.PERIODICO LITERARIO DEDICADO A LA JUVENTUD.
• ~~'VWV'·~···~·'VW'•• """""·"'· .......... ... ~"f""""""'""'""""'''" " ~· ··--;l;MF.Rc)'4(). ·~·---~ ~ TRIM. VIII.
~- ~~~J e POP~~:~:~~:.:~~EJ~~!~wl~Rí~;¡~· ~~~ ~
RAM1REZ y RIYERA, EDITOREs. Aquellos fragmentos de edificios, blanquea·
do: á los últimos rayos del sol de la t~trde,
medio escondidos todos entre el tupido folla·
LAS ItUIX.-lS DE IBARRA. jede los numerollos árboles que crecen libre·
. . 'mente en el recinto de las ruinas; las torres
Despues de ~n?n· por. el espaciO de ~ás de y camp:tnarios, mutilados, el aspecto seren?
dos borns y mecha, habJCnuo cesado g1 adual· del cielo, la belleza de los contornos y el Bl·
mente el calor, llegamos á una altura e~l don· lencio que reina alli, donde ántes hubo tanta
de ~:;e ven las ruinas de algunas .cnb?nas de animacion, tanto contento, acumularon uu
proletarios, atildo de las cuales estan o~ras torrente de itlcas en mi mente, mel:mcólicas
de liger~ eonstrnccion, sum~mente bn~as: tochls, iu11piradas por el recuerdo de aquella
J>cseeudunos luégo nn corto t1 echo Y ?e 1m catástrofe espantosa.
proviso fuimos I"Orprenditlos por un l.mdo Y 1 Apu 1·é el paso de mi mub y ac1clant{mdo·
vasto paisaje que constituye la esplémhda ~o - me algnn trecho :l mis compniieros de viaje,
marca en donde, hastn ltace ménos de ~1 es llegué solo á la ciudad, cunntlo el sol presta·
año~: brillaba como opulenta seiiora la e cs. ha u moribnntlo reflejos al paisaje. Entró
venturada !barra. . decidido y con el eorazon oprim1do por uu!\
Des<'lc luégo buscamos, answsos, en el ho· emocion inexplicable.
l'izoute, las ruinas do ~lf]tLella cinclatl ; pero A tm lado y á otro de la que fué calle ele
entre ellas y no~otros Ae intc1·pnso la pinto · entrada, se aL~an hoy muros mutila~lo , re~t~s
resc.~ laguna 'Y aguarcocha, que parece en de templos, lienzos de paretl,. en. p1é toda na,
mecho a,, a9ucl mn1·co vrr1lo de pradera , ár y re iduos peJo enga~taclo mosos árboles se levantan por toclas partes,
en un cerco de esmeraldas. Apénas detuvi· e. condícndo trás de su lozauo follaje aquel
mos un in tanto las miradas en eRe bellísimo confuso hacinamiento ele ruinas, ese sudario
paisaje qne, en otro lugm·, las habria. dcteni · ue c~combros que guarda entre sus pliegues
do horafl entera ; y l:ls lanzamos há01a el snr, misteriosos )a historia terrible de aquella he·
en (londc encontramos lo que solicitábamos : catombe inmeusa ¡ y por entre el ramaj~ a·
las ruinas de !barra. banicado de las palmeras 6 del melancóhco
.El Imuabnra se alzaba imponente, cscon· ciprés se distirwnen, majestuosos aún, los '
d~end~ su negr~ cima e~1tre las. nubes; hácin pórtic~s de algu~os templos! los capiteles el~
el occidente reJase el Uotacaclu ocultando la piedra de alrruna columna cmcelada con deh·
faz á sus víctimas de 1 G8, entre una masa cado esmero0 6 el medio arco de una ventana
flot~nte. de aplomadas nieblas i. en el suroeste ojiva que, s~~ duda, prestó Jnz y anima~ion al
se tllbUJaba sobre el azul del Clelo el perfil de sagrado reCinto en alguna fiesta grandwsa.
unas serrauíaq poco eleYadas, Y. desde su base Las pisadas de mi cabalgadura resonando
hasta la del Imbauma, extend1éndose hasta sobre las anchas baldosas de las aceras, eran
las faluas tl.c un cerro dcRmHlo. que d~rno_ra repetidas por mil ecos 1_ormados .en .los eón ·
al sur, tiC dilataba un e ·plénduJo terntono, ca vos vaclos de los arrumados ed1ftmos; de~·
cubierto de p~antíos y de prallera~, en cuyo pues de ella nada interrumpí~ el solemne SI·
confin setentnonal se mostraba tn tc>mente, lencio de la ciudatl muerta, smo el aleteo de
como un inmenso pauteon adornado de san· alrruna lechu1.a ext.raviaua en aquel dédalo de
ces, palmeras y naranjo!~, la que fu(:. Ib_ana, es~ombros, 6 el &inie tro graznido del bnho
orgullo y ornato de la opulenta provwc~a de entre tos derruidos paredones.
