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• --______ -<:c:;--¡~ <; ~ 2 9¿""?),--:l:s;---___ ·
PERIODICO DEDICADO A LA LITERATURA
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Serie 1. Bogotá, 6 de Octubre de 1874. r-' u, mero 5.
,
....... A Al\. DE •
REVISTA DE LA CIUDAD .
quí me tieuen mis lectores mlí ale~re qUtl niña
con uOI'io, que noyio con muj(;l' Lien engas tada, que
jóven con bue \ empleo, que señol' con portafulio, que
político con elecciOlle , que CUI'a con vecinos devutos,
que beata con cu: renta hora, que militar con ascen&
0, que médico con epidemia, que buticario con médicos,
que aLogado con enredos, que músico con entierros,
que muchacho con Vi cacioues, que periodista
cou uscritore puntuale. No es mentira, pero siento
el alma como bolsillo con pla ta, COUlO dep<,nsn. con
proviione , como cocina con fuego, como m ujer si n
mariuo en ca a, que marido .... basta de comparacione"
que yatará bueno.
y á qué debe el Fisgou tanta. al('gría ? preguntarán
los curiosos.
y á qué ha do ser? Que me he hallado una mina
riquísma para hacer revi taso Siguiendo el con ('jo ele
mi galante companero, autor de la. Rovi ta anterior
me pu e á medital' en que realmente en Bogotá. hay
nu gran número de planteles y do fábrica, tales como
cuarteles con colegio, e cuelas normale5, IIospitales,
IIospicio, ca as de locos, destilacione, cigalrel'Ías,
futografías, agencia, peluquería, y por añadidura lo
que cae emanalmente, COIllO matrimonios, tertulia,
Laile , entierros, rifas, y demas co illas que en forma
de cuento salen al púulico.
Pero hay algo más confortable, y es que los co!:tboradores
de lo barrio., agentes ti'gones me han pro·
puesto no dejar pasar cosa que no cuenten; en prueba
de ello ahí va la revista de uno de ellos.
" Bogotá, 30 de Sttic'nbl'e de 1874-Fisgadnda del bao
Trio de la c:aledl'at.
Señor Fi_gol1 general de "La Tarde," del día y de In noche.
"Oumpliendo el delicado encatgo que me habeis
confiado, voy tí. informaro de val'ios asunto que no
conviene que edén tudavía á conocer ¡¡orquee est,
ln de arrollando, ó más Lien purC]ue e t.an en gestaciun,
y de algunos que ya debels dar ¡i la e tampa.
Entre e to se cuenta uno de que voy á ocuparme.
" En vuestra tocaya de boy fuí noticiado por mis
ngentes de que comenzaba tí. rcunin;e un gentio en la
Plaza Je la Con titucion, lo cual me hizo pan al' en
reuniones de esa naturaleza, en uu lugar que ha ido
el teatro de suce.os tau importante, como el pronunciamiento
de 1 10.
-
guiente los números 2, 191,85,245,89 Y 178, á lo
cua.1e le corresponden en "1 mi~mo óruen los prtmio
de $ 122, 60, 61, 30, 46, 30, 15,15, 35, Y 183 90. Por
poco sale. I número uno, que era el de mi boleta, porque
habels de saber que el pre que me señalásteis
pul' daros cierta noticia acerca de cicrtas niña qud
demueüan teller mucbo oficio ('n lo balcones á mai'ial?
a y tarde, lo hube de emplear en comprarla. Pero
11 cba queado, perdiendo así mi lllO mi~ I injes á las
R('públ.ic~s del P~e~fieo, P?rque ~os &eis pepit.os apuntados,
lID.l tando a cIerto Jo,:encltos que oh Idan que
deben dejar su puesto' I ancIano se apr~"l1raron á
lir de la urna uS')referida de la Lotería colombiana
?obre I~ cual no o diré m~í. 1101' ahora, 1'(' erdndulll~
111. p~cclOnar los sorteos men"ua les ~iguien tes, y comUlllcaros
babel' sido favorecido con un buen lH'cmio.
?I a.lguna personas continuaren interponiendo el
IIlflt1Jo de an A ntonio para ganarse la ¡'ífa, y aunque
para ello le qUItaren al 1 . P. su Tiño amenazando
no devolvérselo, como hi7.o ahora año egun dicen
una belleza para sacarse la rifa de un mueble o teNdré
que remit.iros us apellidos y nombres ~freciendoo<;
no equivocarme en ésto, pura que en'" La Tlli'de"
algan á pasear.
"Os a dV'I erto que aunque" La Tarde es muy leida
n~ ati. face su senoría El Fisgon, porque omite de lo~
mdagro el santo que en ello es lo mejor, y no les
gu t~ el refl'an que esto acon eja, y ademas muy
d~~clente el H Baturrillo" y juzgan que sois muy
vIeJo. cuando no podeis alvar las paredes, ni cstais
provl~to del manojo respecti \'0 de llave para abrir
muy ito In puerta, penetrar en la casa, en los
almacenes y dejando quieto los haberes de las gentes
acal' á luz tantas co as y cosota que debiera u decire
para e 'carmiento ejemplar.
" Con que a í ved, i os armais dE' valor sufieiente
y abri tamaños ojos y tamañas orejas, para informaro
bien de todo, aunque tengais que quedaros con
tamaña narices.
" i mi crónica e pecial relativa:í. la carrera del
Ul' y plaza de S[,n Yictorino, no la publicais, devolvétlmela
pues he aceptado la colaboracion en otro
periódico, y allí no nndanín coi! pañitos caliente, y
prlln to verá la I Ul:. '
"Vue tro olícito servidor.
"POI' poco pongo mi nombre, que seria tanto qui7.¡1.
como poner mis costilla. '
Viéndolo bien mi querido lectore, el cronista DO
ba hecho mal en fijarse en las loterias, pueto que,
todo en la vida <,s unn lotería en ht que todo toma-
1110 pue, to, pero en la que á todo falorece la suerte
ti u motlo: 1i unos los entierra y :i otro los saca l1e
atolladeros. El que se ca a é aca la rifa, el qne se
muere (y que Cerca me quedó lo UTI(' de lo otro) e
aca la rifa; se la acn. el C]ue con igue empleo, diputacion
ó viuda rica; á quien le dan una ped/'Uda por
til'arlc á otro e saca la rifa y a. i por e e tenor todos
todos somo cual 111,h; cual 111 fa,orecido .
