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La Mujer - N. 14

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  • Año de publicación 20/04/1879
  • Idioma Español
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
"La Mujer - N. 14", -:-, 1879. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2088533/), el día 2025-05-19.

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Todas mis cosas en tus bolsillos

Por: Fernando Molano Vargas | Fecha: 2019

"Estos casi no son poemas de amor. Son poemas de mi amor. De un amor, quiero decir. Y son también de mi deseo. Así ¿a quién más que a mi novio, o a aquellos amigos cercanos que me quieren, o a mí, podrían interesar? Temo que para otros podrían resultar muy aburridos. Es probable. Porque Fray Luis comentó algo acerca de un pasaje del libro que Salomón le hizo a su amada: si alguien ve de lejos, sin oír la música que los anima, a una pareja que baila, así, sordo, solo verá un par de monigotes moverse como idiotas. Y es cierto. Pero fray Luis también creía que justamente por eso valen, y son bellos, los escritos sobre amores. Porque a veces evocan esa música; la que los dos danzaron. Acaso, a pesar de mi torpeza, haya sido yo capaz de hacer sonar algo de ella en estas líneas. Ojalá así sea". -          Fernando Molano Vargas, en 1997 "Todas mis cosas en tus bolsillos es un conjunto de vestigios e invocaciones del amor a un ausente, y están escritos al filo de la propia ausencia; es un collar de poemas de muerte, como lo son todos los poemas de 'un amor'". -          Del prólogo escrito por Carolina Sanín
  • Temas:
  • Poesía

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Todas mis cosas en tus bolsillos

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Por fin ha comenzado el fin

Por: Eun Heekyung | Fecha: 20/04/1879

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LUZ Y FE D AN FUERZA. LA MUJER, REVISTA QUINCENAL EXCLUSIV A MENTE REDACTADA POR SEÑORAS Y SEÑOR I TAS, BAJ'O LA DffiECCION DE LA SEÑORA SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER. N.0 11. r LÚNES, ABRIL 20 DE 1879. ~ PRECIO 30 cs. ESTUDIOS HISTORICOS SOBRE LA MUJER EN LA OIVILIZACION. CJ.1'ÍTULO SÉTIMO. LA SUZI.A.NA P.A.NTEA. I belicoso 6 independiente. Su capital Como se ha visto hasta ahora, entre era llamada l::luza, cuyas ruinas han las mujeres hebreas, persas, sirias, me. desaparecido enteramente, pero dicen das, trácias, escitas, asirias, lidias, ca. los historiadores que aquella ciudad, padócias, cartagines~s y egipcias no como la de Babilonia, encerraba edi. hemos citado casi sino á mujeres es. ficios magníficos, y sus reyes no deja. clavas, sometidas á la voluntad del ban de ser poderosos y respetados por ruiW, Bin otro aliciente en la vida que los vecinos. el Je uo de"agradat· á los hombres. Cuando el famoso rey de Persia, Ciro, Cua.udo la mujor no presenta ese tipo se paseaba victorioso por toda el Asia de hulllillacion y dulzura, la oncontm. Menor, conquistando y venciendo los m o~ valiente, inspirada. por alguna pa. pueblos más ricos¡ poderosos del muo. sion, heroica ó sauguiuaria, cruel y do civilizado, cay en manos de aquel odiosa, pero nunca la verémos digna conquistador todo el tesoro de Aura. do su misiou, ni virtuosa en el sentido date, rey de Suzia.na. Entre los despo. que damos á esa palabra: la virtud, jos y botín tomado, los generales de como la comprendemos hoy, era deseo. Ciro escogieron los objetos que creye­nocida. eu la antiguedad. rou más dignos del Rey, y le presen. Hay, sin embargo, uu ejemplo entro taron una soberbia tienda de campa. b.s mujeres antigua!', que se a.cer,a lo¡ ña, dos mujeres músicas, algunas joyas más posible á lo que se llama. el tipo do gran valor y la mujer más bella quo de la mujer virtuosa : este es el de babiau visto : Pantea, la esposa de P A..~'PEA., conocida en la historia con el .A.bradate. Ciro no quiso ver á Pan tea, nombre de la suziana. temeroso de prendarse do ella, cuando En el camino que conducía de Babi. s6lo quería pensar en la guerra.; ado. lonia. á la Persia se encontraba (VI si. mas, aunque era permitido quitarles glos A.. de J . C.) una. provincia llama. sus mujeres á los vencidos, - las que da Suziana habitada por un pueblo pasaban con sus tiernas pi'(J[>ÍCd.(ulcs á TOMO ll. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 30 LA MUJER. manos del vencedor,- parece que á " .J enofoote,- dice Saint-Mnrc Gi­Ciro repugnaba este procedimiento in- " ra.ndin _,..ha querido pintarnos n Pan. justo y mandó que guardasen á In pri. " teo. como el tipo de la fit.lelidacl con. siooera con los mejores miramientos. " yugal, nsí como nos presenta á Oiro Jenofoute refiere con muchos pormc. "como el modelo del rey perfecto .. Jc. no res bs aventuras de Pan tea en la " nofonte • • tenia acerca de In educa. corte de Ciro, el respeto que in!Clpiró " cion de b mujer las ideas de la e¡;. al guerrero y la. digmdad de la suzia. " cuela de S6cratea. N o es dcci r que na. Agradecida Pantea de los buenos " estos filósofos quisieran que ln mujer procedimientos de Ciro para con ella.,¡" saliese nunca del seno de la familia, pidió al Rey permiso para tener una " para preseuk'l.rse en el mundo, -bino entrevista con RU esposo, y referirlo " que, presintiendo la sociedad c¡uc ha cutíl babia sido lo. generosidad del con- " creado el cristianismo, - descnbau quistador. Este concedió lo que pedia., " que la mujer fuese siempre la corn­y aquellos dos e!'posos, que parece que " pañera del hombre, y no su esclava,­se amaban como esroscs cristianos; lle. " dándole i[Jtwl¡\nten. se le prescnt6 con unas riquí~irnns armas cubtertas de pedrerías, que ella babia mandado fa. bricar con sus mejore:; joyas,- pues, dijo que para. ella no habin. dicha igual como lo. de ver á su esposo mejor ataviado r¡uo todos, JlUCsto que le consideraba como el mtí digno de los mortales. "¡Dioses iumortales l exclamó él le. \&nt.ando las m:~.no~.- permitid que me mnmfieste hov di~oo de la amtstad de Ciro y digno Jo sor e po~o de Pan tea l" Dc:sgmcintlamcnte Abradate eucon­tr6 la muerte uu aquel campo de bata. lln, on donJ\1 combatió como un héroe. Pauteo. lúzo llevar &u cadáver á un lu­gar solitario, y oo c¡ueriendo sobrevi. vir á su espo,o, ¡;e dió la muerte allí misn&o, suplicando que b. enterrasen con .Abradn.tc, envuelta en el mismo velo, y que á ámbos cubriese una ROla lof'n. Porsupuosto Ciro hizo levantar sobre aquellos esposos modelo una mng. níficn tumba. In que tampoco se sabe ou Mude Re halla, salvo que existió en las orillas del1·io Pactolo. • Aunque la' historia de estas unciones asiáticas y africanas registm los uom. bres de otms muchas mujeres, y refiero su vida y su~ acciones; coruo c{~tas no nos enseüan ::oi oo crímenes y hechos des. naturalizados y crueles, que pruebau el estado de loca corrupciou á que ha. bia. llegado eM. ci vilizacion c¡uo Fe u cs. moro naba: u o lu~mos querido mnnc·hn r las páginas de esta obra narrando ¡;us crímenes, y patentizando y dnnllo luz sobro un abiRmo, cuya fealdad cle~\ane. ce y aflije profundamente. Callarémos pues, los hechos y vida de AtO&>a, -h. mujer do Cambíso, rey de Per:formar­se en uua parte de Dios. ' jeres se pierden por el lujo, los place­res y las malas lecturas : los malos libros son invenciones infernales. Si Cuando totlo nos abandona uemos todo !t Dios. llego.is á encontrar alguno tiradlo como si fuera un carbon encendido. No juz­gueis sin pruebas, sed bondadosas con abando- todos. N o os contenteis con ser buenas, sed amables, y que esta. amabilidad, á un tiempo enérgica y condescendiente, sea. inspirada por Jesucristo. N o 'eamos sino á Dios, uo amemos siuo á ÉL, aunque ~ndo de drn.l de Sevilla, la cual con nlgunns Ht- mármoles y sombreado por muchos ua. riaciones, no todas de buen gusto, es ni 1 ranjos olorosos; desde él se >eía levan. más ni ménos que la mezquita musul. tarse en todo su esplendor la famosa mana, uno de los monumentos más es. ¡ torre de la Giralda, que antiguamen. pléndidos que nos ha legado la Edad te hacia parte de la mezquita, pero que Média. Fué edificada por un a\·quitec. está hoy enteramente separada del edi. to árabe llamn.do Geber; mide de lar. 1 ficio de la Catedral. La torre es de go m(u¡ de 13.j varas ca.ste1la.on~, de forma cuadrada, lleva. por lado u u poco anoburo. mús de noventa y de altura más do 1G varas, y se compone de dos 42 varas. 'fieue 9 puert"s, 82 altares parte~ superpuestas: la inferior es de en los cuales se decinu en el siglo XV, construccion arábiga y la superior fué .?00 misas diarias ; la custodia. pel'laba. edificada por los cristianos para poner 20 arrobas de plata; tenia 25 campa- l campanas. En el Siglo XV no tenia nas, (la mayor de ellas pesaba 100 aún el globo dorado que hoy corona el quintales); 2ú2lúmpams de plata, en edificio y que brilla corno ft.ego á la. las cuales ardían 800 arrobas de aceite, luz del sol, llevando encima una aórea y otras tantas de cera se gastahau por estatua de la Jt'é, de bronce, que ir6. afio; el cirio pascual pesaba 82 arrobas. uica10ente sirve de veleta.. Entre los muchos tesoros que eut6uces 1 . En la época á que aludimos estaban encerraba. la catedral mostraban las construyendo el último balconcillo en famosas tablas Alfonsinas; -que son la parte más elevada del segundo cuer. de plata, oro y piedras preciOS.'\S; la bo ue construccÍon, Ú más de 100 :va. llave de plata que presentaron al rey ras del suelo, ,al cual sube por mm. Fernando, el Santo, cuando éste se hizo 1 pas suaves, sin escaleras; por manera dueño de Sevilla; un San Leandro de que podria llegarse hasta la parte mús plata y u u San Isidro del mismo metal, elevada ú caballo 6 en coche, si la puar. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 33 t11. de entrada no fuera. tau pequeiín. • vicio. Era ta 1 enemi.~~ Jel lujo do los Desde aquella altura se nbarca. en su vestidos y de as ntidosns fiestas, que totalidad Ju. herulo&í;;ima ciuJad ~;itun. una. ,·ez le e~ ribi6 á su confe~><>r, Fray da en bs orillas Jel Guadalqui,·ir, ro. Herunuestido hice de seda y con tres mar. 1493, porque cstab.'l allí en aquellos "cos de oro, el w(¡.:; llano que pude: días la reina I>abel con u un. parte de " e,tn fuó to~a mi fiesta ... Los 'csti. su corte, íÍ donde había. iclo <·a~;i de in. " doR do los l ombre~, que fueron muy cógnito :í !;olaz:\rse y ú cumplir la pro. ·· costo!;OS, no lo:! mandí-, mús,estorb\-se. mo~a que había hecho á uu santo do "le~ cuanto pude, ynmouestc que no Re tnl devocion, cuyo santuario e~tt\.b:l. un '· hiciesen. D , los torol:i sentí lo que vos la cn.tedml de esa ciudad. " decí", a.uuq e no alcanct- tanto; mas Acababan de p .'.\ .S/\r las maguífictl'l " luego allí p puse, con toda determi. fiestas y regocijos que tU\·ieron lugar '· naciou, de nunca ,·erlos en toda mi en toda E~paiía en celebracion del re. " vida, ni se ~ cu que se corran, y no groso de Crist6bal Colon de su viajo de " digo dofen~erlos, porque esto no era descubrimiento. quien, corno lo babia "para mí ú SI las." • uuuucindo, "olvin al cabo Jo pocos me. Hao;ta nquel tiempo Isabel habia sido s~ con l:t noticia. dol feliz l-xito de su muy feliz e 1 cuanto emprendia, y arriesgtlda. eruprc~a . t tal parecía q e b Provi,leucia. se coro- No olJstnute su ~loria y poderío I-n. placiese en p ewiar su virtud y gran. bella UatMica odiaba la o. tentacion dcscualidade•'· ¡;embrando en ~;u camino 1 y jtltnas se luunifostuba. altiva r onru. cuantas dich ~ poditl apetecer. Sin em. llosa, sino que por el COntrarÍO cada ~OZ bn.rgo, CO fue Zl\ de aquella misteri011a que ~e lo pcr;nitian la~; circunst.an. ley de comper sncioucs, que todos ten e. cin'i p_rocurnba sepamn;o de ln pom¡>!l moa 9uc st!fr•r cu este mundo, Isabel y vaut~Jndes de la cone ¡ cosa r1ue rara ucabu 11u v1d llena su alma de deseo. voz lograbn, y 'da~ e sicmpn.l forzuda gauoR y hond penas, y sus hijos fue. tí arra trnr con sigo u u séquit(1 numero. ron uuo iÍ u o sufriendo desgracias y so de dAmas y de caballeros do ~;u ser. rnuertes vrc~~atums; la l1ija rnayor de la reina, la i ffauta Isabel, que fué dos • Pnnlco qno h n•ina l11al10l 11, tuvo una veces reina Portugal, vic'Í morir (r. su vez el capricho do subir en cocho huta lll primer cspo~ ó los pocos mese!\ de 6U cuml1re do In Uimldo, lo cua.lllc\ 6 li cabo sin matrimomo, ·y o u seguida rnuri6 ella dilicnltad. ' t llahicmlo 11ulitlo clcl p~>qneiio puerto Jo bre\"C tiempo despues de ltabcr contrai. Ptlos el 3 de Agosto del aiio anterior, al cabo do segundas upcia!. : el infante don dt~ es dins c.le nnvegadon, descubrió entro Juno, único h1 jo va ron que tuvieron los el 11 Y el 12 de Octubre la ticrm del Xuc\'o Hoyes C.'\t61i os, heredero de aquellos M mdo, que t:l creyó hasta 811 mucr1e qM era imperios, fe eció tristemente á los 20 8(110 una parto do lus ludias orientales. Ln primera isla (•n que tocó 116 llnmnlm Ouauani aiios sin doja sucesion ; la infanta. Ca. e lengua indígena, JK'rO f'-olon la llan:ó san talina, como su hermana. Isabel, viú ~alvador. Dcepues ~e dejaren Haití 39 espa- morir nl prí cipe de Gale~, su primer 11 les, Colon regreso á Europa, <'fandoae a la esposo, y cas ind06o con el hermano de velu el 22 de E~ero de 1493, y teniendo que tocar por nc~·csrdad en Portugal. llegó el 13 d Marzo ni¡Juerto do P3loe, gastando en este p!lrtcntoso y audaz dcscubri~niento apénaa 7 IDflles y JO diaiJ. el Orden de Snn Ger6nimo,'' osé do Siguen%&. Obra citada boa. en an " Tesoro de pro- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 34 LA MU.JER. éste, \'ÍÓ~e en se~ida di,·orciada, vili- tar su faz bajo el velo que la cubría.. pendiada é insultada por el que fuú Así pas6 largo mto hastA que las da­Enrique VIII de Ioglnterra. Juana, ln mas hubieron participado de la cola­IÍnica. de lns hijas de la reina que rei- rion que les ofrecieron, cuando de nó, fué la madre de Cárlos V, conocida l n~peote la reina. fij6 su vista en la. se­en la hi!ltoria con el apodo de la l.oca, n.ü velada figura de la doncella, é in­la cual¡¡as6 su vida oucarcelada y mal 1 mcdiatamoute mandó que la llevasen mirada por no esposo que la odiaba, y 1 á su presencia, porque quería hablarla. á quien ella. amaba localDente. La niña se acerc6 humilde y con los ojos bajos. II -Marín, dijo la. reino. con amable sonrisa,- se lllO ocurre que no has par- Una m:~.iínna, despucs ele oír misa ticipado de la colaciou,- y al decir en la Catedml, la re ion lsa.bel salió 1 cato, con sus reales manos le ofreció del templo por la sacristía, y acompn- una naranja. ñada por su s équito se dirigió al patio María puso una rodilla en tierra de los nar(wjos, en el que los can6oi- , para recibir con respeto tao gran favor, gos l1ab'an preparado uno. colacion y entóoces la reina se inclinó un tanto que olla E'e hubia. dignado aceptar. Ri- y la dijo a.l oído, en voz tan baja que ca.s alfombras y cojines cubrían el sue- ninóuno de los que estaban cerca al­lo embaldosado de mármol, bajo lasom- cauza.ron .i oír estas palabrn.s: bra. de los naranjos y nl fresco de ln. -¡Lo has pensa.do ? fuente. 'l'ouu~ asiento ln reina. en el -Señora., coutest6 la jóvon levan-lugar que le habían aderezado, y por taodo los'ojos con exprcsion Jo espan­especial fa ... or permitió que las dama.s to, tened piedad! que la acompaüabau hiciuruu otro tau-1 -Piedad 1 repuso la soberuna con to, formando J!rupos nllí y aquí bajo ¡ !:overo acento, no ~e tmt.A de eso, sino los árboles . .Miéntras que la reina pla. l de sa.ber cuúl claustro escojes. ticaba, rodeada de los canónigos y al- -Ninguno ... dijo con voz ahogada gunos de los letrados que siempre la. la niña. acompaiiaban, las damas lllás j6vencfl -Ninguno : exclam6 la roioa casi camLiabanJntlabra:s y miradas con sus en alta voz, y afiadi6 bajnnuola otra galanes al escuido de la reina, pue!l vez ¡estás on tu juicio l ella era muy rl~ida. y severa y uo per- -sei'iom, mi señora, tel'ga vuesa. mitin. ninguna lagere:ta en su prescuciB majestad picdud de mi desamparo 1 y en rm corto. -Tu desamparo! ... 'Escuchn., ingra- Separada do todos los ¡_{rupos, eo pi~ ta, te quiero hacer fdiz, y si yo -pu­y sola. debajo de un :írbol distante, es- diera dispcoer de mis hijas no tendrían taba. uua hcrmoshimn doncella de diez otra suerte: es la única que lleva al y ocho niios, poco tnlis {¡ ménos, blanca ciclo sin tropiozo! y pálid~L, que tijaba su!! grandes y me- -:No me aleje Su Majestad do su lanc6licos ojos azules on torno suyo lado! insistió la nifia. con tristeza y timidez ; vot.íbale ol os- -Ba.sta ya do réplicas, - dijo la rei­belto cuerpo un vestido to.n exajern- na con mucha severidad, - recibirás damente ámplio y t>Oncillo, de color en breve mis órdenes. tan oscuro, que mús parecía el de uon Dicho esto so incorpor6, y la don- ! monja que el de una dama de la corte cella, levantándose de los piés de la de los reyes más }loderosos do la. cris- reina, se oncamin6 de nuevo hácia. el tiandad. He le conocía. un sincero deseo árbol que le babia dado sombra, y cu- 1 de no llamar la atcncion de nadie, yas ramas caían casi hasta el suelo por pero particularmente temblaba cuando el lado de a tras. Recostóse, 6 mtís bien creía que la reina dirigía sus mimdaa apoy6 su espalda contra. el tronco, cu- 1 ~~la, y entónces procuraba ocul- brióse ·enteramente con el ,·elo, y per- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. It E Y I S T ~ 35 ma. ... ~ció al~n n tiempo coufus:o, anona. convento? pr guutó Alonso con acen. dada y profundamente afl:gid~. (O desconsola o. De repente oy6 detras dul cortinaje - Sí. de verdurtt ma. vo1., para ella lA. mli.'> -¡ C'uándo dulce del mundo -1 L ~ mis -~laría., decta nn tono tan bajo, que -¡ J l , ' llegaba apénas. á Hl OH.Io colllo ell'\Hn o~ -)le lo a,c . . do la. brisa entre las ho¡as,- .Jlnría, nn1 -¡ Y á dur le ~ JUSto ciClo! señom, mi esperanza, .:.~i vida i por -So roo h perP1Ítido escoger entre s¡ué se aflige tanto la re tJ~ de mi co. el de Carmeli as de 'Sta ciudad, ó el razon 1 do C1diz do l mismt~ ·eligion. Ella, sin variar de postura, teuüen. -i '{ por ál os ha~ ic; decidido? do llamar la atencion, contestó . -He dich c1uo ¡){lr un. runo ¿qué -Alonso ... se ha descubierto l ~ti( m o impor ta ! lo pueden Bo ar al que -la reina sabe que me amais, y qt q\1iernn, yo os correspondo,- y me notific6, des. -Escoged de ayer, que siendo yo hija. de tan alto -¡ Por 4'1.1 personaje era preciso vivir oculta en -Porque 1 un convento el resto de mi vida.. y me atrever -i La. reina os dijo eso 1 preguntó sacaros do él Alonso de Ojeda, siempre escondido 1 nieute. detra.s del árbol. 1 -Jesus, J ronoz<'o bien por fuorn, ri escalar sus muros, y i no tuvierais inconvn. -Sí; y roo repiti6 lo que tantas -i Por qu veces me han dicho, - que no puedo ir -seria un ·mposi L 1 contrn. la. promesa que hizo mi madre -No tal, sú lo '' <" 3igo. de dedicarme á la Vírgeu Sa.ntísimn. 