•
ANO l. Bogotá, 27 de marzo de 1858. NUM. 13~
l\1 orzo 27 le 1 .
on 1 presente nútnero d e 1--1 IBLJO ,I!.CA t r-
1ni11a l tr1111e ... tre que n1 pezó a corr rse 1 prin1 r
do1ninrro del a 10 n e 1rso, i ántes de mp zar l
s gun o van1o a detno trar a 1 uestro u ritor ro.
u e he1no ido 1e l a nue tro 1 ro gTru11n d l 1 r:
de dicien1bre 1 ró .. in1o pa "" ado. l co1· huno~ tnui
bien que ofrecin1o ntó1 e JUe 1 IULt01 :.al,,
co1no con anTa la tnican1 en te al r cr o e in truccjon
de la j u ve1 tud n ogranadina, 1 o contendria 1nas
que artículos de a1nena lite ratura, v r , bio grafía
juicios crítico , co~tu 1n bres, 1no us, revistas d
teatro i conciertos, no\ el a~ i d --c ubrilniento ; i hoi
tenen1os 1 gu to de decir que hen1os cutnplido t -
dos nuestros ofrecirnientos pue no hu fnJtado a la
mLIOTECA ni una seccion siquiera de las 1nuchas
en que la di vid i1nos.
En cuanto a su ta1naño, eJJa l1a constado iempr(j
e 8 pájinas e11 cuarto n1a ro r a dos colun1nas, lo
que le da hoi ya un fondo de 10 p·~jinas, sin contar
la 5 tnas de las carátula , que hen1os procurado
aprovechar lel n1 ejor 1nodo po i b le.
I ar l trim est re que en pezará l de D brjJ no
hacernos rnns que Jos mi sn1os id' nticos ofrecirnicntos
que pa1 a el que acaba, agT gando únicatn e nte
en beneficio de n u e tras an1a bles suscritoras que
hemos escrito al est bleciln~ento de JI do n
Paris, n v r i puede retnitirnos por 1 paquete unu
coleccion lel g-rabado de 1 odas, a fi11 de acotnpañ
rlo men._ ualmel te a la I 111LIOTECJ\' ya que lo
caro de Ja 1 itografía n ogotá i el tiern po q ne habria
de i nv rtir .. e n su reprod uccion nos al jan
hasta la idea de e1nprenderlo aquí.
Por lo de1na~ concluirem9s ofreciendo de pritna
a nuestros suscritores todos la novelita, orijinnl
nuestra e intitulada El caballe1·o de la barba ne8-ra,
que se les repartirá en todo el entrante mes.
l.OS RR.
La ópera.
S ñore E~. d Ja "BJULIOTECA DE E ORl'J'A ."
oi que e habla "erian1ente le Ja lJ gadn a esta
capital de una o1np· ñ{a Lírica que, s gun se dice,
ha trabajado con nJtli buen éxito en l..~i1na i otros
11untos de ..t\.rn ' rica, i que por consiguiente esta tnos
en vísperas de conocer Jo que propiarnente se llama
la ópera, en cuanto lo perrnitan los recursos que presenta
nuestro t atropara sta empresa difícil, r.reo,
si no importante por lo n1é11os oportuno, que se publique,
si UU. lo tienen a bien, uua cou1u nicacion
que dirij'í hace a]gun tiernpo al L,iceo ranadino
sobre esta matea ia, juntamente con u na l1oja uelta
que hice ilnprimer para e l 2 de julio de 185 ), i
que debió repartirse en el concierto que aquella
noche dió la Sociedad .. ilarn1ónica.
Juzgo que estas dos 1 ieza ·, n e l fondo, no han
perdido el jnteres que entónc s pudjeron tc,n r, i
que tal vez en ]as actuales circunstancias ese interes
suba de punto aJg·un tanto, por entre verse ya la
realizacion del p ens,uni ento en ellns consignado;
i así no vacilo en 1 v-iarias a UU. con e l objeto
dicho, ya que su tun eno i útil periódico es casi esclusivamente
literario i artístico.
..... ílor 1 r id >nle d e l Lic o ronudino.
1 -~'1 ... :. .. · ito d 1 conci rto que dió nnoche la sec ion
de 1núsica d 1 IJiceo, como pritncra "hibicion de
SUtl trabajo n ste ramo, 1ne 1Hl 1novid o n dirijir a
. stn cotlunjcacion para qu , si Jo ti ne o bien,
se ~ i rva dar en n t· con ella a sn corporocion.
11 1 I iceo ranadino, cuya fundacion era } rn una
n ecc idad j 1 1p riosa u n u e tro poí , < s por Ja r1n·
tural za de su ü titucion 1 ue está llan1a lo n fLllldar
i perfeccionar n ' 1 In 1n úsicn, n Jn ncepcion
Jata d la palabrn, co1no uno de lo· rarn os qu abra~
za el va to plan que se ha propu sto; pero cr o
qn con Jos e"" a os lementos artísticos de que puede
disponer no cons g· uirá por nhora este ob}eto,
s an cua 1 ~s fueren . us buenos deseos · sus pers ...
v rant s fu rzos.
a nficion que d S(lc tni infancia l1 tenido a e. t
art , con n1ucha propiedad Jla1na lo divino, al Inistno
tietnpo que ln convj ·cion de nu .. tra irnpotenciu
actual para plantearlo i culti nrlo dcbida1neute n
nu stra patriu, me deterrninaro11 a imprünir n 1
año pasado una hojn suelta que d bió re1 urtirs n
el concierto que dj6 Ja Sociedad l~,ilannóHica 1 20
el :\ julio, en co11 n1e1noracion de la nd pend ncia, i
que no era tn as que tni p qu TI o continjente en
ague] olen1ne dia : reparticion que no tuvo lugnr
porque algunos amig·os tnios q\1~ v ian las cosas
de distinta tnauera que yo tne dj uadi ron de elJo.
l erdida aquella oportunidad d 1 nlotnento, pero no
convencido yo todavía de la inutilidad de es1a pu·
bJicacio11, ni de la stravagnncia de tni jd a, 1no he
re. uelto a nviar al Liceo, por conducto de su digno
I r sidente, un cj mplnr de esa hojn, para que se
ton1e en considc ra cion su conte nido, nbstraccjon he ...
cita de la s circnnstancias en que s e~cribió, i que
se ncuer le algo sobre sta 1nnt cr ia, i tni peusn ..
tniento tn erece ll1onor de ser acojido. ~, l s gTande.
