Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Nñm.80. Bogotá, lúnes 4 de setiembre-de 1865. - Preoio: 10 centavos. Afio VI.
PERIÓDICO DE INDUSTRÚ., CIENCIAS, ARTES, LITERATURA E INVENTOS.
A CARGO DE UNA ASOCIACION PROGRESISTA.
<
CONTENIDO.
B""ar-Ln .abann-EI 6 de agosto-Espejo del nlmn-Don FulaDO
por detras-Enanos i jigantes-A la señorita A, O.
-----.~~~.~.-.~---
UAZAR.
-DICE" El ~O de Julio" de 28 de los corrientes
bajo el rubro de "Bogotá."
"Bogotá progresa? Bogotá se muere? Hace
quince años que "El Pasatiempo" examinó
esta cuestion siu dar sentencia definitiva. 1 de
vez en cuando, cuando a algun escritor le da en
cara un monton de basura en frente de su casa,
en lugar de hacerlo quitar escribe un artículo
Bogotá se mue1'e, i quedan el monton de basura
i el artículo facturados entre los argumentos.
Otras veces, en un ananque de er.tu iasmo, toma
otro escritor la pluma i escribe Bogotá
p"O{J1'esa, a propósito de que le compusieron su
calle o estuvo contento en la última funeion de
6pera. Nosotros hemos examinado la cuestiono
tanto cuanto nos ha sido posible, i sin niugun
suceso privado que nos influencie, no yacilamos
en declarm' que Bogotá p1'O{Jresa, a pesar de
ciertas cosas funestas de que tenemos que
bablat.
Bogotá no puede seguir con el sistema rentístico
que hoí tiene, i con la enorme contribucion
que paga al estado. Es preciso que eu la próxima
l~jislatura del estado se remedie esto en la parte
que al estado toca. Exijir a Bogotá $ 20,000
de contribucion anual solo por el derccho de llamarse
cnudibamarquesa, es mucho. Esto depende
del modo cómo se planteó l::t ·cuestion de
incorporacion de la ciudad en el cstado en 1863.
Todos hab1:1ban dc incorporrtr a Bogotá a Cundinamarca:
nadie cay6 en cuenta de que lo que
habia qne hacer era incorporar el estado a Bogotá.
IIoi nos llevan a remolque intereses ajenos,
que ni siquiera son los del estado, i como
Bogotá es i será la vida del estado i el term6-
metro de su cí vilizacion, es de interes de todo
el estado que Bogotá no sea un nuevo presidiario,
sino un lluevo ciu(~elallo. La lei "ijenLe
autoriza al poder ejecutivo del estado para cobrar
ejecutivamente la eontribucion al distrito.
Nunca habia .sido mas opresora la leí para el
comun.
POlo otra parte, la municipalidac1no ha. proveido
a SUB dos únicos remedios: 1.0 a formal'
nn catastro exacto de la riqueza imponible del
distrito. Se cobra hoi la contl'ibuciOn por los
cata.stros de 1850, pagando las fincns mas notables,
mal avaluadas, i escapándose de la contribucion
muchas fincas pequeñas. La ciudaelno
vale ménos de doce millones de pesos en propiedad
raiz, i tres en semoyientes. Pagando
los primeros al 2 por 1,000 i los seguudos al 1
por] ,000, tendriamos una renta suficiente para
fltendcr 1\ nnestro¡o; gastos i pam ejecutl\r obras
necesarias i de adorno, como la canalizacion
paulatina de los rios, los p·uentes que comunican
la ciudad entre sí, la creacion de paseos i
de parques públicos &.a
El segundo medio es liquidar con el go~ier?o
nacional la renta que corresponde al t1lstnto
por los bienes que malamente le tom6. Esta
renta no baja de $ 24-,000 anuales, como se le
puede probar, i le sel'\"iria para pagar su stlbvencion
al estado, recabando previamente la
aceptacion ele estos yalore& de la lejislatura.
Nuestra renta por contribucion territorial debe
ser hoi mas cuantiosa que nunca, porque en
los años anteriores no podiamos gravar la fuerte
Sl\!na de principales que habia sobre las fincas
urbanas, que 110i están o van a estar libres;
ni los ejidos que, :;:iendo de la ciudad, no pagaban
a la ciudad, i que rematados boi pagarán
sus rematadores su contribucion como de fincas
particulares. ..~
Un mes de trabajos concienzudos de parte de
la municipalidad i del síndico del distl'ijo nos
pondria boyantes en un año, pagando nuestra
deuda atrusada, 110 dejando vencer los créditos
actuales, i pl'epaníndonos para. la grande obra
de dar bllcn:-s calles (l> la ciudad. í lap "'j
--CUALIDADES DEL ~Uh'6h'CONT-RA LOS y~NENOS.
El sabio Ateneo, que yivia ha 18-10 años, pretende
que el cedlon puede ser considerado como un poderoso
antídoto contra la mordedura de las víboras
i demas serpientes venenosas. Cita el ejemplo
de dos hombres que fueron condenados en Ejipto,
en un mismo dia, a ser picados de los áspides i demas
reptiles venenosos. Yendo para el suplicio,
uno de los dos se comió un cedron que le dió un .
tabernero, i el veneno no lc hizo efecto alguno; el
otro murió en el acto. Repitiose la misma operacion
en presencia del juez, i se l'eprodujo el mismo
fen6meno.
En 1863 fué curada con el cec1ron la mordedura.
de- una víbora, s[nembal'go de que la hinchazon se
habia apoderado ya del cuerpo del enfermo. En
1864 se curó en Nímes con el cec1ron, un carbunclo
proveniente de la picadura c1e una gran mosca.
Conyiene saber que los tumores carbllnclosos tienen
su estremidac111egra o cenicienta, i están rodeados
de un círculo rojo, negro o violado.
Observacion: es necesario comer el cedron C011
su corteza, desde el momente en que el carbunelo
o la hinchazon se presenta.
-UN NUEYO I,AZO rAnA COJER LADRONES. Un
inglés que vino a Fruneia con el objeto de obtener
un privilejio c1e invencion para un aparato destinado
a garantizar los bolsillos contra la destreza do
los ladrones rateros, se encontraba en dias pasados
en un ómnibus que iba de las Hijas del Calvario
a las T(iJ·mas; habia tomado asiento al lado de unllo
señorita hermosa i elegantemente vestida j pero de
repente se la ve enrojecerse, turbarse, hablar al
oído n su neino con UD aire compujido i suplicante;
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2~ 4 EL MOSAICO.
el inglés se contenta:ba con reirse, sin responderle
cosa alguna, cuando de repente hizo un movimiento
brusco; la señorita se levantó inmediatamente,
hizo U:na señal de apuro al conductor, sc lanzó
fuera i se alejó a paso acelerado.
