•
ANO l. Bogotá, 13 de febrero de 1858. NUM. 7.
Literatura Suramericana. nos suponen: por otra parte llevan su idolatría a la
literatura de • recia i de Roma hasta negar la posi-
Es opinion jeneral, espresada con mayor 0 me- bilidad de que exista otra que no se forme por su
nor 1nodestia sietnpre que se trata de esta materia, estudio ¡ sus rn odelos.
que los paises suramericanos todavía no tienen Ji- La sola diferencia de pueblos cristianos a pueteratura
que propiamente pueda llamarRe ~uya,ique blos jentiles nos da colectivamente sobre las nacio]
as obras de sus hombre. de letras apénas d ebe n con· ncs de la antigüedad tal superioridad bajo el punsiderar
.. e como meros ensa) os, como mas 0 ménos to de vista de la civilizacion, que nada puede confelices
imitacion es de los trabajos de autores de otros tra esa superioridad la fama prestijiosa de Jos injenios
pueblos o de otros tien1pos. de esas naciones, injenios cuya grandeza gana a
Si hubiératnos de comenzar)al permitirnos el exá- nuestros ojos con la soledad del pasado, i cuyos rasroen
de esa comun opinion, por determinar el senti- gos no se trasparentan bien en las hojas de la hisdo
de la voz literatura, una de las n1énos definibles toria.
que tiene la lengua, aparte de que ar-ostraríamos Esta es en resúmen la grande observacion: no
una dificultad que ha intimidado a mui l1ábiles es- poseemos, no podemos poseer literatura, porque las
critores, nos espondrúlmos a dar a e te artículo de ciencias están apénas en etnbrion en nuestra sacieperiódico
un carácter didáctico, lo que está fuera dad. Pero entónces i qué literatura era, no diremos
de n~~stros alcances i fuera tambien de nuestro efectiva, sino siquiera posible en aquellas naciones
propos1to. . . . en que no se conocian ni Jos notnbres de esas cien-
Tomemos dtc~la pal~bra hterrat~ttf'a en su acepc¡on cia~, i en que el en1pirismo filosófico llevaba Ja
usu~l, vulgar SI se gu1ere. Tomemosla como la es~ . mente de Jos pocos pensadores de error en error ;
pres1o.? del estado !ntelectual de un pu~blo, como > porque aún faltaba al espíritu humano la luz de ia
el resumen de sus 1deas.; hecho ese resumen en la revelacion i al corazon del hombre el sentimiento
varia forma d~ la poes1·a, la hi~toria i .la n~vela,_ i escelso de ~u oríjen i de su d estino, luz i sentimientomadas
esas 1deas en toda su Jenerahdad 1 en el toque solo el cristianismo pudo traer i trajo al m unmayor
de5arrollo que hayan alcanzado, esto es, en do~
sl:l mas alto .nivel. C~aro es que, bajo tal punto de Quizas no conozcan hasta qué punto pueda lle· ..
viSta, no h.a1 agregac1on d~ ~eres human?s.a. qu~ se varios su falso criterio los que, con la especiosidad
pueda aplicar lo que en el Idioma de la c1 vihzlcion de nuestro relativo atraso científico, arguyen contra
se llama pueblo, que de un modo absoluto carezca la existencia de nuestra literatura nacional. Acaso
de literat~ra. La misr:?a .cosm~gonla, la mi~r:ta fá~ no se aperciban de que la Ilíada misma no debiera
b.ula const~nada en cant1cos, hbros o. trad~c1ones, ser considerada por ellos como obra literaria, por
s1 no es la bte.r.atura del pueb]~ respectlvo, Sl es, por cuanto que siendo bárbara como era la nacion grie-lo
mén?s, el _Jermen de ella; s1n qu~ ~st? pu.eda ne- ga en los tiempos de Homero, no pudo tener, con-garse
stn quitarle sl! fundament? h1sto~Ico, 1 ~o qu~ forn1e a las doctrinas de ellos, propia literatura. I
al fiA ~a de dcterm~n~l', por dec1rlo as1, su t1po d1- lo mismo pudiera decir5eles, entre mil ejemplos,de
ferenc1al o caractertst1co. los cantos osiánicos, esas ihadas de los primitivos
No dan sin duda a la literatura un sentido tan pueblos casi salvajes del sete ntrion.
vasto i complejo los que no creen que exista entre Se creerá tal vez que la etimo1ojía da fuerza al
nosotros. r~ara estos acaso consista ella en la esen- pensamiento o mas bien a laaprension queexáminacia
de una alta civilizacion; esencia derivada no mos. Literatura, se dirá, viene de letras, i esta voz
de los progresos de algun ramo particular del hu- comprende en su significacion la lengua misma,cumano
sabe r, sino del espiri,tualismo de un siglo o yo dpsarrollo es parale lo al del entendimiento,i cuya
de un pueblo entero, representado por numerosos perfeccion se enlaza con la de todos los conocimienescritores
de jenio. tos filosóficos i científicos. Donde, pues, esos cono 40
Mas si se admite como seguro este principio, no ~ cimientos no existen, no existen tatnpoco letras ni
es su pritnera i mas natural consecuencia la de que ~ literatura; i es esto lo que sucede en Sur América.
en reaJiciad nosotros no tengamos ahora ni hayamos Este nuevo raciocinio, basado ta~bien en la supo·
de tener hast~ pasados algu.nos sig:los p~opia litera~ ( sicion de n~c~tra j e neral i g·no r~nc1a, no puede contura.
