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ANO I. Bogotá, 17 de julio de 1858. 1 NUM. 29.
, Boletin de la semana. ~ ~in olvidar la ocurrencia que po~ia ser unn buena
. . . . , ~ puntada para reforzar . eJ doblnd1llo de nuestro bo-
A la últtma repre"enta.clon de la lrorma nsJ~tlo letin; i en el próxirno entreacto nos pusimos un
lo mno.J eleg·antc, lo tnas rtr.o, lo lll<.'s hcrtnoso J lo dedo en la frente acTachamos la cabeza cerramos
.. 1ft . l] . ld '~ , tnas csp1ntual de a or?espuma 1 nata {e a ~~cJcc. n los ojos i en1pezarnos a ·pcn..:ar:
bog·otana; co~currencJa qu~ nunca se habla Vl~to ) La ¡J e.pitaja1nona, pintada por Emiro l(astos "q_ue
hn-.;ta ahora, ni aun en eJ bu1 !e tnot~stru~ de hace abraza u sus amigas en la calle, las~ besa, les d1ce
Jneses, en el que, tnucho~ baJla•~1os 1 bebtmos, rnas 1nis chinas, i barajándose con clJas suele esclamar :
por consno-r~r algunas pu·u tns_ • no pocos _trngos a "nosotras las muchachas;,, que en el teatro se enrl'erpsícorc
1 a l3acg, nue tr~s d tos~ . fa vortto, ~ que ternere con Jos amores desgraciados, i l!oriq u ea en
animado por la llan1ada rcJene1:zcton. de V ~nezue- la ópera ·de Ronleo i Julieta; que dice que su senla~
en la que nunca h~mos cretdo; J ~entrmos al ibilidad es esquisitn i su corazon un volean en rcd~
cir muchos: n~u:_hísuno~ todo~ casi, ~on ~s:ep- ~ c~so, qu_e tiene álbum i sufre _<~e nervios,¿ no está picJon
de algunos J~u~os, hadaron _1 ton1aJ on 1 cstu- ~ du~ndo ordents JJara tf.on Qu~;ote?
vieron nle~res, t agua11taron ~ PJSCJ tH s, apretones, ~ El p0pito imberbe, que dice que las patillas son
estruJ·on~s 1 codazo~, porque as1 era el gusto de ca- de n1al tono i el bigote sucio i c1uc declama contra
} • 1 • ' , da uno, pues de g·u~tos no 1a1 nac a escnto ;_ mas t:l poco corazon de las rnujeres en los prese ntes
~10: po: una 1·ej~ne 'ra~tnn nublad~ de ... pe~~ecucJone~
1
ti e mpos i no está pidiendo órdenes JJara don Qu, i)ol~?
IDJ\lSttfica bles, 1 c~~tda~, r:e~ · tns '. br1n chs, en hon~l ) El di potado que permanece en su puesto s1n
de usías, escel.ent!snno:s ~cn~res I muchos otro~ t1- ~ chistar una palabra, durante todo el tiemp? ele _las
tulos .seudo ~eJeneradores; I qu_e tnas que festines se .. iones, so pretesto de no querer co_nfunthrse con
de reJenerac1on, nos ltnn parec1do verdaderos co- Ja multitud de charlntancs que se cllcen oradores
lorn bianos a 1m u~rzos a la Jo.z¿rcltette. . ¿ no está. pi(liendm órdenes pa'ta don Qu~iote ?
llasta el gallinero~ o a fila de palcos de arnb~, > Aquel rccien venido de Europa que d~sconocc el
que un tiempo ¡_oh dolor 1 fué o~up~do _por cacht- 1 ajiaco de pupas i la clásica Inazamorra de maíz, que
fos intru.so~, qu~ 1ban a armar ru1d~ 1 a silbar a _los no puede andar a pié i que dice c!tapeau, vi.~a:vis,
tnalos con11cos 1 a Jos buenos tan1b1en, se ha. vt ... to '> 11 a?·tuer, splten, toilette, anoya1·se 1 otros términos
honrado P?r la flor ~e la ~or de_ nuc tra socJe~lacl s que nadie entiende ¿no estú pidiendo órdenes pa·ra
-elegante (s1 con la cbsta?c1a la \"JStn no nos ~la en- don Qu·ijote 1
g·añado). i 'l'anto ha Sido eJ .~oder de la ~~era . ! Los perio i~tas que escriben por puro patriotis·
Benditn sea la_ estrella que gu10 ~ la comp~nHl lt- mo, sin. c .. p prar jamas remuncracion, i con el solo
rica ha:ta el p1é clell\llonserrate! 1 Joa~o m1J veces objeto de difundir las ideas civilizadoras i que creen
sea su ilustrísima el señor ~enon Pad1~la, que fué en r.J nrogreso indefinido i otrats pampln1as ¿no esquien
levantó la escotnll~?n ~~- gal!Jner?! E~ t~n~ r)idit!ndo órdenes paTa tlon &uijote ~
nuestro concepto, la cotnpan1a ltn:a, pj d.Jrector 1 Las chupadas como husos ql:le descomu]~nn a
el dueño del teatro, deben al e spresado obt _po una las que asisten a bailes i teatros, 1 que se persignan
cenata en la Rosa Blanca, por el ~esu!5'ravto de Jn. cuando ven una crinolina i no están 11idienclo órparte
que ocupan los p~lcos d~ a~r1ba,_1 que es, en (lenespara don Qu. ~iote?
nuestro concepto, tan cotnoda l b1en sttuada corno Las casacas CJe punta de diamante que se asten ..
las otras dos. . . . tan en una fi~~ta pública, despreciando las elegnn-
En medio de esta bell ís1ma concurrencia, 1 a~ t es casacas de La Grange, por poco clcg·antes i de-iempo
eo quo se cantaba el fan1oso duo de Norma 1 rnasiado redondas t no están pidiendo órdenes 1Ja1·a
Adalgisa : - clrn~ Qu~ ~?·ole? ~
Fine all' O're, all' o1·e estreme ~· I..Jos padres de familia que andan divulgando 9ue
un ca~hifo de los desterrndos del gallinero: quen1Ó no quier~n que sus hijas s~ casen_ porque ne.ce~1tnn
un triquitraque en el patio. No lo notamos si~o los t~ner qUJen _los a.c~mpaíí,e 1 los as1~ta en sus tt!~Im~s
que estábamos junto al lugar 9e1 escándalo, 1 m u- dms ¿ 1U1 eslan ¡wh~nd~ ord.enes para d_on: Qu~7ole- _
chos de estos estaban tan sublt?nados, que, aunque .Los qt~e en e.ste pa1s ptetenden :rtv1r de la pu
· les hubiera reventado en las narices no lo habría~ bh~ida~ ~ del e,xamen, sm tener ofi.clO ~lguno ~no
echado de ver. Entretanto no sé qué caballero rnu1 estan pzd~endo ordenes para_ don Quz;ote.
