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30GOTA, MAYO 11 DE 1901 .SERIE II-TOMO I-N. 0 19
BOLETIN ~IILITAR DE COLOMBIA
Organo del Ministerio de ¡ Duec~or ad honorem
Guerra y del Ejército F. J. VERGARA Y V.
Son colaborndot·es de e te periódico los ~ General de Ingenieros, Miembro de
Jef~s y Ofl.cin.les del Ejército ~ varias Sociedades Cientiflcas
•
DECRETO NUMERO 502 DE rgor
(30 DE ABRIL)
por el cual se aumentan los sueldos y raciones del Ejército de la República
El ricepresülente de la Repúblú:a, encargado del Poder Ejecutzvo,
En ejercicio de la facultad que le confieren el artículo 2. 0 de la
Ley 39 de r 8g6 y lo Dect·etos legislativos números 105 de 25 de
Enero último, y 420 de I 2 del presente me ,
DECRETA
Art. 1 . 0 e de el r .0 de Mayo próximo y mientras dure turbado
el orden público, gozarán del sobresueldo del 25 °/0 que expre
a el artículo 2.0 de la Ley 39 de 1896, los Generales, Jefes,
Oficiales, empleados administrativos é individuos de tropa que hagan
parte de las guarniciones acantonadas en las siguientes comarcas:
Dtparfammlo de AnHoqzúa-En lo di tritos de Cáceres, Remedios,
Segovia, Zaragoza y Zea, al Norte; Pa varandocito y Dabeiba,
al Occidente; en la zona del Ferrocarril de Antioquia y en
la poblaciones ribereña de lo ríos Magdalena y Cauca.
Departame11to de Bo/acá-En las regiones ribereñas del río
Magdalena, en la de Muzo y Coscuez y en la de la Salina de Chita
hacia el Llano, hasta Labranzagrande. ·
En todo el territorio de los Departamentos de Bolívar, Magdalena,
Panamá y Tolima.
Departammlo del Cauca-En los puertos sobre el Pacífico, la
población de Barbacoas, el Valle del Patía, la zona de Papagayeros
á Córdoba, y las regiones del Chocó y Mocoa.
Departamento de Cundznamarca-En la Provincia de La Palma,
en la zona de La Mesa á Girardot, en la de Villeta á Guaduas y
en las poblaciones ribereñas del río Magdalena.
TOMO 1-37
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
570 Boletfn Mz"lt."tar
Departamento de Santander-En las Provincias de Ocaña y Cúcuta
y en las regiones ribereñas de los ríos Magdalena .. Lebrija y
Sogamoso. ·
En todo el territorio de las Intendencias nacionales de Casanare
y San Martín.
Art. 2.0 Gozarán de este mismo sobresueldo los individuos que
hagan parte de fuerzas en campaña que permanezcan acantonadas
por más de una semana en las comarcas antedichas. En este
caso el sobresuelto se abonará únicamente por las semanas completas
que permanecieren en ellas.
Art. 3. 0 Desde el I.0 de Mayo próximo los Generales, Jefes
y empleados administrativos asimilados á tales, del Ejército permanente
en servicio activo, tendrán un sobresueldo del 25 °/ 0 , además
del otorgado por el Decreto Legislativo número 15 I de IO de
Octubre de 1900. Se exceptúan de esta disposición: el Comandante
en Jefe del Ejército, el Jefe de Estado Mayor General y el
Comandante Militar de la Plaza de Bogotá, quienes gozan ya del
expresado sobresueldo en virtud del Decreto Jegislati o número
420 de 12 de Abril del corriente año. Quedan exc ptuados también
los Ayudantes del Cuartel General del Ejército que no presten
servicio diario y permanente en las Oficinas de la Vic presidencia
de la República, del Ministerio de Guerra, de la Comandancia
en J fe y del Estado Mayor G n ral del Ejército, con
arreglo, estos últimos, al Decreto ejecutivo número 483 bi. de 25
de Abril.
Art. 4.0 A ígna e un obr sueld de 50 por reo á los Oficiales
inf riorcs, á los empl ad s a •. mini~ tra tiv ~ a imilad s á tales y
á los individuo de tropa del Ejército permanente de la R pública
en servicio activo, además del concedido por el Decr to número
I 5 I ya citado. e .·ce¡~túan de sta di po ición los Adjuntos del
Cuartel General del Ejército que no presten servicio diario y permanente
en las Oficinas de la Comandancia n Jefe y del Estado
Mayor General del Ejército, con arreglo al Decreto ejecutivo citado
en el artículo anterior.
Los Ayudantes y Adjuntos del Cuartel general exceptuados
en los dos artículos anteriores, tendrán derecho al sobresueldo
cuando salgan á campaña 6 á comisión que dure más de una semana.
En este caso el sobresueldo se abonará únicamente por ]as
semanas completas que permanecieren en tales servicios.
Art. 5. 0 En la Provincia de Cúcuta, además de los sobresueldos
expresados en los artículos anteriores, continuará pagándose el so 0 /
0 reconocido por Decreto legislativo de I 3 de Enero último.
Art. 6.0 Decláranse legalizados los sobresueldos pagados en
épocas anteriores al presente Decreto, en virtud de disposiciones
dictadas por los Jefes Civiles y Militares de los Departamentos y
por los Comandantes en Jefe de Ejército en operaciones.
Comuníquese y publíquese.
Dado en Bogotá, á 30 de Abril de r go 1.
JOSÉ MANUEL MARROQUÍN
El Ministro de Guerra, RAMÓN GoNz.ÁLxz V ALRNCIA
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Boletin J1.11'1ita1~ 57I
EL PORQUÉ DE UNA CATASTROFE
(Arreglado del francés para el Boülf1t Militar)
Tras larga lucha los soldados boers han sucumbido arrollados
por el inmenso número de sus agresores los ingleses. A
primera vista, pues, parece que en es~a ocasión, como en otras anteriores,
el único elemento decisivo en la contienda ha sido la masa
del vencedor, la táctica del número atribuída á Moltke. ¿,Es esto
cierto; semejante afirmación resiste un cuidadoso análisis? No lo
creemos.
En efecto, la derrota de Jos hijos del Transvaal e debe á
causas viejas como el mundo y que siempre han producido idénticas
catástrofes : á la falta de disciplina, al abu o de la defensiva
y á la no existencia de espíritu de iniciativa entre los desventurados
habitantes de la comarcas que riegan el Vaal y el Orange.
