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NU G A.N ,A A.
..
TRIM. l. } Bogotá, mártes 15 de Agosto de 1854. ~NUM. 10.
"
I
GUERRA A !U~RTE,
Bandidos, nos llaman a boca llena los enemigos de la j ..
bertad; cuadrilla de malhechores apellidan al Ejército Rejenerador.
No los juzgamos tan tontos para creer que es simplemente
por insultarnos i vejarnos que nos regalan con esos
infames dictados; ni somos tan ciegos que no alcancemos a ver
cla~amente el motivo que Jos impulsa i el fin que llevan en mira,
cuando nos tratan así. Es que tienen sed de sangre, i quieren
conservar la .espe~anza de apagarla, en el caso hipotético de alcanzar
una VictorIa.
Como la Constitucion que tratan, segun dicen, de restablecer,
no reconoc~ la pena de muerte para ]OR delitos políticos,
ya ellos han cahficado el acto del 17 de abril de manera que si
triunfan puedan · trataroos, no como a un partido político vencido.,
sino como a asesinos i salteadores.
El belcho de reunirse el Pueblo de la capital, con ]a fuerza
veterana que la guarnecía, desconocer la Constitucion, llamar
a] Jenera) Obando ~residente de la RepóbJica, electo popular~
ente~ a que se pUSl~rft a) frente de un Gobierno Provisorio,
reunl~ra el Pueblo 1 COJlvocara una Convencion nacional que
reconstItuyera el país," valiéndónos de las espresiones del Jeneral
Mosquera ¿ puede acarrear a sus autores el epíteto de
bandidos? El haber llamado al Jeneral Melo, en lugar de
aquel ¿ les hará meJecer el de cuadrilla de malhechores?
E~ partido Jiberal, que nuestros enemigos quieren llamar
d~aconlano, ha procla!Dado de buena fé un principio, o mas
bIen ha empuñado l~s armas como el único medio que le habia
quedado para hacer triunfar sus principios. ¿ Cuáles son estos?
Veanse todos nuestros números anteriores, veanse los de la
Ga~eta oficial. que han visto la luz pública des pues del 17 de
a~rtl. ~lara 1 terminantemente hemos formulado nuestras opiDlones,
1 con cuanta precision ha sido dable, hemos deslindado
los puntos en que no estamos de acuerdo, i las doctrinas en que
nos hallamos apartados de gólgotas i conservadores.
Ahora no se trata de ventilar si tenemos o no razon, si
nuestros principios en )0 político, en lo social, en lo relijioso·
BO~ o no mejores que los de nuestros adversarios; tratamos
6nlcal!le!ite de averiguar si el hecho de apelar a la foerza,cuando
108 ~edl08 ~eíficos se ~abian agotado, puede dar derecho a
nu~st~os enelD1gos para calIficarnos de bandidos, i para llamar
miádrdla de marhecheres al Ciudadano Jeneral Melo i al número
inmenso de ' pa~io~aB honrados que siguen sus banderas.
• i
I1 por el mismo señor de Obaldía, i él i todos los que pensaban coI
roo él la firmaron. Abstraccion hech~ de la justicia de !a causa,
]0 cual no conduce a nuestro propÓSito, ese pcto es Idéntica-
I me~te igual aJo que tuvo lugar en la plaza de Bogotá el 17 de
aLrd. Oboldla, Arosemena, Alzuru i los que ldS habían acompañado
fueron debelados, por el entónces Coronel Tomas Herrera).~
lzuru fué F~.~ado por las armas sin fórmula de juicio, los
demas, como ~enc1dos fueroQ llamados facciosos i conspiradores}
per~ nadIe peneó en l\~marlQs bandidos por aquella revo ..
]uc10n, nI Alz~ru rué fusI1~do ~omo jefe de cuadrillat
malhechores, SIDO como ca\l ll9 de cr.nspiracion.
¿ Por qué, 'pue~, el autor de.1 acta del 9 ae julio de .,
contra la Const!tucIon ,de ColombIa, el compañero de Alzuru,
se une al que hIZO matar a este, para llamar bandido al Jeneral
Melo que no ha hecho mas que lo que aquel hiciera ?
