r. \U&\'.\ I,R!\AD\. BOGOTA, 3t DE ,\GO~ 'O DE l8 48 •
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Elft. 71--' .. ó/;" .( ~" ¿(lq 1Ue ri!.~. Lo o;tt~( 1' 1(' por¡ ¡ ,11!,tlt:' t'lI1e DIEZ
REAl.!:.";
EL SIGLO:
Desde que emppzó ti ajita,'se la cuestion
cleccional'ia, la hemos seguido paso á paso,
con la atencion que ella demanda t y hemos
obsel'vado los diferelltes aspectos bajo los
lales se la ha presentlldo. rara noso11'os
ella no ha tenido sino uno, C"eialllos únt(>s,
creemos Ilhora, y creeJ'em08 siempl'e,que pnra
hacer una buena ple(~cion p.s necesario tener
en mira un buen fin que l'ealizal" y fijarse en
la pel'sona que sea eapaz de l'ealiza"'o. En
cuanto al fin \ nos parece que todos estamos de
acuel'do, o por lo mCllos pl'etendemos estarlo;
en cuanto las pel';;onas de quienes debe echarse
muno pus conseguirlo, es que hemos
estado discol'des. Quién haya tenido razon, el
tiempo va a decirlo dentI'o de poco; y el pue,
lo tendrá, Ó desengaño ma!>, Ó una pl'Ue-ba
del acierto con que ha procedido; nosotros
deseamos esto último
Mas, entretanto (Iue el B'~'anadino que sea
llamado á la Presidencia nos demuestra que
tan bueno es el fruto de la voluntad popular
. espl'esada por el actual sistema eleccionario,
probemos á ver si podemos preparar el campo
para que el futuro jefe ande con ménos tropiezos
por el camino que debe seguir. Hombl'es
de órden, independientes, sin pretensiones
, a los favores del Gobierno, y esquivos
con los puestos públicos, nada nos importa la
buena ó mala voluntad que nos tenga el elt'jido;
pero nos interesa el que se promueva la
mejora del pais, el que se aprovechen las Cil'cunstancias
qu 'lc1.ualmen\P. favore~en .y el
que los gobernantes, consagrando esdusiva- ~
mente su atencion á estos objetos, mantengan
la nacion en paz y procuren sus adalantos,
Si la prensa es la espresion de las opiniones
que fermentan en el seno de la sociedad, mui
alarmantes son las que tienen los par'tidos
actualmente en la Nueva Granada, pues los
periódicos que son sus órganos se esfuerzan
en hacernos crer que el hombre que sea elevado
a la Presidencia va a acabal' con toJos
los que hayan cornbatido!:u eleccion. Sentimos
que el miedo, que es malísimo consejero, -sujiel'a
, tales ideas á nuestros cofl'acles; pues para
nosotros es evidente que el elejido, aunque no
sea mui capaz, no dejará de conocer que no
es su oficio en el gobierno proscribir los
individuos de un partido, sino procul'ar el
bien de todos. Debeml)s, pues, creer que,
,quien quiera que él sea, pensará en gobernar,
veniencia nacional, y no las exijencias de los
ex:ajerados que quier'en darse gusto a todo
tl'ance, cueste \0 que costal'e u la llllpÚblica.
Estas dos cuestiones S01l In cuestiomos para
asegurar que el de!:graciado y lamentable homicidio
cometido en la pel'sona dd Jene,'ul
SUCl'e, era una falta olvidada por la 11IunisLÍa
de ,1852. Nuestra opinion es la misma al1ol'a
como hace ~ 6 años, sin que lo que l' lyan decidido
los tribunales en tiempo de I'Lvueltas,
sea una razon para cambiarla. La decision de
un tribunal se obedeceru y respetará; y asi
debe ser, pOl'que la razon legal esta desu p:H'te;
pero la decisiol1 de un tribuoill jamas
'Puede sel' bastante pouel'osa para cambiar la
opinion. Así es, pues,que nos hemos opuesto
abiel'tamente á que tenffa efecto la pI'etension
de algunos individuos del partido liberal, que
á todotrancequierenquetclIga lugar un juicio
de que es necesario que no se vuelva ¡¡ labial'
en esta tiel'ra,l;i se quiere que haya paz en ella.
y no com¡)l'endemos, cómo los mismos Iltle
tienen aquella pl'etension,sean los ques~ ,tienen
<¡ue Obando debió sustraerse por la fuga al
juic~o de ese tl'ibunal, que tenia un poJel' tan
l'acional que ba podido cambial' las cOll vicciones
que ellos tuvieron durante ~ O ai o~, pues
en ~840 nunca oimos decir á üinglll1 'ndividuo
del partido liberal que lal suceso pudiCl'a
traerse á juicio, y, por el contrario, s stuviero
no:;o11"O:. en cát1Ja-.-¡)s ~ lati ':lS
que aquella era una falta olvidada, Si Obando
no debio someterse al juicio de ese tribunal,
porque en la época en que se seguia el proceso
las pasiones, y no la razon,dil'ijian la mente de
los jueces, ¿por qué ahora es necesario acatar
su resolucion respecto de la calidad de la
falta', y acatar'la hasta el punto de renunciar á
nuestt'[ls convicciones y de pouel' en riesgo la
paz pública pal'a que tenga efecto? Nosotl'oS,
que fuimos los únicos que, flagmnte bello, y
enmedio de conmocion jeneral, defendimos
a Obando en 1 $~O, somos los que rechazamos
hoi la pretension del juicio,como la rechazábamos
entonces; porque hoi, como entónces,
crecmos que sobre el negocio en cuestion se
SOl'l'i6 un velo desde 1832, y pOl'que hoi, como
e'1tonces , tal j lIicio ten(lria por consecuencia
alterar la paz pública. Así es, pues, que
para zanjar todas las dificultades, para cOl'tar
toda cuestion enLt'e los que sostienen que la
accion para persegui,' ante los tribunales está
vijente, y los que decimos que caduco desde
/852, el pal,tido seguro es la publicacion de
una amnistía pOI' todos los delitos r>oliticos y
comunes que se hayan cometido ert la Nueva
Gl'anada hasta 50 de junio de ~850,ypOl' todas
las faltas poliLicas hasta el p,'esente año.
y Ilq en proscribir, Nosotros, por nuesh'a
parte, no tenemos miedo de que nlldie nos
proscriba, apesar de que, no siendo hombres
dé partido, no estamos respaldados pOI' el
séquito numeroso que acompaña á los que
acaudillan los bandos. Nuestros principios
serán ó no adoptados; pero nuest,'a persona
sel'á tan respetada como lo es aclualmente,
Creemos, pues.que esos temOl'rs y desconfianzas
que manifiestan los escritos públicos acel'ca
de futuras venganzas, son la esp,'esion de
un miedo infundado; pues a~nque entre los
hombres de partido que han promovido esla
1
Un acto semejante terminaria la cuestion de la
manera mas ventajosa pal'a la H.epúbliea,aunque
no satisficiera el puntillo de los acusadol'es
ni del acusado. Masc, omo la clleslion no es
ó la oh'a eleccion se encuenh'an muchos que
han buscado, no quien I'ealice cicrtos principios,
sino quien cumpla ciertas venganzas, nos
parece evidente que todos estos serán chasquea:
dos en sus esperanzas, si los que no hemos
participado de ellas tornamos empeño en que
no se realicen.
