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il ELECO ~
J
~-~ PERIODICO RELIGIOSO Y LITERARIO.
Emnresarios, Guuerrez Hermanos.
Número dvl 1.0 ]e octul)re de 1878.
(JO TENIDO: Págs:
Edncaclon é lnllltrncclon..................................... 65
La J~Je la y la Ctvlltzaclon, PaAtornl para la cuaresma de
1 ,"f7; dirigida al el •ro y pu lo de P ru a por el Eminentísi-mo
nrrlenul Joaquin P cci, hoy Leon XlU................... 69
cómo el mn .. i1lo eon In mujer y 1 mujer con el marido,
e ban d bnb r, Cnrta tl 1 Ilu tl'Í imo ·efiOI' Pu -
vat·n, Obi po d ton niicdo y croni ta del Emperador Cár-lo
V.-Qlte la mujel' ca. ncltt no ea nl1erbia ni hrat•a- 11e 7os
mm ido, nn ·ean mll!J riou:ro ·o , maun·rment~ cuando on recten
ca ac1o.- Que In. mm·irlo no • an O~mn. iadamente celmms-Qtu~
lo. maridn. p-rnvean de ln r1ece ario á 81A casas-Que ln. m!lri-do
no deben llcn ar cí u ca a. 1Jersona · ospeéhu as-Que 1a
rn'llje1·e, deben a1J1'tmclcr ú fl masa·r y cocer. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
Guadeatntul ímos $ 5. Le enviámos las 5 .
suscriciones.
Ohiquinquirá.-H. P. Fray B. G. (agosto 7). Le hemos enviado las 8 suscri··
ciones que ~idió.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Volomfa l. Medellin, 1. o de octubre do 1878. Numero 3.0
PERIODICO RELIGIOSO V LITERARIO • .. . ...
EDUCACION E INSTR"CCCION.
(SEGUNDO ARTÍCULO).
Exoelsa y maravillosa criatura es el hombre. Su cuerpo, admirabl
mente di puc to, s la má perfecta de las obras materiales
que sut'gieron de la voluntad omnipotente del Supremo Ilacedor;
y su alma, imágen ilc la Divinidad misma, pe1·tcnece á las
elevadas y luminosas o feras del órden espiritual.
Á causa del pecado original, nuestros primeros padres podían
y dobian ser arrojados al abismo eterno; pero la n1isericordia infinita
del Verbo se condolió de la humanidad, y ofreció al Eterno
=>adre la expiacion y la rcparacion de una falta que ni los más encumbrados
serafines podían reparar y expiar: h6 aquí la redencion.
1\ferced á ella, la sentencia de eterna coodenacion que pesaba
sobre la raza humana, en la culpable cabeza del infeliz Adan, quedó
conmutada en otra de destierro temporal en este valle de lá~
grimas, donde p0demos prestar la e:xpiacion y reparacion de que
es capaz la humana naturaleza, y elevaruos así nuevamente á la
segura senda de nuestros inmortales destinos.
Enséñanos esto con claridad perfecta que no es nuestra mision
sobre la tierra mision de paz y de felicidad, de goces continuos y
de placeres no interrumpidos. Es más bien mision de combates
permanentes, de amargas decepciones, de diarios desengaños, de
dolores sin número; en una palabra, de expiacion y de r~paracion.
N o está e to al alcance de la simple razon natural, en el comun
de las gentes. Privilegiadas inteligencias podrán quizá elevarse en
alas del ingenio á las grandes alturatJ desde donde &e distinguen
confusamente estas grandes verdadeR, c~mo al traves de Hgeros
vapores y de débiles sombras, se divisan á lo léjos los vagos contornos
de las remotas cordilleras.
Pero eso no basta para la humanidad. Ella necesita saber claramente
ele dónde viene y para dónde va; cuál fué su or.ío-en y
cuál será su fin; en una }Jala!,;ra, qué es lo que ella debe hacer sobre
la tierra, para desempeñar dignamente· SG elevada mi i 1 •
¿Qul> es lo que sobre esto puede enseñar la vana ciencia do los·
hombres? Nada sino extravagancias y delirios. Para uno., 1,1011 ·mos
de la casualidad, y vamos á la nada; para otros, nuestr . ilustre
progenitor es el mono, y vamos de cambio en cambio y d perfecciona~
iento en perfeccionamiento á no sabemos qué pcr ,¡
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia
66 EL ECO
bilidau desconocida; para otros ... , pero ¿á qué fin pa aren re vi ..
ta todas esas locuras y todas esas necedades con que ]a mi e ·ablo
1 re nncion humana cubre su falta de verdadera ciencia?¿ o e t~
nlli la H.evelacion pregonando de siglo en siglo y de gener cion
en gcneracion, ya por boca. de los patriarcas y profeta., ya por
medio ele_ u estro eñor J esucri to y de u Iglesia, cuál . son los
verdaderos de tinos ele la humanidad, y qué es lo que lla tiene
que hacer para llenar cumplidan1ente su mi ion sobre la tierra?
Hé ahí lo que m' s nos importa conocer, y lo que no abremos
nunca sino mediante una sábia y atinada instruccion rcligio a.
Por e o clcclicamos nuestro primer articulo á demostrar que l
cntimiento r li ·ioso es base nece aria el toda cduc cion razona ..
ble, y que no ~e iendo separar e 1 educacion de la in~ truccion,
una v otra dch n ser iluminadn. y purifica a por un conocimi nto
tifici ntc de 1o receptos que conti 1 De y d la. v r<.la e quo
en ña la lt ligion católica, que es la única ver lad ra, y la. q u o
1 rofe amos casi todos lo colombiano . I or so tambi n hcn1 s
l1echo las observaciones qne preceden, ncanlinada al mi ·mo fin.
Mas quien pensase que ese es nue!.JLro único old tivo en materi!
l de edncn.cion é in "truccion, rraria lameut hlem nte. FJ o
€S cicrtam nte lo princi¡ al en el asu to, pero no lo {mic : á n
lado de e cultivar e con cuidado o e mero otra tnncha on efianza
, necesarias para que el hombre sea lo que debe ser sobro
la tierra.
Para que se ven cuán cie1·to es lo que acabamo. de decir, y
cuán n cio es el calficntivo de ignorctnti tas que nos aplican los
de crcidos, que á sí mi. mos e apellidan inst?·uccio? istas, vamo á
1clinear á grandes ra go lo que debe r la eclucacion, nombre
que, n su má.s lata acepcion, comprende tambien la instruccion
en todos sus ramos.
rromacla en este entido, la educacion comprende tres grados
JH'inci ale , que pueden denominarse cducaciou p 'rima'ria, educacien
secuncla ,ria y educacion profesional; y en todos ellos hay
que atender á cuatro cosas esenciale , á saber:
l. a. La educacion propia'lnente dicl"'a~· es dec.ir, el desarrollo de
las irtudes ~n el corazon del hombre, 6 sea la formacion de su
sér moral;
2.a I.a inst'l·uccion relig·iosa, basen cesaría y fundamento inde
tructible de la ectucacion; y sin la cual, ésta es apénas un ca -
tillo sobre bases de arena, que él vi nto de las pasiones puedo
nrrasnr á cada mon1ento;
3.a. La inst'ruccion científica y a'ntística; es decir, 1 conjunto
de conocimi(?ntos útiles con que debe adornarse la inteligencia; y
4-. a. La eclucucion fíRicct, necesaria ara desarrollar la fuerzas
del cuerpo, y procurar á éste salud y bienestar m terial.
inguno de estos cnatro r Jnos de e ]uca ion ' in truccion
})Uccle descuidar e, i e qui Te forma · hombr s tan pcrfe0tos co.,
mo CR posil le obtm erlos re l~ ti rra.
-------~=Di=gita=liz=adc=_jo =or--=la =Bi=blio=te=ca-=Lu=-is A~-n,gel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL ECO 61
N adn. más f·' cil d. e probar que esto. Su1 ouga1nos, en efecto;
que se do cuida. el primero, y se 0ultivan cuidadosamente los otros
tre ·: ¿qué sucederá?
El hom re educado de esa manera, podrá ser un gran teólogo;
un canonista con uma lo, el mejor de los abogados, el mñ ilustro
de lo a trónornos, el nímico de mayor fama, el naturalista más
per pi caz, el médico mú. atina o, el artista más distinguido; en
un palabra, el hornbre nl{ s abio del n1uudo; pero ¿qué vale eso
si tiene un col'azon vicioso y depravado, si es soberbio y orgulloso,
in1púdic y avariento, 1 roo( z y desvergonza o? ¿Qué vale eso
si no ti ne pu or ni áun para el mal, si en lugar de carida tiene
cgoi. rno, i en vez le amor ti ne odio, 1 pr jimo; en una 1 al bra,
si en luo-ar le ser u cortt.zou un emilter de vntndcs, es una
asqu ro ·n. en tina ]e "Ício , tanto m·' temible cuanto mnyores
son lo rnedios de que . di 1 one p ra ptot agarlos y hacerlos
fructific. r? ¿ o e uu bombr sem janto un verdadero on truo
con ro tro humano?
'iupot garnos ahora quo es la instruccion relirriosa la qne so
de e ida, eultivánu se con e ntero los d mas r:. moa indicados:
¿qué uccd rú?
El hon1bre educado de esa manera po lrá. ser un gran n.bio en
letras humana., nn arti ta i tingnid , un en ~rgico obrero; pero
difícilrnente podrá adquirir las virtu es, y más difícilmente aún
conservarla .
E laca e Ja nnturaleza human , y caprichosos y variados los
medios por los cnal e:; se i ocula el ven no en un corazan recto y
virtuoso. asan á veces lo año de la juventud in grandes bo·
Tasca , porque las a ·ione suelen dejar e encadenar con1o corde•
1·o., 1 orlos buenos ejemplo y la exhortaciones de padres y maestros;
pero ¿quién estás guro de que no se rebelarán nunca, y quo
habrán de permanecer snmi as 1 asta 1 fin, ante una -voluntad
recta y un .e píritu honrado? Nadie por cierto. •
Ved á ese nnciano. E ca os cabello blancos platean sobre sn
noble frente; su rostro apacible y bondad o o, á la vez que de~pe ..
jado y ereno, revela una inteligencia superior y co tumbrc verde
ramente ejemplare . ..L: i una leve nube ha empañado nunca
esa alma privilegia a, á la cu 1 no falta otra cosa que una sólida
instruccion religio a. ¿Puede cantar ya -victoria? De graciadamente
n6.
Llega ~n dia en que el espíritu del mal se le apro. ~ ima como
en otro tiempo á la madre del género humano, y murmura á su
oído e tas peligro as palabras: .
-l\1ísero anciano, llegais ya al ocaso de vuestra vida, y ¿qué
habei gozado? ¿N o sois el má ~ sabio y el m jor de los hombres?
¿y qu-; fruto habeis sa ·a o de vue tr ciencia y vuestra virtud?
Otros m6nos dignos que vo han llegado al pin áculo de la gloria, y
os pcrmanecei confundido entre la mue edumbr ; otro , at nque
. !'iOOrc. u te , na el a en las riquezas, y o , el n : s ·1bio, os 1 · 113 ·
Di italizado QOr la Biblioteca Luis Án el Arango del Banco de la Re ública Colombia.