• • . tal vez den1a iado grande ! ••.• l)or so Jo
creo djgno del Liceo t·nnndino. ]~n cuanto a mí,
inútil como soi, d senria que mis cornpatriotas profesasen
prácticatn nte la tná .... in1a yanl ee de que-" lo
posible stá hecho, i lo i m posi blo se har . ,
Se trata nada m é nos que d e ensaya¡· en 13ogotá
el stabJecin1i nto de la ópera en p qucña escaln .
o se tnc ocultan; seflor l rcsident , las dificuJtad es
de esta 1nagnn cn1prcsa; poro qué es 1 que no
presenta ob túcnJo~ de todo jénero n uu puis que
comenzó ayer su carrera de ci vilizucion, i q u apénas
ha tenido tic1npo para apr nder "us 1 cciones
en el arte d g·u r1 ear con propios i .,;t raño::-, o d
di,putar por Ja prensa~ l"> ro i para to: corno
para todo, e tropi za con dificultades, la gloria ~t '
en venc rlas, i n te ca o s ria para la patria una
g·lorja artística de no tn enor tintbre que Jas gloria
de sus nrma .
1 a civiliza ·ion, bien lo snbcis, es un hecho con1 ..
plejo, un modo de xistir de la s sociedade que todo
lo resumo: ciencias, nrtcs, lite ratura, iudu tria,~, .
&. 'l'odas estas di versas partes d b n guarda r una
artnonía i propor ·ion sin las ~uales l todo es incornplcto
o rnonstruoso. Doude qui ra que nlgun'U
de eJlas avanza 1na s que la. otrns, o se queda atras,
el equilibrio se pierde i las n1ancl1as apurecen mns
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
102 BIBLIOTECA DE SE:RORIT AS.
oscuras en ese conjunto cuyo colorido debe ser
uniforme.
Esto es precisamente lo que sucede en la Nueva
Granada, si se ha de juzgar de la República por la
capital de ella : las ciencias políticas, por ejemplo,
han avanzado inmenso terreno; van solas adelante,
esplorando campos desconocidos, i en peligro de
estraviarse del camino por hn berse separado de la
perezosa caravana. Las cuestiones pobticas i sociales
nos son fa1niliares, i puede decirse que se han
vulgarizado tanto, que ya parece de mal tono oir o
pronunciar discursos academicos sobre estas mate·
rias. De todos los pueblos del globo, i en esto no
hai exajeracion, la Nueva Granada es la que ha
hecho mayores progresos relativos en la parte especulativa
de estas ciencias: i digo en la parte especulativa,
porque todavía no puede confiar detnasiado
en los resultados de su aplicacion práctica.
La literatura avanza, con paso lento es verdad,
pero avanza; i pudiera alcanzar a sus compañera~,
i dividir con ellas el premio de la carrera, sino hubiese
tomado, en ]o jeneral, una mala direccion,
elijiendc modelos i buscando fuentes que, en mi humilde
concepto, no son las que mas le convienen
para hacerla tomar el vuelo que un dia lejano habra
de tomar.
tI Jas artes~ i Cuál es su condicion actual en
nuestro pa1s Y Preciso es confesarlo, aunque nos sea
doloroso, i aunque tal confesion repugne a nuestro
amor propio; las beJlas artes apénas puede decirse
que existen entre nosotros •••• I de aquí brota una
refleccion no ménos dolorosa : entre los pueblos
americanos que blasonan de haber alcanzado cierto
grado de civilizacion i cultura, este es el unico en
que las artes imitativas no hacen un gran papel en
la sociedad ; i, como heladas por la escarcha de las
disenciones domésticas, apénas dejan sentir un levísimo
influjo en las costumbres. i Será porque son
las artes de la paz?
.~llégase a esta causa jeneral de postracion otra
especial que a nadie Ee oculta, i mucho méuos al
Liceo, co1npuesto de lo mas granado de nuestra
sociedad, por lo cual apénas me detendré a enunciarla,
i es Ja falta casi absoluta de modelos i de
buenos maest1·os. A esta circunstancia notabilísima
debe atribuirse que el jenio de los granadinos, felizmente
organizados para todo, haya permanecido
latente, aguardando a que una mano poderosa venga
a sacarlo del letargo en que yace, i a darle impulso
i direccion.
Honrosa justicia sea hecha, sinembargo~ a algunas
raras escepciones, a ciertos jenios privilejiados.
que brotando de entre la malezn, i a despecho de
todas las contrariedades~ sin recursos propios ni estímulo
ajeno, nos han dado brillantes muestras de
la belleza i sublimidad del arte : ellos, luciendo como
astros raros en un cieJo oscuro, nos han hecho
admirar el poder de ese mismo jenio, oculto i des·
conocido, pero que, como la llama, se abre paso por
donde quiera, i se dirije siempre a lo alto. Ellos por
sus propios esfuerzos han levantado una estremidad
del velo que oculta los misterios de las Bellas
Artes.
Pero, repitámoslo: en vano lucha con todos los
obstáculos el que aspira a hacerse i llamarse artis·
ta, si no tiene modelos i maestros que imitar. El
gusto, el amor de lo bello no se adquieren, ni se
desarrollan sino por estos dos medios. I qué hacer
para obtenerlos~ Ya Jo he indicado yo, i muchos
otros lo habrán pensado ántes que yo: trasplantar
i, aclimatar la ópera. El cómo se haga esto, toca al
Liceo decirlo, i aun le toca mas: tomar la inic;iativa
en la realizacion de este objeto; él, en su ilus·
tracion, en su entusiasmo por la cultura de nuestra
sociedad, hallará los medios i los pondrá en planta
del modo mas conveniente. Esa es una parte de su
mision. Yo, el últitno de sus miembros, me he atrevido
a hacer una simple indicacion, a sembrar un
grano en esa tierra fecunda: el Liceo lo hará bro·
tar i fructificar, si quiere.
Si las observaciones que me tomo la libertad de
hacer en esta comunicacion fueren útiles, siquiera
para avivar la llama del entusiasmo en el Liceo,
habré conseguido un triunfo altamente lisonjero.
I si a los nobles esfuerzos de esta corporacion se
debe el que a]gun dia, no mui remoto, se funde en
la Nueva Granada un conservatorio artístico, diré
siempre con sonrisa de sa6sfaccion, de orgullo i de
gratitud :-el Liceo Granadino me ha dado una co·
rona!
Tengo la honra de suscribirrne de U. con toda
consideracion
Señor !,:)residente, muí atento, obediente servidor.
J. C. R.
Bogotá, 20 de febrero de 1857.
EL 20 DE .JULIO O LA ÓPERA EN BOGOTÁ.
i En 46 años de independencia la 1\IÚSICA ha
llegado en nuestro país al estado en que debiera
hallarse? Preciso es confesar que no, i que los
progresos en este arte no corresponden a los que
hetnos hecho en otras cosas.
Ya es tiempo de que la 1\fÚSICA, ese legado divino,
ese morijerador de las costumbres, conciliador
de Jos partidos, mediador de los odios, ri validarles i
rencores, i medida infalible de la civilizacion i
cultura de un pais, sea en el nuestro lo que debe
ser.
