud del jército." Sin un in tan te
acilación ó de decaimiento., esos atrevidos regimi ntos se poen
en movimiento y vuelan á Ja muerte. Ellos dan en el terreno
ás desfavorable esa magnífica carga qu se ha hecho legendaria.
Pero, ¡ay t su heroísmo fue inútil. Acogido por una lluvia de
r~nadas y de balas que agujerean las armadura con sonoro
utdo, en pocos instantes son diezmado , di persados, y sus restos
agan á la ventura obre 1 campo de batalla, en tanto que la po-rosa
artillería alemana reduce por fin la nuéstra al silencio y
:<.:ubre con sus fuegos las tropas u e toda vía ¡-esisten.
. Todo estaba perdido. La derrota, una espanto a derrota, com
nza. La caballería alemana s lanza n persecución de los que
, huyen, y sin la División Guyot de Lespart que acababa de llegar
al campo de batalla, el ejército francés ínte~ro habría sido cogido
ó acuchillado.
El primer Cuerpo se replegó en gran arte sobre Saverne, y
de allí se Le condujo á Chalons. lgunos regimientos se retiraron
sobre Bitche. Un número considerable de soldados desbandados
se refu ió en Estrasburgo.
. En tanto que el ala dere~ha del ejército francés .sufría tan ternble
golpe, la izquierda era batida 1 mismo día en Forbach.
El General Fros a1~d ocupaba desde hacía algún tiempo las
alturas de Sarrebruck. Cuando el nemigo se concentró delante
d~ él, se encontró demasiado xpuesto · el 5 de Agosto retroc~dtó
y tomó posición sobre las alturas de Forbach en Sarreguemlnes,
guardando á Forbach en donde e encontraban almacenadas
n la estación inmensa p~ovisiones. Por la tard~ hizo levantar
varias trinch ras para cubrir alguno puntos déblles. El General
p rtenecfa al arma de artiJJerfa, y le gustaba poner á 1~ defensiva
us tropa por medio d trabajos de t rraplenes. Gractas á es-
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tas precauciones, su Cuerpo pudo oponer una igorosa re
á fuerzas tres veces superiores.
El General Steinmetz, advertido del movimiento de retrae
de los franceses, y creyendo que obedecía á una deci i va retira
avanzó sobre Sarrehiick é hizo avanzar una partida de recono·•
miento que encontró una viva resistencia. Hizo que la protegies
y como la de \.Vcerth, la batalla de Forbach comenzó por un sir·
ple encuentro de vanguardia, sin que ninguno de los dos ad v~r~
rios esperase librar batalla aquel día. Pero los alemanes acud1er•
al cañón, en tanto que el 3. 0 y 4.° Cuerpo francese s, que habríia
podido cambiar el resultado de la batalla traslaaándose sob •
Forbach, p e rmanecieron inmóviles, á algunas leguas de allí, oye l
do sin contestar, la llamada de las tropas comprometidas. .
Las alturas escarpadas de picheren, los bosques de Stirin
fueron tomados por Jos prusianos después de una lucha de do •c
horas en que encontraron una resiste ncia de las más tenaces.
franceses, anonadados por el fueO"'O de una artillería superior 'ie n
do sin cesar aparecer á su frent; nuevas tropas, y flanqueados p• o .
Morsbach, se pusieron en reti14 ada y llegaron en buen ordena
Sarreguemines.
El territorio francés estaba invadido. Los alemanes a vanzab
por un lado en Lorena y por otro en Alsacia.
. Persuadido de que la lucha de ese día en adelante iba á v~e
nficarse en Francia, el Rey de Prusia lanzó, el 8 de Agosto ~
su Cuartel general de Hambourgs, una proclama dirigida al pueb.l
francés, que yo entrego sin comentario al juicic de la Historia:
u ~ós, Guillermo, Rey de Prusia, á los habitantes del territ
rio francés ocupado por los ejércitos alemanes, hacemos saber
que sigue:
u Cuando el Emperador Napoleón atacó por mar y por tierrt
á la ación alemana, que quería y quiere todavía vivir en paz Cre bastante cándida-mente
el temor de encontrar un soldado en cada habitante y tene
que Juchar con e a errible guerra de guerrillas que dio cuente.
en España con las mejores tropas de Napoleón 1, y que yo deseaba
con ansia, ¿cómo ex Jicar el pillaje desvergonzado á que se en
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\_ 413 -'
=-aron con frecuencia los ejércitos inva ore ? Salvo en algunas
nde ciudade , como Ver alles, en donde la dominación alena
se e tableci6 por muy largo tiempo, y muy pacíficamente,
a que el pillaje fuese po ible era necesario fijar la diferencia
recio entre las monedas alemanas y francesas · ¿y la tran
·i6n no con i tía de ordinario, para el alemán en tomar lo
nece ita a ó lo que le agradaba, y en d truír 1 re to? ¿Cómo
creer á la mañana io-uiente, despué de edán una vez que el
perado.L sta.ba preso, que todo estaba oncluído y que íbamos
rnenzar ' á vivir en paz con el pueblo alemán?"
