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Bogotá, 3 de julio de 1858. ANO I. NUM .. 27.
Boletin de la semana. G o n z alon. E s to es, que no te n ·í aJn os có m o comen -
1-\l comenznr nuestro pri1ncr bole tín semanal nos zar i era pre cis o corncn z ar p o r al go , pues l o qu e
Ita v e nido, co1no encarg ado .. por el último paqu te \ jr!lp·o rta es el princ ipio, que Jo que si g u e di ce n que
de Europa, el si g uiente cu e nt e cito: ~ s 1g u e .
Un músico J e la Opera C ó mica d e ParÍ " hnbia ( O si s e qui e r e otra c splicacio n: supón g a se qu e
empinado tan nmenudo el c o d o una n och e d c ~pues e l. c outrato I rran-Cas s o rt 'rrancas, c o tno ha ve de
terminadas sus tar e as, qu e s e hallaba con la ca- ntdo a llamarse , ·es e l b o rra ch o , su ces ivam e nte
bcza tnn alta así, dispen sánJonos la seña. A.l lJe- el e vado a todas las pote n c ias de la e m b riag acz filigar
a su casa trop e zó con un prójin1o que e staba bus t c ra, i que eJ [>ocJ e r EJ e cutivo e s e l n1ú s ic o e l e en
eltni ... mo estado que él, pero si el n1úsico esta- ~ vado .al c uadrado d e la e rnbria g u c ~ del mi e do. Esba
cleYado nl cundrndo de Ja embriaauf'z este se te C OJ C e n hombros e l tratado, h e ndo por Ja cotnllallnba
precisnn1ente e n e l cubo. H:rido'el tnúsi- . pasion mas profunda á c ia los p o br e s yank ces, l o
co de compasion al v e rlo, le dijo: '' r o es posible arroja en la blanda i e l ás.tica c átna- ru d e R e pr.eque
du e rma U. aquí, hombre; ven g·a a mi cuarto sentnnte s por tr e ~ v e ces 1 p o r tres v e c es c a e e n eJ
i )e daré n1i can1a., 1 n empujones i tiron e s , corn o du r o S e nado, de dond ~ ~ ada Y C Z s al e I?as po s tr ~ pudo,
lo condujo a su cuarto; subiendo nna altísima ) do, hnsta qu e dar por ulttma v ez r e du c id o a cad a~
sca 1 e ra, abrió la col g adura d e su ~ ama i lo ano- ~ ve r ; pu es ¿ q u_é otra c osa q ~e c ad á v e r e~ e l trata Jó
sobre elJa. l\1as s e guram e nte con Ja fati g a que do arra.nc a,s, stn el artt c ulo / 0
• ~ E s e artic ulo e ra
habia tenid0 . para llevar e l cubo de sn propia situa- para. l o s . y anl e es e l trata~o e nte ro.; i si n o que
cion hasta su cuarto, se vió aguijoneado por una s e d hub1era s1~0 to d.o Jo contrario, es d ?c1r, que ese ardiabólica.
Volvió a ~ali_r, para o placada en la ta- ~ tí culo h;1 b1 e ra s1do el a probado úniC~men~e i todos
verna mns c e rcann 1 dio de nuevo con un borra- ( los dema qué atribuir el desfalJeeitnicnto de c8ta epidc n1ia.
i de sentido co1nun! Les d1tria taJ vez vergüenza Echan de su lomo escama contra el tnodcrado in-ser
reconocidos, i en eso teninn razon. ~ vierno de es~e año, que, no dando n1otivo para que •
En medio de estas reflexienes, ve el músico que < nos hu medezcnmos. nos ha Jibrado de ella, i conla
ventana estaba abierta, se dirije a ella para to- ~ tra la castería de 1 os "íveres que nos ha hecho
mar fres~o i ve i qué horror! el ca~áv.er de un hom· S gu~rdar di.eta .rigorosa! i por consig ui.ente con ... el . :
bre hornblemente ensangrentado 1 estropeado. ~ estomago l1mp1o ¿a quién ' le dan las viruelas? No ~ •
Era que el mús ico en vez de arrojar sobre la sotros no cre emos que Jos señores físicos ten g an racama
al borracho, lo habia arrojado por ]a venta· z o n para ncl1acnr n la 1nodcracion d e l invj e rno ni ,
na; i el cadá\'er que veia no era otro que el del a la carestía de los víveres el latncntabJc dcsfall c· #
prin1er.o, el segundo i el tercer borracho, s1etnpre { cin1icnto do la cpidc 1nia; cre emos, por Jo que se
uno m1smo, .que, elevado a la tercera, auarta i úl- S ve, que todas las viruelas fu e ron tnonopolizad as
tima potencia sucesjvamcntc, en vez de arrojarlo ( i qu é no se monopoliza aquí1 ) por diez o d oce
sobre su catna lo había arrojado siempre por Ja ~ individuos que nndan por ahí con la cnra n)n s t.: t> ~
ventana. ~ trellada que una noche de d1ci canbre i qn_e ll eva n
i l por qué nos ha venido este cnr.nto como en -< orondarn e nte en clJa las señale s evidente s d e lnl o-cargado
para crnpezar nuestro pritne r boletín~ ~ nopolio. e
Puc3 por eso, cara lectora, rcsponderetnos c orno < ¡ Lo no obstante las altas dotes que lo caracterizan.
·¡Lo que es comenzar!·· • ..... · · , La contpafíía líl'icn ha dado dos veces la 6peAl
Jlegar a este punto de nt~estra rev1sta nos ha ra Romeo i ~ulietn a contcntatniento Ele uh nbtnec
aido bajo los ojós no periódico de •aracas, en que rosísimo publico. En nuestro próximo número da-·
~e refiere un caso tanlrts t.aT?·acas! El hecho és el reinos una noticia circunstanciadt! del ihddo cón1o
~iguiente: ~~ diabl~, qu? en todo ee mete, ha veni- fué representada esta primera ópe'ra ~n el \eatro tle
do a ~omphcar la s1tuac1on de Venezuela, ya harto Bogotá i de eómo fué recibida por el público.
con1phcadn con Jos pa!3 os d e sa~ordados que han ,, L B"br t d S - "t , · • h ·
estado (fando tlesde la ca ida del Ozar de aquella .. _2 a 1 10 caad e en
1
orJ as co~tenza 01
R • bJ · r:1, 1 J h h 11 u l d · h v1ua nueva. con tan o con a cooperac1on de los epu tea. O( o o a ce nuo n peruer e JC o .. · · ] B , · ~
d" bl sf 1 1 cr bl él "t j" primeros escrJtores (e ogota, 1 aaemas con un
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.1a- corresponsal en Paris, la señora Annette Baresvi-o
1ca. s un a. .. '\.1omn que en Oto pa1s ca o tco 11 • , .
hai que quemar al diablo ind1spehsablemente una e,que ha accedido ~o~i:ladosamente a la suphca que,
1 -- 1:. t · d h b 1. d para el efecto, 1e h1ctn1os hace cuatro meses. El
vez a ano, o an es st esp~ra e a er pe 1gro e · d · · 1 il 0 al ·
1nuerte. En Bogotá Jo queman los relijiosos del precio e suscrJcion es e e 1 re es por trJmestre.
