AioU. Bogotá, Itar~o de 1892. Entrega 2S
REVISTA LITERARIA
PUBLICACIÓN MENSUAL
DIONISIA
1
¿ No os ha. sucedido a.lguna. vez, al pasar por una ca.rretera,
deteneros dela.nte de un pc6n caminero, mirarle largo tiempo .,
exolamar:
-1 Pobre hombre l. .. siempre está aquí: que llllova, que
haga. viento, á. pesar del frlQ, á pesar de los ardientes ra.yos del
801, siempre está aquí, como si fuera uno de los postes kilomé.
tricos del camino. 1 Si á lo menos pudiera también tener la. in·
movilidad de é tos J pero no es así. .. él tiene que comer y la neoesidad
de trabajar bace que se tenga. que mover todo el día..
Con el ouerpo echado ha.cia adelante, las piernas arqueadas, la.
oa.beza. bestialmente inclinada haoia la tierra, machaca con sus
dos manos las piedras, machaca siempre. No es un hombre, n6;
es una. máquina do machacar piedras •.. es un martillo vivo?
y sin embargo, hay muoho qu.e se contentan con ese triste
destino y no faltan algunos que ouida.n amorosamente el trozo
de carretera. de que están encargadoR y llegan hasta á hacerse
una especie de gloria, de ouidarlo bien. Sus pirámides de ma,chaca.
están dispnesta.s oon una. especie de arte á lo largo de los
paseos de la. oarretera. Las arÍ. tas de las ounetas están tiradas
á. cordel y hasta la pequoña barraoa de paja, único abrigo que
tienen oontra. la tempestad, tiene cierto aire de coquetería que
honra á. esos peones caminero modelo. Cuando lo tienen ya
todo en orden, cuando han recogido todo 01 polvo y ha.sta. la ú1~
tima. hoja. seoa de la carretera, entonces se levantan y se frotan
la8 manol oon orgullo; están atisfechos de sí mismos. ¡ Qué
buena suerte es poder vivir en la. calTetera. y llevar un número
a.marillo en un sombrero de hule tIEsos peones son los filósofo
del ~ficio!
r.RVI FA LITERARIA
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EYLSTA LITERARIA.
¡ Pero, y los que han- soñado en otro destino, los que tie-nen
ambición come,. Juan Maillard, el peón caminero que nos
ocupa t. ..
Este era. hijo de un agricultor acomoda.do de Normandía.
En aquella épocalos pro pietarios agricult-ores se avorgonzaban
de maneja.r el arado y querían que sus hijos fue en se'ñorea, fuesen
abogados. Nuestro Juan fue puesto en el Colegio de 1 vetot,
donde no &prendió otra cosa que á despreciar á tr honrado padre.
Diez años m.ás tarde., y siempre d 1 mismo modo Regativo,
estudiaba leyes en Caen. El padre ~{aillard murió estando yá
medio arruinado, pero conservando la cándida creencia. de que
había hecho de su señor hijo un grande ho breo
Esta. historia es la. de muchos la.bradores de veinte años
atrás.
Juan se apresuró á recoger los restos de 1'a. forluna. de Stl.
padre, y fue á. di iparlos rá idamente oí. París.
A.llí se cruzó en u camino una joven honrada, un ángel
bueno, pero era yá. demasiado t r e.
A. pesar de que lIagdalena era una. simple co turera 7 fue una
desgraoia para ella el enan1.0rarse de Juan. Era virtuosa y Juan
Be casó con ella; pero ste no tardó en volver á. Sl1 vida disipada.
La. hora d e la. mi eria e acercaba; lagda] ena tuvo una
hija. ¡ Pobre Dioni ia f El mi .. mo día en que vino al mundo fue
embargado lo poco que le quedaba á su padre ..
¿ Qué ñacer? Juan ~!aillard tuvo valor un momento;. pero
no tard6 en perderlo en presencia .de los oh táculos qu.e se le
p:Fesentaban. Juan no sabía nada; ara. nada servía. ;. ni siquiera.
tenía la costumbre de trabajar.
Sin embargo, el jemplo y el ánimo de su buena colnpañera
proloJ:\lg'81ron un poco la. lucha. Jnan en ay6 vemte oficio diferentes;
~!agdalen había. vue to á omar el uyo. Trabajando de
día. y de noche logró casi ubveni-r á la ce idades de su hija.
y de su esposo; pero la vi ta e gasta pronto cuando e a.busa
de ella; después ti una larga y penosa. enfermeda.d, lagdalena
se levant6 ca i eiega.
Entonces hubo en casa. de Juan Iailla.rd los últimos esfuerzos
de la lámpara que está próxima á . apagarse. Sin embargp-.
ningún ensayo le sali6 bien.. Para olvidar su triste posición, se
entregó' la bebida. 1tfagdalena lloró; Dionisia. hizo 10 misnlo.
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E LY. -Dlo .... IS1A
¡>9br nlDa cmpeza.ba. á comprender: ibu. á cUlllplir WO:i
ño . Hacía ya eu tro que tenía una hermana y. diez y ocho meses
que contaba. con un hermanito luá .
El interior de aquella casa tenía alg -do horrible.
Juan no era por e to un mal hombre; acabó por arrepen-'
irse y fue perdonado. Tomó la resolución de vol ver á. N ormandía,
de ir á su pueblo, con la esperallza de encontrar allí pa.riente
, protección, re lil'
El viaje fue una triste odisea. Las gentes honrada que en·
contra.ban en 1 camino á aq uel hombre de mirada sombría, á
quella mujer de pálido embla.nt y á. us tre hijos cubiertos
d h rapos, se ech b n á. un lado diciendo:
-Hé ahí el vag bundo y su familia.
Llegaron por fin ~ u pueblo. La. impresióR produ.cida. por
los 'viajeros fue 1'eI)1I.1 i a: nadie reconocía, á J nan Maillard ;
penas encontró alguno pa.rientes ue e tligna.ron acerda.rse
4.e él. LQS el1vidi 'o se alegraban en n interior de verle tan
caído: Juan h bía sido muy orgulloso n la época de su prosperi
a.d. LOd antiguo amigo hicieron gala de sn indiferencia,
or temor de quo 1 pidiera presto.da alguna s ma. En una pa.bra,
la acogida que tuvieron fue detestable: casi los hizo echar
d~ meDO á Parí .
Por otra paz.'te el viaje h bía sido fatal para los niños. Los
B más peq neño , quebranta os por la fati a, habían caído eafermo
11.111 gar al pueblo. La niña pequeña murió á los dos día ;
do días más tarde m1lrió ta.mbién el niñ . La i mil. Dionisia
estaba tan pálida y tan débil que á cada momento creían tener
que abrir ' na tercer-cl. fo a en el cementerio.
La. de esperaci6& de Magda.lena era desO'a.rradora . la. triste
de olaeión de Jua.n rayaba en la locura.. Por último la compa.sión
pública, se con ovió. Gr' cia. á la activa caridad d.el rector
se hizo na. celecta ba. tante re 'petable con la que la miserable
familia. pude BubveIÚr á BllS primeras ecesidades. Un ayudante
de caminos se dign,6 recordar que Juan Maillard había sido BU
awnarad& de oo1egio, y le ofreció una plaza. de peón caminero
en la. carretera. departamental que v& de Honfienr á Caen. Juan
aceptó, pOI:que aquella plaza era un poco de pan para $11. mujer
tal z la vida del último hijo que le quedaba, la vida, de
hija, ...
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70 R V, T.A. LIT 'RARJA
Cinco afios habían transcurrido desde aq nel día. El cuerpo
de Juan habí concluído por acostumbrarse á su rndo traba.jo;
pero su espíritu no cesaba de sublevarse contra semej ante humillación
. .A no ser por la dnlce y consoladora resignación de
Ma.gdalena, habría ~irado ya un mill6n de vece su maceta. á las
. ortigas. Y cuando sentía quebrantadas sus caderas, adoloridoB
sus brazo.'3, lleno de tempestade BU cerebro 1 ulÍnt s veces aquel
presidiario de la carretera pensaba. aun entoncc o los medios
.de recobrar u libertad!
Pero }r. agdalena con una caricia, una mu ( ti~ 6 algunas palabras
salidas de lo más profundo de su corazón, lograba calmarle,
y hacÍ que volviera á coger sus herramientas sin que él
mismo se apercibiera de ello. Tenía el dón de saber acallar 8U
or~llo y enardecer su valor á. la vez. Aquella simple obrera. de
París era una admirable compañera: era una. esposa, verdaderamente
cristiana.
Sin emb rgo, un día. encontró á su marido poseído de una
irritación tál, que a.penas se atrevió á hablarle.
Era. en pleno Agosto; hacía un calor insoporta.ble ; los rayos
_ del sol caían verticales sobre la. carretera. y no se veía ni un árbol
para guardarse de ellos.
El peón caminero estaba bañ do en sudor; su cabeza pare ..
cía. de fuego; sus ojos despedían chispas.
Por último Magdalena se atrevió á balbucea.r con dulzura.:
- Es la. hora. de comer; aquí tienes la. sopa, Juan, a.quí está
la bebida.; es muy fresca..
y al mismo tiempo le presentaba la fiambrera de hoja de
la.ta y el bote de cidra que cada día le llevaba. á. la misma. hora.
Si pronunciar una sola palabra, Juan entr6 en su choza
·de paja y empezó á. comer en silencio.
Magdalena se había sentado en frente de él: haoía media.
De repente pasaron por la carretera tres rápid oarretela.s,
llena.s de alegres bañistas, que sin duda, venía.n de Trouville.
Los magníficos tra.jes de vera.no, los flotantes velos, las
sombrillas de brilla.ntes colores, la.s ruidosas carcajadas, toda.
aquella. riqueza, toda aquella alegría., toda. aquella felicidád,
que aca.ba.ba de pasa.r ante .,su vista, fue como una, sa.rc'8ti~
fantasmagoría para. el pobre peón caminero sentado en el fondo
do su caba.ña.
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c. E LY - 10. 1 1A 871
- o mbién he sido r' ca, murmuró. ¡ Oh 1 ¡ Y como 89 m
presente la. ocasión de vol ver á. serlo ..• no repararé en los medi08 r
y sus ojos brillaba.n con un brillo siniestro.
-1 Juan 1 balbuce6 Magdalena; ¡ Juan, cálla t ••• 1 me das
miedo 1
}.{aillard e encogi6 de hombros; después vació de un solo
trago el bote de la. cidra; tan ardiente era n. sed.
-1, Por qué no duermes un poco? le dijo Mai'dalena.
-No puedo ... mi sangre hierve •.• tengo fiebre. 1 Hace tánto
calor aquí l. .. l\fe ahogo ... necesito aire, aire •• 4
y salió de la. choza.
En aquel momento e amontonaban espesos y negros nubarrones,
venidos del lejano horizonte, que el rayo surcaba. en todas
direcciones; el trueno retumba.ba á lo lejos, pero su ruido
se fue aproximando por instantes, y empezaron á caer anohas
gotas dc agua.. Algunos minuto dcspu s el agua caía. á torrentes
en torno de la. miserablo caza y la tempest&d estallaba. con
gran violencia.
Juan, dulcemente atraído por su mujer, había vuelto á entrar
en su abrigo, donde permanecía sentado con los codos a.poyados
en las rodillas y la. cabeza oculta entre sus manos.
La tempestad era cada vez más intensa.
Mag alena, penosamente impresionada, se inclinó hacia. su
marido, y, sin q ne él se opusiera á. ello, separó. sua. vemente loa
ded08 que cubrían su rostro.
El peón lloraba.
- 1 Juan, mi pobre Juan r exclam6; ¿ qué tienes para. deso-larte
de este modo? ¿ Por qué te haces tan desgraciado?
-Por{lue me falta yá la paciencia y la fuerza ..• porq Lle esto.
miserable existencia se me hace insoportable .•• porque sufro de
verte nfrir en silencio, M dalena .•. porque pienso en el porvenir
de nuestra hija., que pronto cumplirá quince años. ¡ Pobre
Dionisia I
-Pero, querido mío, Dionisia DO se encuentra desgraoiada. ;
Dionisia. piensa como yo; no habiendo sido criada. en la opulenoia,
no echa nada de menos, y el trabajo no le pa.rece una le,.
.masiado dura.
-El trabajo ...
-El traba.jo 6S la ley d Dios, Juan.
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12 llE r '1' LI'I'El!A1UA
y Magdalena, echan.do los brazos al rededor del cuello de
BU marido, le exhortó durante algunos minutos, con todo 1 buen
sentido de su espíritu, con toda la ternura de su corazón, á cum·
. plir su deber.
El peón caminero sentía ya de pcrtarse en él mejor B sen ..
timientos, cuando su jefe que pasaba. en un tílburi, le gritó desde
la carretera :
-1 Hola! Juan Maillard, han dado las tres y yá no llueve.
. ¡ Vamos, perezoso, al trabajo 1
-Voy ... voy ..• contestó maquinalmente el peón.
y descendiendo por el tal ud con u.n.a. sonri a llena de amargura.
y una mirado. más de esperada que las otras, cogió la.
maceta.
La O&rretera, SUB a.lrededore , el cielo mismo habían cambiado
completamente de aspecto. U na densa bruma, ocultaba el
horizoDte; los árboles sobrecarga o de agua dej ban inclinar
tristemente sus ramas; sólo so veían yerbas caídas sobre la ti •
rra., arroyos de agu2> cenagosa y charcos de agua. cuy superficie
riza.ba. el viento. A no ser por el calor, que continuaba siendo
excesivo, hubiera uno podido creerse en pleno invierno. Estos
cambios de tiempo son muy comunes cn las costas de N orman ..
día. Era evidente que la tempesta aún. no había. eoncluído ;
después de la. tregua que había. conc-edido á. la desolada naturaleza.,
ib!1. á empezar de nue o.
Juan Mailla.rd, sombrío y silencio o, había vuelto á macha..
car piedra.
Magdalena, en pie á algunos pa 08 de ' 1, hacía. media sin
a.treverse á continua.r la. conversación; un secreto presentimiento
oprimía su cora.zón.