Pero sin maestros, sin modelos, sin directores, es
punto ménos que imposible adquirir el buen gusto
i el conocimiento perfecto del arte, i todos los esfuerzos
que no tiendan a adquirir estos medios serán
estériles e jnfructuosos.
i I será posible proporcionarse esos 1ned ios~ Y o
asi lo creo ! Si Jos capitalistas de primera nota
quieren emplear una pequeña suma, que tal vez
no verían perdida, en el objeto que voi a indicar;
si las personas de medianas comodidades se resuel·
ven a contribuir por su parte con simples ab01Ws, ya
de palcos, ya de 1 u netas en el teatro ; creo, no solo
posible sino fáciJ, la traslacion a Bogotá de una
1·egular Compañía lírica, que nos dé a conocer las
obras principales de los grandes maestros i nos enseñe
Jo que es la verdadera 1\IÚSICA. Casi todas las
las ciudades considerables de Sur América han
hecho ya este ensayo con mui buen suceso. ¿ Ha·
briamos de ser nosotros los únicos desgraciados 1
Invito, pues, a mis conciudadanos de todas clases
i de todos los partidos, para que proporcionemos a
nuestras hijas buenos maestros en este importante
ramo de la educacion, i a nosotros mismos una dul-
• • ce e Inocente recreac1on.
CelebrE;mos el glorioso 20 DE .1ULIO con algo
nuevo i positivo, con aJgo mas que vanas declamaciones
i gastos improductivos. Ce1ebrémoslo abrien·
do hoi mismo una suscricion patriótica para la ÓPERA.
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BIBLIOTECA DE SENORIT AS. 103
Pero falta la parte positiva i sustancial de esta
invitacion. Ofrezco abonarme a un palco por todo
el tiempo que haya en Bogotá Compañía lírica, i
aden1as u na cantidad no despreciable para ayuda
de la tra . .Jacion de la Compañía, desde la ~osta
ha .. ta esta capital. Bogotá, 20 de julio de 185b.
-Qué nos han de dar~ dijo el mayorcito, si en
la tienda no fiaron mas que el chocolate para UU,
i eso sobre la crinolina de Pepita.
I abia omitido decir que tenia una cuñada, modelo
de el e gancia de barrio: era esta la Pepita de
que hablaba mi primoj é nito; pero de la cual no
puedo decir nada aquí por requerir sus dimensiones
copítulo aparte. Una consulta literaria.
ll.
-I lo peor es, saltó el mediano, que cuando
venga i la eche n1énos va a armar la pendencia
Di6se la pobre de Petrona mil trazas para e "pli- con rni tnamá.
carnos en términos propios de la capital, i a breve Sí, dijo el mas chiquito, lo mismo que el otro
no mas estuvo servido lo que el temerario llamaba di a cuando le empeñaron su traje de montar ..
el té, i lo que yo en buena lei i conciencia no podré Petrona! grité yo con las últimas fuerzas que
llatnar sino el clbocolate, pues ran dos jícaras de me quedaban, que por cierto no serian muchas,
esta estimable cuat1to monopolizada bebida, si no manda alguno que saque estos niños de aquí.
tan bien preparado como aquel de que nos habla fas como no habia ese alguno que yo reclamadon
Leandro Fernandez de 1\ oratin, al m 'nos no ba, i la Plácida era una bruta en dos piés, tuvo la
le faltaban su canela i arjcntada cuanto olorosa i pobre de mi mujer que venir ella misma i llevarse
humeante espun1a. El ~er\ icio era blanco: platos a los queridos de n1is hijos, quienes se le resistieron
de porcelana de donde mi con1adre, doña Quitcria hasta mas no poder ~ metieron tal ruido, que el
Catarros, quien siempre nos sacaba airosos de lan· terncrario, apesar de su natural sangre fria, flema,
zes tales, dándonos prestados dos o tres posiUos, un desvergüenza i dotes poéticas, tuvo que apelar a
cl1arolito, dos vasos de cristal i tres platos pandos. ,! lns súplicas, i solo así se consiguió el sacar a mis
Ajuar mas que opulento en el ámbito paupérrimo hijos i aquietarlos.
de nuestro barrio, i que solia dar mas vueltas que Parcme yo en seguida i dí dos vueltas a la llave
una aguja imantada en el decurso de las setnanas de la puerta a fin de ponerme a cubierto de toda
del año, por toda las casas vecinas i honradas que, clase de asaltos, i luego fuí a sentarme en mi hutacomo
la Inia, tenian la dicha de tener un con vi dado ca con el mismo temblor que supongo acometerá al
a tomar el té. que se sienta en un banquillo.
Fué cosa de ver el modo i térn1inos como mi Me parece que podemos en1pezar, dijo el teme-literato
consultor se engulló el chocolate, el pan, el rario, i sacó de debajo de su gaban de paño i seda
queso i hasta Jas a repitas de huevo, que mas por un rollo de papeles, en cuya p,ortada leyó:
lujo tradicional i por elegancia de refresco, que para I -IOLOFER TES
cosa de provecho decoraban las oriJlas del plato res· '
pectivo. Vino despues el dulce, de durazno con DRA1tiA RO~IANTico, EN ONCE CUADRos, coN
cuadriláteros rectángulos de queso ojoso i traspa- PRÓLOGO 1 nos EPILOGos, POR
rente, i en los cuales demostraba Petrona hasta la K. K. o.
evidencia lo hábiles que eran sus manos en materia Imitacion de varios de Víctor IIugo i Dumas.
de encajes o gasas. Ai! todo fué oil·lo i sentí que se me crispaban
Sorbía yo mi jícara como quien sorbe acíbar los nervios.
pensando cuántos j cuántos sacrificios i vergüenzas En seguida me desmayé.
habria costado a tni pobre tnujcr aquel refresco Cuando volví en mí, si es que volví alguna vez
infernal, cuando la fregona que nos hacía de criada, durante aquella noche de desastres, mi consultor
i que fija e inmoble se mantenía en su puesto como iba por la escena 4.a del acto 2.o, i, o yo no sé palote
un guardia suizo, se descuidó, no sé si por alcanzar de versos, o los que me estaba ensartando eran los
el agua a mi comensal o por sacarle una basura al versos de ''El dia sin sol" de Zorrilla: i los leia
dulce (operncion que ejecutó con los dedos) pero ello con tal conviccion i sabor que casi estuve por creer ·
es lo cierto que al punto se precipitaron en la esce- que fuesen de él, pero era el caso que mi memoria
na mis tres frutos conyugales gritando: ''A mí me terriblemente feliz en aquella ocasion iba siempre
deja mi papá,'' i peleando a la vez por montarseme un renglon adelante!
en las piernas i arrebatarme los restos del té de que Seguian despues muchos de los versos del MA·
hablaba mui serio mi compañero. cÍAS i no pocos del TROVADOR, copiados descarada-
Por lo que hace n este, Jo miraban mis hijos por mente a la Jetra i mezclados sin órden ni regula-lo
bajo como envidiándole su voracidad. ridad.