ConYento de San Franci~co todos los a"ños ocho
dias despues del ocho de diciembre. Desde la torre
de la iglesia dejan descolg·ar al diablo aréliendo, i Muestras de liter atura alemana.
cae al suelo eJ zancnn·on con grande estruendo, en
donde los muchachos con espantosa algazara; i Jos Con el intento de que nuestras lectoras conoz-verdadcros
devotos con toda devocion, vuelven pe- can, aunque poco a poco i tan estensamente como
da-citos lo qneno pudo· convertir en cenizas el fue- lo permitan la~ estrechas columnas de nuestro pego.
Pue'"s bien, en Cart1cas tainbien queman al <.lia.. r1ódico, los literatos clásicos i modernos de la Aleblo
por de contado, i bien hecho que Jo quetnen; mania, publicaremos de cuando en cuando noticias
mas la última vez ¡qué franqueza! el ministro in- acerca de ellos, aco1npañándolas de algunas de sus
gles dice al gobierno venezolano, que él es el dia- 1nejores producciones, traducidas al castellano, ya
bJo i que a él es a] que han quemado, a éJ, al propio por nosotros, ya por literatos como Harzembusch,
n1inistro de su I\tlajestad Británica en cuerpo i nlma. Sanz i otros de los que mas han contribuido en Es-
1 protesta enérjica mente contra esta atrocidad i pille paña al conocimie"nto de la literatur.a alemana, quisatisfacciones
e indemnizaciones. Adviértase que zá la mas rica de cuantas existen. No seguiremos
cltnismo diablo, el ministro en persona, dcspues de en esto órden ninguno cronolójico ni de categotías
quemado i l'educido su zancarron a polvo por los sino que echaremos meno del primer literato que
muchacho , es el mismo en cuerpo i ahna que pide se nos ocurra. Comenzamos por Luis UHLAND,
satisfaccion e iDdemoizaciones. coque prueba que uno dQ los poetas modernos mas queridos en Alenada
vale quetnar a) diablo, el verdadero Fénix, mania. Este insigne literato, con la fuerza j deoiqoe
· renace de sus propias cenizas. No es In primera sion que lo caracterizan, ha sabido Hevar la vida
vez que se patentiza que es incombustible. Siempre real a Ja poesía, al mismo tiempo que ha hecho pese
le quema i siernpre se Jc ve haciendo aiabluras netrar en el corazon de la juventud, i algunas veen
todas partes. Los caraqueñas al quemarlo esta ces con so•1idos horrorizadores, punzantes, Ja fábula
~ez no ~abinn sin duda, lo juraríamos, que el mi- alemana i la l1istoria de su patria. A él debon los
nistro ingles era el diablo, pues si lo hubieran sa- alemanes no solamente el conocin1iento de la mitobid
o no lo habrian quemado. ¡Quién a sabiendas lojía de sus pad1·es, sino la posesion de ella como
rebulle un avispero de esa clase ! J>or aquí sí esta- preciosa propiedad literaria. Sus poe6ías como sus
rnos acostumbrados a mirar a todo n1inistro de po- sentimientos están IJ~os de verdaá, i Ja realidad
tenóia estranjera como al misme diablo, mas nos aparece en to~as Jas figurfts de sus creaciones.
cuidamos mucho, al quemarlo todos Jos años, de Las com;po~iciones que jenerahnente son :considejar
trascender en el acto algo qóe no sea una di- deradas como las mejores de este poeta, son: El rei
versidtl para muchachos puramente. En Carácas ciego Uos héroes moribundos El cabaltero de
les ha cojido de nuevo la confe~ion del ministro; Castilla Ecos deJa muerte Quejas de amor--
aquí dicha confesion no habria hecho sino corro- Amor de trovadores, &. &. Comenzamos boi po1·
borar la conviccion que todos tenemos de q ne, en la última de Jas citndas, por ser una de las mas éloestas
pobres repúblicas de Colombia, los ministros ~ jiadas. Consta de una_lijera introduccion i cinco ro<
le las grandes poteneins son el Pátas en cuerpo i < n1nnces, cada uno de Jos cuales refiere la triste vida
alma. Lo que sí estrañamos en un diplomá'tice, amorosa de alguno,.de los trovadores, Rudel1o, Docomo
el millistro i~gles en Cnnácas, es la ~r.anqueza ran, el Castel_lano de ~oucí, Don Macias i pante,
con que ha procedido en la cuestion del d1abla, que todos eJlos b1en conoc1dos· entre nosotros, c1rcuns- ~
tiene ajitados ahora, mas queJa de Ja convencion i tancia que dá mayor interes a Ja composicion i que
el {Qderalismo, a Jos pobres venezolanos. es precisamente la que nos ha movido a comenzar
colejio de Santa Ana, bajo la direccion de la ~ por su traduccion Jas muestras de literatura nle-señgro
frnncesa de Lassalle, se abrirá el lúnes 5 < mona. ·
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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Blp ~IOTEtJA DE SE~ORITAS.
Las poesías de Uhland están di vid idas del m o - >.
do siguiente: poesías líricas; poesías de significa- {
pañol a con las obras de los grandes 1 itera los estrnn-jeros,
lo que se Han1a Tcfundir, a imilar, i que es lo
que ha l1echo Andres Bello re~ccto de lus pocs1as ~
de Victor 1-Iugo; i otra cosa es querer dar a conocer
el carácter peculiar de una literatura dada, lo
que se lJan1a traducir, copiar en otro idioma. Es lo ,
, último lo que nosotros intentamos respecto de la li- ~
teratura alemana; i cotno no nos creemos litcratos,al S
publicar nuestras traducciortes no necesitamos si- S
quiera de salvar nuestra responsabilidad como tales . . ~
, AMOR DE TROVADORES. (
Desde que de amor herido S
El gran Dios d.e las canciones, ~
De amor en las convulsiones · ;
. Despedazado murió;
Desde que en su sien augusta
El laurel que la ceñ¡a,
Señal era de agonía,
Del mas desgraciado atnor :
tA quién tnaravilla causa
Que, del mundo los cantores,
En cuya sien resplandores
Del mismo laureJ se ven;
En la senda que les lleva
Del atnor en la árdua vida, .