Dos cuestiones dividen principalmente á los
pa rlidos en la Nueva Gra nada, y son las que
pudiel'an hacer Ilegal' los hombres á las ma·
manos, si no se deciden consultando la con-de
satisfacer' este puntillo, sino de hacer lo que
sea mas conveniente al país, no cl'eemos que
ningun Pl'esidente la resuelva en oh'os tél'minos
que los que bemos indicado.
Resuella de esta manera, vendra Obando á
vivir pacíficamente en su pais; pues ni creemos
que venga con la tea de la guel'l'a civil en la
mano, ni que, si tal sucediet'a, hubiese granadinos
que lo segundaran, No comprendemos,
por consigujente,' qué se tiene tanto
miedo de los resultados de la ,cuestion Obando,
E1I. señor
FUllfl Tl.d!J 2,' cal1~
11ft C6Imermo v~,de '!I se
,'erihen $M,~(J1'Í~io"es,
y po: qué ella sea un embarazo para niogun
Pl'esldente que trate de decidirla de la maneJ;'
a que mas le convenga al pais, Pal'a nosotros
ella es cla,'a, sencilla, y fácil de resolvel' it
todo hombl'e 'que se ponga la altura de la
rawn y de la conveniencia pública; y por
I~uestl'a parte ahOl'u, y despues,siempre insistIremos
f'n que asi se I'esuelva. Si así se hiciere,
IJ uestl'O. débil apoyo estara siempre de parte
del gobtel'no que pl'Oceda de esta manera, f
ap,'ovecharemos de las consideraciones que
por nosotros tiene Obando pal'a que de lado no haya obstaculo para ninguna medida
conriliatlJl'ia. Si se hieiere lo conlrario deplol'arf'mos
el erro,' que se cometa, y p;ocu.'
l'al:emos sa)val'l1os ds' las consecllenejas que él
trálga consIgo; pues en l1ingun caso correremos
los azares de ulla contienda por satisfacel'
puntíllos de nadie, ni contl'ibuiremos mantenel'
vivo el semillero de 1,ls nnilllosides que
ensangrentaron el pais aho,'a ,ha ocho año!>,
Así, pues, hoi pOI' última v(~Z" tocanJOs p-sta
' cueslion en lluesh'o perí6dico. Si se siguiere
fl:uestra opi.nion, nos felicilat'emos de ello; SJ se desechare, queda nuestra responsabilidad
á salvo en todo lo que pueda suceder .
La cueslion Jesuitas es un poco mas grave
q~le .Ia anterior; y sin embal'go no no!, parece
dIficIl de resolvel', Bastaria que el Ejecutivo
del'o~a.se to~as las disposiciones que dio la
admlUlstracwn Ilerran sobre misiones,y que
de esta manera cesase la autorizacion de esas
comunidades de jesuitas, que ,sin los requisitos
que exije la lei de patronato, se están levantandoaqui,
en Popayan y Medellin, Haciendo
esto, los jesuitas que ya ban venido esta
tierra ,se q aria I en ella como cléri os 'particulares
con los que gusten de tener relaciones
con tal jente; pero no se dar'ia el escándalo
de que el gobierno estuviera amparando instituto dañino, inmoral pel'Oicioso, '
Pal'a nosotros esto es lo importante,y vamos
á decir las l'azones. Desde que de alguna ,
manera se autorice que los jesuitas estén en el
pais como comunidad pública, se lés facilita
los medios de adquirir, porque ellos no pueden
adquirir sino para la comunidad y de ninguna
manera individualmente. Ahora bien,
snbida es la codicia iHsacinble de los jesuitas,
y las grandes adquisiciones que han hecbo en
todas pal'tes en poco tíempo con sus manejos
hipócritus. El j~suita vive predicando
el desp,'endimiento de los bienes terrenos, lo
inútil de ellos, y la conveniencia de hacel'
uso de ellos pal'a conseguir la salvacion eterna.
¿Como se hace este uso? Dejándolos á una
comunidad dp- hombl'es piadosos, 'que ' viven
Ol'ando pOI' el bien de las almas, y que harán
de los bienes terrenos una aplicacion pl'ovechosa.
Sobre el alma débil de un moribundo,
sobre una anci&na que ve cerra el término de
sus dias, estas palabras de espel'anza y de consuelo
producen siempre su efecto, y la estafa
mas infame é inicua se consuma bajo el velo
de la relijion. Así pasan á manos de la comunidad
las mas pingües herencias; y,EllItretanto
que los parientes desolados tienen tal
vez que mendigar el pan, los miemb,'os de la
comunidad, que hacén voto de pobreza, se
huelgan en la abundancia que les pl'Oporcionan
los despojos de los ilusos que c,'('en que
la vida ... etel'l1a se puede comprar á peso de
oro.
El gl'all principio collservadol' de las comu'
nidades de regulal'es, es la prohibic:on de adquiril'
pal'a los miembros ue ellas. De esta
manera, pOI' una superchería inicua, la profesion
de pobreza de los miembros aislados
de aquellos cue,'pos, si,'ve panl palia,' las ad-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
TR11ESTRE r, BOGOU, .\Got'o , NúlERa f!.·
~.
11--' ¡ó !i"" b ~ " :Udl' ~
¡(1.~ 1uer:!.~ . Lf! ";U~'t ' ''''(' i(PI
POrt ' i ,'I!.JII:' t'ale RE A 1.[::/,,' .
SIGLU:
ojitUl'se c1eccional'ia, alencion demanda, observado mies pr'esentado. nosoh'os
uno. el'cialllOS únt<:'Ilhora \ creerem08 para
ple('cion es (in realizar, persona l'ealizado. fin, eslamos 8cuel'do, !Ilel\os pretendemos cuanlo á pel',;para eslado discol·des. rozon, denb'o ó un prue-ba
enh'etanto (¡ue lP'anadino Pl'esidencia seguir, Hom-
bl'es . elejido;
SI cil'que lctualmf'n~ lo :'i consaffrando esclusiva- #
adalantos.
partidos
11 todos
combatido!:eleccion, .idpas cofl'ades; á procUl'ar e'(ajel'ados qUIeren c08tal'e a HllpÚblica.