Imbabura. ¿ JJ:s aquí, me dije. deteuiéndom~ a.nte a·
N() poclró expresat· eloc~wntemente lo que ~ucllas ruinas solitarial'l, en don~e exu!tló una
sentí al '1tem 1 ·por pnmera vez aquellas cinuaeminallas en medio del bella luz el sol, llenaba de poesía la h:na, do
más bello pauorall.l •• que ~c . puetle imaginar. encanto la natu1·aleza y . esplendor los
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ELCAUCA.
hombres?.. ........... ¿ Qn~ se hicieron ios habi-tantes
de -esas (Casas stmttwsa~ de las cüales
no quedan hoy sino fragmll:lntos despedaza-dos.?..
.. , ........ ¿ En d(mde están la .alegrí-a .y
la esperanza qme animaban el corazon de los
hijos del majesttuoso Imbabnra ?.. ......... ."ro
do ha desaparecido\ y en su lugar sólo se ve
una ciudad múterta .
El viento hollado del Cayambe, que br'illallaua
t·iid'iante te:n el confin lejano del paisaje,
ezotaba en eso!! momentos los ángulos saliente!!
dt> las ruin as, produciendo sonidos lú-gubrcR.¡
in'!ltando lamentos humanos!., ........... .
Absorto en la contemplacion de ese espectáculo
tristísimo, imaginé estar viendo á Ibal'l'a
la noche del 15 do AgoHo de 1808. El
cielo tlebia est:a1· sereno y hermoso: como en
los m'Omentos vrescotes i miríadas de estrellas
brillariau fulgurosas en aquel clel'O de los
trópicos, uispuc to como un palio espléndido
pum cobijar e:l delicioso paisaje v la bella
cindad; las avecillas· enviarían· á las flores
sns nocturrws cantares, y las flores les devolverian
en perfumes lo que habiau recibido en
tneloclía; las arboledas se mecerían suavemente,
los céfil'~>S confiarían el secreto d-e su
frescura á los l"amajes y las fuentes inul·murárian
quedo e ltre los f¡·ondo~os huortos, pa
ra p€ruers~ de pues cu la llanut·a ........... .
Los suotuos~s templos estaban espléndidamento
iluminado , porque se festejaba á la
Reina de los ángeles, la Vírgen del 'i'ránsito;
tma mnliitnd los llenaba y otra pululaba por
las calles; en :~lgunos salones bC bailaba, en
otros se conversaba alegremente, más allá se
rcia y se go~aba ...... se go~aba! cnando la
muerte esltJba tan cerca!. .....
¡ Unántos cormwnes arrullados pot' lat\ gratas
armonías éle la esperanza, cuántos ensueños
alimentados por ese néctar divino qu-e se
llama amot·, CLtáutos afectos fundados cu la
t'licha y en la tranquilitlatl, no constituirían la
esencia vital \le todas esas almas que debían
• volar esa noc e A las ignoradas regiones do
la eternidad 1
Más allá or:aban las vírgenes del Señor, las
vestales de Cristo, las encargadas de conscrvat
· el fuego Jel amor de Dios: las. monjas!
Vestidas con sus altos trajes recorrían )tranquilamente
lo•s claustros,.bencliciendo aYCriadot
·, al anminJU· la belleza de la noche; ó descendían
á los jardines de sus conventos para
aspirar el grato aroma de sus hcrmai!aS,
las flores.
En otros lmgares, santos tambien, velaban
unos hombrcSJ de rostro austero y vestidos
· con largos hálbitos de color oscuro : eran los
minist'ros del Santnario, que reposaban tranquilos,
despnres de haber glorificado al dulce
nombre de María ......
En 'todils par'tes 1~ aiegría1 Í'á dicha, ~l pla•
cel· ...... el place\'! cuando no pasarian"mt1chas
horaE ·sin que la lind·a ciudacl parodiaM da
ü~1a manera trágica á ~ru¡yeya y á Hercul.a•
no !.1 ....