Esta hipócrita proclama no era ino una incalificable especui
'n, incenti\'O á la discordia y á la guerra civil en presencia
la invasión extranjera.
III
El 6 d go to llegó á París, muy tarde de la noche un des-leño
del Emperador concebido en e to término : 'El Mariscal
·ac- Iahon ha perdido una batalla. bre el arre el G neral
) sard se ha vi to obligado á retirarse. Esta retirada se •erifica
1 l uen orden. Todo puede recuperarse."
E te de pacho se insertó en el Journal Officiel del domingo 7.
1e acordaré mucho tiempo de aquel domingo. El día estaba
i te y desapacible ; en pleno estío hacía frío. ruesa nubes co-
·í 1n rápidamente por el c1elo, y fuerte rociadas caían á intervas.
Yo estaba en el campo, en Bougiva1, con algunos amigos.
odo el mundo conoce á Bougi al á lo menos de nom re: es una
1 gre aldea, estrechada por una pequeña montaña y el ena; su
llt: principal forma muelle; sobre las colina con bosque que la
dean, se levantan risueñas villas encerradas en huertas por jarines
y parques ; por todo lados la vista descansa en un fond de
erdura. Al mirar á Bougival se ve á la derecha, resaltando en el
zul del cielo la majes uosa silueta del acueducto d Marly á la
z uierda la sombrí fortaleza el monte Valerien, como si el hom:
Jre se hubiese complacido en colocar obre los untos más elevalos
que la vi ta puede abarcar en este vasto horizonte, el s llo de
,u doble genio del genio bienhechor que crea 1 fecunda y conser
·a; del genio feroz que arruina y destruye.
P r la tarde se no reunió uno de nuestros amigos ; venía de
P rís, y nos traía el periódico oficial de la mañana y los periódicos
en lo cuale se había publicado la noticia de los desastres de
Reichshoffen y de Forbach y el despacho desesperado del Emperador,
que ordenaba poner la capital en estado de defensa. · Qué
siniestros presagios en esas pocas palabras . El estado de sitio acababa
de proclamarse para París y tres Departamentos; la con te:naci6n
y el abatimiento se habían apoderado de todos los espíntus,
sobre todo de aquellos ue algunos días antes, gritaban con
ardor: ¡A ..Berlín!, dicit!ndo quizá muy por lo bajo que Berlín quedaba
demasiado lejos para ue pu iesen enviarlos allá.
Conlitn~a
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.'- 414 _./
Variedades
viAJE A ~A REP BLICA D COLOiviBIA E
POR .~of. MOLLlE '
(Traducido para el Boütfn A-ftbtar)
(Continúa)
o nece itámos ino de una hora para llegar al puente natu
ral de Pandi. E tá formado de una p1edra que no tiene ino veinte
pie de ancho; habiéndome colocado sobre ella, me puse á contemplar
la a rtura que s ara la dos montaña , y que tiene 140
varas (poco más ó menos 363 pies) d profundidad. Alcancé á ver
una corriente de agua que de de 1 ele,·ación en que yo estaba
m p recía un arr yo. oca di tancia, sin embargo no se puede
atravesar sino en pirao-ua. Entre la pied¡-as que, al rodar de
las cima d lo monte , e han detenido entre sa ab rtura prodigiosa
h · admirad m nos la que f rma el puente que una roca
eno¡-me ue tá d bajo y qu como la Jla ve de una bó ·e da, está
su pendida n 1 air , y que p r e á punto de caer.
Lo h bitante del país con i er estos abismos t nebroso_
como la ntl-ada e l infierno · f cti,·ament la noche continuada
que allí r ina · los pájaro n cturno , cuyo ltígubr s chillidos re-u
nán en los antros á donde s retiran durante el día; la aguas
neo-ra que lle an las r fundiJade d este precipicio· la larga cabellera
de lo árbol s que ocull de ello el mi terio ; el e répito
de 1 agua · la rocas que, como el puent de la mitología persa,
sir en ara trav sarlos; la tinieblas, por último que envuelven
esto horrores,-representan el imperio de la mu rte. La ilu ión
es tant má g-rande, cuanto la n1ayor parte de Jos eres ivos ha
hu(do d-- st Jugare agt- st : el hombre ha alejado su morada
todos los animales temen . .1 ruido que allí se oye. Por esto agrada;
cu n o le de to antigu bosque , que quizá los acerdotes
indios de la tri u feroz d lo Pan che en angrentaron e on
sus victoria humanas 'olver á encontrar una luz más viva y una
naturaleza m no tl"Í te.