S01l cuestioil Obando
y Ninffuna 'ls,nuestro ofl'ece dificulladHs Respecto dift!rl'ntes de los últimos ir tenpmos lamp.o tnble pe¡'sona Jp.nel'al
Sucl'e, Ilmnistía
,1852, altol'a
alíos, hlyan derision obedecel'u así
plU'decision tribunJI opinion, quenos ()puesto
ploetension
touotrancequieren que tel\ga necp.sario ti hablar
coml)IllIe
ploetellsion,fUffa pnJeL' ar 0$, ninglln'ndividuo
tal pudiel'a
sostuvierOff
COñ nÚ:,¡01FO:; las t!ál1ÍJ."'1lS ~<.!J !ati 'as
olvidada. tribuDal,
ahol'3 acatal'la nuestras ponel' paL'a la f'n 1840, corno corno enlónces,
Cl'eemos sorrio desrle porque e'ltonces tendria pública, C01'tar
entl'e p:lI,por ¡.¡COntlmes en Gl'Onada ypol' politicas ploesenle llq proscribir. nuestr'a
nadie apf'sar síendo por nuestra será actualmente.
temOl'ps acerca
Ja aunque República ,aunque
satisficiel'O dc cllestion Ó ott'a encuentt'an realice cierlos chasquea -O
110 tomamos partidos Grallada, á hombl'es mamanos,
satisfaccr' pais, c¡'eemo~ oÍl'os Resuelta yendra guel'1'a sucediera, pOI' miedQ En. la tienda, del seña"
FCTllfl Tl.d7 CO/tde 2." calle
e (murcio se v~rtde 1"ecibcn M,~6,.i~ io ¡, es ,
UII Pl'eslJentc manera
PUI'a clal'a, resolver lodo homb¡'e a ahura pal'te ahora, insistll'emos
pn l'esuelva. asi n uestl'o. débtl esLara goblemo y
apl'ovecharemos consideraciollt'S p3l'a su,
contrario , de-plOl'tlrf'mOS
erl'Ol' quc procul'al:
sa.lvarnos consecllcnejas conSIgo; ningun azal'es una puntillos contl'ibuiL'ernos a I.
úllima locanlOs esta
cuestion períodico, uestl'a IIOS felicitUl'emos y
SJ suceder,
cuestion difiCIl resolvel'. Bastaría dero~a.admllllstracwl1 Herran Medellin. han á quednrian cléri.G2s ])81'ticulares
lener un
y pernicioso. .
l'alOnes. f'stén adquil'irsino individualmente, iBsaciable hecho pades tiempo hipócritas. despl'endimiento Ulla
de hombres ol'ando hien sobl'e cerca palabl'as mallos y.eutretanto
df'solados miemlH'os volo pobrf'za, CIO('en gl'an conservadol' comunidacles
regulares, p"ohibic;para oe superchel'Ía miembro:; cuel'pos, sil've para paliul' "
,
quisiciones que se hacen para gozar en c'Omun
de unos bienes de que cada individuo hace
abnégacionpública ' ante Dios y los hombres.
A las vlctimas de esta especie de espoliaciones
les queda, es verdad, el derecho de ir a pedir
el pan a las puedas de : UI) convento.
Ningun~ comunidad de regulares ha sido
mas sagaz que la de los jesuitas para adquirn'.
y era natural que aSI fuese; porque siendo
sus miembros los mas instl'Uidos de. todos los
frailesl, cada socio se penetm mas de la utilidad
dé ganar para la COI'pOraClOn, porque mayor
será la parte que le tO
s. ,
~so4'oJ) hsmQS combatido siempre las espoliaciones
que los gobiernos han ejecutado
sobl'e-las cOlnunidades de regularesiPúes aunque
cenSU1'amos la estúpida lejislacion que ha
autorizado a esos cuerpos para llegar á ser lo
que son, es evidente que esas comunidades
han adquirido legalmente, y que el dia que
hoyan de cesar, sus bienes deben distribuil'se
ent're sus miembros. Esto es lo (que debe
hacerse y lo que confiamos que se hal'á, tanto
respecto de los jesuitas como de los otros regulares.
F{)LIJ~TlN.
CARACTÉRE8 DE LA REVOLUCION FRANCESA.
ROBESPIERRE.
Maximiliano Robespierre nació en Arras de una familia
pobre, honrada y respetada; su padre, muerto en Alemania,
era de orjíen ingles: esto esplica lo que habia
de puritano en esta naturaleza. El obispo de Arras
babia hecho los gastos de su educacion. El jóven
l\bximiliano se habia distinguido, al salir del colejio,
por una vida estudiosa por sus costumbres áusteras.
Las letras y el foro ocupaban su tiempo. La filosofia
de Rousseau habia penetrado profundamente su
intelíjencia; esta· filosofía obrando sobre una voluntad
activa., no habia permanecido una letra muerta: habia
llegado á ser en él un dogma, una fé,un fanatismo. En
el alma fuerte de un sectario, toda conviccion se convierte
enJiecta. Robespierre era el Lutero de la política; nutrIa
en la obscuridad el pensamiento confuso de la renovo·
cion del mundo social y del mundo relijioso, como un
sueño que perturbaba inutilmente su juveutud, cuando
la revolucion vino á ofrecerle lo que el destino ofrece siem·
pre:~ los que espian su mareba. fa oeasion . La aprovechó.
Fué nombrado diputado del estado llano a los estadosjenerale:
s. Como el ~Ima humana, cuyo lugar en el
cuerpp Ignoran los filosofos, el pensamiento de. todo un
pueblo se halla muchas veces en el individuo mas ignorado
de una vasta multitud. Es preciso no despreciar
á nadie, porque el dedo del Destino marc,a en el alma
y no en la frente. Robespierre no tenia nada, ni en
el jenio, ni en su esterior que lo seiialase á la atencion
de los hombres. Nada brillante habia salido de él; su
pálido. talento no habia radiado sino en el foro ó en
las academias de su provincia~ algunos discursos verbosos
llenos de una filosofia sin músculos y casi paso
toral, algunas poesias frias y afectadas habían rejistrado
inútilmente su nombre en la insignificaucia de ías como
literarias de I~ época. era ma5 !)ue desconocido,
era mediocre y desdenado. Sus faCCIOnes no tenian
nada que hiciesen fijar en él las miradas tuando flotan
No se dirá que dictan nuestra opinion miras
interesadas, ni el odio á los individuos de las
comunidades de regulares. Por el contrario,
se verá que respecto de los individuos tenem(~s
toda especíe de consideraciones, que queremos
que vivan entee nosotros, si les agrada, y que
deseamo. que les toque parte en lo que proporcionalmente
han adquirido las comunidades á
que pertenecían.
La cueslíon de los jesuitas y de los dpmas
frailes, puede, por consiguiente, resolverse
por la futura administracion, de una manera
que deje conlentas a las jentes piadosas, que
tranquilice a,los liberales que con razon se asustan
de los progl'esos del jesuitismo.
