•
•
Bo«otá, . ábado 7 de mayo de 1 59. NU~f. 55 .
•
Teatro. S n uest.ros goces : queríamos que el espíritu tomase
.~o.s acto~ de JJfasnndieri, dos de la IIija del > tat;nb1en su parte en ) · tas fruiciones inocentes, i
re:Jl1Jlte1lto, 1 uno de 1..\ Toruza cornpusieron la fun- as1, cuando despues de caer el sol volvían1os a la
e ion del domingo últi rno Los acto re fueron casa, i nos s ntá bamo en los anchos corredores
apla~dido~ .c?nl·t' i rnpre, con p~rticularidad en a tornar el fre .. co, 111iéntras las Juciérnagas i cucuJa
prunera 1 ultuna de las ópera Citadas; pero la yl!s revolaban al rededor nuestro, i las chicharras
concurr ncia fué mui P ca ' a, lo que, a nue tro no ... ob_ .. equiaban con sus tenace conciertos de sopar
cer, den1ue tra que los terno re, que habíamos prano 1 contralto, no ' entreteníamos en an suya, i era poner dentro de la ·co r~a de
pertorio 1nuchas óperas corno ltfaria de Rohan un sombrero nue tros nornbres escritos en pequeacornodadas
a · u e.sca~o p rsonal, lla podrá o ~ ña .. cédulas, i n la de otro algunos refrun~s, pentener
e por a1gun tiempo; pero dudamo .. que ten- atnientos o máxima suelas, a tnanera de lo que
ga alguna otra en que la partes principales sean e hace para sacar cornpaJ/res en las semanas que
solan1ente oprano, tenor i barítono. preceden a la cuaresrna. Debia . acarse cada no-e
ignora todavía cuál será la funcion prepa- che un nombre a la suerte, al rnisrno tiempo que
rada para el próxitno dotningo; pero sea cual uno de los papeles que estaban en el segundo somfu
ere, nosotros, cotno buenos aficionado , pre. ta- bret o, i aquel d(:! nosotros que era señalado por
remos nue .. tro continjente i desearnos que todos la uerte estaba obligado a escribir en prosa o verhagan
lo mis1no para nHtntener por algun tiempo so una historia, o cornposicion de cualquier jénemas
nuestro espirante teatro, mu~rto a n1anos de ro, sobre el te1na indicado por la papeleta, i que
aqu ellos que, si tuvieron el gu to de llamar e sus debia Pr l ~iJa o recitada en la reunion nocturna
dueños, no pueden a pirar nl título de sus protec- siguiente.
tores o r cjene radore.s. Aceptada con entusias rno esta proposicion, mui
No hai mal que por bien no venga,
o -
UN POETA CONDENADO A ?ttUERTE.
• -
(Apuntes de ranchería).
IV.
del g usto de las señoritas, que eran afectas en estren
1 o a. 1 a 1 i ter a tu r a , i rn u i e o 01 reten tes para t omar
parte n aquella justa, se proce<..lió a hacer
el prirncr sorteo, i el non1bre que salió de la urna
fué e l del jó\·en de que ya he hablado. * A la noe
be siguiente r ecitó una be1Jísima composicion en
verso sobre el tenaa que le tocó.
El se:agundo non1bre sorteaJo fué el de la señoraJe
Ja casa, acompañándolo este verso de Luis
V árgas 1\·jada,
"Juntos la senda de la vida ho1lamos
1 juntos moriremos."
Hace algunos años me hallaba de paso Pn una
de las haciendas n1a bellas del sudoeste de Bogotá,
situada en la parte baja de esa gran me a inclinada
que, egun todas las probabilidades, se formó
por el aplanamiento rep en tino <.fe aquella parte
de la cordillera oriental, en uno de tantos cataclis- Aunque la señora es reputada como una de 1as
mos como han trastornado la frájil tela Je araña tn ejores poetisas americanas, no creyó sin duda
sobre In cual vivirnos mui tranquilos: trastorno conveniente entrar a disputar la pahna a sq antecuyos
efectos nos r evela n las antiquísimas pájina cesor· en la poesía, i se contentó con escribir en
de ese libro abierto que se llan1a la costra o su- prosa sobre aquel pensamiento una interesante
. perficie de la tierra. historieta titulada'' R ecuerdos de 1""'ibacui,'' cuyo
Los que saben la noble i distinguida hospitali- borrador Jne franqueó despues, i tuve ocasion de
dad que han dispensado siempre a sus huéspedes darlo a luz en el ll'Iuseo, periódico ]it e rario que se
los dueños de aquella hacienda, podrán figurarse publicaba en Bogotá en 1 849, t j que tnas tatde
los dias de placer que allí pasatnos cinco personas se reproduj? en ]a .Gui~·nalda. . .