Una estreHa bendecicla
Los conduzca rara vez~
¿A quién maravilla causa
Que su frente esté sombría
1 triste Ja R)elodía
Que sus dalees cuerdas dan~
Que jamas ufanos canten,
1 que sus Jiras preciosas
Sie1npre se inspiren quejosas,
Solo en dolor i pesa~1
¡Amor terrible, profundo
Fué el amor de los cantare!,
Del tiempo de los amores,
De los nm~í·es sin fin!
Rudello, Coucí el valiente,
Dante, Duran i Macías,
De amor vuestras agonías
Ayudadmc a describir!
l.
ltUDELIJO.
\
Ep los vaHos de Pro venza,
Valles todos de hermosura,
Del amor el dulce canto
'ruvo tambien dulce cuna.
flijo de la primavera
Que todo el or.be perfun1a ~
I del amor abrasado <
Que en el pecho ardiente lucha; ~
(l) Epígramas i co1nposiciones ror ese estilo .
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,.
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,
Del cora¿on en Jos goJpes,
De la voz en la dulzura,
• n todo verse pod ia '
e; u e dió por padres fortuna
A tal canto el amo r yi:vo ,
a prirnave ra fe cunda .
¡ -e e l iz v a ll e d e P1 o ve za
u e da flor s co n 1s t rn,
1 que con su a ves aron1as
~~1 orb e todo p orFLttna ;
Que ti e ne un s ol d Jicioso
1 una one antadora luna ,
l que 1nujeros ]7l r 0 du ne
T e la rn n rara h crrno -.: t r n ·
1 >ero es el tnu~or t sor ·
e todos cuantos o c ulta,
e l u mor cJ d u lee canto
Que n su iT rti l sen o arrulla.
iVlil valientes aabaJleros
Fog·osos j de alta alcurnia,
Consagrados n los cantos
e ) ntnor i la l1 c rtnosurn,
Festejaban a las damas
Con sus cnnc.i0ues no G turna ~ ;
( ~ancioncs n que eJ a moti
o era amor sino locura,
I las damas de esos seres
Que vag·an en lns Alturas.·
De ese gran coro de vates
lludello es sin .(luda alguna
El mas grande i.nfamado
Por su fuego i su dulzura ;
I Ja darna tnas dichosa,
.a que tiene la for~una
De cautivar en. tal grado .
Su amor, su fuego, i su musa.
Pero nadie ha conseguido
1'ener noticia segura,
Ni del puebJo en donde vi ve,
Ni d l Jugar que dió cuna
A la h rmosa que tan dulce,
,.ran anj-el tea ( pi f.l tu Ta
Arrancara de las cuerdas
Mas dulces que el vate pulsa.
P~es saJo es en g-ran secreto
I en las noches 1uas 0scuras
u e al cantor ella se acerca;
Mas de pronte se le oculta.
Ap(~ nas el suelo tocan
De sus blances pirs la punta,
Desapareciendo breve
Sin dejar huella uinguna,
1 como in1újen de un sueíio
'!,odas las veces .{o burla.
V u e la el cantor a estrecharla~
Fcrmitirlo ella si m u la, '
I soJo encuentra una sombra,
Si al pecho Jos brazos junta.
De nuevo se le presenta,
De léjos sn le insinúa,
Con ojos do amor Jo llatna ;
Sueña el vate en su fortuna,
Mas eHa siempre la misma,
1'odas las veces Jo burla,
I sien1pre desaparece
De lns nubes en Ja bruma.
De sus pi ros i sollozos,
J.Jfantos i quejas profunda ..
!c~ntónces de su arpa dulce
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BIBI.JIOTECA DE 8E~Ol1ITAS.
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Canciones d u lees resultan.
Marineros, peregrinos
1 de cruzados la turba,
De Oriente recien Herrados,
La nueva entónces divulgan,
Que la condesa de 1'rípolis
Es la flor, nata i espuma
De toc]as cuantas bellezas
El orbe entero deslun1bran,
I que esa es la 1ni s1na datnn ,
A no dejar duda alguna,
Que cautiva de RudelJo
El amor i la ternura ;
Apénas oye Rudello
La nueva que se divu lgn,
Cuando entre su pecho sienta
T..Jo que no sintiera nunca.
Al Este vuel \~ e los ojos
{entre las nubes columbra
U na ea..;trella que parece
Mostrarle una senda oculta:
La senda que entre los brazos
De s u dama lo conduzca.
La esperanza vuelve nl pecho
i su cítara preludia ,
El final ele su desgracia
I el albor de su fortuna.
Vuela d e l 1nar a la orilla
Que de cruzados la turba
1 ltunina con er brilJo
De su lanza i arnladuru.
Se abre paso por entre ellos
I en el baj e l se aventura
Que estaba al darse a la vela
A la hora en qne el sol se oculta.
¡l\1ar espantoso, sin fondo,
Cótno te a jitas, te tli11·bas f
Cómo se quiebran tus olas
Que embravecidas se encutnbrnn
I luego al abisrno bajan
En toibellinos de espuma !
lVlas, in1pávido Rudcllo
De la borrasca en la furia,
Solo en su adorada piensa,
1 ni sus ojos ofuscan
La ansiedad de los pilotos;
Ni las olas furibundas,
~ Que ora se hunden, ora se alzan
En torb e llinos de espumo.
Mira siempre ácia el Oriente
I ac1uella estrella colun1bra
Que no cesa de mostrarle
La senda de su fortuna.
Canta sie1npre i sus canciones
I=>or entre el ruido i Ja furia
De Jas olas ~ del viento
Continuan1ente se escuchan.
.--·
Ya se calla la tormonta
I al Oriente se colurnbran
Altas to11res i U\1 palacio,
Que muros j agua circundan :
E de 'I,rípolis el puerto,
I es e 1 palacj o Ja augusta
Mo1·ada de la condesa,
Que ya con ]a vista busca
Entre todos los cruzados
lJa estrella de su fortuna·
J
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)
•
)
.E u es ha llegado la nueva
Que un caballero de alcurnia
I el vate mas afamado
Del valle de la hcrtnosura,
1 ro ha ternido lo~ peligros,
Ni de las olas la furia,
Ni el hambre ni las fatigas
Para venir en su busca.