Verdad es que un jesuita estará siempre
animado del espíritu de la instilucion, trasmitit'á
las máximas inmorales, hipócritas y
perniciosas bajo las cuales se f01'mó. Pero no
es lo mismo tolerar un individuo que profese
tales máximas, que autoriza1' con la sancion
del goIJiel'Oo lo:,; establecimientos en que ellas
se enseñen, y dar el carácter de una lei á las
constituciones que las consagmn como cosa
mui buena y respetable. El gobierno que hace
esto, se hace complicc del engaño, y autoriza
á los hipócritas para que bajo su proteccion
sigan engañaHdo. El jesuita aislado, sin proteccion
especial del gobiel'Oo, engañará, es
ve1'dad; pero engaña1'á al particular que sea
bastante tonto para ponerse bajo su dil'eccion,
para creer en su mentida piedad; no engañara
la sociedad entera fascinada con la autoridad
del gob¿erno.
Pondremos por hoi término á estas reflexiones,
pa1'a no fastidiar nuestros lectores. los qne, sin fe en el alma, ni caridad en el corazon~
Se han constituido en défensores de los
sectarios de Loy'Ola, siguen sosteniéndolos,
volveremos escribir sobre la materia.
Jlill\12rlÍ~'Ilm.En nuestro número anterior manifestamos
las raz es en que nos apoyarriOs- para rec )aza!'
las ideas emitidas por algunos de nuestros
cofrades acerca del modo de constituir
el Poder Ejecutivo. Creemos que l<.ls argumentos
s'On de tal fuerza que no pueden ser
contestados, y que es necesal'io convenir en
que el j efe de la nacion debe ser elejido pór
el directamente, y no por sus representantes.
Mas) hai quienes conviniendo en
esto, piensan que á este jefe elejido p6i' el
pueblo deben las Cámaras lejislativas darle un
ministerio con el cual tenga 'Obligacíon de
sobre una grande asamblea; nada estaba escrito en ·
caractéres físicos sobre esta potencia toda interior: él
era la última palabra de la revolucioll; pero nadie podia
le erla.
Robespierre era pequeño de cuerpo, sus miembros
endebles y angulosos, su andar sofrenado, sus ac~itudes
afectadas, su accion sin armonía y sin gracia;
su voz, un poco agria, bnscaba las inflecciones oratorias
y no encontraba sino el cansancio y la monotonía;
su frente era hermosa pero pequeña, fuertemente pronunciada
sobre las sienes, como si la masa y el mo·
vimiento embarazado de sus pensamientos la hubi esen
ensanchado con sus esfueuos, sus ojos, encapotados y
mui agudos á las estremidades, se hundian profundamente
brillo azulado bastante suave, pero vago fluctuante
como 1111 rei1'ejo del acero herido por la luz; su
nariz recta y pequeña era fuertemente ensanchada
por sus "randes aberturas; su boca era grande, sus
labios deFgados contraidos desagra(lablemente á los
estremos, su barba corta y puntiaguda, su tez de un
amarillo lívido, como la d6~un enfermo ó deun hombre
consumido por vijilias y meditaciones. La espresion
habitual de e.>te rostro era una serenidad superficial
sobre nn fondo grave, y una sonrisa indecisa entre el
sarcasmo y la gracia. Habia en él dulzura, pero rula
dulzura ¡; iniestra. Lo que dominaba en el conjunto de
su fisonomla, era la prodijiosa y continua tension de
la frente, de IGS ojos, de la boca, de todos los musculos
de la cara. Se notaba, observandolo, que todas
las faccion es de su rostro, como todo el trabajo de su
alma, converjian sin distracclon sobre un solo punto,
con un poder tal, que no habia ninguna pérdida de
voluntad en este carácter, y que parecia que veia de
.antemano lo que queria ejecutar, como si realmente lo
tuviera ya ante sus ojos.
En la sombra todavla, y detras de los jefes de la
asamblea nacional, este hombre, casi desconocido, co·
menzaba a moverse, ajitado de un pensamiento inquieto
que, parecia vedade el silencio y el reposo; tomaba en
todas ocasiones la palabra, y atacaba indiferentemente
á todos los oradores, aun á Mirabeau. Precipitado
dc la tribuna , subia ella el dia siguiente; humillado
gobernar. Veamos, pues, cuales sprian las
ventajas y los inconvenientes de adoptar una
idea semejante.
Para que el gobierno sea fácil, y reuna
en su favor la opinion de que obl'a de acuerdo
con la "oluntad nacional y consultando los
intereses. del Estado, es preciso que él marche
de conformidad con la mayol'Ía d 1
cuerpo lejislativo. Jamas hell}os podid
conce bir que pueda ser de otra manel'u; la
espériencia nos ha acreditado que, cuando no
se sigue esta práctica del gobierno pal'lamentacio,
reina una especie de anal'quia en el manejo
de 105 negocios públicos; porque las ruedas
de la máquina del gobierno, léjos de
acol'dal'se en prodncir un movimientó ordenado)
andan en sentidos difel'entes y produ- .
ceo necesariamente colisiones. La poUtica
del gobierno ejlilcutivo debe, pues, ser aceptable
á la mayoría del cuerpo lejisfalivo; y
pal'a que aSI suceda, es necesario que esté
repl'esentada por personas que se hallen
identiflcadas con la opimon de esta mayoritt.
En esto estan de Ul'uerdo todos lo!> que cono-cen
la natul'aleza del gobierno parlamentario,
y de tal opinion solo disienten los que buscan
una cartera ministerial pal'a tener un empleo
y un sueldo, y no pal'a servir el destino
la manera que debe sel'virse.
De aqui. deducen algunos la consecuencia
de que el ministerio debe ser elejido por las
Cámaras, pues de este modo se logl'aria. el
que el Ejecutivo marchase de acuerdo· con la
mayoría. Como este argumento es bastante
especioso, y alucina iL rimera vista, preciso
será que nos estendamos U' poco en contestarlo.
Desde que al Pl'esidente de la Repúbiiaa
le impusiese la obligacion de gobernar
con un ministerio elejido pOl" la~ CáID6rás, eleccion de este ministerio exitaria el misó\"
ó mayor inieres, que la del Pres~ñte del
Estado, v al efectuarla se tOcárta con los
mismos • inconvenientes qlle esp?silliM. éñ
n e ton' ro nt.erjo..r. _ ISrtfIlS iJ}~
fluencias, l'Os mismos manejos,. se pOí1drhm
en acéi'On para l'Ograr el nombramiento, nó
de los mas dignos mas á propósitol pára
servir, sino de los .que pudieran seM'ir mejor
á los intereses de las clases privilejiadas q"~
dictaran la eleccion. Esto es. neCEísario· evitarlo
á todo trance; y si hai u!1a t combinacit:m:
que, sin ofl'ecer tales inconvenientes, COlliulte
el que baya en el ministerio hombres aceptables
á la mayoría, esta es la que debe adoptarse.