La revo]scion de 1840, cundió en la mayor parte de las
provincias de la República. Las del Istmo de Panamá se de~
Iaron en ~s~ado i~depe~diente, nombraro~ un Jefo Supremo~
1 hasta esp1dieron 1 sanCIonaron una Constltucion. ¿ QUé hizo
ese Jefe Supremo, llamado Tomas Herrera, sino desconocer la
Constitucion de 1832, como ha desconocido la de 1853 el Ciudada~
o Je~eral.Me~?? Ni H~rrera fué, por aquello, apellidado
bandl~o, ni nadie dIJO que él 1 sus compañeros formaran una
cuadrIlla de malhechores. La suerte de las armas "les fué contraria,
i él i ellos, como vencidos en la contienda civil, fueron
Uamados por los vencedores, facciosos. Si las cosas hubieran
tenido otro desenlace los facciosos hubieran sido los otros.
Lo que deci~os del Istmo de Panamá i de su Jefe Supre-mo,
en la revoluclon de 1840 debe entenderse tambien de casi
I
todas las provincias de la República i de los honlbres que eH
aquella época se hallaron en el mismo caso.
í .En, 1851, Pastor ~spina ~n G~as~a, Julio Arboleda en las
prOVInCIas del SUI', Varg~s, "\ Ian~ 1 fj)¡ago en la de Mariquita,
1 Borrere en las de la antIgua AntIoquia, rebelándose contra el
Gobierno lejítimo, ¿ no desconocieron la Constitucion de 1843?
1 Arboleda do~pues, fué dec,larado traidor por sus confabulaciones
con Flól'e,z, 1 Ardlla, aseSIno, porque asesinó; pero a éstos i a I aquellos, I a los que los acompañaron en su intentona, como a
revoluc~onarios ~encidos, se les llamó facciosos pura i simplemente,
1 no bandidos. Mas bien sucedió al contrario: la Civii
liecion, el Dia, el Misóforo &c, llamaban "pandilla de bando-leros"
a los miembros del Gobierno, i ladron i tirano al Presidente
Jejítimo.
EI9 de Juho de 1831, reunióse en la ciudad de Panamá,
una Junta, a qu~ asistió elseiior José de Obaldía, con el objeto
de desconocer 1 declarar insubsistente la Constitocion do Colombia.
~a Junta hizo UDa acta, euyo proyecto fué presentado
Todo esto, i mucho mas que caIJamos en obsequio de la
brevedad, ]0 saben mejor que nosotros Obaldía, Herrera, Arboleda,
Ospina j su jente, puesto que ellos fueron, como )0 hemos
J
hecho ver, los actores en esos dramas; pel'o esperan toda vía
vencer, o por lo ménos alcanzar algunos triunfO$, aunque s ean
, de poca oonsideraeion i hacer algunos prisioneros; i quieren
I . ,
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL 1 7 DE ABRIL.
€
tener abierta la puerta, que les cierra su Constitucion, para poder
apagar la sed de sangre, que. se Jes despertó en sns derrotas
de Cipaquirá, Tíquisa, la Cajera 1 Chaleche. Para ellos de nada
serviria el triunfo sin la esperanza de g?zar escenas de sangre
como la de los escaños de Cartago, 1 de hacer, con cuantos
caigan en sus manos, de los que han humillado su orgullo tantas
veces en tantos combates, lo que hicieron en BQcaramanga con
el malaventurado Jeneral Collázos.
i Cuadrilla de malhechores! Terrihle cuadrilla esa, que
destruyó, en veinticuatro boras un ejército de cinco mil hOlnbres,
mandado por tres o cuatro Jenerales; terrible cuadrilla esa,qu,e
hizo morder el polvo a las huestes restauradoras de la Constltucion,
siempre que le presentaron combate; terrible cuadrilla
esa, que disolvió un Congreso, derribó una Constitucion i probó
en un solo dia que era mentida la popularidad, mentida la opinion
de que se jactaban los que la combaten; terrible cuadrilla
esa, bajo cuyos pendones se han alistado quince provincias, i
cuyos pendones están defendidos por diez nlil soldados; terrible
cuadrilla esa, que hace temblar a los que tal la llaman, cuando
ellos en todos sus escritos hacen alarde de contar con 3,000
hombres de Mariquita, 3,000 del Cauca, 3,000 de Pasto, Barbacoas
i Túquerres, 3,000 de Antioquia, 3,000 de la Costa del Atlántico,
i 5,000 del Norte, es decir, con 20,000 hombres! ¡ Te-rrible
cuadrilla de malhechores! .
