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Manuel A. Dueñas a la memoria de su malogrado amigo, señor Pedro Rodriguez [recurso electrónico]

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  • Autor
  • Año de publicación 2010
  • Idioma Español
  • Publicado por Popayán : Imp. de la Univ. por Guillermo Figueroa, 1847
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
Manuel A. Dueñas, "Manuel A. Dueñas a la memoria de su malogrado amigo, señor Pedro Rodriguez [recurso electrónico]", -:Popayán : Imp. de la Univ. por Guillermo Figueroa, 1847, 2010. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2802798/), el día 2025-09-15.

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Imagen de apoyo de  Todas mis cosas en tus bolsillos

Todas mis cosas en tus bolsillos

Por: | Fecha: 04/01/1906

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 1 ALI, (RE'pública de Cvlombia)-ENERO 4 DE 190G.-N" 246, Director, BLt\8 8. 8.C JIPE'i"l'.A: ~~~~~~~~~ LOS RECUERDOS DE LA MARQUESA I Estaba yo sentado ju:ato á ella y contemplábamos silenciosos los últimos rayos del sol que aca· riciaban la playa, una de las más espléndidas de Francia. Le cogí la mano y le dije: _ -Cuénteme usted la historia de su matrimonio con el marqués de R .... , á consecuencia de una curiosa aventura que tuvo por teatro este mismo sitio en donde estamos. -Con mucho gusto-me con­testó ella-pero el relato será un poco largo. No sé si el mar, que empieza á subir, me permitirá terminar. -Nos sobra tiempo. -Abreviaré todo lo posible. -Soy todo oídos. -Viuda á los veinte añoA, y satisfecha de mi libertad des­pués de dos años de un matri­monio mal avenido, me ví rodea­da de una legión de pretendien · tes. Anuncié categóricamente mi intento de no contraer segun· das nupcias, y me dejé cortejar como una coqueta cualquiera. Me gustaba esta playa., á la que venia todos los años ·egl;lida de gran número de mis adoradores. Una mañana, v'"'stjrla con un traje de baño -y e·1. uelta en una capa de lana, esperaba en la are­na que mi don,·ella. me contra· tase un bañero. Al cabo de un rato me trajo uno á quien yo no conocía. Ape­nas me hube quitado la capa me cogió precipitadamente y me in­trodujo en el mar. Al llegar á la altura de una ola tuvo la osadía de imprimir en mis labios un ardiente y pro­longado beso. J\IIe desprendí en el acto de sus brazos y me diri­gí hacia la playa. El bañero no se atrevió á seguirme, y se alejó nadando tranquilamente. Al entrar en mi casete, dije á mi doncella: -¡Reniego del bañero que me has traído, Marieta l -Mírelo usted, ·Lvra- me eonte tó-D.á·1a como 111 ~-)-' . .d -}No qui~:JN) tLtiliL:lr HÜ9 BUS ~(·rv · eios ! -Eta el t'mico ífUe h8bía en la playa. Pero ¿ pw h • hecho ese hombre que haya. podido mo­lestar á la señora ? Impuse silencio á la mucha­cha; pero en todo el día no pu­de alejar de mi memoria el acto. de audacia del bañero. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2488 II Aquella noche se daba en la alcaldía un bail~ de beneficen · cia, precedido de un concierto de artistas y de aficionados. No tenía más remedio que asistir á la fiesta. No hay palabras con qué des­cribir mi sorpresa al notar en el salón la presencia de un joven elegantemente vestido que se parecía de un modo extraordi · nario á mi bañero. El desconocido subió al estra­do y cantó de un modo delicio­so una :romanza de barítono. Mi· ré el programa que tenía yo en la mano y leí el nombre del mar· qués de R ..... al lado del título de la romanza de que el joven aristócrata era á un mismo tiem. po auto:r é intérprete. N o me oabía la menor duda. Aquel hombre era mi bañero. Me puse encarnada al recor· dar lo que me había ocurrido aquella misma mañana. Dominada por la emoción, permanecí ajena al movimiento que se había operado en torno mío y transformado de sala de concierto en salón de baile. Me hablaban y no co11testaba. Esta- . ba sumamente inquieta, sentán· dome y levantándome maqui­. nalmente. Semejante estado de insensi­bilidad duró hasta el momento en que el marqués, con una au­dacia inconcebible, se me acer· có para suplicarme que le dis­pensara el honol' de bailar con él. Me levanté precipitadamen­te y le miré con aire desprecia­tivo. Di uu paso para retirarme de aquel sitio, cuando al oírse los primeros compases de la or­questa, el marqués rodeó mi ta­lle con su brazo y me arrl;J.stró hacia el punto donde se halla­ban las parejas lanzadas en irre· sistible torbellino. Dimos varias vueltas por la sala sin desean· sar ni un solo instante. Las emociones del dia me ha.· bían perturbado de tal modo, que al fin rendida de fatiga caí desmayada en una butaca. III Cuando recobré el sentido, me encontré en el hotel del Casino donde me albergaba, y donde el marqués habia tomado una ha­bitación el día anterior. No pude dormir en toda la noche. Lo su pe por mi doncella, . que encontraba en los corredo· res á mi perseguidor deseoso de informarse del estado de mi sa· lud. Había. prohibido yo á Maria· taque le hablase; pero era ya demasiado tarde para tomar ta­les precauciones tratándose de un hombre tan resuelto como el marqués. Sin embargo, un inci· dente improvisto produjo el es· tallido que procuraba yo conju· rar. Gracias á la locura de mis pre· tendientes y á la indiscreción de Marieta, que había contado la historia del bañero, se orga· nizó una cruzada contra el mar· qués. Provocado por uno de misad­miradores, acudió noblemente al terreno. A pesar de su des· treza, fue gravemente herido y le trasladaron al hotel casi sin Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 EL C07l7l.EO 7JEL Y.:1._LL.E ~4ti9 conocimiento. Cuando me ente­ré de las causas del duelo, acu­dí presurosa á la cabecera del paciente para constituirme en enfermera de un hombre á quien tan sólo conocia por sus in con· veniencias. Al reconocerme después de algunas horas de fiebre, me di· rigió una mirada de gratitud en recompensa de mis atenciones y cuidados. Estuve un mes á