La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 87
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Política -.~itel'atul'a.- Noticias - Filosofía-Relijion-Artes i oficios-lnstruccion pública-Bibliografía.
:MedlCma-Varledades-Revista de la ciudad-Revista ele los Estados-De Europa i mercantil.
Se publica los m6.rtes, miércoles, viérnes i sábados
i el mismo dia se lleva a las casas de los suscritores d¿
la capital i se remite a los de fuera por los correos respectivos.
Los lúnes i juéves se publicará si es necesario.
TRI.MESTRE 11.
LA ILUSTRACION.
Audiencia para todos.
Independientemente df'\ las consideraciones
personales que tenemos por nuestro amigo el
señor doctor José Jonquin Borda, nuestro
espíritu de tolerancia se goza en ocasiones,
como la presente, en que vamos a dar lugar
en nuestras columnas a un escrito en enco·
mio de otro que se ha elaborado con el intento
de combatirnos.
Sea! Nunca le será dado al hombre convencer
a todos los demas. Dejariamos de ser
entidades distintas, si no en la eSencia de
nuestro sér, sí en los accidentes individuales
que nos hacen diversos unos de otros.
Por lo que respecta al escritor que tanto
se ha preocupado con nuestras tésis del nú.
mero 2. 0 de ., La Ilustracion," des pues de
cuanto allí espusimos i de cuanto hemos analizado
sobre la tésis de los gobiernos de mala
lei en nuestros números 10, 14, 16, 26. 27,
30, 34 i 39 sobre todos, no nos creemos en
el caso de seguir discutiendo con quien quiera,
que en vez de demostrar que nuestra doctrina
es falsa, se encara con sus términos i se
lanza fue1'a de la cuestion ; que es lo que ya
varias veces nos ha acontecido en materia de
política i de relijion, de relijion i de polí.tica.
Cualquiera comprende que no es lo mIsmo
la influencia jeneral de una idea, que su práctica
participacion en un hecho cualquiera
determinado, como fuerza motriz i absoluta
de ese hecho.
A la altura a que se halla el mundo moderno
en materia de ciencias políticas, la
pretension de erijir en doctrina social la responslÚlilidad
gubernamental de la vieja teo ·
cracia de otros siglos, no puede pasar para
nadie de un puro anacronismo.
Por otra parte, hai entre nosotros un modo
de discutir que no demuesl1'a cosa ninguna.
Esto consiste en que por lo jeneral, se ignora
demasiado el arte científico de probar cualquiera
cosa.
Justifiquemos nuestra asel'cion.
Decimos por ejemplo: es malo mezclar el
vino con el aceite, porque con esa mezcla
ámbos dejeneran.
_" Disparate! esclaman; el vino es una
bebida deliciosa, es la leche de los viejos, la
alegría de los jóvenes, la delicia de todos. El
vino es tan antiguo como la tierra. Lo pri.
mero en que se ocupó Noé cuando se vió
libre de las olas del diluvio, fup. en sembrar
la vid. Si Pitágoras lo prohibió, fué porque
ese era un miserable pagano. Si Mahoma lo
veda en el Coran, es porque Mahoma era un
arriero estúpido. ¿ N o sabrian estos dos majaderos
que en la Biblia se dice, que el vino
alegra a Dios i a los hombres?
" Oh, el vino! ¿ Quién ignora que los antig
uos poetas han celebrado los vinos de Creta,
de Chipre, de Lésbos i de Chio? ¿ Quién no
Silbe que los vinos de Orléans, de Borgoña i
de Burdeos han gozado por siglos en Francia
de los mas· altos encomios de los soberanos?
¿ No tomó Enrique IV el título de señor de
Ai. en reverencia del famoso vino de Champaña?
¿ No son celebrados los vinos que se
cultivan sobre las tibias cenizas del Vesubio?
¿ No abe todo el mundo que en la mas remota
antigüedad se ofrecia vino a los dioses
en holocausto?
"Qué mas? ¿ No mereció el vino una
Valor del trimestre, tres fuertes.
Valor del semestre, cinco fuertes sesenta centavOs.
Valor del afio, diez fuertes.
Valor del número suelto, diez centavos.
AÑO l.-Bogotá, 19 de junio de 1870.
muest¡'a de predileccion del Sal vador del
mundo, convirtiendo el agua en tan esquisito
licor en las bodas de Caná; i yendo en BU
distincion por el sublime licor, hasta transfundir
en él la sangre jenerosa que ha redimido
al mundo?
¿ ,. 1 todavía se tendrá la audacia, la impiedad
escandalosa de querer sostener, de
imajinar siquiera, que la influencia del vino
no sea una cosa benéfica, admirable, sublime,
sacrosanta?