Siendo los Secretarios de Estado miembros
por los sarcasmos, ahogado por el murmullo, renegado
por todos los partidos, despareciendo entre los grandes
atlétas que fijaban la atencion publica, era sin cesar
vencido, jamas cansado. Se hubiera dicho que un
jenio íntimo y profético le revelaba de antemano la vanidad de todos esos talentos, la omnipotencia de la
voluntad y de la paciencia, y que una voz oida de
él solo, le decia en el alma: estos hOlI)bres i~
raban celos, hasta que el 9 de thermidol"lo previnieron
_
en la proscricion los iiltimos hombres á qUIE'nes ' habia .
designado para el hacha de la guillotina.
Robespierre queda la- Republica, una Republlca cOlÍ\O ~
la habia soñado Rousseau, para llegar a eila caba todo lo que creia que podia contrariarla_ Escudado
con la bondad del fin, creia poder justificar ·t9dos
los medios, no teniendo presente que el homhre' de
Estado nu solo debe consztltar la bondad de lo~me$,
sino tambien la inocencia de los medios.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
comun
Di'Os lDS victimas espoliaci'Onf's
derecbo puertas r asi siend'O
instruidos fraileg, pllnetl'a mos utt1idad
corporacIOn, g'Oces a a pl'opiedades,
manera,110 vivi~ sil'lO en g'ObieI'l1o basta per'O
80sotros, empl'endido promover
hemos nodie,
cubI'e c'Onsumando
much'Os regulares
pois, caracter
jeutes pueden cambi'O sacerdotes quierlln
pllNl C'uaad'O aut'Orizoda adquirir cornO' tal; porque naturaleza instituCiolil
. es, adquiene y participa l' ~'Oces,d~procurar medIOS proporcionarselos.
NosoÍ,fos hsmos 60b1'8oIas censuramos cuerpDs entre ID 'Otros FOLIJ~TIN.
paure, habla Iaximiliano y J. J. intelijencia; en.secta. nutria
don juventud, a qne estadosjenerales.
alma cuvo cuerpo ignoran filósofos, dI:' lo! provincia. habian insignificancia pilacione~ mas 9ue tenían
(mando dil'á interesad3s, los
vel'á quequeremDs
entl'e n'Osotros, ogr3da, y deseam'O~propol'cionalmente
pertenecian.
cuestíon drmas
resDlverse
contentas a piad'Osas, y 3,l'Os institucioo, y trasmitil'á
fOI'mó. pr'Ofese
outorizor sallcion
gobiel'O'O los consagl'an c'Omo bace complice bipócritos gobierno, verdad; engañará n'O engañal'a
á g'Obierno.
para á lect'Ores. Si
sín coridad á I!'l\~~® .Iill.l12rtí~1lrn.®
razones apoyamos ¡'ec lazal'
pDr algun'Os Ejecutiv'O. Creem'Os los c'Onvenir nacíon Plleulo Mas, p()i' obligacion leerla.
actitudes
hubiesen
en las cavidades de sus órbitas; lanzaban un
y reí1ejo y desagradablemente Hn una
los parecía que- sllbia á sp.rian oJuntad I
hel1}otl'a manel'a; y anm'quía los püblicos; acordarse movimient6 ordenado,
cen poHtica
ejecutivo put's, para asl representada pór identifIcadas mayorüt.
m'uerdo 10i natUl'aleza un por lograria- a p{imera u (lue 01 RepúbliCla
s-e pOI" las Cámarás, Id
misúitl
PresídMte tOCl1rta I~
simos\. Eln
n e ton ' nte.ciar. lsrtl'll8 m~
fIuencias, los manejos, S6 acéi:on pora lograr nombl'anriento, ntl
lDS y . l'Os privilejiadlls qú~
necésario tOdD y ' combinacion
'Ofrecer cooiulte
bayo hombrf:S mayoria, Estad'O . ~
paciellcia, hOmbres Ne despreci an quiere termin'al" tI,
a debla aquellos y lUas servían revoluciono
fuerza ,porque deten.ian;
detenía. aleanzarlo; cuando sé'
as~ del1ia
lIlevitablemente , él. incorllo~
rado forzaba , ii ihcorporarse
ll}iI1s}ji"
celgs, thermidor' qUll'nes' oo~o y
y eJla SMl'jfi- .
contrariarla. Eseudado
boudad hombre' 10~$.
nátos de las Cámaras, y estando obligados á
asistir a IlUS sesiones y tomar parte en la discusion
de las leyes, preciso es que el Presidente
nombre para el ministerio hombres que,
~l' su saber, por su patriotismo, por sus
aptitudes~ y por el conocimiento que tengan
de los intereses del pais, sean aceptados de la
ma.yoría de los diputados de la nacion. Y dun .
cuando, prescindiendo de todas las' consideraciones,
se pusiese la vista en hombres sin
esta.. cualidades, ellos no durarian mucho
tiempo en el puesto, si lo aceptaban; porque
no ·se resolverían á pasar la vergüenza de los
muchos chascus parlamentarios á que se espon~
ineptitud colocada en un lugar ~emejunte.
Desde que la COQstitucion autorizó los
Secretarios de Estado para presentar proyectos
de lei 'lÍ las Cámaras, y de esta manera
obligó á los hombres del mlOisterio á ponerse
·en evideBoia y manifestar lo que valen, ni
se Jl()mbra ya a jente nula para tomar la
cartera de1 désI)acho, ni Se acepta esta con
taptjl fu{l~lidad. Ningun gobernante que desee
edem literm está pasándome ahOl:a esto,, que
tan solo sé (jue la mujer será awnto' de
mis observaciones, y que tal vez será relativamente
¡) su educacion que habré de considerada.
Veamos, pues, lo que sale.
Afánase un padre de familias, desde que
·vé que sus hijas empiezan a aecer, pura
buscarles IIHlf'st¡'OS de lectura y de escritura,
de costura y de bordado, de música y pintura,
de lenguas, matematicas y jeourafia, y aU1l
algunos (los mas. sensatos, á mi entender) de
cocina y de repostería. Aprovecha 11 Ó no
aprovechan las niñas; gástase la plata y i!Un
la paciencia yel tiempo; cásanse unas pocas,
~i dan espe¡'lInzas de bl,lena dote; pásanlo mal
por lo comun, pues lo 'comun es tambien
que algun sote sea el ,marido, en razon de
ser tantos los sotes que hai en este mundo;
quédanse muchas sin colocación alguna,
marchítanse, sufren algun chasco de al'nor ó
cosa aSÍ, e,mpiezan a decir qne naeieron para
monjas; que lo que les habiade tocar de
herencia para conquistar un novio, se lés dé
para que se tes abí'atIlas puertas de un 'Conyento,
pues en es ta el ase de prisiones se parra
la ('utrada. Desde aquel entonces, adiós
qalas peinado, adios bailes y tea.tros, tert~has
y paseos: un confesor, corbo SI ya la hora
supeema se acercara, algunas beatas por cortejo,
libros espirituales por cOJ;npañía, mOl,tificacioncs
de ayuno y disciplina, son tollas
'sus aspiraciones: en seguida viene el histéri·
co, tal vez la locura, males de languidez,
privaciones y convulsiones; hasta que los
santos padres (quiero decir, los que las enjehdral'on)
decI'etan la prision.