"Luego que dejé mis ól·t!enes hube de traslad¡\rme
&1 lugar del suceso que temia, pero la. presencia tle
una bom ba e feroidal a tra yesada por un eje rota torio
ent.re do' columna, que llegaba en procel:>ion, m hizo
comprender que e trataba de una rifa, y pen é qne
si era semejante á la de La ltawLla, era llllln() de darles
un ramblazo, porque 11/(tS vrtle (arde que nunca.
Pero DO eñor Fi. gon, e trataba de una rifa efccti\':l
y sonante, llamada Lotería colombiann, y con todo
igo en mi oficio. El dia 1.0 se reunió la 111 blea;
pien o hacerme á alguno di-cur-o y empl'endel' un.
trabajollamadoviaje at rededor de un Dipu:ado, a unto
que me dará mucha materia para un buen cueotoo
El mi mo dia se dió al eniclO público un nuevo
Hotel llamado" Dam ' dirigido por la señora Paz
Díaz y el señor IIipólito Ramin'z, Aquel alon qM
o iego me coloqué en lugar conveniente.r puedo a e·
urar que ví entrar en la urna. la 613 ficha de la
boletas vendida~ y así vi alir en el órden si-
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34 LA TARDE
faé hecho en la casa con istorial de Anubla, para lÍ.mara
de Representantes y enado, que luego fué teatro
para zarzuelas, luego lugar de rifa, y por último,
depó"ito de mercado, fué convertido en una casa e -
})aciosa, cómoda y elegante. Cuenta con ochenta piezas
para hué pedes, tiene un lujo o salon de recibo,
pesebreras, y por lo que hace á la asistencia, no se
puede negar que es esmerada.
Yario.> matrimonios hay en salmuera, otros se ]0-
graron ya. El señol' Ignacio Osuna y la señorita Susana
Maldonado llegaron al al tuI" de Himeneo como
11ijenl. un pulcro, El Fisgon les desea una vida tal
como la ban deseado.
Del Club americano se perdió desde hace dias un
inglés; quien tenga noticias de él que avise á. la autoridad;
se dará una gratificacion. Fuera de chanza, el
hecho es curioso. El sugeto cerró su pieza, salió un
llía á. la c~lle, y no volvió á la casa. Como si se lo huqie
ra comido la tierra.
En la torre de San Francisco cayó un rayo la víspera
del santo, penetró luego en el COI'O, y destruyó el
llorado de algunos 'cuadro . Señores dc San FI'ancisco
cuidado . . . . . .. . ...
El amigo de infancia, el seüor J ulian Pardo, me
extcn r1ió la mano un din, para decirme hasta luego,
pero Dios no me lo dejó ver más. Pocos di as despues
moria en las orillas del Magdalena. Cuanto haya entre
lIna simple despedida y los decretos de la Providcnda,
lo ha dicbo Lamartine :
" Adios ! .... Ay ! cuií.utas "\"'eces hedicho ft í en mi vida,
Dejando á los que amo, quiztls sin calcular,
Lo mucho que comprende ¡" triste despedida
Siel h omhredice " Vuelvo " y Dios dice "Jamas!"
Qué contrastes Dios mio! Empecé poI' risas y burlas,
y concluyo con una lágrima derramada en el sant
uario de la amistad.
EL FISGON.
MAS ALLA.
Se adormecieron las aves,
Cierran las flores su broche,
Los ángeles de la noche
Silenciosos vagan ya ;
Todo brilla y todo calla
En este campo fecundo;
El alma, léjos del mundo
Más cerca de Dios está.
¡ Ouántos fúlgidos luceros t
i Oomo la luna desata
Tibios raudales de plata
Para llenar la extension !
i Cómo sollozan les rios !
¡ Oómo suspiran los vientos!
i Ouán misteriosos acentos
Sabe exhalar la creacion !
Alzo á los cielos la vista:
Fila de cándidas nubes,
Oomo un coro de querubes
Pasando, rápida, va!
¿ A dónde corre á perderse
O tal vez á abrillantarse, I
Sin tem.or de disiparse
En la extension ? ..... Más allá!
i Más allá! ...... miles de estrellas
Oirculan en el vacío,
Más que gotas el rocío
En la tierra dejará;
Mundos son; inmensos mnndos
Que humanas cifras no cuentan i
¿ Los soles que los sustentan
En dónde están? ..... Más allá!
Ann más allá!. ..... Láctea v'ia
En los espacios profundos
Bordada está con más mundos
Que arenas el mar tondrá !
Decid, pobre inteligencia!
¿ El foco de lumbre pura
Que en esos astros fulgura
D ónde gira? ...... Más al1(L !
i Más allá!. ..... La humana viste.
A tal extension no alcanza,
Pero la razon avanza
y mayor vuelo tendrá.!
¿ La atmósfera que á ese foco
L e da vida y alimento,
En dónde tiene su asiento
In tangi ble ? ..... 1\1 as allá!
Al fin la razon desmaya,
Sus alas la fe le cede,
Más poder Dios le concede
y siempTe subiendo va!
i No vaoiles, alma miar
A la luz suprema avanza!
-¿ Dónde estás? En la esperanza !
-¿ Dónde está. Dios? i Más allá!
La (( Aguacarí," Setiembre 1i de 1 72.
J. M. PINZON RICO.
MAS ACA.
A :r.rr AMIGO j. M. PINZON RICO.
Más a cá de esos mundos infinitos
En que dejó el Eterno Soberano
Con caractereres místicos escritos
Nombres qU6 yo no sé, con sabia mano,
Hay otro mundo en que los dos vivimos
Lleno de gala, y luces, y primores;
En donde el pecho de esperanza henchimos
Al respirar sus mágicos olol'es.
Esas aves que arrojan á los vientos
Su exquisita, dulcísima armonía,
Son las voces de Dios, son los acentos
Con que él da encanto á la arboleda umbrra.
Sobre el haz de la tierra, en el espacio
Ve relucir el hombre la tormenta,
y allí coloca el inmortal palacio
Donde el Supremo Sér su trono asienta.