Si no es el acto del pronunciamiento del 17 de abril, no sabemos
cual acto del Jeneral Melo, de los Jefes que lo acompa- I
ñan, de los miembros del Gobierno Provisorio, del Ejército o
del Pueblo, sea el que dé derecho para declarar bandidos a los
hombres de la revoluciono Cítese uno solo comparable al asesi- I
nato perpetrado en la persona del Jeneral Collázos.
9
Castro, Jimé~ez, Ar~edo, Drun, S.anz, V ~landia i Castañeda i
lo~ Francos, 1 los nllsmos Jefes, ) los mIsmos Oficiales, i los
mlsnlOS soldados ~ue lo acompañaron a destruir el ~jército que
el 21 de Inayo debla hacer tremolar el pendon constitucional en
la plaza de Bogotá.
Afortunadamente si ha habido cambios en las situaciones
respectivas de los bandos belijerantes que contienden, esos cambios
consisten, en que en vez de .900 soldados que tenia el Coronel
Jiménez en Cipaquirá, el 20 de mayo, hoi tenemos en el
N orte, a órdenes de un Jefe tan valiente como esperto, una di ..
,'ision de 4,000 hombres, entre los que se cuentan mas de 300
artesanos' de Bogotá; en vez de seiscientos soldados que condujo
a la victoria, el21 de mayo, el Jeneral Melo, hoi la 2.- division
que él manda en persona cuenta mas de 5,000 combatientes;
en vez de tener delante un Ejército de 5,000 hombres
lleno de brios, de confianza en su número, con Franco el intré:
pido a su cabeza, hoi no tenernos en contra, sino 108 restos
deslnoralizados de las huestes destrozadas en Cipaquirá i Tíquisa,
capitaneados por aquel que en esas dos jornadas. perdió
todo prestijio ; en vez de estar reducidos a un espacio de veinte
leguas cuadradas, hoi todas las provincias del Norte se han
declarado en favor del movimiento Rejenerador, i una parte
del Ejército encargado d~ llevarlo a foliz término estará acampado
a la fecha a las márjenas del Táchira.
1 hQi el Jeneral Melo tiene a su lado al Jeneral Mantilla:
ese monumento vivo de nuestra gloria nacional, ese veterano
encanecido en servicio de su país, ya como soldado, ya como
hombre de luces, siempre como patriota. .
1 hoi el Ejército contrarevclucionario, en reemplazo de
Franco, tiene a V élez, Duran, •••••••••••••••••••••••••.••
- . . . . . . . . .. . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Volvamos al objeto principal de este artículo, de que insensiblemente
nos habiamos alejado, i abreviemos, i lleguemos
pronto al fin, pues ya se prolonga demasiado.
Examinemos si son consecuentes consigo mismos esos
hombres, que, en su despecho i contemplándose ya triunfantes,
se gozan en pensar que están presenciando ya la muerte de los
que los han vencido.
¿ N o· es el ~olmo de la desvergüenza, no es llevar el descaro
hasta el cinismo, que nos llamen nw.lhechores, hombres I
cuya vida pública no ha sido mas que una s~rie de revoluciones?