irritable; se irritó, arrugó la ceja, i: como fragata L_as cr1nolinas que se_ d1cen Golgadas en los a ... ringlesn
sobre Gartajena cuando nos hemos atrasa- ~a~tos po ... r no escandalizar e.~ las calles i no estan
do en el pago de los intereses ele la deuda de Mac- ~ JlUÜen~lo ordenes pam ~lon Qu17ote? .· , .
kintosch, u otras, (atraso que, en nosotros, se. ha . El Jencral que. e~cr1be prot_estas e~ ... l?s pe11odJcos
vuelto enfermedad orónica) se puso en facha 1 se 1 man1 fiesta su adicion a.l gobierno l~J tttmo, cuando
preparó a largar sus andanadas al cachifo, ~ruñien- s~ h~b_la de ?na reYolucion que ~~adte teme t no es-do
¡metiendo un 1·uido atroz. i Qué qu1ere este ta ptd~endo o!·~enes pa'ra don Qut;ol~ ~ . . .
caballero~ preguhtamos a un ~migo Es que está El que soh_clta del c.ongr~so pl:lvlleJlOS ~a·~· espidienllo
órdenes para. don ~uijote, respon?ió si_? tableccr catnlnos de h1err,o 1, t~l~gral~s. electnc~s
pestaííar i con una set1edad 1mpertu rbabJe. __ Co- en la N '!.eva Granada ¿no esta pidtendo 01 denes pa1 a
mo! órdenes ..•• ! Sí, señor, para don QuiJOte. don Qu.LJOte ~ .
· Pero oigamos que ahora viene Jo n1as dulce del ) El pimpollo de hterato qu~ anda por Ja~ calles
duo ¡ dcseém~sle feliz viaje. Seguimos su consejo, ~ con su rollo de papeles debaJO dsl brazo, 1 habla
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BlBLIO'fECA DE SE~ORITAS.
constantemente de los trabajos literarios que ha ~
empre ndido t no está pidiendo órdenes pa'ra don
Quijote ?
El chiquitin que,con una estatura de'cuatro piés i
cinco pulgadas, encuentra que todas las correas son
cortas para sus estrivos, que Jas faldas de sus levitas >
no son bastante largas ~~no está pidiendo órdenes,
no solamente para don Quijote, sino para Sancho
Panza1
El ministro ingles en Venezuela que ha p e dido
satisfaccion al gobierno de esta República, porque
quetnaron el diablo, que bi e n m e rece ser quemado,
¿no le ha ganarlo a don Quijote?
1 los dos oficiales que espusieron su vida i per·
dieron su honor, desafiando al colaborador del Fígaro,
de Paris, por unas cuutro insigni~cantes p~labrns
dirijidas a toda una masa. de un1for~~s, s1n
&er ellos directamente atacados ni haber rec1b1do re- ~
comendacion de nadie para defender o para desa- ~
graviar un honor que han creido ofe ndido ¡no tietlen
en el cuerpo el alrn,a d~ don Quijote ?
1 nosotros que creemos imitar a Erniro Kastos;
que deseamos fehz viaje a todos esos Quijotes, i que
nos fio-uramos que las lectoras de la BTBLlOTJ~CA
leerán ° con gusto nu e stros disparates i si no cambiamos
de tema, no corremos riesgo de tomar el
mismo rumbo que aquellos~
Otra cosa, pues.
Esta es la época de las flores en Bogotá, i en tal
grado que cada patio es un Eden. Por consiguiente
abundan, los rarnilletes que Jos pe pitos saben hacer
con un gusto i una gracia supremos, i dárselos a
sus ídolos con disimulo con tiernos billeticos adentro.
En la última representacion de la Norma podemos
decir que caia sobre Jos do! artistas una lluvia
de flores i perfum~s deliciosos; pero como e! canto
hace perder el juicio, como sucede s1empre
que el corazon i no la cabeza manda, hubo algunas
equivocaciones bastante lamentables para
aquellos a quienes el entusiasmo cegó hasta el
punto de hacerlas. Hubo, pues, tres ramillet ~ s que
desde su principio no fueron de seguro dest1 na dos
ni a Rosina ni a M arieta; en cada uno de ellos se
hallaba un billetito, con cubierta de oro, en cuyo
sobrescrito _estaba tnui claramente escr~to el
nombre i apelhdo de cada una de las tres de1dades
a que iban dirijido~, i qu~ conocemos como a nues·
tros ojos. Los abr1moa 1 estaban firmndos con el
nombre i apellido de un pepito que conocemos como
a nuestras manos; i decilnos uno i no tres, porque
los tres billeticos amorosos estaban firmados
por un mismo amante, cuyo corazon despedazaban
tres deidades distintas i un solo amor verdadero, lo
que prueba que el amor de los pepitos es uno P.ero
no indivisible. Los billeticos contenían los vers1tos
siguientes, que copian1os conforme estaban, lamentando
que la ~iscrecion que nos he !Dos imp':lesto no
nos deje pubhcar e] nombre del d1cho pep1to, ofreciendo
quebrantarlo si semejante triple amor vu~lve
a don1inar su corazon. En cuanto a Jas tres deidades
sí se lo haremos conocer para que sepan con
qui~n tienen que habérselas. Estos son Jos versos:
•
"Si como, si duermo o ando
Si por divertir paseo,
Me parece que te veo
1 contigo estoi hablando."
hHermosísimo clavel,
Bello avilan de cardona,
Y o a tus plantas estoi puesto
Si merezco a tu persona.,
"Tu nombre es mi desayuno,
Tu apellido mi comida,
Pensando en tí me amanece:
Ni yo duermo ni esto es vida."
•
"Recibe este ramillete
Compuesto de pensamientos,
1 conságrame siquiera
Un amoroso recuerdo.''
"Pues querer con tanto amor
I no ser correspondido,
Debe ser mucho peor
Que ser quemado vivito."
(Auténtico.) •
Cuando el a migo que nos trajo Jos billetes e~·
taba contándonos cómo pudo sacarlos de Jos ramilletes
sin que los cantatriees lo supieran, aJcanzarnos
a ver dos jovencitos imberbes, que, en la Juneta,
llevaban el siguiente animadísimo diálogo:
-¿ 1 1nis rnmil1etes qué se hicieron 7
-No se los acabas de botar aJas cantatrices~
-Necio de mí 1 Estoi perdido!
~Pero por qué 1
~Porque eran para Fulanita, Menganita i Perencejita.
-Qué tiene eso de particular~ n1aiiana les mandará~
otros, yo te ayudaré a cojer las flores.
-Pero, hombre, si tenian adentro cada uno una
cartica con el nombre i apellido de cada una de
ellas, i con mi nombre i apellido. ¿Qué van a decir
de mí?