que nos hallábamos en ella, a saber, una señora . N ° pudu~os O Ir stn profunda em?cJon esta
de Bogotá con sus dos hijas, un jóy·en distinguido p1nlura_ sencilla de ]as cos~utn bre~ patraarcales de
i mui estimable, pariente de los dueños de casa, i 1 J~s ?abatante.s ?el ca,mpo, 1 es p ecta l~ ente el. fa JI eel
que estos apuntes escribe. c1n11ento .cast stmultan:o de dos anc1~nos e.spo~os,
El paseo a pié 0 a caballo; el baño en el espu- que, hab1 e nc~o p~sad? JU~tos una extstencta .ddamoso
rio que baja por entre mangl~res, cafetales tada, tranquala 1 feliz, J~ntos fueron tambJen. a
i limoneros, como el Rin por entre las vides que descansar en el cementer1o de la aldea .que _Jos v16
lo circundan; las visitas a las herrnosas huertas nac~r. El testo que encabezaba esta~~ tor1eta no
que rodean la casa, llenas de multitud de árboles pod~a ser otro que el qu~ ... ya ~P. ha Cltad.o.
frutales, cuidados con el mayor esmero; ¡ todo En el tercer sorteo saho m1 nombre JUnto con
ello sazonado con la grata i arnena conversacion ~ El poeta José "\ ' árgas Tejada, digno hermano de Luis,
de nuestros anfitriones, JlOS hacia pasar deliciosa- i cuya muerte prematura fué una péraida para fas letra~ gra·
nad1na8.
mente el tiempo. Pero no se limitaban a esto t Véa e •l número 4, eorre!pondiente al 1. o d~junio .
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
,
138
el antiguo refran que dice: " no hai mal que por Incas por Garcilazo, co1no las Elejias de varones
bien no venga." Tuve que sujeta rtn e al decreto ilu s tres de Castellanos, como las dos Historias
irrevocable, i, confieso la verdad, aquella nocl e de Oviedo i l\1uñoz, como el l\'loct~suma de
no pude conciliar el suefío pensando en que mi doña J e rtrudis Gótnez de Avellaneda, j como
e ca o injenio iba a queda r poco airoso delante muchos otros libros españoles de este jénero,
de los que n1e habian precedic.lo, i buscando un debieran ten e r para nosotros los colombianos
asunto que cuadrase bien con el 1na lhatlad o re- (hi '"' pano am e ricanos ) el doble interes de asuntos
fran. de nuestra historia c o ntinental, i de obras maes-
Acordeme, en fin, de que babia estado leyendo tl'aJ de nues tra literatura, que tal puede i debe
aquella tnañana en la biblioteca d e la señora al- 1lamarse la literatura española, abstraccion hecha
gunos cantos de la Araucana de Ercilla, i vini én - por ahora de los ensayos épicos nacionales de que
dotne a ]a men1oria el oríjen e incidentes d e este hablaré mas adelante. * Es, pues, mui estraño que
poerna, i la de "graciada s •.1 erte que estuvo a piqu e esos libros no nos sean tan fan1iliare s cotno otros
de suft;r su autor, me dí una paln1a<.la e n la fr e n- muchos, tal vez de inferior mérito. Para tní, a Jo
te i esclam é con gozo : e<;te s n1i asunto, i m e ménos1 ellos tienen tanto o mayor atractivo que
viene como pedrada en ojo tuerto! Jos que sobre asuntos de Arnérica han escrito mu-
A la n1añana siguiente, i al punto e n que co- chos autores estranjeros, que acá para entre noinenzaba
Ja sinfonía rnatinal de los innumerables sotros, i en confianza, están plagados de no pocas
toches qu e pu €:: blan ]as huertas i cam pos adya- inesac titudes.
centes, :ra estaba yo l e vantado, escr i b iendo 1nis P e ro t odavía hai un interes mayor, i es el de
a puntes en la pi e za de la librería. hacer conocer i apreciar el mérito de los pocos
H e aquí los borron e s que Pnt6nces hice para monun1 e ntos épicos que poseernos 7 analizando sus
ll~nar nli compromiso, i que hoi de~entierro para diversas partes, admirando sus bellezas, i hablancuro
plir otro no tnéno.:; grato con e l est imabl e do de ellas a cada paso, ~in . desperdiciar ocasion
editor d e este p e rió r ocla rno e esta en e l misn1o dia.,
vida de caanpaña que ll e vaban los conquistad o r e s , ha c i é ndose sabe r los f u nda tnen t os e n que se a pose
habia presentado el de un e s tafe rmo fijado en yaba; i a la fi es ta i al eg r e a lgazara de J anterior·
un alto n11ástil, e n 1nitad de la plaza. Gran nú- s ucedió la tri s t eza j{.)ne r a l i l a pena Jnas p r ofu n d a ,
mero de garbosos jinete s l e e mbestian suc e siva- i aún ll ega r o n a v i ~ lu tnb r arse Jos síntomas clc u n
mente hiriéndolo de lleno, i e l qu e con mas d e s- s é rio d esco n te nto , de q u e e r a n anunc i os nad a
treza lo hacia, escapando del golpe que al jirar ·equívo cos l as rnur m ur ac ion€ls que c ircu l aban ,
debia darle el estafermo e on unas pesadas b o la particularme n te ent r e l o .. soldados de l\ 1 endoza .