Más, :l la luz df.ll éter inflamado
Olaro le dice cl pobre pensamiento,
Que el Eterno Hecedor está á su lado
Que él no habita tan sólo el firmamento.
El habita con todas las criaturas,
No desmiente sus obras ni un instante;
Que al brotar tan perfectas sus hechuras
Gózase en contemplarlas como amante.
No me alejes á Dios de nuestro suelo
Por que nOs deja en orfandad y lloro;
Donde quie¡:a que miro, está. su cielo
y en t.odo cuanto veo, yo le adoro .
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I
I
I
LA TARDE 35
Yo le veo cernerse en la tormenta j
y en el cetá.ceo de la mar inmenso
y en el gusano ,il que se alimenta
De in visible partícuJa: le incionso.
¿Dónde está. Dios? lo quo en reedor miramos
Nos lo dice al oido claramente j
Eu la luz, en el ámbar que aspiramos,
En 01 sonoro y perfumado ambiente.
Por doquiera refleja su mirada,
Donde quiera se ve su Omnipotencia;
Todo tí sus ojos aparece nada ......
Más acá. está su altar: es la CONCIENCIA.
Guamo, diciembre 9 de 1 72
PEDRO A. CAMJ.cno PRADILLJ..
UBICUIDAD.
PEDRO A. CJ.MACno PRJ.DILLJ., EN RESPUESTJ. A
SU BELLA COMPOSICION" MAS ACÁ."
"Sabió á los cielos y está
sentado á. la diestra de Dios
Padre." EL CREDO.
" Dios es una esfera cuyo
centro está en todas partes,
y 1:1 circunferencia en nin-guna."
BLAS P A!CAL.
" Dios está en todas partes,
pero todo oculta á. Dios; las
cosas son negra, las criaturas
son opacas; amar á un
sé1', es hacerle t.1'uspa1'ente."
V1C'fOU HUGo.
o! ... Dios, el Dios á. quien mi mente adora,
quien mi pobre inteligencia admira,
A quien mi labio reverente implora,
Por quien la vida en tre lo creado gira,
N o solo allá. tras de los astros mora,
No soló en mundos fúlgidos inspira
Que de sus obras en la inmensa escala
Su omniciente bondad todo lo iguala!
Acá. en el mundo opaco en que vagamos
Por expiacion ó prueba transitoria,
Do los raptos del alma concretamos
En esta terrenal cárcel de esc0ria,
Do tal vez nuestras fuerzas preparamos
1 ara otro mundo próximo á. la gloria,
En cada parte está, y en el conjunto,
Junto tí los soles y á. los hombres junto.
Tiembla en la luz y corre con la fuente,
En las auroras muestra sus sonrisas,
Vibra en Mnues sonidos del ambiente,
Aromatiza el ala. de las brisas,
Presta la sávia :í. mínima simiente
y al cedro secular fuerzas precisas,
Atomos en los átomos distingue,
Enciende el bóreas y el vol can extingue.
y tambien está. en mi, i débil creatura!
En mi turbado corazon palpita j
En mi cerebro inquieto arde y fulgura;
Circulando en mi sangre estanca, agit~ !
Mis ilusiones, con su fe depura;
Mi desaliento, con su amor limita:
y ante mi anhelo que insaciable avanza
Va tendiendo el tapiz de la esperanza ~
Mira esa hojilla; levo mariposa
La desprendió del cálico lozano;
Cien y cien de ellas forman cada rOsa.
y caben mil y mil entre mi mano.
¿ Qué puedes ver en esta? ..... poca cosa,
Que alcanza á. ménos tu sentido humano j
Mas, la verdad de Dios, la noble ciencia
Muestl'a allí todo un munuo á tu presencia!
Un mundo entero, sí i con sus montañas)
Sus volcanes, sus mares, sus praderas,
Sus ballenaE', sus rara8 alimañas,
Lagos de néctar, bosques de palmeras;
i Tal vel?: con sus ciudades y c!:lbaüas !
j Tal vez con las científica8 esferas,
y sél'es de sublimes atributos
Que tienen larga vida ...... en tres minutos!
Alza la mano ...... el sol llegó á. la hoja;
La primavera en ese mundo empieza;
El monte, de sus hielos se despoja
y ciño de guirnaldas su cabeza!
Solo un dedo interpon .. sombra y congoj a ;
Noche polar, repleta de tristeza
Viene á cubrir ese pequeño mundo
Que ignoto, allí, se agita moribundo!
De millones de leguas la luz viene
Qua de un insecto sobre el ojo brilla
Pero aquel ojo atómico contiene
Otra invisible, inmensa maravilla!
El rayo entre los párpados retiene¡
Debilita la luz, la sombra anilla,
y el fulgor, necesario, solamente,
Penetra en la pupila tra.sparente!
Tal vez, en la impresion, aquel sér brota.
Una perla de llanto ...... reverbera
Un segundo quizá ...... de aquella gota
La vida universal va, se apodera,
Hace una nube que en los aires flota
O una, como esta, sublunar esfera;
Que Dios sabe formal' mundo perfecto!
En lágrima in visible de un insecto!
. Y Dios, tambien en ese mundo e~iste !
Tambien allí fecunda, inspira, crea!
y allí de soles los espacios viste
y hace brillar magnífica la idea!
Y allí á. las luchas de pasion asiste
y ordena más allá. que la luz sea,
y cambia sus creaciones, cada instante,
Por su inmutable ley ...... el ADELANTE!
¿ Qué somos, i pobre amigo! ante esa ciencia
Que el alma, apénas, á entrever alcanza ? ...
i Agentes de una Sabia Providencia
Que muda todo, porque todo avanza!
¿ Dónde está. Dios ? ...... ACÁ de la conciencia,
Como tambien ALLÁ de la esperanza!
Por eso, desde el suelo al cielo miro
y 10i1'O anticiparme á 10 que aspiro!
Guamo, Diciembre 10 de 1874.