Las carretel s volvieron á pas&r dirigiéndose á. todo escape
hacia. Trouville; Jl1.an M illard la, miraba con ojos llenos de
envidia. y de rencor~ El ango de su m ceta p&recía al rgars6
entre sus manos como si hubiera. querido herir &1 paso á aquella.
furtiva a.paricióa del pla.cer y la. opo.len.cia., cuyo cruel contraste
con su situación reavivaba. en aquel momento todas BUS heridas,
como un 1Bsulto hecho á su humillación y á su miseria.
Hubo un momento en qae una de }as ruedas rozó el cuerpo
del peón caminero; éste la.nzó un grito feroz é hizo nD moví·
miento como para an'ojarse con ra el carruaje. ~
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· D LY - lO.:lSiA 67
Iagdalena se acercó vivamente á '1 Y le contuvo. Juan 86
calmó repentinamente, enj ugó su rostro con el ro 's de la manga,
y murmuró por segnnda ,ez, pero con la fisonomía y el acento
de Federico Lemaitre en el último acto do Treinta año8 Ó la
Vida (le un i tgador, esta pal bras:
-1 Oh t I presénte e una. oca ión l. .. ¡ pres 'ntese l. ..
y machacando con rabiosa. precipitación, bacía. brotar torrentes
de chi pas do cada piedra.
La. carretera estuvo desierta como cosa do media. hora. Magdalena
había ido á buscar la cesta á la choza., e disponía á volver
á su casa. y alargaba ya las manos á u marido pa.ra. deepe ..
dirse de él, cuando apareció un hombre á caballo.
Juan y ~fagdalena, como IDO idos por un secreto resorte,
volvieron al mismo tiempo lo ojos hacia aquel hombre.
Tenía unos cincuenta años; su rostro respiraba franqueza;
no era muy difícil adivinar en '1 al hombre de traba.jo, fl,l ne.
gociante, ó má bien al fabricante a pesino. Parecía poseído de
cierta emoción y espoleaba su caballo quo caminaba a.l trote
largo.
En el mismo momento en que po. a.ba por delante de 108 esposos
Maillard, cayó á los pieR de 'sto una cartera verde q e
se había. des prendido de las correas de la silla.
1flagdalena abrió la boca para. auvertir a.l viajero.
-¡ Cállate t le dijo Juan.
y puso el pie sobre la cartera.
Pero el viajero había oído algo, y, in parar el caball , volvió
la. cabeza.
fagdalcna hizo un movimiento para. ha.bIJl,r.
-¡ Silencio 1 repitió el peón poniéndose delante de su mujer
y apr~tándola la. mano con tal violencia que estuvo á punto de.
rompérsela, en tanto que con la otra mano, sin darse cuenta de
lo que hacía, se quitaba el sombrero para saludar a;l :viaj ro
Este no so apercibió de nada; no podía ver In. cartera. por·
que la. snela del ancho zapato de Juan la ocultaba por completo.
Se contentó, pue , con contestar al sa.ludo, y no tardó en dosa.pa ...
recer detrás de un grnpo de pinos.
MailIard. no se había movido; parecía una cstatv.a.
alena permaneció tambi'n inmóvil y silenciosa du-.
1 unos minutos.
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614 'R~Yl 'l.'A L1TRRAIUA
-1 Juan t. .. murmnró por último con el tono del :¡ue o
despierta de una profunda pesadilla.
-¡ No sa.brás callar una, vez en la. vida.! murmuró sordamente
el peón caminero, inclinándose hacia. el suelo á fin de oír
el ruiao de las pisadas del caballo que iba. per iéndose á lolejos.
-1 Juan t. •• prosiguió diciendo :la honrada. mujer, en cuya.
alma. acababa. de despertarse el valor de la probida.d; 1 Juan t
esa cartera. no es Duéstra. ...
-1 No es nuéstra l. .. ¿ Y por qué? Lo qne se pierde, bion
perdido está. Ta.mbién yo he perdido mi fortuna, y de seguro
que los que la. ha.n recogido no me la devolverán jamás •...
El peón se sonrió con aire satisfecho de su argumento paradójico
y completó su pensamiento por medio de an gesto enérgicamente
resuelto.
Pero su mujer, que por quebrantada que estuviera. por la.
desgraci ,no por esto había dejado de conservar en todo su vigor
las fuerzas de la. conciencia, trató de luchar contra el espí.
ritu malo que parecía haberse apoderado del corazón de Juan
Maillard. Mas este permaneció inqueb 'antable y concluyó por
mp,ndarla formalmente que le dejara. solo.
Una última esperanza brilló en los ojos de Magdalen~.
-Tal vez esta. ca.rtera no contiene más que papeles sin interes
para. ti ••• repuso.
-Va.mos á verlo, dijo con tono breve; a.hora ya. no hay
ningún peligro.
En efecto no se oía ningún ruido; no había nadie ni en la.
carretera. ni en los alrededores. Maillard levantó el pie y cogió
la oartera verde con avidez.
Después, precipitándose en u choza con el aire de un cha.ea.
l que lleva una, presa. entre sus dientes, dijo á su. compañer
-1 Ven t. •• 1 ven l. .. y pue to que no quieres volver á ca
sírveme á 10 menos de algo: vigila la carretera.
Se ha.bía sentado en la paja. y con sus calenturientas manos
palpaba. la. cartera. antes de abrirla..
Magdalena se dejó caer sobre una p. edra á la entra.da. de la.
choza, y ocultando su roetro entre las manos, empez6 á llorar
en silenoio.
En el mismo momento en que pedía ardiente
que la tenta.ci6n no fuese demasiado fuerte, un grit
de .J uan }daillal'd la hizo leva. t&r la. v IBta.
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pI' s utía... í, ' ios mi mo s
1 ova fol' una en lni ean"lino; e nu' tra,
11 a... n n. ••• ·1 \y . enta mil franco !
grit6 de
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ra uua 1 iña
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.• ' lo mi mo que yo, i die s una.
á de. pojarme de L ta fortuna, q tl
d Juan 1 illard, m Dlato aquí
l'a, y, como ha} ía. dicho
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En re t ruen, cu nd Juan P"1 o ocupar e de . n hija, cuan·
Ían im} cdid .\ Iagdalena que ltl. -íe' ,
C01'I e1', lo p so l' 1.113.1' se contraron con q 1
ionl l' bab:a, con ~ l' ;ido n una c. pe ie ele ... alvaj ellO 'me-m
n e crecid ,pero ( ue había. De nhado e aqu 11a luí m liert
la, fuerza y la saJud de UUst YCl'dadera 'tmp ina.
1 hli mo ie po quc cIaba gracias á 1 lOS d sdc 1 n ' R
Iagdalen rinó algo á u 1 ija qn e r -
b 'e. e 19o lná. ad Cl1, d'lS ¿í SIC. 1
, r na.r 10 instintos aquel iel -
e arr 1 aclo eu u hija., pe 'o á fue ~7.a 1 dulzn 'a,
y clalena ra la má dulc le la mujer, el la Tez qn 1
la m. 1 'e ,tril1n ' por eom.pIcto de llos.
ioni i fue Iav a, eillada, e 'dlizada e Due 'o" lo.
primo ro j01'nal s d 1 peón calUln ro le compr ron un ye ido
nl1C\'o, zueco. y un om brero de p j::L. agdalena la re 'ení
.'. u 1 "O; pero do en nd n eu ndo Dioni i 11ací aú
100un esca:p~ t rOa para, 01' 'er p r 1 e lnpo.
a pobre ro re dej' de sermoneada.
o llace u J'ir mucho, h' ja mía, le dij
. r se echó á llorar.
lel Inundo, y 11 hizo llora
galena.
>·e1'o al una "ez, franca, Jeal y cspon áue lnente le decía:
- {adl~e ¿ me deja hacer un poco la al vajo .
agdalena o o 'ía; Y conte aba:
- é, nija luía, .. ~"
, despu ~ S le un úl imo be o, separaba lo brazo con que
por un momen o h bía rod ado 1 uello ele II loq ill&"
iOllÍ :ia e taba yá lej{) .
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uielad s y de
mo 1 01' parte d adre
la nlá aman e e toda la
-'0 j ven de veinte
i . de la fá hrica,
iouí ia. odría
ida, s d cir, su
01'. ba Dlaru.vih
.. ini ro "alldida
tí ic, iba. recobra.ndo n
ría.
y 1 l ab ll~ lección
la compa i6n
llcantade
amar
n eHa.
lo.' h .l'moso"
l'~ cía,
lo
otro cn ue el'que
Lo uill ; mo-
Jo: ad. ID. Du crnay pr ene1aba u a egrcs jneg . y daba
en voz b~ ja rrra -ia al ciclo que 1 arecÍa haberle devuelto u
ija..
1 a
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ehí ia ha ia dado u.
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i ca o, y I0l: 1 t uto, no e h bh a::slt tadu elh así
1 ue n 1 d, ba mi~ o C01'! r por 1 n 1 n.. solita.rias ni por en·
re los sombríos bosq e : lo q 11 Dio- ua,rc1a, bitm gnarda
s
La l'ue n que su p dre ha )ín. encontrado 1 cart 1'3., Dio·
llisia no en on l'Ó á las señoltts d 1 u \~ 'rna.y en el punto do eos ..
tun r, e to e. en la eue t de Jl" cia..
rral ~ez no hay n salido por can a de la. telupestad, pensó
ioni. a.
il'ibroiélldo e á ':1. a de Berta.
verja estab' aui~rt·, c S:L ne U( 1'a ca ) ún. L eabr·
en V" :uo.
estab- an aturuido 1 u
:sa,parc 'ió corriendo.
Ul!)!" u· e re' len a.nlen • al. la '< sa y dio 1· vuel no
, }]'.
a. 'a, ol,dillal'üllllent all. 1 gre, h:nía a. tard
glllar. J!J 1 llJ día el cpulcl'al que rcina-
'a el 'uido do l a,'os PI ce! pt 'a O' y un Ul'lllUUO
{!OlDO de sollozos. us rul::stna. 1 ul'cde::; parecí a. n. ten 'r alg de
BIDle 'o., hul' ra dicho (uO e aba...., re elh un'. 'U,LJl d ·s·
"1' eil],.
a 'IH llÍe ud d 1 'olli "ia aUIDen aL, pUl' 110 1 'J tO:i. La.
11 'aleza de la e .. b' 1"<1 el'. ue Ut uellas UCJ:V· ':1.ti á la cuales
ah] la ?Oz e los pI'> '(jutiDl' en tú . Tenía. el 'ol'azóu x rañaen
e Oll'iIui 10 ; le pfU' cía. 4.1ue iba. á au r algú.ll terribh..: !Leon-teciIlli
1 1111 ' 'lO ·os 1 ilos, t:!bía. r la ·io-
-'
I mi que ,'da s ñori ,?
·cuaJ· 1'.
iu á Berta
jo 'eH I hiz
11 gó
o a ca ~'el'a; ¿ qu~ e' 1 LUC hu Sil·
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-¡ ... 1i P dl'eL" lui pobre p dre ha}J rdi l n a
scnta mil francos, exclam6 Berta,
1
A lIS' 1 D E JÓV1L'E.
a impor n ia erta no llamó O'ra
co la t umbl'a a sólo
ál
grande,
dolor,
1 daño. e .. linata.
'azos, 1: c ... trceh6 n. u coraz 'n. 1-
01', la hizo se al' y se arro illó
á
por fi
abh ce'( d de
aña a e. pr'mel' e me , e. encln iel
-¿ el ·cncimim to ? .. , rel i 'ió Dio i -ia con el
aquel que quiere h el' como ne e lnprende, pelO ue en
dad o abe el lo que le habla,
-E '0 e, ijo Bert : tÍlllO pue sab r .. _. tí
tú, ere nluy f lizo
-¡ Pu bien! l'lica.dme qu e lo ne p
podré llor .. r con \'0 '
ne 110
ono de
alí-
El acent y la. nlirada. le la a, rera re' 1 com-pasión
y una tcrnUla i 1 li ble~.
B -ta inclin' } • cia 1 a., 1 besó h'L frent ,y
- i mi p re o encuentra ].), 'artera, podrá-pagar
mañana á u.: acreedo 'e y á n
habrá arrninaclo al hombre honr d , al v-iej
confiado genero' lnente ~n ortllna. o par mi padl e, pa'r
un comerciDlnte, es más que la. llna; es la. de. honra.
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6 7
erto. 1
-1 Mi padr n podría, 01 r viv-ir tÍ, ella, se, uicidaría ! ... Ii
adr y lo hem s a i Tinado en s gnida., a í que no le d ja-mos
ni un momen o ..•• 1 ro omo. impotente contra el dolor,
T 01 d 101' e ambi'n una arm , una arma que mata •...
ro al y 'z 1 arezca a. cartel a ....
hemo e pera o Ull Illoruento, pero no lo esperamos
yá. },{i padre ice que e. t:. "uro de que se 1 ha. caíc a.cerc6 y escuchó.
ra el pregonero que anunciaba la . com} en Sil. prometida
al que hubiera encontrado 1 cartera ver de q e M. Duvernay
babía perdido.
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cía
q
las pR.l bras ~ pero e ó profund e e
aquellos gritos que hacía tiempo no había oído y que le recor ..
daban los malo tiempos de u infancia.
Cogió el pe tillo y allri6.
1 rnido cesó ca o
'ubo un rato de silencio La, joven e aprovec ó de;,.~~~,.,;Y,
mi r á u alred doro na de aqnellas
que casi yA DO e encuentran en otra. parte que en orman
iluminaba débilmente la habitación, haciendo brillar la loza
que h bía e cima. de n cofre y la.s cacerolas de cobre que es-ta
o.ead obr.e la, ehimen • Al o o e la bab· -
ta.ción e . . e te e la. a coba. conyagal las cor-tinas
con grand rama.] ~ sombras informes se refleJaba; en
r paredes de una blancura dudosa, y el techo era, más 08(~Qb"';~-'
, medida. que se a.lejaba de aquella, e pecie de meteoro ro~D~~~"
medio del cual acila.ba la h eante mecha.
or más que la jo en e e driñó con su nada de
e o observó e la habitación. Pero el ro tro de Juan no tenía
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EL. -n~o~n ' lA 691
t ha d di imular lo ne tenía en el lma y ¿ qui 'n sabe si quel'Í.
1 . . at.urdir e á sí mismo?
Dos 6 tres veces ijo a. su hija:
- amos á ser felices, hija mía, muy felices ¡ tt'l verás!
