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- -~-___ -C;G,,~ S ~ ? 2~r-s.,--____ -
PERIODICO DEDICADO A LA LITERATURA
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Serie 1. Bogotá, 20 de Octubre de 1874_ Número 7.
....... A Al\DE .
•
Señor Editor de "La Tarde."
En el número 6 de ese importante peri6dico literario,
se ha publicado un articulo firmado pOl' Aldeba1'
an, en que e emite un juicio muy fav0rable sobre
la primera entrega del "Anuario de la Academia colombiana."
La Academia agradece debidam0nte tales
concepto, y lo estima doblemente porque viniendo
de parte de un escritor tan imparcial como competente,
no puedcn méno de llOnrarla. La Academia
creerá superabundantemente recompensado ensayo,
y ést.e es todo su anhelo, con la aprobacion de
las pel' onas ilustradas yamante de las letra, tanto
en el inter'iol' como en el exteriol'.
E ; de entirse, sinembargo, que Aldebaran se haya
anticipado á haccr una ob el'vacion que la Academia
recibe y agradece como simple observacioll ami -
tosa, pero que pudiel'a envolver un cargo, y, si así
fuera, ella e taría en el debe!' de apre urarse á. desvanecerlo.
Se sorprende el escritor de que en e ta
primera publicacion no se haya hecho alguna mencion
honorífica de nuestL'O dos malogmdo compañeros
y amigos D. José ;'lIaría Verg'tra y Vel'gara y Dr.
Manuel María Mallarino, los cual por muchos motivos,
merecian figurar en las páginas de e tos nnales
algo más extensalllente que en una lacónica acta, en
que se menciona que fallecieron y que fueron reemplazados.
Para sati faccion de Aldebaraa debemos decirle que
no ha olvidado la Academia cumplir este sagrado é
imprescindible deber, y que apénas resolvió hacer la
publicacion de su "Anuario", su pl'Ímer cuidado fué
recomendar á dos de sus miembro-, que escL'ibiesen
ese justo recuel'do de su fundador y de su ilu- tre cen
soico. En efecto, ellos han cumplido su mision presentando
cad:!. cual su trabajo; pero por cil'cun tancias
que no es del caso mencionar no fué po ible
que aparecieran en la pl'imera entrega. Están, inembargo,
en la imprenta y se espera que verán la luz en
la segunda.
A prop6sito de esto, agrega Aldebaran la indicacion
de que debiera hacerse aquí lo que en la Academia
Francesa, en donde el miembro que reemplaza á otro
hace su elogio en un:!. corta biografía que e lee el dia
de su in talacion, Ag!'aelece igualmente la Academia
esta indicacion que revela el interes que por ella se
toma; pero es preci o decir que tampoco babia pa ado
inadvertida circullstancia que se tuvo presente
en su oportunidad. Se ha juzgado, no obstante,
que la costumbre de la Academia Espaiíoln. parece
más delicada y más conveniente que In. de la Francesa.
Es mf\S natural confiar el elogio del finado á
un antiguo amigo y compañel'O, que no á un ucesor
que quiz;í. poco le conoció 6 no le qui o bien. De este
embarazo elel panegirista obligado pudiera. re:;ultar
frialdad, ['l.bín, y aun embozado ataque en ('1 elogio
mismo. T o queremos suponer que esto pudiera. tener
lugar el'l nue tra reducida Academia; pero hablamo
en abstracto, y adem'l.S, andando el tiempo
ella pucllCra. venir lÍ S('l' muy numerosa, y quedar su-j
eta á condiciones análogas á las de las Ac d .
E'II'opea . a emlas
En la. E ,Pañola, e~ académico que entra elije el tema
qu ~ qulCl'C, puclJendo, si le place, explayarse en
el elogIO de u antece or, como lo hizo Baralt respecto
de Donoso Oortez, ó limi tarse ~í un recuerdo
de. breve fra .es, pa ando luego á la té~ adoptada
~~Jando el dI. curso necrológico á otro colega. E t~
h. )e.rta d permlI'te al orador dar mayor vuelo á . <, su Ima-glDa?
l~m, y uClr con mas de ahogo su elocuencia y
erudlClOll ~l ~ tiempo que con ulta la. libertad
de l<;ls sentImIento. Como lo nuevos académicos son
e!egldo« par~ lIenal' una ~acante en que pueden conttllluar,
Ó puIeden no con'tllluar e l espil'ltu d e sus an-ecesores,
es e ~ro que ellos no son ipso jacto lo lIa-mado,
s al ~loglO de aquellos á quienes reemplazan
i Q~e habrJ~ dIC~O, por ?jemplo, el padre Lacordair~
soble Volt~\re, SI le hublCse sucedido inmediatamente
en la lila qua ámbos ocuparon en la Academia
:U:rance 11:? Esos dos nombres no tenian de comuo
1110 la rIma.
E peraI,no que -la mable é inteligente escritora
qu e~e sat.1 fec~ a con esta explicacion, y quo Be calme
u !J~o ra IllqUletud pOI' esta falta aparente de la AcademIa.
J. O. R.
Fl1.ndacion de la imprenta en la América.
( CONCLUSION).
AU'EN"Os ..6..IF{,:ES.
Muchas otras mue tras sumamente curiosas de
tal género de poesía, podría ofrece!' á 105 lectores;
pero temeroso de hacer demasiado larrrag e tal!
apuntaciones, contén tome con presenta~ las signientes
de poesía profana, que en verdad no se hallaba
má adelantada. que la relijiosa; jÚ7.gue e si no
por la letl'illa festiva que se encuentra en un númerode
El Telégrafo, e cl'Íta por FranciscoAntoDlo Cabello,
de la. cual tomo só lo las estrofas de sentido ménos
libre:
Que una mad!'e riñ:\ á su bij ,\
Porq ue se quiere casar,
y en ca a la deje sola
A su anchura y libertad.
Lmdo ejemplar.
Que una niña de diez años
Ni el credo sepa. rezar,
y baile el ajandangado
Sin perder un campas :
Lindo ejemplar.
y la siguiente décima, tomada del poema que el
Vicario, doctor Joseph Gabriel Ocampo, escribió en
elogio del E. . D. antiago Liniel's y Bremond, Brigadier
de la Real Armada:
Cuando hago remil1i cencia
De vuestra brillante gloria,
El l\Iarqué de la victoria
Re-ucita á mi presencia:
La fama con impaciCSsá.a.. C'L..I
816LOTECA Lv
,
L
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50 LA TARDE
,
Ya quisiera. colocarte
En las al tUl'nS de Marte,
Para que el mundo conozca
Que todo rival es mosca
Contrapue to tal baluarte.
