Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
.. Nóm.33. Bogotá, lúnes 25 de setiembre de 1865. - Precio: 10 centavos. Año IV .
PERIÓDICO DE INDUSTRIA, CIENCIAS, ARTES, LITERATURA E INVENTOS.
A CARGO DE UNA ASOCIACION PROGRESISTA.
CONTENIDO.
Viajes por Europa I América.-Contestncion. - Tradiciones de
Oriente-La verdad .desnuda-Espiritualismo i espiritismoAvisos.
VIAJES POR EUROPA 1 AMERICA.
EL NTÁOARA.
(Coutinuaciou¡.
Nosotros debiamos salir a las cuatro de la mañana
(esto es ya con lU2l", pues en el verano amanece
en los Estados Unidos a esta hora, i oscurece
cerca de las. ocho de la noche) para Saratoga, i
como no temamos en qué pasar el tiempo de un
modo mas agradable, fuimos :t apearnos a un hotel
donde se bailaba todas las noches.
Cenamos a las llucve, nos vestimos i bajamos al
salon de la fiesta. Jamas olvidaré los recuerdos
de esa noche! .
Como en los hoteles de los Estados Unidos,
sean los que fucren, nunca faltan de 500 a 1 000
pel'sonas, en la sala de baile habia mas de cie~ señoritas,
las que yacian sentadas en torno. Una
bien nutrida banda de música dejaba oir SUB acordes
en un rincon sobre una tribuna, i esparcía la
alegría por todas partes j el g:as hacia olvidar al
sol, las flores despedian perfumes esquisitos. El
pavimen.to del saJon estaba cubierto de ensambles
revestidos .de ante fuerte i templado ... '. el buen
humor empero habia desaparecido.
La banda tocaba una pieza tras otra .... i las
tocaba en vano; los hombres estaban agrupados
en las puertas, i las mujeres cabizbajas en sus
asientos. Algunas se atrevian a ajitar los piós
acompasadamente debajo del traje, como para manifestar
de un modo mas directo que indirecto,
que tendl'ian mucho gusto en bailar, si los hombres
que estábamos allí quisiéramos ser un pooo
mas gal;m tes. .
Así pasó un cuarto de hora, i vino otro en pos,
igualmente mortal; al fin algunas se~oritas se
quitaron de ruidos, i salieron a bailar "/!'on otras
señoritas sus amigas, o eon niñas de menor edad.
Esto como que cortó un poco a algunos jóvenes i
tomaron parejas, suplicándonos a nosotros que hiciésemos
lo mismo.
Nosotros nos negamos por tcrcera vez.
Se bailó una polka como entre unas diez parejas
por todo.
Eñ seguida anunciaron que iban a tocar lanceros,
que es la picza favorita de los norteamericanos,
quienes, sea dicho {le paso, bailan con mucho
gusto i mui bicn. Esto mismo no bastó a destruir
la apatía.
Vino el dueño del hotel e insinuose con todos
del modo mas cortes para jeneralizar el combate,
pero no le fué posible. Los hombres empezaron a
retirarse; las señoras a !'alirse, i media hora despues
QStaba concluido el baile.
Como yo he visto muchas de estas esoena-s en
mi pais, esta me divirtió sobremanera, i dije para.
mí;-Vaya! como que sí es cierto que todo el
mundo es Popayan. Sinembargo, es necesario que
se tenga en cuenta que este hecho tiene su esplicaoion
social; i es la siguiente. Los Estados Unidos
son tal vez el pais del mundo donde es mas fácil
relacionarse; pero para ello es preciso que haya.
una persona conocida que lo presente a uno. Sin
csto no se dará jamas un paso en la buena socie.
dad. Bien puede uno estar rozándOse todos los
dias con ulla misma persona; esa persona le hará el
mismo caso que a uu can, miéntras uno no le haya. .
sido presentado. Llenado este requisito, la casa i
la. amistad del yankee están a nuestro servicio.
Pues bien, en el baile del Niágara todos éra:mos
desconocidos, porque todos éramos estranjeros.
