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.~ t rRIK. ( ENSAYos DE LITERATURA ~ ~ NUM. 5 ~
1 •
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VALE CARTAJENA, 10 DE A808TO DE 1867. 10 CENTS.
. . ............... .,. ... ~ ..... .......... ·- ..... ........... ............. ........ ..... ..................... ........... .. ..... .......... ... -.. -... -. ... .- ............... ~ ....... ........... ......... _ ..... ................... -- .... ._..... --..·. ·- ' ,. --- . ~ . .. • •o. nuacion, orijinalea de una cartajenera,
. son una prueba incontestable del espí·
Una .gran cue5tl~ acaba de resolverse en ritu de p\ rogreso que domina 8 e,l continente Amencano, con la muerte del d . una gran
Archiduque de Auetria, que babfa' querido parte ~ nu,estras belias pal&ani&
"COronarae como Emperador eo la ltep6blica Loe Jemidoa de Noema no son una
de Méjioo. . flor m~ agregada a la coro~a de la In ..
El monarca mas re1petado ¡ acaso n••• mortalidad; ello~ no ec:>n&tlt~yen, par~
temido de todaa la• potenoiás de la Euro- su autora, un triunfo ltterano, pero 81
pa, que deoide de la paz o de la guerra la ponen a la altura enYidiable de aquell0t1
del viejQ oootinente i gobierna deade las espíritm uerte&, que llevando por guía
Tullerlas huta el Vaticano., se propuso erijir el noble eseo de conquistar a nu"tla
un trooo en las rejiones Tlascaltecas i sen. Eatria un puesto, si no e11tre las nacione11
tar en . él •1 prlncipe de~graciado qtte acaba Ilustradas, por lo · ménos entre los puede
morar en el cadalso. 1 a pesar. de _tOda su blos estndiosoa, arrostran éon todas ~
Fue~a, de toda stt perseveran~Ja t de todo diñcultalles que presenta una li~ratura
su Poder, el t~no no pucfo ctmentarat'l. incipiente, en pueblos que, como loe
Despues de .md oombatee sangrientos, de nuestros apénai si comienzan a diatin-
Jomeusoa sacn i ele esfuerzos stJpremo• · 1 b' d 1 · ·
del patriotismo, nftS la J...ibertad, oomo guu .o ~eno e o malo, en tenas li·
tri,anfará si~mpre que el sentimiento de esa tera!las. · .
divinidad se. en.carne· en bómbres de la eape- Stga N OI;KA en au bello p~p6e!-to
cie del lndto Jnáre~ . ' ~e regalar-nO& con sal eQsayoa lateran011
, contra te ttin •ublime! Qqé en••· 1 así liabra obrado en provecho de nuea·
ñanza tan profunda! 1 • tra patria i en provecho de ~~a misma.
De un lado un P.r1ocipe real, de 14Dgre " r .. ..
iluatre, apoyado por 50.ooo bayonetas de. los A ~ OO.
P!~meros soldados del universo; del otro un I
hiJO del pueblo, humilde i · traicionado, pero
de una YO)Unt~d de aquellas quFt DO se
doblegan jamas, i sm otro apoyo que el dereob
de J()r puebles, de un lado el •abso.
lutisme coa elementos poderQSOs; de otro la-do
1 matt tue el p~ea,ijio de
un ~·ranza• de la gloria·
J el lJJdio- U pltre prinoipe, 1• Ji·
bertad ~bre ueu.-paoioil, el derecho so·
bre la 11erz
Jut e~ para ti Mrio tod'l& 101 himn01 del
amor pa G • entusiasmado!
ti, M imlliana, l,a coron i .el cetro
de Jos Emper&Ctotea en la tumba! Loa RR.
Lo a collti·
iPorqué no hiere la fa l guadaqa
Un qoruon donde el dolor se anidaJ
iPor q ~' conse"a Dios ~¡ tri t~ vida ,
tii es aolo mi de•tino •u•pira f ·
Como un gaje perpetu~ de su uña,
Prolonga mi mar.tiri9 en su carrera,
Sin que1·o mire en mi dolor siquiera
Uo tenue rayo de esperaRza alzar.
D
LPAperanaa! . . • Ni aun e•ta me ha quedado?