Por lo visto, no fué tan brillante la cuna de la literatur
a en este pa en la cual campean la indesencia
y el mal gIl to en la eleccion de las nguras, asi
como tambien la ignorancia de la rima V de la caden~
a . Estaba. reservado a otra época más afortunada
el darle brillo y mayor vuelo al pensamiento; J:\lármol,
I1Iagariño Cer,ántes, Gutiérrez y otra multitud
de distingUIdos escri se hicieron cargo de tan
noble como laboriosa on; la cual fué cumplida
con notable éxito para las letras.
EOU A I )OF{.,
.Aún cuando no se sabe en qué época precisa fué
fundada. la imprenta en este pais, sí se tiene noticia
de que una de las primeras publicaciones que se bicieron
en Quito, rué la del Edicto Pastoml del Ilustrísimo
senor don José Pérez Calama, Obispo de an F rancisco
de Quito, documento fechado en .Ambato á 4 de
Diciem bre de 1790.
Sometia dicho prelado á la con iclerJcion pública
varios temas, que debian ser resuelto;: por los amantes
de la letras:" en idioma Castellano, ter o y brillant
e." Entre dichos temas se encuentra el siguiente,
bien notable por lo singular del objeto á que se refiere,
dif'e así :
"Lo muy útil y conveniente que es, no sólo á la
modestia cristiana, sino á la salud corporal, é ilu trada
civilidad y policia, el que en cada casa haya retrete
ó lugar separado para las indispensables superfiuidades,
cuyo lugnl' tiene en esta provincia el nombre
de Casillas, y en nuestra lengua Castellana, pura
y neta, se explica con la modesta voz de necesarias,
cuyo epíteto demuestm y convence cuánto se podia
decir R:>bre la enunciada materia."
L os tiernas temas que el prelado sometió al estudio
de los l iteratos de su diócesis, son por el estilo del
anterior.
Organizada que rué en 17\)1 la Escuela de tCt conCOT(
ZW, á cuya cabeza 3e puso el referido Prelelado,
el Aecretario de dicha asociacion, don Francisco Javier
Eugenio de S~nta Cruz y Espejo, quien á pesar de su
origen indígen::l, habia a lcanzado una elevada posicion
pOLo su mérito indisputable, comenzó :i redactar un
periódic? titularlo : Pl"imÍt ias de la cultura de Qltito.
UF{. UG-U A yo.
lIácia el año de 1807, fundaron los ingleses en la
ciudad je Montevideo, una imprenta, y en ella publicaron
La Est¡'ella del SUJ·, el cual periódico solo duró
uno'l pocos meses.
De cste tiempo en adelante, continuó fray Cirilo
de Alameda y Brea, redactando papeluchos para desacreditar
la causa de Jos independientes.
'TEN""EZUEL...A...
Fué á esfuerzos de don Juan Vicente de Arce, de
don Mateo Gallagher y de don Jaime Lamb, que se
introdujo la imprenta en Carácas; y de ella salió el 2-!
de Octubre de 1808, la Gaceta de eaTácas, en la cual
publicacion, estuvo muy interesado el Presidente de
Venezuela, Juan de Casas, ya para publicar las 6r~
denes y decretos del Gobierno: como tambien para
avivar el entusiasmo de los habitan tes, en favor del
rey Fer nando, y en contra de los fr anceses.
IJ A S G-U A Y ...A..N"" A S .
Desde poco ántes de 1809, ya era conocida la imprenta
en la Guayana F rancesa, así es q ue cuando
los por tugeses, unidos ti los ing leses hl. conquistaron,
encontraron allí dos imprentas bien establecidas y
quo funcionaban regularmente.
•
En 1 10 habia 010 una imprenticll, cuyo ma terial
no alcanzaba. más que para publicar una. esqut'la do
convite.
El año de 1811 fondeó en el puerto do Valparaiso
la goleta Galleway, trayendo á n bordo lo materiales
de una imprenta, y los operarios norteamericano!
que debian manejarlos; esta imprenta fué e tablerida
el año ele 1812 en uno de los departamento. del antiguo
edificio de la Universid"d de San Felipe, con el
nombre de Imp/'cn ta de este wpNioj' Gouierno; y de
ella. alió en el mismo año, el primer periúllico !Jue RO
publicó on Chile, cuyo redactor lo {ué el señor Oa1l1l10
IIenriquez; dicho periódico, cuya suscricion costa a
6 pesos por año, duró ha ta el 30 de Setiembre el
1814,cuando fué reempla2lado por el lIIonito/' Arancallo
y por el Semana?·io Repuulicano, que fundó don Antonio
dc Il'Ísarri.
H OIJI'TI A .
E~ general espailOl, don Pedro Antonio de Olañeta,
publicó en el pueblo de Moxo un numel'O de El Telégrafo,
en una imprenta. que acompañnba al <:jército
realista en su expec1icion, y rué en 182-1, desplles de
la batalla de A yacucho, qne la imprenta \"Olante del
ejérci to Colombiano se estableció en la La Paz, donde
se publicó un extenso decreto del general Sucre, firmado
el \) de Febrero de 1 25 .
A l año siguiente ,ió la luz pública. el Rejistl'o Oficial
ele leyes, decretos y ó¡"denes del Guuic1'11O j y luego
en Ch uquisaca, erpel'iúdico ti tu lado El eh /f(jlÚ8afjuffilJ
y la. Gaceta de ehnfjuisacCt, impresos en IJ. tipografIa
de la Universidad.
• • ** *
Así, pues, el establecimicnto de h imprenta, n rm~
poderosa de la opinion, elcmento indispensable del
progreso, tuvo lugar en las naciones americanas en el
órden siguiente :
"1 ' .. J.' eJlcoen ............................. .
Perll " " " . " " " . " " " " " " " " " . " . " " . " " .. " . " " " . " .
Estados Unidos " . . .. " .. "" ..... " " .. "" ........... " ..
Parngun)' " " ............................ " .. " .......... " ........ .. e u ba. ....................... o .............. " " " .... " " • "" .... ..
Colombia .. " .... " .......... " .. " ................................ ..
Brasil ...................... " " .... .. ........ " .. . ................. .
Centro América ........................... ,. ........ ..
Re¡¡úl>lica Argentina ............. - - . .... .
Ef!ua,lor ..................... " .............................. ..
Uruguay ................. .. ................. . ........ .
Venezuela .......................... ~ .... .. , . ..... ... .... ..
GuU)Oal1us .................................... .... .... . .... ..
Chile ................ .. ........................ .. ........ .. ..... ..
B()]ivia .................... o . .............. . ............... ..
1535·
1585·
1638.
1705.
1735.
1738.
1747.
1755.
176G_
17\)0.
1807.
180 .
180R.
1811.
1824.