Dioni ia pI' guntó cómo sería aquello, pero su padre eludió
la contestación.
llagdalena pu o la. sopera en la mesa y llenó los platGS.
a cena fue ileneiosa. Los ÚltiUl0S tizones cucen idos arrojaban
á uno y otro lado 'us rojizos re plandores. Jllan comía prcci
pitadamen t .
Vioni,'ia. volvía á pensar en Berta, y, de cu ndo II cu.ando,
miraba á Iagdalcnt, que parecí. pre a. de unu, pl.'ofllnd& trist
za y que 110 t.rt1ó n cnjugar su cuchara, diciendo á. media.
voz -que no tenía má hambre.
-Ya e hora de ir á ac starnos, dijo el peón en cu.anto hubo
enado. ~Ie caigo de sueñ.o; también tú debes estar can da,
Dioni ia. Vaya, bu na noches, hija, hasta mañana.
Apena. hubo besado á su ruadr , el peón acolnpañó á su
hija. hasta la puelta de la escalera que conducía al cuartito
que e11 oenp ba, baj el techo de paja de la cabaña.
1 ioni ia, cada vez ma. admirada. é inquieta, subi6 lentanlente
la escalera y empezó á de. nuda.r e.
Era una de aquellas calurosas y pesadas noches de Ato,
en que el sueño huye ha.sta de los Arpados de los jóvenes.
ionisi abrió 1 ventana y miró al calupo. o se movía ni
una hoja de los ~írboles. e cuando en cuando el rayo surcaba.
el cielo, que en aquel momento era e un azul sombrío. EL
ilencio era tan pr fundo que hasta. e oía el lejano rumor de
la ola que iban á morir en la pla,ya ..
~ledio desnuda como estaba, Dionisia permaneció largo
rato en la. ventanea. ; dcsp11.és fue á arro lillarse junto á su pobro
cama, y con los brazos apoyados en ella y la frente entre sus
D1ano , quiso orar, pero en vano; su pensamiento estaba. entorpecido
y no podía fijar e en nada; sus labios permanecían mud
,una. especie de languidez invadía tocIo su ér. Le preció
que todavía and ban por aba.jo; de. 'pué no oyó nada; p rdíó
la conciencia de todo: se había d l'lllÍdo.
¿ uánt i ,mpo pas 11 aq u 1 e 'ta,lu? .•. i Diuui, ia mis-lUa.
cuando d.cspt-rtó hubiera podido decirlo. Sin duda habíé
-1 (bi. )
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692 HE\'I "TA Ll'J'EI:Anl.
ido resbalando poco á poco o la canla, porquo sc ellcontr6 tendida
encima de las tablas de pino quo formaban el suc1 tir ( ,quí tolle la. 1 ( le bra el f gdu.le-
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694 REY lS'l'A Ll'rlnUH.iA
na.? Fáciles son de adivinar. La digna mujer inyoc61a. relígi6n,
el honor, la. desespera.ción del que habfa. p rdído la cartera.; re
suplicó en nombre de todos los. acrificios de sn vida pasada, en
nombre del porvenir de u hija; le habló tambi ' n del remordÍmiento
que no podría meno de atormentarl en su vejez. Pa ..
re cía inspirada por el augel l)ueno de aquella cabaña; á fuerza
de ser honrada era hasta elocuente.
El peón caminero había dejado caer la cabeza. entre sus
ma.nos y no ~Ol testaba..
Aquel ilencio animó á 1\ agdalena. lIubo un momento en
que creyó haber convencido ti su e. poso; se levantó riunfante
y alegre; quiso be al' á Juan .... pero Juan estaba dormido.
l.Iagdalena hizo un ge to de decepci 'n, . u rostro tOD1Ó und.
indecible expre. iún de dolor; pero nn momento después so roOff~
tró de nuevo animada: e le había ocurrido una idea.
Tal vez Juan había ocultado la cartera en alg'ún punto de
aquella. habitación.
Magdalena entreabri' el ostigo superior de la puerta. á.
fin de iluminar los objeto con la luz de la luna.
Despu's empezó á bu car y á rovolverlo todo sin hacer
mido.
Pero Juan tenía el oído muy fino; se despertó, '\--l0 á u mujer
arrodillada al lado' de la cama con las dos manos metidas en
el jergón.
-1 Ah! ¡ al1 L .. dijo .Juan ron ironía, querías de ('ubrir mi
escondite ¿ no es verdad? 1 Robarte tú misma y devol el' el di-nero!
_ Í, contest ' ~ra.gdalenn, sí, aunque supiera que después nl
'habías de matar; entonce luoriría. corrt nta porqne tendría. Ta.
convicción do l1abe' orado ien y de haber ~ partado de e a
casa. toda las desgracias que allora pI' icnto.
-Píen, a lo que quieras, murmur6 ~IaiUard, pero no t tomes
el trabajo de buscar más tiempo; te pre'venQt) que e inú.
til; la. car e tá en luO'a1' seguT'o .... ¡ Ni una palabra. TIlás t
tengo sueño, d' jamo orlnir.
}..{agd al en a. ha ía gotado us fuerzas j bajó la cabeza y no
insistió.
ionlsia e. ncl ' aún al!!1.1no, n o T-to. ,el irá. d
a, p 1'0 no o nllo nada . uhió á ,'u u río, .' ·h ,',..
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· uF] L - T • IsrA 695
la. n.ma, y, qu bI antnda por el sinn 'imero de emociones que
aquel día había e. p l'ilnentado, e qu dó lOl'mida; pero u sue.
ño ela ca.len ul'iento Hen de visiones horribles, oyendo de
continuo, COI o un lúgn Te es ribillo, las últimas palabras de
su ma.dre.
Al amanecer, un liO'cro ruido de pert6 á Dionisia; era producido
por alguien que abría suavemente la puerta.
La joven saltó de la cama, corrió á la ventana, y colocán.
dose de modo que no pudiera el' ista, luiró.
El' Juan Iaillard e salía con sus herramientas a.l hombro
como si ín.cra á 11. trabajo.
ioni. in. le i t al' primero 1 sendero que iba á la ca.!
Tetera. Pero, apena hubo pa ac10 los últimos árboles, que ha ..
bía en aquella dú:"ccci Sn, se detu '·0, °ech' una mira la e cudriña.dora
á u alrededor, y, ocnl tán o e por los valla los, volvió hacia.
atrás con dirección á la play" .
-¿ A ónde va mi padre de e e lll.odo ? se preguntó la jo~(en.
Delante le la ventana, uo era poco elevada, había un
lnOnt'11 de broza. ionl 'la, in darse bien cuenta de lo que hacía,
saltó y igu· ó de leja. á su ptclre.
Nadie. e 11abía lo van ta.do aún en los alrededores; por consiguient
, nadie podía ycrlos.
Sin embargo, de cuando en cuando Juan ~f illard hací& un
pcqu ño alto para escudriñar con la mirada los mudos y desiertos
campo .•
Dioni. in. se ocultaba cntoncc detrás de algún arbnsto 6
del tronco do algún árbol. Cuand el peón andalJa, ella, le seguía.
de nuevo, sin bacer el lucoor ruido y aprovechando las menores
sinuosi (des del tcrreno; se le habría podido tomar por una de
las jóvenes india. de la noyelas de Feniol.ore Coopera
La ma.uana era tranquila y fresca. nnca los primores
rayos del. 01 . aliente habíc n il nminad un cielo más puro. Los
paj. ritos 11< cían su tocado cantaodo alegremo te entre las húnl.
edas y brillan es hojn.s. ada una el las briznas de yerba que
hollab 11 lo. ie 1 suudos de la joven estaba en ierta do perla
y dian1antes.
Dioni.'ia canlin. ba maq uinalmell.te, sin pen ar, sin darse
cnenta do 10 Iue podl'í. l' .'111tal' le aquello, . in saher si estaba
Uf'. pi rtn (l . i : (111 1 l'Jllía .. p r O'uiadn por UIl . C '1' to üH~tinto.
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9G nEY1.~TA LITEPARI.\
Parecía unn. sonámbula atraída por un magnetiza 101' de~co ..
nocido.
Una vez junto.' las rocas, .Tuau mirá detrás de ~l, y tranquilizado
por el re ultado de su e all n, lesapareci .
e 'p ué. de algunos s gn nuos o e pera, tonisia e, rr. stró
ha tu. 1 borde de la co ·ta lul'a.
Una vez allí se t ndió . obre la yerba corca y seca, y adelantando
con })recaución In, "Ce w;a, luiró ah:. jo.
Juan .J.'faillard, que camin ba rccipitnclamente por la are ..
na, iba á llegar á un rocas negra.
-¡ Tanto mejor r mUrluuró maquinahnente la cabrera, do
ese modo no me verá.
Dionisia estaba e11 Jo alto ti una. cortadura cu..} as rocas
escalonadas permitían fácihuCJ te la bajada; por oera parte,
nue tra j ven tcnÍa la ngili a de su cabra y en cuatro Ho
so plan ó en la playa..
Le falto b llegar á la rocas. in . el' vista" y to era lo má
peligl'o o por quo tenía que salvar un trozo de pI. ya completamente
de. nudo . .F eli~ll1ent,e Juan se había hecho iu -i. ible y
ella e per ba erlo también para su 1 adre. I iguió á. lo largo
de 1a cortadura, por el tor noso canül10 1 a.'tn. donde . nben la
altas mareas, y. llegó por fin tÍ la.s rocas, ocultándo o detrá <.le
la. prilnera.
Todo estaba en silencio. Dioni:'ia no había ido vi ta por
sn padre, pero, por nlás que mÍ! " alll[ oco ella, le vio á él.
Aquel itio tenía un a pecto siniestro. Un gran 11ltDlerO de
rocas gl'anÍ. icas yacen allí en on[n o luontón al 1 in de una cor~
tadul'a alta y . ombría., COlno si qui iel' n reCOl 1 r un dcsprendüniento
autediluvi n .
iOlli 1<, ora al dar la ~ue1ta á alO'una de aquella rocas,
ora al tratar de p<.1.Srlll~ por eutre cllas, po lí: eneontlarse Tren e á
frente de su. padre. E to hizo ll. no se moviera del mi mo
sitio.
Sin embargo, al cabo le un COl' o tiempo le pareció oír
ruido de pa o encima ele II < bez, y levan ' lo. ojo ..
Enmedio de la. escUl'padaR roca hé'Lbía una e. p eíe de
gruta, cUy~'L n 1, da ca i era ina ce. ibl , conocida en el paí!"!
con el 101uurc de la Cueva le la<; GlU}iota.s .
.: no e' e ni:' YO. lun.l'íiinlil.¡:'; el n.h.:l1l1 ~ cbiaban los primitiv~8
ha.bita.ntes. E ta plante, Uf afluí ex6tiC{:..-t3) lléliconia. bihlJ.i. l\Iusá ea.
(4) FeJi pe Pért: z.
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E. RR"3TRE 707
do con aO'ua. p. 'a la cldclta copa le sus fie tas arrojaban grand s
cantidad s de m íz en ID yas con agua y allí 10 dojaban fermentar
ha a que principiaba á agriar e. T mbién los catio hOleÍan
sus licores 'on maíz.
Ya que h blamos do las bebidas fermentadas, agregaremos
!¡ue no s610 las hacían con maíz; las fruta, 1 jugo de alguntw;
pa.lmeras, eto. eran talubi 'n utilizados en n prepa.ración.
Lo habitante le1 tIno a r aban al maíz jugo de piña.;
(1) talubi ~n lo hacían de palma (2) y o ras veces de mamey
(3).
Los une a a an 11 i uos (4.) bien llladnro y frescos,
lo pelaban, los tri uraban con la nl.ano. y los carga.ban en calabazo
. Al Oln nto de t 111. rIos los lnaceraban con agua. O bien
ha.cían nna pa ta con '. s, a. ad . á fueg 1 nto, obre una pa.rrilla
de Inader4. La po. ta la ma tic han y el producto lo disolvían
en auua.
aban la fruta de un árbol, e 1 ecie de pa.lmera, qua s8.le
cu jada d l'aCinlO tos había muchas variedades:
108 principales era.n 108 (onocitlos con los nombres de musa pal'adisiaccr..,
regia, c:wC'inca y apicntium.-(.;) Oas~ani.
-'15 (bis)
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108 RBVISTA LITERARI~\
Del plátano como del maíz hacían multitud do u. imen ;..
como fácilmente se comprendo en vi ta de la variedad por 11
eonocida y que cada una se presta para mucha prop. raciones,
según su saz6n. t y la yuca eran la base de la aliInenta i'n
de los giraras (1).
Las papa (2) ó turmas no eran muy usadas por 10 ind· os. '
S6lo las hemos visto mencionada entre los chibch .. En Zoroeotá
encontraron grande selllenteras de e ta olanácea.
ray edro Simó asegura que ta conl ida le 1'a muy í -
miliar (3). La patata (4) llalnad yomi por lo 'hil>cbas, y la
ya a (5) eran muy u. ual os fríjoles ( ) y 1 s habas ocupaban
un puest importante en la, DIesa d 1 indio.
El cacao (7) les el'a conocido; bÍau culti varIo y aprovechar
su gusto o fruto; sacaban la excelente y . aludable harina
del' sagtl (8); la cal baza (9) y la ~ huyanl (10) les brindaban
eu abond nte arne.
Los árb le frutales 1 s procuraban s brosos y perfumados
fru tos. Algunas tribu (guacas, an ernlu,R, pop yane. 1 te.) las tenían
en tanto al recio que la cultivaban engrande al' 01 da (ll).
Entre lo eo limentos v g tal s ran los TIlás u aclos la pimienta
(12), 1 el, vo (13) y los pinúentos (14) de que eran. muy
golosos. os acha.guas di vi lÍen el aj í en p dazo que arroj ban
en yasijas con gua hirviendo donde mojabc ,n el caza e par
preparar la cel.
Las p lmeras le ofrecían una gran variedacl de alimentos;
dos de lla, llamadas por los aehag a ved,.,·; abay, de gr n-
(t) Padre Juan Rivero, pág. 117.-(2) 80lamum tu,bo,·osum. Solanácea..
(3) Pág. 17-.-(4) Cont'61 'ulus batata. Oonvolvulácea..-(5) Jatl'opha tU.(In'Íoe.
Euforbiácea. - (6) Phaseolus. Leguminosa. - (7) Theobroma cacao.
