Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
TRIM. IV. Bpgotá, 14 de enero de 1872. NUM.48,
EL o ICO
PERIODICO DE LA JUVENTUD, DESTINADO EXCLUSIVAMENTE A LA LITERATURA.
SE PUBLICA LOS DOllUNGOS, LA SUSCRJ CION POR '.l'RUtESTRE VALE $ 1-20 DE LEY.
A mis amados hermanos José Mar(a Quijano
Otero y Virginia Cabrera, el dia do
púg.
su matrimonio - J. J. BORDA. ., . ...... 3 1
Variedades-EL RED"\CTOR ............. 381
Boton de oro - VIC'rORlNA FERRER . ... . 381
Anuncios ... . .... .... . ... .... .......... 383
EL MOSAICO.
A MIS AMADOS HERMANOS
JosÉ lIURÍ!. QUIJ ANO O. y vmGü'IA CABRERA.
El clia de 81' 71wlri7/, onio.
Flores en torno á mí, luces y aroma!
Radiante el sol asoma,
Oigo en las auras suspirar" amor! ))
Algo del cielo en delTedor se siente ....
Vil'ginia! alza la frente,
Pasó la oscura nube del dolór.
Virginia .. .. sí! la nacarada rosa,
Que angélica y hermo !lo
Era un adorno de mi hogar ayer,
Boton del mismo vástago, do un dia.
La dulce prenda mia
Cogí, temblando de inmortal placer.
Ya el blanco velo de la. ncvia pen de
De sus siene ,y csplende
Bajo los azahares u al ba faz.
Lle\'a un mundo de amor cn su mirada,
Su alma va en luz bañada ....
Oh! no se apague u ilusion jamas !
Oh! no e apague! .... su ilusion festejan,
Su júbilo refl(~an
Mundo y cielo, vestidos de esplendor,
Oh! no se apague!. " . El ángel en su altura,
Cuando ve la hermosura
Coronada de amor, tiembla de amor.
y tú tambien, poeta, ayer la 3uerte
En flor hirió de muer·te
'['u dicha, tu esperanza, tu ilu ion.
Mas el amor es grande, arnor da vida,
Con su luz bendecida
Resucita el ya muerto COI·azon.
Brilla en tus qjos la esperanza pura,
'fu planta mal segura,
Se afirma, y entre flores leda va.
Tu corazon palpita estremecido,
Apagóse el gemido,
Tu labio un himuo murmurando está.
Doblad la sien! .... Ya luce la. mañana
y ante el ara cristia na '
'Los cir,ios ardpn y el incienso humea.
La bendicion de l Dios omnipotente
Ua~ sobre vuestra frente . . ..
j Prenda de union y de ventura sea!
No veis? no veis? ... Los deudos los amiO'os
De vue stra union testigos, ' <>
Inundados en júbilo se ven.
y entre llauto de gozo y entre abrazos
O llevan en sus brazos
A vuestro hogar .... á vuestro dulce eden.
Miradlc allá, que entre árboles blanquea,
y sohl'e él centellea
De la ventura el encantado 0 1.
A su dintel no llega el vano ruido
Del mundo enfurecido,
Ni apaga eu él la dicha s u arrebol.
Oh! la encantada copa allí os espera.
u néctar reyerbera
y con la dicha os brinda y el placer.
y el almohadou allí de frescas rosas
Mullid as y 0101'0 as,
Do ni una espina punzará la sien.
Ya es una vue tra sup.rte ...• Dichas, pen as,
IIOI'as dulcE's, serenas,
lloras de sombra y duelo y tempestad.
Unidos yue tro nombre y vuestra suerte!
Sólo la fiera muerte
Lo que Dios en lazó, soltar podrá.
Soltarlo? .. . para qué? . .. Dulce cadena
De rosa y azuceua
Es la que os ata el cuello, ós ata E' I pié.
Y al tmves de este mundo de dolores,
La cadena de flore
Unirá vuestra suerte allá tambien.
Seguid, seguid! .... el nuevo hogar cspera;
Que es dulce compañera
Del amor y el talento, la beldad.
Allí tiene el amor su autorcha bella,
Luce de amor la estrella
Y vela en sus dinteles la amistad.
J. J. BORDA.
MATRIMONIO .