Pocos son los paise,:, respecto de los cuales se tiene
una noticia precia del día. ó año en que se fundó la
im pren ta ~n ellos, de maner~ que .la fecha. q ~e l.e he
asignad/) a mucho~ , se. refiere .:l. las ~ub[¡cacIOnes
más antio-uas de !J ue e tIene noticIa salIeran de sus
prellsas, %.nico dato que ~asta aho::1. se ha podido
conseo-uir; y el cual no dep do UUlIllIstrar un conocimie~
to ba tante aproximado acerca de In. época de
la. fundacion de In imprenta; ni creo que pueda alcanzarse
mayor luz de III que hasta ahora han obtenido
hom bres tan laboriosos y versados en el exámen de
antilYüedadcs como Amumítegui, Brunet, nart"o~ , AralUl
Gutierrez, Yergara, Quijano, GI'O()t, Borda y otl'( Elj
CO;1 mayor razon, ise atiende a que ca;,i todos los his.
toriadores han descuidado completamcnte este asunto;
como si el establecimiento de h imprenta en cada
pais 110 fuera. el hecho más. ignificati\'o que ha dado
oríg~n á su prosperidad, y el. p~nto ue d~H1rle ha par tido
su mejora y engrandeCImIento á VIrtud de la
ilustracion que la sociedad lla. alcanzado con la lectura,
por In. facilidad con q~o .el pen-ami.en to escri to
h a podido volar ha ta la ultImas poblaclúnes, denunciando
unaS veces los abusos de los gobernantes, en-
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LA TARDE 51
!leñando á cada uno sus derechos, demostrando verdades
inconcusas, difundicndo Jo conocimientos
adq uiriLlos en alguna parte, las invenciones hechas en
otra, proclanl'\l1do la virtud, cor1'Ígiendo las co tumbres,
di,;ipando en fin las sombras ~e la ignorancia,
y preparando en todo el mundo el trIUnfo de la RAZON
y de la J USTICId.. R, te es el r einado de la LUZ á que
todas las naciones aspil'an de-de tiempo inmemorial
y el cual alcanzarán, i los pueblos no se dejan arre~
bata\' el irresistible ariete que la civilizacion y la libertad
han pue to en sus manos, desde que il génio
de Guttcm~erg dotó al mundo con el fruto de su ins-
• • plraclOn.
. J. N.
El poeta en la tumba de su amada.
A MI A:'úIG'l EL SE;'¡'Oll. JosÉ M. QUIJANO OTERO.
o. .. .. .. .. .... .... . .. .... o... . .. .
y ~sto era ayer ... .la llamo y no re pon de ;
BaJO la h elada piedra que la esconde
Ni con mi llanto despertar podrá!
l.
Si eras el sol de la existencia mia,
Clarísimo, radiante,
Que el cielo de mi vida iluminaba
Con ráfagas de luz y poesía,
y que ocultó 3U brillo
En im.u ro,iso y doloroso instante,'
Si eras el fuego que en mi hogar ardia
Con resplandor sencillo,
Que mis plácidas noches alumbraba,
y de mi grata vida el horizonte
Con nubes de oro y de zafir ornaba,
y su llama ha extinguido
Para siempre, dejándome
En n egro abismo de d olor sumido,
¿ A. qué vivir, á qué vivir ni un dia
Sin luz ante mis ojos,
Sin destino, vagan'do
Por entra los abrojos
Que hiriendo van mi pié, ay ! ménos duros
Que el dardo con que á mi alma
El agudo dolor va destrozando!
n.
E sa sonrisa de hs labios puros,
Esas dulces palabras :'le tu boo:!
Esas miradas de tus ojos bellos'
Suaves como purfsimos destellos
D e tu alma santa que adoré sumiso,
D ónde esta lpl. ta el corazon, pienso que es' Ella
Que responde á mi llanto con su llanto,
Que me llama, que escucha mi querella,
Que goza all;';. con mi amoroso canto.
V.
Oh! ilusiones de amor 1 todo es mentira t
La muerte puso el sello
A su mirada amante
y á sus labios de rosa i
No escucha ya de mi modesta lira
El canto humilde que juzgaba bello
Ni me dice amorosa '
Esas tiernas palabras lisongeras
COD que el estro animó de mis cantares
En las mañanas de mi amor primera13 !
No será ya su boca perfumada
La que premie mis cántigas de amores.
Con un beso en mi frente;
N o será ya su mano delicada
La que á mi sien ardien te
Guirnalda ofrezca de aromosas flores'
No será ya su labio enamorado '
El que por darme gloria
l~ epita entusiasmado
Mis pobres pensamientos
Que con amor guardaba en la memoria !
VI.
Ya para mí perdido está el encanto
De las doradas nubes de los cielos
Sus fingidos paisajes, '
Sus r isueños, purísimos celajes,
Sus nacarados y purpúreos velos:
En ellos no veré la poesía
Que la estacion preciosa de las flores,
En medio de bellísimos colores
Plácida ostenta al acabarse el dia ,.
Y en cambio mi horizonte
Presentará á mis ojos tristemente
Cual un espeso, ennegrecido monte
Do solo cruce en fulgurantes rayos
De hOlTenda tempestad el fuego aldiente.
VII.
Ya para mí de la modesta luna
Encanto/! no tendrá la luz incierta,
Ouando sin nube alguna
Por entre mundos mil se alza radiante
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52 LA TARDE
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y hácia el eenít avanza,
y hasta la tierra envía
Su clara luz hermosa,
Tornando así la nocho bJI'rascosa
En apacible y misterioso dia.
Ya no podrá. mi frente,
Encorvada al rigor de los dolores,
Levantarse altanera
A contemplar en la estrellada esfera
De los mundos sin fin del firmamento
El concierto, la luz y la armonía,
Su raudo, acompasado movimiento
Que da á la noche su solemne calma;
Por que tanta belleza,
Al admirarla extática mi alma
La sumergiera más en su tristeza!
VIII.
¡ Qué dirán á mi espíritu abatido
Las voluptuosas palmas elel desierto?
¿ A un corazon por la desgracia muerto
Qué le importan las aves de los bosques
Con su hermoso plumaje,
Con sus tiernos acentos
Que lanzan amorosas á los vientos?
¿ Ya para qué mis manos
Han de segar en el jardin las flores
Si con ellas no adorno
Sus sienes pudorosas?
¿ Ya para qué de fuentes bulliciosas
El cristal que murmura.
Ni sus orillas plácidas y bellas
Si con Ella no voy, cual otras veces,
A solazarme en ellas,
Mirando en la corriente cristalina
Retratada su célica hermosura?
IX.
Adios, Divina Musa! vé á inspirarle
Cantos de amor á quien feliz se crea,
Que ya mi corazon nada desea;
Todo murió para él ! triste suspira!