Lo es, si, que no la tuvieron n1 pudieron tener- S tra la efect1v1dad de n':le tra. hte r.atura mas q~e Jo
la aquellos pueblos de Europa i de Asia que nos ~ que pueda contra la ex1stenc1a m1sma de la literamuestra
la hi-.;toria en la grosera vida primitiva, o . tura de España.
en la oscura edad llamada heroica, edad en que la Si en estas r ejiones se hubiera conservado como
fuerza bruta do1ninó el mundo; puesto que esos idioma nacional alguno de los dialc.ctos de los abopueblos
cuando mas adelantados se encontraron, a ríjenes, i ese dialecto aun !lo hu_b1era llegado al
lo su rno fueron poseedores dt un l1éroe por cada rango de l engua por carencia de s1gno:s para la remi
riada de esclavos, j un sabio por cada m ilion de presentacion ~?todas las ideas, entónces el ~ultivo
bárbaros. Colocada, pue~, la cuestion en este can1- con que estuv1eran1os ~oaélyuvan~o a su meJora no ,
po, a) comparar nuestros pueblo5 con los antiguos, ; fo~·maria la literatura, si no que se r1a de esas penosas
las ventaJaS son tan notables en favor nuestro, que e 1nforrncs labores que la preparan, como pr~p~raapénas
se concibe como se haya esto escapado a los ron la castellana los ll a n1ados poemas de El Ct~ 1 de
críticos que, al paso que no nos conceden siquiera Alej andro. IVIas con1o nue~ tra lengua es la m1s1na
facultades literarias, por lajeneral ignorancia en que ~ que la de nuestros padres los españoles .. es claro
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
54 BIBLIOTECA DE SEÑORITAS.
que, o estos mismos no tienen literatura, o en caso elijiendo como lienzo para estampar sus creaciones
de que la tengan porque su idioma sí se encuentre a la faz inmensa i movible de los mares, que no perese
nivel,bajo ese rnismo respecto tambien poJemos tenecen a nacion o raza ninguna ; i francesa por
tenerla nosotros, que hablan1os su mismo hablar sin inspiracion i oríjcn es la poes1a de Chateaubriand,
que en nuestros lábios se desmejore, i sjn que pue- aunque la vearnos empapada en ellJanto delIro·
da probarse que él sobra a nuestras ideas. ques, en las brumas del Niágara i las nieblas de
Mejor encaminados nos parece que van los que los Apalachcs.
no quieren ver en la literatura suramericana sino La literatura, la poesía, la ciencia no están, rala
misma española en su rama menor, rama tras- cionalmente hablando, en los objetos ni en los feplantada
a un mundo 11uevo, pero puesta al cuida- nómenos, por estraordinarios que unos i otros sean
do de la misma raza, en mas amplio campo i bajo o aparezcan a el alma entusia~rnada en su conterocielos
mas hermosos i soles mas fecundos. La opi- placion. Ni esos tnismos objetos o fenótnenos puenion
de estos se apoya en toda probabilidad en cuan- den por sí solos determinar tal revoluc1on en las
tose asignen por fuentes principales i perennes de ideas que dén ser a una nueva civilizacion, a una
una literatura cualquiera la re1ijion, la casta, la his- ciencia diversa, a una literatura distinta. lmpulsatoria
i las costumbres, cosas todas que tenemos en rán sí jPneros ántes desconocidos o poco frecuenta·
comunidad con la España; porque tan es nuestro dos; mas en el cultivo de esos nuevosjéncros cada
Dios el Dios de Isabel la Católica, como son nues- intelijencia conserva su propio carácter determinatras
abuelos los hijos de Pela yo. Hai en nuestra do por diferentes i anteriores circunstancias; i si
sangre mezcla de sangre indiana, como la hai en la se ensancha i se levanta en los nuevos horizontes
de los españoles de sangre morjsca; pero nuestra que se le abren, acaso lleguen su grandeza i su
historia no es mas la de los sal vajcs de América,que vuelo a transfigurarla i parezca distinta de la que
la de ellos la de los hijos del Africa. ántes fuera. Pero nunca pierde el sello de su oríjen,
Todavia se opone que, difiriendo esencialmente Humboldt, por ejemplo, es indudablemente mas
nuestra naturaleza físi~a de la del antiguo mundo filósofo i tnas sabio ante las mara villas americanas,
bajo el punto de vista de su novedad i de su gran- porquP. ante ellas es que su espíritu se dilata para