68 EL EGO
en un estado próximo á la miseria; otros, escasos de mérito, beben
á grandes sorbos en las copas encantadoras de los deleites
sensuales, y vos, pobre anciano, no habeis gustado iquiet·a una
gota de ese néctar delicioso. Abrid los ojos, mirad á vuestro all
·ededor; áun es tiempo. N o importa que vuestros cabellos estén
blancos como la nieve: te neis corazon, aunque dormido; podeis
despertarlo, y gozar aún.
Basta eso para que en ese pobre corazon, gastado por la edad
y extraño á las luchas de la vida, se levante una tempestad, tanto
más violenta cuanto má tardia. Rugen en él las pasiones co·
mo huracanes desencadenados, y todas á porfía qnierEln eoseñol'earsc
y dominar con absoluto imperio en aquella ántes tan tranquila
y pacifica morada.
¿Cómo resistirá la virtud? ¿A qnien pedirá auxili ? ¿Á las
ciencia ? Ella perman cen muda ante n combate qu e li ra.
en terreno desconoeido para ella . ¿Á las arte ? 'lcede igual
cosa. ¿A la salud y vicror del cuerpo y al biene tar fí ico? Razon
tlo más para gozar, en ndo el cuerpo tiene re i tencia suficiente.
Una s61ida instruccion religiosa podría alvarlo, porque ella
es el más firme fundamento do las virtudes; pero él no la ha recibido,
ni hay ya tiempo y oportunidad de recibirla. Así e e pobre
anciano bajará rápidamente á la tumba, envuelto en los más ba·
jos y vergonzosos vicios, victima Je su mala duoacion, que no
desarrolló suficientemente su espíritu religioso, haciendo al propio
tiempo germinar las virtudes en su corazon.
E e anciano es imágen viva de una generacion entera, 6 mejor
aún de la larga serie de generacione~ qne forman la cadena de
un pueblo. Privaclle de la inetruccion religio~ a, y pue e ser que
por la :fuerza de las costumbres y por otros causas se con erven
algunas virtudes por algun tiempo; pero al fin el torrente de las
pasiones y de los vicios se desbordará y arrastrará con igo las
frágiles vi tudes, que como plantas de extraño clima, haga brotar
en él una educacion laica y filo 6fica i se quiere.
Defectuosa es tambien la edncacion si en elfa se descuida la
parte científica y artística. Así podrán formarse hombres que
practiquen y defiendan la virtud, y que de arrollen sus facultades
físicas de un modo conveniente y oportuno. Podrán obtenerse
santos de heroicas virtudes, apologistas ele alta ciencia y elevadas
prendas, jornaleros de potente resistencia para las más duras
faenas; pero las ciencias y las artes decaerán de di a en dia, el
progreso intelectual y material so hatá irnposible, y la humanidad
se verá privada de la mayor parte de los goces que le son
permitidos, á pesar de su caida, por la bondad bienhechora del
Creador.
Finalmente, la edncacion física e indispensable para desarrollar
las fuerzas naturales del cuerpo y aprender á usarlas provechosa
y convenientemente.
Di italizado P-Or la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Re ública, Colombia.
EL ECO
El hombre más sabio del mundo no puede prestar servicios de
algunn. importancia, aunque tenga la mejor voluntad, si por una
iciosa educacion fí ica ha perdido completamente su salud. Es·
to salta á la ista, y nadie puede desconocerlo.
En resúmQn, no otro , los ignorantistas, queremos:
1. o Que á lo hombres e les enseñe cuál es su mision sobre la
tierra, cuáles las verdades que debe creer, y en" les las virtudes
que debe practicar, para desempeñarla dignamente. De ahí la
instruccion r ligiosa.
2. 0 Que practi Jnen realmente las virtudes y se aparten cuidadosam
nte de los vicio • De ahí la instruccion moral, que dependo
en cierto modo d la religiosa .
• 0 Que nutran u e piritu con toda clase de conocimientos
útiles, en cuanto lo 1 ermit~ n los recursos de cada uno y la cir·
cnn tancias ~e que se encuentre rodeado. De ahí la iustruccion
científica y art.í tica.
4. 0 Que de arrollen us fncrza. fí icas y aprendan á hacer
hu en u o de ella~, y ne adq nicrun las nocio e higiénica ncce·
s nri p:tra cou 'e rvar la ~alud y el bienestar físico. De ahí la educacion
fí ica.
L in t1·uccionistas quieren lo mistno exactamente, ménos la
ir1str1 ccion religio a; y por cuanto quieren lo ménos, y eso en lo
m á importante que puede haber, son los vcrda leros ignorantistas.
LA IGLESIA Y LA CIVILIZACION.
Pastoral para la cuare ma de 18"f'1; dirigida ni clero y pueblo de
.Perusa por el Eminentísimo Cardenal.J'oaquln .Pecct, hoy Leon
XIII, que Cell.zmcnte 1·etna.
I
El deber permanente r¡ue nuestro ministerio nos impone, carísimos
hermano , de anunciaro la verda , se ha agrandado en
nuestro dias eu razon á nne tras neccsida es, que han llegado á
ser 1ná urgentes en los de. graciados tientpos en que vivimos. Es
nece ario que o hablemos para ilustrar vue tras inteligencias,
que se pretende oscurecer con f 1 a y eductoras doctrinas, y
pai·a ponerrs en guardia contra máximas que se propagan abiertamentd
y que on soberanamente peligrosas.
Ante todo, e. preci o que nuestra palabra destruya la confa·
sion que con etnpeño se trata de establecer en las ideas; hasta tal
punto, qn l no e . abe ya claramente lo que debe set· r probad.o
como n1al y lo que debe er aceptado como bueno y justo. Pot"'·
qn ., c·1rísin o hermanos nuestros, la guerra. que se hace á Dios y
á sn Santa Iglesia es particularmente fornlidable, en atencion á
que no es siempre con franqueza, sino más bien con astucia é
70 ~L ~co
"""-" .............. e8+t ..... .. - ...
hipocresía. Si los impío que vi ven entre nosotro:! nos dijesen
siempre á las claras el fin que quieren alcanzar, nne ·tra tare eria
mucho más fácil, y por otro lado, los fiele , conoci la tan p rversa
intencion, se alejarían de dar oído á sus se uctore . 1\las
]a cosas no pasan a 1: se ernplean palabras que ougai1an, que no
ti nen un sentido único y preciso, y despues, sin defir irl , e las
echa como pasto á la c·urio idad pública y se forman con ellas
baluarte de donde se dispara con furor contra la Iglesia, sus
miembros 1 sus enseñanzas.
Podria citar ejem¡los numerosos y palpables de e te artificio;
mas limitándome ' una sola palabra, de la cual lo incró ulos
abu an tanto, ¿quién no sabe, carí ituos hermano , cuánto . ¡·epite
por todas partes la palabra civilizacion, preten iendo ue
hay e tre ella y la Iglesia repugnancia intl'Ín "ce~, irrcconcilia lo
enemistad?
E ta palabra, que es or sí misma muy vaga, y que los < no
la emplean e guar an muy bien de definir, ha llega o rt er )l
látigo que golpea nuestras e palda , el instru ento con ayud
del cual se abaten las má santa in títucione , el medio uc abre
el camino á los mús deplorables xceso .
i se con ierte en irri ion la alabra de Dio y de A u él que
le representa en la tierra, se ice que la ci ilizacion e uien lo
pide. La ci vilizacion es quien quiere que se red 1zca el nút r de
tgle ia y de ministros agrado , y que, por el contrari , nnlltipliqttcn
los lugares de pecado~ La civili2íacion es ni n
teatros sin discernimie to y sin pudor.
En nombre de la civilizacion se quita todo freno á la n ura
más e candalosa1 á las ganancias Or el concepto de que es culpa nuestra si la ci ilizacion no progresa
má rápidamente y no alcanza más altos destino . Tal e el
orígen de lo que ae quiere llamar la lucha de la civilizacion, y
que se debiera llamar más propiamente la opresion violenta e la
Igle ia.
N o e:ttrañeis, pues, carí irnos ·ermanos nuestros, si al dirigíro
, egun co tumbre, nuestra Carta Pastoral en la pr6. in1n. Cuaresma,
discurrimos largamente, y con preferencia á todo otro
asunto, sobre esta ci vilizacion, á fin de probaros con: demostr cio-nes
evidentes que todo el bien, del cual esta ci vilizacion ex-pre
ion, nos vino en el pa ado de 1nanos de la Iglesia, y qt o-lameute
por la solicitud maternal de ésta nos erá con erv · u o en
lo porvenir4
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EL ECO 71
II
Al acometer la empresa de tratar P,Ste importante asunto, no
uor lrn os, ante todo, que se nos pueda devolver el reproche que
no otro dirigimos de continuo á nuestros adver arios, aliéndouo
le palabras qne, no estando suficientemente definida , no
l u d 'n ngendrar otra cosa que confusion. La verdad no gana
nada on e te sistema, y vosotros, carísimos hermanos nue tros,
que habei oido con frecuencia la voz de vuestro Pastor, sabeis
que ]o que stá en vue tro corazon por encima de todo es el triunfo
1 la er ]ad obre el cn·or. Vamos, pue , desde luégo á esforz
· ro en e clarecer el entido de ta palabra, tan frecuentemente
r p tida; y no cr eriamos hn.ber empleado mal nuc tro tiempo
si, dando de esta palabra una de:finicion clara, hicié mno un dis·
cur o lumino o y ordenado.
III
Es con tant~, y la menor r flexion asta para convencerse
e n.lqni r , que el hombre ha sido de tinado por io. para la oc
i d. 1, y con tituido de tal uerte, que sin la ociedad no po lria
con. ervar:e en manera alguna. iño, i se le abandonase á sí mismo,
1 receria más pronto que la flor, que sólo dura algunas ho·
ra ; j6 en, falt.' ndole 1~ discrecion y la experiencia, se engañaría
á cada })U o en su daño, si no hubiera nadie para guiarle, in truir·
le, 11 fiarte á establecer convenientemente su vida y di~ ponerle
á pr tar á otros su servicio , como otros se los prestaron á él.
Llegado á la virilidad, ¿qué seria aún de él sin la tutela de la
socied d de que forma parte? Un célebre economista frances (Federico
Ba tiat) ha reunido como en un cuadro los beneficios múltiple
q 1e el hombre encuentra en la SO(~iedad, y esto es una nlal'avilla
digna de ser admirada. Considerad al último de los bombr
, al más oscuro de los arte anos; tiene siemprú con que abrigarse
ien 6 mal, con que calentarse sus piés. Con iderad cómo
los individuos, cómo los pueblos, se han dado traza para abastecer
á cada uno, ya de vestido, ya de calzado, &.
To io hombre puede cada dia llevar á su boca un pedazo de
pan; V d, áun aquí, ¡cuánto trabajo, qué número de brazos hace
falta para llegar á este resultado, desde que el labrador abre peno
amente el surco con el arado para confiarle la simiente, hasta
que se forma la masa que convierte la harina en pan! Todo hom·
bre ti ne derechos: encuentra en la sociedad abogados para defend
rlo , magistrados para consagrarlos con sus fallos, soldados
para hacerlo re petar. ¿Es ignorante? Encuentra escuelas, hombr'
que para él componen libros, otros que los imprimen, y otros
que lo an á luz.