elej id os t al VflZ intenc i onaln1ente por l\1endoza
vano i ensimismado. Es d e supo n e rsP. qu e al g un e ntr e s u s bie n c o n oc i uos enen1igos .
motivo pueril de discordia existi e se ya e ntre Er- T o d o estaba pr eparado p a r a el füncbre espec cilla
i Pineda, pues lo cierto es que con ocasion t á cul o , i los d os j óv enes cnpi tanes a r reo- laban sus
de aquella fiesta, i como ámbos toma s~ n parte en con c i e n c ia s i s u s n egoc i os t en1 poralPs para ent r e el
juego dicho, armose djsputa entre ell os sobre g ar mui pro nto u c u e l lo a l v erdugo i s u al ma a
si a Ercilta le liabian rozado en la espalda los Dios. C o n oc i e n do e l ca r ác t e r de Hurt ado, nad i e
bolillos del estafermo, por no habf:lrle herido con se atre via a inte r ced e r p o r las in oce nt es v í c ti1 nas;
la necesaria destreza, sobre si Pineda anduvo p e ro esta e j e cu c io n e ra t a n r e pu g na n t e, l a senménos
afortunado que Ercilla, perdiendo los es- t e n c ia tan n o toriam e nte inj u s t a i a p as i onada , i la
trivos i dejando ladear la silla, i sobre otras cues- condicion, la edad i las p r e ndas d e Jos r eos in s pitiones
de la laya, propias mas bien de ~ jóvenes raban tanto i tan ti e rno int eres, que a lg un os d e
imbé"rbes i bisoños que de guerreros cubiertos ya sus mi m o s conlpañe r os d e armas, i otras per o de
gloria i cicatrices. nas principales s e ab oc ar o n p o r fi n a l Gobe r nado r
· De las palabras pasaron a las amenazas, i d e i l e hici e ron prese nt e la it npol í tica, s i no la seve estas
al escándalo de desnudar las espadas i re- ridad, i aún l a in j u st i c i a de ta l p r ocedin1iento : Ja
tarse atropelladamente en presencia del nueblo i conve ni e ncia d e m o ri je rar la p ena, t e n ie ndo en
de sus demas conn1ilitones, i delante de la puerta cu e nta las circuns tan c i as at e nu antes de l h ech o;
de la iglesia principal, en qae a la sazon SE' cele- i finahnente, le hicie ron n o tar qu e l a senten cia d e ·
•
,
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
..
•
140
muerte por si sola, i la pena atroz qu~ ya habian ' Apénas se concibe como fué bastante su gran in,.;
ufrido los condenados en la capilla, eran mas C]Ue jenio a .. uperar tales obstáculos i levantarle a tansuficientes
para prouucir el efecto de un saluda- ta altura. ''
ble escartniento por ]o pasado i para lo futuro. En cuanto a Pineda, el desenlace de este dra-
No faltaron lagrimas femeniles i tiernos sollo- 1na fué rnui diferente; in1pávido ta1nbien, ¡de un
zos que se mezclasen a aquellas súplicas; i aun tetnple de alana poco cotnun, no pudo, sinen•barse
cree que el ánjel de guarda de alguno de los r go, resistir esta dura prueba. Afectólo en eslredos
tnancebos, disfrazado en figura de una hechi- ~ nto, no ya el ten1or de una Jnuerte que tantas vecera
jóven, vino a arrojarse a los piés del impla- ~ ces babia desafiado en los .coJnbates i peligros, sino
cable Hurtado, i estrechando entre ámbas 1nanos 1nas bien la crueldad, la injusticia i la ingratitud
la oria de su capa, logró ablandarle el corazon, de sus jefes i compañeros de armas; i aquel golpara
que se e u tn p 1 i e se aquello que dijo el poeta : pe, tanto m as duro para é 1 e u a n t o m as no b 1 e i j e-
"Que tanto puede una mujer que llora." neroso era su corazon, produjo tal cambio en su
. . carácter i en sus ideas, que, desengañado del mun-
. El nuev~ c.orJolano prometiÓ r_ever e~ pr~ceso ~ do, i desvanecido delante de ~us ojos el hunlO \"a-l
la sentenc.Ja 1 resolver ~~ convenaente; 1 ret1rad.o >no de la gloria, se retiró del carnparnento ¡ renuna
su estanc•a, c_onfer~ncao de nuevo con sus adla- ció hasta de la ociedad. 1 tniéntras el poeta conte
res: La cons1deracJon de los _g!·aves m_ales que quistador colgaba su espada victori 0 sa ¡ sus JaupodrJa
atraer aquel paso prec1p1tado e Jtnpopu- 1 · d b t 1 5 oeza de que babia
1ar, en las circunstancias en que se hallaba a la r~d es~ 1 ~·e a a a can a_: a 1
1>r . C s t . t m bien
sazon el ejército; i el tener los sentenciados so- ~11ec:.o n:_~ 1glo, su cot!lpandero l ~ b•n odr unlo a mi·
d , d · d 1, . u '"ce 1a os suyos 1 se c~poJa a e su arreos -
bra. ~ nulnero e amigos e va Ia, 1 pertenec~r a litares para vestir el hábito del óruen de San Agus-farnihas
respetables en la corte, fueron rnotl\ros tin en un convP.nto de Lima i allí celebraba las
podero:;os para desarmar la dcó.le:a del Gobernador glorias del Creador, entregad~ a una vida de ejem-
1 la venganza de sus adula 01 es. piar virtud j de santa conformidad. CELTA.