1 - - Seria un sacrilegto por todos los días de mi vida. -i Y no 1 es peor su ntros en un -Pero no lo hizo con vuestro con- convento con ira vuestro g u~.o? sentimiento, María.! , -No lo p seis, Alonso, los muros -Eso no,- pero mi ma.cire prome-1 son muy alto altísimos ... ti6 en mi nombre. -¿ Qu~ m importa. la altura de los -Vive Dios 1 exclam6 el jóven casi muros? . . . )1 ía, añadi6 ¿me querríais en alta voz i por qué no a.pelais al rey dar esa na.ra a? que tiene el deber de protegeros? -Sí, cont t6 ella., pasándosela por -Calmaos, Alonso, responrli6la don- entro las rn s del ñrhol, y con ella cella. asustada, ¡ os podrían oír~ y aña- e.~e lienzo bo dado por mí: éstA eert\ di6: ¡,decís que apele á la misericor. tal vez la últi a. que hablareis conmigo, dia. del rey! Alon!;O, per no me clvideis, no me -..~í. olvideis ... -~[én os piedad a.tín tiene él q\10 la Y al decir sto no pudo retener las reina! Hgrirons. - Eso es imposible : -Oh: exc m6 el mancebo con do. -E~cucbadme, - noa. vez me atreví loroso acent ¡ jamas, María, jamas á suplicarle que no lle\'ara á cabo la miéntras viv ! Pero no perda.is las es. intencion de sumirme en un conveoto, peran¿as: ju dme no tomar el velo y él me coutest6 réciameute que me ántes de n.vis rmelo, pues nada. en el mandaba con toda la autoridad que él mundo me a ellrar1í si vos me amais ! tenia sobre mí, que obedeciese siempre 1 -Sí A lo o, confío en vos y juro, en todo y por todo á la reina, á quien por lo más sa rado de nuestra. religion, él babia ofrecido, cuando ella. descubri6 resistir á cu quier violencia. si tengo mi nacimie.nto,. deja~ á su albedrío mi 1 el. convencí ieuto de que perma.ne. suerte 'l ~l extstenc1a. enteramente. ce1s consta~ . . . -i 1 a la fuerza os llevarán á un Iban aqu1 s dos J6venes en su tler. ~~-------- ( Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. " f j 36 L A M U J E R .~ 1 na plátic:1. cuado María. sinti6 que ál- lgt_m_o-fPd·-.e- l_o_s_q_u_e_ a_q_u_í_aoda_m_ o_s_s_e_p_u_e_ 1 guíen se aoercaba, díjoselo rápidamen. 1 de e CúRar por vigilante y cauto que te ú Alonso, y é!ite en el acto se alej de los árboles. 1 deja~ a solicitud que tenia Marta., pam · III que ~~dais tomar la parte mejor, que ese~~ 6 María, lo cual os hace ver y . 1 -Bella doncella., dijo la persona que se1.1ti estas tribulaciones ... se acerca.J.,a ·,í María (y que era nadl\ - eñor, dijo María ioterrnmpién. méuos que Hernabdo del Pu!gar, el' dole, preferiría más bien ser desgra. ' cronir;ta, el cual cotno l•emos diC~lO án-1 ciada á mi modo que feliz al vuestro! tes era muy considera.do y a.teudtdo en 1 Soy j ven, teugo vida, curiosidad ... lo. corte)- la reina, mi ~eñora. toe ba - h! pobre uiñn, pobre niña, dijo encomendado, continu6, tener con vos 1 el cr oista., es verdad que sois j6ven . .. una corta plática acerca de un asunto poro í os puedo certificar que si el que os interesa. mozo tuviera b experiencia del viejo, -i Qué asunto 1 preguntó María, si ses~ tu\·iese, huiría del mundo tero­nada ~atisfecba con b snfrida inte. pran< y de las cosas dél, pero la moce­rrupciou. . dac.l 1 zana, ignorante de sí misma, tie­L _, -El asunto de vuestro porvenir, y ne W:~ fuertes los combates de la carne, l ruanii't,,tn.ros el deseo que tienen las que o pudiendo resistir, es enlazada. 1 personas que se interesan por vos de é me ·da en l:l.s necesid~des que des. que tomeis el estado monji!¡ el mús pues o puede cuando quiere salir de hermoso y propio par3. una doncella ella~. • como vos, que desprecia las vanic.ladcs - ero, seííor, si l1e de sufrir, esa del mundo y J>ÍOnlln. en el cielo. cuen 1\ es mi3. y de n:1.die m:ís 1 Adetn:J.s -Hablais, señor, con sociego por le te pgo mala. voluntad al encerra. cierto ! pues no podeis pcn!'ar ya na- n}ien o. turalruente !tino en la otra. vidn, puesto - ~ijn mia, $Í es cierto que en un que ya ésta se os acaba, pero yo. . . mouv terio estareis encerrada i no lo -La. empezais, interrumpí•) el an. est:íu a.cá en el mundo bs hueons ruu. cia.no,- es cierto, - pero hija mía, por jere!i ... Y si os repl•gna estar ~ugeta lo mismo lo que se quiero es 1 ibraros ¿u o 1 m:\nrlií pi os q11e lo fuéramos to­do las penas que en el siglo so pa~ao. c.los! ll<;n suma, añadi•Í el buen ancinno -Yo no quiero que me libreo de bajat ~o h voz ¿o·; parece poca la su­ollas: dijo la nifia con ímpetu. Quiero gecio de u un. corte y sus eti•¡uotas y conocer el mundo ántes de verme on- sus l ~a- mt\nos, rcvcroncias y ce remo. cerrada. para siempre en un moua.S- tnas. torio. h: sc11or ¿ y creis que mw. mon- -Ah: e>o d~ci~, doña )ir..r(a, porque ja go .. di! ~~~ libortnc.ll no t:abeis qué es lo que os convi~ne, - -~o, - pero sí de una paz tlo ánimo y as( es que otros, mús sabios y conoce. comp et:\. dores en la materia, se encargar:ín do -Pero 1Í mí me han rlicho, seííor libraros de las act~chauzas del mundo y •Ion ~ crnnudo, que cuando vue~tra hi­sus miserias. ja., q ~ e teuin. para ello vocacioo, (lo María escuchaba. con la ~.;nbeza in- c¡uo ~ muy diferente) so hizo monja, clioada. y en silencio. no e tnbais muy contento, y pública- -¿ Y qué os diré do los trabn.jos)n- meo ~ lo lamentasteis. numerables con que ol cuerpo sufre en erdad, verdad, que la hora que el mundo l Conviene saberlo, dice San yo y u madre ln vimos apartarse de A!rustin. " i Quién es el que anda en noso os y encerrarse en clausura se et mundo que no está obligado á los • ' ~ase "Carta de llernando del rulgar á. casos inopinados? Do todo lo cual nin. su fij monja." ------------------------------------ 1· Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. - ---- - --------- RE VI S 1' A Q'u IN O E N 1\. L . 37 nos conmovieron las entrañas, sintien- de·segnro dar un paso falso; y i c6mo do aquel rungimiento que la carne se podrá volv~r. si apénas tiene sufi. suele dar e espíritu. Pero despues que cieute a.ncbur ~ ln. viga para los piés1 la razon, usando de ~'U oficio nos hizo El perfumado ~liento de la primavera pensar c6mo en esa angostura del tem. llevaba hasta ~sa altura el murmullo plo gozaba. de la a.nchurn del para.íso, de los espectJ1 ~ores, con riesgo do cau. ent6nces nos esforzamos en vencer las sar vértigo 6 ¡..turdimiento a.l encum. sujestiones mundanas, y gozamos de la brado manee~ p, pero no fué así : des. clara victoria que suele gozar el ánimo : pues de ha be r recorrido con la vista y más, ent6nces tomé la. pluma. y le es. cuanto tenia ~or delante, y mirado por cribí lo mismo que os estoy diciendo. • último a.l a.ug ~stinrlo grupo en el patio De repecte los dos interlocutores de los nara.uj s, se sostuvo dul)l.nte un oyeron un grito de admiracion y de sebrundo en un pié, y, levantando el otro, sorpresa, que sa.li6 instintivamente de gir6 sobre sí ~ismo y regresó hácia la todos los pechos de las personas reuní. torre. Oua.nd le vieron acercarse á das en el patio. Tanto María. como Pul. aquel lugar, todos respiraron,- pero ~r salieron de debajo del árbol, y vien. aún no babia. oncluido sus pruebas el do que todos tenia.n la vista fija en la. animoso Ojed , porque, en lugar de de. torre de la. Giralda., ámbos alzaron á jnr aquel siti( peligroso, apoyó ltn pié mirar. i Cuál seria. el espanto de María contra el m u~ p de !u torre, tiró a.l aire ent6nces cuando vi6 á Alonso de O jeda la naranja qu llevnb:~. en l:l. mano, la. en la. cumbre de la torre, que acababa recibió de nl ~vo, y en seguida. salt6 de saltar por encima de la baranda del por encima d ln bnro.nda. del balcon. último balconcillo, y poniendo los piés cilio, saludó e ~11 u u lienzo que llevaba sobre una. viga, que proyectaba do la. en la otra ro no, y desapareció á la pared exterior de la torre como unas vist-a de todo , Jllltliéudose jactar de siete varas (la que babia servido para haber proJnc ~o en cuantos le mira. subir material en la construcciou que bao la impro ~on mús angustiosa po. entónces hacían para recibir In. veleta), sible. · caminó con completa compostura y se. En tanto ?. ~rín habin. permanecido renidad hMU\ la punta de ella; alll en el mismo s tío, rígida. como una es. mir6 para abajo é hizo una reverencia tntun, sin mo ~ miento y sin vida, con respetuosa á 1:~ reiua y á su corte. De· los espantndo ojos fijos en Ojeda, los túvose un momento como p:~.rn nJnnra.r labios cntre:1J3iertos, los pnfios apre. el soberbio pn.isn.je que se extendía á tados: aguan p. mio cou i nd~Jci ble :wsin sus piés, cual un inmenso mapa anima. ver perder el ~quilibrio al sér que wás do: viendo bañadas por la luz del sol amaba sobre p. tierra y Yolverse peda.. laa lejanas ca.mpifias sombra. das de zos sobre las p!1.ldosa.s del suelo; pero castillos y de torres de arquitectura cuando lo vió aozarse sano y snlvo por morisca, reotos de los alcázares de encima del b lcon, la. conmocion fué los antiguos soberanos, alamedas de tal en su org~ pismo, que perdi6 el sen­frondosos árboles y huertas, jardines, tido y cayó d ~plomada, sin ncordn.r!Je agrupadas casas y caseríos; m:Ls cerca, que en la cor p á nadie le es permitido enmedio de la. ciudad brillaban las !manifestar ta ú las clara.'