I->a ~a la ati faccion de sus instintos religioso , de sus aspiracione
hácia Dio , encuentra algunos de su . hermanos que dejan
toda otru ocupacion; se entregan al estudio de las ciencias sagra·
Digitalizado f20r la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Re ública Colombia
72 EL ECO
das; renuncian á los vlaceres, á los negocios, á su familia, para
mejor rec;ponder á estas nece idades superiore . Y hé aquí lo bastante
para demostraros claramente que e iodi. pensable vivir en
sociedad para que nuestras nece idadcs, tan superiores como varias,
puedan encontrar satisfacciou.
1\T
Compuesta la sociertnd de ho bres esencialmente perfectibles,
no puede quedar inm6vil; progresa y se perfecciona. Un siglo bet
·eda las invenciones, lo~ de cubrin1ientos, la mejoras realizadas
1 or el preced \nte, y a í la uma de los beneft.cio fí ico , morales,
político , pu Je acrecentar e n1aravillo tu ente. ¿Quién uerrá
comparar las i erable cabaña d los pu lblo primitivo , sus
gros ros u ten ilio ", u in trum nto imperf ct , con todo lo LlO
po eemos en el siglo ~ I ? o hay ya pror orcion entre el trabajo
ejecutado por nue tras máquina , tan ingenio ament construidas,
y el que . alía con tanto afa.n de mano de lo hom b ·e .
o cabe duda en que los antiguos camino mal trazados, los
puentes poco eguro , lo viajes largo y de aaradable do ánte ,
valian méno ne 1 s ferro-oarrileR, que en cierto modo no ponen
ala'd y hacen nue tro planeta má p qucño; ¡ tánto lo pueblos
se aproxitnan! Por Ja dulzura de las co tunt r s pública y por la
conveniencia de lo uso . , ¿no es nne tra época up rior á lo tratamientos
brutale. y gro ' ero de los bárbaro , y las relaciones recíproc:
is no ·e han mej rado? De de ciertos puntos de vi ta, ¿el
sistema político no ha llegado á ser mejor bajo la infiuen •ia del
tiempo y de la exp riencia? Ya no se ven las venganzas po.rticu]
arcs tolerada , la prueba del fuego, la pena del talion, &. Los
pequeños tiranos feudales, los municipios querello os, la banda~
de soldados errantes, indi ciplinados, ¿no han de aparecido?
E , pues, una verdad de hecho que el hombre n sociedad va
perfeccionándose desde el triple punto de vista del bienestar fí ico,
de las relaciones morales con sus s mejantes y de las condiciones
políti('as. Mas los diferentes grados de este desenvolvi ..
miento sucesivo, al cual llegan los hombres reunido , son la civilizacion;
civilizacion que es naciente y rudimentaria cuando las
condiciones en las cuales el hombre se perfecciona por e te triple
a pecto, e tán poco desenvueltas; civilizacion que es grande
cuando estas condiciones son más largas; civilizacion que cria
completa si todas estas condiciones se hubies n perfectamente
llenado.
V
Habiendo dado así una idea verdadera de la civilizacion, á
propósito de que 110 e nos acuse que llamos palo e ci go y combatimos
en el vacío, abordemos la gran cuestion que tiene al
mundo suspendido en nuestros dias.
¿Es cierto que la ci viliz cion no puede producir us frutos en
una sociedad que vive del espiritu de Jesucristo, y en medio de
EL ECO 73
la cnalla Iglesia católica hace oir su voz de Madre y de 1\Iaestra?
¿Estará condena~ o el hombre á no asociarso con aquellos que go.
zan de la civilizaeion en el 6rden físico, moral y religioso, no
siendo rebelde á la Ie;le ia y repudiándola'? e deb.eria afirn1arlo,
atendién,Jo. e á las idea corriectes y á los hechos quo se ofrecen
á nne trn. vista.
Porque hay qne decir qns esta incompatibilidad se encuentra
en el Cri tianismo y en la Ig-le ia desde el momento que se cree
ele be r e rrir .e á una guerra encarnizada contra la Igl ,sia en nombre
do la civilizacion, y que se tiene la persuacion de qne hay que
1·cnunciar á toda e perauza de mejora hasta que se acabe con la
Igle. ia.
lié aquí, carf irnos hermanos nncstro~, la ene tion que nosotro
lccimo grande y capitnl; bien entendEto que si fue e resuelta
en el trituento le la Iglc. ia, na habria ya medio de detener
la a¡ osta ía de sn hijos, los cnales no podrian m ~no d mirar
con de~precio una ínstitucion qne los f rzaba á quedar bárbat
·os y salvnj s.
VI
:rtias i la cue~tion es graví ima n sí y por las consecuencias
que e , ign n, e , por otra parte, de aquellas que para proporcionar
un triunfo brillante á la Jrrlc in no necesitan sino de nna.
refle ·ion detenida y un exámcn im¡ arcial de los hechos. Cabalmente
con el au .. rilio de esa rcflexion detenida, y á la luz erena
ilc lo hecho. , es como nos proponernos tratarla, á fin de qne por
ning 1na 1 erfidia de lenguaje, ninguno de vosotros sea arrastrado
al error, 6 empujado á osperhar de la Igle ia.
Tal asunto, no obstante, á causa de su amplitud, no puede encerrar
e en los límites necesariamente estrechos de una Pa toral.
Convendrá, pues, dividirlo, contentándons por e ta vez con cxa·
minar la civilizacion en tanto que ella realiza las conaiciones por
las cuales el hombre se perfecciona en el a pecto físico y materia
l. N o sin haber ántes reflexionado, comenzamos á tratar el
asunto desde este punto de vista, porque ~in notar que es el primero
en su desenvolvimiento, y por consecuencia el primero en
llamar la a tencion, es, por otro lado, el más importante, no por
sn valor int1·ínseco, sino á causa de la inclinacion deso1·denada de
nue tra época, que eRtá Robre todo preocupada con las cosas que
tocan los sentidos y los destinos temporales.
Vil
¿E verdad que en la Iglesia, y siguiendo sus enseñanzas, se
impida al hombre llegar, en lo que se relaciona al bienestar físico,
al grado de eh ilizacion que le eria po ible alcanzar e_ tundo
libre de todo lazo y de toda de endencia re~pecto á la Iglesia?
¡Cuán fácil es aquí conte tar con palabra muy conocidas de
un escrhor no soRpechoso de afecto á la Iglesia! "¡Cosa admirable!
La I~eligion cristiana, que parece no tener otro :fin que nues·
1
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74 EL co
(1) ~Ion tcsq u i e u: E :pí itu de las l y es, 2 1, m.
(2) Política , 3, nr; 8, u.
(3) De la R ep ., II.
(4) Política, H.
(5) En m., 1, 2 .
. ) Sat¡¡ra , · ", 81.
los
1<.·
EL ECO
........... ---~·
( 1) Re ue des DeuJ; :Afondes ·om. LXI, pág. 70.
(8) Acta de loM .AJJÚstoles, _ ~, ~4.
(< ·) .De vita beata, r, 6.
) De opcr. ?nonac/lor., r.
rv 1 trabajo
-----------=D=ig=ita =liza=do;.s..;.;..or ;.;;;..la =Bib=lio=tec=a =Lu=is A=' n,gel Arango del Banco de la República, Colombia .
76 EL ECO
para bien emplearse, se ponian al ser\.·icio de cualquier aventurero
capaz, con quien sembraban en los pueblos las 1·uin::t y l sangre.
Y no 0bstante, á pesar de tan desastro as condicioues, ex:tendiéronse
por Europa, que había. llegado á ser un de ierto cambiaron
su aspecto, y la cu brierou de rica y espléndida cultura.
Trasportéo1onos con el pea amiento á aquellos tientpo , consideremos,
nuestros muy querido hern1ano , qué ejeu1plo t -u eficaz
y tan útil dariau e tos hombres que, sati fechos con pobre
vestido, contentos con una vida que les bastaba á preserva. e de
la. muerte, euspendian la. oracion para trasladarse al campo donde
con la azada. removían la tierra, á la cual confiaban una. semilla
que, al tiempo de la recoleccioo, debia proveer de pan á los
pobres, á los peregrinos y al país entero. E to bueno mouj s hacían
otras veces lo mayores e fuerzos para abrir catnino , echar
pu -ntes á dn de que las cou1utlicacione de un p· í con otro fuese
haciéndo e cada \'CZ más cómo a , y que el con1ercio llegara
á ser fácil y seguro. ¡Cuánto ben fici hn. proporciou do á la
sociedad la experiencia de e to hombres que, multiplicando sus
trabajo y sus eneayos cob paciencia. infatigable, y aduuando sus
fnerzas y sus luce , habiau apreudi o á e ccar lo pantnuo , á
dirigir el curso de los rio , á recoger las aguas dispersas para emplearlas
en el riego de los campo , de manera tan ingeuiosa, que,
segun la autoridad de un ilustre historiador, los modernos, á pesar
de su progresos en ciencia naturales, hubieran tenido quo
recibir lecciones de estos antiguos moradores del claustro ( 11)!
Y no fueron solamente las arteR primitivas y n1ás estrictamente
indispensables ú la agricultura las que debieron su vida y
sus })rogresos al trabajo de los monjes inspirados y diri 0 idos por
la Iglesia; las artes mecánicas y las bellas artes no tuvieron asilo
más seguro ni m jor campo en que genninar que las igle6ias, los
palacios episcopalc , los monasterios, en los cuales las primeras
se afinaban y las segundas daban sus primeros chispazo , que!
más tarde habían de couvertirse en maravilloso esplendor. Si
pues el trabajo es un manantial de riqueza, y la riqueza pública
es un signo de civiliza.cion y de progreso humano, en el sentido
de bienestar exteriQr y físico, no puede ponerse en duda que la
Iglesia tiene históricamente d~rechos incontestables al reconocimiento
de todos, y que toda lucha emprendida contra ella en
nombre y por ~los intereses de la oivilizacion será tan loca como
injusta.
Vlll
Esta locura y esta injusticia manifiestas resaltan aún lllfJs. si
se considera nuestra historia civii, que los enmnigos de la Igh lit~,
llenos como están de odios y preocupaciones, ó no leen, 6 la 1 Vldan
tan pronto como la han leido. ¿Cómo, si no, nuestros lllllY
(11) CAN rú; lli8toria de los italianos.
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L ECO 77
queridos hermano~ se pretendería abandonar á la Igle ·ia, afirmando
que es incapaz de favorecer la civilizacion y los benéficos
progresos que taot0 e d ... ean? Pct·o i no se chan al fuego los
docutnentos hi t6ricos rala ti vo á nue ·tra patria, preci o e confesar
quo la ociedad de It lia nunca ha llébado á mayor a1tura
en su vuelo hácia la civiliza.oion que en 1 e;:,Laba anituada p r
el e píriLu cri tiano, envuelta, 1 or d e uido usí, en uua. at1n6 ·fcra
católica. Á pesar de nne tra v~ uidad y IlUe tra jactancia, no sabemos
ver aderamente ·i los hombres de buen seuLido tendrán el valord
• o tener que en las obras d la política y de uue,'tra grandeza
in lu triallog 1n deruos o:::;tarno eu camino J.e ol.H·cponcrnos
á nuc. tro padres católico , cuyas 1 ala ras y heehos a.finuaban us
creencia .