"1 qué decir del aceite! Oh, el aceite! 1
no hai para qué hablar aquí de las deliciosas
ensaladas tan admirablemente oleadas por los
franceses, los italianos i los españoles. El
aceite viene de la oliva, que es el símbolo de
la paz del mundo. Desde la mas remota antigüedad
se unje con un óleo, con aceite, la
sagrada cabeza de los soberanos; con aceite
se han hecho los mas famosos cuadros de
pin tura del universo ; i es con óleo, con aceite
tambien, que se unje al cristiano reciennacido
i al cristiano moribundo en los Sacramentos
del bautismo i dé la estremauncion ....
" I tener la insensatez de poner en duda
que el aceite sea cosa escelentísima! Qué
absurdo! qué delirio! qué monstruosidad! "
Bien, replicamos nosotros, ¿ a qué conduce
todo eso? Qué tiene todo eso, i mucho mas,
qué ver con nuestras tésis ?
De que el vino i el aceite sean lo mejor del
universo ¿ se deduce que sea bueno mezclar
el uno con el otro?
Esta es la cuestiono
No hemos dicho que el aceite no sea escelente.
No hemos negado que ehino sea delicioso.
Hemos dicho que es malo mezclarlos. 1 se
nos sale al encuentro con una réplica por el
estilo de la precedente .... Es decir, se trata
de probar cosas que nadie ha negado; que
no están en tela de discusion ; i despues que
se hace esto, se canta victoria i entona el
hosanna; i nosotros nos quedamos abismados
con sem'3jan te ocurrencia.
Traduzcamos el símil.
Hemos dicho que la mezcolanza de la política
con la relijion i viceversa, en el primer
caso, forma gobiernos irresponsables; i que
esto no conviene a las naciones: en el segundo,
pone en peligro la autoridad de dogmas,
que siendo del cielo, mendigan para
existir el apoyo del poder humano,suscitando
la duda contra la fé.
¿ Se nos ha probado algo contra esas téilis?
¿ Se ha intentado, soñado siquiera afrontar
esas tésis, para demostrar que no tenemos
razon? Dónde? cuándo? cómo? Nada! ni
una palabra!
Decimos nosotros lo que dejamos repetido:
i replicarnos con cosas :que nosotros hemos
dicho i enseñado en este pais desde nuestra
adolescencia, i que ahora no hacen al caso
en las té is que hemos sostenido, ¿ será discutir,
entender siquiera las cuestiones? Esto
da tri teza. 1 nos entristece, porque emejantes
hechos nos dan la medida de lo poco que
hemos avanzado en la mas importante materia
para el e'píritu humano: saber cómo es
que se prueba metódicamente que algo exi3te
o no existe en el mundo.
No de ahora abrigamos esta penosa conviccion
acerca del estado de nuestros estudios
intelectuales; i e por eso que nos
hemos dedicado a escribir un libro claro i
Se publi~an remitidos i avisos, a un precio sumamente
m6dlco, que se arreglará con los editores. Todo
lo de interesjeneral se inserta grátis.
Los editores, NrcoLAS PONTON 1 C~
NUMERO 87.
sencillísimo, sobre el arte crítico,* tán necesario
para guiarnos en los dédalos del error.
¿ I qué importa que nos elevemos como el
águila, como el condor, o como los globos
de Mr. Gay-Lussac? ¿ Qué vale una vasta
erudicion, si nos falta lo mas importante, que
es saber en qué consiste que se prueba o no
se prueba cualquier cosa?
¿ A qué conducirá jamas la exhibicion de
toda una enciclopedia de testos i de nombres
de autores, divagando en cuestiones mas o
ménos exóticas, si con todo eso nos desentendemos
del o'bjeto cuya falsedad o veracidad
es de lo que se está tratando? ¿ Basta
acaso probar que hemos leido mucho i que
tenemos una escelente memoria, cuando se
trata de saber si tenemos o no tenemos razon?
¿ No es esto lo mismo que citar poemas i novelas
en un pleito sobre préstamo o compraventa,
en vez de echar mano de los testos
del código civil?
Cuando se trata de saber si un hombre es
chato o narigudo, ¿ vendrá al caso la demostracion
de que ese hombre es casado,
valiente o un gran matemático?
Pero el ma.l no está solo en que, se proceda
de una manera tan orijinal, sino en que
se crea que tal proceder no es un enorme
despropósito.
Es necesario convenir en que con una inmensa
erudicion, un hombre puede ignorar
los elementos probatorios de los hechos mas
triviales, i ser por lo tanto un pesimo lójico.
Esto es mas claro que la luz meriliiana.
M.M.M.