su lado, no alejándome de su cuarto más que para descansar por espacio de breve tiempo. Uníase un sentimiento de her· mana de la caridad á una espe· cie de magnetismo, que me a pro· ximaba á cada instante á mi en· fermo. IV · Cuando el marqués estuvo fuera de peligro, abandoné la, población para regresar al seno de mi familia, donde ya tenían noticias de mi aventura. A los pocos días se presentó mi perseguidor á solicitar mi mano. Se la otorgué gustosa y ya sabe usted cuán feliz he sido después de mi matrimonio. -Lo sé perfectamente. Ha.bía llegado el momento de retirarnos, so pena de vernos ro· deados por el mar y aprisiona· dos en nuestra roca hasta lama· ñana siguiente. Abandonámos nuestro asien· to, la marquesa absorta en sus recuerdos y yo gozoso de sentir· la vigorosamente apoyada en mi brazo. L. HIPÓLITO LUOAB. REMEMBER Isaial!f Gntnboft. En sus ojos grandes, negros, melancólicos cual una Lentejuela que en las ondas finge trémula la luna Un I)Oema de amarguras, de tristezas se leía Y una alondra misteri0sa cantó en su alma cierto día En que al ritmo de los vientos balancéabase su cuna . .¡¡. Y la aurora? .... nunca vino .... quedó solo 1 siempre solo 1 Son tan largas y tan tristt>s las tinieblas en el polo, Son tan largas y tan tristes las aren~ del desierto ! Cavall honda, cual su pena, la morada de ese muerto Y dejacllo como en vida, siempre solo .... siempre solo .... De su tumba. solitatia saldrá rápida é inquieta Una alondra de alas blancas. Es la misma que á Julieta Anunciaba en el granado un incendio sobre el monte ~No te vayas 1 --Angel mío, ya florece el hori~onte .... ~Dame un beso. Adios, Romeo 1 - Damo un beso, Adiós, J ulieta J Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2490 .E_L C07l!ll.EO ~EL 'J'.?JLLB * Madre Tierra : Por tus ríos,-por tus vírgenes pa.Jmares,­Por tu a1 ~ombra de erdura, por tus témpanos polares,­Por l,as oln<> donde juegan de la luna los refiejos,- PGr lo uzul del firrnamento,-por lo verde de tus mares, Por lo blanco rl.e c." nubes quP se mue-ren á lo lejos, Sé ligera á ~ ts (' .. ._:t "' ! .... Fué tan tr\te, fué tan bueno Cual l linf de ~,1 P•Wl qtA:: d ··mita entre tu seuo .... 1\fargaritn-;,-en su tumba abriJ todas vuestros b oches r El cantó vuestras corol l fué tan triste, fue tan bueno f •••• Oh, poeta, ya tú duermes 1 . •.. Buenas noches ! buenas noches 1 RICARDO NIETO. EN EL CE..MENTEE.IO Cuando todos se alej~ron de la blanca tumba aquella, · donde sola, muda y fría se q euaba ella . ... ella ! .... La adorada muerta mía 1 Al ver toda su hermosura para siempre desligada de mi vida y escondida en la callada sepultura, ton terrible voz, que aun oigo, grité: e Muerte despiadada i i Díme, toda su helle2:a tornaráse en polvo W Díme, para el sér que implora y gime, al final qué queda entonces de esta trágica jornada 1 ~ Pero nadie respondía ; sólo el eco repetía , ~1 final tle aquella frase: 1 Nada 1 1 nada 1 1 nada 1 1 nada t ,JULIO FLOREZ. REBELDIA Nb pienaes en rendirme, no ha Rll0cido t¡uien haya de domar mis rebeldías : ni en la arena sangrienta, ni en el nido, tacil~tron jamás mis energías. Constante ta·iuofador de pesadumbres no temo del ,~~omor los hipooti~mos : h'c sabido luchar contra las eumbres y sé cÍ>mo ee vencen los abismos. Soy de ra:ta. de músculos de r.cete, de c:uáctrr indómito y salvnje ~ mi estirpe nunca conoció el sendcrr, que ú loa horubn·s conduce ni VIIBnllajc. Ni tiemblo note la punta. de uu11. capada ni me doblega ht atracción de un beso; 'POrque el alma la. guardo ahroq uelad / contra el miedo al i~ual que el cmbeleaot Frágil es el csruuo que tne opones, omo dAbil clarmn con que hieres: á tu virtnd In vencen las paaiooes, y no mata el deadlm de lile mujeres. Por eso tus miraAdns DO he temido, nt lll miel que en tus labios se destila. nunca eo tu selio me ver6s dormido como ~són en br~s do Dalila. A. p, ECDIVERRI.A. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 EL C O 7.2'72 E O 2J E~L Y.?'l.L LE ENELTEATRO .7.ll 7Jr. Os111aldo Scrtrpelta A i hroti• del moro s:> <'anto la rnn•n(muln Hor de In lristLza: Dcsu! d húrncdo encanto di' una boca de fresa mnnnl.Hl la gm.·ios melodía. Y la otrs1 hoc<\ Jora que entonaba la melancolía. dijo un aire tii•tinto ni de l'Sa ho.:a.. Ceremoniosamente un ágil caballero ante unn dama rubh inclinó la frente. Iuriú 1D•I_I' l;lllcemcntc d prntagrama en cr..dn boca im¡.a rida, 111..1S nnt!'& como doe llores roja , c~a bocas quedaron e u trf.':l hícrta:;, palpi t11nte~, como esculpidas en ct<'lll:l~ rocus, inmóviles las Locas solloz:mtes. M. A. C.ARVAJAL. -·..__.. EN PRIMA VERA Debajo de mi ventana ha cre­cido, al cuidado de la. Provirlen­cia municipal, un árbol gentil, que con otros hermanos suyos, forma en la doble fila de colum· nas grises y verdes cúpulas que en la calle ofreee sombra fresca para el V eran o, y á las cae as po­nen olorosas macetas en Prima­vera. Y o me asomo en estos días de abril y mayo, á contemplar mi árbol, maravillado de ver cómo de la muerte glacial del Invier­no resucita Jlor minutos, en es­tallidos de pimpollos, en risota­das de hojas, en besos de flores. Somos . graud1~s amigol:l eFe im­perecedero y yo. Cnéutame él sus vesadillas invernales, tan pronto como éi la voz do la Pri­mavera milagrosa, que le elite:­¡ Levántate· y ama 1 extremécole nueva vida y dt!Sgárrasele su su­dario (le niuve. Yo, á mi turno, le confío wis tristezas otoñales, mis penas de Invierno, sin refio­re~ imientos posibles. La existen-cía de él es un bajar y subir de savias. La mía es un defraude, l'lÍll Tepo.::)idón, de fuerzas y de ideales. Racude el viento de abril el frío e .l¡ueleto rle mi amigo, y súbito brotan en él, paramenta­dos de ramilletes, mil tiernos signos de la. vida. En cambio, cada nuevo año que transcurre, cada Primavera en que á felici· tarle me asomo, él debe maravi- ¡ liarse de ver que en mi cabeza j'blanquea aún el Invierno, y si j' por caso wira dentro de mí los copos blancos en que van tam- 1 bién helándose por siempre mis j ilusiones, continúa riendo en co­, lores y en aromas, como dicién-dome:- ¿ Por.qué no sois los bom· bres como lo.s árboles ? New York, :Mayo 1905. N. BoLET PERAZA. C()ltU.ESPONSALES Hu cnavcntm a, Euero 1 ? de 1906. Sr. Director de "El Correo ta Lnngchdolick. - San Pctersburgo, ~7. Dohl~n ca­só en mnnos rcYol ucionario.