FltilGUEST().
DE UNA LEYEND..i IN~DITA,
Porque amó mucho y con tartát·oo peM
deploi·ó BllS pécados, conmovido
perdonó -el Hombre'--Dios -á 1\IagJal'Cna.
Y tú, que sabes bieu que, ancpentido,
perennemente mi flaqueza l!ot·o
cou el d~ler más hondo¡ Lanra mial
tú fi qui-en cual siempre deli1·ante al'toro1
no perdonas mi culpa todavía!
J. M. VEL.ASCO CasTILLO.
Popayan. .. SONE'fO.
Si po1· siempre el morir la vid!\ ln\\llá1
tlauL1o para nuestra alma una morada
do la dicha eternall ambicionada,
so encuentra ú par de la verdad de!lbuda 1
bi de pásioucs la tormenta ruda,
all1 por 11hanpro so hall a encadenada;
si en vista allí de la Bomdad aruada1
no se. teme, ni espera, tJÍ se duda;
¡ Oh! los qttc á stt seplllcró ya l>ajartm
el qne auhelauan porvenir ya vieron,
los velos del misterio allí rasgaton,
lar, cadcnn8 de carne en él hundieron,
su traje llc camino abandouaron
y el d'e una vida eterna se vistieron 1
Popayan. 187<1.
J. u.
DOLOitA.
Debo llorar sobre las secas hojas
de aquel jardín de mi i!usion perdic1a,
ay! porque fu6 mi estrella maldeciJa
vivir de his angustias y congojas.
Ay ! po1·que vivo sin pláCet•, sin bl'illo,
canto yo con aconto lástimcro,
como cri su cárcel cant.a el prisiopero,
como en su jaula canta el jilgucrillo.
Gimo cual gimen los nocturnos vientos
entre las rama.) del oscuro sauce;
cual murmura la fuente entre stl cauce
murmuro yo ruill íntimos tormentos ......
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EL CAUC1: 315
.1\las calle para siempre el labio mio
eso que mi alma destrozando Yá,
con el sigilo tino el S(.'pn'cro frio
guarda el tadavcr que en su seno está ... -....-
Popayan. V.
1 .. \ TUUB,\ DE LOS DOS.
( ELT,A Y ÉL ).
El ángel del amor hirió su pecho;
en sus brazos la muerte la estrechó;
pero al verla morir, sobre su lecho,
conmovida la muerte, sollozó.
Tristemente dcspucs ¡tal es la vida!
de una mú ica fúnebre al compal',
en un pobre atauc.l fn6 conducida
á la morada triste de la paz ..... .
Desde entónces un hombre se vcia
cerca u e aquella tumba suspirar; ......
asido de la lápida dor¡ia
y lloraba tambien al despertar l
Una noche¡ qué horror! la sepultura
y la querida lápida rompió ......
y besando el cad:'l\'er con loclll a,
ni abrazar sus restos expiró!. ... ,.
I>opa);an, 31 de Enero do lb75.
ÜREGORIO LLOlWTE,
A. ELLA.
Piensa tú en mí; mujer encantadora,·
ya que en tu·oido mi cancion no suena;
déjame oir tu voz, tu voz sonora,
y del amor t)O rompas la cadena.
Déjame ver posada en tu semblante
una cxp1·csion siguiera de placer¡
mas no quiero me olvides un instante,
ni me niegues tu amo1·, bella muj.r.
De tus labios quisiera una spmisa
y de tus ojos la gentil mirada, .
esa mirada dulce que me hechi:r.a
.al contemplar mi pena aniquilada
En pos de tu ternura; Jesus Leila,
te consagro mi vida ,mi pasion :
perdona cial, y
juntándolas con gnsto y arte, pueden formarse
frases enteras.
Ese encantauor, embelesador y seductor
lenguaje, inventáronlo las bellas hijas de O·
1·iente, de esa region de los perfumes y de los
crepúscalos de naranjo y oro, y de los blan·
dos y rizados arroyos de cri~;tal, y de ...... en
fin, y de otra porcion de coeas no ménos in·
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316 EtC.AUCA.
tcresnntes, que no se detallan por su mucha
extcnRion.
JJas uiñns (y los ráños) pueden ex~resar
6ltS más recór ditos pensamientos por medio
de ramilletes hábilmente combinados, ó de
simples floL·es.