* Tratado de Crítica j eneral. .....
Señ01' doctor José María Ma1,tínez Pardo.
Señor estimado :-He tenido el honor de
ver en el número 74 de El H eraldo, la benévola
condescendencia de usted, en darme
su nombre para obtener de mí una contestacion
a la censura que usted hizo de mi escrito
"lVuestra última tésis relijiosa. "
Como posteriormente i para complacer a
amigos mios mui respetables, he hecho una
esplicacion de lo que parecia. oscuro en la
citada produccion, creo que ello basta i sobra
en el asunto; i que hasta seria importunar
a la sociedad, mi insistencia en una ma.terla
que apénas llama la atencion de mui pocas
personas.
Con todo, si usted e!itimare de otro modo
las cosas, espero se digne ponerlo en conocimiento
de su atento servidor.
l\lANUEL :;\IARíA l\1ADIEDO.
Bogotá, mayo 27 de 1 70.
Señor doctor :S. M. B.ivas Mejía.
Estimado señor :-IIe leido con plena satisfaccion
el folleto que ha tenido usted la bondad de
poner en mis manos i 'lue lleva por titulo: "La
Alianzas."
~Ie honm usted pidiéndome mi 0l?inion sobre
su escrito i correspondo gustOBO a ese honor ;
sin que por eso me crea juez en tan altas i tra:, cendentales
cuestiones.
Anima.do de la misma fe que usted; deseo~
de que trIUnfe no Bolo en Colombia sino en el
mundo todo, la causa que usted defiende, la causa
de la humanidad, la causa de la justicia; he -c·
guid? paso a ~aso i línea por linea oU escrito, dejO
cubnendo horizontes mas i mas nuevos, gozándome
en ver que hai entre nosotros personas bastante
estudiosas i eruditas que con tanto brillo pue-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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dan defcnder tan altas tésis, i al mismo tiempo,
que haya bastantes corazones en donde puedan
jerminar esas ideas.
Efeotivamente la relijion está enlazada con too
do lo grande i co'o todo lo bello que el espíritu
del hombre alcanza a peroibir en la tierra. Fe·
cunda en inspiraciones sublimes i jenel'osas, el jenio
ha cncontrado en ella su luz mas clara i su
impulso mas vigoroso j fecunda en lecciones de
heroicidad i de santidad, ha hecho moral i grande
al individuo, estableciendo así la. moral i el derecho
en las naciones.
Quien haya saludado la historia del cristianis·
mo, ha tenido que verlo de¡;de su oríjen ,salvando
el mundo de la sensualidad pagana i de la barbá·
rje que bajaba del norte como tromba devastadora.
Antes de su establecimiento, el cálculo i el placer
dominaban el mundo, ora desecando los corazones,
ora enervándolos i depravándolos en el deleite. El
cristianismo lanzó a un lado ese cálculo fria i
egoista i levantó del fango a la humanidad, reje·
nerada ya, rehabilitada a su pristina grandeza i
dispuesta para llevar al traves de los siglos esa
copia de tesoros morales, intelectuales i materiales
que forman la civilizacion moderna i revelan el
oríjen divino i el destino inmortal del hombre.
Mas, así como quedan nubes en la mañana mas
rica de luces j así quedaron sobrenadando en los
siglos posteriores al Evanjelio, sombras i vapores
del mundo viejo: el cálcu10 egoista i el enervamiento
embrutecedor del materialismo. No todos
los cadáveres rompieron sus sepulcros para mirar
al Salvador del mundo que vol vi a al seno de su
Padre, despues de dejar el sol de libertad i justi.
cia alumbrando la frente de los hombres.
N o se creeria, si no se viese. La doctrina de la
verdad pospuesta a la doctrina del placer! El
materialismo pagano, e!'téril i miserable asaltando
la cruz, despues de XVIII siglos de servicio
al mundo, de triunfos i de glorias inmortales l
Yo he preguntado a la filosofía terrena, a ese
filosofismo desconsolador que empieza por arrojar
a Dios de sus circos i de sus discusiones j yo le
he preguntado qué da al mundo en cambio de lo
que quip.re quitarle con el catolicismo, i no he ha·
liado respuesta '- ___ Si la he hallado, sí! Esa
filosofía me ha mostrado un sepulcro, una hoya de
gusanos i de podredumbre como el término dol
hombre i el fin de la humanidad. Allí quiere quo
el rei de la creacion sepulte, como hermano del
lodo i los gusanos, su espíritu lleno de inteli.
jencia, su coraza n que palpita con aspiraciones
incesantes a la inmortalidad.