V necia, 'nova, Pi a, I.Jnca, ~ lorencia y otro municipios y
pr vincia, ita.li na , en nt tu: r lf1J Ptuosa fueron ra la aut -
ridad de Ja ·anta glc ia, n1ás llc;na. de fe, como lo atestigu n la
nlaffi ítica. a ílica y la· in titucione tari numero as de la piedad
cri ti na, tanto 1ná p der .. fueron, h tn. 1 punto 1 que,
atendiendo á lo tiempo y á lo medio imperfect s do e a é o-a,
sobrepujabau á las uaciones modero ruús ríe· s y florecientes.
L!)¡ Jonia, el mar gr , el Afrioa, el A ia, rau te· tro e las relacione
e m 1·ciales y uc la e ~ ·pc iciou s militare i a, Bolonia, ~filan,
Veneoia y ápole=-, á cuyos mercados afluian el oro y el con·
cur o de los extranjeros.
De allí provino el lujo, tan enérgicamente condenado por
Alighieri, por illani, por r aechi, p0r casi todos nuestros eroni
ta , fruto natural de la riquez 1 rodncida por el comercio.
Los nombres de Giotto, de Arnolfo, de Brunellesohi y áun de Pedro
Perugino, d I afa~J, de Ticiano, de Vignola, do Palladio y
de otro gran número de artistas, forman una digna corona al cua·
dro que representa los maravillosos progresos dP. la civilizacion
en una sociedad que no se urcia obligada á romper sus lazos con
la Iglesia, y hacerse incrédula para caminar rápidamente por las
vías de la perfeccion y aumentar las satisfacciones y placeres de
la vida.
IX
Pero la Iglesia no tiene e6lo el mér ito indiscutib1e de haber
ennoblecido y santificado el trabajo; no posee solamente la gloria
de haber hecho dar á la sociedad, inspirada y conducida por ella,
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convir i .u o
tic·ldo ·on d ·
ne. 1 gíti m a
EL ECO
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EL ECO ,g
nc ar!'obn.ta á n t estro
so EL ECO
gna fecuncla; porque eles pues do haber gozado reanuda su raba·
jo con m' s vigor, y sin CS[l. antipatía qne presenta cuando se le
mira como unn. condenacion y un nplicio.
Y aquí, nuestros muy queridos hermanos, ¡cuántas cos, s nos
re .. tan por decil' obre esta lanlcntablc ao tu m brc, que va ere·
ciendo pot· todas parte entre nosotros, de profanar estos autos
dias, que verdaderamente son d l 'eñor, pero que tarn ien 1 neden
ser llamados, cunndo ien se ob ervcn, día. lcl hombre! ¡Cómo
e icnto el corazon trn pasa lo al ver en los dómingol! y los
otros días de tiesta esos escándalos deplorable~, abierta, la tienda
, ocn pados lo artc~anos n ns tarea!; ha itun.le~, funcionando
1· s máquina., no aban ]onados lo ue~oc·io . , é im¡ idiend , orno
e natural, pensar n lo asuntos má important del almn. y
aplicar e al estudio deL verdarl que d ben condu irn po1·
la vías dir ctas del tiempo á los destinos seguroe y dicho os de
la et rnidad!
N o, nn ·tros muy queridos h rmanos; este trabaj0 que e hace
con detrimento de la gloria de Dios ) de los d b r m-is sagrado~,
no crá jamas l que aumente la riqueza pública y pri·
vada. Todo por 1 contrario: por ue, s gnn dijo, con razon, un
famoso incrédulo del iglo pa ad , el pueblo, no 61o nece ita del
tiempo para ganar u pan, nece ita tam bi n para o merlo con sn.ti
facciou, in lo cual no podria gannr otro. Un di a d fie ta renueva
la fuerza gastada del J ombr , que mprcn le de nuevo
so trabajo con ma alegría y mas ardor.
X
Por las breves con ider cienes que acabamos de apuntar rápidamente,
y á pesar de todo lo que hemos teniilo qu pa ar en
silencio, ''O otros vei , nuestros muy queridos hermanos, cuán
injusta y sin fundamento e Ja guerra d clarada por lo ectarios
y los incrédulo á la anta Iglc ia en norn bre de la eivilizacion,
en tanto que 6 ta se pone en práctica con la condiciones por las
cuales 1 hombre e perfeccioua en el a pe to fl ·ico y material;
a par ci ndo, por el contrario, claramente que la civilizacion no
existe cuando Jos pueblo , sn traidos á la dis iplina maternal de
la Igle¡;;ia, se dejan conducir por las pa ione , que iempre pervierten
y corrompen Jo que en í ería bueno y aludable.
~las para mejor e cJar cer este a unto, q e, á cau a de hleas
preconcebidas y de preocupa ·iones que se han e~parcido, ti ne,
como os tiejo dicho, una importancia capital, iremos un poco
má adelante é inculcarémoR todavfa más en vue tros e piritu el
convencjmiento de que la civilizacion, no solamente nada Li ne
que temer de la Igle ia, ino que debe esperarlo todo de ella
y de u concur o. Seria imposible negar un .hecho que hiere nuestra
vista, á a ber: que la ciencia, á ro ta de estudio diario y de
hábiles experienciaA, 8e ha h <·h dueña de nnH:has fu rzas de la
naturaleza qne no eran conocidas del hornbre, 6 que se scapau an
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EL ECO 81
á u do1ninio; fuerzas que, empleadas con arte, auxiliadas de máquinas
ingeniosas, han hecho más rápida la produccion, ménos
costosos los p1·oductos, y por conBecu ncia más fácil la satisfaccion
de la necesidades, y ménos penosa la vida de aquellos que
no pueden gastar mucho.
Nada mejor que e tos descubrimientos; mas los incrédulos
han querido servir e de estas conquistas dichosas y pacíficas de
la ciencia ~obre la naturaleza, como de un arma para herir á la
Iglesia, de la propia suerte que si é tas se hubieran hecho á despecho
suyo y contrariando sus deseos. Para dar crédito á esta
odio "a calumnin, se toma por pretexto que la Igle ia se ocupa
continnamente en la antificacion de las almas, é insinúa en los
corazone un mí tico horror hácia las cosa de aquí abajo, ac, ndo
la coi. ecuencia de que si un poco de bien e alcanza, ó llega á
re ultar e e te progreso, e de e á la rebelion, que ha do en
llatnar. e e ~{¿'rita ·1noderno, contra a influencia de la Iglesia.
1Cria ifícil imagi ar una acu acion má necia y tnénos funaada.
La Iblc ic llO puede dejar de repetir muy alto á todo lo
hombre la máximas de su cele ti 1 E13poso; tJ_Ue el alma y su salvac
· on eterna son el negocio mág importante en que hemos de
ocuparnos; que de nada nos serviria. a qnirir el universo, si llegábamos
á perder nuestra alma; que las riquezas amontonadas por
un t rgo trabajo, una noche sola nos la rrebatará.
Es una dicha inestimable que tales enseñanzas puedan hacer·
se o ir en medio de los hombres; mas no se ha de decir por esto
que la Iglesia sea enemiga del estudio de la naturaleza, de la indagacion
de sus fuerzas y de su aplicauion á la produccion de lo
que irve para los usos de la vida. Se reconoceria más bien, si so
refle ""ionara qne no puede ser enemiga de estos estudios, siend9
llevada á favorecerlos por la naturaleza misma de las co as.
En efecto: examinad y juzgad vosotros mismos. ¿Puede haber
una cosa deseada con mas ardor por la Iglesia que la gloria
de Dios y el conocimiento más perfecto del obrero adquirido por
el e tudio de sus obras?
Porque si el universo es un libro, en cada página del cual están
escrjtos el nombre y la s biduría de Dios, es indudable que
e tará más lleno de amor de Dios, y se acercará más á Dios aquel
que haya leido más adelante y más claramente en ese libro.
'1i b sta tener ojo bajo la .frente para ver que los cielos estrella
os nan·an la gloria de sn Creador; si basta tener oidos para
e ct char el verbo de alabanzas que el dia envia al dia, y los secretos
de Ja cien0ia divina que la noche cuenta á la nocl e (12),
¿con cu' nto m a e plendor no se manifestarán el poder y la sabiduría
de Dios á los ojos de aquel que escndriñare los cielos y las
pro 1ndidades de 1~ tierra; que ob ervare los astros luminosos y
los átomos, las plant s y los árboles; que reuniere en su mano las
(12) Salmo X rrrr.
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82 EL ECO
pruebas que dan testimonio de que una Inteli~encia sobera a lo
)la ordenado todo con número, peso y medida ~13)?
¿Y creareis qne la Iglesia fué sistemáticamente hostil, 6 simplemente
fria é indiferente, para estudios é indagaciones qu obtenian
rer,ultados tan preciosos, y que e ha obstinado en tene
cerr do el libro á fin de que nadie pueda leer nueva página ?
IIaria falta no conocer las ilatnas d celo que abrasan el sen de
esta esposa de e isto, para dar orédi~o á semejantes e~trañezas.
XI
Mas en la Iglesia, al lado del celo por la
en cien -lo otro amo no n16 os pocJ roso: es el
ardí nto deseo e q e sea restabl cido en tod s 1 .
C COJ firi6 el Ür·ac or. orquc el homl 1' 1' cibió d i
1 er nci en 1 tie1n po, eRta tierra sobr la 'U a 'i v , ) 1 a e n 1
se hizo dueño. Aquella palab ·a que re on6 en la n1( 1an
crcacio , "son1etcd la tierra dominaclla' , 10 ha 110 jam
voc a. i hubiese ¡>e ·manccido en l . t.ado lo ·n e ncia y de
gracia, hubiera ej rci o s do mil i sin e fuerzo: Jn. s 1j cio
as m·io uras hubi ra ido cspon rnea, tnFntra. qn ah ra t o-miuacion
es penosa, p 1 sto que no accpt el L·on01 i 10 r a
fuerza.
1\' as tal dominio no está ustancinln1ente d st ti o la gl -
si a, que es Madre, nada pued te cr má n el cor zo1 q no el que
llegue á realizarse, y el hom1>1'e se mue trc lo qu er a erm 1onte
es: s ñ0r de la creaciot. Y e 1·calidad, e t r y d las criaturas
jcrcc su derec.ho cuando al rasgar 1 velo que cubre de uevo
sus posesiones no se cletien en lo que alcanz·ln sus ojo y en
lo que toca con sqs manos, sino que en las cntrafia mismas dA la
natural za recoge los t oros el las fecu das fuerzas que allí se
encierran, y las hace servir en provecho suyo y de sus semejantes.
· ¡Cuán bello y maj stt oso aparece el hombr , nuestros muy
queridos hermanos, cuando n.lcanza al rayo y le h ce caer inJpotente
á su piés, uan lo llama á la chispa el 'lctrica y la envia
menPajera de us órdenes :., trav s de lo abi mos del mar, por
encima de las cumbres de las montaña , }JOr medio de planicies
interminables! ¡Cuán glorio o se mue tra cuando ordena al vapor
que ate alas á sus e 1 Idas y le conduzca con la l'a})Ídez del rayo
por mar y por tierra! ¡Cuán podero o es euando, reconcentrada
osta fue1 za, la aprisiona y conduc })Or ehiculo maravillosam nte
combinados, á fin de dar movimiento, y, por decirlo así, inteligencia
á. la materia bruta, la cual de e te modo ree1nplaza al holnbre
y le ahorra las 1ás duras fatiga ! Deci Juc, n1uy qu rj os
hermanos nuestros, si no hay en él con1o un destello de su rea~
or cuando evoca la luz y l1ace di "' ipar las tini blas de la noche,
(lq) &p., XI, 21.