! sus sentl­flechas, cruces 7 veletas de cien cam. mieutos. pana ríos de las 1gleslas y ht: rmita.s. El cronista que babia permanecido Todos miraban n.sombrados al osado ú su lado, gra.c ~ó la inconveniencia. del j6ven y aguardaban verle ca.er, y ui á inoportuno dE ·mayo de ~Ia.ría., y no ,;e respirar se a.trevia.n, i c6mo, se pregun. atrevia á ped auxilio de los demas taba.n, c6mo podrá volveral muro de la para la. post ¡¡.da doncella, ni acudir torre~ Si procura volverse de espaldas personalment á socorrerla . . * Véase la " Carta de Pulgar," ántes Citada. • VéaRe la vi a de Ojeda po1· W. Irviug. - TO~O II. ,J Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 38 LA MUJE;R. Este embarazo por parte dela.nciano la du ña. fué á buscar quien las acom. 1 no duró mucho, porque la reina, á quien pafia ~. pues dos damas bien nacidas nada se le escapaba, XlO babia perdido no po ~ian salir á In calle sin custodia, de vista á María ; y cuando la vió des. un pB ~ ecillo, con la. librea. del duque fallecer, con quebra.nt<1 de la compos. de M dinaceli, se acercó á la desconso. l tura que exigía de sus damas y caba- l lada oncella y entregándole un papel lloros, llamó á una dueffa. favorita, y 1 al de [cuido, la dijo al oído ántes de en tono severo dijo, seffnlando á Mana: retirarse : -Levánta. á aquella postrada don. l - ~o parte de Alonso de O jeda! colla y díle, de nuestra. parte, que Ma ía volvió la. espalda. á la dueña, su carácter sin entereza. y su corazon que} p.blaba con dos escuderos y pa­demasiado sensible, DO le permiten 1 DÍa~ ~dos de la corte, que salían de la permanecer á nuestro lado. N o vol ve. Sacri tía, y leyó con turbados ojos el rá con nos al Alcázar hoy, sino que la pape que decía de esta manera.: conducirás inmediatamente al monas. "]~ que me vísteis hacer, Mana, 1 , terio que encuentres más cercano, y " bo~ en la Giralda, fué para probaros allí aguardará nuestras últimas 6r. " qu~ nada. me arredra., que no hay ' denes. 1" m u o quo DO pueda escalar sin a.tur. Dicho esto dicíla señal de retirada, y " dir pe, ni riesgo que me atemorice salió del patio acompañada de su sé. " si e toy pensando en vos. quito, quedando en él solamente la " ( !oufiad en mí, tened valor y cons. dueña y María, quien levantando la ca- " tan ia." beza. se incorp<>r6, é impuer;ta de la ór. ALONSO. den de la.. rema no pudo ménos que 1 Contimu;,J·n ). prorrumpa en llanto. Miéntras que 1 S. A. DE S. A LA SEÑORITA ROSAl RANCO ACOSTA. Rosa del paraíso Llena de los aromas Que Dios para sus ángeles Unicamente di6. Qué triste es hoy Rosita. Mi canto ! al saludarte Siento que falta. al pecho La savia. del calor. i Qué le dará la. arena Reseca del desierto Al árool que fecundan Las aguas de la mar ? Qué quiere del inviern<1 La alegre primavera.? i Qué pide á los crepáscul06 La lumbre matinal ? ' ~n torno de las hadas ~ue en m;igicos vergeles ~n ullan de sus sueffos !-a espléudida vitiion, ~asuena como un eco pe lúgubres salmodias ¡.;os cánticos de una alma ~ue vive del dolor. Brillen serenos límpidos J;OS soles de tu cuna ~in que su disco empañe ¡..a luz crepuscular, ~ arrullen tus oídos ~agníficos acentos ~in que se mezcle en ellos ~i canto funeral. ~GBIPINA MONTES DEL V .U. LE. ·------------~--------------------~~------------------------~ Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCEN L. 39 SECCION RELIGIOSA, LA HERMANA DE LA CARIDAD EN EL SIGLO XIX. ~mposicion que obtuuo el pt;cmio de pces{a en la Jj radcmia lj'qonec8ól, POR ERNESTINA DROUET. ,.l.~ramndre. 'BUS vertiendo lágrimas, J esus en _la m. -Ah! eso entre nosotros muy rara digenoia..-Sí: sus primeros.~erm?~s y vez sucede .... sus primeros pesares, sus p1c~ dcbrlcs -¿Pero c6mo mirais s~n repugnan­y sus ~equeñas manos, ~oust1tuyen el cia. alguna á _!liños de~pOJados de e~­Jesus m!'! o para la sa?tn ~ írgen. P?ede cantos infanhles, mactlentos, ll?arcbl­ser 9ue en la. noche, mchnacb baJO la t:o;~ envuelto" en un <>rose ro veshdo l clandad de un cirio, ate!4tigue tu dolor :_A todos amo y :u ellos está Dios; al eco de las b6,·eda~ St\ntas, Y e lo ve cada uno representa la imágen deJe­basta el Señor esl.a. oraciou : " Ln. voz sus. cada uno lleva en ¡;Í algu11o de ios de la inocencia. con~ueve un c.orazo~ rasgos de nuestro Salvador; 1\mo su f6 de padre, y las lágnmns el el mño pt- en el uno cu el otro su candor, éste me den el perdon para su 01adr e." lo recuerda en su obediencia., aquél en La puer~ se cer~ó si~ ruido tdguno. su bondad y su paciencia¡ tal nifio en Todo es qmetud y stlenc10, e!! de noche, su humildad y todos en su pobre~;a. é hace frío I inocencia. LA ESCUEr.A. De sus ojos brotaban tiernas lágrimas; -1 A d6nde vas, hijo mio l el cielo iluminaba su frente dulcemen- -A la e¡cuela, t:eñora. te. Yo escuchaba su voz y los latidos -De guién 1 de su corazon, y le. dije por fin: -De las Hermanas. -Gracias á vos, Hermana, entre- -:5encilla y dulce palabra: veo un horizonte inmenso i el respeto -Mi abuelo, que todo lo sabe, me á la in!e.ncia por el amor de Dios. Hallo ha. dicho con frecuencia que la igno- en vuestras pale.bras una claridad nue. ,ancia es hoy una. ~rande enfermedad ; va ; es una gran leccian la que hoy be yo se leer y escribu. recibido. --- ---·---------- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ,---- ------ ---------fl REVISTA QUINCE:N AL. 41 Yo me sentí dulcemente estrechada en los brazos de la santa. -Al pié el árbol santo todos los corazones se 1 aunen ! -Hermana. puedo amaros y veros al­gunas veces ? _ _.. __ HECHOS CURIOSOS (Continuará). EN LA CIENCIA ASTRONÓMICA, ( CONTINUACION ). III mucho, y su ~rillo y dimensiones muy variable ; á eces llegan á verse tan i Quién no habrá reparado, e u lns no. grandes comq estrellas de primera mag. ches en que no brilla la luna., que de nitud y otr31 parecen puntos a.pénas repente parece como que una. estrella visibles en 1~ oscuridad. Tambien va. se desprendiera. del cielo para. caer so. rian en el e olor, con frecuencia. son bre la. tierra 1 Aquel fen6rueno es más blancos y tali bien amarillos, rojizos y frecuente en los meses de Agosto y de verdosos. Noviembre. Un astr6nomo de .Nápoles Ahora. veá ·~os como explican los sa. coni6, durante una sola noche, en Agos- bios este cur pso fen6meno: to de 1839, como mil meteoros, y otro Se ha dich que á cierta distancia en Francia. en 1836, vi6 en una hora en torno de~ sol hay una zona coro­caer basta 316. Porsupuesto que para puesta de m~ eoros, que debe de ser ver tantó era. preciso poseer telesco. más gruesa et algunas partes y más del­píos, y estar en un observatorio propio gada en otro~; y así, cuando la Tierra, para el caso. en su curso a ual, se encuentra con las Como el 10 de Agosto, dice Guille. partes más es pesas del dicho anillo, los min, es cnando se nota particularmen. meteoros se nfla.man al atravesar la te este íen6meno, los cat6licos de Ir. atm6sfera t rrestre, y por eso los landa, que celebran la. fiesta de San vemos. Lorenllo ese dia, llaman aquellos me- Pocos son ps meteoros que caen so­teoros la.8 lágrirtULB del mártir ; en bre la tierra la mayor parte no hacen Francia c.licen que es la lluvia de San sino atravesa nuestra atm6sfera para Lorenzo. continuar ro~ [Ando por el espacio o es- En Noviembre tambien vénse gran pues. Hay v rías especies de mateo­cantidad de meteoros, y cuando Hum. ros: los llan ados bólidos 6 aerolitas boldt estuvo, en 1799, en Venezuela, que parecen ménos activos y duran observ6, estando en Cumaná, durante más tiempo ~bre el horizonte, cayen. la. noche del 12 al 13 de Noviembre, do en seguid en forma. de piedras fe­que el cielo se cubri6 literalmente de rruginosas, r ás 6 ménos grandes, en respla.nd?res continuos, pr~ducidos por. varios punto de nuestro globo. A ve­una lluvia de meteoros. D1ce que pa. ces al inflam rse estallan, se oye una recia.n fuegos artificiales ; y otro tanto detonacion ce mo una descarga de fusi­observaron en la misma noche en las lería., y cae~ sobre el suelo multitltd costas de Labrador, en la Groenlandia., de piedras e~ r.andecentes de varios ta­en la Guayana1 en el Brasil y en Ale. mafíos y figu tas manía. Los quími ps y mineralogistas ha~ Hay ailos en que estos meteoros son examinado ~ ~tenidamente los aeroh­numerosí. simos, y otros en que escasean tas, pero has ~ ahora no han encontra- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. ,-:---- ---------------------~------------------------ 1 42 LA MUJER. , do ninguna sustancia diferente de las mineml6gico, los demas planetas son que se hallan en la tierra, lo cual pro- ' idénticos al nuestro. b~ria que, por lo ménos bajo el aspecto (Continuará). S. A. DoE S. EL TALISMAN DE f-:NRIQUE. NOVELA. PRIMERA PARTE. PPfíf PJ?.PJl-'Jf ¡..¡. fl~f'J?.PJ?.f'i-· (CONTINUACION). -Como señ<í Josefa está sola con sefiora! exclamó la vieja santiguán· una. negra y duerme del otro lado de la dose. casa no habrá oído. Enrique la. agarró por un brazo y sa. -¿Y las demas personas, pues 1 cudiéndola decía con desesperacion: -Todas se fueron para Lima, cuan. -Entrégame á mi esposa! entréga. do se fué la señorita ayer mafiaua. mela. ó te mato, vieja bellaca! -i Se fué la señorita? preguntó En. -Déjeme su mercod hablar! Suél. rique mús y más sorprendido. teme !. .. -Sí, la señorita Cecilia,¿ no mandó -Habla i en dónde está tu sefiora.? su merced por ella? -¿Acaso uo mandó su merced por -Yo mandar por ella!... ella ayer ? -Así dijeron los hombres que se la -Yo mandar por ella! Dime, des. llevaron. gra.ci11.da., ¿ á quién podria yo confiar -Mientes, mientes! gritó Enrique mi tesoro? fuera de sí, y presa de una angustia -Lo único que sé es que así dijeron horrible. los que trajeron au caballo ensillado -Qué se yo .. . dijo el hombre de mal para la. señorita, y otro para la mucha. humor, déjeme su merced dormir que cha. necesito mi sueño. -Y ella les creyó!!... Y al decir esas palabras el hombre -Pues ... me dijo Manuela que ha. entornó la ventana, dejando á Enrique bian traido un papelito escrito por el cnsí demente cerca de la casa cerrada. ... caballero, en el cual le anunciaba á mi Precípít6se contra la puerta dando ta. sefiorita que la esperaba en el Callao, y les gritos de desesperacion, que la ama que se fuera con esos caballeros que de llaves tuvo á bien levantarse é ir á eran sus ami~os. Decíale que no babia abrirle la puerta ántes de que la. echa.