Desierta ya para el plaCH)r el alma
Da mt se aleja 1• · calma;
Me abandona oJe11o
1 oual bajel del puerto arrebatado,
Qae a impulso oruel de temporal Yioleato
En ~ano loaba oontra eJ fuert 'fieato,
Ast lucha tenaz mi cora~oil ~
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--34-
Ul
¡ Ái! si me fuera dable
En un feliz momento,
Cantando Jo que siento,
Como un cisne morir,
Por mi final desgracia
Alguno Jemirta,
1 entónces se pod r'a
~ii muerte bend cir.
IV
~{EJ,s el destino exije mi silencio,
Cuando mRs mi existencia ma.rt1riza :
Veda a mis labios J a agradable risa ,
1 tortGra mi pobre corazon;
I aunque busque en el t>oeque mas sombrio,
~livio sobre un árbol reclinada,
P~ensando en mi existencia desdichada,
AlU va a sorprenderme mi a:fliccion.
V
I alli a la márjen de apacible ~ío
Confundiendo sus aguas con mi llanto,
Me figuro en 1ni loco desvario
Que se alivia un momento mi quebranto,
ue d~sparece mi dolor impío.
vt
Callar es ya ímposillle,
Corred ¡oh Jlanto mio!
11.1 ménos vo confio ..
Que asi descansaré.
i corazon sensible
f~n esto se complace:
Si el UaJJto sa'tisface
¡Oh Dios! yo Uorár'.
VII
El tiempo devoró mis verdes :tños
Con toda su esperanza seductora,
) su amble inocencia i dulce aurora
En un triste presajio se cambió,
1 desde entónces al impulso andllndo
De un destino fatal i desdichado
Vi en crudo invierno mi placer tróeado
1 luto eterno el corazon vi'sti6.
VID
Como ]a fresca' flor
Que bolló planta inhumana,
1 muere en la mañana
Que la miró nacer;
.A si mi triste va da
Consún1ese olvidade.
Por el dolor gastada
De eteruo padecer.
NOEMA.
• .. .
8 1 a o
La hi toria ma ir1p rt' n ia pa-a
la literatura. H rn anarlas s d r a la
in1portantes tradicion s de l pu bl
Jos varios coloridos d la fauta ía; ~ a-viar
con los ricos vestidos del bu n gus
to, los acontecim ·en tos de otros jgl s, i
poner Jos a ]a moda de la época.
Eso os proponemos hacer al e cr1 bi
ciertos l1echos ruidosos, i no mui iei
conocidos, de nuestra propia historia, co
datos auténticos trasmitidos por el prodi -
jioso medio de la pluma de dos siglo, a la
actualidad.
Procuraremos sin apartarnos deJa a ..
titud de los hechos, animai'"los, }Jor me io
de esas sombras de luz, que en esta clase
de trabajos, como en los de la pintura,
constituyen el mérito positivo del art !
pero en todo caso sacrifical'emos siempr
mejor, el arte aJa exactitud, que sta a aquel.
Al1á por los años de 1621 se jnaugut
en esta ciudad el Monasterjo de r~lijiosas
de Santa Clara, para cuyo objeto había
dejado su fortuna una p1adosa 1nujsr ]la·
mada Catalina Cabrera. Trajéronse de]
Convento de Santa Ines de Sevilla tres
relíjiosas, segun lo permitieron Jo~ Br ·
ves de Su Sd. Inocencio Jti i cédulas de
S. M. espedidas en 1617. Llamábanse,
Catalina de la Concepcion, Ifles de la Encarnacion
i Leonor de los Á.nJeles, de las
cuales la primera fu~ la Abadesa del Convento,
quienes se pusieron bajo el gobierno
del órden seráfico de San FranciSC()
por disposicion del Presidente de la Real
Audiencia de Santa Fe, Don Fr¡¡ncisco
deSande.