dez a, ella debe darnos una literatura diferente tam- abarcarlas; pero siempre es el n1ismo, i las mismas
bien de la suya; literatura que aún no tenemos i son las leyes eternas de la naturaleza que él sorque
es la sola que nos está señalada. prende i esplica en los pasmosos fenón1enos del Nue-
Es de advertir que estamos en cuenta del valor vo Mundo. Lamartine, tatnbien es como el águila,
puratnente poético de esta observacion. que busca todas las alturas para anidar i crear, pero
i Quién desconoce la prominencia de algunos que no deja en ninguna ni trueca sus alas, aunque
rasgos de nuestro nuevo mundo, que parece creado cambie de rumbo i de cielo. Byron en su peregripor
Dios como en una escala mayor que la del an- nacion simboliza el jenio: es siempre el tnismo
tiguo, cual si la hubiera destinado a un linaje mas como en el centro fijo de un cerco maravilloso, a en grande,
rnejor i mas feliz que el que puebla las ya n1óvil circunferencia va evocando las razas, las
otras partes de la tierra 1 Su cintura de agua, en civilizaciones i los siglos, que él describe i anima
que todos los océanos pliegan sus olas, su larga cor- llevando por cada radio su mirada de poeta semedillera
que la atraviesa de cabo a cabo dentellán· jante a una línea de Juz.
dose en columnas de nieve eterna i de fuego vol- Réstanos úni~amente, no para acabar de desarrocánico,
su cielo en que jamas se apagan las estre- llar~ sino de indic~r nuestra opinion, añadir que resHas,
sus desiertos donde fatigan sus alas Jos aquilo- pecto de ese todo encantado e inestimable de la lines,
las s c l vas vírjenes en que estos van a ahogar- teratura de la raza española, no somos los suramese
entre las flores de todos los climas, sus valles an- ricanos 1neros consu1nidorcs o usufructuarios, si
chos como continentes, sus lagos grandes como m a- ast nos podemos espresar, sino ''erdadera i relativares,
sus rios, sus tnctales, su fisonomía, en fin, que mente dignos i fecundos colaboradores. La espositiene
alternativamente la sublimidad de la tormenta cion de esta última parte fácil i gloriosa al tender
i la n1ajestad de la calina, todo en él es a propósi- la vista desde l\1éjico hasta la Tierra del fuego, nos
to para alzar el alma a Dios, poner pastno en los es- forzaria a entrar e11 la enumeracion de autore8 para
tudios del naturalista, fé en las cav·ilaciones del fi- cuyos nombres no 1nas son estrechas nuestras co]
ósofo e inspiracion i armonía en el alma i en los lun1nas. El sabjo Bello, el tierno 1\'ladrid, el divino
labios del poeta. Caro, el sublime Heredia, el grande Olmedo i tan-
Pero ¿bastará eso para cambiar intrínsecamente tos i tantos otros que no osamos calificar, ofrecen,
la naturaleza del hombre i de las cosas? i Será eso cada uno en cada una de sus obras, la plena desuficiente
para alterar nuestra literatura hasta ha· mostracion de que la Arnérica ha sabido i sabe lecerla
distinta de la de nuestros padres, toda vez que vantar al cielo de la poesía i la literatura astros de
conservamos su relij ion i su lengua, su sangre i no 1nenor hermosura i claridad que los que se han
sus costumbres? No; i no debc1nos dejarnos sor- alzado i brjJJan en los horizontes peninsulares.
prender por una apariencia fascinadora. Confesemos ~í para concluir, que en cantidad i
El nuevo i estupendo espectáculo del suelo que variedad nuestro fondo literario es infinitamente
pisamos i del cielo que nos cubre es objeto con cu- inferior al de la madre patria. Lo contrario seria
yo estudio debe enriquecerse la ciencia, sin que imposible atendido lo reciente de nuestra vida intepor
ello digamos que él crea una ciencia nueva; lectual i libre. Pero en no pocos ramos de amena
así con1o su conternplacion i descripcion deben literatura posee m o belleza de prin1er órden, a que
exornar la poesía i la literatura, sin que podamos'> no falta sino el prestijio de un nombre de autor escreer
que de ellas nazcan nueva .. poesia i nueva li- tranjero pura que obtengan el escatimado aplauso
teratura de dotninio predestinado para nosotros. de nosotros nlismos.