Baja la noble condesa
~
De su estancia i se a presu rn,
.t\. encontrar al noble vate
Que con tanto afan la busca;
•
)
'
)
)
)
Mas Rudello ya no es nada,
Sino una osamenta enjuta
Que el espíritu i la piel
Apénas mantienen junta;
Pues cf atnor i las pénas,
I del vinjc las angustias,
.A.pcsar de su constancia
1 de su rara bravura,
Robaron a su ahna el brio 1
Los encantos a su rnusa,
A su corazon el fuego
1 a su vista la J uz pura.
Desde léjos la condesa
Con los ojos lo saluda,
V u e la a abrazarlo, i Rudello.
Apénns vé su fortuna
Cuando su alma ¡ai! se le escapa!
De frio sudor se inunda
) Su faz, i la dama noble
)
)
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)
)
)
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Llena de sorpresa suma,
Entre ~us brazos no esrrecha
Sino una osamenta enjuta!
1\.l cantor Ja. me Ita da1na
•randes l1onorcs tributa,
Colocando su cadáver
De pórfido en una tumba,
.Escribir hace sus cantos
De oro en letras que deslumbran;
I los lee todos los días
De la hora en que el sol alumbra
1-lasta que sus arreboles
Entre las nubes se ocultan.
¡Cuántas lágrimas ardientes
Las bellas hoja:s inundan J
1 cuántas quejus amargas
J>or entre el aire se cruzan
A cada hora, a cada instante,
Sin pausa ni tregua alguna'
Al fin el dolor i el llanto
1,a1nbien la da1na estenúan,
Que no es ya sino esqueleto
En que el espíritu lucha,
J\. pesar de la 1nateria
Que, deshecha, lo r epu Jsa .
Deja su rico palacio,
La corte que la circunda ..
[ dando descanso a su alma
] ~n un claustro se sepulta.
Reflexiones de una mala cabeza.
i Qué puede dar una mala cabeza, preguntais,
bella lectora~ Nada mas que necedades unas sobre
otras, me apresuro a contestaros, con la lójica n Ja
rnano ; pero ántes de que prosigajs, fruncido eJ
entrecejo i airada la figura, vuestro interrogatorío,
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
l3II3J,IOrrECJA DI~ SE:N fil1, S. 5
q ui~ro presentaros mis escusas para prevenir Vtlestro
JUSto enojo.
Sabed que tengo un buen nmig·o, si los hai, hombre
tlc letras i arrndo inj é nio, que ha dado en la
1nanía de suponerme alcances, que no tengo, sino
es para n1ed ir zarazas i Jienci Jlos ; i el tal se ha
c1npcñndo en sacarme de Jas casillas en que c~toi
plantado desde que nací para elcvarn1e al bufete
de Jus letras. Vano empeño, le he rcp11cnCJlo iernpre:
pues no conozco otras letras que lns del alfabeto:
SI no son gótica ... , i Jns de ciertbs estranguladores
de viudas pensionadas, de . rnilitarcs retirados,
de m e rcachifle alcanzados i de muchos otros ados
entre quienes yo rne cuento siete veces por se mana.
nadie le es dado Yolar sin alas; i yo no las tengo
para salir de mi humilde condicion, ni 1nc es
fácil hacerme ilusiones sobre la calidad de rni persona,
que, si no, baria lo que tantos hacen, vestirme
con plumas de pavo real i echarme a lucir el aj e no
traje sobre mi triste figura.
Pero nada na bastado a convencerlo de mi indudable
nuJidad: vuelve siempre a la carg·a con mas
brios; me espolea sin rnis e ricordia i tnc obl ig·a por
último a prese ntartne . ante vosotras, lectoras de la
Biblioteca, a deciros cuántos son cinco, aunque no
esté m u i scgu ro de si son tres i dos, o tres i tres .
Despues de hecha esta inj é nua i humilde espli·
cae ion creo que rne tendrcis lá ... tin1a, que rnc tratareis
con induljencia i ..... n1e atrevo a esperarlo,
qu e me l1areis palmadas si os protesto no ofreceros
progranla: ni hacer largos uiscursos, ni intentar
otra cosa de lo que debe esperarse de una mala
cabeza : pequeñas reflexiones espla nadas en cortos
párrafos a medida que me lns vayan inspirando las
costumbres, los sucesos del dia i el trato con los
prójin1os de árnbos sexos.
REFLEXION 1.•
f "". • •estas.
Acércansc ya las del 20 de julio, i aunque no
tan espléndidas como las pasadas, es indudable que
serán buenas, si ha de juzgarse por los preparativos
con que las esperan l¡1s reinas del 1 ujo i de la moda,
i Jo que debe suponerse harán los empresarios
para llatnar la atcncion i comprometer en ellas aún
n los mas apáticos ; así como por el sinnúmero de
elernentos fiesteros que encierra esta epicúrea ciudad.
Nada nos falta a este respecto, pues abundan
los borrachos i los licores, pululan los jugad es i
los garitos, i rcgurjitan los amantes de toros, fuegos:
globos, varas de premio, cenas i ciernas ingrcd ientes
que entran en la cornposicion de Jo que llatna-
Ino~ fiestas. ,
No la echarr1os de espartanos, i ántes creernos
ganado, útilmente empleado, el tiempo que los habitantes
de este planeta gastatnos en los placeres
inocentes. El mundo da de sí tantas Jágrin1as •.•
i en l3ogotú es la vida tan monótona i llorona, que
la cascada de Tequendama no puede ser sino una
cortadura providencial para dar salida al caudal
de lág-rimas que diariamente derraman los hjpo·
co ndriacos habitantes de la Sabana; aunque a nlg
·unos parezca ser mas bien una obra de Satnnas
para invitarnos a terminar nuestra aburrida carrera
precipitándonos en el abismo.
Está dicho que a boga rnos po1· las fiestas, ya q n e
no cotidianas, anuales siquiera, p~ro no lo está que
nos hot-ripilan las locuras que_ ellos provooon entre
los insensatos. Ahora Jo decimos, deplorando las
irremediables, como eJ J ueg·o i las borracheras; i
•
haci endo ft·cntc con .nncstrns protestas n Jas que ~u
) puedan prevenir. eróguensc la seda i los dia~
tnaut s, suprírnase la ruino5a i tonta multiplicidad
~ de lo s traj, s, <.l e ·tiérresc en una palabra ese lujo
at?rrador qne, de pueril vanidad, ha pa sado a asun1u
· el carácter de u na furiosa pasion entre ricos i
poeres, i con esto, no mas, habrán alJanado las
Inuchachns e l cntnino para n1uchas cosas ....
