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~O IJ. Boo·o1á, l á hado 2 de alJril A- GOJUtA .. :i\IA NG.'\ ~, CO ELLOS l r \- l I-:I .. OS DE
1\IODA-LAPRINCI-:SACI..OTJLDE-J ... DAMAl\tt TERlO A.. p~r Ull nUeVO Cantor, l\1firaglia; Un SOlO Je {a 'o-
}ari, 15 defebrerode 159. ?UJ.'lnbula . por n1adatna Frezzolini, i la P~·iere de
Al acercar "'e ~I carnaval •tnpiezan las Ji ersio- lfoi e, de 1-,ossini, cantada tarnbi e n por 1nadatna
u es en Pa ri. . 1\ i en la ú l ti rna ~u in cena no 1nas 1\. l bon i i l• rezz o li ni, i l\:I ira o- l ia i Graziani. El vioha
habido bail en donde quiera, destle lo pala- linista \ 1 i e ux-tetnps ejec~tó tatnbien varias piecios
de los prín cipes corno t·l de 1\iontrnorcncy- zn qu fu e ron mui aplaudidas.
JJu embourg, hasta en ca"'a de lo pequeños co- lil crnbajaJor de Rusia, rnuchos duques i conIn
rciant s de la cité. l{o. ini i J\1eyerbc~r rcci- d \. de la nueva ari tocracia, varios s e nadores, tohen
en su ca ·a a la, grande notabilidad s n1u i- do el alto Inundo financista i, entre los hombres
cale ~ i at,tí "' ti t; a . Lo:s e m bajad o r es d e t ouos 1 os d e letras, M. d e Girard in, lVI. J u le .. J anin, 1\I. Arpai
'e , i particularn1ent e los de Ru in e In gla t e rra, séne Houssaye, varios Jirectores de periódicos i
ofrecen magnífi c as fi estas. Tod os los grandes otro lit el'a tos di tin gu ido , cuyos no1nbres no reari
tócratas del Irnperio, desde el Ernp e rad or en coruatnos, a istian al concierto.
sus Tullerías, el p1·e siJe nte del enado en $U Lu- Las tnujere s iban, unas literalmente cubiertas
xembourg, i cada uno de los ministros en sus res- de diatnantes~ otras ele esmeraldas i de perlas, i las
pectivos palucio , hasta los funcionarios de segun- mas sencillas de flores i de cintas. Miéntras mas
do i tercer órden, dan fie tasi diversione de todas años tienen aquí las d~mas, mas joyas, mas rasos,cla
es. El n1undo financi ta, a c uya cabeza se mas sedas, mas gasas, mas cintas, mas pelo falso,
halJan RofhschiJd, los Pereyre i otros tnillonarios mas polvos de i1is, tnas piro1neo de Ar1nenia para
de esa categoría, ostentan sus palacios, cuyos las cejas, mas J)a¡najk de rosas para las mejillas,
rt1agn ífico tnu \bles,frescos pritnorosos, • i corti- n1as bál arno de la. cruzarlas para los lábios ••••
najes cubiertos de bordado u e oro, son de mucho en fin mas lujo exajerado, mas falsedad, mas cotna
lujo i sobretod o de mas comodidad qu e la~ quetería i estravagancias en1plcan en sus vestíantiguallas
i bancos sin espaldar de los palacios dos, en s us mirada , en sus sonrisas i en ~us tnosortesanos.
Jal es. Las vieja8 en Francia son mucho mas
Nos contentaren1os hoi con hacer una corta JUVeniles que las niñas de quince años en otros
descripcion de un reciente concict·to en cas a de pais s!
los banqueros E1nile e I aac Pereyre, en u nue- 1-Ictnos encontrado en varias partes una antivo
palacio que estrenaron al principio del in- gua 'l!ta1'iscala d l Imperio de Napoleon I, que usa
, ierno. joyas i adorn os de toda clase, suficientes para ves-
Despues ele atrav es ar una hil era de coches en tir a una media docena d e mujeres eJe buen gusto.
sucesion interminable, los convidados bajaban so- La otra noche llatnó la atencion con el siguiente
bre anchas gradas de 1nár.n1ol, que guiaban al vestido :
ve .. tíbulo, donde aguardaban filas de lacayos con ,.frajc tnui escotado de raso azul celeste l1npehrillantes
libreas. Una larga galería poblada de 1·ial, cubierto con tres túnicas sobrepuestas, de
hermoso cuadros de los mejores pintores con- encajes negros levantados de trecho en trecho por
ducía a los salones Je recibo, que ofrecia n un un racimo d e uvas de oro i de diatnantes; el coraspecto
mríjico, ilurninados por centenares de bu- piño cubierto por dos volantes, levantados sobre
jias. Ancho cortinajes de ra o rojo, bordados de ~ los hombros por un prendedor de diamantes; en
fiares de varios colores, adornaban )as ventanas ; el p ec ho un rio de las mistnas pi dras que iba a
enorrrles e. pe jos cu brian lo . n1uros de arriba aba- perderse entre los pliegues de la enagua. La parjo;
i el techo, pintado al jTesco, ofrecia cuadros t e de a tras de •••• la peluca iba cubierta por una
bellísitnos de ninfas i flores. Los tnuebles de raso especie de carhuclta de terciopelo negro, bordada
rojo bordado ; el suelo cubierto, en vez de alfotn- cornpletatnente de diatnantes, i dos ramos de dia-bra,
por un tnosaico caprichoso de rnaderas dife- 1nantes entre sus rubios bucles. Los brazos desrentes
forrnanuo dibujos. Las chimeneas de tnár- carnadas, aunque pintados ue blanco, los llevaba
mol macizo estaban coronadas de candelabros i cubiertos hasta el codo por hileras de gruesas
relojes dorados; los hu ecos de ellas i de las ven- perlas i diamantes!! ••••
tanas, llenos de bosquecillos de flores de colores Esta hernLosa <.lama tiene n1as años que el siglo,
brillantes. i sirve de tliversion a los curiosos, apesar de ser
La alcoba principal, iluminada por una luz n~ariscala i lle\rar encima mas diarnantes de los
suave, i rodeada por espejos i divanes i con el sue- que dan las minas del Brasil en diez años !