Inglesa por carácter i por tendencia es la literatura No debe, pues, darse libre paso i el consentimienque
ha cultivado el nortean1cricano Cooper, aun to del silencio a ]a sentencia de una exajerada m o·
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
•
56 BIBLIOTECA DE SEÑ"ORIT AS.
es~ilo, su elegante suavidad d~ leng~aje, i con esas 1 ga de UU. i mia; ~na tnuchacha a quien veren1os
m1l _otras .P~e~~as, natural ~ s 1 adqutndas, con que antes de una hora, 1 de cuya boca tendrán UU. el
ha sido prtvdeJiado, sab~ p1ntar la escena mas tri- placer, o mas b1en la pena, de oir esta horripilante
vial, el suceso mas puenl con una gracia tal i con relacion.
colores tan escojidos que seduce i cautiva a sus lec- Suplican1os a nuestro amigo, mas con ademanes
tores. En sus v~ajes hace descrjpciones risu e ñas ~ que con palabras, que nos refiriese aquella desvcnpomposas,
apac1bles o melanc~hcas, de cosas q.ue s1 ~uracla_ a.ve_ntnra que tanto interes nos ofrecia ya, i
se vJesen solatnente con los OJOS de 1a cara, 1 tales el, sat1 fac1endo a nuestro anhelo, nos sacó de la
cuales son en sí, no se encontraría tal vez mucha curiosidad, diciendo:
semejanza entre la descripcion i el objeto real. ~?co_mas de un año hará que algunas familias
Todo se le hace un tn?nte, como se. dice vulgar- d_e_Su~Ita 1 el Socorro proyectaron un paseo a cierto
n1ente, aun el mas humilde collado;. 1 las cosns mas s1t1o ptntoresco, para llegar al cual es preciso pasar
comunes de la. natural e ~a '·toman baJO su pluma las por este volador. U na de las señoritas, que montaba
bellas proporcJones artist1cas que les dan su lente un hermoso caballo, se habia adelantado alrrun tanto
poético, i el velo color de rosa con que las cubre. i al llegar a este punto detuvo el paso. Ebl primer~
Si el famoso autor del Viny"e a Oriente viniese a de los hombres que llegó aquí, notó que las cinchas
nuestras soledades de América, i vi ese su portentosa iban en estremo flojas, i advirtiéndolo a nuestra ami·
vejetacion, nuestras colosales cordilleras, nuestras ga, acto continuo echó pié a tierra para apretarlas.
estrepitosas cataratas, nuestras palmas, ceibas i be- Ella, o no quiso o no creyó necesario hacer lo
jucos i todo el lujo de nuestras selvas vírjenes; si mismo i permaneció montada, El encargado de la
descubtiese desde una eminencia esos interminables operacion tuvo la inadvertencia de zafar las cinchas
llanos donde hormiguean los ganados silvestres, i de las l1ebillas para apretarlas despues; pero el cadonde
el sol nace i se pone como en el mar; qué hallo que era algo mas brioso de lo que convenía a
diría, qué es~ribiría, qué pensaría 1.... una señora, comenzó a recular. El caballero, vien-
Estas reflecciones l1acia yo mirando los enormes do el peligro, echó mano de la brida para sujetarle,
árboles de la montaña por donde, a paso de proce- pero en vano ••.. el caballo recalcitró hasta el punsion,
ibamos desfilando en nuestras tnulas, dos to de no poderlo contener, i fa)tándole la tierra, se
compañeros i yo, que, silencioso8, nos dirijtamos al hundió en el abismo con 5U jóven conductora! ••••
caer de una hermosa tarde ácia el pueblo de Suái- Un grito simultáneo que lanzamos mi cornpañeta,
para mí Je grat1sima e indeleble memoria. Cada ro i yo, interrumpió la relacion, que el otro se apreuno
de los otros convidados iria probab1emente en- suró a anudar de esta manera:
golfado en sus propias meditacione~, supuesto que La Providencia, que antes, ahora i siempre
ninguno hablaba, i que medio acostados en la silla ha manifestado su poder con milagros que la desdejaban
que las mulas pujasen tan recio cotno les preocupacion Jlama casualidades o caprichos de la
daba la gana, o como en conciencia Jo exijia el ca- suerte, quiso en esta Yez salvar de una muerte
Ior que se levantaba de la tierra a aquella l1ora, i desastrosa a la inocente i virtuosa jóven. I digo
la fatiga producida por un camino fragoso i lleno miJagro, porque tal se llama todo lo que sale de las
de tembladaJes. leyes de la naturaleza, i en cuanto a este suceso,
Todosguardábamor.caluroso silencio. como digo, puede asegurarse, que en un millon de casos no
unos con las ruanas quitadas, otros haciéndose aire acontece una sola vez lo que aconteció entónces.