Se ha ce lebrado el del señor doctor
José M. Quijano Otero con la señorita
Virginia Cabrera ellO de los corrientes.
Demasiado de cerca nos toca esa amable
pareja para que no le deseemos con toda
el alma largos años de dichosa prosperidad.
TUMBA ILUSTRE.
Consignamos aquí el nombre del señor
doctor Manuel M. MaUarino, inscrito ya
en el catálogo de los mue1'tos.
La sociedad entera ha sentido su pérdida,
porque á toda eUa pertenecia por
e l corazon y por lo s merecimientos.
Hijo ilustre de la Patria, la honró con
sus talentos y virtudes, la acompañó en
sus dias de lucha y la sirvió sin tregua.
Sus deudos deben consolarse. Su alma
tiene dicha en e l cielo, tiene gloria en
la tierra. .. .. ..
LA PRIMA DE 1871.
Con el próximo n úmero r ecibir<'l.n los
señores suscritores á todo el año d& 1871
la primera entregas d el" Libro d e l as
Flores."
Perdónesenos la demora, ocasionada
por la tardanza de una prensa que aún
estamos esperando.
Por lo que hace á la "Condesa de
Montecristo," ya llega á su términ0, y
la iremos concluyendo despacio, en obsequio
de los suscl'itores de este año.
BOTON DE ORO.
CUENTO.
l.
Si quieres seguirme, mi hermosa lectora,
te conduciré á un fresco y solitario
valle de Extremadura.
Al pié de un monte, y bañado por las
claras ondas del Guadiana, habia hace
algunos años, un cómodo y limpio, pero
pobre cortijo.
La señora Teresa, dueña absoluta de
él y viuda de un honrado labrador, era
una buena mujer, en toda la extension
de la palabra.
Gruesa, colorada, de ti onomía jovial
y placentera, habia sido lo que se llama.
una ,r¡uapa cltica .
Esposa leal, y tierna madre; un solo
defecto se la podia achacar, y este era,
una extremada debilidad para con todos
los caprichos de su hija.
:Margarita tenia 17 años, hija única, y
sin padre desde la cuna, hubiese deseado
pertenecer á una esfera más elevada,
lo que hacia, que muchas veces se desdcñase
alternar con las otras humildes aldeanas.
Era pequeña, graciosa, de cabellera
rubia y rizada, y de ojos de color de cielo.
Cuando los domingos por la tarde, los
mozos y chicas del pueblo se reunian á.
orilla del Guadiana, nunca se veia á Margarita
entre ella~.
La jóven tomo uno de los libros que
le habian dejado en herencia un tio suyo,
y encerrándose en su pequeño gabinete,
se engolfaba en una lectura poco á propósito
para f'brmar el COl'azon de una muchacha
del pueblo.
Lectura que hacia exclamar á su bue-na
madre:
-:Mi hija será una sábia! !
Y á Margarita decir con despecho:
-j Maldito pueblo, y maldito el haber
nacido una humilde labradora: ¿ por qué
no habia de vestir de seda como otras
grandes señoras, y no con esta saya, y
este pañuelo de sa¡ulía P Dios mio! cuán
desgraciada soy!
Sin embargo, era ínj usta al decir esto,
porque la saya de grana, con anchas lis-
TRIM. IV. Bpgotá, 14 de enero de 1872. NUM.48,
EL o ICO
PERIODICO DE LA JUVENTUD, DESTINADO EXCLUSIVAMENTE A LA LITERATURA.
SE PUBLICA LOS DOllUNGOS, LA SUSCRJ CION POR '.l'RUtESTRE VALE $ 1-20 DE LEY.
A mis amados hermanos José Mar(a Quijano
Otero y Virginia Cabrera, el dia do
púg.
su matrimonio - J. J. BORDA. ., . ...... 3 1
Variedades-EL RED"\CTOR ............. 381
Boton de oro - VIC'rORlNA FERRER . ... . 381
Anuncios ... . .... .... . ... .... .......... 383
EL MOSAICO.
A MIS AMADOS HERMANOS
JosÉ lIURÍ!. QUIJ ANO O. y vmGü'IA CABRERA.
El clia de 81' 71wlri7/, onio.
Flores en torno á mí, luces y aroma!
