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Una palabra

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  • Autor
  • Año de publicación 1835
  • Idioma Español
  • Publicado por Bogotá: Imprenta de Nicomedes Lora
Descripción
Citación recomendada (normas APA)
José María Gaitán, "Una palabra", Colombia:Bogotá: Imprenta de Nicomedes Lora, 1835. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2091863/), el día 2025-09-12.

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La Mujer - N. 78

Por: | Fecha: 04/11/1896

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 6:l2 LA ~MUJER ---------...,..-----~---- , _____ .., ___ ......_ ___ ~_...,...._ _____ _..... --~~~~-""""'"_.......,._ ____ ...,-""'"---- _, ............,,.__· ~~---- Su blanca frente pedía Acariciadore:-~ besos, Y sus labios sonrosados De miel estaban repletos. Luz de aurora las pupilas, Rayos de sol los cabellos, Las mejillas grana y rJsa., Y copo de nieve el pecho : Eso erct tu ángel querido, ¡Y eso pasa aquí tan presto! Cuando tranquillo dormía El niño sobre tn seno, ¿ N o viste 6uave sonrisa Cruzar por sus labios trémulos? Era que a logre jugaba Con sus hermanos del Cielo, Y les dabl. pronta cita Para reuuit·se con ellos. Y una noche esplendorosa Hasta tu alcoba vinieron, Y se llevaron en triunfo ,Al fugitivo á los cielos. Y tu hogar quedó muy triste, Y mares de ll:tnto acerbo Sobre la CUIJa vacía Tus mustios ojos vertiel'on ! El mundo es cárcel sombría Donde el tt·ist~ priHionero Gimo y sufre y desfallece En amargo cautiverio. ¡ Feliz el que t3Ólo vi ve Aquí en la t.ierra un momento, Y desplegando las alas Sin mancha. so eleva al Cielo ! ¿ Qué es la ·iua? Oruol cmubate En qno, tras dolor inmenso, Queda el alma. deRÜo;mda Y el corazón qnecla mnerto 1 Ya tu niüo ~e hot libtad•l Do este batallar tremendo: Y a. no oir:'t los ala.ritlos Del Mal, ni en su pansamiento "El demonio do la. dudn." Tenderá ~u manto n~gro 1 Y a las insanas pasiones N o atormentar.án Rn pecho, Ni In. inftmia de los hombres Verterá. en él sn veneno. Era. flor, hoy es per falme; Era amor~ hoy es ensneño; Ern orgullo de la tierra, ¡ Hoy es gala. de los Cielos 1 Tú pediste con el ansia Del sublime amor materno A la. 1\Iadre Doloros~,. La vida de tu ángel bello. ¿Por qué .la Divina Virgen No escuchó tu ardiente ruego 1 Ay 1 Quién ~abe! Porque acaso En el mundanal de~ierto Lo acechaba cauteloso De la desgracia el espectro. Porque la nívea blancura Del alma, en fatal momento, Tal vez se hubiera manchado Del torpe mundo en el cieno! Dos ángeles ya tenías En el Alcázar eterno, Que también con su partida La noche en tü alma hicieron. Hoy los tres, por siempre unidos, Y de amor y gloria lleno~, Gozan la eterna ventura Del albo candor supremo; Y la Divina María, Que ama con amor inmenso, Ya los arrulla en sns hrazoR, Ya los aduerme en su seno 1 Enjúga, mi dulce herma.nn, F.l copioso llanto acerbo, Y en tu amante corazón No hHga presa el sufrimiento. Tú, si miras á la tierra, V es l<1s rostros placen toros Y la inocente alegría De tus hijito!i tan bello e; Y si miras t la Altur:1 , Ves, do eterna luz cubiertos, TreR ángeles sonri'entea Qnc te bel:'an d~ s de el Cielo J pío V l~LEZ rtiAL04 LAS MUJ'BBES DE llSPAitA LA GALLEGA En Galicia y Asturia la maternidad es una verdadera pasión. La generalidad de los españoles que no han visitado á Galicia creen que la gallega es una mujer e~ tú pida, grosera y fácil. 'I'udo esto es notoriamente inexacto. La poesía regional do estas provincias, 1 poesía verdader~mente popular, que piado· samente ha recogido la subiime Rosalía Castro, bnstaría para demostrarlo. En efecto, la gallega e.q, aun la más hu­milde campesina, una de las mujeres más adorablemente mujer. Su ingenuidad la hace aún m6.s agrauable; es sumisa, re-l. signada y paciente con el que la ama, por· qne para con los demáswtiene la manodnrn. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.