- tiempo para 1r por ella personalmente, se abajo. porque el buque que partía para. Es- -¡-Don Enrique! exclamó ella con paña 11e daba á la vela inmedia.tamen. fingida sorpresa, levantando en alto la te y no podía desamparar el punto. luz que traía en la mano. -Y ella creyó semejante absurdo! ... -Mujer! gritó el jóven corriendo al exclamaba Enrique con angustia. interior con ta.l ímpetu que apagó la -Sí, sefior ... y al momento reunie­luz ¡mujer! i en dónde está Cecilia.l ron alguna.'> mudas de ropa, un Cristo --Jesus credo! Jesus, María y José! y otrascosillas y se pusieron en marcha. Santa Bárbara bendita.! Madre mía y -Dios mio! Dios mio! decía Enri. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. RE VI S-T-A=Q--=-U-- 1-N C-E- N AL- . ---~------4-"T3- -,, que casi demente: partió, parti6 y no que re_p_e_t-id_a_s_ le_s_e_n-·a_n_f_a-ta-1-es, pero 11 tengo ú quién apelar!. .. Pero, grit6 en que si no sucedía e~o podría vi~ir mu­seguida, tú me engañas, ella esti.Í. en la cbos uños sin volver <Í experimentar ol casa, quizás enferma : tal voz muerta! ataque. Y corriendo desalado por los aposentos Apt{nas pudo levantarse, Enriq\le co-llamaba: Cecilia, Cecilia! rrió ú Lima y al Callao para averiguar La vieja trémula volvi6 á encender las intenciones que tuviera el ma.rqttés, la vela en una cera que ardía en su al. y poner cuanto le fuera posible de su coba, y alumbrándolo á su amo las va. parte para recuperar á su arrebatada cías habitaciones do su señora, tratan. esposa, 6 morir en la demanda. do de consolarle. . Sin embargo lo que deseaba no era -Cecilia! Cecilia! gritaba Enrique fácil. El marqnés, al tiempo de partir, pasando de una á otra cou loca deses- l.abia recomendado á sus amigos que peracion, -hasta que persuadiéndose impidiesen, á todo trance, á Enrique de que efectivamente su esposa no se que saliese de Lima, y así no fué 11ino al hallaba en la casa, y comprendiendo cabo de algunos meses que el jóven lo­al fin, que babia caído en poder de su gr6 burlar la vigilancia de sus ene­tío, por cuyo motivo él y su hijo se ha.- migos y tomar el camino de Méjico en bian burlado de él á tiempo de embar- ~u persecucion. IV carse, vi6 clara y patente su lllesventu. ra, y abrumado por el dolor cayó en tierra golpeándose la cabeza do mane-ra que perdi6 el sentido y quedó tendí- Preciso será quo domos aquí algu-do y yerto. nas explicaciones más claras para que 1 • N o obstante su egoísmo, su traicion nuestro relato no sea demasiado oscuro y crueldad, la vieja no pudo ménos que y pesado, y d1gamos, auuqne si u meo­conmoverse, y arrodillándose delante cionar nombres propios, quiénes eran del postrado cuerpo de Enrique pro- los parientes de Cecilia. Esta niña., he­curo volverle en sí, basta que, viendo redera de una gran fortuna, quedó, co­que no se movía y permanecía inani- roo al principio le oímos decir á Ma­mado, temerosa :le que la culpasen si nuela, á cargo del Marqués de F., su resultaba muerto salió corriendo á pe- tío y su tutor. El caballero era ambi­dir socorro. En el patio se eocootr6 cioso, amigo de la ostentacion y en ex­con el sirviente de Enrique, que se ha- 1 tremo envanecido por su rango y su tí­bia quedado a.tras, y explicándole lo tulo; pero en renlidad, aunque no po­que babia. sucedido lo mand6 al cerca- demos decir que fuese un hombre co­no pueblo de Huacho en busca de mé- teramente perverso, puesto que no ha. dico, si lo babia. Entre tanto se pasa- cía el mal por el gusto db hacerlo, y ron horas, y Enrique no volvía en sí. sí era capaz de ejecutar buenas accio­Por fortuna se encontró ttn médico en nes, &i aquello le reportaba algun bien Huacho que lleg6 al fin, y examinándo- á él ó á su familia, tampoco vacilaba le detenidamente declar6 que, aunque 1 jn.mas en ejecutar malas obras por los parecía muerto, no lo estaba, sino pri- , mismos motivos. Cuando se persuadió vado totalmente de sentido, en fuerza de que su sobrina no quería aceptar la de una afeccion violenta al cora.zon, mano de su hijo mayor, y viéndosearrui- 1 cuyos efectos semejaban á la muerte. nado y sin suficientes recursos para ~os- Despues de muchas aplicaciones, al tener el boato- que era una de las néce­cabo de horas se logró que el paciente sidadcsdesu vida-hizo el propósito de recuperase la vida: el médico le ad- no permitir que la fortuna de su sobrina . virti6 que aunque le babia salvado por saliese de sus manos y con esta. seguri­ent6nces, quedaría siempre propenso 1 dad se propas6 á disponer, no solamente 1 . á esos accidentes, que le darian cuan. de las rentas de Cecilia, sino tambien do tuviese alguna fuerte emocion, de parte de su capital. Puede, pues, el, 1 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 44 LA MUJER. lector comprender cuál seria la. rabia. chanclo que ella había sido la. causa de del Marqués cuando descubri6 que su la.s desgracias de su señora, hizo -voto sobrina pensaba. sériamente en casarse de dedicarle su vida, más que como con un pobrete, el cual, por lo mismo, una. esclava, como una. tierna madre. necesitaría de toda la fortuna de Ceci. lia y le exijiria cuentas claras de la V tutela. No sabiendo c6mo salir del pa. so, pidi6 y obtuvo 11n empleo en Méjico, Dejémos correr el tiempo. Cerc3. de con la intencion de sacar á su sobrina dos año!J despues de los acontecimien­de Lima, y llevársela consigo lo más tos que hemos narrado arriba, en una léjos posible; pero en esto aconteci6 hermo!'a. mañana de Mayo, cuando la la fuga de Cecilia y su subsiguiente primavera sonreía y el sol lucia bri. matrimonio; lo que determin6 al ~lar. liante en el cielo azul y sereno, un na. qués á suplir los recursos legales que vío recien llegado de la Habana entra.. le fahaba.n, oon todo género de vías de ba. al puerto de Cádiz, y media. hora hecho, aunque fuesen criminales, para .despues, entre otros pasajeros, verémos hacerse dueño de la. fortuna de su pu. desembarcar á nuestro amigo don En­pila. Ignorando el paradero de ésta., rique, el que, contando apénas veinte hizo correr la voz de que partiría. pron. y dos años parecía. de mucha. más edad. to pnra Méjico. esperanzado en que los Caminaba s6lo, triste y abatido y no novios cometerían alguna. impruden. ma.niíest6 señales de contento al vol. cia.; lo que tambien se le hubiera frus. ver ú su patria, que babia dejado en la trado si la charla. de Manuela. y la in. infancia, sino cuando se sinti6 apreta. teresa.da. curiosidad de la ama. de llaves do entre los brazos de una señora de no hubiera coincidido para daño de los alguna. edad que abrazándole decía : dos novios. ~Hijo, hijo de mi vida.; No creía Como habrá advertido el lector, la. posible volverte á ver .. . seikl Josefa se le préRent6 al Marqués Despuesdeaquellas palabras de bien cuando babia perdido la esperan~ta. de venida. y tiernos abrazos entre madre conseguir su objeto, y, merced á una é hijo, la señora hizo acercar un coche fuerte propina, dijo en d6nde se halla. abierto, que la aguardaba. á pocos pasos, ban los novios pr6fugos, y c6mo babia y subiendo á él con Enrique mand6 oído la conversa.cion entre Enrique y que los condujeran á la Quinta. Rod6 Cecilia, en que éste pensaba dejarla el carruaje por la. orilla. de las fortín­sola para ir al Callao á presencia.r el caciones y pasando ú San Fernando y viaje del :Marqués. Fácilmente a.rre-1 Santa María, se dirigi6 a.l travez de los glaron todo el plan, que ya. conocemos, campos búcia la. Quinta., que demoraba. para hacer l!alir de la chama á Cecilia á dos horas de distancia de Cátliz. y ponerse voluntariamente en marcha,· -¿ C6mo sigue mi tio? pregunt6 al no descubriendo el engaiio sino cuando ca.bo de algunos momentos Enrique, se ball6 en el navío en medio de su procurado salir do sus tristes medita. cruel familia, en tanto que Enrique la ciones. veía embarcarse de léjos sin saber que -Mal, muy m~l de salud, pero tu era ella ... Al encontrarse s6la. en me. llegada le hará indudablemente gran dio del Oceáno, rodeada de enemigos, provecho. ¡Deseaba. ta.nt.o tenerte á su y separada, segun le decían, para siem. lado 1 pre de su es:poso, ¡,u dolor no tnvo H- -Me alegro en el alma; así tendró mites, y su t10 tuvo esperanza de que a.lgun aliciente en la. vida, ya. que di. muriera, pero no sucedi6 así ; pocas cba. no exi!'te para. mí ! son las personas que mueren de pena. -Ni para. nadie, hijo mio ! Recupero la. mísera Cecilia su salud, -No pensaba yo tal ahora. doR años 1 merced i los cuidados constantes y ab. -Pero ... si este asunto no te causa negacion de Manuela, la. cual sospe- demasiada. pena,- quisiera saber si has Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCE 45 perdido enteramente las esperanzas de 1 invadidos p las guenillas de los in. balltlrla... surgen tes, Marqués babia partido, ~Es decir que usted no recibi6 mi ma dijeron con toda su familia ; carta en la que le refería c6mo y dón. yo seguí tr s do él ú riesgo de ser de la hnbia encontrado 1 fusilado lJO uno ú otro bando revo. -La encontraste!. ... i Y ent6nces lucionn.rio, ero la vida de los des. cómo vienes sólo? graciados 11 a un talisman consigo y -Sí, la hallé, ¡Dios santo !. .. Pero ram vez se é amenazada por verdade. en el triste cementerio de una. iglesia ros peligro T..legué sano y salvo {i de Vera-Cruz. la capital :Méjico, y en breve roe r -Había muerto!... presenté en 1 tlespacbo del Marqués, -Mire usted, madre mia, el disefio á quien tuv la fortuna de en~ontrnr de l:l tumba, que con mil trabajos hice sólo. El se mutó a.l verme, y yo, te. levantar á mi esposa. idolatrada. Esto miendo qu se me escapase, cerré la es todo lo que me queda de elb! puerta de l estancia, y en voz baja y Y sacando de una cartera un papel términos br vos le pedí cuenta de mi lo desdobló y mostró ú su madre, aña. esposa, y a oacé 10atarlo en el sitio diendo con profunda tristeza: si no me da su palabra de devolvér. 