Pondremos unos ejemplos para que la lectora
se inicie en ese eucantauor y embalsamador
y ~eduutor lenguaje, lo que nos agradecerá
seguramente, pues ocasiones hay en
la vitla en las que uno daria cualquiera cosa
por expresar á otro cualquiera idea, sin que se
aperciban los demás.
'N u es tras lectoras harán santamente en
guanlarsc este número de La Prensa para
que no caiga en podet· de las mamás, en cuyo
caso nuestro trabnjo seria inútil,
lió aqui los ejemplos citados:
IJa anúmona es una flor muy mona ( mejorando
lo presente) que quiere decir:
-Aunqne tu mamá me plante en la calle,
seré consecuente, pimpollo.
La adelfa, esa fiot· amarga y melancólica
que crece junto á la plateada fuente, tiene este
significado:
~¡Ah, pérfida! ¿ahora te descuelgas con
que to gusta el de las patillas rubias? ¡Pues
bien 1 no pienses más en mi, ni esperes más
libras do caramelos. ¡ Murió mi amor !
J.Je aljaba, quiere decir :
- ·ro nmo frenético· apártate de mi lado
ó te como á besos.
La ilor de pajarito :
-¡ N o es usted mal pájaro l
La perpétua morada :
-¡La amaré á usted más atu de la cterniJad
! ¡ V ca usted si soy un jóven q UllJJrOmete
l
El alhelí:
-Seré fiel, pero no me pidas dinero.
El boton de plata :
-Señorita, yo la adoro á usled por todo lo
alto; rui corazon palpita sola y cxclusivamen·
te pcr usted, y si me desaira ...... ¡ Oh! si me
rlesaira soy capaz ......... de enamorarme a e
otra.
El boton de oro :
-:.¿Dudas de la siccridad de mi afecto ?
¡Ingrata! para muestra basta .. ...... un botou.
La clavelliúa doble:
. -Iremos ij 1mtos: donde,tú quie::as, pero p~1·
Dios y las once mil vigenes que no venga tu
madre.
El lirio blanco :
-IIe tenido la debilidatl oc enamorarme
de t11s cucan tos, engañosa sirena. ¿N o hay
p01' ahí qni1!u me haga la fineza ue .pegarme.
un par do tiritos ?
El pensamiento :
-Pienso qne estoy haciendo el oso.
La ortiga:
-El vecino de enfrente me da mala espina.
¿ Qné hay?
La flor de lino :
-Caballero, me parvce qne las heridas de
amo1· no ni que
se ,·aya su mamá.
El don Diego de noche :
-Esta noche estará junto á la reja. N o falte
usted á la cita ó acepto el fino amor del
rubio. •
La espuela de caballero :
-La co,a va que vuela. Pida usted pronto
mi mano. Su afectísima amiga Q. B. S. M.Fulana
de 1'al.
La hortllncia :
-¿ Cuántas veces le he de dccit• á usted,
r.aballrl'tl, qno su amor nomo har{1 feliz? Vaya
ustoa no¡·amala y expresiones á mamá.
La campanilla:
-Es usted ·un buen muchacho, no lo niego:
muy fino, muy atento, muy bien educado, eso
sí, pero ¿ qué quiere usted ? Y o quiero un os·
po ·o de muchas campanillas.
El cedrin:
-:-N o tengo más que trece años: soy nna
novia en flot'. Cuando me pongan de largo,
no pase usted de idem.
El claYel rayado :
-Si no tiene usted amrwillas, ¡¡e empcñ3
en balde, pues yo no amo de baldo.
La aroma:
-Estoy inquieta ...... mamá ha leido todas
tns cartas y quiere meterme de monja ¡ Qué
honor! espero que me salvarás así que ten·
gas un momento desocupado.
Con franqueza, lectora, ¿te gusta el idio-ma:
de las tlor~s ? ¿ tü 11 tJUCS quf;:d ti~fe-cho.
De Ln Prensa de Guayaquil.
IIIS'l'ORIA DE UXA UlBI.A
I.
Se llamaba Sofia ; y era chititita, bien formada,
graCiosa, pispireta y sensible hasta la
pared de enfrente. '
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E J. CA U CA.
De sus ojos brotaban rayos, de sus labios su alma cual bandadas de amedrentadas aves.
flores. Su corazon era una fragua. Amaba al -¿ 1\fe amas mucho, Angel? murmuraba
por mayor. ¡ Deliciosa rubia! la rubia con inefable acento.