-Pero i cómo escribes de amor así a todas tres1
Eso es lo malo que yo veo ahí.
-Si estoi loco por todas tres; hombre, por Dios,
aconséjame qué l1aré ••• • 1
En esto se alzó el telon, i nuestro Cupido continuó
moviéndose en su asiento, rascándose las orejas,
la cabeza, miran~o para ~onde las tres deid.ades~
i echándoles u no~ OJOS del d1ablo a lns cantatr1ces, 1
renegando contra !a ópera, como si ella tu~iera la
culpa. Al fin del acto se eclipsó; i al otro dia
recibimos Ja siguiente esquelita:
" Señor Redactor.,
, ''Sé que U. tiene unos billeticos que por distr.accion
tomaron el camino de los bastidores en vez del
de los palcos; si U. no me los remite i me promet~
guardar silencio sobre el particular, el señor •••••
va recomendado para desafiarlo, i, si necesario fuere,
escupirle Ja cara en mi nombre. El desafío a
muerte; armas, las que U. escoja, siendo para mí
preferible la bayoneta.''
Aceptamos el desafío, como es natural ent1e ca·
balleros, nos batimós a pistola, pero sin bala, a tres
pasos de disU\ncia. No hubo muerto ni herido nin-
• • • • guno ; 1 en atencton a su gran corazon 1 a su JUra-
''En un jardin una rosa,
Bn un amante una dama
Así mi afecto te aclama
Que eres mi perla preeiosa. ' '
mento de enmendarse, le hicimos Ja pcia de contar
la historia sin mentar personas, 1 asf lo hemos
~ cumplido.
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l3IBLIOTECA DE SE:RORITAS. 3
Un duelo fatal. " ru~do por algunos" mornentos, daba gracias en un
Creemos complacer a nuestros lectores con el ~ batle a Mr. de ~.>éne por la direccion que él había
siguiente estracto, sacado de la correspondencia de \ dado a la cuestton en' su crónica del Figa1·o.
Paris del Correo de la Euro'na acert"a del dueJo . i Tuvo la pluma de M. de Péne aJgunos estra-
. J.' ' , ?. E . d J hab1do en esa ciudad en el bosque de V ésinet, entre VIOs · sta es .cue~t1on que ca a uno debe reso ver
M. de Péne, j óven colaborador deJ Fíga1·o idos ofi- segun su conctencla; pero. he notado, desde hnce
cial~s del ejército frances ·el cual duelo habrá traido c~otro dJas no mns. que dtscuten el carácter iojupor
inmediato resultado la muerte del jóven i agu- rloso d~ las pocas línc~s que l1an motivado ~1 duelo
do escritor, i traerá, a no dejar duda, resultados pos- fatal, SJ~ conoce!·Jas; 1, ~otno su testo. ha stdo desteriores
de rnucha trascendencia, quizá Ja guerra n?turabzado por Jas pastones contrar1a~, es convecivil
en Francia lo que quiere decir una confla- n1entc re .... tablcc.:erJo. De Péne en el Fígaro del 6
gracion en la 8~ropa entera. Estos ~emores abri- de may?, daba c:uenta del baile ruso de M. Gunz-gan
todos los periódicos que han venido por el ,11- but~g; 1 dcspues n~regaba: . .
timo paquete· i siendo baJ·O ese a~p~cto un suce~o '·Progreso cns1ble! no se hallaba allí el 1nev1-
, ' ~ ' ... " bl fi . 1' . r. 1 . tan itnportante nos remordería la conciencia si no ta e ° Cla con unl!orme, arrancanr o encaJeS con
di~semos cuen~a de él en nuestro humilde periodico. u las espuel~s i ~o1nándose las mesas por asalto, la
Así dice Ja citada corr~spondencia: ce lla~a. la 1nev1table llaga de los salones recien
'· nactdos."
París, 21 de mayo de 1858. ''Se le convida una vez, jamas dos; i el primer
No aguarde U. hoi nada frívolo rle mí; pues el "acto de los salones que han pasado ya Ja época de
movimiento de Ja semana se ha compuesto todo de :~la di~tincion, es el de de.J1acrr~e de él. 11
repeticiones i comentarios inagotables, acerca de la ''.t\.penas empiezan a saber caminar solos cuando
catástrofe de que ha sido víctin1a uno de los repre- "lo mand an al diablo, corno hizo Sisto V con sus
sentantes mas dignos de la prensa parisiense. Ecos '' muletas despues de la elcccion."
i reflejos de la 80ciedad como lo son los periódico8, ~ Esas son testualmente las líneas que han causano
pueden andar sino como esta anda ; i hai mo· > do tan graves acontecimientos. Cada u no las leerá
n1entos en que dominando una cuestion única to- ? con Jas di~ posiciones particulares de su tempera·
das las dernas preocupaciones, una misn1a historia tnento. Se decia el oficial, como se dice el p7ovinmil
veces repetida causa, a pesar de eso, el mas ciano, el periodista, el bourgeois; era un tipo pue~to
vivo interes. Una palabra, un ~esgo diferente, un en Jas tablas, i los vaudevillistas han presentado
aspecto nuevo deJ acontecimiento, bastan para rea- frecuenten1cnte aJ oficial bajo aspectos mas ridícunimar
la atencion; entó~ces quiere leerse Jo que los i n1enos ventajosos.
ya se ha leido; quiere oírse lo que ya se ha oiJo, > En cuanto al pe1iodista, esto i mas tiene que
i se espera siempre que una nueva version del su- aguantar todos Jos di as; pero qué hacer 1 nadie
ceso arroje aJgun rayo de luz sobre ella. Luego tiene en la punta de la pluma la medida de la susvienen
las apreciaciones que siempre son tan di. ceptibilidad de los demas. Adrnitimos tatnbien que
versas como los temperamentos i las situaciones; i hombres como los periodistas, endurecidos en la po-si
hai cansancio en repetir incesantemente la misma lémica~ hayan perdido ese sentido impresionable i
cosa, tambien es cierto que es enteran1ente imposi- delicado del honor sociaJ, tan diferente del honor
ble dejar de hacerlo. Los salones, Jos círculos, los propiamente di~ho, i que, en las clases tuilitares, se
cafees: las tavernas i los taJleres no tienen otra con- frunce con cualquier palabrita.