-Al CáI'wen es mi inclinacion. - Hi.ja>ullá
no quieren enfermas porque la disciplina es
mui ríjida. A Sailta Jertrudis, pues.-Mé
nos, porque hai que lavar, planchar y cocinal'.
A cualquier parte, pues: yo lo que
quiero es retirarme del mnndo; á Santa Ines,
á la Concepcion, ó Santa Clara.-Concedido,
a Santa Clara.
Veamos a la casada como anda. Ya es
madre, pasa mulas ches ~ peores dias,
porque la cria, el mal'ido y las criadas la
tienen seca. Abandonó el piano y aun el
canto; no retrata, no baila; ,no bacé sino leer;
pero, cuál es su libro? Uno, y mui grande;
el de la esperiencia; el de los desengaños; el
que mas instruye, pero el que Hlas atormenta;
aquel en que todos leemos,si no nos morimos
ántes de qne nos desteten. El sote (el marido
quise decir) ó juega,o bebe,ó galantea, porque
en algo ha de ocuparse. Va tarde a la casa,
de malhumor, porque perdio, o con demasiada
alegria porque bebió; ó padece asquerosas
enfel'medades, porqne de todos a'quenos
polvos vinieron esos· Iodos. Ménguase la fortuna
á proporeion que aumenta la prole:
vienen las deudas y con ellas . las ejecuciones;
arruínase, y comienza la compasion a im.
portunar a los mandutarios para. conseguir
un destinito, cuyo sueldo varia segun el apellido,
las relaciones y la gtacia del pretendienLe.
La aptitud se consulta poco. Los
vicios siguen y se trasmiten la descendencía;
pel'O nada de esto le hace; ' volvamos á la
monjita.
Verdad mui sabiCla es que los frailes y las
monjas entran sin conocerse, viven sin amarse
y mueren sin sentirse; y que eón tales
vIncUlos no puede haber sociedad 'posible en
las cuatro paredes de una cpsa por gl'ande
gue: se la suponga . . Ppes, s~ñQrl la monjita
estuvo mui contenta de noviCIa, porque todas
las demas la acariciaban y conleroplaban en
demasía; pero 1 uego de profesa, como tiene
sus habilidades, dieron en perseguida pOI'
envidia, 'con cuentos, con insultos y con peivaciones;
y ella que es de viva sensibilidad y
un poeo enferma, está desesperada CQn esas
viejas, . anepentida, !jmbromada, tomeada,
sorrostricada, Fr.EGA.D~. Qué hacer? Ya no
hai remedio¡ p,'o(esa, que vale tanto como
decir cadlwcr. Pero está mui zonso quien
se figura que es el eucepo
muerto: nada de eso, este cadáver da guerra
8, su turno las compañeras, á los P?rientes,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 'clUS pal' mayoría aun.
cua.ndo, esta., enos la emejante.
Constitucion á -á mlllisterio evideooia nombra det déspacho, tapta Úlcilidad. plléJst-o a Jp es..ft bom~r(ls ,l>ien; tü hombre o tenet' ·Ia sel11peñarlo, cqnseguirsesi mayoría ministe¡'io tiene inicia r, estar ~cuerdo ('on pOl'
'qjemplo, siempre La pre~upllesto gobernar, iaversi/}n Jos !tellvicios,Jas adminish'ativo. DMesari par~ooo ll,ar el pals, él puede
si.mplificarse, ahorra inversion de arjos, nicgan a de oova opinion,
neg~riá capít~
losdel teQer eIIlplearian ó en dt(tatal tale!> podia y p'artido se(y pt·áctica nos el mutilidad papa
Jéjos de, contrarjar ~ medida.
sucedf'r, manisterio a l~s es, parlamental
·lO.
JENERAl HO Lleaó por ~sta Flores, harJUn importan~ast; J Flores,
Gl'8nu<.
han órdenes ,'epetidas exij entes estarán republicauos
ejércitos monarquia Grana., a('abó alta traicion , ,'evelaciones importantes; nuestI'a
DO traidores
ecavet'nos. pal'te, ,.a DastaQtes
que gastemos nucstras ulla liberal. homb¡'es lu ulljon per:C "los de.esta acuerdo
impel'io haya entet'ameJate pOt' á esfuerzos
realizacion siemp¡'e eUl'ost-FlH. cbos !lte~ior E, pel'severar pt'incipios jntereses Ílepública; á libertad conocen garantía Pat'a basta Él nbrcs traJan
sospechas ""~ ,~~~~ glgunos 111inutós
deci l' mime-
español, a pedem titerm que el aWlllo' lIHH'St\'OS jeoUl'afia, yaun
mas, Aprovechan ó ¡'!Un
cásansc esperanzas locomun tambi<>ll
marido, esle clIasco al'11or así, y empiezan a nacieron 10 habia de les les abt'ah las COl1-
Yento, elase mtrada. adios
ualas y lias
corho supeeroa c.ol'tf'jo,
cOUlpañía, mortificaciones
todas
·histérico,
Jos
Cál'wen il1clina('ion. allá
quie¡'en pOl'que lavar~ Jo mundo; á malas días,
('ria, marido Do hace 8.13S mqrimos
decír) lodos. Ja ..ejecuciolles;
arruÍnase, a jm.
pretendiente.
á pero eslo sabma sfntirse¡ C6¡1 casa que: suponga. Pues, noviclU, conteroplaban luego pOlo
pl'ivaciones;
con , arrepentida, fjrnbromada, tonteada,
SOl'rostricada, remedio, es p1'O(esa, de('ir es cadaver. cadaver cadaveris á á á parientes,
•
lo!! hombres sensibles que tenemos noticia
. de sus padecimientos, y aun á Pío IX, á
q.uien se OCUl're en últimas .para la escarcelaclon.
¿ Qué os parece el cuadro qucridas paisanitas?