Decretóse, pue~S, al anochecer del misn1o dia, la
contnutacion de la pena capital en la de destierro,
motivándola en la cláusula de justificada i1npre·
1neditacion.
Ercilla, sereno siempre, impávido, i de alma
grande, recibió con aparente indiferencia la nueva
de su peruon ; i con aquella dignidad que le
era propia entregó el mando de su jente, i, despidiéndose
de sus compañeros de artnas, se retiró
incontinenti.
Dice un antiguo refran, que ?lO hai 111al que por
bien no sea, i en el caso presente e. de una a plicae
ion esactl itna. Ercilla, su traido ya al ruido
in1portuno de las arma , tranquilo en el retiro que
babia elejido en un pequeño paraiso, léjos del teatro
donde se representó este drama terrible ; escitada
su vena poética i su risueña itnajinacion con
las escenas apacibles i encantadoras de aquel
Eden; inspirado por los rumores de los bo .. quecillos
que rodeaban u n1odesto albergue, por el
murmullo de las aguas, por las auras embalsarnadas,
i, en fin, por todas aquel] as voces del cielo
que en n1edio del silencio de la naturaleza
adormecen al poeta, i le elevan en éxtasis celestiales;
continuó i casi dió fin a ese poema inanortal,
cornenzado entre el estruendo de la guerra i
en los vivaques ; ese poe1na en que con tanta
verdad como tnaestría, cantó el heroi mo de los
castellanos i ]a bravura de los hijos de Arauca.
I qué habria sido de esa obra admirable de su
injenio, sin la quercl1a in1prudente de la Imperial
? Es, pues, cierto que no hai mal que por bien
tao sea!
Martínez de la Rosa, como ustedes saben, hablando
de Ercilla dice : "al ver brillar tantas bellezas
en el poema de Ercilla, recuérdanse con
pesadurnbre tantas circunstancias reunidas contra
Ja gloria de un poeta de pocos años, que solo escrihia
retazos de su poema en los ratos que robaba
al preciso descanso, perseguido por la adversidad,
i que no halló en su vida errante i borrasco!
a ni ocasion de madurar un plan cornt)leto, ni de
eon1ultar el dictámen de persona! inteJijentes.
•
Soneto.
Conste por el presente docu•n~nto
E. crito con 1ni pluma, i de mi mano,
Que yo le debo a \Venceslao Pizano
Amistosos servicios 1nil i ciento;
Conste que no he esperado ni un momento,
Podérselos pagar; que no tne afano
1,arnpoco por aqnPllo, porque vano
Ji"uera para obtenerlo todo intento.
Conste, ademas, que estando en este estado,
I sin ten1or de hacern1e ya importuno,
Otro servicio mas le he delnandado:
Conste, por fin, que con mi paje Bruno
' Me acaba ue tnandar para n1ercaclo :Suma
servicios: tnil i ciento i uno.
JoAQUIN P. PosADA.
Juéve~, 5 de mayo de 1859.
:EJI aoülo.
l.
..
El sol .ya cae. Pocos instantes i vendrá la noche
a epultarlo toJo. _
Peranite, Dios mio, que rni madre no muera
aquí! ~ladre mia ! 1\'Iadre de mi corazon, dírne
, . que s.1entes.
ada, contesta una mujer haciendo un esfcrerzo
para incorporarse, pero apénas lo intenta
vuelve a caer sobre un poco de paja con toda la'
inmovilidad de un muerto.