Primero nos daban en cara con la Dictadura; pero I
luego tuvieron que abstenerse, por no herir \.Jon esa palabra la
susceptibilidad de algunos de sus corifeos, los cuales aun suspiran
por la de Bolivar. Despues, necesitando bautizarnos I
con otro nombre, de buena gana, ántes de sus derrotas, nos
hubieran llamado facciosos, pOI habernos rebelado contra el
Gobierno lejitimo i haber desconocido la Constitucion ; pero el
recuerdo de la revolucion de 1851, estaba denlasiado fresco,
i Ospina, Vi ana i Arboleda, mal hubieran po~ido enrostrarnos
como UD crímen, un hecho que ellos habian ejecutado tres años
ántes. N os llamaron, pues, cuadrilla de lnalhechores; con lo I
cual lograron, que Jos revolucionarios de 1831, contra la Cons-
Veamos como, en el mismo impreso oficial, (Boletin del
24 de julio publicado en Ibagué) en que nos regalan con el
I dulce título de cuadrilla de malhechores, cuando conviene a sus
intereses nos contemplan simplemente como rebeldes, i consideran
el estado actual de la República como deben considerarlo,
como en guerra.
En la circular que hemos citado, firmada por el señor José
María Plata, "autorizando a los funcionarios públicos para que
pllledan tomar fotzosamente los recursos necesarios para la
subsistencia del Ejército, ' se hace el siguiente argunlento, co-
. titucion de Colombia, como Obaldí~, que los Jefes Supremos de
1840, como lIerrera, que los facciosos de 1851, como Ospina i I
Arboleda, no tuvieran que avergonzarse cada vez que los unos
. o los otros nos hicieran algun cargo, que lo fuera para ellos,
tambien, por su conducta pasada.
Ellos han visto las notas diplolnáticas en que los Ministros
estranjeros e~presan el placer que han sentido viendo la manera
digna con lue se lleyó a caho el movimiento del 17 de ab)'il ;
lellos saben que para hacer la guerra es preciso que "los Gobernadores
de las provincias, los Comandantes Jenerales de
Departamentos, djyj iones o columnas militares, los de armas
<.le pro"incias i comisionados especiales, facultados por estos
ajentes del Gobierno para obrar en el nombre i bajo la responsabilidad
de aquellos funcionarios, estén autorizados para tomar
fol'zO amente, i aplicar el servicio militar, los recursos necesnTios
para movilidad, vestuario, equipo! armalnento, alojami~nto
lno considerando decisivo: " el inciso 3.° artículo 5.° de la Constitucion,
al garantizar a los granadinos la inviolabilidad de la
propiedad, pernlite que, en caso de guerra, aquella pueda ser
aplicada a usos públicos, sin necesidad de que sea previa la
i ndemnizacion.'
¿ Creen, pues, los seilores de la contrarevolucion que nos
haJlamos en caso de guerra? ¿ Guerra COD quién? ¿ Guerra
de qué clase? ; Será guerra civil? Pero entónces no SOOlOS
cuadriJla de ' malhechores, porque el acto de perseguir la autoridad
pública a un delincuente no se llallla guerra.
De manera que para lo que es combatirnos i poder aplicar
la propiedad a usos públicos, estamos en guerra; i para
cuando triunfen, si tl'iuntal'an, seriamos cuadrilla de malhechores.
Esto, pOI parte del enelnigo, quiere decir bien claranlente:
i ~ubsistcncja del Ejfrcito ; , ellos lo saben, puesto quo esas frases
que a<;abamo" de poner entre comillas, son Jiteralmente
trascl'jtas, de una circular, fecha 22 de juJip, dirijida por el señOl'
Jo é lVIaría Plata a los G'obernadores constitucionales; i
ellos saben que nosotros n.o helnos hccho mas que oso, i sí mé-
1.0S que eso.
, ¡GUERRA A. MUERrrE! Su doctrina, de un lado, i la
: muerte del Jeneral Cellázos del otro, prueban que eso es lo que
I desean.