Ya oigo la con tcstacion d e J uanita: si f.> e rico
~ me viera mal trazada me crceria indijente i .... , i
S lu ego Ja de litnpin que en confianza me significa
~ su propósi to de no presentarse 1nénos que sus primas
delaida i Sofía, i mns allá veo a don Simplicio
replicando con la necesidad que hai de dar buc11.a
a¡)(¿riencia nl j énero para ojrecc1·lo en cJ mercado,
corno si lns mu c hachas fneran tnadapollanes o fu las
de tnala calidad.
1 ero t no s e hacen carg·o sus mercedes, perlas
\ de la 1-\.Jn é rica, i U. sei1or don Simplicio, de 'fUO
} en Bogotá cada cual sabe las circunstancias perso-nales
i pecuniarias de cada cual~ ¡Pues entónces
< a qué fin gastar en trajes la subsistencia de uno o
< mas años! Con ello no harán mas que procurarse
~ un arrepentimiento que Dios sabe cuánto durará,
? espantar a .las partes contrarias, i determinar en
S ellos el quebrantamiento de los santos propósitos
que habian formulado ántes de que una prueba tan>
jible las haya venido a convencer de que con cien
~ pesos tnensnal es no se puede ser mas que solteron
? en Bogotá.
S Dejen Jos acreedores de perseguir a los deudores,
( los ladrones de acechar el bolsillo del prójirno, los
S 1naridos de ser celosos, los pe pitos de ser va nidos os,
~ aunque sig·an siendo ridículos, las muchachas de
ser dcsJeñosas, Jos ricos de ser avaros, los jóvenes
de ser filósofos, yankces o mercaderes, durante los
~ seis dias de las fiestas; prcsén·enos Dios de palizas,
puñaladas i porrazos; lleve cada uno su continjenta
de buen hu mor: suceda todo esto, i las diversiones
serán con1pletas, aunque sobre las elegantes i airosas
crinolinas no relumbren la seda ni los variados
trajes.
No se bagan locuras i las fiestas no solo podrán
: ser mas frecuentes, sino que tambien mas populares,
j *"" • • pues no provocaran esas nun1erosas emigrac1ones
a los catnpos de Jas familias, que no pueden hacer
los enormes gastos que se deben hacer para no
presentarse 1nénos que otras.
Desde ahora protestamos contra los alferazgos,
contra las banderillas i zocaliñas de toda clase. Los
~ empresarios están obligados a hacer los gastos de
) las fiestas i es una irregularidad inaceptable eso de .
E LA BIBLIOTECA.
; París, 12 de n1ayo de 1858.
~ Confiada únicainente en la induljcncia que U.
me promete de pnrte de Jos lectores de su periódico,
en su carta de 10 de n1arzo últ~mo, es que me he
resuelto a llenar sus deseos en cuanto nte sea posi-
~ ble, ob .. crvándolc eso sí que es mui probable que
) por. algunos correos no reciba correspondencia mia 1
pues, cotno U. eabe, yo acostumbro auaentarme por
nada de intercs que referirle.
'i Las nubes que amagaban oscurece1.· las rc\acio-
•
,
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
1 •
BIBI~IOTECA DE SE:NOI ITA~ .
••
n~s entre Inglnterra i li.,rnncin, se han desvanecido
al 1n 'nos por el momento. Joneraln1ente encuentran
y;a en J>nris esplicabJc el resultado del proceso
contra Bernard i la buena armonía entre los dos
g¡obiernos se ha restablecido. Pero advierta U. que
todo esto no es sino momentáneo. En Italia sí andan
las cosas reciamente, i el conde Cavour ha declarado·
nbiertan1ente que la Serdeña en sus pretensiones a
venir a ser el contro del Reino de Italia, ha contado
can la proteccion de Luis Napolcon. Digo que ha
contado, esto es, que aun sigue contando, pues si el
gabinete de 'furin no abrig·nse la esperanza de tener
al Emperador. a su Jado ' siempre, Cavour no se habría
atrevido a deair lo que ha dicho. Por ahora el
Empel!ador no aconseja la guerra, es seguro, i hnbrá
paz por algun tiempo. Pero la nube que amenaza
aquí, estará siempre amenazante, i si alguna vez se , .
evapora no sera s1no para reaparecer mas negra.
En estos últimos dins Jos temores se han aumen·
tado, i en Francia, si,n contar con numerosos apri·
sionamientos i fue1tes deportaciones a Cayena i a
ArjeJ, que han ocurrido en la semana pasada i en
esta, la política del gobierno en los negocios estranjenros
se ha rn0strado de lo mas alarmante, sobre
todo en le tocante aJa península italiana. Existe sobre
este particular tal duda i nfan, que no exajeraré
a U. diciéndole que la conducta equívoca del
Emperador en este asunto tiene en espectativa la
Europa entera,
Ya las relaciones de Francia con Austria han
veniao o entibianse naturalmente, i aun se dice que
han tomado un jiro amenazador ..
En euanto a la v:ida de Paris en particular, no
pueda deci~ a U. ma~ sino que ha habido algunos
escándalos en r.lgunas familias de la aristocracia,
con motivo de las enoEmes deudas que algunas
condesas i marq\,\esas tienen en easa de las modista.s
i joyeros. Ha hab¡do señora de estas que en sejs
meses se ha endeudado por mas de treinta n1il pesos oo esa maner& Los maridos, por evitar el escándl\>Jo
públicam~Jlte, han convenido con los a~reedpres
en pagar. mediante una rebaja racional La hidra
de1lujo tiene, tan devo1;ada a esta sociedad, qqe Ja
.toilette de laa $e!ioras es en realidad, como d~cía
aquí un eetJmabla compatriota de U, para el rnari ..
dot JG qae el ejército per104n~nte para las repúblieas:
objeto de ~normes g-asto$ i de disturbios do- , . mesttcos.