Tuvo tres novios ...... recono.cidos oficial- --¡Oh, mucho! respondía él con melodra-mente
por la mamá. mática intencion.
El primero era un estudiante poco estu- -Y si alguno te disputara mi cariño,¿ se-di
oso. l'ias capaz de matl\rle?
El segundo el hijo excesos
en la botica de. su sciior papá, hi1.o lln:\R pfldoras
de arsén1co que mandaron al otro mundo
á un infeliz enfermo : tan turbado estaba
el pobre chico ! ¡ Déjense ustedes de una escena
tan patética !
La verdad es que er" muy j6ven y por Jo
Mito mny débiles snR hombros para soportAr
la pe~adn cru?. dcll.ltpatrimonio. Además,
no tenia un real. ¡ Cómo que era poeta! Lector,
ríase u¡;ted de los que dicen que no existen
los sinóuimo~. Poeta es exactamente lo
mismo que pobre. Cárlos babia prometido el
oro y el moro á Sofla, con tal de que eones·
pondiera á u amor, y una vez colmados sus
deseos, tomó las de Villadiego, como so ha
vi~;to, sin decir siquiera ¡ rnelvo!
Y héten ustedes á Sofla sin novio otra vez.
¡Qué demonio de rnhia!
IV.
Y apareció el tercero. ¡Sí: f:cñores, npareció
otro novio ! ¡Guapo chico ! ¡Como que
era gacetillero! .Me parece que ......
IJa rubia se volrió loca por él. y le juró
que hasta entóucee no habia sabido lo qne
era amor, pero que desde aquella fech:, estaba
al callo de la calle, como dijo el otto, (un
personaje famoso).
};a mamá de la ruhia no las tenia todas
consigo, por aquello de que el gnto eRealdado.
del agna tria huye, y así es que la \mena
señora cJ·cyó oportuno ten e•· nna explicaci m
con el gacetillero á la segunda. visita que hi·
zo éste {1 la familia
-Ocupa u. tcd una buena posicion? le dijo
despucs de preguntarle por la f.'lmilia.
-· í, seiiora, generalmente ... la hori1.ontal.
-:Me refiero á su posicion social, caballero.
-Escribo en un p01·iódico, y tengo lo sn·
ficiente ...... ( para morirm~ de hambre).
-¿ Cuúndo piensa usted caRarse?
-Cnando herede á algun tio millonario.
-¿Tiene usted algunos?
-¿ Tios? si, scfiora ... (más pobres que yo)
tlolía es muy sensible.
-¿ Devoras ? ¡encantadora rubia, me
gu ta mucho! la sensiblería ......
-¿Con qtte quedamo~ convenidos?
N o se hable más del as~mto. :Me parece
que han quedado orilladas todas las dificultades.
Y el gacetillero iué admi ido en anUdad d~
novio, y la rub1a le amó hasta alli, y pnr.aron
ámbos muy buenos ratos, porque el amor es
una ocupacion bastante ngradable, por más
que digan los escépticos, gente que:\ tuerza
de no creer en nada, acaba por creer en una
porcion de tontcrias.
Pero el gacetillero no ora de mejor con-
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El. CA UCA._. 319
uici'on (Jtle SUS antecesores, y ~cabó dor abU·
l'rÍl'Se 'Cll meuio de SU felicidad,
La 'Sensible S-ofía pasó un mal tato. Porque
¡ay! le amaba de vera~ sobre todo desde
qu·e sabia qne iba a tasats-e con él.
El papá lle la niña, (personaje d~l cual no
hemos hablado ahora) .,ueontró tres me~es
(lespues ñ nuestro gacetillero, y cntaulóbe
ent1·e éllos este diálogo: ·
-Caba~lero, sn conducta de usted no me
parece decente.
-Señor mio, yo opino todo lo contrario.
-Le andaba buscando á usted; quiero te-ner
una explicacion.
-llombt·e, lo que es que en este momento
llevo mucha prisa.
~¿Si? pncs dígame usted dónde vive,
-Cauallcro ...... ¡me he mudado!
V.
I,o cierto es ql!e la tnbia se quedó sin novio,
cotno se queuat•án sin ídem, todas aquellas
qtte se enamoren con demasiada facilidad,
cambiando de amapte com~<.le vestido.