versacion; i la crónica sería mas que audaz, sería ~ Pero vea U. ahora como las cosas seguia n al órinsufrible
si intentara desprenderse de la preocupa-~ den natural ; el cuerpo de oficiales se habjn ajitado,
cion que la domina completamente. i l.Vl. de .Péne recibe u nas diez cartas de estdo va·
No vacilo en decir que jamas ha producido una riado: unos Jlevan la cosa a chanza; otros dicen
sensacion tan universal ningun acontecimiento de 1 que un hombre que rnaneja una espada vale tanto
esta clase, inclusive el famoso duelo en que sucum- ~ como un hon1bre que maneja una pluma, lo que es
bió Armand Carrel. La cuestion se sale de Jos es- mui cierto. Algunos agregan con burla que los rutrechos
límites de los actores mismos para tomar sos los han encontrado llenos de gracia, bajo el fueproporciones
políticas i sociales; i no se necesitaría go de Sebastopol: en fin, uno de ellos, M. Courtiel,
sino de una pequeña imprude~~ia para que ella ~ ton1ando la cosa con ma~ seri~dad, dcsafia directafuera
la causa de una guerra c1 vil. mente a M. de Péne, q u1en da cuenta de esta pro-
Voi, pues, a tratar de hacer una relacion exacta vocacion en el Figa-1·o del 13 de mayo, declarando
de las circunstancias que acarrearon el duelo, cuyo que acepta el adversario designatlo,i rechazando con
teatro fué el bosque de] Vésinet. tiento la interpretacion jeneral que se ha dado a
Antes 9e comenzar diré algo acerca del escritor algunas líneas inofensit,as. Pero por mui inofensicuyo
no¡nbrc, cubierto por un seudónimo, está hoi vas que fueran esas pocas lí~eas, segun su leal saber
en todas las bocas. El carácter esplica casi siempre i entender, M. de l~éne acepta todas sus consecuenfos
actos. Enrique de Péne tiene veintinueve cias: M. de Courtiel 1Jega a Paris de Abtéville, i
años; i la naturaleza lo ha colmado con profusion M. de Péne se pone a la disposicion de sus testigos.
de las dotes que recomiendan a qn hornbre a la 1'odo esto es infinitamente honroso para uno i
atencion deJas mujeres. (Su belleza proverbial en otro. M. Cou1 ti el sabe bien que se halla en presennuestros
salones no tiene nada afectado ni afemina- cia de un adversario serio, i que ya el tien1po pasó
do; al contrario, resalta por su continente serio i en que daban de foetazos en sus oficinas a los chus·
aspecto varonil.) Consagrado a la literatura lijera cos que se batian con su pluma. Esas costumbres
de .fa. crónica, se ha distinguido siempre por la ame-~ se han cambiado, i los escritores del dia saben denidad
de su estilo i su espíritu de reconciliacion. ~ tender su vida i su dignidad, i no hemos oido decir,
Hace -algunos meses no mas, bajo nuestros propios~ desde hace quince años, que ningun periodista haojos,
un oficial enredado en una cuestion que hizo (ya invocado los hábitos pacíficos de su profesion
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4 BIBiulOri'E .~-\ DE S ENOlll 'r S. •
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para sustraerse aJas consecuencias de una pro- ~ Jos hotnbres se constituyeron en sociedad i dieron
vocacion. una lei para que el hornbre i Ja mujer t,;c unieran
Se dirijen, pues, al lugar destinado para el due- por medio de un víncul0 ~agrado e indisoluble, es
Jo; i todo pasa de acuerdo con ese código que no ~ sin duda aJ..,.una e! matrimonio la cuestion mas venestá
escrito i que vive en Ja costumbre. La fortuna < tilaua. D esdo que nosotros, colornbianos cincucntodel
combate se decide en favor de l\1. de Péne, que < n e s, conocemos esta pequeña .sociedad ] ogotana,
hiere lijera m en te a su adversario, i, alargándole la ~ que el:> la única que conoc e mos, hemos visto la cu esmano,
hace noblemente protestas de estimacion por ~ tion matrirnonios siempre al órdcn del dja, discutiel
ej~rcito i por l\11. Courtiel en parttcular. Este da sietnpre, ~ufriendo todos los debates constitucioacepta
la mano leal de su adversario, i le responde nales i anticonstitucionales, ~in que jamas se haya
con un apreton cordial. El duelo no solamente es- dado una lei que satisfaga a nadie i menos aJa sotaba
concluido sino que hubo reconciliacion sin- < cicdaJ fen1enina .
cera, efusion i cambio de buenos sentimientos entre S En estos tietnpos de abundantes crísis tambien
el oficial i el escritor, entre la casaca i. el uniforme. ~ Je la toc~do su. turno a lo.~ . casami e ntos, que se~~-
Es aquí qu.e se abre una nueva sér1e 9e hechos, $ c en rnas 1mpostbl e s cada d1a, ~pesar dc_Jos belllSIque
~on prec1samente lot> que han modificado tan ~ tnos pares que todos nos empenamos en Juntar. Esgravemente
el carácte r de este duelo i puesto Jos ta gran cuestion ha tomadQ un ... esgo tan alarmanespíritus
en tanta ferm e ntacion. lJno de Jos tcsti- te: que no cree1nos equivocarnos al comparar el esgas
de i\1. Courtiel ha dirijido una nueva prov'oca- tadt> de ]os enl ~1ces conyugales en la ~ociedad con
cion a M. de Péne i Jo ha detern1inado, con un ul- el estado financiero de la República en el presente
traje que ningun ho1nbre de honor puede soportar, año; i 1nucho rnénos cuacdo vemos a algunas rea
volver a tornar la espada, i bien pront~ nuestro presentan tes del bello sexo, que, a imitacion del Sr.
colega caía herido de dos golpes mortales quizc1. Secretario de Hacienda, i alarmadas con el inmen-
Lo que yo quisiera poder p1ntar a U. es la ten- so déficit, o para hablar con n1as propiedad, con el
sion de la opinion sobre un asunto solo. Paris se inmenso sobrante de solteronas inamorti1.ables, se
levanta i pide noticias acerca del estudo del he- han crcido obligadas a prese ntar ante el mundo enrido:
se pasa e) dia comentando el negocio, bus- tero la cue5tion clesnudn de todo artificio que puecando
revelaciones, repitiendo doscientas veces Jos da alucinar, con el objeto~ sin duda, de obtener una
mismos detalles; despues se van a acostar tomando lei de arbitrios que salve Ja situacion, o hacer que
el último boletin del estado de i\!1. de Péne. En Ja sociedad se declare en bancarrota dejando de par.
uanto a e to, no se puede mas que hacer ,~otos, i ga r toda 1 ibranzn: es decir que no se en se nadie,
Dios sabe que si Jns n1anifestaciones de una si m- porque al fin, dicen ellas: tnal de muchos consuelo
patía ferviente i universal pudieran desarn1ar a Ja de tontos.
muerte, nuestro colega se salvaría; 'pero su estado < El negocio ha sido considerado con mucha atensigue
sieudo grave sin ser desesperado; hai inter- cion en todos los c~rculos de la sociedad, i nosotros,
mitencias de esperanza i de desean uelo; i a In ho· que frecuentamos-algunos, hetnos tenido ocasion de
ra en que esto escnbo las impresiones ~on bastante presenciar las discusion e s acaloradas que se han susfavorables.