Si he de decir verdad no sé Jo que me pasó, Por supuesto que Judit era la heroina del drama;
pero cuando volví en mí, Pepillo, el mayor, lamía i recuerdo mucho que el temerario para hacer mas
el plato del dulce en un rincon del cuarto; Juan, grande el efecto de la escena del clegüello, pone a
el mediano, bebia sentado en el suelo los restos de Holofernes despierto i los hace trabar una lucha
mi coartada jícara con unos sorbos capaces de tra- cuerpo a cuerpo, en que se cambian p~labras de lo
garse al temerario, i a mí, i a sus hermanos, i a 1os lindo, i que termina por este rasgo de la vencedora:
trastos de la pieza; i Antoñito, el menor, sollozaba Al fin te acoo-oté. Tiembla tirano!
como un cabro a mi derecha porque sus hermanos Yo soi Judit, del Dios de la honda altura
solo le habian asignado en el reparto del botín, un Amazona terrible, propia hechura!
pedazo de pan, que él habia arrojado léjos de sí por
encontrarlo reducido. Lo que ciertamente tiene mucho de orijinal i nue-
-Plácida, dije yo sin saber apunto lo que me vo, pues el tiernbla tirano se dirijía al cuerpo sin
pasaba, lleva estos niños a donde Petrona para que cabeza de la víctima; esto sin pararnos en lo de la
les dén de refrescar. honda altura i arnazona ter'rible! ·
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
104 BIBLIOTECA DE SE ORIT AS.
~a bia ademas u~a mezcla prismática de persa- S de decirse del .ALCALDE A LA A1 TIGUA i otra s comena]
es, épocas, razas 1 pueblos que e ra una Babilo- ~ dias del mismo autor.
nia, i to do marchaba m anga por hombro en admi- Oh 1 sí, qué cosas aqucllas1
rabie c onfu sion . '!'odas juntas no valen ni una escena d e l Ha-
V e rs os del Pelayo de Espronceda, trozos ínteoros LOFER 1 ES t .
de la Conjuracion de V enecia i tantas cosas aje~as, P ero U . puede estar seg·nro de qae todo eso
en fin, que discriminando bien e l asunto no queda- se pondrá e n claro cuando lo dé U. a la escena.
b_a al poeta mas propiedad que la de los dispnrates o, señor, t odo l o contrario: al HoLOFERNES
s1n término en aquel mapa-mundi de versos i esce - l o silbarán.
nas robados. I por qu é cree U .. eso ~
La lectura se acabó cerca de la s diez de la n oche, Por que aquí no saben lo que es teatro, i el
i cuando yo t enia ya l'a cabeza abotnbada. I no era pícaro del público silba c uando d ebia aplaudir.
para ménos. e l sueño, e l has ti o, i lo tre m eb undo U. sabe bien eso.
d e la composicion m e habian r e ndido. Y a.
Confieso qu e otros t emerari os p or e l estilo de 1 lu ego, nuestros críticos!
aquel me habian atrapado ya en ocasiones diversas~ Sí, señor . Pero queda un medio: delo U . a
p~ro e l ataque del últi1no de los teme 'ra1·ios fué tan la prensa.
~Jolento que temí ir a la cama con alguna canjes- A la prensa l Dios n1e libre, señor don Víctor
tlon cer~bral. . ·olvida U . que en todas las imprentas hai suscri ...
1
I b1en i qué op1na U. de mi drama señor don ~iones anuales? s eria t anto como r egalar tni trabajo
V1ctor ~ a los libreros; i luego, teng·o t an t as esperanzas en
. Para hablar a l!· con franqueza yo no he Jo que ha de producirme s u publicacion •••• acas~
podido formarme una Idea cabal del H oLOFERNES me dé co n qué r ealizar un viaje a Europa •••• 1
de U, porque p or lo r egu lar se escapan mu chas e ntónces .•.•
cosas importantes en. la rapidez de una lectura; Pues veo que no queda mas recurso que que-por
lo que tal vez se r1a b u eno que U. se lo l eyese mar lo i guar dar su~ ce nizas sao-radas· i creame U
t . , 1 . "' b ' ' a o ros amigos suyos a ver que e d ec1a n. se r 1a lo m ejo r que U. podía hacer.
-Oh! señor don Víctor i qué po co me co noce ·. · · d U t 1 t h h h ' d - d d DIJe yo, 1 arrebatando con el pr1mer cua ro o
que
. ee~s .. ocr
1
.0b, enl go. ec 0 adce mas e un ano, es e prólogo que estaba cerca de mí Jo arrimé a la vela
1 e primer cua ro. d b S 1 1 , d d 1 . , con ese m arazo. .
- 1, SJ, murmure yo; e~ to es es e que o cop1o. , h b 1 1 • ,
-Sí, señor, pues se entiende que no habia de t Oh! ._qu~ va U. ~ hacer, o!ll re cru.e . gntó
leerlo en borrador. >el te m e rario, 1 se lanzo so bre m1 para quitarme el
-Al1! ya entiendo en el orijinal ••• o fragmento co_n ademan amenazad_or. ... .
-Cútno en el orijinal ~ . Lo.que 1va a ha ce r er~ a pr1vnr a publico tan
. Pu es •••• así !Jamo yo la primitiva composi- 1ngrato_ 1 desconte11t? de la JOy a del HoLOFERNES .
c1on, aquella qu e sirve de base para la copia. Bten lo rnerecl~. 1 -Eso es : así Jo h e h echo y· o. . Crea me U, seno: : ~u e memo~ eJ d ~ama, oh .
-Ya Jo habia notado yo tambien. I que mu e r~e ta~ r_omant1ca_; querr1a de~~~ que en
-Es una cosa que salta a los ojos; pero, ha- v ez de m o r1r a sllb1dos, m or1a con1o el fentx~ abra-blando
de otra ¿sabe U. por qué he escrito el sado. ,
HoLOFER NEs? Ya pensare yo sobre esto ; por esta noche
-No, señor, no alcan zo a adivinar por qué haya J creo que es mui tarde.
escrito U. el [-loLoFERN ES. Como a U. le pa~ czca . . , .
---Pues porque ya 111 e cansa el ver como arras·
1
D entro d e dos d1as le enviare a U. m1 PA -
tran i pisotean la dramática esos niños que nos RA1s o.
desayunan con un drama todos los diaS. l\1i Paraiso dice U~
-Y a 1. • • • Sí, señor: es otro drama que estoi concluyen·
~I cotno U. sabe~ no d ejan quietas las novelas do jntitulado así. ·
robándoles sus argumentos, ni la historia, pues Pero se rá mui escaso de personajes.
fals ean sus h echos, ni el humano linaje, pues los Por e l contrario, j si no cuente U: el señor
hombres de sus dramas no son los hombres del Adan, Eva, la serpiente, la fruta prohibida, los
I~undo, ni mucho ménos los del siglo en que vi- cuatro elen1cntos, algunos animales que hablan
vtmos. como el asno, la grulla i la codorniz.
-Oh 1 sí, i por lo que es eso el I-loLOFE ~ NES Ah! no habia contado yo con la huespeda: así
les gana d e mano en cuanto a lo de ser hombre del van a sobrar a U. personaj es. 1 t algotros animales
siglo XIX. mas no toman tatnbien parte en la escena 1 '
-~h! pero es que no todos tienen dedos para Pues como no han de tomar~ Hablan en ella
organistas. elleon i el orangutan.