con Jos sombreros, cuando de repente el que lleva- ¡ Quié11 Jo creyera! La mi .. ma inadvertencia de
bala vanguardia, que era nuestro amable guia en aquel hotnbre que dejó el bruto Jibre de las ligaduaquellas
asper e zas, detuvo las riendas a su macho, ras de las cinchas, fué la que ~alvó a nuestra heroi·
hizo un cuarto de conversion sobre la silJa, i apo- na: el caballo descendió con ma~ velocidad, tal vez
yando su mano izCfuierda sobre el anca de la bes- por su mayor peso, i la montura con la jóven se
tia, dirijióse a nosotros, i con semblante gravo i detuvieron a poca profundidad, acomodándose pervoz
solemne nos dijo: ¿ven UU. este precjpicio? fectamente en una rama o palo que se proyectaba
En efecto, nos hallábamos en aquel motnento en horizontahnente •••• i allí permanecieron hasta que
uno de esos desfiladeros por donde apénas podrían la comitiva, puesta en angustioso movimiento logró
pasar cómodamente los Reyes Magos de los Naci- sacarlos con no poca fatiga i dificultad.
mientos o Pesebres: a la derecl1a, rocas calizas estra- Si nuestro amable baquiano no fuera un n1ozo tan
tificadas; en frente, enormes escalones o saltos de formal i veridico, poco amigo de brotnas i patrañas,
piedra natural, con1o decia el chapeton, i por los no habríamos creido ni la tercera parte será una fortuna; pues voi a ayudar al mas jenero·
peniques.-Basta ron eso si sabes injeniarte, me dijo; > so. I me acerqué al condestable que era un tanto
basta con eso· mas de uno con la mitad de ese ca- regordete, i echándole una zancadilla dí con él en
pjtal ha conclu1do arrastrando coche. Un l1on1bre tierra cabeza abajo. .
con n1i1Jares de duros solo te lleva de ventaja algu- Bravo 1 esclamó el mar1nero; ya veo que le
nos años. Parrarás el alojamiento i etnplearás estos l1as hecho daño en la obra limpia; así que, a un
seis peniques ben fósforos que irás vendiendo por Ja l~rgo i a toda vela hasta la ciudad vecin~. Y a .I_ne
ciudad. Si tienes suerte p~ra n1añana en la noche se ·yo donde echar el ancla. Vente conm1go 1 IDien·
harás un cl1elin, sobre que andarás por los patios i tras tenga un cobre en la bol~a Jo partiré contigo
alrruna que otra vez entrarás en la cocina cuando que te has portado como amigo en el apuro. El
la 0 cocjnera esté en el. piso ~nperior ... Hai mucho que c~ndestable no vol vi a en ~í, toda la sangre. se le s.u·
cojer.-Pero yo no so1 un pdlo~ le d1Je .. Bueno p~es, b1a a la, cara, pero le nflo]an1os .~a corbata 1 Je.deJU·
cada cual con su gusto; eso si que s1 fueras p11lo m~s alh, echando a correr tan !lJero como pttdimos.
mas pronto tendrías coche.-Pero suponed que 1~ l\1t nuevo comp~ñero, que tenia una,pata de palo,
pierda todo o que nadie 1ne compre fó foros, qu.c al JJeg~r a la pnmer~ cerca, la m~nto.so~re clla.}
1aré ~ le dije; l1abré de 1norir de l1ambre?-l\1onr No hat que perder .trcmpo,_ n1e dtJO~ 1 b1e!1 puedo
de }1a 1nbre! oh! n0 nadie muere de hambre en este apro,·echarme de n11s dos pltrnas. I al decir esto se
país. No tienes ma~ que hacerte poner en la cárcel, quitaba el zoquete de palo i estendia su pierna nadetenido
por lln n1es; allí vivirás mejor tal vez de tnral a la que l.o 1.levaba atado. J.\lle abstuve de
lo que nuncn has vivido. Ya estuve yo en todas hacer ~omcntnr1os 1 andando a buen paso 1Jegan1os
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
• BIBLIOTECA DE SE:&ORIT AS. 59
a un villorrio inn1ediato que distaba como cinco una Jibra. hora pues, como tú me salvaste de ese
Inillas.-1\..quí podetnos p:1sar la noche, pero tnañana tiburon de tierra que habría descubierto mui lueal
an1anecer nos bu carún: o un poco despucs, por go que yo t e nia dos piernas, i me habria pue~to en
lo que t n rernos 1ue Juadrngar. a conozco yo la trena como a un impostor, te voi a enseñar le\ nlabien
a lo" bribunrs de la ju licia. .~..ro se l c vnt\tnn nera de gnt1ar la vida. a mi modo. 'frabajarás conántes
que el al. Llatnó a un pi ~aro 1neson de cer- migo hasta que puedas hacerlo por tu cuenta, i desvecero,
donde se nos recibió i r gnló en breve con pues ancho campo l1ai en Inglaterra para los dos.
una cena n1uoho 111 jor de la qu jatnas hubiera yo Pero óyeme, JUmas digas a nadie lo que ganas, o
pen'ado quepo rian larno_; pero 1ni nuevo atnigo habrán d volverse rnarincros todos los ociosos de
mandaba a derecha e izquierda con tono de autori- Inglaterra, i el negocjo se echará a perder.