Hai exajeracion, hai mentira, mordacidad
ó qué? VERDAD y nada mas. Verdad
amarga, porque son pocas las dulées que
existen en el mundo. Pero, lloraís? No
tal, que todo en e~te mundo pasa, y lo del
otro será mejor si en este vivimos bien. En
mi calidad de buen cristiano siempre he creido
en el sistema de penas y recompensas eternas,
y en mi condicion de granadino tengo que
creer mas todavia en él, para no dese~perarme,
persuadirme de que mi pais está lleno
de bienaventurados, segun pasamos de mal
aquesta vida.- terrena. '
Cualquiera de vosotras ha podido tomar
la pluma y trazar esta misma relacion, pero,
por supuesto, mas esmerada, mas perfecta,
aun cuando no mas veridica. Y hai otra
cosa para el consuelo, es que mas cuesta
sufrir penas que oir la relacion de ellas, y
que los· males comunicados suelen ser aliviados.
Ciertu estoi de que os poneis ahora á
decir: « Este como que lo dice por mi por
mi hermana, por mi amiga tal.)) Acertais;
lo digo por ellas y por todas, porque desgraciadamente
no son muchas las escepciones.
Conelunon. Nos los padres de familia,
oido v visto lo dttho y escrito por Juancho
Blanc~, resolvemos no proveer de hoi en adelante
á la educacion de nuestras hijas, pOl'que
esto, léjos de proporcionarles felicidad y bienandanza,
no hace sino desfalcar su herencia,
produciendo su desgracia. Sean lo que'ántes
eran I que así lo pasarán ménos mat y dejémosnos
de ;hacer g&stos , y sacrificlOs que no
solo inútiles sino tambien perjudiciales, resultan
a nucst~as,hijas. Y fh'mamos, para constancia
de lo actuado.
Replica. Reparad que el daño consiste
en otra cosa. La falta de ilush'acion ha sido
c~usa del atraso del pais; el atraso del pais
ha tr.aido la escasez de negocios en que pudieran
las jentes ocupa'rse; la falta de negocios
trae la ociosidad, yen pos de ella los vicios;
y todo esto reunido, la rareza de los matrimonios
y lo malo de muchos de ellos.
La educacion, en el hombre como en la
mujer, es gran preservativo para la corru peion;
porque el hombre y la mujer de alguna
cultura, tI'atan naturalmente de asociarse con
sus iguales hacerse acreedores á su estimacion;
mientras la rusticidad y la ignorancia
tienden sin cesar a encenagarse alll .. en el
fatal trato de la jente soez, que busca en los
vicios el solaz que las jenles de algun provecho
encuentran en el estudio en los goces
de la pura ilustracion. No hai, pues, que
desmayar, que algun dia seremos mejOl'es de
lo que somos, fuerza de trabajar para nuestra
posteridad, que esta es la mision del hombre
en todas partes, Por egoista que · sea,
hace una .casa, por la que habl'áll de pasar
cicn jeneraciones; trabaja para su descendencia,
qne es trabajar para el . mundo ente.ro, y
se interesa siempre algo por la suel'te de los
demas, aunque su falta de jenerosidad le
impida ,mejorarla.
JUANCHO BLANCO.
VO~Vll!n8~VIONo
-¿Por qué sale U. tan tarde? Son las H
de la mañana.
-Po·r no andar por la calle con el sombrero
en la· mano, en este tiempo de paramos de vientos destemplados.
- ¿Y por qué no anda U. cubierto?
No se puede, señor. Desde las 9 y media
de la mañ,'wa empipz30 las campanasa anullciar
que las misas que están diciendo en las
iglesias han llegado al pasaje en que se eleva
la hostia consagrada; y no hai remedio es
preciso detenerse uno en la mitad de la c;lle
con el sombrero en la mano y la cara cOln~
punjida, á apare.ntar que reza y que contempla
en el tremendo iacrificio que se está celebran-do.
Si U. no lo hiciel'a, pOI' lo m.énos se
quedarian mirándole á la cara con estrañeza,
y no faltal'ia quien le dijera iudio,
COsa parecida. o
Pero esta es la costumbre.
-' -Sí, seiÍar, es la costumbre; pel'o porque
sea la costumbre nodeja de ser mala,malisima.
¿A qué conduce esa costnmbre? A quitar el
tiempo á los hombres que andan ocupados
por la calle, a hacerles apal'entar una devo- I
cion que no tienen, á proporciona rles catarros (
resfriados, y á hacel'les proferir maldiciones
cuando se cree que están diciendo alabanzas al
señor. Salga U. á la calle del Comercio de
esta ciudad á las media de la mañanajsuena
la campana de en San Francisco, y
todo el movimiento se suspende. Todo el
mun.do se para, se quita su sombrero, y se
pone á aparentar que reza alguna oracion.
Apenas ha emp~zado cada cual a hacer lo que
estaba haciendo ántes de la primera campananada,
zas! suena oh'a en Santo Domingo; la
misma escena. Viene despues la de Sau Agustin,
las de las monjas, y las de la Catedl'al, y
tiene U. al pobre habitante de Bogotá oyendo
por la calle la misa que dicen en todas las
Iglesias de la ciudad, bo1tgré,malgl'e, como dicen
los franceses, y como son las maldiciones que le ha echado
á la tal costumbre. Vea U. por qué me estoi
metido en mi casa hasta que ha pasado todo
todo el campaneo, las procesiones pOI' las
calles, y tanta cosa que es la ocupaclOn de la
mañana en la bendita capilal de la Nueva Granada.
-¡Qué descontento es U, señor! todo lo
halla malo.
-Sí, señor, haIlo malo todo lo que es malo,
la tal costumbre es detestable, porque hace
perder el tiempo, la paciencia y la salud á los
habitantes de la capital. ¿Le parece a U. que
los nupve décimos de los que, con el sombrel'o
en la mano y la cara compunjida, aparentan
en la mitad de la calle que están orando, lo
están haciend realmente? No, señor; allá ~n
el fondo de su corazon están quejandose amargamente
de ~ue la costumbre los obligue lIaeer sobl'e á tiempo
que cae un páramo, ó viene un viento frio,
lo que es mui comun que suceda en esta ciuuad.
El que quiere oil' misa, va á la iglesia,
y la oye con df!vocion y buéna fé, y tributa una
adoracion sincera al Ct'iador. El que anda por
la calle, es porque tiene que hacer, y quiel'e
que lo dejen dedicarse á sus ocupaciones, sin
forzarlo a interrumpirlas y tomar parte en
una funcion l'elijiosa a que no quiere asistir.
Esta es una tiranía, un abuso, es imponerle
a uno los actos del culto católico por fuel'za.