'Famb~n trae aterrada aJa sociedad de Paris, la
lei que se está elnbora•do sobre títulos de noble~,
que prohibe usarlos a quien no le pertenecen. A$í,
tanto baro.o, conde i marques de fabricneion personal.,
temdrán que quedar avergonzadísimos. El sim·
pie de que aquí usan se considera como seílal de
sangre noble ¡cuántas familias no tendrán que
suprimirlo! 1 si no ru.e~a mas que suprimirl~ no
seria nada : habrá su1cJd1os. casos de locura 1 de ,
dese~peracion infinitos. U. no sabe el prestijio de
esos de~s por aquí. A Jos pobres escritores tampoco
les será permitido usar de seudánimos; i así Jctrje
Sa1'1d ten(\rá que llatnarse Mad.ame du Devant i el
gran Bplzac, fo:i vi iera, tendría que llamarse simplemente
Bul,znc, i no Horace de Sa1nt Aubin, como
ea tan conoc:jda en el mundo literario. I de Biévi lle,
el d' Artao-nan del vaudeville, que ha di vertido a Pa.
ris con e;e nombre desde hace n1as de treinta aiios,
tendrá que llamarse con su apellido, que es Desnoyers;
lo que para él equivaJd1·á a ver ~mbroJJada
su reputacion de tnnto tie1npo.
llan puesto a v.endcr en pública subasta todas las
cos 1s de la difunta Rnchel, creyendo obtener un gran
precio ror. esas reliquias de la g~·and e act.-iz, mas ha
sido ta la ingratitud, que ni por su valor real han
sido vendidas.
{.Jara concluir., referiré a U. la gran t;~ovedad, que
el te]É:grnfo se ha encargado de llevar hoi a todas las
partes del mundo, en sus &l~s de. relámpago, i que
influirá sobre todo poderosamente sobre la suerte dtf
Francia e Ingl~terra. ~n los trajes el saco ajustado
con jaldas largas h~ abdicado en f&.vor de 1 talle rle
cintu1·a i del de 1!Unta o cota !
t Quién puede calcular los resultados de este c~mbio
repentino 1 La crinolina sí c~t~ aún IQUi enseñoreada,
mas su imperio es como el de 1 apoleon,
que sin la ayuda de una fuerte policía secreta, no
podrá sostenerse por mucho tiempo, i que el dia m~nos
pensado tendrá que a:pachurrarse tambien.
En el álbum de ·la sefio:rita
Paulin~ piaz Graoádos.
t Por qué mi pluma, que tantas veees
Corrió lij era sobre el papel,
Bañando en flores a nuestras bellas,
Diciendo chistes de mala lei,
Echando estrofas, como llovidas,
Mal unas veces, i algunas bien;
Por qué mi pluma. tan obediente,
Que, aunque en ef alma tuviera hiel,
Sacc1me airoso de mil afane&..,.- . 1
Haciendo al mundo todo creer ·
Que nunca el diente de agu4a pena
En mí se hincara con furia cruel; ..
Por qué mí pluma vacila trémula
En este instante ¡g-ran Dios ! por qué 1
. t, Quiéres saberlo, Paulina 1 Escúchame :
Yo soi poeta,-tú eres mujer.
Quizás mis versos, que por ~thí ruedan
En un cuaderno que pu·bJiqué,
Te barán ju~.garme i Dios me perdone P.Al
ver que he escrito lo ménos qiez
Compesiciones de aqueste jénero,Como
a u.n ~oplero falaz, sin fé.
1 tú que uo álbum gastas por afio,
1 tú que tienes lo ménos ~ien
Gompo~jciones de aqueste jénero,
Q~e h~e.Ua acaso tu lindo pié,
. PQrque l&a ju,gas rutnes lisonjas
Que no merecen sinó desden,
Tal ve~J. Paqlina, viendo estas pájin~
En que mi pluma tiembla,-tnl v~z
En tos adentro$ dirás mofándote :
" El es poeta,-yo soi m~jer.,
11.
Por eso no quiero caatarte, P~ulina,
Alzando en tu elojio caneion o~l~;
Por eso ha temblado la pluma en ~ mal)o,
1 aquello que pienso, i aq uellOt q~e siento,
Por la v.ez primera no aciertll a deciJ-,.
-
'
Te han dichp mil veces que altift es hnte
Que son tus mejillas de rosa i ja%min ·
Que eléctricas llama , tus negf&S pupftea,
Brotando a torr~ntes, filscinan i mataD ;
Que es dulce, $dora bit), tg. · • infan il.
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'
BIBLIG'I'ECA DE SENOI~J 1'AS. 7
1 en fáciles versos, i en trovas süaves,
Con Laura i El viro, J_,eonor i Beatriz,
La palma te han dado tic a n1or i belleza,
Cantanao dichosos tos vates preclaros
Tu cuello de cisne, tu talle jcntiJ.
crinolina a guisa ele cstandnrtc i han resistido, como
lo hiciera un cuadro 'le suizos, a los te rribles ataques
de sus rabioso s en c tnio-os .•• , ¡gloria i honor a las
valientes hijas d e Col~ n J •
Las mujere s han s a lido vi ctoriosas no con el po~
dcr Üc sus e11can to s, ni con la dulzura de su voz ni
Oh, no !-yo no pienso, no quiero pensarlo, con su cándida rnirada, ni con su nli e nto embalsa-
Que iguales cantares tú aguardas de mí; 1nado, ni_ con sus lábios de coral, ni con c~ns palabras
Oh! nunca te han dicho~i no es cierto?- Paulina, de an1or 1de ventura con que han vencido siempre al
Al m'énos con frases que el labio tnodula, in ... domab!c roman?, al valiente i astuto griego, al
Aquello que osado te ''oi a decir: S barbaro Jermano 1 a los héroes de todas las edndes;
~ no, las mujeres han salido victoriosas con el poder
de esa voluntad de bronce que ha hecho tantas heroínas,
con esa voluntad que inmortalizó a Juana
de Are, que hizo tan grande a Is~bel de Incrlaterra,
que condujo a la guillotina la cabeza de Madama
Ruland i de Carlota Corday. Sí, cuando la mujer
quiere elevarse a las rcjiones del heroismo el ham·
bre no puede superarla ; así vemos a las mujeres
de los símbrios luchar heroicamente contra sus enernigos
ven<~edorcs i contra sus esposos fujitivos; vemos
a las hijas de N umancia i de Sagunto sacrifiMrtlgrado
tus flores, tus cintas, tu~ sedas,
U.'us húmedos labios de puro carmin,
.Tus ojos de fuego, tu tez, tus cabellos,
'l1 u risn de arcánjel, tu espíritu altivo ••••
Paulina ••• ~ PnnJina •••• Tú, no eres feliz.
i fre cstraña, señora, m"i tuda franqueza 1
t Te irrita que un hombre juzgue eso de tí?
i 1,e ofende que un vate no mire en tu risa
Sino Una cnreta, sino un b•llo aoorno,
Que ostentas, por gala, si vas a un fcstin 1
•
Si no ~e conozco, si una vez tan solo
Tu vóz he escuchndo,-si solo te vi
Rodca8a de jcntes, de flores, de luces,
"' carse gustosas ántes de cansen tir en ser ese la vas ; i
lo que es mas aún, vemos a las hijns de Cartago
sacrificar sus joyas i todos los atavíos de sus encantos
en los altares de la patria.