da , i todos parecian de. alados por servirle. Des- Porsupuesto que esta era mui buena oferta para
pues de do~ vasos de gro8· nos fuimos a la cama. que hubiese yo de d secharla; con mucho gusto
l dia sigui nte ántes del nlbn estábamos de ca- la acepté. 1 principio trabajaba con él haciendo
tnino para otra ciudad adonde decia mi can1arada el manco, porque llevaba una tnano atada a lo larque
los condestables uo se darian trazas de llegar go del cuerpo i la manga de la chaqueta colgada i
por buscarle . De camino pr cruntóme cómo ganaba vacía, i a í anduvimos aullando a derecha e izla
vida, i yo !e conté cuán de graciado cra.-Una quierda i recojiendo dinero por donde quiera que
buena accion merece otra, dijo el marinero, i aho- íbamos. Como tllHlS tres semanas despues mi amira
voi a ponerte en amino de hacer la olla gorda. go creyó que yo estaba bastante adelantado para
Sabes cantnr~ 'I'iencs voz?- ro puedo decir que la hacer el negocio por mi cuenta, i dándome la mitenga.-
o quiero yo decir que cantes en tono ni tad de sus baladas i cinco chelines, nos despedimos
que tengas buena voz, eso importa un bledo: lo i sepnramo yo i el amigo que despues de tí he teunico
que deseo saber es si tienes una voz fuerte. nido mejor en el mundo. Desde entónces he anda-
Ah l si es eso. solo, la teng? mui fuertc.-:-I>ues es d? r ecorriendo el. pni~ e!l todos sent~dos con mucho
cuanto se necesita, hacerse otr, aunque ruJaS como du~ero en el. bolsillo 1 siempre bu~candote con gran
un tigre o tnujas como un büfalo, importa una jota, cutda~o. f\11 ~ermosa voz. at.raJO. por fortu_na tu
pues n1uchos nos pagan por salir de nosotros; mas r atenc1on, 1 aqut da pu!1to m1 h1storu1. Pero SI algubien
que por caridad, i con tal que venga la plata, ve_z n?s separásemos 1 .de nuevo me en~ontras~ en
qué irnportan los 1nedios? Pues, conocí yo uncl tnisertas, c1:éeme_ que bien pronto volverla a m1 pa.
vez a un viejo truhan que no sabia rnns que una ta de palo 1 a m1s baladas para mantenerme.
tonada en el clarinete, i esta tonada fuera de tono lVIARRIAT.
le valió u na fortuna en s e is o siete calles, pues to-dos
le daban dinero i le decian que se fuese. A í La Música.
que lo echó de ver, volvió con la esactitud de ~n II.
reloj todos los di as. Había una calle que esta a Sacadas- Pitócrito- Gusto por Ja música i la poesía en
ocupada en su mayor parte por vendedores de mú- E s parta-Anécdota de Ajesilao-AJcman-Aglae-Alsica
i cantores italianos, pues esos estranjeros siern- ceo- h.,;a fo ·- .1\Iinmern1o- 'iinónines I~índaro- Juegos
nen1eos- Timotco- Decreto espedido por Jos Éforos conpre
viven reunido ... , i aquella tonada que haría mo- tra su mú. ica- u opinion sobre la en eñanza de la músi-rlr
a una vaca vieja, como dice el refran, era su ca -Contiendas musicale en Jo s juegos i~tménio s i pahorror
i por eso le daban peniques para que se mar- nath e neos- Flautistas celebérrimos de la antiguedad-De
¡\Jcibíades - Anujénides- I-Iarmúnides- Tocadores de
chase. Tambicn habia en aquella calle una especie trompe ta -De Doriano-Tstménias-Observacion de Jeno ..
de club compuesto de jóvenes a Ja moda, i al ver fonte- Latnia, tocadora de flauta.
que los de mas daban dinero al viejo para librarse Sacadas fué el primero que se distinguió de esta
de su n1úsica, ellos tambien le daban para que to- manera, ejecutando el ária pít/¿ica en su flauta, i
case; los italianos le daban mucho mas para que despues de éJ, Pit6crito ganó el premio en Délfos,
se marchase, i así de unos i otros sacó el hombre en seis ocasiones distintas, como tocador de solos en
aquel mas dinero que todos los pordioseros í ocio- la flauta.