Radiante el sol asoma,
Oigo en las auras suspirar" amor! ))
Algo del cielo en delTedor se siente ....
Vil'ginia! alza la frente,
Pasó la oscura nube del dolór.
Virginia .. .. sí! la nacarada rosa,
Que angélica y hermo !lo
Era un adorno de mi hogar ayer,
Boton del mismo vástago, do un dia.
La dulce prenda mia
Cogí, temblando de inmortal placer.
Ya el blanco velo de la. ncvia pende
De sus siene ,y csplende
Bajo los azahares u al ba faz.
Lle\'a un mundo de amor cn su mirada,
Su alma va en luz bañada ....
Oh! no se apague u ilusion jamas !
Oh! no e apague! .... su ilusion festejan,
Su júbilo refl(~an
Mundo y cielo, vestidos de esplendor,
Oh! no se apague!. " . El ángel en su altura,
Cuando ve la hermosura
Coronada de amor, tiembla de amor.
y tú tambien, poeta, ayer la 3uerte
En flor hirió de muer·te
'['u dicha, tu esperanza, tu ilu ion.
Mas el amor es grande, arnor da vida,
Con su luz bendecida
Resucita el ya muerto COI·azon.
Brilla en tus qjos la esperanza pura,
'fu planta mal segura,
Se afirma, y entre flores leda va.
Tu corazon palpita estremecido,
Apagóse el gemido,
Tu labio un himuo murmurando está.
Doblad la sien! .... Ya luce la. mañana
y ante el ara cristiana '
'Los cir,ios ardpn y el incienso humea.
La bendicion del Dios omnipotente
Ua~ sobre vuestra frente . . ..
j Prenda de union y de ventura sea!
No veis? no veis? ... Los deudos los amiO'os
De vuestra union testigos, ' <>
Inundados en júbilo se ven.
y entre llauto de gozo y entre abrazos
O llevan en sus brazos
A vuestro hogar .... á vuestro dulce eden.
Miradlc allá, que entre árboles blanquea,
y sohl'e él centellea
De la ventura el encantado 0 1.
A su dintel no llega el vano ruido
Del mundo enfurecido,
Ni apaga eu él la dicha su arrebol.
Oh! la encantada copa allí os espera.
u néctar reyerbera
y con la dicha os brinda y el placer.
y el almohadou allí de frescas rosas
Mullidas y 0101'0 as,
Do ni una espina punzará la sien.
Ya es una vue tra sup.rte ...• Dichas, penas,
IIOI'as dulcE's, serenas,
lloras de sombra y duelo y tempestad.
Unidos yue tro nombre y vuestra suerte!
Sólo la fiera muerte
Lo que Dios enlazó, soltar podrá.
Soltarlo? .. . para qué? . .. Dulce cadena
De rosa y azuceua
Es la que os ata el cuello, ós ata E'I pié.
Y al tmves de este mundo de dolores,
La cadena de flore
Unirá vuestra suerte allá tambien.
Seguid, seguid! .... el nuevo hogar cspera;
Que es dulce compañera
Del amor y el talento, la beldad.
Allí tiene el amor su autorcha bella,
Luce de amor la estrella
Y vela en sus dinteles la amistad.
J. J. BORDA.
MATRIMONIO.
Se ha celebrado el del señor doctor
José M. Quijano Otero con la señorita
Virginia Cabrera ellO de los corrientes.
Demasiado de cerca nos toca esa amable
pareja para que no le deseemos con toda
el alma largos años de dichosa prosperidad.
TUMBA ILUSTRE.
Consignamos aquí el nombre del señor
doctor Manuel M. MaUarino, inscrito ya
en el catálogo de los mue1'tos.
La sociedad entera ha sentido su pérdida,
porque á toda eUa pertenecia por
el corazon y por los merecimientos.
Hijo ilustre de la Patria, la honró con
sus talentos y virtudes, la acompañó en
sus dias de lucha y la sirvió sin tregua.
Sus deudos deben consolarse. Su alma
tiene dicha en el cielo, tiene gloria en
la tierra. .. .. ..
LA PRIMA DE 1871.
Con el próximo número r ecibir<'l.n los
señores suscritores á todo el año d& 1871
la primera entregas del" Libro de las
Flores."