Dutnerácea --(8) Ma'ra')1.ta a..,..undinácea. Arundinácea.-(9) Ou.c11 .. rbita. pepo.
Cucurbitácea.-~10) Cucú"bita be,·')'ucosa.. Oucurbitá.cea.
(11) ray Pedro Sim6n, rág. 264. Citaremos algunas de la8 frutas
más apetecidas por los indios: el aeuacatp, el an6n, la badea, el caimito,
la chirimoya, las coreza8, las ciruelaff, los cocos, las curubas, 108
dulumoeos, las guaná.banas, Jas gra.nadillas, las guamas, lo s guayabas,
108 ica.eos. los igos, las u~huYas, 108 lulos, los madroños, 108 mameyes,
los ma.mones, 108 ma.rañones, los mirtos, las moras, los nísperos, la.
piñas, las pi-uelas~ las p nus, los tamarindo. las uvas y los zapotes.
(12) PipC'Y' ni(J't·)&1n. i. p.rá.cea. - (13) P :pe,. coria~ennt. Piperácea..-
(14) Capeicum annltm. l::>olanácea.
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R . TR ~ r .-ALl fE.·T J, 1 DfaE~. 7
es re. cinl :i,1 laban un p duoto qne comí n cocido' asado, y
. ,cí n un br baj , , de quo llenan ]08
:vien' re h t. no 1 ocler mtí '." D u el h\.os .. cu.ban aceite los chiri.
coa que rállclola y x rimicndo u jugo en bols~ fabricadas
con e' objeto.
Le aza 1'a abUl la.ntísima y llonab n sus bo. ques los cuadrú
pedo y ve llo toda. e p cie .
.A. 10 cua l1'tune. no. en algunas tlibu. no les hacían el honor
e la me a., e11 o 1'a era u carne muy ap ecida, e peci Imen-la
~ ríe a eti mico [lJ y marimoll .:\¡ [2J. De e. tos cogían
ta.l can i la 1 lo lano. , que 1 ecab n y ahumab'
n con. r T~tI· 11 carno [3J. ~'ntre lo. carniceros daban
1 preferencia, al o. [4] ' el lo roedore comí n 1 conejo [5],
urí [ü] . - 1, [7J ; lo' d 'dcnta o proferían la,
carne in. ípid .. d -1 • rmadill [], el alimcn'o e ogido de oa.hi
o ~. chiricoe. ; la Ce 1'ne coriácea 1 la da ta [ J; las 1 zahino
[lOJ ,. tait. br} [11] Y c. pccialnlente l, s d 1 ciervo [12J y
venad [lu J. Cl\ n por 110. sah rada.
L \) n: du ra. ~
com Ol tmo, le un 1 n. yá mny
r ro'" por la caz :T o to lo, , entre los .
. la calne d vena o; era e te un privi-egio
q n concedí. el ca i u •
L. el' o mon es , en cal'ubio, reCOl'IÍan las selvas en
tropa d, má de llfLtl'od nt·o illdivi uo [15J.
T.lo chiri 0.8:- go hi' o., al rovec lab n la carne de"l 1cone
y zorr ,y a,un d cu nto animal mataban en el monte.
Poe avc ran c.'deñ· .ua., por los in lio , mu ha de los
gorrione. ,1. trepad J'a ,1 gallinácea, de ncul uta Cé rn tola
elh .. : la to 'C 2 [lfl], la Lrtola [17J, la, perdiz [1 J, la pa,
ami a [1 J, el l' -o [2 J, la guach raea [21J, el paujil [22J, la
l lJ Cdbu,s,-V L. iela.tll, l'Z] AteZes hybridu.8 - [3 J Pa.dre J. ni vero,
pág. 10 - 1"-J UI'$u,s a.ned mu,s.-[ ~] Leptu ame)'icanus.-[6 J Am.a('n'¿o cobaya.,-
f7 J D sy¡n'occta c)-i tab,-[ ] DI. ypu.s trisinetu8.-[9] Tapir'Us a.mert~
nus.-[10J Dic'U,h,,, la.biatus. Pd.quirlermo.-[ 1 J) lí. Torcu,a,to-[12J 06'1'vus
[peronr.i. Rumiante.-[13] Irt. m.eroicam.os. Rumiante.- [14J AcoBta,
rlig. 18.-[15J '~de observar que en a.lgunas tribus de 108 Llanos era
muy desprecia.d.o el ceb6n casero ( umilla).-[161 Columba. mo"ta.na.-
(17) Id. turtw'.-[l J Tetra.o pm" .liz.-[1 9 J Columba. risoria..-[20J M cle(J,(Jt'1i6
g(l.1/,o po, 'o,-[21} Orta.licla, sqtUL~ta..-(22) O~"aw a.lc;6tor.
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71 REYI TA LITERAP..IA
pava (1), el gurrí (2), la llineta (), 1 pavo real (4) etc.;
los palmípedo. aquí conocido (pato r!SJ y an o) (), ran el
manjar que con má ahinco p r guía .
La n'loneda en ql.l 10 colinlftS paO'abnn á us ram.eras nistía
e a e que ; ta v ndían como bocado predil eta . (7).
La variedad de ece que se re roducían n lo gr:n e. y
numeroso ríos;, los que cogían en la costas y en la lagunas,
eran muy apetecí os.
El con urno que o escado hacían los indio de Santa ~lartao
era tan grc n ~ lue n. uello e tribuyen los cloni ta el que
esas tribus no fueran como la lnú 11 ropóf ga. ( ).
Los indios del . tmo aprovechaban la ; poca en que la pesca
era abundante para hacer n pro "1 101le que debían durarlos
el resto del año. ara con 01' ar los 1 es ndos los to t ban en
grandes hoja (9).
o aburraes e timaban m ncho 1 pI' neto de u pe cas,
que comí n fre co, to te do 6 consel' a 1 cho 1 rin :(10).
La tortuQ'a (11) Y la icotea, la iguana, la culebra eran d
URO mu gener l.
T"Jo coli as se alimentaban con ratones, sapos y unas nlo-ora
que llam erdo con ra a ar la y d pi-cad
ura eneno o á los
que le da an
al' cule l'a., á la uo cor aban 1 s . tremí-dade
, figul'abc n n 1 ro. a de lo. n.iri os y airara . L
ban con i i nt yají. .JO ían par c d
su alimento. A] ra on ., n auÍ cual i
fu ran li breo y" lo eonl 11 tan in a. ,o Cll 1 . i fneran poI} s.'
Los nehao>uas e un muy nfi lona lo á e t~ }n' a [1: J.
ra 1 lo. tía. nin-gún
animal inmun o.
achagu 11
no á los goahibo., que (. t
dicia. [ 4].
lV r no 1
un anÍlnal arr tiC01111
ron . i L ~ar la inmun-
(1) Perrt6lops d. abw'1'i,-(3~ ,pipile. (4) t'a.·o CMStatU6.
[51 ...(»a8.-(6) Ana8an e, .. - 7 ) ray p, Simón, t m JI, pág. ~t3 ).-, ) FrAy
P. Simón, tomo 111, pág. 615.-( 9, '-0 a. pág. 1-(10) Acost • pág. 115
Los )\but'rass cultiv¿ban el Inl.íz, la yucas, 10 f mes y la.s frntas.(
11) Testttdo.-(12) Fray 1 edro SimÓD~! omo 11. pág. 67.- [ 1~] Padre
Juan Rivero, pág. 117.- 14 Pa.dre,Juan River I pá . 16
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E. RE TREPO T.-ALLlENTO: I~DíOE.·A 711
Los airioos, cuando e caseaban la enza y la pesca, Be saciaban
con iguanas y tortuO'a y con varíe p eies d aban<.li ja,8
repugnantes, C01110 • on : hormiO'8. ca. i d 1 te maño de u na ayispa,
unos gu anos que e crían en lo árboles, y ot.ros p ludos que s
amontona.n en las ramas.
Al llegar al pón P riño vio:
u eis ó ieto r tones q u e tenían
onos indios cocido en la olla
con in ípido tallos dc ihao' [1 J.
LOR tecuas, nu nUl' de los aliment s que aaeaba.n d s n8
labra.llzas de maní, t. ha íe n u o d
u tortas alu'una de eazn e
con hormigas (lada. ame ,'ad ,
que ola. y too tnda a inlism.o
suelen omella en 1. 19una partes [2J.
Esta misma variedad de h rmigas era muy codiciada por
108 airieo e ] y la tribus d 1 hoy D p.l.'talll nto de antander,
qui nes las comían cruda,s. En 1 día son aún muy per eguida.
por los habitante de aquella l'cgión y tienen un gu to bastante
agr< dable.
Los chocues, nación donde nUlChas v(>ecs 8e saciaban con
los a ávere de. u propia fmnilü , . proyechaban para su alimento
cuanto caía ú. u nIano :
H Gu anos come la naci6n maldita
y ha ta los cabello que se quita."
Las hilas que lo e pañ le arran aban de SUR llagas las
engullían I chocues y bebían la agua. n que se lavaban los
pies y las manos [4 J.
El reino mineral lo ponían los indio. á contribución e. plotando
la. sal. La tribus qn , como los quim.bayas, los chibc]la ,
loa lilis, etc. tenían en su dominios fuente .. aJada, po ían un
artículo de comerci con u veeillo~ y una ba.'e de riqueza. La
al la cambiaban por oro, manta. , haluacas y otros artefactos.
Muy pobre tenía que ser el individuo que 1:0 po eyera e te condimento,
para. cuya cons cución hacían cualquier acrificio.
[1] Oastellano •• Hiat01"i4 del 1,"I'1tet'O Reino de Granadn. O. XV.-r2) Cas.
tellanoa. Hi,roria, <1ol Nuevo Reino de nmn3da C. V.-[S] Padre Juan Ri.
Vtll'O pág. 32 -L"] Ca t~Jlan s. I't\r , JI, Elpg. 11, C. U.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
712 RE ·lRT.A. LI'J'ERAR A
r.JOS chibchas tanía,n dap6 it . d H 1 en las fronteras par
cn m i r con L s dmn:l.. tl;l bu •
1 P " a encon 1'0.,1'011 do bohío Ce bandonu,do ,
lJane de al. [1]. . ali nd d 1 f01llpOX, l 01' cnel' s c i solita-
1ias, vieron una ChOZtL el la eu 1 había, } 1 n bnnclanci [:..J .
:rada. Dl:L uc1imentari que 1 ins ~ 1 ción d la cocina. indígena.
Trc pie\.lras u. el u lo. un oca'" 011· componían
su utcnsili culin~ri. 19u1 ' 8 ,-ece r CIllI lazal>an la 1 i dras
por trozo el alcil1~, n forln: de 1 riHo' uamado. > '610 para.
el pan de m.aíz . ~.:le caz, be poseh útlle. e. p cü le como piodras
de m ler, pilon s ó gran 1 almir ces de m4 d l' ,rallo., te.
Unioame .te la m.ujer entreg ba, á lo trabajos de la C0-
cina. a eara , las verdura , tub ~rclll0 , e '. 'l'an coloca ° en
agua. alada. unu,s vece, otl' '. n agua pura. l~n e te ca 'o, al room
nt de om 1', ponh,n en la. lnita l tIc la arte ú 11c: en ne
'ServÍa.n lo alimento un pech zo gpue o el· . 1 ; r ult TIllo d
a. uÍ muy in ípiclo 1 . hoca lo. de In. s :tperficie y muy, a14c10 lo
dcl c ntro. E ,t c. tUlubre h on. 1 scendientes de
los cuna. .
rucho d seuO'año tn:v'ieron lo c. tellanos al acercaI se á
las "'Vasijas en uc los indíg nc:, pI' 1 araban u luida,. en la.
scrraní ele A ib , aco ado. por el he mbr ,. e al'l'oja.,ron ob!' una.
Ha. no d Hos 1 'or' un ·Ul·í qu. a: los 1 á.
no pudieron n,ciar su petito á lle), ·i. ta de una lllano le hornbre,
segnndo ocado' iU l' tri aron [. J, n el Opón Ucolltrt 1'011 ratone
cocido cuando el' yel'on hallen' 'uríe [4J.
~l in io, como 1 emo vi t , apr vechaba
cuanto le ofr 'nrlaba la llatnn 1 za. T nía t¡ n
el buen gusto, que trib que habito ban t 1'1' no
Pro idenvia le los mú selecto:; n'!. 11 . al , no d .' ñ< ban la. abandij
y I producto pllgnL ,ntc de la :fauna colombi
na,.
R.'E '1'0 E TI'KPO Tn. 010 II poI :
1 oy ti<.~ 1 Inundo nt ro un .010 acento
r la riel ... ' l~ :Mu rte un canto solo:
Los nido á lo. yerde " 1 \"'n. umbría
-¡ 1 mel110s! - die n.- E llegl do 1 día!
1" tunlba n flor van u, pirando:
- Ánlad! ama l. 1 tiempo huye volando!
Toca á u corazón - jardín {lorido-fi
1 ensalIDonto, y dice: -: brom, cie]o !
Soy un vi'\¡j ro tri te y d0101'itlo,
an do e toy, ~ repo al.' anhelo.
En e e edén feliz dormir ansío,
n bien 'oñan o ne j me" fue mío;
ormir e11 calma dulce y apacibl ,
Un bion sonando, para mí inlposiblc.
71;
ROBERTO ARVÁEZ.
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714 Ja:Yl:-;L\ LITl':l'AllL\
AL DOCTOFt N. R. CHEYNE
1
h! ¿ qui'l n llorar . obrc ~n ncrte,
Cheyn , áuCT 1 11 ad, a,bi it feliz,
Que. be del dolor y de la 111 u rte
alvar á los d lná', pero no á ti ?
-en n o, en un día. tropica.l de Ener ,
Ten ido el cl lo de brille ute azul,
Desde el cenit '1.1 univelso entero
Derrama 1 sol calor, y vida, y luz;
Hacia ese cielo e pl'n id ,encanta o,
cvanta ntonce aleo re el c r. zón
'l'ánt víctima humana. ne ha. alvado,
Ben ici ~ndote á ti de8pu' s de Dios t
tú 1 di tl'a, pálido, en retanto,
.Al pe h lleva con intenso afán
ara contar, con gozo ó con e. ato,
e tus artelias el latir mortal!