Eil-tónces el inglw; refirió a los que lo acompañaban,
el pequeño melodrama que acababa de pasar
entre él i su vecina. Esta, que era una ladrona,
h abia introducido rectamentc la mano en su bolsillo,
i gracias al aparato del inglés, ru6 cojida en
flagrante delito; pero compadecido, añadió, por su
j uv~ntud i su aire de honestidad, quiso favorecer
su fuga, en lugar de entregarla a la autoridad, como
era de su deb9r,·i lo exijia su derecbo.
Despues de concluÍr sil l'elacion yolvió al reves
BU bolsillo, i mostró un aparato demasiadamente
sericillo, que consiste en un diafragma horizontal
de paño mui fuerte, cosido a su alrededor en la
par te interior del bolsillo, cuya salvaguardia se le
ha encomendado. En el centro del diafragma hai un
pequeño agujero circulal', cuyo borde está form:1do
por una faja anular de caucho. Esta faja elástica
se ensancha 10 bastante para dejar penetrar con
facilidad la mano en el bolsillo, i tomar en·éllo
que se quiere; pero al saoal,;Ia es imposible ejecut
arlo sin hacer mucbo esfuerzo, con lo que el due- .
ño del bolsillo queda notificado de que pasa ¡¡b su
faltriquera algun insJlito acontecimicnto.
- TRASPIRACION DE LAS PLANTAS. 1'odavia se
encuentra casi en todas partes eRparcida la opinion
de que el rocío que por la maña,na se deposita en
las hojas, es producido por la condensaciol1 de la
humedad' atmosférica. El yapor de agua de la
atmósfera puede en irar en parte en este fenómeno;
pero en Jeneral el agua qU'e rueda en figura ele perlas
finas sobre el follaje, proviene de la traspimcion
de las hojas.
Do'8 ~ejf\ ru1e¡;; traspiran. Es fácil probarlo. Guarnézcase
de" placas cl~ <.p'J.~in;o el suelo donde se
haya plantadb una amapola, por ejemplo; i colóquese
sobre la planta un recipiente de vidrio. Séquese
esa atmósfera pequeña ~on cloruro de cal, i
aguárdese la noche. Al siguiente dia por l:J. mañana,
las goticas de agua no dejar,ion de cubrir las
hojas; i, sillembargo, .el agua de la humedad ester
ior no ha podido penetrar en el interior del reoipiente.
Luego es preciso que el agua sea exbalada
por las hojas mismas.
. Un sol de los jardines traspira mas que un hombre.
E l sudor que empapa la frente de un peon no
es mas que la décima parte del agua secretada por
dicba plauta. Haller calculó que, a superficies
iguales, el sol de los jardines traFpiraba 17 veCílS
mas que el hom breo
H :¡j ciertos vejetales que tra~pil'an con tal abundancia,
que el agua destila de todas sus superficies.
E l al'um de Italia deja caer el agua, gota a gota,
de sus hojas. En las Canarias hai un árbol, la ce-
. sabpinia pluviosa, cuyo follaje se utiliza pam pro>
veer de agua una parte de la comarca vecina. Cada
rama fon na un cañito de agua.
Esta traspiracion considerable es consecuencia
de la estrema superabundancia vital que poseen
los vejetales. Las plantas tienen unl1 actividad de
funciones estraordinaria". de que se formará idea
esacta cuando se sepa que las flores de algnnas se
ponen quemantes en el momento de abrirse. Se
han visto en termómetro eléctrico temperaturas
de 40, 50 i hasta 70 grados en fiores de ~'um de
I talia.
-COLA PARA PEGAR PIEDRA. Aconteco cOllmutlha
frécuencia que se rompe poi entero o despor-tilla
algun objeto de mármol que estimamos muCllO,
i que deseariamos conservar . He aquí la
receta de una cola que puede realizar nuestros
deseos.
Tómese:
Mármol pulverizado.
Cola fuerte.
. Pez.
Mézelese todo en justas proporciones, i agróguesele
el color que necesite.
-Los ROMÁNTICOS. En toda ocasion, i no importa
a prop6sito de qué, se puede uno servir de
estas encantadora!> palabras que el dulce Fenelon
escribia a su sobrino. "Vos os quejais del mundo,
vos amais el ¡;uceso i deseais el avance . . .. Creedme,
la vida del mundo tiene sus penas. Se tiene lo
que no se desea, i no se tiene lo que se desea. Uno
sufre por sus propios males, i a veces t,ambien de
la dicha de otro; se menosprectai a las jentes con
quienes pasamos nuestra vida, i se corre tras de su
estim:1.Cion. Uno suele ser importunado, i se fastidiaria
de no' serlo i de vivir en la soledad. Hai una.
multitud de pequeños cuidadps 1'e¡;ololeadores que
pos asaltan todas las mañanas a nuestro desper tar,
i que no nos abandona basta la 1).oehe; ellos se r elevan
para .molestamos. Cuanto mas está uno en
la moda, tanto mas está a merced de estos duen-
. des. Ved ahí lo que se llama la vida del mundo, i
lo que constituye el objeto de la envidia de los
sotes. ll1as, estos sotes son todo el j énero· humano."
1 la prueba de que dice la verdad este amable
e ilustre Fenclon, es que uno no lo habrá leído
jam'aS bastante ni demasiado; i que todos los momentos
de la vida son a propósito para aplicar estas
brillantes .palabras, tan llenas ele profundo
desden por esta ca'loa a las quimeras de la ambicion,
i de lo que él llama con tanta propiedad el avanzamiento.
Asimismo, cómo tiene él razon° de decir
que uno se fastidia cuando vive en la soledad!
Esta es precisamente la lucha que se establece en
el alma de las jentes j lJVenes.
Por supuesto que no hablamos de los viejos de
barba gris como nosotros, que hemos cayado ya
l1uestl'Ó lecho en este mundo, i que seguimos bestial
o instintiyamente la pendiente que la naturaleza
o las tempestades nos han señalado, i encajonados
entre negras i ásperas r ocas, ántes que entre
floridos i cespedosos rios. Mas, los jóvenes ! ah!
ellos se llenan de entt1siasmo COl,110 la póh-ora que
se inflama i brilla, para caer luego en el enojo i el
pesar como la leche que se retira del fuego. No
hai un justo medio para ollos; ellos se quej an del
mundo hoi dia, a reserva de renegar mañana contra
esa multitud de cuidados volfJeantes que se
apodei·.an de ellos de la mañana basta la tarde.
-Esto es hecho! esclaman un dia; conducidme
al fonclo de los bosques~os mas oscmos ; dejadme
al borde de un bgo el mas solitario; dadme por
todo horizonte uu campo de viñedos, i por compañeros
ulf perro, algu'lloS pa tos i gallinas .... esta
es la verdadera, la sola d icha!
