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Bogotá: Imprenta de Nicolás Pontón i compañía
Descripción
'I,::U, 1. Vale fi 1'0aleK, Dogotá, 2 do julio de 1 6, l J Uill. 13, \'nlo medio rral.
.~ LOS LOCOS." Cuando Luzbel cn) ó en tierra, sc
hizo hombre.
A LOS CUERDOS, 1
1
O lo que es lo mismo; el orgullo se
~ _ hizo carne i se llamó hombre: se tl'as-
1 ara atendel' a los sellOI'CS que han f ó }Jé I 'C' f é t'
1
" 1 . . t' . ¡J' 01'01 en ~ I'CU es 1 esa,,; u poe a 1
50 lelta( o SUSel'lCIOneS a ('s e p~1'I0 ICO I celado l' de banio.
des pues de agotados ,algul~os n,urr.'eros~ I Un umino mio me llamó hombre de
se ha , heeho ,necesarIo relmpl'lfmrlo~ I bien i le pasé dc parte a p~l'te con uu
ya hal coleCCIOnes complC'~as. Lo aVl- florete: otro me IInmó tunnnte i le resamas,
pues, para su goblel'no. gDlé un jucgo de dominó. Obré de este
,Los Lo,co~ n~I' o\:echnn e~la opo~'tu- modo por imitnr a los f7lerdos.
llIdnd, p~la HlphclII ,a los senores ~Jen- Esta jC'llte que me I'odca es mui dites,
cublilU ('1 val?1 dcl semcstl e en \'C'rtida i tiene mucho juicio. Solo eso
~U1S,O: que ya ~a bIen ndelan~a~I,o, ,~u~ , desgl'Ocindo que Ilamnn el1llédico, me
I emlt,~n u,nn IIst,a de los SUSClltOI CS 1 parece algo falto de seso.
los lHlmelos sobl antes en caso dc ha- Ji e notado quo le gustn mucho sel'
bel'los. , I gordo,
~odo esto so nel'~slta para In buena El mundo es unn gran cnsa ele locos:
ml\lchn de e ;e ho~pl,tnl flmbulante. entro los que andan por ahí fuera i los
Bogotá, t. de JulJo dc 1868. que c tnmos en este rccinto, hni uua
T,os Locos, sola diferencia: nosotros cstamos a
pupilo i ellos de externos,
APU¡ TES DE UN LOCO. Entre mis compañeros hai uno que
Estoi seguro de quc esta no es la pri - dicen se ba vuelto I~co, n causa de un
mera HZ que vivo en el mundo, Lo amol' no correspondIdo.
que no recucrdo es 10 que ('o sido úntes, I Es un falso testimonio: no es loco;
l\1is simpatfas pOI' las ostras me ha- II es tonto. .
ccn sospe('\lI\r que fui marisco. 011'0, un \'leJo, parece que se halla
Yo nacl contl'a toda voluntad; pOll- I en igunl cstndo, porqu~ picnsa a todas
go por testigo al comadron de mi pue- I horas e11 que va a mOlll'se.
blo. ,
1)81'a cl C8S0 nada probable de mi DICnOS CELEBRES,
muerte, tengo ya hecho testamento_ I Descartes tenia una salud mui débil,
Dejo ulla casa próxima a hundirse a mi aunque observaba irl'epl'ensihle condncsuegra,
con obligacion de vivir en ella ta, pOI' lo cual decia :
i no hacel' reparos. 1I -- No habiendo hallado medio segu-
Mis dientes se los dejo n mi abuela. I ro pam eonsel'\'al' la \'icln, adopto el mas
Quiero que mi cadáver se coloque en seguro para no temer la muerte.
un globo i so abandone n los ,'ientos, i Preguntábanle n uno por qué no fro-no
que so me plante bajo tierra, como I cuentnba la sociednd, i él rcspondió :
un hueso de aceiLuua. I « Porque conozco fI los hombres i no
El único disgusto que mi madre me amo a las mujeres.»
ha dado, os el ele haberme parid(). I Dijéronle n uno que rllantl:\s clases de
Quiero qne mi OJ'acion fúnebre sea la nmigos conocin i contesto:
siguiente: I - Tres: los que os eslimnn, los que
Aquí yace un hombre tan simple co- I ni os estiman ni oS nbor!'('ceD i los que
mo otro cualquiera: el mundo dijo que I os odian con todo su COl'nZOD,
estaba loco, porque salia en bata pOI' la I Preguntaban n Pope por qué medios
clllle. se habin gl'nnjeado tantas amistades,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
-- Por medio de estos dos acciomas,
respondió: - Todo es posible, todo el
mundo tiene razono
Un sabio no visitaba a ninguno de
sus amigos, i haciéndole cargos uno,
acerca de esta rareza, contestó;
-- Los que me visitan, me honran;
los que no me visitan me causan el inesplicable
placel' de no "('rlos ni oirlos.