->, quienes estnblncieron gobierno pi'Ovisorio. Crcilencio por muchos aíios. llnsc arruado en Moscow la. milicia conocida con el nombro de la Centena negm, de la que cspéranse terribles rcprcsRlias Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 1 contra revolucionarios, si insurgentes llegan á s r Yencidos. Ca.becillas re­volucionarios de J\l0scow son estu­diantes de las Universidades de Kiéff, Kharkoft', Odessa. Milicias ocnp n centro ciudad, esperando refuerzos que Gobierno está en incapacidad de enviar por serie peligroso movilizar­las de otros lugares. -Washington, 29. Roossevelt tra­ta de la creación de una. Corte de Ar­bitraje en América para uso exclusi­vo de las naciones americanas, en las diferencias que surjan entre ellas ~is­mas. Ministro Roote lleva la lllisi6n de explicar la conveniencia del pro­yecto ante la Conferencia Panameri­cana de Riojaneiro. Llamará la aten­ción hacia los enormes gastos y las demoras en acudir al Tribunal de la Haya. -Tanger, 29. Sultán opónese á que la conferencia sobre Marruecos sea en Madrid en vez de Algeciras. -Lisboa, 29, El Gabinete renun­ció. Rey aceptó pidiendo quedaran en sus "{>Uestos hasta Año-nuevo. -Moscow, 30. G'iudad continúa siendo teatro espantosa carnicería, Cañonean de tres partes distihtas. Re­volucionarios armados revólvers, ri­fles, y las mujeres sobre todo come­ten crueldades espantosas. --8an Petersburgo, 30. Mientras que se examinaban los correos en que venían cartas Witt1 Trepoff acurrie­ron explosiones. -Roma, 31. La Princesa Eugenia Battemberg llegará en Ener.o para ser bautizada. católicamente en el Vatica no. Un Arzobispo inglés desempeña­rá la ceremonia en representaci6n de S. E. Merry del Val, Cardenal Secre­tario del Santo Padre. -Tokio, 31. Mikado abrió Parla­mento, manifestando su complacer.cia por la terminación de la guerra y la profunda satisfacci6n que sentía por la alianza con la Gran Bretaña. -Londres, 3L Rothschild pagará los gastos para enviar al Canadá á 200 familias hebreas pobres de Londres. -Moscow, 31. La ciudad presenta aspecto de campo de batalla. Habi-tantes empiPzan á salir de sus casas después de cinco días de encierro. Re­volucionarios hansc apoderado de principn.les oficinas y fortalezas. En la Tesorería robaron$ 343.000 oro. CoRRl!:SPONSAL. ' SUELTOS Ji1STÁ REPARÁOION Por decreto dei señor Gober· nador del Cauca; ha sido nom• brado en propiedad Prefecto de esta Provincia nuestro singular amigo don Manuel Sinisterra. De todo coraz6i:I enviamos nues­tros plácemes ai activo y pun­donoroso Agente del Gobierno y nos congratulamos con poner á sus órdenes las columnas de nuestro semanario. GRAN BAILE Para el próximo 6 de Enero se prepara en la casa del señor don Ismael Hormaza S. un mag· nífico sarao dado por vários ca· balleros distinguidos de esta ciudadf en obsequio de las da­mas de Calí. liarán los honores de tan suntuosa fiesta las respe­tables y cultas señoras dofia En­riqueta de Hormaza, dona Be· nílda de Eder, doña Ana María de Lloreda, doña Virginia de Bohmer, doña Cecilia de Res· trepo, doña lVIaría de Holguín,­dofía Angela de López y doña Clara de Domíngl!Ct:. PROCURADOR GRAL. DE LA NAOION En uso de lil'encia se ha sepa· fado de este importante puesto el señor doctor Gerardo Pulecio y ha entrudo á reemplazarlo el primer suplente, señor doctor Rodolfo Zára te. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 2493 -----·-·····-· ····--·- . ·-· ............. ·------·------·-·--.. -·--·-······-··-.. -·-.. ----·-··---····--···-··- BIIJNVllNJDA Muy afable se la presentamos á nuestro caro amigo y sen ti do poeta don Ricardo Nieto, quien ha venido á paaar unos días de asuetos en esta ciudad. VENEZttllLA Y OOLOMBIA Se dice que el General Cipria· no Castro, Presidente de V ene· zuela, visitará próximamente la República de Colombia. FIESTA Dll LA OIVII.íZAotON En medio de una exorbitante concurrencia, se verificó el 19 de Enero del año en curso, la bendición del vapor "Sucre" que ha de surcar en breve las ondas silenciosas del dilatado Canea. Estas victorias del progreso me· recen el aplauso sincero de los que se interesan por el adelan· to niorü.l y material de los pue­blos. Por nuestra parte presehta· mos nuestras felicitaciones muy efUsivas á los inteligentes em­presarios que han sabido llevar á. cabo tan importante obra. A contihuación tenemos el placer de publicar los detalles minu· ciosos de dicho vapor. V APOB "SUCHE" DETALLES Fu~ construí do por los señores Y 11- row & C9 Limitada; de Lonqres, :í quienes recomiendan los gobiernos europeos la construcciórl de grande~ buques de gueiTa. Le recibió en Londres por comisión dé la Empresa, el Ingeniero experto W. L. Ta.vlor. Medida.:.: Eslora 90 pies ingleses. Manga 20 , , Velocidad: 10 millas por horn. Calado leve 11" id. á toda carga 2·! pies. Carga: tiene capacidad para 700 á 800 bultos de 75 á 80 kilos. Comodidades para pasajeros de 1" clas~: U r1 salón corl 12 lechos niovedizos. Dos camarotes á popa, cada uno con 8 camas, lavado completo: U na mesa y lámpara. Dos W. C. comphitamente indepen­dientes. Puede transportar además; un buen número de pasa-jeros de 21.' clase. Maquinaria: Uha ealdera de acero de gran fuerza, resistencia. y poder. Los cilindros &c., son firtos, de mag­nífica calidad y de sistema moderno. El buque tiene un peso aproxima­do de 10 toneladas. El cargamento del "Sucré, cons­tando de 223 gl'l!.ndes bultos con un peso de 1089 ero 3c 14 libras ingle­sas, llegó á Buenaventura por vapor alemán ''Nicaria" de la líneá ''Kos­mos"; como nd era posible ttaer car­ga. tan volútninbsa. y ~ada se reem­pacó, y quedó convertida en 782 bul­tos que se transportaron así: En parihuelas 175 A lomo de mula. 607 782 El eje para la rueda., el primero que se ha construído en la. forma que tie­ne consta de 3 piezas, de lRS cuales, la rr.ayor, pesa. 38 arrobRS. El ingeniero contratado por la Com­pañía fue el señor Hardr ~·u conoci­do aquí por haber armado antes el va­Ji> Or ··cauca''. Muerto Hardy, Yino á l'eempla?.a.rlo el ingeniero inglés Car­los JarYis, de los talleres de Yarow & CQ, que es quien ha terminado el ''Sucre", con el concurso de artesa­nos colombianos. ERRATA En el número pasado en la sección '' Cercado Ajeno ", se deslií:ó en algunos ejemplares la palabra censurn con s en vez de e, corríja~o. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 1 2494 .EL CO::tl:REO 2JEL Jr.JJL~E ··- ..... --· ·· .. . ... .......... . En Cali (Colo111bia), acaban c1e celebrarse los primeros Juegos Florales, ha bien do sido coronada esa brillante fi.rsta con magnífico resultado. :Formaban el J L11'Udo ca· lificador pl:'rson~s de alt • impor­tancia en las letras, y las compo­siciones premiadaG fuel'on Jt)n el (/repÍlscu1o, pot->sÍa de Rü·ardl) Nie· to, (primer pn~mio ); Pois ')e cuu.­cano: Las dos corJiUr:ras·, pol:'sÍa de J\Iatro Gambon, (lwrmano de n uec:;tro (·0m pnñf ro cte R~uacción, don Franci..:co A. GalllbN1.). Ob· tuvo esta bella com¡ osici6n la pri­mera menc·ión houorífica, y la se­gunda, ~ll titulada Al Río de C'ur­tago, ue Manuel A. BonillL. l..;nte. Hay cementerio para pe­rros, sastl'eri1ls para perros, zapa­te! ías para perros y quincallas dvnde se venden artículos neta­meutP perrunos, ) h(1y por fin se ha abi~::rto una escuela para pe-rros. * LA VIDA EN LA LETRA C. Eu cccc está la vida. del hombre. Ella.s representan las estaciones principales que hnce el hombre en su peregrwacion s0bre la tie­lTtl: CUJW, ca;:;am.i.eutv, caja, cemen-terio. Otras <:uatro son sus temores etemos: cólera, cárcel, ce8antÍl~, calen tnra. Cnatro le dcfienllen de todos lo~ pt>lio-ros LDateriales v sociales: o . cota, coraza, r.o/'(~jc y ciw!adanía. A cuatro iuclinu la cerviz, y las miHWlS tiende á. estrangula!': co1·· bata, cordel, ,·olla,·, casul'io. Cuati'O son sus vlacere : ciga- 1'/'0, café, coiirtc ?1 comest:hle. De cuatro ll e be estar exeut to­da m uj cr para hac~r la fclicida d Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 1 tle su esposo, lo cual no logrará la que sea Cltl\·i, coqueta, casqui­vana y cal1ejc1'a. De cuatro a husa el hombre, Ja­mentablemcnte, que son: aútlito, con.fzanza, areclulidatl y Ul·~ ero. Y cuatro constituyen los ele­mentos de su vida: CfJl'azón, ce1'8- ln·o, concienci.J., catórwo. * L.a. P.AP.á.YA.-DicP. una revista corr.ercial que el jugo de la papa­ya ó mejor la sec:reción que gotea de esa fruca al hacerle una inci­~ 1 óu se vende en los Estados U ni· dos de $ 4 á 6 la libra. El líY,t.ido debe recogerse en un envase vidria\.lo ó mejor en porce­lana y dejarse ¿vaporar en platos ó bandej»s. .El residuo blanco, granulado es el que se exporta. No hay lugar en Colombia don· de no se produzca la papaya sin necesidad de gastos dt! cultivo, ]Jues basta dtjar caer la semilla para qoe nazca; aaí pues ya que no puede exportarse la fruta mis­ma, no es despreciable la anterior noticia para aprovechar el jugo, el cual evaporado puede enviarse al extranjero. * TEI,F.FONO SlN HILos.-Francis-co J. Me. Carthy, jo\'en apenas de diez y siete años ar:aba de des<'u­brir en San Francisco de Califor­nia el teléfono sin hilos. El joven inventor es de una familia pubre, y á la enad de doce años abando. nó el colegio para ü· á trahnjat· <Í una planta eléctrica donue tomó grande interés por la electrieidad y rlesde enton ees se d<>dieó á su teléfono sin hilos que ha ll •gado a. ser una realidad. M r. 1\Ic. Car· 249~ 6 thy piensa obtener patente para su descubrí miento jecución. Sus dedos se escurrían ~obre la cuerdas del violíu como ganas de ardilla sobre la!! ramas de uu ar­bol. Pero Spalding le Hlperó como m*sico, por su estilo impecable y la incomparable sonoridad de sus tonos. Se ha dedicado expresa­mente á interpretar aquella clase de compo~ieiones que requieren un complf>tt' espíritu mu~ical y en las que predominan Jo¡: tonos lle­nos, m;~s bien <¡ne ln ejecución; ,¡, adquirir de. heza peeuliar en sus compo iewnes favoritas que sou aquello.s que hnblan más al coraw ~ón que á los ojos. Kubelirk ha sido dedarado por Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. • 1 1 1 1 2496 el público de París el más grande acróbata ael violín que existe en el mundo; pero, al mismo tiempo, ese mismo público ha consBgrado á Spalding como maestro. Los Estados Unidos pueden es· tar orgullosos de poseer el violi­nista más prominente del mundo. • CLIMA QUE ~.ANA.-Uno de los más sorprc•ndentes descubrimien­tos para la cura de la tubenmlo­sis Bcaba de hacerse por varios médicos notables de Groenlandia, que han manife::-tacto que el clima de dicho punto constituye un re­medio para e~e mal terri blt::. Desde hac·e mucho se venía afir· mando que la cura más eficaz de la tisis pulmonar la constituyen la vida al aire Jibre, Pl uso de trajes ligeros y el mayo!· contacto posi­ble con la N &tu raleza; algunos mé­dicos han ido más lejos y han prescrito á sus enfermos los baños en nieve, afirmando que )a extre­ma temperatura y el contac·to con la nieve, en VPZ de dañar la deli· cada constitución de los pacien­te~, influye en su mejoramiento de manera nota hle. * LA BELLEZ.