J. l\I. PI~ZON Rlco\
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
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36 LA TARDE
FUl'ldacion de ia imp anta en la Amsl'Í ca ,
:Mi querido José 1furía:
Ua'i sirIo dem'l-iado bueno conmigo, siempre bas
estado di~p'le"to á. uministl'arme C,¡'\Iltos conocimiento
.. te he pedi.do sobre vario; a~unto> litemrio - ; y me
has tratado co n aqu e lla, :\ln'\bilidarl y ex r¡ui ' ita gal:\n·
teda, propias d e un cal'iícter tan bond'\d030, y delicado
com el que p seo ; recib e por ello mi gr.\titurl,
y a cepta el siguiente tra bajo, el cu'\! no es otra. c05a,
q'le un pequeño estl':tcto ó co;upendio ele las memorias
e~CI'ita~ P l' BlITO' Arana, Amunát\!gui y otros autores
distinguidos, y elel estudio que he hecho de
la" publicacione, n1.\ s antigua que se hallan e n la
Biblioteca naciona l.
'l'u afectísimo ami gl) ,
N .J. N
ESPAÑA,
Ante,3 de dar principio á 1" r e lacion histórica de la
introducciou de la imprenta en l o,¡: pah~!'l americano. ,
})e l'mitaseme d ecir cuatro p '¡labras respec to de su
fundacion en E ' p:tñ:1.,
A 1", R e ina,..'ln~ tuvo la glo:'i:J. de favorecer con su
p oderoso apoyo la m \gna emp:' ~, ~ uo Cristóval Colon,
to c,íle tam ' )ien la ele hab er proteóido :i lo s aloman
e'l que lIeval'ol) tí. E,paXia, el al'te tipogr;ífico; con l o
cu '\l, ri tiem~') qu ~ 1))1' e.,te llpdio abría á. la ¡'azo n y
á h lib ~í , t'\l un horizo :1te u e luz, prepal'ab '\ la conquist:
1 de un n.uevo mund ric é inm enso , que m á.
tal'de ,ral flvor del ire3ip aü1t , tan
p)le ; a y b .. ill :l.n L e,l un tiempo, h oy tan d esgra.
c iadndy ab atida,
En el año d e 147,* e im primió en Valencia el pri·
m er libro qlle vió l a luz p ública en e l r e ino de España;
ll eva. dicha obra p or tlt lo Cei't,tmen po eticf¿ e'~
e7¿or dg la CJn ':3JiJ ; :i e3t '\ p ' I')li~,lCion siguió la d e l
'dltstio , y lueg!) en e l año de 147 8 la Biblia, traduci·
dl allemJsiQo p OI' el p 'l.dre TI onifacio Fenol'.
T,des son las obr:!s d e imp res ion ma · antigua, que
se tiene noticia sa.li eron d e la'5 prensas de E-.paña, y
en las cu¡\les funda, V i\l en~i a s u derecho de primacía
á la p o-es ion de 1;1. prim cl ra impronta ; el cual d e recho
en vano le ha di sputado TI \1'celon3., quien tambi e n
se j u7. ga a CI' eedo ra al m é ri to de haber sido, en aq u e l
reino, la ciud '\d de don 'l e saliem pI'im e l'o el pemamiento
escrito con la tinta d e Guttemberg,
P e ro la som1)ra no t a rd ó en se~llil' 4, la lUíl, la prensa
pouia ilu~trar el e - píritu, p odia reve lar :i los sú bditos
103 dereches conque do'ó Dios á todos los h om bres,
y despertar en ello' la ide!l. de lib e rtad é ind e pendencia,
y e5te campo n o era nada firme para roantener
al pueblo sometido tí un po ' l e l' inju"to y opre·
sor. Era neces ario COl'tal' el vu e lo al p e nsami e nto
apagando la luz en su proph fuente, poner obstáculo,>
pOl' medio de 1 a ce'lsw'a, á. la di fu " io n de la idea á fin
de evitar que el Poder o rl)ním o o ó ab .. oluto pudi e ra
alguna vez ~scap :U'se d e la - n1:1n03 de los reyes,
y que los señore~ felldal es tuvieran que abandonar
StH ca tillo", y priva rie de la ciega obediencia á
que tenian f'ometiLla la cla~e pI·oletaria. Para lograr
tan loca pI'eten ion, h een,Yltrn, fu é establecida en la
céuula dada en T oledo el 8 de jlllio d e 1502, á la que
stJ.cedi ó lo, ley ele setiembl'e d e 155 6, fil'mada por Felipe
Ir j Y últimam e nte, para dar m ás vigor á e ta
medida, la InlJuis icion rué establecida en los nu evos
domini os , p o r ley de 25 de enero de 1560. i Ta I fué
la parás ita, dice Juan JU, Gutiénez, co nque la imprenta
nació e;:¡ Eipaña y vin o al uevo Hundo!
Sigamos ahora su marcha en A.m é rica, marcha lenta,
es cierto, p o rqu e tenia qoe ven ce r preocupacione de
muchos s iglos, pero firme y segu ra hasta, el punto de
pre parar la em:ll1cipacion de UQ Continente ente ro, y
ensoñar á sus habitantes las le yes que marcan el progl'esQ
de la~ ciencias físicilS, políticas 1 morales.
M:cjico_
TanLc. el cronista de Indias, Gil Gonz;t!ez Dávi-
13, como Egni:tra, E lÍen r Chal'lcs 13l'unet, e,t:ín do
a('l1e['clo en que el lll'ímero qne introdujo In. imp¡'enta
á la A mérlt;,I, ru é el Yirey do uevn-E'ipaña, don
Antonio de :\IenrloziI, quien se e"tabl~ci(í cn la ciudad
de l\! l'jico, e l año de 15 ;~5, t ocándo l e al n.. p, J l1nn de
E,trnua, 01 b ono l d e haber puhlit:ado 01 primer libro,
con el ti tul, ) ele "E~c \1. \ ESPIRITUAL P\R.\ I.Lr.:GAR
AL CICLO," obra ue S'm J Han Clílllaco, y la cual
tra dujo de e l latin á la len gua vulgar.
Si:;uió á. e!;ta el " 111 ~nltal ele A l¡¿[tos," impreso
el au de 15iO, p or cJruen ele 105 ll'~ \ 'e rencJísimos
obispo de la ¡: ueva EP:Ul<1. ; y al año iguiente, un
foJl etito de 4 hnj'l'l, con e l iguiente título: " Relacio¡~
el' l espar,íTJle tal'emoto r¡' agorc¿ nuevam.ent8
hn acontecido en le¿ ciTJ ln,cl cl' Gll atimaln ,' es cosa de
,grá,de a,Zmiracion y rlp. ,gráde e;/itmplo p l l'a 'lite todos
'l/OS enmendemos ele 12l1e:;I,'os 1J ecnclos y astemos apresi qnidos
para cuMlo D ios f¡w'e sC1Tido 110S llamar ,"
" I mpl'eso el. la grá e¿ndacl de 111t',v¡co en casa ele
Sná C,.oml:JeI'g el' nito (le 11bil y r¡niniétos y c¡¿(tl'éta y
u.no ."