-- POI' qué no os habeis casado ? le
pl'eguntaban al mairscal de Huxeles.
-- Por que no be tropezado jamas,
contestó, con una mujel' de quien quisiera
ser marido, ni con un hombre de
quien quiera ser padre.
El poeta Sófocles decia que tres versos
le habian costado tres dias de trabajo.
- Tres dias ! csclamó otro poeta poco
conocido; ru tres dias hubiera yo
becho tres mil.
- Sí, repuso Sófocles, lo creo; pero
no hubieran durado mas de tt'es dias.
Un artista enseñaba a Apéles una
VéllUS cubierta con una magnífica túnica
bordada de oro, i le pr('guntaba su
parecel' acerca de aquella el'cultura.
-Ya vell, le dijo, que no habientlo
podido hacer una Vénus hermosa, la
babeis hecho rica.
Algunos soldados romanos, quisieron
ofrecer a €aton un caballo mui estimado \
por la m8l'avillosa Iijereza con que galopaba,
Caton al saberlo dijo:
-Regalad ese caballo a un traidor;
Llegaron a advertir al Tasso de que
:se le presentaba ulla ocasion favorable
para vengarse de une de sus mas pode-rosos
enemigos. I
-- No es la vida ni el honor, dijo el
Tasso lo que quiero quitar a ese envidio-so,
sino la mala voluntad. e
Cierto médico a quien habia llenado
de Il'uO un coche que pasaba casi a galope,
reconoció en el dueño del can'uaje
o una de sUfr'i'l';Itiguas visitas.
-- Insolénte) esclamó, aun me debe
la muel'te ®-su padre.
Un aragonés mui enemigo de cumplimientos,
decia a los que se los hacian:
-Abrevie usted, que la vida eS corta.
CUENTOS EJEMPLARES.
Era UDa tarde de estío,
El' sol se iba ya octlltando, !!
La pUl'a luz reflejando
En la cOl'l'iente de un 1'10.
J unto a este J'Ío profundo)
Bajo un sauce, que besaba
Constante el agua, se hallaba
Un jóven meditabundo.
Flaco, macilento, tl'iste,
De mirar sombrío i torvo,
Parece causélrle estorbo
Cuanto bajo el rielo existe.
Se V('D en su rostro insano
Las huellas dél sufrimiento,
I de un fatal desaliento
Que le devol'a inhumano.
La pálida frente inclino ,
1 con ávida mirada
Contempla el agua azulada
Que le atrae i le fascina.
De un monte por el sendero
Otro hombre baja cantando
·Sobre los hombros llevando
De sn trabajo el apero.
Alto, robusto fornido,
Aunque en edad ya madul'o,
Camina con pié seguro
1 como muchacho erguido.
Brilla en su dulce pupila
El purísimo contento,
Que Inspira el convencimiento
De una conciencia tranquila .
Deja el atajo i avanza
Hácia la orilla del rio,
I vé que al fondo sombrfo
Del agua el jóven se lanza.
Tms él se arroja; COD maña
Lo saca del rio a nado,
1 posándolo en un prado
De césped i de espadaña;
Así que lo "é gozoso
Recobrar de nuevo aliento,
Le dice con un acento
Severo, aunque cariñoso:
-¿Quién eres mozo imprudente,
Que tienes la vida en poco,
1 te arrojas como un loco
En medio de esa corriente?
-UD infeliz 1 Tdste lidio
Coo mi suerte sin ventura,
1 huyendo la desnntura ....
-Vas a paral' al suicidio!
-Fui un dia rico heredero
En la ociosidad cl'iado ;
1 bol me veo abandonado
Sin amigo ni dinero.
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
,l.
De vil placcr i loeUf'a
Srmbré mis 111l'jores años;
1 hoi co erho con USUra
Lágrimas i desengaiios.
el amol' es , ••• un negocio que devengue
cortclnje.