citado, l1abiendo notado que son las tnadres de fa-
1\1 . de Péne está todavía en el Vésinet, en lapo- milia las que discuten con mayor entusiasmo, cresada
a donde Jo llevaron despues del cotn bate; i yendo asignar las verdaderas cansas de tan espantarlos
los dias una in lnensa concurrencia de visita- tosa crísis. Algunas dicen: los jóvenes del dia esdores,
pertenecientes a todas las clases de la socie- tán mui metalizados; ellos no quieren sino el dinedad
van a informarse sobre el estado de su salud. ro, i como aquí ningui)a muchucl1a tiene dote la
Est:i asistido en su cama de dolor, pues sufre mu- < crísi~ seguirá adelante. Otras rna~ juiciosas~ mécho,
por su mujer, que se ha rnanejedo en todo el no._ desesperadas dicen : es el lujo en las habilacioasunto
admirablemente.· Ella tan1bien desarrnaría nes i en el vestido de las señoras, lo que hace que
Ja muerte, ~i la muerte se ntreviera a mirarla de los hombres vean en el matrimonio una empresa
frente: jóven, de una hermosura suprema: de una superior a sus fuerzas; i como las señoritas han en"'
consagracion inalterable al hombre que l1ab1a es- tendido que está última opinion es tambien la de la
cojido i distinguido, M me. de Péne aparece ante mayor parte de Jos jóvenes, se empeñan sien1pre en
todas las i maj1nacioncs, como la figura ideal i ce- hacer creer que ellas vivirian felices i contentas al
leste que la novela hace interVenir siempre en el lado de su adorado esposo~ habitnndo una pequeña
dran1a humano. , tnsa, adornada n1odestamente i vistiendo sencillísi-
.1\'lme. de Péne está precisamente dotada de una mos trajes; pero nosott~os creetnos que esta protesta
de esas organizaciones fuertes que \\!""alter Scott i no basta, pues los jóvenes dirán cuando tales cosas
G~orges Sand se han complacido en crear. El ho- O)ren: obras son amores i no buenas razones, i miennor
de su marido le era tan caro como su vida. EY,a tras no las vearnos en todas parles i a todas horas
lo sabia todo; sabia del duelo i habia medido sus sin seda i sin terciopelo, no crcremos que se pueden
consecuencias. Su heroistno estaba a Ja altura de pasar sin ellos.
un combate leal e igual; pero ella no había pre- Tan1bien ha habido señoritas, que a semejanza
sentido que Jn trajedia tenJria segundo acto. de los tenedores de vales, i temiendo que ltt ~ocie-
U. concebirá n1ui bien que hasta hora a nadie se dad se declare en quiebra quedando ellas en 'descule
ha ocurrido ofrecerle consuelos: la miran, le ~ bierto, han escrito sus patrfletos den1ostrando que la
aprietan la mano i voltean la cabeza para llorar. cri~is no existe, o que a Jo ménos~ no es tan alaTRll\n-
AuGUSTE VILLErttoT. te corno han querido pintarla algunas compañeras
. --. • miedosas i sin fé en Jos principios, introduciendo de
CriSIS matr1m0n1al. esa manera el deserédito para hacer mas difíciles
Es nuestro humilde modo de pensar, que desde las transacciones. ·
que el mundo es mundo, o mejor dicho, desde que , 'fodas estas discusiones se han sucedido i pasado,
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sin que la situacion hnyn mejorado en nada, i noso- bnn guinr por l os nobles impul o.s de su corazon, i
tras. como buenos patriotas, vjendo el embarozo en e l cri!culo no se mezclaba para nada cua ndo se traque
se encuentra el poder femenino, pnra proveer taba de lijir l hornbrc que habin ele hacer la fe(in
las n ecesidades pública , hemo r eo..; u e lto elaborar cidt~d dp. u Yidn. Entónccs ;u pido no hnbia abdiun
pequeño panfleto ( si n ser ten edor s de vales), cado. El 1nandaba n j e fe, i cuando dirijia su darcon
el obj e to de contribuir a ilustrar la cli~cu sio n do n alguna niTia, ella Jo recibin, i e n lu~·ar de tracon
nuestros pocos conocirnientos sobre la materia; tard e apagar el fuego que principiaba, sin hacer
el cual ofrecen1os a n u e ... tras lectoras, advirtiéndoles ra ciocinio .. de conveniencia, d jaba crecer la Jlarna
de ante tnano, que ha sido solo e l deseo de contribuir, i la atizaba. J ~ ra consec u ente i amorosa, i, sin usar
nunquv sea con una pequ e ña parte a u fe licidad, ele artificio algllno, sabía 1nnnten e r la ilu sio n i dar
Jo que nos ha guiado en esta penosa tarea: adver- constancia a ~u jóven cuamorado, infundiéndole
tencia que hacetnos para que no se nos vaya amo- ambiciones ardientes a esa apacible Yida doméstica,
ler a polos co n1o a todo buen patriota. i señalánd o l e e l matrin1onjo como el colmo de la
Es costu1nbre mui bien r e cibida ya en todas par- S felicidad. i u é h omb re es capaz de r esisti r a Jas
tes, que para dernostrar una v e rdad política o social naturales .'Cduccionrs de una tnuj e r sencilla j atnohn
de recurrirse a la historia como el medio tnns 16- rosa 1 Bien se comprende por qné en aqu e llos tie m jico
de deducir las rig~urosus consecu e ncias. Es es- pos no había nin g un déficit.
tudiando la historia d esde tiempos mui atras, que A m edida que los ti e mpo~ han ido corriendo, deshetnos
venido a conocer que las causas que, j encral- de aqu e ll a dichosa época para acá, e l déficit ha renlente
se asignan a la crísis matritnonial, no ~on las sultado mayor cada año i i por qu é 1 porque cada
ver¡tomar esta por prctcstd para ultrajar a quien la si·
es la crinolina 1- Una 1noda; i co1no moda aceptada guc •• : .1 Encarnizarse sin piedad en un •••• en
por las mujeres, sigue itn pertu rbabJe s u camino; i lo una. • • • en é] •••• en la •••• crinolina, en fin !