Perdónesenos la demora, ocasionada
por la tardanza de una prensa que aún
estamos esperando.
Por lo que hace á la "Condesa de
Montecristo," ya llega á su términ0, y
la iremos concluyendo despacio, en obsequio
de los suscl'itores de este año.
BOTON DE ORO.
CUENTO.
l.
Si quieres seguirme, mi hermosa lectora,
te conduciré á un fresco y solitario
valle de Extremadura.
Al pié de un monte, y bañado por las
claras ondas del Guadiana, habia hace
algunos años, un cómodo y limpio, pero
pobre cortijo.
La señora Teresa, dueña absoluta de
él y viuda de un honrado labrador, era
una buena mujer, en toda la extension
de la palabra.
Gruesa, colorada, de ti onomía jovial
y placentera, habia sido lo que se llama.
una ,r¡uapa cltica.
Esposa leal, y tierna madre; un solo
defecto se la podia achacar, y este era,
una extremada debilidad para con todos
los caprichos de su hija.
:Margarita tenia 17 años, hija única, y
sin padre desde la cuna, hubiese deseado
pertenecer á una esfera más elevada,
lo que hacia, que muchas veces se desdcñase
alternar con las otras humildes aldeanas.
Era pequeña, graciosa, de cabellera
rubia y rizada, y de ojos de color de cielo.
Cuando los domingos por la tarde, los
mozos y chicas del pueblo se reunian á.
orilla del Guadiana, nunca se veia á Margarita
entre ella~.
La jóven tomo uno de los libros que
le habian dejado en herencia un tio suyo,
y encerrándose en su pequeño gabinete,
se engolfaba en una lectura poco á propósito
para f'brmar el COl'azon de una muchacha
del pueblo.
Lectura que hacia exclamar á su bue-na
madre:
-:Mi hija será una sábia! !
Y á Margarita decir con despecho:
-j Maldito pueblo, y maldito el haber
nacido una humilde labradora: ¿ por qué
no habia de vestir de seda como otras
grandes señoras, y no con esta saya, y
este pañuelo de sa¡ulía P Dios mio! cuán
desgraciada soy!
Sin embargo, era ínj usta al decir esto,
porque la saya de grana, con anchas lis-
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
tas de terciopelo negro, y el pañuelo que
en Extremadura llaman de sandía, color
de rosa fuerte, con grandes ramos blancos,
la embellecian en extremo.
Su mano y su corazon habian sido podidot'l
por los mejores mozos del pueblo,
pero siempre recibian en pago de su cariño,
un no despreciativo.
A uno únicamente Margarita daba alguna
esperanza, pero llegó un dia en que
tuvo el no que todos habian tenido.
Margarita ella ingrata al hacer esto,
porque Rafael la amaba con toda su
alma.
E sto consistia, en que la mañanita de
S. Juan, todas las j óvenes van al Guadiana
y despues de rezar una salve á la
Vú'gen de Botoa, ven reproducirse en
los claros espejos delrio, el hombre que
ha de ser su esposo. Margarita habia
visto retratado en el cristal, sirviéndole
de marco el valle, y el cielo, un bizarro
caballer:>; desde entónces lo esperaba
con afan y henchida el alma de locas
ilusiones.
La vis ion de la jóven era una casua-lidad.
.
Un jóven cazador cruzaba á la sazon
por un cercano montecillo, y su imágen
se habia reproducido en el agua.
Margarita se aisló de sus compañeras
y despreció el amor de los labradores.
Djeron que no tenia corazon ni alma
y por cst.o, y por ser tan rubia, la llamal'on
Boton de 01"0.
Ya sabes, lectora mia, que este es el
nombre de una florecilla mny linda y
dorn.da, pero sin perfume.
Ya..que conoceis á la señora Teresa y
su hija, os diró en dos palabras los otros
habitantes del cortijo:
Margarita, nodriza do Magdalena, y
que la queria más que á las niñas de s:us
<>jos.
Juan, un viejo criado.
y 01 perro, Valiente.
Il.
Era una fresca mañana de mayo.
Las violetas que crecian al pié del cortijo
embalsamaban el alll bien te.
Los !TI urmullos del Guadiana eran
una dulce oracÍon elevada á María.