Ellos lo saben, nada se les oculta de lo que dejamos espuesto,
i sin embargo, el partido liberal que ha. tomado las armas
púl'a impedir al país que se precipitara ya en el negro abisIno
dc retroceso i oscurantismo a que lo arrastraban los conservador
s, ya al abí 100 sangriento de la anarquía a donde lo elU- 1I
pujaban los góJgota~, ese partido es una cuadr~lla de bandidos. ,
Apesar, de tantos desengafíos, aun no ha~ perdl~o la esperanza,
i 00 qUIeren perder la de degollarnos, slla ocaSlon se pres~mta. I
Afottunadamcnte nada tenmnos que temer, porque MeJo,
el mismo Melo de Ayacueho, el Inismo l\'Iclo de Tíquisa, acau- I
lIilln eJ Ejército RCJcnerador ; todavía están con él Gutiérrez,
• Sin embargo, nosotros celebrariamos que el Ciudadano Je-nel'al,
Jefe del Gobierno i del Ejército, exijiese una formal declaratoria
en el particular. Nunca está por demas el cargarse
de razon, el poner en claro Jos sentimientos de los unos i de los
otros. l\lgun din la historia tendrá que pronunciar un fallo sobre
estos acontecimientos, i ella nos hará justicia, si se nos
obliga a gritar tambien : ¡GUERRA A MUERTE!
-eoe-
LA BANDERA.
l.
En el nÚlllero 8.0 de este periódico, lo helnos dicho, nues-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL 17 DE ABRIL.
tra bandera es la de la. Libertad; i al docirlo hemos probado
que "los conservadore~ sacrificaron la libortad al órden ; l~s
radicales el órden a la libertad; que nosotros queremos la hbertad
regulada por el órden, el , fOI n:tar un Ejército de . Cln~o hui honi,bl'es ~n treinta dias,
?Ia voz se ha alzado on los pn~lamentos ~e Inglaterra ~ dc:; Flan- I d~l)l~ de~Jr otra voz: ~) EjércIto va a sucuI~bll', los gólgotas
Cla para censurar la g1lcI'ra ~ nI un solo c1ud!ldano ha 1 eus,al1o su h(l~ .~on~Jdo, l~s consen adores son dueños delt,'Mnpo, cayó el
continjente. El tory, el ~vlght, el ~ppoleoDJstn, 01 orleanl~tn, ~l ~nl tldo hberal par.a ~o volver a levantarse; i debió a/iadír: efee-republicano,
todos ha.n dIcho.: r Vl\'a ~a Inglaterra! ¡ VIV~ la I t~vaJn?~te, cl,lnovlm.lCnt? del ~7 de. abril, no es mas qUl... . un InoFrancia.'
Lo cunl qUJe.re deCIr que "lcndo la Inglaterra 1 la Lr tIu ffilhtm:, SJn séq~lto nI ramdicaclones; los gól otas i JOb" con:
F'rancia que con la RUSIa no vale la razon, hnn rosuolto apelar a .servadores ~o habrIan alcanzado tanto si la opinfon nacional no
la fuerza. J08 favoreCIera.
I como ya hemos hablado de la lejitimidad, i de las vías Eso habria dicho el que no tuviera en cuenta que el ~
de hecho, i de la Constitucion del 21 de mayo, i del vandalismo ]a calumnia i la fuerza,eran los instrumentos que 11abl'anenga~do,
. d' . t' 1 tá t .., ,servl o d~1 17 de abril, somos e opullon que nues ro artlcu o es er- para ~~unlr, 1 arrastrar a s~ pérdida,a esos millares de infelices.
mInado. lno el 20 do mayo, I .con él la accion de Cipaquirá, en
LA OPINION DE LAS-t9pR·Oe-VINCIAS DEL NORTE. donde .se ~str~I1~ la arrogancIa de aquel tremendo Ejército que
Quien oyó los discursos de los góJgotas en las Cámal'as lejisJativas
de 1853, contra el Ejército permanente; quien leyó
sus escritos, en que se aglomeraron, hasta agotarlos, cuantos
dicterios, cuantos insultos, puede inspirar el odio combinado
con la ambicion, para hacer la guerra a esa institucion, que
siempre fué en la tierra granadina el baluarte de la Libertad;
quien vió la noble resignacion con que ese Ejército soportó uno
tras otro, tantos golpes que amenazaban, a la par que la suya,
la existencia de la República; quien contó el núnlero insignificante
a que, poco a poco, se habia reducido la fuerza armada;
quien vió sancionada, i riJiendo un año entero la Constitucion
de ma} o ; quien presenció los escándalos del 19 de aquel mes
i del 8 del siguiente junio; quien siguió el hilo de la infame trama
urdida en Bogotá, para echar por tierra, i anonadar al Jeneral
Melo; quien, con tales datos debiera formular una opinion,
dehió decir, con razon: el Ejército ,a a sucumbir, los gó]gotas
han vencido.