1 -Oh ! madre mía, ¡por qué no me mela inme tameuto. Aterrado cou dejó usteu morir niño l Cuánta!! amar. mi nqpecto dijo IJalbucieute: guras me hubiera evitado! -No pu o devolvérl'ela porque no 1 -Ingrnto l... est:í aquí. -Perdóname usted, perJóueme !.. . . · -Miente rsted! grité fren6tico. per·o he sufrido tanto, tanto, que e u -Caball o l dijo con algunn. digni. realidad no sé lo que digo .... Ademar; ciad, se lo a guro, níitulió, cibí una carta tuya, fecho.da e u tia, puesto Ver..l-Cruz hará poco mús de un afio, y preguutt-. en seguido. otrn.s varias pero tan cortas -Con un y couf,rs:u; que solamente lo. que me una crindu s anunciaba tn regre'lo pude compren. -i Jura der . .. y desue eut6nces he vivido en verdad 1 •lej6 usted á Ceci. familin. est:¡ &t!UÍ? mujer do rni confianza y yB: )lauucb. ·ted •J.UC lo que dice es Cúdiz e:~perando coa á usía tu llegada . . -Sí, cont st•Í con solemniuad. -¡Es decir que usted no ~upo 4'\e, -Bieu es ¡: ueme u~tell por escrito habiendo logrado descubrir que el .Mar. ol uombre d la mujer con quien JejS qut!s de F. y su familia habiau desem. W!ted ú Ccci ia, y la.<; seüas de la. casá, l barcado en Vera-Crull no llegué ú este y ademas e. iéndame usted un llnlvo­puerto sino para saber que pocos uias conducto pa poder regresar íÍ y úntes ha.bian seguido para la ciudad de Cruz sin l'Íe o de ser aprebado. Méjico? Des pues de permanecer largos me~es detenidos en Vera-Cruz, con roo. tivo de la inseguridad de los caminos, (t'o1¿fi 1 'a I'CÍ ). ~-~----- ------~--------------~---------- ~ ~~--- TQ)IO U. S. A. m; S. 6 Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 46 LA MUJER. CUADROS DE COSTUMBRES. MIS SOBRINOS Y YO. AHORA ocho 6 nueve afíos publica- tio de seis ó siete sobriooo, criados, ves. mos en un periódico de esta. capital tido~; y educados completamente á la. algunos artículos de COHtumbr~ con un mod11. actual. Vivo con rois hermanas seudónimo masculino. Creemo~ que és. en una casita propia, anticuada, como tos vendrán todavía al caso en la socie. sus dueños, sita en las alturas de Egip. dad y no desagradarán á nuestras lec. ¡ to, muy Mj os do todo barrio elegante; toras. Esto, por lo méuos, nos han di. pero en cambio, desde la ventana da cho algunos de nuestros amigos, co.¡ mi cuarto diviso un panorama tan bello nocedore~ do estas produc-ciones, y á 1 ~obre la &abana, que á mañana y tarde instancias, y por oonsejo do ellos, las exclamo con fray Luis de Leon : damos hoy á fa ~tampa. l '' ¡ Qoe descansada vida S. A. DE S. l La ?el que huyo ~el mundanal núdo, Y stgno la eaoondtda -- 1 SPnáa por donde han ido I Los pocos sabios que en el mundo han sirio! .............................................. Bueno será que áutes de empezar la Vivir quiero conmig", narracion que en ~>eguida se leerá, le Gozar quíoro del bion quo debo al cielo hable al lector de mí, si é1 me lo per. A eolas, sin testigo, mi te. Le diré en primer lugar que no Libre de amor, de celfl, pertenezco á la actual genera.cion, y De iglo, )as COStumbres de} bros favoritos, envolverme eu mi capa., dia no dejan de e,,candalizaruos un tan. fumar y conversar con los pocos ami. to. Mi hermano Rttfino v1ve muy or:u. gos que me h!\n quedado del tiempo de pado de su~ 11egor.ios durante el dia; y antaño. ¡ Quantwn¡, 'YIWiCilus áb illo! como delesta. la ·sociedad de moda., por Muy cambiados están loR tiempos ; 1 la noche robnsa acompafíar á visitas 6 á ¡felices aquellos eu que yo podia ci. tertulias á sus hijas, yendo por¡su lado ta.r mis auto1·es latinos más queridos, ti reunirse con sus amigos y jugar tre. sin temor de que no me comprendie. lilillo (asinus asinu'Yit fricat, 6 corno sen ! Pero reanudemos la. frase : soy dij~ramos en e~'~pañol vulgar: "cada puas, un pobre viejo, soltaron y hasta oveja con su pareja.,'') y en tan ama. l ridículo delante de las gentes de este ble compañía olvida. que su interesante 1 ytiempo: mi familia. se compone de dos prole necesita de sus consojoi>. Su se. '·, hermanas, viejas tambien, solteras y ñora., mi cuñada Pacbita, es una. perso. por consiguiente beatas, que detestan na de carácter angelical, y á tal punto por instinto toda. innove.cion1 y un her. suave y blando, que se deja dominar mano casado, 'ni rico ni pobre en rea. completamente por su familia : ade. 1 dad, pero que me ha hecho el feliz mas, como siempre e&tá enferma, sus ----------------'-------------' Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. REVISTA QUINCENAL. 47 bijas asisten á toda funcion (á ménos sados tan extrnñott, que poco bá ni que sea al teatro) sin mejor compañía una loe&. los hu hiera usado, y mucho que la de los petimetres de ~;us herma- ménos una mujer en su juicio; lo que nos, niños de diez y ~is á diez y nue. prueba que las mujeres sensatas del ve afios. diu ~>on más locas que lag locas de mi Una tarde, eRtando yo en casa de mi tiempo. cuñada conversando sa.brosaQlente con -Esto de usar peluca, las dije, es ella., y fumándonos á duo un par de lo que más me extrafia. exquisitos cigarros, nos vinieron á in. -Eso mismo les vivo yo predicando, terrumpir mis do& sobrinas mayores, contestó la ma.dre, con más ra.zon ~uan. Casandra y Aspasia. Estaban las po- toque cuesta un platal cada un de esas brea niñas muy afligidas porque ¡;u¡¡ casta:ilas. amables hermanitos Radamanto y Pa.- Un gesto de de>den pleg6 los labios linuro, y hasta el menor, Séneca (mi de mis sobrinas al oír aquella. herejía ahijado) le.s notificaban que, habiendo de lesa. moda., y Casandra contestó: sido invitados ú una cena en el Club -Esta moda es muy bonita, y ade. Americano, no podrían disponer aquella mas muy c6Uloda, y luce tanto! noche de la preciosa escolta que ellos -Por otra parte, añadi6 Aspa.sia, debían procurarlas. que tiene el genio mónos sufrido, en Las muchachas se mostraban muy lo que cuest.:~. no nos metemos¡ y así afligidas con aquel suceso, porque ca. como no le critico á mamú su pafíolon, balmeute en esa. noche deb1a.n asistir ni á usted su capa, creo que somos nos. á una tertulia, 6 té, como se dice ahora, otras libres de UEar lo que mandan de en casa de la señora de don Toribio Europa.. de N***', una. de sus amigas, pa.m la Pachita bajó los ojos y sa.li6 del cual babian preparado hermosos veati. cuarto avergonzada, sintiéndose bumi­dos imitando los últimos figurines lle- Hada. y como ignorante delante de sus ga.dos pot· el paquete, que por cierto hijas. representaban á dos fa.moaas actrices -Ahora. que estamos solos, querido de los teatros de París. ¿ Y cómo no tío, dijo Casandra con aire amable, te. Uor:u la prrdida. de aquella ocasion de nemos un emveüo con usted; si qui. lucir~:;e l Me mostraron los vestidos : sieru ayudarnos ... el uno era color de sapo, con fluecos, -En lo que gusten, contesté con za.­cinta. s, lazos y recogidos, y con enagua,¡; lamería.: la.s mujeres son las que man. unas corta!! y otra¡; largas, de un color dan; nol!otros obedecemos.... cuando m:i~; S\ll'Ío y apagado ¡ el otro era roa. nos conviene. tizado y con las mismas zamndajas, -Se trata de esto: Paliuuro ofre. vuel ta'3 y revueltas de calatnaco azul y ció llevarnos esta noche hasta. la puer. colorado, tela que me record6 viva. ta de 1::~. casa de don Toribio, pero no mente mi último capote de estudiante, puede volver ú traernos . .. i t¡l ustod eu que fundé todo el orgullo de mis quisiera. acompañarnos al regreso? juveniles año~:. Con estos disfraces de- -Yo! ... bian llevar unos 1.apatitos con tacones --.Sí, usted ... como á la una 6 dof, de cuatro pulgadas de altura. que las de la mañana. obligarían á caminar en las puntas de -iLuogo es baile? los piés é inclinada¡; para adelante, lo -No; un sencillísimo té: si ÍtJera que, con las colai y los peinados, en baile no podriamo& salir ántes de las figura de copete, les daba. cierto aire seis 6 ¡¡iete de la mafiana. de pájaros bobos, Dada. tnvidia.ble. Me -Eso me convendría más, porque olvtda.ba. mencionar laa pelucaa de for. ent6nces iría de mattanita. 'misa. y de m& á la bacant.ú, segun me dije~on se pasada. las traería. á su caea. Pero eso llaqsa.bi. aqullo, eoi»puecsWI de rir:os, de presentt.rse ' eBJ,B horaa eo un salo u trenzas, cacbumboa, eepeluoo. y preu. doa~e nadie le conoce á ... Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 48 LA MUJER. -No babia necesidad de que usted 1 oído nuestras parejas, y por tal cual er·· ·ara l me contestaron afanadas. coqueteo inocente y "sin consecuen. Yí pintarse eu sus fisonomías el te. cías," como dicen los franceses, ponen rr~r más grande al pensar que yo po. el grito en el cielo. dna. presentarme delante de sus ami. -Decididamente, dije con ironía, gas, con mi aspecto de vejete, y recia. es preciso suprimir ese mueble imHil marias como sobrinas: comprendí aquel que llaman madre. 