El sol. principiaba á derramar sus tibios
y dorados rayos sobre las lejanas
-cúpulas (le las iglesias de Badaj0z.
Boton de 01'0, sentada tristemente á
los lliés de su ma(hc suspiraLa á menudo.
La señora Teresa tenia á su hija y era
feliz.
-Madre, dijo de r epente la jóven,
¿ se necesita mucho dinero para ir :i
Madric} ?
-Yaya! ya lo creo! un hombre tan
rico como es el señor Oura nunca lo ha
podido reunir.
-y para ir á Badajoz ?
-Lo que es para Badajoz, con el que
nos debe Ignacio el molinero hay bastante.
-Ouánto gozará el que pueda ir! exclamó
Boton de 01'0 lammndo un suspiro.
-Yo no mas fuí una vez, cuando era
recien casada, prefiero el aire puro de
nuestros valles y montes, que las e~trechas
calles y pequeñas casas de la c:udad.
EL MOSAICO.
-y las señoras! cuán bellas serán!
cuéntame, madre, iban bien vestidas?
-Sí, las hay muy bouitas, pero ellas
se afean con sus modas, se cubren las
hermosas trenzas de pelo con tanto lujo
y flor, que parece su cabeza un escapa ·
rate, luego el fresco color del rostro lo
tapan cou una capa de harina, que parecCil
la chica del molinero los di as que
trabajan. Lo que sí llevan son magníficos
v<,lstidos y muy buenas alhajas.
Boton de oro dió una mirada alrio ; el
espejo le reprodujo su blanca garganta,
sin otro adorno que Ulla cruz de azabache;
pasó por sus ojos uu relámpago de
cólera, y exc.lamó resueltamente:
-Madre, quiero ir :i Badajoz.
-Muchacha, estás loca, dijo la señora
Teresa soltando la carcajada.
- o, madre, lo que estoy es deseosa
de ver mundo, y de que mis ojos vean
otra cosa que no sea el valle de las vio·
letas, ó el Guadiana.
-y al pobre de Rafael lo dejarás?
exclamó la madre chanceándose.
-No me hables de él, ya sabes que
le queria un poco.
-Sí, pero no sé por qué no le quieres
y le desprecIas.
-Algun dia lo sabrás y tu felicidad y
la mia consistirán en un desprecio de
ahora.
-No, hija mia, no seré feliz has1;:l
que vpa que eres su esposa: es guapo?
-Sí.
-Es rico?
-Tanto como yo soy pobre.
-E honrado?
-Oomo ninguno.
-Pues entónces qué mas deseas?
Boton de oro bajó la cabeza y calló i
no se habia atrevido á decir: "no es
noble."
-No hablemos de Rafael, madre, ha·
blemos de mi ida á Badajoz.
Tú que eres tan buena, ¿ quieres que
vaya? añadió echando los brazos al cuello
ele la señora Teresa y besándola en
la megilla. .
-Tiene razon mi niña, dijo la vieja
Magdalena saliendo del cortijo. Ella sabe
de letra y no puede consumirse entre
cuatro paredes como nosotras.
Sí que es verdad, murmuró la pobre
madre casi convencida por las caricias
de su hija. P ero yo no tengo dinero ni
quicn te acompañe.
-Madrecita, si tú quieres me acompañará
Magdalena.
-y dinero?
-So necesita poco, solo quiero estar
un mes.
Boton de oro pensó que un Dles era
suficiente tiempo para encontrar el caballero
que el Guadiana le habia elegido
por esposo.
-Ouándo quen':.\s marcharte? dijo la
buena madre, que no sabia decir nó á su
hija, cosa que la perjuclicaba en extremo.
-Mañana que es domingo, y ~Iargarita
loca de gozo se ech6 cn los brazos
de su madre, sin ver las lágrimas q ne se
deslizaban por sus honradas megillas, al
sólo pensamiento de separarse de su hija.
Margarita se fué á su gabin.ete, para
hacer los preparativos para la marcha.
Aparecian las primeras luces del dia,
cuando la señora Teresa se levantó.
Boton de oro, vestida ya. con una gracios:
1 coquetería, cuidaba de que todo estuviese
dispuesto.
Magdalena llenaba un saco de lino,
blanco como la nieve, de provisiones.