Quisieron los boers, sin er soldados, afrontar la batalla formal,
y sucumbieron; obligados luégo á cambiar de sistema por la
fuerza mi ma de las cosas, se tornaron gu rrilleros, y en este campo
lo han hecho mejor in duda alguna, porque aun cuando sería
error afirmar que la táctica es 6 de e ser nacional también lo ería
ostener que un incrlés, un francé , un alemán ó un español en
la guerra no será influído á la larcra por su temperamento nacional.
Ya en otras ocasiones afirmamos en estas páginas que los
b er durante la lucha formal cometieron faltas enorme , de de el
p nto de vista militar.
Al e tallar la guerra, es claro que la primera nece idad de
los habitantes de las R públicas sudafricanas era libertar los terr
torio coloniale ccinos de las tropas inglesas que los guarnecían.
La principal fuerza inglesa estaba en Natal á órdenes de
hite j y aun cuando su Jefe hubo de dividirla, en obedecimiento
o dispuesto por el gobierno de la Reina, siempre quedó con
tr pas bastantes para que fuera preciso librarles combates regulares
si se las quería vencer. La guerra de guerrillas era inaceptable
en esos momentos.
Parecía, pues, que el Generalísimo boer, el General Joubert, al
comenzar la guerra, iba á aprovecharse de la embarazosa situaci6n
de sus enemigos, á derrotar á Symons, capturar á Yule, recha~
Ir á White y marchar sobre Puerto Natal. Poseía en esos días
las ventajas del número, de la iniciativa y de la ofensiva estratégica.
Pero no hubo tal. El ultimátum se denuncia el 11 de Octubre, y
ha.sta el 20 no se presenta el primer combate de alguna importancia:
allí muere Symons, y sin embargo, á sus derrotados ba-
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572 Boletín 7J1-ilüar
tallones se les deja retirarse tranquilamente al través del Biggarsberg.
Al principio se dijo que semejante descuido provenía de
falta de concierto entre los jefes boers de Orange y de Transvaal,
pero en realidad lo que hubo fue una verdadera defección : un
jefe orangista no quiso obedecer la orden de marcha.
Lúego el c0mbate de Elandslaagte, empeñado por Sir White
para sacar de apuros la columna de Yule, por poco no es necesario
al General inglés: los jefes boers querían retirarse sin
combatir, y no permanecieron en sus puestos sino por los ruegos
de Koch, quien declaró que en último caso peleada solo, en lo
cual lo secundó enérgicamente Schiriel, jefe de los voluntarios alemanes
que se distinguieron en esa jornada.
Ocho días después \Vhite·, desecho y rechazado sobre Ladysmith,
esperaba verse ahogado definitivamente por 1 número, cuando
lo que resulta es un sitio con lentitudes que se acentúan día por
día; y cuando Botha avanza al fin sobre Pieter Maritzburgo, se estrella
con las anguardias de las columnas ingl as, á las cuales
se ha dado tiempo y campo de de embarcar tranquilament n
Puerto Natal.
La misma lentitud en 1 centro y n 1 o ste; dond quiera la
misma ignorancia de las verdadera condicione de la guerra.
Allí los Inglese no tenían sino de 4,000 á 5,000 hombres, y la invasión
debió seguir de cerca al ultimátum. Jo hubo tal: hasta
principios de 1 oviembre no se hacen alo-unas tímida _,-cur i nes
sobre la línea del Aar-Ed sberg Stromb rg, y luégo los bocr se
hipnotizan delante d I<.imberley y de Mafeking, que, como á
Ladysmith, bombardean in resultado.
Debido á sem jantes lentitudes, Methuen puede llegar tral1-
quilamente en f rrocarril á range River y tratar de libertar á
Ipecie de barrera; y
como por alguna parte había de correr el agua, tomó una dirección
lateral, hacia la línea de separación del depósito sedimentario
de la llanura y de las rocas de la montaña. Un valle r1u se e,
por decir así, en el conflicto de tener que sufrir y r signarse á
tomar contra su voluntad una dirección longitudinal r pecto á una
cordillera, no tarda en encontrar otro valle transversal en el cual
vierte sus aguas y en 1 que concluye por alirse e n la suya, si
se permite esta expresión.
En la época cualernada, que los geólogo llaman del dzluvzúm
(en latín, para distinguirla del diluvio bíblico), los valles de erosz'ón,
simples ó con terrazas ó escalones, que generalm nte se encuentran
colocados en la prolongación de los valles de fractura, han ido
formados y rellenos por aguas bajadas de estos valles; de suerte
que si se mira el escaso caudal que constituye nuestros ríos actuales,
como residuos de las antiguas y enormes corrzenles, cuya existencia
tenemos forzosamente que admitir, entonces sí se puede
decir, con los antiguos geólogos, que cada río efectivamente ha exca
vado su propio valle, y añadir, además, que cada valle ha sido
rellenado con materiales tomados de las montañas en que nace.
Las aguas obran por su acción disolvente, ::¡ue deslíe y corroe
con su peso, por el movimiento de traslación y por choque. Se
debe, pues, inferir que en cada uno de los trastornos determinados
por los diversos movz'mzenlos del suelo, las aguas, lanzadas violentamente
de un lado para otro, han debido, como hoy vemos en los
terremotos, lavar, desleír, deshacer, modificar de mil maneras las
rocas, depószlos ó terrenos preexistentes. Muchas circunstancias pueden
explicarse por la eroszon de las aguas y las extensas denudaciones
que han podido operar. Desde luego, siempre que veamos
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Boletín Mzlz'tar 577
en algunos parajes líneas de colz"nas, cabezos, muelas ó cerros, de cumbres
planas y todas á nzvel, compuestas de rocas ó materias de sedz._
mento, cuyas capas se corresponden, bien se pueden considerar
como los hz/os ó damas que á semejanza de las que el hombre deja
en los grandes desmontes, las aguas dejaron en testimonio de su
paso y de sus estragos en ciertas épocas relativamente no muy
lejanas.
abido es también que cuando corrüntes bravas acarrean materia
en suspensión, éstas se depositan fuera de la corriente, en
lugar de extenderse en capas ó estratos planos, como las que lentamente
se van po ando en aguas tranquilas. Así es que un río hinchado
con crecidas, forma en sus orillas especies de bordes elevados
encima del fondo del lecho; y un obstáculo que parta la corriente
en dos brazos, basta para originar un depósz'to que, elevándose
á cada avenida, viene á se1· islote,. y ( alvo las dimen ione )
en este úlote podemos ver una mon.ta11a aislada en medio de dos
valles que la separan de do cordz'lleras, es decir, de las bargas
del río.
Las dunas, ó montecillos de arena en las costas, no enseñan
cómo S€.: hacen hondonadas al mismo tiempo que elevaúones, y forman
grupos de colzi1as, que también es país monta11oso en miniatura,
surcado por valles, sin la más mínima erosz'ón por las aguas.