1 viendo despues al Ejecutivo maniatado, inerte; i' examinando
los resultados del sufrajio universal, directo i secreto, que
hizo volver el poder a manos del partido conservador, que convirtió
a los traidores en Presiden tés del Senado, i a los facciosos
en Senadores, i fué manantial de desórdenes vergonzosos i
aun de sangrientas escenas; i observando la impasibilidad aparente
con que el pueblo mirara que le arrebataban todos sus derechos,
ya recortándolos hasta anularlos, ya estendiéndolos hasta
disiparlos; debió decirse: los gólgotas erraron el golpe. han
trabajado para otros, los conservadores son · dueños del campo.
I el patriota, el sincero amanté de la Libertad, debia preguntarse
atribulado: ¿ donde está, qué se ha hecho el partido
liberal?
Era que en la inmensa balanza en que se pesaban los destinos
de la patria, cuando de on lado gravitaba ]a escuela proudhoniana
con todas sus exajeradas pretensiones, i del otro el
conservatismo jesuítico con todas sus tenebrosas ntiras, servia
de fiel el partido liberal, apoyado en ]a mayoría de los granadinos.
Los gólgotas 10 habian olvidado, el partido liberal no entraba
para nada en sus cálculos, porque llamaban esclusivamente
su atencion, aquellos enemigos terribles, que de repente, i
. cuando mas muertos parecian, habian resucitado, se habian enderezado
amenazantes, i les disputaban i los arrancaban, los
frutos de 8US tareas, los productos de sus labores.
Los otros no ya nos habian olvidado; ignoraban la existencia
do un partido que no siendo el suyo tampoco era aquel que
tenian al frente, i con el cual se Inedian cuerpo a cuerpo.
Estraño i sorprendente fenómeno debió ser para estos i para
aquellos, el acontecimiento del 17 de abl·il.
El Pueblo de la capital, asegundado por un puñado de valientes,
levantando su impononte voz, espresando su voluntad
soberana, sobreponiéndose osadamente a los que se decian dueños
de la opinion, a los que se crejan dueños do la Nueva Gra ..
nada, presentaba un e~pectácnlo magnifico i grandioso.
El espanto de tos radicales, el estupor de los conservadores,
eran comparables solamente el uno ni otro.
Pero, pasados los primeros momentos unos j otros se dijeron:
¡ qué! ¿ no está con n080tros la opinion ?
Creyeron, inb~cjles, o aparentaron creer, pérfidos, que el
movimiento del 1'7 de abril era únicamente un motin militar sin
séquito, ni ramificaciones.
1 como hubo traidores, i COD10 hubo corazones fementidos
que cobardes nos abandonaron, que desleales nos vendieron en
la hora del peligro,los enemigos de la Libertad se unieron,se hi-se
decla IrresIstIble; en donde se evaporó el orgullo de aqu _
I ll?s presuntuosos ?aUd1110s que h.abia~ jurado celebrar en la e:P!
taJ de ]a Repúbhca, con una VIctorIa, el primer aniversario del
I dla en que fué sancionada su Constitueion.
. Vino el 21 d? mayo, ese (!ia anhelado, ese aniV'ersario, que
I habla de solemmzarse con trIunfos, e~ ~edio del júbilo, alum-
I brado por el sol de Bogotá que reflejarla sus amantes r:\yos ,
s.obr~ la frente, ceQida con laureles, del restaudador de la Cons:
j tltuCJOn .•••••.• : ... ¡ Vana ilusion! El héroe constitucional
I que el 20 se cubrió de oprobio, el 21 cargó con el ridiculo. Fran-
1 co murió peleando, murió con gloria; Franco asaltaba una ciu-
I
dad defendida por 900 '·eteranos; pero ¡ porder una division de
3,000 hombres delante de seiscientos soldados! •••• ¡ Oh ver-güenza!