Promoviose tiempo despucs entre el
ordinario Eclesiástico, ent6nces Ilustrl!imo
Sr. Obispo Deetor Don Miguel Antonio
.Benavídez i Piedrola, i los relijiosos
de San Francisco, una séria competencia
sobre el gobierno del Monasterio,
i el Comisario jeneral de estos, depuso al
Ledor jubilado Salvador Montero, de la
Guardianía del Convento, por motivo de
que contra él resul~~a estar moviend?
los ánimos de ]as reliJlosas a que se eximieran
de obedecer la autoridad de la· Or·
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. 35-
6Il de raneis l\Uos, por cuanto a qqe dispUBo bajo })ellra d,e eensura, que ]~
S. Sd. Eujeaio IV por S'-1 B-ula cie 15 de relijiosas no fuesetl inquietadas, como. eu.
Agosto de 439 las habí9., sujetado a lsju- tien1po de los Prelados en qua se tolerarisdíccioN
ord1naria. Coa este motivo se han algunos esúándalos cometidos por el
dirijieron las relijiosas a su S. Sa. pidíén· Prior del C~nvento de San. Agustin, ~ad0le
el amparo. i proteccion de su auto- nuel Ponce 1 Juan P rérez de San Vicente,
ridad contra las demasías de los relijiosos, ComenQado.r del ÜQnveJtto. de la lierced.
que abusaban d@ todaR maneras, de obras De aquí las confabulaciones que lleva~
i de palabras, contra su crédito i 1·elijion, ron al mas alto grado de consternac1on
por cuyas causas i o,tras sun1ame1~te ~o- los á~imo.s de todos.
rroro,sas se encontraban sumidas en el Vueltos a acudir los Regulares a la
desconsuelo i la congoja. Real .f\.udiencia, obtuvieron nuevas pro-
Procedi6 eq consec11¡encia de la_s pro- visiones ratifi:cando las primeras, con atestas
hechas pot· ella~ i de las averigua· percibimientos i f~ertes contninaciones.
ciones que S. Sa. tuvo a bien practi- S .. Sa. creyó conveniente, para evitar tocar
para persuadirse. de la verdad, a resu- do lo que })Odía suceder, cumplir las 6r ..
n1ir el gobier110 i adrnini5t.racion del Con- denes superiores, i pasando al Convento
vento; pero divulgo.d~ que. fué la 11oticia de Santa Clara, exl1ortó a ]as relijiosas a
de que sería nombraclo Provincial_, An- volver a la dependencia de los Padres·
tonio de Cl~á\res, hermano de cinco reli- pero ellrub se resistieron alJsolutan1ent~
jiosas de la comunidad, empezaron a aji- con revc1n.ciones dolorosas que enternetarse
las I asiones i a ponerse en j t1ego e- cieron el espíritu del Prelado Diocesano
videntes .:ujestiones para hacerlas variar i qne lo determinaron a ¡)restarles su apode
sentir. Sinernbargo se Jlev6 a cabo el yo hasta que la Sede _.t\postólica resolvieBecue~
tro 0011 el consentirnicn,to de lf\ A- ra lo. conveniente.
badesa, de ])ou Rafael Capsin i San., La lucha iba a ser desjg· ttal i terrible;
Gobernador i Capitan Jet"\eral i de .Don pero efita.ba la conciencia interesada, i
Domingo de la Eoch~ Terier, su l,enien- J cuando esta llega a tomar !)arte en las
e jeneral. querellas humanas, alienta i fortifica el
Los Prelado, de la relij ion ocurrief'on corazof\ que no s~ detiene e11 las probabi·
a la Real Audiencia de Santa Fe queján· lidades.
tlose, con siniestras re1aciones del seuues- No era posible q.ue un Prelado, siquietro
i de los d mas actos proveidos, i ob- ra moderado, ubandooase a la desesperatuvieron
tres pTovisio11es, despachadas las ciou a aquellas al 111as des validas sin otro
dos en 24 i la tercera en 2,6 de Enero de an1paro. c¡ue l, de Dios en el cielo i el su-
681, para que el Obis¡Jo rei11tegrase a la 3ro acá e o la tierra. La responsab}lidad.
relljion su ¡Josesion i se les ausiliase en l1ubiera sido inn1en ... a, por 111a~ que no
esta reintegracion por el obernador i fuera, claro sud recho, porque ellas bu -
Teniente de la ciudad, por el Secretario ca.bfl.n refujio en ;Su , Poder, i cuando se ttade
la Inquisiciou, Dpn Miguel de Ecl1arri ta de u,n alma que se pierde, todoa tenei
por ])on J nan Anto¡1io Laadave1·des, e · n1os delegacion de los cielos para sal-ballero
de la 6rde11 de Alcántara. 'rarla.