En la noche que Margarita deseando
salir del valle abandonó su casa, el paseo
de San Francisco estaba lleno de
gente.
Boton de oro estaba allí.
En algunas horas se habian desvanecido
muchas de sus ilusiones.
Pensaba que su hermosura admiraria,
y nadie se habia fijado en ella, más que
algun labrador ó soldado, p[.tra decirla
un cortejo vulgar y poco respetuoso.
IIabia querido agua, y al d:írsela notó
que no era tan clara ni fresca como la
de su límpida fuente.
Margarita era feliz: su más ardiente
deseo habia sido el salir del valle de las
violetas, y lo iba á r ealizar.
Si se hubiese fijado en su madre, hubiese
visto que tenillo el rostro pálido y
los ojos enrojecidos.
Pero con el corazon y la cabeza henchida
de ilusiones, no se vé nada.
Ouán pronto se habian de desvanecer!
i Cuán pronto habian ele huir dejando
la triste y fria realidad!
Por fin llegó la hora de marchar.
Boton de oro se acercó á su madre
para darle el beso de despedida.
-Hija mia, exclamó la pobre mujer
queriendo r eprimir los sollozos, procura
divertirte y tener juicio, no te olvides
del valle en donde has nacido; vuelYe
pronto; ya sabes que tu madre no puede
vivi.r sin ti. Toma, añadió, este manojito
de violetas, lo ha tenido la Vírgen
en su altar, él te librará de todo mal y
protegerá la inocencia; sé virtuosa, caritatiya
y buena.
y aq uella santa madre besó repetidas
veces la c ,beza de su hija, y recomencHndola
á Magdalena, las aylldó á subir
á un pequeño carro que debia conducirlas
á Badajoz. Boton de oro, impaciente,
solo deseaba marchar pronto.
Média hora despues, la señora Teresa
subia á una azotea en donde podia ver,
aunque de lejos, el carro en que iba la
hija de sus entrañas.
IIl.
Badajoz, capital de Extremadura, es
una bonita ciudad.
Sus casas blancas como la nieve, tieHen
todas ellas un gran patio lleno de
florcs, en dond est:lll en verano las elegantes
niñas todas vestidas de blanco.
Las iglesia son sencillas y bellas.
Delante del imponente y abandonado
palacio de Godoy se juntan el Guadiana,
el Jévora y el Rivilla, formltndo una.
llermosa laguna, lo Jlue ela un hermoso
aspecto sumamente pintoresco á la po~
blacion.
Le gustaban mucho las fiores, pero no
encontró más que alg'unas casi marchita:;
y de p,Hidos colores. .
Entónces á pesar suyo recordó las bellas
y brillantes que crecian en cl valle
y on el jardin de su cortijo.
Magdalella era feliz, como no miraba.
las cosas 'bajo un punto de vista poético,
ni se formaba ilusiones, no se equivocó
en lo que pensaba hallar.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Lójos de Boton do oro habia dos corazones
que suspiraban por su ausencia.
Uno, el honrado y cariñoso de su
madre.
Otro, el amante y sencillo de Rafael,
que al ir por la mañana á la primera misa,
habia oielo decir á varias jóvenes:
-Sabeis quién se ha ido?
-Quién?
-Boton de oro.
Vaya con la orgullosa, quizá creorá
encontrar algun señorito que la quiera.
-Como es una sábia que sabe de le-tra,
no se digna estar entre nosotras.
-y le parece poco el pueblo.
-y pobre la saya da grana.
-Lo que es yo no me junto más con
ella.
-Ni yo.
-Ni yo.
Exclamaron todas ácoro dispersándose
como una bandada de palomas al ver á
Rafael.
. Sinembargo, el jóven lo habia oido todo,
y su corazon lloraba lágrimas de sangre
de ver que era impotente para remediarlo.
E L M O SA I C O.
~Son hermanos? volvió á preguntar
Boton de 01'0.
-Hermanos? dijo la interpelada sonriendo.
Son esposos: él era noble, ella
rica; el uno queria riqueza, la otra nobleza;
se han casado y tienen lo que
querian.
--Dios mio, dijo la jóven, cuánta maldad
hay en el mundo!
Al dia siguiente Magdalena y Margarita
fueron á los toros; al segundo tuvieron
que salirse porque habia sido
muerto un picador.