-Pues. • • • Sinem bargo, encuentro en ello algunas difi.
-1 si no es así, eche U. una ojeada en torno de cultades. Lo indecorosa que aparecería en las ta-nuestras
composiciones dramáticas. Qué son el bias la desnudez de nuestros primeros padre3.
Castillo de B erklei, C élo s, A1nor i Ambician, el Oh! no: saldrán vestidos de hojas.
Gonzalo Pizarro, el Pascu al Bruno, &. &. pues Ah! •••• pero quié n desempeñará el papel del
fárra gos ; i eso que sus autores han tenido por asno~
colaboradores, el primero a la historia de Inglaterra, Por lo que es para ese papel, cualquiera: es
el segundo a la de España, el tercero a la del Perú un papel mui fácil.
i el cuarto al mistno Alejandro Dumas; i sinem- Mui bien, cuando U. quiera puede enviarme
bargo U . ve que cosas aq ueJlas ••• • lo mismo pue· la composicion.
•
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BIBLIOTEC DE SE ORJT AS. 105
Con lo cual nos despedirnos ; él para irse lleno
de proyectos e ilusiones t eatrales i yo para que darme
dado a Luzbel, a oscuras porque la vela se
habia acabado: i con la perspectiva de un viérnes
aterrador i son1brío.
I d spue~ ncl1ncan a d sg·racia el que no haya
literatura en nuestro país! ÜRION.
Plegaria.
Bien venida al claro ciclo,
oche azul de ardiente e tío,
ue res bálsan1o i consuelo
Del secreto dolor mio.
¡ ro che azul ! ¡ noche de amor !
¡ Libre pase mi suspiro
Por tus arcos de zafiro
Ha .. ta el trono del eñor!
Libre pr1s~ cual la nube
De ori ntal tnirra e incienso,
Que del santo templo sube
A tu azul espacio intnenso:
Libre pase como el son
De la bróncea lengua, en cal m a,
Cuando anuncia que va un alma
A la e ' lica 1nan ion.
De mi pecho en dulce aliv1o
Tibio i trémulo se ex ha la,
I así trém ulo. así tibio
" Por el labio tnio resbala ;
1 en silencio i soledad
Por los pliegues del gran manto
\T aga jira, i va entre tanto
A buscar la Eternidad.
¡Dios es todo J ¡ Djos habita
En Jo inmen ... o del espacio!
Stl morada es infinita,
Todo el orbe es su palacio ;
I e-.;ta lágrima de amor,
En secreto aquí vertida,
Brilla, brilla suspendida
Ante el trono del Señor.
¡Ah! perdóname, Dios mio,
Si es profano a tu grandeza
Este canto que te envío
En mis horns de tristeza !
Tuya es mi alma, tuyo el ser
Que así sufre i así siente;
Si te ofendo, Dios clemente,
Soi amante, soi mujer!
Tú consuélame, tú cahna
Esta pena mia secreta,
Que en lo ínti1no del alma ~
Clava i deja su saeta:
Tú me ampara en mi dolor,
Tú me atiende, tú me mira,
Aunque esta alma que suspira
No suspira sino amor! T.
Los deseos.
•
Juan Cabila, arrendatario de una granja perteneciente
a don Justo Real, an1aneció una mañana
de abril delante de la casa ruraJ, cuyo techo de paja
examinaba con rostro descontento.
-Malhaya el muso-o ! esclamó entre dientes:
ya se apoderó del cabal!ete,_ desde d_onde se clesp_a.
rramará por todo el techo, 1 las troJes se vol veran
tan húmedas como un sótano; pero los de la ciudad
juzgan que aun así la casa es demasiado buena para
un agricultor.
-t l \. quiénes llama U. los de la ciudad, mi amigo?
preguntó una voz detras de Juan.
El ca1npesino volvió asustado la cabeza i se encontró
con don Justo, que habia llegado de improvi
o i oido la últimas palabras de su arrendatario ,
Este lo saludó un tanto desconcertado.
-No sabia que el patron estuviera ahí, dijo sin
contestar la pregunta embarazosa.
-Cierto, pero U. pensaba en él i no es verdad~
Siempre el mismo el amigo Cabila, añadió sonrién·
dose: no viendo e n los rosales sino las espinas, ni
en la vida sino lo desagradable.
Juan mató una mísera rana con el pié, i sin le·
vantar la vista prorrumpió en tono de queja:
-El patron dice lo que le parece bien, porque es
bastante rico para hacer lo que le parezca tnejor.
-Sin duda que me agrada hacer lo bueno, i lo
mejor cuando puedo ; pero el limitar los deseos a
las facultades, procurando abstenerse de los que les
sean superiores, es máxima que deberian introducir
en el catecismo de la doctrina.
iejor sería que introdujeran un buen contrato
de arrendamiento en el bolsillo de cada pobre
campesino, i e11tónces nadie desaprobaría el que
uno tu viese deseos, de cuenta de que, dicen, que no
puede satisfacerlos. Me parece que Dios no se molestaría
ni se fatigaría porque uno le pidiera un
techo ele casa por el que el agua corriese bien i que
no criase ese maldito musgo, bueno solo para las
ranas.
,i Lo que significa que U. persiste en desear
el tecl1o de teja, tan suspirado i pedido?
-Ta11 es así, que si yo no fuera un pobreton l o
ecl1aría a mi costa, i g·anaría con ello mejor saJud i
la conservacion del trigo i el maiz que guardo en
la troje.
-i I se contentaría U. con eso~
-Qué gracia ! Y o no pediría mas a Dios ni ai
patron.
- Pues por lo que hace a mí, aunque ningun
provecl1o sacaré de ese gasto, quiero satisfacer el
deseo de U, i sin demora mandaré los obreros necesarios
para que techen de teja la casa.
Lleno ele gozo Juan Cabila por esta concesion,
dió fervorosas gracias a don Justo, i se apresuró a
comunicar a la fatnilia tan placentera noticia, no
hablando de otra cosa en todo el dia i arreglando
en su imajinacion el nuevo órden que pensaba dar
a las trojes i a los graneros. En medio de estos
cálculos i pensamientos le asaltó la idea de que
alzando un poco mas Jas paredes quedarían mas
espaciosas i mejor arregladas las trojes, sin Jo cual
se persuadió de que el codiciado techo de teja poco
o nada aumentaría la comodidad de la casa. Apo deróse
de su ánimo esta idea, se le desvaneció el
primitivo gozo i andaba cabizbajo i desazonado mi rando
la casa i renegando de su suerte.
Por entónces debía llevar a don Justo el importe
del arrendatniento de la granja, i al recontar el
dinero pensaba que si fuera suyo i pudiera gastarlo
en alzar un poco Jas paredes de la casa sería el
hombre mas feliz de la tierra, pues nada mas ap -
tecería. Con estas cabilaciones marchó a la ciudad
i se presentó a don Justo tnohino i tacit?rno. ~.reguntóle
este la causa de su malestar~ 1 el afliJldo
Juan hubo de referirla.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
..