lo cubierto por una alfotnbra representando los Cotno un contraste agradable mencionaremos
dioses del Oli?npo, se habia puesto a disposicion un vestido mui rico, aunque del meJOr gusto, que
de la Alboni i la F rezzolini para que se retirasen usaba una jóven recien casada, de la aristoC'racia
despues de cantar. monetaria :
El prograrna a e la funcion era completo. Lo ·~ ,.fraje de punto blanco, bordado íntegramente
que mas interesante nos pareció, fué el brindis ~ con. pequeñas. estrellas de oro ; corpiño de punta
Pinturas hechas en los techos. < 1nu1 pronunctada, adornado con un volante de
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
punto bordado d e oro, i l e vantado sobre el pc,cho
por un pre nde dor d e oro i ru bíe. for1nando cst r e ll
::l s ; e n la cabeza una diad ~ tna de e trellas de
oro mui pequei1as con un 1·ubí en e l centro de
cada una.
Las tres hijas del uueño de la casa, t odas casadas,
llevaban los trajes ~ i gu i entes : La prirnera
vestia uno de raso blanco de d os enaguas,-la <.le
encima rod ead a p or un volante de punto de Inglaterra
i l evan tada a un lado por un rarno de esmeraldas
; el corpiño adornad o con los mis1no
-
rfotlos los trajes de baile se hacen de cola, es
decir, que caiga cl os o tr es pul gadas e n el suelo
ácia atras, l o que es tnui elega nte ; i cuando se
po ee un talle esbelto i tnajcstuoso cada dama
parece u na reina •••• cJ e las herrnosas.
[,as capas se llevan de todas formas: redondas
i cortas, largas o cuadradas, de mangas o sin ellas,
en forma de pañolon i con punta &..a En esto oo
hai nada de nuevo.
encajes i un prendedor <.le una es tnera lda enortne Las gorras se auornan mucho con hebillas de
rodeada ·<.Ie diamantes; en PI pecho un collar de ~ acero, lo qu e e s , para nuestro hutnilde gusto, la
esn1 eralda s, i en la cabeza una guirnalda de ho- moda mas f ea que se pu ede inventar.. Las blanjas
de o¡~o adornada con una piocha de esme- cas de gró o de raso pespunteadas, adornadas coo
raldas. una sencilla tl'enza en el inte rior, forrnando coro-
La segunda ostentaba un traje de terciopelo ro- na sobre la f1·ente, i un laz o del n1ismo terciopelo
jo oscuro, ªdornado el corpilio con una tnu seta en el es t erior, t e r1ninado por un volante de punto,
plegada d e l mistño j é nero, llevando en contorno son las mas bellas.
un volant e de punto d e V e necia. El prenul_)dor
era de ru bíes rodeado de <.liatnantes, i el t ocado
de terci opelo r ojo levantado por un ra1no de rubíes
imitando dalias.
La terc e ra ll evaba un sencillo traje de n¡uer antiguo
i adornos de perlas i zafiros.
N.Iadatna d e Girardin \'estia de punto azul de
cuatro en a gu as, i gu irn aldas de n1argaritas i convólvulos
; al rededor del pecho lle\·aba una especiE:'
de 1nuseta flotante, qu~ rodeaba corno de una
nube su h e rm osa figura.
:fvfau a 1na f-lalevy, la e po'"'a del fan10SO mÚsico,
ll evaba un vestido orijinal (por no decit· de rnal
gusto) : traje de n1uer blanco, cubierto por volantes
ue encaje negro, l e vantado e n fortna de
delantal con gruesos lazos de terciopelo negro
En la. cabeza una especie de 1nedia cacltuclta de
t erc iopelo negro, con dos cinta torcidas qu~ rodeaban
la cara i levantaban sobre la frente una
cnorrn e estrella de 0ro ; a todo el rededor de la
frente i en contorno de la cab e za pendjan Borlillas
de oro.
CÍtareJnos algunos de l os vestidos rnas e legantes
i sencillos :
Dos hermanas usaban trajes ue punto blanco,
de tres enaguas; corpiño de punto rccojido, sen cillo,
sin n1a s ad orno que m1a cintita de tercio¡)
e lo negro atando un 1netido de dos dedos de ancho,
que cubría la parte superior del pecho. Una
corona de hojas de parra j de helechos rou eaba
la cabeza; un racitno de tres botones de rosa le
daba brillo a la guirnalda.
Otra sef1orita vestía un traje de gró blanco, con
un lazo de cinta color de flor de ron1ero en for1na
de banda, rodeando el pecho i Ca)rendo a un lado;
una corona de flor de lila i un ran1o en e l }lech o,
eran los únicos ad ornos que J levaba. Era de las
in as be] las.