1 sentimiento en sus ademanes y añadí -No! exclam6 Casandra: no digo prontamente: eso: pero sí es mny justo que Re to. -Pero no tengan ustedes cuidado, meo la. pena de quedarse en casa, tan. que no iré. to más cua11to que hacen muv mal pa. -No irá :... ~ pel entre las gentes de toño. En la ' -No, hijas mine;: busquen elegantes casa es otra cosa: nadie las impide que las acompafioo, que yo no soy para mandar en las criadas, cuidarnos cuan. el caso, y ademas de esto me hace daño do estamos enfermas, ver la ropa y la trasnocharme. Tampoco me parece con. cocina, &c. A eso no me opongo abso. veniente que vaynn á estarse así, solas, lutamente, y ademas, creo que no sé en una casa que su mamá no frecuenta, qué haríamos sin las mamás. segun. me ha dicho: por lo ménos ella -Pero lo que no permitimos, añ"- debena acompañarlas. dió Aspasia, es que se erij:1.n en nues. -Ella ! si no la han convidado ! tras consejeras y quieran mezclarse en - No la. han con,·i':lado l y á uste. coso.s de la buena sociedad, que ellas des sí ! no entienden. - .A nosot ras es diferente .... -Pues, señoritas, dije yo ya indigna. -¡Y ~ pesar de semejante desaire do,. sepan ustedes qne se equivocan persisten ustedes en ir 1 mucho, si creen que Pacbita, ]a exoe. -No se con!lidera como desaire de. lente mamii de ustedes, no entiende lo jar de convidar á las madres : es moda que son Jos usos de la buena sociedad : ingles~. en mi tiempo, cuando éramos j6venes - Lmda moda, por cierto ! ella y yo, mi cufiada era el espejo en -E~ verdad : es una. excelente in. que se miraban todas las que querían novaciou. Lns viejas sirven siempre de manejarse con compostura: era un mo. estorbo on una tertulia, té 6 baile: delo, y la. citaban siempre como el ocupn.n llll l11aa.r necesario en el salon ejemplo que debían seguir las scñori. y qna puodc ~tilizarse paro gentes que tas elegantes y de buen tono. se dejan de convidar porque no caben. -E<>o soria en su tiempo, contesta. Ademll.S '1¡;tpd no tiene idea de lo que ron desdefio~amente; esa época. pns6 molestan ]a~; madres en un baile: á y h juveotuu es la que gobierna hoy. todo trance quieren ver cuanto pa.«a, y -i Y :>U mamá las obedece 1 como nadie las dirige la pa.labm, tie. -Pues ... Le contaré cómo la obli. neo ln. irnpertineucia de sentirse por gamos una vez ú que nos diera gus. e:;o. Y luego al tiempo de ir ú la mesa, to. Cuando estaba. aquí la compaf'Iía. lo;¡ dueño<;-de casa no pueden conse. dramática de la Rcnntn-al, quieimos ir gui t' que los jóvenes se apresuren á lle. una noche al teatro: daban una pieza vatb.s al comedor, y una vez allí es que nos habían ponderado como intere. , ¡)leciso seryirlas primero .. . . Siempre santísima; pero no se quién le dijo á tienon In i udelica.deza de cansarse pron. mamá que el drama era inmoral, y nos to, y desde las cinco de lo. mañana em. declaró que de ninguna manera con. piczau con <'l .sonsc>nete, repitiendo: sen tiria en que fuésemos. Le contesta. " ''árnouos l " cada vez que por casua. moa qne se equivocaba, porque al con. lida.c.J: llM ~o acerca á ellas. tmrio, Arturito y Enrique nos habian -.Por otrn. 11:1-rte, e.fiadi6la otra her. dicho que la pieza era excelente, puea mau:a, quÍ!ereo saber qué nos dicen al aehabiarepr918ntadocongiandeaplau. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. .-----~~~-RE v r si; Q u r N e E~ A ;:-----49-1 so en París, en un teatro que llama.n ¡ ra.do con air~ insolente, me volvieron del Palaci,o Real. Pero en esta ocasion la espalda, acercándose á las mucbn­niugun argumento pudo convencer á cha1.1 las ofr cieron la mano con una mn.má, y por la primera vez la. encon- familiaridad tan poco respetuosa, que tramos ineKora.ble. l me provoca a administrarles un buen -¡ Y oo fueron 1 castigo. -Imposible hubiera sido... -¿ C6mo e va, Casandrita 1 dijeron, -Me alegro mucho. i que tal As ¡asía.~ Y sin pedir licencia, -Al contrario, replicó sonriéndose se sentaron ~n el canapé al lado de mi interlocutora; imposible hubiera entrambas. sido deja.r de ir. Viendo que mamá no -Bien, e atico! cedia, no quise discutir más, pero roan- -Perfect mente, Arturito 1 contes-damos buscar el palco y comprar las taron ellas e ~n aire amable y despeja­boletas. Por la noche nos vestimos Ca- do, i y usted s como están ? sandra y yo y nos presentamo:; en el -Nosotrq ... pas 'Tiud, pas mal! cuarto de mamá, quien se preparaba -Por fin, tpregunt6 el Arturito, ha-para acostarse. ciendo moli~ ete con el bastoncito de -A d6nde van t exclamó al vernos. mimbre, i t~ ~dremos el gusto de verlas -Al teatro, contestamos abrochán- esta noche e ~ el tá, que dan don Tori-donos los guantes. bio y su sefí~ ra para celebrar el oum- 1 1 -Pero niñas, repuso i no les babia pleaños de 1 niñita! dicho que de ningun modo permitiría -No sé ~ ~é baremos ... no tenemos que fuesen? quién nos ac mpafíe do regreso .. . pues -Y uos volvió á recitar la letanía nuestros he pnaoos estaríÍn ocupados. con que nos había obsequiado por la -Vaya. \l a bicoca: contestó hacien­matiaua. . .Nada le contesté, pero lln. 1 do dengues E que hnhian llamado chc~­mando ú una criada mandé decir á Pa- tico, y que e a el hijo de una tendera. linuro y ú Rada manto que estábamos 1 de la plaza e mercado. i Y no saben listas para s~lir. ustedes que stos brazos están siempre -¡Y qué hizo su mamá? IÁ 11u disposic ~u 1 -Usted sabe que lo único que papá j Viendo qt ~ mis sobrinas parecían ha prohibido es que vayamos al teatro indecisas y o conte3to.ron unda, me sin mamá; así viendo alla. que estába.. acerqué al gtJ 1po y dirigiéndome ií ellas mos decididas á ir con ó 8¿,~,. su consen. dije : timiento, y temerosa. de tener un dis- -i Cómo o han de tener una perso. gusto con papá, -se >Ístió ú toda prisa na. de ?'e8'}>etq que laR acompañe á su y nos acompañó. casa. do regr~ ocle la tettulia! tNo me Yo estaba. aterrado, ntmdido, abo- ven ustedes quí? ¿Estoy acaso pinta­chorcado, oyendo aquellas convereacio~ do en la. par d 1 ncs de mis caras sobrina!!, é interior. -Pero, ti , como usted nos babia mente daba gracias nl cielo porque Pa. notificado qt ~ no podía trasnocbo.rse .. . chita hubiera preferido casarse mlis -Eso dijE pero no soy rio para no 1 bien con mi hermano que conmigo, poder volver ~e atrns. Díganme á qué como en un tiempo le propuse yo. horas quiere que vaya por ustedes y Bendecía al cielo, que me habia libra- cumpliré. - do de tener una familia q11e educar en Convenim ¡¡ en la hora; y saliendo Ol!tos tiempos. al momento ~o casa de mi hermano, En ese momento ~>en tí las piBadas de tomé el cam · ~o de la mia, abochorna­varias botit&s que caminaban menudi- ldo y apesara o. Pensaba. en lo que era to, y, vi entrar á mis amables sobrinos la juventud e mi tiempo y en la coro­con dos pepjto8 amigos suyos. Loa pri- j postura y me ~les sefforiles de las ni. meros se acercaron á saludarme, pero ftas, aeí co~c en la respetuosa galan­los segundos, despues de haberme mi-l te ría. de los , ~vene11, tan diferente de -----..,.....-------~~-...,........,.... --------~~----------- ---- Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. -..----------- •1 )0 LA MUJER . la del dia, y roe iba diciendo con Jorge niñas. Cuando llegan las señoras de Manrique: edad :'i preseutan;e en ltu: salas de sus casas, los amigos de sus l1ijas las equi­vocan con los muebles, y olvidan salu- ¿ Qu~ se hicieron lne damns, Sua tocados, su.s ''eaiit.los, Sus olores'? ¿,Qué se hillieron las llamns De los fuegos encendidos De amadores'? 1 darlas, porque no las conocen, bien que 1 en esto no tienen mucha culpa los j6- l venes, pues todos los que se llamu.n 1" á la moda " son miopes y no alean- Se me present6 (haciendo contraste ¡' zn.o á ver sino aquello que les agrada; con lo que era mi cuñada cuando lu- d6n moderno tambien y desconocido cin. como reina de la sociedad bogo-• en· mi tiempo. Ent6oces veíamos por tana.) esa pobre señora que es hoy' parejo lo feo y lo bonito, lo agradable como cero á la izquierda en su fa- y lo desagradable. Así, saludábamos milia, irrespetada y relegada al últi- primero ú las ancia.nns y despues á las roo rincou de la casa de su esposo, niñas de la casa : ahora " hemos caro­como retrato viejo. Viva la libertad 11 biado todo eso," como decía Moliere, y Ahora los hijos son todos libres des- el corazon ya no está donde se encon­de que abandonan las escuelas, ¡ qué traba ántes; y lo peor del cuento es digo 1 desde á u tes de entrar en ellas ... , que no se sabe en qué region se le debe loe~ padres no tienen ra::on de e;nistir: buscar. El espíritu de anarquía no está la madre, principalmente, debería mo- solamente entre los que se quieren ti­rir temprano : sn existencia es un 1 tu lar pueblo soberano, haciendo y des. uso anticun.do y ridículo que debería 1 haciendo gobernantes: ha invadido la abolirse; no se le encuentra más des-; familia; y la de mi hermano Rufino tino ya, á la o.ltura á que han llegado no es lo. única en que está establecido nuestras costumbres, que el de cuidar el gobierno 6 desgobierno, de los l1ijos la casa y nyudar á vestir, (l enrizar,¡ sobio los padres. peinar y componer la.s pelucas de las (Concluirá}. RBNATO. ---... ·---- CURlOSIDADES. CAPRICHOS DE L0:-:5 l\IÚBICO~. OLUCK no podia componer si uo 11e. poder componer. Riendo y disputando va.ba su clavicordio en medio de u o pra. con sus n.migos fué que escribi6 sus me­do. Necesitaba el espacio, el cielo sobre jores partituras. su cabeza, el calor del F.ol y .... ea preci. MOZA.RT necesitaba est.1.r solo, pa.. so confesarlo, una 6 dos botellas de seándose por el campo, sea á pié 6 en champafia para inspirar su musa. coche, para que le vinieran sus ruo.s poé- PAISHJLLO nada hacia si no estaba. ticas ideas, las que despues escribía á acostatlo largo á largo sobre su cama. toda prisa al volver á ~u aposento. HA.YDN se. vestía de l1rnpio y aun RoSSINI, como Cimarosa, gustaba. de con lujo, se ponía. un anillo, regalado e~tar rodeado de amigos, eo cualquier por el Emperador de Alemania, y sen- parte, en una. fonda, en el campo, en tándose delante de una mesa, aobre la. medio del ruido de un ensayo, en la. cual hubiera papel muy grueso, tinta Ópera., á média. noche, 'J'!'T la m&ffa.Da, y plumas de lo mejor que se encontra. á medio di&. Su fecundidad era prodi. ra, escribía sus composiciones con la gioaa.. Una vez que eacribia un (fuo, mayor pulcritud y cuidado. metido en la. cama, en medio del in- CUUROSA necesita.b& oir en ttl c~n. •!arman~s. las recibida.; por el loa Gobcmador 18 de aquella colonia han h~ que llet:"o ult•mamento )1011 por cierto mucho cho todo lo po ible para civilizar á la11 t ri­peores. En FRASCIA hablan de inundacione11 bru~ de negros Juo meran en lo1.1 alredoderca. tenibiCfl, y pérdida do millont•H de árbole11 El Rey do los "rulus, era el máa sah·ajft de en loA hn t:s1• \:lA, En IT.