106 BIBLIOTECA DE SE:&ORIT AS.
-No pretendo, dijo, que el patron satisfaga mi
racional i moderado deseo, aunque eso redundaría
en beneficio de la granja: los pobres deben amoldar
su voluntad a la de los ricos i no exijir de ellos
1nas de lo que han prometido.
-Cabalmente Jo mismo les sucede a los 1·icos,
observó don Justo, i a todo el que vive en sociedad.
Veo que U. jamas estará contento con su suerte,
pues no bien satisfará uno de sus deseos, cuando se
devanalá los sesos deseando nuevas cosas tal vez
imposibles i amargando así sus días. Hagamos, si
no, la prueba: consiento en alzar, como U. lo q uieTe,
las pared es de la casa.
Los ojos de Juan se dilataron de alegría, i restre·
gándose las manos protestó que ya nada tenía que
desear; con lo cual, risueño i cantando, regreso a
la granja perfectamente satisfecho.
De alli a poco fu é a inspeccio11ar la casa el
maestro que había de dirijir la obra. Juan lo recibió
como a un amigo, i conversando acerca de lo
que iba a ejecutar, le ocurrió preguntarle qué destino
darían a las maderas del antiguo techo.
-No lo sé, contestó el maestro: son maderas
que solo sirven para construcciones rurales, i esas
vigas apénas sostendrán un techo de paja, cuando
n1as servirán para un establo de vacas o una corraleja.
-Precisamente, esclamó Juan, necesito un buen
establo para las vacas, i con poco terreno que segregara
de la huerta tendría una escelente corraleja.
Venga U. i le esplicaré mi proyecto.
Fueron en efecto, i el maestro en1presario, interesado
en aumentar la obra, encontró esactas todas las
jndicaciones de Juan, le ponderó las ventajas de
un grande establo de vacas j una buena corraleja
donde acu1nular los abonos. No era menester tanto
para prender fuego a los inagotables deseos del
campesino, qujen desde aquel punto comenzó a
calcular los beneficios de la empresa exajerándolos
hasta fundar en ellos todo su bienestar.
-Cuanto he dicho es claro, evidente, añadió al
fin, i si yo tuviera con qué, realizaría mi proyecto;
pero los pobres estamos condenados a pensar i no
ejecutar. El patron don Justo no soltará un cuartillo
mas ni reconocerá las ventajas que, co1no propietario,
sacaría de esta urjentísima mejora.
-Tomo a mi cargo el convencerlo, dijo el maestro
despidiéndose de Juan, pues soi imparcial en la
materia. Pronto le comunicaré el resultado de mi
entrevista con su patron, i si U. me apoya con fuerza,
en caso de consulta, le haremos sacar al sol el
dinero que tanto g·uarda.
Entretanto Juan no podta sosegar ni dormir
representándose el ancho establo poblado de vacas,
Ja corraleja suministrándole abono abundante, en
consecuencia las cosechas duplicadas i todos sus
deseos col1nados. Los dias de espera se le hacían
siglos; i ya comenzaba a renegar de su suerte i de
Ja cicatería de don Justo que así le defraudaba el
pan, cuando se apareció el maestro empresario.
-Negocio concluido! gritó este desde léjos.
-Qué negocio~ preguntó Juan inmutado i ha ..
ciéndose el desentendido.
-Pues el del establo i la corraleja.
-Conque negó? Malditos sean los ••••
-No negó: no soi yo tan tonto. Se rió mucho
de U. i me autorizó para comenzar la obra n1aña·
• na mismo.
• Saltó de contento Juan, i aun convidó al maestro
a echar un trago, protestando que nada le quedaba
que desear ahora i alabando la paciencia i jenerosidad
de don Justo.
Cuando volvió a la granja lo primero que hizo
fué instalarse en el lugar en que había de levantarse
el establo i construirse la corraleja. Meditó
largo rato acerca de la mas c6moda forma de esas
obras, i se convenció de que era imposible conservar
la antigua entrada, siendo indispe nsable abrirla
al traves de la huerta, para lo cual era menester
romper una tapia i cegar un vallado: decidió hacer
esto a su costa sin hablar de ello a don Justo. Pero
luego notó que los tales arreglos le quitaban una
buena porcion de la huerta, lo que era mui perjudicial
i echaba a perder el proyectado plan, a ménos
que el patron no le cediera, sin aumentar el arrendamiento,
un pedazo de terreno del potrero fronterizo
a la granja. Con tal idea fija buscó un pretesto
para ir a la ciudad i se presentó a don Justo.
-I bien, a1nigo Cabila, lo que es ahora creo que
U. estará contento.
-Los pobres no tienen derecho de quejarse
cuando no les falta el pan cotidiano, contestó Juan
con sequedad.
-Ese es un precepto de mui cristiana resignacion;
pero tanto él como la cara descontenta qu~
U. trae n1e parecen hoi fuera de lugar despues de
haberlo complacido en cuanto me ha pedido.
-Lo agradezco. Sin embargo, la tierra es lo que
sustenta al agricultor, i quitarle un pedazo de ella
es como quitarle una porcion del alimento.
-t Quién le ha quitado sus tierras~ preguntó
cujdadoso don Justo.
-El patron perdone, pero son el establo i la corraleja
que ha mandado l1acer los qne n1e usurpan
una parte de la huerta. No me gusta quejarme; pero
en conciencia, i para indemnizarme; podía el patron
consentir en que añadiera a la granja el pañito de
tierra que forma una esquina del potrero enfrente
de Jo que era 1ni huerta.
-Oiga! esclamó don Justo ya un poco serio;
me parece que el tal pañito de tierra es como una
hectara nada ménos.
-Y o no sé, replicó Juan con cara de inocente~
no lo he medido; pero la verdad es que algo mejoraría
tni suerte sin pe1judicar en nada al patron.
-Vamos con tiento, señor Juan Cabila: U. n1e
ha hecho gastar quinientos pesos por darle gusto:
agregando ahora la hectara de tierra que se quitaría
al potrero,el desembolso vendría a ser duplicado,
i esto para satisfacer Jos deseos de U. en un solo mes.
A ese paso necesitaría yo un caudal para tenerlo
contento durante un dia, pues al siguiente inventaría
U. nuevos deseos. Ya ve, pues, que no habría riqueza
capaz de saciar los antojos del que no sabe
limitarse a ]o que Dios le ha dado. La felicidad
con que U. sueña, i cuya jmájen lo trae siempre
desazonado, no se encuentra en la riqueza ni en
ninguna cosa terrenal, sino en el interior del corazon
de cada uno. Reducir Jos deseos a la medida
de las facultades que se poseen: he ahí en lo que
consi~te el gran secreto de ser feliz, cualquiera que
sea nuestra suerte.
Frai Luis de Leon.