Virnos varios traj es rojos, de gr ó, de punto i
de raso ; e l rojo está 1nui de moda, i cuando no
es d emasiado brillante el color sienta 1nucho, tanto
a las m ·orenas como a las blancas.
Sinembargo, no se puede decir que una cosa
está mas en boga que otra, pues la exajeracion,
el mal gusto i los colores dema i\do vivos ~s los
que usan las 1nujeres a la moda. F_,l verde hace
furor para salir a la calle o para teatro; pero últimamente
no h e n1os visto ningun vestido de baile
aleo de seg unda cla ~ e una jó \r •n con1o d e veint e tn ; Ji cos confes ó que tod o aqu e lt o habia ~ido u n a
años qu e llatnaba la ate n c i o n p or cierta h e r1no- con1 cd ia p : r a atrae r l a a t e n c i o n de su .v e cina ; i
sura fantástica. ,ien1pre v ti a u n t raj e n g ro lo · ll e vó a 1 cua r to de la pob r l oca di c i e ndo q u e
adornado c o n c inta " b lanca , i la acon1pnñabn un e lla n ecesitaba n 1as bi ~ n l o s e idado s d e lo s mé anciano
n1 c dita h und o , q u e jarnas le dirijia la pa- dico qu e él.
1 abra. • • • • • • • • • • • • • • . • • • • • . . . • • • .••••••••••••
Se hici e r on rn il apu estas sobre quién !=\ (~ ria , i Ji ,~} padre d e C () lorn b ina, des t e rrado ita) ia n o , se
una noch e , e n la orqu P ta deJ t eatro , d'J S jóvenes ~ babia r e fujiatlo n Paris , des pu.es de habe r andp.de
Jos p e titnetr .. s d e l buu)et·a 'r d, tu vi ron la si- ) do e rra nte p o r varios pai .... e s .• 1 U hija ; qu e Io ·aco rn-guiente
c o nver '""ac ion : paffaba, babi a perdid o In r a z o n d e r es ultas d e ha-
-Qué tal , arni go ~ 1 la c r ue! · "l r anjera ? b e r vi:s t o 1no ri r a s u l ado a s u he r tna n o , tra s pasa-
-Solo he d e c ub ie rto ha .. t a ahora que v j \·e do p o r u na b a la. J)es d e ese tll o tn e nto vi vi a J e l i-mui
cerca d e aqu í , e n la cal le de 1 I onsi g n}r, con rando, i lo úni co qu e l a calt n aba e ra. la n túsica .
ese vi ejo infali b le q ue seg ura tnen t e es s u ti o o su Un arti fa ca r itati vo d e la ó pe ra le s habia d ado
tutor. Vive n1u des t a1ne nte i no tie n e ni u na cr ia - bill e t e s i un pal co p a ra t o J o s l0 s sá lnHl o s, do nde
da pat·a servirla; n ad i e la conoce , ni aln1a v i v i e n- ella pas a ha a lg un as ho:·a s f e liz i tr;lnquiJa .
te la visita· i j atnas sa le s i no para p r ese ntarse en 1"'~ **~: ha 0b t e ni do e l p e l't n i. o d e visitar a lapo-el
t~ako italiano . bre j ó ,,.e n, r¡u e pnre c e re ci b irl o co n ci e rtas s e iT a -
-Yo h e de cubier t o, r e pu so e l compañe ro q u e l 0 s d e al g ría. S in e rnb a t g o, n o s e ha jactado de
su naciot es Italia. E l ot r o dia, p agándole a una u t r iunfo i no qui e r e r ec lan1a r e l so mbr e ro de
ou11reuse, ( l ) e~ la n1 e p er rn it ió entra r a l pal co, l :.>anauul . ive vi : ita n do c asas d e locos i co n su l como
por e q u i voc a c i o n. l l lega r la es t r a nje ra, t ando obra de In e di c ina, i j atn as se les, lectoras, en 1n i e acta d e
ahora un tn es , al go tnas interesante , rr.énos dinlin
u t o q u e l o qu e el t o rb o llino d e l año n u e vo, e n el
q u e yo t atnb i e n e s t a ba envuelta por s u p u esto, m e
obli g ó a escribir, i qu e lu hic e¡ en rned io de l afan
i de l bochinche , cas i Üni c an1e nte po r correspo nd
e r a l a g alante in vitaci o n d e l r e dact o r de la B 'ibli
oteca . La pries a con qu e r e dacté en t ón ces un a s
p ocas lin e as fué ea u s a d e e¡ u e . e rne queJa ra e n
e l tin tero una e speci e ti e 1/leJno ·rias nu lsicales ( ah o ra
to d o es tnemor i as ) 7 nos ha legado algncrisalida
i desplegaban sus alas : era que se ha- ~ na~ óperas bufa, i una grande ópera u e primer
bian conquistauo su pue ·to n el mundo cle la glo- órd Pno IJ'laese PaletÍ?J, IVIurgot i .La R eina Toparia
i legaban a la posteridad una obra inme nsa . c:o han cl e jatlo bu e nos r e cu rdos ·; el E!ias de
Encontré en dias pasados en el Boulevard a un 1\f e ndelsohn, i la fatnosa trilojí d e Web e r : Freyjóven
paisano mio, cuyos primeros estudios n1u- ' schv)z, Oberon i Eurianta, aunqu e han nacido bajo
sicales habían ido sutnamente notables. D otado un cielo que no es el nuestro, habian obtenido
eon una intelijencia de primer órd e n e instruido los honores de la representacion en el teatro franen
]a escuela austera de los tnaestros a1emanes, ces. erdi compuso e1 Trobadnr, cuya particion
sus primeras co1npo iciones presajiaban para no no era gran cosa, p e ro que sí tenia bellezas musimui
tarde obras maestras. \ cale admirables. Del año de 1858, qué poden1os
-¿En qué trabajo se ocupa usted ahora, amigo S citar que sea de véras notable ? La má.ji~a, e'!lla
mio ? le pregunté con interes de compatriota. que se encuentran be11ezas de algun merito, 1 al-
F b · . . gunas reminiscencias de ningun valor; Quintín
-d .. a l'lC~-c~cwnes por mayor l por menor, Durvard, en el que se encuentra un bello trio de
me 'J 0 ~onrien ose. es ti lo correcto, i una multitud de trozos de Jo
-Que! esclamé con admiracion, nada mas rr1as comun del mundo. ¿Hablaremos de los De-que
cancion_es ? ~ sesp e1·ados, de las Travesu1·as de Mm·tineta, de Cita-
-Por que no? Las cantan en los .salones, las < felle i Baucharnont, de LaBachante (La Bacanal)
cantan en la c.alle, las can.ta~ en las tienda : Eso ,. <.le los Tres Nicolas o de Almanzo1·, &.a, &.a?