. '
I .M~s, veamos ¿ Favorecia efectivamente la opinion de las
prOVJncIas del Norte a nuestros enemiO'os?
, Obtenidos los triunfos del 20 i 21 de mayo, el Jencral Melo
se acuarteló en Facatativá.
I Aun tenia Patria una division considerable; aun tenia Co-r~
na una columna, con la cual. llegó hasta las puertas de la caI
plt~J: El ~.. .o. rte !es pertenecJa. ¿ Qué se hizo esa decantada
,opInlon? SI hubIeran contado con eJla, en esas provincias tan
ricas, tan pobladas ¿ no se hubieran rehecho en dos semanas
contando con el apoyo de las fuerzas militares de Patria i Co~
rena i con los restos del Ejército que habian sacrificado? ¿ no
hubieran podido sacar los recursos CGn que han contado despues
las fuerzas Rejeneradoras que comandaba el Coronel Jiron,
el cual ha recorrido triunfante, todas las provin(}ias ceptentrionales
de la República, desde Bogotá hasta el Táchirat i se
encuentra hoi acuartelado en Pamplona? ¿ Qué han conseguido
esas provincias despues de su derrota ? Nada!
En tanto que esos pueblos, salen en masa a recibir a nuestras
tropas ardiendo en patriótico entusiasmo,-i le brindan franca
i cordial hospitalidad,- i se ponen en armas, para acompañar'
a nuestros guerreros i cooperar a la grande empresa de Rejeneracion
que han acometido,-i se disputan como una dicha i como
un honor el sacrificar sus vidas i sus propiedades, por la causa
popular, i gritan con nosotros, i mas alto que nosotros, i Viva
el 17 de abril! ¡ Viva el Jeneral José María Melo! ¡ Viva el
Pueblo! ¡ Viva el Ejército Rejenerador !
¿ A quién favorece la opinion de las provincias del Norte 7
Respóndase.
'11
-<2\1 Sr. be .bnllJftl. - Nos esoriben nuestros corresponsales de
Mariquita, que la primer dilijcncia de aquel ciudadano al llegar aUá, fué pregu
ntar al ex.J ene ral Herrera, si era oierto que él habia escrito unft oarta al
señorJos6 María Sacnz, dici~ndole que él(elseñordeObaldía) no queria salir
a llenar su debe... Parece que se le ha hecho creer que tal oarta no existe,
i que el ncápite de ella que publicnmos en uno de nuestros números :lIlteriores,
ha sido illvenoion nuestra. Prometemo&, pues, al señor de Obald(a, que "erá
lu. oarla orijinal entre los dooumentos que el Gobierno Provisorio está prepa.
rtlndo pafa someter a la consideraoion de la Convenoíon Naoional; i por ahora
nos allanamos a hacer ,"er la car'ta en ouestion, a dos o tres rersonas, que él
quiera recomendar al efeoto, i que conOZcan la letfa i firma de señor Herrera.
-j1ombrnmfrntas.-En el Boletin ofioial, publicado en lbagué OOD 18.
cha 29 de julio prólimo pasado, qUtl hemos tenido ooasion de citar dos o tres
veces OH e to númoro, se rejistran los'que han reoaido en los ciudadaDos Jene.
rnles V élez i Ortega, para apO$entadorcl del Ejéroito oonstitucional. Triste I coso. es, por cierto, par" dos Jenorales de Colombia, llegar al estromo de no
encontrar mejor acomodo, en las filas, en que ha ta el traidor Rojas, manda una
columua. Cuanto mas honroso seria para ellos, senir como limples capitanes
a la oabeza de una compañIa, o como soldados razoa con su fusil. Sin embargo.
on ello, domasiada gracia es el haberse echado n andar por esos andurriares sa.
biendo que (\ IU edad es tanjpeligro o un aftojon.
- • ImprrntK lItl .ro:sGranalJfno·
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"El 17 de Abril - N. 10", -:-, 1854. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2095175/), el día 2025-11-03.
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