El célebre poeta Fr. Luis de Leon nació en Granada
en el año 1526, &iendo fruto del enlace de don
Lope de Leon i de doña Ines de Valera. A la edad
• •
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
BIBLIOTECA DE SE~ORIT AS. 107
de 17 años, 11 el de 1543 tomó el hábito de santo
Domingo en el convento de san Agustin de Salamanca,
habiendo profesado el 29 de enero del año
siguiente ... us :\squi ,.. itos conocimientos en las lenguas
latina rrriega i l1ebrea: su sobresaliente talento
i profundidad en las sagradas letras, no tardaron
en adquirirle un luo-ar distinguido, habiéndosela
conferido la cátedra de santo 'l,omas de Aquino en
la universidad de Salamanca, en competencia de
siete opositores, con 53 votos de exeso, i po ·teriormente
la de prima de sagrada escritura. Un va ron
que se había granjeado por sus virtudes i sabiduría
la estimacion de toda persona imparcial, no podia
ménos de tener muchos enemigos. En efecto, la
mas perversa envidia acechaba todos sus pa. os. Su
celo i carácter dulce i complaciente Jes ofrecio ocasion
para saciar su venganza. Habiendo suplicado
al n1aestro Lean un amigo suyo que no entcndia
el latin que le tradujese en español el Cantar de
SaJomon, esplicándole la verdadera intelijencia de
su contenido i protnetiéndole que no lo manife taria
a perso11a alguna, Fr. Luis de Lean no d:udando
de la rec.titud de sus puras intenciones accedió
a sus instancias, 110 obstante estar mandado por la
Inquisicion que no se leyese en lengua vulgar ningun
libro de la sagrada escritura. Devolvióle esta
persona su escrito sin quedarse copia alguna, pero
se lo hurtó un familiar suyo i divuJgáronse multitud
de copias por toda España. Gozosos acojieron
sus enemigos la ocasion que se les presentaba de
de fraguar la ruina de su rival, i lo delataron al
tribunal de ]a Inquisicion valiéndose de las vi les
·nterpretaciones i de las mas atroces calun1nias.
Cinco años sufrió Lean con la n1as heróica paciencia
los efectos de un lóbrego encierro al cabo de los
cuales triunfó su inocencia i fué puesto en libertad
con todos sus honores i dignidades.
El dia 14 de agosto de 1591 se celebró capítulo
en el convento de 1adrigal i fué elejido provincial;
pero no llegó a ejercer su nuevo cargo, porque
falleció el 23 del mismo mes i año ántes de acabarse
el capítulo, contando 64 años de edad. Su
cuerpo fué enterrado en el convento de Salamanca,
en cuyo claustro ~yace delante del altar de Nuestra
Señora del Pópulo.
Entre las muchas obras ascéticas i espositivas que
cotnpuso Fr. Luis de Lean, solo haremos mencion
de La perfecta casada i de Los nombres de C1·isto, por
por creerlas las mas sobresalientes. La fuente de
las doctrinas vertidas en ellas i su estilo castizo i
florido son den1asiado conocidos para que nos detengamos
a hacer su esposicion ; pero lo que no
pasaremos en silencio, lo que analizaremos, si no
con la detencion i conocimientos que quisiéramos,
al ménos con suma irnparcialidad i con los mayores
deseos de acierto, será !a multitud de bellezas de
sug encantadoras poesías.
Un varan que tan dignamente habia sabido emplear
su talento i su nthnenparece que no babia de
tener el menor reparo en colocar su nombre al frente
de una co]ecc.ien de poesías que solo contienen
máximas de la mas pura moral, saludables consejos
de prudencia i las verdades mas augustas del cristianismo;
pero era tal la ignorancia del vulgo i
aun de un crecido número de los que se dedicaban
a las ciencins en aque!Ios tiempos, que habia determinado
sacrificar su gloria en este ramo de literatura,
a las preocupaciones de sus contemporáneos.
Lo que hubiera tenido efecto si la n1aligninad, que
a falta c~e mérito propio se complace en denigrar. la
rep~tac1on aj cna, no las atribuyesen a un virtuoso
~~1go del autor, el. cual sensible a esta herida que
l~JUStamente se hac_1a a la amistad, hubo de pronuncJ~
rsc por su propiedad i romper con entereza el
primer eslabon de aquel error hereditarjo que hace
de la poesía un arte frívolo, profano i poco djgno
de las personas resr.etables por su virtud i jerarquía.
Ast lo manifestó en su dedicatoria al prelado Portocarrero.
Este es el motivo porque se creyó en la
oblig·acion de justificar en cierto n1odo el arte poética
cuando dice en el prólogo a las odas sagradas :
'' i nadie debe tener por nuevos o por ajenos de Ja
'~sagrada escritura los versos, porque ántcs le son
" mui propios i tan antiguos que desde el principio
''de la iglesia hasta hoi los han usado en ella mu-e
chos hombres grandes en letras i en santidad. I
'' pluguiese a Dios que reinase esta sola poesía en
"nue:stros oidos, i que solo este cantar nos fuese
''dulce, i que en las calles i en las plazas de noche
''no sona8en otros cantares, i que en esto soltase
"su leng·ua el niño, i la doncella recojida se sola''
zase con esto, i el oficial que trabaja aliviase su
''trabajo aquí. lVlas ha llegado la perdicion del
'' notnbre cristiano a tanta desvergúenza i soltura
''que hace1nos música de nuestros vicios, i no con''
ten tos con lo secreto de ellos cantamos con voces
"alegres nuestra confesion."
En la primera de sus odas, compuesta a imita.cion
de la oda cpodon de Horacio, pinta la sosega·
da calma i felicidad del sabio que, exento de los
cuidados que asaltan de continuo a los que representan
en Ja escena política, desprecia los palacios
de dorada techumbre sustentados sobre columnas
de jaspe, moradas de la vanidad i de la lisonja, í
busca el amable reposo i la dicha en la abnegacion
filosófica i en las delicias de la vida mística ; en
seguida se complace el devoto poeta en describír
los bienes que le ofreciera el dulce i solitario recinto
de un huertecillo plantado por sus manos a la
falda de una colina que riega el Tormes, a donde
se retiraba a dedicar largas horas a la contempJacion
léjos del buJlicio del mundo. Aquí la verdad,
único objeto de sus investigaciones se presentaba
con todo su brillo a la mente pensadora en la calma
de las pasiones, i al contemplar los fenómenos que
animan i embellecen el magnífico teatro de la creacion,
espresa en su oda a Fe1ipe Ruiz, con toda ]a
vehemencia del entusiasmo relijioso, sus vivos deseos
de volar a Ja 1nansion celeste donde se correrá
el velo a tan profundos i misteriosos arcanos. La
contemplacion del firmamento en La noche se1·ena
sumerje el ánima del relijioso poeta en aquel indefinible
éstasis que inunda las almas puras, a semejanza
de Platon en las dulzuras inefables de la fantasía,
arrebatada al impíreo por el estudio de la
física celeste. Al seguir la carrera de los astros, al
observar el jiro majestuoso de la bóveda del cielo,
recamada de brillantes Juminarias i cómo silencjosamente
se deslizan Jas horas del vivir, se eleva
el espíritu inmortal a la etern~ esfera, i desde aquel
templo de la claridad mira con jestos desdeffosos las
cosas terrenales. Nada es comparable a la tierna
uncion que respiran sus canciones espirituales i
místicas1 en especial las dos de La vida del cielo, i
La Ascension. 'fra~portado a la rejion luciente de
la vida ve en aquellos campos que jamas ofuscan
las tinieblas de Ja noche i donde florece una prima
vera eterna, en aquellos fértiles valles ricos de
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
108 BIBLIOTECA DE SE:&ORIT AS.
verdura perenne , al divino Pastor que coronado de
flores sin honda ni cayado conduce sus ovejas a los
pastos de intnortalcs rosas i yerbas siempre renacientes,
j deleitando el santo oído tañendo su rabel
sonoro cuyo dulzor penetra el alma de un placer
celestial.