Fer'L.L,
Entre la s publ;c:J.eione; O1 :í. antiguas de este pai " , !'lO
hallan elo s ill1pres:\~ e l afí de 1585, cU,Vo título úe
la primera, es: l' COl1fes io nario 1Jal'a los CU1'as de il1·
tu.os , (Jon la instrltlJcion COi/f7'ft SltS 1'itos, y e,'ChortaCIO¡~
1Ja~'a ayu.dar (¿ bien morir , y fOi'ma de impedimentos
del matrimonio. Compnesto l! tl'n,:lnciclo en las l en gu.as
Qt¿i chna y Ayl/lnl'a pOI' auto!'Ícln(l cl el Concilio pl'Ovi¡¡
cial de L ima."
El título de la 2.·'\l es :
" T e¡ 'Cel'O catecismo , E ¡;posicion de l(t cloctri¡¡a cristinna
1)01' sermones veces
pOl' el vuelo de una ave de conocida, por el paso cauteloso
de un animal montez ó el precipitado de un
l\lptil, que e tremece la hojarasca y desaparece.
A e ta hora es cunnno está la naturaleza agobiada
por el calor en tales climas: ni las aves cantan,
ni. la. bl'Ísas vagabundean, ni el bo'que se mueve;
sóJo las agu:ls ruedan incesantemente aumentando
con su rumor ronco y p~renne el silencio del bo-que.
Hay voces ilenciosas así como hay silt>\1cios habladores.
El hombre que quiere abstraerse del bullicio
bumano bu ca, in tintivamente la orilla del rio rumoro
o ó de la cascnda estrepitosa.
Buscamos un punto en donde aJ abrigo de una
pied ra. el rto es ménos correntoso y form}~ un remanso
:-azuloso, tmspal'ente y profllndo. Excusado es
de~11' que aquella algazara fué de lo más estrepitoso.
QuIén no grita al bañal'se? Quién no e tá contento?
Aquel es uno de los actos de la vida en que nadie
está tri te.
Cada cual em pezó á hacer a larde de su cienf:ia en
11\ natacioll, y éste se botaba á nadauito de pcn'o'aquel
al blaca.ldo, el otro zabullia hasta el fondo: quién ba ...
cia velas, cual tiraba caimanazos en medio del bochinche
má;; e tupendo ; y yo, que me precio de tan
buen naul1do!', gracias á. Dios, porque asi estaré más
excento de a.hogarme, escogí un lugar el ruénos pl'Ofundo,
y cogiéndome de una rama empezé dále que
rUle opeando para arriba y para abajo. Cua'ndo yo veia
aque¡ pozo cl'Uzado por peces de plateada escama
y con un fondo ta.pto más medroso cuanto más l~
buscaba la vista inútilmente, me aferraba á. mi rama
y más Ille adlllimba de los audaces que exponen
su vid:1. en un elememento tan traidor. Por mí si profeso
el principio de que hasta que no se ;prend~
á nadar no hay que echarse al agua.
Hablo con los CJuo se hayan bañado el cuerpo alO'una
v:z en pl~no ri?: hay cosa más :Jgmc1able que
cubl'lrse con una sab:llllJ. despues del baño y acurrucado
y tiritando rec ibi!' el calor del sol que orea?
Aquel es sin duda, el plus-café del baño. Medio vestidos
apénas nos tendimos en el suelo, abrimos c(~jetas
de conservas y de uriquipe, [¡icimo grandes rebanadas
de queso, salpicamos esto con carne fria, lengua
nitmda y bmudy, y empezó la tarea con el hambre
que llega deapues del bauu. Y vengan tmbajos! Qué
,e guln;nbee allo1'" si la mula, que el bano dé hasta el
pescuezo. Bien dicen, ql1e b.ll'l'ig." llena aguanta azote
No sé si haya quien sea valiente con hambre.
--
Envalentonado:! los muzos con la victoria alcanzad"
por dos veces sobre los e ;;pañoles, no se contentaron
con gual:dar su tenitorio, s ino que amenazaron el
interior, y de aquí el que se organizase una nueva
expedicion . El Capi tan Lanchero, ya por guardar
su encomienda de Subn, ya por volver por su honor
a jado en la primera. expedicion, solicitó y le fué COllcedido
el permiso de or;;:1.nizar una nueva expedicion.
Francisco Morcillo lo acompañó como segundo jefe
como Capellan, el dominicano Juan Santamaría, y
ademas se agTegal'On varios Capitanes y Oficiales de
crédito con los auxilios de gente que pudieron llevar.
Sesenta indios yaconas amaestrados ya por 10- españoleR,
formaron tambien en aquel mi erable ejército
comparado con las numerosas falarijes de los indómitos
indios.
Despues de penetrar por Velez en los t érminos
de los il)dios, Qllirimaca, jefe de ellos presentó, batalla
con cuatl'o mil hombres. Sólo el est!'ago de las
armas de fuego pudo hacerlos flaquear de. pues de babel'
hecho prodigios de valor. Se retiraron pues,
de~alentados, pero no destruidos, y a í fué que al venir
el Capitan Rivem por otro camino en alcance
del grueso del ejército, fué atacado por Qnirimaca,
miént!'as que Lanchero era pl'Ovocado al mismo
tiempo por Naiman con cinco mil hombres. Lo destrozos
hecho por los españoles en los escuadrones
de este jefe, fuel'On honorosos y feroces, debido á que
los perros de presa despedazaban:i los indios fugitivos
sin compasion. Esta fué otra arma. con que In.
crueluad española dejó mJ.rcada en el suelo su ferocidad.