Aves de paso de las cinco partes del mundo,
que nos parábamor por algunos minutos sobre el
mismo peñon, para alzar luego n~stro vuelo con
mas fuerza en busca de nuestro nido en el bosque
natal.
Vivicndo entre estranjeros que se renuevan todos
los dias, i que si bien pueden hoi ser poetas o
príncipes incógnitos, mañana pueden ser piratas o
caballcros de industria, la sociedad norteamericana
hace bien de recelarse de quien no conoce.
Despues de haber visto varias ciudades i varias
aldeas, contemplado muchos campos de labor, pasado'varies
rios i andado unos cuantos centenares
de millas, llegamos aquel mismo dia a Saratoga,
bella ciudad por sus hoteles i sus campos, i residencia
de verano no solo de la mayor parte de las
familias acomodadas de Nueva York, sino tambien
de muchas jentes de las Antillas i otros puntos
relativamen te circunveoinos.
Fuimos a apeal'nos al mejor hotel del lugar,
frente por frente del bello parque que contiene las
afamadas aguas de Saratoga, aguas purgantes i
ferrujinosas que han _enl'iquecido a su dueño. Separado
por lo ancho de la calle no mas, habia otro
hotel igualmente espléndido i concurrido que el
nuestro. 'Entre uno i otro habria cerca de tres mil
personas.
En Sara toga empezamos a ver las primeras mujeres
bonitas que encontramos en los Estados Unidos.
Por lo jeneral a todas las favorece el color
mate de su tez j pero son flacas, desagraciadas i
sin ductilidad alguna en el cuerpo. Las del medio
dia, modificadas por la raza latina i los rayos del
sol, tienen los cabellos i los ojos oscuros, i algo
mas de vida i fuego en las facciones.
Allí pues se podl'ia repetir con oportunidad el
yerso español qu~ alude a las andaluzas, i que
dice;
Si ,me pierdo, que me busquen
Aoia el sol del mediodía,
Donde ¡as morenas nacen
1 doude la sal se cria.
Una luna hermosa alumbraba, .a Saratoga desde
01 fondo de un oielo redondo i ~n nubes. La! éa·
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EL MOSAICO.
Hes sembradas de almacenes espléndidos i res- I - h! sí, nosotras somos amables (aunque ya no
plandecientes por el g!ts, sombreadas por los árbo- tanto, porque ustedes nos han echado a perder) ;
les de sus aceras i ajitadas pOLO la muchedumbre por lo que hace á bellas, son mejores las mujeres
que traficaba, nos convidaron a dar un paseo por del pais de ustedes, sobre todo las limeñas. Qué
ellas. Dímoslo en efecto. gracia la que tienen! nosotras somos mui desai-
Visitamos primero una joyería donde vimos radas. '
primores de arte i locuras de riqueza. Por un ani- -H a estado usted en Lima?
Uo de un solitario enorme (el mayor que hai en -Oh! sí, he residido allí seis meses con mi es-
América actualmente) nos pidieron treinta i dos poso; pero los campos de Lima son mui feos. En
mil duros! Nosotros nos reimos de nuestra impo- Nueva Granada, el pais de usted, no es lo mismo.
tencia, confesando francamente al lapidario que Panamá es un jardín de verdura; lástima que en
no lo comprábamos por la sencilla razon de no ... , la Nueva Granada haga tanto calor.
ser príncipes. En cambio dimos unos cuantos pesos -Señora, en mi pais el clima no es uniforme,
por algunos juguetes de azabache i oro. ni podria serlo porque tiene mucha estension i el
Despues de visitar varios almacenes de objetos suelo es mui accidentado. En Colombia hai toda
ele lujo i de obrajes de lana, entramos a una ciga- clase de temperamentos j i uno puede buscar el
rrería de un aleman, que decia hablar varios idio- que mas le acomode con el termómetro en la
. mas, i el español entre ellos; mas los idiomas eran mano, desde el frio de !'tusia hasta el calor que
de.la misma naturaleza de los cigarros que, por hace ahora en Nueva York.
ettbanos, vendió a algunos de mis compañeros, i -1 así es todo el año?