La nieve nos da otro ejemplo sensible de aglomeración desigual,
cuando cae con mucho viento, y un árbol, por ejemplo, divide
la corriente de éste, amontonándose en unas partes y formando
islotes. Aquí también, muy en pequeño, tenemos mesetas surcadas
por valles, en cuyo bordes hay cabos, penínsulas y monlat1as aisladas.
Luego si esto sucede en un fluido elástico tan raro como la
atmó fera, ó en superficies líquidas tan menguada como nuestros
ríos, echémonos á pensar lo que pasaría en aquellos vasto y borrasca
os mares geológicos, y comprenderemos que la inmensa
fuerza de las corn'enles debió muchas veces recoger y acumular las
materias de las capas en los parajes en que el agua estuvie e tranquila,
originando por consiguiente colz'nas y valles graneles ó pequeños.
E probable que haya muchos valles de esta especie, y parece
también é ta la explicación más plau ible de e as colinas aisladas y
de esas resquebrajaduras que en ciertos parajes forman bordes de una
tMsela que domina una llanura, y cuyas capas han conservado su
posición original, ó no han sufrido, á lo menos al parecer, desarreglos
uficiente , para explicar el relzeve del país.
Las grandes cordzlleras suelen estar separadas por grandes
valles, cuyas pendientes son generalmente muy suaves, y cuyo fondo
está ocupado por un río. Esos valles se llaman longzlu.dz1zales; y
las montañas que los bordean tienen generalmente el plano de sus
capas paralelo á la dirección del valle.
Los otros valles que vienen á abrirse en éstos, y que siempre
son más estrechos, con pendientes más abruptas, mucho más cortos,
y que generalmente cortan en ángulo recto el plano de las
capas, son los llamados transversales.
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Boletín M-ilita'
Estas dos clases de valles se encuentran en los países de montaña:
en los Alpes se ven los unos y los otros ; pero en los Pirineos
sólo hay transversales.
En el aspecto geológico y geográfico, es de grande importancia
la distinción entre los valles longiludz.fzales y lramversales. Los
primeros siguen la dirección general de la cordz'llera, y se relacionan
íntimamente con la estructura de la montaña. De ordinario
sus dos laderas son de distinta naturaleza, puesto que están cabalmente
en el punto de separación de do formaáones diferentes. Al
contrario, los transversales tienen frecuentemente idéntica cualidad
en ambas laderas, puesto que cortan la cordillera. Esta distinción
de lon.gz'tu.dznales y transversales es fáctl en grandes y formales cordi/
leras, con eje longt'tudinal exten o, cuyo tipo perfecto son los Andes,
luégo y menos lo Karpato , menos aún los Alpes, y menos,
por consiguiente, los Pirineos: más difícil es en grupos y macizos
montañosos.
Aunque los val/u transversales tienen comúnmente us bargas
6 laderas más escarpadas que los longiludz'nales, es claro que to
depende de la naturaleza del terreno, pues mal puede haber escarpados
en tierra mueble ó incoherente.
En los valles longz'tudznales, las dos laderas opuesta si no son
de naturaleza diferent , á lo menos están compuestas de materias
arregladas de otra manera.
En los transversales, al contrario, hay casi siempre identi<.lad
perfecta entre las do paredes opuesta , así en el aspecto de la
1laluraleza, como en el de la estructura; y cuando se ve de un lado
un ángulo aliente, e casi s guro que el lado opue to presenta
un entrante.
Lo<> pasos eslrtchos formados por e. carpes vertical e 6 á pico,
que á veces presentan los valles en div rso puntos, (.; llaman en
general desfiladeros, y también puertas de las naúoms, por la importancia
que tienen en una guerra defensiva. Los hay célebres en la
historia: tale son los desfiladeros del Tauro y d~l Cáucaso, llamados
Puerta Ibérica, Puerta Caspia, Puerta Albane a; Paso de
Isso, célebt·e por el de Alejandro; las Termópilas, en que trescientos
espartanos detuvieron el ejército de Jerje ; las Ilorcas Caudinas,
en que los Samnitas forzaron ;Í los Romano á pasar bajo el
yugo, etc. Las paredes de estos pasos cortados á pico tienen á veces
alturas enormes; los hay, repetimos, en los Andes, que se elevan
á 1 ,6oo metros.
De lo dicho resulta que hay bastante confusión en las ca u as ·
originarias de los valles, puesto que, obrando varias de elfas simultánea
y sucesivamente, han debido combinar, anular y confundir
á veces sus resultados.
Tal sería, por ejemplo, el caso de un territorio que hubiera
tenido en su origen muchos valles de acumulación y compresión ;
que en seguida hubiera sido fuertemente plegado y arrugado; en
el que levantamientos posteriores hubieran producido numerosas
fracturas con separación; y después, el juego de las piezas, como
en el mosaico ó bóveda que antes se menc10nó, hubiera causado
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Boletín M·ilila'l' 579
fallas y nuevas dislocaciones; y por último, encima de todo esto, el
dz"luvúun geológico hubiera venido con sus denudaciones y erosiones
á dar, por decir así, la última mano á todas las hendiduras, depresiones
y desigualdarles preexistentes.-ConHnúa.
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GUERRA DE SECESION
EL GEJ..ERAL POPE
Conl/núa
I I
Organización del Ejército confiado al General Pope-Ocupación de CulpepperCourt-
IIouse y orden general de avance-Pope retrocede á la línea del
Rapidan-Jackson se pone en marcha el 7 de Agosto para atacar á PopeBatalla
de Cedar-Mountain-Pope retrocede cruzando el Rappahannock.
Pope solicita refuerzos-Lee se propone envolver el flanco derecho de los
federados: grave situación de la brigada Early-Audacia de los confederados-
Pope cree que los separatistas van á atacar su flanco derecho-Afortunado
raid llevado á cabo por tres divisiones confederadas-Instrucciones
de Pope para obrar con vigor-Los confederados retroceden-Batalla de
Manassas-Gap-Batalla del 30 de Agosto-! etirada de Pope-Destitución
de este General-Bajas de federados y confederados durante la campaña
de Virginia.
Fojeando algunos libros de la guerra de Secesión, las operaciones
del General Pope han cautivado mi atención, tanto por el
infortunio de este ilustre caudillo, cuanto por las proezas de federados
y confederados ; no me propongo hacer un detenido estudio
que ocupada buen número de cuartillas, sino una breve reseña de
las operaciones realizadas bajo el mando de Pope : con este ligero
bosquejo no haré sino presentar el ímpetu arrollador de los
unos y la admirable r sistencia de los contrarios, pues contrasta,
en efecto, la unielad del pensamiento militar de los s paratistas
frente á las fatales diferencias er.tre el Gobierno de :Váshington y
el General en Jefe de los unionistas.