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La Mujer - N. 78

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Imagen de apoyo de  La Mujer - N. 80

La Mujer - N. 80

Por: | Fecha: 18/11/1896

Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 634 LA MUJER de hermosas esperanzas se ha ostentado allí. Ln. idea grandiosa de la emancipación de la muier, pero de esa. emanci pución que sabe á ~u vez esclavizar con lazos de flores, se ha visto convertida en hermosa realidad, pue~ sus ilustres Directoras, las señoras doña. Eva y doña Paulina Goo­ding, levantandose como hermo­sos astros en el horizonte de la PatriA, v~enen desde tiempo atrás mostrando á la.· n1ujer la. senda verdadera de sus grandes de:;­tinos. LA. MuJER se complace en tri­butar sus fervientes íelicitnciones á las Directoras de! Pestalozziano, por el triunfi> que la inteligencia. y la. virtud de In. mujer, cotno tnacstra, ha. obtenido en el eRca­broso campo del profesorado; á la vez que, deseando cumplir con un deber sagrado en beneficio del progreso, recomienda á los padres de fan1ilia en general este esta­blecimiento, que constituye hoy uno de Jos más hermosos florones de nuestras glorias nacionales. Florida, dije yá en alguna ocasión, e~, con su horizonte limpio, sus aguas crista· linaH. y :;;us perfumes rle virgen natura­leza, una flspecie de Tebaida, por la ten· dencia que domina al espíritu que sabe sentir y amar, hacia aspiraciones eternas que se funden en una oración, en una plegaria, en un canto sin relieves rea­lista~. Florida ! Cnando el infortunio e~tampó sobre mi frente su be~o caligino~o, tú, como una paloma, me cubri8te bajo el dosel de tus amantes alas 1 Tú, muy di­ferente del suelo en que nací, tuviE~te P.ara mí notas de inmen .. a. generoRidaa y de com pnsi vo amor, porque en tu snelo hos;. pitahnio el egoísmo es planta que nunca se aclimata. Bendita seas f .A dvs legnas de la Florida se encuen• tra Bucaramanga, sultana generosa que abre las puertas de sus alcázat·es no sólo á los heraldos del progreso, de todas la" naciones, sino también á los que, proscri­tos á veces en su misma Patria, buscan dor¡uiera trabajo y pan en cambio de las excelsas dotes do su intelig~ncia 1 Nadie que hoya visitado á Bucaraman• ga y comprendido el valor intrínseco do RU distinguida sociedad, puede en la au­sencia dejar ele tribularJe un recuerdo dulcí8imo do fervorosa admiración. Por eBo hoy, que las columnas de LA MuJER se están enriquedendo aún más con loR hermosos memoriales que las seño­ras de la Florida y Bucaramanga elevan á 1~ Reina de España en favor de los pa-triotaR cnbanoA, el pensamiento, al recorrer DOS K'U:BVOS MBMOB.:EAJ:.ES los mundos del recuerdo. rinde su tributo En el corazón de Santander, esa rica de gratitud, · modelado én la forma del tierra que mana leche y miel, y en una cariño personal, al sentimiento gene~oso hermosa explanada abierta á toda lnz y que ha impulsado á aquellas n.obles damas que es como el término de la gran meseta á insCiibir sus distinguidos nombres en el d.e Los ~antos, se levan~an cuatro p~b!a- inmortal registro de nuestra actual civili-ctoneR un portantes: Ptedecuesta, G1ron, zación. , Florida y Bucarnmauga. IsoLIN.\ CHAPARRO. Es esta r~gíón la más hermosa de todo ¡ __ . el Departamento, tanto por su situación . . _ . . topográfica como por encontrarse más in- .A. Su MaJestad Cnt.6]te .. '\ Dona María Cnstina7 · 1 · d · ") d 1 .Regente de Espaua.-S. R. M. med1ata á a mua a v1g1 ante e progre-sista Gobierno de Santander. Señora: · Hay en su seno savias de prodigiosa El luto y la desolación que desde hace lecundidad; en su ambiente, ondas tibias dos años vienen invatliendo los hogareS que embriagan los sentidoR; en su hori- de nuestros hermanos de Cub8; el clamor . zonte, ígneos destellos, fosforescencias ra- de las innumerables víctimas inmolada¡~~ ras, casc11das de luz que hacen que el alma allí por la saña de. los agentes del Gobier­sueñe con lo ignoto como la felicidad, con no español, han entristecido nuestros co­lo fantástico como la gloria, con el mnn· razones y nos mueven á suplic'lr de Vos, · do de los anhelos infinitos como el fugaz como