Una doctrina que por medio del placer sensual
conduce a la humanidad a un sepulcro eterno, no
es doctrina i es el error en toda su deformidad j
es la negacion de la luz i es una tiniebla espantosa,
FOLLETIN.
-------------------- ._-----------------------------------
~t\\ JlWJ~U~ ~rt4J ~~ W~"(jU@~rt4J@.
O
AMOR E ROMA.
[CONTINUACION. ]
Clelia, sospechando algun misterio en aquel enouentro,
no se separ6 del balcon, i sus ojos seguian a Talormi
como los oj os del Esfinje seguian desde lo alto
del Cytheron al transeunte que no comprendia los
enigmas e iba atrolondradaI1).ente o. tropezar con una
gruta llena de huesos humanos.
-Si, hija mio., dijo el viHitante disfrazado de sabio j
hé aquí lo que las circunstancias me fuerzan a hacel·.
Hoi. me he ~cor.dado, por necesidad, de mi antiguo
ofiCIO de marIDo I corredor de aventuras. Ai! preciso
era j el cardenal Santa Scala es siempre fiel a su mision.
Vos sabeis tan bien como yo lo que pasa, querida
Débora j tenemos bajo nuestros pies un complot de
insurreccion j los cardenales del consejo han resuelto
esta mañana suprimir todas las diversiones de este carnaval,
que no era hoi mas que un pretesto de revuelta
popular. Yo me he opuesto solo a esa medida impolitica
que debia producir el peor efecto en Roma. Pio IX
me ha sostenido contra sus ministros j he dado mi palnbra
de honor de que no se turbaria el 6rden, i gracias
a este compromiso aventurado que he tomado, no so ha
prohibido el carnaval. Se debia tambien prender a los
jefe~ patriotas i a vuestro hermano Jedeon j pero he
podido aun obtener que los mas comprometidos"'saliesen
d~ .Rom!':, a lo mé?os momentáneamente, i que no se
hICiese ninguna prlsion. Ahora a favor de este disfraz
voi a ver ~. Ciceruacchio i B~lS amigos, pues quier¿
calmar la aJltacion a fin de quitar todo pretesto auuestros
enemígos i de cumplir mi compromiso. Esta noche
os veré en Aliberti, donde- acudirá. toda Roma i allí
espero t~mbien encontrar a muchos de vuestros ;migos
i disuadirlos de su designio. Prt'paradme la lista de
los que os interesan, i me la entregareis ent6nces. Estoi
mui de prisa, i ni siquiera tengo tiempo ·paro. oir
vuestra respuesta ...... Hasta esta nochc, Débora!
-Eminentísimo, dijo la j6ven deteniendo a Santa
Scala, hai un uso mui antiguo entre las mujeresjudias,
en tiempo de carnaval romano ..... .
-Sí, ya sé lo que quereis decir, interrumpi6 el car-denal,
el pedacito de tola cosido ..... .
-1 dicen que eso es de buen agüero, Eminentísimo.
LA ILUSTRACION.
que por fortuna no conseguirá apagar los esplendores
de la creencia católica.
A esa doctrina del egoismo. del cálculo, del de·
leite, le deberá.n los animales los pocos goces de su
Jlliserable existencia j pero el mundo nada le debe
: no, nada le deben las ciencias, las artes j nada
la nobleza de sentimientos j nada el amor i nada
la amistad j nada la moral j nada las almas puras
,que vagan por el valle de los dolores i de las es·
pinas buscando otro mundo mejor.
Yo sé que no soi filósofo: sé que mis ojos no
alcanzan a leer en esos abismos del mundo moral j
pero me basta ser hombro para poder escojer a
ciencia cierta entre la relijion por un lado, 01 cál.
culo i el sensualismo por otro.
Por consiguiente, la alianza de las ciencias mo·
rales con la relijion es indestructible. El hombre
solo puede juzgar de aquello que está bajo su do.
minio, i cuántas veces no se equivoca I 1 cuántas
veces no se queda parado, mudo, sin comprender
nada de los fenómenos físicos quo Be operan ante
sus ojos! Pero el alma, Dios, el mundo superior ~
Oh! el hombre es un niño i no puede siquiera balbucir
el idioma de ese mundo nuevo. Con la revelacion
se ha alzado para él una punta del velo:
con ella le han quedado esplendores que pueden
guiarles en las rejiones posteriores a la tumba.
Pero la filosofía sola, el débil i confuso raciocinio
del hombre no podrá guiarle nunca en esas rejiones
desconocidas. lcaro nuevo, cara al suelo con sus
postizas alas deshechas, cegado, desvanecido i hu·
millado en su impotencia.