\. DE LAS ITALIA"NAS. - La belleza y la gracia de ll-ls mu­j eres italianas, tan aJ~iradas en el mundo, tiene su secreto, y PS que los padres la cultivan cou es­mero desde que nace la uiñn. Hasta en las das<~~ más pobres se obsen·a que no ~ólo nr,dau las mujet·t·R con soltura, ~iuo que f!e­vau la cRbeza erguida con <·i~rto air~ de encantadora dignidad. Esa apostur':l la adquieren insensible· 11H'11~P llt-vaudo JHI(lnctes ó cáuta- . -· ..... ... . ·-··-·· .. ····· - ---· -- ··-- ·~ ros sobre ]a t:abeza. A lo~:: niños se les hace cargar taru bién con pesos á fin de obte­ner un resultado análogo, y hasta en algunas es~uelns se les somete á este ejercicio que re:-.ulta alta­mtnte beneficioso para el desurro­Jlo del cuello y de los hombros. No olvidatl tampoco los padres el pedil de la faz <.le sus hijos; y si, por ejemplo, desean que ten­gan la nariz larga y recta, les dan todos los días tirones suaves, re­gulando de tal suerte el desano· llo del órgano. Ningnna ruadre italia~;a permi­te á sus hijos frotat·.:.e los OJos; y st ll01·an, los dejan echar cuantas lágrimas quieran, porque se ase­gura qu¿ el llanto hermosea los ojos y los pune claros, mientras que el frotamiento ]os daña. Tam· bién les p10hibtn leer con luz es­casa. Los dos factores principales de ,. la belleza son el descanso á la me­nor indi'lposición para evitar la postración nerviosa, que tan no­civa es para la buena tez, y comer poca carne. En cambio, los niiios italianos comen mut"h~ fmta. .li&,i,I'ITilJQS ' ·---····· ·- VIDA SOCIAL l,os ha bitantt·s de la ciud11d de Bnga se prepar~n ett masa para hacer un:• ovneióu al señor doctor don José Vicente Reogifo, y ofren· darle uua coronu de or0. El movil qne impulsa Ctor·. Las Ciencias PolíLica.;: ,- las Ma­telllátieas, la Medicina y ias Altas Humanidades tienen dt>ntro de ese selecto grupo de intcle. t11a 1 P:-> n ~ distir.gnido repres,..ntantc. Si el doctor José Vicente l\.eng1f:, '·cn­pa entre los padres Jt> familia el puesto á qut> lo hacen n.-reedol' las virtudes extraordinarias de que tia testimouio el hechú que anotamos, no menos dignos de ocupar el primer puesto son los nueve hijos con que hoy regala á la sociedad, los cuales han sabido corresponder á las altas miras y nobles esfuerzo~ de su padre ejem· plar. Tiene la sociedad de Buga ra­' lÓn suficiente para sentirae orgu­osa ·y para qntt llena de entu­Riasmo se prepare á rendir de mo do e:olemne su tributo de admil·a· ción y respeto al que le ha enri­quecido con nueve ciudadar:os que la honran. Palmira, Diciembre 26 (le 190.5 J M.V. -·-···--··········· -··-· ........... --------- .A. VISOS El suscrito, sacristán de la Capilla de San Antonio, avisa al público y IÍ. todos los qne tengan interés por la re­construcción de esta, ¡;e dignen ocu­par los números que faltan de la rifa de alhajas quP desde el mes de Octu­bre se principió á recoger, la cual se hr.bía suspendid.o para dar lugal' á la 1 d.el cementerio. Si d.urantc el presente mes se aca­ba, dP- recoger, esta tendrá lugar el 2 de :Febrero próximo. Es con lo único se cuenta para seguir techando Acudid pronto con $ 20 que cuesta oada número, no se pierdPn. Cali, Enero de 1906_ .i\1AXUEL M:J. RODRÍGUEZ A. Garbanzos. Lentejas Pasas en cajitas Manteca ''Chancho" Jabón 60 por 50. 'Tinos españoles. Todo esto acaba de llegar á la Sucursal de B. López & C. 0 de Buenavantura en C.ALJ: 5 A TEMPERAR Alquilo ó v~ndo mi propiedad ' de ''La LPgua" en las riberas del rio Aguacatal. 'l'errcnos deslinda­dos, ca. a pajiza nuenl,

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El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 246

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El Correo del Valle: periódico literario, industrial y noticioso - N. 247

Por: | Fecha: 11/01/1906

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 ALI, (República de Cl.)lombia)-E~ERO 11 DE 190&.-N~ 247 k r. ~ ID IJitltl ilel 1~ feril4iiD Literario, la4QJUill f tauntJD Director, BLA8 8, 8G&BP&TT& ~~ ~omo. btl lall.e ·~t:: -x-x ::Jt:: x ~t:: Je :X""~ BL -liiO&&DO I -¡ Qué tiempo tan hermoso ! V amos á encontrar en la costa un sol admirable. Tenemos gran­des probabilidades de pasar la noche solos en este departamen· to. En Lyon nos echaremos á dormir y protestaremos contra el osado que prete11da entrar en nuestro coche. ¿Va usted á Niza~ -A Monte-Carlo. -¿A probar fortuna en la ru· leta? -Nó; voy á presenciar las re· gatas. · -Yo también. -iLe interesa á usted ese ej er· cicio? -Mucho. Es un sport que ofrece grandes impresiones~ Además, el bote movido por pe· tróleo es el origen de una de la~ más dramáticas aventuras de m1 vida. ¿Quiere usted que se la re· fiera? Es una historia muy cu­riosa é interesante. -Diga usted .... II -Hace tres aflos que era yo legítimo dnefio de una mujer ad· mirable, á la que adoraba con delirio, y también de uno de los mejores botes movidos por pe­tróleo, creados por la industria moderna. Una verdadera mara­villa (me ¡·efiero -al bote), un j u­guete asombroso con el que me divertía como un nifio. Durante la primavera, me ins· talé en Agay con mi mujer y mi bote. i Conoce usted Agay? Es un sitio delicioso de la Riviera. Pero el mar, cuando sopla el mistral, es terriblemente traidor. Amarré el bote al muelle de los pescadores y diariamente mi m u· jer y yo hacíamos en él un~ ex· cursión marítima. A dos millas del último escollo nos deteníamolt y me echaba yo al agua. Es una manera muy original de bañar• se que le recomiendo á usted co~o una de las sensaciones más gratas que puedan experimen· tarse. Una impresión menos agrada• ble fué la que sentí cuando cier· to día ví alejarse bruscamentB el bote, mientras mi mujer, des· de la popa, me hacía sefias que expresaban el terror de que St\ hallaba poseída. Inadvertidamente debi6 tocar al corta-circuito, y como sucede con frecuencia, el motor partió al contacto. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2499 III Agitábase el mar y las ola~ se multiplicaban sin descanso. Gri· té; pero mi voz se perdió en el silvido del. viento. A los pocos instantes, el bote no era más que un punto negro. Lo que más me B?rprendió fué que la ~embarca· c1ón, entregada á sí misma, de· sapareciese hacia la costa. i Es­taba dirigida? Pues en este caso, i por qué no venía hacia mí? Le advierto á usted que nado como un pez. Eso fué precisamente lo que me hizo tener conciencia de mi pérdida. Calculé la distancia y sentí que la corriente me arras­traba hacia alta mar. Compren· dí que había llegado mi última hora. Sin ~mbargo, luehé con todas mis fuerzas. Al cerrar la noche flotaba todavía, pero me era yá muy difíci~ sostenerme en 1 el agua. N o hablemos más de ¡ aquellos trágicos momentos. La j tripulación de un falucho italia- i no me recogió en el instante en j que iba á sepultarme para siem· ·.