mujer, como Reina mngnánimn, como idilio pa1·adieíaco. representante del Rey Católico, que pidáis Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 636 LA 1\iUJER Clavijo, María Clavijo, El vira Clavijo, 'l'ulia Clavijo, Do.minga Arenas Canal, Cleofe C. de Figueroa, Ana. Dolores Fi­gueroa, Ana MercedeFI Figneroa, Delia Jones, Isolina Jones, Virginia A. de Pu­yana, :María Josefa Puynna, S:ua Llach de Arrázola, Tulia Bretón, Rosa Ga.lvis de García, Enriqoeta García B., Rosario B. de Amaya, l\longuí García de Castro, Rosaliana Rey G., Carmen H.. de Grana­dos, Ramona Ruiz Estor, Concepción F. de Oglia~tri, María A. B. de 1\Iéndez, Fi­lomena Valdennma, Carolina P. de Gar­cia, Dolores G. de C~denA, Gabriela Gar­cia, Maria García, María Duarte, Julia Peraltá. Y sin embargo, tal lujo de fr~scura or­gullo~ Ea, de belleza 1·adiante, acababa de · desnparecer. Aquella criatura extraña, cu yos locos CRprichos, perver::.os 6 nobles, hi­cieron la ruina ó el bienestar de t{mtos, hondíase en la perpetua sombra .sin dejar tras sí el pesar más ligero, nna lágrima si­quiera; y müy pronto, el día , siguiente quizás, ya no quedarÍ~\ de ella, de su exis­tencia de meteoro, fugaz y deslumbrante, sino una memoria indiferentemente com-pasiva ó desdeñosa. · La carroza. suntuosa se despre'ndió del frente de ]a casa, seguida. de una medí~ docena de coches cerrados. Detrás, mudo, grave, caminaba .Antoñito. Habíase puesto el vestido de los domin. gos, de lana negra. Sobre el brazo, contra el pecho, sustentaba un objeto grande, . -Oye-le dijo á Antoñito, nn medio- velado por un paño blanco. Y mientras día, Julio, su amigo y compaiiero de j ue- el cortejo fúnebre desfilaba. lentnmente gos, reuniéndose con él eu nnn de lns ca- por las calles, al fulgor de la tarde páliua, Hes de los arrabales,-aquella señorita tan en el cerebro del chicuelo surgía, neto, rica que cuando pa~;aba en su coche juuto visionario, un recuerdo lejano. á nosotros te f'aludaha y flonreía, ha muer- Hacía. un año, Antoñito, en su traje ANTOÑITO A Daniel B(lllén~ to: esta tarde la entierran... delgado de tela parda, con la cesta lleua En efecto, 1\Iaud, la soberbia cortesana, de 1·osas 1·ojn · sobre la cabeza, iba por la célebre en el mundo galante por su bella- calle larga, gdtando sus :flores con voz que %8 y por sus caprichos, {~ oces refinuda- era yá un lamento. mente perverso~, á veces ­al cnello po1· un hilo fino do oro, mostra-~ se en el portal de uno. casa magmfioa, un ba sobre el pecho una estrella de rubíes, portal amplio, de techumbre abovedada, qlle lanzaba, en la. t)ieve inmaculada de ou el cual iiotnba una leve tibieza dulce • . aquella carne, reverberaciones sanguíneas. Se sentó contra uno de los ángulos de la Y ante los hombres anhelantes, entre Jas puerta de entrada, puso á un lado sobre espo~as y las vírgenes, b.nmillada~, oscu- el piso la cesta de rosas, v, como un pá­recidas, esa noe;ho habínse o tentado ella jaro entumido, se acurrucó allí, con la ca­augusta y triunfu.dora, co¡no la diosa so- becita poblada de ideas angustios~s •••••• berana del Placer. Parecia que dentro de ¡ Qué dolorosa se le presentaba la 1magen ella cantaba lR. Vida Utl hosanna de juveu- de su rE-greso, tiritando de frío, ~ través tud e~pléndida y eterna.. de ln. ciudad inmensa, á. su casa : d1sta.nte, Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. 628 LA 1\1 U J . ~ R AUSENTE ..... . (A MERCEDES) (Para mi distinguido amigo el señor Manuel José Rodríguez G.) Sere11a está. la noche. La luna dulcemente Derrama los fulgores de su argentada luz. Reposa todo en calma .•. Tranquilo esttí el ambiente ••• Silencio ... todo calla .•• ningún rumor se siente .•• La noche, adormecida, descansa en la quietud ••• Glacial y tierna brisa aduérmese en las :flores. LaR aves en sus nido~ He abrigan con amor ..• La luna, siempre hermosa, derrama sutt fulgores .•• Parece duerma todo ... mas, ay! ... que mis dolores No duermen ... ni me dejan dormir el corazón ..• Ausente ! ... le jo¡; de ella me encuentro en este im~tante 1 De aquella que es mi dicha, mi encanto, mi placer t. .