que indudablemente eran de hojas secas prepara- -Sí, señora, porque nosotros no tenemos es-das
ad hoc. Por un tabaco, que aquí como en taciones.
otras partes llaman puro, nos pidió i le pagamos a -Ah!
razon de 50 een~avos ! -Dijo usted en ántes. que nosotros habiamos
Empero, si este tabaco no era de Virjinia o de echado a perder, a las norteamericanas ¿ cómo se
Rusia, probablemente era de Saratoga, fabricado entiende eso, si no es una indiscrecion de mi parto
como la leche de vaca de los vapores! el preguntarlo?
Todos los transeuntes que nos veian pasar en -Oh! no. Es que todos ustedes los españoles
grupo, con nuestros blancos i finos sombreros de son mui traidores.
Suaza (que por aquí valen un Potosí) i con nues- -Traidores? vamos! cómo se entiende eso?
tras botas de puntas agudas, esclamaban: españo- Usted me asusta con semejante calificativo.
les! españoles! -Quiero decir que son mui enamorados; que
Por aquí solo saben de la América del Sur tres no se contentan con un solo afecto, i que engañan
cosas: l.a que hai un pais mui rico, llamado Perú; a las pobres muchachas del pais.
2.a que hai un punto (que no saben dónde queda) -Ser{t posible?
que se llama Panamá; i 3.a que América del Sur -Qué quiere usted? los hombres <4l aquí son
i guerra permanente es una misma cosa; pues frios de suyo, i no piensan mas que en los nego·
cuando le preguntan a uno si es español, i uno cio-s ____ aunque se rien siempre, se sonrien pocas
responde que es de la América del Sur, ese laman veces, i la sonrisa es la semilla del amor. Ustedes
con aire de una plena sabiduría i de una plena los americanos del s~U' se sonrien siempre, i se rien
conviccion: poco; son mui galautes con las damas.; por lo je-
-Ahl revoluciones I revoluciones I neral son todos de color trigueño, tienen largos
Los comerciantes entran a veces en mayores cabellos negros i ojos oscnros, dulces i finos. __ esto
pormenores, pues suelen agregar como los loros. gusta mucho a mis paisanas. Luego les creen ___ _
-Ambalema: tabaco; cacao: CO/racás. les han creido, i han sufrido mucho. Es por eso
1 el mundo es así, i así será hasta la consuma- que hoi son mas cautas; ha contribuido a esto
cion de los siglos; i nosotros pasamos por bárba- tambien, en mucha parte, los abusos de algunos
ros,. i cualquiera de nuestros atrasados jóvenes de criollos de las Antillas.
provincia que haya pisado siquiera los claus· -De manera que mis compañeros i yo hemos
tros de un colejio, sabe lo que son política i venido un poco tarele a este paraíso del norte?
jeográficamente los Estados Unidos del Norte; -Ya lo creo, dijo ___ o, sonriendo con
respeta a Washington i admira a Franklin; dirá mucha am:tlililidad, i como es preciso que las muque
Boston es el receptáculo de b maquinaria uni- jeres de aquí tomen su desquite, me prometo tener
versal, la palanca del mundo, i hablará con esaeti- que lam tal' mas de una víctima entre ustedes.
tud hasta de la aldea mas escondida e insignifican- -Por lo que hace a mí, usted puede estar sete
de la. Union. Allá sabemos todo lo de ellos, i gura que no le daré ese sentimiento. Seré neutral
seguimos a su pais en todas sus grandes pulsacio- en la contienda; i puesto que no he estado a las
nes; ellos no saben de nosotros ni dónde queda- maduras, no estaré tampoco a las duras.
mos, ni qué hacemos! Es de creerse que no miran -No creo lo que usted me dice, pues lo he visel
mapa sino del lado de la Europa, la Oceanía i to a usted fijarse mucho en la larga cabellera de
las Indias levantinas_ _ _ _ la señorita Anjela, i en las pálidas mejillas do
Un amigo me presentó a ________ , .cierta incógnita que come cerca de usted. .
señora de bastante talento i escritora de mérito, -Es cierto.
encargada de las revistas de cierto diario. Su -Con que usteel no lo niega?
marido es anticuario, i viaja actualmente por el -No, señora, no tengo por qué?