~.. pre en el mar. f IV j Me desembarcaron al día si· g u i ente en Porto-Mauricio. Aquella misma noche, á eso de las diez, entré en el recinto de · mi quinta de Agay. Por una ven· . tana vi á mi mujer hablando con mi más íntimo amigo, que vera· neaba en Niza, y que venía á comer con nosotros dos ó tres veces por semana. De cuando en cuando se abrazaban tiernamen · te, mostrando al mismo tiempo una alegría indescrj ptible. ¡Qué horror, amigo mío, qué horror ! f l ! i 1 ¡ ¡ 1 1 ¡ ¡ ! Indudablemente había y o muerto para ellos. V Durante un año seguí á mi mujer y á su amante. El trabajo era muy fácil porque siempre estaban juntos y no tenía nece· sidad de duplicar mis esfuerzos. Además, como no tenía otra cosa qué hacer, llegué á tener una habilidad asombrosa en el arte de disfrazarme. Podía se­guirles paso á paso, comer en los mismos establecimientos que ellos y hasta viajar en su mismo coche del ferrocarril, para escu· char sus apasionadas conversa· ciones. Un verano se establecieron en Bretaña, á donde ta.mbién les seguí. Había concebido una idea encantadora y sumamente deli· cada. Y ahora viene el epilogo del drama. Oigame usted con aten· ción. El cielo estaba sereno, res-· plandeciente de oro y tan her· moso como el ciele del Medite· rráneo. Mi mujer y mi amigo fueron á dar un paseo en barca, sin ale· jarse de la costa. Tenían sus ma· nos entrelazadas y los remos :flo· taban sobre el encalmado mar. Cuán dichosos eran ! Llevaba yo el mismo traje del baño del alío anterior en Agay, un traje de rayas blancas y en· carnadas. ¡ A la una, á las dos, á las tres t Me arrojo al agua y me dirijo hacia la barca donde iban aquellos miserables. A dos metros de distancia me voy á fondo, y á los pocos instantes Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 surjo ante la embarcación, jun­to al sitio que ocupaba mi mu­jer. Abro los brazos y grito ale· gremente. -~ Buenas tardes, Margarita! ¡ Tiéndeme las manos para que pueda subir ! Mi mujer me mira aterrada y con los ojos fuera de sus órbitas. Su rostro palidece, críspanse sus manos y crujen sus dientes. Sus manos han sido tocadas por las manos del muerto ...... del muer-to sepultado en el mar ..... y que el mar arrojaba de su seno, ale­gré, sereno y sonrriente. -¡Sosténme, Margarita! ¡Em· piezo yá á cansarme y se van agotando mis fuerzas ! La infame lanzó entonces un grito horrible, un grito de es­panto y de tortura que aún vi­bra deliciosamente en el fondo de mi sér, un grito supremo, hermoso, inolvidable. Y érguese en medio de la bar­ca, en una actitud admirable y así se la ve dos horas al día en el Manicomio de Pierrefeu, don­de me ví precisado á hacerla en­trar. Esto ocurre entre tres y cinco de la tarde. La crisis se produce cada vein­ticuatro horas. Pienso ir á ver á esa desdichada á mi regreso de Monte-Cario. No he podido vi­sitarla desde el día de mi fan­tástica resurrrección. ¡ La vida es tan absorbentel Pero, en cam· bio de los dolores con que nos agobia, nos ofrece también di-chas inefables ..... . Yá silva la locomotora y va· mos á llegar á Lyon. Le recuer­do á usted nuestra consigna. Y á ~500 es hora de dormir y de defen­dernos si alguien abre la porte-:­zuela para entrar en nuestro co­che. ¿Quiere usted una almoha.· da ~ ¿ N o ~ ¡ Pues, buenas no­ches! ENRIQUE KISTEMAECKERS. ~ EL ABUELO FANTAS1A I Un sudario de nieve e ubre la tierra ; la montaña y el valle todo Nanquea, y solitaria, !a luna en el ('8pacio su luz derrama. Los árboles sin hojas causan espanto; el viento entre sus ramas pasa zumbando, y el arroyuelo bajo la densa escarcha corre en silencio. Allfl sobre una roca, sus paredones abiertos y mellados alza una torre, y en la ladera sus pajizas techumbres muestra una aldea. El campanario humilde su cruz de hierro recorta en el fantástico fondo del cielo, y de humo elevan acá y all~ penachos las chimeneas. Del hogar junto al fuego Yela la gente; se vacía el hondo jarro y á henchirse Yueh·e, y entre las bnt~us el chasquido se escucha. de las castañas. La zambomba monótona zumba doquiem7 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 2501 EL CO:O'Il.E O !IJE~ 1'.7l.LL.E el rahel discordante doquier chirrea, y el vilht ncico e._1ebra el Nnciwiento del Sacro Niño. ... ."o duermén los pequeños, que cuando viene el Niñ<' Dioti al mundo dormir no quieren; todo ~ contento, que á redimir los hombres desciende el VERBo. No hay triste que no tenga con que alegrarse, ni. rico que á los pobres los desampare; y los enferll1os ~aperan que el Dios Niño Jos ponga buenos. be improviso estridente Jauta al esp:t.eio ~~ gallo vigilante su agudo canto, y la cam¡1aua a la misa del Gallo los fieles llama .J.lfdnuel F ernández y González. AL l? .A.RTI:Ft Estreché sus quince afios; besé la voca de flor t los cabellos castaños, junto al v1ejo mar cantor. -Pi~nsa, amada, en el amante; bo tne quieras olvidar, Y ca)·6 una estrella errb.nte en la. copa azUl del mflr. R. BL.L~CO FOMDONAr tA ENCINA CAlbA j ( D1 Gíovan11i Pascolí.) .7! Gil :Portoul. La rncina ya ao .. bra e:Utnllll· Cesó el Juchar. con fierd• venda hales ..• , La gente dice · -'' Ay, Dios, cómo era intnen8a ! 11 EntrP. la~ ··a,..,as se ccbmpian ntdos oue la a )t ,1 enrin<. cobijó piadosa; pobres nielo¡; d<; aoril. 1: el populacho prorr um;>e : -"Ay, Dios, cómo era generoa& ! 11 Y todos hacen de la encina leña ! Y al partir, ya en la noche, hacia el hogar, oyen el dese11pero de un~t tórtola que busca el nido sin pdderlo hallar. R. BLANCO FO.MBO!\.