No le fué igualmente favorable la. suerte á Rivel'll
quien llUbo de emprender retirada bnjo un:\ nube de
fiechns; paro sabedores, fugiti\To y victorio~o en el
camino el suce o desgraciado de Naíman é te se desalentó
y aquel tomó brios y se trabó nuevamente un
combate tan reñido como no se volvió :i ver en aque¡
la expedicion. Prod' de valor hicieron los indIOS
entre los que se distinguieron los Caciques Jote,
Trinaca y Valaví. Grande seria el apuro en que pusieron
á los españoles, cuando se cuenta que Rivera
cansado de bacer esfuerzos inútiles, alTemetió sólo
con su lanza entre los enemigos, pero rota é~ta tomó
á un enemigo otra, que era. despojo de la de un vencido
y obl'ó prodigios. La muerte de Trinaca y el auxilio
oportuno de Lanchero decidieron da la victora.
El jefe Quil'imnca mandó sonar la retirada, y de"de
entóPges aquella ('ampaña quedó reducida á ata~ue~
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38 LA TARDE
parciales y guerra. de posiciones en que iempre triunfaron
105 e pañales.
Grande fué la. escacez que l o iberos sufrieron, por
que los indios 10- privaron de todo recur o, y i n o
hubiera sido por 105 Cachipayes, (fruta de una palma
que por allí abunda,) a caso hubieran perer.ido muchos
de hambre. En el último combate que presentó Quirimaca
perdió á 10 aciques Note y Yalaví con l o
lllás florido del ejército, y de de entónces " la s tri tes
reliquias de l os muzos abandonaron]a, tierra de sus
padres en busca de otra hospilataria" "Algunos
restos de los muzos, como ancian os, mujere , ninos y
otros más pacíficos doblaron e l cuello á la. coyunda.
de la conquista, y la pacificacion de tan belicosa parcialidad
fué obra de l os esfuerzos de Lanchero" *
Pacificada aquella parte, es cog ió e t e jefe un s i tio á
propósito y fundó la ciudad qu e llam ó L a Scmtisí.ma
Tl'iniclacl de los 1I1uzos, de la cua l hoy no quedan
sino ruinas, es de hab e r sido una de las más
florecientes y pobladas. Ll egado á Tunja en 1, 562
falleció e l Oapita n Lanch e r o , á impul so dE> la fatiga
de aquella expedicio n. y por consecuencia de la herida
recibida e n la primera exped ic ion contra l os muzos .
Ouánta gloria eclipsada, y cuánta. ferocidad inaudita
quedarán bajo la l os a del sepul c ro de aque l conquistador
!
,. Plaza, Memorias para l a Historia.
( conclu id!' ).
----~:~~:----
Las tardes amenas de Bogotá,
El suntuoso jardin que acaba de construirse en
Santiago de Ohile, está d eco rado con las .estátuas alegóricas
de cada una de las capitales de las repúblicas
americanas: M éjico , Carácas, la A sunc ion &c; y estas
estátuas co mpiten en la belleza artística, a sí como en
la maj esta d de la actitud, indicando cada una In cualidad
distintiva de la Nacion que r eprese nta. Este
ha sido un b e ll o y p otrió tico pensamie nto que enaltece
la s virtud americanaR, y tipnde á fundar la fra·
ternidad entre las nuevas naciones, mostrando que
en cl templo de la civilizacion hay un lugar para cada
virtud, y que cada pueblo es honrado y enaltec:do p or
las nobles cualidades que le dis tingue n.
Bogotá está coronada de laurel, y como la diosa de
la co nt emplacion, con el libro de la ciencia en la mano
y la mirada en el cielo, aguardando la revelaClOn de
la verdad. Oolombia debe estar orgullosa. de la manera
como su capital ha sido representada.
i M e re ce Bogota este honor ó , indolente y p e rezosa
se deja arrullar por el vici o, yen los brazos del lujo
y de lus pla Ge r es olvida sus tradiciones y su gloria?
Sólo los extranjeros que contemplan nuestras costumbres
austeras, v que miran esta ciudad melancó lica
como 13asile:l, en donde no se oye el ruido de
una aleg re ti e ta, ni el bullido del comercio, ni un
g rito de guerra; p e ro e n donde, como inmensas colmellas,
se e n cuentran por tudas pal'tes l os colegios y
las escuelas, con mil enjambres de niños que se educan
para el por,enil'; só lo ellos pueden contestar satisfactoriamente
á estas preguntas.
A s í, las tardes ameuas de B ogo tá no están destinadas
á la alegría y al placer, sino á unas fiestas modes
tas e n honor de In. niñe z, de la virtud y de la
ciencia; p e ro son fi estas qu e embalsaman el corazon,
d ulcifican nuestros sentimientos y enaltecen nuestra
inteligencia.
El famo o artista que delineó la estátua de Bogotá,
hubiera podido recibir inspiracion asistiendo á la
fiesta en que Inocencia Nariño j una señorita de 18
años , exhibia en uno de los salones del teatro los adelantos
de la escuela pública que dirige, y que es la
2. cO de esta ciudad. Sencilla y elegantemente vestida,
co n un sombrerito que le daba. gracia y cO Quetería á
t o da su persona; paseándose en el vasto salon por
en medio de todas l as niñas, que pendientes estaban de
E U mirada para poder hablar, como una maga señala-ba
con Sil vari ta In. n iiía que debia responder, y esta
varita era mágicn., pues en el in t:'llle alian d
los laLios de la lliña que seiín.laba, torrentes de
palabras de ciencia, f<ícil y encillamente dichas 1
y, como para motrur el poder de RU encanto, los niña
de siete año, ma l'caban en e l mapa lo principales
capitales del mundo, recorrian los mores, llevaLan
al e pectador al Japo!', ó le hablaban de l{,u si a ;
y de pucs r e olvlan los prublema de la aritmétic~j
ó exhibia n graciosos fenómenos de fisica.
Ah ! la suprema. belleza de la mujer (; tá en la inteli
genc ia: ella comunica á todo su sé l' un brillo que
deslnmbra. y que fascina; y la mujer bogotana de
bella forma y color de nácar, ,iluminada, como nosotros
vimos esa tarde á Inocencia Nariño j no tiene rival
e n Su r · am érica.
13ogotá. no decae ni pierde s u pre ti gio : la auste ra
ciencia que hacia anu ga ¡' la R sie nes y encanecer la cabeza
del sab io , se ha de linda formas entre
n os otros, t oma ndo la figul'a de una mujer, y así, haciéndose
amabl e y eductora á los niños, extiende su
dominio por todas partes y asegura su reinado para
• sJCmpre.