Gabriel, jóven de diez i ocho años, toma la cabeza
de la 1nadre, la levanta sobre una de sus rodillas
i llora sobre aquel cuerpo que casi es un
cadáver. Las lágrin1as del jóven golpean a .veces
el rostro macilento de la madre i a cada gota que
siente, entreabre los ojos i parece que quiere hablar.
Pero calla, i calla porque la muerte ha empezado
a apoderarse de ella.
I nadie viene, dice Gabriel volviendo a mirar
para todas partea.
•
,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
;
•
l~IBLIO "fEC l)E ~-' E r ORI"I'A •. 141
aJie Yien e, p o rque se l1all a n una de la e -
pesa rn o ntañas d ~ ntioquia ; cua tro dia hace
qu e e tá n atra ve ando e l 'on " Oll.
Un lijcro e '"' tre inec in1icn t o de la moribunda hizo
que abri e l volvi era a poner la cabeza d. · u madre
.. obre la paja para hincars e d el ante de e lla i
verla rnorir.
-Gabriel, hijo mio, dijo e n un in s tante de crisi
.... , yo voi a morir ,-me pr o rn e t es hace r l o que te
mande?
í, madre rnia, t e lo juro, lo cumpliré.
-Bien e .. tá, pare ció d e cir con un lij e ro movimiento
de ojos.
Pues mira, es mi últirna voluntad, yo lo quiero
a~ í : que vuelvas al lugar d e tu nacimi e nto, i perdones
a nuestros enetnigo • . • • hora quítan1e el
anillo que tengo puesto i pónte lo en el mi s mo de·
do, i a Ja n1uj e r que sea tu compañera se lo pondrás
ántes de tu uni0n. P e ro cumple lo que te
n1andoi Diosteben •••• d e ••• ci •••• rá.
1 espira : sus ojos i us lábios se ci e rran para
siempre. G briel da un grito i cae .. obre e l cadá'"
er de su anadre. Cualquiera al verlos hubiera dicho
-que eran dos amantes que se habian abrazado
• para mor1r.
La noche vino, i solo la media luz del último
crepúsculo parecía velar sobre aquellos dos cuerpos.
Era la mirada de Dios que nunca abandona
al infeliz.
II.
Al pasar por una atacarlo por una fuerte inflalnacion, que taanl
e y e ra; oficio qu.e su tnadre hizo casi ~ i e mpre. bien me privó tle la vista por algun tiempo; i
F'u é e nt ó u c e..; qu e e tnprendió la hi "toria de aunque d e pu e s la recobré, el órgano quedó mui
F e rna n do e Isabel. Hahia elaborado ufici~nte- desordenado, i a cons ecuencia de la p e rmanente
tn e nte sus tnateriales i cre ia ~ -- tar ya a la altura debilidad, desde entónces, dos vece s en n1i vida
de la obra. Este péríodo tan brillante de la his- me he visto pri~ado completamente del uso de
toria de España ha sido tratado por ~1 con un ta- e~te órgano, sin poder leer ni escribir por muchos
lento notabilísimo. El e tilo de Prescott está lle- años en ámbas ocasiones. ~F'ué durante uno de
no de colorido i se distingue por una verdadera estos períodos que recibí de Madrid los materiaelegancia
i un lenguaje umatnente correcto. Es- les para la ''Histo~ia cle Fernando e Isabel," i en
te escritor, dotado de una naturaleza sensible i mi triste condicion, con los tesoros trasatlánticos
ardorosa, se int e resa vivatnente en los aconteci- de que estaba rodeado, v.arecia un s e r agoviado
mientos que cu e nta, i les da cierto carácter no- por el hambre en medio de la abundancia. I en
vele~co que atrae i conrnueve profundamente. este estado reso]~í, en cuanto n1e fuera posible,
Dicha historia se publicó en 1838 i obtuvo el suplir la vista con el o ido. Consegu i un secretaéxito
ntas brillante en los Estados Unidos, ha- rio para que me leye ra varias autoridades; i en
hiendo sido ademas sitnultáneamente traducida poco tiempo me ll e gué a familiarizar tanto con ,el
al español, al frances, al italiano i al aleman. sonido de las lenguas estranj e ras (a algunas de
Animado por los elojio~ merecidos a su prime- las cuales me habia préviaanente acostumbrado
ra obra, continuó sus trabajos con mas Pnerjía i durante mi residencia en el estranjero) que p,odia
1nas ánimo que nunca ; i publicó en J 843 la comprender su lectura sin mucha dificultad. A
Historia de la conquista de Jllléj ico, i en 1847, Ja de ) medida que el secretario leia, yo dictaba copiosas