-¿ E posible que puedan divertirse
viendo el mal de sus semejantes? murmuró
Boton de oro.
Magdalena no decia nada, pero sus
labios murmuraban una oracion.
Owintas ilusiones perdidas!
Cuciutas espel'anzas frustradas en solo
tres dias que falk'lba del valle!
Pensó que las señoras le envidiarian
la hermosura y su vanidad sufrió el terrible
golpe de ver que la despreciaban
porque su traje era el de una chica del
pueblo.
El cuarto dia salían de una fiesta de
, ......... ...... .. ............ .................... . iglesia, en donde comprendió que iban
á todo ménos á rezar.
Boton de oro, vestida con toda la gra- Al pasar por la calle del Lanado, le-cia
que caracteriza á las extremeñas pri- vantó los ojos y lanzó un grito apoyánmeras
para. arreglarse los graciosos plie- dose en Magdalena.
gues de la saya, ó para colocarse una En un balcon estaba el caballero que
flor entre sus brillantes trenzas, paseaba le mostraron las ondas del Guadiana el
pensativa entre la turba de elegantes que dia de San J nano -
poblaban la calle de árboles mas espa- -Con que no era mentira! exclamó,
ciosa. no era ilusion de mi alma!
Buscaba el caballero que le habia di- Luego, avergonzada de lo que acababa
cho el Guadiana, en su misterioso len- de decir, y casi arra~trando á MaO'dalena,
guaje, que la amaria. se dirigió á la posada. o
Pero solo encontraban sus ojos una El jóven habia oido con sorpresa las
multitud de perfumados y erizados jóve- palabras de la aldeana.
nes, que lo mismo le decian á la fea que Vió en ella una jóven bonita, y pensó
á la bonita. que podia añadir un nombre más al libro
Muchas viejas que hacian de niñas, y de sus conquistas.
muchas niñas que hacian de viejas. Bajó corriendo á la calle y se puso á
Mucha coquetería. seguir á Boton de oro.
Mucho fingimiento. Magdalena entró.
y mucha farsa. Margarita se detuvo al oir que la
- -¿ Dónde está la verdad, exclamó, llamaban.
dónde la constancia y los amores gran- --Ouánto me he acordado de ti! exdes
y sublimes? Rafael es un rudo la- clamó el jóven á quien llamaremos Cárbi'ador
que no tiene nobleza y asimismo los, que al decir esto m enti~ pues nunca
desde que me ha jurado amor á mí, sus habia visto á Margarita.
ojos no han mirado á ninguna mujer. -Tambien yo he recordado siempre
-Rafael es un buen chico, dijo Mag- el dia que te vi por vez primera.
dalena, no hay una moza en el pueblo -Hermosa María!
que lo despreciase. -No me llamo María, caballero, mi
Margarita calló y una tristeza desco- nombre es Margarita; en el pueblo me
nocida se apoderó de su alma. llaman Boton de oro.
Al dia siguiente fué al teatro. -Cuán bella eres! las mas nobles se-
Miró al rededor de sí y sólo vió men- ñoras envidiarán tu hermosura.
tÚ'as, adulaciori. y bajeza. -Cuán feliz soy de haber visto á us-
Comprendió con una pena profunda ted! Ollando el Guadiana me dijo que
que los amores infinitos y sublimes sólo usted me amaria, pensé que era una iluexisten
en los dramas y novelas. , sion, y no una realidad lo que habia
Vió una niña bellísima hablando con visto.
un viejo feo y repugnante. -Qué sitio tan delicioso! dijo Cárlos
-Son padre é hija? preguntó. comprendiendo el carácter de la que ha-
:-- No, es su novio, ella es pobre y él blabá. Siempre te he buscado, y mi al-rico,
el oro lo puede todo. ma sufria por encontrarte.
-Tambien adoran el Gro, pensó Mar- -Por qué no fué usted al valle? allí
g arita. Rafael me ama y yo soy pobre y era seguro el encontrarme.
él rico. -Ya fuí! exclamó por lisonja.