Para mi vida se acabó el encanto!
Musa de amor, adios! ya no mas canto!
Que mis dulces acentos,
Mis tiernos pensamientos
No deben resonar; la blanda lira
En que canté su amor debe romperse,
La musa de mis versos, ausentarse,
Mi alma con su dolor, guardar silencio,
Mi triste corazon, despedazarse!
Bogotá, Setiembre 24 de 1874.
ALEJO POSSE MARTÍNEZ.
-_oo~oc~-
li .
tA MUSICA.
A DIEGO FALLaN.
-
El monótono golpear acompa'5ado de un péndulo'
e I ruido cadencioso de la escoba en un edificio solita~
rio; ese silencio que se oye alIado de un agonizante;
eso que suena en las naves de un templo vacio' el
manso ruido de la brisa entre las hojas tembloro~as;
el ,,!,emento del agua que cae gota á gota de la peña del
deSIerto, ó en el calabozo acerrojado; el viento, la
tormenta, el arroyo, la catarata, el mar, el trueno, el
rayo .... i dicen algo?
Nada.
Nada dicen; y, sinembargo, nos hablan. ada di-cen
y, in embarg , e apoderan del pensamiento y lo
levantan, y bacen á. la almas desplegar sus alas, y
las lanzan al infinito, enloquecidas.
y i qué es cada uno de esos fenómenos, en resúmen?
i, Qué hay en el fondo, en la esencia, de eso!
hechos 1
n poco de aire que se mueve, un poco de aire que
vibra y nada ma". Ruido, sonido: Ved aquí todo.
Pero no es un sonino articulado, ni el signo de una
idea cualquiera, ni el fruto de un inteligente
y libre, intelectual y consciente-No.
Es el movimiento de un aire que no se vé; es un
vibrar que hace sentir aun cuando no se siento.
i Qué tan leve para tan grande efe oto ! Qué
fuerza la de esa mística cadena milagrosa, que aprision:
t el pensamiento y lo domina!
iempre lo he dicho y lo he creido; cualquiera de
los caminos del mundo, si lo seguimo con perseverancia,
lleva á Dios. La tierra está unida al Cielo por
lazos mas numerosos que los rayos de luz con que los
astros la visten.
La leve estela que traza el infusorio; el arco de
agua que levanta la ballena al resoplar; la huella
del insecto microscópico y los ostentosos monumentos
de los reyes; el muzgo y el cedro; la oruga y
el hombre, todo es elemento ó parte de una grande
creacion armónica, todo es fuerza componente de una
resultante única; todo, agente y prueba de una sublime
potestad.
-
El alma es expan iva, es ambiciosa.
Por eso, á fuerza de vivir volando en busca de mundos
nuevos y de m\\s anchos horizontes, tropieza cada
dia con barreras cuya exi tencia ignoraba, con tinieblas
no sospechadas, que oscurecen y cierran su ca-
• mmo.
Talvez en uno de aquellos viajes solitarios á que la
obliga su inguieto instinto, fué sorprendida el alma
por el encanto indescifrable del sonido. Talvez se
puso á contemplar, adivinándolo, el mundo que se
ocultaba entre esos millares de grados que separan la
nota más grave de la más aguda.
Dado el problema, siguió el trabajo de resolverlo.
Así, el hombre comenzó á dividir á clasificar los
sonidos, :r los ordenó, segun su en una escala
ordenada; Pero aplicando á cada uno el delicado
tacto del oido, descubrió que entre e.5OS millones
do sonidos (multiplicados como los puntos matemáticos
de una línea) no habia más que siete que fueran
decidida y perfectamente llenos.
Muy raro es e to pero es verdad.
i En qué consi te ese fenómeno 1 Lo ignoramos.
Pero lo cierto es que solos siete :,onidos forman la
octava, la ga'rnma musical.
Tambien entre los millares de colores que median
entre el blanco y el negro, hay tan solo siete (y tal
vez tres) que tengan existencia real.
Provisto, pue., el hombre de este hallazgo, que va-
!ia un tesoro, llegó, es, á encontrar otros soni-dos
intermedios, a los que hizo depender de
los primero, pOl'que vió y demostró que estaban separados
por intermedios geométricos proporcionales.
Entónces agregó á la escala natural los semitonos,
y la escala cromática quedó para siempre establecida.
Ya veis al aire yal sonido; á eso que casi no el
palpable, suj!'to :i reglas imperecederas.
i o fué portentoso ese tri umo '?
-
Dueño el hombre de la escala cromática, sopló sobre
la flauta de Pan, pidió lecciones á las aves y á las
fuentes, á las fieras, á los truenos y á las auras; á
las sonrisas y á los suspiros, y logró arrancar á su
simplísimo instrumento la voz dulce de la melodía
•
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LA TAR D E G3
que e alzaba y hacia. ver al mundo el arto conquistado
y u belh:za.
Despue' l\!'pi ró á algo uperiOl·. La melodía lo pareció
poco. 'Olnbinó do , cuatro, ocho, ci nto ó ma
i lIlll entos ' lo bizo vibrar en 1 mismo tono y
vió temblar d~ placer al mundo, bnjo la profunda y
rouu ta vuz do la annol1[a.
Pero el conqui tadur no estaba sati fecho : entónces
se apoderó dc la voz llUmana, formó la m'monta
vocal la combinó con la in trumeut.al y regaló, genero
o 'al mundo lo t esoro del drama lírico.
Y~ llV.blo aq~í de mú ica, como hablamos todo de
muchas cosa que no enten . Como haLlamos
del firmamento con u imperio sin barrera~; como
haulamo del mar con su onda, su bramidos y su
eterno forcejar' como haLlamo de la poblada oledade-
da la. n'oche y de tantas maravillas q1le, en-vuelta
en velo imp , netrable, DOS muoven a' que a d .
miremo y no::; obltgan á entir.
-
Pero pleguemos las alas y caigamos de sorprcsa en
una . . '1 d Es una modesta y humIlde ca a de alqUll el'. o a
la familia. que la habita e t.á r eunida. en la sala. : son
UOS per: ona . .
na mujer como de 20 años, alta, morena, do oJOs
aterciopelados de cabellera, ccja y pe taña larga,
negra sed05a~ y encre padas, mue,e en "i1eneio la
aguja c, on que bace su l.ab or. ' us OJ.O no e ven, pue ,
por de gracia, baJos; u ancho bombro, su
seno al t.i vo. y su .r ,e dondo brazo hacen dar gana de
que se pu lera en pIC ...•
Oyo lo coros tumul t uoso. , )' marca á cada. instru -
mento y cada. voz, su su caudad, u lugar y
su camillO.