E 1 rico no te p ga., on 1 oro
uo co la. vi a le tú :
1\ ás rico aún, 01 obre on el lloro
Te paga de u a.nta. gl"l.titud •
.... Ia ay 1 ni la opule cia genero 0.,
i el odcr, ni 01 ~ mor, ni la. ami al
Ay t ni tu mi ma. ciencia prodi iosa
e tu de tino te podrán salvar t
ue la griega, firme y a revida,
A los ciclos pa lna o arranc'
'ru ingl a DlaDO el fu g de la rida;
y un hui tre te devora 01 corazón!
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O. UU ON .-I>OULEl R ~'r V¡;RT~
DOULEUi El VERlU
1
Qoi done ne pleurerait ta. sombre destinée,
Oheyne, ami doux et bon, infortuné saTant?
Donleur et }"Iort ont fui devant toi bien eouvent,
El par elles ta vie est presqne terminée.
Parfoia, pendant un jonr tropical de Janvier,
Les pavillons "do Oiel de splendenrs étincel1ent;
Sons nn soleil de fen vie et clarté ruissellent,
Do zénith enftamm' sur l'Univers entier.
71~
Regarde: e peot-il que tant d'éc1at ne touche
Ton creur qui d'allégresse en ton sein va bondir?
Par ceux que tn a.nvas écoute-toi bénÍI ;
Aprcs celui de Dieu, ton nom est dans lenr bouche.
Mai d'on vient qu'agité d'on secret tremblement,
Tu comprimea ce coour sons nne vive étreinte?
Tantot 1 espoir l'emporte en toi, tantot la crainte:
De 1 art re tu suis l'in ~gal battement.
L'or du rlche ne peut á ta soJlicitude
Payer un juste prix l' onbli de ses douleura.
In riche, plns heurenx, le pauvre par des pleurs
Te prollve simplement sa telldro gratitude.
H 'las" ni l'opulence au crenr si g 'néreux,
Ni l~ Pouyoir, l' Amour qne rien ne peut éteindre,
Rien, pas meme nn savoir qui si hant put att 'indre,
N e te préservera d'un destin rigoureux !
Mieux que par la maln grecque acharnée á Sa prOle,
Par ton anglalse malO, aux cieux épouvantés,
}'nt arracbé le fen qui vit en cent beantés.
Maintenant, un vautour te dévorc le foie !
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71& J. E. CARD.-AL DOCTÓft N. R. CIIEYl!JE
Oh f ¿ quién no llorará sobre tu suerte,
Cheyne, ángel de bondad) sabio infeliz,
Que sabes del dolor y de la muerte
Sa.lvar á los demás, pero ne> á ti ?
11
Oh ! no te enojes, n6, con el poeta. r
Si él no puede el decreto :revocar,
Si él no puede arrancarte la a.ct~
Tampoco ~ene á emponzoñarl&. más!
Su mi i6n, cual la tuya., es de consuelo i
El sa.be que en el;valle del do or,
Ni todo gozo es bendici6n del cielo,
Ni toda pena es ma.ldición de Dios.
Tú sabio, simple yo - los dos cri manosAmbos
sabemos que a.nte el Sumo Sér
Que pesa en su balanza á los humanos
Prueba. es el ma.l y tentaci6n el bien.
-Si todo cesa aquí, si noche eterna
Es de justo y malvado el porvenir,
Si de la.s tumbas en la hierba tierna
El hombre entero se ha do transfuudir;
1 Sabio entonce el malvado y necio el justo r
¡ Necio de ti quo con tan loco afán,
De negra muerte en incesante susto,
S UfrOIi y haces el bien sin esperar f
-Pero si nunca tu escalpelo ha. halla.do,
Cua.ndo un cadáver fétido rompió,
En la alba.mina. del eerebro helado
La, contella inmortal que la. animó;
Si ese cerebro pesa. cual pesaba,
Si s610 falta, el pensa.miento en él,
Oh! si ese pensa.miento aqní no a.caba •••.
Sufre; - 1.:. e pera en tus dolores, Cheyne ! .
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O. DUSSO ,- OLE R '1' BRTU
Qui done ne pleurerait ton lugubre destin,
Cheyne, ami d01lX et bon, mais infortuné sage?
Que de fois, au malheur tu portas un message
De vie, et ponr toi seul on art est incer al t
T
Non, du po te, ami, na crains pas la. censure!
8'i1 n'a pas le pouvoir de révoqll r l'arrct
D'un sort trop rigoureux, ni d'arracher le trait,
11 ne vient pas non 1. as irriter la blessure.
Vous avez tous les dcux la meme mission ':
La Peine et non la J oie, á nos cot' chemine
Vous offrez á ce Monde Ol! la Douleur domine
Lo mema baume sur, la Consolation t
Devant le Dieu qui pese en sa juste balance
Nos fautes, nos vertus, que! est done le chrétien
717
Qui ne sait que pour nous tonte épreuve est un bien?
Moi, simple, toi savant, nOllS gardons le silencel
Si 1 imple et le juste ont un meme avenir ;
Si le gazon béni ne recou re que cendre,
Si tout ans le Néant doit a jamais descendre,
Si l'homme tout entier an tombean doit flnir;
Le juste est insensé, le pcrvers seul est sage J
Done, insensé toi qui, préoccnpé du sort
De ton ame, et tremblant en songeant a la :1-fort,
ouffres et fais le bien partou t sur ton passage.
Si ja.mais ton scalpel habile n'a surpris,
Quand du cerveau glac' tu fouillais l'albumine,
L'étincelle qui 'Pense, agit, guide, iHumine
Ce corpa qui n'offre plus que d'informes débris;
Si ce corveau pesaít ce qu'il pese encor, Cheyne,
Si la pensée a fui seule au choe du trépas;
Oh ! si cette pensée, 1ci, ne s éteint pa~,
Souffre et de tes douleuxs erois a la fin prochaine ;
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J. E. CA O.-AL DJC'l' • R. ':t:U~Y 11
Oh J no te enoj es, n6, con el poeta J
Si él no puede el decreto revocar,
Si él uo puede arrancarte la saeta,
Ta.mpoco viene á emponzoñarla más 1
1
En el gran día en que de Dios la gloria
Se te presento en su v~rdad y luz,
Hallará el ángel, al abrir tu historia,
Bajo cada dolor una virtud 1
Entre el justo y el malo hay un ahi roo :
El placer y el dolor, el bien y el mal;
Para el malo son fuentes de egoí mo,
Para el justo son fuentes de bonda .
~í; cuando el malo, en su carrera corta.
Halla salud, prosperidad, honor,
Triunfa, y dice en sí miRmo: 1 Qué me importa.
Que otros padezcan mientras gozo yo!
y cuando al fin sobre su frente pesa.
Con todo su rigor la adversidad,
Cae diciendo entre sí: 1 Qué me interesa,
Si yo sufro, aliviar á 108 demá I
De Caledonia bajo el turbio cielo,
De eS08 montes románticos al pie,
e do ha tomado Libertad su vuelo,
Bello tu madre te admiró al nacer.
Con un germen de muerte allí naciste,
y con un germ.en de bonda.d en ti :
Los tesoros de ciencia que adquiriste
Aquí te emos prodigar sin fin.
Sabio, puedes vivir para ti mismo;
Justo, quieres servir á los demás:
La ciencia, que degrada. el egoísmo,
La antifica en ti la caridad I
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.D o .- DOLEUr. ET ERTt=
Laisse au poete, a i, le soin do t'animer!
S'll ne peut révoquer la fat le mesure
Ni retirer le trait, ni guérir la blesslU'e,
Il ne ient pas, du moins, crois-le, l'envenimel" !
111
71~
u 1!raud jour Ol! de Dieu resplendiI'a la. gloire,
Ou tu contempleras sans fin la Vérité,
L' chango, au Li re d'or, pou!' la Po térit',
De douleurs, de vertus 6crira ton histoire.
Le laisir, la ouleur, et le Bien et le Mal
Entre bons el; mauvais ont creusant des ahimes;
Les fruits divina du bien murissent sur les cimes;
Le 1Yfal, en has, produit l'Egoi'sme infernal.
Quand le :fal, parmi nous, meme en passant l'emporie,
Quand il trouve partout honneurs, prosperité,
11 triomphe et ecrie enflé de vanité:
l' odre le prochain {oi, je joui ; que m'importe?"
1tfais quand l'Adversité pose eon doigt pesant
Sur co front que, na.go. 're, un égoi me impie
Gla~ait, il onge et dit: " Pui qu'il faut que j'expie,
"Les soufErance d'autrm que m'importent, 8. présent? "
Sous le ciel nébuleux de la Calédonie,
Au pied des monts fameux, sur le fertile sol
D'ou la Libert' sainte un jour a pris son vol,
Tu nais, et l'on te trouve uno grace infinia;
1:ais dans ton tendre sein est un germe de mortI
Bientot s'éveillo en toi la pure conscience;
Puis tu montres a tous des trésor de scieDce,
Et des deshérit' s tu soulages le sort r
Le . avant ol'gueilleux en lui -meme se tie.
Ju te, vivant pour toi, tu pou.vais tout avoÍr;
{ais l'Egolsme froid d' grade le aavoÍr;
La. charité chrétienne en toi lo sanctifie.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
7 ... 0 J.~. CARO.-Al, DOCTOR.:. R. CHEY ~~
1845.
y hoy vives pobre, enfermo ...• y envidiado t
Mas bendito sorás en tu dolor,
Que el d6n del de graciado al desgrac'ado
Es el más aceptable para Dios r
En el gran día en que de Dios la gloria.
Se te presente en sn verdad y luz,
Hallará el ángel, al abrir tu historia,
Bajo cada. dolor una virtud r
J OS:H EUSEBIO CARO.
A MARIA LUISA DE DIAl GUERRA
(INÉDITA)
¿Sobre la faja del horizonte
Ves la gaviot.a que errante vuela?
A í, muy pronto veré tu vela.
obre la faja del horizonte.
¡ Cuando se oculte tu patrio monte,
11anda tus ayes á Venezuela
Con la gaviota que errante vuela.
Sobre la faja del horizonte!
JosÉ A. CALOAÑO.
Caracas. 1892.
• •
CANTOS DEL PUEBLO
Me duele la cabeza
De suplicarte
Que m e des un remedio
Para olvidarte.
La desgracia me signe
. Según voy viendo,
Pues cuando yo te busco,
Tú Tas huyendo.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
O. DUS o .-DOLEUR El' VERT
Anjourd'hui u vis pauvre et de tOU8 bien aimé
Il n'e t i\. ta. douleur nul qui ne compatis e.
721
Le don du pauvre au panvre est - il un don factice!
Non; de Dien par nnl don le coeur n'est plus cha.rmé.
Au grand jonr ou de Dien resplendira la gloire,
Oil tu contemplera ans fin la V'rité,
L Archa.nge, au Livre d'or pour la Postérité,
De doulenrs, de vertus ' crira. ton histoire.
O. DU~SON.
[Traduit de D. Jopé E. Oaro. A bord de l' Australian, en mer, de
OursQso a Barranquilla. le 1.81' Novembre de 1891].
Con los ojos del alma
Te estoy mirando,
y con los de la cara
Disim ulando.
V é, pensamiento, sr díle
Al dueño amado
Que me vnel va el sosiego
Qne me ha quitado.
Ahí tienes mi. coraz6n,
Ábrele con esa llave,
y verás c6mo allá dentro
Solo tu persona cabe.
Confianza no quiero
Con tu palabraR,
Que de ti no me fío
Ni aun con-fianzas.
Yo no sé si me quieres
Ú si me olvida ,
8610 é quo yo vi o
Cuando me miras :
y así te pido
N o oh-ides el remedio
on que yo vivo.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
722 JUiYl 'TA LITl:RAPIA
D. JOSE JOAQUIN ORTIZ (1)
(N tloCROJ~O lA).
Cuando a.hora moses oirecímos á nuestros lectores a.dornar
las páginas de esta REVISTA con el r trato dol benem 'rito Doctor
Ortiz, decano de nuestros periodi. tas y poeta~, no imaginámos
que, al ir á cumplir la oferta, tendríamos que acompa.ñar
á. ella la. tr· te not.icia de la muerte de aquel insigne polemi
tn. que vivió siempre di puesto á defender la. creencia de
sus mayores; creencias qne fueron para '1 el culto fervoroso de
su vida y la ens ña fiel de sus más preciadas labores.
A semejanza de Al arcón, el reputado novelista español,
que ordenó que sus restos fuesen confiados á la tierra sin lápida,
sarcófago 6 in cripción de ningún género que 10 recuerde
á los ojos humanos, D. Joaquín dispuso que su entierro se celebrase
in pompa ni mundana ostentación: niso morir como
había vivido, nmedio de la humildad y del d sprendimiento.
1 Qué noble ejemplo t y cuán digno de un varón jll to y cristiano,
hoy que el orgullo y la soberbia humanas no de p r lcian
ocasión de pagar tributo á los falsos e plcndores del
siglo t
Pero, no obstante la enciI1ez con que se verificaron la
exeqnias del Doctor Ortiz, una concurrencia n nmero a y distinguida
llenaba las amplias naves del templo de San Francisco,
en donde, colocado en el suelo el cadáver del cantor elocuente,
del animoso é incansable tribuno, del apologi ta del
bien, la. Iglesia, por medio de su mini. tro , le im partió la
postrera bendición, acompañada de las consoladoras palabra :
escanse en paz r .••
Fue el señor Ortiz, en el largo curso de su meritoria. vida,
maestro de dos Ó tires generaciones, á las que inculcó, con no·
torio empeño y pers6v-erancia, los conocimiento que po eía; le
sirvió á la pa.tria con honradez y lealtad en los destinos de elección
popu1ar ó de carácter administrativo qu se le confiaron;
pero en donde lució mayor energía y convincentes dotes roe
en el estadio de la prensa. Aquel fne el baluarte, digá.moslo
(1) Na.eió en lA. ciudad de Tunja. el dí~ 10 de Julio de 1814. Murió
( ln Bogotá. el t4 de F~brero de 1ll92.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Q. z.
( 14ll en ojeTo deZ ora.z&n de Jest1 ~
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
l. LA VJJRDB J. AYA,-n, J .«: JOAQl'L- R-TIZ 723
así, en dondó apareció en alto em}luñando la bandera. de sus
convicciones.