EL ECO 8
y adorna con sus ro plandorcs lo vastos salones y palacios. La
glo ia, e a .rftv re afectuo a que ya. abia todo esto, está tan léjos
de querer acarrear obstáculos, uc, por el contrario, ante esta
perspectiva est"' en la. ple itud de su alegria y de su júbilo.
XII
Por otrn. p:1rte, ¿qué rn.zon se podría alegar para que la Iglesia
so mostrase contraria á lo progreaos que nuestra época ha
rea.lizado por sus e tudio y us de cubrimientos? ¿Y hay en
ellos algo ¡tto ni e léjo. se o¡ oug á l· s n ciones de Dios y de
la fe ele qne l 0 le ia. es la guardina y la Maestra infalible B· -
con e Ver ll:ttnio, qnc se e lico al cultivo e las ciencias físicas,
h escrito uc u poco de ci '11 ia aleja de Dio ; pero uc la much
cicnci con luce '~ El. E:;tas p. labr . ou iet pre igtta!tnente
vc1d3. eras; y si la le.·ia e lan1c1 t e l ·rmaciones eri 1ontal debe tan vi0 oroso impulso,
lleg' )Or sus estt d1os á e a · emostracio con u e 1 E ~
criturn. y la nat 1ralez"' Re1aJan p ralelamente el paso de Dio :la
pri er , como u.ict"d' por el tspíritn Santo; la cg u a, como
:fiel e· ce u tora. de sus ley ~. Lint oo, con el est dio de la naturaleza,
se inflama 1 asta tal punto, que la pala ra que sale de sus labios
toro la form de nn s· hno · "Dios eterno, escri e, inmenso,
omnisciente, omni otcnte, vos os habei ap recido á í de todos
modos en la obras e la crcacion, y yo he quedado estupefacto
de a mirarion. E todas las obras e vuestra mano, 'un las más
ínfime.s y pe u en, .s, ·el ánto poder, cuánta sabiduría, y quó apac.
ble pcrf ·cion!"
La utilii d que de cll s no v· ene testigu l:t bond d de
.1.. qu(l que L. s hizo: su h rtno nra y su armonía den1uestran su
bi U·Fía; su con~Servaciou y •.1 i nagot.a) e fecun id roela'<}
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84 EL BCO
su poder. Fontenelle, en el cual1)arece se encariñó la Enciclopedia
de su tiempo, en medio de la Francia del siglo XVIII, ya
emponzoílarla por el hálito de la incredulidad, no puede re i tirse
á <;lecir: "La importancia del estudio ele la física DO con iste tanto
en lo que satisface nuestra curiosidad, sino en lo que DOs el -
va á una idea ménos imperfecta del Autor del universo y hace
revivir en nuestro . espíritu los sentimi ntos de admiracion y veneracion
que le son debidos." Alejandro Volta, el inmortal autor
de la pila, era sinceramente católico, y en tiempos qne no eran
propicio~ á la fe, se gloriaba de sor católico, regocijándose con el
Evangelio. Faraday, el ilustro químico, veia en la cie1 cia, que
cultivaba con pasion, un vehículo para lleg r á Dio , y los incrédulo
le eran in oportablcs.
odrian en merarse de pa ada otros sabios vivo s ó mu rto ,
todos unánime en los ~entiru · ento religjo o ; m a ta rnprc. a
no es necesari , y nos llevaría demasiado lújos. Ié nqní 1 qu e
hace en los e píritus r ct la ciencia verdadera y sólida, d don de
nacen tantas y tan útiles aplicaciones á. la artes y á la i ud t -
tria, y hé aqui por quó ningun hombre refle ivo e d()jará arrastrar
por las acusaciones lanzadas al aire, ni qnerrá .crc e1· que la
Iglesia ponga trabas al estudio de la naturaleza, n' d e" dc ic ni
combata la felices consecuencia que al bien úblico produce este
e~tudio. Es una parte de la civilizacion, no la más importante
en sí, mas de la cual, in embarrro, ha do hacerse el aprecio debido.
N o, vosotros lo veis, queridos hermanos nuestros; no hay qne
emprender una lucha contra la Santa Iglo ia para favorecer los
intereses de la civilizacion, que seria mny dicho a y estaría en
continuo progre o si no e la qui iera arrancar de manos de su
tierna y buena Madr , para entregarla á malhechores que la conducen
por caminos tan .cul ables, que todo hombre honrado se
siente movido á compasion.
XIII
Sin embargo de haber sostenido hasta aquí la defensa de la
Iglesia contra injustas aou aciones, no hemos 1legado aún al término
de nuestrG> trabajo; réstanos todavía hablar de un mérito
incomparablemente mayor que todos los otros, y que la tná insigne
mala fe no podrá desmentir. N o ha ta~ en efecto, nue tros
n1uy que1·jdos hermanos, qne el trabajo sea favorecido, ennoblecido
y santificado; que el hombre extienda cada dia con 1nayor
ventaja su imperio obre las fuerzas de la naturaleza y las sorne~
ta á su ervicio; es preciso, ademas, no perder de vista que hay
una gran parte de nuestros hermanos que, por la desgracia del
nacimiento 6 de otros sucesos, no pueden ganarse la vida con el
trabajo, Sta éste como quiera. Ahora, ¿,no seria horrible espectú.
culo el que todos estos desdichado fuesen excluidos del movimiento
que se llama civilizacion, en tanto que ésta realiza las condiciones
por las cuales el hombre se perfecciona física.n1ento en
------------=D=ig=ital=iza=doJC:oc:__cr la=-=B=ibl=iote=ca=Lu=is~Án,gel Arango del Banco de la República, Colombia.
k"L ECO 85
su contacto con su Bemejantos? Por muchos esfuerzos de imagi ..
nn.cion que se hngan para oñar en un mundo. donde estén deste ..
rra a las miserias de la vida, que se ofrezca á todas la. miradas
alegre y rego ijado como un fe tin 1 erpetuo, la realidad descubrirá
sietnpre el fondo le sus de engn.íio , y en medio de las alegrías
del banquete la de gracia sacará su cabeza como un e pec·
tro horrible para e parcir us luces sini tra .
Las enfermedades qnebl'antan las fucrzaa, las imperfecciones
fí ica , la incapacidad de aprender, las guerras, las trabas del co·
mercio, las mucha y aria as fuentes del infortunio, ¿quién sabe
elnútncro de víctimas que oca ionan? ¡Cuánt per onas arrojadas
obre el u el o de los caminos! ¡ Qt é 1 ueblo de hn' rfano ! ·
¡ Cu.' uto infortunado que á voz en cuello pide proteccion y socorro!
A vi ta e todo to, el pa,zani mo he bia tomado B' partido
con gr~ n de n.prcn ion y ] nvoltnra; á un corto número de
hom brc. libre , re año turbulento, dá.bales pan y di ver iones feroce
; los hijo., cuan eran u periore n número á lo que consenti
el patrimonio do la familia y no prometían bra7.os robus·
tos para lef n 1· al E ·tacl , oran ahogados ó entregados á la
muer e e cualquier modo; los ancianos, los enfermos, los incapa·
cita os, eran arrojado. á cualquiera i la 6 fondo ru ·al, donde pe-
·eciau trabajando. Bunno seria que )os a mira ores modernos de
la civi1izacion pagana refiriesen esto hechos á todos los uyos.
En este sentido, el Cri tiani m o y la Iglesia católica (en cuyo se"'
no únicamente el Cri tiani mo se con erva en toda su pureza), no
sólo 1 au dado un impulso n evo á la civilizacion, sino que la han
hecho volar tan alto, que ni la lengua ni la ph6nta pueclen segui'rta.
Los preceptos de caridad, dados por nuestro amabilísimo R .edentor,
fueron acogidos con tra portes de entusiasmo, y Pus ejem·
plos imitarlos con incomparable fidelidad. Desde los primeros
días, no solamente los rico fueron exhortados calurosamente pa·
raque diesen lo superfluo, sino que tambien aquellos que ganaban
el pan con el sudor de su frente fueron estimulados á hacer
todos los e fuerzos posibles para recoger los enfermos, y obtener
las endiciones que Dios re erva á aqnellos que prefieren dar de
su bienes á 1·ecibir l bien de los otros. Seria larga é inútil em·
presa repetir una hi toria que mil veces se ha referido, para deroo
trar con cuánta solicitud, desde los primeros iglos, la Iglesia
ha procurado mejorar la suerte de todos los desgraciados; por
otra parte, esta hi toria ha sido escrita en nuestros dias por persona
muy compote te. Un ilustro apologista moderno no :luda
en afirmar que aqu 1 que se propu iese e cribir la historia de la
caridad, se vcria en cierto modo obligado á escribir la historia de
la. IMlc ia.
I.Jn. cual, no contenta con levantar asilos, hospitales, refugios,
ha hecho incompn.rablcmcntc más: ha hecho peuetro.r en el alma
do sus hijos la divina virtud del sacrificio. A ste fin nobilísimO'
86 EL EOO
tienden sus exhortaciones, su culto espléndido, y sobre todo la
~1isa que nos invita á o ir, y la lilesa. euc~rí ti ca á la cual o m os
convidados. Aun ántes que se hubiese ha lado de las migajas
que se dejan caer de la mesa del rico para que afgun J.Jázaro, cubierto
de llagas, sacie su hamb1·e, se hubiera podido llegar aca o;
con grandes esfuerzos, es cioeto, á sta liberalidad, por natural
bondad de a.lma, por dulzura de co tumbrc , por afecto, tal vez,
do las leyes civiles; pero nadie hubiera podido poner en rá.ctica
esto que se ha ejecutado bajo la di ·ciplina ele la santa Igl sia. católica,
e to es, el sacrificio de sí )topio, de la libert d, e lo pla<~
ot·es, de las 1·iquezas, de la sn.lll, tnucha vec le la vida, en
beneficio de lo esgt·aciado . !6 ~ quí lo q e el Cristianismo inspira,
lo que no se ve más que en la Iglc ia católica.
N o h y un rincon de la tierra, un 1 · í., por pcqneño qt en,
donde no e vcn..n personas q e r nuncin.n ' la o odiéln.d s ]e
la vida, á todo lo que de alguna m~ n ra se uce, para con ·agrarse
gozosamente al penoso 1nini. t ri · de v lar ·unto al lcch de
los enfermos, de recoger á los hn6rfa.nos y abandonados, lo vi itar
á los in ig ntes en StlS tugt rio y ' lo ncnrcola o. que la
sociedad se ha visto obligadc: { expulsar de n s no. En nuestro
mismos días, cuando la io e va lesterra llo de lo. corazone ;
cuando las verdades cristian· s se O,'cnrcccu á los ~o le mnchos
por violentas y continuas co ti\ dicciones; cnan lo parece que no
hay más que hacer que enri uccerso y aisfnttar e 1 las , elicias
del sibaritismo de las riquezc adqui ·ida no im orta d u6 Jnodo;
cuando, en una palabra, todo con sp·ra á lestruir el n1or al
sacrificio, vosotros, nue tros rn u y q ncri o s hcnu u o , si cchn.is
una mirada en derredor vue tro, os convc cc1eis uc ue la obra
de la caridad es practicada co1 fervor; que la g ·acia. no di r iouye;
que el soplo vivificante de Dios corre de un c. ·trcmo á tro
de la Igles1a para suscitar el 1 oder del s erificio, y una acti Yi a 1
prodigiosa puesta al servicio de todo género '-. e infortunios.