Ic110s a buscar luego algunos meses despues, qué
decimos? algunos dias, algunas horas despues a la
soledad a que vos mismo los babeis conducido ; id
i preguntadles si ellos son ya dichosos en medio de
sus sueños pastoriles arreglados i embellecidos por
su imajinacion. Ab! en medio del patio no mas
vos encontrareis los zapatos de campo sumerjidos
en el lodo ; el perro duerme en el fondo de su retiro;
los patos i las gallinas correrán hambrientos
11 vuestro encuentro. Vos llamareiS' a las puertas
de la Me/enrla. i solo el ·eco del martillo o de la
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•
EL MOt;AICO.
campana sabrá responderos: aq/!¡ no hai nad1'c; todo
el mtmcto ha pM·tido !
Con efecto, vos encontrariais a vuestros románticos
en el punto donde debiorais haber ido a buscarlos
desde un principio, haciendo sus al'ancos en
este mundo del cual ellos habian intentado huir,pese
a los auidados 1Jolteantcs, i pese a los duendes ya
tengan pelo anutrillo o negro. En·tónces vos les reprochareis
el viaje que os han hecho hacer a su
retiro para tener el- gusto de visitarlos en la soledad,
i ellos os r espemdedn : .
-j Es tan triste b soledad, uno está siempre
solo, no se ve a nadie; en ella no se hace mas que
vejetar!
En fin, es preciso perdonarlos; los ancianos i los
desgraciados son los únicos que conocen i aprecian
lo que hai de grande i de verdadero en la soledad,
i en desembazarse de los duendes i de los pPqucños
cuidados volteantes .
DESCUBRBllENTO IMPORTANTE-El doctor Saloman
Anclrews, na.tural de la ciudad de Perth Amboy,
acaba de exhibir, ante una. uúmision de injenieros
del gobierno de la. Union americana., un
aparato para atravesar el Océano atmosférico, que
causará una verdadera. reTolucion en el mundo
entero.
P ara demostrar la entera fe que tiene el señor
Andrews en su descubrimiento, dirijió al presidente
de aquella república la siguiente car ta.
/( Es ta) la confianza qLle tengo, 'Señor, en mi proyecto)
que cstoi dispuesto a consignar la suma de
$ 50,000 que vale mi capital, como una seguridad.
Me lanzaré por los aires en mi aparato, i si e~te csperimento
saliese fallido, consicnto desde ahora en
perder mi fortuna. Si apesar de esta proposicion',
el gobierno no creyese cOllveniente facilitar los
fondos sufioientes para construir el aparato, lo haré
poI' mi propia cuenta, i tendré el honor de presentároslo."
E l secretario de la guerra rehi.lsó la propuesta i
hasta insultó al doctor Anc1rews, por considerarlo
demente. Esta conducta no le dosalent\ sine mbargo;
i de su propio peculio procedió a construir
el vehículo. Consiste este en tres cilindros huecos
de caucho inflados de gas hidrójeno, los dos de los
lados mas cortos, pero iguales en diámet.ro al del
medio. Están colocados en forma de una balsa, .teniendo
el tercero un t imon de papel. La canastilla
está suspendida de los cilindros por medio de cuer-
. das i colocada de tal mallel'a 'lue el centro de gravedad
no se pierda jamas. Tiene este globo dos
f uerzas : una vertical, i la otra horizontal; i la última
permite cOllducir el aparato contra la coniente
del aire, miéntras que la primel':110 impele
á.cia arriba.
Varias personas que han presenciado la, ascencion
del doctor Alldrews, certifican que este ha hecho
en las rejioncs aéreas diferentes evoluciones
eon admirable preeision, andando 120 millas por
hora; i la comision del gobierno, compueRta de los
injenieros A. B. Bache, J , Henry i J. C. Woadruff,
ha dado un informe mui satisfactorio.
Se están constr uyendo en la actualidad varios
de estos aparatos llamados .Ám·on, i en breve, aseguran
personas idóneas, se emprenderá la llavegacion
por los aires.
Podemos, pues, esclamar con JErial en la traj edia
de .. La Tempestad."
"1 como, \
To answer tby best pleasl1 re; bo it
To swim, to dive iuto the fue, to fly, to ride
On the cnrlocl clonds."
ES'fADíWJ'lCA DE LOS CUARlINTA INMORTALESLa
academia francesa se halla en este momento
enteramente completa. Un calculador ha aprovechado
esta circunstancia pa.ra reunir los nombres
de los académicos segun el órden de su reecpcion
en el palacio del Instituto, espresando el año de su
nacimiento j su edad esacta, con mui poca d'if~rencia
de rueses, al principio de este año de 1865.
1 l\f. Villeruain, 1700, setenta i cinco años;-
2 M. Lebrun, 1785, ochenta años; - 3 M. de Baran
te, 178;,l, ochenta i tres a.ños; - 4 M. de amai'tine,
1790, setenta i cinco afros; - 5 M. de Se!"
U', 1780, och.enta i cinco años; - 6 1\1. de Pongel'ville,
1792, setenta i tres a.ños;-7 ]H. de Cousin
, 1702, seten~a i tres nños; 8 JYI. Viennet, 1777,
ochenta i ocho años; - 9 M. Dupin, 1783, oe11enta
i dos años; -10 l\I. Thiers, 1797, sesenta i ocho
años; - 11 M. Guizot¡ 1787, setenta i ocho años;-
12 M. Migl1et, 1796, sesenta i nucve años; - 13
]H. Inourons, 1794, setenta i un. años; ]4- M. H ugo,
180:¿, se enta i tres años; -15 l\I. Patin, 1793,
setenta. i dos años; -16 M. Saint Mal'c-Gil'ardin,
1801, sesenta i cuatro años; -17 l\1:: Saillte-Beuve,
180J, sesenta i un años; -18 l\I. Merimee,
1803, sesenta.i dos años; - 19 l\I. Vitet, 1802,
sesenta i tres años.; - '20 l\1. de R éll1usa.t, 1797, sesenta.
i ocho años; - 21 M. Empis, 1790, setenta i
cinco años; - 22 M. de N oailles, 1802, sesenta i
tres años;-23 1\1:. Nisal'd, 1806, cincuenta i nueve
añoR; - 2,* l\I. de lIIontn,lembert, 1810, cincuenta. i
cinco años; - 25 1\'1. Dupanloup, 1802, sesenta i
tres años; - 26 M. de Lacy, 1801, sesenta i cuatro
años·; - 27 1\'1:. Legouvé, 1807, cincuenta i ocl..lo
años; - 28 M. duque de Broglie, 1789, setent' i
seis a.ños; -.29 lVI. Ponsard, 1814, cincuenta i un
años; -30 M. de Falloux, 1811, cincuenta i cua.tro
años; - 31 M. Augier, 1820,cuarenta i cinco años ;-
32 H. de Lapracle, 1812, cincuenta i dos años;-
33 M. Sandcau, 1810, cincuenta i cinco años; -
3,* ; - lII. príucipe de Broglie, 1821, cuarenta i
cuatro años; - 35 111. Teuillet, 1822, cuarenta i
tres años; -36 lI1:. de Carné, 1804, sesenta i uú
años ;-371\:1:. Dufaure, 1798, sesenta i siete años; -
38 111. Douset, 1812, cincuenta i tres años; - 39
JYI. Prévost-Paradol, 1829, treinta i seis años.