Cuzco. -Es usted mui franco.
He aquí algunas de nuestras conversaciones. -1\1as franco le pareceré cuando le diga la cau-
-Cómo le gustan a usted los Estados Unidos? sa de mis contemplaciones. •
-Todo, señora, me ha encantado en ellos. Los -A ver, dígala usted.
campos, las costumbres, los progresos materiales, -¿ i:labe usteel por qué miro tantó la cabellera
la afluencia ele jentes; i sobre todo las señOras, de la seiiorita Anjela, i las mejillas de la pálida?
que me parecen mui hellas i mui amables. -IJ uro?
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EL MOSAICO. 25v
-Pues porque no atino a csplical'me para qué es"clamado cada uno a nuestra vez en la firme perlleva
esa niña una capellera postiza sobre- su ca- suacion de que íbamos por el buen camino. Lo
bellera natural. mismo es en todo, en comidas como eh vestidos, en
-Oh 1 es mui linda; eso puede pasar cgmo un política como en relijion. Por fortuna, cada pueblo
adorno cualquiera. No se ponen las señoras cintas sabe en el fondo lo que hace i por qué lo hace.
i ramos en la cabeza? ..................... . ............ . ...... .
-Pasen los ramos i las cintas, pero no pasen Otro dia.
las pelucas. -Usted, por supuesto pertenece en su país al
-1 solo le ha visto usted peluca a la señorita partido bueno.
Anjela ? -Oh! yo lo creo así; pero a cuál de los dos
-Si solar¡lente se la hubiera visto a ella, no lo llama usted el partido bueno? '
estrañaria tanto, porque al fin Anjela o ánj el vie- -Pues al que está con los principios, al que no
ne a ser lo mismo, i en mi pais a todos los ánjeles roba, al que hace el bien ____ pues, quiero decir,
se les pone cabello postizo; pero es el caso que se al partido nuestro. Me dicen que el otro es mui
la he visto a todas. malo, i que su presidente actual es un hombre del
-Oh! usted es un reparon insoportable! En pueblo.
materia de dientes no ha visto usted naqa? -En nuestro pais, señora, todos los hombres
-Cómo no! los he visto mui lindos. somos del pueblo; la libertad no reconoce j erar-
-Ya lo creo, pues se trabajan mui bien en el quías.
pais. ' -Mas ¿ éómo poner el gobierno en manos de
Yo me sonreí; ____ me preguntó por qué un hombre oscuro?
me sonreía, yo le dije que por nada; mas er¡¡, lo -¿ Cómo lo han puesto ustedes en manos de
cierto que yo lo hacia viendo como el sentimiento Lincoln, q¡¡e es obrero de oríjen ?
de la censura a su sexo, era en ella, como en toda -Aquí no se pensó en eso cuando su eleccion ;
mujer, superior al sentimiento nacional mismo. otro era el llamado a la presidencia, el verdadero
-1 cómo esplica usted lo de la p:ilida? jefe del partido (que despues ha sido secretario ele
-De la misma manera;· no ve.o para qué una estado) pero sus émulos no lo permitieron. El
mujer blanca, i mui blanca de suyo, tenga que verdadero jenio está siempre rodeado de cerníecharse
polvos en el rostro, como los echaba la calos. ·
cOJ:te francesa en sus pelucones en tiempo de sus -Pues entre nosotro; lo oscuro o lo cla1'o de un
Luises. hombre no se busca en su linaje, porque entre no-
-1 solo ha visto usted con polvos a esa des- sotros no hai linaje, 'sino en su intelijencia. En
conocida? Colombia no hai mas sangre azul que la intelijen-
-N o, señora; he visto varias. cia i el mérito. .
-1 entre el blanquete i las pelucas, qué pre- -Algunos de sus edmpatriotas hablan por acá
fiere usted? de mui distinta manera.