me cuesta Inui poco trabaJo, 1 se tne paga bteno 1,odas esas óperas no son sino 1nalas pinturas,
-Pero una ópera, una grande ópera, era su de cuyo ... colores inconsistentes no dejó ni los rassueño
no hace mucho, un herrnoso sueño por tros el año de 1859. En todo esto no veo una obra
cierto. · que pueda sobrevivir; una de esas obras con1o
-Sin duda, pero tniéntras que se hace la ópe- las que co~pon~a.n ~oieldieu, Halevy, Herold
ra que ·e representa i se aplaude es mene 'ter co- A u ber, Don1zett1 1 el •lustre autor es 1 pálido,. i~conlpletob, ·in cardáctedr,
de renta. ~1n e eganc1a ; as pnrtoJctones, so recarga as e
. . . notas, tratan cle prod uc1r efectos mas no de con-
En efecto, mi. padre ha _ten~do la me~qutn- mover. Las cantatrices agotan sus fuerzas en
dad. de no darme Slno esa mtserJa para VlVJr en fuegos artificiales de gorjeos i de trinados, que no
Par1s. , son n1as que ruido sin gracia i sin orijinalidad.
~Vayase usted, pues, al campo, enciérrese Todo indica la decadencia del arte.
allí en una ha~itacion qu? le cueste 15 francos At rajando, pues, una mirada retrospectiva sopor
mes, trabaJe tnucho,. vtva con poco, estudie bre el año de 1858, lo encontrarnos ménos fecunlos
.grandes ma~st~os,. déjese llevar por las inspi- do, i n1tnos feliz que los precedentes en producraciones
de s~ J e nJo, 1 cuando ~aya usted creado ( ciones m u ical e s. I e ... to viene de que el trabajo .
su obra, ofrezcasel.a ~ su patria, la que le dará ~ no es ya el rneclio d~ adquirir gloria, es un coen
recompensa gloria 1 fortuna. mercio para l1acer fortuna. El a1·royo, entur-
-Vivir con ochocientos francos, Dios santo ! biado en su fuente, no arrastra ya sino agua greesclamó
el pethnetre moderno; so es cabalmen- dosa i malsana; las flores se tnarchitan en sus
te lo que me cuestan por afio mis guantes color orillas i los labios delicados no se atreven y·a a
de paja i 1ni calzado de charol. apagar alJí su sed.
I diciendo esto, se despidió de mí con una \ Un d!rect~r de ~eatro"se ~resen~a en casa de un
sonrisa impertinente. ( co1npos1tor, 1 le d1ce: l\I1 quer1do nlaestro, ne-
Sí lo l"epito e a neces 1·dad d g t o ~ cesito para dentro de seis semanas una ópera bu- ' , e oces tna er1a- L'. d l"b 1 . , .
les, esa necesidad de parecer uno lo que mu- t.a en os actos, cuyo l reto e tra•g? aq.UJ. Qme-chas
veces no es, esas conversaciones cuotidianas to 9ue en ella s.e muestr~ por la primeta vez .u~
cuyo principal elemento es la especulacion, esos a~·tlst~ que .sera para ,mt. una e~~elent~ ad!lu~slsalones
en donJe tanto se atiende a lo confortable cwn ' ~~.ndl ~m os un publJco :-scOJldo, un .publ!co
i tan poco a las buenas maneras, esos teatros a ~e. armo os • de palmotead01 es ( claqucm s ) 1 el
donde se van a recojer malas máximas formula- exlto Jo tenemos seguro de antem?no. Muc~os
das en peor lenguaje, esa completa carencia de de sus ca_maradas .de usted ~a~ ve.md~ a ofrecerrespeto
ácia todo lo que es respetable : he aquí se me, per? .yo sor buen, prmcl pe I doJ. a usted la
las causas de la decadencia del arte. La ma- pref~rencJa' pero eso .sJ, dentro ?e seJs semanas
nera se ha usurpado el lugar del sentimiento, prec•sam~nt_e, no 1~\~or a usted m ~os horas mas;
la énfasis el de la rnoderacion el ruido el del mo- con que ~ sl o. no o 1 .el compositor ent_rega al
vimiento, la vanidad pueril ~1 del orgullo bien cabo de las sels s.ema~as su mercancía lír~ca, co~
entendido, el interes mercantil el del renombre i la .cual queda mui satJsfech~ el bonazo senor Pula
gloria. La presente jeneracion se ha sumerjido b~ICO a m~ls no poder. a~l todas las óperas se
alegrem.ente en un diabólico abi mo, fumantlo pa- hacen hOJ de es~.a ~a?era,, 1 por e~o no valen gran
neteJas 1 saboreando trufas en la lJilaison d' orr. * ?o a., pu_es el pllDClplo de una grande ob~a es la
Es preciso confesarlo, ya va para muchos años m ·pu·acwn, esa had~ creadora, pero ca_prwhosa,
que las grandes obras han sido raras en Paris. q.ue no se aparee~ smo cuando s; .le da la g~na,
s1n presentarse J(lmas a los esp1r1tus prosaicos
* Espléndido i lujoso café de París. dominados por el interes. J. DE D .