la Conquista d el Perú. ,.rodas estas nroduccion~s > notas ; i cuando babia amontonado considerable
confiranaron el alto renon1bre que Prescott se ha- número de ellas, me las hacia Jeer repetidas vebia
ganado. El infatigable escritor trabajaba en una ces, hasta que quedaba suficientemente enterado
historia de ~""'elipe 11 cuando la Jnuerte lo sorpren- para el objeto de Ja composicion. Estas mismas
dió en medio de sus ocupaciones científicas. Ya notas me suministraban un medio fácil de tefe-se
habian ¡.>ub1icado tres volútnenes de esta obra. rencia para sostener el testo. ' V
No sol o las l e tras en los ~~stados Unidos han "Otra dificultad me ocurria todavía en el tra-
•
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
bajo tnecánico de scribir, i que yo creí , >ria una
prueba 1nui fu 'rte para el ojo. •Á ·to fué allnuado
por tn dio d una caja d e, cribir,.. tnejant a )as
qu han sido u ada, por los ci O"O , ·on la cual
comunica~a mis ye.n ami nt? al Pap •1 sin la ayuda
de Ja YJ .. ta, "ll'\'1 nuoru 1gunln1entc bien en la
oscuridad que n Ja luz. Los caract res a í formaJo
· se a etn jn ban a los j rogl íficos ; p )ro tni
secretario llegó a auquirir mucha práctica en de -
cifrarlos, i una hermosa copia de llo -con una
liberal licencia para los rrorcs ine\·itables- el'a
tran. crita para el uso d J impresor. II d scrito 1
procedimiento con mas rninuciosidad, por Ja curiosidad
que repetidas vece e ha tnanife -- tado sobr
!TI¡ modus o¡)erandi, cunndo he carecido de la vi~tn,
1 porque ,¡ conocitniento de sto pu 'de ervir' a
otro en iguale circun tancias.
"Aunque rne animaba n1ucho el s nsible progreso
de mi obra, tenia que ir nec ll~arian1 nte
!llui de~ p.aci~. Pero con l tiempo disminuyó la
lnflamacJon, l la fuerza uel ojo aUOlentaba tnas j
~as. Al fin se re "tableció de tal man ra, que podJa
leer durante muchas horas del di a, a u nr¡ue mis
trabajos tcnian que tertninar necesariarnente al
entrar la noche. pesar de esto, no podía pasarme
sin el servicio ue un secretario, o de la caja
de escribir; porque, aunque contrario a la espe- ·
riencia, obsP.rvé que el e cribit· es un trabajo rnas
severo que el leer para el oj~>,- observacion, sinetnbargo,
que no es aplicable a la lectura de
manuscritos. Pudien<.lo, de esta manera, revisar
mis composiciones cuidallosaanentc, hice imprirnir
una copia de la ''llistoría de Fernando e
Jsabel," bajo n1i propia ingpeccion, ántes de enviarla
a la prensa para su publicacion. 1'al como
lo he descrito, era el estado ue mi salu, i se n1e haga en cierto modo necesaJJio.
"Esto espuesto, el lector que sienta alguna
euriosidad sobre este asunto, comprenderá fácilmente
la estension de mis embarazos en mis ocupaciones
históricas. Que ellas no han tenido mucha
luz será Tealmente admitido, si se considera
que no he hecho sino un Jirnitado uso de mi ojo,
•
e_n su m jor , tado, i que una gran parte de ste
t1er?po l.1c •stado corr1pletaan ,)nt ~ pa·ivauo d 1 uso
d_~ el. Jn ·•nbargo de las dificultades que he tentd?
_que ~J!Pnccr, e toi cunt ·nto, porque ~Jias son
tn u 1 J n fe no r ll s a J as q u se J p res t : n tan a un h o m ..
bre c~mpl_ tamente ci,)go. 1 osé qu· <:~ i:-tta ningun
hJstorn1dor que haya nlcanzado ), gloria de
haber sup rado .)slos ob tácalo~ sino el autor de
''L . d ' a conqu1 ta e lnglatcrra por Jos normandos '' . ' qu1 n, para usar de su propio conrnovedor i bello
lenguaje, "se ha hecho él 1nisrno el a1nigo <.1~ la
O"'curid?d ;" _i qui lln_a un.a profunda filo "olía, que
no requ•ere sano luz Jnt r1or, une un vasto talento
debido a sus invc ticracione~ sten as i variadas:
que de m a ndn de parte <.l l que 'studia una se\'C-
1. . ,, ra ap 1cacton.
Vna mirada i un beso.
(l)el aleman.)
o tne qúi 're , cara prenda,
I e o m ~ d á po e o a fa n ;
Pues con oJo una rniradn
Feliz soi otno un sultan.
l\'Ie odia · ! tu rosado. boca
Claramente tne Jo habló;
1\'Ja qué in1porta? Je dí un beso,
I con uno tengo )"O f llEINE.