-Las pelucas. Con ellas lás mujeres se ponen -Eso depende, señora, de que no todos los
mas hermosas, aunque su hermosUl:¡¡' sea una men- hombres vemos las cosas del mismo modo. Sutira
como decia el poeta que era el blanco i Car-_ cede tambien muchas veces que el eco es mas
nlÍll de doña Elvira; mas con el color se tornan fuerte que el sonido que lo produce. Se deben
en verdaderos sepulcros blanqueados. pues estudiar los partidos i los hombres públicos
-1 qué opina usted del lujo que se gasta en en sus hechos, i no en los informes de los mal hu:
Saratoga ? morado .
-Oh! me parece espléndido. -¿ Pero usted, sí nos dara la justicia a los par-
-Sin duda, pero llevado sin gracia; aquí no la tidarios del Sur?
tenemos para vestirnos. Repare usted a los hom- -Yo, señora, soi demasiado cristiano para ser
bres; solo cuidan Elel cuello de su camisa i de sus amigo de la esclavitud.
barbas. Lo dema~ puede estar como Dios quiera -Eso será en la cuestion social, pero no en la
en punto a elegancia. Mírel~s usted los piés prin- política? .
cipalmente; nunca los han t enido mui pequeños ni -Creo tambien, señora, que en los paises libres
mui bien hechos que digamos, i ahora han dado en la lei da los medios bastantes para reviudicar los
la manía de hacerse las botas cuadradas. Es un derechos hollados. Toda apelacion a las armas es
horror! pues en ellos un arrª,nque de odio, o poca confian-
-Ya la creo, un zapato cuadrado es un banco za en la causa que B3 defiende.
de cuero, :'Iutes que otra cosa. • ,-Por lo que le oigo decir a ' usted, será mejor
-Mis compatriotas los -encuentran mui confor- que variemos de eonversacion. ¿ Se viaja mucho
tables. en el país de usted?
-En fin; cada pais tiene sus os. Usted me -Algo en el interior, i algo por fuera.
hace recordar ahora a cierto aleman que comia!'Jn -1 sientan bien los viajes a los jóvenes?
el vapor junto a mí. Sabido es que la cocina in- -De todo, señora; algunos aprovechan bastan-glesa
condimenta poco los manjares, i que esta es te; otros vuelven mas sotes de lo que eran. Salen
operacion del gastrónomo; yo pues, por no mo- de su tierra 'hombres i vuelven figurines.
rirme de hambre, me aderezaba uno que otro plato -Tal vel! sucederá allá lo que aquí, lo que es
lo mejor 'que podia, ___ calcule usted que ha via- mui dre 'sentirse por cierto.
jado por la América del Sur, lo que será para un -1 qué es lo que sucede aquí?
pobre estranjero el arroz cocinado sin sal i sin -Que los j óvenes que van a Europa, vuelv~n
dulce, la carne cruda, el chocolate servido como despreciando a los Estados Unidos, porque todo lo
té &.a Pues bien, el aleman acab,) por tener asco encuentran atrasado i desagradable en ellos.
de mi manera de comer, i me volteó la espalda. -:-Tambien cojeamos por allá de ese pié i algo
Empero lo gracioso del cuento no está .ahí, sino mas fuertement~, pues si los Estados Unidos valen
en que hacia tres dias que yo tambien se la habia poco con respecto a Europa (cosa que no creo)
vuolto por la miRma' razono Qué bndo ! .habiamos , nOllotrol5' valemos cien veces mucho ménos.
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....... • ••• ",u.,.".,_ ... ,,.., ........... ,.; ......... ~ ..... ¡, .... ....- ...... ,.. ••.•• •••••••••••••••• ,... ............ •••••••••••••• , ••••• , ••••• • I'.,. .... ,..,.,.. ........ , ..... ,.....-...'-.... ~.a".*\ ..... _ ............ ..--..
-Pero eso en ustedes no es tolerable, porque
todos los colombianos tienen mucho talento.
-Es usted mui obligan te. -
-Le digo a usted la verdad; i así como en
ántes le. dije que eran traidorcillos, le digo ahora
eFto otro; solo que son mui p€'rezosos i no tra-bajan
nunca. .