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• Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Don Roque.
E t e don }{oqu e 1,ocan a fu ego ,
Tie ne una pa la! . • • • \. uenan l caja .. ,
r un ca se aflij e , La accion en1 pieza,
unca se afana; ~ - ilban las balas;
ien1 pre ra cando I el cafion tru e na
Su enorn1e pan za, Con fu )rza tanta,
I haci e nd o siempre Qu e se estrctnece
Cara de pa;,;cua. 'l'oda la casa.
1\'Iurió su e posa, El buen don I~oque,
Doña \ T enuncia, De de ·u ca rna,
1\iujer compl ta, Tranquilan1 ente
l\iuj e r sin tacha; Llan\a a la r.riad a,
Tan honradota ! 1 1 t ~ e pr gun a :
Tau catnpecllana ! ¿ Es,l alo-azara
Pero don Roqu e Qué significa ?
Tranquilo esclama: el1or , no es nada:
"Ella ha g anado Los en nti gos
Porque descansa: 1,on1an la plaza,
Probablemente I los do l ijos
Dios en su gracia De u ted acaban
La habrá cojido ; De 1n ori r-Cón1o?
Pobre V enancia !'' Lidiand o-\ T aya !
I acariciando Han merec ido
Su enorrne panza, BiPn de la patria!
Hace risu eño Pobres muchachos,
Cara de pascua. Ellos descansan !
Su única hija, Así den Roque
La linda Juana, Tranquilo escla1na;
Que unos tres años Sigue ra sca ndo
Solo contaba, Su enorme panza,
Cayó en la alberca 1 haciendo siempre
Por cojer agua. Cara d e pascua.
Grita la niña ; Por fin, don Roque,
Don Roque se alza Por su desgracia,
De su poltrona Perdió n1iJ pesos
Para salvarla; En pura plata;
Correr le impide J aunque mil miles
Su enorme panza, lVIas le quedaban,
I cuando llega La p e sadumbre
La encuentra ahogada. Le echó a la cama;
Pobre anjelito ! I casi e stuvo
Don Roqu e esclama; Muerto-Caramba !
Tranquilamente Pobre don Roque !
Rasca su panza, Qui é n lo pensara !
1 sigue haciendo Es tan buen hombre!
Cara u e pascua. A nadie daña:
Durn1ientlo siesta Al seis por ciento
Don Roque estaba, Mensual su plata
I de r e pente Pres ta, rascando
Gritan : alar1na! Su e norm e panza,
Lloran los niños, 1 haciendo si e mpre
Los perros ladran, Cara de pascua.-R. C.
101
, ?' n1i s iíorita, perdon por haber empezauo
ast 1 • ' a 9ue co1netí tal torpcz,t voi a co nt ur la
causad ~ nd mal ~utnor i juro que la indignacion
e habra t1 ambtar e n una ~onrisa producida p o r
la tn ajadería d e nai s u e rte.
En una d esa calle t orcidas de Bele n v ivía
Emi lía, COnlo un uiatnante en el bol illo de un limo
s n ero; cuatro pare des ahumadas i sin ventana
p~ra la calle e .tr echa~an I:a. mucho tiempo las
m1rada d e sus ltndos OJOS s1n qne puuiera vérse ]e
e n otra parte que n anta Bárbara al salir de
r~ i s a. ... 1) o ña i e a e i a, 1 a tn a d re , no J e p e r d o na ría
n 1 un 1n a 1 pe n a 1 ni en t o, ~ i En\ i 1 i a fu era cap a z de
pen ar 1nal; a í fu é que viví uo · aíi o, y ndo al
a lt o~ a n o a ver l ( s a 1 i r de 1n i. a sin poder de e ir l e
1qu1 era : ~ta boca es n1ia. Un dotnino-o tne la
encontré, no sé p o r qué ca ualidad, en ca~a de una
antigua parienta mia a qui e n no visitaba hacia
muchísi1no tiernpo. S eg uim os viéndonos en esa
casa todos los dorningos i fi es tas de g uardar hasta
que la madre cayó en la cu e nta i ]e prohibiÓ sa ntificar
a í la s fi stas; en tónces si: ni n1as la volví
a ver. E to hac e un año, pero dije n1al es una
eternidad la que ha pasado ; ahora co~prendo
por qué ]a 1nayor pen a qu e hai en el infierno ~s la
de no v e r a J)ios : en lo po co se \ re lo mucho.