. Resulta del resúmen de los cálculos del estadista
q\le ha foi'll1ado este curioso conjunto,q1!-e la
academia francesa posee hoi cinco octojenarios,
diez septuajenarios, trece sexajenarios, ocho quincuajenarios,
tres cuadrajenarios, un tren ten ario ; i
que la suma de las edades de los cuareuta inmortales
en 1865, forma el total bastante respetable
de dos mil seiscientos once años, mas de veinti
seis siglos.
----Q---Q
LA SABANA.
Valle de los Alcázares, tendido
De Guadalupe en la arcillosa fa lda,
De sauces i llogale . revestido,
Pisando yoi tus orla.s de esmeralda,
1 admirando tu cúpula arjentina
Sentada a plomo sobre la haz andina.
Detras de mí con jiros infinitos
Su orilla Jame perezoso el Funza,
Guardal1do de sus olas choque i gritos
Desde el confin asp é~Timo del hunza
Hasta el vuelco del hondo Tequendllml\,
Do espumas, linfas i fragor derrama.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
EL MOSAICO.
Sobre su márjen pálida, sentado
Sueño mirar al muisca indiferente,
Arco i carcax tendidos al costado,
Ceñida en plumas la morena frente,
Espiando de la brisa en el sonido
Del español corcel el resoplido.
Sotos aquí, i allá lindas cabañas,
Grupos de garzas, toros corpulentos,
Cuadl'os movibles de espigadas cañas,
llumos distantes; múltiplos accntos,
De oro i azul espléndido celajé ...•
Todo viste de galas el paisaje.
Como sombra veloz, áj il caballo
La grama troncha i el guijarro parte
Al fiero herir de su blindado callo,
Que el orejon con fáci l mano i arte,
Plegada al hombro la flota,nte ruana,
Par:!. la industria en adestrar se afana ..
Bajo el peso del fardo uliramarlno
Jime el eje seboso, i la coyunda
Oprime el asta al monstruo peregrino;
La récua el patio en la posada inunda;
.l'odo es ir i venir de jente activa,
Que industrias, artes i comercio aviva.
1 en el pajizo techo abandonado,
Que j óven yedra envuel,e con sus hojas,
Cuenta al viandante el mirlo enamorado
De su pecho las últimas congojas.
Su voz es una dulce mclodía,
Digno saludo del venir del dia l
La onda dormida del dormido lago
En láminas brillantes se dilata,
Sin que del viento el furiblmdo amago
Choque entre sí sus búrbujas de plata,
1 sin que el junco tiemble estrcmecido,
Do pesca el indio de su 'red asido.
Ácia el sudeste en rem:>linos sube
Dcl Tequendama el manto desgarrado,
Que torna ai monte eu reposada nube,
1 el sol destrenza en nublo abigarrado;
1 cual tazon de záfiro los montes,
Oierran aquí i allí los horizontes.
Tras las postreras cimas a la esfer:!.
Alza el Tolima su casquete cano,
1 sobre selva, i prado, i ,ralle impera,
Torre del murallon americano.
¿Quién escalar podrá su enhiesta cumbre,
Do hierv'} el rayo en vórtices de lumbre 7
Del bosque i de la peña, gota a gota.,
Desprende su raudal Torca insonoro,
Que el cor7.O con sus cuartos alborot:\
Del sol poniente bajo el rayo de oro,
En busca de la dehesa misteriosa
Do esconde su hijo la hem1)ra cariñosa.
De tus pueblos las ,erdes arboladn.e
1 el blanco relijioso campario,
Florida altiplanicie, a mis pisadall
Húndense en tu regazo, i solitario,
'fitan del cristianismo, a Dios encumbrtt
/SIl templo Monserra.te en la penumbrn.
Mas ya toco el quicial do la sabana,
1 e$traijo ambiente a respirar empiezo;
El sol es solo un cír~ulo de grana ;
Se achica el cielo sobre el bosque espeso;
1 all~ en la hondura, desteñida cinta,
Su hebra caudal el Magdalena pinta.
Adios, frescas auroras, susurrantes
1 canorosas brisas sabaneras!
Adios de Bogotá, ninfas amantes,
De ojos de amol' i negras cabelleras!. ...
Todo ha desparecido .... ácia mi espalda
Cierra el bosque sus broches de esmeralda!
F. PÉREZ.
HIMNO.
A LOS HÉROES 1 MÁRTIRES DEL 6 DE AGOSTO DE 1810.
Bardos, alzad la voz entusiasmada!
Dejad las dulces cintigas de amores,
Los que al arpa la frente reclinada
I,lorais tal vez quiméricos dolores,
De la inmortal Colombia las bellezas
Cantad i de sus hijos las proezas.
Sublimes son lo; Ándes, los jigantes
Que, coronados de perenne hielo,
Álzanse majestuosos, í arrogantes
Van a esconder su altiva fren te al cielo.
Del Chimborazo allá en la cima helada
Tiende el condol' su perspíca7. mirada.
Por las inmensas selvas majestuosas
Cien rios caudaloflos atraviesan;
De dos mares las olas espumosas
Las fértiles estensas costas besan;
Fieros volcanes, lagos dilatados,
Estériles desiertos, ricos prados. '
Bella rejion! Habri media centuria.
Que un pueblo en ella sollozaba esclavo,
1 que arrostrando la tremenda furia
De sus crueles tiranos, como bravo,
"O muerte o libertad," dijo altanero,
1 a li~ de muerte desafió al ibero.
¿ Mas quién pochá contar una por una
JJas luchas que esos bravos sostuvieron?
Largo tiempo contraria la fortuna
Con impividos ojos ellos vieron,
:Mas su heróico valor i su constancia.
. Del ibero humillaron la arrogancia.
Ellos siempre eu el número inferiores '
El combate igualaban con su audacia;
Vencidos a su vez los vencedores
Del gran Napoleon, pidieron gracia,
1 noble i jeueroso el colombiano
Al rendido español tendió la mano.
Los magnos hechos celebrar yo quiero
De los libertadores, i su gloria;
Mas cuil entre esos héroes el primero?
Qué.proeza mas digna de memoria?
¿ Entre tantas hazañas i héroes tantos
A cuil consagraré mis ruuos cantos?
A vosotros, varones eminentes,
Del suelo de Mompos hijos preclaros,
lléroes elel seis de agosto, que valientes
01;listeis, los primeros, proclamaros
Libres por siempre de servil coyunda,
Tributo doi de admiracion profunda.