1' - Pero papá, segun lo que me dice
Ai 1 De la desgmcia así
I no hni un individuo que defina el amor
vcrdadero •.••
Me condujo en pos In suerte ....
,En dónde si no, eu la muerte,
Hullaré consuelo?
I - ' o, hija mia, los progresos del siI
glo XIX están reunidos con el amor
"erdadero.
-En mel
Sígueme por este atajo,
I te sal val'é propicio l
-Sabes ya quien soi ?
-SI, el vicio.
-1 quién eres tú ?
El. TRABAJO l
Enamornc1o andabo de cierta doncella
nuestro célebre Quevedo, i aunque puso
iln juego todos los reCUrSOS de su nguda
imajinacion para Ilegal' n hablarla, nun- l
ca pudo logrado; pues como decia la l
doncella, la puerto de su casa se cenaba
al Ave María. Pero Quevedo, que
no cedia en su empeño, IIl'gó a saber
que despups del Ave JIlm'la un fraile 11
visitabn a lo doncclla. Él, lindignado
eDtónecs por tol preferencia, explicó su I
enojo escribiendo en el muro de 1:\ casa
lu siguiente redondilla:
Sabed, pues, señora mia,
Que ofende al decoro vuestro,
Cena l' al Ave lIlarta,
Para abl'il' al Padre Nuestro.
Pefo el fl'aile, que no era lel'do i pi~
aba un tantico de poeta, comprendió
la all1~ion, i tomó el desquite escribiendo
ni pié de aquella redondilla:
Conviene al decoro nuesh'o
Cenar ni Ave MarEa,
Pam abril' al Padre Nltestro
Que dá el pan de cada dia.
AMAR A SECAS.
- Pap~, qué es amal'?
- Hijo, d amor puede definirse de
I
distintos moclos, segun sea la persona a
quien bagos la pregunta; un ambicioso
te dirá: niña el amol' verdadero es el
que yo siento por los honores. Un usurero
será mas lacónico i se contentará
con decirte: - el amor es •••• el tanto
por ciento, I un conedol', a paso de caria
pOlo supuesto, te lo definirá diciendo:
DECRETO EJECUTIVO.
Un decl'eto como pocos
Se acaba de publicm'
Mandando al punto enjaulal'
Sin distincion a los locos.
1 eso pOI' qué?
Yo no lo sé.
Hai otra disposicio'n
Dictada por el Concilio:
Quien no tenga domicilio
Incm'l'e en excomunion.
Tanto l'igor ?
Sí, mi señol'.
Una lei de la Asamblea
Será del tenor siguiente:
Ser ciudndono no intente
Quien propietario no sea.
Lucidos estamos I
sr, señor; veamos.
Para 110 sel' enjnulados, nl incurrir
en excomuniones, ni pcrdcl' el deacho
de ciudadonru, bai un eficllz remediar
que consiste en compral' una casa muo
barata que se ha acabado de construir,
cn la cuadra siguiente de la Carnlcerlai
distante tres cuadras de la ploza de
mel'cado, cuatro de San Victorino 1 siete
de la plaza de Bolrval'. El señor Nicolas
PontoD propol'eional'á los detalles que
se pidan acerca de prccio, &c. &0.
rOLL E'l'Il\T.
EL JOVEN ENRIQUE
o DIOS IIEVBLADO.
CAPÍTULO IX.
El agua, las nubes, !a lluvia.
El sol caminaba a su ocaso cuando
el padre Ambrosio fué con su disc1pulo
a dar un paseo por el jardin, el cual se
encontraba entónces al abrigo de los
rayos del sol. Algunas flores hllbian
I sufrido del sol, e inclinaban !iD8 cabezas
casi marchitas; el erroi18Ao tQm
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
.) , , .
su regadel'a, i fué a llenarla a una fUen- ¡ --:·Eso cs una felicidad pam tí, decia
te que surtia de una pella a la en· Ennque., porque. te dispensa de regar;
tl'ada del jal'din. El1I'ique contemplaba 1 con que regulal'ldad rae el aoua: se
con sOl'pl'esa aquella agua, que caia en diría que sale de tilla \'eglldel~, i sinuna
especie de estanque mui pequeño, I embargo tú me has dicho que viene de
-j Cómo corre el agua! i no temes eso que llamas las nubes, ¿ Quién ha
que tu fuente se agote? I puesto el agua en las nubes? ¿ quién las
- Oh 1 110, Esta fuente corre desde ba hecho subj¡' allá anilla? ¿ quién las
que el sol alumbra el mundo. sostiene? •
-Pues no dejará de sel' molesto el
echal' agua en ella continuaftIente a la -Ya te explicaré todo eso, hijo mio;
persona que está enrargada de ello! Tú J pOI' el momento no podrias comprenpodrias
evital' ese trabajo si celTa ras la derlo: ,conténtate pOI' ahora, puesto que
llave. Cuando en la CaVel'DR hacia falta I la llUVIa ha cesado, con vel' cuán hel"
mosas son las nubes,
agua i era menester ir a buscarla, se .