El dominado ejército de Virginia, cuyo mando confirió el Presidente
Líncoln al General Pop , se componía de cuatro cuerpos de
Ejército, mandados por los Generales Sigel, Banks, Mac-Dowell y
Burnside. Hé aquí la organización y fuerza de los mencionados
Cuerpo
Í l. a división -Schenck { 1.• brigada-Mac-Leaa.
• · · 2. • brigada-Stahel. j 2 • divis1'o'n-Steinwehr. . . 1 • brigada Bohlen
Prim~r Cuerpo - · · • . - . ·
L 1gel. ...........
1
~ 1. bngada-Knsanowsky.
3.• diYisión-Schurz.. ...... 2.• brig~da- Schimmelp-fenmg.
lBriga.da Milr Jy.
( ~ 1.• brigada-Crawford.
J
1.• diTisión-Williams . .. 2.: br~gada-Gordon.
Segundo Cuerpo- 3· bngada-Gorman.
Banks .............
1
~ a b · d p · 1. nga a- nnce.
2.• diYisión-Augur.. . . . . . 2.• brigada-Geary. ·
l 3 .• brigada-Green.
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s8o Boletín Militar
( ( r." brigada-Tower.
a d' · · • R k J 2." brigada-Hartsuff.
l. 1V1SIOn- 1C etts .... ... . 1 3·"' brigada-Carrell.
l 4·" brigada- Dureya.
Tercer Cuerpo.- ~ ( 1. .. brigada-Patriek.
Mac-Dowell .. .... , 2 a d ' · . , K ' J 2." brigada-Doubleday. l
. 1V1510n- 1ng ....... .. ... 1 a b . d G'bb , 3· nga a- 1 on.
l 4·" brigada-Hatch.
a d ' · ·' S 5 l. a brigad a -Piatt.
3· lVISIOn- turges . .... .... ~ 2 .... brigada.
2. nga a.
J
( 1." división-Rena ... .. ...... . J
1
1.: bbr!gadda.
a . . . 1 ( 1. a brig a d a .
9.° Cuerpo inde- 2 · dlVISIOn- tcvens .. .. .... . (. 2." brigada.
pendiente. Burn-
3· lV1SlOn- ar e .. ....... ~ 2 .a brigada.
side ................ 1 a <.1' •• 1 p k 5 I.a brigada.
. d e 11 ' { J .. \ bri gada - llaya rd.
l Dtv. e abn e na-Cox... . 2 a b · . 1 l3 f d ng a u a- u or .
La fuerza de los tres cuerpos de Ejército ra la que sigue :
Infa ntería Caballeria. Artilleda Total
Primer cuerpo . ............. 10,550 1,730 948 13,228
Segundo cuerpo ........ . . . . 13,343 4,104 1,224 18,671
Tercer cuerpo ... . .. 17,604 2,904 971 21,479 - ---- ---- - ----- -- -~-
Total. .. . . .. .. ..... . 41,497 8,738 3.143 53.378
-Designado, pue s, el General Pope por el obie rno upre mo
para mandar el Ejército llamado de Virginia, acudió aquél desde
el Oe te, donde s e hallaba en operacion e , y bien pronto ganóse la
confianza de sus subordinados con la bondad de sus disposiciones ;
su plan, en un principio, era proteger á Wáshington y Maryland,
á la par que amenazaba á Richmond por el Norte.
En virtud de órdenes dictadas desde Wáshington por Pope,
Banks partió con la primera brigada de la primera di visión y toda
su caballería para Culpepper-Court-House, con el objeto de amenazar
desde este punto á Gordonsville; avanzando con las pre auciones
necesarias, la vanguardia de Banks ocupó á CulpepperCourt-
House sin resistencia de ningún género, y sin que el enemigo
diera .señales de su existencia, no obstante que se conocía su
proximidad. Mandando el General Hatch toda la caballería, s -tle
de Culpepper-Court-House con el fin de efectuar un reconocimiento
hasta Gordonsville, destruyendo en la retirada la vía férrea;
pero cuando llega á Madison-Court-House, el I 7 de Julio
de 1862, sabe Harch que el General Ewell, con una división del
Ejército de Lee, había ya ocupado la posición el día ant rior; recibe
entonces instrucciones el General Hatch para que sin pérdida
de tiempo se dirija hacia Blue-Ridge, á la cabeza de z,ooo hombres,
y destruya la vía férrea ; mas víctima sin duda del temor que
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Boletín Mzlz"tar
se apoderó de él al encontrarse con el numeroso ejército contrario,
retrocedió apresuradamente, sin cumplir las órdenes recibidas;
relevado Batch por semejante conducta, fue sustituído por el General
Buford.
Al mismo tiempo que se verificaban estas expediciones, el
General I<.ing avanzaba con algunos destacamentos de Caballería
para destruír la línea férrea y de este modo cortar las comunicaciones
entre Richmond y el valle de Virginia, y logró realizar
con bastante éxito su atrevida empresa. Conocedor, pues, el General
Pope de la situación de sus tropas y de las dis~&osiciones de
las enem igas, da la orden general de a vanee á todo su Ejército,
que en los primeros días de Julio de r862 comienza á marchar,
según todas la reglas del arte de la guerra, siguiendo la dirección
de la vía férrea de Orange.
- in que el enemigo entorpeciese este movimiento, á pesar
de e¡ue las precauciones tomadas durante la marcha fueron extremada
, la vanguardia ocupó sin resistencia alguna, el I 7 de Julio,
á Orange-Court-House, punto situado á cinco y media millas de
Gordon vill . Comoquiera que el General Pope pensaba atacar á
Gordonsville con todas sus tropas, salió de Orange-Court-House
para caer con su numeroso Ejército sobre las que él creía e.-iguas
fuerzas defensoras de Gordonsville ; mas á poco de salir de este
punto, los exploradores unionistas retrocedieron, acosados por el
sinnúmero de jinetes confederados. E ta impresión, unida á la noticia
que se recibió en el Cuartel general de que numet~osas fuerzas
enemigas marchaban contra él, obligó al eneral en Jefe á no
pro guir, por temor á verse envuelto y batido; en consec1.1encia,
retrocedtó apresurad mente á la línea del Rapidan, r]onde creyó
ope podía esperar tranquilamente á su adversario.