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EL MOSAICO .
De admiracion i gratitud fcrviente,
Cual hijo de Mompos, mi deuda os pago;
Oscuro vatc, en himno reverentc
Pobre homenaje a vucstros manes hago;
Patriota, seguiró el grandioso ejcmplo
De los que habitan de la gloria el templo.
Oh! si de llomero el varonil acento
1 el alto jenio el cielo mc legara,
A vucstra fama eterno monumento
Con mis cantares ent:lsiasta alzara,
1 a los fllturos siglos mas remotos
Dijera vuestros nombres, hoi ignotos
Tiempos vendrán en que Colombia sea
Nacion feliz, i libre, i prepotente,
1 su irisado pabcllon se vea
Sombra alargar a todo un continente,
1 a su abrigo feliz pucblos hermanos
No contanin ni esclavos ni tiranos.
1 unidos cantarán vuestra alabanza
Cien pueblos de entusiasmo palpitantes,
Que a la vuestra unirán la remembranza
De Bolí,'ar i Washiugton jigantesj
Entre ellos hallareis, nobI'es atletas,
Dignos historiadores i poetas.
La redencion de un mundo, magna obra,
En que sentásteis la primera piedra
N o oso cantar .. .. si la ambieion me sobra,
J énio me falta i su grandor me arredra.
Ante ella el labio trémulo enmudece
1 el oorazon osado desfallece.
Mártires, héroes de la noble villa
Que el título alcanzó de valerosa,
Conque en los fastos de Colombia brilla!
Desde la azul morada venturosa
Tended ácia la tierra vuestros ojos,
1 ante vosotros hoi vednos de hinojos.
1865. CASIO BRrAN.
ESPEJO DEL ALMA.
El Cuzco, capital del imperio de los incas, i
una hermosa e importante ciudad de la república
del Perú, es el lugar donde pasó el acontecimiento
que vamos a narrar.
Era uno de los primeros años de nuestro siglo
XIX.
Epoca en que reinaba con todo rigor la desigual-dad
social. ~
Epoca tambien en que los nobles aristócratas
eran soberanos en sus palacios.
El marques de R ____ , dueño de una colosal
fortun a, era una de esas almas que, aun en el dia,
hacen del naeimiento un ídolo dominador.
Pertenecer a una estirpe privilejiada, en la que
no hubiese ni un solo vástago t¡ue no mereciera su
lugar distinguido, era el orgullo del marques;
orgullo embriagador que le dominaba con relijiosa
conviccion.
Así es que, tratándose de la cuna dc sus antepasados,
era intransijentl:l, intolerante, soberbio,
en fin.
Tenia el marques una hija de admirable belleza
que, encerrada en el palacio, como flor que esconde
JIU aroma, habitaba con él.
Era una jóven como dc diez i seis años, cuya
graciosa actitud i distinoion contrastaban singularmente
eon la soveridad i altivez do su padre. No
gozaba de las earicias de su madre, porque la ha
lIia perdido cn la infancia.
Habia cn clla.toda la encantadora i púdica esprcsion
que diviniza a las madonas de Rafael.
En yano los poctas habrian tratado de bosqucjar
sus gracias, pucs sus mas atrevidas hipérboles
no hubieran alcanzado un átomo de la verdad divina
de ese orijinal.
De vez en cuando, una espresion de intelijencla
animaba la fisonomía de esa niña, lo que sucedia
siempre que sus inspiraciones sc estrellaban en la
firmeza i tranquilidad imponente de su anciano
padre. •
Pero, i para decirlo de una vez, todas las gracias
estaban reunidas en aquel ser anjelical. Era.
el tipo dc las hijas dc América.
Su corazon cra tan puro como el rocío de la
mañana.
Su alma tan bella como su rostro.
IJlamábase Mercedes; i en verdad que mui mucho
consonaba ¡;u nombre con su carácter dulce,
i con su corazon misericordioso i clemente para
con todos. .
El marques vivia en una quinta situada a alguna
distancia de la ciudad del Cuzco.
Esa poses ion no era un lugar de alegria; todo
en ella era sombrío j todo se asemejaba a las costumbres
de los tiempos fcudales.
Reinaba en fin en esa estancia una 'especie de
recojimiento, que parecia mas bien un lugar de
espiacion. .
Allí pasó sus primeros años, i allí iba desarrollándose
el alma de nIercedes.
Su mirada pues estaba impregnada de un tin
melancólico, i el sonido de su voz se asemejaba a
los tristes quejidos de la quena.
i Pobre rosal cuyos nectarios encerraban lós mas
suaves pcrfumes! Pcro el aire de aque11a atmósfera
era dclet6reo para ese planta vil'jinal.
Merccdes nada tenia a su alrededor que pudiese
llenar su espíritu de ese encanto que es la esenCla
vital de la juventud.
, Así es que ella 'se habia buscado una distraccion
mui en armonía con la tristeza que reinaba
en todos los ámbitos de aquella melancólica comarca.
Su únieo placer consistia en dar por las tardes
largos paseos, yendo a traves de los bosques que
rodeaban la casa de la quinta.
Entónces buscaba las mas lindaa flores silvestres,
que festejaba i acariciaba con tiernos besos, depositáudolas
despues en su seno.
Esas flores eran sus hermanas, porque, como
ella, vivian mústias i desconsoladas, sin r ecibir de
nadie ni una mil:ada de simpatÍt\. - .
Dejaba que S11 vi ta vagase por aquella mmensidad
solitaria, donde el corazon se siente oprimido
bajo el peso de una dulcísima melancolía.
En la tarde dc un dia que salió a dar su acostumbrado
paseo, Mercedes estcndió su cscursion i
trepó por un cscarpado cerro.
No hubo eut6nces en ella conciencia ,de lo qua
hacia. Abstraida en sus meditaciones, caminaba
maquinalmente, i cuanuo volvió de su ensimismamiento,
se halló con que el sol habia trasmontado,
i la noche empezaba a tender su negro capuz.
Dc repcnte, cargadas i oscuras nubes cubricron
la atínósfera la lluvia caia a torrentes i el trueno
retumbaba ronco, sin cesar, serpeando el cárdeno
relámpago.
La tempestad era deshecha, i la noche mas i
mM se enegrecin.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
238 EL MOSAIOO.
Allí se hallaba soh, i en grave peligro la jóven
Mercedes, que perdia el sentido cada vez que heria
su vista la luz rojiza dclrelámpago.
Si los corazones lJlas fuertes tiemblan ante esos
cuadros sublimes de la naturaleza ¿ qué 110 sen tiria
csa tímida paloma?
El ruido de los estragos que hace el rayo des-pedido
del cielo,le parecia una amenaza de muerte.
Sus tristes lamentos llcga ban hasta el cielo.
r el cielo se condolió de ella.