Ár TI;ElM:.PO El Tientpo kuye. VIRGILIO. Podemos as~gnrar sin ninguna te• meridad que tlo existe en el lenguaje de los bombrt!s una palabra más ero· pleada ó de mayor aplicación que la. que sin·e de tnote á estas I;neas. Por­que, efecti\amente, ella la encontra­mos expresa ó tácitamente en nuestros actos, ya sean prosectos; es decir, en ~qnellos que no concluímos, que ape· nlis iniciamos o <'tejamos en nucgtro cerebro sin ejecución ó que por con· trarieda(leo no perfeccionamos. Atro­jamos, por ~jemplo, al campo de uuea­tro huerto la semilla de la frnta que devoramos Ull dfa indeterminado, y te· nemos aquí varios momentos 6 instan­tes desap~rcibidos, cuales son: lá ad~ quisición del objeto; la plantUción de su simiente; la. época en qnb se desa­rrolló hasta frttctiflcar; la existencia del terreho en cierto momento: hechos todos que se han verificado en purt!cu­las más ó menos grandes y sucf!sivas del tiempo. AlgUnas veces rt"eorditis el DJóm(!n ­to preciso eu que con vuestro amigo l1 hermano, penetrasteis emocionados en el salon ricamente decorado y perfu­mado con la fragrancia de una bella que oa e~idcncia. •lcl Presidentl' y dP sn f:unilia que \'iven sin guardia mili-tar, como es de todos sabido, t ncabe­zados por Valdivieso, Angulo, Moyá Vásquez, .Martínez Silva, quienes Írían armados de puñales y revólver, acoro~ pañados de treinta individuos, y se aj>oyarían en un destacamento del Batall6n X que debía estar listo en las cercanías del Palacio para secun­darlos. Los conspiradores se ap('idera­rían del Pt'ar al BatalUm i y á la Policía. Cri3Íá.nse índispensables ! piara esto$ 100.000 oro. ¡ .ltl terrm• 1 El klég)men del terror entraría en ! vigor- A todo individuo que se opu- ¡ siera al movimiento se le reduciría á l prisión y se le deportaría á Orocué. 1 Agente de los conBpifrail.qres ¡ en el Exteno1·. ! En el Exterior el Agente principal 1 es el señor Juan Manuel bltvila, quien 11 debía. despachai' elementos de guerra y dinero para. la. Costa y para el río Magdalena. Habta estAblecidas inteli- ! gencias con los conspiradores de V e­nezuela 'Jr el Eéuador, para prestarse auxilios y apoyos mutuos. La Opinión PUblica iuz(fa 1 ti los conspilnulo?·es. Uná.nl.mementé ha sido reprobado ~te conato de atentado contra el or­den público y contra la vida del señor Presidente. ~Já.m"-s desdé los pthnetos tiempos de la República babia shlo urdido un plan 'de ca.rác~t m'ás tene­broso y rep::ob~tble. ~l General Re­~ s vi ve sin guardia., como 'él más sel\­ciHo y Mnfiado de los ciudadanos. No est:tn aquí siq.uiera. su~ hij~s~ de 'mo­do que asaltada. su testden'éla., no con­taba Cótl. más apoyo material que el de sus propio-s bl'azos. Los éOnjuta­dos habrían tropezado segútamente con el escúdo que en el peeho del Pre­sidente fiubiera puesto el amor de slis j6venes hijas, pero ése no les pareció obstáculo que debía. detenerlos. La sanción El PliÍs confía que el movimiento !506 fra.~adó será el último intento de petturba.ci6n del orden público. La lección sería fecunda y provechosa. Queda demostrado (!u~ la !liana opinión reprúeba y condena tales excesos y que la pá.Z descansa sobre sólidas ha· ses . .. .... .... --· .... .,,;, .;. ............... .... _... .. ..... J:lfo X y los santos n.¡.6erifos Expu\sión de San Expedito de las lglcsia.e. -D~ vólución de "exvotos".-I.os católicos italia• nós. La lLamada " cuestión de San Expedito'' agita en Jos actuales momentos á los católicos italianos. Re aquí el por qué: Al ordenar Su Santidad, el año pasafio~ las visitas apostólicas en toda::~ las diocesis, dió, entre otra!!~ instrucciones, la de comprobar si en los templos se rendía culto á pretendidos santos, no reconocí· dos pot~ la IgiP.sia. Los visitadol'es comprobaron) en efecto que en toda Italia, y es­pecialmente en los templos de Ro­ma y Nápoles, se venerAban efi­gies de santos apócrifos, entre ellos San Expedito, que cuentB hoy un gran número do devotos. Hace pocos años apareció el re­ferido santo en una O dos iglesias romanas. Como quiera que la efi. gie iba apareciendo de día en día rodeada de mayor número de ex­votoa, otros templos se procuraron esculturas análogas, para exponer· las á la devoción de los fiefes. En N ápoiAs tiene Sa.n Exped1to numerosísimos entusialitas, atri­buyéndole e! popolino, entre otras milagrosas dotes> la- de designar los números que han de salir p~ miados en la lotería, por la que Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 2507 .E.L C02l:B.EO 7JB'L )'~LLE son apasionadísimos 1os napolita­nos. N o es, pues, de extrañar que cuando, siguiendo las terminantes órdenE's del Vaticano, se quiso días pasados proceder á reti!·ar de los tt!mplos de N~ipoles la imRgen del santo, se opusiera el pueblo, cons­tituyéndose len guardia defensor de San Expedito é impidiendo ma. terialmente que se cumplieran las disposiciones eclesiásticas. En Roma fue necesario un ver­dadero ultimatu,m del Vaticano para obligar á los párrocos á qui­tar las imágene~ de San Expedi­to y de Santa Filomena, otro sa;1. to de los cornpr<:!nuidos en la lieta de apócrifos. En cuanto á las cruces y cora­zones de plata que rodeaban á las imagenes se1·án devueltos á los do­n3ntcs. Según la leyenda, San Experii­to era un soldado de la legión te­baua, que sufrió martirio. Ahora bien; la leyenda ó la tra. 1 dicción no bastan para establecer la autenticidad de un santo que no figura en el Martirologio. Lo mismo ocUI'J'e con Santa Fi­lomena, cuya autenticidad ha sido en estos últimos tiempos puesta en duda por ciertos historiadoras religiosos. '/1: LA JTI.JA DE LrrT R:i.-El famoso librepensador Litt1·é tuvo uua hi­ja, y el día del uaciu.iento de és­ta dijo á su esposn: -Tú eres católica ferviente y práctira. Edúca á nuestra bija en tus pnuc1p10s: pero á condición de quince añoj yo le expondré tnmbién los mfos, para que entre ellos elija ella loa que mejor le parezcan. Transcurrido el plazo, sin que el sabio natura1isb se acordara de la condición estipulada, díjole un dfa su esposa: -Tu hija está pronta á escu­charte con el respeto y la confian­za que se debe á un padre; iquié. res qlle entre? -¿Con qué objeto 1 respondió Littré. Si es para exponerle mis ideas, no por cierto. 