seguirá, peselc a quien le pesare, hasta que otra En todo el mundo, donde quiera que lasjentes se
moda la reemplace i venga a tomar su lugar, o precian ele ci\"Ílizadas, se acata a la mujer; se la
bien haga qu e se la deseche enteramente; a mé- ensalza, no se la deprime; se disimulan sus defecnos
que, a pesar de esto, no se d e clare en servicio ton i hasta se respetan sus caprichos. ¡Entre nasopermanente,
como los sombreros de pelo blancos, Ja tros! •.•• Oh! z,no es justo nuestro resentimiento~
guacharaca i otras. Entónces ipara qué i por qué Suponed que a una de nosotras se le antojara crititanto
gritar, tanto declatnar, tanto deprimir i hasta car la costumbre de :ilgunos hombres de dejarse
insultar? Necio de aquel que se proponga atajar la crecer toda la barba, i que Jos apellidara capuchicorriente,
que, envuelto en ella, se verá arrastra- nos, er1nitaños, (peregrinos, anacoretas, apÓ$toles o
do •••• ! crnobitas; ltasta ahí nada habría de malo; mas si
Háme determinado a tomar la palabra en este ~ se agregara: ese se. deja tocl~ . la barba por no paa~
unto (estilo senatorial) la considerncion de que gar barbero; ese otro po_r decJd_Ia, por_ abandono, ~or
hasta el dia no se ha oido una sola palabra de de- pereza, o por ahorrar Jabon 1 navaJaS •••• Entonfensa,
siquiera para disculpar, si no para justificar, ces la cu~s~ion variarí~ de aspecto; ~so seria insu~un
uso al cual no le conviene ( con1o lo probaré) tar,. no crtt~~ar. Lo m1smo ha sucedado con. 1~ crlninguno
de Jos calificativos que los señores hom- n~ltna; mientras qu~ los hombres se l1~n. hn~utado
bres (incompetentes, por cierto, en el asunto) se a 1~\:entar comparaciones, a aguzar su JnJen•o ~or
han tomado Ja libertad de darle; calificativos que, ~ satirJznr .la moda (ya que no ha~1 encontrad~ o_bJepor
otra parte, han hecho recaer, sin reparo a]o-uno ~ tomas dtgno en qué perder el tiempo,) sufr1r 1 casobre
las que hemos adoptado la moda. P;rque: ~ llar era nuestro destino;_ pero desde que se han asiclaro
es que, si se increpa el que alguno adopte una do de la ano_da para herir el carácter i hasta la honcosturnbre
inmoral, por ejemplo, el individuo de ra de la muJer, tenernos pleno derecho para e_nrosquien
se trata queda tachado de inmor.alidad. Tal trarles su descortesía 1 para reclamar lns atencaones
ha sido el prurito, tal la ceguedad de la pasion que que se nos deben, como a mujeres, de parte de toha
movido a Jos anticrinolinianos, que no han re- do ho1nbre; como a señoras de parte de todo caba-parado
en que sus improperios contra la moda re- llero. . . . .
caen sobre las personas que la usan. t Qué diremos Que los c1ega la pasu!>n, he d1cho ; 1 a la verdad
de esto •••• 1 no encuentro otra espresion para di se u 1 par los, aun-
Oigase, pues, una voz siquiera de defensa, una que no sé, no adivino el motivo de tan furiosa sa·
voz femenina; óigase aJa parte interesada, que ña. Sine1nbargo, intentaré probar que están ciegos
puede espresarse con conocimiento de causa, ya ( l1aciéndoles en ello gran favor;) i nada mas, que
que de semejante frivolidad ha querido hacerse si a 1nas rne estendiera, faltaria yo misma al decoro
caso grave. que trato defender.
No diré yo que los seiiores hombres se han me- Decir que la crinolina parece un globo, un
·d 1 l gran paráguas, una campana de buzo, una media·
t1 o en o que no es importa; ni que lo han hecho naranja ••• e i vaya! eso es nada ; u na cosa se pare·
por hu mi liarnos, desacreditarnos o ultrajarnos; por- ce a otra; pero, decir que es un engaño! Eso, ade-que
•••• oh! t qué concépto formaria eJ mundo, de d d .d ·
jentes a quienes se les pudieran atribuir tales mo- mas e can I ez, revela ignorancia suma. t QUién
tivos1 No: la crinolina es una moda de mujer, de de nosotras ha pretendido hacer creer que todo ello
la cual han sacado otra moda los hombres: la de es sólido, que eJ aire es tanjible ~ Engaño es un
hablar contra ella. Me parece que no es mas. diente postizo, una péluca, el colorete i pero el ma-yor
voJúmen de) traje z,por qué ha de ser un engJl-
Que mucho de Jo que se ha escrito, dice una ¡¡0 ~ iPOr qué se dice que es gato por liebre?- No
amiga mia, ha sido por llenar vacíos en los periódi- lo comprendo.
cos, a _falta de cos?s útiles i ~e. inte~es comun. Yo Ahora, si en el cuento del engaño nada hai que
no qua ero creer n' aun ~so, I SI lo (hgo es par!~ que favorezca Jos críticos t qué diremos de los epítetos
se conozca que no fa~tar1an sarcasmos con que con- de indecente, inrnoral, indecoroso, infame! ••• • Oh!
trarestar ta_ntas atroc1dades. corno Sf3 h~n prol?alado Traducid, traducid al Jenguaje de la sociedad cult$
contra un Invento de suyo Inocente e Inofensivo. ~ esos epítetos, ¡ que enmudezcan para siempre esas
Por supuesto que, para aquellos que tan gracio· ~ Jenguas maldicientes •••• ! 1, aún ha ido mas allá
san1ante han tomado n su cargo el zaherirnos in· el desenfreno; aun de asquerosa ha sido tildada la
ces~~teme~te ~ajo e~ prete~to de la crinolina, pare- moda.~ •• 11 Asquerosa la pluma que tal palabra
cera 1naud1ta, 1n1posibJe In defensa; pues están em- ha escr1to! Qué decente modo de usar de Ja liberbriagados,
si no con su triunfo sobre la moda: pu.s tad de Jos tipos •••• 1
no lo han alcanzado, sí con la vanidad de hacerse Yo de Jo que estoi persuadida es de que la crid~
sb.ord¡do impunetnente, a mansalva, sin contra- nolina debia prescribirse como medida hijiéniea, i
clJccton : han hablado solus; nadie les ha salido a como uso económico, prescindiendo de su elegancia
la parada: ¡es~ es su gloria! ofender a ias sefto- i de la comodidad que proporcion& Los hombres
ras •••• ! Ah! 1 cuántos detra<-tores de esos habrá no pueden saber esto, ni tienen por qué saberlo, por·
que wst.enen la soberanía de la mujer i ni mismo que no han podido e$perimentarlo; pero bueno ea
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BIBLIO'I'E J A J)E E~ORI1,AS. 7
que sep~n el por r¡ué, aunque haya que imponer- ~ que los hombres se mezclen en negocios de faldas,
Jos de ciertas interioridades. ~ concluyo invitando a los flamantes anticrinolinia·
Es un uso econótnico, porque, comparado su ~ nos a que emple en sus luces i tnJ e ntos en objetos
costo con el ..de diez o doce pare s de enáguas que de público interes; o bien (si es que· nacieron paántes
se usaban, las cuales habia que almidonar ra la crítica) en censurar Jos vicios i los engaños
con frecuencia i renovar por entero cada año, cuan- de los hombres, que no son po cos; i por tiltitno,
principalmente en aquellas familias que constan de Julio, 8 de 1858. PILAR DE AcERO.