Inmediato al punto hasta donde habia ascendido
la niña, habia una choza que era habitada por un
pastor o campesino, bastante joven i de gallardo
continente.
Al resonar en su oído el eco dé aquellos ayes
lastimeros, se lanzó fuera, i corrió al punto de
donde partian.
Todo su sér se estremeció. En su· sobresalto,
creyó aquello una aparicion celestial; pero, desvanecidá
su ilusion, no pensó en otra cosa que en llenar
los deberes de la humanidad ..
Abrigó con el mas primoroso esmero a Mercedes,
i, tomándola en sus brazos, no sin grave peligro
de su existencia) ¡ogl'Ó salvada del prccipicio
en que se>hallaba.
En el tenor que anonadaba al intrépido mancebo,
su corazon, sobresaltado, palpitaba junto al
de una mujer jóven i bella.
Bendecia los telJlores i peligros dc la tormenta
En la profunda oscuridad que los rodeaba, no la
veia sino a la luz de los fuegos que surcaban las
nubes.
QÜt los ayes' apagados- que salian del alma de
a niña, i no oía el grito inmenso de la tempestad.
El descenso del cerro se hizo felizmente, i al
poco rato, ámbos jóvenes llegaron al palacio del
marques.
La consternacion en que se encontraba i la in,
quietud con que aguardab¡¡. los propios que habia
despachado en busca de su hija, eran inclecj.Lles.
Pasó momentos de dese¡;peracion i angustia.
Al fin, la presencia de la tímida Mercedcs volvió
la vida al anciano.
Ni una mirada de reconocimiento dirijió al virtuoso
labrador, llevado de su carácter altivo.
Ni la circunstancia de haher sido aquel el salvador
de su hiJa, doblegó la natural soberbia que
siempre mostraba con las jentes humildes.
Pero no fué así la sencible Mercedes. Le maniféstó
candorosamente su rcconocimiento, aunque
:recibiendo de su padre una mirada de reprobacion.
El jóven pastor saludó con una dignidad mui
estrafia, por cierto, a 'su humilde condiciono
El sencillo Ánjel, que así sc llamaba el campesino,
volvió a su choza mas triste de lo que
siempre vivia, i en esta ocasion con una nueva pena.
Las sicnes i el corazon se le salt,.ban .
Oprimia con ámbas manoS el corazon, que pugnaba
por salirse del pecho.
La torDlénta habia ya calmado cuando llegó a
su miserable albergue.
Pasó una noche ajitada.
r i qué gratos son los desvelos de los veinte
años!
L as impresiones todas son del alma, que se exalta
ante todo lo que es bueno i bello.
En la edad madura, o sea la esperiencia amarga,
,aquellas dulces emociones lJlueren por lo regular
en las almas vulgares, i entónces se ajitan i vigo,
.r izan los sentidos.
He aquí, pues, las almas gastadas i el materialismo
en todo su desenfreno.
Pasaban dias i mas dias.
Mercedes, reconvenida asperamente por su padre
la noche de su salvacion, habitO suspendido sus paseos"
esper tin os.
Pero ahora era cuando ella sen tia un deseo mas
vivo de continuarlos.
Su sér sen tia un impulso invencible ácia el
lugar doudc vivia el zagal. .
El sufrimiento empezaba a dibujarse en su de-licallo
rostro. .
Sus ojos se humedecian con frecuencia., pero
siempre evitaba una sorpresa de su padre. Mercedes
escusaba cuanto podia presentarse a su vista.
Soñó cn su corazon ,entura i placer, i se adurmió
a las caricias de una primera pasion, de un
amor oculto, a la combra de 8U inocencia.
N adie escuchaba sus suspiros, que iban a confundirse
con las misteriosas ema:naciones del bosque.
Mercedes sufria, i sufria mucho.
Una tarde en que el marques tuvo precicion de
ir a la ciudad, su hija, burlando la vijilancia de
su anciana aya, que tenia el especial cuidado de
no dejarla sola, se atrevió a encaminar sufí pasos
en direccion a la casa de su jó"en salvador.
Su coraZOll palpitaba fuertemente mientras iba
salvando la distancia que mediaba entre la quinta
i el sendero que, ya fuera de esta, guial'ía sus
l)asos.
Profundos suspiros partian de su cor azon, i se
perdian en las impalpables alas de la brisa ves-pertina.
.
Al fin vióse fuera de los lin·deros de la hacienda,
i cuando su vista jiró para tomar la senda indicada,
se sorprendió subitamente al ver delante de
sí al objeto que anhclaba.
Ámbos se lJliraban en silencio, pero fij os el uno
. en el otro, como si hubiesen esta.blecido·ent re sus
ojos una corriente magnética, dulce i misteriosa.
En efecto; Anjel, desde el dia en que conoció a
Mercedes, venía todas las tal'des al confin de la
hacienda, i allí pasaba horas enteras r eclinado en
el tronco dc un corpulento árbol, sumerj ido en la
mas.profunda meditacion, aguardando la presencia
de su entónces único ideal.
A esa hora de encanto, de misterio i de melancolía,
en que el s01 desaparece, el occidente se
c\lbl'e de flotantes nubecillas i los pájaros callan
en la enramada, Anjel se sen tia embriagado, trasportado
i víctima de un paroxismo inesplicable.
El biz'arro jóven amaba como se ama la existencia
en sus albores r isueños ; amó, como aman
!:as flores las auras de abril. .
Un ai se escapaba de su pecho al Yel' lo injusto
de la fOTtuna.
Ella, la bija de un noble orgulloso; i eL ___ ne
humildc cuna.
El mísero no ignoraba que ~l marques, en su
orgullo i vanidad, nunca le daria tan n ca joya.
1'ero ¿ cómo resistir a tanto hechizo? Eso era
ya imposible.
. En su verdadero i vehelJlente amor olvidar a
Mercedes era la lJlucrtc. •
E~ su ardiente corazon habría sido un tormento
su vida, si, .amando con tal d¡lirio, bu1:iiera tra-tado
de apagar su pasion. . ,
A despecho del mundo, él se afanaba por verla, i
la linda vírjen de aquella solitaria comarca, acoje
en su pecho un amor igual.
Ambos, llenos de sinsabores i angustias, empezaron
a sufrir, no obstante que el ánjel de la purez!
l. estaba velando tan inocentes amores.
Ánjel i Mercedes se contemplaron largo rat.e,
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EL MOSAICO. 239
• .... "~'·'4·\.J\AI_ •• I.' •• '.~'"~ •• '.I' •• I.' •••• " ."., •• \ ..... \.,~. , •• ,.\,.\ •. , •. \.,'., •• , •• ,.\,., •. , •• ,., •. , •• , •• , .•. •••• \ ••••••• , •• ,.V .• , •• ,., •• , .... , •.... f>".,,,,, •• ..••.• , ..•• ',., .• , ..•.... u •••• , ...