Jll mundo.
{Del alcman . )
¡Estúpido es el Jnundo, el mundo es ciego
1 cada dia mas !
Dice de tí, mi encanto que no hai fuego
En tu pecho, ni arnor, ni habrá jamas!
Ah! si pecara el mundo por lo sabio.
A tí cuanto loor!
Pero e) rnundo no sabe que tu labio
Un mundo encierra de pasion i amor. HEINE.
•
Vn recuerdo del finado doctor Melendro.
E~tábatnos una tarde sentados con el doctor
l\1elcndlio sobre la tupitla gran1a de Jos ejidos de
lbagué: la estu p nda rnontañ( del Quindío que
sirve como de solio a la ciudad, q ucdaba a nuestra
e pa1da ; e a montaña de cuyos riscos, sornbras
i torrentes se despide el viajero en el puente
del Contbeirna para ver de nuevo bellas facciones,
que protneten sociedad i hospitalidad, sobretodo.
Veíamos desde nuestro mullidq sofá de gramas
las cuchilla de las haciendas de F"ute i Cincha,
que lirnitan, obre la hondura del '~l'equendanla,
la gran tnesa de J3ogotá. ros habíamos quedado
callados con el codo clavado en el suelo, i los
ojos fijos sobre aquel punto, cotno dos aves que
uespues de remontadas en largo vuelo e hubiesen
acordado entrámbas de su nido abandonado
en la cúspide de e~as rnismas rocas.
-¿Ve usted, Eujenio, me dijo el doctor Melendro,
cuánta soledad: i cuánta tierra incu Ita, en
esa estension de treinta leguas que divisatn·os desde
aquí, del pié del Quinc.Jío, hasta esos muros de
roca, cuyas faces blanquean ahora, tocadas con
Jos últirnos rayos del sol?
.~Vreo, le contesté al doctor, sin quitar los ojos
de la peña. ..
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
•
144 BIBLIO'l'ECA bE E ORIT AS.
Si en la Europa fuera, continuó el doctor ~ elevarnos la repentina vision de estos paraisos en
1vl e lendro, estarían1os viendo el humo denso de miniatura
ci e n c1 u da de ", cuando tn é no , ocupada por dos ~ Cuando entrában1os a la ciudad con mi malo-millones
de habitant e s productores i lab o riosos . grado an1igo daban la oracion las campanas, al
eguramente. n1isnlo tiempo que las mirlas anunciaban con sus
-1 sin esperanzas que e to sea mas.... gorj eos .. u retirada a la nocturna n1an ion. El si·
-Por qué, ~Iar1ano? le pregunté yo entónces, l e n e· o de las calles i las sombras de la tnontaña
fijando mis ojos en~ u mPlancólico ro~tro. daban una doble tintura de tnelancolía ; pero al
-Porque los pobladores i Jos capitales huyen abrir"' e. una puerta un cuadro diverso vino a t.lisi-de
las revoluciones. par la 1Jea del estupor. ¡Una bella tnatrona ro-
-Pero nuestras revoluciones van cahnando le , Jeada de preciosos querubine"'! ¡ El cuadro de la
repuse. ' feliciJad conyugal!........ 1ariano agazajaba,
-Es usted un niño viejo, me dijo entónces con Isabel s~nreia, los chiquillos se interrumpian, i
la sonrisa de la piedad, i no ve usted el jérmen de yo ad~Jraba. .
nuestras revoluciones. La alternabilidad es el cá- HoJ cubre la tu m~~ los resto~ del amago~ del
non de nue tras instituciones, i por qué sé yo qué espos?,. del padre, mie~~ras ~a VIuda p~~feccJona
fatalidad, cada ministerio tiene al frente una opo- ·u mJslon sobre los. htjos tJernos; rnientras l.os
sicion que, cotno los zapadore , trabaja por subir tnayores, con la VIrtudes .de .s.u padre, emplea
las alrnenas del poder, abriéndose la brecha con z~n una carrera honrosa; l mientras. un desgrael
pico i con la mina, i no poniendo en uso los re- Ciado eleva s~s recuerdos a la tnemor1a de su 1 a-sortes
de la conviccion. n1entable arn1go.
-Pero la civilizacion, le contesté yo, es el re- Bogotá, marzo 19 de 1859. EuJENlO DfAz.
1nedio para estcl mal; la ilustracion.
:EJpígrama.
Pesada será Juliana
Para bailar ¡ i tan bella !
N o, en verdad : baila con ella
· 1 verás qu _ es mui liviana.
-La civilizaciou? •••• Puede contarse con ella
con revoluciones de cada cuatro o seis años ? •••
Yo sí veo deseos de ilustracion en la juventud,
pero no hai uso para las ciencias entre nosotros.