Los hombres que como usted, señor Rívas, han
hecho estudios profundos, en el terreno filosófico
con buena fe i llevando en esos laberintos la antorcha.
de las creencias relijiosae, tienen que estar
convencidos de que la raza n humana puede hallar
argumentos para convencerse mas de las verdades
reveladas j pero que por sí sola no puede hallar la
verdad, por mas que pregone sus triunfos on el
presente siglo, despues de haber subido al altar
como una Diosa en el siglo pasado.
De ahí depende esa alianza constante i múltiple
de la relijion con las ciencias, las artes, la moral i
la política.
El hombre vive, por decirlo así, con dos vidas:
la vida de la tierra i la del cielo. Una cadena in·
visible nos une con el mundo superior. 1 uestras
acciones de aquí no son indiferentes para el mundo
de allá: o están en armonía o rompen las leyes
de la eterna justicia. La parte relijiosa es esa vida
sobrenatural i su influencia se estiende a todas
nuestras acciones.
Ahí está la diferenoia de los dos sistemas: el
uno nos bace solidarios mas allá de la tumba j san·
ciona, pues, sus principios morales. El otro pone
fin a todo en la tumba: felices l~s que gozaron,
-A lo ménos sirve para reconooer a los quc uno
ama entre la multitud i ouando todos están disfrazados.
-Asi, por todas esas razones, ¿ permitireis que la
judia Débora se conforme oon el uso de las de su relijion!
El cardenal accedió gustoso al deseo de la judia, i
sali6 diciendo:
-Hasta. esta noche, en .A.liberll! Ahora, aunque
haya muchos trajes como el mio, me reconocereis.
Habia un gran jentio delante del Café Nuovo del
palacio Ruspoli ouando Santa Scala pas6 por la acera,
despues de dejar a la judia. En un grupo so hallaban
Ciceruacchio, Bezzi i otros del partido liberal, que
estaban hablando mui tranquilos, a lo méno~ en npa·
riencia. El cardenal Santa Scnla los reconoci6 bajo su
disfraz de asandras i aguard6 un instante favorable
para hablarles.
En ese momento el jentlo escoltaba a otro lriunf.\dor
subido sobre un cabriolé de que no qnedaba mas que
las ruedas: era el barbero Caracalh con el traje del
charlatan del Eli:cir d' ..Jmore, que vendia por el modesto
precio de un bayoco un remedio infalible para
esterminar los insectos dañinos. Ese remedio estaba
en cenado como un confite en su papel, i el barbero
prometia decir el modo de servirse de él cuando hubiese
vendido todo su cargamento. Las monedas se amontouaban
en un canastillo puesto a los pies del charlatan,
el cual, para calmur la impaciencia de los compradores,
cantllua un ária de Douizetti. En fin, deh\nle
del Café Nao!'o, hizo una señ.\ i el pueblo guard6
silencio.
-Pueblo i nobleza, dijo el barbero, mi remelio se
compone de dos guijarros cojidos en las orillns de
Anio. Cuando halleis un insecto dafiino. ponedlo obre
uno de esos guijarros, i con el otro despnohurrndle.
A estas palabros esta1l6 una silba jeneral al redor
del barbero, i todos los guijarros cnyeron como un granizo
sobre su carro triunf"l. Ent6nces, lllada inventamos
de todas estas escenas) oy6se una e~plosion
terrihle delante del Café NIIO!'O, i cayeron heridos varios
hombres, pero el jentio, creyendo que eran fuegos
artificiales, no so espnut6 de aquella delonocion, i continu6
el puseo.
lIé aquí lo que habia sucedido: cunndo el carclenal
Sauta Scnlo, eSI.\ba hablando con Cicerullcchio, una.
máscara le present6 un soberbio ramillete que fué
aceptado oon amabilidad. _\.quel rnmilleLl', como refiere
la historia do ese dia, CI'I\ una m{Lql1ina infernl\l en
miniatura, que estn1l6 e hiri6 al cardenal Santa cnla,
pel·o levemente.
desdichados los que sufrieron! Adelante no haj
nada '- __ _
Esa dootrinB del placer, sin sancion alguna es
la doctrina del materialismo.
Establézcase esa doctrina en si3tema práctico,
quítese a la polftica el sello sobrenatural, suéltesC'
la rienda a la Razon, i el mundo irá dc desborde eo
desborde hasta la ruina i el cáos.
Desde el principio, las doctrinas del Cristianismo
se infihraron, por decirlu asf, en las costumbres
i cn las instituciones de los pueblos. Se estableció
un derecbo nuevo, es decir, el verdadero
derecho de la humanidad ántes degradada i esclavizada.
Los pueblos que abandonaran ese derecho,
que borraran de sus códigos. esos principios , la autoridad que
DOS afecta es la local, la distrital, que está en maDOS
de la peor jente.