-En la tarde del 4 de Agosto, el aguerrido Coronel virginiano
John Mosby, después de desembarcar en Aikins-Landing,
marcha apresuradamente al Cuartel general de Lee y anuncia
á é t c¡ue el Cuerpo de Burnside e taba aquella mi ma mañana
embarcando con dirección á Aquia-Crecck. La nueva del Coronel
Mosby dio lugar á que Lee transmitiese rápida órdenes á fin de
atacar á Pope antes de que se verificase la unión de Burnside al
General en Jefe del Ejército de Virginia; en consecuencia, Jackson
se puso en marcha el 7 de Agosto para dar el ataque- á las
fuerzas de Pope en Culpepper con sus tres divi iones, que caminaban
en este orden: Ewell, el primero, después Winder, y en tercer
lugar Hill, formando en total unos 30,000 hombres. El 8 de
Agosto la caballería de los separatistas, siguiendo el camiño de
Culpepper-Orange, pasó en la tarde de dicho día el río Rapidan
por Barnetts-Ford.
-Creyendo Pope, al saber el paso del Rapidan por los confederados,
que éstos avanzarían por el camino principal que une
á Culpepper con Orange, concentró todas sus tropas á vanguardia
del primero de estos puntos, y en él estableció su Cuartel general.
Ocupaban las fuerzas federales la línea formada por el camino
Culpepper-Sperryville, de este modo: en la izquierda y en Cul-
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Boletín M·itita-r
pepper, la división Recketts con la brigada Crawford, del Cuerpo
de Banks; en el centro y en el puente de Hazel-River, Banks, y
en la derech::t, en Sperryville, el primer Cuerpo. Ante la proximidad
del enemigo, Pope dio órdenes para el movimiento de sus tropas,
con objeto de que se concentrasen á vanguardia de Culpepper;
en la tarde del día 8 de Agosto la brigada Crawford uníase
á la de caballería de Bayard en Cedar-Mountain, á 12 kilómetros
de Culpepper; Sigel vivaqueaba en Hazel-River-Bridge, y Banks
llegaba á Culpepper. El día 9, sin conocer los intentos de las tropas
confederadas, los unionistas siguieron avanzando; en las
primeras horas de la mañana, mientras igel se "establecía en Culpepper,
Banks dingíase hacia Cedar-Mountain, en cuyos alrededores
se encontraba desde el día anterior la brigada Crawford.
Entretanto, Jack.son, que con un Cuerpo de EJército acababa
de llegar de Richmond, no bien hubo establecido el contacto
con los soldados de Pope, persuadióse al momento de la debilidad
que ofreda un frente tan extenso como era el que ocupaban
los federados. Deseoso, pues, de atacar á la División Banks,
que, apoyada por el General Dowell, emprend{a un n1ovimiento
retrógrado hacia el Rapidan, ordena el General confederado Jackson
que sus tropas ocupen apr suradamente la pendientes septentrionales
de la montaña de e dar, desde la que, á modo de observatorio
in xpugnable, pueden divi ar tranquilamente los movimientos
del contrario. Cuando las a vanzatlas de Banks creen ser
dueñas de la po ición d dar, una cuantas descarga les ad-vierten,
de m do hart trist , que han acudido tard . ·
Cr y ndo Banks que ante sí ólo .iene la vanguardia enemiga,
confla en aplastar á las fuerí'a separatistas con el número y
arroj d lo suyo , y al efect coloca la ivi ión Augur en la izquierda,
Prince en el camino y Gr ary en la derecha; la brio-ada
Crawford cerca de Greary, la Di vi ión Wilson á la derecha de é te,
y la brigada Gordon con la ca all ría en el flanco d recho.
A las cuatro y media, próximamente, atacan las fuerzas de
Jack on, cuando aún no han terminado los unioni ta su mo i ..
mientas. Ewell, con la do brigadas ( Trimb y Hay), debería posesionarse
de Cedar-Mo'..lntain para amenazar desde esta magnífica
posición el flanco izquierdo de Banks al mi mo tiempo que la
brigada Early debía empeñar el combate concentrando u atención
en Culpepper.
Early se dirige resueltamente con su brigada en orden de batalla
por la derecha del camino ; mas cuando después de hábil maniobra
corona la cresta de una colina, el intenso fuego de la artiliería
de Prince y Greary le obliga á retroceder, buscando refugio
tras aquella posición; el cañón llama al cañón, y bien pronto comienza
un duelo horrible entre ambas artillerías, pues la de Early
ha acudido precipitadamente. La segunda división de Jackson,
mandada por Vinder, despliega á la izquierda del camino de Culpepper
y abre violento fuego de cañón y fusil sobre las tropas
unionistas. Ewell, entretanto, termina su movimiento envolvente y
comienza á. cañonear con violencia las posiciones de Greary.
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BoLetín .1Wz"lita1'
Esperando Jackson la incorporación de Hill, se contenta con
cañonear furioriosamente las posiciones de los contrarios, sin arriesgarse
en prematuros ataques; Banks cree, por el contrario, que
estas dudas del enemigo encierran una superioridad en los suyos y
una debilidad encubierta en las líneas de los separatistas. Resuelto
á la ofensiva, ordena Banks un ataque general. Prince y Greary,
con sus brigadas, avanzan resueltamente desafiando el nutrido fuego
de los separatistas ; mas de pronto se ven detenidos por un cruzado
y horrible fuego de la infantería y artillería contraria; la primera
brigada del Cuerpo de Hill se incorpora á Early en el momento
oportuno, cuando los federados marchan impetuosos al
ataque; heridos gravemente los dos Generale , Agur y Greary, y
diezmadas las dos brigadas, se retiran éstas á sus primitivas posiciones.
Green, que no había r cibido órdenes para el ataque, continuó
en el bosque donde se encontraba (extrema izquierda), sufriendo
un horrible fuego de artillería nemiga.
Má afortunada fue el ala derecha de los federados: quizá. si
Pope hubiese conocido tanto la ituación de us tropas como la de
los e ntrarios, 1 éxito de Williams J,abdase traducido s guramente
en victoria para los unioni tas. Al mism tiempo que Early
era atacado de graciadamcnte por las do brigada anteriores,
el ala derecha caía con enérgica el se p ración sobre la División
:Vincler; la brigada Crawford, rebasand la brigada separatista
Taliajerro y env ]viéndola en sus mortíf ras ele ·carga , no 6lo
la desbanda, sino que el de order1 que produce · la precipitada fuga
de lo de aquellla brigada e comunica á gran part de la de
Jarly.