-Cómo perezosos?
-Quiero decir que todos ustedes son poetas,
pero no escriben.
-Ya lo creo; es que entre nosotros se tiene la
poesía a ménos.
-Será que. se aparenta para ostentar firmeza de
ideas; pero usted puede estar seguro que los que
Be ostentan mas desdeñosos con las l\Iusas, son
precisamente los qU€ mas quisieron gozar .de sus
favores. Es como oon las muchachas bonitas; des'confíe
usted del que denoste alguna hermosura.
Ese ha llevado oalabazas indudablemente.
-Usted defiende todas las causas admirablemente.
Ullted debiera irse al ejército de l,ee.
-No hai para qué ir tan léJos: mi campo de
batalla son los periódicos.
••••••••••••.•• 1' ••••••••••• • •••.••••••••
Por la tarde paseamos en los alrededores de
Saratoga. Corrimos primero en un ferrocarril de
a duo, que, movido por uno mismo, anda con bastante
celeridad, i que bajo la forma de un gran
círcu~o, ha eonstrui~o allí un individú'o por espeeulaeIOn,
en el seno de un parque. Fuimos despues
al t!ro de flecha, i ensayamos al blanco; despues
al tiro de la pistola i al juego del bolo, i nos divertimos
jugando un rato con las señoras, algunas de
l~s cuales manejaban el revólver con una perfecClon
aterradora. Tomamos luego un coche i fuimos
al lago vecino, donde nos apeamos en un lindo
hotel, i comimos papas fritas i servidas en cartuchos
de papel de casi medio metro de largo. Son
las papas mejor fritall. del mundo, i tienen una fama
altísima entre los elegantes del pais. Puede
B~r que no sean mas que un pretesto, pero alli hai
Blempre en verano mas de cien carruajes, i por lo
ménos otras tantas parejas paseando en la espesura.
Como el lago que visitamos no tenia nada de
notable a la vista, pregunté yo a un amigo que nos
acompañaba, en dónde estaba el mérito de aquella
poca agua estancada.
-Este lago, me respondió, era una deidad de
los antiguos habitantes del pais; i hasta hace poco
. tiempo los indios no permitian que se gritase en
sus orillas.
sombríos, leen en sus caprichosos asientos, o B6
agrupan a beber la salud en los diferentes manan·
tiales, la cual se reparte grátis por sirvientes comedidos.
El visitante agradecido esparce luego
por el munao la fama de aquellos bebedizos, i el
oro llueve como maná sobre el opulento propietario.
Por la noche fuimos a los bailes: habia uno en
cada hotel; i los hoteles en los Estados Unidos
están siempre a la disposicion del que quiere visi·
tarlos. En algunos de estos bailes habia que dar
una boleta, que aquí llaman tiquete, que valia dos
pesos, i que ir con casaca negra, corbata i guantes
blancos; en otros se entraba sin ceremonia.
De jentes mas relacionadas que las del Niágara,
estos bailes no terminaban ántes de las dos de la
madrugada.
Tres dias permanecimos en Saratoga, vÍvjendo
en comun, í todo el dia con mas de quinientas lindas
muchacha~, comiendo mui bien, oyendo músi·
ea i respirando aromas. Pasado este tiempo, fué
preciso volver a nuestro destino, i lo hicimos con
la cabeza baja i el suspiro en los labios, como el
que pierde un paraíso que no ha de volver a en·
contrar.-F. PÉREZ. .....
CONTESTACION
A TRINIDAD FERNÁNDEZ.
Pues que lo quieres, trovador hermano,
Una el acorde de entusiasmo bueno,
A la armonía del cantor peruano
El rudo acento del cantor chileno.
Yo sen tia mi voz aletargada
Al contemplar, 'dolien~(l i lastimera,
La imájen de la patria arrodillada.
Llorando el desb,onor de su bandera.
Mas tú me llamas i a tu voz acudo
Rebozando tambien de tu enerjfa,
Porque tu acento conmoverme pudo
Hasta exaltar mi débil faI1tasÍa.