Polenri. U: ardoro o y n ~rgico llunca cayó en }o vulgar,
Peleaba las grandeR batalln..q, desdeñando las escaranluzas en
que se ro.. trea lo ruin y antojadizo. Illspirándo e do continuo
en las grande tradiciones d la historia, había fnndido en tan
ya tos molde los ideale de su ambici6n.
LoO"r6 ver nombre popular y prestigioso cuando re-dactó
La Oat,,'dad, SOlnanar io de amenísima lectnra, desde las
columnas d 1 cual h bIaba 001'1 oz tau autorizada y llena de
mí tica unci6n, que aun alguno 3accrdotes la acogían Olno
modelo y segura guía en la ideas cristianas y espiritutltli. tas.
Apa ionado por las bella letras desde muy joven, culti-
vándoll1s si mpre eon esmero y solicitud, logr6 adquirir en
breve un e tilo que, aun en pro, a, pudiera calificarse de ~pico,
sonoro, orillante y halagüeño, por la imág ~nes po J)tica que
horÍan vivanlente la 1111. .. ginaci'n del lect r. E te e entía
at,raído c n tal' maO'nético influjo y educción, com nuestros
ojos cuando contempla.n los variados luatices de vi tosas óras.
Cantar la virtud cn bellas frase , enscRándonos á amnr]a,
s algo n1ás que reunir lo útil á lo agradable do que habla
IIoracio.
El nombre del Doctor Ortiz e. t r vinculado á muchas mpre
'a de carácter lit rario y civilizador, y por- eso al d saparecer
del e cenario mortal, recogelnos con gra itud el ] gado
lnoral que no d ja: el haber a.yudado con sus talent s, con su
saber yen lt. inquehr .. ntablo 011 taucin, á aparta.r las tinieblas
y á avivar el Ragrado € ine~ tinguible fuego de la fe,
Apaciguada la tormenta el cielo mostróso propicio á ns
el more., y en m 111ento. de tr gna. ó de vi toria, tal p rece como
que el ángol de la re lupen as, cn y z del de la nluerte, hubiera
descendido á la ti 1'1'1, á corral' los oj ~ del fi 1 atalaya, á
COIl d 1'10 la perdura.bl palma del varón jn to y cristiano.
Ya para sn e píritu inmortal COlll nz' la vida lo ultratumba,
luas su nomhro y sus obras, quedand entre nosotros, aeráll
en el crÍ 01 de la historia.
adie n1ejor que '1 pnd rvir 1 tip lo lo que hubiera
, ido uno de los in iguc prócer qllc no~ legaron patria y libertad,
iviendo Iltl" llosoLl'O,, .Y U IlUCS{,l'OS ti lJlpOS la. vid~
1G (bis)
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
724 RE ' 1 ''lA LlTE AlU.
de la R públic, . Por sus vena corría la sangro impetuo a y
altiva. que lle a á las grandes tran forma iones, pero 01' la e
ridad de su oonducta, por el re peto á 1 tradicione y el amor
á sus creencic religiosa, fue umiso á la 1 y, deferente á la
au toridn. l.
Si do lo público p s mo ' lo privado, veremos con regocijo
que fne en su hogar padr muy . -trem . o y en ible;
amante on orte h ta. el po t:er in nte de su vida. Su fiel
compañera, la distinguida matrona .& Juliana f&lo, le
acompañaba de continuo en su cu 1 to-eScI itorio, en donde 1
estimulaba con su oportuno conRejo á no de mayar en sus labores
yen. dondo gozaba con ca. a nue o laurel uo conqnist ba
su amae trada pluma ....
1 Quo Dio dé co suelo á. la atribulada familia. del poeta. ó
indemnice á la patria de la p 'rdida que ha hecho 1
ISIDon.o LA. YISRDE A I YA.
• •
JOSÉ JOAQUIN ORTIZ
Con su corona de brillantes c nas,
r6ximo al Oi lo, cu 1 titán andino,
Aún brota fuego 01 vate grana ino,
Estrolla de las etras colombiana ..
Por la. J u ticia y la Verdad cristianas
Combato aún al fin de su camino;
E la Fo u broquel, triunfar u sino,
luma. y laúd us hojas toledanas.
Ama la o curidad y luz destella;
Canta la ,tria y su adalid gigante,
y en e peso olivar e alberga oculto.
nt.re su pompa lírica descuella
La voz de la casca:ia resonante,
y es pudoro a cat'idad su cul to.
ÍAZ Er~ e TILI ••
Barba O:U:,
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.J. . POR i.~ tcr • nRE VE RZU~I. 72
DARTA OBRE VE EZUELA
Bogotá, 6 (la Marzo de 1891.
- or D. I.itl,(Jro LafJ,rtl, Amaga .-En la ciudad.
Señor y amigo muy es imada:
p. 1'& corresponder á su amable invitación habría. yo de-cado
traer conmigo lo que ke escrito sobre Venezuela. desde
&qllella a.ci6n. hermana. Unos fragmentos se me quedaron
entre incontables borrones, y otros se me han perdido por una.
razón de qu.e no quiero a.cordarme, pero de que 110 soy en absoluto
culpabl . Es usted, como yo, migo ca.riñosísimo del hermoso
pedazo d tierra. ea que nacieron BoH var y Páez, Varps
y Gilillermo ichelena, Bollo y ralt, a.noja. y U rbaneja; y.
por e o, si u ted quiere que algo le cuente de allá, yo me apresuro
á. complacerle con igua.\ buena voluntad.
Es tri te, señor y amigo, que estas Repúblicas hispano - ame~
icanas anden tan separada.s las unas de las otra . Por cierto
ue Dolí ar no creyó nunca que sus hij , specialmente, viviera.
n en ta,ma,ño apartamiento. Las glori com unes no despiertan
sino recu rdos mel ncólico , y 01 común porvenir, en este
fin de siglo descr ído y materializado, no inspira. más que desdeRoso
ellcogimiento de hombro. Toca á varones, como usted,
amoroso cultivador de las letras, estrecbar unos vínculos que 1&
malicia ó la ignorancia quisieran convertir en causas de enojo ó
de esqui e~.e8.
Por una feliz asociación de ideas, me estoy acordando
ahora. de los ratos que frecuent mente pasaba yo en la Acade-ia
Venezolana de la ngua, correspondiente d la Real E p -
ñola. U ted conoce el local de sesiones: e un bello salón que
da á la plaza que se llamaba ue Guzmán Blanco, donde e istÍa
una buena c. t tao. cco.cstre de e te Genera.l. En el centro del
sa.lón, á lo largo, ha.y una. mesa, tallada., de forma semi - o a.l, ó
mejor dicho elíptica., y en su dor unos diez y ocho sillones,
mullidos, de ancho y alto espa.ldar, más que cómodos, confortable
. De las pa.redes, pintada al óleo, cuelgan cuadros alegóricos
y retratos de los má di. tinguidos hombres de letra ene-zolanos,
y en m cos adecuados s en las fot grafía de lo
actuales a~&démico de Madrid y de Caraca. y aun de los inmo,'-
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'726 I EVl.'lA LI'IER. RíA
tales. aparada por un corredor e halla ]a Biblioteca que
cucnta con má d.e d. il vo ú ene cogido .• En 1 patio,
ebe u. ted recordar que hayos p;oz, le artillería históricas,
una e pañola, fl~ance a la otl'a.. el br nco mba., el gantes, esb Ita
, llenas de raros dibujo y de in eripeione , ca. i f ro nína ,
como si mano dc al' i, e O hubiera comlla id en ac ri iar á
la Ilerte e utem 1 n 1 con el o 1 írüu el horror dIe traO'o.
no. á e. 'alón concurría yo casi diari, me tc.
1', 1 por las ln::tl ua ; m ñanas ti ia, e 'funlada. , rumoro
as, que convidan á vivir, en qu el cuer o so hundo on
delicia en la l.tmó f ra iáfana y ribrc nt ,y n que la m ni
vuola c n el capricho de un pí ja.ro . .t ntes me a. ca a una media,
hora por el bonit e~pacio coro r nuil ntre la nlver t·
lac.1 y 01 l. cio Legi h ívo. ua rito de floro y d phntas
i ·n.c , dccol'n.u el ane! . 011 la esquina lo ~an ro,llcÍ co unu,
ad.l. con el an 01' quo he n t,ado en
árbol "011 l'u,bl "alza < 1 cielo u rallla e u-rdtu'
y de fo11aje. En el centl'O de la 11
una fu uto ti .¡el. ,apar. u. m.lll'mnll s ~ iiolient s, yo am-
Las mnboca las, c¡ ne van á . trollar e, tt'( uu( v ir t, na d
In r., en Ta, •. < s le lo bonl var ,. o de.' n. < n. 1110 n proe
.'iÓu iU1U hle, los aH, l.'ngui 10: árbolc.' de las el alalne(
lo. ,qu ncicrl'un al apitolio en nl'trCO d ri. lleñ paisaje,
Al ah de una. \""11 'Ita \' nit' ha ia, mí á un h nlh1'
'01110 d
a l'l'a.tla.. aun 11e c l to.. id le 1 allt, -
l'u
mia,
chi to.'·
t.r.' 1 alno~'
7\Ial'Í< r· lll'if{ll ,
lcaño, y por últinl
j r~l. r l'. l',. J). JI 1'. el i
, lcvitn, y DI'baLa. n gra.s y
por a,thí dic l. traía
lubl' r
n] .
nleÍ<
. ~ t 1 'cgltida
11 po, tl oh', n. Jo. {
. Jo.' uto io
. 'clnn.r lo, • l~un. s " c. n. F lip T-fé
dÍn 1 le (IHLl'tlia • .J llí e hahlaha
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J. . P 1 RA .- AR'IA :.; B l', ~ [':.·E7.l RLA 727
de todo: le política prinlero, porque se prin ipiaba por comen ..
tal lo~ diario de la noche, mini teriales y de la opo ici6n. Los
académicos tra e ban 'on libertad el n unto, porque yo, aunque
di} 10111 ' tico c~ tranj " con idorado era por ellos como un'
pai ano, y jan á, COUl li. cípulo, ni siquiera de apro "echado, de
Talleyrancl S 1 isnlar ·k. in embargo, yo, por razón muy
encill , íc ntonces luá que hablaba, y mis ob eryaciones, cuan-
10 m ntr vía á hacerla,. e cont nÍan en los convenientes lí-
0111.0 eú tod s r arte., allí también se enderezaba el
mnn 11. artículo de D. F. González Guinán, á nlÍ modo
ele ver el pcriotli ta políti o ud.. intene'Íouado de V nezuela.; Ó
de D. T lnás 1 ichalona, c critor . erio y laborio o, carácter rob
Ido á 1. :i COUIUlle inno ida 1 s do l· política; ó un 18orO'o ditinunho
de algún periódico gobiernista, eran la can a. de la
con ~or ación, ht onn,l, e11 zig-zng, se . alpicaba con las \rehemen-e
y talcnt .' ap ~ eiaciones de fanrique, con la desdeñosa
ironia.. le D. Edu· r o, 6 con un chí te oportuno de D. Jo r
.i ntonio, ú on u a, ocul'renci aucc 'tioa del inteligente Gellera1.
D . pu ~ , 1 01' llaye gr, daciún, pasában10s á la crónica
1 gall 1 1 día; y, por '4upue. to, al teatro. lJu 10H últimos me.
e y a,ún d ben continuar allí dos compañías de Opera, regalaban
lo. oído caraqueños: la de Antón, arti. ta e" pañol
yi ,lgo ga. tado, llegada primero, y la do
i·i abaza, un e ctivo cmpre.', rio d 1 país, qu iempre tieno
ti IIp para i '. á Europa en bu ca do una lroupe. Por enton-s
~e diyi li r n 10R araqu iios en dos bando': en la Compañía
d nt ;n sCl'yían d r lamo la '1 ul'coni ]-~l'uni, impática
y hOll ,ta 111 ujer, el v z fl _ ib1 Y lli lodio. a, (1 no atrae Cf)mo
una sir 'na, pero ,'in [61iO'I'0. ; y la R ufini, que á la. :faculta·
de. del n..l't , 1'e1100, n maravillo. o conj uto, la seducción do
la fran so, á las opnlen ia. y p ">rfeceiouc del cuerpo de la
ml1j l' l' m( na. ~ n la. mpañía lo Leicibabaza, de collaban 1
Un rcia. y la Ir uo'u t, na.p litanH. la. PI im ra y ]a otra do Cata-
1 uña. r a, 1 U ~r ü" rn. y cin~ lnía 11 el rando Hotel y pnd
trnta-rle n n ~ do COl' a, a. í conIO á la Hnguet. ucreia e una
l'c:Ll I}le za, n toda In.. _. ten 'i ' n 1 e ] a pa lal ra; do ro. tro correcto
y 4 p1" Riv ,d formas y l'd~ lel' n eut \ escnl n.rales; intelirJ'
.n1. , n pa.·í na ln" e. bolLa 'on el licud za de dnola y furore.
le al' i n, lllíln~ul' el ,1 público, hllc . casi lánguic1a. en el trat
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72 HEYIST.\ Ll'l'JUnHI.
íntimo, y, en la e cena, palpitante de pasión, vehemente, tlágica,
sohrehumana, con su entera y hermosa voz de oprano, que vibra
con acentof' de borra ·ca .. S ,'u 'pira c Il l1lClodías de ci no
moribundo. Pero ~ la garganta do Jo efina HUO'llot e instrumento
tan p rfecto, q l1e, cuando "0 oí por pl'Ílncra vez á la
joven catalana, acordándome de unos erso. del m.ár ir poet,
cubano, dijo á un amigo mío:
" fo parece que hay un avo
Que está cantando en su alma.'
y así, en la Academia, estos ratos eran los más aní mados.