· Un mom · nto más y la confusión pu de g n raliz~rse por com-plet
en el cam o de los confed y·ado · ; Ja k on, que apr cia el
peligro, con el ac nto ele us palabras y con el fu go de su miradas
detiene :i. lo atolondrados fugitivos ; al grito de " tonc·wallJackson,'
sus soldados se reanimaron, y los que pocos momentos
antes Yolvían la. e palda al enemigo, atacan ntu ia ta las tropas
ele Crawford, que privadas de todo auxilio, luchan denodadamente
con Ronald por su fr nte y Campbell por el flanco derecho.
Gordon acude en socorro de Crawford y presencia de lejos el heroísmo
de aquella infortunada brigada unionista, teniendo á su vez
que luchar con numerosas fuerzas que se incorporan á lo separatistas,
y cuya presencia viene á completar la victoria de la tropas
de Lee.
Destrozado Banks en toda la línea, concentra todas sus fuerzas
un poco más á retaguardia; Jackson, á su vez, ordena el avance
de las suyas y las establece en las posiciones ocupadas aquella
tarde por sus adversarios. Con un violento cañoneo, muy disminuído
á intervalos, retroceden los federados y avanzan los contrarios,
hasta que las primeras sombras de la noche ponen fin al
combate iniciado en Cedar-Mountain.
Después de dos ó tres horas de encarnizada pelea ; después
de haber luchado con admirable tesón; después de haber prodigado
su san1í!'re y su valor, los federados sufrían dolorosas pérdi-
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Boletín Mz"lz"tar
das: 2,000 hombres entre muertos y heridos, 400 prisioneros, entre
ellos el General Prince, un cañón y 5,302 armas; 223 muertos
y I ,070 heridos, entre los cuales figuraban los Coroneles Williams
y Sheffield, fueron los que experimentó Jackson en su afortunado
ataque. .
-El IO de Agosto la división King, procedente de Frederiksburg,
vino á engrosar los mermados y abatidos restos de la de
Banks; con este refuerzo eficaz Pope creyó vengar el desastre del
día anterior, atacando vigorosamente la montaña de Cedar, donde
habían pernoctado después del combate las tropas de Jackson;
mas comprendiendo este General confederado que sostenerse en
la posición citada era sumamente expuesto, pues veía en gran peligro
sus comunicaciones, decidió retirar e silenciosamente, cruzando
el Rapidan. Cuando los exploradores federados conocieron el
movimiento iniciado por los contrarios, intentaron cerrarles el
paso; pero por fortuna para aquéllos, el General Pope, temiendo
alguna fal a demostraci6n de las tropas de Jack on, procedi6 con
cautela y no se a enturó en una persecución que probablemente
habría ido la ruina total del Ejército confiado á sus cuidados;
efectivamente, el Ejército separatista se estaba concentrando para
caer sobre e l unioni ta. Prudente y escarmentado, se apresuró
Pope á retroceder, cruzando el Rappahannock sin que experimentase
baja alguna, gracia á su hábiles di posiciones. No era, á la
verdad, nada halagüeña la situación del General Pope, porque con
reducidas tropas debía mantener sus comunicaciones con Frederiksburg,
lo que le obligaba á mantener un frente demasiado extenso,
débil por con io·ui nte n todo u punto .
-C~nocedor, por la tanto, 1 en ral Pope de u crítica situación,
tanto más apurada cuanto e le exigía un máximum de
efecto con una débil nergía, no vacil6 n p dir refuerzos á á.shington,
pues de lo contrario se vería obligado á retirarse y reconocer,
por lo mismo, su impotencia frente á la ntu iastas y numero
as fuerzas contrarias. El Gobierno conte t6 á Pope que inmediatamente
se le enviadan r fuerzo , con el objeto de que saliese
de aquella situaci6n pa i a; defensiva que sólo podía conducir, según
está probado, á una derrota inevitable ._
-El 2 I de go to el Ejército de Lee, llevando á Longsreet
en la derecha y á Jackson en la izquierda, se anunció en el Rappahannock,
cañoneando vivamente las posiciones de los federados.
El 22, mientras Long treet cubría la po iciones ocupadas el día
anterior por todo el Ejército, Jack on, con la caballería de Stuart,
remontaba apresuradamente el río con sus tres divisiones: se proponía
Lee con esta maniobra pasar el río sin que los federados lo
advirtiesen, y envolver de este modo el flanco derecho de éstos.
Aunque sorprendido Jackson por las dos brigadas de Milroy y
Bohlen, pudo rechazar fácilmente la acometida de estas fuerzas y
llegar, en la tarde del 22, á Freemans-Ford, defendido este paso
por Sigel; tuvo necesidad Jackson de remontarse algo más, y
logró apoderarse del puente de Sulpfur, á la vez que Early era
dueño de 1 a orilla izquierda del Rappahannock.
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Boletín Mzlz.tar
En vista del movimiento ejecutado por lo contrarios, intentó
Pope batir en detal á éstos ; en tanto que Jackson e taba muy entretenido
con el paso del do, pensó Pope aprovecharse del aislamiento
de Longstreet, pasando el Rappahannock, aguas arriba y
abajo de Kellys-Ford. Circuláronse la oportunas órdenes, y hasta
se a visó á los refuerzos esperados se dirigiesen hacia Stevensburg,
posición situada entre el Rapidan y el Rappahannock. Una
lluvia torrenci<.d que cayó en la noche del 22 de Agosto y que
destruyó los puentes y elevó considerablemente el nivel de las
aguas, malog.-ó el éxito de esta operación. Pero tal contratiempo
no fue infructuoso para los federados; la brigada Early, que había
pasado el río la tarde anterior, encontróse aislada en la orilla
y en situación peligrosa ; comprendiendo Pope lo crítico de dicha
brigada contraria, comenzó á mo er sus tropas para atacarla, con
esperanza de aniquilarla por completo ; la salvación de Early consistió
en el error de Pope al creer tenía ante sf, no una brigada,
sino numerosas fuerzas confederadas · el peligro que corría Early,
hizo á éste construír aquella noche un puente de circunstancias, por
el que incorporaron á Jackson en la madrugada del 23. Cuando
después de fatigosas marchas y de haber abandonado las posiciones,
llegaba Pope con la caballería de Buford donde soñaba encontrar
un fuerte contingente contrario, tan sólo halló los restos de
aquel puente que, con una actividad casi incomprensible, habían
construído los separatistas; su desaliento fue grande y sus temores
se aumentaron visiblemente.
-La audacia de los confederado llegaba á punto increíble
y ponía en gra e aprieto la seguridad de las tropas de Pope ;
afluían en gran número lo separatistas, creando una situación
poco halagüeña para las inactivas tropas de Pope; entretanto,
los reL . .:erzos pedidos con tanta urg ncia como insistencia por este
General, llegaron co11 bastante retra o, pues el día 25 de Agosto
tan sólo 7,000 hombres había recibido Pope.