Anti e r venia por la calle r ea l p e nsando en Ja
cuestion matrimonio i preg untándom e, por qué los
casados hablan n1al i los solteros p ensamos tan
bien de él, i por qué ciertas casadas, en vez de callar,,
pu es ellas tienen la culpa, echan contra una
institucion, que, a mi modo de ver, solo tiene de
malo e l no saberla practicar; p e nsaba en todo esto,
digo, cuando tien en ustedes que, a boca dejarro
i como tiro de culebrina, me ene u entro manos
a boca con Emilia, que, al verme, s e cubrió de un
tinte rosado tan puro como el que toma el Tolima
con las pritneras miradas de la aurora; por lo que
hace a mí, creo que tomaría un color mui semejante
al del que da los primeros pasos de la convalescencia.
A este tiempo la señora doña Nicacia
preguntaba por velillos en la tienda de don Ambrosio,
i Emilia,aprovechando el tiempo,me dijo a] pa·
sar : "en casa de mi tia a las ocho en punto" i se
qu e dó tan di simu ada como si no 1ne hubi e ra visto.
Las horas de es e uia fu e ron 1nui larg as: s e ntia
tal desasociego qu e no podia estarme quieto. Me
figuraba qu e 1nil clases de felicidades me esperaban
para esa noch e , i hubiera dado un año de 1ni
vida porqu e las horas hubieran pasado tan pronto
• cotno yo q uer1a.
Por fin dieron las seis ! Qué g rato ! ya no faltaban
sino dos horas, i es as en ll egar allá se pasarán,
porque de las NiéY e s a B e l e n hai buen tre-
:Eistoi de malas%% cho. Busqué, pu e s, la capa, sombrero, parnguas
Si no fuera porque quiero dar algo para La Bi- i zapaton e s, preparé los fósfo r os i la vela para la
blioteca de Señoritas, hoi ménos que nunca me vuelta i, ván1onos a ver a Emilia!
meteria a escribir, porque estoi en el peor de los A este tiempo di e ron dos golpecitos e n la pue rta..
dias de esta vida : con )a cabeza atolondrada, la ) Quién es~ dije con inte ncion es d e despachar
sangre ~!rviendo, la irnajinacion triste i el mal hu- ~ al que l! egara e ~ dos por tres . .
rnor salie ndome hasta por la punta de los cabellos; , So1 yo, diJO una señora entreabriendo la
en una palabra : estoi trasnochado, creo que con . puerta.
esto lo habré dicho todo. Ah! es n1i señora doña Pacha. Qué milagro?
-A buenas ~horas se acuerda ; miren qué dia Por venir lo a ve~; yo no rn e olvido de los
el que escoje ! como si un periódico dedicado a amigos.
nosotras necesitara artículos de un trasnochado ! Entró doña Pacha Gorgoña, la mujer mas andirá
alguna de mis preciosísimas lectoras querien- cha que he visto en esta época, que es tnucho dedo
botar léjos el papel! cir, de dond e se sienta no se n1ueve sino con Dio s
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102 BIBLIO'r • A DE SEÑORI'"r AS.
i ayuda, porque queda setnbrada, pero eso sí, no greso, de la ópera, de los puentes i qué sé yo de
se calla. que ntas cosas.
-I qué hai de bueno? dijo despues de haber- A este tietnpo dieron las siete.
se acomodado en una poltt·ona. Estaba yo sobre mi asiento como sobre un hor-u
sé, mi señora, salgo tan poco. rniguero. on razon que alguno, cediendo a un
on que ya tres canónigos en un solo afio ? acto prirno, se haya lanzado sobre u na abuela de
J\iire que es n1orir jenle! estas i •... Por n1ucho que corra ya 110 alcanzo a
-Asi es. llegar a Belen. I la vieja conversando. lVIal ••••
-Dígatne una cosa, que eso si lo sabe usted dicion!
¿a quién han nombrado obispo <.le Santan1arta? Ni lo crea, porque hubo en1peños para que
-No sé. se ac:1baran las desavenencias entre el Oidor i ese
-Como que por fin no m'3.tarán a esos hon1- señor que le digo, pero como si Jo hiciera el pa-bres;
aquí es vicio, des pues que ahorcaron a ese ' tas, sí, señor, el patas, que en todo l1a de estar
pobre, estoi segura de que los dejan ir. Cuándo tnetido; hubo en ese tiempo un baile en el Colien
tiempo de los españoles ! Qué sabe usted, los seo: convidaron a Bolívar i fué con sus edeca-lnatarán
por fin ? nes; entónces lucian los militares, no cotno boi
-N o he sabido, mi señora. en que un militar con vestido de gran parada, no
-Pues n1ire; aquí hubo un señor de esos en- parece sino un disfrazado; pronto no se verán
copetados que cotnetió un asesinato; no diré esos vestidos sino en las octavas, i eso es si no
quien era, pero era pariente de las Puyos; casa- acaban tambien con los n1atachines, porque aquí
do con una qué bonita, hija de aquel español que no dejan nada; cuando era tan bonito ver el pade.