Ya lo v ic¡: un maestro que, con lo oidos de la.
fanta c¡ín, s t.lÍ. oycndo una ópera que suena. no 8e sabe
' i dent.I'O do él ó en la atmó fera que lo rodea, y que
tra lad:índola al lenguaje escrito.
-i ómo se ltama1'á e a ópera ?
-Le llama E ' t.er.
-i Cuándo comenzó el maestro su trabajo?
-lInco ocho dia .
-i Cnándo concluirá su obra '1
- Mañana.
-¿ Mañana '1 ¡Mañana!
- ' í, mañana. i, abeis por qué? Porque e e j6v n
in, pirado e J l\I aría Ponce do Leon, á quien, por
s u fecundidad, puede llamarse el L ope de Veg(, d~l
teatro litico. -
fa gnífico ! De acuerdo. Ten mos un genio mu ical
un maest1'O dol pais. rero, (al grano, a l grano) i Qué
Racará. en limpio esta ?'ura avis de pue de su labor ~
Qué será lo que le quedo libro do polvo y [paja, para
pagar su primor y su exceloncia?
Eso cs lo que averiguarémos en la primera ocasiOIl~
Deo volcnte.
1874, octuLre 7.
C. A. E.
le
ESCENAS DE LOS ALPES·
EL CAZADOR DE GA.MUZJl.S.
( ContÍ7~uacion.)
A su lado está sentado al piano un j óven de veinnueve
aüos. 'Su mirada incierta vaga como buscando
en el espacio algo muy fugaz lJ.ue debe habeI' en él y
que es necesa1'io encontrar. us siene están encendidas'
sus arterias laten inyectadas ... Pone con cuida- Aquollas piedras brillantes, aquellas biel'bas seCM
do ~I oido temeroso de hacer mido y como trataudo aquolla mari po a y aquellos insectos de ala multi~
de' oir di tintamente algo que medio uena .... Ya lan- colores que entapizaban la choza, producian un efecto
za una mirada de triunfo y palmotea; ya se pone á singular, que se aumentaba al ver al anciano con su
recorrer, automáticamentc, el teclado; ya. escribo de traje antiguo, su barba cana, y us cabollos cuyos
arriba á abajo en líneas verticales paralelas, una série bucles blancos caian hasta sobre su cuello. El tio Job
do ionos ll1i~teriosos y ordcnados . . . . arrojaba. á su izquierda una última mirada de amo!",
N~eYa. quietud. Nuevo i1encio. uevO continuar miéntras se arrollaba en la cucrda de nudos que de-la
obra.. - bia servirle para llegar á la mina biorta la vís-
Su frente suda. Su pié so mu'eve á vcces como mar pera, y miéntras me tia. en su alforja los garfio de
cando el compas de una sonata que nadie oye. Ora bieHo, las clavijas y las tenazas cortas que dobian
aplaude, ora imprueba, ora traza nuevos signos. Vuel- servirle para su peligrosa empresa.
"O á borrar lo hecho., .. 10 rchace .... ¡ tararea, ... ! Duranto tiempo lrico habia ocupado
El trabajo avanza. en su equipo. El jóven cxaminó con cuidado su cara-
¿ Qué e-tá haciendo ese jóven, que pareco loco'l bina, arma vieja de cazador de gamuza, cuyo único
EstlÍ. c cribiendo con 01 alfabeto mu ical, una armo- añon conservaba dos tiros Eoobl'epne tos que se dellnía
de centonares do que no están yibrando; cargaban ucesÍ\'amente mediallte un doble rastrillo.
pero que él distingue perfectamente en su ab trac- Despue do poner los cebos, lo cubrió con un pedazo
cion. :b:stá abI'Íendo el camino para que otros puedan de cuero, y so fué con el tio Job que lo esperaba en
Ilegal' á gozar la deliciosa mu ica que suena en cl umbral do la puerta.
oido ; e tú robando lÍ. la po ibiJidad la exi tencia de Habria sido preciso todo el amor del jÓ"Cll, y la.
una partitura. que no exi te, pero que él crea?·á-est6. certidumbre de que Trina no conced ria la mano de
soñando, e tá delirando, y, al propio tiompo, haciendo Frene)¡ sino al que llenase la singu lar condicion que
de ese sueño y de ese delirio una cosa ?"Cal. ella imponia, para decidirle á adopt:lr nuevamente llDa
Nada oyen los profanos; pero él si e hí oyer.- exi, tencia. cuyo peligros harto conocia.
do ••.. Oye á la gentil Fiorellini, cuya linda boca Efectivamente, ninguna otra puede ofrecer tantas
deja escapar v angélica, arrancada a. u cuerpo pI'Ívaciones y fat.igas. El cazador de gamuzas parte
aéreo; - oye ú Colucci, cuya voz metálica. domina cun habitualmente pOI· la noche para hallar e al de puntal'
fácil mae tría I más cncumbradas llota de la e.ca- el dla sobre las cimas elevadas ... i no di tingue huela;
admirn, en hondo recogimicnto, á estos dos "rtis- llas sube más arriba, cnda vez más arriba, in detetas
cuyas veces, como golondrina yolando, so lanzan ner o ba ta habel' desbubierto alguna señal que pueda
en línea recta, ó se cruzan, e se gan, so revuelven y conducirlo h¡icia su pre a. Ent6nces se adelanta con
remolinean con una facilidad tan espontánea y natu- precaucion, ya. de rodillas, ya arrastrándose sobre las
mI cuanto difícil. Oye á. Pol/eti, bajo clefnerza, cuya mano ó obre el vIentre hasta que baya. di tinguic10
voz dulce, lleno. y caud alosa, e deja oir en belJí imo los de la gamuzas; úlo entónces se encuencontraste
con las otras do . Oye a Zucchi que, como tra. á tiro. i la gamuza que vigila (pues siempre
un ángel maldito y arrcpentido ó cobarde, se po tra tienen centinela j no le ba vi to, el cazador un
á lo piés de la justicia y exclama en el temblor de punto de :lpoyo para su carabin:l, y tira apuntando á
iU verguenza. la cabeza ó al corazon, porque cuando la bala da en
o do?ma postmto
V imploro pietá.
otra parte, puede ¡. t ra avezar al animal d? un lado ti
otro sin detenerso, y la gamuza ,a ti monr cn alglll1
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
•
5i LA T A RDE
ánO'ulo de la montaña donde sirve do ]lresa al Lam-
11Ie~[Jciel" 8111 cmbargo, si se retra~a en su fuga, el
l'azn.dor so precipita 'obre su huella, tr~t.l de alean :;;
:\1'1:1 y la corta el jarrete. En segl1id~ tiene que cargarla
sobre llS hombro- 'p'l1'a lleyarh ~ su mOl'a~a .~or
entre los torrentes las llIoves y 105 abls SOl PI 011·
dido á menudo po~' la noche en e!'e viaje pelig.ro o,
busca una hendidura de la roca, saca de su alfol:Ja un
mem1rugu de pan tan duro que el diente no entra cn
l·l y que es preciso machacar entre dos pIedra, bebe
un poco de nieve de helada, pone. , su cabcza sobre
una pieclra y se duerme con lo~ pICoS sobro el golfo y
h\ cabeza bajo las avalanchas . .