Yo que no s' tocar nada, aunque tu Te maestro de pia.no, de iolín
y do flauta, yo, digo, adoro la música. La p e ía. no tiene
su magia, ni la elocuencia su t 1'1 ebato , ni la. artes plásticas
su elación espiritual. Opino porque á todo Dluchacho . e lo
debo enseñar música, desd la infancia, hasta con rigor,
si es preciso. Porque, ¿ qu.' valen la teorías 1'1lU. icales si nos
falta la comprensión inmediata del divino arte? Por RO, algunas
veces he contomplado á D. Eduardo Calcaño con grande
envidia. Yo no he vi ,to natul'é:1.le%a más fina, In:l nerviosa,
más artíst.ica quo la suya. u distinguidos ta.l nto~ de or.t.dor,
literato y abogado, le han dado faDla en' cnezuela y aun
fuera de ella. Pero usted, q uo lo conoco, • abe, C01110 yo, el encanto
de su conversación y su habilidad ele 1 iallí ta; y cuando,
recitando rítmica poc ía una do sus espirituales hijas, y, sobro
todo, la bellísima Gl'aziella, arranca al sonoro instrumento
tan flébil e In ·lodíc s, en alón el bailo, claro, cali nte de perflllne
, de efiu\'"io humano.' y do re 'pil'aciones a.cuJlauas, adol'.
nado de flores y lnujOl'Cs 1101'1110':"a.S, habl·á u .. tecl ."perinl nbtdo
como yo, scnsacioncs de esas que, parecicudo intanO'ibles por
lo contusa. y rápida.', son en la, "ida algo como in 'tante rob~t.dos
de .. lltemano al Pal'aÍ 'o.
y ya que hablo d c .. to, buollo scrá lecol'du,rlc que las
bellas arte.' adolantan l'ápidatncntc en r cnozl1ela. La pintura,
por ejcm.plo, ha llegado :.í HUlS alto cuit,ivo que eutr
nosotros. U 'ted se ha o.-ba.·¡ado, com.O yo, ant 01 111.O'nÍfieo
lienzo que adorna el sajón de luatrill1onio civil del Palacio
de .Jl1.'ticia, y que l'epro ellbL la firma el 1 acta de Indepenel
1 cía l. In, Capib nía 01101'; 1 de elle~u In,. 1/ l dibujo .:)
nI'!' etÍ imo nI (} riel) nl:1 o ·i.,fl·:d Y]:1 e.oprc·.ión ti .. lo.' p 1'-
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J. 01 R ~'.- CARfA. 'OBRE VIL ',EZUELA 729
'naje completanlonte humana. La. figura del eneralísimo
. Franei co de liranda, imponente y severa., se de taca
en la compo ición naturalmente; y ha ta un pillu lo con su
cara de O'ranuja call jOl'O, enlp' ado obre la cornisa de una
de 1 coll1mn de la Cate ral, donde pa a la e cena, da al conjunto
.1 pecto de verd d, qu no parece a i. tir, en cuerpo y
en e píritu, al glorioso lrama. Sospecho, por lecturas de memorias
contemporá.nea , que el traje de aquellos nobles y ciudadanos
es aca o un poco anacrónico; ¿ pero taro bi 'n no se muestra
igual defecto en un cuadro e pañol de gran mérito dostinado á
repre entar la apertura elc las Cortes Con tituycnt " de Cádiz
en 1 lO? El fre co del alón eH tico del Palacio Federal, la
Batalla de Carabobo, se uspende sobr nuestras cabeza., en
concavidad como de ciclo, con toda la. homérica grandeza de la
inmortal hazaña. Bolívar se yergue entre su Estado rayor,
de de una. colina; Páez arremeto con us invencibles llaneros ;
Cedeño y Plaza e tán á punto de caer e su cab Hos, heridos
por lamnerte; y en cl suelo, obre arroyo de sangre, entre matas
y pedrejones, agoniza, trágico y hermoso, aquel valiente
oficial que se llamó con el apodo heroico de EL • E itO PRIMERO.
Tales obras se deben al pincel de D. ])!artín Tobar y Tobar,
hombt'e sencillo, á quien yo veía casi todas las tardes junto
con su digna e po a en la ventana de una:modesta ca.sa. d la
calle de Candelaria. Otro lienzo, la Batalla de Boyacá, del señor
Tobar y Tobar, según me dij ron, se exhibió á retazo , hace
poco mCf;QS, y aúu no e ha colocado. e un jov~n pintor cuyo
nomlJro no recuerdo y á quien no he conocido, es un cuadro, do
grandes proporcione ,que e pu o el año pn.eado á la contemplación
del público en la iglesia de an Franci co, y que representa.
el Purgatorio. Vile de pli a y ca i de nocho ; pero recuerdo
que alguna de la figura, cercada por llama 11ue ma.terialmente
se veían arder, me causaron honda inlpresión .
.... ada de esto hay en Colombia. Verdad es que el Gobierno
enezolano, on interés ¡UO le honra, ga ta urnas notables en so -
tener acadomias y teatros en 01 p ís, y á jóvenes aprovechado en
Parí y Roma; mi entra que nosotros, en estas como en otras cosas,
ala.rdeamo de frugale y mod tos, cuando lo que hay en el fon<
10 no e. más que sordidez de pul! ero.
quí dirá u ted que he dejado olvidada la Literatlu-a., y qu
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730 HEYl C" l1\. Ll :'1-:1 A.l!IA
voy echando por otro aminos. Es la verd d, y ro nudo 1· roS -
ña acad 'mica. ated conven rÚo conlnigo, y América toda Jo piensa
sí, que, después de llaralt y de B 110, el pacta lnás ilus re
do Venez u ]a c . José ntonio Calcaño. aun 111 pareco á
1D.Í que Calcafí es Rt1l erior á los do en nati\"fl. ins} i1'ac160, 11
frescura y sentilniollto. Aunquo pa!.'czca atr ,·ida mi opini6n, y
digo que Bello 1"a. má poota cuando traducía qu cuando creaba.;
Y que el otro, r lt, Olnpeñado en dar á su iro poé ico la
tow'nure del siglo de oro, e {v ces C·l.U ado, por 110 dccir fa tidiosa.
NinQ'Uno de los dos nada oriO'iual iene que pue la c mpara.
rse, Y. g. á La levita' al 11lonólogo de Fau to ó al d Bolívar, ó
á las rotuD das y sen ielas octa -a r 4 1 e quel 'anto do amor,
in pirado en UI\.a onata le 1\ cndclssohD, en qn á la par o
oyen 10 latido d dos COlaZOllC;", y los 'usI iros de dos ahu:ls,
y el gemir de las ola cn la bahía azul ~ ,y 1 lllurmullo lel
viento entre los p ... lmares de la inlperial ío Janeir . El ñor
de la uardia, lauro do en varios concurso., OH poo a ele robu -
ta ntonaci6n y de a.pi'opia la frase, a.unquc, á u1i modo y r,
le estorba en oca ione., a.ra lar mejor, el deliberado afán
filos 'fico. De.T go am~rez, bl Ildo, nlce, algo femenino en
expresi'n y ternura, aunque 'anlá elllpa,la o. o, conozco "'ersos
de que yo deseara. ser autor . .rlanrique ha escrito dI" ma
y comedias que he 1 ído más de un vez. O nlio a,lcaño apenaR
diré quo cinoeló la Copa de 0"0' de T j ,ra qu ha. cul ivado
con 'xito casi todoR los género, y d 1 rdo Fernánd z
que une, en su le rillas, á l. chi pa andalu7. , 1. (luargul
del hombre qu ha sabido vivir mucho. uÍ tD Dci Dar', -porque
á la memoria 111e . ne fácilmente, el nonlbr el oublette.
o e acad ~ ico, i noro por qu ~ can ~a, sin lnbarfTo de
qu tiene bagaje ara serlo. ~ 1: Canto á Páez, que obtn" el
prim r premio en el oncur o abiol' para el t narío d 1
hi. t6rico entauro, reúnc á la IU" je t, d d la epope a un cal r
tal de sentimiento que parece .'in lev nt, r la plUl a, en
un instante de adnliraci6n pa,reci la :. 1 ':_ ~ i. no j. r' L in
el merecido el gio á D. Eduardo Blanco, cuy. VCllezuela Ilet'oica
os un profundo, continuo y colo al ollido le trompa guerrera.
cuyas notas evocan, como en conjuro ln¿íO'lc , 1 O'ione nt r
combationt(, ciclópeo .
Pero u ted dirá:;, r 1::1 ju r 1 ud?.l Hf.in ia pr ~ 111-
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J . . A .. 1 aRRA '.- .\l{'f .... : 1:1Ul: • ~ ' EZ · 1~1 •• \ 731
a. coro nz r' por conte arle, con harta pena mía, señ r . ISÍd
ro, ue no he tenido ea i relacione de amistad ... ino con dos ó
tre jóvenes literato de ' enczuela. 1 e 1 ído, sin elnbargo, alO'o
de r Zume a, á quien juzO'o e critor fácil y brillante; de
il ol'tol1.l, que demue tra 11 todo alta capacidades; de Lui
Lóp z léndez, pI' m tura ent.e rI'ebatad á las letr ; do
ot n ini, e piritnal y tr-d. ieso; de !{,omero García, apto para la
novel. , en que bre aldría > i lo qui i e. P ro ¿ C61110 no citar
á mi 'uniO'o el Doctor íctor A. Zerl a? Conoci.le en Curazao,
donde 110 tI' tám , á la primera vi ta, con cariño a e tinlacióll;
y n verd c.l pu o decir á u ted q ne i no fuera por su e rácter
l'ctlaído, Zerpa llegaría á lo lná aJto pue t en u patria..
onlbr o e tu·o el distinguí lo critor p ra de empeñar la
~ 'ecreta.ría d 1 Legación ell e. ta. capital; excu. ó o de graciadanlente
e aceptar, y igu viviendo en la n " lla llolande"a,
d empeña.ndo en la g an Librería de ethencourt empleo moa
tí 'üno d que u gran talento le ha acado á la fuerz~ para
darl á conocer ha ·t, r..te lejo '. e érez Bonalde nada hay que
d~cir do nuevo. Aca. o e aquí má alabado que en u propia
tierI a, por u excel nte yer ión e Ileine, única en castellano,
y por la d 1 Ouet·v? de Po , mejor que todas la d má .
y salt ndo á otro asunto, hay que confesar que en ene-zuel
el ploore o Illaterial rápido y eguro. U te . < b quo
el fel'rom rri.l de la Guaira á. aracas e una marayilla; que yá.
e tú, ter1ninado 1 de Barqui. imcto tí Tu.cacas; que el de V. leneia
á Puerto abello da ingües lodueto; ue tán • i conel
ítlos el de B rceIona. y el de Mérida; ue en 1 d arenero
~ en el gran f rr c rril de T enezuelu. trabaja in desean o;
que el 1 uerto de la uaira e hoy. tranquila bahí , lnerced á U1
Inu 11e que ha co tado nlás de cincp Tnillones d e o; ue Ir uchas
iudade e. tán aluulbrada por la luz eléctrica; que 1 ueuda
pública ext rior é intelior, e 1 a .. ga I' ligio anlente; que, eil
urna, la República o tenta una pro peridad sorprendente.
o pueden caber n los e trechos límites de e ta carta la
apl' cía iones del ca o sobro pnntos tan variados y extensos
como lo q n.e e refieren á la si nación de un paí. 19o diría yo
de i tingui
merece.
El autor es persona. de'probado buen O"LU~tO. d lllUy T'a '1 '
do. con cimientos en literatur .
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
K.-l, o\ ";F.NORA AC 'lA lH~ 'A 11'ER 73;'
u obra viene ya precedida de la muy honrosa reconlendaión
ele habe' i o adoptada como tex o por el Gobierno nacional
para l clase do iteratura de la Ilustre "'niver iclac! de 10._
l'aca .
o mer e particular mención una obra impresa con
c. nloro tipográfico por la acredito.da casa de D .• To ~ J. Pl,rez,
con el título de Enciclol)edia de Bol.rilo, arregla la para el uso de
los olombiano por D, Julio Cuervo M. Es un hermo o librito
de 272 página que con iene todos lo datos relativo á duanas,
correos, telégrafo, tel' fonos, ferrocarrile., diplomacia,
compallla anónim y muchí iroo má., muy útiles 1 ar'a, to a
cla e de lectore • Lo re 01 endamo. particularmento tí la persona.
le fuera de la capital, quieue encontrarán en ella una guía
muy. cgura.
'1 ambi'n hemos sido fa orecidos por su autor con un ejemplar
(Ül El Dios Baco, e tu lio ro r 1 y filo ófico del joven antio·
queño D. Pedro Tol'O ribe, quien procura, con levantado cri·
terio. bu car el origen y el r medio de algunos males sociales;
igualment agl adecemos á los editores señores amper Matiz
el jenlplar que han tenido la bondad de remit.irnos de su muy .
inlportan o A.lma·llaqu.6 Hisiún'co y Descriptt'vo de Bogotá, ilu trado.
LA SEÑOriA ADOSTA DE SAMPER
'on el mayor placer traducimos ' insertamos á continuación
un artículo referente á. nue tra c 'lebre conlpatriota la señora.
T.& oleJad Acosta de amper, publicado recientemente en la
revi ta parisien e L' Eclw L'¡UejOai,·e.
in el mismo número de dicho periódico ha comenzado á ver
la 1 z una no\"ela titulada L esclave de Juan, Fet-nández, escrita.
en fl'ancé por la. mi ma ilustrada escrito a.
a do er ati factorio p 1'a todos los colombiano esto justí
inl encarecÍlniento do los méritos de un paisana nu 'tra.,
lecho con tan cordial simpatí por una acreditada pnblicación
le la capi al de Francia.
El artículo die así:
"'Hoy com nZAl110S la public i'n ele El E clavo tic Jttan Fp?'HltHtez~
1 1:t. enor. I nledad Aco~h d~ ~ '. mper.
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m ..,' 1 ''fA Ll'l'LI!AHI.
" El nombre de 19. autora no c~ de conocido de nuestros 1 ct
ros: n una nota biblioCTráfica, má' sucinta de lo que hubiéramos
dt' o'l.d , h mas expr do y.' nuestra opinión sobre te.
mujer de tal uta. La no "elita que hoy pubIic IDO'" adecuada. á
las din1.en i 11e ele nuestro perió ieo, apenas podrú, dar remotisima.
ide del t leuto de la. autora. - uando nlá pu d y d l)e
'erV-1r á la \;scritol'a con o le intl'Oducció 1 ara con nuestro
1 ctores, y no. enta oportunidad para tra~ar u piografia.