5pues fué tan patriota i que fusiló 1\lorillo. raíso, la tarasca do la plaza que se tragaba los
( Co1no te fusilara yo vieja goda, pensaba lle- muchachos vivos i los volvia a arrojar como a
no de ira.) Sí, señor, lo fusilaron con ]a cara ~ Jonas. 1 qué me dice de los bosques? pero ya se
para atras, como a insurjente. I para probarle que ve, qué mas bobques que Jos que estarnos viendo
entónces no tenian consiueracion por nadie i que todos los dias en la calle?
sí se podia vivir, Je contaré sa historia. Qué l1ago yo ! Qué dirá En1ilia? clespues de
I diciendo esto se acomodaba mas en la poltro- un año de no verla, tener la bondad de citarme i
na. Dios tne perdone ! pero cada vez que me faltar •••••• esto es insufrible. 1 no poder decirle
acuerdo.... que se vaya; de qué ardid me valiera?
Con1o le dije, ese señor era de los mas encope- 1 qué le parece? seguia diciendo, el Oidor i
tados i yo no sé qué cuestion tuvo con un Oidor su señora fueron al baile i ese señor que le digo
por unos enredos con la mujer. Usted sí conocerá tambien.
a la Juanita Caravaja1, no r Qué oscuro está, como que va a llover pron-
-N o, señora. to, dije asomándome a la puerta. •
-. ~ues ... mui parecida, haga de cuenta que ya Sí? pues entónces habrá que aguardar ha8-
la VJO. C:omo no ha de conocerla? Con q?e aque- taque caiga, porque yo no me voi a mojar; ]a
11~ que dtcen que ~s la rnadr~ de la Cheptta Men- fortuna que traje paraguas, zapatones i mi farol,
d1n~eta que tuv~ tienda en tngunap~~te, cuando que nunca dejo.
decJan que querJa casarse con ese tnihtar • • • • • • Esta sí que está pesada la vieja no se va esta
acaso me a~?~rdo cómo se llarna ? est~ .. • • • • ese noclte pensé rascándom~ involuntariamente la
que se corr.Jo 1 que creyendo el ene~~go qu.e era cabez~.
una estrataJerna para encerrarlo, saho corriendo
tan1bien, i clespues llegó aquí a que lo cubrieran Pero va a ser agua de toda la noc~e.
cle laurel s la .. señoras, pero las n1aja hai con10 la contradanza española, por vieja que
pedir prestado. sea no por eso deja de ser bonita t Usted si sabrá
-Por qué, rni señora ? bailar bien contradanza,-no?
--Cón1o por qué? No dice que vió entrar a No, señora.
Rolívnr ? Es decir que es pepito, pepito por entero?
-Ah! no, C"reí que me decia otra cosa. No, señora.
-Entónces usted no atendió a tni cuento ? Pues entónces qué es ?
--Cótno no, tni señora, no hablaba de un Oidor? N a da.
-Del Oidor no, de la mujer del Oidor. , Esa sí que no se la creo, cómo no ha de ser
-Ah! algo?
La vieja siguió hablando de la peste, del Con- No le contesté .
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• Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Io a
- E l q u e c all, o t o rg a, u i c e e l di c h o , d e rnane r a la p u ~r ta se dP. pidi ó i t o 1nrin d otn c la rnano e ntre
que u t d .. s al ero. la d o s u ya , n 1e dcc ia : " otra V< 1 Z vo ],·eré mas
Bu n primor, qu e sta ieja tne esté p e rjudi- d es p ac i o a a caba rl e d e co ntar e a hi s t o rie\; cuícando
sin abc rl o . a s i qu e l e di go qu s v aya d ") 1nuc h o, no se sere n e, tni r e q u p yo co n ocí a
aunque e l o di g a a u yern o qu .\ f u é qui n 1n e un jov ' n c ito , a sí co rno u sted, a qui e n <.le r es ultas
proporci o nó e s e e tnpl o que n1 e da 1>ara con1 c r . d un anal a ir , estaba .. n un ba il e rn e a c u e rd o
Qué hag o en e t c a .. o ! l)o bre Ernilia! s i supie ra tnu c h o , i e l p ob r ecito sin sab ·r lo que hacia .. .
las qu_e estoi pa. ?ndo .aho ra ~ 1no por . lla. ~ _ Int rrtunp iénuo l ,t n i s e iTorn, te n go q u e irtn e ;
este t1empo volvt a rn1rar a dona Pa c ha, 1 s egu1a 1nanana t ndre e l g u sto de p a ~ ara s u casa i co n con
su cuento cotn o si hubi e ra acabado de e tn- < versare rn o · largo.
pe zar 1 o. Con el a fa n e m p P e é a su u a r i e n t ó n ces C o n 111 u e h o g u t o. 1 i r e q u e 1 o es p e r o , no
me puse a pasear salie ndo algunas vec e s hasta el v a y a a qu e d a r tna f.
corredor. uand o rn e v í l ib r e d e l a vi eja r eso ll é i s alí
-To <.Ja la mú · ica del batallon V árg as e taba co rri e nd o.
allá a no c l~e ; ah bail e ! si c o n1 o ese· u o vu lve Al 11 "ga r a la Psq ui na Je la calle r ea l encontré ,
a hab r otro, c o ntinu ab a la a b u e la, ~ n tanto qu e c o n d o n Cipri a n o, q u ise pasa r de r ech o , p e r o m e
yo pensaba e n la dulzura d e Emilia, e n ~ us oj os < c on oc ió i rn e di jo : v e n g a a cá qu e Jo n ece ito, i
de gace la sorpre ndida, e n sus lab ios tnas puros , ig uió c o nv r s and o co n o tr o d e can d idaturas.
fre scos i ro aJos qu e los qu e sueiian los árabe s ,.f e n g o gu e irm e , para qu é rn e n e c esita?
para gozar en otra vida tnejor qu e esta ; i todo E ~ pér c m c un insta nt e , v olvió a d e cir i sio-uió
para mí ; para mí que m e hubi e ra creído feliz conversando.