Cierto! los vicios a la tierra opl'Ímen
En nauseabuuda atmósfera de hielo,
1 su manto de horror estiende el crimen
Sordo a la eterna maldicion del cielo.
Mas ¿ para qué perderse en las tinieblas
Que surjen de ese cuadro de carcoma,
Si algo muí grande, disipando nieblas,
En el oriente de la patria asoma?
Para salvar el -cuadro desolado
-1 qué hacían al que gritaba ..
-Poca cosa: lo mataban, porque no debia tUl'- I
barse el sueño divino.
Que hunde al presente en cenagal impuro,
Unamos las grandezas del pasado
A la santa esperanza del futuro.
-Oiga! usted ha debido prevenirnos de este
peligro mas ántes.
-N o; hoi ya no Rucede lo mismo.
-Ah! tal vez el gobierno ....
-Nada de eso: es que los indios han desistido
de su antigua costumbre. .
-1 por qué?
-Porque dicen que no siendo posible hacer ca-llar
a las mujeres, habria que matarlas a todas, lo
que seria mui sensible.
-8i usted quiere crerme una cosa, le diré que
el cuento me parece útdíJena, pero que la moraleja
tiene mucho de estranjera.
De vuelt.a visitamos el bello parque en que están
las famosas aguas. Es alto i bajo, con bellas
calles, enverjados de hierro, lindoa prados i estátuas
de mármol. Sobre los surjidoros hai bellos
covertoreil de mármol. Los viajeros pasean en eua
El pon-enír! el porvenir! grandioso,
Brillante panorama se desata, .
La frent~act1dida del coloso
Entre auroras boreales se dilata.!
Ya en el cielo se sienten convulsiones,
1 hundiéndose el pasado entre desmayos, _
Se amontonan inmensos nubarrones
Cargados de tormentas i de rayos.
1 rodarán en densos torbellinos,
A la horrenda esplosion de sus enconos,
Los códigos del mal, los pergaminos,
Los cetros, las coronas i los tronos.
Entónces sobre bases diamantinas
Fermentará grandiosa la esperanza,
1. nacerá del polvo de esas ruinall .
El arca santa de la nueya al'anza.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
. EL MOSAICO. 2Gl
~t"\~·,..,·,-.,·.,·.~ .......... · .. ,..,.·\.J";\'''''~;'''·U·''·h·'' ""h"""".I'.,'.,'.,', •. ~ •.••.•.••. , •. " .••. , •. , •.•. ., •••. " .••••.• , ..•.••. "'.'-"( ..• • • ... • •• ·h ... ""' ••••• ~ ... ., •• , •• , ...........
~mérica! elb es' };Jntre sus palmas El céfiro nocturno jime blandamente en las al-
Brilla el astro del mundo soberano' tas copas de los árboles que cercan el castillo de
Que hoi el lábaro santo de las almds lHaqueronta.
Es el noble pendon republicano. La luna está en su lleno.
E sa grandeza es la que el alma invoca El purísimo azul del cielo ostenta aquí i allá
Porque llegar en el confin la siente' alguna estrella perdida, que oscurece su hermoso
E sa es la gloria que cantar nos tOC¡~ resplandor herida por los rad iantes reflejos que
Mejor que hlmentarnos del·presente. derrama en el espacio la reina de la noche.
No lloremos, amigo, no lloremos, El perfume de la mirra i el incienso tambien
Jamas el llanto r econstruye escombros' llega hasta él enYuelto en los pliegues de la brisa
A ele,ar a la América ayudemos ' nocturna.
Haciéndole escabcl de nuestros hombros. Qué sucede en l\1aqueronta?
La voz robusta del poeta vibre Aquella fortaleza alzada allí por la mano pode-
Enardec.iendo el corazon del bra;o, rosa de los señores de Israel para detener las in-
Para ammar en su combate al libre, vasiones del hambriento árabe ; aquel escudo dc
Para exaltar el alma del esclavo. guerra donde tantas veces se ha estrellado la fl echa
del hijo del desierto; aquel monton de rocas
Cante el poeta, i con su noble canto inespugnables en cuyas entrañas el avariento An-
Vaya a mover enc.adenadas grey es, tipas sepultaba sus tesoros ¿ se ha convertido en
1 marque con el sIgno del espanto la mansion del placer, de la pereza, de la volup-
Las maldecidas frentes de los t eyes. tuosidad, del amor ?