"Hij d 1 ilu tre enor 1 Joaquín co t" abio eminente,
leal soldad , notable histol'iador y hombre de E tado, muy pre -
tigioso, la Acosta de amper tuvo p r marido un hombre
no 'meno e ~lebl'e. En efect, 1 señor mpor no olamente
fue esta.di ta muy lopul r y distinguidí bno, sino ta,mbiéll
poeta {> historiador notable,
" L ñora .A.costa de
do grande amor al estudi
amper, el Lada de viva inteligencia,
y de una faci1id' d de a ü il -
ción poco cOlnún, no podía lneno que llegar ú. ser la escli raque
es- ~ unque lnuy lnujer, lUUy seutim n 1, muy experta nI
cosas del al roa. y del COl' zón, ella vuela. aún ro' Ita y pi r ~
algo mejor quo el sentimentalismo; no se contenta con a. untos
ideales: Ue ~a sus in vestigaci 110 al trav' s d 1 pa ado de la.
historia para r feril.'nos la b~ tallas, la. obra e l· conqui ta.,
las grandes acciones de los hombre. ilustres le u 1 aís. ¡ Y con
u.é viCTor, con qué 1 ersuasión, on cuánta eguridad de vi ta y
d juicio nos narra. estas ca n. ! Bien que de de hace largo. año
no. ocupalnos en juzgar libro, no ha ido lHUy frecuente que
encontremo. con un histori dar que sepa. cOlnunicar á sus le tare
el mi lIlO entusiaSDlo quo :i '1 lo anima.. La pintar q u la
autora no da de los paíse 1 jano' en donde nació, no es inferior
á su demás trabajos. Y en toda u obla, umamente importante,
e descubre una ul.ujer que abe mucho, y que, s bi ~ndolo
muy bi n, se e pro a con claridad, convicción y elegancia.
"I.Ja euora Acosta de anlper se ha con agrado specialID
ute á hablar de la mujer, como lo prueb n lo títulos de 0.1-
unas ele su obr,"\'s, que nos complacemos en mencionar e pacialmen
e : La m. llJ e,' en la clviliZltción, La muj.e,- en la antl!Jücdad.
La mujer ea. los Impe1'io8 de Oriente '!I Occidente, La mujer espa'
liola antes de J. C." La muje,' de la Gran Bretaña y de .A.lemania,
La: Tnuje¡' e .. ~pa¡¡ola el' .A.mi"¡r,a, El cO"«zón de la. ?1lujel', y nUl ho
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tras qll S ría 1 rgo enumerar, pero las cuales, más aún qne
~u. trabaj 5 hi. tóricos exten os le hacen part.¡ ularmente sim·
pútica. al Eco L 'let'an'o de F1'anrla.
" ·Dura.nte su permancn ia en París, f(nc eRpcrruno .' a larga,
pr tará. is 1 valoro. o on nr o, como ielnpr J ha hecho, á
t.odo lo qu concierne á o ra de la mujer, que ella. estima n la
mi ma m dida que no otro. E ta literata am ricann, educada
en Pa.rís, que habla bien 1 frn,nc' s, o. 1 pues: nuestra h rmana,
en toda la n.c pci6n d la palabra. Y experimentamos verdadero
placer al pre8cntarla á. nuc tro 1 c re., pare que en 110. despierto
la mismB. Rimpatía qno no otros hemos sentido al conocerla.
tt Para no laRtinlar su E'licadoza y su modestia, no haremos
u retrato fí. ico; n.p nas diremos que su amplia frent.e, su tipo
e guileño, su mirada clara y franca, cuadran á ro ravilla tÍ 1~
autora de l s BiognJf¿o.s de Hom.bJ'cS 1l1l.slrefi;, de Los Pi,'atas de Cartagena,
á la irectora de La Familia, del Domingo de ZIJ; FamiUa
Cn'lJtiana, y á. la que ha producido e. a numero. as lloyela. qu
abrazan todos los cr' nero literarios, y sobro todo esa ellcanta(
lora obra hi tórica y de iInaginación quo o llama Una lIolande3a
e't Amet'ica, de la enal un escritor curazoleño, ha dicho:
t Esta obra es un mod lo de la exqui ita naturali ad del escri.
t<>r, naturalidad tan difícil de al anzar en las obras ele arte.
Las costum re de lo provincial s holande es, lo miS1l10 que
las do lo habita.ntes elel campo de Colombia, e tán allí unidas á
epi odios de grando interés de la historia moderna de esta ropública..
Todo etito e tá trazado con mano hábil.'
"Basta de citas. }~sa pocas líneas pru ban que en Colombia
las cualidades que reconocemos en la e critora, son altanlente
apreciables, o hallamos, pues, de enhorabuena al ofrecer á
nuestros 1 ctores la primera de las obras que dicha escritor::t hA.
traducido al fmncés; esto nos permite 11 nar u.n agradable deber
de confraternidad y afirmar por otra parte, Ulla yez más,
que allá lejos, en Colombia y fuera de ella, en todas e as repúblicas
del ur, hay abundancia de literatos, hombres estu ..
diosos, poetas y estadistas. Es nece ario qu.e se sepa que allá.
ta.mbi 'n brillan la inteligencia y la antorcha divina. del :fuego
sagrado por las artes y las ciencias. Con ánimo, con intrepidez,
con perseverancia, c; .. o~ ~alJatlores remuoven 01 pa.sado pal'é\
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
7a l~EV t."l'A 1.11 El' .. \la.
a.lumbrar el pre ente y preparar el porvenir. racia ú. u trabajo,
á u talento, y á su &11101' por la patria, aquello paí.
pronto d jarán de tener secret·os para nosotros, que helLO~
sabido aprecia.rlos y leerlos.
" • LRVL·CK."
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LA AMERICA LITERARIA
El infatigable publicista argentino señor
Lagomaggiore acaba de in1pl'imir la egunda edición de u Á" 8-
";ea Literaria, que ha e ta o prepar ndo de. de 1 3, {echa 11
ue dio {l. la' e tanl.pa la prim r. on dos grue o volúmen
en folio, de 617 y 7 6 páginas j la dición anterior constaba de
un solo tomo d 608, Y contenía mnehas erratas, mientras que
en e ta vez la impre ión ha sido, en lo que ha. ta hora hemos
examinado, e mcradí. inul..
El pritner tomo comprende e tos países: epública.t rgentina,
riental del ruguay, Bolivi' , Per í y hile. El gun o
estoA otro : Ecuador, olombi, Venezuela, Centro- m 'rica,
1\1 'xico y Cuba. ITa sido uprimido el ra il, que figulaba n la
primera edición, y ue realmente 110 puede tener cabida en una
antología castellana. En amba adicione faltan P raguay,
Puerto - Rico y anto Domingo.
El Paraguay no tiene toda ía. exi tencia litera'ría; y UDqub
nos parece que Larou o exagera a.l decir que allí DO xi t
aún la n eñanza uperíor, es evitlen e que la. cul ura intelectual
e tá muy atr ada. n Resttmen e to.dístico, oficial, nos iuforma
qua en 1 8 la Biblioteca pública. d la. nnción 110
poseía má. que 2,538 yohímene .
Puerto-Rico í tiene bueno. títulos á. figur r en una antología
hisp no-americana; aquell i la ha prouucido critor'
y poetas di tillguido t que por desgracia no on lUUy conocidos
aún: Eugenio )1. Ho to J residente en. antiago de Chile, donde
escribe y regenta. cátedrn.s; el Doctor Batance , que '\'ive, de -
terrddo, en rÍo, donde escribe sobre medicina ( u profesión),
obre litera.tura y a untos atrios; ntonio ort n, crí-i
y orador, domiciliado en Iadric1; anuel orch do, tri-buno,
pnblicista y peta; Francisco del \ alle Ati , noveli t ;
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739
, J. Ami, Jo 'é u lberto Padilla, Dolores Rodríguez de rri6,
(oe i lente en la Iaballa), Jo, é Gnu ier BenÍtez, Jos6 de Diego,
-'alva.dor 1'au, Al jandl'o rrallia., poeta líricos unos, otro
dl'amáti o ; Jo ' J ulián co t , hi tOl'iador; Ti6, Elzaburu,
... lauuel ... Ion 'o y otro' que ahora no recordamo • No incluÍ-
1110 , por el' europeo, al señor fanuel crnández Junco, Director
' de la RelJisia Pue,'lot"l'iqf¿ei'ía, y cuyo nonlbre é iroportant
trabajo tá íntirualn ntc ligado á la hi toria lito-aria
le l· e ueña Antilla.
Poco abemo. no otro' de la República Dominicana, y e o
nlLmo no. hac 1- mente r que 1, América Litet'at'ia no 1 os haya
dado á cono r. n nlejole~ pI' dUCCl n ; ap na tenemos noti-ia
ele al unos nombre. ne e han di Linguido en la letras,
como 10 de la 'e1101'o. al01 é reña de IIenríqu z, la señorita.
Jo . PerdoIllo, 10: eñore nu 1 Rodríguez Objío, Federico
'lll'íqu z./ arvt jal, -Ji o :.-ru11ón, e ~ 'ar .l Ticolás Pénson,
Emilic u ~ j 1 a, t·. et .
ada nación eonti 11e uua cci Sn de prosa y otra de Yerso.
La primera dición t nía, ubdividida la de pro a en dos grupo
: 1 político ' 1 literario . . T o parece ac rtndo que se haya
'upl'iluido e ta ubdivi ión, pues la natur 1 de prosa y ver o
e uficicnte en obra ~ de te género, y ~i á la política se le
con 'ede el priyilegio d figura> apal't , no habría por qué no
ha.cel' lo mi mo con la iencias y con tl'O ramo que 610 de un
nlO o g n~rico, , C011 -id rado . jo el punto de yista de la
fornla, 60'u1' n n h Literatura.
Hay una ill110Vación iUlpOl'tant : cad país comienza con
una re ña hi .. L' rico-crítica de u' letras, e Cl'ita respectivamcnt
por los ,'icJ'uiente autore
Argell tina, por el eño!' J uu,n An onio 1'gerich (1).
UrllO'uay, por 1, ñor Jo~ , arranza.
B li -ia, 1 r el ñor I antiag 7 aea-Guzn1án.
(1) La Revi,ta 1.. acional, de Buenosaires, al hablar de la obra del
señor Lagomaggiore, y refiriéndo e á. este juioio dice que lo encuen·
tra poco equitati o y e "acto, y que hace contraste con los demás, en
lus que "cada autol' ha tratado de levanta.r la acción literaria de Su
patria. ' Tambi~n el 6ñor D . .Juan -ralera. 10 califica de "harto S6 •
.... ero" en la Rc'Cista Jl'Ustrad(~ de e\ Yerk, de Febrero áUimo.
47 ( iR.)
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740
. erú, por el ieñor Ce áreo b ca.l talla.
Chile, por el eñol' Jorg Huneen (hijo).
Ecuador, por el s· ñor Luí. ordero.
Colombia, por el señor Jo é ivaR tI' oto
enezuela, por el eñol.' Julio Calcaño.
Centro· tU' rica, por el señor 'u tín 6mez Carrillo.
l-iéxico, por 1arcos ~ rroniz y por un literato que firma
Oero.
Cuba, por el señor [un 1 le la Cruz.
\'1" •
J.Ja. reseña e Chile ca la m'. e ten. a, y la del Ecuador eB
la más corta. abemos que 1 eñol' LagOlnaggiore piensa reimprimirlas
to as ap rte, con amplinclone. que á algunas de
ella harán us re p cti ~o. au 01~e" 1 ñor ivas Groot, por
ejemplo; y tendr 11 o a. í un } rimer libro obro la historia generalde
la r i eratUl'a hi pano-americana que pueda servir de
base para otro 1 ás complo o y met6dico.
Colombia está representada con. los tr bajo! ue S6 expresan
á continuaci 'n. Los que llev n asterisco habían figurado
yá. en la edición prim rae
PItO • .A
Ancízar (l\1 nuel). PRt'eg"inación de Alplla (fragmento).Angel
Gaitán~ (.Jo é ~1.). El p'u,ente de Icononzo.- - CaldaB
(Francisco Jos '). Vegetació1l de l08 And~s.-aamac o Roldán
(Sal rador). Q-,'cgol'io Gutié,.,.ez González.-Ca ella Toledo tLuis).
Un soneto.- ift Cueryo (Rufino Jo é). El Lenguaje Bogotano.-
!Jscobar (Arcesio). (Jo tumb1'es lhneñaB.- 'ual'Ín (Jo 6 David).
El Mae t'l'O Julián.-Guti '1'1' Z P n 'e tIgnacio). Las crón'z'cas de
mi hogar.-I aacs (Jorge). 1 áo-inas de 1 Mat·ía.-},! diedo (Manuel
aría). El boga del lUuvdalena. Bolívw·.- fantilla (Daniel).
Olásicos y Románti,·os.-.... farroqtlln (Jo é lannel). Mi tintet
·o.- úñez (Rafael), PJtTafos de Hi tOf'Ífl,-Ortiz (Jo é Joaquín).
Benedicto Nie e ó la, mano de la P')'ovidencia.-Pomb~
. (~fanuel). 2'; t't'a calienie.- osada Gutiérrez (Joaquín). El último
adió de BoU,ra,·.-Re trepo (José .... anu 1) Introducción á la
Histo'ria de la Revolución de Oolombia.-Restrepo (Juan de Dios).
TietTa calic'nte. Oostumbt'es pat't'oquiaZes en Antioquia.-RivRS
(Medardo). En el Magdalena.-Rivas Groot (José). Reseña 71;6-
'M-,:ca de la Litet'alm'a colombiana.- Samper (José María). LO/f
hi :pa1l8-lt7rtericano en EtU'opa. El ba'mbuco.- ilva. (Ricardo).
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
74L
,U/l domingo en ca. . El '{liño Agapito.-Vel'g 1'8. J V r ara. (.Jo. {
ra.da.). El v,·ento. Jacinta. La tumba de Chateaul>t'iand.
VERSO
~\l' 01 de (Ju io . E/caballo. (fl'aO'lllento d Gonzalo de Oyón,).-
n'ieLa (Di '~.; nc .). ·Dulce!/ugo. -Borda (José J aquÍn). A 108
Que vean m.i carlát:c¡',- \ icedo R jas (.Jo €). El lwimet· baro.-
ano (rielel). A mi 7tlad,·e. 1l.fl ú1'!Jol.- . l' (Jo ' Eu~ebio). Una
lágJ'úna de felicida.d . .. Al Cltimbot·Qzo.- ", ro ( iicruel Antoni
Citación recomendada (normas APA)
"Revista Literaria: publicación mensual - N. 22", -:-, 1892. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3686737/), el día 2025-05-12.