Habian tenido tiempo para reponerse i ocultar su 1
confusion.
En aquella hor3, en que al esconderse el sol
tiñe al cielo de mil colores; en esa hora de rclijioso
ene'anto, en que Ya~a melancólico el pcusa-I
miento, i el eorazon siente indetinible tcrnnra; en
esa hora en que la brisa, con su soplo errante, mecia
la eópa dc los árboles, n esa hora . .\njel i 1\1ercedes
se entregaban a un dulcísimo coloquio.
-Dios J;Uio! .... si mi padre ... . diJo Mercedes
dirijiendo una mirada :.ícia el pastor.
-Os causo miedo por yentura? le pregunté¡
este con l.iJereza.
l\1erdedes bajó los ojos con una gracia indecible.
-j Oh, aiiadió . el .l0ven, si supiór:tis cuánto
os :tmo! Pero no, nunc:t llegareis a creerlo. Ir ace
todavia poco t.iempo que el ciclo os trajo áci:t mí, I
i ya mi amor lo sabe el bosque, cuyos arbustos I
han oído mis l amenlo~' el arroyo, cuyos aguas han 1
refrescado mis ojos enccndidos de llorar; las flores
silvestres que he regado con mis lágrimas.
Todo, todo, niña hermosa, en este bosque, sabe mi
amor i mis pesares.
Mi amor no tendrá poder para vos. El cariño
de un hermano a su hermana, la, nrdiente pasion
de un amor delirante, se fund ~n en mi nlma que
se abre para amaros ...... como no se ama en la,
tierra. Cuando os veo se me figura que Dios ha
hecho baj ar junto a mí a uno de sus ánjelcs para
consolarme. Separado de vos .. . . sufro los tonuen-tos
del infierno! I
Ah! tened piedad de mí, jóven hermosa, i no
reehaceis mi amor. El ,uestro será la gota de rocío
que cae del cielo sobre mi enfermo eorazon!
DON FULANO POR m<;TRAS.
-Hombre Quién, yo calculaba
Que de fulano el asunto
Te bubiel'.l Y1lCltO difunto,
Sc!;un lo oi conver~ar
-e, Qué ha dicho el lal mozalbete?
-Que a matarte es(.á resuelto;
1 que nunca, Quién, absuelto
De tu pecado serás •.•. ....
1 díjole a aquellas niñas,
A do An~elmo fué con :repe,
Que hubo de darte un julepe
Que te hiciera recordar
La pujanza de su brazo
Con el'primer garrotazo,
1 su lllano de titan.
Que en tu cuarto en estos dias
Muchas veces te ha buscado,
Pero que te haf ocultado
Porque le tiemblas a él.
-Seguramente de noche
Tal vez a buscarme iria;
Tú sabes que paso el dia
Allí en mi cuarto, Manue!;
1 en estos que se han pasado
lIIueho mas constantemente;
Pucs la primera en la frente
Exije eontinuacion;
1 dile tú al diputado,
Que a tal duelo me provoca,
Que la segunda en la boca
Será mi contestacioll.
Una inefable espresion de ternura, i de picdad ------~-------
brilló sobre la púdLca, fisollornín. de la jó en. ENANOS 1 JIGANTES.
Una sonrisa ~ua,e, como la: de los ánjeles, erra- Entre los individuos escéntricos que han muer-ba
sobre sus l}b:os. . . . ,.. I to recientemente, deben citarse en primer lugar el
Alargó n. AnJel u~a mano. temblorosa, 1 le <.UJO jigante l\Iurphy i el enano Colobri.
con acento qU? pa,reCla eclestl.al : . . " I Las ~Yeribm~ci?nes practicadas hasta, allOra para
-Yo tamblen os amo! nIl prImero, mi umco saber SI han eXistido pueblos de ji"'antes i de enaamor
es este. En él me parece encontrar el amor nos no han dado nillgun resultado.bIIause visto en
fraternal que me negó la Pro\'idencia; me parece I tocios tiempos hombres de gran estatura otros do
que amo a la madre que perdí .C!: la CUH~, i a ~l1i , una talla en e¡;tre:uo dj¡~inuta, pero ~ada hace
padre, que, auu(lue yela por Ull, pillas mIS labIOS creer que h3ya habIdo naCIOnes compuestas de los
han llegado a su frente. O:; amo, i solo la. muerte I unos o de los otros.
me arracará de vos! Solon preteude que durante la guerra de Creta
La hija del noblo caballero, t~l1 se::lCilla . como 1 se encontró ~m ~lom~,re que tenia as codos de al-
11Crmosa, no ereia que nada pudlcse llllpedlr que tur~;. e.s deCir, uO pIes. .
se enlazara con su sah-ador. I 1 hmo refiere que habiéndose derrumbado un
¿ Pueden, acaso, existir para el amor distancias moute de Creta, a consecuencia de Ull temblor de
ni categorías? I tierra, se halló un euC!}o que de pié tenia 46 codos
Pa,ra dos almas que aspiran a su uuion, no ltai de altura, o se~n G9 plés.. ,
imposibles; su deseo es lei, i si una fuerza snpe- Pl~ta]'(:o d~ce que. Sert,ol"lo~ hallandose en la
rior destruye su anhelo, :intes que ceder, se alli- iiIaunt~l1la, bulO a~rlr en ~:i~ler el sepul~ro. de
quilan en su propio fuego. Anteo,.l que su eadaver tellla 'O codo.s o 10u. plés.
Mercedes r eO"resó al palacio en tiempo oportuno Autores mode\no~ aseguran que baJO, el 13lDado
para no ha,ber ~do sorprendida por su anciana aya, del emperador Enl"l'lue II .se, encontro cerca de
que dormia profundamente. ~oll1a, en un sep,ulcro, ~le pleu~-,a, el cuerpo de. un
En esta noche, el quernbin de los sueü()s cerró .pgante que de pié huo:cra pouldo yer por encima
los párpados de la, vírjen. de las mur~llas de la CIUdad. Sobre .~u sepulcro
En esta noche la viJilia del pastor Sil estcndió estaba escnto sU.I;ombre: cra Palas, hiJO de EYun-hasta
el dia. dro, e.l cual munu de un 1a~znzo. dado por Turnos.
Mercedes debia revelar a su' padre el aillor que . De.J~u~lo a. un lado la exaJer~clOn de estas narra-sentia
por su sah-ador. Así lo habiall convenido Cl~nes 1 (te Olras IDm:has, precIso <;8 r~eonoce.l: que
los dos enamorados. haI hombres de Ulla talla estraordmana. El.llgan-
1 entre tanto, la ansiedad, la angustia de Anje! te, iiIurp~y, I.une.rto e~ ,M.arsell:t, era oriundo de
era para él el estertor ele la agonia ...... la, mis- Inamla,,; ter:la s'~te pIeS l.mcdlO; su e~lad no pa-ma
muerte!. . . . saba, ~e ~8 a.lloR. Cargah,a S111 gran. trabaJ? un. pe~o
(('onc!n;rá.) , de oeuo qUl11tales: apl'nas. pudieron dieZ I seIS
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
240 EL MOSAICO.
hombres llevar su féretro basta el carro fúuebre~
féretro que escedia en un metro al carro que lo
llevó hasta el buque que debia trasportarlo a su
patria.