mas de dos señoritas; pues en ellas, el consumo de ,
madnpollan o bran1a_nte, ántes de 1~ crinoJ~na, era ~ El dolor su remo.
espantoso. l no se dtga que no hab1a necesidad de ~ P
usar tanta ropa, porque ~yo contestaré entónccs "'con ~ Era una tarde s e rena;
una pregunta: i cuando veis a una señora enjuta S El sol su fr e nte ocultaba
de traje, no decis que parece bandera enfundada, ~ En el ocaso, tiñiendo
quitasol cerrado, alma de ll'l otra vida, &.a, &. a~ I ~ Las .nu be8 en vi va grana.
económica de tiempo tan1bien es Ja crjnolina; apé- ? Yo meditaba sentado
nas se gasta un minuto en ponérsela, miéntras que S Al borde de una cascada,
en amarrarse doce enáguas se empleaba media ( Que con redoblados truenos
hora. ) En hondo abismo se lanza;
En cuanto a hij iene, la cosa no puede ser mas ~ I de la selva vecina
clara. t Qué será mas nocivo, echar diez o doce ~ V í salir una zagala
amarradijos apretados en un n1ismo sitio del cuerpo ~ Inquieta, pálida, triste,
(la cintura) ,o asegurar con un solo nutlo,o con una S. 1 ll e na de v a a i gracia.
hebilla o broche, una sola faja~ ~ . Con el blanco delantal
Espuestos estos pormenores, es llegado ya el ca- ) Iba enjugando sus lágrimas,
d ' 1 h · d · ( bl > I la brisa de Ja tarde so e preguntar i que es o que al e crl tea e ~ En desórden derramaba
en esta moda? i qué es lo que de ella se han ima- )
jinado los hombres para tanto d e clamar, tanto mal- ( La undosa i larga melena
decir? Hai abusos se dice. Oh t de todo se abusa; Sobre la mórbida espalda.
i seguramente que yo estoi mui ]éjos d7 justifit:ar Un siniestro pensan1jento
un abuso; pero no se trata de eso, puesto que el ) Se leía en su mirada;
abuso es una escepcion. Modas ha habido que se ~ 1 presumí adivinarlo ••••
han exajerado hasta el estremo: r.ecuérdcnse los El nevado pié mojaban
peinetones de márras, que llegaron a ser descomu- Ya las espu1nante s ondas
nales cornamentas; i los mangones, que daban al De la l1orrible catarata;
cuerpo el aspecto de tres cuerpos unidos por el Iba a inelinarse al abismo,
el cuelJo; i otras muchas, de hombres i mujeres, I esclamé: desventurada!
que reinaron por algun tieznpo i despues se fueron, Detente que vas a hacer?
para vol ver, tal vez, en otra época. Voi a ]a varme la cara
Réstame decir por qué ha sido tan jeneralmente --I porqué lloras así 1
aceptada esta moda, fuera de las poderosas razones Porque me p egó mi máma.
que dejo apuntadas. Las flacas la han aceptado R. CARRASQPILLA.
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Costumbres.
con entusiasmo~ porque las dá un aire mas natural,
mas atractivo; las gordas la ven con agrado,
pues aunque no la usan por series innecesaria, están
a la moda sin usarla. E~ dia en que venga la Recomendacion especial t e ngo de un diputado
moda enjuta, las gordas estarán mal porque no po- de los que ahora se fueron para la costa: i habíandrán
rebajar nada. mela hecho varias veces muchos de los que l1an
He aquí por qué, hoi, gordas i flacas están con- ido a Europa, de publicar algo relativamente a una
tentas con la crinolina: es una moda que consuJta laudabilísima costumbre que hai por acá en esta
todos Jos intereses. En otro tiempo la misma o se- ciudad, i tambien en las Jitorales, de atortnentar
mcjante moda hizo furor: todavía podetnos verla ~ al prójimo que se va, luego diré con qué, porque
en lán1ina~, i por cierto que entónces la cosa < si Jo suelto de una vez, tendré que concluir. mi
era un poco mas seria con el uso del carro-de-oro, ~ cuento~ que quisiera prolongar. '
del tripe i otras telas sumamente dobles. ~ Muchas gotns de cera hacen un cirio pascual, i
Mas, Jo que no he oido decir es que entónces < tnuchos sinsabores pequeños r e unidos, una gran
las buenas costumbres ni la salud pública sufrie- calamidad. Verdad es esta que, no n<.cesitando deran
por esos usos. n1ostracion, permite seguir adelante sin examinar·
En resúmen: me parece haber demostrado que la. Veamos sinembargo qué consecuencia sacareel
objeto que en esta vez han tomado los hombres mos de ella.
por blanco de sus diatrivas, no merece la pena: que De viaje está don Pedro para su tierra; lleva
nada.han dicho fundado en razon contra la crinolina: por todo equipaje un par de bnul e s con su ropa,
que sus cuentos, i chistes i frases de mala lei no , uno de petacas con conservas, bi~co c ho, bocadillos,
han hecho cejar ni en un punto la moda ; i en fin, ~ chocolate, salchichones 1 yerbas rnedicinales; mas
que esta es económica, hijiénica, cómoda, útil, ~ el papel que representa su acreencia contra el tesoelegante.
~ ro por el viático i las di e tas. i Qué e~pera? Ya
1, puesto que tambien queda probado que este · compró el arancel que le encargó don Ev:aristo: lll
no es asunto propio de los desvelos de los escritores Recopilacion Granadina para don Antonio, laman ..
público~; i q~e es importuno, a mas de necedad, tilla de punto i otras baratijas para la costilla; i ha-
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' BIBLJ 'l'EC.1\ J)E SE RI'r AS.