Se van a Bogotá nuestros jóvenes de los cantones
o de las parroquias, i aun cuantlo no se lleguen a
colocar allí c..Jebidam~nte, ellos no querrian volver Anécdotas.
L. B.
a las labores tle. us padres. l qué colocacion hai ·
donde no se trabajan las rninas, donde no hai obras Hace poco venia de Ambalen1a un tratante que
de injeniatura, donde no hai casas fuertes ue co- babia tenido en sus negocios n•uchas de aquellas
mercio? La política será lo único que los absor- alternativas que llaman quiebras. Acababa de salir
ve, ¡como no hai destinos para todos, hai que de uno de esos lugares en que se detiene el caforanarlos,
hai que conquistarlos ¡ i he aquí la re- nlinante a conler 0 a pasar Ja noche, i que no
volucion ! Por otra parte Ja instruccion popular, sabemos si llamar ventas, posadas o fondas. No
que suaviza l&s ma as, i las advierte de sus dere- debió de q~edar mui co~ltent? nuest~o tratan~e
chos i deberes, es de _Jo .9ue ménos se tr~ta, como con la comtdi~ del~ hospeden a (llamemosla asi ~
todo el tnundo lo esta v1endo en estos dtas.... . puesto que a dJ~Jendo a .un sa~aner? que ma,r
El d 1\1 1 d h b
. d d 1 h 'b· d . chaba para Bogota en la m1sma d1recc1on que el,
o~tor. e en . ro a 1a a o en 7 a 1to e lo siguiente:
las tneditacJones trJ"'" tes, pero no deJaba de ser y , , t b 1 , ·· · · d . . o no se como son es os sa aneros .
)OJICO por e~o ; conocJa la soc1e ad con1o ta1nb1en p , - ~
1 h b · 1 d r. • l 1 · or que, senor . a onl re a1~ a o ; era tranco 1 ea con sus amt · p 1 d 1 f d t
gos, como fiel a todos sus deberes. A pelo, en d orq u el nbo sa en te a ru m a, cuan ° en o-cuanto
a sus pensamientos, a Jos que tuvieron la as pa~ es~ uen gus 0 _progresa.· • •
dicha de tratarlo. Era liberal por jenio i por he- 1
' senor.
rencia. . Pero ellos no. Ob~érvelo usted i Y~rá : la
e d ) l d l\ . .r 1
d ( m1sn1a tnazamorra, las mJsnlas papas cocadas, la
ua~ o nos evantamos co~ e octor J.v.1e en ro ~ nlisrna chicha· i ordos ue se ra·an.
de la tierna gl'arna, proseguimos nue tro paseo . . ' g ~ 1
por el carnpo. Ya no bañaban los rayos Jel sol Se 1 aJan, pero no qutebran, contestó el saba-las
lintlas estancitas que circundan la ciudad cle nero con una caltna verdaderau1ente filosófica.
!bagué, de las cuales cada una es un encanto en * * *
el ratno de paisaje . La ana . d~ cllns se <.livisan Compró un bogotano ( que, como todos sabeñ,
a un solo gol pe de \'Í , ta estnaltando la vel'de pra- no entiende el 1nanejar bien los cabalJos) un fadera,
corno los grupos de flore· de los jardines a 1noso ruc:io-n1oro a un campesino. Este, que'sí
la ingl ·· s~. Un cuadro de cercad ~ paJo~, uno .. á1·- entiende 1nucho de eso, ]e dijo:
b ol es 1 una Ce sita bl anq Je au a , d A eu)ro~ alar '") s se l\1óntelo u "' ted.
1 va u ta un grupo de rruadual, que deja doblegar N o, me basta con lo que lo he visto andar
JlO I' lo aires sus cañ.l de veinticinco varas de con usted; me parece magnífico.
altura, reve .. ti das de m e nudo follaje; esta es la Dos o tres di as des pues, dice el bogotano al
pintoresca ntan:sic,n del vac1uero ibaguereño, i de- can1pe ino:
bajo de esta son1nra ,·oluptuosa e crian esas blan- El cabf\llo no tiene el paso tan largo ni tan
cas estancier a,, robu tas, inocentes i afables, que sentado como el dia que se lo compré.
el viaJero está es puesto a saludar como se sal u da- E~o es, le contestó el sabanero, porque yo
ria a las ninfas que guardaban los bosques sagra- ~ no vendí a usted mis pierna.,, sino únicamente
dos de las divinidades druidas, pues a tanto puede n1i caballo .
•
•
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Biblioteca de Señoritas - Año II N. 55", -:-, 1859. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2094944/), el día 2025-05-21.
¡Disfruta más de la BDB!
Explora contenidos digitales de forma gratuita, crea tus propias colecciones, colabora y comparte con otros.