Si esto es así i por q uó no habian de defender
con igual heroismo i valentía Jos imperiales fueros
de la crinolina~ ¡Gloria mil veces a vosotras hijas
ele Colon, de Washinton, ele Pepino i Juan Sintierra!
gloria a vosotras hijas de los hombres 1 Hasta
ahora habiamos creído que las únicas armas de la
mujer eran sus encantos; pero al fin ha llegado la
era de la crinolina para convencernos de que en un
corazon de mujer hai algo mas, capaz de luchar
contra las nlas recias t cn1pestadcs. Engreidos los
hombres con la pcrsunsion de que su tern eza por e1
bello sexo e ra lo que ocasionaba sus voluntarias
derrotas, han visto ya que con voluntad o sin ella
tienen que ser vencidos por esos lábios de cannin,
por el esbelto talJe i por esa voluntad de bronce.
i Porqué te comprendo? i por qué te adivino 1
¡,Por qué no te llamo, cual todos, feliz?
Este es mi sccreto.-Perdona, Paulina:
Y o sé que eres noble cuanto eres jentil ••••
t _Ninguna mirada penetró en tu almn ? ....
Pues bien : yo he pasado Jnrguísi mas lio1<4as,
Ya tri-stes, ya alegres, hablando de tí.
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
•••••••••••••••••••••••••••••••••
JoAQUlN P. PosADA.
:Abril de 1858. •
Las c:rinolinas i los fanticrinolistas. Sí, en esta vez han roto en vano sus lanzas Jos
Consagrado este periódico casi esclusivamente partidarios deJas figuras escuálidas i enjutas, el esal
entretenimiento i recreo de las señoritas de nues- tandarte crinolínico ha triunfado ·i sus benéficos
tro país, natural es que procuremos presentarles efectos, llevados en alas de la gloria, recorrerán el
algun consuelo en sus pesares, brindarles proteccion mundo del uno al otro polo i del oriente al ocaso.
en su desamparo i presentar a su encnntadora Mas, hablando en lenguaje sério i n1ui sério i ha
oebilidlad algun npdyo. Abandonadas las Inujercs merecido la crinolina que las mujeres la sostengan
por todo el mundo, co1nbatidas acerba i cruelmente con tanta heroicidad? No, no lo ha merecido por·
por los escritores románticos i clásicos, insultadas i que ella no ]e ha dispensado al bello sexo gracia ni
vejadas por el vulgo, no ha habido una voz jencrosa atractivo alguno. La mujer vestida con ropaje su elque
sostenga sus derechos, ni una espada de caba- to i flotante tiene n1ns scduccion que con v estidos
llero que llame a la lid a sus contrarios •••• Oh! duros, resistentes aJ ~opio, no solamente del céfiro
~ué hermosos tiempos los de la edad media! qué apacible, sino ta1nbicn del huracan embravecido.
hermosos caballeros los de cntónces! Si entónces La soltura l1a sido, es i será s1empre ur:lo de los
se huoiera combatido a la mujer como se ha hecho rasgos, i sin duda el n1ns característico, del ropaje
en los presentes (lias, en medio del siglo cliczinucvc, elegante, así cotno entra en gran parte en la elcgnnél
mlls brillante de todos los siglos; si entónces hu- cia de un cuerpo. Las beldades del pueblo hebreo
hiera sucedido tal profanacion; ci\3n 1nil espadas ha- hnbrínn sepultado casi todos sus encantos si hu bic}
jrían hincado su acerada punta sobre el pecho de ran abnnrlonndo su traje aére o para cubrirse de telas
todos los culpable!. Nosotros no nos presentaremos ríjidas i á~neta~, i entónces Judith, esa bella liber-
. -ñrmados de celada, loriga i larga lanza porque no tadora de fsrael, no habría cautivado al jenernJ de
tpodrfamos llevar su eno'rnie peso, pero sí ·nos pre- los asirios; la belleza jent1l de las griegas i de las
sentamos arm:ados de la razon i del derecho. ron1anas antiguas habría tlcbilitado su enennto, si
Mucho ~e ha escrito contra la infeliz crinolina: en lugar de adornarse con esas telas que aj itaba el
el sexo fuerte se ba pronunciado contra ella i ha viento a su antojo, hubiera 'luerido realzar su podelanzado
tiros crueles i sangrientos pnra ro1nbatirla; > río ro•leúndose de nc ero. ~ í, indudablemente, 1 Jo
pero las mujeres impasibles, como siempre, se han ~ decitno s ron In u1ano. I uesta .obre e l cornzon! la
organizado en escuadrone. , han t1narbolado una 1n od a de q u e h a bl tunos no h: nuxn cn tad o e l atrn ct i-
1
,
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
• BII3LI()'l'ECA DE SERORI'l,AS .