XIV
¡Ah, nuestros muy qucri los errnancs! Despues de h het•
examina o con indecible com placenci cst o ~ pl-;ndida. prn ba ( o
la divini nd de la Iglesia y de sn infl cncia bi nhechor<, cuan o
oimos hablar de luchas emprendida contra ella en nombre la
civilizacion, nos es imposible, de etnos co fesarlo lealm 1 t , no
sentir profunda tristeza y í ·estro" pro entimientos de a '.O .es
que debe at1 aer sobre nosotro e te in pío y furioso menos recio
de los beneficios que hemos reci i o.
¡Luchar contra la Iglesia! ¿Por qué y con qu' fin esta lucha?
¿Para arrojar á los hombres en la e _ tenuacion lel trabajo, toiuado
como fin supremo, adopta o como instrumento p· ra ele. a se
por cima de todas las cabez;as abati a d los otro hon1 re.. y
sóbre sus cuerpos hollados por los piés? ¡Luchar contra la glesía!
¿Y para qué e ta lucha? ¿Para entregar los pueblos á as,
EJ.- ECO 87
~ -
manos de una bondad incierta y necesariamente débil, arrancando
del eno de la religion que inspira y vivifica, los prodigios de la
caridad divina? 1Luchar contra la Iglesia! ¿Para qué esta lucha?
volvemos á repetir. ¿Para borrar la historia gloriosa de la civilizacion
cri tiana y restal.}rar una civilizacion quo no tuvo tnás brillo
y c~plendor que el suficicr.te para dejar ver á su luz las pro·
funias llagas que el hombre tenia en su corazon?
XV
P ro la Iglesia cat6líca, por boca de su Jefe, ha declarado que
61 no pue le tener paz con la c·vilizacion de nuestro tiempo (14).
JI' a uiL pnlnbraqnevart contr o otrosdelcampoenemigo,
y ]a razon q e ju:stifi . la lucha corrt nzada.
¿ cn'l e~, 1 u , uuc os muy queridos hermanos, e ta civilizncion
mod rna qu la Ig-lc s · a. cot d n, y con la cual u augusto
Jefe, In.c Lro ·nf li le d los fl 1 · , ice que no pue le reconciliar
e? o ciet'tame te la ·iviliz( cion por la. cual 1 hombre se
perf cciona hnjo la trip relacion q' hemos indica o: no es ésta;
sino na civirzaci n qn quie1·o suplantar al Cristianismo y destruit
· co él todo lo bien con que él no ha enriquecido. Si
aqu ·llos uc e sirv n há ilmcnt d l Syttabus para ofrecerle colno
espantajo á la f· z d 1 mundo, l1ubiesen pe sado que no basta
ser hábile , sino que es preciso ante todo ser honrados, no se dal'Ían
por s ti~dechoA ntregan o a odio del mundo una propo icion
de atada e un lnrgo discurso; h tlbieran, por el contrari ,
procurado fijar el verdadero sentido, en vista de los documentos
en que se halla contenida, y que oportunamente se enumer< n,
Procediendo de esta uertc, fácilmente se hubieran convoneiJo
de que no e la civilizacion ver aclera , la cual, como una flor y
un fi·uto, brota de las raícc del ri tianismo, la que ha sido condenad
, por el o era o Pontífic , sil o esta cosa bastarda que no
tiene de civi izacion más q e 1 nombre, y que es la enemiga pér·
:fida é implacable de la legítima y verdadera.
XVI
Pretender que la Iglesia tenga aversion ~ las artes, á las cien·
cias, 6 á los est11dios de ln. naturaleza y de sus fuerzas, son afirmaciones
jgualmente calu1n io as. Si vuestro espíritu no está aún
suficientemente desengañado, y vuestras dudas disipadas por las
razones que hemos expuesto, y por el hecho de que )as inteligencia
más penetrantes y los sabios má ilustres fueran casi siempre
cri tianos muy fiel s y muy devotos de la Iglesia, la.s recientes
declaraciones de la Iglesi~ acabar' n cle confundir todas las m en·
tira .
..~os Padr del Concilio Vaticano han dicho á este propósito
pal bra que nuestros adver arios e e n leer y meditar. Despue
(14) Byl?abus, prop. LXXX.
Di italizado QOr la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Re ública, Colombia.
de haber enseñado ue entre la razon y la fe no puede haber di·
sentimiento, y que la una viene magníficamente e auxilio e la
otra, los Padres han escrito: "Bien léjos de qne la Iglesia dañe
á la cultura de las a1'tcs y ciencias humanas, viene, al contrario,
en su ayuda, y las favor )ce. Porque no ignora ni des1 recia las
ventajas que d ahí se derivan para la vida; confiesa, al contrario,
que las ciencia , por cuanto vienen de Dios, 1 ueden, i son
.tratad a conveniente ente, mediante la gracia divina, conducir
6. Dios (15)."
n'odas las acusaciones que se Ianznn contra la Iglesia carecen,
puc , de base, no tienen valor alguno, y son, má que otra cosa,
la exprc ion d 1 odio que se alimenta contra ella, y a en idin.
que sea cubrirla de ci no. Pero si la ciencia mis a, léjo de
ser m ld cida do la Iglesia, e favor cida 110r lla, b, y tll n. que
con der eh o ea r pr b da. }!~ la cie1 ciet engcu lra L p r e filosofí
u e dice con org 11lo s táni o: "La razou lnnnau , in atender
1 Dios ab olutamente n n da, e el único árbitro le lo 'l3rdadero
y de lo falso, de lo bu no y .do l malo; ley de sí mi ·
ma, y 1 r sus fu r7.a naturales es suficiente ara hacer el bien
de lo hombres y de los })U blos (16)."
Esta es la cieno· a que se sumerge en la matcri·t y em]laza á
la et rnida , que se remonta al e pn.cio y de~ci n e á la I rofundid
d de la tierra, bu. cando eu vano un argnn1ento ca )az de
in truir la co tnogonía bíblica; es la cie cia que a ate al hombre
hasta el niv 1 de los bruto , y que, por su extr ragancin , uebranta
los fundaroe .. tos del órden moral, dotné tico y civil. Pe-
1·o todo abemos qu , léjos de lam ntarnos, de ex os levantar
la 1uanos hácia Dios para darle gracia por 1 b r puc. to en la
tierra este n1agistrado infalible, que del mi mo odo que llama
toda b ndicion para lo pre ente y lo futur0, consórvauos toda
b~ndicion, y la salva de laR manos impías de aquellos que quisic
ran arrebatfu·nosla.
XVII
¡Ah! ¡Que ninguno de vosotros, nuestros muy queridos her·
manos, se deje educir por los que tratan de lisonjearos con palabras
engañosas, á fin de hacer de vosotros pros "lito , y empujaros
á vuestra ruina! Si como es propio de e" píritus elevados y
generosos, amais los progresos l gítimos y el de ·arrollo de la ci-
(15) Concil. Vat., cap. IV, De l!Yde et Rat.-Quapropter tantum abest, ut
Eccles ia humanarun1 a1·ti m et disciplin rum culturre ob i tat, ut han e
multis midi ju et atqu promoveat. Non nhn ommodi ab ii lJ.ominum
vitam dimanantia aut jgnorat aut de pi it; atetur imo a , quemadmodum
a Deo scientiarum Domino profectre . sunt, ita si rite p rtra tentur, ad
Deum, juvante jus gratia, perduccre.
(16) Syll., prop. III.-Humana ratio, nu11o prorsus Dei re pectu habita,
unicus est vcri et falsi, boni et mali arbitrcr, il>i jpsi st 1e .. ct n tur libus
sqis viribus ad hominum ac populorum bonum curandum sufficit.
..__ _______ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Re ública, Colombia.
EL ECO 9
I -; a uí lo que bc110 ganado; 1 6 aquí lo que nos protnete
e (: ta o· uPlTa <1 ·larn la á la Igl ia en non1bre de la ci ·ilizacion, y
de tille <.a L u ergin o. culo horrores de la Larbari~. Ahora, i
e .. · i ~ te llil tll'dio le p ner término ' lo 1nale r ntes y d conjut"
r lo 1w~igr . eu 1 1 orvenir, no 1 ued hallar e ruá que en
·t c ~ tr· fic )lid a á la 1 'Ye de Dio y del Igie ia, valerosamente
ob::;er ·ada, dan o ejemplos de una vi :la verdaderamente cristiana.
¿Y qué ti mpo más oportuno que é te en que vamos ahora á
entrar, 1 r e m nzar la obra r 1 aradora? A ue11os que pretend
n r pr0~ ntar al "iglo qui l' n una civilizacion independiente de
Dio y contl·a El, y uo lo harán; pero vosotr s, mi queridos bermnn
.. , vo otro e Leis d cir probar con lo b h que, estando
en gr ein e Dio y e ·u<'hando su voz, repr s ntada por la
"\'Oz d la Igl i , omo se con ... rva y acr cienta l bien que
no 1 garou nuestros padre~;.
12
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la Repúbl ica, Colombia.
u o L ECO
~racin.s á Dios y á la direccion de su Iglesia, e como lo pue ..
blos llegarán á, ser verdadera y gloriosan1entc civiliza os. ~¡ muchas
veces os s ntis d sfalleccr á vista de e ta in m en a conj nracion
de los hotubrcs, e lo gobierno y de las ciencias contra
Dios y s 1 Cri to, no olvideis que para. alentaros tcneis un arma
invencible y todopoderos. : la o1·acion .
.i rmaos de e ttt an a en pí bli o y en secreto. Que vu tro
gritos ]e úplica se eleven ha. ta Di , que es un nyuda muy fiel
y el scndo d los que confian en Él. Orad 1 or nn tra eind. ,
por osotros y por vue tra. familias; orad por 1 a. gl . i . F .. u tre
nto, no otros os dan1 s nu . tr:t bendic·ion pa toral, y ele ·cnn1os
vivan1 ntc qne la ra<'itt divina. ·e e.·tiendn cntr v sotro de to-.
d· 111 ucrns con su dones y con elaciones celcsti· le .
·n .. , d nuc. tro Obis¡ :ulo el 6 de fcbr r d"' 77.- .,
C .... u,DE .... AL J>Ecor, ObliJ o.
CO~lO EL 1\tiARIDO CON LA 1\:JUJER
Y L lti ... J · " CO L :MARIDO SE IIA.r DE IIAEE
Carta d lllustrÍslJno señor Gneva.r , Obi o de ou ouc o y ero
ni ta del Empe1·ado1· C trlos V.
(Conclusioo).
QUE LA lUJER CASADA -TO EA O ,El BL~ I ni~ VA.