sos del lugar. Pues bien, si tienes una voz rolliza, Aunque los c~partanos desterraron las ciencias
yo haré lo demas-¿Ganais vuestra vida de ese como incompatibles con sus ocupaciones guerreras,
1nodo~-Porsupnesto que sí, i te aseguro que de to- forncntaron no obstante la música i la poesia. Todas
dos Jos negocios conocidos, no hai negocio co1no es-'> las evoluciones de su ejército se hacian al son de
te. Mira, querido, yo he estado a bordo de un bu- música tnilitar. Pr eguntado AjesiJao por qué los
que de guerra, no por que sea anarinero ni que fue- espartanos marchaban i combatían al sonido de
se educado para el mar, s ino que me embarcaron flautas, respondió, que cuando todos se movían recomo
soldado de 1narina i montaba guardia en el gularmerite al cornpas de la música, era fácil discombés
i a popa. Poco o nada sabia de mis obliga- dinguir al valeroso del cobarde.
ciones como marinero, ni lo exijia tampoco el des- El músico Alcman era natural de Sardos, i vivió
tino que tenia, por Jo cual jamas las aprendí, aun- 670 ántes de Cristo. Fué uno de los grandes múque
pasé cuatro años a bordo. Lo único que snqué sicos llatnados a Lacede1nonia por las exijencias
en lirnpio fué Ja jerga i e l guirigai de los marine- del Estado, e invitado a E parta a cantar sus árias
ros que será conveniente que lo aprendas de mí. patrióticas al son de la flauta. Se hizo notable así
l~or fin deserté i me escapé para Lunnain, donde por su jenio mús ico como por su apetito voraz, i
sinembargo me habrian cojido mui pronto a no ser Oelinno le enumeró sobre los glotones mas celebres
por esta pata de palo que ahora llevo en la mano. de los tiempos antiguos.
Sabia 1nucl1as canciones i dí principio a mi profe- Ag·lae fué una dama famosísi1na por tocar la
sion, que te aseguro es de las buenas, como que ha tron1pcta i por comer maravillosamente.
habido semanas enteras en que despues de una Alceo contemporáneo i adn1irador de Safo nació
gran victoria he hecho hasta dos libr.1s esterlinas en l\1itylene en Lé '"' bos, 604 años ántcs ele iristo.
diarias, i ahora mismo gano de quince chelines a En su juventud entró en el ejército a la manera
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
•
60 BIBLIOTECA DE SE:Ñ"ORIT AS.
de Arquíloco, i, como éJ, perdió su escudo i su el otro Timoteo, célebre flautista, tan altamente eshonor
... en el primer encuentro. Él se .presentó, a pe- timado por aquel príncipe.
sarde esto~ como r eforn:ador del gob1erno, i, segun Tan1bien habia premios para la música en los
par~~e, ~e hallaba pose1do de una perturbacion de ju.egos istménios i panatheneos. Los tebanos en jeespintu
Inadec.uada a los placeres tranquilos que neral se vanagloriaban de su habilidad en tocar la
ofr~ce el .estudio de la .poe~ía i la música. Compuso flauta.
var1os himnos, odas 1 eptgramas, i fué uno de los En sutna, innumerables fueron los flautistas cé-nlas
gr~ndes poetas líricos de la antigüedad. lebres de la antigüedad. Viéndose Alcibíades un
Se d1ce que Safo, la célebre poetisa, inventó el dia en el espejo cuando estaba tocando dicl1o in~trumétodo
mixolídio, medio tono mas alto que eJ lídio. mento, le chocó en estremo la de.Jiguracion de s.u
Al principio deJa sesta centuria lVIinrnermo se semblante, i tiró la flauta i la quebró; vanidad pahizo
famoso, tocando en la flauta una ária llamada ra la cual había tenido el ilustre ejemplo de linerCradias,
que era costumbre tocar en Aténas cuando va. Así fué que Alcibíades puso la flauta fuera de
las víctimas eran conducidas en procesion al sacri- moda entre los jóvenes de Aténas de rango disficio.
Plinio dice que Simónicles,el poeta,añadió la tinguido.
octava cuerda a la lira. AntijPnides, célebre músico i epicureo, aumentó
Píndaro, nacido en Beócia 520 años ántes de , el número de los agujeros de la flauta, con Jo que
Cristo, fué l1ijo de un flautista de profesion, i recibió > estendió su alcance. Fué el primero en aparecer
de su padre los ruclitnentos de ]a tnúsica: estudió en público con delicadas chinelas milesianas, i bata
luego bajo la direccion de Myrtis, ~eñora de distin- de color de azafran. Conocia tanto e l gusto grosero
guid?- habilidad en la poesía lírica, i fué durante del pueblo de Grecia en cuanto a múto.;ica , que oyen ese
t1empo que conoció a Corina, la poetisa,que lo do un dia a cierta distancia un violento estallido de
v e nció des pues cinco veces en Tébas, en la con- ~ a plausos a un flautista, observó : "debe de haber
tienda pública por el premio de la música i la ~ algo mui n1alo en el modo de tocar de ese hombre,
poesía. o, de Jo contrario,e~as jentes no serian tan pródigas
Las odas de Píndaro se cantaban pritnero en el de su aprobacion."