-El culto católico es en este
pals.
o -No, señor, U. se equi:voca. El culto católico
es sostenido eón las l'entas de la nacion;
pero ni la COilstitucion, ni ninguna lei vijente
obliga á ningun granadino á tomar parte en
los actos de ese culto, si no es su voluntad
hacerlo. No hai, pues, tal dominio, ni cosa
par'ecida, ni debe haberlo. La relijion católica
domina las almas por la dulzura de su moral,
por la grandeza de sus dogmas, porlasgl'atas
esperanzas con que consuelo el corazon. Pero
la relijion ctaólica no domina pat'a interrumpir
y embarazar las ocupaciones de la sociedad,
para molestar a los individuos, para hacerles
cojer enfermedodes haciendo cosas innecesarias,
como andar con el sombrero en la mano
por las calles, yen pI'ocesiones por enmedio
de los mercados. Pregúntele U. al señor Arzobispo
si yo tengo razon, y estoi seguro que
le responderá que si.
Y todo eso?
-Me parece que le tiene algun miedecilJo
jente apegada a esas costumbres supersticiosas,
que desnaturalizan la relijíoll,que son
una superfetacjon ridícula del culto augusto
que un católico debe tributar al Supremo
Hacedor. El señor Arzobispo,hombre ilustrado
y cristiano positivo , por su fe, por Sl¿ moral
pU7'a, pOl' su no puede dejar que subsista
por largo tiempo en una sociedad iluslt'ada
todo eso que ya no existe ni aun en la
misma Roma. Él comprende que es en el
templo en donde el cristiano recoj ido en unian
de sus hermanos, debe cantar las alabanzas al
Señor, y levantar su corazon á Dios contemplando
lo.s mist()I'ios que los sacerdoles le re- >
pl'esentan; que es en la casa, retirado, que hombre vel'daderamenle piadoso se entrega a
laoracion cuando, terminadas sus ocupaciones,
quiere da l' gracias al autor de la vida por los
beneficios que ledispensa. Yo soi ·relijioso; yo
esperimento un indecible placer cuando contemplo
la grandeza del Ser que con solo espresar
su voluntad creó todos esos mundos
que ruedan en el espacio; l'uando me siento
animado de la intelijencia que mc habilita para
conocerlo y para conocer los medíos que puso
á mi disposicion para ser feliz sobre la tierra,
y las obras que debia ejecutar para alcanzar
la bienaventuranza el dia que se destruya mi
ser material; cuando levanto mis ojos al cielo
y tributo al Omnipotente la espl'esion de mi
gratitud por los beneficios que me dispensa.
Yo no aborrezco nadie, porque el odio martiriza
el corazon y cOl'rompe la pureza del
alma, el odio desnaturaliza la participacion
que el hombre tiene con la Intelijencia Divina,
que inspil'a la cal'idad y la misel'icordia. Yo
contra las pasiones interesadas que ban
revefltido con las apariencias de la relijion multitud
de actos incómodos á la humanidad,
inútiles ridículos. Esta lucha es una prueba
de la caridad que anima mi corazon, y de la
fé que tengo en ser que hizo al hOlllbre para
que alcanzase el mas alto grado de perfeccion
posible. Compadezco al fanatico que confunde
la cólera de su error con el celo de la fé,
al supersticioso que finca su espeEanza en algunas
creencias inútiles, al hipócrita que se
ve obligado á mantenel' su semblante
en eonlJadiccion con su corazon,al intolerante
que vive desesperado por dominar las concien-
ei de--l6s-denltls, y pasa lll-vioo-en inútiles
esfuerzos para conseguirlo por la fuerza. I La
fuerzal ahl la'fuerza no es el arma con que se
triunfa de la intelijencia. La razon es el único
conquistador de las almas, esta es la fuerza de
la filosofía, esta es mi fuerza y mi esperanza.,
-¡Error! vana ilusionl Qbserve U. loque
ha sucedido en mundo, y se desengañará
de las esperanzas que funda en la razono
-Si, lo sé. Sé que ella ha sucumbido muchas
veces bajo el poder de la fuerza material.
Al que no se le puede contestar se le degüello;
estees un mdio muiespedito de terminar la discusion,
i se ha adoptado muchas veces. Pero ya
no se puede adoptar; la imprenta y el vapor
llevan la razon por el mundo con una celeridad
inconcebible; y si en algunas partes el
despotismo logra cortar las cabezas pensadoras,
el fruto de su intelijencia se reproduce en
otras, y engrosa las falanjes de la filosofía. La
obl'a empezada por Sócrates, por Platon, por
el divino Jesus, está cerca de consumarse. La
democracia, que pasea sus banderas por todos
los puntos de la tierra, va á establecer en el
mundo esa fraternidad universal, que es el objeto
de la comunion católica. La imprenta, el
vapOl', el comercio libre, pondran encomunicacion
a todos los hombres,y por los e!:lfuerzos
combinados de la filosofía de todas las naciones,
se levar.tarán triunfantes la razon, la
filantropía y la civilizacion sobre las ruinas de
la tiranía/la supersticion y el fantismo.
e
-r::
AVISOS.
OBSERVACIONES CURIOSAS
SOBRE LA LENGUA GASTELLANA.
Del 25 al 50 del corriente acabara de .imprimirse
la obra que lleva este título; y estará
de venta en las tiendas de los señores Fern.ando
Conde, Carlos,Joaquin,Ramon José Borda
'Y Ulpiano Goozález, al precio de doce reales
el ejemplar. )
EN'H CUU,f.A .
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
á 10i escarcelaclan.
¿ todavla y vida · .
supuesto. y mos ó ó Conelmíon. d1eho hijos, felicidod herencio,
Selln eran, 10 mal, .gsstos as/fit'mamos, 10 ilustl'8cion da mm'hos corrupcion;
tratan y alla y á habrán cien entero, suel'le VOMVIli!RS&VION.
Por y
mañana empiezan anunciar
lIe
Dtar celebran-
EL SIGLO.
do. por tal vez hereje,iudto,
ó .
- seftor, costnmbre'? y hacerles 9y Sanctus a campallanada,
otra boltgré,malg1'e, con tantos pecados á cuestas
y ocupaClOn hallo y a U, nueve s~ñnl'i en
quejillldose á
haeer tal cosa,sobt'e iodo si ella sucede ciuuad,
Oil' CI'jador. interi'umpirlas dominante cón haberlo, porlasgr'atas
para enfermedades y en pl'ocesiones - ¿ y porqué el señor Arzobispo no suprime
miedecillo
á la bombre SIt pU7'G, por caridad, ill1sh'ada
recojido union
deLe 01
Señal', misteI'ios sacerdotes presentan; el
vel'daderamente le dispensa. me espresion á inspira cOl'idad misericordia. lucho han
revei!ltido y el hombre oLligado concieneias-
de-l6~-detD8S, pas la vioo ah! lo que
el Sí, contestor degüella;
rozan vapol', encomunieacion
a esfuerzos
tirania/.. =-¡ -;=
y U1piano González, ejemplar, '
IMP1\EN'U UF. J.
Citación recomendada (normas APA)
"El Siglo - Trimestre I N. 12", -:-, 1849. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2093688/), el día 2025-06-17.
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