Es tambicn sal u ablc consejo que la nlujer no ~ea r, va, nmbicio
a, ino n1an n. y ufri la; ('por ue do co a' son las que pierden
mucho ~una n1ujcr; es a.ber: lo muuho que parla y lo poco
que ufre:" y de aquí e q 1e, i calla, s rá de todos Rti1 ada; y
si sufre, er' con u mari o bien ca ada. ¡Oh cuCnta n1ala v ntura
lleva 1 hombre qne con mujer brava e casa! orqno no echa
de sí auto fucg·o l monte Etna, cnant. ponzofia eche 11n. por
su boca. in comparacion, e· m' s dc~·t n1er la br .. veza rc u e
ea cuerdo, y .en ujer u e presnma de onrada, no de en totnar
con alguna otra mujer cuand está furio a, porq á la ,.Jora que
la tal pierde la vergüenza y se le enci ude la cól ra, no sólo dice
lo que vió y lo que oyó, ma áun lo que sofi '.
E para mí 1nuy grande don ire en que cuan o nna m 1jer está
muy encendida y mnbravccida no oye á í, ni entiende ' los
otro~, ni a mito e cusa, ni su re palabra, ni to con. · , ni F:e
allega á razon; y lo 1 cor de todo e qne muc1w v ~ ·es e ja.
á los con quien trabó el enoj , y se toma con 1 ne e atr~·ve 6
de r>or m dio. Cuando una tnujcr riñe con otr. ó ·on tr y
7Í ene algnno á poucrlos en paz, no sólo no le <. ará d . pues las
EL ECO 91
gr .. ciu , mas áun formará contra 61 mucha quejas, dicien lo que
i él ft er( cual ella pensaba, la ayll ]ara á re-ir, y úun to1nara pot"
ella, la 1nano para la vengar. I.J 1nujcr que de u natural es brava
y furiosa, jamas pico a que se enoja in ocn.sion ni riile sin razon;
y por e o es mueh mejor lej. rla qne no resistirla.
rrót·nornc , ratific .. r er nli di ·ho; y es que tiene ma:la vcntu·
rn. In. e . a r d la mujer e rencillo a, porque la. tn.l siempre estrt
apar .ja la p ra rcfiir, y nunca pn.ra so conocer. La mujer brava
s 1u ty 1 digr ·n., orque 1 br. vece al m, riJo, escandaliza. á los
deu l o ', es n1 l ni ta de lo cuñado , huy n de ella los v cino ;
de lo cual . e igue que algtnu v ce 1 tn. rido le mi(1e el cuer·
p co 1 l ~ pié. y le peina lo. cabellos con lo de os. A una llltt·
j r .furio '. y rcncillo:a por una p·t ·te e pus tic m vo oj rla reñir, y
p or otra, p· ·t e ~pant de v r lo q 1e ¡ e 1 jn. d ecir; or u e ·i
s t o 1· eo n lla nn. proce ·ion de ente , elh. l e s dir' uun. I , tatanÍ'
1 de inj ria . . Aln1aricl <..ice que e d scui ]a. o, ú los n1ozo
qno :o1 c r z; o. o. , á las 1no~· qu on sucias, { lo hijos qno son
rolo o. , á L bij •t que son vont(. 1 ra. , ~ lo. atni o. que ·on ingl'~
t o , ( lo . n 1ni o. que on tr i oros , : lo~ vecino que son
n1ali .:?.ÍO , y {t, l. ecin;ts ne s 11 vi i · .~as; y sob · tot o dice
q no no hay ho n re que trate con otr, verdad, ni guarde á m·1jer
leulta 1; nücn o i no vi ap: rtar e lo uno u d os ho rn.dos e . · •
do., no por otra oc ~ ion .;in p ·>r{ no el pobre est, .. n. al o'tHlas ve·
e s tri te á la In c. a, y otr s vece uspirn.ba. en la cn.m ; decía la
uj t' n :1lgun traici t pen, u.ba contra ella su nw.ri lo 6. ln. me·
s , , y qnc 1 ora ,or de alg u1a hermo a su._ piraba en l·.t c~nna; y s •
b·l· la v r(la l0l e( o, era 1 rq 1e tenia elmariftJ u a peligrosa.
fian ".a y no 1 o el ia rcit nr en él la alegría. Al fi al fin, por más que
le robué y predi ué, y ánu le reñí, nunca los l ude torn L' á concertar,
hast: q 10 j Ul', él en mÍ' roan · de no "'tar mustiO á la Ule a
ni de suspir: re t la cama; la mujer que quiero er pacífica y sufrüla,
será bi Ih .. ventnrada del marido, bien honrada de los vecino
, y muy acatada de sus cuña. los; y donde no, téngase por dicho
ue huir' n to os de sn ca ·a y se santiguarán de u lengua.
n nl o la n njer e · bra "a y orgullosa, poco gu to toma el lnarido
en ue ell· ea nero a en sangt·e, hern1o a en gesto, rica en
hacie 1da y alifi. da en e, u casa, :.i no rnn ldice el dia que co ella
se casó y bla cezn· del primero que en ello le habló.
QU~ L OS M.\.RIDOS J,; O SEAN MU RIGURO~OS, YOR;)!ENTE CU A~ DO
SO .RECIE..: iAS DOS.
Ji¡s tam bien saluclabl consejo que el marido no sea bravo y
c1 ~abrido nra con, u tuujer, porque jamas ten Irán pnz entre lo
e . i la nu j c r o a¡ r n le á e llar y el m a rido no sa o ufrir.
Os· ré lccir, y át n e ~ i jur. r, que n1ás <'S en. n. 1e locos q e no de
casa 1 s á o ol1 arido falta á la prndencin, y [ la njor ln. p
<.:ie1 ·i· : orqne tale~, ó se h n de a¡ artar 1 ur tien.po, 6 han e
l ~ t· cada i~ al ¡Jelo. J.JaS lUUjcrcS o a turn.lnlClltC , On tierna.s ~O
EL EUO
complexion y flacas de condicion: y para eso es el hombre, Jara.
que sepa tolerar SLlS faltas y encubrir us fla u zas: "de .· 1 e ra
que las han de llevar una vez mordi ndo, y ciento 1 tniend .' 1
se tiene compa ion al h01ubre que tiene mujer brav·, mis ha
de tener á la mnjer que lo cupo marido recio: por ne hn.y al rtl.nos
tan bravos y tan mal sufridos, que á las pobr \ le sn: Ij ere
, ni les aba ta conlut'a par!l. servirl0s, ni }.>'c iencia p ·~ ~u ·irlos.
Ora por los hijos, ora p, ra lo crin. os, or, porque no l n
casa dinero , no e pueden excusar entre marido y mnj t'
y en tal ca o, osaría y decir qno entónces b mene t.cr 1
ra cuan o stá su muj r airada, s 5. ~:-~ ber, echúr. elo todo e
la ó no le re pon lor palabra. i ; todn.s la. co , d que 1
j r ti ne pena y f rma queja el hombr cuet·clo 1 ha
der y ti. fao r t ~n~.. por dicho qt: e hú. me 1cstcr la.
an oa y la sabidnda d al m n.
1íra, marido, lo que te clio·o, y e. que, ' t 1 n1njc · s H , r la,
6 tu mujer e loca; i te cu 1 o rnnj r J c. , poco t . . pr ·In. reprcn
crla; y i te Ul O njet• CU r(l(, ba ta q•w 1 l Ísa· lUU.
pala rn. 1c abrid ; porque ha o. nh 1·, a1nig , q 10 . i }; 1 tjet·
no . e corriere por lo ¡ue 1- dicen, nnn 4 R n u n ar[t pH' lo
qn n le amenazan. Cuan él la rn ujer c. tn vicr n1n y n • n l' a n
In. ira débenL ufrir, y de. nc q 1e e le hu it\ · qn' a lo en ojo,
1 'beuln. r ¡rentler; 1 Ol'ftne i cotnienz·:t á per ler el · r]o la
v r_ üenzn, ada hora hun lirán á voces la c· ·:.
El que 1 resumiere de hom re en 'rdo y ser h 1 n n1n.riclo , nj,s
ha de usar con u m 1j e r . :lb (jid~ d q te d ri ~or y fnri,l·pncs
es de tal condicion In. nj r, que al . o el ' r it < : ü s qte s-t
'n ca .. < lo , hallará en ella ca( la din. re ve n , u e, 11 el icor y
muda z en u conversacion. E tatubien de no ar 110 ·i cnt lo
tiempo debe el mari o guar lar e de tr: h, r e n , 1 tn njcr ct j ,
mucho má lo debe evitar cuando ncrcn rocíen o s· Jo. ; p~rq 1e
si á lo. principio la m_9jer le comienza á a orr .e1•, tar le ó 111 nca
le tornará á amar. A lo principios de su ca <- rnicnto doe el
sagaz mari o halagar, t·cgalar y nar orar rt sn tnttjer; por e i
ent6nces e cobran el uno al otro atu r, annq1e c. pue v g: n
á reñir y á grnñir, crá con enojo nuevo, y n por o io , nti~uo.
Son muy mortale enemigo 1 amor y el 1 :unor, y 1 pri-mero
de ellos qnc toma al ooraz n por po a la, allí . e 1uc l~tnorador
toda SLl vida.; de manera qnc los primer . amo re 1 n' ~ u e
de la persona apartar, roa u Jcl corazon olvi ( r. ' i de el
principio que se ca an comienza la m uj r á totn( r l freo o bo-rreccr
á su marido, yo le roan lo á ella m la í · y áun nlltl: veje?.,
porque si fuere 1 oclcroso para hacer 0 temer, nonca l ·crá
para hacerse amar. Alában e muchos tnari lo., de s r ervü y
t m1 os en . n ca a , á lo cuales yo t ncro rn' mn.nc:illa q u
vidia., porque la mujer que está a urrida. teme y irve á ·u tarido;
n1a la qne e tá contenta. á m 1 y r gál le. Iuch de u rabajar
la runjer por estar en gracia de su 1narido, y tnt cho cbG
EL ECO {)3
temer el mn.ri o el o taren 1esgracia de su mujer; porque si ella
se leLo ·r in· do p nct· 1 ojos en otro, otro lag z· ni, aunque peso
al 111 · l'i lo.
Para tan larga jorn·1cln. y pant tan trab:tj ~a vi a. como es la.
del tnn.tl'imonio, n e h, Lle e n t t tar el rn . rielo con que á su
111ujcr rol>e la virgi1 itla,l, sino qne t, nbi n la granj e la volnnta~
l; porq~~o no aba n. w o~1.n cas l. l) , sino que e·ln muy bien
e: . · d . y vi van 1nny n1nch con te to .. "El 1narido que no es
bien qni ·t de ll lll'ljer, tiene en pelio-t·o 1 haci nda, en so péchn.
u ca. :t, eu pelige . n honr y [ n u condicion su vi ia", pues
e pncr zon fijo, e ario q e e t' c<· n · ~ do, y mn..r necesario
q 11 • '. eH· {o. ¡, nó · p r ]o ·e) .· "'rn. uj n b. cn 1 1 ·e .. , si á to-i'J'O
lo n e n ulÍ e razon ·~tú ef-cox. 1jdo? 1 que nos an1a
do e r. 7.01 y uercn1os de cor zon, á él s úlo, y no á otro, hemos
e m~.L1Í,. {.: tar el cora.zo .