En otro palco habia dós j óv~nes, -ella -Qué desgracia! exclamó la jóven in-fastidiada
mirando las buta.cas, él ha- terrumpiéndole, habrá usted ido nno de
éiendo señas a una hermosa muj er. que 101?"dias quo yo estoy en Badajoz.
estaba en una platea. . Margarita admirada y feliz por haber
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encontrado el objeto de su amor, ayudaba
á la mentira de su vision, descubriendo
el modo que se conocieron, cosa que
ella nunca habria adivinado.
A pesar que Margarita era muy linda,
Cárlos se encontraba mal allí, no le gustaba
estar á la puerta de un me son, hablando
con una labradora.
-Con quién has venido? le preguntó.
-Con Magdalena.
-Podriamos hablar esta noche? aho-ra
tengo prisa y no puedo detene=e.
-Imposible.
-Piensa. un medio, si es cierto que
me amas, pronto lo hallarás.
-Mañana se marcha Magdalena, vaá
ver á una prima que viene de Portugal;
diré que estoy enferma y me quedar6 en
casa. Venga usted á las diez de la noche
y tire usted por la segunda ventana este
manojito de violetas á mi 'habitacion, yo
saldré y hablaremos.
Adios, que me llama Uagdalena.
--Adios, dijo Oárlos guardando en su
bolsillo el ramo de violetas, que era el
mismo que la Virgen habia tenido en su
altar.
( Conduil'á).
ANUNCIOS.
"EL CORREO DE ULTRAMAR."
El infrascrito se ha hecho cargo
de la agencia única de este
periódioo en la capital, y empezará
á despaoharlo desde que
lleguen los números correspondientes
al presente mes.
PECADO Y PENITENCIA,
o UN SARGENTO DEL LIBERTADOR.
Ensayo dl'amático cn un acto y en verso, original
de Eusebio Hernández T.
Se publicare, en Oartagena. Pl'ecio de la suscririon
8 reales. La persona que tome más de
un ejemplar, los obtendra por G reales cada uno.
COLEGIO
DE LA SANTISIMA TRINIDAD.
Este plantel de educacion continuará sus tareas
el 1, o de enero de 1872, en la casa situada
en esta ciudad, frente á la iglesia de la Enseñanza.
EUSTOQUI.\ OARRASQUILLA,
Bogotá, 15 de octubre de 1871. 12-9
ARBOLES.
En la botica del dootor Antonio Várgas Réyes,
frente á la iglesia de San to Domingo, se
compran: peros, duraznos, manzanos y tocb
especie de arbolitos, frutales 6 no, á precios cómodos.
FORO .
De acuerdo con la. oferta que hice en el número
53 de '" La Ilustracion," avis'! á lIlis comitentes
que á fines del mes en curso me ausentaré
de este lugar, y que por el mismo hecho
queda disuelta la Agencia de "Angulo y Naval'l'ete"
que últilnamente habitt estado á mi
cargo.
Doy las mas expresivas gracias á las personas
que me han honraao con su confianza, ofreciéndome
poner á su disposicion eu la ciudad de
Popayan, y á los que tienen cuentas pendientes
con la Agencia, les suplico se sirvan arreglarlas
en dicha ciudad.
B:¡,rbacoas, agosto 1.0 de 1871.
JIIIGUEL W. ANGULO.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
384 EL MOSAICO.
"EL ~l OSAI 00 B
para el año de 1872.
CORRESPONSAL EN EilROP A:
Señore doñe ~J1erie del Piler SinueE de l\1erco+
PUBLICA DOS AD1IIRABLE8 NOVEL \8 :
GENOVEV A, po,. .!l(foNso Ha,.,.,
UN ODIO A BORDO, por Landelle,
PRIMA A lO~ ~U~CRITORE~ ANUAlE~:
CHILDE HAROLD, pOdilla de lord Byron, traducido por J. J. Borda.
$ 500 de regalo
al Susoritor que ;fuere favoreoido por la suerte,.
siempre q u e hu biere ~IL susori tares: Una suma
proporoional Si no bajaren de QUIN"TEJN"TOS.
IMPRENTA DE "EL MOSAICO."
Escovllr y Guarin, Editores.
Citación recomendada (normas APA)
"El Mosaico: periódico de la juventud, destinado exclusivamente a la literatura - Año I N. 48", -:Bogotá: Imprenta El Mosaico, 1872. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2093114/), el día 2025-06-23.
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