Nicolas Feney' Bebé, enano del rei de Polonia,
nació en Plaisnes, ccrca de Salius, de padres
bien formados. Al nacer solo pesaba dos onzas: lle·
vóse a bautizar en una bandeja. Bra tan diminuta
su boca que no podía Ínamar. Tuvo por nodriza
una cabra. Empczó a hablar a los 18 mcses; a los
dos años escasamente andaba solo. Entónces fué
cuando por primera vez se puso zapatos, los cuales
tenian 18 líneas de largo. A los 5 años tenia 22
pulgadas. El rei Estanislao oyó hablar de él; se
lo llevó a su palacio i le llamó Bebé.
Un dia en el campo entró cn un prado cuya yero
ba habia crecido mas que él. A los quince años
tenia 29 pulgadas, i murió a los 23, con 3.3 pulgadas
de altura.
Borwlaski, caballero polaco, solo tenia 28 pulgadas
a los 22 años; su hermano mayor 34, i su
hermana. 20 : era esta bien fOl'mada, bonita i anunciaba
mucho talento.
Los enanos mas célebres que se han visto en Paris
son Tom Pouce i Colibrí.
Este último no care0Ía de intelijencia: tomó parte
en la representacion de los contes de ma mere l'
oien i en juguetes compuestos espresamente para él,
en los cuales se lc veia salir de una sopera, de un
pastel &.a Tenia un carruaje tirado por caballos
sumamente pequeños" i cochcro i lacayo a proporcion.
El enano Colibrí era oriundo de Dinamarca;
ha muerto a los 32 años en Autun.
A L! SEÑORITA. .d. G.
EN su ÁLllUM.
Cantnré tus hechizos i tu gracia
Cantaré tu mirada irresistible ....
1 lloraré en si loncio mi desgracia,
Que es tlcsdichario quien nació sensible.
En estas blarwas pájinas, las notas
Estamparé de mi sentido canto;
Ellas Ilcvan tambien algunas gotas
Del que lUis ojos vierten, triste llanto.
Alguna vez, señora, indiferente
-Tus bellos ojos fijar'ts aquí;
Quizá un recuerdo cruzará tu mente;
Tal vez entónces pensarás en lUí!
Recordarás al pobre b:1rdo erranto
Que tu belleza anjelical cantó.
Oh! me recordarás, eso és bastante;
A qué mas aspila!' pudiera yo?
Por qué te vÍ? En maldeciaa hora
Me arrastró a tu presencia, distraido,
El encanto de música sonora,
Que vino a heril' dulcísimn. mi oido.
Danzabas, i en lijero torbellino
A mis ojos aérea aparecías,
Cisne flotando en raudo remolino
De olas de luz, aromas i armonías.
Cruzóse con la mia tu mirada
L{mguída, melancólica i ardiq1te;
Estremecíme, i una llamarada
Subió del corazol1 hasta mi frente.
Hai no sé qué de triste i de simpático
En tus pupilas -de mirar magmético.
Vilas absorto, embelesado, estático,
1 arrojarme a tus pies quise frenético.
Vacilé como ébrio, i delirante
De aquel sitio partí desateIl'tado,
Mas i qué le vale al ciervo huir jadeante
Si el dardo lleva al coroZOIl clavado '1
Ai! 110 puedo olvidar esa mirada.
Lánguida, melanc6Jica i ardiente!
La siento aquí en mi corazon grabada,
La siento aún caer sobre mi frente!
Triste cual la qU\; arroja postrimera.
Blanca paloma herida, en su agonía,
Dulce como la luz que reverbera
Sobre las ondas al morir el dia.
1 te miro en lijero torbellino
Pasar como esa noche te veía,
Cisne flotando en raudo remolino
De ola& de luz, de aromas i armonia.
Adios, señora ... Nunca mas acaso
A yerte volveré, que n, otras rejiones
. En breve llevaré mi incierto paso,
1 a otras auras mis lúgubres cancionee.
Vision celeste, imájen vaporosa
Que cn mis ensueños fujitiva miro,
Cons¡ígrale a tu bardo, cariñosa,
Un pensamiento, ya que no un suspiro!
CASIO BRIA~.
~--------~~--~~--~~---~
A VI§OS.
PEREIRA GAMBA 1 C.a
ESPECJaT,IDAD PARA. LA. VENTA DE :.r.í.QUINAS.
EN EL ESTABLÉCIMIENTO de la esquina de San
Juan de Dios, oarrera de BoO'otá.
Una máquilla de desmotar algodon ..... $ 160 ••
Varias de desgrnnar maiz, de ............ 25 a 33-60
Relojes marinos de campana i ocho dias do
cuerda, a ..................... ~ ....... .
l.fáq .1inus de coser, de j Ilguet.e, a ....... .
Id. id. id. superiores a ............ .
Aparatos de copiar cartas, de .... : ...... .
Romanas de báscula i plaLaforma para pe-sar
hasLa 46 arrobas, a .................. .
Id. para mos.L.!:ador, id. 36 libras. a ...... .
Hoces de superior calidad, docena .. .... .
Daehas, machetes i sables del mas supe-
16 ..
4-80
160
20 a 30
60
15
6
rior acero fundido, garantizados, docena ..... 36 a 60 ..
Arndos norteamericanos; de ............. 48 a 64 ..
Máquinas de aserrar, escoplear &.n un tOrDO i un surtido
completo de herramientas de ~arpinterín.
~apel de ca~tas, el de !'lejor calida~ i mas barato que
e:{Isle en la cIudad; el unlco que temendo el lustre satinado
del papel inglés i la filltl1'a del conocido con el nomo
bre de tela de huevo, no so trasluce como este i tiene la
ventaja de poderse escribir por todas sus caras, S 3-2Q
een ta vos la resma.
SILVA & VALEN ZUELA.
ACABAN de reeibir el mui fino i acreditado
Champaña "Comte de VilIefort pl'és
Rheims," en medi;ls hotelIa¡;; de cuello d~rado.
Lo .ven.den por mayor i por menor, a precios
eqmtatn:os, en su almacen, carrera de Venczuela,
calle 2.~ número 65. 3-2
IAlPREKl'A DI: "EL ;!OS.~ICO."
Citación recomendada (normas APA)
"El Mosaico - Año IV N. 30", -:Bogotá: Imprenta El Mosaico, 1865. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2093091/), el día 2025-05-07.
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