Al dia sirruiente nuevas pruebas, nuevos peltgros, y
esto se prolonga a menudo muchos dias, sin que
halle un techo ó sin que dL tillga un él' humano.
Antiguamente 'podria encontrar algun otro de su oficio
ó sobre toclo algun cazadol' , pero los primero. han
desaparecirl0 y los segundos cscasean más ca,la dia. 1:0
que habia sucedido en casa de los lIiluser pare.ca
simbolizar la transformacion operada en la poblaclon
entera. El , iejo Job l'epre~entaba una generacion
extinguida ya; Hans la qae e taba pIÓ. ima á extin·
""'ÍI'se y rlrico la r¡ue comenzaba.
b I incmb:trgo el viejo y su sobrino se habian pues to
en marcha. El cielo no se aclaraba tod-n-Í:l, y las CU\l1-
b¡'es helad ita se dest.tc:l ban obre un horizunte pálido.
1<:1 Lutschine gruñia en el fondo del valle; un viento
pesado haci'l gemir io abetos carg,\dos de uieve, y
por installtes. el ruido de .1D:l. h,ac~a. resonaba en_ la
cue tas interIOres. Job se volvlO haeLa, su companero
y le diju con aire pensativo :
-No me gusta la mañana que hace : l a bruma co·
rona con un penacho e l Faul-Horn ; ayer el poniente
estuvo mucho tiempo inflamado, y l a l un a se le,antó
con un círculo rojo; tengo micdo de que nos suceda
a lgo del lado del Mediodia .
-Apénas entramos en marzo, dijo Ulrico, y de ordinario
el f(}JJ¿¡t (*) es más tardí0 .
-E., lo que yo me he dicho, repuso el viejo; pero
sin embargo las apariencias son mala ; cuandó este.:;
allá arriba no descuides miJ'ar a l horizon te.
Hablando, habian p r i ncipi ado á subi r la cuesta.
Ambos LUarchaba.n con ese paso firme é igual de l os
montaneses, pero eljóven iba maquinalmente delante,
m editabundo y cabizbajo, miélltras Job se ponia cada
vez más activo y a l egre. A meuirla que se elevaban
sobre l as r oca, que ep ara n el Eige r del 'IVenge r nA
l pp, p a r ecia reconoce r cada piedr~, cada árbol , cad'l
zarza . HabrÍase dicho un desterrado que entr aba por
l as fronteras de su patri a; r egistraba con ojos escllur iñadol'es
todos los sitios que l a nieve n o habia invadido,
d esc u briendo aquÍ un:l planta, allá un insecto aletar gad
o , más all ú u na pena cuyo no:nbrc decia en alta
v o z.
P o r fi n, c uando ll ega r o n á l a primera zona de la
montaña, e l r eflejo de l a aurora que brillaba sobre l as
cúsp ides los e n vo lvi ó en una l uz purpurina , y l e mostró
e l Eiger y l os S c hrek-H oern e r confus'lmente iluminados
, e n tanto que e l v a ll e de Gri n del wald perman
eci a a ú n s u merji d o e n l as tin i eblas .
J o b se d e tuvo .
- Aq u í nos sepamremos, h ij o mio, l e dijo; tú te
n 'á á la derech a y yo á l a i zquierda; ¿ has comp r e n di
do bien m is expl icac i o n es, y ab r·.í hal]¡u' e l camino?
-Supongo que sí, dijo e l j óven , que echú una m i -
rada e n tor no uro p a ra r econocer aquellos p icos q u e
no b abi a v is i tado de mucho año .
- Sigue l a cu esta , r e puso J ob, j u n to á l os a bet os 'y
l os fresno, y e n cua n to se qu ede n dctra,> d e ti, hallar
ás u na me eta, que n o sé s i po d l'ás r econocer co n l a
nie v e . Dej a la r oca á la d e r ecbl\ y sube po r la g ri e ta
de las p ied r eci llas has ta ll egar al vasto t e rraple n,
d o nde t e bas t a r á tenel e r 1ft. vis ta p a ra. de c u u rirl o
t o do. Ah o r~ adi os , y el Señal' sea con n oso tro s: ¡¡idúmO:
3le que n os guie.
(* ) Vien to d el M e d iodía, 6 por m ejor d eelr humean qn e Bopla e n
Suiza á prin ci¡¡ioB de la plim aveIa •.
Job se habia d nbierto; Uh'ico hi7.0 otro tanto,
.r apoyado en u garrote, el viejo comenzó en alta ~o~
una de esas plegnl'i :ts im]1l'o,isauas que 10R montaneses
saben a propiar á la uecesidaue do cada hora.
En :trl'H; 1 momento el sol, que aca,haba do levanbr
'C , iuulHlaba la montaña de olH!a. mflnmadas que
bajaban rápidamente de cima. en Cllna con:o una avalaucha
luminosa. Los altos pICOS, las Yel'tlCllte r l os
barranco iban salienrlo sllce~ivamente do la o 'curidad,
y tumaban por decirlo así, su pu en aq.u~ l
gigantesco panorama . En el instnnte en que el : leJO
cenaba s I oracion con el amen consagrado, la claridad
matinal Ile n-r í ha ta él invadio la punta en que se
o , l " ' habia detenido con su compañcro, y e rOueo cn u n a
esp"cie de Ilube esplendorosa .
Job se voll'ió h:ícia él haciendo u n adema n de salutaeio
n y de gracias .
-Enhorabuena, e. clamó gozoso; ahora podremos
distino'ui¡' l a caza. y el precipicio j lo demas de!)ende
de l a prudeocia. Andft. con DioR, hija mio.
- Dios os guarde, tio Job, reapon ió el mozo .
y se separaron. Irico, que ' se l:abia puesto en
marcha, "ió al aociano que se umergla en una d e l as
pl'0fundas gargant~s que surcaban e ! flanco de . la
montaña; no tardo Cn perdel'le de VIsta, pero bien
pronto oyó su voz clara y vibran t e que cantaba cn
aleman uno de los almos .
Dcspucs de habel' escuchado un i nstaute, U I rico
pl'Íncipió á subir la escarpada pcmdiente,. y pronto
dejó tras de sí los [.rimeros a~etos . A me~¡da q u e se
ele~'aba parecian cracer los I)lCOS que tema dela n te.