--------------=D=ig=ital=iza=do_co:_:__cr la=--=B=ibl=iote=ca=Lu=is:__::_:_Án,gel Arango del Banco de la República, Colombia
96 BL ECO
Las pasione que no dan y 1 s infortnr ios qne "e nos ofre·
een no es co;d ura trlü if <"' tar. e ' lll O á qni ,l n IHA-i lo. : n 1 ·• (t r etnediar,
y áun llOS loH n ude 1 ]orar; " 1 01 1nc la .' lú g rin•aR <1 _) l
amigo m t cl1o alivian el ~ raí'. ll el el trab. jacl . " Pt e~ ·i e :to .
verdad, como e ·erdad, ¿parn q u{• el n arid ~e q ue jad a m ujer,
y la n1 1jer se q nc · a el u a ra se:r nna mnjm· bl ena, gran parte es el estar siempre ocupada,
1 por el e n r: ·io, no vemos otra cosa sino que la mujer
ocio ,a a Hla si•m pre I en , a ti va. Créanme en esto las señoras, en
que ocupen Ít> li pre d , hijas, porque las hago saber, si no losabeJ?,
que ie los ociosos momentos y de los livianos pensamientos
Digitalizado por la Biblioteca Luis ÁngeiArango del Banco de la República, Colombia.
100 EL ECO
se vienen á hacer los malos recaudos. No má , sino que .1: ncstro
Señor sea en vuestra guarda.
De Granada á cuatro de mayo de mil y quinientos y Tcinte
y cuatro años.
GAUDEAMUS CONGRESSIBILE.
(Poema latino del afamado poeta aleman Gustave Schwetschke, distribu o por
recomendacion especial del Prfncipe Bi~marck á los Plenipotenciar i)s del
Congroso de Berlin, inmediatamente despues de la última sesion; y tradJcc..ion
hecha para ''El Eco" por Pedro Bravo).
l>i sun , 1i ante nos
Quo de m consecler ,
ien o ese~, ari i o es
,ot p r anno:, tot per mcnses,
}i'rustra decidere.
~Iunrlns 1 en! vu1t dccipi,
Sed non d(•<·! fJiatur,
on 1 1t. ' 11ltra inter gentes
Litig;ln , . t fremcntes
- .Manu confcro.tur.
Vivat Pnx r et comitcnt
Dii nunc Oongre sum,
Ceu Dcns x machina
Ips v 'nit Cypria
Roborans succesum.
Pcrcn.t discordia·
Vincat scm¡ er litem
Proxenetro probitns,
Fidc , pe , et cbaritas,
Gaudeamus ítem!
onsocios del Co 1grcs ,
Go ét onos, puc , y l
Trn bélico dolore. ,
1 orios s 1 il h borcs,
Logr mos terminar.
Oh mundo! r burlado
Qui ier. -y n lo f-: n.!:
No n1a di cor . g •ntes
Congregu n ya rugientes
Sus tropas á pe e .
Vi.va la Paz! Los dios ..
Protejan al Congreso:
ual dio , de i )ria máq im.
Mi ma, no sale rápido
Conciliador suceso.
N o ma di cordia! Me ie
La probidad cloqui r;
Y fe, esp ranza b lla
amor triunfen con ella
De hoy más! Goce~os, p e~
SALVE, REGINA!
Dios te salve, eñora, Reina y 1\Iadre,
Vida, dulzura y e. peranza nue tra! ... .
!\liaría, del • ol aurora, Dios te al e! ... .
Los pobres desterrados, hij0s de Eva,
Di rtalizado P.Qr la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia
EL BCO
lan1an á tí, gimiendo y su pirando
En e te nlle de dolores .... Ea!
Esos tus ojo._, d piedad bañados,
V u ·lve á nos, ~ladre y Abogada tierna ....
Y tras este destierro, de tu vientre
El fruto anto, el Sal adornos muéstra!
h el tnente! oh piado a! oh dulce y siempre
Vírgen! 1 or nos á tu Criador lo rn 'ga;
Á fin de que de Cristo, Sefíor nuestro,
Al ancemo la gracias y pro1nesas,
nos acoja en su atnoroso eno
1\.l rendir 1 espíritu .... Así sea!
Mcc1ellin,-l8 78.
PEDRo R \,~o . ...
CRONICA UNIVERRAL.
ITALIA.
101
DE • ABCY.A..-El 1 arti lo republicano se organiza y
en ro u tece o Italia á la Yista del obicrno, ~in que éste maniñc -
te pr )ocnp, l' e TIHtcJIO por la U rte UC }a D10Dfil' u]a á quien sirVe.
Ila bi ".n lo e lo re¡ u blicm os reunido con ' te tftu lo, pronuncia
l i eur o , grita lo á grnnd oce y pasea o públicam nte
su andera, lo ~lini tro declararon que con e to no se habían
tra pa ado 1 s límit de la libertad 1 gal, ni cometido falta. Des¡>
u el periódico Il .Dovere ha publicado un nrtfculo viol n~o, en
el que lla ruó á la di na tia de ahoya 'raza de traiclo?~es, y se quejó
det insopo'rtaole o1·gu!lo de u? a le,qislacion que pretende imponerse
co'rno inrnvtable.; 1 artículo denuncia o fué ah uelto por ol
tl'ibnnal de 1 n1a. el dia 14 de mayo, con aplauso del auditorio
que a i tia : la vi. ta de la causa, en at ncion á que la calificacion
de 1·aza de traido1·es se hacia ólo co o una apreciacion hi tórica,
segun c .. pu o el abogado .A.rmellini, y á ne ninguna 1 gi lacion
puede tener e por inmut ble, segun ob ervó el abogado Ueneri,
el cual añadió: "Ayer goberna a ]a monarquía absoluta por mcaio
de la arbitrariedad; hoy es la monarquía con~titucionalla que
reina por medio de la tran ac ·iones, y n1afíana reinará la repúbliC'a
por la i ·uald y el der cl1o". o sab mo lo que pen ará
el Rey I u m berto de estas defensas de los abogados y de las senten
oía de los jueces.
ROMA.
1\IIL.A.GRo.-Vario 'J)eriócli o le Ita ia han publicado la siguient
carta de su Etninencia el Carden, 1 de Cano a:
Ycrona 13 de julio de 1 ~ 8.-Con el debido espeto ti todas las reservas
Y norm s establecidas por la Santa S de para ucesos como el que Yoy á
102 E ECO
oss , Obispo e V ero na.
VICTORI E TO A 1,A ¡j ~E .-De una corres )Ondencia cnvi::r
da de Roma al Paese de Peru , toman1o :
________ __;;;.D=igit=ali=za=do.r;.;o"'-'r 1=--=a B=ib=lio=tec=-a =Lu=-:is A=· ngel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL ECO 103
CoNVER ro ... E .-El Co~l'rrier le la Verclre anuncia que 30
Mini tro ¡.>rote~tantos se h n converti o últimnm'cnte á la fe católica.,
rennnciaodo rica" preben ·ts. Un de ello o·.' Yindo, con
diez y o el hijos. Tt·e abj urm on h I cr j ía n la capilla d 1 agrado
U raz u, en ockhütn 1 01 , <.1( nde tat Líen se con it·ti ó un
jóv n pr t stante. El scñ r l~"'onton, Cura le S, n J uau de J crusalcn,
('n Lóudre , rcci ió la n.bjnracio del jóven Jorge ithcfield,
anglic no.
El onJc J ... Pcrcy, h redoro 1e1] ncado de :ro ·thumberland,
CRtá en el oratorio e t)an .U lipo e r< ri instruyéndose y prepa
·áncJo e p· ra iot:>r s r en la. IgLc ·ia católic[l..
~.Th:\IPLo.-J)icc El Siglo Fut?n·o: "J Ii6ntra en Itn.lia y
en :F ra11ci · 'C hace la. f'1' 1crra. ' la. proce ·ion e~ , . e v rific~ a é. tas
n J ngla.terra con corn pi e n: ii rta 1. ,. ercoe n1cncion ~ r e la le
1 an-Luis, h cha or lo J e uitas (to oco cerca de Vestmins·
ter".
AL· A !
GnE o DE BE T.:-r.-·Oneriend la an ·dad (e J-.~ on I
éjere~r l 1 •recho y cumplir el deber d ju tici: le lcf·'nncOI t,ró modo de hacer oir
su anLorizn.la v z enviand una nota 1itl >tn; ti ca . obre e to á
li,ruucia y [~ u tria, qne · ceptar n la mi. ion de e efe u< er en el
Congrc 'O 'lq ncllo, in te re. e. ; e cstt1 mane1·n. el Cardenal 1"'r nchi,
'ccrct l'io Jc Estarl de u Santidad, putlo to.nar ln. ~labra en
el seuo de aquella. Cor or nio p r tnedi 1e una not: ue fué
leida. y apoyada por los er rescntantc de Jas meucionn.das potencia
....
La palabras de su Ji.:mincncia el Cardenal Franchi llatnaron la
atencion de lo di t 1om áticos r unid en Bedin, y d<.: p11es de haber
·ido o ida con l respeto le bid al r pre ·en tan te le la mfLs
alta antorida de la. tierra fllé lena ente aprobado por los PlellipotenciarÍo"'.
El llamamiento e la \tnta Sede n favot de los
católic d<::: Ori ote fué aceptado, y ha recibido por lo tanto la
sancion dif.Jlornática del e ngre o.
En u con ecuenda, fué reconocida la antono1nía de la Iglesia
e t6lica eu Oriente; e concedieron á los católico~ orientales la
facultad de coo·..,tituir e y le gobe1·n r e en cotnunidn.d libr );-,
y la plena libertad de comunicar e directamente coH la autoridad
eclesiástica, cualquiera. que sea l sitio en tle e resida.
BRA IL.
~Io_ E.;oR VITAL Go z.,r,vEs D:E ÜLIVEinA.-Leemos en L'
Unive1·.:
Com lo hemos anunci do, ayer jné '~'f" á la· once ele 1:1. noche murió en·
París,, on el Convento de Pudres Capuchinos, e~ lle d~;; la un.lucl, número 15;
104 EL ECO
un jóvcn Obi po que fué un valiente campeon de la Iglesia: }lonscñor Vital
Gonzalves de Oliveira.
acido en >ern mbuco (Bt·asil) el 27 de setiembre de 18 4, entró en el
Convento de Capuchinos de Ver allcs el 13 de agosto de 1 () , , pr fe ó el 19
de octubre de 1 61, volvió a.l Bra il en 18ü , y u tanl' en hac rse notar por
su celo y sus irtu e , ieodv nombr do ú. los "'7 años O!J1 po de Olindn,
vasta iócesis <.le mú de dos 1nilloues de atólicos.
A su el v, cion al epi. cop· do, halló lu. I g le. ia. inv dida por le fr( nema·
sonería, y tuvo inme iat· mente que poner e á luclln.r p rn lil> rt, r e de e~·
te yuo-o. Anin1. do mucha veces por el olJcr• no Pont íficc, no e di6 á l· s
am nazas ni ú. los h ~ 1· go . . cctn recunió á n medio te el> roso. , ; intentó
do vece envenenarle. La Provil.leucia velal>u. sobre él, y s capó las
dos eco tle e pel i.;ro.
1\1:\. tarde e mplen.ron contra éll medio 1 gales. Llevado del. nte de
1os rl ri bunalcs, m nd~n ose le r tirar la en ura qu 1 on forme ú dcrP ho
h l.Ji~ t nhl ue fulmim r ontr, iertos p er onaj , r hu ó r 'Con oc l' 1
competencia r t da.
Citación recomendada (normas APA)
"El Eco: periódico religioso y literario - N. 3", -:-, 1878. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3683739/), el día 2025-05-27.