La oda a la Ascension inspira no se qué de triste
i afectuoso, i deja el ánimo poseido de una melanoolia
tnn dulce i sentimental que al mismo tiempo
que nos da la verdadera tnedida de su fino corazon,
es ]a espresion natural del amor divino i de la
fervorosa relijiosidad que movjeron su pluma en
honor de su jerarquía i del catolicismo español
hasta el seno del sepulcro. Pero la oda 1naestra de
Lean, la que por los golpes brillantes de la elocuencia
poética merece ser grabada en )a memoria como
verdadero n1odelo del arte i del buen gusto, es la
P 'rofeciadel Tajo al forzador de la Cava, en la que
jmitando con ventajas la de Tereo a Páris, robador
de Helena, representa la irrupcion de los moros en
Espaüa, la mar de Berbcria cubierta de sus escuadras
que desetnbarcan en e l estrecho herculano, i eJ
fin deJa monarquía goda al sesto di a de la sanrrrienta
batalla de las do huestes a orillas del Guadaletc.
El amor de la patria, pasion que ruede sola despues
de J a relijion producir el su blimc, recalienta
todas las c~trofas que aún conservan el fuego del
sentimiento que las dictó i que. llenas de vivas imájenes~
de patéticos afectos i de artnonia imitativa,
arrebatan a la par que deleitan: inspirando eficazmente
e l interes de tan e evado argutnento.
Un estudio profundo de Jos libros sagrados, su
fé i adhesion a las grande~ verdades eternas i el
espíritu de piedad i de relijjon a que por su clase
i jénero de vida e taba consagrado; hicieron que el
poeta granadino infla1nado por el estro de los salmistas
de Israel sonase poi" la primera vez en su
patria las cuerdas de la lira cristiann. Sus versiones
i paráfrasis de los salmos anuncian con dignidad i
grandeza las verdades inspiradas por la divjnidad,
desplegan en su majestuoso esplendor Ja verdadera
poesía, que no escita sino pasiones dulces, i que
libre en sus espresiones, admirable en sus cuadros
i elevada en sus pensamientos, sorprende i seduce
sin peligro las almas virtuosas i puras, i merece eJla
sola el nombre de l enguaje sobrenatural. El puc.:
blo de Jacob, que abandonando el Ejipto idólatra
camina en busca de lns riberas del sagrado Jordan
que ri ega la tierra prometida; la omnipotencia de
Dios, que hace saltar las fuentes de las entrañas de
la las rocas áridas en el desierto; los l1ebreos sentados
tristemente a las orillas del rio de Bn bilonia,
lamentando las memorias de la desolada Sion, sus
armoniosas arpas colgando de los sauces por no
forn1ar sus conciertos con las alabanzas del i n1pío
vencedor; en fin los sucesos tnas clásicos de Ja historia
hebraíca consignados en la sublime poesía
del rei profeta, pene tran al hombre r clijioso de un
santo trasporte en los versos g-raves i ti ernos de este
sentido poeta.
En las traducciones de Pindaro, Viljilio, Oracio
i Tíbulo, no solamente conserva el sabor de las
lenguas sabias i el jcnio de sus poetas, sino que ha
sido feliz en enriquecer la poPsia ca tellana con
jiros griegos i latinos, siguiendo con maestria las
proporciones i contornos del orijinal. En ellas, así
como en las cornposicioncs propias, su diccion es
varia i correcta, su lenguaje puro i agraciado de
modismos indíjenos,su estilo ameno i templado con
los colores de una imajinacion risu eña; él ha
perfeccionado el aire i corte de las estancias que
adopto e l primer Garcilaso para la poesía lírica en
la .llor de Gnido; prendas todas que l e constituyen
uno de los grandes artífices de la lengua i poesía
nativas, i harán que el trascurso del tietnpo confir ..
me mas i mas la favorable sancion de sus contero- ,
poraneos.
Pensamientos.
Sin ecl1ar de ver la causa de nuestro juicio, reputalnos
persona de buen sentido a la que nos atribuye
buenas cualidades. --
Los hombres de alta fatna están siempre rodeados
de tontos; porque los que desean ser vistos procuran
rodear a los que de por si son visibles.
La confianza que el sabio tiene en sí mismo
disminuye a proporcion que sus conocimientos au·
mentan ; semejante en e ... to a las sombras produci·
das por la luz del sol, que disminuyen a n1edida
que el astro se acerca al meridiano.
Complacerse en reconocer que se tiene talent
como un motivo de gratitud ácia Dios, es santificar
el amor propio.
Toda resolucion jenerosa se produce con súbita
ene1jía: brota del corazon cotn pleta i bien armada,
como lVlinerva brotó del cerebro ele Júpiter.
Contemplando una risueña ca1npiña, el hombre
metalizado no ve sino la posibilidad de sacar de allí
productos agrícolas: su admiracion enaraecida por
los cálculos inventaría la naturaleza i convierte
los paisajes en cantidades sumandas.
La huella que el jndio errante cleja estampada
en la arena basta para de1nostrar la presencia del
hombre en lo que se juzgaba un dc..., ierto, i sinem ..
bnrgo las claras i multiplicad;1S señales de la mano
de Dios impresas en todo el universo, no bastan
para que el ateo reconozca i co11fiese a su Creador.
El pudor es como e l rocío de la noche: ama la
sombra, i cuando lo hac e brillar la luz del sol,
hu~ye de la tierra para subirse al cielo.
--
Para un hombre resuelto nada hai in1posible.
---
Con tiempo i paciencia se catnbia en raso la
hoja de la morera.
El mulo paciente que camina noche i dia irá al
fin mas l é jos que el corcel árabe.
--
Por mucho talento que tengas sé modesto.
--
lT sa tu erudicion como tn reloj ; si te pregutan
qué hora es, sácale i r esponde, pero jamas le sa·
ques por mostrar que lo tienes.
Sabio es el que sabe cosas útiles i no el que sabe
muchas cosas.
--
Observa el método de vida mas útil i la costumbre
te lo hará el mas agradable.
•
•
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Biblioteca de Señoritas - Año I N. 13", -:-, 1858. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2094947/), el día 2025-06-18.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.