El sol subia cada vez más sob r e el hor izonte, y como
un vencedor que conquista corriendo l as fortal ezas
más i naccesibles, ponia suce i vamente en cada cima
tomarla por asal to su pabellon de ll ama. L a nicb las
que fletaban en las cuestas inferiores se desgarrab::m
poco á poco y llevadas por e l viento de la montaña.
como un velo hecho pedazos, dejaban anchas aber tu·
ras, y por ellas pas.aba la .luz y se deslizaba h~ ta el
fondo del valle . Inco, altendo un p oco de u dl'tr ac eion
princ-ipió á miral' l o que l e r odeaba . lIayen el
aire de l as montañas, e n l o mi l desafío que r eci b e
nuestra c ur iosidad por todos pn.rte , en la rudeza de
la cosas que hier0n n uestra vista, u n n o sé qué d e
excitante que fortifica y endurece . E l cuerpo se siente
más agil, má atrev i do el ánimo . Ante esa s nie ves
ánte esos p recipicios q u e cierran e l p aso, se exp e r
i m'enta como u na especie de fieb r e agresiva, lo
m i mo que en frente del enemigo.
Sobrecogido p or esa especi e de embriag u ez, e l j ó v e n
escultor apre-uró e l paso y se m etió p or los peligroso s
picos su pend i Jos c n la pri?1era ~ona ·. Las cas as d e
estío di per;;as en l as r egIOnes Illfe r wl'cf', estaban
envuelbs e n un manto de nieve; rílo se vcía n alg unos
abetos y al g unas zarz as que crec ian en aquellos
áridos ter¡'enos; pero p ronto desapa r ecie r on tnmbi e n "
y ya n a d a ". e vi ó ino l~ r oca pel ad.a .. Irico llegó P .•r. ...... .r.. ....A _. o_._-,_., • .-- · .>". ...... ~"'\:-' 1"-.
ADIOS I
Amada del Señor, flor venturos:\
Rica de amor, murió y de juventud
ESPRONED.\.
Cantares, no gemido~, bendiciones, no quejas, deben
rod<3ar su fél'e tro.
¿ y cómo no, si la verdadera felicidad es la de aquellos
que mueren en el Señor!
i Y como no, si con fiest.as celebran el tránsito de
los justos los espí ritus celestes!
y como no, si el dia de la muerte es aq uel en que
las almas santas recojen el tesoro de lns virtudes q ue
en la tielTa sembraron!
Tal es el sentimiento que nos anima hoy al abrirse
la >tumba que ha de encerrar los restos preciosos de
la que fué en el mundo
LA S1l:ÑORA CARMEN CANTILLO DE C.
Oh ! si, abstrayéndonos pOi' un momento del inmenso
dolor que nos domina; apartando los ojos del
gran luto, que deja en torno suyo, solo miramos ese
féretro de donde parece salir un himno de triunfo y
cen tellear la luz de la inmortalidad.
Oh! si, cantare, no gemidos para esa bella alma
que subió al paraiso, dejándonos tan dulces recuerdos
y tan raros ejemplos.
Bien saben cuantos la conocieron, que no exagerariamos
por más elogios que aglomerásemos en derredOl'
de su nombre.
Dotada de una belleza cumplida. y de una alma.
encantadora, hermoseó todas sus dotes con una esmerada
educacion y con el ejercicio incesrnte de
las mas amables virtudes. Sus bellas formas eran
digno t<>mplo del espíriru que en ellas residia.·
Su vida puede reasumirse en esta palabra; amor!
Por eso fué hija, esposa y madre modelo: por eso
fué amiga inmejorable; por eso fué jenerosa pl'otectora
de muchos sérrs desamparados; por eso fué
tan cumplida observadora de la religion divina que es
toda amor.
La sociedad la rodeó de distinciones y los bienes
de fortllna vinieron á completar los dones que recibió
del Cielo y que tan bien supo emplear. o le faltó el
dolOl', crisol del alma i sobre todo del alma privilejiada.
A í vió desapaI'ecer padres, esposo é hijos como
pedazos anancados del corazon, así conoció que iba .:í.
expi,'ar, y sus ojos se llenaban de lágrimas, no por
ella sino por los hijos, 1 hermanos, y los amigos de
quienes ya no podriá ser encanto.
Tan hermosa vida habia de terminar de un modo
semejante, en medio de la tranquilidad y del amor,
unida á Dios por los sacramentos repetida y fervorosamente
recibidos, unida. á los suyos que rodeaban su
lecho en aquellos momentos en que el amOl' terreno
llega á su apogeo para despedirse de la tierra. y contilmar
en el cielo. l\Iurió tan dulcemente como habia
vivido, dando su alma á Dios como ,el ramo de lirio-
que se entrega á las olas del raudal, dando u
aroma á las bri as. Sin agonia quedó en su lecho
mortuorio, dormida. con la paz de Ull niño, y el escultor
habria podido tomar allí un modelo de belleza,
tan pel'fecta como dulce y serena,
Amada del Señor y de los suyos, duerma en paz,
miéntl'as su memoria vive en nuestros corazoneE.
J. J. BORDA.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
LA TARDE
REVIST A DE LA CIUDAD.
Vean ustedes lo que es entender e dos pers,onas,
Apénns le conté al Pllblico que del ~lub ~mencano
~e habia perdido uu inglés y que á qUIen diera razon
de él se le gratificaria, se me apareció en e ta semana
un señor que vive por las Cruce, llevándose por de-lante
invierno, barro y cuanto hay. .
. -E, s usted el señor Fisgan? me preguntó SID más
111 mas. .
-, í , seüor,' un servidor de usted. Sién . le, dl-.
je al ,erlo de pié y con sombrero en mano Junto a mI
mcsa de e cri torio.
-Gracias, me contestó, y se sentó con. mucho cuiIt.\
UO en la punta de un taburete, como SI yo lo regañase
porque lo ocupara todo. Luego el sombrero
debajo del mismo taburete, e tando a mesa de centro
con otros sombreros, cerca dc él. 1alo, me dije, éste
no ha lidiado mucho con gente. otando que el 110mbre
como que queria decirme algo, pe~'o que 110 s.e
atrevia, y t;ólo se ocupaba! como p~ra, distraer ~u. SItuacion
cmbarazosa en IDU'ar las lammas y 10sJu~uetes
de sobre-mesa,' con una curiosidad infantil, le
dije: _
-y á qué debo esta su ta, senor? . ,
-Pues que me dijeron ,que usted habla ~frecldo
una propina á quieu le diera razon de un senor que
está perdido. , ., .