'fú has hecho de ella una criatura bondadosa, ,tier· na, sencilla, recta, ilustrada y fe­liz. i Y me crees capaz de turbar con mis ideas la pureza y tran­quilidad de su cm·azón 1 ¡ Mis ideas! Pueden parecerme buenas para hombres como yo; pero iq uién me responde de que también lo sean para ella ? i t,luién me ase­gura que con tales ideas no corre peligro de destruirse, ó cuando meno15 perturbarse la obra exce­lente que tú has hecho con ella'? Que éntre, sí; pero para que la bendiga en tu presencia, y bendi­ga igualmente lo que por ella has hecho para que aeí te ame y te ve· nere más. Todo esto lo cuenta Legouve, también incrédulo y Jibrepensa­dor, q Ucl, por lo que á él toca, a ñu­u e: Y o también he tenido y tengo en mi hogar almas creyentes, y, corno Littl·e, me tendría por cri­minal si alguna vez cayese en la teutación de turbar cou mis du­das ti ofender con mis argumen­to. s esas conviccione~ religiosas, de las cualt:s, las personas que más Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. / amo con tánta ternura, sacan cons­tantemente su consuelo y su vir­tud. Ahora bien, señores in<~réuulos; si no se atJ·even ustedes a incul . car sus ideas á las pHso na~ que aman, cierto es que no tH~nen ~"e· guriJad de que esas ideas sean buenas; más bien temen u, te>des que sean malas, puesto que "'e en· caminan á turbar la paz en los co­razones puros. Luego si ensenan ustedes á las masas, al pueblo, esas ideas, es sencillamente porque el pueblo no es ptn•a ustedes objeto de amo1, sino de explotación. LA PROFESIÓN *M ÉDICA EN CHINA. El médico chino no es siempre la clase de curandero semi-brujo que muchos creen en Occidente. Hay en el c~Ieste Imperio muchos que practican la medicina con conoci­miento de causa, tLás por estudio tradicional de raza, por observa­ción de cerca, por prá<'tica, que pcr educación profesional. En China cualquiera puede ser médico. No fls necesario exami­narse. Sucede generalmente que la clase llamada de ''señot·l-'s,'' des­pués de habtrse ed nc:ldo y suje­tado a! examen oficial d el Gobit>r­no, que pocos resist~-"n debido á los tremendos esfuerzoe de memo ria que requiere, queda en opinión de entenderse d~ todas las cosas, incluso el arte rle curar. Nosotros decimos que en la botica hny de todo; los c·hinos dicen qne el qu~ todo 10 sabe también sabe m~dl­cma. Como entre los '(señore~" edu­cados hay quienes ambicionan aprender, el que desea sobresalir t0ma lecciones de algún maestro famo ·o, !lobre todo que sea viejo. Al mismo tiempo, si~-'11do costum­bre general estudiar farmacia á la vez que medicina, e] estudiante apreuoe á hacer píldoras, después de lo cual puede hacer cuenta que es boticario. Entre estos hijos de Esculapio está muy en boga la os­pecialización, siendo pocos los qt:.e estudian más de una er.fermedaS d.:! estP funeiou:uio son aten.}t>r á lns heridas !'esultantes de iufraccioueA de la ley, contar­las, medirlas, ddel'miuar ctuíllle eilas pmdujo la muerte, si muer .. te hubo, y r.obra1· por todo ello. ~n cftsos de alte1·cado, quien más le pague menos tendrá que ver con la justicia. . El medico de reputación en Ghinn hace las visitas en coche & Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 1 2509 á caballó, no de su propiedad si­no del pameote. No cobra la visita por lo generl-11 de un modo direc­to, sioo un tanto por cit-nto en el precio de las mediciuas, cuando no es él mismo eJ boticario, lo que sucede la más de las veces. En ca­so de curación es oostum bre in va· riable hacer valiosos regalos al médico, de tánto más valor Quan­to más pronto viene el alivio. La farmacopea celestial es sen. cilla en )a forma y vr.riada en los ingredientee. Compónese de pil­doras y cocimientos, cuyos !ugre­dientes se llevan de la botica en estado natural y los prepara la familia del enfermo. Con frecuen­cia entran veinte ó más ingrP.dien­tes en un medicamento. Los cocÍ· :mientps, por lo general muy amar· gos y horripilantes al olfdo euro· peo, se administran siempre en grandes tazas é hirviendo. En un libro de medicina que data de la dinastía Wing (1568- 1664 de nuestra éra ), se contienen 28. '139 recetas. Los ingredientes más usuales de la materia médica celestial son productos vegetales, minerales y animales, preponde- ' rando entre los últimos los colmi. llos de serpiente venenosa, escor· piones, cientopiés, "mosca espa­. iíola" (cantárida), cucancbas, ~s­Qilrabajos, sapos, renacuajos, etc. Que entl·e los chinos la cirugía no corra parejas con la medicina, no significa que se la desdeñe por completo. Hay profesores "ma­& SP.urs,'' muy aptos y se usau dos clases de "masage," sencillo y do­ble, pa1·a dolores de vientre y de cabeza; y en casos extremos se usa la lanceta en cualquiera parte del cuerpo donde se sienta dolor. Debe ser delieioso para un ex­tranjero (•aer enfermo en el inte­rior de China y no haber más re­cursos á n1ano .que los de la cien­cia indígena. .. ·••······· ········-··--·- ·-·-····-····-·-------. .AVISOS El suscrito, sacristán de la Capilla. de San Antonio, avisa al público y á todos los que tengan interés por la re­construcción de esta, se dignen ocu­par los números que faltan de la rifa de alhajas que desde el mes de Octu­brr> se principió á recoger, la cual se había suspendido para dar lugar á la del cementerio. Si durante el presente mes se aca­ba de recoger, esta tendrá lugar el 2 de Febrero próximo. Es con lo único que se cuenta para seguir techando lo que se ha const.ruído. Acudid pronto con $ 20 que cuesta cada número, . no se pierden. Cali, Enero de 1906. MANUEL M~ RoDRfGuEz A. Modistería A viso á mi selecta clientela que tengo abierta la enseñanza del nuevo corte por doña Mer· cedes Carbonen y Poñella. 1 Angelina Ria~oos E . Se vende un derecho en los terrenos de La Burrera, Distrito de Palmi· ra. Entenderse en Yumbo con Nicolás Arámburo ó en Cali con Ismael López.

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