Un atrevido golpe de los confederados acabó por sembrar
el pánico entre su enemigos, é hizo ver á 6stos cJaramente los inconvenientes
cada vez más graves que t1·aía consigo su inacción
obligada. El General Stuart, con 2,500 jinetes y dos piezas, atraviesa
el Rappahannock por Water! o-Bndge, burla la vigilancia
de las avanzadas contrarias, se desliza sigilosamente entre ellas, y
á favor de la oscuridad se presenta inopinadamente ante el Cuartel
general de Pope, situado en Catlet, en el que I ,500 infantes y
cinco escuadrones protegían un sinnúmero de bagajes. Sorprendidos
los federados ante audacia tan increíble, no oponen ninguna
resistencia, temerosos sin duda de acarrear con sus disparos una
desgracia mayor, ó creyendo, por lo visto, que el atrevido golpe
de mano había sido general en toda la línea. Después de apoderarse
del Secretario de Pope, de importantes documentos, bagajes
y uniformes, 300 prisioneros y gran número de caballos, regres6
Stuart á su campamento una vez terminada su afortunada correría.
Pope, como es natural, recibió con gran dolor este contra-
ToMo 1-38
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586 }Jcletín M·ilitat'
tiempo, y se decidió á solicitar con urgencia ndo de reft.:erzos y
á exponer á su Gobierno su grave situación, na la satisfactori.1,
ante la conccntracic5n rápida de fuerzas que lo· confederados staban
haciendo en Rap¡ ahannock, vVaterloo-Bridgc y ulphurSprings.
Ca¡,it n de Infantería.
Conli'n!Ía
(De la Rt.'VIsttz T.fat~c·a de f;¡.;;rntería )' i.liJtllkd.r, de :\Iatlrid ·.
~---
PRINCIPiOS GE1VER~JLES LJH ESTR .. JTEGIA
Y DE TACTICA E.V LAS PEQUE/VAS GUERRA~
por el Mayor C. E. Callwell, tlcl Ejército inglé
TRADUCe!()=" l>E ISIDORO LAVERDI!: MAYA-Conlllf1Íc1
CAPITULO . 'L'
EL SERVICIO DE SEG 'RfDAD
.Si:'itema de la columna de 1 dcúcrto en I8 :J-Durant · el día, ]a
columna contaba e pecialmente e n Jos centinela á. caball ; ca ·¡
todo 1 terreno era de ~ cubierto, y no pez-mitía ue se acercase el
nemigo sin que lo notasen al moment ; alguna veces el ame/
Corps concurría con la cauall ría, cuyo efe tivo eran muy débiles.
Habitualmente el si ·tema adoptado era juntar dos hombres
u e se colocaban de 500 á 1,000 yardas adelante, ·egún las
circun tancias.
De noche, la e lumna formaba de ordinario el zeribá. Los
puestos pe u ños quedaban ó en el zcribá ó fu ra, inmediato .
Como el zerilxt tiene comúnmente la forma de un cuadro, había un
puesto pequeño p r cada cara, 6 cuatro por todos, lo que sumini ·traba
dos ó tres Clntin . la dobl que estaban situados de 100 á
400 yarda · adelante~ pero generalment nunca á más de 200
yardas. Un per¡ueño pue to debía también suministrar cuatro 6 seis
centin las á la vez. El pe ueño pue to enviaba patrullas por fuera,
y un Oficial y un sarg !nto salían cada hora, ó antes si había motivo
de inquietud. Estaba conv nido que en caso de ataque los
centinelas debían descargar sus fusiles y retirarse precipitadamente
obre los pequeño puestos. La posición ocupada en Gubat
comr rendía un zeribá cerca del Nilo y una aldeíta fortificada
sobre un terrenC' má le' antado, á cosa de un tercio de milla del
río. Primero se ensayó una cadena de avanzadas, pequeños puestos
y centinelas, en forma de herradura que envolvía toda la columna.
Pero resultó que este sistema exigía muchos hombres, de
modo que más tarde cada posición tuvo más avanzadas. El plan
adoptado por Jos guardias del Regimiento C.mzel, que ocupaba Ja
aldehuela, exigía muy pocos hombres. Había ocho grupos, cada
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BoletíJt lkfzlitar
uno d tres hombres, fuera; uno de lus soldados bacía de centinela,
y los otros dos dormían al lado suy6; lo Oficiales y argentas
ó cabos de servicio en las avanzadas dormían cerca de las
lindes de la aldea
X. Dtficullzdes del servú:z·o de avanzadas en las malezas y tl bosque-
Como en tl desierto de Bayuda ;:é, las avanzadas no deben genet
·almente dar, de día, mucha inquietud en un terreno bien descubierto.
Es en ~ re malezas ó bosque donde las fuerzas regulares
que hacen alto deben e<>tar alerta á fin de evitar una sorpresa. Un
campo ó vivac de tropas disciplinadas, cuando está entregado al
reposo, atrae de modo irresistible al al vaje. Los guerreros irregulares
se mueven sin ruido cuando lo juzgan conveniente, y si los
centinelas no son muy vigilantes, el campo corre gran riesgo de
ser asaltado repentinamente. En este terreno las tropas regulares
se hallan en situación muy desfavorable, si el enemigo es valiente
y resuelto; por esto las avanzadas deben estar muy sobre aviso
para responder de la seguridad del campo.
Tifrek-El ataque del zeribá de Tofrek, cerca de Suakín, en
1885, es un buen ejemplo de la dificultad de asegurar el ser icio
de las avanzadas n tal circunstancia. El bosque que rodeaba el
claro en donde se formó el zeribá era alto y tupido. Se colocaron
centinelas á caballo corno á una media milla en el bosque ;
pero su campo de observación era muy limitado. En contorno del
terreno desmontado en donde los zapadores trabajaban, se encontraban
puestos pequeños de infantería como á 150 yardas adelante.
Cuando los Madistas atacaron, avanzaron con tanta rapidez
que picaban los talones de los centinelas que se replegaban al galope.
Por esto los pequeños puestos de infantería no recibieron aviso
y tuvieron que replegarse apt·esuradamente y como pudieron
sobre el cuerpo principal. Desde lueg las avanzadas fueron casi
inútiles, porque el enemigo estuvo sobre el zeribá antes de que
aquéllas pudieran indicar su presencia; y, por otra parte, interceptaron
un tanto el fuego de las tropas.