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biendo hecho Ii't.ografiar la boleta de órdenes i des- ~ I or este que, no omitido por la crinda, la visita
pedida, se prepara a montar a caballo, pro,·eyéndose ~ co1ije que hni ga to enmochilado; chLipase los dien·
poco ántes de unas cartas de lord Chr. terfie]d, que >t es , i como no venia a cobrar, se despide, no mui
podrá de~tinar para su u~o desde el cnniino, que ~ fr e~ca, i con el firme propós ito de poner cual no
bien las nccrsita. S digan dueñas eJ dia que fogre ver a quien le rc-
Léjos hacia yo a U. amigo, empiezan a decitle < hu "' Ó la entrada. Amistad perdida, grave molestia;
al dia siguiente, por haber asegurado que se iría 1a S ya este visitador no n1e dará votos ni para caneevíspera
i Qué hace por aquí todavía 1 ( jero municipaL A sus ojos soi el ser mas r trógra·
Realrnentc, no se ha ido e l diputado, porque ~ do: calcula cuando tnénos que estoi en camisa i
aunque no encontró quien por su papel de tesore- sin afeitar; que la sala está sucia; que he reñido
ría ]e "'upliera la platn, 8Í le deparó Dios ntuchos con la parte cuntTaria; que debo i ten1o Ja visita
a1nigos (ah palabta prostituida 1) que le suplicaran del acr.eedor; me mató el que de la criada. Maldiles
llevase para la Costa unos traj es, unas camisas ta seas de Dio~, me quedo yo diciendo; inicua
calentana~, un sombrero, dos sillns de montar (rni- raza de indios, que,'si pura, es torpe, si mezclada
lao-ro que no fueran de pontificar), cuatro zurran- con la española, estúpida, si con Ja negra, altanera
ci~s de bocadillos, unos manojos de malva, un pe- i prostituida. Desdichada tierra de mis projenito·
rr.o de presa~ i, lo que tal vez es peor que todo, i res, en que haoiendo tanto importador de co:stum·
que podria ir por el correo pagando un tres cuartos; bres europeas, no ha habido quien pronuncie todapor
cjento, ocho n1il pesos en onzas para don Ni- vía la salvadora frase d~ ~lonsieurn> est pas 'Visible.
cacio. 1 no es eslo lo peor, sino que la guitarra se le des·
I-Ie aquí las mucl1as gotas de cera, que han he - con1pone a uno para todo el dia: rabia con el culcho
que <.Ion Pedro se detenga dos dias mas, tnién- pado, i con los demas, con la mujer, con los hijos,
tras le traen otras d 0s b e ~tias que necesita para sa- los parientes. La comida le parece salada, el té de
tisfaccr las exijencitas de su~s a1nigos; he aquí las la noche ai:umado, en la cama no escasearán luellanezas
de estos causando serios sinsabores á nues- go las pul gas; con que resta algo que desear? Ha
tro diputado; quien dice: ''Si me roban í'sta plata, sido completo el domingo; i co1no el lúnes no de·
no queda mi honor comprometido? Qu e venga yo jará de ser q~ien es i no es mejor ahorcarse que
a cargar con cuidados ajenos ya que los propios no negarse~ •
me inquietan P' He aqui a un pobre escritor de > Una vez lo hice, pero no volveré a hacerlo ja·
costumbres, que todo tendrá tnénos la seguridad, ni > mas, salvo queJa moda se establezca. I miéntras
aun la probabilidad de cumplir bien con su encar- tanto ruego al lector que no se quede diciendo:
go, apretándose la cabeza para ver si pare algo que "De estos artícuJos? Va~ra! si conozco co·
sea parte a castigar la llaneza de nuestros gustos, mo a mis manos al que esto narra: me paque
luego se escudarán con que no l1ai otro modo rece que converso con éL" Nada de esto; ya es
de enviar las cosas. n1ui difícil distinguir al escritor por Jo que dice,
Hai jentes que no dejarán nunca de ser pues que es mui sencillo contrahacer e) estilo, i no
pesadas, i que creen que hai obligacíon de servirles es corta Ja falanje de los que han en1puñado la plupor
su linda cara; porque no hai Ja delicadeza su- ~ ma para esplotar la política i la literatura. Hasta
ficicnte para abstenerse de molestar a los dernn ; otro dia, que tendré el gusto de forjar otra sitnpleza.
porque hai ente~ cieateros aunque ricos que a todo ) _ . _
trance quieren ahorrar el porte de correo; en una Va ·edades
p~labra (aquí entra la disculpa, con perdon del di- rl ·
puta do) porque somos los que somos ; nacion pri· El doctor B. es un médico afamado, pero tambien
vada enterame nte de medios de trasporte, en razon es apasionado jugador.
de ser malas, 1nalísimas las vías de cotnunicacion ; Ultitnantente, estanJo cmpeñadísimo desde ha ..
Jo cual ocasiona carestta de fletes, peJigro en la con- cia doce horas en una tnesa de tresiJlo donde A., lo
duccion, i qué sé ·yo cuántos mas inconvenientes, fueron a llamar para socorrer a un enferrno. Deja
que es mejor sufra el prójimo que nosotros; que las ·cartas i~mediatamente, llega i en.cuen~ra al enal
fin i postre el mal de aquel es mas llevadero. fe:mo agon1zando. Segun la r~gla Jnvar1able, c.o-
De otra cosita quiero hablar a u, señor Redactor. mien.za por tentarle el pulso con una m~no, al mJsDias
h~i en que cast le pesa a uno haber nacido ; , mo tiempo que con la otra sa~a su reloJ. .
mal humor, dolor de cabeza, graves cuidados, o cosa . Se pone D: con~ar en voz bnJ~ las pul~actones, teas1
·, hacen que ]a máquina se descomponga, que el ntendo.Jos OJOs fiJOS sobre el m1nutero, 1 con lama-jenio
no esté corriente, (]Ue,las pe1:sonas rnas atna· yor sertedad del .mundo: . . .
bJes parezcan seres itn portunos e inaguanta bies; i U ~o, _dos, tJ es, cuatro, cinco, seis, S tete, sota,
si en tales di as, en que hasta la camisa hace al hom- caba.llo ~ 1 ·e~. .
bre e.,;torbo, da uno en su casa órden a e .... tas nues- ,J?e puro re1rs? el enfermo fué atacado de u~a
tras criadas tan entendidas, de que si de la caJle crJSIS que lo salvo. •
golpean i preguntan por el an1o, digan que salió o * •
que está en el campo, espónese a chascos que con- Véase un ejemplo bien orijinal de escentricidad,
vertirá en despecho el mal hun1or, o que: con1o que cuentan los diarios suecos:
vulgarrncntc se dice, lo harán a uno entregar su Un m é dico melomaniaco, el doctor Rhuders,
nlrna a los diablos. l...l flga aJguua visita: la criada, acaba de e-scribir en música las palpitaciones i los ,
no tnui ducha en rner1tiras de nquella especte, se latidos irregulare_ del corazon de una enferma del
de concierta, rnuda de colores, i dice: siga su rner- ho ... pital de Upsal. Escrita esta enfermedad en el
ced, espérese su merced, voi a ver si está ahí el lenguaje 1nusical, con corcheas i semicorcheas,
an1o; 1 luego encendida como una a"'"cua, vuelve forma, segun el cronista sueco, una t~specie de val.
a Ja pue1:ta,. donde. la vjsita ha cre~do p~udente ~~· > se, un.~ _de las 1nejores curiosidades de la anatomía
tenerse, 1 d1ce: 1n1 an1o, que no esta aqu1, qtte salJo. ) pntoloJICa.
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Citación recomendada (normas APA)
"Biblioteca de Señoritas - Año I N. 29", -:-, 1858. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2094778/), el día 2025-05-17.
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