Aquí, por ejemplo, hai destinos importantes en
manos de hombres que apénas pueden tener cabi·
da en un presidio. Esto es desconsolador.
Continuaré comunicándole lo que ocurra.
2rratas.
En el remitido que le envié a usted, fecbado en
csta ciudad. a 8 de abril último, i que ha publicado
en el nllmero 67 de La llust¡'acion se ha cambiado
una misma palabra dos veces. En la 7": línea del 2.°
acápite dice: "ha quedado bajo la ferula de Conde
i de los calenos," dcbiendo decir: "i de los boleños'"
i a la línea 17 del mismo párrafo se dice: "a ia
cabeza de los mismos caleÍlos," dd>iendo decir: "los
mismos boleños." Creo que se deben bacer estas rectificaciones,
para evitar reclamaciones.
Como siempre su afectísimo amigo i servidor.
SARAO.
"::::====:=================-===========================----.:.:_-
REMITIDOS.
Señor Editor de Le.< Ilu.stracion.
.l\Iandé a El Liberal un artículo en que me quejaba,
tan hondamente como podia, del peligro de,
la amenaza. (casi convertida en hecho) en que han
puesto los que fueron mis amigos, al partido
liberal.
Allí me quejé, lamenté, la degradacion que ellos
habian encarnado cn el pueblo de Cundinamarca.
Pero me rechazan.
N o porque crean que mis palabras no sean verdad.
Me rechazan, porque piden consejo al peor de
los consejeros: al miedo.
r el miedo es un fantasmon que para hacer que
lo respeten, se presenta disfrazado con los colores
de un bando. .
.Allá no quisieron publicar lo que yo dije. Pero
a usted sí lo digo. I en RUS prensas, si usted quie.
re publicarlo, lo publicaré.
Hai una trinca de pillos, de tunantes ún pudor,
que quieren engulh'rse, sin mascarla, la RepúbNca.
Yo, que soí hombre de honor, yo, que no creo
en los hombres sino en los hechos, yo, que no veo
a las p ersonas, pero que miro las cosas, denuncié
el grande atentado en las prensas de El L·beral.
r no me lo admitieron.
I, en la posicion que me designaron, me hicie.
ron aparecer como cómplice de los conspiradores
contra mi programa propio.
Doi a usted, señor Editor, este denuncio, por€
lue, como yo he sido i he andado siempre limo
pio en esto que aquí se llama cuestiones de parti·
do, bentiria que El L iberal, cuyas primeras columna~
se m~ ha hecho la ho.ora de entregarme,
apareCIera miedoso ante la vergonzosa reaccion
que se inicia, siempre que esa l'eaceion pudiera
caer sobre mi nombre.
Yo soi U. A. E.
C. A. E. cs tambien Camilo Antonio Eche·
verri, i Camilo Antonio Echeverrí no permite ni
quiere que eaiga sobre su frente nada malo.
V ca. usted la parte que me rcchazan :
"Entre un gobierno (i entre un pal'~ido ) eOnI!
lcrvador i uno de estos que se llaman liberales,
estamos por el primero. Tanto porque el partido
LA ILUSTRACION.
conservador tienen su parte pura i sus glorias qué
guardar, cuanto porque teniendo (como dijimos
en el número anterior) un programa corredizo,
elástico, resulta que, en mas de un punto, sus
miembros son tan liberales como nosotros.
Miremos para abajo.
¿.Qué hui allá? Qué suena allá.? Qué se ve allá?
Hai un tremor ahogado, sordo, amenazante.
Oimos una cosa que no es voz ni grito; es un
murmullo sin nombre, que sale de todas las bocas,
que toca a todas las puertas, que llega a todos los
oidos, que cspavece todos los pechos.
Se ve una luz roja.
i Sabeis cual es esa luz 1
Es la aurora amenazante de la guerra.
Guerra?
Sí. Guerra.
Gritos, turbas, remolinos, cól~ras. armas, golpes,
fuego, sangre, heridos, muertos. Oh! causa
espanto mirar esto!
Pero i. guerra de quién? Guerra contra quién?
Guerra del pueblo contra ELLOS.
Contra los que lo burlan; contra los que lo
oprimen; contra los que lo amenazan; COntra los
que van a flragárselo.
1 ¿ quiénes son estos?
Son" LOS QUE ESCRUTAN."
j Estupendo poder el del mal i el de los malos!
Poned en contacto con ellos, poned al lado de
ellos, poned al alcance de ellos un carácter levantado,
un alma que dé luz, un corazon bien puesto,
i ellos, los copiadores del Gran Corruptor i del
Gran J cneral, envilecerán ese carácter, oscurccerán
esa alma, descarriarán ese corazon.