¡ Pobt·e rubia! y es lá!:>tirua, porqnc ca muy
J.,onita.
¡ Abí son las cosas 1
l .. ESSUIIEN1'0S S'UI~L'l'OS.
('l'oma.dos do vatios autores, por José .M:arla Vcla:wo
Ca.stillo.)
J .. a Biblia · un libro prodigioso en que
el género humano comenzó á leer treinta y
tres siglos há, y con leer en él todos los días,
todas las noches y todas las horas, aún no
ha acabado su lectura.
Donos-o Cortés.
Todo se entiende al revés entre nosotros,
pero más que todo la fraternidad, que el
egoísmo filosófico invoca para despedar.ar
las entrañas del hermano y despojado de sus
in.Lercs~s.
José Manuel Groot.
Cuando en nombl'e de la libertad se pt·o·
clama el et·¡·or; cuando en nombre del pueblo
se pide el ostracismo, la inteligencia se
retira de esa obra de maldicion, y deja á la
sociedad abandonada á la merced de los
hárbaros·
Donoso Cottés,
U na cru:t sbbre una tumba lo dice todo.
El que allí yace creyó y oró, y al ruot•ir esperó.
Ihbrá sido contlt'mada su esperan.
za ? La crut lo asegura. N o se adopta
un signo de infamia por mil generaciones,
si por algnn modio no hay seguridad de
que es ya signo de gloria•
José M. Vergara y V ergarct.
La ciencia se desenvuelve· en la sociedad
hümana de una manera prodigiosa, y el
pensamiento ilustrado y libre \'nola pot•
regiones qno ántcs le estaban vcda1a:s por
la ignorancia y la supen¡ticion.
Juan Leon ]lera.
Las limosnas son letras de cambio sobre
la Eternidad: cuando lleguemos allá las
cncontrat·émos pagaderas tlla vista.
Fenelon.
Entt·e ulla mujer casada y un hombt•e qne
no sea su marido, toda relacion para ser
inocente debe limitllrso al cambio de una
ju~:~ta estimacioo, 1unrlada en el lhtltuo co·
Procum qtlo \.u hijo, mamando lá leche de oocimicnto de sus virtudes y en la perauasn
madre , no se ahogue al mitimO tiempo en cion de que existe en ámbas partes, ptime-sus
lágrimas. · ro que todo otro amor, un amot· firme do
Thalés. sus propios deberes. Silvia Péllico.
La edad madut·a debe proponer las leyes;
la veje~ sancionarlas ; la juvcntuLl dcf(mderlas
y ejecutarlas.
De Ségw•.
Ilay pct·sonas á quienes se les hace un mal
con enscilarles la cartilla temprnno, y otras
á quicnos se les hace con enseñát"sele tarde.
Un ~:~abio, un hombre que para n1erecer el
nombre de iilósofo sepa muchas ciencias, no
haría aprender la cartilla á los niños á una
misma edad, así como no afeitaria un barbero
á toJos los adolescentes al cumplir una
misma edad, tuviesen 6 no barba.
José .1.'1faría Ver;¡arct y Vergara.
ta sangre de los vencidos ó vencedotea
bajo las banderas de la jüsticia, es la san~
gre de un sacrificio que el ci~lo bendice y
In. Patria acepta agradecida.
Juan Leon .JJ!e!'a.
¡Extraño fenómeno, t¡tie en ocásiones e-l
mundo moral se rija por leyes diametraÍ;
mente opne~tas á las del mundo físico, pues
si en éste la atraccion m(ttua de los cuerpos
está en razon inven,a do las pistancias, eti
tratándose de afectos, los corazones 11e
at.raen en r~zou directa de las mismas dis:
tancias!
1
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320 EL CAUCA.'
Mujeres! no ccseis de ser dulces y modestas.
Conservad vuestras costumbres pú·
dicas. N o renuncies á las gracias. Para
agradar á los hombres, sed siempre mujeres.
Pitágoras.
N o conozco un monstruo más terrible
que un gobierno arbitrario. Un tigre puede
rasgarme las camcs: el despotismo desgarra
la conciencia.
Emilio Castelar.
J~a murmmacion tiene mucho de envidia
ó de jactancia propia, y casi siempre es del
inferior al superior.
Saavedm.
IIonor! Voz de !!in guiar elnstici
Citación recomendada (normas APA)
"El Cóndor: periódico literario - N. 45", -:-, 1871. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3683888/), el día 2025-05-01.