L as tal'des amenas se r epiten todos l os lúoes, pues
cada escuela se va exhibiendo allí por turno, y las
horas se pasa n si n sentir, enca ntada con el perfumo
de la inocencia, viendo r o, trus alegre , son risas ino cent
es, y pensando en el lis on jero porvenir de la
pa tria.
Ayer 10. seño ri ta María de J es us Páramo,'exhibió su
escuela, que es la 1. ~ de esta ciudad; y el placer y el
asombro aum cn t ó para n osotros . Hermos a como la -
más l oza na mujer de Albion, con su abundonte cabell
e ra rubia cayendo en bucl es , y t9das s us maneras im.
pregnadas de ese aire que ti e nen las grandes seño ra.,
iba de banca en banca acari ciando sus niñas; y despues
j cuando de pi é, con la mirada centellante, la. boca
sonreida y en a c tit,ld noble las iba interrogando,
ah! entónces , aporecia sublime, porque la ciencia la
corooab n. de luz.
Inútil afan el de la mujer bogotana en vestirse de seda
y cubrirse de j oyas! L os vasos de oro incrustados
de piedras preciosas, que se sacan del Herculano ó de
Pompeya,jamas alcanzan á t e ner la belleza de la lámpara
de alabastro iluminada por la luz que eternamente
ardía e n el templo d e las vestales . La mujer
nunca es mas hermosa que cuando hace lucir su inteli
gencia; y las señorita que despues de haberse edu~
cado con e mero se dedican á difundir la luz, entre sus
hermanas del[pucblo, no sólo so n muy interesantes
para la soc iedad, sino que en mome ntos como los d e
las tanles amenas , en que se muestran ante el público,
son r ealme nte encantadoras.
iQué tiene la. sociedad para ofr ece r á seño ritas como
é tas? ¿ Flores? Es poco. E as se ofrecen tambien
á las cantatrices que sólo fascinan los sentidos. Alabanzas'l
Ellas so n muy lindas y muy j óvenes aún
pal'a m e recer algo más qu e l o que se ofrece siempre
á la. jnventud y á la belleza. Ellas tienen la admiracion
del púLlico que asiste á las tal'd es amenas!
y la gratitud y el amor de las niñas á. quienes educa~
para la virtud y para la. felicidad.
L as tanles amenas concluyen siempre con coros
de lasniñao:, en los que s us mil voces infantiles, armónicas
y suaves se unen para elevar á Dios sus alabanzas
ó recordar los himnos de gloria de la patria.
1\IEDAR DO RIVAS.
ESCENAS DE LOS ALPES.
EL CAZADOn DE GAMUZA.S.
( ContinuaGÍon.)
Oa s i al mi"mo instante pegaron un golpazo á la
puerta, y entró Hans vestido con el traje completo de
los cazadores de gamuzas: chaqueta y pantalon de
paño llenos de cicatrices dehilias al tiempoj ¡;ruesos
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LA TARDE 39
zapatos cubierto.s con polain~s de cuero hechas pe o menor. Con mi anteojo las examiné bien, y renovando
dazos por !os.11lclos y las pIedras, y sombrcr~ de cl cebo de mi escopeta, me adelanté arrastrando .. ya
fieltro enrojecIdo por el agua. A su lado pendJa cl estaba á tiro de la gamuza colocada de centinela pues
bacha para abril' camino sQbre los piés cubicrtos de comenzolba á distinguir sus cuemos cuando saltó de
n~eve, el martillo cou que forzaba la carga ~e.su cara- lado para advertir á las demas, y la~ ví pa5ur á todas
bIna, y la cartuchera de cuero con las In U J1JC IOnes ; al con la em.pe¡·atl·iz á la oabeza ..
hombro llevaba una alforja cncarnada que caia sobre -i Cuán tas habia?
el lado izquierdo. -i llabia nueve!
Habia entrado como una bomba y acababa de dete- La anciana se estremeoió al oir este número.
nerse en mc'lio de la choza dejando caer estrepitosa- -1 Las ba,> contado bien?
mente la. culata de su escopeta en el suelo. La abuela -Como si hubiera contado los dedos dE' mi mano.
reconoció al instante que la caza habia si(lo mala aquel -i y de véras lIcvaban una empe1"at¡'iz á la cabeza?
dia. Sin decir una palabra, hizo una señal á Freneli -i :Me tomais pOI' un cazador o,a~ ..
es mi respuesta al sobrino Hans. j Pues no hablaba
de mesa pobre cuaudo cntraba yo !.. Ea, dcstapa,
.J: elJ, y enséñale lo que traIgo.
La jóven abrió el cesto, de donde fué sacandO' suce
sivamente huevos, tocino, tre~ panes blancos y una
botellita de agua de cerez't. El cazador, que habia
permanecido indiferente á los primeros artículos, acojió
este último con una expre~lOn de contento.
_j Ah! i ah I i con que esto os alegra, señor mio!
dijo el anciano, pegando un golpe en el hombro á su
sobrino. Buenas noches, Trilla, continuó; parece que
<:ólo has envejecido de dos djas desde ántes de ayer ..
y tú Neli, pronto á la lumbre con estas provisione ..
8ieutate, lrico, cenaremos junto" hijo mio.
Dirijiendo a í la palabra en tono jo,ial ú cada UIlO,
el viejo se habia desembarazado de su cargl, y se habia
sentado á la meSl junto á sus sobrino.;;. Una vez
sentado, destapó la botella de agua de cert'za cou precaucion,
echó á cada persona como la terc(:¡"¡\ parte
de un ,aso, sin oll'id:use de sí rnismo, 1 uego se informó
afectuosamente de si babia cogido alguna cosa,
a lo que el cazador se contentó con respondel· con un
signo negativo, y por último preguntó á Ulrico sobre
u posicion en Merengen.
.l!;l jó,en escultor le repitió lo que ya habia dicho
á la Trina, pero con un acento abatido que no parecía
estar de acuerdo con la palabras á cuyo beneficio de
ruostraba lo bien que iba en su empresa. El tia Job
acó en consecuenda que la!> ventajas de su nuevo
oficio se compraban muy caras, y recordando los esfuerzos
que habia hecho para dr. uadir al jóven aquella
idea coucluyó por hablarle dé la independencia y
del contento que haJ;¡ria podido disfrutar sobre la mou
taña.