Surjie~on de estas provisiones las ma- Un día. llegaron las cosas a ese e_tado
ores calamidades i conflictos para la I- ~de obcecacioo suprema en que se olvidan
rrlesia i la JJoblacion entera. I.Jos aeonte- todos los deberes i se atropellan todos los
cimientos a que dieron lugar 1 orrorizan, , obstáculos. Turbado ya el 6rden de ]a
conn1ueven i entristece11. vida n1onástica¡ producida la irritacion i
Obedeció, pero no curnplió el Obispo el descontento, solo se escuchaba la \roz
]as pro vi ion e de la ~eal Audiencia, fun· de las ve:1gan _za ..
d'ndoseen que obten1dos contra derecho El Ob1spo 1nt1n1ado a que cumpliera
i con relaciones siniestras, 110 debía11 las provisiones contest6 que lns obedecÍ!J,
~nmplit·se segun las leyes de S. . i i ponía sobre su cabeza, pero que en e ant
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a !\1 cumpli m i ento no e~tabn e n su
mano verificarlo supuesto que las relijioaaa
ae resistian a volver a entrar en el go·
bierno de su relijion i no pedía red u e ir-as
por la fuerza, en atencton a su estado
de congojas espiritualeB, i de no permitír~
lo tampoco la materia, por lo cual esta·
ba diBpuesto a sacrificarse como buen Pas-tor
por su re bailo. ' '
Unidos seculares i regulares en tumtll·
tos, amenazaban a S. Sa. i a Jas l'elijiosas
éon el quebrantamientO de la clausura, a
cuyo fin tenían prevenidoa Ministros i
Maestros para ~omper las puertas del
Convento .. En vista de esto fueron cita·
dos para entredicho, i se dictaron contra
ellos excomuniones i censuras, así eomo
contra todos aquellos que l'emota o pr6xiinamente
les ausiliasen. Los protervos e ·
ardecidos, llenaban las calles con susTO·
ciferaciones i denuestos, con Tocaron jen ·
tes de los cuerpos de guardia de ]a cilldad
i marchando a t-ambor batiente, ~e
dirijieron hacia el ConTento, proveidos de
harpas i otros instrumentos con el prop6-
~ito de derribarJo. .
El Obispo Doctor Benavídez se aqe-ant6
a ellos, i tomando una silia en la
portería del Convento, esperó a que llega·
:ran; verificado lo cual el Contador Don
Francisco Blanco, Juez oficial Real, le habl6
en nombre de la ciudad para que eli·
jieae algun medio razonable para que ce·
áasen las públicas inquietudes. S. Sa. reapondi6le
que el único medio que podía
escojitarse era esperar la& resoluciones de
S. Santidad i S. M. i que entretanto él
1mpediría el rompimiento de la claustira,
valiéndose de las armas de la Iglesia, que
eran escomulgar a los autores de tamaño
2tacrilejio. A esta respuesta los enviados
de la ciudad se despidieron. Pero inme·
ijiatameRte llegaron, el Gobernador i Te·
niente Vicente de Peñaloza, Antonio de
Chávez, Provincial de San Francisco i
Bernardo de la Torre: quienes le exijieron
el cumplimiento de las provisiones,
·on multitud de amenazas i Qlasfemias;
mas · vista la firmeza del Diocesano, el
Provincial üesistió del ausilio 'pedído pa·
a :romper )a clausura, i se retir6 protestan·
dp usar de los medios que le conviniesen.
n e fecto , l o~ el lJl o~ d ~ . an n
cisc o pa. e aba n co cl 1 or 1 a.q c a ] 1 P- ~
amenazando e injurian i o R • a. ; l a Q
campan~s tocaban a eutr d icho,-el ·
truendo d e los pitos i las cajas Hitar o
ensordecían la pobJacion . Era un cam
po de batalla á e· u ad.
( On:t tinuorá.
d Ít;ll z
• '1\ " Rojos tus labios son como cornl R.
1 Tieve tu seno qne Cupido precia
~1as que en Chipre su cuna de ro ale, ·
i Cleopatra fa1nosp, ni Lucrecia
Te i :rualan en beldnd, ni la traidora
Que tanto lloros arrancó a ~a Gr ci
( Breton de lo Hr.rr~roa. )
•
¡Qué grato es tributar a la inocencia
p n canto de amistad , sencillo i puro!