• ¡ De la mujer aquella que adoro palpitante !. .. ¡De ese üngel que idolatra mi corazón amante L •• ¡De aquella ó. quien le dije:-" De ti sólo seré 1 ••• ''- Suspiros amorosos Be escapan de mi pecho Y vpelan nnhelantes en pos de una ilusión .•• :Mi corazón se quejn en lágrimas d~be~ho, Sufriendo amargas penas aobrtl ese triste lecho Que le ofreció la ausencia-¡ el lecho del dolor 1 ••• La luna, dulce y bella, al ver mi abatimiento, Con 6UB fulgentes lampos me viene á acariciar ••• Y entonces .•• 1 creo delira mi amante pensamiento t Pues, oy! .•• que de mi amada paréceme que siento De su mirar risubño el fuego divinal! ••• ...... ... ... .. ..... .. . . . .... ..... .. .. ... .... .. ... . .. . ... . ... .. ••••••ll.•• •••••~"••e••••~•••• •••••••••••••••••• ••••••••••••••• ¡ Tal vez en este instante suspirará mi amada !. .• . ¡ TaJ vez entristecida e acordará de mí ! ..• ¡Tal vez sobre su frente, ebúrnea y despejada, Se posará doliente, cual ave desoJada, El trémulo suspiro que exhalo en mi gemir 1. •• ¡ Volar!. •• ¡ volar quisiera !. .. ¡ Quisiera alznr el vuelo Y hallarme un solo instante al lado de mi amor !. .• Mirarla!. •. embelesarme ! y con amante anhelo Posar Fobre su frente, tan pura como el cielo, Un beso! ••• para darle con él mi corazón! ••• ......... ~··' .............................................. . •••••••-•••••••••• ........ .,. ...... ••o•• •••••,••• ..... .,•••-••••s-• 1 Qué u oc he tan eterna! .•• La luna tri~temente Derrama los :fulgores de Ru marmórea. luz. ReposR todo en calma ... Tranquilo está el ambienta .•• Silencio ..• todo calll\ ..• ningún rumor se siente ... La noche, adormecida, descansa en la quietud .•• El aura, enamorada, se aduerme entre las flores. Las aves en sus nidos se abrigan con amor ... La luna, soñolienta, aun lanza sus fulgoreA .•• Parece duerma todo ..• mas, ay! •.• que mis dolores No duermen ••• ni me dejan dormir el corazón! ••• E ero 81 de 1896. ARTURO D.tNIEL P ~Rfs. ,. Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia. LA :M~UJER 639 GOKI'BB.BKCIAS una especie de blancura y claridad; y 6 al enVeJ·ecer había ganado Jo que se po· SOBRE LA EDUCACI N DE LA MUJER dria llamar la belleza de la bondad ... ~ •• ' POR MEDARDO RIVA8 ,, Había más de fe que de esperanza (Continuación) en aquel noble carácter. Su fe la arras· "Hija de estas dos grandes almas, traba á la vida activa, y dotada d~ una que personificaban en toda su pureza la clara inteligencia, su virtud se alejaba religión y el honor, era la señora Bár- de las contemplaciones especulativas y bara Niño, quien murió en Tunja el se lanzaba en la caridad práctica y hu· día 29 de Febrero del año de 1868, á milde. Y, cosa extraiia, aquella virgen, los setenta años de su edad. que sólo encendió el fuego del amor de ' Era la mayor de una familia nume- lo bueno; que vivió casta como un án­rosa, y á fe que su carácter no desmere- gel y á quien ac;¡so no manchó un solo ció de su progenie. Desde muy joven, pensam'ento, en vez de separarse de los la tendencia de su espíritu se dirigía á malos y de los caídos, parecía buscarlos'. ocupaciones místicas, á una rara seve· Verdadero médico del alma y del cuer· ridad de costumbres y, sobre todo, á un po, su misión estaba á la cabecera del ejercicio práctico de la virtud. t::nfermo y al lado del pecador. Recor· "Cuando la familia vivia retirada en damos haber presenciado, no una sino su hermosa hacienda de Ocusá, Bárba- muchas veces, á desgraciadas mujeres, ra era una segunda madre con sus once que, iluminadas por un momento, ocu• hermanos menores. Su palabra hacia rrían á la casa de Bárbara en busca de autoridad en la casa, y sus hermanos un asilo; y encontraban en ella aquella jamás vieron en ella un compaiiero ale· dulce y triste bondad con que el SaJva­gre de juego y travesuras, sino un ami· dor acogió bajo sus alas protectoras 4 la go serio, grave y dulce, á quien todos mujer adúltera. ocurrían en sus pequei'ios sinsabores do· '·Cuando la familia de Bárbara se mésticos. dispersó, cuando la viuda del mártir ae "La dulce autóridad que ejercía, se hundic) en la tumba, llevándose consigo revela bien en el cariñoso nombre que su grar~dio!'o luto de

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