"Los que escrutan" tocaron al Gobierno del
Estado; i lo mancharon.
Porque ellos no gritaran; ca1l6 él.
Esto diccn las jentes; esto dice la crisis ministerial;
esto, con intenso dolor, creemos nosotros.
¿ Qué hai tan pavoroso en esos escrutadores de
la trinca, que pueden de este modo, robar flU confianza
al gobernante, su esperanza al pueblo, su
majestad a la lei ?
Por qué dicen, flat, i S8 hace?
Por qué amenazan i hai quien tiemble?
Por qué ordenan i se les obedece?
Ellos o nosotros.
Elijamos.
Tengamos el valor de la conciencia.
Si buscamos la verdad, no pensemos encontrarla
cn el camino del error.
::;i buscamos el derecho, no tomemos el camino
de la fuerza.
Si buscamos la república, no esperemos encontrarla
cobijada con el pabellon que levantan esos
tribunos corrompidos, esos jefes de aristocracias
mi·erables.
Es la grande hora. La hora de Hamlet " SER o
NO SER."
Quién será. ?
Qué será?
Quién quedará?
Qué quedará.?
Tengo tan grande fe en el poder invisible
del derecho, que no vacilo ante esas cuestio·
nes temerosas.
Cundinamarca se salvará.. r al salvarse, botará.
en pedazos a la pandilla que casi lo domina hoi,
i que amenaza a la República entera.
1870, mayo 31. C. A. E. - -
Camino de Escalante.
INSPECCION OCULAR.
(Continuo.cion. )
Conocidos ya los puntos qne resol vio lo. comision
ocular, entraremos a examinar sus resu ltados.
A primrra vista no ma~ se comprencJe que tuvo por
objeto delllostrar que hubo un derrumbe cau ado por
una g randc avenida del rio Punza que destruyó Ull8
parte del comIDo.
Que hai una _enda o camino nUflvo que, partiendo
de la casa Martina Martinez, termina en el puente
del Colej io.
Que e ~ tn senda o CAmino nuevo pa~a en algunos
puntos por varias porciones del antiguo caruino de
Escalante.
Que por lns dificultades que prcsenta es de difícil
tránsitu i no I,odró. servir para récuas.
Que pI cróquis que trab8jó el señor Gomo.alez B,
estÁ de acuerdo con todo lo relacionado.
Sentados e tos precedente" e podrá inferir de
ellos en jeneral i de cada uno. en particular, que
no ba habido un antiauo eammo de Escalante?
Todo lo contrario, porque el~ algunos de. los inci
os no d~.ia do hacer mpnClOn d~ ese allltguo camino.
¿ Se podrá inferÍ!' que ln.haClenda ele Teno 110
tiene la servidumbre del cammo? nada, absolutamente
IIndn dice esto. ¿Se podrúinferir que el camino
de Escalante no es comunal? tampoco dice nada
esto: por consiguiente, todas estas cuestiones queda
decididas a favor del público por la primera inspeccion
ocular.
Bien comprendemos que el objeto único que la
parte contraria se ha propuesto con esta segunda
inspeccion ocular, i el cróquis que se acompaÍló a e.ta
dilijencia, fué demostrar que el afio de 1846 buba
en Escalante un cataclismo ta 1, que no quedó modo
de volver a establecerlo por la márjen del rio en
que todavía se notan los rastros del caminu antiguo,
i que asegura el dOCtOl' Zald úa a la pájina 13 de su
folleto.
Ahora vamos a demostrar: 1':' que el inci@o 8.° que
~e presE!J}ta como complemento de todos los dema
I~CI80S, I es el caballo de batalla de la parte contraria,
.es un absurdo: 2.° que por consiguiente no ha
habIdo buep juicio ni rectitud en la resolucior: de los
~iembros de dicha inspeccion, ni en el injeniero civIl
que la acompañó; i 3.° que el croql.iis trabajado
por el seño! José María González B, injeniero civil,
1 que va adlunto al folleto que el doctor Francisco J .
Zald úa presentó al ~eñor Gobernador, no es es acto
porque contiene errores mui notables.
Para entrar a demostrar el primer punto que llevamos
sentado, tenemos que traer a la memoria lo
que dice el inciso /:l.0 que copiamos testualmente:
" Que por las dificultades que presenta el camino
nuevamente abierto, es indudable que es de dificil
tránsito aunque se hagan esfuerzos en su composicion,
porque nunca puede hacerse practicable, por lo ménos
para las récuas, resultando de aquí, que ni aun
pertectamente abierto el camino, seria transitable,
siendo preferible para los que tienen necesIdad del
camino llevar el nacional de Tena a La ~lesa i el parroquial
de esta al Colejio, i a la inversa, ántes que
la senda espresada."