Pritaneo, o casa ~u~icipal de _O limpia? d~nde se Puede inferi'rse el gusto de ]os griegos por la 1nú.
ensay~ han por u~ cOl? acampanado de .1.nsll _umen- sica estrepitosa, de una anécdota de cierto flautista
tos,} espues se 1epet1an e n la :._ntrada t11unfal a su llamado Harmónides, quien empezó un solo en los
pat11a del v~ncedor cu~as hazanas ~elebraba?.. juegos olílnpicos con soplo tan violento, a fin de
L?s c~ntJendas music~l~s en los JUe gos p~thicos sorprender i a1·rebatar a su auditorio, que exhaló
cont1nua1on hasta _1~ aboJ~c1?n ~nnl de estos JUegos e n la flauta su último aliento i cayó muerto en el
cuando s~ estab.leci.o el cristlanlstl!o. , . sitio. '
Ta~b1en se Instituyeron prem1?s para la m?stca ~ Los tocadores de trompeta en estas exhibiciones
~.n los JUegos nemeos: Cuando F1lopemon fue el.e ... - > solian espresar el mayor gozo cuando hallaban que
Jido por segunda ::-ez Jeneral de los Aqueos, suc~d1o ni se les habian rajado los carrillos ni reventado las
q ue una vez entro al teatro en el mom ento m1smo ' venas.
e n que el músico P1lad es cantaba, al son de su lira,
estas palabras de una cancion de Ti moteo, Doria no fué famoso como músico, poeta i epicu-reo.
Su inj enio i sus talentos compensaban su glo-
Mirad al héroe! De sus altos hechos toneria, i le hacian un huésped agradable donde
Procede nuestro bien, la libertad! ~ quiera que iba.
En el instante la asamblea fijó Jos ojos en Filo- ~ Istrnénias, célebre músico de Tébas, tuvo U_?a
pémon, i 1nanifestó con aplausos estrepitosos que : ~auta que le costó tres talentos, o 290 fuertes 2 1 !
creí a que Jos versos le eran aplica bies. 1 ea les.
Timoteo , contemporáneo de Filipo de l\'lac edo- . J enofonte observa, que "si ~n mal flautista quinia
fué uno de Jos poetas. músicos mas célebres de s1era. pasar por bueno, deber1a, cor:no los bueno~
la antio-üedad Tació en lileto ~n Caria 346 flautistas, ga tnr grandes sumas en r1cos muebles 1
o ' ) 'bl. d - . d años ántes de Cristo. Sobresalió en tocar la c.ítara, aparecer en pu 1co con gran e acompanam1ento e
i se dice que perfeccionó dicl1o instrumento. Fué criados.n
acusado de corromper la senciJlez de la musica es- : Los músicos de la Grecia eran de án1bos ~exos;
p~rtana, añadiendo n~evas cuerd?s a la lira, ~ esten- ~ i de la l1ermo~a. Lamia, céle~re flautista, existe un
d1endo la escala musical. Par~c1ó esto en Esparta ~ grabado esquisJto en un amat1sta, que se conservaba
un delito tan grave, que los Eforos espidieron un en la coleccion del últin1o rei de Francia.
decreto de censura contra Titnoteo, ''por l1aber dado
a la música un ropaje afeminado i artificial," i ha- Diccionario de curiosidades.
ber corrompido l os oídos de la juventud espartana ,
con la introduccion de tnayor variedad de notas; i RELOJES DE CAl\IP.ANA. En el aiío quinientos cinal
mi ~zno tiempo le ordenaron que cortase las cuer- cuenta i cinco de Cristo tu vieron principio los redas
supérfluas, i dejase solamente los siete tonos. lojes de campana: anteriortnente se contaban ]as
Tim oteo tuvo muchos discípulos, pero e .. :ijía do- horas por el sol o por Jos relojes de arena. Los reble
precio de los que ya habian recibido lecciones lojes de pesas solo aparecieron en Europa por el
de otros 1na estros; declarando que tnas bien en se- alío de novecientos ochenta, i fueron inventados
ñaría por la 1nitad del precio a los que no sabian por Pacífico, arcediano de Verona. Galileo Gali!ei
nada, que tener el trabajo de correjir los defectos agregó Ja péndola al reloj .; i r·l. ingles Roberto
de los que l1abiau adquirido malos l1ábitos. > I-Iool~e Jn:ret}tó los relojes de faltr1qucra en eJ año
Murió 'fimoteo a la edad de noventa i siete años, de m1l s e iscientos sesenta. -
dos años ántes del nacimiento de Al jan(lro el gran- ~ lVIrcnosc oPIO. Inventado en l\1ildelburg, ciudad
de, aunque con frecuencia se le l1a confundido con~ de Zelanda, por Zacarías Tasen.
,. .
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Biblioteca de Señoritas - Año I N. 7", -:-, 1858. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2094957/), el día 2025-06-29.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.