~LtA, qno todnH laR m nchnch1111 de sn corto. se c:J­~ n ol mea de Febrero, ao desenc-adenó 1111 11nrnn con loa ~ orrcros viejos IJUO ya no nd­vendahal tan espantoeo on toda11 lu oo&tne ¡ mitia en au eje•c:ito por inutilca. {Es prohi­qne en~ Vene~ia el ~~r J.>(n~tro h:u~La Ja pllt~ ~ihido en nqu la .na!.'ion c¡uo lo~ guerreros za de San Marcos e munrlo mnchoR pl\laciOII JÓvenC!I t~>ngnn lllll)er.) ),na negntn.; ruhu&a­y 011!'111· En alguna& dndarl~>ll el viento y la r~n obodoccl' á s•t ltoy,_y cnlónccs é.;to, io-ll_ nvliL ornn talcR, qnn c·:'lyllron loR c:unpan:1• ch¡;nrodo, la:; h 911T.!IHI11ll' en nHtBtl. Cunn-noa, y en do11 iglesia11 la11 mi u as roahron á de• lo supo fll r. m11rlo1' do la colonil\ man-los uccrdotea que docian misa. JJOf; nanfra- 1IÓ suplicar al uol Octiwayo que tratara de gipll han 1ido tales, qno pocns buques han co•mbior do col duda. .fo~l tirauv enfureci•lo podido resistir al catucli11mo y al :mub.'\to de le reepondiv qtH aún no habia derramado IIU· los elementos eufnrocir'los. ftc!ontc sangre, segun lns costumbres de 1111 .Al mi1mo tiempo el Vesuhio 11a manifesta- nncion, pero qu' en odelaulc t<1ni!\ iotoncicn ba s:;itado, y el viento llevó lus <'(mizas quo ilc hncor correr s;w~ro 1l torrentes; adcmas arrOJI\ba 1111 cráter huta Horma. En IAIJ!Ilnos •·vwn ti no ro ru)Cia In intcn·cnt·ion de los pal'tOII, arlemaa, eo einucronli¡;ciUs temblores ~uglefloo en 1111 ~ obierno, le adverlÍI& que con­de t1erra. tal'a conque lej nria~>ontir todo ol peso do11n l::n EePAI\A ROban alnrmudo t(llnbicn por- jnlllll rolern. In tdh&tatnonto puso mnnoa á la que r'tltirntlmente han notado una ~nm recm.l obm, y pcrsi.:;• y ruandó al!csin,tr á los mi­def! cencio. de lepra 6 lázaro Cll Ahcanto. Los sioncros ctiRti~ os que hllcia mucho tiempo médicos, ain I!Dlbargo, han trft~lo do calmar 1 cataban eBtablc<1d011 en sus rlominios; atacaba los á ni moa, nac¡;urando quo eu t~nfer.nedad continuamente Jas guarniciones iuglosaa, y ol no es contag!oaa, sino hereditaria. Poro Jo ! de Euoro ú lti.lo so dcclnr6 definitivamente cierto os qUil cuando esta t.nfermcdn(l qun 80 la ~1crm enLro gloses y ~ulus. llunndo el :!2 habia acabarlo rnsi por <'moploto en Í~uropa du E11cro los i Jo;¡es lmtabc&n de 'refonnr ha vuelto á mostrar 11u tcrrihlo fa¡, ni mie~ lae guarnirion y poners!l rlefinitivumenttl mo ticnapo que la Jlt'&to en Ru11iu nlJ;O de en estado rlo rl íen r:n, d horriLie Rey negro muy extraño debe do haber eu la ~tmosfera atnc6 con 20,00 salvajes mh, nna columna ae nuestro planeta. Dioose que en HuRia no iugl~>aa, á poc· lcc;uay 1lo !\atnl, y la des­ha progreaado la }"CCItc, con moth·o dnl in. trnyó complota.: ente, rnuricndo en ella. 500 tCIIIO frio que ha reinado en Rnropa durnntc soldados y cr.r~ de 70 ofici31os, salvándo­lo• ulLimor; mes·~ del invierno; poro se to11e &o t&J?énns un pocbs Jlor miln¡;ro. Eat~ que 8(1 declare de una maucm violenta con nolic1a ha p ~nc:ldo unn ,·ordadera cone- Jos primoroli catorcR iio la priloavera. temnciou en glatcrrn, on donde, como to-¡ n .toa sabeo, eól loe hijos do los nobles 6 de . • . l11e fanlilias h algas siguen la carrera mi- L oa penodtooB do l NOL.It"Enn A no hablan litar. de otra cosa que uo sea de la ct~pantosa C3- Miles de pe t.Áat~ofu oenrrida en la colonia. de Natal, y cll T nglatcrra cou 88CSIDBW do un destacam~to entero de in. como volnntari glcsea por millarea do Zulus, negros cruelos vcngár la mue onal! so han prestllltado r:n andablo cntus1asmo á servir on el cjórcito del Cabo, y e do Jos valientes militan:s Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA 1\IUJER. ueeinados tan bárbaramente. Entre lo~ vo. cihió en andit>nC'Ía solemne ú tod011 los dele­luntnrios partió, á fine¡¡ dn }'ehrero, el J>rín- :;ados de 13 prensa C3tólit:\ del momio, n-pro­cipo Luis Napoloon, el Ílnico hijo do Napo- ¡ sentada por 1,:102 periódicos, los cuales em­leon III. Antlls\f"c embarcal'lje dejó una car- pican !5,000 cscritore11. En contestncion al ta, on fonua do proclama, manifostando su diRcurso que le dirigió en esta ocasion Mon­valor y 1111 genet-osidad. Bien conoce él á sus señor Tripeli, Lcon Xlii contestó en latín compab·iotaA, loa franceses, ~ue nnrla al'Otlll dando las gracin11 lí la prcnM. católica y ma­tanto como á. un Jefe militar. r.os periócli- nifest:mdo lo útil que cm. t.1dn la que se ocupa cos legitimistas dicen que el prínt·ipc Na po- I en combatir diariurnont<> contra el atcismo y la lcon tit>no ruzon de ir á la Buena Bsptra.ua. revolndon. Reeomt·ndú ii todos la sumision El Timu de J,óndres publica un artíl·ulo cu l ú bs enseñanzas de la lglesin, la moderncion el cual asegura que el Rt>y uegro C..tiwn)'O no en las polémicas, la concordia entre los pe­tiene tanta culpa en la m~ncionacla c:atn!lltro- rivdico3 católicos, la dignidad en las argu­fc, como loa comerciantes ingleses, los ctules, rncntaciones y la dcfen11a á toda costa de los J>C118ando sólo en el amor al lucro, )' olvi- principios cristianos, que son loa cimientos dando wdo patriotismo, hnn vendido milla- del órden social y In paz de los pueblos y la rc11 de fusiles de aguja á. los znlus. Al prin- civilizacion. ci1•io Cllle tráfico era público, y últimamente por !lOntrnbando, dando así armas á loa ene­migot~ de an raza, y causando grandes des­. grar:ius, }lUCB si do selíuro Inglaterra. trinn­! nd por fin, no &et·á smo a. cof!ta do muchos sacrificios. Los negros bien ntmndus y enva­lentnnndos con este triunfo (IÍ peRat· duque mordieron el polvo miles do ellos) induda­uh mente prolongarán lllUChO ia lucha. IV Esto probuá una vez más, que en una na­cion loa pecados y los ,·icios de lo& unos caen sobro las cabczna de loa demas, y pagan jus­tos por pe<."adorcs. III El aniversario de la cxaltacion al trono pontificio ele Loon XIII fné culcbmdu cu Hu­ma. ( 18 ele Febr<>ro ) con toda solcmmidnd. "J<;lntwvo Pontífice, dio.:o El ¡lJtwdo Catú­liro, vcmludoramento inspirado por el Es­píritu Sttnto se lm olov:ulo m:ís do lo que so pensaba. Bl comprendi<í quo la march:~ de loa nNnteciroicntos, permitida ú msnd11da por I>iuR para llevar ñ cabo su plan divino, ne­ccsit~ L:l do nplicar loa miRmOII Jlrincipioa de diversa mauera. Cuando ))íos cambia. sus trnlmjndores es iucludablomonto porjó á t~ns sucesores un potler espiritual c¡u'l Y<' no le pueden disputar y una milicia perfectamente obediente ...• El actunl Papa no ecni ménos ¡;rande dclanto de In posteli­dllrl. Lo que ha hecho durante el presente año do su pontificado demuestra la tijeu do 111111 intenciones, la trnn•¡uilirlad de HU alma. y In "levacion y profundit ad clo sus fines." PoC08 cliae deilpues del aniversario de su advenimiento al Pontificado, Lcon Xlli re- Continúan las negociaciones entre el Vati­cano y el Imperio .A.lemnn. Algo inquieto Bismnrk con el no npagndo francesismo de las provincias do Alsacia y Lorcna, -arran­cadas li la madre patria en la última guerrn,­v temeroso scgm11utc:ntc do pordcrllls al fin, rc:;olvi~ admiuistnu·lcs un remedio supremo, mandando constituir la Als:tcia-Loruna en un Est-ldo independiente, gobernado por un Príncipe alcmKn. El anive!'fl:uio XXXI do la República de 1818 fué celebrado en Paris con un banquete presidido por Luis lilanc, y con la pnblica­cion de los díscnl'l!Oll ~cmngó~¡..¡cos de ~edru Rollin. En aquellos m1srnoa d1att aparcc16 un poema nuevo de Víctor llugo titulado ''La piedttd suprema." I.o t¡uu trata de probar allí el nutor c11 que son mh di¡;noa de lásti­ma los tiranos que lu víctimas y perseguidos. Cuando pensamos en la lt·ntitud con ~ue se tml•ajn aqul en las obras dtl lipografta uo pu'e 1Je,·un á ··nbo lna pnhlicaciones en Eutopa. Con rnoth·o tlo los desastres del Cabo de Dnen:1 I::s¡.>ernnza 111 Gobierno in­¡; les mandó publicar lns memorias del últi­mo Gobernador clo av¡uclln provincia. El ma­nuscrito llegó ñ manos do loR impresores ( ~lacrnillan > d 12 do Febrero; el 13 se em­pezó ú. trabajar en ello y ol 18 :i IRs once y média do la nocc, :lO cjemphu·es con 400 pá­ginns y 3 grnhados, todo P•'Tfoctnmcnte co­t ·regido y r<~visado, aunque uo tiO pudo en­cuadernar, fttm·on cnli'<'I·Pdos á. los principa­les oficiales de tloa bntnllones que se embar­caban con dircccion tÍ A frica esa misma no­che. I.a civiliz:1cion bajo esta ío.z es muy dignn de bendecirse y admirarse, y si todos los in,·ento~ nue,·os no 11irvieran sino para hacer el bien á la humnnidad, por cierto que pensaríamos que Dios los ayuda. Pero en cambio de e:.ta asombrosa aciívidad, aquelbs maravillosas :trt1~s 11e emplean las mús 'l'"eces para bacer el mnl, mús bien que para el bien. S . .A.. DE s. ltlllll:CIO l>Ot Etataclu J., l::l.c:oH!r. . .

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La Mujer - N. 14

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