En un caso como este, ningún sistema de avanzadas habría
podido asegurar la inviolabilidad de la columna. Puestos pequeños
no pueden contener un empuje de fanáticos. No se concibe su utilidad,
é impiden hacer fuego. Las tropas deben estar en situación
de protegerse por sí mismas, desde el momento en que los centinelas
señalan la inminencia del ataque. El caso precedente es
excepcional, puesto que la experiencia demuestra que las razas
que habitan teatros de guerra cubiertos por bosques cerrados, no
son partidarias de estos ataques á fondo contra tropas bien armadas.
Las operaciones en Birrnania, en el Ashantí, en el Dahomey
y en Achín, en medio de los grandes bloques de piedra, no ofrecen
ejemplos de ataques tan feroces como los de los Madistas.
XL Objeciotles á la 1·etirada inmedz.ata de las avattzadas sobre el
cuerpo przncipal-Debe siempre recordarse que si las avanzadas se
han colocado con la recomendación de que se replieguen sobre el
* El desierto de Bayuda es el desierto comprendido en el codo del Tilo en·
tre Korti y Gubat este desierto es el que atravesó la columna de Sir H. Stewart
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l3olet{n Mz"l,Z:tar
cuerpo principal en aso de ataque formal, el espíritu de esta recomendación
puede impedirles que resistan con energía hasta á
reducido destacamentos del em:migo. Por otra parte, el hecho
mismo de; batirse n retiraaa tiende á precipitar el ataque de los
contrarios, envalentonados por este movimiento de retroceso. En el
combate de Nukumaru, en la guerra contra los Maoris, el enemigo
hizo acercar, ocultándose, centinelas en facción en el bosque,
que era muy alto, y acometió repentinamente en gran número
contra los pequeños puestos que fueron reforzado , pero los
cuales no pudieron conten r al enemigo sino al entrar en línea
la artillería y la caballería. Si se tiene intención de combatir sobt-
e la línea de los pequeños puestos, es esencial tomar disposiciones
para ello. Además, parece muy prudente, puesto que hay el
convencimient de que en semejante terreno el ataque del enemigo
será muy repentino, no alejar demasiado lo pequeños puesto
, pues de otro modo erá imposible darles refuerzo con toda
la prontitud del ca o. Cierto que si los pequeños puestos están
atrincherados, ó si tienen al frente un terreno descubierto, suficientemente
exten ·o, que les permita hacer buen uso de sus armas,
pueden resistir en el sitio. Sin embargo, parece ventajoso
que en el bosque se acerquen las avanzadas y se adopte un sistema
tan compacto como lo permitan las circunstancias.
XII. E11. país monta/loso debe esfa1 se sü:mpre vzgJlanle aun cuando
sea con débz'les destacamentos-En un país así, es indispensable que
hasta los destacamentos pequeños se mantengan siempre alerta
contra las sorpresas. E ta recomendación es tan precisa, que casi
sería inútil hacerla i no fuera porque en las pequeñas guerras se
han visto muchísimo ca os de negligencia que han costado caro.
Cerca del Gate Pah, en la guerra contra los Maoris, un destacamento
en iado para destruír una sementera de maíz, no se
ocultó, ni tomó precauciones de ninguna clase; repentinamente fue
atacado por los Maoris, y sufrió grande pérdidas á causa de la
dispersión de los hombres y de su descuido. En el Achín, en 1874,
un puesto pequeño holandés establecido detrás de la posición en
tanto que el combate e desarrollaba por el frente, fue sorprendido
en pleno día; y no habría escapado á su destrucción sin la
oportuna llegada de refuerzos. En la guerra contra los Zulúes, un
de tacamento montado, ;;t.} practicar un reconocimiento, se detuvo
en terreno descu bi rto cerca de alto matorrales; n colocó centin
las á caballo, y fue sorprendido y e.·periment6 con ecuencias
terribles *. En el ataque de los Matabelés contra el laager de Im-
• El autor hace alusión á la muerte del Príncipe Imperial de Frar:cia. El
1.0 de Junio de 1879, el Príncipe Luis -apolcón, que estaba agregado á la ivisión
Newdigate, había precedido á esta División en su marcha del Blood River
hacia el Ityotyosi River, para Yerificar un reconocimiento con el Teniente Carey
y algunos jinetes. Hicieron alto cerca de un .léraal á orillas del Ityotyosi: los jinetes
echaron pie á tierra sin ninguna precaución; ni aun siquiera tenían cargadas
sus carabinas Martini · Henry. Repentinamente un ·grupo de Zulúes salió de
entre los pastales y se precipitó sobre ellos. Los jinetes montaron con rapidez á
caballo y huyeron El Príncipe intentó en Yano montar, y fue asableado por los
Zulúes. (Narrative of the Field ope1'ations to1mected -zvith tite_ Ztdtt War of I879•
H""" Guards, war office, página 94).
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Boletín M~"l·itar
bembesi, que estaba situado en terreno descubierto, á alguna dis~
ncia de ~na inmensa selva, un pequeño puesto de tropas de dos
Jinetes hab1a echado pie á tierra cerca del monte, y no estaba sobre
aviso. El enemigo atacó y sorprendió á los dos hombres, pero
uno de ellos pudo escapar.
XIII. Las tropas regulares en las peque1ias guerras no disponen
sz'no de ttn medz'ano servz.do de avanzadas-El hecho es que en este
servicio de avanzadas, las tropas regulares apenas igualan al adversario.
Los enemigos que se encuentran en estas pequeñas guerras
no son generalmente temibles á campo raso y en presencia
de tropas disciplinadas. Mientras mayor confianza tenga la columna,
más segura estará del éxito de la batalla; y mientras más
audaz sea el plan de operaciones, mayor será la probabilidad
de obtener rápidamente la victoria. Este es el principio fundamental
en el manejo de estas campañas. Pero en los detalles pequeños
del servicio de seguridad, no hay que mirar con indiferencia
á los guerreros irregulares. En este caso, el soldado instruído tiene
que habérsela con un enemigo prudent<:: y astuto. Las enseñanzas
d 1 patio de cuartel no le comunican la a tucia y la vigilancia instintiva
de su adversario. Tiene la ventaja del armamento, ninguna
otra. ~s pr ciso qu 1 centin la no se descuiden un punto. Los
pue tos pequeños deben esperar ataques repentinos, y tienen que
proceder con sangre fría y seguridad. El si tema de avanzadas difiere
mucho, en las pequeñas meno icte millones quiniento mil f rancos), tal
es el total
Citación recomendada (normas APA)
"Boletín Militar: órgano del Ministerio de Guerra y del Ejército - Año V Serie II Tomo I N. 1 y 2", -:-, 1901. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3691101/), el día 2025-05-18.