C,:;ual de una flor la regalada esencia,
Cual de un arroyo el plácido murmullo.
Cuando se canta la pasion primer
V1bra la voz r repercute eJ eco,
C-omo lejano ruido en Jn pradera,
Corno en la selva el rebramar del tru no ..
N o a~i e u ando apacible el a1 m a canta ,
Sin otra pretension, ni mas anhelo,
Que ofrcn«lar una prueba sacrosanta
IJe indestructible i positivo aprecio ..
Entónces co1no PI ave peregrina
Que (tanta sin pasion ninguna, el pecho
Exhala acentos de espresion divina
Que se remontan hasta el mismo cielo.
Escucha, pues, escúchRme i p~rdoo.a
Si adulo tu candor i tu beHeza,
l,ues quien la .gracia i la bondad pregona
De un ánjel como tú, gana induljencia.
De tus azules ojos ¡ ai ! •eñora
Rayos de luz se escapan tan serenos,
Como esos lampos que al rayar la aurora
Despide oculto el luminar del cielo:
I es que hai un sol tras ius pupilas bellas,
€uyos reflejos dan a tus miradaa
Esa esp~esion que se contempla en e JI as: . •
El sol de la existencia, que es el "alma."
1 ella se ostenta candorosa i pura
En cada rasgo de tu vida, en cada
Tinte de tu rostroo, en que fulgura
El fuego santo que tu seno abrasa.
On! felices los seres que tu quieras!
1 cuán dichoso con tu amor barias
Al hombre afortunado, en quien pa11e 1
Ojos taa bellos, alma tan divina'
•
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PoF un suspiro de tue l abio! roj o ~
! una palabra de tu dulce bocn,
i>or una chispa de tu~ belloa ojo!,
Pudiera- dar!je la futura gloria.
J ¿qufl es la gloria eterna comparada
Con un momento de inefable dicha,
Producido ya aea por tu JDira:Ja,
Ya por alguna plácida sonrisa? .. ..
Tu tierna Marlre al verte, de contento
Sentirá el corazon materno henchido,
pe ese inefable i dulce sentimiento
~ue causa ver dichosos a los hijo~.
")
- · .u .
t A., ' rd 1 . . · 1 ... que recue o asa ta m 1 memor1s, . . ..
Suspendo aquJ · mi canto, Rf, Jacinta:
¡Que orgullq se~, con'tento, dicha i gloria
pe quien tu amor o tu amistad consiga!
. Julio 17 de 1867. ·
Manuel ~- de la Espriella.
ama• ma v.-amo. . . ~ ' ;
~ ~ El uno iba en un caballo
blanco cotno el ampo de Ja
uieve, i el otro en un cabnlJo
negro con lo el al~ de J a
tempe!'tad .. '
1
Allá van . • . . . . me parPce distinguirlos
entte esa nube de po)vo ..... Ella se adelanta
j ee sonrie, él )e corrr.sponde con su mirada
de amor, su sonrisa espiritunl. . . . ·
¡Quién les pudiera descorrer ese denso veJo
que les sirve de límite, entre su preaente
de rosas i su porvenir d~ recuerdos! .•.•
Ella altiva i flexible como una · atnazona,
apura su caballo, que orgulloso de su preciosa
carga, da sus crines al vi·ento, i parece querer
abandonar la tierra para hender los aires.
El, se olvida de s1, i piensa en ella; van jnn.
tos, sus do!t almas semejantes a dos ~olondrinas
que se .. desprenden de su nido, se searician
ajitanddtsu• alas.
¡No permital:lios que esa nube negra, que
como el . fantasrna de 1~ desgracia, se asoma
~n el horizonte, estalle, separando a nuestras
dos aves Yinjeras!
1 ll
Llegan a un estrecho del camino que con ...
duce a una hermosa esplanada; no tiene árbo.
Jes seculares que presten su sombra, ·pero en
cambio está rodeado .
Citación recomendada (normas APA)
"La Aurora: ensayos de literatura - N. 5", -:-, 1867. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2094347/), el día 2025-05-01.
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