Encargamo~ a nuestros lectores se fijen bien en el
sentido de todo el inciso i mui particularmente en
las palabra que están en bastardilla.
Para contradecir esta asercion, que bemos calificado
de ab .. urdo, no tenemos necesidad sino de ocurrir
a copiar al pié de la letra lo que el mismo doctor
Zaldúa i siete te tigos declaran a la pajina 20, parágrafo
5? de su folleto, en que trata de probar que
solo el señor J o~é l\Ianuel U maña pasaba con partidas
de mulas (se entiende cargadas) a la sabana, i
dice así:
" El seúor Jo é Manuel U maña destinó el camino
que de propia autoridad abrió en el partido de Escalante,
en la hacienda de Tena para pasar por él su
partida de mulas de la bacienda de San Pedrito a la
sabana i de la sabana a la misma bacienda." ,. COllPROBAOION
: 1": En la informacion de fojas 15 del
cuaderno 1.0 se comprueban los siguíeutes bechos :
i sigue bablando el testigo que dice : "El camino
que de br.cbo abrio en la bacienda de Tena el señor
J osé Manuel Umaña desde la salida del puente del
Colejio hasta la estancia de l\lartina l\Iartínez, i la
senda que condnce desde este punto hasta la plaza
del distrito de Tena, los destinó el señor Umafia para
pasar por ellos su partida de mulas, de la hacienda
de San Pedrito a la abana, i de regreso de la sabana
a la espresada hacienda. Hace como mes i medio
( e cuenta desde el 15 de diCiembre de 1868 ) poco
mas o ménos que el señor U maña hace pasar su partida
de mulas por el camino o senda espesada."
" 2": En la informocion de fojas 23 del cuaderno
3.0, seis testigo, pobladores antiguos de Tena, decIaran:
"Desde que vivo en la hacienda, no he
visto que pasen por la senda., a escepcion de los pobladores
de la hacienda, otras personas que los señores
José :Manuel UDlaña o sus caporales, conduciendo
la partidas de mula', i esto desde que el señor
Umaña abrio un camino en E calante."
Queda, pues, demostrado i fuera de toda duda,
porque es un becbo, i ademas con el dicbo del señor
doctor ZaldlÍa i siete testigos mas, que sin mas esfuel'-
7008 que los que el señor J o~é l\Ianuel U maña bizo
con t'einte peones en dos o tres semanas si,¡ instrumentos
ni aplicar ninguna regla de injeniatura pasó con
sus caporales i sus récuas todas la semanss para la
sabana i regresó de la misma manera por el espacio
de mes i medio como lo han declarado los testigos,
hasta que el doctor Zaldua privó el camino e biza
destruir el tambre o ¿ será que las récuas del eñor
José l\Ianuel UlIlaña tienen la cualidad escepciollal
de que pasan Jlor donde las de los demas no pueden
pasar? Véa e aquí el abs~rdo demos~r~d?, i p<;>r consiauiente,
que no ba habIdo buen JUICIO I rectitud en
lo~ miembros que compusieron dicba in peecion ocular
ni en el injeniero que la acompaño.
, (Continuará.)
Relacion
de 10. l'elreta para el juéves 2 de junio.
ARTILLERíA.
1~ Duetto de ,c Julieta i Romeo." ...
2~ als:, ua Rosa.' ... ~ ..••....
3": Pasillo: "El l\1irnolírico." - •••..
4~ Danza: "La Gratiturl." ....... .
ZAPADOUES.
Bpl¡ini.
Gouner.
Sttárez.
Suál'ez.
l~ Dueto de "Los Mártires." ...•.• Donizetti_
2~ poloneza: 'Gazetta.·'.......... 111oul'.
3~ Pa.illo: ,El Zapadol· ... Sta. Abigail Silva.
4": Danza: ,Boton de Rosa." •..•.. llIelo.
Bogotá, 1°. do junio de 1870.
El Dil'ectOl' de las Bandas, Cayetano Pereira.
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Una casa central, cómoda, seca i segura, se
solicita en anendaluiento o en compra, entendiéndose
con el señor Silvestre Samper en el almaccn
números 15 i 17, 1~ calle de FIarían. 20-1
~RENTA DE NIOOLAS rONToN 1 COHF~
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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"La Ilustración: política, literatura, noticias, filosofía, relijión, artes i oficios, instrucción pública, bibliografía, medicina, variedades, revista de la ciudad, revista de los estados, de Europa i mercantil - N. 87", -:-, 1870. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/3687324/), el día 2025-09-03.
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