Volví á ~crcadiJlo no m nos a ombrado de lo ue había estado
n el T quend m , aun cuando la maravilla del Puente de
Pandi me pareció meno imponent . ..-sta o ra prueba el poder
d 1 natu-r 1 za : le ha ba tado para establecer un puente de comunicación,
hacer rodar al una piedras de Jo alto de la mo -
tañas.
n rev , acercándonos á las cimas de las montaña que dominan
á Mercadillo, y desde donde e distinguen los llanos de Limones,
que e exti nden ha ta el Magdalena, hemos atravesado
bosques vfrgenes, en donde habita J oso, el jaguar, el caguar
(leon de América). Por la noche llegámos á usagasugá. A me-
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anii nt de
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gue de J jo . En efecto : los aleone , las vidrieras, la teja , conque
la ca a d 1 Cura e tá a ornad , le comunican un aire de ma -
nific ncia curtndo e com ara con la miseria d las cho7as ue la
rod an.
Hacia medio día dejando la sauana por donde hasta entonce
había marchado, me acerqué á la montaña de arcilla qu 1
dominan. e uilé, ultima aldea de la llanura d Bogotá de es lado
está itu da á corta di tancia del lag-o de uatavita *. ~ n el páramo
de hocontá encontré 1 aire muy enell-ante 1 viento soplaba
allí con tanta viol · ncia como á orillas del mar. na Jlu,·ia muy
menuda y muy fría no helaba la cara y l~s mano . El suelo de
Chocontá es de color muy n gro; el ten·eno e tá allí con alterones
como 1 de las dunas; el pa to e tan fino, que los pac;o del Yiajero
e borran ca i tan 1 ronto como en la arenas d 1 de i rto de
fr·ica.
Es en estos lugares de iertos donde el cazador persi u á lo
animale que envu ltos _- n bruma perpetua , se creen allí á la
defen a de los dardos d , hombre. El oso e notable por u fu rza
y valor. os habitantes le hacen la cruerra d tiempo en tiempo.
A caballo y a1·m dos e lanza, lo atacan, y con frecuencia lo vencen,
proeza que no se ef ctúa sin peligros. Es verdaderamente
curio o cuando uno e encuentra n una elevación tan prodigiosa
oír lo gritos e los cazadore , lo ladr.ido de Jos perro y toda
la batahola de una cacería, reemplazar de improviso 1 ruido de los
viento ; o re todo no e puede ver sin admiración á Jinete que
galopan sin temor por la cima escarpada de lo monte , que atraviesan
los torrentes, los precipicios que escalan las roca y que
hieren con us lanzas al animal fatigado or la huída.
Bajando el páramo de hocontá encontré una casa aislada,
construída á p - Ca di tanci de una mina de petróleo que pertenece
á la atedral de antafé. Allí pa é la noche. Aun cuando las
siembras estaban terminadas se trabajaba en los campos con r nde
actividad. Provistos de una azada fijada n el extretno de un
largo mango Jos peone (a { llaman á los jornaleros) estaban
ocu "ados en limpiar los campos. Estos obrei-os, cuy tarea comienza
con el dí y acaba con la noche, reciben un real por día
y dos raciones de mazamorra. los que emplean en la Costa ]es
agan el doble, y tienen una libra de carne por día . Es cierto que
las fatigas on mucho más grandes en la ardientes orillas d l mar
que en la cordillera. Los trabajos de la agricultura son mucho menos
penosos ara el hom re que trabaja en una temperatura de I 2
á I 5°, que para aquel que en su oficio tiene que soportar un calor
de 25 á 30° Re.
Co111ztllta
• • n Bogotá se ha formado una compañía para dcsaguarl y sacar d ella
los. tesoro que cuent Piedrahita fueron arrojado allí, en 1 época de la Conqutsta.
o fondos de la ociedad ya se han acabado, y no se logra desaguada.
Hasta ahora no se han encontrado sino cinco 6 seis figurita (ídolos) de oro, qu
los ingleses han comprado.
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Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año VI Serie III Tomo I N. 13", -:-, 1902. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3691164/), el día 2025-08-03.