En los cuarenta años largos que el tio Job vivia
expuesto á todas las fatiga, y peligros de aquellas ásperas
soledades, no habia sabido ,el' aun SillO lo que
tenian ele agradable y sublime. EH tanto que la audacia
indómita de Han crcia hallar en ellas el demonio,
su dulzura resignada. buscaba sólo á Dios. El primero,
arrastrado por no se qué pasion furiosa, corría á traves
de lo precipicios y las avalancha, con los ojos
fijos en su presa; el segundo evitaba el obstáculo con
paciencia, miéntras iba contemplando la flor, la mariposa
y la piedras del barranco. Aquel era la fuerza
que desafw, e te la senclllez que admira. Por so na·
da en el mundo habia turbado la serenidad de su alma;
al retirarse de él, b juventud habia dejado un
rayo de su alegría, como el sol, ya en el deja
soLre los picos nevados un reflejo de su llama.
Cuando sacarun la cena, el tio Job mandó á la
abuela y á Freneli que se sentaran á comer con ello,
y eonsio'uió com unicar su alegría á todo el mundo.
Sélo la frente de llans permaneció plegada y sombría
como de costumbre. Sin embargo, euando las dos
lllujeres quitaron la mesa, el anciano Job hizo una
postrera tentativa para distraerle. Llenó su vaso, y
paándole una mauo por el brazo ami tosamente, le
dijo:
_ Yamos, señor cazador, un trago; ahora el agua
de cereza puede correr como el agua de una fuente;
está couocido el manmtial, y mañana se llenará de
nuevo la botdla de viaje,
_j Dios nos proteja! dijo Ulrico. ¿ Dónde habeis
desculJierto maravillosa fortuna?
-En la posada de Lauterbrunuen, respondió el
-Viejo. Esta manaua el despensero me ha comprado
todas las muei>tras que encontré hácia el Rosenlawi,
sn diez y siete batz, con los cuales he podido daros
esta cena .. y auu queda algo, añadió pegaudo en Su
boJ illo, donde se o 'ó un sOl11do de co!.>re.-
y como el escul tor se sorprcmlio, el tio Job añadió
á media voz:
-Ko te estrnñes, hijo mio; si supieras lo que he
di tínguido ayer cn lo alto de una roca de~cubiel·ta
por el deshielo de las nieves! i un nido de crh,tal puro
I .A 1 instate lo conod ; tiré una piedra, y se oyó el
mi mo rUIdo que hace un badajo en la C:lm pana.
-i y habeis podido tocar cse tesoro?
-Toda vh no. " UJ ce" que be llega alli tan facilmen-te?
No, no; el nido está dentro de la roca, junto al
borde del precipicio. Pero con una cuerda el hombre
puede lll~ gar :i todas partes donde llega el pájaro;
mañana vuelvo.
y yol, iE!ndose al cazador añadió;
-lIan¡;, atravesando el ,Yengern-Alpp he visto
huellas de gamuzas subre LI}Jigel; podré indicarte él
sitio.
- Gracias, conozco otras yo, re pondió lam.
-Es que doude yo digo hay muchas, observo el tío
Job, y ya sabes que el 'Vengeru-~\.lpp es un terrc;:uo
fácil para la caza.
- Yo no busco los terrenos fáci les, contestó srcamente
el cazadol·, y echando unr. mirada irónica á su
primo, añadió: En otro tiempo Ulrico se habria podido
aprovechar de la noticin.
-Dices bien, Hans, y aun boy mismo la aprovecharia,
cuutestó el escultor; me daréis bieli las beñas,
tia Job, y manana estoy en campana.
-i Tú! exclulUó Hans enderezándose; ¿ de véras?
¿ lhblas formalmente?
-Tan Iurmal, que pido al tio Job mis vestidos de
cazador que he dejado en su casa .
-i Será cierto? exclamó el anciano; i con qué
quieres renunciar á tus maderas esculpidas para ,01-
yer á la montaña '?
-Lo probaré.
-Eutónces b no volyerás á l\Ierengen ?
-Si me lo permitís, dormiré hoy bajo vuestro te-cho
tio Job.
-1, y mañaoo. ?
-l\lañana me dareis mi carabina, indicándome
donde están las huellas de que habeis hablado.
El nuciano e levantó bruscamente de la me a.
-Está dicho, exclamó; j bendito sea Dios I Ulrico
vuelve con nosotros; ¿ has oido lo que acaba de cecir,
vieja Trina?
-Las palabras se las lleva el vianto, repuso friamente
la abuela; esperaremos á ver la acciones.
-Veremos, veremos, dijo el tia Jub; á fe roia, no
seria malo que recobrara el gusto de la vida libre.
Esta noche pediré á Dios que le :ll1ime y que guíe su
escopeta hácia la mejor emperatriz de todas las
gamuzas.
-Sí, exclamó Ulrico, apoder: !luose del brazo del
viejo; pedid eso á Dios, tio; por una felicidad tan
grande daria la mejor parte de rrii vida.
y al pronunciar e tas últimas palabras, el jóven
ecbó á Freneli una mirada que el primo lians sorprendió
al punto. Su frente se arrugó, y sus labios se pusieron
blanq ueciuos, pero guardó silencio.
Ulrico se despidió, y desapareció con el tia Job.
Entúnces, fijaudo en la j()ven una mirada el cuJriñadora
que la obligó á bnjar los ojos y á enrojecer,
Hans meneó la cabeza como un hombre cuyas dudas
se ac:lararol1 ya, volvió á tomar su carabina y salió
ilenciosaroente de la choza.
II
•
Al otro dia, roncho ántes de que amaneciera, Ulríco
el viejo Job se hallaban en pié preparados ambos para
su- expediciones.
El tio Job habitaba ¡¡na casita al1n más pequeña y
mi erable que la de la Trina. Todos us muebles con~
"i tian en una cama, una mesita y tres taburetes, pero
las cuatro paredes estaban adornadas con colecciones
que habia recogido en la montaña.
(concluira).
•
Citación recomendada (normas APA)
"La Tarde: periódico dedicado a la literatura - N. 5", -:-, 1874. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2092957/), el día 2025-07-16.
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