enfadaban mucho el capitan i los atros' 1 Ennque se puso a considel'U\' aquellos
i un dia que yo den'amé un cántaro m~ I vapores, i, admiró las bellas formas que
riileron i tuve mucho miedo. tomaban I los hel'mosos colores que el
-Nadie echa ahí el agua, i sinem . I sol les prestaba al bajar al hOI'izonte.
bargo no se acaba, porque esta fuente Lo restante del dia pasó bien pronto
se alimenta, en parte, del lago que ves 11 pa!'a el pobre niñ9; cada objeto que
allá al pié de la montaña. vela le causaba un nuevo placel'. Vió
Enrique habia cl'eido que el lago era 1
1
mariposas, i creyó al pl'incipio que eran
un gran espejo. El ermitaño, acabó de flores volantes, Miró Iflrgo tiempo un
llenar la regadera, volvió al lado de las peq~eño escul'abajo color de 01'0 que
flores, i se puso a regarlas. I subla por el tronco de un rosal; las go-
_ 1 Qué haces! el agua quita a las tas de agua que la lluvia habia dejado
flores el cotor : hace dos di as que dejé ~usp~ndidas a la extremidad (le las hoyo
caer en agua el ramillete mas lindo Jas, 1 que a los refl('jas del sol brillaba!.!
que he hecho, i las saqué con todos los con mil colores; admiró los pájaros.
colores confundidos. I que, saltando de rama en I'ama, salu-
-Estas flores son de diferente espe- ?abau con sus cantos al sol que se alecíe;
i léjos de dañarlas, el aaua es neo Jaba. Luego, cuando la vaca volvió n
cesaria para conservarlas. t'Todas las su establo, examinó con sOl'presa la maplantas
el trigo la viña i hasta los nera como el padre Ambrosio la ordeárboles:
necesita'n agua co~o los hom- ñab~. En fIn, ni una sola dc las bellebreS
alimento. zas lllnumerables de la ~aturaleza pa-
-Pues qué I tú te encargas de regar saba desapercibida pal'a él, porque la
los árboles, la "\Ii[ia, el trigo? ¿ subes I costumbre de verlas no lo habia hecho ,
tambien cargado con el agua para regar como a nosotros, indiferente a ellas.
aquellas ~ncinas que están en lo alto de . El sol, próximo ya a su ocaso, pare-la
montana? • ' cla tocar a las montañas que limitaban
-No, yo DO rJCgo ma'3 que algunas I el horizonte.
flores delic~das:, -Ah I exclamó Enrique; la lám para
--.Pues ¿ qUIen da agua a las otras del cielo.se va a esconder allí d"'t i
plantas? , ~ ras
-M ' '" vamos a ser mui desgraciados! ¿ Con
1.111 al aire, me palece que vas a 1I qué 'a reemplazaremos? pOI' mas
'VeJ' mUJ pronto có~o sucede eso. I encendamos una lámpara como la di~:
Con efecto, el Cielo comenzaba a cu- caverna no alulnbral'a' sl'quI'e 'a t .
b n' rs e d e ~u b es, que e I erml' ta n- o hI'. ZO iJII din, ni n' os calentará, ni maduI 1'llrUá Jalra~
11otar. a EnrIque; las nnbes s~ extendle- I manzanas!
1'OD, 1 empezó a caer una llUVia menuda 1,
que obligó al niño a refujiarse en la ca- /'I
baña ,. desde donde veia llover. I imprenta de Nicolas Pontoni.compañl~,
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
Citación recomendada (normas APA)
"Los Locos - N. 13", -:Bogotá: Imprenta de Nicolás Pontón i compañía, 1868. Consultado en línea en la Biblioteca Digital de Bogotá (https://www.bibliotecadigitaldebogota.gov.co/resources/2091643/), el día 2025-05-06.
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