..._..._, --- ~ -- .. -
vo do las bcJlas bogotanas i, léjos de esto, las ha < I.Jn tnujer. esa rosa del desierto, ese delicioso perhecho
asen1ejarsc u corpulentos tnonstruos. Mits de fun1c de la vid~ d,el hotnbre, ese ánjel de Dios enuna
vez el arnantc ha sentido helarse su cornzon nJ viado al munc.Jo para dispensar las mas sentidas
nspecto de su a rnada; pues aquel adorno tnn re bus dicha~; la mujer es un niño, tan cándida i caprichocado,
tan l1ipcrbólico, tan mal usado, ha sido para · sa, tnu lijcra co1no la infancia. Si al niiíose le rehuclla
Io:quc son para la brillantez del .sol Jas nubes ~ sa un juguete, levanta los gritos hasta el ciclo,
ncgFns i tristes que suelen ocultarlo. derrama Jágrirnas i se empeña en obte-nerlo: pobre
1 sinc1nbargo, quizá no hai 1nuchas que, despues < humanidad! condenada a luchar, a Juchar sin esde
haber colocado sobre su cuerpo el malhadado > perar reposo hasta que Ja vence Ja 1nuerte 1 Dicen
mueble de que hablamos, no haya dcseauo las n1i- ? que un gricg·o, cuyo corazon estaba dotado de unn
radas de los hombres, esperando hallar en ellas algu- ( esquisita sensibilidad i ardía sin descanso en el fuenas
chispas de amor o adrnirncion •••• ¡Qué ilusion! ' go del amor, ese grieg-o se postró setenta veces a Jos
qué ceguedad! piés de alguna griega pidiendole por co1npasion su
Es verdad, convenimos en que ha habido cm pe- > an1or; pero setenta veces tuvo que sofocar su pasion
fío ciego en aferrarse a una n1oda combatida por los < bajo el peso del desde~. Admirado de tanta dcsdihon1brcs,
únicos juezes impnrciales de la belleza ? cha, se pro}JUSO estud1ar profundamente los cau~as
fclncuil. Si Ja moda hu hiera \~en ido a embellecer a ~ del mal, i cuando creyó l1al;>er hallado Ja solucion
la esposa i a la cunada, el amante i el esposo les del problema gritó como Arquirnides: lo hallé! lo
habrían dicho: estais hermosas, la moda os cm be- !tallé! Sale de su habitacion, atraviesa una parte de
Jlecc, procurad estar así sicrnpre, porque 1nis ojos i Até nas i va a postrarse a las plantas de la mujer
mi corazon sienten dicha al veros mns en cantadoras que lo tenia cautivo por entónces: "mi bella Asteque
nunca! 1 hasta los 1nis1nos padres hnbrían vis·~ nia, le dijo, por Júpiter 1,onante, por todos los djo- ,
to complacida su terneza
1
paternal al ver realzar ses del Averno, a~orrécemc, sí, Astenia mía." 1 esa
nsí los ntrnctivos de sus hiJaS; pero ¡ ai! que bien nltiva griega que tantas veces se llabia burlado de
Jéjos de e5to, el esposo, el nrnante i el padre han su atnor, se levanta Jijera i dulce COJDO el céfiro i
gritado enojados contra un objeto que ha venido a < estrecha al astuto amante entre sus brazos. En
cou \·ertir en feas a las que ántes eran bellas. adelante, jamas pidieron amor sus labios, siempre
1 sinembargo i ha habido justicia i tacto en com- pidió desden i sietnpre fué amado.
batir !a 1noda de Ja manera que la han combatido No ha habido, pues, justicia ni tacto al tratar la
to largos i multiplicados artículos, se ha lanzado el ta este dia. No ha habido justicia porque no se le
sarcasmo i el ridículo contra ella i hasta el látigo hnn concedido a las mujeres los mismos fueros, las
del pertiguero ha sido escitado contra las mujeres misrnas libertades que ellas han dispensado a los
que ]a llevan al templo! Esta última parte ha l1u- ho~bres, ni ha l1abido tacto porque en lugar de
medecido los ojos ele algunas bellezas poco sen~iblcs; combatir esa gran wanzana de la discordia, se ha
pero lágrimas grades han caido de muchos ojos di- debido aejnrla entregada a su propio demérito i a
vinos. Es mui posible .que el auto~· de estas palabra~ ? los infantiles c~pric~o .. s. de esas hijas predilectas ~el
haya Horado arrepcnt1do a Jos p1es de su beldad 1 ~ Seiior. ro esta tnui leJOS la época de la decadenc1a,
que lcas lágrimas del uno hnyan sido cnjugndns por ) pues ;-n se ha notado que algunas deJas mtts intecl
otro . ... Dulce reconciJiacion, juramentos de ol· Jijentcs se están encaminando en busca de medios
vido i Ja paz ha vuelto a ocupar su distinguido di..-tintos para Jlennr el mistno objeto: Dios lns lle·
J?Uesto entre Jos dioses penates. vará, sin duda, por su santa mano i la. humaD dad
La cuestion, en fin, se ha discutido co1no si fuera se salvará.
la gran cuestion de Ja guerra de Oriente~ como si Como se ha visto en un periódico cstrnnjero~ la
Ja moda fuera un gran drng·on pronto a tragarse el ~ moda en cuestion, que no es por cierto una novedad
universo entero .... Puerilidad, puerilidad de los ~ en eJ mundo, l1a aparecido de tiempo en tiempo
pobres descendientes de Adan! Las mujeres jan1as ~ como los cometas i ha sido (!onocida con diver~os
han levantado tanta grita ni algazara contra las 5 nombres. Segun parece, se vió por ptimel"a vez en
modas de los hombres: el pantalon e~ trecho Valladolid a fines del siglo XV con el nombre. de
a~ravesó su período alegre i victorioso; el cu- t'erd?tgadas, mas luego se llamó eadcra1, despues
bHete arriscado llegó feliz nJ fin de su carrera; el tontillo i polle1·as, mas tarde guarda infante i boi
ridículo fraque terminado en punta de dia1nuntc i la hemos visto reaparecer baJO este último non1bre
hasta el moño i la trenza que usaban los petimetres i el de crinolina. Siempre ha escitado la indignacion
de nntnfio, todo ha sido respetado por el bello sexo, deJa ~ociedad i hasta el anatema eclesiástico cayó
por mas estravagante, por mas indecoroso que hnyn sobre ella, lanzado por el obispo de Valladolid; pe- ,
sido. t Por qué, pues, tanto encono i tanta sana con- ro hni en la historia de esta moda un hecho mui
tra la jóven que lleva crinolina~ tocante, una censura terrible cuya consideracion
Por otra parte, l~s tnodas, de) ntismo modo que recomendamos mucho a las señoritas bogot~Qs: en
las enfermedades agudas, tienen una duracjon de- tiempo de Felipe IV se ot·denó en Madrid, por metermina
nada, un período, concluido el cual deben dio de un decreto, que nadie usase guarda infa~te
desaparecer. El gran peineton de carei, la enorme con escepcion de ciertas mujeres.
tnpnten: Jas mangas en forma de inm\.:tlsos globos, Si despues de esta última censu1a no renuncian
Jos aros de estera i de bejuco i hasta el vistoso pei- las señoritas a la crinolina,creemos que ni el cadalso
nado de doria Anjelita Tafur, yacen fujitivos en los seria bastante para el triunfo de la opinion ppblica.
don1inios del olvido. Las cosas de mal gusto i por S L. .
consiguiente asaz perecedet·as, no merecen jamas Advertencia.
la saña de románticos ni clá~icos, de chabacanos ni Cotnt_l pudiera creerse ~r alguoo11 _que lu WJ.oiale J?Ues-amenos
escritores: las hoz del uempo j
Citación recomendada (normas APA)
"Biblioteca de Señoritas - Año I N. 27", -:-, 1858. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2094878/), el día 2025-05-25.
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