1 cuando llegue del combate el dia ¿ Por qué en vez del grito de guerra, por qué
Al mejor. pue~to en el oombate aspire, en vez del nocturno centinela, se escuchan los dul-
1 luche SID ceJar en su enerjía, ces acordes de la música, el apasionado canto de
1 entre los brazos de la patria espire. los trovadores de I srael?
Que el poeta no es mas que un misionero ¿ Por qué, en vez de arrojar flechas i piedras,
Misionero en la paz, soldado en guerra, , despiden aquellas ventanas torrentes de luz perfu-
1 ha de lanzar sus pasos el primero mados con los aromas mas preciosos de Arabia? ...
Donde alza un grito de dolor la tierra. P orque el mes de elul ha llegado a la mitad
Si hoi en la patria la maldad se anida, de su carrera, i Herodes Antipas ha reunido en su
Lavemos esa mancha de su historia' inespugnable casti llo de Maqueronta a los mas
Por la patria luchar: esa es la vida'! valientes oficiales de sus lejiones, a los mas nobles
Por la patria morir : esa es la gloria! herederos de Galilea, para celebrar un espléndido
J~U I S R ODRíGUEZ V ELAZCO. festin con motivo de ser el aniversario de su na-
Lima abril de 1865. talicio.
___ ..... +-.. P or eso las lámparas ejipcias i las teas de abeto
r esinoso alumbran los artesonados techos i las tapizadas
paredes del espacioso salon destinado a las
ceremonias.
TRADI~IONES DE ORIENTE.
EL FESTIN DE MA QUERONT A.
I.
. Vedle, allí está! es Maqueronta, jigante de gramto
que desde las fronteras de Judea amenaza
eternamente a los rapaces árabes que habitan las
Bolitarias riberas del mar lH uerto.
La luna, esa poética i silenciosa antorcha de la
noche, derrama los puros rayos de su frente sobre
sus altos muros i denegridas torres.
El aire abrasador del desierto calcina su fuerte
muralla; el murmullo del cadencioso J ordan arrulla
el sueño de sus moradores.
Los soldados mercenarios del señOl; de Galilea,
del corrompido i avariento Antipas, cantan desde
las altas almenas; recordando tal vez el cielo de
IlU patria, el beso cariñoso de una madre, la mirada
de amor de una querida, la patria, recuerdo
indeleble que no se borra nunca del eorazon del
desterrado.
Era una noche del mes de elul, '" a esa hora en
que los judíos denominan cabeza de las vijilias. """
Las ojivas ventanas del castillo están abiertas.
Por sus estrechos huecos se esparce una viva
claridad.
De vez en cuando 6yese el delicioso ·acento de
las flautas, las liras i la voz de los cantores.
El árabe, oculto en los espesos matorrales o tras
las infecundas rocas, escucha aquella deliciosa armonía
observando con perspicaz mirada el resplandor
de las luces del castillo.
* El mos de elul de los hobros cae entre agosto i setiembre
nuestro.
~*. Cabeza de vijilia cs 01 espacio que media entre las
.e1B 1 las doce de In noche.
P or eso los pebeteros griegos, con sus deliciosas
emanaciones, perfuman el ambiente.
La púrpura de Tiro, el oro de Nínive, las perlas
de Golconda, brillan con todo el esplendor de su
riqueza.
La impúdica J e imb el habia introducido el uso
del perfume i 103 afeites entre los modestos hijos
de Sion . .
La corte de la adúltera Herodías no se avenia
a llevar el pudoroso v
Citación recomendada (normas APA)
"El Mosaico - Año IV N. 33", -:Bogotá: Imprenta El Mosaico, 1865. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2093637/), el día 2025-05-07.
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