0
con solo cruzar un instante por sn itnajinacion. l\'Ias bi e n mal1ana hablare rnos , m e voi.
i e s cierto que con un afan sal e n cana ... , ) ro d e bo Vi e ndo el o tro rn i a fa.n, se d es pidió i cuando
tener la cabe za tan blanca como e l nevado; p e ro qu e da1nos so los, 1ne dij o :
lo que sí puedo <.lecir es que, estos mo1n e ntos de C o nque cué ntetn e, cómo le ha ído; está muí
grande pade cer, en que el corazon golpea contra de prisa ? Para u ó nd e va?
las parédes que lo encierran, ~n que la sangre A una dilij e ncia preci a. Fiasta Ju e go.
circula hirvi e ndo i como queriendo agolparse a Yo lo acompaño, si va para e se lado.
los ojos, i en que el alma sufre en un instante mas Carnine, pu e s, p e ro aprisa.
que en un si g lo de lenta a g onía, la vida se aniqui- Seg uimos, p e r o aqu e l hombre iba c omo e n pro-la
visiblemente: yo debo estar viejo. ces io n d e jué v e s santo i preg untá ndom e que ha-
-Conque, qué le parec e ? u e cia doña Pacha, bia l1echo . S a có taba co , d e tuv o a un hombre, le
el tal señor que le digo, se enamoró de Ja muj e r pidió la candela, tnc di ó d es pu es otro para que
del Oidor i.. • • e nce ndiera i s eg uimos al tn is m o paso i con las
No, yo no le aguanto Jnas, pensé i resolví e m- mismas preg unta s. P o r fin rn e d e spre ndí i emferJnarme;
poco n1e costó ponerme descolorido, pr e ndí d e nu evo mi c arre ra.
porque ya Jo e staba de ira. 1\'le coji la cabe za En el alto zan o d e la Ca ted ral n1 e dijo otro:
con ámbas manos, dí un quejido i me tendí en P e nnítam e su can del a; i, des pu c s de haber
un canap é ~ chupado i e nce ndid o un tab aco c o n mas rotos
-Qué tien e ! dijo la abuela, jad e ando cotno que la ropa qu e n ~ se v e , tn e devo lvió el tabaco
un pato i haci e ndo un esfuerzo supremo para salir al c o ntrario i 1ne l o m etí p o r la cande la .
de la poltrona. No quie ro d e ci r qu é dij e cuando m e ardí la
-Ai ! es un mal que m e da con frecu e ncia j . l e ngua, i si no m e v o lví a darl e d e pes cozone s a
se me quita con d eJarme solo i quieto: pauezco ese hontbrc , fu é porque ••.••• ya uste des saben
del cerebro. por qué.
-Pues entónces no me voi esta noche. Cómo Cuando iba por Santa B á rbara dieron las ocho
lo babia d e dejar solito i enfermo! i media. Empecé a subir, pero tuv e tal acierto
Si no ahorqué a esa vision del infierno, no fué que no e rré pozo d o nd e no meti e ra un pié.
por falta de intencion. Me tentaba los pi é s para Llegué por fin . Cas i sin ali e nto e mpe c é a g o lpear,
ver si los tenia frios, me ponia la mano en la fren- pero como sobre una tumba, nadi e respondía,
te, espresaba que eran 1nui buenas para esos ata- hasta el eco pare cia d o rmid o •••. Como m e dolia
qu e s las v e ntosas sajadas, i todo esto lo decía con ya la n1ano d e g olpear, bu s qu é una piedra i desla
paciencia mas grande. Cuando mas se me habia pu e s de haber desastillado casi Ja pu e rta, empezó
acercado i me proponia que me d e jara hacer el r e - a llover . Dónde es tarán ? qu é se habrán h e cho ?
medio, dí un salto, sin sab e r lo que hice i corrí a Pero alg uno ha de hab e r aquí; seguí g olp e ando,
cojer mi sombrero. i al cabo s alió una v o z d e una v e ntanita que de-
-San Jerónimo ! este niño s e volvió loco, que cia: " Qui é n es ? Qué quiere ? ''
mal tan feo! Con razon si e s del cere bro. ¡Qué Ahí está mi tia Cons ejo?
hago! Yo salgo a pedir socorro, socorro! soco- No es aquí donde vive. Es dos cuadras mas
rro! ! empezó a gritar. arriba.
-No, señora, corrí a decirle, no estoi Joco,- e s Cie rto! dij e i salí corri(\ndo hasta que ll eg ué.
que el mal me pasó i ahora voi a la calle a tomar Ahí sí n1e abrieron inmediatame nte, p e ro fué para
aire fresco. decirm e que mi tia i Emilia n1e habian espe rado
-Cuándo lo dejaba salir así sudando, a que se i que por fin se habian ido.
torciera ! Para dónde ? preg unt é .
A este tiempo dieron las ocho. Para donJe tni seiioá Ni e acia.
Entónces sí, sin atender a razones, dije que 1 no me dejaron razon al g una ?
tenia que irme i salimos. Cuando estaba cerrando N o, señor.
J'
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Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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No hai r 'nled i o, dije co m o habl a nd o c o nmi go ~ pi eza en la é p oca de la co nquis ta
Citación recomendada (normas APA)
"Biblioteca de Señoritas - Año II N. 50", -:-, 1859. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2094835/), el día 2025-08-09.
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