-Yo no he prometid tal cosa; a qUl~n tal hlcle~
ra no le alcanzarian los tesoros de ROiichlld, proteste
pen ando en tanto.; y tantas que no meret:en ya que
se les busque.
-No; no es eso lo que yo quiero decir. Hablo
de uno que está extraviado.
-II1énos por ahí. Si yo tuviese tal empeño, no tendria;
mas que cerrar los ojos y cch~l' mano (,~1 cualq~ler
montan; creo que dos por lo men03 aC~rIa; y SI no
me iria á San DieCTo Ó á San Juan de DIOS.
-V álgame Dio~, usted no me entiende ó yo no me
explico.
-Bien puede ser.
-El caso es que me han dicho que usted paga por-que
le devuelvan un inglés que se le ha perdldo.
- \. ml'1.
-No, que se salió del Club.
-Vaya; entramos en materia. Y bien?
-Pues que yo sé en dónde lo tienen.
-Explíquese ! , _
-Aquí en la ciudad, y en una casa por mas se~las.
A la hora que quieran voy y la muestro. Yo he vwto
meter la comida y todo, y la mujel' csa se hace la
desentendida. Y lo quc hay que ,el' es q,ue lo s,uelte
pronto, porque esa es capaz de matarlo: l'.:sa mUjer es
el diablo! me dijo abriendo tamaños oJos.
-Entónees recordé tantos casos como ha habido,
de geutes á quienes han ocultado por una venganza,
por robarla por intereses bastardos, en fin por ....
-y qué bonita seria ella, e o sí, me volvió á decir.
-Pero bien, refiera usted, porque de esto hay que
dar cuenta á la policía inmediatalllente.
-Pues mire, yo lo diré: el tal señor vivió en el
Club y empezó á ir donde ella y tanto fué y fué hasta
que no volvió á salir de allá.
-Pero cómo lo tienen? en algun subterráneo, eH
algun calabozo ó cómo 1
-En la ca a, engatusado.
-No sea bueno, hombre, le dijc con rabia y de pe-cho,
Vaya usted en tiempo de Congreso y yerá comu
11 ueven los casos. 'Vaya usted ahora ID iiimo á .... Ocuna
usted.al Alcalde, le dije, para salir dé él, quo es
quien debe sabel' esto y cuando tenga IDas lIoticias
de ésta, no deje de tráermela , porque lo digo la verdad,
usted las vale para el caso. -
La Compañía dramática dió su primera funcion el
domingo; por junto hubo dos familias, de Suerto quo
no habia mo tres eñol"as; da vergüenza deCIdo, pero
es verdad. Los palcos de tercera lila sí estuvieron
colmado ; y que boch inchc el que venia de allá, bien
es que lo hombres de los parque de orquesta al
verse solos tuvicl'01l no muy e crupu que digamo
. Y 01 vieron á oi¡'"e los gol pes eu 105 a icnto,', los
silbos y grito. oté que es cORtumbre, que e habia
olvirlado ya, que en lo entreactos cada cual saque su
cnjetilla de f,Jsforos y enciende su cig' no sin moverse
del a iento.
Los actore se esmeraron en el de empeño de la eomediu
y en lo gener'LI los papeles estuvieron bien
caracterizado'. Sin tiempo bastante para hacer un
análisis de la pieza, diré que aunque 11.1 trama no es
de lo m,í complicado y que soole adolecer de largas
dialogacione , con todo tiene una ver-ificacion mci l y
ad. ecuada, caractére;; bien sostenidos y buena tcnden- , cla correctl va.
Es el caso que un padre rico, muy honrado y que
trabaja constantemente en aumentar su capital, tiene
la idea de que á sus do hijos ha de educ'lrlos en la escuela
del mundo, y que adquieran las enseñanzas que
la experiencia da, y no se expongan á los desengaños
de que son victima lo que salen al mundo cubIertos
apénas con el cendal de la inocencia, con las ideas
rancias que un padre meticulo o inculca. Dicho y
hecho: el jóven tiene las arcas abierta como las puerta
de su casa para sacar y gastar cuando quiera; la
señori ta no tiene que con ultar sino su capricho para
derramar dinero en suntuosos trajes, en espléndidos
sarao, paseos y cuanto imagina la alta sociedad para
di traer su hastío. E tos dos angelitos, huérfanos de
madre por desgracia, en todas partes vivian, ménos en
u ca a, y como el p~dre pasaba de claro en claro los
dias para que á u hijos no les fal tase nada, de todo
sabria, méuos de lo que pasaba en. u hogar. Y con rguió
lo que queria, porquc nI jóven lo cogieron 103
amigos y amigas p::tra hacerlo feliz en las ca as ele juego,
hasta que al fin sin fuerzas, y extenuado cogió una
buena tisis en,uelta en mil desengaños. Ella atrapó
unos buenos pel'O con un perdido que la ex-plotaba
y quien' el enlace con ella como única
tabla de salvacion para hacerse á dinero. Los niños
tuvieron al fin bien educados y en el camino de la
bien aventuranza, y he aquí el punto de donde el autor
hace derivar su desarrollo y desenlace.
Un antiguo amigo de la casa, hombre de buen corazon
al ver aquella casa sin gobierno, como na,e sin
piloto, que tal es el nombre de la pieza, se propone
salvar al padre y los hijos y .despues de mil peripecias
lo con igue, pero ya cuando á la jóven le ha nerido
el corazon de muerte el desengaño, dejándola inhabilitada
para poder amar en toda su vida, y al jóven
no le quedaba ino una vejez prematura y una
alma hecha girones.
La petipiezc¿ lI en:J. de golpes muy atinados, chistes
oportunos, animacion constante y creciente, fué muy
bien desempeñada .Y con razon aplaudida.
Para el dou:ingo próximo se anunció otra funcion;
oj:dá que no se miré con indiferencia el esfueJ zo de
estos jóvenes, de los cuales, mucho de ello'l on experimentados
largo tiempo há en la escuela del teatro
y lo dema han empezado con brio y buenas t1isIClones.
La señora Fernándes, es bien conocida pan\
que demos alguna noticia nueva acel'ca de ella.
No hay quien no se queje de falta de puntos do
rcunion, de di';crsiones adccUllda~, y sinemLul'go. El
abre el tentro :r no concurren sino algunos hombre ;
e o es U11a contradiccion inexplicable.
El Í1wicrno igue como se ha aco;¡tum bracio en Do.
gotá, lIue,e de dia pero de noche tambien.
Lectores mios, hasta otra vi ta.
I:L F1SGON •
•
Citación recomendada (normas APA)
"La Tarde: periódico dedicado a la literatura - N. 7", -:-, 1874. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2092942/), el día 2025-06-30.
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